Como primer paso y que es de mucha importancia, se debe tener claro
completamente el plano del transformador con sus voltajes respectivos de entrada, los voltajes de salida e identificar qué tipo de transformador es y cuál es el uso que se le va a dar, por ejemplo: - Si es un transformador de aislamiento. - Si se va a utilizar como doblador de voltaje. - Si es un ETA. - Trifásico, entre otros. Estas pruebas se deben realizar para poder evaluar el correcto funcionamiento del transformador antes de ponerlo en uso. Esto permite poder corregir algún error que pueda surgir ya sea de aislamiento, aterrizaje o falta de núcleo.
Para comprobar un correcto funcionamiento del transformador y
asegurar de que este con un rendimiento óptimo, se le debe aplicar un voltaje especifico desde la toroide, el cual aparece en el plano, dependiendo del este voltaje de entrada se procede a medir con un multímetro cada uno de los taps de salida y compararlos con los voltajes que se calcularon para dicho transformador.
Al igual que el voltaje, también se debe medir la corriente que esta
generando el transformador, entre menos corriente se dice que es mejor, eso depende del tamaño. Con esto se puede tener un análisis completo para sacar las conclusiones necesarias de las prestaciones del aparato al que se le va a montar.
Hay otro tipo de pruebas que se le puede hacer a un transformador.
Este tipo de pruebas son mucho más meticulosas y completas, estas son: - Resistencia del devanado. - Resistencia dinámica del devanado del cambiador de tomas. - Factor de disipación. - Capacitancia.
Estas pruebas, se les hacen a transformadores de potencia muy
robustos que se encuentran en subestaciones eléctricas, centrales de generación y empresas muy grandes que manejan estas potencias. Estos transformadores controlan voltajes de media y alta tensión.