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Quaderns de Psicologia | 2014, Vol.

16, No 1, 229-235 ISNN: 0211-3481

 http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1225

Reseña de Blazquez, Flores y Ríos (Coords.) (2010/2012)


Investigación feminista: epistemología, metodología y
representaciones sociales (2ª Ed.)

Larisa Pérez Flores


Universidad de La Laguna

Blazquez Graf, Norma; Flores Pala-


cios, Fátima y Ríos Everardo, Mari-
bel (Coords.) (2010/2012). Investi-
gación feminista: epistemología,
metodología y representaciones so-
ciales. México DF: UNAM.
ISBN: 978-6070212864

El feminismo hoy es en buena medida “meta- Las coordinadoras de este encuentro teórico
feminismo”. Sus diferentes vertientes, más son Norma Blazquez Graf, Maribel Ríos Eve-
militantes o más académicas, emiten constan- rardo y Fátima Flores Palacios, tres investiga-
temente reflexiones acerca del alcance del doras provenientes de diferentes ramas de las
conocimiento y la praxis feministas. Pero no ciencias sociales. Tal y como sugiere el título,
es fácil dar con sistematizaciones acerca de la discusión se centra en tres aspectos fun-
estas reflexiones que contengan un enfoque damentales en la investigación social. La pri-
interdisciplinar y que reúnan una cierta diver- mera parte se adentra en la discusión filosófi-
sidad de puntos de vista. La propuesta Inves- ca en torno al conocimiento generada por el
tigación feminista: epistemología, metodolo- feminismo; la segunda se ocupa de las distin-
gía y representaciones sociales es una clara tas herramientas y técnicas de la investiga-
excepción a un estado de cosas marcado por ción feministas; y la tercera apuesta por un
la fragmentación del conocimiento y la mar- encuentro directo entre la Teoría de las Re-
ginalización/trivialización de los estudios de presentaciones Sociales, como metodología
género. Se trata de un libro que, con el sello concreta, y las teorías de género, como enfo-
de la UNAM, se presenta como compilación de que epistemológico concreto.
una discusión internacional entre diferentes
La primera parte despliega la crítica de la
autoras que transitan el feminismo y reflexio-
ciencia llevada a cabo por la investigación
nan en torno al papel del mismo en la investi-
feminista. Esta crítica es lógica en la medida
gación.
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en que toda teoría emergente tiene que lu- conocería, por el contrario, a la diversidad de
char por su espacio. Pero no se trata de una cuerpos posicionados sociodiferencialmente
mera reclama de reconocimiento. El feminis- que no se identifican con discurso del femi-
mo supone un cuestionamiento profundo de nismo hegemónico, tal y como muestra en su
los cimientos básicos de la institución en la ineludible artículo Francesca Gargallo
que pretende hacerse hueco. Así que se trata (2010/1012). En tercer y último lugar, Blán-
de una reclama de transformación. Tal y co- quez nos habla de un “feminismo empirista”,
mo afirman de un modo u otro las siete auto- convencido de que es precisamente el método
ras que participan en este apartado, lo que científico quien, haciendo acopio de las de-
hasta ahora se ha entendido por “conocimien- nuncias de la filosofía de la ciencia y las teo-
to verdadero” no ha sido sino “conocimiento rías de género, generaría resultados para la
hegemónico”, o sea, “conocimiento mascu- investigación feminista.
lino”. Y la enorme tarea de la deconstrucción
En este punto me gustaría señalar lo que con-
y reconstrucción de este conocimiento no ha
sidero una carencia de esta primera parte, en
hecho sino empezar.
cierta manera compensada por el artículo de
Lo interesante es que, a pesar de la idea de Francesca Gargallo. Siguiendo la crítica de di-
consenso que flota en la introducción al libro, cha autora, cuya preocupación principal es
existen diferencias entre las autoras a la hora generar una metodología para los estudios de
de entender esta deconstrucción. Norma las mujeres que no sea cómplice de “la mira-
Blázquez, en su eficaz resumen de las críticas da hegemónica del feminismo académico oc-
fundamentales a la objetividad y universali- cidental(izado)” (p. 166), lo cierto es que se
dad del conocimiento que plantea la filosofía detecta un cierto contenido hegemónico en
de la ciencia, distingue tres corrientes dife- las nociones de feminismo que muchas auto-
rentes (pero reconociendo sus convergencias). ras manejan. Me hago eco aquí de la crítica
La primera es la Teoría del Punto de vista, “posmodernista” de la que Blazquez nos ha-
que Sandra Harding defenderá en su intere- bla, aunque quizá fuera más adecuado utilizar
sante artículo resaltando el potencial an- el término “poscolonial”, siguiendo la suge-
tiopresor de la misma: rencia de Enrique Dussel (2005) de reconocer
Como método de investigación, los proyectos del
lo “postmoderno” como un fenómeno euro-
Punto de Vista entran en el largo debate sobre peo-estadounidense, al que el postcolonialis-
como liberar la investigación de las ciencias natu- mo tendría que responder del mismo modo en
rales y de las ciencias sociales per se de su rela- que responde a la “modernidad”.
ción colonial con sus objetos de estudio (Harding,
2010/2012, p. 57). Citaré aquí dos ejemplos que en principio pu-
Esta teoría sostiene, según Blázquez, dieran pasar desapercibidos. En primer lugar,
resulta como mínimo sospechosa la afirmación
Que el mundo se representa desde una perspecti- de Lourdes Fernández Rius según la cual el
va particular situada socialmente, que se basa en
una posición epistémica privilegiada. Cuestiona patriarcado “se impone a través de la coer-
las suposiciones fundamentales del método cien- ción (leyes, fundamentalismo islamista, etc.)”
tífico, sus corolarios de objetividad y neutralidad (2010/2012, p.83). De todos los ejemplos de
[…] y cuestiona los métodos que ponen distancia coerción posibles, Fernández Rius cita dos: las
entre quien conoce y lo que se conoce, destacan-
do el conocimiento situado basado en la expe- leyes y el fundamentalismo islamista. Esta
riencia de las mujeres que les permite un Punto distinción llama la atención porque en el pri-
de vista del mundo distinto (Blánquez, mer caso se trata de cuerpo genérico de ins-
2010/2012, p. 29). trumentos de opresión y en el otro de un caso
Esta corriente aparece como cuestionada por muy concreto. Curiosamente el caso fetiche
una segunda, que Blazquez denomina “pos- para hablar de la opresión de género (bastan
modernismo feminista” y que se preguntaría unas nociones mínimas de geopolítica para
por el sujeto común a este “punto de vista”, saber por qué). Mi pregunta es: ¿No hubiera
que a menudo se ha dado en llamar “mujer”. bastado decir fundamentalismo? Decir funda-
El posmodernismo negaría el potencial “anti- mentalismo “islámico” tiene a mi juicio tres
colonial” de la teoría del Punto de vista, pues consecuencias perversas: (1) contribuir, una
negaría la existencia de algo así como “la mu- vez más, a la perversa asociación de “islam”
jer” más allá de la representación que ciertos con “fundamentalismo”; (2) fomentar, una
grupos privilegiados hacen de sí mismos. Re- vez más, la asociación de “mujeres del tercer

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mundo” con “mejor ejemplo de la opresión ferir a la situación actual de las investigado-
de género” y (3) diluir, una vez más, la im- ras, señalando diferentes obstáculos que las
portancia de la conexión entre las leyes occi- instituciones científicas y sociales perpetuán
dentales y el fundamentalismo religioso occi- hacia las mujeres (Lourdes Fernández Rius,
dental (que en el caso actual de España, por 2010/2012), aún a pesar de la existencia de
ejemplo, ha dado recientemente lugar a una los planes de igualdad (Diana Maffia,
retrógrada ley del aborto). 2010/2012). Por otra parte, las autoras des-
plegarán diferentes críticas epistemológicas
En segundo lugar, es difícil hoy día aceptar
reivindicando esferas consideradas opuestas
afirmaciones como la de Eli Batra: “las men-
al ámbito científico, lo que derivará en refle-
tes no están ahí flotando por el espacio solas,
xiones metodológicas. Eli Batra apostará por
se encuentran en cuerpos que son sexuados y
una metodología feminista que se haga cargo
que, además, tienen genero” (2010-2012,
no sólo del género de las personas investiga-
p.76). El sexo no es previo al discurso genéri-
das, sino del de las personas que investigan:
co. El sexo hace tiempo que fue denunciado
como una construcción social, lo que quiere El acercamiento de una investigadora a sujetos
decir que el cuerpo no “tiene género porque varones para realizar entrevistas será necesaria-
mente distinto al de un investigador; incluso po-
está sexuado”, sino que “tiene sexo porque dría modificar la conducta de los sujetos que,
está generizado”. La división sexual mascu- simplemente, son observados. Asimismo, el acer-
lino-femenino ni es trasncultural ni transtem- camiento y la relación que se establece entre la
poral, a pesar de que la medicina la haya ins- investigadora y las mujeres a ser investigadas se-
rá diferente (a veces a pesar suyo) a los que se
titucionalizado, como institucionalizó en su dan con un investigador' (p. 74).
momento la raza. He aquí una crítica funda-
mental a la ciencia que brilla por su ausencia Esta metodología afectaría no sólo a las fases
en el libro, como brilla por su ausencia la pa- de investigación y sistematización, sino a la
labra queer. Nos encontramos, por el contra- fase expositiva, rompiendo por ejemplo con
rio, con un nutrido artículo de Patricia Corres los cánones masculinos en torno al uso de la
Ayala (2010/2012) dedicado a la construcción primera persona, del lenguaje metafórico o
de la feminidad y la masculinidad en occiden- de un discurso 'lo más estético posible' (p.
te (atendiendo principalmente a la historia de 72).
la filosofía) que culmina, sin embargo, con Estas sugerencias, obviamente polémicas,
una serie de conclusiones esencialistas. abren la vereda de la discusión metodológica.
Un feminismo de la diferencia es algo difícil Una discusión que se despliega en la segunda
de combinar con la crítica a la ciencia del parte y que parte tanto del rechazo común de
feminismo, pues si se lleva hasta sus últimas las seis autoras hacia lo que denominan “mo-
consecuencias la deconstrucción epistemoló- nismo metodológico”, como de su afinidad
gica nos tenemos que topar necesariamente declarada por los “métodos cualitativos”. En
con una idea de identidad performativa (no cuanto al citado rechazo, se trata de una
previa al discurso, sino resultado de este). reacción al legado positivista, según el cual
Como dice la filósofa estadounidense Judith toda la realidad puede y debe estudiarse por
Butler (1990/2001), la realidad es performan- un único método: el científico. Como bien
ce y, por tanto, ilimitada “posibilidad per- describe Maribel Ríos Everado (2010/2012),
formativa” (p. 172), así que una de las tareas de la hermenéutica a la teoría crítica, pasan-
fundamentales de la investigación feminista do por la teoría del Punto de Vista, emana
es detectar los postulados científicos que na- toda una tradición de concepción de “lo so-
turalizan la identidad para deconstruirlos. cial” como distinto de “lo natural”. Esta con-
cepción tiene diversas consecuencias. Una de
Es la Teoría del Punto de vista la que recibe ellas es la utilización de métodos de investi-
más atención en el libro, y quizá por ello los gación cualitativos, cuya principal caracterís-
aspectos que he citado tengan un papel se- tica, como señala Gabriela Delgado Balleste-
cundario. Sin embargo, esto no debe hacernos ros (2010/2012), sería la de “procurar captar
dudar del interés de tal teoría. Al contrario: el sentido que las personas dan a sus actos,
nos confirma la necesidad de convergencia sus ideas y al mundo que les rodea. La etno-
entre unas teorías y otras. ¿Cuál es el rendi- grafía, los estudios de caso, las entrevistas a
miento de la Teoría del Punto de vista? Por profundidad, la observación participante y la
una parte, varias autoras la utilizarán para re- investigación acción son algunos ejemplos”

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(p. 199). Estas estrategias son herencia en (2010/2012), urge la necesidad de unos estu-
buena medida del ámbito antropológico, y dios de masculinidad que contribuyan a com-
privilegian el conocimiento situado frente a la plejizar el mapa de opresiones (siempre y
universalización, la investigación-acción fren- cuando se adscriban al marco epistémico del
te a la supuesta neutralidad analítica. feminismo).
Obviamente, estos planteamientos son criti- Una buena respuesta a esta crítica a lo que
cados de diversas formas, la mayoría girando podríamos llamar “violencia de la categoriza-
en torno a la cuestión de la universalidad del ción” es la de Martha P. Castañeda Salgado,
conocimiento. ¿Se puede generalizar desde el que opone a los binarismos “ideal/material,
tipo de investigación feminista que estas au- producción/reproducción, sociocultu-
toras están proponiendo? Gabriela Delgado ral/natural, clasista/comunitario” otros enfo-
afirma que “vía los métodos cualitativos se ques que “privilegian los flujos, las interrela-
tiene una descripción precisa de los procesos ciones, las contradicciones, los tránsitos, las
que explican las condiciones de las personas continuidades y las emergencias en los proce-
en momentos específicos” y que es a partir de sos sociales” (2010/2012, p.236). Otra buena
estas descripciones como se puede generali- respuesta es la de Alejandra Restrepo
zar a nivel de grandes poblaciones (p. 213). (2010/2012), que ofrece como claves metodo-
Por otra parte, y como muy bien muestra en lógicas feministas para Latinoamérica la cons-
su artículo Mercedes Pedrero Nieto tante sospecha de cronocentrismo (mirada del
(2010/2012), los estudios cuantitativos tienen pasado respecto de las normas feministas ac-
un papel fundamental a la hora de comple- tuales), estatocentrismo (mirada de la reali-
mentar los cualitativos, y existen muchas es- dad desde las normas de la propia clase, et-
trategias para refinar sus técnicas. Claro que nia, orientación sexual), androcentrismo (mi-
es el pluralismo metodológico en sí lo que el rada masculinizante de la propia historia del
empirismo feminista, la tercera corriente a la feminismo) y eurocentrismo. Quisiera subra-
que refería Blázquez, no puede dejar de cues- yar que estas claves en realidad sirven para
tionar. El libro no se detiene en esta discusión toda investigación feminista, pues desde un
que sin duda daría para otro apartado y que cuestionamiento epistemológico radical cabe
yo simplemente voy a sugerir. A mi juicio, en un feminismo que no sea poscolonial.
esa hipotética cuarta parte del libro las inves-
Por último, y como ejemplificación del uso de
tigadoras tendríamos que intentar responder
métodos cualitativos, la presente obra opta
a la siguiente pregunta: Si renegamos del mo-
por una metodología concreta, la Teoría de
nismo metodológico, ¿con qué criterio dife-
las Representaciones Sociales (TRS), a la que
renciamos lo que es investigación de lo que
dedica la tercera parte de la obra. ¿En qué
no?
consiste esta teoría? Según Jazmín Mora Ríos y
Por otra parte, las críticas en torno a la uni- Fátima Flores Palacios, “las representaciones
versalidad del conocimiento también se es- sociales se construyen socialmente a partir de
grimen desde el lado contrario, esto es, cues- las intersubjetividades” y la intención de la
tionando las categorías propias de la investi- TRS es “explorar la interconexión entre las
gación feminista como generalizaciones con- experiencias emocionales, cognitivas y físicas
trafácticas. La propia categoría de género nos para integrar la investigación sobre procesos
lleva a hablar de un ente, “la mujer” que, subjetivos y trascender viejas divisiones”
como hemos dicho, no es universalizable. Esto (2010/2012, p.370). Según Ángela Arruda, se
quiere decir que el género no se puede aislar trata de divisiones tan usuales en la ciencia
de otras categorías de opresión como la raza, psicológica como “la frontera entre razón y
la clase o la orientación sexual. Cada sujeto sentido común, razón y emoción, sujeto y ob-
vive su propia “intersección de opresiones”, jeto” (2010/2012, p. 321).
como sugiriera hace más de dos décadas la
Como se puede ver, la TRS tienen mucho en
socióloga Kimberlé W. Crenshaw (1991). In-
común con la investigación feminista. Ambas
cluso hablar del ente “hombre” como homo-
aparecen en una transición paradigmática
geneidad es inexacto, pues también la mascu-
(que implica siempre resistencia desde las di-
linidad es un régimen de privilegio donde se
ferentes áreas) que afecta, como señala
padece opresión. Como señala en su intere-
Arruda, a la dimensión de los campos del sa-
sante artículo Olivia Tena Guerrero
ber, a la dimensión conceptual metodológica

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y a la epistemológica. Ambas manifiestan “la desde el feminismo, lo que da cuenta del al-
importancia de las dimensiones subjetiva, cance teórico y político de una teoría o grupo
afectiva, cultural en la construcción del saber de teorías cuyo papel se continúa infravalo-
y en las acciones humanas, y de considerarlas rando. Por otra parte, aunque la discusión
en la construcción del conocimiento y el metodológica sea compleja y esté por necesi-
quehacer científico” (p.323). Además, “tanto dad incompleta, el libro es un llamado a dicha
el pensamiento feminista como el moscovi- discusión, a afrontar de manera transdiscipli-
ciano atacan el postulado del reduccionismo, nar los retos de toda investigación pospositi-
que proclama un modelo único de racionali- vista. Unos retos tan fundamentales como pe-
dad y menosprecia el de los demás, ya sea el ligrosos, pues con el uso de cualquier “pos” se
de los primitivos, de los niños, o de las muje- corren riesgos, sobre todo cuando se pretende
res” (p.337). luchar contra la opresión. En este caso, pasar
de la “explicación” a la “comprensión” puede
Flores Palacios dice en el título de su artículo
abrir el camino a una multiplicidad de teorías
que se trata de “una relación de sentido co-
ad hoc incompatibles entre sí, y por lo tanto
mún” que se manifiesta en el uso de técnicas
inútiles a la hora de intentar generar políticas
de investigación tales como la conducción de
de transformación. Teniendo en cuenta esto,
grupos focales o la entrevista narrativa. Si al-
y a pesar de ciertos residuos de un discurso
go tiene de revelador el uso de estas técnicas
feminista hegemónico, esta obra se presenta
es que, amén del manejo de representaciones
sin duda como título de referencia no sólo pa-
sociales, ambas tienen propiedades “trans-
ra la investigación feminista, sino para la in-
formadoras”, esto es, son conscientemente
vestigación social en general.
“performativas”. Podríamos decir incluso “te-
rapéuticas”. Con esto quiero sugerir (la suge- Referencias
rencia es mía) que la investigación-acción,
Arruda, Ángela (2010/2012). Teoría de las repre-
como el feminismo, abre la posibilidad a un
sentaciones sociales y teorías de género. En
relato propio en el seno de una suerte de Norma Blazquez, Fátima Flores y Maribel Ríos
“grupos de conciencia”. De este modo, el ob- (Coords.), Investigación feminista: episte-
jeto de investigación pasa a ser sujeto de dis- mología, metodología y representaciones social-
curso, y el monólogo científico pasa a ser in- es (2ª Ed., pp. 317-338). México DF: UNAM.
tervención dialógica. Un buen ejemplo de es-
Batra, Eli (2010/2012). Acerca de la investigación y
to es la discusión en torno a salud mental e la metodología feminista. En Norma Blazquez,
intervención comunitaria a la que Flores Pala- Fátima Flores y Maribel Ríos (Coords.), Investi-
cios y Mora Ríos dedican un artículo. gación feminista: epistemología, metodología y
representaciones sociales (2ª Ed., pp. 67-78).
También se dedica un último artículo a la
México DF: UNAM.
aplicación de la TRS al estudio de las diferen-
cias de género en la representación social de Blánquez Graf, Norma (2010/2012). Epistemología
las matemáticas del alumnado mexicano. Este feminista: temas centrales. En Norma Blazquez,
estudio, gracias a las entrevistas en profundi- Fátima Flores y Maribel Ríos (Coords.), Investi-
gación feminista: epistemología, metodología y
dad, indica que los buenos resultados en ma-
representaciones sociales (2ª Ed., pp. 21-38).
temáticas de los hombres son adjudicados México DF: UNAM.
predominantemente a una innata habilidad
masculina, mientras que se representan como Blazquez, Norma; Flores Palacios, Graf Fátima y
fruto del esfuerzo y la dedicación en el caso Ríos Everardo, Maribel (Coords.) (2010/2012). In-
vestigación feminista: epistemología, metod-
de las mujeres. Y esto es sólo un ejemplo más
ología y representaciones sociales (2ª Ed.). Méxi-
de cómo las representaciones y autorrepre- co DF: UNAM.
sentaciones de género influyen en la ciencia,
y de cómo pueden ser abordadas desde la in- Butler, Judith (1990/2001). El género en disputa.
vestigación. Barcelona: Paidós
Castañeda Salgado, Martha Patricia (2010/2012).
Creo que la presente obra logra dar una idea
Etnografía feminista. En Norma Blazquez, Fátima
global de los retos epistemológicos y metodo- Flores y Maribel Ríos (Coords.), Investigación
lógicos de una nueva ciencia social, y aporta feminista: epistemología, metodología y repre-
ejemplos claros de técnicas concretas de in- sentaciones sociales (2ª Ed., pp. 217-238). Méxi-
vestigación. Además, este mapa de retos y co DF: UNAM.
prácticas más o menos emergentes se traza

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Corres Ayala, Patricia (2010/2012). Femenino y feminista. En Norma Blazquez, Fátima Flores y
masculino: modalidades del ser. En Norma Maribel Ríos (Coords.), Investigación feminista:
Blazquez, Fátima Flores y Maribel Ríos (Coords.), epistemología, metodología y representaciones
Investigación feminista: epistemología, metod- sociales (2ª Ed., pp. 39-66). México DF: UNAM.
ología y representaciones sociales (2ª Ed., pp.
111-138). México DF: UNAM. Maffia, Diana (2010/2012). Género y políticas pú-
blicas en ciencia y tecnología. En Norma
Crenshaw, Kimberle (1991). Mapping the Margins: Blazquez, Fátima Flores y Maribel Ríos (Coords.),
Intersectionality, Identity, Politics, and Violence Investigación feminista: epistemología, metod-
against Women of colour. Stanford Law Review, ología y representaciones sociales (2ª Ed., pp.
43(6), 1241-1299. 139-154). México DF: UNAM.
Delgado Ballesteros, Gabriela (2010/2012). Mora Ríos, Jazmín y Fátima Flores Palacios
Conocerte en la acción y el intercambio. La in- (2010/2012). Intervención comunitaria, género y
vestigación: acción participativa. En Norma salud mental. Aportaciones desde la teoría de las
Blazquez, Fátima Flores y Maribel Ríos (Coords.), representaciones sociales. En Norma Blazquez,
Investigación feminista: epistemología, metod- Fátima Flores y Maribel Ríos (Coords.), Investi-
ología y representaciones sociales (2ª Ed., pp. gación feminista: epistemología, metodología y
197-216). México DF: UNAM. representaciones sociales (2ª Ed., pp. 369-378).
México DF: UNAM.
Dussel, Enrique (2005). Transmodernidad e inter-
culturalidad. Interpretación desde la Filosofía Pedrero Nieto, Mercedes (2010/2012). Metodología
de la Liberación. Mexico DF: UAM-Iz. cuantitativa para reforzar estudios cualitativos.
En Norma Blazquez, Fátima Flores y Maribel Ríos
Fernández Rius, Lourdes (2010/2012). Género y (Coords.), Investigación feminista: episte-
ciencia: entre la tradición y la transgresión. En mología, metodología y representaciones social-
Norma Blazquez, Fátima Flores y Maribel Ríos es (2ª Ed., pp. 239-270). México DF: UNAM.
(Coords.), Investigación feminista: episte-
mología, metodología y representaciones social- Restrepo, Alejandra (2010/2012). Claves metodo-
es (2ª Ed., pp. 79-110). México DF: UNAM. lógicas para el estudio del movimiento feminista
de América Latina y El Caribe. En Norma
Flores Palacios, Fátima Maffia, (2010/2012). Rep- Blazquez, Fátima Flores y Maribel Ríos (Coords.),
resentación social y género: una relación de sen- Investigación feminista: epistemología, metod-
tido común. En Norma Blazquez, Fátima Flores y ología y representaciones sociales (2ª Ed., pp.
Maribel Ríos (Coords.), Investigación feminista:
293-313). México DF: UNAM.
epistemología, metodología y representaciones
sociales (2ª Ed., pp. 339-359). México DF: UNAM. Ríos Everardo (2010/2012). Metodología de las
ciencias sociales y perspectiva de género. En
Gargallo, Francesca (2010/2012). Una metodología Norma Blazquez, Fátima Flores y Maribel Ríos
para detectar lo que de hegemónico ha recogido (Coords.), Investigación feminista: episte-
el femnismo académico latinoamericano y cari- mología, metodología y representaciones social-
beño. En Norma Blazquez, Fátima Flores y Mari- es (2ª Ed., pp. 179-196). México DF: UNAM.
bel Ríos (Coords.), Investigación feminista: epis-
temología, metodología y representaciones so- Tena Guerrero, Olivia (2010/2012). Estudiar la
ciales (2ª masculinidad, ¿para qué?. En Norma Blazquez,
Ed., pp. 155-175). México DF: UNAM. Fátima Flores y Maribel Ríos (Coords.), Investi-
gación feminista: epistemología, metodología y
Harding, Sandra (2010/2012). ¿Una filosofía de la representaciones sociales (2ª Ed., pp. 271-292).
ciencia socialmente relevante? Argumentos en
México DF: UNAM.
torno a la controversia sobre el punto de vista

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Reseña de Blazquez, Flores y Ríos (Coords.) (2010/2012) 235

LARISA PÉREZ FLORES


Becaria FPU. Grupo “Género, ciudadanía y culturas. Aproximaciones desde la teoría feminista”. De-
partamento de Historia y Filosofía de la Ciencia, la Educación y el Lenguaje.

AGRADECIMIENTOS
Proyecto I+D “Justicia, ciudadanía y género: “Feminización de las migraciones y derechos humanos”
(FFI2011-24120). Grupo “Género, ciudadanía y culturas. Aproximaciones desde la teoría feminista”.

DIRECCIÓN DE CONTACTO
larisa_mol@hotmail.com
Universidad de La Laguna (ULL). Campus de Guajara. 38071 La Laguna (Tenerife), España.

FORMATO DE CITACIÓN
Pérez Flores, Larisa (2014). Reseña de Blazquez, Flores y Ríos (Coords.) (2010/2012) Investigación
feminista: epistemología, metodología y representaciones sociales (2ª Ed.). Quaderns de Psicologia,
16(1), 229-235. http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1225

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