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Algunas ideas

Las lógicas no-clásicas nos ofrecen una posible solución, a partir del rechazo de alguno de los
principios de la lógica clásica, a ciertas oraciones del lenguaje natural o “paradojas semánticas”
para las cuales la lógica clásica no ha tenido solución por no revisar y cuestionar sus principios
más básicos. Entonces, la lógica clásica se enfrenta al problema genuino acerca de las paradojas
semánticas para los cuales no cuenta con una solución. Siguiendo lo propuesto por Comesaña
(1995), entender las elucidaciones como a) reemplazos o como b) análisis no podría brindarnos
una respuesta a la pregunta de si es verdadera o es falsa la oración del mentiroso, por ejemplo;
oraciones que contienen conceptos semánticos como el de verdad. Pensar la elucidación de este
problema desde a) nos lleva a pensar que son preguntas que están formuladas con palabras en
un sentido distinto del uso corriente; no es mi propósito sostener a lo Quine “cambio de lógica,
cambio de tema” y, por otro lado, b) nos propone pensar que la respuesta está implícita en el
lenguaje y un proceso como el que defiende Coffa (1972) podría echar luz o explicitar la
respuesta. Entonces, concebir que toda la tarea filosófica se reduce a elucidar no nos ayudaría a
dar respuesta a estos problemas que son las “paradojas semánticas”.

Si los problemas que acarrean las “paradojas semánticas” no pueden esclarecerse a partir de
elucidaciones, mi intención es sostener un antiexcepcionalismo de tipo kunheano (Tajer, 202…)
que, a grandes rasgos, nos encontramos en un paradigma en el que la lógica clásica es una teoría
relevante en el ámbito de las ciencias y la gran mayoría de las lógicas no clásicas hacen uso de
ella en la metateoría, pero que permite el uso de lógicas no clásicas para resolver puzzles o
“paradojas semánticas”.

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