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SERPIENTES
Corrección de Estilo
Juan Pablo Sánchez Rojas

Diseño y diagramación
Aura L. Pachón

Diseño de portada
Aura L. Pachón

Fotografía
William Lamar
Ángeles Márquez/Grupo Viperidae
Germán Chávez
Jason Penney
Camila González R.
Mauro Teixeira Jr.

© DERECHOS RESERVADOS
Daniel Pineda 2013
Bilineata Publishing
Bogotá, Colombia

ISBN 978-958-8839-11-0

Para más información de BILINEATA PUBLISHING,


visítenos en www.bilineata.com

No se autoriza la reproducción parcial o total de


los contenidos de este libro sin el permiso expreso
y por escrito de la editorial.
REPTILES
VENENOSOS
D E A M É R I C A

Daniel Pineda
4
REPTILES VENENOSOS

Contenido

PRÓLOGO..................................................................... 7
SERPIENTES................................................................. 9
Anatomía y fisiología . ............................................. 15
Locomoción de las serpientes................................... 21
Dentadura ............................................................. 23
Aparato venenoso y veneno....................................... 27
Clasificación.......................................................... 31
Víboras de América (subfamilia Crotalinae)................ 39
Serpientes mocasín (género Agkistrodon)......................45
Víboras saltadoras de foseta (género Atropoides) ����������49
Víboras de palma (género Bothriechis)...........................51
Víboras de foseta (género Bothrocophias)......................53
Víboras del bosque(género Bothriopsis).........................55
5

CONTENIDO
Cabezas de lanza (género Bothrops).............................. 59
Víboras de la montaña (género Cerrophidion)............... 65
Cascabeles (género Crotalus)........................................ 67
Verrugosa (género Lachesis)......................................... 77
Víboras de cuernos (género Ophryacus)........................ 81
Víboras de hocico (género Porthidium)......................... 83
Cascabeles (género Sistrurus)....................................... 87
Corales (géneros Micrurus, Leptomicrurus
y Micruroides)............................................................... 91
Serpiente de Mar (Pelamis platurus).......................101
Corales (géneros Micrurus, Leptomicrurus
y Micruroides)............................................................... 91
Serpiente de mar (Pelamis platurus)............................ 101
¿Cómo y cuándo ocurren los accidentes?................ 103
Accidentalidad...................................................... 105
Efectos en la salud............................................... 106
6
Primeros auxilios.................................................. 109
REPTILES VENENOSOS

Manejo médico...................................................... 111


Prevención. .......................................................... 114

LAGARTOS................................................................ 117
Introducción......................................................... 119
Comportamiento del Monstruo
de Gila y el Lagarto Perlado. ................................ 121

Aparato venenoso y veneno..................................... 123


Clasificación........................................................ 125
Accidentes con el Monstruo de Gila. ..................... 126
Efectos en la salud............................................... 127
Primeros auxilios.................................................. 127
Manejo médico...................................................... 129
Prevención. .......................................................... 129

Referencias bibliográficas............................................ 131


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PRÓLOGO
PRÓLOGO

E
ste libro presenta una guía avanzada sobre las especies vene-
nosas de serpientes y lagartos que se encuentran a lo largo del
continente americano. Están mencionadas el total de las espe-
cies descritas en esta región así como su ubicación geográfica,
convirtiéndose en un excelente texto de consulta tanto para bió-
logos y médicos como para cualquier otro profesional relacionado
con el tema.
Mediante un lenguaje sencillo describe temas críticos como,
lo que se debe hacer en caso de un accidente con alguna de estas
especies, estrategias de prevención y un listado de los principales
sueros antiofídicos.
Esta publicación hace parte de la colección Animales venenosos
de América, la cual está compuesta adicionalmente por los títulos:
8
Además, nuestra editorial ha publicado otros títulos que le
REPTILES VENENOSOS

pueden ayudar a comprender de forma fácil y sencilla los concep-


tos básicos de los animales venenosos. Entre nuestras publicacio-
nes se encuentran los ebooks: Serpientes venenosas de América:
guía básica y Animales venenosos de América: biología y guía
visual, para quienes estén interesados en explorar de forma afi-
cionada este tema.

Bilineata Publishing
SERPIENTES
SERPIENTES
11

SERPIENTES
S
in duda alguna, las serpientes son los animales que le producen
a las personas los sentimientos más variados, como fascinación
y repulsión o admiración y terror. Por una parte, estos reptiles
generan en muchas personas reacciones como miedo, desagrado
o desprecio, simplemente por arrastrarse. Sumado a esto, cultural-
mente se las ha asociado con el pecado y el mal: pareciera que el
relato bíblico del Génesis arrojara una maldición sobre un animal
que, si bien puede representar riesgo para el hombre en ciertas
circunstancias, es fundamental en el equilibrio de la naturaleza y,
además, un voraz depredador de plagas como los roedores, que
pueden llegar a ser un mayor problema en la producción agrícola
y por la transmisión de enfermedades.
Por otra parte, es curioso ver la fascinación que pueden pro-
vocar las serpientes en muchas personas. Los niños, por ejemplo,
se ven particularmente atraídos por estos animales, debido al mis-
terio que encierran, a la manera en que se arrastran y a la gran
variedad de especies existentes y sus variados colores, como la
Coral que exhibe triadas de color rojo, negro y amarillo. Asimis-
mo, los adultos disfrutan conociendo la variedad de especies y las
historias asombrosas alrededor de las serpientes venenosas en
los programas de divulgación científica que a diario se ven en la
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televisión por cable y satelital. Hoy en día las serpientes veneno-
REPTILES VENENOSOS

sas comparten cartelera con leones, tigres, caimanes y tiburones,


entre otros.
Este nuevo despliegue informativo que vemos en la televi-
sión le ha dado un protagonismo casi exclusivo a las especies
venenosas, aunque solo entre un 15% y 20% de los especies de
serpientes son venenosas (ver figura 1.1). Las especies restantes
carecen de aparato venenoso y, por tanto, no representan ningún
riesgo para el hombre; a excepción de la Anaconda y la Pitón,
que potencialmente podrían causarle la muerte a una persona por
constricción.
Es importante aclarar que son mucho mayores los riesgos que
representa el hombre para las serpientes que el riesgo que ellas
representan para él. Hoy en día estos reptiles son víctimas de in-
numerables procesos de destrucción y tráfico de especies. Pese a
que en casi toda América existen normas que protegen a estos
animales, el poder devastador del hombre ha afectado seriamente
sus poblaciones. Se sabe que en muchas actividades industriales,
en las que el hombre ocupa las áreas rurales, las serpientes han
sido víctimas primarias de la así llamada limpieza del terreno.
Adicionalmente, el deterioro del medio ambiente, producido por
la creación de zonas de cultivo, la construcción de carreteras y
urbanizaciones, el uso de plaguicidas, las fumigaciones indiscri-
minadas, las pérdidas de bosque ocasionadas por los incendios y
la destrucción de hábitats, traen como consecuencia que especies
venenosas como algunas cascabeles (Crotalus horridus, C. wi-
llardi y Sistrurus catenatus) hayan sido clasificadas, en algunas
regiones, como especies amenazadas o en peligro de extinción.
Por otra parte, es cada vez menos extraño encontrar serpien-
tes convertidas en mascotas. Cada día más personas en América
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tienen serpientes en sus casas. En Estados Unidos esta práctica

SERPIENTES
ha dado origen a un problema de salud: los accidentes con espe-
cies venenosas mantenidas en cautiverio. Adquirir una serpiente
venenosa por internet es cada vez más sencillo, lo que genera un
nuevo problema de salud, especialmente cuando estas son origi-
narias de otros lugares, como la Mamba, pues es bastante difícil
obtener antiveneno para contrarrestar los efectos de sus ataques
en cualquier país de América.
Finalmente, es importante detallar dos beneficios que las ser-
pientes tienen para el hombre. El primero es su papel dentro del
equilibrio de las especies. Si los hombres exterminan a las ser-
pientes, las especies que derivan su alimentación de estas se ex-
tinguirán, como algunas aves de rapiña; además, la población de
los animales que son sus presas aumentará. ¿Qué ocurriría, por
ejemplo, con los ratones, si no existiesen las serpientes? Segura-
mente su número y su poder destructor serían mucho mayores. De
hecho, en la India, hace muchos años, se presentó una epidemia
de peste (recordemos que los ratones son trasmisores de la peste)
y las únicas regiones del país que no se afectaron por esta grave
epidemia, que mató a millones de personas, fueron aquellas en
las que las serpientes eran consideradas como animales sagrados,
pues la población de roedores estuvo controlada por estas, evi-
tando que la enfermedad se difundiera.
El segundo beneficio son los compuestos químicos que se
obtienen de su veneno y que tienen un gran potencial farmaco-
lógico. Un sencillo ejemplo de esto es el captopril, droga usada
en millones de personas para el tratamiento de la hipertensión,
que fue desarrollado a partir del veneno de la serpiente Jararaca
(Bothrops jararaca). Además del captopril, se han desarrollado
medicamentos para el manejo del infarto agudo del miocardio, y
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actualmente se estudian medicamentos para el tratamiento del
REPTILES VENENOSOS

cáncer y de otras cuantas enfermedades. La relación entre medi-


cina y serpientes no es exclusiva de las sociedades occidentales
actuales. En la mitología griega se relata cómo Esculapio (dios
griego de la medicina) aprendió de una serpiente la forma de cu-
rar a los enfermos.
El potencial farmacológico del veneno de las serpientes es
tan efectivo y reconocido que se comercializa en internet, por pre-
cios que van desde algo menos de US$ 100 por gramo hasta US$
1000 por gramo (este último es el precio del veneno de las espe-
cies más escasas o de las que producen menos veneno).
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SERPIENTES
Anatomía y fisiología

S
i bien las características externas de las serpientes son muy
particulares, sus órganos y sistemas internos son similares, en
funcionamiento y ubicación, a los de muchos reptiles, e inclu-
sive a los de otros vertebrados por ejemplo, el sistema nervioso, y
los aparatos circulatorio, respiratorio, digestivo, genital y urinario.
Sin embargo, las serpientes tienen algunas características in-
ternas particulares, como el Órgano de Jacobson y, en algunas
especies, el aparato venenoso.
El aparato circulatorio de los ofidios consta de un corazón
alargado con tres cavidades (dos aurículas y un ventrículo), que
late entre 20 y 70 veces por minuto, y un sistema linfático con
corazones en la región cloacal. El aparato respiratorio está con-
formado por un solo pulmón en la mayoría de los casos (el pul-
món izquierdo suele estar atrofiado o ausente) y se inicia con la
tráquea, que está ubicada estratégicamente, en la parte anterior
del piso de la boca, para permitirle a la serpiente respirar mientras
digiere a su presa. En algunas serpientes, especialmente en las
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REPTILES VENENOSOS

Figura 1.1.
Serpiente taya x (B. asper). Esta serpiente
venenosa es una de las principales causantes
de accidentes en Centro y Sur América.
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víboras, el aire que entra por la tráquea hace vibrar la epiglotis

SERPIENTES
generando un sonido particular, similar a un silbido.
Por su parte, el sistema nervioso, dividido en central y peri-
férico, consta de un cerebro con dos hemisferios, dos bulbos ol-
fatorios, un cerebelo que varía de tamaño dependiendo de las
especies y su estilo de vida, y la medula espinal, ubicada a lo largo
del canal vertebral. El aparato digestivo de las serpientes, caracte-
rístico de un animal carnívoro, está conformado por un intestino
corto, que en la mayoría de los casos mide casi lo mismo que la
longitud de su cuerpo, a diferencia de los mamíferos, que puede
alcanzar de 4 a 20 veces su tamaño (como el de la vaca). El tubo
digestivo se compone de esófago, estómago e intestino, y finaliza
en una cloaca. Al igual que los mamíferos, posee hígado, páncreas
y vesícula biliar.
El aparato genital de los machos está constituido por dos
testículos alargados y un par de órganos copuladores denomina-
dos hemipenes (que salen al exterior de la cloaca en el momento
de la copulación), mientras que las hembras poseen dos ovarios
alargados y hemiclítoris análogos. El aparato urinario de las ser-
pientes se encuentra ubicado en las proximidades de los órganos
genitales, y está constituido por dos riñones alargados y dos uré-
teres que conducen la orina hasta la cloaca, en donde se mezcla
con las heces.
19

SERPIENTES
Locomoción

P
or ser ápodas (sin patas), las serpientes tienen unas condicio-
nes especiales para su desplazamiento. Su movimiento, produ-
cido por la interacción de los músculos, la columna vertebral,
las costillas y la piel, se diferencia del de otros vertebrados por
no apoyarse en áreas específicas. La propulsión es producida por
la fuerza que realiza el animal sobre las irregularidades de la su-
perficie en que se desplaza y por una onda de flexión que va de
adelante hacia atrás.
En su desplazamiento, la columna vertebral y las costillas son
su eje principal. Por una parte, las vértebras, que pueden ser hasta
300 (o más en las especies más alargadas), se encuentran firme-
mente unidas. Además, estas tienen un escaso límite de movimien-
to entre una y otra (entre los 10 y 20 grados), que en suma logra
una flexión marcada, manifiesta cuando la serpiente se enrolla o
está en posición de ataque. Por otra parte, las costillas, unidas por
músculos, participan en la contracción y movimiento en serie que
da el desplazamiento.
20
Estas especies utilizan el borde posterior
REPTILES VENENOSOS

de las escamas presentes en su piel para apo- Figura 1.2.


Locomoción de
yarse en la superficie y hacer una resistencia las serpientes
en sentido contrario, mientras se propaga la
onda de flexión producida por los movimien-
tos de los músculos y las costillas. Con este
mecanismo de apoyo o anclaje la serpien-
te puede escalar superficies verticales; por
ejemplo, ascender a los árboles.
Por medio de sus diferentes formas de
moverse, las serpientes pueden avanzar en
ondulación lateral, en acordeón, en reptación
lateral y en línea (ver figura 1.2). Asimismo,
pueden desplazarse, en condiciones especia-
les, nadando, escavando, escalando o saltan-
do. La forma más común de desplazamiento
es la ondulación lateral, mediante la cual la
serpiente genera ondas sucesivas de contrac-
ción y relajación muscular, de modo que cada
parte del cuerpo pasa por el mismo lugar que
la parte anterior. Con este tipo de movimiento
la serpiente alcanza su mayor velocidad. En-
tre todas las especies, el récord lo ostenta la
Mamba Negra de África oriental, con una ve-
locidad de 11 kmph (6.9 mph).
En el movimiento en acordeón la ser-
piente se repliega y se estira de forma ar-
mónica con todo su cuerpo, de manera que
mientras una parte se está alargando, la otra
se está encogiendo. En la reptación lateral la
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SERPIENTES
En acordeón
En el movimiento en acordeón la
serpiente se repliega y se estira de
forma armónica con todo su cuer-
po, de manera que mientras una
parte se está alargando, la otra se
está encogiendo.

Reptación lateral
La serpiente se desplaza en un sentido diagonal.
El rastro que deja este desplazamiento en las su-
perficies hace pensar que la serpiente ha dado
saltos, puesto que se inicia con el levantamiento
de la cabeza y de parte de su cuerpo para lanzarse
hacia delante, mientras apoya solo una parte de
su cuerpo. El Crótalo Cornudo (C. cerastes) es una
de las serpientes que realizan este movimiento.

Línea o movimiento de oruga


Finalmente, en la locomoción en línea o movimiento de oruga la ser-
piente se desplaza en línea recta mediante el anclaje de las escamas
en la superficie, y la concerniente contracción y relajación de los mús-
culos que unen las escamas con las costillas. Este último movimiento
no permite desplazamientos rápidos, pero es bastante efectivo para las
serpientes grandes o robustas, como las anacondas y las víboras.
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serpiente se desplaza en un sentido diagonal. El rastro que deja
REPTILES VENENOSOS

este desplazamiento en las superficies hace pensar que la ser-


piente ha dado saltos, puesto que se inicia con el levantamiento
de la cabeza y de parte de su cuerpo para lanzarse hacia delante,
mientras apoya solo una parte de su cuerpo. El Crótalo Cornudo
(C. cerastes) es una de las serpientes que realizan este movimien-
to. Finalmente, en la locomoción en línea o movimiento de oruga
la serpiente se desplaza en línea recta mediante el anclaje de las
escamas en la superficie, y la concerniente contracción y relaja-
ción de los músculos que unen las escamas con las costillas. Este
último movimiento no permite desplazamientos rápidos, pero es
bastante efectivo para las serpientes grandes o robustas, como las
anacondas y las víboras.
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SERPIENTES
Dentadura

L
a dentadura de las serpientes constituye una de las partes
primordiales en el entendimiento de estos animales. Las espe-
cies venenosas tienen características especiales, que merece
la pena señalar.
Sus dientes, sujetados directamente a la mandíbula, son afila-
dos y largos, y tienen un encorvamiento hacia atrás que les permi-
te sujetar fuertemente a su presa y evitar que esta pueda liberarse
haciendo tracción hacia atrás. En la parte superior poseen dos ar-
cos dentales, uno externo y otro interno, mientras que en el maxi-
lar inferior solo tienen un arco. En su proceso evolutivo, algunas
especies han desarrollado unos dientes que conducen el veneno
desde sus glándulas hasta las víctimas. De acuerdo con su ubica-
ción, estos dientes han dado origen a una clasificación especial,
en 4 categorías: aglifas, opistoglifas, proteroglifas y solenoglifas
(véase la figura 1.3).
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REPTILES VENENOSOS

Las aglifas son aquellas que ca- Las serpientes opistoglifas poseen
recen de dichos dientes especia- uno o varios dientes que sobresa-
les. Estas serpientes generalmente len a ambos lados de su mandíbula
capturan e ingieren a su presa viva, superior, en su parte posterior, con
y las de mayor tamaño, como las un canal que facilita el paso del ve-
boas y la Anaconda, atrapan a su neno. En su mayoría, este tipo de
presa y la matan por asfixia me- serpientes no representa un riesgo
diante constricción. Este grupo de para el hombre; aunque en algunas
serpientes, al que pertenece la gran partes de Suramérica se han repor-
mayoría de especies, no represen- tado lesiones locales y alteraciones
ta riesgo alguno para el hombre; a en la coagulación de la sangre en
excepción de las especies que, por víctimas de mordeduras ocasiona-
su tamaño, podrían llegar a sujetar das por especies como la Phylodr-
a una persona, como la Anaconda yas olfersii y la Phylodryas patago-
(que habita en la selva amazónica) nensis (ver “Culebras venenosas”).
y la Pitón (que se encuentra en Áfri-
ca y Asia).
25

SERPIENTES
Otro de los grupos de serpientes Finalmente, las solenoglifas se ca-
con aparato venenoso es el de las racterizan por tener un par de col-
proteroglifas. Este grupo se ca- millos largos y retráctiles en la parte
racteriza por tener dos colmillos anterior de la mandíbula superior,
delanteros, uno a cada lado, con que alcanzan a formar un ángulo
un conducto que trasporta el vene- de 90 grados en el momento de la
no. En este grupo de serpientes se mordedura. Cuando la boca perma-
encuentran los elápidos, cuyas re- nece cerrada están doblados contra
presentantes en el continente ame- el maxilar superior. El canalículo de
ricano son la Coral y la Serpiente estos colmillos permanece cerrado
de Mar. A este grupo de serpien- y se abre en la parte final del col-
tes pertenecen especies venenosas millo. En algunas especies de gran
bastante conocidas, como la Mam- tamaño, como el Verrugoso (Lache-
ba y la Cobra, ambas ausentes en sis muta), los colmillos pueden al-
los hábitats de América, y presentes canzar una longitud de 3 o más cm.
en Asia y Oceanía.
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SERPIENTES
Aparato venenoso y veneno

E
l aparato de venenoso de las serpientes está compuesto por
dos glándulas (que se asemejan a las glándulas parótidas del
hombre), los conductos que llevan el veneno hacia los colmillos
y los colmillos inoculadores, que, dependiendo de la especie, pue-
den ubicarse en la parte anterior o posterior (véase la figura 1.4).
Esta estructura del aparato venenoso ha dado lugar a las varia-
ciones más sofisticadas; por ejemplo, la Cobra Escupidora puede
llegar a lanzar su veneno a los ojos de una víctima que está ubi-
cada incluso a 2 m de distancia. En las víboras este aparato está
conformado por dos colmillos plegables, que en el momento del
ataque pueden llegar a formar un ángulo de 90° con su mandíbu-
la y lograr así una penetración profunda en la víctima.
Estos colmillos tienen un conducto interior por donde fluye el ve-
neno, que es introducido en la víctima de la misma forma en que
lo haría una aguja hipodérmica. Por su parte, las serpientes corales
y sus parientes, las serpientes de mar, poseen un par de colmillos
pequeños con un conducto por donde fluye el veneno.
El veneno producido en las glándulas de estas serpientes es
expulsado al exterior mediante la contracción del músculo que las
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rodea. Esta rápida y efectiva salida del veneno,
REPTILES VENENOSOS

que se da en un contacto rápido con las víboras,


les permite lograr su cometido sin estar expues-
tas al daño que la víctima les pueda ocasionar.
En contraste con esto, la mordedura de las ser-
pientes corales generalmente toma más tiempo,
por la posición, tamaño y acción de su aparato
venenoso, lo que implica que deben permane-
cer un tiempo mayor adheridas a su víctima.
El veneno de las serpientes es un líquido
espeso y trasparente, que en ocasiones puede
tornarse amarillento o turbio. Está compuesto
por una amplia variedad de elementos quími-
cos, cuya combinación varía entre una especie
y otra; incluso en algunas especies puede tener
una composición diferente en el estado adulto y
en el estado joven.
Dentro del variado número de compuestos,
presente en sus venenos, son las proteínas las
que conllevan los más importantes efectos sobre
las víctimas de las mordeduras. En este grupo se
encuentran enzimas y toxinas que, de acuerdo
con su acción en el organismo, se denominan
neurotoxinas (afectan el funcionamiento del
sistema nervioso), cardiotoxinas (afectan el fun- Colmillos
cionamiento del corazón) y citotoxinas (afectan
el funcionamiento de las células), entre otras.
Estos compuestos alteran funcionamientos bá-
sicos del cuerpo, como la coagulación de la san-
29

SERPIENTES
Figura 1.4.
Esquema del aparato
venenoso de una
serpiente Cascabel.

Conductor venenosos

Glándula venenosa

Veneno
30
gre, la trasmisión de los impulsos nerviosos y la integridad de las
REPTILES VENENOSOS

células, causando la muerte del organismo.


La potencia de los venenos puede variar ampliamente entre
dos especies del mismo género, pero también puede ser diferente
en dos individuos de la misma especie localizados en regiones
diferentes o en estadios de madurez diferente. Por ejemplo, el ve-
neno de una Cascabel joven (C. willardi) es mucho más tóxico
para una lagartija que el veneno de una Cascabel adulta. También
se ha encontrado que las presas de las especies juveniles son más
sensibles al veneno de estas, mientras que el veneno de las espe-
cies adultas es más tóxico para sus presas.
31

SERPIENTES
Clasificación
Clasificar las serpientes en grupos es fundamental para entender
muchas de sus características y, así, poder saber cuáles son las
que realmente representan peligro para el hombre. Las serpientes
se podrían clasificar de muchas formas, pero aquí se presentarán
tres formas: clasificación taxonómica, clasificación por su denta-
dura y clasificación de acuerdo con el riesgo para el hombre (en
serpientes venenosas y no venenosas). En esta última clasificación
se basarán las otras dos.
La clasificación taxonómica de las serpientes, así como la de
cualquier otro ser vivo, es una forma científica para ubicarlas en
un proceso evolutivo y permite identificar características impor-
tantes; en este caso, su riesgo. Dentro de esta clasificación, se dice
que existen 18 familias de serpientes en el mundo y alrededor
de 2700 especies, repartidas en 420 géneros, y derivadas de un
mismo antepasado. Como se observa en el cuadro 1, cada una de
ellas tiene diferentes características.
Cuadro 1. Familias de serpientes del Nuevo Mundo.

32 Familia Algunas características importantes


REPTILES VENENOSOS

Son serpientes pequeñas y delgadas,


Anomalepididae con ojos rudimentarios.

Son especies pequeñas y generalmente no


Leptotyphlopidae alcanzan el metro de longitud.

Typhlopidae Son serpientes pequeñas y delgadas, con


muy pocas especies en el mundo.

Aniliidae Esta familia solo tiene una especie.

Son serpientes generalmente grandes que


Boidae matan a sus presas por compresión.
Tienen 2 pulmones.

Serpiente de tamaño medio con una


Loxocemidae sola especie descrita.

Serpientes pequeñas y medianas,


Tropidophiidae anteriormente consideradas como Boas.

Tiene muchas especies y variados


Colubridae* tamaños y colores. Son las serpientes más
frecuentemente encontradas

Serpientes pequeñas de ojos pequeños.


Elapidae Las corales se caracterizan por los colores
negro, rojo y amarillo

Cabeza triangular, pupilas elípticas y


Viperidae fosas termoreceptoras
Nombres más comunes Dentadura Riesgo 33
de sus especies

SERPIENTES
Culebras Aglifas No venenosa

Falsa Coral

Boas, Anaconda

Aglifas No venenosa

Pitón Americano

Serpientes de madera

Culebras, Falsas Corales, Aglifas y Opistoglifas No venenosas*


Cazadoras

Corales y Proteroglifas
Serpiente de Mar
Venenosa
Víboras, Cascabeles, Solenoglifas
Taya x, Pudridora, * Algunas especies de esta familia
Mocasín pueden ocasionar accidentes con
envenenamiento (ver recuadro).
35

SERPIENTES
Culebras venenosas
H
ablar de culebras venenosas puede ser confuso e inadecuado,
especialmente porque del grupo de serpientes que conforma
esta familia (alrededor de 1700 especies) tan solo unas pocas
especies poseen un veneno que puede ocasionar lesiones locales,
sistémicas y, ocasionalmente, la muerte. Entre la cantidad de es-
pecies clasificadas, en cerca de 290 géneros, es posible encontrar
una gran variedad de colores y tamaños, así como una distribución
en diferentes ambientes. Algunas especies no alcanzan a medir 50
cm, mientras que otras pueden llegar a medir 3 m.
Aunque las culebras pueden llegar a morder, y muchas de
ellas a inocular veneno (producido en las glándulas de Duvernoy),
son principalmente algunas especies opistoglifas las que ocasio-
nan los envenenamientos más severos. Dentro de la familia Co-
lubridae hay más de 30 géneros en América (desde Canadá has-
ta Argentina, incluyendo algunas islas del Caribe) que han sido
relacionados con accidentes ocasionados por envenenamiento.
Particularmente 4 especies han sido relacionadas con accidentes
fatales (ninguno claramente documentado); estas especies son:
36
Serpiente Cabeza Negra o Falsa Coral (Phalotris lemniscatus).
REPTILES VENENOSOS

Distribuida en Brasil (Río Grande del Sur), Argentina y Uruguay. Han


sido registrados accidentes con alteraciones en la coagulación.
Serpiente Lora (Phylodrias olfersii). (Véase la figura 1.5).
Distribuida en toda Suramérica, con excepción de Chile y Ecuador.
Existen múltiples reportes de accidentes, con dolor, inflamación lo-
cal y de ganglios. Mide entre 1 y 1.4 m. Otras especies del mismo
género (P. aestivus, P. baroni, P. chamissonis, P. patagoniensis,
P. viridissimus), han sido implicadas en accidentes con manifesta-
ciones locales como dolor e inflamación, y sangrados. Hay un caso
de fatalidad por P. olfersii reportado en Brasil.
Serpiente Delgada del Perú (Tachymenis peruvianus). Distribui-
da en Perú, Bolivia, Chile y Argentina, generalmente entre los 1500
y 3000 msnm. En los accidentes reconocidos se reporta dolor local
e inflamación del miembro afectado, con morados en la piel. Mi-
den menos de medio metro de longitud.
Serpiente Sapa o Falsa víbora del Amazonas (Xenodon se-
verus). Distribuida desde México hasta Suramérica. En su estado
adulto alcanza a medir 1 m.
El grado de conocimiento acerca de la letalidad y efectos de
los venenos de las especies de esta familia es cada vez mayor. Ac-
tualmente, los siguientes géneros en América han sido reportados
como causantes de envenenamiento, con efectos locales, dolor de
cabeza, nauseas y, en algunos casos, sangrados: Alsophis, Aposto-
lepis, Boiruna, Clelia, Coluber, Coniophanes, Conophis, Crisanto-
phis, Diadophis, Elapomorphus, Erythrolamprus, Helicops, Hetero-
don, Hydrodynastes, Hydrops, Hypsiglena, Leptodeira, Leptophis,
Liophis, Lystrophis, Mastigodryas, Oxybelis, Oxyrhopus, Phalotris,
Philodryas, Pliocercus, Ptychophis, Rhinobothryum, Symphimus,
Tachymenis, Thamnodynastes, Thamnophis, Tomodon, Trimor-
phodon, Waglerophis, Xenodon y Xenoxybelis.
37
Finalmente, es importante aclarar que especies de esta fami-

SERPIENTES
lia han sido causantes de un importante número de fallecimien-
tos documentados; algunas de ellas son: la serpiente Yamakagashi
(Rhabdophis tigrinus) y la serpientes Ular o Cuello Rojo (Rhabdo-
phis subminiatus) en Asia, y la serpiente Boomslang (Dispholidus
typus), la serpiente Ivissi (Thelotornis kirtlandii) y la serpiente Twig
(Thelotornis capensis) en África.

Figura 1.5.
Serpiente Lora
(Phylodrias olfersii).

En el Nuevo Continente habitan las 2 familias más grandes de ser-


pientes venenosas: las Víboras y los Elápidos. Las Víboras, como
generalmente se les ha conocido a las serpientes de la familia
Viperidae, son especies altamente venenosas que se encuentran
distribuidas en casi todo el mundo, con excepción de Australia y
Madagascar. Por su parte, dentro de los Elápidos, ubicados prin-
cipalmente en el hemisferio sur de todo el planeta, están las ser-
38
pientes más famosas, conocidas por el alto potencial de su vene-
REPTILES VENENOSOS

no, como las Mambas (Dendroaspis sp.), las Cobras (Naja sp.),
las Corales (Micrurus sp.), y las famosas serpientes australianas,
como la Serpiente Tigre (Notechis sp.), el Taipán (Oxyuranus sp.)
y la Víbora de la Muerte (Acanthophis sp.), cuya mordedura pue-
de llegar al 50% de mortalidad.
Las víboras son ofidios caracterizados por tener un cuerpo
generalmente corto y robusto. Sus peculiaridades les han mere-
cido la distinción como las serpientes más desarrolladas. Estas
características especiales son: un aparato venenoso sofisticado,
con colmillos largos y retráctiles, sus fosas termorreceptoras y su
adaptación a condiciones extremas de frío y calor. Esta familia
de serpientes está conformada por cuatro subfamilias, de las que
solo la subfamilia Crotalinae está presente en América.
Mientras que las Víboras en América han sido reconocidas por
ocasionar un gran número de accidentes, las serpientes Corales y
de Mar (ambas Elápidos) han llamado siempre la atención por sus
vistosos colores y por los escasos accidentes que han ocasionado;
aunque, lamentablemente, muchos de esos accidentes han sido
fatales, por la rápida acción del veneno y por la escasez de trata-
miento o la dificultad para conseguirlo.
A continuación, se hace una descripción de los géneros de
estos dos grupos de serpientes, incluyendo un listado de las espe-
cies descritas para el continente. Este listado y su clasificación se
han elaborado con base en lo descrito por Jonhatan A. Campbell
y William W. Lamar, los autores de mayor reconocimiento en el
tema y los responsables de la publicación más completa de espe-
cies de reptiles venenosos de América.
39

SERPIENTES
Víboras de América
(subfamilia Crotalinae)

T
odas las víboras de América están clasificadas dentro de la sub-
familia Crotalinae, que también se encuentra en Asia. En el Nue-
vo Continente habitan 12 de los 19 géneros de esta subfamilia.
Son conocidas como Víboras de Foseta por ser las únicas especies
de la familia Viperidae que poseen una fosa termorreceptora (véase
la figura 1.6). Este órgano sensitivo, ubicado entre sus ojos y fosas
nasales, les permite captar la radiación infrarroja, o mejor, el calor
que emiten sus presas de sangre caliente, lo que les facilita identifi-
carlas en la oscuridad o en la maleza. También les permite detectar
cambios de temperatura de 0.2° C a 0.5 m de distancia. En las zo-
nas rurales se les conoce como “Cuatro Narices”.
Además de estas características, las serpientes Víboras de
América poseen algunas características propias, que las diferen-
cian de las demás serpientes de América. Una de estas caracterís-
ticas es su pupila elíptica, típica de las especies nocturnas, que, en
el caso de las víboras, está presente inclusive en las especies de
hábito diurno, que son una inmensa minoría. Otra de sus carac-
terísticas externas son las múltiples escamas que tiene sobre su
40
cabeza y su cola corta. Este conjunto de características (fosa ter-
REPTILES VENENOSOS

morreceptora, pupila elíptica, múltiples escamas sobre su cabeza),


junto con el aspecto opaco de sus escamas, permite diferenciarlas
de las especies no venenosas (véase la figura 1.6).
Las víboras de América comparten algunas características con
los ofidios en general y con muchas especies animales; por ejem-
plo, el camuflaje. Este se da de dos formas diferentes, que a su vez
se combinan: la homocromía (color similar al del medio ambiente)
y la homotipia (formas similares a las del medio ambiente). Para
el primer caso, algunos ejemplos son las serpientes arborícolas,
que tienen colores verdes, como la serpiente Lora (B. bilineata); las
Cascabeles de los desiertos, que tienen colores café claro o ama-
rillo, como la cascabel Diamond Back (C. atrox); y las serpientes

Múltiples escamas
sobre su cabeza

Pupila elíptica
Fosa
termoreceptora

Figura 1.6.
Características de las
serpientes víboras de América.
41
terrestres de la selva húmeda, como la Terciopelo (B. asper), que

SERPIENTES
tiene tonalidades café oscuro. Por otra parte, están las especies
que, además de homocromía, presentan homotipia; por ejemplo,
la Víbora Cornuda (C. cerastes), que exhibe imágenes y colores
de arena en su piel, lo que la hace difícilmente identificable por
los habitantes de su entorno. Por el contrario, la serpiente Víbora
de Pestaña de color amarillo u oropel (B. schlegelii) habita en la
selva húmeda de Centroamérica y Colombia, y resalta claramente
en su hábitat rodeado de verde. Para algunos este color tiene un
significado de advertencia (como en otros animales venenosos),
mientras que para otros es una estrategia para atraer aves, que
a la postre serán sus víctimas, pues confunden su color amarillo
brillante con el color de las flores (véase la figura 1.7).
El camuflaje y el aparato venenoso son mecanismos de de-
fensa de las víboras; sin embargo, la función principal de su apara-
to venenoso es la de obtener alimento. Estos ofidios se alimentan
principalmente de pequeños mamíferos y, en estadios jóvenes, de
insectos. Sus presas pueden ser tan grandes como la tercera parte
de su cuerpo, lo que análogamente significaría que una persona
de 70 kg ingiriera un plato de 24 kg en una sola comida.
El proceso de ingestión en las víboras se realiza con la presa
muerta o paralizada por los efectos de su veneno. Generalmente,
inicia primero con la ingestión de la cabeza de la presa y puede
tomar varias horas, hasta que el contenido llegue al estómago,
en donde se da la mayor parte del proceso de digestión. El pro-
ceso digestivo de los ofidios está directamente relacionado con
su temperatura corporal; este alcanza su mayor efectividad a los
30° C, temperatura que se puede alcanzar generalmente con su
exposición al sol.
Figura 1.7.
42 Víbora de pestaña
(B. schlegelii)
REPTILES VENENOSOS
43
Esta familia de serpientes ha logrado una amplia distribución

SERPIENTES
en el territorio americano adaptándose a condiciones extremas de
frío, calor y altitud. La mayor densidad y variedad de víboras está
en los bosques lluviosos y húmedos, donde encuentran las con-
diciones más favorables en el entorno, como temperatura estable
y cercana a los 28° C, humedad, y abundante disponibilidad de
alimento. Su densidad y variedad disminuye a medida que se aleja
de la línea ecuatorial (la serpiente Cabeza de Lanza de la Pata-
gonia, B. ammodytoides (figura 1.6), es la especie más cercana
a los polos). De igual forma, son escasas las especies venenosas
que sobrepasan los 2000 msnm. Algunas de estas son la Víbora
de Tierra Fría en Colombia, que se encuentra a 2500 msnm, y la
serpiente Cascabel Hocico de Puerco (C. triseriatus), que se en-
cuentra por encima de los 4000 msnm, ostentando el record de
altitud de todas las serpientes de América.
Particularmente en las zonas semidesérticas y desérticas de
América, las víboras han logrado una amplia distribución, princi-
palmente en Estados Unidos y México. Especies como el Crótalo
Cornudo (Crotalus cerastes) se han adaptado a condiciones ex-
tremas en el desierto; otras especies, como la Boca de Algodón (A.
piscivorus) (figura 1.8), se han adaptado a una vida semiacuática;
mientras que especies como la serpiente Lora (B. bilineata) de la
región amazónica y la Víbora de Palma (Bothriechis sp.) de Cen-
troamérica y Colombia se han adaptado a vivir en los árboles.
Algo particular en el comportamiento de este tipo de víboras
es que son agresivas, lo que las hace aun más peligrosas que las
especies de otras subfamilias o familias. Esto explica que algunas
víctimas lleguen a los centros de salud con más de una morde-
dura. Pero así como tienen este tipo de comportamiento, tam-
bién tienen otros que evitan muchos accidentes; por ejemplo, las
44
Cascabeles emiten su sonido característico para evitar encuentros
REPTILES VENENOSOS

inesperados o accidentes innecesarios, pues gastar su veneno en


un acto de defensa las pone en una situación desfavorable para
obtener su alimento. Otras especies, en cambio, abren sus boca
cuando se ven amenazadas, como la Víbora de Pestaña (B. schle-
gelii) y la Boca de Algodón (A. piscivorus).

Figura 1.8.
Mocasín de Agua
(A. piscivorus)
45

SERPIENTES
Serpientes mocasín
(género Agkistrodon)

E
stas serpientes están distribuidas en Norteamérica y Centroa-
mérica, desde zonas pantanosas hasta áreas rocosas. Aunque
son principalmente terrestres, tienen también hábitos acuáticos;
particularmente, la Boca de Algodón (A. piscivorus) es semiacuáti-
ca. También es posible encontrarlas nadando en el mar muy cerca
de la costa. Aunque la mayoría de las veces permanecen en tierra
buscando alimento, en ocasiones es posible encontrar a las ser-
pientes Cabeza de Cobre (A. contortix) trepando a los árboles. Las
serpientes del género Agkistrodon son principalmente nocturnas
y, en los días fríos, es posible encontrarlas exponiéndose al sol. La
Mocasín, que está ubicada más al norte, tiene un comportamiento
particular: en el verano permanece activa y es nocturna, mientras
que en las épocas frías se oculta y solo sale para exponerse al sol
en los días templados o calientes. En las regiones ubicadas más
al norte puede llegar a permanecer hasta 6 meses hibernando,
mientras que en las áreas que se ubican más al sur su inactividad
se reduce solo a 3 ó 4 meses.
46
Mientras que el Cantíl (A. bilineatus), es de naturaleza irrita-
REPTILES VENENOSOS

ble y agresiva, la Cabeza de Cobre (A. contortix) (véase la figura


1.9), es mucho más calmada, aunque tiende a ser más agresiva en
temperaturas ambientales altas. Por su lado, la Boca de Algodón
es menos agresiva de lo que se cree y generalmente abre su boca
blanca en situaciones de riesgo, como en una posición intimidante.
Las serpientes de este género usualmente miden menos de
1 m; la Boca de Algodón es la que mayor tamaño alcanza: hasta
1.80 m de longitud. Generalmente, sus colmillos son pequeños.
El color de su piel les permite camuflarse perfectamente en su
ambiente; la serpiente Cabeza de Cobre (A. contortrix) de Norte
América es un ejemplo claro de esta estrategia: tiene en su piel
manchas muy similares a las hojas en las que se oculta.

Figura 1.9.
Cabeza de Cobre
(A. contortix)
47
Aunque sus accidentes son peligrosos, en muy pocas ocasio-

SERPIENTES
nes alcanzan a ser fatales. Se alimentan de pequeños vertebrados
como aves, roedores y murciélagos, así como de insectos, ciem-
piés, salamandras, lagartijas, ranas y peces (estos dos últimos son
parte fundamental de la dieta de la serpiente Boca de Algodón). A
su vez, son parte de la dieta de otras serpientes (Culebras, Corales
y Mocasines), tortugas, caimanes y águilas, entre otros.

Cuadro 2. Especies, nombres comunes y


localización de las serpientes del género Agkistrodon.

Especies Nombres comunes Localización

Cantil, Cantil de Agua, Costa pacífica de México y Centroamérica


A. bilineatus
Mocasina, Castellana hasta Costa Rica y Península de Yucatán

Copperhead, Mocasín,
Este y centro de Estados Unidos. Noreste
A. contortrix Cabeza de Cobre, Mocasín de Cabeza
de México y sureste de Canadá
Cobriza, Congo

Cottonmouuth, Mocasín Acuático,


A. piscivorus Región sur y este de Estados Unidos.
Boca de Algodón

A. taylori Cola Hueso, Huesón, Navaja Noreste de México


49

SERPIENTES
Víboras saltadoras de foseta
(género Atropoides)

L
as Víboras Saltadoras son serpientes robustas de cola corta, no
prensil, y alcanzan hasta 1 m de longitud. Están distribuidas en
los bosques lluviosos de México y Centroamérica. Algunas están
localizadas en altiplanos y otras, como las Timbo (A. mexicanus
y A. picadoi), y la Víbora Sorda (A. nummifer), generalmente se
encuentran sobre los 1000 msnm.
Estas serpientes, principalmente terrestres, anteriormente es-
taban clasificadas dentro del género Porthidium. Las Víboras Sal-
tadoras pueden ser de hábito diurno o nocturno y algunas espe-
cies, como la Víbora Sorda, pueden ser vistas exponiéndose al sol
en las primeras horas de la mañana. Se caracterizan por mantener
su boca abierta cuando se sienten amenazadas y por infligir mor-
deduras sostenidas en sus presas y en sus víctimas.
En su estado adulto se alimentan de pequeños mamíferos y
lagartijas, mientras que en sus estadios jóvenes tienen como dieta
principalmente a grillos y saltamontes. A su vez, son víctimas de
halcones y de otras serpientes.
50
Cuadro 3. Especies, nombres comunes y
REPTILES VENENOSOS

localización de las serpientes del género Atropoides.

Especies Nombres comunes Localización

Mano de Piedra, Timbo, Patoca, Desde México (Chiapas) hasta


A. mexicanus
Toboba Panamá
Mano de Metate, Víbora Saltadora, México (desde el sur de San Luis
A. nummifer Tepocho, Víbora Sorda Potosí hasta Oaxaca)

Mano de Piedra, Cantil Sapo, México (Chiapas), Guatemala


A. occidus
Chinchintor y Salvador
México (Veracruz, Oaxaca y
A. olmec Mano de Piedra
Chiapas) y Guatemala
Mano de Piedra, Patoca, Timbo,
A. picadoi Costa Rica y Panamá
Taboba
51

SERPIENTES
Víboras de palma (género Bothriechis )

L
as Víboras de Palma son serpientes pequeñas (miden regu-
larmente entre 60 y 80 cm), aunque algunas, como las Cantil
verde (B. aurifer y B. bicolor) y la Toboba (B. lateralis), pueden
sobrepasar el metro de longitud. Son de cola prensil y cabeza re-
lativamente grande. Viven en los árboles. Aunque la mayoría son
de colores verdes, otras, como la Flecha (B. schlegelii), (véase la
figura 1.7), y la Bocaraca (B. supraciliaris), exhiben una variada
gama de coloraciones: desde el amarillo hasta colores marrón,
combinados muchas veces con tonalidades de verdes y azules.
La única especie que ha sido vista más sobre el suelo que en los
árboles es la Bocaraca.
Estas víboras, que se caracterizan por tener ligeramente ele-
vado su hocico, se encuentran distribuidas principalmente en las
zonas montañosas de Centroamérica y en la región norte de Sura-
mérica. Las especies que viven por debajo de los 1000 msnm son
de hábito nocturno, mientras que las que están sobre los 1500
msnm son de hábito diurno; por su parte, las especies que están
en medio de estas dos altitudes pueden estar activas durante el
día y la noche.
52
Sus accidentes no son usualmente fatales y, la mayoría de las
REPTILES VENENOSOS

veces, ocurren en las manos y la cabeza de sus víctimas, debido


a su frecuente localización en los árboles. Se alimentan principal-
mente de ranas, lagartijas, roedores, pájaros pequeños y murcié-
lagos. A su vez, son presa de otras serpientes.

Cuadro 4. Especies, nombres comunes y


localización de las serpientes del género Bothriechis

Especies Nombres comunes Localización

Cantil Loro, Cantil Verde,


B. aurifer Guatemala, México (Chiapas)
Cotorra, Nauyaca
Nauyaca, Cantil Lora, Cotorra,
B. bicolor Guatemala, México (Chiapas)
Víbora Verde
Lora, Toboba, Chocoya
B. lateralis Costa Rica y Panamá

B. marchi Chocoya, Tamagá Vverde Honduras

B. nigroviridis Lora, Sesé, Toboba de Árbol Costa Rica y Panamá


Nauyaca de Cola Azul, Víbora de
B. rowleyi México (Oaxaca y Chiapas)
Palma, Víbora Verde
Desde México (Chiapas) hasta
Víbora de Pestaña, Víbora de Tierra
B. schlegelii Colombia, Ecuador, norte de Perú y
Fría, Colgadora, Flecha, Lora
oeste de Venezuela
Bocaracá, Terciopelo
B. supraciliaris Sur de Costa Rica
de Pestaña, Toboba
Región limítrofe entre
B. thalassinus Yax Chan
Honduras y Guatemala
53

SERPIENTES
Víboras de foseta
(género Bothrocophias )

E
stas serpientes, anteriormente clasificadas dentro del género
Bothrops, se encuentran distribuidas en el noroeste de Sura-
mérica, en zonas bajas de la selva húmeda. Generalmente al-
canzan más de 1 m de largo, a excepción de la Equis Sapa (B.
hyoprora) (véase la figura 1.11), que alcanza algo más de 80 cm.
Son de colores cafés y anaranjado (Taya del Cauca), y tienen
su hocico levantado. Son de hábito terrestre y generalmente se
encuentran en lugares cercanos a fuentes de agua. Cuando son
molestadas, hacen vibrar su cola. Se alimentan de ranas, lagarti-
jas, pájaros y pequeños roedores.
54
Cuadro 5. Especies, nombres comunes y
REPTILES VENENOSOS

localización de las serpientes del género Bothrocophias.

Especies Nombres comunes Localización

B. campbelli Boca de Sapo Ecuador


B. colombianus Equis Colorada, Mapaná Colombia (Región andina)
Región amazónica de Colombia,
Equis Sapa, Yoperojobobo, Hocico
B. hyoprora Ecuador, Perú, Bolivia y noroeste
de Puerco, Jergón
de Brasil
Mapaná, Taya, Yoperojobobo, Región andina desde Colombia
B. microphthalmus
Hocico de Puerco, Jergón hasta Bolivia
Taya del Cauca, Colombia (Cauca y
B. myersi
Cabeza de Lanza Valle del Cauca)

Figura 1.11.
Equis Sapa (B. hyoprora). Foto
cortesía de William Lamar.
55

SERPIENTES
Víboras del bosque
(género Bothriopsis )

E
stas serpientes están distribuidas en el norte de Suramérica (re-
gión amazónica y los Andes). Son delgadas y generalmente mi-
den menos de 1 m de largo. Viven en los bosques y todas son, en
mayor o menor grado, arborícolas. Algunas especies, como la Tigra
Mariposa (B. medusa), la Rabo de Ratón (B. taeniata) y la Jer-
gón (B. oligolepis), pueden encontrarse en altitudes hasta de 2000
msnm. Por otra parte, la serpiente Lora (B. bilineata), (véase la figu-
ra 1.12), está distribuida en tierras bajas y es frecuente encontrarlas
en los árboles de las regiones inundadas en la selva amazónica.
Estas serpientes, que por lo general tienen tonalidades verdes
en su cuerpo, se alimentan de ranas, lagartijas, pequeños pájaros
y roedores. Algunas de las especies de este género estuvieron in-
cluidas anteriormente en el género Bothrops.
Figura 1.12.
56
Serpiente Lora (B. bilineata).
Foto cortesía de Germán Chávez.
REPTILES VENENOSOS
57

SERPIENTES
58
Cuadro 6. Especies, nombres comunes y
REPTILES VENENOSOS

localización de las serpientes del género Bothriopsis.

Especies Nombres comunes Localización

Lora, Palo Verde,


B. bilineata Región amazónica
mapanare rayada
Achu Jergón, Lamón, Jergón Negro, Perú (Huánuco,
B. chloromelas
Loro Machaco Junín y Pasco)
Maparé Tigrito, Tigra Mariposa, Venezuela (Aragua,
B. medusa
Viejito Bolívar y Carabobo)
B. oligolepis Jergón, Loro Mashaco Sur de Perú y norte de Bolivia
Sureste de Colombia,
B. pulchra Loro Machaco, Macanchillo
Ecuador y noreste de Perú
Rabo de Ratón, Cuatro Narices,
B. taeniata Región amazónica
Jararaca Amarela
59

SERPIENTES
Cabezas de lanza
(género Bothrops)

L
as Cabezas de Lanza, llamadas así por la forma triangular de
su cabeza, están distribuidas en los bosques lluviosos, sabanas,
laderas y plantaciones de Centro y Suramérica. Es posible ha-
llarlas también en los ríos y riachuelos, e inclusive en zonas desér-
ticas como el desierto de Atacama (B. pictus). Aunque la mayoría
viven en zonas por debajo de los 1500 msnm, algunas pueden
encontrarse sobre los 2500 o inclusive los 3000 msnm, como la
Dormilona (B. andianus), que se ha visto a 3300 msnm.
Generalmente miden menos de 1 m de largo, aunque algunas
alcanzan hasta los 2.5 m. Son de hábito terrestre, aunque es posi-
ble encontrarlas en los árboles, principalmente a las especies que
son insulares y juveniles. En su mayoría, son de hábitos nocturnos.
Dentro de este género, uno de los tres géneros con más espe-
cies de serpientes en América, se han descrito 4 especies insulares
endémicas: la Cabeza Lanza de Oro (B. insularis), (véase la figura
1.13), ubicada en la isla de Quemada Grande en Brasil; la Cola
de Ratón (B. caribbaeus), que habita en la isla de Santa Lucía de
60
las Antillas; la Jararaca Alcatraces (B. alcatraz), ubicada en la isla
REPTILES VENENOSOS

Alcatraz en Brasil; y la serpiente Jaune (B. lanceolatus), que habita


en Martinica.
Algunas especies tienen bastante similitud entre sí, como las
serpientes Talla Equis (B. asper y B. atrox), (véanse las figuras 1.14
y 1.15), a quienes se ha llegado a denominar como el complejo
asper-atrox. Otro caso es el del grupo de serpientes clasificadas
anteriormente como subespecies de la Jararacusu (B. neuwiedi),
(véase la figura 1.16), actualmente clasificadas en nuevas espe-
cies. Así como la similitud de las especies ha confundido a los
especialistas en el tema, también lo ha hecho con los pobladores
de las diferentes regiones del continente. Por esto, se pueden en-
contrar especies con el mismo nombre común, como la serpiente
Jergón, nombre con el que se conoce a las especies: B. andianus,
B. atrox, B. brazili, entre otras. Lo mismo ocurre con la Jararaca,
nombre que se le da popularmente en Brasil a las especies: B.
alcatraz, B. alternatus, B. atrox, B. brazili, B. erythromelas, B. fon-
secai, B. marajoensis, B. neuwiedi, entre otras.
Las serpientes de este grupo se alimentan especialmente de
roedores, ranas, marsupiales, lagartijas y pájaros. Las serpientes in-
sulares se han adaptado a alimentarse de lo que encuentren dispo-
nible; por esto no es extraño ver que algunas de ellas se alimenten
principalmente de ciempiés y que otras, como la Cabeza de Lanza
de Oro, se alimenten principalmente de pájaros. Sus principales de-
predadores son otras serpientes como la Cazadora (Clelia clelia) y
algunas especies de Corales. También se ha documentado que han
sido víctimas de tarántulas, mofetas y búhos, entre otros.
Estas víboras son de comportamiento agresivo, lo que explica
que sean causantes de cerca del 80% de los accidentes y fatalida-
61

SERPIENTES
Figura 1.13.
Cabeza Lanza de Oro
(B. insularis).

Figura 1.14.
Talla Equis
(B. atrox).

Figura 1.15.
Jararacusu
(B. neuwiedi).
62
REPTILES VENENOSOS

Figura 1.16.
Talla Equis (B. asper).
Foto cortesía de William Lamar.
63
des en Suramérica y Centroamérica. Esto las convierte en el grupo

SERPIENTES
venenoso que más accidentes causa en el continente. Las tres prin-
cipales especies relacionadas con accidentes fatales son: la Tercio-
pelo (B. asper), la Talla Equis (B. atrox) y la Jararaca (B. jararaca).
Cuadro 7. Especies, nombres comunes y
localización de las serpientes del género Bothrops.

Especies Nombres comunes Localización

B. alcatraz Jararaca de Alcatraces Isla Alcatraz (Brasil)


Sureste de Brasil, Paraguay, norte de
B. alternatus Yarará, Víbora de la Cruz
Argentina y Uruguay
B. ammodytoides Cenicienta, Yarará Ñata Argentina (desde Catamarca hasta Chubut)
La Chuta, Dormilona, Jergón,
B. andianus Sur de Perú y Bolivia
Terciopelo
Terciopelo, Mapaná, Pudridora, Desde el sur de México hasta el norte de
B. asper
Talla Equis o Barba Amarilla Perú, y al sur norte de Venezuela al este
Pudridora, Talla Equis, Cuatro
Región amazónica (Colombia, Venezuela,
B. atrox Narices, Jergón,
Guyanas, Ecuador, Perú, Brasil y Bolivia)
Mapaná, Equis. Mapanaré
B. barnetti Falsa Cascabel, Zancarranca Costa pacífica norte de Perú
Región amazónica (Colombia, Venezuela,
Jararaca, Rabo de Ratón, Jergon,
B. brazili Guyanas,
Mapanaré
Ecuador, Perú, Brasil y Bolivia)
B. caribbaeus Cola de Ratón Antillas (Isla Santa Lucía)

B. cotiara Cotiara, Yarará Sureste de Brasil y norte de Argentina

B. diporus* Yarará, Boca de Sapo Sur de Brasil, Paraguay y norte de Argentina

B. erythromelas Jararaca Noreste de Brasil


Brasil (Río de Janeiro, Sao Paulo y Minas
B. fonsecai Cotiara, Jararaca
Gerais)
B. insularis Cabeza de Lanza de Oro Brasil (Isla Quemada Grande)
Brasil (Minas Gerais, Sao Paulo, Goias,
B. itapetiningae Jararaca del Campo
Paraná, Mato Grosso)
Sureste de Brasil, Paraguay y norte de
B. jararaca Jararaca, Yarará
Argentina
64
REPTILES VENENOSOS

Especies Nombres comunes Localización


Surucucú, Yarará Dorada, Yarará Sur de Brasil, Bolivia, Paraguay y norte de
B. jararacussu
Guazú Argentina
B. jonathani Yoperojobobo Centro y Sur de Bolivia
Serpiente Jaune, Serpiente
B. lanceolatus Martinica
Croissant
Brasil (región costera desde Espítritu Santo
B. leucurus Jararaca, Capangueiro
hasta Bahía)
B. lojanus Macanchi, Macaucho Sur de Ecuador

B. lutzi* Boca de Sapo, Jararaca Noreste de Brasil

B. marajoensis Jararaca Brasil (costa de Pará y Maranhao)


Yoperojobobo, Boca de Sapo, Sur de Perú, Bolivia, suroeste de Brasil y
B. mattogrossensis*
Jararaca Paraguay
Brasil (región central), este de Bolivia y
B. moojeni Caisaca, Cabeza de Capanga
noreste de Paraguay y Argentina
B. muriciensis Jararacusu Brasil (Alagoas)
Brasil (Bahía, Goias, Minas Gerais, Rio de
B. neuwiedi Jararacusu, Jararaca Pintada
Janeiro, Sao Paulo, Paraná y Santa Catarina)
B. osbornei Llucti Negra Ecuador y noroeste de Perú
Boca de Sapo, Jararaca,
B. pauloensis* Este de Paraguay y Sur de Brasil
Jararacussu
B. pictus Jergon de la costa Oeste de Perú

B. pirajai Jararacusu Brasil (Río de Janeiro y Bahía)


Jararaca, Yarará, Víbora de la
B. pubescens* Sur de Brasil y Uruguay
Cruz
Cuatronarices, Dormilona, Pelo Panamá, Colombia (región Pacífica) y norte
B. punctatus
de Gato de Ecuador
B. roedingeri Jergón de la Costa, Macanche Perú (costa Pacífica)
Bothrops sp.*
Boca de Sapo, Jararaca Brasil (Goias, Tocantins y Minas Gerais)
(especie en descripción)
B. sanctaecrucis Yoperojobobo Región central de Bolivia
Barriga Morada, Cuatro Narices,
B. venezuelensis Norte y centro de Venezuela
Terciopelo

* Especies antes clasificadas como subespecies de B. neuwiedi.


65

SERPIENTES
Víboras de la montaña
( género Cerrophidion)

E
stas serpientes de hábito diurno son poco conocidas. Miden
entre 50 y 75 cm, y están distribuidas en zonas montañosas de
México y Centroamérica. Habitan en zonas pequeñas y solo la
Toboba de Altura (C. godmani), tiene una distribución amplia. Es
posible encontrarlas sobre los 3000 msnm.
Contrario a lo que ocurre con la mayoría de las víboras, estos
ofidios salen a buscar su alimento: principalmente artrópodos, la-
gartijas, anfibios, pequeños pájaros y roedores. Anteriormente, es-
tas serpientes estuvieron agrupadas en el género Porthidium. Los
accidentes con estas especies han sido escasamente reportados y
no hay fallecimientos registrados.
66
REPTILES VENENOSOS

Cuadro 8. Especies, nombres comunes y


localización de las serpientes del género Cerrophidion.

Especies Nombres comunes Localización

Nauyaca, Víbora Colorada,


C. barbouri México (Guerrero)
Víbora Sorda

Toboba de Altura, Nauyaca, Desde el sur de


C. godmani
Cantil Frijolillo México hasta Panamá

C. petlalcalensis Víbora México (Veracruz)

C. tzotzilorum Víbora, Nauyaca del Frío México (Chiapas)


67

SERPIENTES
Cascabeles ( género Crotalus )

E
stas serpientes están distribuidas en todo el continente ame-
ricano, con especial concentración en el norte del continente
y escasas especies presentes en Sur y Centro América (véase
figura 1.16). Se han adaptado a diferentes hábitats, como la
selva tropical, laderas de montaña, praderas, y zonas rocosas,
semidesérticas y desérticas. Se pueden encontrar desde el nivel
del mar hasta alturas cercanas a los 4500 msnm. Aunque son
especies principalmente terrestres, es posible encontrar algunas
de ellas subidas en los árboles. En este caso, cabe anotar que la
Cascabel del Bosque (C. horridus) (véase la figura 1.17) es la es-
pecie más arborícola de este género; aun así, es poco frecuente
verla en los árboles.
Las Cascabeles son generalmente de hábito diurno en las
épocas frías del año y nocturno en los meses más calientes. Cuan-
to más caliente sea la temperatura ambiente, más se concentra
su actividad en la media noche; mientras que cuanto más fría sea
esta, más se concentra su actividad en el medio día. Durante los
periodos fríos generalmente permanecen en cuevas; cuando se
exponen al sol lo hacen por periodos cortos, pues estar solo unos
Figura 1.17.
Figura 1.17.
Figura 1.20. Cascabel del Bosque
(C. horridus).
Foto cortesía Grupo
Viperidae/Ángeles Márquez.

Figura 1.18.
Cascabel Diamond Back del este
(C. adamanteus).
En la foto el profesor William Lamar.
Foto cortesía de William Lamar.

Figura 1.19.
Cascabel (C. oreganus).

Figura 1.20.
Cascabel (C. polystictus).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.

Figura 1.19. Figura 1.18.


Figura 1.21.

Figura 1.21.
Cascabel (C. scutulatus salvini).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.

Figura 1.22.
Cascabel (C. ravus).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.

Figura 1.23.
Cascabel (C. simus).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.

Figura 1.24.
Cascabel (C. tortugensis).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.

Figura 1.25.
Cascabel (C. triseriatus).
Foto cortesía Grupo Viperidae/
Ángeles Márquez.
Figura 1.22. Figura 1.23.

Figura 1.24. Figura 1.25.


72
minutos expuestas directamente puede causarles la muerte en
REPTILES VENENOSOS

pocos minutos, incluso a las especies que habitan en los desiertos.


Su tamaño varía entre el medio metro de longitud, como la
Víbora Sorda (C. intermedius), y algo más de los 2 m, como las
Cascabeles Diamond Back (C. adamanteus y C. atrox) del este
y del oeste de los EEUU (véase la figura 1.18). Generalmente las
especies insulares son más pequeñas que sus parientes del conti-
nente. Sus colores van desde los grises hasta los cafés, amarillos
y verdes; usualmente estas tonalidades se relacionan con el color
del medio donde se encuentran.
Su principal característica es la presencia del cascabel al
final de su cola, que usan como mecanismo de defensa, emi-
tiendo el sonido que las diferencia del resto de especies
en el mundo. Sin embargo, es importante destacar que
algunas especies y algunos individuos de este grupo
no tienen un cascabel propiamente dicho. También
es importante aclarar que contadas especies de otro
género tienen también un cascabel; por ejemplo, la
serpiente Alba (S. miliarius).
Estas serpientes, que ocasionan la gran ma-
yoría de los accidentes en los EEUU y México, se
alimentan regularmente de pequeños vertebrados,
como conejos, ardillas, pájaros, roedores y lagarti-
jas; estas últimas, junto con algunos invertebrados
(como larvas de insectos y ciempiés), son la principal
fuente de alimento de las especies juveniles. Dentro de sus
principales depredadores están los tejones, coyotes, correca-
minos, zorros, búhos, águilas, halcones y otras serpientes como la
Serpiente Índigo (Drymarchon sp.), la Corredora (Coluber sp.) y
algunas Falsas Corales (Lampropeltis sp.).
73

SERPIENTES
Figura 1.16.
Cascabel Suramericana
(C. durissus terrificus).
74
Cuadro 9. Especies, nombres comunes y localización de las
REPTILES VENENOSOS

serpientes del género Crotalus. (véase figuras 1.19 a 1.25)


Especies Nombres comunes Localización
Sureste de Estados Unidos (desde Carolina del
C. adamanteus Cascabel Diamondback del Este
norte hasta Lousiana)
México (Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo,
C. aquilus Víbora De Cascabel
Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Jalisco)
Sur de Estados Unidos (desde Arkansas hasta
Cascabel Diamondback del Oeste,
C. atrox California)
Víbora Serrana
y norte y centro de México
Saye, Tepocolcóatl, Víbora de México (Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima,
C. basiliscus
Cascabel Michoacán)

C. catalinensis Víbora de Cascabel México (Isla Santa Catalina)

Crótalo Cornudo, Víbora Cornuda, Estados Unidos (California, Nevada, Colorado,


C. cerastes
Chicotera Arizona) y México (Baja California y Sonora)

C. durissus Cascabel, Caiguara, Amaru, Palla Desde Colombia hasta el norte de Argentina

C. enyo Víbora de Cascabel México (Baja California)

Cascabel del Bosque, Cascabel del


C. horridus Centro y este de Estados Unidos
Cañaveral
México (Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Veracruz,
C. intermedius Colcoatl, Víbora Sorda
Oaxaca, Guerrero)

C. lannomi Víbora de Cascabel México (Jalisco)

Estados Unidos (Arizona, Nuevo México, Texas)


Víbora Verde de Cascabel,
C. lepidus y México (Chihuahua, Coahuila, Nuevo León,
Chamuré
San Luis Potosí, Tamaulipas)
Estados Unidos (California, Nevada, Arizona),
C. mitchelli Víbora Blanca, Víbora de Cascabel
México (Baja California)
Estados Unidos (Arizona, Nuevo México, Texas)
C. molossus Cascabel de Cola Negra, Palanca
y norte y centro de México
Desde el sureste de Canadá hasta el norte de
C. oreganus Víbora de Cascabel
México
México (Jalisco, Zacatecas, Michoacán,
Chiauhcóatl, Tlehua, Hocico de
C. polystictus Guanajuato, Veracruz, Puebla, Distrito Federal,
Puerco
Querétaro)
Estados Unidos (Arizona) y México (Sonora,
Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguas
C. pricei Víbora de Cascabel, Chachámuri
Calientes, Nuevo León, Tamaulipas)
75

SERPIENTES
Especies Nombres comunes Localización

C. pusillus Víbora de Cascabel México (Michoacán y Jalisco)

México (México, Veracruz, Puebla, Oaxaca,


C. ravus Colcóatl, Cascabel Enana
Guerrero)
Estados Unidos (California) y México (Baja
C. ruber Víbora de Cascabel
California)
Estados Unidos (California, Nevada, Colorado,
C. scutulatus Víbora de Cascabel O Chiauhcóatl Arizona, Nuevo México, Texas) y región central y
norte de México
C. simus Cascabel, Chil Chil, Shunu Desde el Sur de México hasta Costa Rica

C. stejnegeri Víbora de Cascabel México (Durango, Sinaloa)

C. tancitarensis Víbora de Cascabel México (Michoacán)

C. tigris Víbora de Cascabel Estados Unidos (Arizona) y México (Sonora)

C. tortugensis Víbora de Cascabel México (Isla Tortuga)


México (Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, San
C. totonacus Víbora de Cascabel
Luis Potosí y Querétaro)
C. transversus Víbora de Cascabel México (Distrito Federal, México, Morelos)
México (Veracruz, Puebla, Tlaxcala, México,
C. triseriatus Hocico de Puerco, Chilladora
Morelos, Michoacán)
Desde el suroeste de Canadá hasta el noroeste
C. viridis Víbora de Cascabel
de México
Estados unidos (Arizona, Nuevo México)
y México (Sonora, Chihuahua, Durango,
C. willardi Víbora de Cascabel
Zacatecas).
77

SERPIENTES
Verrugosa
( género Lachesis )

E
stas serpientes ostentan el record de longitud dentro de
las víboras que miden alrededor de 3 m (véasen las figura
1.26, 1.27 y 1.28). Están distribuidas en Centro y Suramérica,
en selvas húmedas y en regiones montañosas hasta los 1200
msnm. Son de hábito nocturno y generalmente usan los árboles
caídos como refugio.
Estas víboras se alimentan de roedores, ardillas y marsupiales.
Se reproducen por medio de huevos, a diferencia de las otras es-
pecies de la familia Viperidae. Son poco agresivas. Su mordedura
es de alto riesgo por la cantidad de veneno que pueden inocular
y por la poca efectividad de los antivenenos para neutralizar sus
toxinas.
78
REPTILES VENENOSOS

Cuadro 10. Especies, nombres comunes y


localización de las serpientes del género Lachesis.

Especies Nombres comunes Localización

Panamá, Colombia (Costa


L. acrochorda Verrugosa, Diamante, Guacama Pacífica y Atlántica, y región
Andina) y Ecuador
Cascabel Muda, Matabuey, Costa Rica
L. melanocephala
Plato Negro (región pacífica)
Verrugoso, Rieca, Bushmaster, Región amazónica (Colombia,
L. muta Cascabel Muda, Matabuey, Venezuela, Guyanas, Ecuador,
Surucucú Perú, Brasil y Bolivia), Trinidad
Bocaraca, Cascabel Muda, Nicaragua y costa caribe de
L. stenophrys
Matabuey Costa Rica y Panamá

Figura 1.25.
79

SERPIENTES
Figura 1.26.

Figura 1.27.

Figura 1.25.
Verrugosa
(L. muta rhombeata).
Foto cortesía William Lamar.

Figura 1.26.
Verrugosa (L. melanocephala).
Foto cortesía William Lamar.

Figura 1.27.
Verrugosa
(L. muta stenophrys).
Foto cortesía William Lamar.
81

SERPIENTES
Víboras de cuernos ( género Ophryacus )

E
stas serpientes están distribuidas en los bosques de la región
sur y centro de México. Pueden alcanzar hasta los 70 cm de
largo. Su nombre está asociado con las escamas que tienen
sobre sus ojos y que forman un cuerno. Se alimentan de lagartijas
y roedores. Los efectos de su veneno no han sido suficientemente
estudiados.

Cuadro 11. Especies, nombres comunes y


localización de las serpientes del género Ophryacus.

Especies Nombres comunes Localización

O. melanurus Víbora De Cachitos, Cornuzuelo, Torito México (Puebla y Oaxaca)

Cuernillos, Nauyaca, Víbora Cornuda, México (Guerrero, Oaxaca,


O. undulatus
Víbora de Cachitos Veracruz, Hidalgo)
83

SERPIENTES
Víboras de hocico ( género Porthidium)

E
stas víboras solo alcanzan algo más de 70 cm de longitud. Ge-
neralmente son nocturnas, pero es posible encontrar algunas
especies activas en las primeras horas de la mañana. Aunque
son terrestres, es posible encontrarlas, en contados casos, subidas
en árboles. Están distribuidas en Centroamérica y el norte de Sur-
américa, en las selvas húmedas y secas tropicales, generalmente
por debajo de los 1000 msnm.
Algunas especies de este género tienen la punta de su ho-
cico levantada, de donde han recibido su nombre. Una de ellas
es la Cabeza de Candado (P. nasutum), (véase la figura 1.28). Se
alimentan de ranas, lagartijas, otras serpientes, roedores y pája-
ros pequeños. En sus estadios juveniles se alimentan también de
invertebrados. A su vez, son presa de los halcones. Algunas de las
especies antes ubicadas en este género han sido clasificadas en
otros géneros de la misma subfamilia.
84
Cuadro 12. Especies, nombres comunes y
REPTILES VENENOSOS

localización de las serpientes del género Porthidium.

Especies Nombres comunes Localización

P. arcosae Víbora Ecuador (Manabí)

P. dunni Chatilla, Víbora Chata México (Oaxaca y Chiapas)

P. hespere Colmillo de Puerco México (Colima y Michoacán)

Este de Panamá, Colombia (región


Mapaná, Patoco, Patoquilla,
P. lansbergii Caribe), norte de Venezuela e Isla
Matacaballo, Sapa
Margarita
Tamagá, Cabeza de Candado, Desde el sur de México hasta el
P. nasutum
Cachetona, Nauyaca norte de Ecuador
Toboba Chinga, Tamagas, Guatemala, Honduras, Nicaragua,
P. ophryomegas
Víbora Castellana Salvador y Costa Rica

P. porrasi Tamagá Costa Rica

P. volcanicum Chinilla, Toboba Costa Rica

Belice y México
P. yucatanicum Chac-Can, Víbora
(Península de Yucatán)
Figura 1.28.
Toboba Chinga
(P. ophryomegas). 85

SERPIENTES
87

SERPIENTES
Cascabeles ( género Sistrurus )

E
stas serpientes están distribuidas en regiones pantanosas, bos-
ques de pinos y praderas, desde Canadá hasta México. Miden
entre 50 y 80 cm en su estado adulto. Sus colmillos alcanzan
solo 0.5 cm de longitud.
Al habitar en Norteamérica, la Massasauga (S. catenatus)
puede tener comportamientos variados dependiendo de las es-
taciones. Las serpientes que están localizadas en la región norte
permanecen en hibernación durante las estaciones frías, salen en
marzo o abril y regresan en octubre o noviembre. Por otra parte,
las que se encuentran en áreas donde hay cambios de temperatura
menos marcados, como la Massasauga y la Cascabel Pigmy (S. mi-
liarius), (véase la figura 1.29), permanecen activas durante la no-
che, en las temporadas calurosas, y durante el día, en la época fría.
Estas pequeñas Cascabeles se alimentan de ciempiés, arañas,
lagartijas, ratones, ranas, musarañas, pájaros y serpientes, entre
otros, y son presa de serpientes Corales, Índigo y Corredoras, así
como de mofetas, halcones, perros y gatos.
A pesar de que se conocen pocos casos registrados de muerte
por Massasauga (S. catenatus), su veneno es considerado como
88
uno de los más tóxicos dentro del grupo de las víboras. La mor-
REPTILES VENENOSOS

dedura de S. miliarius representa cerca del 40% de los accidentes


en Florida.

Cuadro 13. Especies, nombres comunes y


localización de las serpientes del género Sistrurus.

Especies Nombres comunes Localizaciones


Región Central de Norteamérica
Massasauga, Víbora de Cascabel,
S. catenatus desde el norte de México hasta
Cascabel Gris
Canadá (Ontario)
Región sureste de
S. miliarius Cascabel Pigmy, Alba
Estados Unidos

Figura 2.29.
Cascabel Gris
(S. catenatus).
89

SERPIENTES
Serpientes corales y de mar
( familia Elapidae )

L
a familia Elapidae está conformada por tres subfamilias (al-
gunos autores reconocen hasta cinco subfamilias), dos de las
cuales tienen representantes en América. La primera de ellas
es la subfamilia Elapinae. Esta subfamilia cuenta con unas 225
especies, de las cuales 3 géneros de serpientes habitan en el Nue-
vo Continente: las Corales. Estas serpientes se clasifican en 67
especies de Micrurus, 4 especies de Leptomicrurus y 1 especie de
Micruroides. La otra subfamilia presente en América es la Hydro-
phiinae (serpientes de mar), que tiene un solo representante en el
continente: la Pelamis platurus. Al igual que otras Serpientes de
Mar, la Pelamis ha sido clasificada por algunos autores dentro de
una sola familia.
91

SERPIENTES
Corales
( géneros Micrurus, Leptomicrurus y Micruroides )

L
os vistosos colores de las serpientes Corales facilitan su recor-
dación y su diferenciación de las muchas especies de colores
oscuros y tonos marrones, como también de las vistosas, de
colores verdes y amarillos. Están distribuidas desde el sur de los
Estados Unidos hasta Argentina. Sus hábitats son diversos: des-
de las selvas lluviosas hasta los desiertos, y desde el nivel del
mar hasta altitudes superiores a los 2000 msnm, como la Coral
Boliviana (M. serrranus), que puede encontrarse hasta los 2150
msnm. Su actividad está relacionada con su ubicación geográfica
y los cambios climáticos. Durante las temporadas frías están gene-
ralmente activas en las mañanas y al final de las tardes. En las re-
giones donde la temperatura del año tiene muy poca fluctuación
es posible encontrar algunas especies activas durante el día, todo
el año; mientras que otras se encuentran activas durante la noche.
En cuanto a su modo de reproducción, son ovíparas.
Aunque son principalmente terrestres, no es raro encontrar-
las nadando o subidas en los árboles. Algunas de ellas, como la
M. surinamensis (véase la figura 1.30) y la M. lemniscatus (véa-
92
se la figura 1.31), son semiacuáticas. Estas serpientes, también
REPTILES VENENOSOS

conocidas como Coralillos, son delgadas y pequeñas; la mayoría


mide entre 50 y 80 cm. Una de las especies más grandes es la M.
surinamensis, que tiene una composición robusta y puede llegar
a medir más de 1 m de longitud. Otras especies que pueden lle-
gar a medidas similares son: la Cobra Coral (M. frontalis), la Gar-
gantilla (M. nigrocinctus), el Coralillo (M. tener), la Coral Urugua-
ya (M. altirostris), la Coral Verdadera (M. brasiliensis), la Culebra
Coral (M. isozonus), la Cobra de Coral (M. ibiboboca), la Coral
Acintada (M. lemniscatus), la Coral Argentina (M. pyrrhocryptus),
la Naca-naca (M. spixii) y la Coral rey (M. ancoralis). Esta última
alcanza a medir cerca de 1.5 m. Por otra parte, la Candelilla (M.
dissoleucus) es la especie más pequeña, con tamaños que osci-
lan entre los 28 y 40 cm.
93
Los colores típicos de estas serpientes son el rojo (o naranja),

SERPIENTES
el amarillo (desde colores crema hasta blanco) y el negro. Gene-
ralmente estas tres tonalidades forman las diferentes presentacio-
nes de las Corales. Sin embargo, es posible encontrar algunas de
ellas con solo 2 tonalidades, como la M. albicinctus, la M. mar-
garitiferus y la M. annellatus, que exhiben el negro y tonalidades
blancas; o como la M. ruatanus y la M. annellatus, que exhiben
el negro y tonalidades rojas (o naranjas). También es posible en-
contrar especies que tienen el dorso de color negro con anillos ro-
jos en la cola y en la cabeza, y en su región ventral, anillos negros
y blancos, como la Coral Espalda-negra (L. collaris).
Las serpientes Corales utilizan colores vistosos para adver-
tir sobre el riesgo que pueden correr sus agresores al atacarlas.
Estas serpientes usan sus colores vistosos como advertencia. De
esta forma, los animales aprenden a asociar este tipo de colores

Figura 1.31.
Coral (M. lemniscatus).
Foto cortesía William Lamar.

Figura 1.32.
Coral (M. filiformis).
Foto cortesía William Lamar.
REPTILES VENENOSOS

94
95

SERPIENTES
Figura 1.33.
Coral (M. surinamensis).
Foto cortesía Mauro Teixeira.

Figura 1.34.
Coral (M. langsdorffi).
Foto cortesía William Lamar.

Figura 1.35.
Serpiente Coral Anillada (Micrurus
annellatus). Esta serpiente está
distribuida en el sur de Colombia, en el
este de Ecuador, y en el centro y este
de Perú y Bolivia. Mide alrededor de
cincuenta centímetros. Puede tener tres
colores o solo dos de ellos (rojo y negro
o blanco y negro), como la serpiente de
la primera foto, cuyos anillos blancos no
están claramente visibles. Foto cortesía
de Germán Chávez.
96
con reacciones desagradables o con la letalidad de quien los po-
REPTILES VENENOSOS

see. Otras serpientes, conocidas como falsas corales, han copiado


estos colores para confundir a los depredadores y al hombre. A
pesar de que a simple vista podríamos confundirnos frente a una
serpiente Falsa Coral y pensar que es venenosa, existen tres ca-
racterísticas básicas que en la mayoría de los casos nos pueden
ayudar a identificar las verdaderamente peligrosas. Estas tres ca-
racterísticas son: la distribución impar de los anillos negros entre
los anillos rojos, los anillos completos y el ojo más pequeño que
su escama supralabial.
Además de sus colores, las serpientes Corales poseen otros me-
canismos de defensa, como esconder su cabeza y levantar su cola
para que esta se confunda con aquella. La Coralillo (M. tener) hace
una de las maniobras más curiosas: finge estar muerta, comporta-
miento que también se ha descrito en otras especies, no venenosas.
Por ser serpientes pequeñas y poco agresivas, con una man-
díbula menos móvil que las víboras y colmillos cortos, el riesgo de
accidente y envenenamiento para el hombre es bajo. En algunos
casos, dado su tamaño, es difícil que puedan ocasionar mordedu-
ras que causen envenenamiento. Se alimentan principalmente de
otras serpientes, como la serpiente Talla Equis (B. atrox); incluso
se han descrito casos de canibalismo en ocho especies diferentes
de Corales. Dentro de su dieta también están anfibios, insectos,
lagartijas, el Sapo Marino, halcones, grisones, mofetas y pájaros
de las familias Momotidae, Galbulidae y Tyrannidae.
97
Cuadro 14. Especies y localización de las serpientes

SERPIENTES
de los géneros Micrurus, Leptomicrorus y Micruroides.
(véase figura 1.32 y 1.33)

Especies Localizaciones

M. albicinctus Noroeste de Brasil, Sur de Colombia, Ecuador y Perú


M. alleni Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá
M. altirostis Sur de Brasil, noreste de Argentina y Uruguay
M. ancoralis Desde el sur de Panamá hasta Ecuador
M. annellatus Desde el Sur de Colombia hasta Bolivia
M. averyi Guyana Británica y norte de Brasil
M. baliocoryphus Noreste de Argentina y Paraguay
M. bernadi Sureste de México
M. bocourti Ecuador y noroeste de Perú
M. bogerti Suroeste de México
M. brasiliensis Mato Grosso, Bahía, Goiás y Minas Gerais (Brasil)
M. browni México y Guatemala
M. camilae Urrá (Colombia)
M. catamayensis Sur de Ecuador
M. circinalis Trinidad y costa noreste de Venezuela
M. clarki Costa Rica, Panamá y región pacífica de Colombia
Costa este y sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y noroeste de
M. corallinus
Argentina
M. decoratus Costa sur de Brasil
M. diana Bolivia
M. diastema Sureste de México, Guatemala, Belice y Honduras
M. dissoleucus Panamá y Costa Caribe de Colombia y Venezuela
M. distans Costa este de México
M. dumerilii Norte de Ecuador, Colombia y noroeste de Venezuela
98
REPTILES VENENOSOS

Especies Localizaciones

M. elegans Oaxaca y Veracruz (México) y Guatemala


M. ephippifer Sureste de México
M. filiformis Centro y sur de Colombia, y norte de Perú y Brasil
M. frontalis Sur de Brasil y Paraguay
M. fulvius Sureste de EEUU, desde Carolina del Norte hasta Lousiana
Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela,
M. hemprichii
Guyanas y norte de Brasil
M. hippocrepis Guatemala y Belice
M. ibiboboca Este de Brasil
M. isozonus Venezuela y región oriental de Colombia
Región amazónica de Colombia, Perú y Ecuador, y noroeste de
M. langsdorffi
Brasil
M. laticollaris Este de México (desde Jalisco hasta Guerrero)
M. latifasciatus Sureste de México y este de Guatemala
Suramérica, desde Colombia hasta Paraguay y noreste de
M. lemniscatus
Argentina
M. limbatus Sur de Veracruz (México)
M. margaritiferus Norte de Perú
M. medemi Región central de Colombia
M. meridensis Mérida (Venezuela)
M. mertensi Sur de Ecuador y noreste de Perú
M. mipartitus* Panamá, Colombia, Ecuador y Venezuela
M. multifasciatus Nicaragua, Costa Rica, Colombia y Panamá
M. multiscutatus Cauca (Colombia)
M. nattereri Venezuela
M. nebularis Región central de Oaxaca (México)
Desde el sur de México hasta la región
M. nigrocinctus
del Urabá Colombiano
M. oligoanellatus Cauca (Colombia)
Región amazónica de Colombia, Perú y Ecuador, y noroeste de
M. ornatissimus
Brasil
M. pachecogili Sureste de Puebla (México)
99

SERPIENTES
Especies Localizaciones

M. paraensis Noreste y centro de Brasil


M. peruvianus Noreste de Perú y sur de Ecuador
M. petersi Suroeste de Ecuador
M. proximans Costa pacífica de Nayarit a Jalisco (México)
M. psyches Norte de Suramérica
M. putumayensis Norte de Perú y Brasil, y sur de Colombia
M. pyrrhocryptus Argentina, Bolivia, Paraguay y suroeste de Brasil
M. remotus Región fronteriza entre Venezuela, Colombia y Brasil
M. ruatanus Isla de Roatán (Honduras)
M. sangilensis Noreste de Colombia
M. serranus Bolivia
M. spixii Desde Colombia hasta el norte de Paraguay
M. spurelli Chocó (Colombia)
M. steindachneri Ecuador y Norte de Perú
M. stewarti Panamá
M. stuarti Guatemala
M. surinamensis Desde Colombia hasta Brasil y Bolivia
Arkansas, Lousiana y Texas (EEUU)
M. tener
y costa este de México
M. tschudii Costa pacífica de Ecuador y Perú
Micruroides
Arizona, Nuevo México y noroeste de México
euryxanthus
L. collaris Guyanas, Venezuela y norte de Brasil
L. narducii Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia
L. renjifoi Vichada (Colombia)
Noroeste de Brasil y región amazónica
L. scutiventris
de Colombia, Perú y Ecuador

* Conocida también como Rabo de Ají.


101

SERPIENTES
Serpiente de Mar ( Pelamis platurus )

L
a Serpiente Marina de América (Pelamis platurus) es la única
de su tipo en el continente. Se encuentra en la costa Pacífica,
desde el norte de Chile hasta el sur de California, donde se ha
encontrado en la bahía de los Ángeles. Vive en los golfos y bahías,
a una distancia entre 1 y 20 km de la playa.
Esta serpiente, de boca pequeña y dentadura proteroglifa
(colmillo pequeño en la parte delantera), se caracteriza por tener
colores negro grisáceo, en la parte dorsal, y amarillos, en la parte
ventral, y una cola aplanada que le permite movilizarse fácilmente
bajo el agua (véase la figura 1.34). La máxima longitud que alcan-
za es de 113 cm. En cuanto a sus mecanismos de reproducción,
son vivíparas.
La Serpiente de Mar (Pelamis platurus) es otro brillante
ejemplo de camuflaje mediante el color de su piel. En este caso,
su color negro dorsal la hace poco visible desde arriba y el color
amarillo de su vientre la hace confundirse con el cielo cuando se
mira desde abajo.
102
Esta serpiente se alimenta durante el día; en las noches per-
REPTILES VENENOSOS

manece en el fondo y solo sale esporádicamente a respirar. Se


sumerge hasta los 6.8 m de profundidad en las estaciones secas
y hasta los 15 m en las estaciones lluviosas. Puede permanecer
sin respirar entre 1 hora y media hasta casi 4 horas. A pesar de
que su hábitat es marino, tolera muy bien el agua dulce y puede
ocasionalmente penetrar los ríos que desembocan en el océano
Pacífico. Se alimenta de peces, a los que inmoviliza con su veneno.
Es víctima de peces grandes, mamíferos y aves.

Figura 1.34.
Serpiente de Mar (Pelamis platurus).
Foto cortesía Camila González.
103

SERPIENTES
¿Cómo y cuándo ocurren los accidentes?

C
uando pensamos en las múltiples historias que escuchamos
sobre accidentes relacionados con serpientes venenosas, nos
queda la duda de por qué, y cómo, la serpiente agredió a su víc-
tima, y, a su vez, cómo esta podría haber evitado dicha situación.
Que una serpiente muerda al hombre es, sin lugar a dudas,
un hecho accidental y defensivo, pues en ningún caso él es una
fuente alimenticia para ellas, y la única razón para que desperdi-
cie el veneno, que necesita en la ingestión de sus presas, es que
lo utilice como mecanismo de defensa. Partiendo de este hecho,
tiene poca validez pensar que las serpientes están buscando al
hombre para morderlo o para atacarlo.
Generalmente, los accidentes ocurren cuando las personas
están cerca de una serpiente y esta las percibe como un elemento
agresor, bien sea por sus movimientos, bien sea por su cercanía
(véase el cuadro 15). Debido al hábito vespertino y nocturno de
las serpientes Víboras, el riesgo de accidente se hace mayor hacia
el final de la tarde, cuando el hombre y el reptil comparten horas
de actividad.
104
Cuadro 15. Relatos reales de accidentes con serpientes.
REPTILES VENENOSOS

Víctima Mordedura Relato del accidente Interpretación

Iba corriendo por campo Posiblemente el niño pisó


abierto mientras jugaba con la serpiente o pasó muy
un hermano. Sintió que algo cerca de esta, lo que llevó a
Menor de edad Rodilla
lo había “picado”, volteó a la serpiente a ocasionar la
mirar y vio que la serpiente mordedura como mecanismo
venía a morderlo de nuevo. de defensa.
Las serpientes
La víctima, que estaba en
frecuentemente se ubican
embarazo, entró al baño y,
en lugares a cuya forma se
al sentarse en el sanitario,
Campesina Glúteos ajustan, como el reborde del
una serpiente ubicada en el
sanitario, los troncos caídos y
reborde por donde sale el
vacios en su interior, tapetes
agua la mordió.
enrollados, etc.
La serpiente identificó el
Mientras estaba podando movimiento repetitivo y con
la maleza con su machete, fuerza del agricultor como
Agricultor Mano
recibió una mordida en uno una maniobra amenazante y
de los dedos de su mano. lo mordió como mecanismo
de defensa.

Antes de un ataque, las serpientes repliegan su cuerpo de


una forma típica y levantan ligeramente su tercio posterior. Esto
les permite tener un alcance cercano a una tercera parte de su
longitud. Una vez tomada la decisión del ataque, la serpiente se
lanza sobre su víctima para ocasionarle la mordedura. Esta mor-
dedura tiene características diferentes en los dos grandes grupos
de serpientes que se han estudiado. Por un lado, la mordedura de
las Víboras y las Cascabeles es como un fuerte latigazo, mediante
el cual incrustan sus colmillos en la víctima al abrir su boca en un
ángulo cercano a los 180°; después de esto se retiran inmedia-
tamente. Este golpe es rápido y la posibilidad de reaccionar es
muy pequeña. Por otro lado, las serpientes Corales producen una
105
mordedura más sostenida y tienden a quedarse adheridas a sus

SERPIENTES
víctimas por un lapso corto de tiempo.

Accidentalidad
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima
que cada año ocurren en el mundo alrededor de 5 400 000 mor-
deduras de serpientes en personas; de estas mordeduras, 2 682
500 producen envenenamiento y 125 345 son mortales. Mientras
en Latinoamérica, por cada 150 000 accidentes con envenena-
miento mueren 5000 personas al año, en los Estados Unidos y
Canadá, se presentan 6500 envenenamientos y fallecen solo 15
personas cada año.
En los Estados Unidos se presentan alrededor de 45000 mor-
deduras de serpiente al año. Su incidencia es de 0.3 por cada
10000 habitantes y cada año fallecen entre 9 y 14 personas. Por
su parte, en México, primer país del mundo en variedad de repti-
les, se presentan 27480 accidentes al año. Para el norte del con-
tinente la mayoría de los accidentes es ocasionado por serpientes
Cascabel, hecho que se produce por la abundancia de estas espe-
cies en la región.
En Centroamérica la frecuencia de los accidentes no se ha
calculado en todos los países. En Costa Rica se calculan unos 20
accidentes por cada 100 000 habitantes al año, lo que significa
que ocurren entre 600 y 700 casos al año.
En Suramérica la frecuencia de los accidentes ofídicos no ha
sido suficientemente calculada en todas las regiones; sin embar-
go, es uno de los principales problemas de salud en las regiones
rurales, especialmente en las áreas donde se realizan actividades
106
agrícolas y de explotación mineral. La región con mayor porcenta-
REPTILES VENENOSOS

je de accidentes ofídicos por año en América es la Guyana France-


sa, con 0.6 accidentes por cada 100 habitantes.
Brasil reporta unos 20000 accidentes al año, de los cuales el
0.6% son mortales. En Venezuela se presentan entre 6 y 7 casos
por cada 100 000 habitantes cada año, con un porcentaje de
fallecimientos cercano al 5%. Ecuador registra cerca de 30 casos
por cada 100 000 habitantes, de los cuales al 1.8% son mortales.
En Argentina la accidentalidad es cercana a los 5 casos por cada
100 000 habitantes. En Chile los accidentes por serpientes son
escasos, debido a que las especies que habitan allí son casi en su
totalidad inofensivas para el hombre; solo unas pocas especies
opistoglifas han sido implicadas en accidentes relacionados con
lesiones menores, dentro de las cuales están Tachymenis peru-
vianus, Philodryas chamissonis y P. viridissimus.
En otros países, como Colombia, a pesar de la alta frecuencia
de accidentes ofídicos, las cifras de accidentalidad no han sido
calculadas y se estima que ocurren entre 3000 y 5000 accidentes
cada año. Muchos de esos accidentes no se registran, debido a la
precariedad del transporte en algunas regiones y a la situación de
orden público.

Efectos en la salud
Los efectos en la salud ocasionados por accidentes con serpientes
pueden ser desde locales leves, como inflamación o sangrado en
la mordedura, hasta parálisis respiratoria y muerte. La variedad de
efectos en la salud tiene que ver con la variedad de especies que
viven en el continente. Para la comprensión de los lectores, estos
107
efectos se han clasificado en 4 grandes grupos: efectos en el parte

SERPIENTES
del cuerpo mordida, efectos en la coagulación de la sangre, efec-
tos en el sistema nervioso y otros efectos.
Los efectos locales de las mordeduras de serpiente son pro-
ducidos particularmente por las serpientes Víboras y Cascabeles.
Este efecto ocasiona una inflamación bastante marcada en el si-
tio de la mordedura, dolor intenso y muerte del tejido, lo que
puede llegar a ocasionar lesiones irreversibles, como la pérdida
del miembro afectado. Este último efecto es ocasionado por las
enzimas presentes en el veneno, que alteran las proteínas de las
células musculares, de los vasos sanguíneos y de la piel, lo que
favorece la aparición de infecciones graves y gangrena.
Los efectos sobre la coagulación de la sangre también son
producidos por las serpientes Víboras y Cascabeles. Por acción de
sus toxinas, el veneno de estas serpientes produce cambios en la
sangre de la víctima que ocasionan la formación de trombos y la
incoagulabilidad de la sangre. Este efecto, unido a algunos daños
en las paredes de los vasos sanguíneos, produce en las víctimas
un sangrado incontrolable por la coagulación, que, como en la
mayoría de los casos, puede ser local, o puede ocurrir en cualquier
parte del organismo. Lo más frecuente es que este sangrado sea
por la nariz y por las encías; menos frecuente es que se dé en las
vías urinarias (lo que se manifiesta en que la orina se tiña de san-
gre) y en las digestivas (lo que se manifiesta en que las personas
tengan vómito con sangre). También se registran casos de ruptu-
ras de vasos sanguíneos del cerebro y los pulmones.
El efecto neurológico es producido casi exclusivamente por
las serpientes Corales y por la Serpiente de Mar; también lo pro-
ducen unas pocas especies de Cascabeles, como la serpiente Cas-
108
cabel Suramericana (Crotalus durissus spp) y la Cascabel Mojave
REPTILES VENENOSOS

de Norteamérica (Crotalus scutulatus). Este efecto neurológico se


produce por una acción de las toxinas del veneno que impide
que se dé la estimulación neurológica de los músculos. Esto lle-
va a las víctimas a tener una parálisis flácida, que se manifiesta
inicialmente por los párpados caídos y la visión borrosa, y que
posteriormente puede llevar a la persona mordida a que, por su
relajación muscular, no pueda realizar contracciones respiratorias
y tenga una parálisis respiratoria, situación que, sin una atención
oportuna, lo puede llevar a la muerte.
Por último, existe una variedad de efectos que pueden afectar
a las víctimas, en mayor o menor grado, sin ser los que los afectan
en primera instancia. Uno de estos efectos es la caída de la ten-
sión arterial, producido por los venenos de las serpientes Víboras y
Cascabeles. Este ha sido objeto de múltiples investigaciones, que
han servido para el desarrollo de medicamentos para el control de
la tensión arterial. Otro de los efectos es la lesión en los riñones,
producida por toxinas específicas que afectan su función y que
han sido encontradas en los venenos de las serpientes Cascabel
de Centro y Suramérica. Igualmente, se ha encontrado que algu-
nos venenos pueden afectar el músculo cardíaco y las células san-
guíneas. Particularmente, el veneno de la serpiente Massasauga
(Sistrurus catenatus) tiene varios efectos no clasificados en los tres
grandes grupos: uno de ellos es el efecto neurotóxico, que oca-
siona en la víctima nauseas, temblores y debilidad; el otro efecto
es la ruptura de los glóbulos rojos y lesiones en los capilares, que
ocasionan “morados” en la piel.
Los efectos anteriormente descritos varían de acuerdo con la
especie que ataca, su ubicación geográfica y su edad. Se ha lle-
gado a encontrar que los venenos podrían incluso ser señal de un
109
proceso evolutivo de algunas especies. Algunos estudios muestran

SERPIENTES
que una misma serpiente tiene en sus primeras etapas de vida un
veneno con mayor potencial de ocasionar hemorragias que el que
inocula en su estado adulto.
Finalmente, es importante anotar que los efectos en la salud
están, en la mayoría de los casos, relacionados con el tiempo de
atención médica: cuanto más tiempo se requiera para la atención,
mayor es el efecto del veneno. También es importante aclarar que
si bien los efectos neurológicos aparecen rápido, algunos efectos
locales pueden tardar bastante tiempo en aparecer, lo que le da
a la víctima un tiempo de atención médica de hasta un día; pero
esto no ocurre con los accidentes producidos por Corales, en los
que la persona puede fallecer por parálisis respiratoria en el lapso
de unas horas.

Primeros auxilios
Debido al amplio desconocimiento de los primeros auxilios que se
deben dar en el accidente ofídico, durante mucho tiempo, en las
regiones rurales y en algunas áreas urbanas de América, se han
cometido errores tan graves que incluso han favorecido el des-
acierto en el pronóstico de las víctimas. No es fácil de entender por
qué hoy en día, con la llegada de los más sofisticados sistemas de
información y a unos pocos años de la meta fallida de salud para
todos (cuyo cumplimiento se había proyectado en el año 2000),
se tratan las mordeduras con choques eléctricos, ingestión de hi-
drocarburos, aplicación de pólvora en el sitio de la mordedura, por
no hablar de otras prácticas que por sí solas pueden ocasionarle
una lesión grave o una intoxicación a cualquier persona.
110
Si bien los primeros auxilios están enfocados en un grupo sis-
REPTILES VENENOSOS

temático de medidas que favorecen y evitan la difusión del veneno,


también es importante hacer una descripción detallada de las cosas
que no se deben hacer, que no benefician al paciente y que, por el
contrario, lo pueden perjudicar más. Las medidas que se enuncian a
continuación deben ser aplicadas en el lugar donde ocurra el acci-
dente y deben ser divulgadas a la población en general:

1. Tranquilizar a la víctima; algunas medidas desesperadas pue-


den llevar a esta, como a sus ayudantes, a cometer errores.
2. Dejar sangrar la herida libremente, por lo menos, durante 30 s.
3. Si la mordedura ocurre en las manos, retirar inmediatamente
los anillos.
4. Limpiar y desinfectar el área de la mordedura, utilizando abun-
dante agua y jabón.
5. Nunca hacer succiones con la boca, ni incisiones en el sitio
de la mordedura, pues esto aumenta el riesgo de sangrado e
infección.
6. No aplicar sustancias químicas ni extractos de plantas sobre la
mordedura; tampoco debe aplicarse hielo sobre la mordedura.
7. Nunca usar torniquete. Una banda elástica por encima de la
mordedura, que obstruya la circulación superficial y que per-
mita el paso de un dedo, puede ser útil en el caso del ataque
de una serpiente Coral o de una Serpiente de Mar.
8. Inmovilizar la extremidad afectada utilizando una tablilla. La
extremidad debe permanecer en posición neutral, ligeramente
debajo de la altura del corazón de la víctima con respecto al
suelo.
111
9. Mantener al paciente, en lo posible, en reposo. Idealmente se

SERPIENTES
debe trasladar a la víctima en camilla.
10. Trasladar a la víctima al centro de salud más cercano y, si
tiene un medio de comunicación con este, asegurarse de que
se dispone de antiveneno. Existe el riesgo de que algunas ins-
tituciones de salud, por su ubicación geográfica, no tengan
disponible antiveneno.
11. Si se tiene como mascota una serpiente venenosa, asegurarse
de contar con una institución que garantice la disponibilidad
de antiveneno para la mordedura de la serpiente.
12. Nunca aplicar antiveneno como medida de primeros auxilios,
sin una supervisión médica. El uso del antiveneno puede des-
encadenar una reacción alérgica, que puede llevar a la perso-
na a la muerte.

Manejo médico
El tratamiento médico de las mordeduras venenosas está basado
en el uso del antiveneno específico para la serpiente causante. A
pesar de que existen diferentes medicamentos que pueden con-
trolar algunos síntomas, como los usados para mitigar el dolor,
no se ha encontrado una droga que evite las lesiones y efectos
directos del veneno. Particularmente, en la mordedura de algunas
serpientes Corales se ha encontrado un medicamento que contro-
la parte del efecto; sin embargo, no se considera como una opción
que reemplace el antiveneno.
El antiveneno, disponible actualmente en las diferentes regio-
nes de América, se ha desarrollado a partir del suero de caballos
112
que han sido inoculados con veneno de serpientes1 . Este antive-
REPTILES VENENOSOS

neno se encuentra comercialmente en estado líquido y liofilizado


(en polvo), y se elabora con las especies contra las cuales va a ser
usado como tratamiento. En este aspecto particular, es importante
recalcar que cuanto mayor sea la relación filogenética (evolutiva)
entre la serpiente de la que se extrae el veneno y la serpiente que
ocasionó la mordedura, mayor es el poder neutralizante del anti-
veneno y, por ende, mejor el resultado en el tratamiento médico.
Con base en lo anterior, se puede decir que los antivenenos
que se desarrollan a partir del veneno de una familia de serpien-
tes como las Corales (familia Elapidae) es poco o nada efectivo
para el tratamiento de los accidentes ofídicos ocasionados por
serpientes Víboras y Cascabeles. Aun dentro de la misma familia
de serpientes, como las Víboras, los antivenenos desarrollados a
partir de algunas especies son poco o nada efectivos para el tra-
tamiento de otras especies.
A pesar de lo anterior, la gran mayoría de los antivenenos
desarrollados a partir de una especie son efectivos para el trata-
miento de mordeduras ocasionadas por otras especies del mismo
género y, en algunos casos, para especies de otros géneros. Adi-
cionalmente, se han desarrollado antivenenos que son efectivos
para varias especies de serpientes de diferentes géneros, como
los sueros polivalentes que producen los diferentes institutos y
empresas en Latinoamérica (véase el cuadro 16).

1. La producción de los antivenenos se hace de la siguiente manera: se inoculan


dosis pequeñas de veneno, generalmente en caballos. Posteriormente, se espera
unos días a que el caballo desarrolle anticuerpos para ese veneno. Finalmente se
extrae sangre del caballo y se procesa, para tomar esos anticuerpos y aplicarlos
en las personas mordidas por serpientes venenosas.
113

SERPIENTES
Cuadro 16. Principales antivenenos de América.

Tipo de Regiones para las


Institución Especies que cubre
antiveneno que es efectivo
Corales
Antielapídico Suramérica
(Micrurus Sp)
Víboras Y Cascabeles
Polivalente Suramérica
(Bothrops Sp y Crotalus Sp)
Cascabeles (Crotalus Durissus
Anticrotálico Suramérica
Terrificus)

Instituto Suramérica y
Antilaquético Verrugoso (Lachesis Muta)
Butantán Centroamérica
Víboras
Antibothrópico Suramérica
(Bothrops Sp)
Antibothrópico Víboras (Bothrops Sp) y Suramérica y
laquético Verrugoso (Lachesis Muta) Centroamérica
Anticoral Corales (Micrurus Sp) Centro y Suramérica
Antigargantilla Coral (Micrurus Mipartitus) Centro y Suramérica
Instituto
Clodomiro Picado Víboras y Cascabeles
Polivalente* Centro y Suramérica
(Crotalus Sp)
Víboras (Agkistrodom Sp,
Crotalus Sp, Lachesis Sp,
Polivalente Bothrops Sp, Sistrurus Sp y Norteamérica
Laboratorios Trimeresurus Sp) y Cascabeles
Wyeth (Crotalus Sp)
Anticoral Coral (Micrurus Fulvius) Norteamérica
Víboras (Agkistrodom Sp,
Polivalente Bothrops Sp, Porthidium Sp) Norte y Centroamérica
y Cascabeles (Crotalus Sp)
Laboratorios Norteamérica y
BIOCLON Monovalente Víboras (Bothrops Sp)
Centroamérica
Polivalente Crotalus Cascabeles (Crotalus Sp) Norteamérica

* Hay una presentación para uso veterinario.


114
Prevención
REPTILES VENENOSOS

Informar para poder disfrutar de la naturaleza y, por ende, de los


animales venenosos es una de las premisas de este libro. Por esta
razón, es importante tomar algunas medidas para evitar los acci-
dentes con las serpientes venenosas, que nos permitan compartir
los mismos hábitats sanamente.
Para evitar los accidentes con las serpientes es importante co-
nocer su comportamiento, claramente detallado en este capítulo,
así como los comportamientos adecuados para evitar su encuen-
tro inoportuno y fatídico:
• Evitar las caminatas al final de la tarde y en la noche por bos-
ques y campos donde hay serpientes venenosas. Las serpientes
Víboras son de hábito nocturno y esto hace que haya mayor
riesgo de tener un accidente con ellas.
• Evitar mantener arrumes de madera o piedras cerca de las vi-
viendas, ya que estos son los lugares preferidos de las serpien-
tes. Si se necesita mover o tomar algo de estos arrumes, debe
tenerse la mayor precaución, usando un palo o una varilla.
• Mantener los alrededores de las viviendas limpios. El desaseo y
las basuras atraen roedores, y estos, a su vez, atraen serpientes
venenosas. Es importante tener presente que el principal ali-
mento de las serpientes Víboras y Cascabeles son los roedores.
• Usar calzado que proteja los pies y piernas. La mayoría de los
accidentes ofídicos ocurren en los miembros inferiores del cuer-
po. Usar un calzado grueso puede evitar una mordedura o ha-
cerla menos grave.
115
• Proteger las manos y antebrazos cuando es necesario intro-

SERPIENTES
ducirlos en arbustos u otras plantas, especialmente en regio-
nes donde hay serpientes arborícolas. El 27% de los accidentes
ocurren en los brazos y antebrazos.
• Tener suma precaución cuando se transita por trochas, para no
pisar o acercarse a una serpiente venenosa. Evitar, en lo posi-
ble, salirse de senderos demarcados donde no se puede ver el
lugar que se está pisando. Tener cuidado particularmente con
los troncos caídos, que son refugio frecuente de serpientes.
• Preservar las aves de rapiña, que son depredadores naturales
de las serpientes.
• Mantener aves de corral en los alrededores de las viviendas. Se
ha visto que este tipo de aves ahuyenta a las serpientes.
• Evitar acampar cerca de las márgenes de los ríos y de las plan-
taciones, ya que estas son hábitats frecuentes de serpientes
venenosas.
• Educar a la comunidad (especialmente a los niños) sobre la di-
ferenciación entre las serpientes venenosas y las que no lo son.
Explicar claramente el alto riesgo que aquellas pueden repre-
sentar si no se tratan con las debidas precauciones.
• No molestar, ni intentar capturar a las serpientes, pues muchos
accidentes ocurren en estas situaciones. La manipulación de una
serpiente venenosa muerta también puede representar riesgos.
LAGARTOS
REPTILES VENENOSOS
119

LAGARTOS
Introducción

H
ablar de lagartos venenosos puede resultar extraño, especial-
mente para quienes han nacido o vivido la mayor parte de su
vida en Suramérica, donde este tipo de animales son com-
pletamente inofensivos y no representan riesgo alguno para las
personas. Sin embargo, es bien conocido por los habitantes de
Norte América (Estados Unidos y México) que existen dos espe-
cies de lagartos con aparato venenoso que están presentes en
zonas definidas de su territorio. Incluso, en algunas regiones de
México lagartos que no tienen estructuras venenosas son consi-
derados peligrosos.
Una de las especies venenosas es el Lagarto de Cuentas o La-
garto Perlado (Heloderma horridum) (Figura 1), que se encuentra
en México y Guatemala. La otra especie venenosa es el Monstruo
de Gila (Heloderma suspectum), (Figura 2) que habita en el norte
de México y en los estados de Nevada, Utah, California, Nuevo
México y Arizona. Su presencia es bastante común a lo largo del
río Gila, del que derivó su nombre.
REPTILES VENENOSOS
121

LAGARTOS
Comportamiento del Monstruo
de Gila y el Lagarto Perlado
D
urante el invierno el Monstruo de Gila permanece en hiberna-
ción. Con la primavera empieza su periodo de actividad; durante
esta época permanece la mayoría del tiempo escondido en zonas
rocosas y madrigueras. Este lagarto es un animal diurno durante la
primavera y el otoño, y nocturno o crepuscular en el verano. Por su
parte, el Lagarto Perlado, por estar en una zona donde no hay es-
taciones propiamente dichas, tiene una actividad un poco diferente
al Monstruo de Gila. Su mayor actividad se da entre los meses de
abril y noviembre, y, a lo largo del día, durante las primeras horas
de la mañana y al finalizar la tarde, hasta las 8 de la noche. En la
temporada de lluvias es más activo durante la noche.
En ambas especies, machos y hembras, indistinguibles unos
de los otros a simple vista, se encuentran para el apareamiento,
que dura entre 30 y 60 minutos. Unos meses después las hembras
colocan los huevos (entre 4 y 6 huevos del tamaño de un huevo
de gallina), que permanecen en incubación de 4 (en cautiverio) a
10 meses (en su hábitat natural).
122
Estos lagartos, que habitualmente permanecen solitarios, uti-
REPTILES VENENOSOS

lizan su lengua como parte de su sistema olfatorio, ubicando a


su presa o su pareja para la reproducción mediante las partículas
olfatorias que captan en el ambiente. Su alimentación está ba-
sada en huevos de aves, de reptiles y de serpientes, así como en
conejos, lagartijas, ardillas y ratones.
Por otra parte, estos tímidos animales, de movimientos lentos
y apariencia calmada, son víctimas de coyotes y zorros, y de aves
de rapiña como águilas, halcones y búhos. Sus principales meca-
nismos de defensa son: huir arrastrándose despacio, intimidar a
su agresor abriendo su boca y emitiendo un sonido similar a un
silbido o, como última opción, provocarle una fuerte mordida.

Figura 1.
Escorpión o
Lagarto Perlado
123

LAGARTOS
Aparato venenoso y veneno

E
l aparato venenoso de estos reptiles es poco sofisticado y, a di-
ferencia del de las serpientes, está conformado por una glán-
dula productora de veneno ubicada en la parte anterior del
maxilar inferior y un conducto que lleva el veneno a la cavidad
bucal. Estos lagartos poseen un grupo de ocho a diez dientes en
su mandíbula. Cada uno de los dientes tiene un surco en su parte
interna y otro en su parte externa, por donde fluye el veneno, que
se mezcla con la saliva en el momento en que mantiene a la presa
atrapada en su boca. Sus dientes miden entre 1 y 5 mm, y mien-
tras más atrás se encuentren, más grandes son, de modo que los
anteriores son los más pequeños.
El veneno producido por estos robustos lagartos de Nortea-
mérica es una mezcla de proteínas y compuestos químicos que al-
teran las funciones neurológicas y de coagulación de sus víctimas.
La toxina que produce los principales efectos por la mordedura
de este lagarto es la gilatoxina. Un lagarto adulto puede llegar
a producir 1.25 ml de veneno, lo que sería suficiente para matar
a una persona. Sin embargo, en circunstancias normales estos la-
gartos no alcanzan a inocular dicha cantidad de veneno.
124
REPTILES VENENOSOS

Figura 2.
Monstruo de Gila
125

LAGARTOS
Clasificación

E
l Monstruo de Gila llega a medir hasta 40 cm, mientras el La-
garto de Cuentas alcanza un tamaño de 70 cm. Ambos lagartos
tienen un cuello corto y una cabeza aplanada y triangular. Su piel
está cubierta de gruesas escamas de color negro y amarillo, rosa
o, en ocasiones, ligeramente anaranjado. Estos colores varían de
acuerdo con las subespecies y el estado de madurez del lagarto.
El Monstruo de Gila se caracteriza por tener 4 ó 5 bandas
amarillas en su cola robusta y corta. Por su parte, el Escorpión
(como también se le conoce al Lagarto de Cuentas) tiene una cola
larga que puede llegar a representar el 65% de su longitud. Adi-
cionalmente, este lagarto se diferencia del Monstruo de Gila por
su cabeza cubierta de escamas negras, pues la de aquel exhibe
una combinación de escamas negras y amarillas (también rosadas
o naranjas).
Estos dos lagartos venenosos son las únicas especies vivien-
tes que pertenecen a la familia Helodermatidae y varias subespe-
cies pertenecen, a su vez, a cada una de ellas, como se muestra
en el cuadro 1.
126
El hábitat principal del Monstruo de Gila son los desiertos,
REPTILES VENENOSOS

mientras que el del Lagarto de Cuentas son los bosques de alturas


hasta de 1. 500 msnm. A continuación se relacionan las subespe-
cies de lagartos venenosos y los lugares en que habitan.

Cuadro 1. Distribución de las subespecies de lagartos venenosos.

Subespecies Nombres comunes Distribución

H. s. suspectum Monstruo de Gila EEUU (Arizona y New Mexico) y


de bandas México

H. s. cinctum EEUU (Desierto de


Monstruo de Gila reticulado
Mohave y Sonora)

H. h. horridum Lagarto Perlado o de Cuentas, México (Costa pacífica a lo largo


Escorpión de los pantanos)

H. h. exasperatum Lagarto Perlado o de Cuentas,


México (sur de Sonora y Sinaloa)
Escorpión

México y Guatemala (desde la


H. h. alvarezi Lagarto Perlado o de Cuentas, depresión de Río Grijalva hasta
Escorpión el centro de Chiapas y el extremo
oeste de Guatemala)

México y Guatemala (Valle del río


H. h. charlesbogerti Lagarto Perlado o de Cuentas,
Montagua y las colinas adyacentes
Escorpión
del Este de Guatemala)

Accidentes con el Monstruo de Gila


Este animal huye ante la presencia del hombre, por eso los acci-
dentes ocurren cuando se intenta capturarlo o cuando la víctima se
acerca demasiado. Su mordedura es firme y generalmente trata de
mantener sujeta a la víctima por un lapso de tiempo. Ocasionalmen-
te puede en el mismo acto producir mordeduras repetidas y causar,
127
así, mayor riesgo de envenenamiento. En algunos casos, pueden

LAGARTOS
quedar incrustados algunos de sus dientes en la persona agredida.
A pesar de poseer un aparato venenoso y un veneno con
potencial para causarle la muerte a una persona, estos lagartos
ocasionan muy pocos accidentes y los que ocurren, generalmente,
son ocasionados por personas que provocan a los animales o los
manipulan sin precaución. Las víctimas de accidentes en los últi-
mos años han sido personas que los mantenían en cautiverio. Los
estudios de casos de personas mordidas por el Monstruo de Gila
muestran un índice de mortalidad de 21% a 29%.

Efectos en la salud
Inmediatamente después de la mordedura, las víctimas presentan
un intenso dolor, que puede incrementarse en la primera hora,
permanecer hasta por 12 horas y extenderse a lo largo de la ex-
tremidad afectada. Adicionalmente, los pacientes presentan infla-
mación en el sitio de la mordedura y pueden manifestar vértigo,
vómito, náuseas, sudor y debilidad.
A pesar de que en las últimas décadas no se han registrado
accidentes de muerte, sí se han reportado envenenamientos gra-
ves, con trastornos en la coagulación, lesión renal e infarto agudo
del miocardio.

Primeros auxilios
Los primeros auxilios que se deben suministrar a una persona que
ha sido mordida por un lagarto venenoso son: la limpieza de la
128
herida y la inmovilización de la extremidad afectada. Con respecto
REPTILES VENENOSOS

a la limpieza es importante retirar los dientes que se encuentren in-


crustados en la herida de la víctima, así como limpiar con cualquier
tipo de antiséptico y cubrir la herida para evitar una infección. La
inmovilización del miembro lesionado permitirá que la persona rea-
lice movimientos que favorezcan la difusión del veneno.
Además de estas dos medidas básicas, es importante tener
en cuenta que algunas prácticas populares pueden afectar o per-
judicar a la persona que ha sido mordida. Antes que nada, no
se deben colocar torniquetes ni realizar incisiones en el sitio de
la mordedura; tampoco se deben suministrar bebidas ni aplicar
sustancias en el sitio de la mordedura. En cambio, debido a la hin-
chazón que puede ocasionar este tipo de mordeduras, se deben
retirar los anillos o cualquier otro elemento que pueda limitar la
circulación de la sangre en el lugar de la mordedura.

En algunas ocasiones el lagarto puede permanecer suje-


to a la víctima por un tiempo indefinido, caso en el que
es necesario introducir un palo en la boca del animal y,
mediante un movimiento de palanca, tratar de liberar a la
víctima, procurando no hacerle daño a esta. También se
sugiere introducir una tarjeta de crédito o meter la cabeza
del animal en agua caliente.

Aunque las posibilidades de que un accidente con estos lagar-


tos ocasione la muerte a una persona son relativamente bajas, es
importante que todas las víctimas reciban atención médica inme-
diata y que todo accidente en niños se maneje como un caso grave.
129
Manejo médico

LAGARTOS
El manejo médico de los pacientes mordidos por un lagarto vene-
noso se debe enfocar en tomar las medidas de soporte relaciona-
das con la sintomatología presentada: suministrar analgésicos y
líquidos endovenosos, y brindar el tratamiento necesario para las
alteraciones que se puedan presentar, como los trastornos de la
coagulación o el infarto agudo del miocardio.
Actualmente no hay un antiveneno específico para este tipo
de mordeduras y no se ha encontrado ningún beneficio en el uso
de antivenenos para mordeduras de serpientes, por lo que el tra-
tamiento se enfoca solo en las medidas antes enunciadas y en el
control estricto de los signos vitales. Como en cualquier otro caso
de mordedura de animales, es importante tomar las medidas pre-
ventivas necesarias para evitar el tétanos.
Los pacientes que acuden a un hospital para recibir trata-
miento, cualquiera que sea la gravedad de sus lesiones, deben
permanecer en observación, mientras se descarta cualquier tipo
de riesgo para su salud.

Prevención
Las medidas preventivas frente a un animal que tiene un compor-
tamiento pasivo y que solo ataca cuando se siente amenazado o
es molestado son simples: no acercarse demasiado al animal, no
agredirlo ni tratar de capturarlo. En caso de que esto último sea
necesario es importante usar unos guantes suficientemente grue-
sos que no puedan ser atravesados por la mordedura.
130
Evitar introducir las manos desprotegidas en sitios rocosos
REPTILES VENENOSOS

donde puede estar el lagarto es una buena medida preventiva,


que además evita los accidentes con serpientes Cascabel que
comparten hábitat con estos reptiles. De igual forma, se debe te-
ner precaución al caminar por las zonas desérticas en donde habi-
tan el Monstruo de Gila y el Lagarto de Cuentas y se debe evitar
acercarse demasiado a estos animales.
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