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Massimo Pigliucci
27-Junio-2017
"Dios, concédeme la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para
cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para reconocer la diferencia". Ésta es
la Plegaria de la serenidad, escrita originalmente por el teólogo americano Reinhold
Niebuhr cerca de 1934, y utilizada frecuentemente en Alcohólicos Anónimos y
organizaciones similares. No es sólo un paso fundamental para recuperarse de una
adicción, sino también la receta para una vida feliz, entendiéndose como tal una
vida de serenidad a la que se llega aceptando conscientemente y con calma lo que
nos depara.
Algo que, por supuesto, es mucho más fácil de decir que de hacer. Requiere una
gran práctica del mindfulness, o plena conciencia. Pero puedo asegurar por
experiencia propia que funciona. El año pasado, por ejemplo, estaba en Roma
trabajando, casualmente, en un libro sobre estoicismo. Un día a última hora de la tarde
me dirigía a la parada del metro junto al Coliseo. En cuanto entré en el abarrotado
vagón, noté que me costaba avanzar mucho más de lo habitual. Un tipo joven bloqueaba
el paso delante de mí, sin que yo pudiera entender por qué. Pero entonces, un segundo
demasiado tarde, me di cuenta. Mientras mi atención estaba puesta en él, su compinche
había metido la mano en mi bolsillo delantero izquierdo, había cogido mi cartera, y salía
del vagón, seguido inmediatamente por su cómplice. Las puertas se cerraron, el metro
arrancó, y yo me vi sin dinero, sin carné de conducir, y teniendo que cancelar y volver a
solicitar unas cuantas tarjetas de crédito.
Antes de empezar a practicar el estoicismo, esto me habría supuesto una mala
experiencia, y no hubiera reaccionado bien. Me habría desanimado, estaría irritable
y enfadado. Este mal humor habría continuado el resto de la noche. Más aún, el trauma
del episodio, aun y tratándose de un ataque leve, me habría durado días, y habría
alternado de manera destructiva entre la ira y el lamento.
Por eso tu objetivo debería ser interno: si adoptas el pensamiento estoico, podrías
elaborar conscientemente el mejor currículo posible, y después prepararte
mentalmente para aceptar cualquier resultado con serenidad, sabiendo que a veces
el universo estará a tu favor, y otras no. ¿Qué ganas poniéndote ansioso respecto a algo
que no controlas?¿O enfadándote por un resultado que no has provocado tú?
Simplemente estás causando que la situación te haga daño, comprometiendo tu
serenidad y tu felicidad.
No se trata de aceptar cualquier cosa que pase. Después de todo, ¡acabo de decir que
tu objetivo debería ser presentar el mejor currículo posible! Pero algo que caracteriza
a las personas sabias es la aceptación de que las cosas no siempre van como
queremos. En ese caso, lo mejor es recoger los pedazos, y continuar hacia adelante.
¿Quieres ganar un partido de tenis? Está fuera de tu control. Pero jugar el mejor
partido de tu vida sí que lo está. ¿Quieres que tu pareja te ame? Está fuera de tu
control. Pero puedes elegir diferentes formas de mostrarle tu amor, y eso está bajo
tu control. ¿Quieres que un partido en concreto gane las elecciones? Está fuera de tu
control (¡salvo que seas Vladimir Putin!). Pero puedes elegir comprometerte con el
activismo político, y puedes votar.
Estos aspectos de tu vida están bajo tu control. Si consigues que tus objetivos sean
interiores, nunca culparás ni criticarás a nadie, y no tendrás un solo rival, porque lo
que hace otra gente está más allá de tu control, y por ello no es algo por lo que
sulfurarse. El resultado será una actitud de calma ante los vaivenes de la vida, que será
así más serena.