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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la educación Superior


Universidad Politécnica Territorial José Antonio Anzoátegui
Anaco Estado Anzoátegui

Ensayo

Profesor: Bachiller:
Teobaldo Veracierta Oswaldo Aricaguan
C.I 27.143.504
Electricidad, Sección E-01
Trayecto 3

Anaco, diciembre de 2020


Ley Antibloqueo
En Venezuela el 12 de octubre de 2020, a través de Gaceta Oficial No. 6.583
Extraordinario, fue publicada la Ley Constitucional Antibloqueo, con el objetivo de
garantizar los derechos humanos de la población venezolana, mediante la
búsqueda de estrategias que permitan al presidente Nicolás Maduro tener las
herramientas necesarias para sortear el criminal asedio económico y financiero
que tiene Estados Unidos en contra de Venezuela. Los fines principales de la ley
antibloqueo contemplan:

Garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos.

Favorecer un desarrollo de la economía nacional.

Asegurar la libre soberanía sobre las riquezas y recursos naturales del país que
pretenden ser robadas

Esta ley nace por la necesidad del pueblo venezolano de buscar una salida y a su
vez una solución a los problemas y daños ocasionado por los constantes ataques
y bloqueo en contra la industria petrolera venezolana. En cinco años el bloqueo ha
logrado cortar el flujo de capital al país, impidiendo que el Estado disponga de las
divisas para adquirir los alimentos, las medicinas, los insumos y materias primas
esenciales de la actividad económica, buscando con esto generar una crisis
interna en el país que traiga consigo el descontento de las personas, un estallido
social y a su vez un derramamiento de sangre.

La guerra de EE.UU. contra Venezuela tiene un objetivo principal, según indican


analistas: hacerse de los recursos con que cuenta la nación, principalmente el
combustible, de allí los constantes ataques a Pdvsa lo que ha causado que entre
2014 y 2020 la producción petrolera de Venezuela caiga el 75 por ciento. Y no
solo eso, si no que se ve afectado cualquier país o empresa que quiera hacer
negocios con la estatal petrolera, haciendo casi imposible que existan
compradores en el mercado que quieran adquirir los pocos hidrocarburos que
produce la nación. En ese sentido, el bloqueo ha influido enormemente y aún más
durante estos tiempos de Covid-19 , impidiendo el suministro de los aditivos
químicos, insumos y repuestos necesarios para el proceso de producción del
combustible que es distribuido en todo el territorio venezolano. A raíz de esto las
largas colas se han visto en las estaciones de combustible debido a que el
gobierno nacional ha tenido que importar el mismo para poder cubrir su demanda
interna y sin poder tener los recursos necesarios para activar su producción
interna, ocasionando esto disgusto dentro de la población y problemas a su vez en
el servicio de transporte público, traslado de alimentos y traslado de personas que
deben ir a su trabajo y realizar sus labores diarias.

Con la ley antibloqueo se busca:

La Protección de los activos internos y externos de la amenaza de confiscación,


robo y saqueo por parte de gobiernos extranjeros o empresas alineadas al
bloqueo, mediante una gestión eficiente de los mismos es una prioridad debido a
la ingente cantidad de recursos que ya de por sí han sido arrebatados al Estado y,
por tanto, a la población venezolana.

La Realización de alianzas o asociaciones con sectores productivos y empresas


dentro y fuera de Venezuela, con el objetivo de desarrollar sectores económicos o
negocios en áreas estratégicas como hidrocarburos, minería, producción
industrial, producción agrícola y servicios

El Diseño de los mecanismos para acelerar la gestión de sectores económicos,


atraer inversiones productivas a gran escala y mejorar el ingreso nacional,
flexibilizando, por ejemplo, la participación accionaria del Estado en empresas
mixtas.

Los constantes ataques están lejos de cesar, se deben crear políticas necesarias
que nos permitan no depender de otros países para poder realizar las actividades
económicas. Dentro de todo esto se busca también una llamada independencia
económica en la cual seamos totalmente autóctonos en los procesos petroleros y
en la producción y distribución de sus derivados, garantizando así el
abastecimiento total de las necesidades internas el país y poder también
exportarlos generando así ingresos para la nación que se vean traducidos en
alimentos y medicinas indispensables para entender la necesidades del pueblo y
buscar así la gran felicidad social enmarcada en el gran plan de la patria. No será
tarea sencilla, pero con constancia se puede lograr

En el marco de la grave situación económica, política y social que vive Venezuela,


las instituciones de educación superior atraviesan su peor crisis como
consecuencia de los frecuentes presupuestos reconducidos, las restricciones a la
autonomía universitaria y las limitaciones al libre debate de las ideas. El conflicto
universitario que hoy mantienen profesores, empleados, obreros y estudiantes es
respuesta a la grave crisis que atraviesa el país y a la inadecuada estrategia de
transformación universitaria que pretende hacer de las universidades centros
donde sólo se educa y se gradúan profesionales formados bajo un pensamiento
único. En este sentido, cada universitario en Venezuela lucha por evitar la
eliminación de la investigación y la extensión como actividades primordiales de las
instituciones de educación superior; hoy sumergidas en: 1) aulas, laboratorios y
centros de investigación diezmados, 2) deterioro de las condiciones mínimas y
necesarias de estudio como comedores, mantenimiento de instalaciones,
providencias estudiantiles, transporte y seguridad, 3) detrimento de las
condiciones de trabajo (ausencia de servicio médico de calidad y escasez de
materiales esenciales de oficina), y 4) desfavorables condiciones salariales, por la
demora en el ajuste de los salarios y el impacto de la hiperinflación en las
remuneraciones de la comunidad universitaria.

A pesar de la inconsistencia y mentiras en cifras del gobierno de facto, la realidad


no se puede ocultar; hay más niños faltando a clases por comida o transporte, hay
más maestros yéndose de las aulas por las pésimas condiciones salariales, hay
más escuelas deteriorándose, hay menos presupuesto para las universidades y
hay situaciones preocupantes en crecimiento como los jóvenes solos en casa
porque sus padres tuvieron que emigrar. Una crisis que para este 2019 no ha
mostrado señales de mejoras en ningún aspecto, no solo por la inexistente
capacidad de respuesta de Maduro.
Cuando el gobierno de Venezuela decretó la cuarentena, el ministro de
Educación, Aristóbulo Istúriz, anunció que la modalidad presencial de las clases
sería suspendida radicalmente para prevenir contagios, pero la misma debería ser
replanteada por las aulas virtuales, tal como algunos han podido solucionar. Pero
las fallas en los servicios públicos como agua, luz, electricidad, fallas de conexión
a internet han hecho aún más difícil el proceso de estudio. Resaltando que no
todos los estudiantes y profesores cuentas con computadores o teléfonos
inteligentes que les permitan llevar a cabo el proceso de aprendizaje y enseñanza
respectiva. Otro punto de esta crisis universitaria es que son los jóvenes los que
deciden en su mayoría tomar sus maletas e irse a vivir a otro país. Son los
profesionales de temprana edad que deciden abandonar sus profesiones y probar
suerte en otro país, aunque allí tengan que trabajar en lugares que nada tienen
que ver con su formación.

Hay una fuga de cerebros, pero, sobre todo, hay una fuga de jóvenes, de
personas que le pueden dar muchísimo a Venezuela, pero este país no está
preparado para devolverles algo. Los jóvenes, de manera genérica, tienen entre
sus expectativas estudiar, graduarse, obtener un buen trabajo y desarrollarse
laboralmente, además de contar con condiciones asociativas óptimas en el país
donde viven. Pero Venezuela actualmente no ofrece las condiciones para que los
jóvenes alcancen estas metas. No existen las condiciones mínimas para tener un
adecuado desempeño en la universidad, pues el sueldo mínimo menor a tres
dólares (3$) mensuales no alcanza para pagar pasaje, sacar copias, ni para la
canasta básica. Los jóvenes no tienen la opción de trabajar o estudiar, o hacer
ambas, la única opción que tienen es trabajar para no morir de hambre.

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