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El Evangelio

según Marcos
Reina
Valera 2020
Sociedad Bíblica es una entidad cristiana sin ánimo de lucro miembro de las Sociedades
Bíblicas Unidas (SBU), una fraternidad mundial de Sociedades Bíblicas Nacionales que
trabajan en más de doscientos países. El reto que nos impulsa es alcanzar a cada persona
con la Biblia o alguna parte de ella, en el idioma que pueda leer y entender, y a un precio
que pueda pagar. Para lograr su objetivo las Sociedades Bíblicas se esfuerzan en la traduc-
ción de la Biblia. Actualmente se trabaja en más de setecientos proyectos de traducción
bíblica en todo el mundo, así como en su publicación y distribución. Las Sociedades
Bíblicas distribuimos más de 800 millones de escrituras cada año. También trabajamos en
la preparación y realización de actividades para difundir el conocimiento, lectura y uso
eficaz de la Biblia, y subvencionamos escrituras a las Iglesias y organizaciones cristianas
para su uso y distribución.

Invitamos a cualquier persona que sienta el reto de difundir la Biblia, a unirse con sus
oraciones y donativos a nuestros programas de apoyo a la obra bíblica en nuestro país y en
el resto del mundo. Para más información, visite nuestra web www.sociedadbiblica.org
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Sociedad Bíblica
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Texto bíblico: Reina Valera 2020


© Sociedad Bíblica de España
Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602).
Revisiones anteriores con la participación de Sociedad Bíblica de España: 1862, 1909, 1960
y 1995.

Diseño de cubierta: Sociedad Bíblica de España


© Ayudas de esta edición: Sociedad Bíblica de España
ISBN: 978-84-8083-637-1

Impreso en 2020.

Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación sin la autorización
expresa de los propietarios.
Reina Valera 2020
Acerca de la nueva revisión

¿Por qué una nueva revisión?


El carácter vivo de las lenguas y de las transformaciones que en ellas se operan
con el tiempo bien pudiera ser esa corteza del árbol que dificulta que la miel
de la Palabra de Dios fluya y alimente adecuadamente. De ahí la necesidad de
recurrir a la sabia pericia de los maestros revisores que, con su mazo, dan nueva
vida a las traducciones.
En efecto, para muchas personas, leer la versión de 1569 sería una labor ardua,
y posiblemente, insatisfactoria. Por eso precisamente ha sido necesario, a lo
largo de los últimos 450 años, hacer revisiones periódicas del texto original de
Reina, para ponerlo más a tono con las formas contemporáneas de la lengua.
Treinta y tres años habían transcurrido desde que se publicó en Basilea la tra-
ducción de Casiodoro de Reina y se hacía necesaria una revisión. Desde enton-
ces, casi una veintena de revisiones la han seguido.
¿Quiénes han llevado a cabo esta nueva revisión?
Esta revisión que ofrecemos es fruto del compromiso y responsabilidad que
la Sociedad Bíblica de España ha tenido, y sigue teniendo, con los lectores y
oyentes de la Biblia Reina-Valera. Así pues, el trabajo realizado no es más que un
ejercicio de continuidad con lo ya realizado en épocas pasadas participando de
forma activa en las revisiones de 1909, 1960 y 1995, y con los mismos niveles
de fidelidad y respeto al texto original, a la tradición textual Reina-Valera, y a
los mejores textos bíblicos en las lenguas originales (hebreo, arameo y griego).
¿Cómo se ha realizado esta revisión?
Constituido el Comité multidisciplinar de revisión (filólogos, lingüistas, estilistas
y teólogos) bajo la dirección y supervisión del Departamento de Traducciones de
Sociedad Bíblica de España, se distribuyó la base textual de Reina-Valera entre
los miembros del equipo. Primeramente se procedió a la revisión lingüística y
estilística del Nuevo Testamento, y una vez finalizado este proceso, fue revisado
por otros miembros del equipo que también hicieron una lectura teológica. De
igual manera se procedió con el Antiguo Testamento. Finalizado este proceso
se dio a leer a un grupo de lectores, y sus sugerencias fueron estudiadas por los
miembros del equipo. Las sugerencias aprobadas fueron incorporadas a la base
textual.
¿Qué novedades relevantes ofrece?
El equipo que ha trabajado en esta revisión ha respetado cuidadosamente la
base textual original de la Biblia del Oso. Por ello, aunque se ha cotejado la
traducción con la Biblia Hebraica Stuttgartensia (para el Antiguo Testamento)
y con el llamado «texto crítico» del Nuevo Testamento (Edición de Sociedades
Bíblica Unidas), se ha evitado hacer correcciones de tipo textual. Sin embargo,
en la «edición de estudio» se han incluido notas a pie de página en las cuales
se recogen las variantes textuales más relevantes que ofrecen los numerosos e
importantísimos descubrimientos de manuscritos antiguos, así como algunas
reseñas de crítica textual.
El equipo revisor siendo plenamente consciente de no estar realizando una nue-
va traducción, sino una revisión de un texto que goza de amplio reconocimiento
y prestigio ha tenido siempre en cuenta la tradición textual Reina-Valera y, por
ello, se ha ceñido escrupulosamente a las opciones exegéticas originales. Solo
se han realizado modificaciones en pequeños aspectos exegéticos que se han
considerado necesarios por estimar que esas variaciones podían aclarar o mejo-
rar la comprensión del texto. Así mismo, se ha adecuado el texto a la normativa
gramatical y ortográfica vigentes. Respecto a la puntuación se ha relajado su uso,
siempre que era posible, siguiendo la tendencia actual.
Se han sustituido las palabras que han dejado de ser comprensibles para la ma-
yoría de los lectores de esta nueva revisión. También se han sustituido palabras
que, aunque comprensibles, no reflejan hoy, con precisión, el significado del
texto original. Del mismo modo se han cambiado aquellas expresiones que
ahora nos resultan extrañas o que resultan incomprensibles para el lector medio
actual.
Se ha procurado ofrecer una redacción más ágil sin perder por ello el estilo
característico Reina-Valera. En la medida de lo posible se ha evitado realizar
cambios que pudieran alterar sustancialmente aquellos pasajes que gozan de un
mayor reconocimiento.
A diferencia de revisiones anteriores, en esta nueva revisión se ha sustituido el
nombre «Jehová», y en su lugar, siguiendo la mejor tradición crítica y textual,
se ha optado por «el Señor». Lo mismo se ha hecho con el término «Verbo» en
los textos correspondientes de los escritos joaninos, y se ha sustituido por el
término «Palabra».
A modo de conclusión
Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera fueron traductores cuyas obras hicie-
ron época. De eso no hay duda. Su obra ha durado mucho más de lo que ellos
mismo pudieron llegar a imaginar. Sus nombres han quedado inexorablemente
vinculados a la historia del protestantismo de habla castellana. Y con esta nueva
y necesaria revisión nos unimos, de forma humilde, a su trabajo quitando alguna
corteza que el paso del tiempo ha hecho surgir en el árbol que, fuerte y frondo-
so, da cobijo al panal de dulce miel de la Palabra de Dios en lengua castellana
desde un 28 de septiembre de 1569.

Sociedad Bíblica de España


Evangelio según

MARCOS
Título (1.1)
cintura⁠ y se alimentaba de salta-

1   Principio
del evangelio⁠ de Je- montes y miel silvestre.⁠ 7 Predicaba
1
sucristo, Hijo de Dios.⁠ diciendo:
—Viene tras de mí el que es
Preliminares (1.2-13) más poderoso que yo, a quien no
soy digno, habiéndome agachado,
Predicación de Juan el Bautista de desatar la correa de sus sanda-
(Mt 3.1-12; Lc 3.1-9,15-17; Jn 1.19-28) lias.⁠ 8 Yo os he bautizado con agua,
2 Como está escrito en el pro- pero él os bautizará con Espíritu
feta Isaías: Santo.⁠

He aquí yo envío mi
mensajero delante de ti, El bautismo de Jesús
el cual preparará tu camino (Mt 3.13-17; Lc 3.21-22)
delante de ti.⁠⁠ 9 En aquellos días Jesús vino de
3 Voz de uno que clama en el Nazaret de Galilea y Juan le bau-
desierto: tizó en el Jordán. 10 En seguida, al
«Preparad el camino del subir del agua, vio que los cielos
Señor. se abrían y que el Espíritu des-
¡Enderezad sus sendas!».⁠ cendía sobre él como una paloma.
11 Y desde los cielos vino una voz
4 Juan bautizaba en el desierto y que decía:
predicaba⁠ el bautismo de arrepen- —Tú eres mi Hijo amado. En ti
timiento para perdón de pecados. me complazco.⁠⁠
5 Acudían a él todos los habitantes
de la provincia de Judea y todos
los de Jerusalén, y, confesando Tentación de Jesús
sus pecados, los bautizaba en el (Mt 4.1-11; Lc 4.1-13)
río Jordán.⁠ 12 Luego el Espíritu impulsó a
6 Juan estaba vestido de Jesús a ir al desierto. 13 Allí per-
pelo de camello, tenía un cin- maneció durante cuarenta días⁠
to de cuero alrededor de su y fue tentado por Satanás.⁠⁠ Vivió
SAN MARCOS  1 6
entre las fieras y los ángeles le Un hombre que tenía un
servían.⁠ espíritu inmundo
(Lc 4.31-37)
I. PRIMERA SECCIÓN: 21 Fueron a Capernaún,⁠ y el sá-
MINISTERIO EN bado entró Jesús en la sinagoga
GALILEA (1.14–8.26) y comenzó a enseñar.⁠ 22 Todos se
admiraban de su enseñanza, por-
1. Predicación y que les enseñaba como quien
curaciones (1.14–3.35) tiene autoridad y no como los
escribas.⁠⁠ 23 Pero había en la si-
Jesús comienza su ministerio nagoga un hombre con espíritu
(Mt 4.12-17; Lc 4.14-15) inmundo⁠ y gritó:
14 Después que Juan fue encar- 24 —¡Ah! ¿Qué tienes que ver
celado,⁠ Jesús se dirigió a Galilea y con nosotros,⁠ Jesús nazareno?
predicando el evangelio de Dios,⁠ ¿Has venido a destruirnos? Sé
15 decía: quién eres: el Santo de Dios.⁠⁠
—El tiempo se ha cumplido⁠ y 25 Jesús lo reprendió diciendo:
el reino de Dios⁠ se ha acercado. —¡Cállate⁠ y sal de él!
¡Arrepentíos⁠ y creed en el evan- 26 Y el espíritu inmundo, sacu-
gelio!⁠ diéndole con violencia, dio un
alarido y salió de él. 27 Todos se
asombraron y se preguntaban en-
Jesús llama a cuatro pescadores tre sí:
(Mt 4.18-22; Lc 5.1-11)⁠ —¿Qué es esto? ¿Qué nueva en-
16 Al pasar junto al mar de Ga- señanza es esta que con autoridad⁠
lilea, vio a Simón⁠ y a su hermano manda aun a los espíritus inmun-
Andrés echando la red en el mar, dos, y le obedecen? 28 Muy pronto
pues eran pescadores. 17 Jesús les se difundió su fama por todas las
dijo: regiones que circundan Galilea.
—Seguidme⁠ y os haré pescado-
res de hombres. Jesús sana a la suegra de Pedro
18 Al instante dejaron sus redes (Mt 8.14-15; Lc 4.38-39)
y le siguieron.⁠ 29 Al salir de la sinagoga, Jesús,
19 Un poco más adelante vio acompañado de Jacobo y Juan, fue
a Jacobo,⁠ hijo de Zebedeo, y a a casa de Simón y Andrés. 30 La
su hermano Juan. Estaban en suegra de Simón estaba acostada
la barca reparando las redes 20 y con fiebre, y en seguida se lo di-
los llamó. Ellos inmediatamen- jeron. 31 Entonces él se acercó, la
te dejaron a su padre en la barca tomó de la mano y la levantó.⁠ In-
con los jornaleros y también le mediatamente le desapareció la
siguieron. fiebre y se puso a servirlos.
7 SAN MARCOS  2
Jesús sana a muchos enfermos limpio. 43 Le despidió en seguida
(Mt 8.16-17; Lc 4.40-41) y le dijo con severidad:
32 Cuandose puso el sol y llegó 44 —Mira, no digas a nadie na-
la noche, le llevaron todos los en- da,⁠ sino ve, muéstrate al sacerdote⁠
fermos y endemoniados.⁠ 33 Toda la y ofrece, por tu purificación, lo
ciudad se agolpó a la puerta. 34 Je- que Moisés mandó,⁠⁠ para que a
sús sanó a muchos que padecían ellos les sirva de testimonio.
de diversas enfermedades y echó 45 Pero al salir, comenzó a publi-
fuera muchos demonios; y a estos car y a divulgar por todas partes⁠ el
no les permitía hablar, porque le hecho. Así, pues, Jesús no podía
conocían.⁠ ya entrar abiertamente en ningu-
na ciudad, sino que se quedaba
Jesús recorre Galilea predicando fuera, en los lugares desiertos.
(Lc 4.42-44) Pese a todo, venían a él de todas
35 Selevantó Jesús muy de partes.
mañana. Cuando aún no había
amanecido, salió de la ciudad y Jesús sana a un paralítico⁠
se fue a un lugar desierto. Allí se (Mt 9.1-8; Lc 5.17-26)
puso a orar.⁠ 36 Le buscaron Simón
2   Jesús
entró otra vez en Ca-
1
y los que con él estaban, 37 y ha- pernaún después de algunos
llándole le dijeron: días. Cuando se supo que estaba
—Todos te buscan. en casa,⁠ 2 inmediatamente se jun-
38 Él respondió: tó mucha gente, de manera que
—Vamos a los lugares vecinos ya no cabían ni aun a la puerta;
para predicar también allí, porque y Jesús les predicaba la palabra.⁠
para esto he venido.⁠ 3 Entonces acudieron a él cuatro
39 Predicaba en las sinagogas personas que llevaban a un paralí-
por toda Galilea y echaba fuera tico. 4 Como no podían acercarse a
los demonios.⁠ él a causa de la multitud, quitaron
parte del techo de la casa donde
Jesús sana a un leproso Jesús estaba y por la abertura ba-
(Mt 8.1-4; Lc 5.12-16) jaron la camilla en que yacía el
40 Vino
a él un leproso⁠ y le roga- paralítico.⁠ 5 Al ver Jesús la fe de
ba de rodillas diciendo: quienes le llevaban, dijo al para-
—Si quieres, puedes limpiarme. lítico:
41 Jesús, profundamente conmo- —Hijo, tus pecados te son per-
vido,⁠ extendió la mano, le tocó donados.⁠
y le dijo: 6 Estaban allí sentados algunos
—Quiero, sé limpio. de los escribas y en sus corazo-
42 Tan pronto terminó de hablar, nes albergaban este pensamiento:
le desapareció la lepra y quedó 7 «¿Por qué habla de ese modo?
SAN MARCOS  2 8
Dice blasfemias. ¿Quién puede escribas y los fariseos,⁠ al verle
perdonar pecados, sino solo uno, comer con los recaudadores de
Dios?».⁠⁠ impuestos y con los pecadores,
8 Jesús interiormente se dio preguntaron a los discípulos:
cuenta al momento de lo que los —¿Qué es esto de comer y
escribas pensaban y les preguntó: beber con los recaudadores de
—¿Por qué pensáis así? 9 ¿Qué impuestos y pecadores?
es más fácil, decir al paralítico: 17 Al oírlo, Jesús les dijo:
«Tus pecados te son perdonados» —Los sanos no tienen necesi-
o decirle: «Levántate, toma tu ca- dad de médico, sino los enfermos.
milla y anda»? 10 Pues para que No he venido a llamar a justos,
sepáis que el Hijo del Hombre⁠⁠ sino a pecadores.
tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados —se dirigió al La pregunta sobre el ayuno
paralítico—: 11 A ti te digo: Leván- (Mt 9.14-17; Lc 5.33-39)
tate, toma tu camilla y vete a tu 18 En cierta ocasión en que los
casa.⁠ discípulos de Juan⁠ y los de los fari-
12 El paralítico se levantó, tomó seos estaban practicando el ayuno,
su camilla e inmediatamente salió se acercaron a Jesús y le pregun-
en presencia de todos, y todos se taron:
asombraron y glorificaban a Dios —¿Por qué los discípulos de
diciendo: Juan y los de los fariseos ayunan
—Nunca hemos visto tal cosa. y tus discípulos no?
19 Jesús respondió:
Llamamiento de Leví —¿Acaso pueden ayunar los in-
(Mt 9.9-13; Lc 5.27-32) vitados a una boda⁠ mientras está
13 Jesúsvolvió después a la orilla con ellos el novio?⁠ Mientras tie-
del mar y toda la gente venía a él, nen consigo al novio no pueden
y él les enseñaba. 14 Al pasar, vio ayunar. 20 Vendrán días cuando el
a Leví,⁠ hijo de Alfeo, sentado al novio les será quitado,⁠ y enton-
banco de recaudación de los im- ces sí, en aquellos días, ayunarán.
puestos públicos,⁠ y le dijo: 21 Nadie remienda con paño
—Sígueme.⁠ nuevo⁠ un vestido viejo, porque
Se levantó y le siguió.⁠ el mismo remiendo nuevo tira
15 Estaba Jesús sentado a la de la tela vieja y se hace peor la
mesa en casa de Leví,⁠ y aconte- rotura. 22 Y nadie echa vino nue-
ció que junto a él y sus discípulos⁠ vo en odres viejos porque el vino
se sentaron también numerosos nuevo rompe los odres, el vino
recaudadores de impuestos y pe- se derrama y los odres se pierden.
cadores, porque eran muchos El vino nuevo se ha de echar en
los que le habían seguido. 16 Los odres nuevos.⁠
9 SAN MARCOS  3
Los discípulos arrancan espigas Pero ellos callaban. 5 Entonces,
en sábado mirándolos con enojo y entristeci-
(Mt 12.1-8; Lc 6.1-5) do por la dureza de sus corazones,⁠
23 Aconteció un sábado⁠ que, dijo al hombre:
pasando Jesús por los sembra- —Extiende tu mano.
dos,⁠ sus discípulos comenzaron a Él la extendió, y la mano le fue
arrancar espigas. 24 Entonces los restaurada.
fariseos le dijeron: 6 Salieron entonces los fariseos
—Mira, ¿por qué hacen en sába- y se confabularon con los herodia-
do lo que no está permitido?⁠ nos⁠ para destruirle.⁠
25 Él les respondió:
—¿Nunca leísteis lo que hizo La multitud a la orilla del mar
David y quienes le acompaña- 7 Jesús se retiró al mar con
ban cuando sintieron hambre? sus discípulos y le siguió gran
26 Entró en la casa de Dios en multitud procedente de Gali-
los días en que Abiatar⁠ era sumo lea. También, al haber oído cuán
sacerdote, comió los panes de grandes cosas hacía, vinieron a
la proposición, de los cuales no él enormes multitudes de Judea,
está permitido comer sino a los 8 de Jerusalén, de Idumea,⁠ del otro
sacerdotes,⁠ y también se los dio lado del Jordán y de los alrededo-
a quienes con él estaban.⁠⁠ res de Tiro y de Sidón. 9 Entonces
27 También les dijo: dijo a sus discípulos que le tuvie-
—El sábado se hizo para el hom- ran siempre lista la barca, para
bre y no el hombre para el sábado.⁠ evitar que la multitud le opri-
28 Por tanto, el Hijo del Hombre es miera, 10 puesto que, como había
Señor incluso del sábado. sanado a muchos, todos los que
tenían dolencias se echaban sobre
El hombre de la mano atrofiada él para tocarle.⁠⁠ 11 Y los espíritus
(Mt 12.9-14; Lc 6.6-11)⁠ inmundos, al verle, se postraban

3  Otra vez entró Jesús en la delante de él y gritaban:


1 
sinagoga⁠ y había allí un hom- —¡Tú eres el Hijo de Dios!⁠
bre que tenía atrofiada una mano.⁠ 12 Mas él los reprendía enér-
2 Acechaban a Jesús para ver si le gicamente para que no le
sanaría en sábado con el fin de descubriesen.⁠⁠
poder acusarle.⁠ 3 Entonces dijo al
hombre de la mano atrofiada: Elección de los doce apóstoles
—Levántate y ponte en medio. (Mt 10.1-4; Lc 6.12-16)
4 Y les preguntó a los demás: 13 Después subió al monte⁠ y lla-
—¿Está permitido en sábado mó a quienes él quiso, y vinieron
hacer bien o hacer mal, salvar la hacia él.  Designó entonces a do-
14
vida o quitarla?⁠ ce⁠ para que estuvieran con él y
SAN MARCOS  3 10
para enviarlos a predicar, 15 y que sus bienes si antes no le ata.⁠ So-
tuvieran el poder de echar fue- lamente así podrá saquear su casa.
ra demonios.⁠ 16 Los doce fueron⁠ 28 Os aseguro que a todas las
Simón, a quien puso por sobre- personas les serán perdonados to-
nombre Pedro;⁠ 17 Jacobo, hijo de dos los pecados y las blasfemias,⁠
Zebedeo, y Juan, hermano de Ja- cualesquiera que sean; 29 pero
cobo, a quienes llamó Boanerges, quien blasfeme contra el Espíri-
es decir, «Hijos del trueno»; 18 An- tu Santo⁠ no tiene perdón jamás,⁠
drés, Felipe, Bartolomé, Mateo, sino que es reo de pecado eterno.
Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Ta- 30 Porque ellos habían dicho:
deo,⁠ Simón, el cananeo,⁠ 19 y Judas «Tiene espíritu inmundo».
Iscariote,⁠ el que le entregó.⁠
La madre y los hermanos
La blasfemia contra el de Jesús
Espíritu Santo (Mt 12.46-50; Lc 8.19-21)
(Mt 12.22-32; Lc 11.14-23) 31 Entre tanto, llegaron la madre
20 Volvió a casa⁠ y se juntó de y los hermanos de Jesús⁠ y como
nuevo tanta gente que ni siquie- se quedaron afuera enviaron a al-
ra podían comer pan.⁠ 21 Cuando guien para llamarle.⁠ 32 Entonces la
lo oyeron sus parientes,⁠ vinieron gente que estaba sentada alrede-
para llevárselo, porque decían: dor de él le dijo:
«Está fuera de sí». —Mira, tu madre y tus herma-
22 Pero los escribas que habían nos están afuera y te buscan. 33 Él
venido de Jerusalén⁠ decían que les respondió:
tenía a Beelzebú,⁠ y que por Bel- —¿Quiénes son mi madre y mis
zebú, príncipe de los demonios, hermanos?
los echaba fuera.⁠ 34 Y mirando a los que estaban
23 Jesús los llamó y les dijo en sentados a su alrededor dijo:
parábolas:⁠ —Estos son mi madre y mis
—¿Cómo puede Satanás echar hermanos, 35 porque todo aquel
fuera a Satanás? 24 Si un reino está que hace la voluntad de Dios, ese
dividido contra sí mismo, tal rei- es mi hermano, mi hermana y mi
no no puede permanecer. 25 Y si madre.⁠
una casa⁠ está dividida contra sí
misma, tal casa no puede perma- 2. Discurso de las
necer. 26 Y si Satanás se levanta parábolas (4.1-34)⁠
contra sí mismo y se divide, no
puede permanecer, sino que lle- Parábola del sembrador
ga su fin. (Mt 13.1-23; Lc 8.4-15)

4 enseñarvezjunto
27 Nadie puede entrar en la casa   Otra
1 comenzó Jesús a
de un hombre fuerte y saquear al mar.⁠ Y se
11 SAN MARCOS  4
reunió alrededor de él tanta gen- sea que se conviertan y les sean
te que decidió subir a una barca perdonados los pecados.⁠⁠
que estaba en el mar y se sentó.⁠
Toda la gente permanecía en la Jesús explica la parábola del
orilla 2 y les enseñaba por medio sembrador⁠
de parábolas muchas cosas. En su (Mt 13.18-23; Lc 8.11-15)
enseñanza les decía: 13 Y continuó diciendo:
3 —Oíd: El sembrador salió a —¿No entendéis esta parábo-
sembrar 4 y al hacerlo una parte la?⁠ ¿Cómo, pues, entenderéis
de la semilla cayó junto al cami- todas las demás? 14 El sembrador
no, y vinieron las aves del cielo y siembra la palabra.⁠ 15 Algunos
se la comieron. 5 Otra parte cayó son como la semilla caída junto
en terreno pedregoso, donde no al camino. En ellos se siembra
había mucha tierra. Brotó pronto, la palabra, pero inmediatamente
porque la tierra no era profun- después de oírla viene Satanás y
da, 6 pero cuando salió el sol se se la arrebata. 16 De igual modo,
agostó y se secó, pues la raíz no la semilla caída en el terreno pe-
tenía hondura. 7 Otra cayó entre dregoso representa a quienes al
espinos, los espinos crecieron, la oír la palabra la reciben momen-
ahogaron y no dio fruto. 8 Pero táneamente con gozo, 17 pero
otra parte de la simiente cayó en perdura muy poco tiempo porque
buena tierra, brotó, creció y pro- no tienen raíz en sí mismos; por
dujo fruto a treinta, a sesenta y a eso sucumben cuando por causa
ciento por uno.⁠ de la palabra viene la tribulación
9 Y añadió Jesús: o la persecución. 18 La semilla que
—El que tenga oídos para oír, cayó entre espinos representa a
oiga.⁠ quienes oyen la palabra, 19 pero
los afanes de este mundo, el enga-
Propósito de las parábolas ño de las riquezas y la codicia de
(Mt 13.10-17; Lc 8.9-10) otras cosas,⁠ entran en su interior,
10 Cuando se quedó a solas, los la ahogan y la hacen infructuosa.
que estaban cerca de él⁠ junto con 20 Y existen otros que son como la
los doce le preguntaron sobre el simiente que cayó en buena tie-
significado de la parábola. 11 Y les rra: oyen el mensaje, lo reciben y
dijo: dan fruto a treinta, a sesenta y a
—A vosotros os es dado saber ciento por uno.⁠
el misterio del reino de Dios;⁠
pero a quienes están fuera⁠ todo Nada oculto que no haya de
se les dice por parábolas⁠ 12 para ser manifestado
que viendo, vean y no perciban; y (Lc 8.16-18)
oyendo, oigan y no entiendan; no 21 También les dijo:
SAN MARCOS  4 12
—¿Acaso se enciende una lám- servirá para representarlo? 31 Es
para para ponerla debajo del como el grano de mostaza. Cuan-
almud⁠ o debajo de la cama? ¿No do se siembra es la más pequeña
es para ponerla en el candelero?⁠ de todas las semillas que hay en la
22 Porque no hay nada oculto que tierra, 32 pero después crece más
no haya de ser manifestado ni se- que todas las hortalizas y echa ra-
creto que no haya de salir a la luz.⁠ mas tan grandes que las aves del
23 Si alguno tiene oídos para oír, cielo pueden morar bajo su som-
oiga.⁠ bra.⁠⁠
24 Les dijo también:
—Prestad atención a lo que oís, El uso que Jesús hace de las
porque con la medida con que parábolas
medís a los demás, seréis medi- (Mt 13.34-35)
dos,⁠ y aun más que eso. 25 Pues 33 Con muchas parábolas como
al que tiene se le dará, pero al estas les comunicaba la palabra,⁠
que no tiene, aun lo que tiene se conforme a lo que podían com-
le quitará.⁠⁠ prender.⁠ 34 Sin parábolas no les
hablaba,⁠ aunque a sus discípulos
Parábola del crecimiento se lo explicaba todo en privado.⁠
de la semilla
26 Decía además:
—El reino de Dios es como 3. Enseñanza y controversias
cuando un hombre echa la semi- (4.35–8.26)
lla en la tierra. 27 Tanto si duerme
como si se levanta, sea de noche Jesús calma la tempestad⁠
o de día, la semilla brota y crece (Mt 8.23-27; Lc 8.22-25)⁠
sin que él sepa cómo, 28 porque 35 Aquel día,⁠ cuando llegó la no-
la tierra de por sí lleva fruto: pri- che, les dijo a sus discípulos:
mero tallo tierno, luego espiga, —Pasemos al otro lado del mar.⁠⁠
después grano que llena la espi- 36 Una vez despedida la multi-
ga. 29 Y en el momento en que el tud, le llevaron en la misma barca
fruto está maduro, se mete la hoz, donde estaba. Otras barcas iban
porque ha llegado el tiempo de con él. 37 Se levantó una gran
la siega.⁠⁠ tempestad de viento y las olas azo-
taban la barca inundándola hasta
Parábola de la semilla tal punto que se anegaba. 38 Él es-
de mostaza taba en la popa durmiendo sobre
(Mt 13.31-32; Lc 13.18-19) un cabezal.⁠ Le despertaron y le
30 Jesúsdecía también: dijeron:
—¿Con qué compararemos el —¡Maestro!, ¿no te preocupa si
reino de Dios? ¿Qué parábola nos perecemos?
13 SAN MARCOS  5
39 Él se levantó, reprendió al Él respondió:
viento y dijo al mar: —Legión, porque somos mu-
—¡Calla, enmudece!⁠ chos.⁠
Cesó el viento y sobrevino la 10 Y suplicaba a Jesús con insis-
calma.⁠ 40 Y les dijo: tencia que no los enviara fuera de
—¿Por qué estáis así, amedren- la región.⁠ 11 Cerca del monte pa-
tados? ¿No tenéis fe? cía un gran hato de cerdos,⁠ 12 y los
41 Entonces sintieron un gran demonios le rogaron:
temor y se decían unos a otros: —Envíanos a los cerdos para
—¿Quién es este que aun el que entremos en ellos.
viento y el mar le obedecen?⁠ 13 Jesús les dio permiso y los
espíritus inmundos, saliendo
del hombre, entraron en los cer-
El endemoniado gadareno dos, que eran como dos mil, y se
(Mt 8.28-34; Lc 8.26-39) precipitaron al mar⁠ por un despe-

5   Y llegaron al otro lado del ñadero. Todos se ahogaron.


1
mar, a la región de los gada- 14 Quienes los apacentaban hu-
renos.⁠ 2 En cuanto Jesús salió de yeron y difundieron el hecho en
la barca, vino a su encuentro un la ciudad y en los campos, y mu-
hombre con un espíritu inmundo.⁠ chas personas acudieron a ver qué
3 Moraba en los sepulcros⁠ y nadie había sucedido. 15 Cuando llega-
podía sujetarlo ni siquiera con ca- ron a donde se encontraba Jesús,
denas. 4 Muchas veces lo habían vieron que quien había estado
amarrado con grillos y cadenas, atormentado por la legión de de-
pero quebrantaba las cadenas y monios se hallaba ahora sentado,
forzaba los grillos. Nadie podía vestido y en su juicio cabal. Y sin-
dominarle. 5 De día y de noche tieron miedo. 16 Los testigos les
andaba gritando por los montes y contaron lo que había acontecido
entre los sepulcros, e hiriéndose con el endemoniado y los cerdos.
con piedras. 6 Cuando vio a Jesús 17 Entonces comenzaron a rogarle
a lo lejos, se acercó corriendo y que se fuera de su comarca.
se postró ante él 7 y dijo gritando 18 Al subir Jesús a la barca, el
desaforadamente: endemoniado le rogaba que
—¿Qué tienes contra mí,⁠ Jesús, le permitiera quedarse con él.
Hijo del Dios Altísimo?⁠ ¡Por Dios 19 Pero Jesús no se lo permitió,
te ruego que no me atormentes!⁠ sino que le dijo:
8 Porque Jesús le había dicho: —Vete a tu casa, con los tuyos,
«Sal de este hombre, espíritu in- y cuéntales cuán grandes cosas ha
mundo». hecho el Señor contigo⁠ y cómo
9 Jesús le preguntó: ha tenido misericordia de ti. 20 El
—¿Cómo te llamas? hombre se marchó y comenzó a
SAN MARCOS  5 14
contar en Decápolis⁠ cuán grandes —¿Quién ha tocado mis vesti-
cosas Jesús había hecho con él⁠ y dos?
todos se maravillaban. 31 Sus discípulos le dijeron:
—Ves que la multitud te aprieta
La hija de Jairo y la mujer que y preguntas «¿Quién me ha toca-
tocó el manto de Jesús do?».
(Mt 9.18-26; Lc 8.40-56) 32 Él seguía mirando alrededor
21 Cuando Jesús regresó en para ver quién lo había hecho.
barca a la otra orilla,⁠⁠ una gran 33 La mujer se había dado cuen-
multitud se congregó en tor- ta de lo que le había ocurrido y,
no a él, que estaba junto al mar.⁠ temerosa y temblando, fue hacia
22 Un alto dirigente de la sinago- Jesús, se postró ante él y le con-
ga⁠ llamado Jairo al ver a Jesús fesó toda la verdad.⁠
se acercó a él y se postró a sus 34 Jesús le dijo:
pies 23 y le rogaba con insistencia —Hija, tu fe te ha salvado.⁠ Vete
diciendo: en paz y queda sana de la enfer-
—Mi hija está agonizando. Ven medad que te ha azotado.
y pon las manos sobre ella⁠ para 35 Mientras Jesús aún estaba ha-
que sea sanada⁠ y viva. blando, llegaron algunas personas
24 Jesús fue con él. Gran mul- de casa del alto dirigente de la si-
titud le seguía, constriñéndole. nagoga y le dijeron:
25 Entre la gente estaba una mu- —Tu hija ha muerto. ¿Para qué
jer que desde hacía doce años seguir molestando aún al Maes-
padecía hemorragias.⁠ 26 Había tro?
sufrido mucho en manos de in- 36 Pero Jesús, que oyó estas pa-
numerables médicos, se había labras, le dijo al alto dirigente de
gastado en ellos todo lo que te- la sinagoga:
nía sin provecho alguno, incluso —No temas, cree solamente.
empeoraba. 27 Como había oído 37 Jesús no permitió que le si-
hablar de Jesús, se abrió paso en- guiera nadie sino Pedro, Jacobo y
tre la multitud y se acercó a él su hermano Juan.⁠ 38 Llegó a casa
por detrás para tocar su manto, de Jairo y vio el alboroto: gente
28 porque se decía a sí misma: «Si que lloraba y se lamentaba. 39 En-
logro tocar tan solo su manto, me tró y les dijo:
sanaré».⁠ 29 E inmediatamente la —¿Por qué tanto alboroto y tan-
hemorragia cesó y sintió que ha- to llanto? La niña no está muerta,
bía sanado del mal que la azotaba. sino dormida.⁠
30 Al instante, Jesús se dio cuenta 40 Y se burlaban de él. Pero Je-
del poder curativo que había sa- sús, después de echar a todos
lido de él⁠ y volviéndose hacia la fuera, tomó al padre, a la madre
multitud preguntó: y a quienes fueron con él y entró
15 SAN MARCOS  6
donde estaba la niña. 41 Le tomó Misión de los doce discípulos
la mano⁠ y le dijo: (Mt 10.5-15; Lc 9.1-6)
—¡Talita, cumi!⁠ (que significa: Recorría las aldeas de las inme-
«Niña, a ti te digo, levántate»).⁠ diaciones enseñando.⁠ 7 Entonces
42 La niña, que tenía doce años, convocó a los doce y comenzó a
se levantó inmediatamente y enviarlos de dos en dos,⁠ dándo-
echó a andar. Todos los presentes les autoridad sobre los espíritus
se asombraron. 43 Jesús les ordenó inmundos.⁠ 8 Les ordenó que no
con firmeza que no lo hicieran sa- llevaran nada para el camino, ex-
ber a nadie,⁠ y mandó que dieran cepto el bastón: ni alforja ni pan
de comer a la niña. ni dinero en el bolsillo;⁠ 9 que cal-
zaran sandalias y no vistiesen dos
túnicas.⁠ 10 Y añadió:
Jesús en Nazaret —Donde quiera que sea, cuando
(Mt 13.53-58; Lc 4.16-30) entréis en una casa, permaneced

6  Jesús salió de allí y vino a su en ella hasta que abandonéis ese


1 
tierra⁠ acompañado por sus lugar.⁠ 11 Y si en algún lugar no os
discípulos. Cuando llegó el sá-
2  reciben ni os escuchan, salid de
bado, comenzó a enseñar en la allí y sacudid el polvo que está de-
sinagoga y muchos, oyéndole, se bajo de vuestros pies,⁠ para que les
admiraban y preguntaban: sirva de testimonio.⁠ Sin duda os
—¿De dónde saca este tales digo que en el día del juicio será
cosas? ¿Y qué sabiduría es esta más tolerable el castigo para los
que se le ha concedido,⁠ y estos de Sodoma y Gomorra que para
milagros que sus manos han rea- los de aquella ciudad.
lizado? 3 ¿No es este el carpintero,⁠ 12 Los discípulos, habiendo
hijo de María, hermano de Jaco- salido, proclamaban que se arre-
bo, de José, de Judas y de Simón? pintieran. 13 También echaban
¿No están también aquí con noso- fuera muchos demonios, ungían
tros sus hermanas?⁠⁠ con aceite a muchos enfermos y
Y se escandalizaban por él.⁠ los sanaban.⁠
4 Pero Jesús les dijo:
—No hay profeta sin honra sino Muerte de Juan el Bautista
en su propia tierra,⁠ entre sus pa- (Mt 14.1-12; Lc 9.7-9)
rientes y en su misma casa.⁠ 14 Lafama de Jesús llegó a oídos
5 No pudo hacer allí ningún del rey Herodes,⁠ pues su nombre
milagro, excepto sanar a unos se había divulgado profusamente.
pocos enfermos poniendo las Unos decían:
manos sobre ellos.⁠ 6 La incredu- —Juan el Bautista ha resucitado
lidad de aquella gente le causaba de entre los muertos, y por eso ac-
asombro. túan en él estos poderes.
SAN MARCOS  6 16
15 Otros: «Es Elías».⁠ Y otros: «Es La madre respondió:
un profeta o alguno de los pro- —La cabeza de Juan el Bautista.
fetas».⁠ 25 Herodías entró apresurada-
16 Al oírlo Herodes, dijo: mente y le dijo al rey:
—Este es Juan, a quien yo deca- —Quiero que ahora mismo me
pité, que ha resucitado de entre des en una bandeja la cabeza de
los muertos.⁠ Juan el Bautista.
17 Porque el mismo Herodes ha- 26 El rey se entristeció mucho,
bía ordenado apresar a Juan y le pero como se había comprome-
tuvo encadenado en la cárcel⁠ por tido por el juramento hecho en
causa de Herodías, mujer de su presencia de los invitados, no
hermano Felipe y con quien He- quiso desairarla. 27 E inmediata-
rodes se había casado.⁠ 18 Porque mente ordenó a un miembro de
Juan decía a Herodes: su guardia que le trajeran la cabe-
—No te está permitido tener la za de Juan. 28 El guardia fue a la
mujer de tu hermano.⁠⁠ cárcel, lo decapitó, trajo su cabe-
19 Herodías abrigaba rencor con- za en una bandeja y se la dio a la
tra él y deseaba matarlo; pero no muchacha, y la joven se la entre-
podía, 20 porque Herodes temía gó a su madre.
a Juan: sabía que era un hom- 29 Cuando sus discípulos se en-
bre justo y santo, y le protegía. teraron, vinieron, tomaron su
Se quedaba muy perplejo cuando cuerpo y le dieron sepultura.⁠
le escuchaba, pero lo hacía con
agrado. 21 Para Herodías llegó la Alimentación de los cinco mil⁠
oportunidad cuando Herodes, en (Mt 14.13-21; Lc 9.10-17; Jn 6.1-14)
la fiesta de su cumpleaños, ofre- 30 Entonces los apóstoles se re-
cía un banquete a sus príncipes, unieron con Jesús y le contaron
tribunos⁠ y altos dignatarios de Ga- todo cuanto habían hecho y en-
lilea. 22 Entró la hija de Herodías⁠ señado.
para danzar, y agradó a Herodes y 31 Él les dijo:
a los que estaban con él a la mesa —Venid, retirémonos a un lu-
de tal manera que el rey dijo a la gar solitario y descansad un poco.
muchacha: Eran tantos los que iban y venían
—Pídeme lo que quieras y te que no tenían tiempo ni para co-
lo daré. mer.⁠ 32 Y se fueron solamente
23 Y le juró: ellos en una barca a un lugar apar-
—Te daré todo lo que me pidas, tado. 33 Pero los vieron marchar y
hasta la mitad de mi reino.⁠ los reconocieron. Entonces gen-
24 La muchacha salió y pregun- tes de todas las ciudades fueron
tó a su madre: corriendo allí, adelantándose a su
—¿Qué pediré? llegada, y se juntaron a él.⁠ 34 Al
17 SAN MARCOS  6
desembarcar Jesús y ver la gran 44 ylos que comieron eran cinco
multitud, se conmovió profunda- mil hombres.⁠
mente porque parecían ovejas sin
pastor,⁠ y comenzó a enseñarles Jesús anda sobre el mar
muchas cosas. 35 El tiempo trans- (Mt 14.22-27; Jn 6.15-21)⁠
curría y se hizo tarde. Entonces 45 Inmediatamente ordenó a
sus discípulos se acercaron a él sus discípulos que entrasen en
y le dijeron: la barca y que, precediéndole, se
—El lugar está desierto y la hora dirigiesen a Betsaida,⁠ en la otra
muy avanzada.⁠ 36 Despídelos para orilla, en tanto que él despedía a
que vayan a los lugares y aldeas la multitud. 46 Cuando los hubo
de alrededor y se compren pan despedido se fue al monte a orar.⁠
para comer. 47 Al llegar la noche, la barca esta-
37 Jesús respondió: ba en medio del mar y Jesús, solo,
—Dadles vosotros de comer.⁠ en tierra, 48 pero cerca del ama-
Ellos replicaron: necer⁠, al verles remar con gran
—¿Cómo quieres que compre- esfuerzo porque el viento les era
mos la cantidad de pan que es contrario, fue hacia ellos andan-
necesaria para darles de comer si do sobre el mar⁠ y como queriendo
el importe supondría doscientos pasar de largo.⁠ 49 Ellos, al verle ca-
denarios?⁠ minar sobre las aguas, pensaron
38 Él les preguntó: que era un fantasma⁠ y se pusieron
—¿Cuántos panes tenéis? Id a a gritar 50 porque todos le vieron
ver. Cuando lo averiguaron le di- y se asustaron. Pero Jesús en se-
jeron: guida les habló diciendo:
—Cinco, y dos peces. —¡Tened valor! Soy yo,⁠ no te-
39 Entonces les mandó que hi- máis.
cieran recostar a los congregados 51 A continuación subió a la
en grupos sobre la hierba ver- barca. El viento se calmó.⁠ Los
de. 40 Se agruparon de ciento en discípulos se sentían asombrados
ciento y de cincuenta en cincuen- y se maravillaban: 52 no habían
ta.⁠ 41 A continuación, Jesús tomó entendido aún el milagro de los
los cinco panes y los dos peces y, panes,⁠ porque sus corazones es-
levantando los ojos al cielo, ben- taban endurecidos.⁠
dijo⁠ y partió los panes y se los
dio a sus discípulos para que los Jesús sana a los enfermos en
distribuyeran entre la multitud.⁠ Genesaret
También repartió los dos peces. (Mt 14.34-36)
42 Comieron todos y se saciaron. 53 Terminada la travesía, llega-
43 Con los pedazos sobrantes que ron a Genesaret⁠ y arribaron a la
recogieron llenaron doce cestas,⁠ orilla. 54 Apenas desembarcaron,
SAN MARCOS  6 18
la gente del lugar reconoció a Je- Este pueblo de labios me
sús. 55 Según recorrían la región, honra,
le llevaban, a donde oían que él mas su corazón está lejos
estaba, enfermos en camilla, de de mí.
aquí y de allá. 56 Dondequiera que 7 Y en vano me honran
llegaba, ya fueran aldeas, ciudades enseñando como doctrinas
o campos, ponían en las calles a mandamientos humanos.⁠
los enfermos y le rogaban que les
dejara tocar siquiera el borde de 8 Porque dejando el man-
su manto.⁠ Todos cuantos lo toca- damiento de Dios, os aferráis a la
ban quedaban curados.⁠⁠ tradición humana: los lavamien-
tos de los jarros y de los vasos de
Lo que contamina a las beber. Y hacéis otras muchas co-
personas sas semejantes.⁠
(Mt 15.1-20) 9 Les decía también:

7   Se acercaron a Jesús los fari- —¡Qué bien invalidáis el man-


1
seos y algunos de los escribas damiento de Dios para guardar
que habían venido de Jerusalén vuestra tradición! 10 Moisés dice:
2 y viendo que algunos de los dis- Honra a tu padre y a tu madre⁠⁠
cípulos comían pan con manos y El que maldiga al padre o a la
impuras,⁠ esto es, sin lavar, los madre, morirá irremisiblemen-
condenaban,⁠⁠ 3 porque los fariseos te,⁠ 11 pero vosotros afirmáis que
y todos los judíos mantienen la le es suficiente a la persona de-
tradición de los ancianos y no co- cir a su padre y a su madre que
men si no se lavan muchas veces⁠ toda la ayuda que pudiera pres-
las manos. 4 Así, cuando regresan tarles es Corbán,⁠ o sea, ofrenda a
de la plaza, si no se lavan, no co- Dios. 12 Así que no le dejáis hacer
men. Y se empeñan en conservar más por su padre o por su ma-
otras muchas tradiciones, tales dre, 13 invalidando la palabra de
como lavar los vasos de beber, los Dios con esa tradición vuestra
jarros, los utensilios de metal y las que transmitís. Y hacéis muchas
camas.⁠⁠ 5 Siendo así, los fariseos y cosas semejantes a estas.
los escribas preguntaron a Jesús: 14 Y llamando a la multitud les
—¿Por qué tus discípulos no dijo:
andan conforme a la tradición de —Oídme todos y entended:
los ancianos,⁠ sino que comen pan 15 Nada hay fuera de la persona
con manos impuras? que al entrar en ella la pueda con-
6 Él les respondió: taminar; más bien lo que sale del
—¡Hipócritas! Bien profeti- interior de la persona es lo que
zó de vosotros Isaías, como está contamina a la persona. 16 Si algu-
escrito: no tiene oídos para oír, que oiga.⁠
19 SAN MARCOS  7
17 Cuando se alejó de la —Deja primero que se sacien
multitud y entró en casa, le pre- los hijos,⁠ porque no está bien to-
guntaron sus discípulos sobre la mar el pan de los hijos y echarlo
parábola.⁠ 18 Él les dijo: a los perrillos.
—¿También vosotros carecéis 28 Ella respondió:
de entendimiento?⁠ ¿No compren- —Sí, Señor,⁠ pero los perrillos
déis que nada de fuera que entra también comen debajo de la mesa
en la persona la puede contaminar, las migajas de los hijos.
19 porque no entra en el corazón 29 Entonces Jesús replicó:
sino en el vientre y termina en —En virtud de lo que mani-
la letrina?⁠ fiestan tus palabras, el demonio
Diciendo esto, Jesús declara- ha salido de tu hija. Vete. 30 La
ba limpios todos los alimentos. mujer se marchó a su casa y ha-
20 Enseñaba, pues, que aquello lló a la hija acostada en la cama.
que sale de la persona conta- El demonio había salido de
mina a la persona, 21 porque de ella.
dentro, del corazón humano,⁠ sa-
len los malos pensamientos, los Jesús sana a un sordomudo⁠
adulterios, las fornicaciones,⁠ los 31 Volvió a salir de la región
homicidios, 22 los hurtos, las ava- de Tiro y de Sidón y vino hacia
ricias, las maldades, el engaño, la el mar de Galilea, pasando por
lujuria, la envidia, la calumnia, el la región de Decápolis.⁠ 32 Estan-
orgullo y la insensatez.⁠ 23 Todas do allí, le trajeron a un hombre
estas maldades salen de dentro y sordo y mudo y le rogaron que
contaminan al ser. le impusiera la mano.⁠ 33 Jesús, to-
mándole aparte de la gente y en
La fe de la mujer sirofenicia privado, le metió los dedos en
(Mt 15.21-28) los oídos, escupió y con la saliva
24 Partiendo de allí se fue a la tocó su lengua.⁠ 34 Luego, levan-
región de Tiro⁠ y de Sidón. Entró tando los ojos al cielo gimió y le
en una casa. Deseaba que nadie dijo:
advirtiera su presencia,⁠ mas no —¡Éfata!⁠ (que significa «sé
pudo pasar desapercibido: 25 una abierto»).
mujer, cuya hija tenía un espíritu 35 Al momento sus oídos se
inmundo, inmediatamente des- abrieron, se desató la ligadura de
pués de haber oído hablar de él, su lengua y hablaba sin dificultad.
vino y se postró a sus pies. 26 La 36 Jesús ordenó a los presentes
mujer era griega, sirofenicia de que no lo dijeran a nadie,⁠ pero
origen, y le rogó que echara fue- cuanto más se lo pedía tanto más
ra de su hija al demonio. 27 Jesús lo divulgaban.⁠ 37 Y en gran mane-
le dijo: ra se admiraban y decían:
SAN MARCOS  7 20
—Bien lo ha hecho todo. Hace La demanda de una señal
a los sordos oír y a los mudos ha- (Mt 16.1-4; Lc 12.54-56)
blar.⁠⁠ 11 Vinieron entonces los fari-
seos y comenzaron a discutir con
Alimentación de los cuatro mil⁠ él pidiéndole señal del cielo⁠ para
(Mt 15.32-39) tentarle.⁠ 12 Él, suspirando profun-

8   En aquellos días, como se damente, dijo:


1
reunió otra vez una gran mul- —¿Por qué pide señal esta ge-
titud y no tenían qué comer, Jesús neración?⁠⁠ Os aseguro que no se
llamó a sus discípulos y les dijo:⁠ dará señal a esta generación. 13 Y
2 —Siento profunda compasión dejándolos, volvió a entrar en la
de esta gente, porque hace tres barca y se fue a la otra ribera.⁠
días que están conmigo y no tie-
nen qué comer; 3 y si los envío en La levadura de los fariseos
ayunas a sus casas, desfallecerán (Mt 16.5-12)
por el camino, pues algunos de 14 Se habían olvidado de llevar
ellos han venido de lejos. pan. No tenían sino un pan con-
4 Sus discípulos respondieron: sigo en la barca. 15 Él les hizo esta
—¿De dónde podrá alguien sa- advertencia:
car pan para saciarlos estando en —Mirad, guardaos de la levadu-
este lugar apartado? ra de los fariseos⁠ y de la levadura
5 Jesús les preguntó: de Herodes.⁠
—¿Cuántos panes tenéis? 16 Los discípulos discutían entre
—Siete. sí diciendo:
6 Entonces mandó a la multitud —Es porque no trajimos pan.
que se recostara sobre la tierra, 17 Jesús se dio cuenta y les dijo:
tomó los siete panes y, tras ha- —¿Qué discutís? ¿Porque no
ber dado gracias,⁠ los partió y dio tenéis pan? ¿No entendéis ni com-
a sus discípulos para que se los prendéis?⁠ ¿Aún tenéis endurecido
ofrecieran⁠ y los discípulos los vuestro corazón?⁠ 18 ¿Teniendo
distribuyeron. 7 Tenían también ojos no veis y teniendo oídos no
unos pocos peces. Jesús los bendi- oís?⁠⁠ ¿No recordáis? 19 Cuando par-
jo y también ordenó distribuirlos. tí los cinco panes entre cinco mil,
8 Comieron y se saciaron. Lue- ¿cuántas cestas llenasteis con los
go recogieron los pedazos que pedazos recogidos?
habían sobrado y llenaron siete Respondieron:
canastas. 9 Los que comieron eran —Doce.⁠
como cuatro mil,⁠ y Jesús los des- 20 —Y cuando repartí los siete
pidió. 10 Luego entró en la barca panes entre cuatro mil, ¿cuántas
con sus discípulos y vino a la re- canastas llenasteis con los peda-
gión de Dalmanuta.⁠ zos recogidos?
21 SAN MARCOS  8
Respondieron: Respondió Pedro:
—Siete.⁠ —Tú eres el Cristo.⁠⁠
21 Y les dijo: 30 Pero Jesús les mandó que no
—¿Cómo aún no entendéis? hablaran de él a nadie.⁠
Un ciego sanado en Betsaida⁠ II. SEGUNDA SECCIÓN:
22 Vino Jesús a Betsaida.⁠⁠ Aquí CULMINACIÓN EN
le presentaron a un ciego y le ro- JERUSALÉN (8.31–16.8)
garon que le tocara. 23 Él le tomó
la mano, le sacó fuera de la aldea 1. De camino a Jerusalén
y escupiendo en sus ojos⁠⁠ e impo- (8.31–10.52)
niéndole las manos⁠ le preguntó:
—¿Ves algo? 24 El ciego miró y Jesús anuncia su muerte
dijo: (Mt 16.21-28; Lc 9.22-27)
—Veo a los hombres como árbo- 31 Comenzó a enseñarles que
les que andan. 25 Le puso otra vez al Hijo del Hombre⁠ le era necesa-
las manos sobre los ojos y quedó rio padecer mucho, ser desechado
curado: vio de lejos y claramente por los ancianos, por los principa-
a todos. 26 Jesús le envió a su casa les sacerdotes y por los escribas,⁠ y
diciéndole: morir y resucitar después de tres
—No entres en la aldea ni se lo días.⁠ 32 Les decía estas cosas con
digas a nadie.⁠ toda claridad. Entonces Pedro le
tomó aparte y comenzó a recon-
CENTRO DEL EVANGELIO: venirle. 33 Pero él, volviéndose y
CONFESIÓN DE mirando a los discípulos, repren-
PEDRO (8.27-30) dió a Pedro con estas palabras:
—¡Apártate de mí, Satanás!,⁠
La confesión de Pedro porque tú no piensas en las co-
(Mt 16.13-20; Lc 9.18-21) sas de Dios, sino en cuestiones
27 Salieron Jesús y sus discípulos humanas.
por las aldeas de Cesarea de Fili- 34 Y llamando a la multitud y a
po⁠ y en el camino les preguntó: sus discípulos les dijo:
—¿Quién dicen la gente que —Si alguien quiere seguir-
soy yo? me, niéguese a sí mismo, tome
28 Ellos respondieron: su cruz y sígame.⁠ 35 Toda perso-
—Unos, Juan el Bautista; otros, na que quiera salvar su vida, la
Elías;⁠ y otros, alguno de los pro- perderá; y toda persona que pier-
fetas.⁠ 29 Jesús les preguntó de da su vida por mi causa y por el
nuevo: evangelio la salvará⁠⁠ 36 Porque ¿de
—Y vosotros, ¿quién decís que qué le sirve a uno ganar todo el
soy? mundo si pierde su alma? 37 ¿O
SAN MARCOS  8 22
qué puede dar uno a cambio de 9 Mientras descendían del
su alma? monte, les ordenó que a na-
38 Porque quien se avergüen- die contaran lo que habían visto⁠
ce de mí y de mis palabras en hasta que el Hijo del Hombre
esta generación adúltera y peca- hubiera resucitado de entre los
dora,⁠ de esa persona también se muertos. 10 Ellos guardaron la
avergonzará el Hijo del Hombre orden⁠ para sí mismos, pero dis-
cuando venga en la gloria de su cutían sobre lo que sería eso de
Padre con los santos ángeles.⁠⁠ resucitar de los muertos.⁠ 11 Y le

9   También les dijo: preguntaron:


1
—Os aseguro que algunos —¿Por qué dicen los escribas
de los que están aquí no morirán que es necesario que Elías ven-
sin haber visto que el reino de ga primero?⁠⁠
Dios ha venido con poder.⁠ 12 Él respondió:
—Elías, ciertamente, vendrá pri-
La transfiguración mero y restaurará todas las cosas.
(Mt 17.1-13; Lc 9.28-36) Pero dice la Escritura que el Hijo
2 Seis días después, Jesús tomó del Hombre debe padecer mucho
a Pedro, a Jacobo y a Juan,⁠ se re- y ser despreciado. 13 Y yo os digo
tiró con ellos solos a un monte que Elías ya vino e hicieron con él
alto y ante su presencia se trans- todo lo que quisieron, tal y como
figuró.⁠ 3 Sus vestidos se volvieron está escrito acerca de él.⁠
resplandecientes, muy blancos,
como la nieve, tanto que ningún Jesús sana a un muchacho
lavador de la tierra podría blan- endemoniado
quearlos así.⁠ 4 Y se les aparecieron (Mt 17.14-21; Lc 9.37-43)
Elías y Moisés hablando con Je- 14 Cuando llegó a donde estaban
sús.⁠ 5 Entonces Pedro dijo a Jesús: los discípulos, vio que los rodea-
—Maestro,⁠ qué bien quedarnos ba una gran multitud y que los
aquí. Hagamos tres cabañas: una escribas discutían con ellos. 15 En
para ti, otra para Moisés y otra seguida toda la gente se asombró
para Elías.⁠ al verle y corrieron hacia él para
6 Pedro no sabía lo que decía saludarle. 16 Él preguntó a los dis-
pues estaban muy asustados. 7 En- cípulos:
tonces una nube los envolvió en —¿Qué discutís con ellos?
sombra⁠ y desde la nube una voz 17 Uno de la multitud respondió:
decía: —Maestro, te he traído a mi
—Este es mi Hijo amado.⁠⁠ Escu- hijo. Tiene un espíritu mudo.
chadle a él. 8 Y de pronto miraron 18 Cuando se apodera de él le de-
alrededor y no vieron a nadie más rriba, echa espumarajos, rechina
consigo, sino a Jesús solo. los dientes y se queda rígido. Pedí
23 SAN MARCOS  9
a tus discípulos que lo expulsaran, en casa, sus discípulos le pregun-
pero no han podido.⁠ taron aparte:
19 Él les respondió: —¿Por qué nosotros no hemos
—¡Generación incrédula!⁠ podido echarlo fuera?
¿Hasta cuándo he de estar con 29 Jesús respondió:
vosotros? ¿Hasta cuándo os he de —Este género de demonios con
soportar? Traedme al muchacho. nada puede salir si no es con ora-
20 Se lo trajeron y cuando el ción y ayuno.⁠
espíritu vio a Jesús sacudió con
violencia al muchacho, quien ha- Jesús anuncia otra vez
biendo caído al suelo se revolcaba su muerte
echando espumarajos. 21 Jesús (Mt 17.22-23; Lc 9.43-45)
preguntó al padre: 30 Salieron de allí y pasaron por
—¿Cuánto tiempo hace que le Galilea. Jesús no quería que nadie
sucede esto? lo supiera⁠ 31 porque estaba ense-
—Desde niño. 22 Muchas ve- ñando a sus discípulos. Les decía:
ces el espíritu le arroja al fuego —El Hijo del Hombre será en-
o al agua para matarle. Si puedes tregado en manos de hombres⁠ y
hacer algo, ten misericordia de le matarán, mas después de muer-
nosotros y ayúdanos. to resucitará al tercer día.⁠
23 Jesús le dijo: 32 Ellos no entendían el sig-
—Si puedes creer, al que cree nificado de estas palabras, pero
todo le es posible.⁠ tenían miedo de preguntarle.⁠
24 E inmediatamente el padre
del muchacho dijo clamando: ¿Quién es el mayor?
—Creo, ayuda mi incredulidad.⁠ (Mt 18.1-5; Lc 9.46-48)
25 Al ver Jesús que la multitud 33 Llegaron a Capernaún⁠ y una
se agolpaba, reprendió al espíritu vez en casa les preguntó:
inmundo diciéndole: —¿Qué discutíais entre vosotros
—Espíritu mudo y sordo, yo te por el camino?
ordeno: Sal de él y no entres más 34 Ellos callaban porque por el
en él. camino habían discutido entre sí
26 Entonces el espíritu dando sobre quién había de ser el mayor.⁠⁠
un grito le sacudió con violen- 35 Entonces Jesús se sentó, llamó
cia⁠ y salió. El muchacho quedó a los doce y les dijo:
como muerto, hasta el punto de —Quien quiera ser el primero
que muchos decían que estaba sea el último de todos y el ser-
muerto. vidor de todos.⁠ 36 Entonces tomó
27 Pero Jesús, tomándole de la a un niño, le puso en medio de
mano, le ayudó a levantarse y ellos y tomándole en sus brazos
quedó en pie.⁠ 28 Cuando entró les dijo:
SAN MARCOS  9 24
37 —Quien reciba en mi nom- la vida cojo que ser arrojado con
bre a un niño como este, a mí me los dos pies al infierno, al fuego
recibe; y quien a mí me recibe inextinguible, 46 donde el gusano
no me recibe a mí, sino al que de los que allí caen no muere y
me envió.⁠ el fuego nunca se apaga.⁠ 47 Y si tu
ojo te es ocasión de caer, sácate-
El que no está contra nosotros, lo, porque mejor te es entrar con
por nosotros está un ojo en el reino de Dios que ser
(Lc 9.49-50) arrojado con los dos a la gehena,⁠
38 Juan⁠ le respondió: 48 donde el gusano de los que allí
—Maestro, hemos visto a uno caen no muere y el fuego nunca
que en tu nombre echaba fuera se apaga.⁠ 49 Porque todos serán sa-
demonios, pero se lo hemos pro- lados con fuego y todo sacrificio
hibido porque no nos sigue.⁠ será salado con sal.⁠ 50 Buena es la
39 Pero Jesús dijo: sal, pero si la sal se hace insípida
—No se lo prohibáis, porque ¿con qué la sazonaréis?⁠ Tened sal
ninguno que haga milagro en mi en vosotros mismos y tened paz
nombre podrá luego hablar mal los unos con los otros.⁠
de mí, 40 pues el que no está con-
tra nosotros, por nosotros está.⁠⁠ Jesús enseña sobre el divorcio
41 Y os aseguro que cualquiera que (Mt 19.1-12; Lc 16.18)
os dé un vaso de agua en mi nom-
10   Jesús
se levantó de allí y
1
bre, puesto que sois del Cristo, no vino a la región de Judea,
perderá su recompensa.⁠ al otro lado del Jordán.⁠ El pueblo
volvió de nuevo a congregarse en
Ocasiones de caer torno a él, y de nuevo él les en-
(Mt 18.6-9; Lc 17.1-2) señaba como solía. 2 Se acercaron
42 A cualquiera que haga trope- los fariseos y le preguntaron, con
zar a uno de estos pequeños que intención de tentarle, si estaba
creen en mí,⁠ mejor le sería que se permitido al marido repudiar a
le atase una piedra de molino al su mujer. 3 Él les respondió:
cuello⁠ y se le arrojara al mar. 43 Si —¿Qué os mandó Moisés?
tu mano te es ocasión de caer, cór- 4 Ellos dijeron:
tatela, porque te es mejor entrar —Moisés permitió dar carta de
en la vida manco que ir con dos divorcio y repudiarla.⁠⁠
manos a la gehena,⁠ al fuego inex- 5 Les respondió Jesús:
tinguible,⁠ 44 donde el gusano de —Por la dureza de vuestro
los que allí caen no muere y el corazón os escribió este man-
fuego nunca se apaga.⁠ 45 Y si tu damiento; 6 pero al principio de
pie te es ocasión de caer, córtate- la creación Dios los hizo hom-
lo, porque te es mejor entrar en bre y mujer.⁠ 7 Por esto dejará el
25 SAN MARCOS  10
hombre a su padre y a su madre 18 Jesús le dijo:
y se unirá a su mujer, 8 y los que —¿Por qué me llamas bueno?
eran dos serán una sola carne;⁠ así Nadie es bueno, sino uno, Dios.
que ya no son dos, sino uno.⁠ 9 Por 19 Los mandamientos sabes: No
tanto, lo que Dios unió, que no lo adulteres, no mates, no hurtes,
separe nadie. no digas falso testimonio, no de-
10 En casa los discípulos volvie- fraudes,⁠ honra a tu padre y a tu
ron a preguntarle sobre lo mismo madre.
11 y les dijo: 20 El joven respondió:
—Cualquiera que repudia a su —Maestro, todo esto lo he guar-
mujer y se casa con otra come- dado desde mi juventud.
te adulterio contra aquella; 12 y si 21 Entonces Jesús, mirándolo
la mujer repudia a su marido y con amor, le dijo:
se casa con otro también come- —Una cosa te falta: anda, ven-
te adulterio.⁠⁠ de todo lo que tienes, dalo a los
pobres y tendrás tesoro en el cie-
Jesús bendice a los niños lo.⁠ Luego ven y sígueme tomando
(Mt 19.13-15; Lc 18.15-17) tu cruz.⁠
13 Y le presentaban niños para 22 Pero él, afligido por esta pa-
que los tocara,⁠ pero los discí- labra, se fue entristecido, porque
pulos reprendían a quienes los tenía muchas posesiones.
presentaban. 14 Viéndolo Jesús, 23 Entonces Jesús, mirando alre-
se indignó y les dijo: dedor, dijo a sus discípulos:
—Dejad a los niños venir a mí. —¡Qué difícil les resultará en-
No se lo impidáis, porque el reino trar en el reino de Dios a los que
de Dios es de los que son como tienen riquezas!⁠
ellos.⁠ 15 Con certeza os digo que 24 Los discípulos se asombraron
quien no reciba el reino de Dios de sus palabras, pero Jesús volvió
como un niño no entrará en él.⁠⁠ a decirles:
16 Y Jesús, tomándolos en los —Hijos, ¡qué difícil les resul-
brazos, los bendecía poniendo ta entrar en el reino de Dios a
las manos sobre ellos.⁠ quienes confían en las riquezas!
25 Más fácil es para un came-
El joven rico llo pasar por el ojo de una aguja
(Mt 19.16-30; Lc 18.18-30) que entrar un rico en el reino de
17 Saliendo Jesús para seguir su Dios.⁠
camino, se le acercó uno corrien- 26 Los discípulos se asombraban
do, se arrodilló delante de él y le aún más y se decían a sí mismos:
preguntó: —¿Y quién podrá salvarse?
—Maestro bueno, ¿qué haré 27 Jesús, mirándolos fijamen-
para heredar la vida eterna?⁠ te, dijo:
SAN MARCOS  10 26
—Para los hombres es imposi- escarnecerán, le azotarán, le escu-
ble, pero no para Dios, porque pirán y le matarán; mas al tercer día
todas las cosas son posibles para resucitará.⁠
Dios.⁠⁠
28 Entonces Pedro le dijo: Petición de Santiago y de Juan
—Nosotros lo hemos dejado (Mt 20.20-28)
todo y te hemos seguido.⁠ 35 Entonces Jacobo y Juan, hi-
29 Respondió Jesús: jos de Zebedeo,⁠ se le acercaron
—Con certeza os digo que no y le dijeron:⁠
hay nadie que haya dejado casa —Maestro, queremos que nos
o hermanos o hermanas o padre concedas lo que vamos a pedirte.
o madre o mujer o hijos o tierras⁠ 36 Él les preguntó:
por causa de mí y del evangelio⁠ —¿Qué queréis que haga por
30 que no reciba ahora en este vosotros?
tiempo cien veces más en casas, 37 Ellos dijeron:
hermanos, hermanas, madres, hi- —Concédenos que en tu gloria⁠
jos y tierras, aunque todo ello con nos sentemos el uno a tu derecha
persecuciones,⁠ y en el tiempo ve- y el otro a tu izquierda.⁠
nidero la vida eterna. 31 Muchos 38 Entonces Jesús les respondió:
que ahora son los primeros serán —No sabéis lo que pedís. ¿Po-
los últimos, y los últimos serán déis beber el vaso que yo bebo
los primeros.⁠ o ser bautizados con el bautismo
con que yo soy bautizado?⁠⁠
Nuevamente Jesús anuncia 39 Ellos respondieron:
su muerte —Podemos.
(Mt 20.17-19; Lc 18.31-34) Jesús les dijo:
32 Jesúsy sus discípulos subían —El vaso que yo bebo bebe-
por el camino hacia Jerusalén. Je- réis y con el bautismo con que
sús iba delante de los doce, que yo soy bautizado seréis bautizados,
estaban asombrados. Los de- 40 mas el sentaros a mi derecha y
más que les seguían iban con a mi izquierda no me correspon-
miedo.⁠ Entonces volvió a tomar de dároslo, sino a aquellos para
aparte a los doce y comenzó a quienes está preparado.
decirles las cosas que le habían 41 Cuando los otros diez oye-
de acontecer: ron esto, comenzaron a enojarse
33 —Mirad, ahora subimos a Je- contra Jacobo y contra Juan. 42 En-
rusalén. Allí el Hijo del Hombre tonces Jesús los llamó y les dijo:
será entregado a los principa- —Sabéis que quienes se tienen
les sacerdotes y a los escribas, por gobernantes de las naciones
le condenarán a muerte y le se enseñorean de ellas, y los po-
entregarán a los gentiles, 34 le derosos ejercen sobre ellas su
27 SAN MARCOS  11
potestad. 43 Pero no será así en- Al instante recobró la vista y se-
tre vosotros. Al contrario, el que guía a Jesús por el camino.⁠
quiera hacerse grande entre vo-
sotros será vuestro servidor;⁠ 44 y 2. Entrada triunfal en la ciudad
el que de vosotros quiera ser el y controversias (11–12)
primero será siervo de todos,⁠⁠
45 porque el Hijo del Hombre no La entrada triunfal en Jerusalén
vino para ser servido, sino para (Mt 21.1-11; Lc 19.28-40; Jn 12.12-19)
servir y para dar su vida en res-
11  Cuando se aproximaban a
1 
cate por muchos.⁠ Jerusalén, cerca ya de Bet-
fagé y de Betania, junto al monte
El ciego Bartimeo recibe la vista⁠ de los Olivos,⁠ Jesús envió a dos de
(Mt 20.29-34; Lc 18.35-43) sus discípulos 2 diciéndoles:
46 Llegaron a Jericó,⁠ y al salir de —Id a la aldea que está enfren-
la ciudad iba acompañado de sus te de vosotros.⁠ En ella hallaréis un
discípulos y una gran multitud. pollino atado, sobre el cual nadie
Sentado junto al camino estaba ha montado.⁠ Desatadlo y traedlo.
Bartimeo, un mendigo ciego, hijo 3 Si alguien os pregunta «¿Por qué
de Timeo.⁠ 47 Al oír Bartimeo que hacéis eso?», decid que el Señor⁠
era Jesús el nazareno, comenzó lo necesita y que luego lo devol-
a gritar: verá.
—¡Jesús, Hijo de David,⁠ ten mi- 4 Los discípulos fueron y halla-
sericordia de mí!⁠ ron el pollino en la calle, atado a
48 Y muchos le reprendían para una puerta, y lo desataron.⁠ 5 Al-
que callara, pero él clamaba mu- gunos de los que estaban allí les
cho más: preguntaron:
—¡Hijo de David, ten misericor- —¿Qué hacéis desatando el po-
dia de mí! llino?
49 Entonces Jesús se detuvo y 6 Ellos respondieron como Je-
mandó llamarle. Y llamaron al sús había dicho, y les dejaron ir.
ciego diciéndole: 7 Los discípulos trajeron el polli-
—Ten confianza. Levántate, te no, echaron encima sus mantos
llama. y Jesús se montó en él. 8 Muchos
50 Bartimeo, arrojando su capa, alfombraban con sus mantos el ca-
se levantó y vino a Jesús. 51 Jesús mino;⁠ otros lo hacían con ramas
le preguntó: que habían cortado en el cam-
—¿Qué quieres que haga por ti? po. 9 Y los que iban delante y los
El ciego respondió: que venían detrás le aclamaban
—Maestro,⁠ que recobre la vista.⁠ diciendo:
52 Jesús le dijo: —¡Hosana!⁠ ¡Bendito el que
—Vete. Tu fe te ha salvado.⁠ viene en el nombre del Señor!⁠
SAN MARCOS  11 28
10 ¡Bendito el reino que viene, el cómo matarlo.⁠ Pero le tenían
reino de nuestro padre David!⁠ miedo porque todo el pueblo se
¡Hosana en las alturas!⁠ maravillaba con su enseñanza.
11 Entró Jesús en Jerusalén y fue 19 Al llegar la noche, Jesús salió
al templo. Tras mirar todo a su de la ciudad.
alrededor, siendo ya tarde, se mar-
chó a Betania con los doce. La higuera maldecida se seca
(Mt 21.19-22)
Jesús maldice la higuera estéril 20 Por la mañana, al pasar junto
(Mt 21.18-19) a la higuera, vieron que se había
12 Al día siguiente, cuando sa- secado desde las raíces. 21 En-
lieron de Betania, tuvo hambre. tonces Pedro, acordándose de lo
13 Y viendo a lo lejos una higuera sucedido, le dijo:
frondosa, se acercó a ver si tal vez —Maestro,⁠ mira, la higuera que
hallaba en ella algo; pero nada ha- maldijiste se ha secado.⁠
lló sino hojas, pues no era tiempo 22 Respondió Jesús:
de higos.⁠ 14 Entonces Jesús dijo a —Tened fe en Dios. 23 Os ase-
la higuera estas palabras, en un guro que cualquiera que diga a
tono que los discípulos oyeron: este monte «Quítate y échate
—Nunca jamás coma nadie fru- en el mar» sin dudas en su co-
to de ti. razón, sino creyendo que se hará
lo que dice, lo que diga se ha-
Purificación del templo rá.⁠ 24 Por tanto, os digo: todas
(Mt 21.12-17; Lc 19.45-48; Jn 2.13-22) las cosas que pedís en oración
15 Llegaron, pues, a Jerusalén creed que ya lo habéis recibi-
y entrando en el templo Jesús do, y lo obtendréis.⁠⁠ 25 Y cuando
comenzó a echar fuera de él a estéis en oración, perdonad, si te-
quienes allí vendían y compraban. néis algo contra alguno, para que
Volcó las mesas de los cambistas y también vuestro Padre que está
las sillas de los que vendían palo- en los cielos os perdone a voso-
mas; 16 y no consentía que nadie tros vuestras ofensas.⁠ 26 Porque
anduviera por el templo llevando si vosotros no perdonáis, tam-
objetos de un lado a otro.⁠ 17 Y les poco vuestro Padre que está en
enseñaba diciendo: los cielos os perdonará vuestros
—¿No está escrito: «Mi casa agravios.⁠
será llamada casa de oración para
todas las naciones»?⁠ Sin embargo, La autoridad de Jesús
vosotros la habéis convertido en (Mt 21.23-27; Lc 20.1-8)
una cueva de ladrones.⁠ 27 Volvieron
a Jerusalén; y an-
18 Lo oyeron los escribas y los dando Jesús por el templo,⁠ se
principales sacerdotes y buscaban le acercaron los principales
29 SAN MARCOS  12
sacerdotes, los escribas y los an- cabeza y también lo llenaron de
cianos⁠ 28 y le preguntaron: injurias. 5 Volvió a mandar otro, y
—¿Con qué autoridad haces es- le mataron. Envió otros muchos,
tas cosas?⁠ ¿Quién te dio autoridad pero a unos los golpearon y a
para hacerlas? otros los mataron.
29 Jesús les respondió: 6 Todavía le quedaba un últi-
—Os haré yo también una pre- mo hijo, muy querido, y lo envió
gunta.⁠ Respondedme, y os diré también, pensando: «Tendrán
con qué autoridad hago estas co- respeto a mi hijo».⁠ 7 Mas aque-
sas. 30 El bautismo de Juan, ¿era llos labradores dijeron entre sí:
del cielo o de los hombres? Res- «Este es el heredero; venid, maté-
pondedme. mosle y la heredad será nuestra».⁠
31 Ellos discutían entre sí y de- 8 Y después de agarrarle, le ma-
cían: «Si respondemos “del cielo”, taron y le echaron fuera de la
dirá: “¿Por qué, pues, no le creís- viña.
teis?”.⁠ 32 Pero ¿vamos a decir “de 9 ¿Qué hará, pues, el señor de
los hombres”?».⁠ Los sacerdotes la viña? Vendrá y destruirá a los
y escribas temían al pueblo, por- labradores y dará su viña a otros.⁠
que todos tenían a Juan como un 10 ¿Ni aun esta escritura habéis
verdadero profeta. 33 Así que res- leído?:
pondieron a Jesús: «La piedra que desecharon
—No lo sabemos. los edificadores
Entonces Jesús les dijo: ha venido a ser la piedra
—Tampoco yo os digo con qué angular.⁠
autoridad hago estas cosas.⁠ 11 El Señor ha hecho esto,
y es cosa maravillosa a
Los labradores malvados nuestros ojos».⁠⁠
 Los principales sacerdo-
(Mt 21.33-46; Lc 20.9-19) 12

12   Y comenzó Jesús a hablar- tes, los escribas y los ancianos


1
les por parábolas:⁠ procuraban apresarlo, porque
—Un hombre plantó una viña,⁠ entendían que decía contra ellos
la cercó, cavó un lagar, edificó una aquella parábola;⁠ pero como te-
torre,⁠ la arrendó a unos labrado- mían a la multitud⁠ le dejaron y
res y se fue lejos. 2 A su tiempo se fueron.
envió un siervo a los labradores
para que le entregasen el fruto La cuestión del tributo
de la viña. 3 Mas ellos, agarrán- (Mt 22.15-22; Lc 20.20-26)
dole, le golpearon y le enviaron 13 Le enviaron algunos de los
con las manos vacías. 4 De nue- fariseos y de los herodianos⁠
vo les envió otro siervo, mas ellos con la intención de sorpren-
le apedrearon, le hirieron en la der a Jesús en alguna palabra
SAN MARCOS  12 30
comprometedora.⁠ 14 Y acercán- descendencia. Lo mismo pasó con
dose a Jesús le dijeron: el tercero y los demás. 22 Ningu-
—Maestro, sabemos que eres no de los siete dejó descendencia.
hombre veraz y que no te preo- Finalmente, murió también la
cupa el qué dirán, pues no juzgas mujer. 23 En la resurrección, pues,
a la gente por las apariencias, sino cuando se levanten,⁠ ¿de cuál de
que con verdad enseñas el cami- ellos será mujer, ya que lo fue de
no de Dios. ¿Está permitido dar los siete?
tributo a César o no? ¿Daremos o 24 Entonces les dijo Jesús:
no daremos?⁠ —¿No erráis también en esto
15 Mas él, conociendo su hipo- porque ignoráis las Escrituras y
cresía, les dijo: el poder de Dios? 25 Cuando re-
—¿Por qué me tentáis? Traed- suciten de entre los muertos, no
me un denario⁠ para que lo vea. se casarán ni se darán en casa-
16 Ellos se lo trajeron y Jesús les miento, sino que serán como los
preguntó: ángeles que están en los cielos.
—¿De quién es esta imagen y 26 Y respecto a que los muertos
esta inscripción?⁠ resucitarán, ¿no habéis leído en
Ellos respondieron: el libro de Moisés cómo le habló
—De César. Dios en la zarza y le dijo: Yo soy el
17 Jesús les dijo: Dios de Abrahán, el Dios de Isaac
—Dad a César lo que es de Cé- y el Dios de Jacob?⁠ 27 ¡No es Dios
sar y a Dios lo que es de Dios.⁠ de muertos, sino de vivos! Así que
Ellos se quedaron maravillados.⁠ erráis mucho.
La pregunta sobre la El gran mandamiento
resurrección (Mt 22.34-40)
(Mt 22.23-33; Lc 20.27-40) 28 Uno de los escribas que los
18 Después vinieron a él los había oído discutir y sabía que Je-
saduceos, que niegan la resurrec- sús les había respondido bien se
ción,⁠⁠ y le preguntaron: acercó y le preguntó:⁠
19 —Maestro, Moisés nos dejó —¿Cuál es el primer man-
escrito⁠ que si el hermano de al- damiento de todos?
guno muere y deja mujer pero no 29 Jesús le respondió:
deja hijos, su hermano debe casar- —El primero de todos los
se con ella para dar descendencia mandamiento es: Oye, Israel:
al hermano difunto.⁠ 20 Hubo sie- el Señor nuestro Dios, el Señor
te hermanos: el primero tomó uno es, 30 y amarás al Señor tu
esposa y murió sin dejar des- Dios con todo tu corazón, con
cendencia. 21 El segundo se casó toda tu alma, con toda tu men-
con ella, pero también murió sin te y con todas tus fuerzas.⁠⁠ Este
31 SAN MARCOS  13
es el principal mandamiento. 31 Y Jesús acusa a los escribas
el segundo es semejante: Amarás (Mt 23.1-36; Lc 11.37-54; 20.45-47)
a tu prójimo como a ti mismo.⁠ 38 Y les decía también en su en-
No hay otro mandamiento mayor señanza:
que estos. —Guardaos de los escribas, que
32 Entonces el escriba le dijo: gustan de andar con largas ropas;
—Bien, Maestro. Es verdad lo que los saluden en público, 39 las
que has dicho, que Dios es uno y primeras sillas en las sinagogas y
no hay otro fuera de él.⁠ 33 Y amar- los primeros asientos en las cenas;⁠
le con todo el corazón, con todo el 40 que devoran los bienes de las
entendimiento, con toda el alma viudas,⁠ y para disimularlo hacen
y con todas las fuerzas, y amar al largas oraciones.⁠ Estos recibirán
prójimo como a uno mismo, es mayor condenación.
más valioso que todos los holo-
caustos y sacrificios.⁠ La ofrenda de la viuda
34 Jesús, viendo que había res- (Lc 21.1-4)
pondido sabiamente, le dijo: 41 Estando Jesús sentado delan-
—No estás lejos del reino de te del arca de la ofrenda, miraba
Dios. cómo el pueblo echaba dinero en
Después ninguno se atrevió a ella; muchos ricos depositaban
hacerle más preguntas. mucho.⁠ 42 En esto, vino una viu-
da pobre y echó dos monedas de
¿De quién es hijo el Cristo? muy poco valor.⁠ 43 Entonces llamó
(Mt 22.41-46; Lc 20.41-44) a sus discípulos y les dijo:
35 Estando Jesús enseñando en —Os aseguro que esta viuda po-
el templo preguntó: bre ha depositado en el arca más
—¿Cómo dicen los escribas que cantidad que todos los demás,
el Cristo es hijo de David?⁠ 36 Por- 44 porque ellos han echado de lo
que el mismo David afirma por el que les sobra, pero ella ha echado
Espíritu Santo:⁠ todo cuanto en su pobreza tenía,
todo su sustento.⁠⁠
Dijo el Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a tus 3. Discurso escatológico (13)⁠
enemigos por estrado de
tus pies».⁠ Jesús predice la destrucción del
templo
37 Si David mismo le llama Se- (Mt 24.1-2; Lc 21.5-6)
ñor, ¿cómo, pues, es su hijo?⁠
13   Saliendo
Jesús del templo,
1
Era mucha la gente que disfru- le dijo uno de sus discípu-
taba escuchándole. los:
SAN MARCOS  13 32
—Maestro, mira qué piedras y entregaros,⁠ no os preocupéis por
qué edificios.⁠ lo que habéis de decir, ni lo pen-
2 Jesús le respondió: séis. Decid lo que os sea dado en
—¿Ves estos grandes edificios? aquella hora, porque no sois vo-
No quedará piedra sobre piedra sotros quienes habláis, sino el
que no sea derribada.⁠ Espíritu Santo.⁠ 12 El hermano en-
tregará a la muerte al hermano, y
Señales antes del fin el padre al hijo; y se levantarán
(Mt 24.3-28; Lc 21.7-24; 17.22-24) los hijos contra los padres y los
3 Y se sentó en el monte de los matarán.⁠ 13 Y seréis odiados por
Olivos, frente al templo. Enton- todos por causa de mi nombre;⁠
ces Pedro, Jacobo, Juan y Andrés⁠ mas el que persevere hasta el fin
le preguntaron aparte: será salvo.⁠
4 —Dinos ¿cuándo sucederán 14 Pero cuando veáis la abomi-
estas cosas y qué señal adverti- nación desoladora⁠ de que habló
remos cuando todas estas cosas el profeta Daniel, puesta donde
hayan de cumplirse?⁠ no debe estar⁠ (el que lee, entien-
5 Jesús comenzó a decirles: da), entonces los que estén en
—Mirad, que nadie os engañe. Judea huyan a los montes; 15 el
6 Vendrán muchos en mi nombre que esté en la azotea no descien-
y dirán: «Yo soy el Cristo», y en- da a la casa ni entre para tomar
gañarán a muchos. 7 Mas cuando algo de su casa; 16 y el que esté
oigáis de guerras y de rumores de en el campo no vuelva atrás a
guerras, no os turbéis. Es necesa- tomar su capa.⁠ 17 Mas ¡ay de las
rio que así suceda,⁠ pero aún no es que estén embarazadas y de las
el fin. 8 Se levantará nación contra que estén amamantando en aque-
nación y reino contra reino. Ha- llos días!⁠ 18 Orad, pues, para que
brá terremotos en muchos lugares vuestra huida no suceda en invier-
y habrá hambres y alborotos. Esos no,⁠ 19 porque aquellos días serán
sucesos serán el principio de los de una tribulación⁠ cual nunca
dolores de parto.⁠ ha habido desde el principio de
9 Pero mirad por vosotros mis- la creación, que Dios hizo, has-
mos, porque os entregarán a las ta este tiempo, ni la habrá. 20 Y
autoridades religiosas,⁠ os azo- si el Señor no hubiera acortado
tarán en las sinagogas y por mi aquellos días, nadie se salvaría,
causa os llevarán delante de go- mas por causa de los escogidos,
bernadores y de reyes para dar que él escogió, acortó aquellos
testimonio ante ellos.⁠ 10 Pero es días.⁠
necesario que el evangelio sea 21 Entonces, si alguno os dice:
predicado antes a todas las nacio- «Mirad, aquí está el Cristo» o
nes.⁠⁠ 11 Y cuando os lleven para «Mirad, allí está», no le creáis,
33 SAN MARCOS  14
22 porque se levantarán falsos sabéis cuándo llegará ese tiem-
cristos y falsos profetas⁠ y harán po.⁠ 34 Es como el hombre que
señales y prodigios para engañar, yéndose lejos dejó su casa y dio
si fuera posible, incluso a los es- autoridad a sus siervos, enco-
cogidos.⁠ 23 Mas vosotros tened mendando a cada uno un trabajo.
cuidado. Os lo he dicho todo de Al portero le mandó que velase.⁠
antemano. 35 Velad, pues, porque no sabéis
cuándo vendrá el señor de la casa,
La venida del Hijo del Hombre si al anochecer, a la medianoche,
(Mt 24.29-35,42-44; Lc 21.25-36) al canto del gallo o a la mañana,⁠
24 Pero en aquellos días, des- 36 para que cuando venga de re-
pués de la tribulación aquella, el pente no os halle durmiendo.⁠ 37 Y
sol se oscurecerá y la luna no dará lo que os digo a vosotros se lo
su resplandor. 25 Las estrellas cae- digo a todos: Velad.⁠
rán del cielo⁠ y las potencias que
están en los cielos serán conmo-
vidas. 26 Entonces verán venir al 4. Pasión y muerte del
Hijo del Hombre en las nubes⁠ con Señor (14–15)
gran poder y gloria. 27 Él enviará
a sus ángeles⁠ y juntará a sus esco- El complot para prender a Jesús
gidos de los cuatro vientos, desde (Mt 26.1-5; Lc 22.1-2; Jn 11.45-53)
el extremo de la tierra hasta el ex-
14  Dos días después era la
1 
tremo del cielo.⁠ Pascua⁠ y la fiesta de los Pa-
28 De la higuera⁠ aprended esta nes sin levadura.⁠ Los principales
parábola: Cuando su rama se sacerdotes y los escribas buscaban
pone tierna y brotan las hojas, cómo apresarle con engaño y ma-
sabéis que el verano está cerca. tarle.⁠ 2 Y decían:
29 Así también vosotros: cuando —No durante la fiesta, para que
veáis que suceden estas cosas no se alborote el pueblo.⁠
que os digo, sabréis que la veni-
da⁠ está cerca, a las puertas. 30 Os Jesús es ungido en Betania
aseguro con certeza que no pasa- (Mt 26.6-13; Jn 12.1-8)⁠
rá esta generación sin que todo 3 Estando él en Betania, senta-
esto acontezca.⁠ 31 El cielo y la tie- do a la mesa⁠ en casa de Simón el
rra pasarán, pero mis palabras no leproso,⁠ vino una mujer con un
pasarán.⁠ vaso de alabastro que contenía
32 Pero nadie sabe cuando será perfume de nardo⁠ puro de mu-
el día y la hora, ni aun los ángeles cho valor y quebrando el vaso lo
que están en el cielo ni el mismo derramó sobre la cabeza de Jesús.⁠
Hijo, sino solo el Padre.⁠⁠ 33 Estad 4 Hubo algunos que se enojaron
atentos, velad y orad, porque no dentro de sí y dijeron:
SAN MARCOS  14 34
—¿Para qué se ha hecho este —¿Dónde quieres que hagamos
desperdicio de perfume? 5 Podía los preparativos para que comas
haberse vendido por el equiva- la Pascua?⁠ 13 Jesús envió a dos de
lente al jornal de todo un año⁠ y sus discípulos y les dijo:
habérselos dado a los pobres. —Id a la ciudad y os saldrá al
Y murmuraban contra ella. encuentro un hombre que lleva
6 Pero Jesús dijo: un cántaro de agua.⁠ Seguidle, 14 y
—Dejadla, ¿por qué la moles- donde entre decid al dueño de
táis? Buena obra me ha hecho. la casa: «El Maestro dice: ¿Dón-
7 Siempre tendréis a los pobres de está el aposento en el que he
con vosotros⁠ y cuando queráis de comer la Pascua con mis dis-
les podréis hacer bien; mas a mí cípulos?». 15 Él os mostrará en la
no siempre me tendréis. 8 Esta parte alta un gran aposento, ya
mujer ha hecho lo que podía, por- dispuesto.⁠ Haced allí los prepara-
que se ha anticipado a ungir mi tivos para nosotros.⁠
cuerpo para la sepultura.⁠ 9 Os ase- 16 Fueron sus discípulos, entra-
guro con certeza que en cualquier ron en la ciudad, hallaron lo que
parte del mundo donde se predi- les había dicho y prepararon la
que este evangelio se recordará Pascua.⁠
también a esta mujer y lo que 17 Cuando llegó la noche,⁠ vino
hizo. Jesús con los doce. 18 Se sentaron
a la mesa⁠ y mientras comían les
Judas ofrece entregar a Jesús dijo:
(Mt 26.14-16; Lc 22.3-6) —Con certeza os digo que uno
10 Entonces Judas Iscario- de vosotros, que está comiendo
te, uno de los doce, fue a los conmigo,⁠ me va a entregar.
principales sacerdotes para en- 19 Ellos comenzaron a entris-
tregarles a Jesús. 11 Ellos se tecerse y a preguntarle uno tras
alegraron al oírlo y prometieron otro:
darle dinero, y Judas comenzó —¿Acaso seré yo?
a buscar una oportunidad para Y el otro:
entregárselo. —¿Seré yo?
20 Él les respondió:
—Uno de los doce, el que moja
Institución de la Cena del Señor conmigo en el plato.⁠ 21 A la ver-
(Mt 26.17-29; Lc 22.7-23; Jn dad, el Hijo del Hombre se va, tal
13.21-30; 1 Co 11.23-26) como está escrito de él,⁠ pero ¡ay
12 El primer día de la fiesta de de aquel por quien el Hijo del
los Panes sin levadura, cuando sa- Hombre es entregado! Bueno le
crificaban el cordero de la Pascua,⁠ fuera a ese hombre no haber na-
sus discípulos le preguntaron: cido.
35 SAN MARCOS  14
22 Mientras comían, Jesús tomó Jesús ora en Getsemaní
pan, lo bendijo, lo partió y les dio, (Mt 26.36-46; Lc 22.39-46)
diciendo: 32 Vinieron, pues, a un lugar
—Tomad, esto es mi cuerpo. que se llama Getsemaní,⁠ y Jesús
23 Después tomó la copa y, habien- dijo a sus discípulos:
do dado gracias, se la dio también —Sentaos aquí, mientras que yo
y bebieron de ella todos. 24 Y les oro. 33 Se llevó consigo a Pedro,
dijo: a Jacobo y a Juan,⁠ y comenzó a
—Esto es mi sangre del nuevo entristecerse y a angustiarse. 34 Y
pacto⁠ que por muchos es de- les dijo:
rramada.⁠ 25 Os aseguro que no —Mi alma está muy triste, has-
beberé más del fruto de la vid ta la muerte;⁠ quedaos aquí y velad.
hasta el día aquel en que lo beba 35 Y yéndose un poco adelante,
nuevo en el reino de Dios.⁠ se postró en tierra y oró pidien-
do que si fuera posible pasara de
Jesús anuncia la negación él aquella hora. 36 Y decía:
de Pedro —Abba,⁠⁠ Padre, todas las cosas
(Mt 26.30-35; Lc 22.31-34; Jn 13.36-38) son posibles para ti. Aparta de
26 Cantaron el himno⁠ y después mí esta copa,⁠ pero no se haga lo
salieron al monte de los Olivos. que yo quiero, sino lo que quieres
27 Entonces Jesús les dijo: tú.⁠⁠
—Todos os apartaréis de mí 37 Vino luego y halló a los discí-
esta noche, pues esto dicen las pulos durmiendo,⁠ y dijo a Pedro:
escrituras: Heriré al pastor y —Simón,⁠ ¿duermes? ¿No has
las ovejas serán dispersadas.⁠⁠ podido velar una hora? 38 Velad y
28 Pero después que haya resu- orad para que no entréis en ten-
citado iré delante de vosotros a tación.⁠ El espíritu, a la verdad,
Galilea.⁠⁠ está dispuesto, pero la carne es
29 Entonces Pedro le dijo: débil.⁠
—Aunque todos se aparten de 39 Jesús otra vez fue y oró con
ti, yo no lo haré. las mismas palabras. 40 Al volver,
30 Y le dijo Jesús: de nuevo los halló durmien-
—Te aseguro que tú hoy, en do: tenían los ojos cargados de
esta noche, antes que el gallo sueño y no sabían qué respon-
haya cantado dos veces, me ne- derle. 41 Vino la tercera vez y les
garás tres veces.⁠ dijo:
31 Mas Pedro insistía diciendo: —Ya podéis dormir y descansar.⁠
—Aunque tenga que morir con- Ya todo ha terminado.⁠ La hora ha
tigo, no te negaré. llegado:⁠ he aquí el Hijo del Hom-
Los demás también decían lo bre va a ser entregado en manos
mismo. de los pecadores.
SAN MARCOS  14 36
42 Levantaos.Vamos.⁠ El que me Jesús ante el Concilio
entrega está cerca. (Mt 26.57-68; Lc 22.54-55,63-
71; Jn 18.12-14,19-24)
Arresto de Jesús 53 Trajeron, pues, a Jesús al
(Mt 26.47-56; Lc 22.47-53; Jn 18.2-11) sumo sacerdote y se juntaron a
43 Estando aún hablando, lle- él todos los principales sacerdo-
gó Judas, uno de los doce. Con él tes, los ancianos y los escribas.⁠
venía mucha gente armada con 54 Pedro le siguió de lejos hasta
espadas y palos, enviada por los dentro del patio del sumo sacer-
principales sacerdotes, los escri- dote; y estaba sentado con los
bas y los ancianos.⁠ 44 Judas les guardias calentándose al fue-
había dado esta señal: go. 55 Los principales sacerdotes
—Al que yo bese, ese es. Apre- y todo el Concilio buscaban
sadle y llevadle bien sujeto. testimonio contra Jesús para en-
45 Acercándose a él le dijo: tregarlo a la muerte, mas no lo
—¡Maestro! ¡Maestro!⁠ hallaban, 56 porque muchos tes-
Y le besó. 46 Quienes venían tificaban contra él en falso y sus
con él le echaron mano y le pren- testimonios no concordaban.
dieron. 57 Algunos se levantaron y dieron
47 Pero uno de los que estaban falso testimonio contra él con es-
allí sacó la espada, hirió al siervo tas palabras:
del sumo sacerdote y le cortó la 58 —Nosotros le hemos oído
oreja. 48 Jesús les dijo: decir: «Yo derribaré este tem-
—¿Habéis venido con espa- plo hecho por manos humanas
das y con palos para apresarme, y en tres días edificaré otro
como si fuera yo un ladrón? 49 Es- que no es obra de manos de
tuve todos los días con vosotros hombre».⁠
enseñando en el templo⁠ y no 59 Pero ni aun así concordaban
me prendisteis. Mas así debe en el testimonio. 60 Entonces el
ser, para que se cumplan las sumo sacerdote, levantándose,
Escrituras.⁠ preguntó a Jesús:
50 Entonces todos los discípulos —¿No respondes nada? ¿Qué
le abandonaron y huyeron.⁠ testifican estos contra ti?
61 Pero él callaba y nada respon-
día.⁠ El sumo sacerdote le volvió a
El joven que huyó preguntar:
51 A cierto joven, que cubría —¿Eres tú el Cristo, el Hijo del
el cuerpo con una sábana e iba Bendito?⁠
siguiendo a Jesús, también le 62 Jesús le dijo:
prendieron; 52 mas él dejando la —Yo soy.⁠ Y veréis al Hijo del
sábana se escapó desnudo.⁠ Hombre sentado a la diestra del
37 SAN MARCOS  15
poder de Dios y viniendo en las 71 Pedro comenzó a maldecir y
nubes del cielo.⁠ a jurar:⁠
63 Entonces el sumo sacerdote —No conozco a este hombre de
rasgó sus vestiduras⁠ y dijo: quien habláis.
—¿Qué necesidad tenemos de 72 Y el gallo cantó por segunda
más testigos? 64 Habéis oído la vez. Entonces Pedro se acordó de
blasfemia. ¿Qué os parece?⁠ las palabras que Jesús le había di-
Y todos ellos le condenaron y le cho: «Antes que el gallo cante por
consideraron reo de muerte.⁠ segunda vez, me negarás tres ve-
65 Entonces algunos comenza- ces».⁠ Y comenzó a llorar.⁠
ron a escupirle y cubriéndole el
rostro le daban puñetazos y le de-
cían: Jesús ante Pilato
—Profetiza.⁠ (Mt 27.1-2,11-14; Lc 23.1-5; Jn 18.28-38)
También los guardias le abofe-
15  Muy de mañana,⁠ después
1 
teaban.⁠ de haberse reunido en con-
sejo para deliberar⁠ los principales
Pedro niega a Jesús sacerdotes, los ancianos, los escri-
(Mt 26.69-75; Lc 22.55- bas y todo el Concilio, llevaron a
62; Jn 18.15-18,25-27) Jesús atado y lo entregaron a Pi-
66 Mientras tanto, Pedro estaba lato.⁠ 2 Pilato le preguntó:
abajo, en el patio. Entonces vino —¿Eres tú el Rey de los judíos?
una de las criadas del sumo sacer- Jesús le respondió:
dote 67 y vio a Pedro, que estaba —Tú lo dices.⁠
calentándose, y mirándole le dijo: 3 Los principales sacerdotes le
—Tú también estabas con Jesús acusaban de muchas cosas. 4 En-
el nazareno.⁠ tonces Pilato le preguntó otra vez:
68 Pero él lo negó diciendo: —¿Nada respondes? Mira de
—No le conozco, ni sé lo que cuántas cosas te acusan.
dices. 5 Pero Jesús ni aun así respon-
Pedro marchó hacia la entrada. dió,⁠⁠ motivo por el que Pilato
Entonces cantó el gallo.⁠ 69 Cuando quedó extrañado.
la criada lo vio de nuevo comen-
zó a decir a los que estaban allí:
—Este es uno de ellos. Jesús sentenciado a muerte
70 Él volvió a negarlo. Poco des- (Mt 27.15-31; Lc 23.13-25; Jn 18.38–19.16)
pués, los que estaban allí dijeron 6 En el día de la fiesta Pilato, a
otra vez a Pedro: petición del pueblo, solía poner
—Verdaderamente, tú eres de en libertad a un preso. 7 Y había
ellos, porque eres galileo y tu ha- uno, llamado Barrabás que, con
bla es semejante.⁠ sus compañeros de motín, estaba
SAN MARCOS  15 38
preso pues en una revuelta ha- Crucifixión y muerte de Jesús
bían cometido un homicidio.⁠ 8 La (Mt 27.32-56; Lc 23.26-49; Jn 19.17-30)
multitud comenzó⁠ a pedir a Pilato 21 Simón de Cirene,⁠ padre de
que hiciera como acostumbraba, Alejandro y de Rufo,⁠ venía del
9 y Pilato les respondió: campo y al pasar le obligaron a
—¿Queréis que os suelte al cargar la cruz.
Rey de los judíos?⁠ 10 Pilato sabía 22 Y llevaron a Jesús a un lugar
que los principales sacerdotes llamado Gólgota,⁠ que significa
lo habían entregado por envidia. «Lugar de la Calavera». 23 Le die-
11 Pero estos incitaron a la mul- ron a beber vino mezclado con
titud para que Pilato soltara más mirra,⁠ mas él no lo tomó. 24 Cuan-
bien a Barrabás.  Pilato les res- do le crucificaron, repartieron
12
pondió otra vez: entre sí sus vestidos, echando
—¿Qué queréis que haga con suertes sobre ellos⁠⁠ para ver qué
el que llamáis Rey de los judíos? se llevaría cada uno.
13 Y ellos volvieron a gritar: 25 Eran las nueve de la maña-
—¡Crucifícale!⁠ na⁠⁠ cuando le crucificaron. 26 Y el
14 Pilato entonces preguntó: letrero con la causa de su conde-
—¿Pues qué mal ha hecho? na decía: «El Rey de los Judíos».⁠
Pero ellos gritaban aun más: 27 Crucificaron también con él a
—¡Crucifícale! dos ladrones, uno a su derecha
15 Y Pilato, queriendo satisfacer y el otro a su izquierda. 28 Así se
al pueblo, les soltó a Barrabás y cumplió la Escritura que dice: Y
entregó a Jesús, después de azo- fue contado con los pecadores.⁠⁠
tarlo,⁠ para que fuera crucificado. 29 Los que pasaban le insultaban y,
16 Entonces los soldados lo lle- meneando la cabeza,⁠⁠ decían:
varon dentro del atrio, esto es, —¡Ah! Tú, el que derribas el
al pretorio,⁠ y reunieron a toda templo de Dios y en tres días lo
la compañía.⁠ 17 Le vistieron de reedificas,⁠ 30 sálvate a ti mismo y
púrpura,⁠ le pusieron una corona desciende de la cruz.
tejida de espinas 18 y comenzaron 31 De esta manera también los
a saludarle: principales sacerdotes y los escri-
—¡Salve, rey de los judíos!⁠ bas participaban del escarnio y se
19 Le golpeaban la cabeza con decían unos a otros:
una caña, le escupían y, puestos —Salvó a otros, pero no se pue-
de rodillas, le hacían reverencias.⁠⁠ de salvar a sí mismo. 32 El Cristo,
20 Después de haberse burlado de Rey de Israel,⁠ descienda ahora de
él, le quitaron la púrpura, le pu- la cruz para que veamos y crea-
sieron sus propios vestidos y le mos.
sacaron para crucificarle. También los que estaban cruci-
ficados con él le injuriaban.
39 SAN MARCOS  16
33 Cuando llegó el mediodía,⁠ de Arimatea,⁠⁠ miembro noble del
toda la tierra se sumió en tinie- Concilio y que, a su vez, esperaba
blas⁠ hasta las tres de la tarde.⁠⁠ 34 Y el reino de Dios,⁠ se presentó con
a las tres de la tarde, Jesús clamó todo atrevimiento ante Pilato para
a gran voz: pedir el cuerpo de Jesús. 44 Pila-
—¡Eloí, Eloí!, ¿lama sabactani?, to, sorprendido de que ya hubiera
que significa «Dios mío, Dios mío, muerto, llamó al centurión para
¿por qué me has desamparado?».⁠ preguntarle si, efectivamente,
35 Algunos de los que estaban estaba muerto.⁠ 45 Confirmado el
allí decían al oírlo: hecho por el centurión, Pilato dio
—Mirad, llama a Elías.⁠⁠ el cuerpo a José. 46 Después de ba-
36 Uno de ellos corrió a empa- jarlo de la cruz, José, que había
par una esponja en vinagre,⁠ la comprado una sábana de lino, lo
puso en una caña y le dio de be- envolvió en ella y lo puso en un
ber⁠ diciendo: sepulcro excavado en una roca e
—Dejad, veamos si viene Elías hizo rodar una piedra para cerrar
a bajarlo. la entrada. 47 María Magdalena y
37 Mas Jesús, dando un fuerte María la madre de José miraban
grito, expiró. 38 Entonces el ve- dónde se ponía el cuerpo.
lo⁠ del templo se rasgó en dos, de
arriba abajo.⁠ 39 Y el centurión⁠ que 5. La mañana de la
estaba frente a él, al ver que ha- resurrección (16.1-8)
bía expirado clamando así, dijo:
—Verdaderamente este hombre La resurrección
era el Hijo de Dios.⁠ (Mt 28.1-10; Lc 24.1-12; Jn 20.1-10)

16
40 También había algunas muje-  Cuando pasó el sábado,
1 
res mirando de lejos. Entre ellas María Magdalena, María la
se encontraban María Magdale- madre de Jacobo, y Salomé, com-
na, María la madre de Jacobo el praron especias aromáticas para ir
menor y de José, y Salomé. Estas a ungirlo.⁠ 2 Y el primer día de la
mujeres eran 41 quienes, cuando semana,⁠ muy de mañana, recién
Jesús estaba aún en Galilea, le se- salido el sol, vinieron al sepulcro,
guían y le servían.⁠ También había 3 y se iban preguntando:
otras muchas que habían subido —¿Quién nos removerá la pie-
con él a Jerusalén. dra de la entrada del sepulcro?
4 Pero levantando la vista vie-
Jesús es sepultado ron que la piedra, que era muy
(Mt 27.57-61; Lc 23.50-56; Jn 19.38-42) grande, estaba removida. 5 Cuan-
42 Era el día de la preparación, do entraron en el sepulcro vieron
es decir, la víspera del sábado⁠ a un joven sentado al lado dere-
y, cuando llegó la noche, 43 José cho, cubierto con una larga túnica
SAN MARCOS  16 40
blanca,⁠ y se asustaron. 6 Mas él les discípulos que iban de camino al
dijo: campo.⁠ 13 Estos fueron a anunciár-
—No temáis. Buscáis a Jesús selo a los demás; y ni aun a ellos
nazareno, el que fue crucificado. les creyeron.
Ha resucitado, no está aquí: mi-
rad el lugar en donde lo pusieron. Jesús comisiona a los apóstoles⁠
7 Pero id, decid a sus discípulos (Mt 28.16-20; Lc 24.36-49; Jn 20.19-23)
y a Pedro,⁠ que él va delante de 14 Finalmente, Jesús se apareció
vosotros a Galilea.⁠ Allí lo veréis, a los once, mientras estaban ellos
como os dijo.⁠ sentados a la mesa, y les reprochó
8 Ellas huyeron apresuradas del su incredulidad y la dureza de co-
sepulcro, presas de temblor y es- razón, porque no habían creído a
panto. Y no dijeron nada a nadie, quienes le habían visto resucita-
por el miedo que tenían.⁠ do.⁠ 15 Y les dijo:
—Id por todo el mundo y pre-
III. APÉNDICE (16.9-20) dicad el evangelio a toda criatura.⁠
16 El que crea y sea bautizado⁠
Jesús se aparece a María será salvo, mas el que no crea
Magdalena⁠ será condenado.⁠ 17 Estas señales
(Jn 20.11-18) seguirán a los que crean: En mi
9 Jesús resucitó el primer día de nombre echarán fuera demonios;
la semana muy de mañana y se hablarán nuevas lenguas;⁠ 18 to-
apareció en primer lugar a María marán serpientes en las manos;⁠
Magdalena, de quien había echa- aunque beban veneno no les hará
do siete demonios.⁠ 10 Ella fue a daño y pondrán sus manos sobre
comunicárselo a los que habían los enfermos y sanarán.
estado con él, que se encontraban
tristes y lloraban. 11 Y cuando oye- La ascensión
ron que Jesús vivía y que ella le (Lc 24.50-53)
había visto, no lo creyeron.⁠ 19 Y el Señor, después de hablar-
les, fue recibido en el cielo⁠ y se
Jesús se aparece a dos de sus sentó a la diestra de Dios. 20 Ellos
discípulos salieron y predicaron en todas
(Lc 24.13-35) partes con la ayuda del Señor y
12 Despuésde esto, Jesús se apa- confirmando la palabra con las se-
reció en forma diferente a dos ñales que la acompañaban. Amén.
Antes de cerrar
este libro
¿Quieres experimentar esta nueva vida en ti?

Jesús dice en Juan 6.37 “El que a mí viene, no le echo fuera”.

Dios te ama, y jamás te rechazará. Solo tienes que hablarle


sinceramente, desde lo más profundo de tu corazón,
pedirle perdón, e invitarle a entrar en tu vida. Podrías
decirle algo así:

Señor, creo en ti, y quiero empezar a vivir esta vida plena


que tú me ofreces. Perdóname por caminar de espaldas a
ti. De hoy en adelante quiero seguir tus pisadas. Te pido
que seas el Señor de mi vida.

Haz esta oración, el Señor quiere entrar en tu vida.

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