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según Marcos
Reina
Valera 2020
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Reina Valera 2020
Acerca de la nueva revisión
MARCOS
Título (1.1)
cintura y se alimentaba de salta-
1 Principio
del evangelio de Je- montes y miel silvestre. 7 Predicaba
1
sucristo, Hijo de Dios. diciendo:
—Viene tras de mí el que es
Preliminares (1.2-13) más poderoso que yo, a quien no
soy digno, habiéndome agachado,
Predicación de Juan el Bautista de desatar la correa de sus sanda-
(Mt 3.1-12; Lc 3.1-9,15-17; Jn 1.19-28) lias. 8 Yo os he bautizado con agua,
2 Como está escrito en el pro- pero él os bautizará con Espíritu
feta Isaías: Santo.
He aquí yo envío mi
mensajero delante de ti, El bautismo de Jesús
el cual preparará tu camino (Mt 3.13-17; Lc 3.21-22)
delante de ti. 9 En aquellos días Jesús vino de
3 Voz de uno que clama en el Nazaret de Galilea y Juan le bau-
desierto: tizó en el Jordán. 10 En seguida, al
«Preparad el camino del subir del agua, vio que los cielos
Señor. se abrían y que el Espíritu des-
¡Enderezad sus sendas!». cendía sobre él como una paloma.
11 Y desde los cielos vino una voz
4 Juan bautizaba en el desierto y que decía:
predicaba el bautismo de arrepen- —Tú eres mi Hijo amado. En ti
timiento para perdón de pecados. me complazco.
5 Acudían a él todos los habitantes
de la provincia de Judea y todos
los de Jerusalén, y, confesando Tentación de Jesús
sus pecados, los bautizaba en el (Mt 4.1-11; Lc 4.1-13)
río Jordán. 12 Luego el Espíritu impulsó a
6 Juan estaba vestido de Jesús a ir al desierto. 13 Allí per-
pelo de camello, tenía un cin- maneció durante cuarenta días
to de cuero alrededor de su y fue tentado por Satanás. Vivió
SAN MARCOS 1 6
entre las fieras y los ángeles le Un hombre que tenía un
servían. espíritu inmundo
(Lc 4.31-37)
I. PRIMERA SECCIÓN: 21 Fueron a Capernaún, y el sá-
MINISTERIO EN bado entró Jesús en la sinagoga
GALILEA (1.14–8.26) y comenzó a enseñar. 22 Todos se
admiraban de su enseñanza, por-
1. Predicación y que les enseñaba como quien
curaciones (1.14–3.35) tiene autoridad y no como los
escribas. 23 Pero había en la si-
Jesús comienza su ministerio nagoga un hombre con espíritu
(Mt 4.12-17; Lc 4.14-15) inmundo y gritó:
14 Después que Juan fue encar- 24 —¡Ah! ¿Qué tienes que ver
celado, Jesús se dirigió a Galilea y con nosotros, Jesús nazareno?
predicando el evangelio de Dios, ¿Has venido a destruirnos? Sé
15 decía: quién eres: el Santo de Dios.
—El tiempo se ha cumplido y 25 Jesús lo reprendió diciendo:
el reino de Dios se ha acercado. —¡Cállate y sal de él!
¡Arrepentíos y creed en el evan- 26 Y el espíritu inmundo, sacu-
gelio! diéndole con violencia, dio un
alarido y salió de él. 27 Todos se
asombraron y se preguntaban en-
Jesús llama a cuatro pescadores tre sí:
(Mt 4.18-22; Lc 5.1-11) —¿Qué es esto? ¿Qué nueva en-
16 Al pasar junto al mar de Ga- señanza es esta que con autoridad
lilea, vio a Simón y a su hermano manda aun a los espíritus inmun-
Andrés echando la red en el mar, dos, y le obedecen? 28 Muy pronto
pues eran pescadores. 17 Jesús les se difundió su fama por todas las
dijo: regiones que circundan Galilea.
—Seguidme y os haré pescado-
res de hombres. Jesús sana a la suegra de Pedro
18 Al instante dejaron sus redes (Mt 8.14-15; Lc 4.38-39)
y le siguieron. 29 Al salir de la sinagoga, Jesús,
19 Un poco más adelante vio acompañado de Jacobo y Juan, fue
a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a a casa de Simón y Andrés. 30 La
su hermano Juan. Estaban en suegra de Simón estaba acostada
la barca reparando las redes 20 y con fiebre, y en seguida se lo di-
los llamó. Ellos inmediatamen- jeron. 31 Entonces él se acercó, la
te dejaron a su padre en la barca tomó de la mano y la levantó. In-
con los jornaleros y también le mediatamente le desapareció la
siguieron. fiebre y se puso a servirlos.
7 SAN MARCOS 2
Jesús sana a muchos enfermos limpio. 43 Le despidió en seguida
(Mt 8.16-17; Lc 4.40-41) y le dijo con severidad:
32 Cuandose puso el sol y llegó 44 —Mira, no digas a nadie na-
la noche, le llevaron todos los en- da, sino ve, muéstrate al sacerdote
fermos y endemoniados. 33 Toda la y ofrece, por tu purificación, lo
ciudad se agolpó a la puerta. 34 Je- que Moisés mandó, para que a
sús sanó a muchos que padecían ellos les sirva de testimonio.
de diversas enfermedades y echó 45 Pero al salir, comenzó a publi-
fuera muchos demonios; y a estos car y a divulgar por todas partes el
no les permitía hablar, porque le hecho. Así, pues, Jesús no podía
conocían. ya entrar abiertamente en ningu-
na ciudad, sino que se quedaba
Jesús recorre Galilea predicando fuera, en los lugares desiertos.
(Lc 4.42-44) Pese a todo, venían a él de todas
35 Selevantó Jesús muy de partes.
mañana. Cuando aún no había
amanecido, salió de la ciudad y Jesús sana a un paralítico
se fue a un lugar desierto. Allí se (Mt 9.1-8; Lc 5.17-26)
puso a orar. 36 Le buscaron Simón
2 Jesús
entró otra vez en Ca-
1
y los que con él estaban, 37 y ha- pernaún después de algunos
llándole le dijeron: días. Cuando se supo que estaba
—Todos te buscan. en casa, 2 inmediatamente se jun-
38 Él respondió: tó mucha gente, de manera que
—Vamos a los lugares vecinos ya no cabían ni aun a la puerta;
para predicar también allí, porque y Jesús les predicaba la palabra.
para esto he venido. 3 Entonces acudieron a él cuatro
39 Predicaba en las sinagogas personas que llevaban a un paralí-
por toda Galilea y echaba fuera tico. 4 Como no podían acercarse a
los demonios. él a causa de la multitud, quitaron
parte del techo de la casa donde
Jesús sana a un leproso Jesús estaba y por la abertura ba-
(Mt 8.1-4; Lc 5.12-16) jaron la camilla en que yacía el
40 Vino
a él un leproso y le roga- paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de
ba de rodillas diciendo: quienes le llevaban, dijo al para-
—Si quieres, puedes limpiarme. lítico:
41 Jesús, profundamente conmo- —Hijo, tus pecados te son per-
vido, extendió la mano, le tocó donados.
y le dijo: 6 Estaban allí sentados algunos
—Quiero, sé limpio. de los escribas y en sus corazo-
42 Tan pronto terminó de hablar, nes albergaban este pensamiento:
le desapareció la lepra y quedó 7 «¿Por qué habla de ese modo?
SAN MARCOS 2 8
Dice blasfemias. ¿Quién puede escribas y los fariseos, al verle
perdonar pecados, sino solo uno, comer con los recaudadores de
Dios?». impuestos y con los pecadores,
8 Jesús interiormente se dio preguntaron a los discípulos:
cuenta al momento de lo que los —¿Qué es esto de comer y
escribas pensaban y les preguntó: beber con los recaudadores de
—¿Por qué pensáis así? 9 ¿Qué impuestos y pecadores?
es más fácil, decir al paralítico: 17 Al oírlo, Jesús les dijo:
«Tus pecados te son perdonados» —Los sanos no tienen necesi-
o decirle: «Levántate, toma tu ca- dad de médico, sino los enfermos.
milla y anda»? 10 Pues para que No he venido a llamar a justos,
sepáis que el Hijo del Hombre sino a pecadores.
tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados —se dirigió al La pregunta sobre el ayuno
paralítico—: 11 A ti te digo: Leván- (Mt 9.14-17; Lc 5.33-39)
tate, toma tu camilla y vete a tu 18 En cierta ocasión en que los
casa. discípulos de Juan y los de los fari-
12 El paralítico se levantó, tomó seos estaban practicando el ayuno,
su camilla e inmediatamente salió se acercaron a Jesús y le pregun-
en presencia de todos, y todos se taron:
asombraron y glorificaban a Dios —¿Por qué los discípulos de
diciendo: Juan y los de los fariseos ayunan
—Nunca hemos visto tal cosa. y tus discípulos no?
19 Jesús respondió:
Llamamiento de Leví —¿Acaso pueden ayunar los in-
(Mt 9.9-13; Lc 5.27-32) vitados a una boda mientras está
13 Jesúsvolvió después a la orilla con ellos el novio? Mientras tie-
del mar y toda la gente venía a él, nen consigo al novio no pueden
y él les enseñaba. 14 Al pasar, vio ayunar. 20 Vendrán días cuando el
a Leví, hijo de Alfeo, sentado al novio les será quitado, y enton-
banco de recaudación de los im- ces sí, en aquellos días, ayunarán.
puestos públicos, y le dijo: 21 Nadie remienda con paño
—Sígueme. nuevo un vestido viejo, porque
Se levantó y le siguió. el mismo remiendo nuevo tira
15 Estaba Jesús sentado a la de la tela vieja y se hace peor la
mesa en casa de Leví, y aconte- rotura. 22 Y nadie echa vino nue-
ció que junto a él y sus discípulos vo en odres viejos porque el vino
se sentaron también numerosos nuevo rompe los odres, el vino
recaudadores de impuestos y pe- se derrama y los odres se pierden.
cadores, porque eran muchos El vino nuevo se ha de echar en
los que le habían seguido. 16 Los odres nuevos.
9 SAN MARCOS 3
Los discípulos arrancan espigas Pero ellos callaban. 5 Entonces,
en sábado mirándolos con enojo y entristeci-
(Mt 12.1-8; Lc 6.1-5) do por la dureza de sus corazones,
23 Aconteció un sábado que, dijo al hombre:
pasando Jesús por los sembra- —Extiende tu mano.
dos, sus discípulos comenzaron a Él la extendió, y la mano le fue
arrancar espigas. 24 Entonces los restaurada.
fariseos le dijeron: 6 Salieron entonces los fariseos
—Mira, ¿por qué hacen en sába- y se confabularon con los herodia-
do lo que no está permitido? nos para destruirle.
25 Él les respondió:
—¿Nunca leísteis lo que hizo La multitud a la orilla del mar
David y quienes le acompaña- 7 Jesús se retiró al mar con
ban cuando sintieron hambre? sus discípulos y le siguió gran
26 Entró en la casa de Dios en multitud procedente de Gali-
los días en que Abiatar era sumo lea. También, al haber oído cuán
sacerdote, comió los panes de grandes cosas hacía, vinieron a
la proposición, de los cuales no él enormes multitudes de Judea,
está permitido comer sino a los 8 de Jerusalén, de Idumea, del otro
sacerdotes, y también se los dio lado del Jordán y de los alrededo-
a quienes con él estaban. res de Tiro y de Sidón. 9 Entonces
27 También les dijo: dijo a sus discípulos que le tuvie-
—El sábado se hizo para el hom- ran siempre lista la barca, para
bre y no el hombre para el sábado. evitar que la multitud le opri-
28 Por tanto, el Hijo del Hombre es miera, 10 puesto que, como había
Señor incluso del sábado. sanado a muchos, todos los que
tenían dolencias se echaban sobre
El hombre de la mano atrofiada él para tocarle. 11 Y los espíritus
(Mt 12.9-14; Lc 6.6-11) inmundos, al verle, se postraban
4 enseñarvezjunto
27 Nadie puede entrar en la casa Otra
1 comenzó Jesús a
de un hombre fuerte y saquear al mar. Y se
11 SAN MARCOS 4
reunió alrededor de él tanta gen- sea que se conviertan y les sean
te que decidió subir a una barca perdonados los pecados.
que estaba en el mar y se sentó.
Toda la gente permanecía en la Jesús explica la parábola del
orilla 2 y les enseñaba por medio sembrador
de parábolas muchas cosas. En su (Mt 13.18-23; Lc 8.11-15)
enseñanza les decía: 13 Y continuó diciendo:
3 —Oíd: El sembrador salió a —¿No entendéis esta parábo-
sembrar 4 y al hacerlo una parte la? ¿Cómo, pues, entenderéis
de la semilla cayó junto al cami- todas las demás? 14 El sembrador
no, y vinieron las aves del cielo y siembra la palabra. 15 Algunos
se la comieron. 5 Otra parte cayó son como la semilla caída junto
en terreno pedregoso, donde no al camino. En ellos se siembra
había mucha tierra. Brotó pronto, la palabra, pero inmediatamente
porque la tierra no era profun- después de oírla viene Satanás y
da, 6 pero cuando salió el sol se se la arrebata. 16 De igual modo,
agostó y se secó, pues la raíz no la semilla caída en el terreno pe-
tenía hondura. 7 Otra cayó entre dregoso representa a quienes al
espinos, los espinos crecieron, la oír la palabra la reciben momen-
ahogaron y no dio fruto. 8 Pero táneamente con gozo, 17 pero
otra parte de la simiente cayó en perdura muy poco tiempo porque
buena tierra, brotó, creció y pro- no tienen raíz en sí mismos; por
dujo fruto a treinta, a sesenta y a eso sucumben cuando por causa
ciento por uno. de la palabra viene la tribulación
9 Y añadió Jesús: o la persecución. 18 La semilla que
—El que tenga oídos para oír, cayó entre espinos representa a
oiga. quienes oyen la palabra, 19 pero
los afanes de este mundo, el enga-
Propósito de las parábolas ño de las riquezas y la codicia de
(Mt 13.10-17; Lc 8.9-10) otras cosas, entran en su interior,
10 Cuando se quedó a solas, los la ahogan y la hacen infructuosa.
que estaban cerca de él junto con 20 Y existen otros que son como la
los doce le preguntaron sobre el simiente que cayó en buena tie-
significado de la parábola. 11 Y les rra: oyen el mensaje, lo reciben y
dijo: dan fruto a treinta, a sesenta y a
—A vosotros os es dado saber ciento por uno.
el misterio del reino de Dios;
pero a quienes están fuera todo Nada oculto que no haya de
se les dice por parábolas 12 para ser manifestado
que viendo, vean y no perciban; y (Lc 8.16-18)
oyendo, oigan y no entiendan; no 21 También les dijo:
SAN MARCOS 4 12
—¿Acaso se enciende una lám- servirá para representarlo? 31 Es
para para ponerla debajo del como el grano de mostaza. Cuan-
almud o debajo de la cama? ¿No do se siembra es la más pequeña
es para ponerla en el candelero? de todas las semillas que hay en la
22 Porque no hay nada oculto que tierra, 32 pero después crece más
no haya de ser manifestado ni se- que todas las hortalizas y echa ra-
creto que no haya de salir a la luz. mas tan grandes que las aves del
23 Si alguno tiene oídos para oír, cielo pueden morar bajo su som-
oiga. bra.
24 Les dijo también:
—Prestad atención a lo que oís, El uso que Jesús hace de las
porque con la medida con que parábolas
medís a los demás, seréis medi- (Mt 13.34-35)
dos, y aun más que eso. 25 Pues 33 Con muchas parábolas como
al que tiene se le dará, pero al estas les comunicaba la palabra,
que no tiene, aun lo que tiene se conforme a lo que podían com-
le quitará. prender. 34 Sin parábolas no les
hablaba, aunque a sus discípulos
Parábola del crecimiento se lo explicaba todo en privado.
de la semilla
26 Decía además:
—El reino de Dios es como 3. Enseñanza y controversias
cuando un hombre echa la semi- (4.35–8.26)
lla en la tierra. 27 Tanto si duerme
como si se levanta, sea de noche Jesús calma la tempestad
o de día, la semilla brota y crece (Mt 8.23-27; Lc 8.22-25)
sin que él sepa cómo, 28 porque 35 Aquel día, cuando llegó la no-
la tierra de por sí lleva fruto: pri- che, les dijo a sus discípulos:
mero tallo tierno, luego espiga, —Pasemos al otro lado del mar.
después grano que llena la espi- 36 Una vez despedida la multi-
ga. 29 Y en el momento en que el tud, le llevaron en la misma barca
fruto está maduro, se mete la hoz, donde estaba. Otras barcas iban
porque ha llegado el tiempo de con él. 37 Se levantó una gran
la siega. tempestad de viento y las olas azo-
taban la barca inundándola hasta
Parábola de la semilla tal punto que se anegaba. 38 Él es-
de mostaza taba en la popa durmiendo sobre
(Mt 13.31-32; Lc 13.18-19) un cabezal. Le despertaron y le
30 Jesúsdecía también: dijeron:
—¿Con qué compararemos el —¡Maestro!, ¿no te preocupa si
reino de Dios? ¿Qué parábola nos perecemos?
13 SAN MARCOS 5
39 Él se levantó, reprendió al Él respondió:
viento y dijo al mar: —Legión, porque somos mu-
—¡Calla, enmudece! chos.
Cesó el viento y sobrevino la 10 Y suplicaba a Jesús con insis-
calma. 40 Y les dijo: tencia que no los enviara fuera de
—¿Por qué estáis así, amedren- la región. 11 Cerca del monte pa-
tados? ¿No tenéis fe? cía un gran hato de cerdos, 12 y los
41 Entonces sintieron un gran demonios le rogaron:
temor y se decían unos a otros: —Envíanos a los cerdos para
—¿Quién es este que aun el que entremos en ellos.
viento y el mar le obedecen? 13 Jesús les dio permiso y los
espíritus inmundos, saliendo
del hombre, entraron en los cer-
El endemoniado gadareno dos, que eran como dos mil, y se
(Mt 8.28-34; Lc 8.26-39) precipitaron al mar por un despe-
16
40 También había algunas muje- Cuando pasó el sábado,
1
res mirando de lejos. Entre ellas María Magdalena, María la
se encontraban María Magdale- madre de Jacobo, y Salomé, com-
na, María la madre de Jacobo el praron especias aromáticas para ir
menor y de José, y Salomé. Estas a ungirlo. 2 Y el primer día de la
mujeres eran 41 quienes, cuando semana, muy de mañana, recién
Jesús estaba aún en Galilea, le se- salido el sol, vinieron al sepulcro,
guían y le servían. También había 3 y se iban preguntando:
otras muchas que habían subido —¿Quién nos removerá la pie-
con él a Jerusalén. dra de la entrada del sepulcro?
4 Pero levantando la vista vie-
Jesús es sepultado ron que la piedra, que era muy
(Mt 27.57-61; Lc 23.50-56; Jn 19.38-42) grande, estaba removida. 5 Cuan-
42 Era el día de la preparación, do entraron en el sepulcro vieron
es decir, la víspera del sábado a un joven sentado al lado dere-
y, cuando llegó la noche, 43 José cho, cubierto con una larga túnica
SAN MARCOS 16 40
blanca, y se asustaron. 6 Mas él les discípulos que iban de camino al
dijo: campo. 13 Estos fueron a anunciár-
—No temáis. Buscáis a Jesús selo a los demás; y ni aun a ellos
nazareno, el que fue crucificado. les creyeron.
Ha resucitado, no está aquí: mi-
rad el lugar en donde lo pusieron. Jesús comisiona a los apóstoles
7 Pero id, decid a sus discípulos (Mt 28.16-20; Lc 24.36-49; Jn 20.19-23)
y a Pedro, que él va delante de 14 Finalmente, Jesús se apareció
vosotros a Galilea. Allí lo veréis, a los once, mientras estaban ellos
como os dijo. sentados a la mesa, y les reprochó
8 Ellas huyeron apresuradas del su incredulidad y la dureza de co-
sepulcro, presas de temblor y es- razón, porque no habían creído a
panto. Y no dijeron nada a nadie, quienes le habían visto resucita-
por el miedo que tenían. do. 15 Y les dijo:
—Id por todo el mundo y pre-
III. APÉNDICE (16.9-20) dicad el evangelio a toda criatura.
16 El que crea y sea bautizado
Jesús se aparece a María será salvo, mas el que no crea
Magdalena será condenado. 17 Estas señales
(Jn 20.11-18) seguirán a los que crean: En mi
9 Jesús resucitó el primer día de nombre echarán fuera demonios;
la semana muy de mañana y se hablarán nuevas lenguas; 18 to-
apareció en primer lugar a María marán serpientes en las manos;
Magdalena, de quien había echa- aunque beban veneno no les hará
do siete demonios. 10 Ella fue a daño y pondrán sus manos sobre
comunicárselo a los que habían los enfermos y sanarán.
estado con él, que se encontraban
tristes y lloraban. 11 Y cuando oye- La ascensión
ron que Jesús vivía y que ella le (Lc 24.50-53)
había visto, no lo creyeron. 19 Y el Señor, después de hablar-
les, fue recibido en el cielo y se
Jesús se aparece a dos de sus sentó a la diestra de Dios. 20 Ellos
discípulos salieron y predicaron en todas
(Lc 24.13-35) partes con la ayuda del Señor y
12 Despuésde esto, Jesús se apa- confirmando la palabra con las se-
reció en forma diferente a dos ñales que la acompañaban. Amén.
Antes de cerrar
este libro
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