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Núm ero 1
Director
Sebastián Castañeda Palacios
Comité Editorial
Carlos A. Betancur Juan Camilo Santa
María Camila Galvis Estefany Gaviria Muñoz
Juan Camilo Restrepo
S O C I E D A D ULTERIOR
A R TE C IE N C IA F IL O SO F IA
Revista Filosófica
Capítulo V - en la mente y en el mundo.
Número 1
Año: 2017
© Sociedad Ulterior
Foto de portada
David Monroy
Diseño de portada
Raptor
Impreso en Colombia
2017
NOTA EDITORIAL Página |5
Índice
Nota Editorial................................................................................. 7
Agradecimientos............................................................................ 15
Bastián Elakiahora
El Nacimiento................................................................................. 29
Diego Firmiano
Nietzsche ha resucitado................................................................ 111
concebir el mundo, pero a la vez las cuestiona y las pone en duda, merced
a la razón, no propiamente a la imaginación, ni a la fe, y tampoco a los
números. En unas cuantas palabras imprecisas: la filosofía es un arte que
construye una visión del mundo que se sostiene a partir de inquietudes y
explicaciones. Con la filosofía se interviene en el mundo preguntando por
lo que son todas las cosas; no se deja nada quieto, libre a los signos de
interrogación: ¿qué es la vida?, ¿qué es el tiempo?, ¿qué es la muerte?,
¿qué es el amor?, etc. Entonces el mundo se acomoda a las explicaciones
que logremos encontrar para estas preguntas, aunque muchas veces no se
consigan respuestas firmes.
Como es algo que tiene que ver con la visión del mundo, la filosofía
sólo inquieta y trata de explicarnos las cosas uno a uno, a cada uno de
nosotros. Tampoco tiene una misión colectiva. Es un poco ingenuo
pensar que la filosofía logre cambiar el modo de vivir de toda la
humanidad y los movimientos del planeta. En su lugar, acaso tiene una
aspiración más sencilla: la propia consideración que se tiene sobre las
cosas, sobre nuestras relaciones con los demás, con nuestra vida, con
nuestro país, con nuestra cultura, etc. La filosofía está más cerca del
aprendizaje personal que de las grandes transformaciones. Pero esto no
quiere decir que el hombre se tenga que aislar de los otros, pensar desde
sí mismo. La aspiración de la filosofía apunta a esta dirección: abrir las
maneras que uno tiene de considerar el mundo. No hay una sola forma de
pensar. Las cosas no son de una sola manera, no son sólo del modo en el
que acostumbramos pensarlas: hay muchas formas de vivirlas. Quizá la
historia de la filosofía enseñe que cada época, que cada filósofo, ha tenido
sus inquietudes y sus explicaciones particulares. Quizá el llamado,
después de todo, sea a reconocer, no exactamente que las distintas
explicaciones pueden ser conciliadas, sino que pueden convivir las
distintas inquietudes y explicaciones. La pregunta por lo que son las
cosas no parece tener un punto de llegada, más bien parece abrirse a cada
intento de cierre, de conclusión. Asumir que se está en posesión de una
Verdad, única e indiscutible, se distancia mucho de esa aspiración que
12 | P á g i n a NOTA EDITORIAL
Santos Óleos a esa pregunta por el sentido de las cosas llamada filosofía.
No hay ni habrá muerte de la filosofía mientras las dudas, las preguntas
y la angustia atraviesen la existencia del ser humano.
Por otra parte, dentro de la comunidad filosófica hay un gran
escepticismo hacia cualquier labor que tenga aroma de vulgo, de
popularidad, de pueblo, a muchos les hiere el ego llevar la filosofía a la
charla con el obrero, con el ciudadano de a pie, parece que fuera una
herejía filosófica. Nosotros entendemos que esta labor comunitaria de la
filosofía es un hecho de vocación y no de obligación; sin embargo, le
pedimos al escéptico que de la misma forma comprenda que dedicarse a
la erudición es una vocación que no todos sentimos. Y para mantener
vivo y activo este corpus que llamamos filosofía se necesita de ambos:
eruditos y divulgadores. Por tanto, hacemos un llamado a que muchos
conformen esto que incitamos a revivir, esta forma en la que queremos
compartir la filosofía con la comunidad del mundo de la vida: una
filosofía mundana.
15
La existencia como enamoramiento
17
18 | P á g i n a LA EXISTENCIA COMO ENAMORAMIENTO
No hay, por lo tanto, lugar apto para escapar. Puede uno engañarse,
y aferrarse a los bienes inmanentes que significan las cosas, así como las
relaciones con personas y demás objetos; pero esto es una ilusión siempre
pasajera, pues, como cosa contingente, está sujeta al azar y a la pérdida.
Y sí alzamos nuestra mirada, como el filósofo, hasta el cielo donde habita
la virtud y la sabiduría, pronto nos daremos cuenta lo mucho que cuesta
mantener la testuz erguida. El mismo peso de la virtud nos aplastaría, y
viendo nuestra miseria, destruida con nuestra única esperanza, nos
diéremos: “ser feliz es imposible”. Esto significaría renunciar al único
bien al que nuestra naturaleza, si creemos a Aristóteles, tiende en todo
momento y en toda acción. Esto es lo que podemos denominar
pesimismo; aunque, como todo término reflexionado por la filosofía,
resulta algo ambiguo y polivalente.
El sentimiento propio de la existencia, es decir, del engorroso
entramado de vivencias, acciones, recuerdos, sentimientos y fines que
compone la síntesis humana, o como quieran llamar a la sustancia del
hombre (eso, en realidad, poco importa, pues lo importante es sentirlo, y
no necesariamente conceptualizarlo), parece ser la tristeza. Y digo parece
ser, porque no soy totalmente escéptico frente a la virtud de algunos,
aunque estos sean sujetos bien difíciles de encontrar. Tampoco ignoro la
existencia de los bienaventurados locos, aunque llamar a ese modo de ser
existencia es un poco arriesgado1. Sin embargo, la vida de muchos de los
que se han quitado el velo que significa la voluptuosidad del mundo
muestra una constante de melancolía. Mucha razón tenía Esquilo al decir
que el conocimiento es dolor. Por esto, ni siquiera los sabios o los
1 No porque sea algo malo o inauténtico en sí mismo, sino porque su experiencia vital
parece más una experiencia de totalidad que de escisión. En efecto, ex-sistere, denota
un antes y un después, un todo y una parte que se sale de él. Allí hay ya una diferencia
entre el ser y el existente. Lo que por naturaleza permanece (sistere) en sí mismo, y lo
que, proviniendo de ello, permanece fuere de él y, por lo tanto, dependiente de él (ex
sistere). En cambio, por la propia naturaleza de la condición de quien está ya
totalmente fuera de sí, la vida de este individuo no se separa de la vida del mundo
exterior, por lo cual él no se siente sí mismo, sino, parte del todo indivisible.
Sociedad Ulterior
SIEGFRIED DER DRACHENTOTER Página | 19
hombres virtuosos pueden llegar a ser felices, pues la virtud se gana con
la guerra, como refiere el sofista Antifón, y toda guerra es dolorosa. Y
añado yo, la ignorancia también es absolutamente penosa. La diferencia
es que allí no se sabe por qué se sufre, y no se sabe sufrir, aunque muchas
veces la ignorancia aparente ser una cándida alegría.
Lo que la mayoría de los hombres, y aquí incluyo desde el más
vulgar al más intelectual de los individuos, llama vida feliz y placentera,
no es sino un desahogo, un respirar libre y frenético luego de haber
aguantado bajo muchos dolores la respiración por largo tiempo. No es un
placer elegido por la razón y el buen gusto, sino que es dirigido por la
fatiga de la naturaleza animal. Y esto no es malo, del todo, pero sin duda
es lamentable. Lejos de disponer al hombre a las leyes de la libertad, le
impone con la compulsión el yugo de la necesidad.
¿Dónde podremos, pues, poner nuestra esperanza, si como seres en
el mundo aquí no hallamos ningún consuelo? La sabiduría del sabio no
consiste, verdaderamente, en ser feliz por el hecho de su sabiduría, sino
conocerse débil e incapaz de la felicidad. Cuando Aristóteles nos dibuja
la imagen del sabio feliz, como el hombre autárquico que contempla
constantemente la verdad, no se olvida de bajarnos rápidamente de tales
altas nubes recordándonos que esa vida es demasiado divina para el
hombre y, por tanto, imposible para él. Sin embargo, allí mismo nos
concede una sutil esperanza, que puede servirnos como esquife en este
mar embravecido: aunque seamos mortales, por lo divino que hay en
nosotros, debemos aspirar a lo más alto, aunque seguramente no lo
alcancemos.
Aspirar, es una bella palabra. Ella significa que vivimos de la
esperanza. Si no encontramos nada en lo aparente de las cosas, ni
tampoco en lo que nos concede la razón, debemos intentar trascender
ambas, es decir, ir más allá de lo que se nos aparece como evidente y todo
lo que parece bajo control ante nuestra alma racional. Todo esto a manera
de esperanza, esto es, sin ninguna seguridad de que ello pueda ser posible,
o de que, de serlo, podamos alcanzarlo.
Capítulo V
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Capítulo V
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Capítulo V
24 | P á g i n a LA EXISTENCIA COMO ENAMORAMIENTO
Sociedad Ulterior
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una vez dividido en mil pedazos? ¿No sería esto contrario a la idea de
unidad a la que aludimos? La respuesta está en que el amor, una vez ha
trascendido del objeto particular, no se reparte en igual medida en todos
los demás objetos, sino que se concentra, como una manta larguísima, y
se aposenta sobre ellos, cobijándolos a todos como si fueran uno solo,
siempre dentro de la posibilidad de amar de cada uno.
Todo esto suena muy metafísico, pero, si acudimos a los ejemplos,
no lo será tanto. Si un hombre cualquiera ama a una mujer determinada,
y vuelca todo el poder de su amor a ella como si esta fuera la perfección
de su amor (la entelequia del mismo), encontraría que sus ansias, que son
infinitas por naturaleza, no quedarán satisfechas por esta mujer. Y si
intentara tener muchos amigos y muchas aficiones e intentara derramar
su amor sobre todos ellos como si cada uno llenara una parte del vacío,
solo haría que su vacío se hiciera más grande, pues su amor se
desintegraría (perdería su unidad) y no podría canalizarse adecuadamente
en ningún objeto. Daría a cada uno de ellos miseria y amor aparente.
En cambio, y sin dejar a su amada, a sus amigos y a sus aficiones,
pusiera su atención, no en los objetos de amor, ni siquiera en el acto de
amar y ser amado, sino en el Amor mismo, como un todo originario que
contiene en sí los demás elementos de la relación amorosa, su amor sería
fructífero y podría aprovechar el cien por ciento de toda su energía
amatoria. En el momento en que tal hombre se diera cuenta que la
finalidad que la naturaleza humana se impone en la búsqueda de su
felicidad no es exactamente amar ni ser amado, sino estar abierto al
Amor, su tristeza y dolor desaparecería, pues la vida se convertiría en un
verdadero idilio, esto es, permanecería ininterrumpidamente enamorado
de cada elemento de la existencia, pues ya no amaría o buscaría amor de
ningún objeto determinado, sino que disfrutaría de la beatitud de ser uno
con el amor.
En este punto, se hace un poco denso pensar a lo que nos referimos
con ser uno con el Amor. Reconozco que es vago. Porque, si no es
amando a un ente particular, ni amándolos a todos como se obtiene la
Capítulo V
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SIEGFRIED DER DRACHENTOTER Página | 27
Capítulo V
El Nacimiento
Bastián Elakiahora
bastianelakiahora@gmail.com1
Advertencia del autor: Este texto es para leerlo por partes, tomándose
un periodo prudente, puede ser de uno o dos días, entre el paso de la
lectura de un subtítulo a otro. No será provechoso, o eso creo, leerlo de
corrido y de una sola sentada porque la densidad filosófica de esta
propuesta, aunque se lea sencilla en el texto, es bastante fundamental y
requiere de saborearla de a poco. Claro, esto es solo una
recomendación, ya que usted, lector... usted puede hacer lo que le
venga en gana.
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30 | P á g i n a EL NACIMIENTO
Sociedad Ulterior
BASTIÁN ELAKIAHORA Página | 31
2 Carácter
Capítulo V
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3 Entendiendo por esto todo exceso de algo que cause placer al individuo y lo destruye
física y psicológicamente
4 Aniquilación de la propuesta.
Sociedad Ulterior
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1. Estado y Comunidad
Que usted esté leyendo este texto es una prueba irrefutable, a no ser
que el azar lleve al extremo su manifestación para que no sea así, de que
hubo, quizá hay, y posiblemente habrá, algo llamado Sociedad. Esa
Sociedad no está constituida porque sí, sino porque es una necesidad,
inicialmente, de la débil naturaleza humana para poder asegurar la
permanencia y prolongación de la especie; por tanto, esa sociedad tiene
un norte que fija su rumbo, así mantenga en constante perdición y, en el
camino hacia ese norte, se yerre el rumbo. El ideal último de la sociedad
parece ser algo que pocas veces muta, y si lo hace es muy poco su cambio:
pretender una autarquía donde sus integrantes puedan desarrollar una
vida tranquila y prolongar su existencia tanto como se pueda en
condiciones de un bienestar estable. Y a este ideal, que por su sencillez
se presta para mil ambigüedades de rumbo, lo llamaré “felicidad”.
Téngase esto en cuenta para no desviarnos del camino de esta discusión
por cuestiones fundamentales de terminología, ya que “felicidad” es uno
de esos términos desgastados por la tradición y que es imposible, si no se
aclara la intención, darle un sentido unívoco.
La felicidad es, consiguientemente, el fin, el objetivo, de la
sociedad. Todas las actividades y obras realizadas en la sociedad son
nortificadas a la felicidad, siendo así esta una especie de obra maestra a
la que tienden los individuos sociales. En nombre de la felicidad es que
hay leyes, Estado, Derecho, pretensión de garantizar la consecución y el
mantenimiento de los logros en el camino hacia el norte social. Pero en
nombre de la felicidad también se cometen las mayores barbaries que
conoce la humanidad. En efecto, para la felicidad del pueblo alemán es
que el Tercer Reich fomentó toda su campaña; bajo el rótulo de que el
Capítulo V
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Capítulo V
36 | P á g i n a EL NACIMIENTO
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6 Entiéndase miedo como ese estado donde se actúa bien por la coacción estatal;
diferente al terror donde se actúa desesperadamente y por angustia.
Capítulo V
38 | P á g i n a EL NACIMIENTO
7 En este punto seguiré un desarrollo nada original que se puede encontrar en Comte-
Sponville, Ni el Sexo ni la Muerte, que a su vez es tomado de Kant, que a su vez es
tomado de otro, y de otro, y de otro, hasta el infinito de no saber de dónde proviene
lo original. Tal cosa pone en jaque la pretensión de una autoría absolutamente original
del texto. Mi texto es una colcha de retazos tomada de otras, que al fin es mi texto, sin
importar que lo que digo ya haya sido dicho. Es tan paradójico esto que pareciéramos,
en serio, títeres de la Voluntad shopenhaueriana en el sentido en que servimos como
médium para la expresión de un saber ya dado. No obstante, defiendo mi posición de
autor, siempre y cuando no se conciba como autor a alguien que dice algo nunca antes
pensado: eso es imposible. Ahora, tal aseveración no quiere decir, tampoco para tanto,
que amarre mis dedos y no escriba, pues lo que escribo lo he pensado yo, yo pienso
por mí mismo, así no sea nada original, la originalidad es lo que menos importa en este
saber llamado filosofía.
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Capítulo V
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8 Ibíd. 1105a
9 Ibíd. 1166a
10 COMTE-SPONVILLE, André. Ni el sexo ni la muerte. Barcelona: Paidós, 2012, pg. 22
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que sale de la colonia llamada Sociedad. Por tal motivo es que ética y
moral son necesidades primarias si se quiere llegar a una comunidad.
Pero a todas estas, ¿qué son esos artificios tan lejanos que llamamos ética
y moral?
Si bien el amor no es algo que se pueda ordenar, sí es algo que
ordena. El amor pone el orden ético-moral, lo fundamenta, pues
precisamente este nace cuando no hay amor hacia el otro, y no se actúa
por amor, suena raro, pero síganme a ver qué resulta. Y fundamenta la
ética y la moral no por esto, sino porque el actuar virtuoso es una
apariencia del actuar amoroso: es un actuar como si se amara al otro. La
exigencia ética que nace de la voluntad del sujeto, y la moral que nace de
la voluntad colectiva, apuntan precisamente a que en la relación social
los tratos sean, ya una vez sabiendo que entre todos no se aman, como si
se amaran 11 los unos a los otros, porque saben que de esa manera puede
haber un mejor ser-con-para-otro en la medida en que al amado se le da
10 mejor y se le hace el bien. Aquí el amor sigue guiando los actos, ya no
como sentimiento real hacia los demás pero sí como ideal. Cuando se
ama, ya no se necesita la ética; cuando se es ético ya no se necesita la
coacción. A tal cosa, tratando de abordarla de manera superficial, es la
que llamamos ética-moral, a un actuar como si amaramos. Necesitamos
de la ética y la moral precisamente por nuestra incapacidad para amar, y
he ahí el orden que se va estableciendo con el amor a la cabeza como
mayor posibilidad para alcanzar ese objetivo que tanto anhelamos en la
vida en Sociedad: la felicidad. Recordemos: para una vida en comunidad
muy cercana a la felicidad está el amor; para una un poquito más lejos
está la ética; y para una más alejada está lo jurídico, y para una más allá
aún está el placer como principio falsificador de la ética. Pasemos, pues,
a lo siguiente que concierne en este parágrafo: a falta de amor y de moral,
solo queda una opción para la convivencia más o menos armónica en
11 Pero este "como si" no implica que se trate al otro con lo que popularmente se llama
hipocresía ¡de ningún modo! Se trata, más bien, de imprimirle cierta dosis de amor a
un acto que se hace hacia una persona no amada.
Capítulo V
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Capítulo V
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que no puede concebir las cosas como perfectas, pero que a la vez vive
su condición trágica de saber que en lo más cercano a la perfección está
su realización; y, en nuestro sentido, esa perfección es la felicidad. Así
que sigamos haciendo filosofía y miremos nuestra condición.
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12 Cuenta la leyenda que una vez el rey Midas logró capturar al sabio Sileno para
interrogarle sobre lo que sería mejor para el hombre, este le contestó: Lo mejor para
el hombre es no haber nacido; y si nació, lo mejor es morir pronto.
Capítulo V
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Capítulo V
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Capítulo V
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15 Ibíd. 1004b
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16 Ibíd. 1118a
17 Ibíd. 1118b
Capítulo V
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cuales se llevan a cabo las acciones que dirigen hacia el fin último que es
la felicidad, la razón elige la acción a realizar. Uno de los inconvenientes
de la razón es que se tiende a hacer un uso frío y especulativo con ella en
asuntos en los que se requiere la parte más sensible y cálida. En efecto,
deliberar una acción en un determinado caso social requiere de la
sensibilidad del hombre hacia los otros para poder con-sentirse con la
situación que amerita de su accionar. Esta razón es la única que puede
entender que el placer, en la faceta de suplantador de la felicidad, que se
corresponde de algún modo al uso frío de esta facultad en el sentido en
que se propone calcular la conveniencia individual por encima de la
social, se debe recomprender como un acompañante de las acciones que
casi siempre queremos, pero no como el motor y la finalidad de nuestro
conducirnos éticamente. Así podemos llegar a comprender, quizá, esta
compleja lucha que se pacta entre el placer y la razón, la cual también
Aristóteles señala como una lucha de la razón tratando de halar hacia su
lado al hombre arrancándole de a poco, aunque no totalmente, de los
dominios de la naturaleza instintiva.
El placer aleja al hombre de la razón y lo entrega a su parte animal,
no por completo, pero sí en su voluntad y en su actuar. Ese actuar animal
es perverso para con el otro en el humano, no extrae lo bueno de su
animalidad sino lo peor, lo más degradado; tal condición imposibilita la
vida feliz en sociedad. Lo que hace esta condición en el humano es que
le es imposible despegarse de la razón, entonces cuando se entrega al
placer en su animalidad es acompañado por la racionalidad, y esta se pone
al servicio del instinto destructivo natural en el hombre. Eso hace que el
hombre, cuando se dice que se ha entregado a su lado animal, sea peor
para los otros que un animal. Ahora, esa misma razón puede poner al
servicio suyo al placer y a la animalidad y controlarlas en vez de ser
controlada; puede conducir rectamente al hombre hacia la vida feliz en
Comunidad. Así tenemos que la voluptuosidad aleja al humano de eso
que llamamos virtud y que es lo que lo puede llevar a la felicidad,
mientras que la razón puede ir acercándolo a su finalidad. Pero así como
Capítulo V
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Referencias
Sociedad Ulterior
Comprensión y responsabilidad como formas
políticas de reconciliación con el mundo1
1 El presente escrito se deriva del trabajo titulado "La lógica totalitaria como supresión
de la dimensión humana y la solidaridad como propuesta política para su
reivindicación: reflexiones desde Hannah Arendt" en la línea de ética y política en el
marco del Seminario de investigación en problemas contemporáneos de la Filosofía
del Derecho, adscrito al Grupo de Estudios Críticos de la Universidad Pontificia
Bolivariana, Medellín. Presentado en el IV Congreso Colombiana de Estudiantes de
Filosofía, realizado en la Universidad Industrial de Santander del 4 al 7 de Octubre
2016.
2 Con el fin de incentivar la labor filosófica, invitamos a quienes tengan alguna
discusión con este texto a que se remitan a su autora mediante correo electrónico.
También, si usted desea elaborar un texto en contesta a este lo invitamos a que nos lo
envíe a nuestra dirección: capitulusquintus@gmail.com.
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62 | P á g i n a COMPRENSIÓN Y RESPONSABILIDAD
¿Por qué es necesario encontrar una vía por la cual los hombres se
reconcilien entre ellos y así mismo con el mundo, su lugar de aparición?
Un espacio donde el terror ha entrado con su anillo de hierro, necesita
encontrar una forma en que vuelva a creerse en un mundo donde esos
hechos siguen siendo posibles. Por eso, el esfuerzo de la filósofa judeo-
alemana Hannah Arendt por comprender la realidad -después de las
atrocidades generadas por los totalitarismos del siglo X X - puso de
relieve la pérdida del sentido de quienes vivimos en las sociedades
contemporáneas. Estos excesos y crueldades la impulsaron a comprender
ese fenómeno como forma de reconciliación con un mundo donde fueron
Sociedad Ulterior
MARÍA SOLEDAD GÓMEZ GUZMÁN Página | 63
Capítulo V
64 | P á g i n a COMPRENSIÓN Y RESPONSABILIDAD
Por tanto, “la fuerza del terror total por un lado, que con su anillo de
hierro presiona a las masas de hombres aislados y las mantiene en un
mundo que se ha convertido en un desierto para ellos, y la fuerza auto
coactiva de la deducción lógica, por otro, que prepara a cada individuo
en su aislamiento solitario contra todos los demás”4se constituyen como
el proceso consecuente para mantener el régimen del horror. El
terror, solo puede dominar de forma exitosa a hombres aislados, y es
ciertamente su terreno más fértil y siempre su resultado. Entonces, para
que el movimiento totalitario se mantenga en constante marcha, es
necesario retirar a los hombres y neutralizarlos en su aparición libre en la
esfera pública, eliminando así la fuente primaria de poder, ya que este
siempre procede de hombres que actúan juntos, concertadamente, en
diálogo con aquellos con los que se debe llegar a un acuerdo. O sea, el
3ARENDT, Hannah. (1999) Los orígenes del totalitarismo. Tomo III: Totalitarismo.
Madrid: Alianza Editorial. pg. 699
4 Ibíd. pg. 700
Sociedad Ulterior
MARÍA SOLEDAD GÓMEZ GUZMÁN Página | 65
5 Ibíd.
Capítulo V
66 | P á g i n a COMPRENSIÓN Y RESPONSABILIDAD
Sociedad Ulterior
MARÍA SOLEDAD GÓMEZ GUZMÁN Página | 67
Capítulo V
68 | P á g i n a COMPRENSIÓN Y RESPONSABILIDAD
Sociedad Ulterior
MARÍA SOLEDAD GÓMEZ GUZMÁN Página | 69
Capítulo V
70 | P á g i n a COMPRENSIÓN Y RESPONSABILIDAD
9 Ibíd. pg. 27
Sociedad Ulterior
MARÍA SOLEDAD GÓMEZ GUZMÁN Página | 71
Capítulo V
72 | P á g i n a COMPRENSIÓN Y RESPONSABILIDAD
Epílogo.
Sociedad Ulterior
MARÍA SOLEDAD GÓMEZ GUZMÁN Página | 73
nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del
poder político. La construcción del mundo junto con otros, aunado a la
construcción de los lazos de solidaridad como emanación del poder
conjunto, es algo que los seres humanos nos brindamos a nosotros
mismos en la búsqueda de la libertad.
Referencias
Capítulo V
Una crítica al concepto de inteligencia
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76 | P á g i n a UNA CRÍTICA AL CONCEPTO DE INTELIGENCIA
Sociedad Ulterior
JUAN CAMILO OSORIO ALCALDE Página | 77
Capítulo V
78 | P á g i n a UNA CRÍTICA AL CONCEPTO DE INTELIGENCIA
Sociedad Ulterior
JUAN CAMILO OSORIO ALCALDE Página | 79
Capítulo V
80 | P á g i n a UNA CRÍTICA AL CONCEPTO DE INTELIGENCIA
Sociedad Ulterior
JUAN CAMILO OSORIO ALCALDE Página | 81
2 Una sugerencia de lectura para este enunciado sería: Si sucede X, entonces haz Y.
Capítulo V
82 | P á g i n a UNA CRÍTICA AL CONCEPTO DE INTELIGENCIA
Sociedad Ulterior
JUAN CAMILO OSORIO ALCALDE Página | 83
Referencias
Capítulo V
La deshumanización del reo en el proceso penal
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86 | P á g i n a LA DESHUMANIZACIÓN DEL REO
del día a día. A su vez, la sociedad deja de ver al reo como humano, lo
rechaza, lo ignora, lo suprime de la conciencia colectiva. Partiendo de la
obra El Proceso del genial escritor praguense Franz Kafka —nacido en
1883 y fallecido en 1924— el presente artículo se dividirá, primero, en
la descripción de cómo la regulación jurídica del proceso penal y su
tratamiento al reo se ven reflejados en la figura de Josef K, y, segundo,
en el análisis de cómo la sombría justicia descrita por Kafka se
materializa en el día a día del reo, afirmando así que este es
deshumanizado por la institución jurídica del proceso penal hasta
convertirlo en un insecto.
Sociedad Ulterior
ALEJANDRO GÓMEZ RESTREPO Página | 87
Capítulo V
88 | P á g i n a LA DESHUMANIZACIÓN DEL REO
Sociedad Ulterior
ALEJANDRO GÓMEZ RESTREPO Página | 89
social, con el adherente de que esto puede durar muchos años y que al
final puede resultar que no fue culpable, es decir, se le absuelva. Si el
fiscal es lo suficientemente convincente el juez decreta la medida, y si es
de tipo privativa de la libertad se procede a un ejecución anticipada,
donde el sujeto es o bien arrastrado a la institución carcelaria o bien
encerrado en su propia residencia sin poder salir al menos a caminar. Al
“reo” se le trata “ ¡como un perro!” que hizo lo que no debía y por tanto
debe reprendérsele y encerrársele, sin si quiera tener pleno
convencimiento de su culpabilidad. En palabras de Carnelutti
“desgraciadamente, la justicia humana está hecha de tal manera que no
solamente se hace sufrir a los hombres porque son culpables sino también
para saber si son culpables o inocentes”4.
4 CARNELUTTI, F. (2010) Las miserias del proceso penal. Bogotá: Editorial Temis S.A. pg.
50
Capítulo V
90 | P á g i n a LA DESHUMANIZACIÓN DEL REO
Sociedad Ulterior
ALEJANDRO GÓMEZ RESTREPO Página | 91
Capítulo V
92| Página LA DESHUMANIZACIÓN DEL REO
vislumbrarse en los procesos penales del día a día. Aunque es claro que
Kafka nos narra un tipo de justicia alejado de los tribunales estatales, esta
extraña “justicia” tiene semejanzas con la justicia ordinaria, no por el
hecho de su estructura o régimen, como el hecho de que aunque se declare
“detenido” puede perfectamente ir a trabajar al declararle el inspector
“imagino que deseará ir al banco”9, sino por la relación que se tiene con
el detenido, donde hay claramente una supresión de su dignidad, en la
medida en que esta justicia puede interceder en su esfera personal, tal y
cómo interceden muchos fiscales al interceptar comunicaciones, entre
otras actuaciones que dejan en evidencia cómo la intimidad queda
desplazada.
En muchas ocasiones, en Colombia, mucho antes de la declaratoria
de culpabilidad, incluso antes de la Formulación de Imputación (instancia
en la que se le informa a la persona que se le está adelantando un proceso
penal) se realizan audiencias preliminares frente a un juez especial
conocido como Juez de Control de Garantías. En estas audiencias se
solicita la privación de ciertos derechos del posible delincuente,
usualmente la intimidad, a través de actuaciones de la Fiscalía tales como
la interceptaciones de comunicaciones o datos, donde sin haberse
practicado pruebas se está tomando a la persona como delincuente, se
está vulnerando su privacidad, se le está desvalorando como ser humano.
Esta figura es muy similar a la medida preventiva, solo que aquí no se
necesitan “inferencias razonables” ni argumentos fuertes sobre peligro de
la víctima, de la sociedad, de obstrucción de la justicia o de no
comparecencia, sino simplemente una fuerte sospecha, y aunque no se
prive de la libertad, se está privando de otro derecho como la intimidad,
y sin la existencia del derecho a defenderse.
Luego del señalamiento sobre la posible ocurrencia del hecho, el
proceso llega a una instancia probatoria. El juez analiza documentos,
opiniones de expertos y testimonios, para luego dar paso a que las partes
9 Ibíd. pg. 10
Sociedad Ulterior
ALEJANDRO GÓMEZ RESTREPO Página | 93
10 Ibíd. pg 166
Capítulo V
94| Página LA DESHUMANIZACIÓN DEL REO
3. Conclusiones
Sociedad Ulterior
ALEJANDRO GÓMEZ RESTREPO Página | 95
REFERENCIAS
Capítulo V
¿Dice alguna verdad la ciencia sobre el mundo?
Instrumentalismo Vs esencialismo y el camino de la ciencia
97
98 | P á g i n a ¿DICE ALGUNA VERDAD LA CIENCIA?
Sociedad Ulterior
DIANA VANEGAS Y WILLIAM GARCÍA Página | 99
1. Discusión
Capítulo V
100 | P á g i n a ¿DICE ALGUNA VERDAD LA CIENCIA?
Sociedad Ulterior
DIANA VANEGAS Y WILLIAM GARCÍA Página | 101
2. Esencialismo Vs Instrumentalismo
Capítulo V
102 | P á g i n a ¿DICE ALGUNA VERDAD LA CIENCIA?
Sociedad Ulterior
DIANA VANEGAS Y WILLIAM GARCÍA Página | 103
4 Ibíd. p. 122
Capítulo V
104 | P á g i n a ¿DICE ALGUNA VERDAD LA CIENCIA?
5 Ibíd. p. 118.
6 Ibíd. p. 120.
Sociedad Ulterior
DIANA VANEGAS Y WILLIAM GARCÍA Página | 105
7 Ibíd. p. 132.
Capítulo V
106 | P á g i n a ¿DICE ALGUNA VERDAD LA CIENCIA?
8 Ibíd. p. 143.
9 Ibíd. p. 144.
Sociedad Ulterior
DIANA VANEGAS Y WILLIAM GARCÍA Página | 107
10 Ibíd. p. 149.
Capítulo V
108 | P á g i n a ¿DICE ALGUNA VERDAD LA CIENCIA?
Sociedad Ulterior
DIANA VANEGAS Y WILLIAM GARCÍA Página | 109
Las teorías científicas deben ser construidas pensando siempre que son
susceptibles de ser remplazadas por otras de nivel superior en abstracción
y testabilidad. Estas nuevas teorías, al igual que las viejas, son genuinas
conjeturas, genuinos intentos por describir capa por capa el mundo real,
(lo que hace descartar cualquier idea de mundos de apariencias.) Muchos
se preguntarán si sólo se pueden llamar reales a los estados de cosas
descritos por enunciados verdaderos y no por conjeturas que pueden
resultar falsas. Popper admite que sólo se deberá llamar verdadero a un
estado de cosas sí y sólo si el enunciado que lo describe es verdadero,
pero sería un error concluir de eso que el carácter hipotético de una teoría
disminuye su aspiración implícita a describir algo real, ya que las
refutaciones indican los puntos en los que se toca la realidad al
confrontarla con lo que previamente se aceptaba. Las teorías son, pues,
invenciones propias del ser humano, instrumentos de pensamiento que
muchas veces pueden chocar con la realidad, lo que recuerda que siempre
pueden ser equívocas.
4. Conclusión
11 Ibíd. p. 150.
Capítulo V
110 | P á g i n a ¿DICE ALGUNA VERDAD LA CIENCIA?
Referencias
Sociedad Ulterior
Nietzsche ha resucitado
Diego Firmiano
diegofirmiano@gmail.com1
111
112 | P á g i n a NIETZSCHE HA RESUCITADO
Sociedad Ulterior
DIEGO FIRMIANO Página | 113
Capítulo V
114 | P á g i n a NIETZSCHE HA RESUCITADO
Sociedad Ulterior
DIEGO FIRMIANO Página | 115
4 NIETZSCHE, F. (2000) Die frohliche Wissenschaft («La gaya scienza») (IV). Madrid: Ed.
De L. Jiménez Moreno.
Capítulo V
116 | P á g i n a NIETZSCHE HA RESUCITADO
5 Ibíd.
Sociedad Ulterior
DIEGO FIRMIANO Página | 117
Referencias
Capítulo V
El arte en la trágica existencia
119
120 | P á g i n a EL ARTE EN LA TRÁGICA EXISTENCIA
verbos más trágicos: hacer. Somos, a voluntad o no, seres del hacer, y
este verbo es, quizá, el que más nos pone el sello, el que más nos
condiciona en tanto humanos. El otro verbo, deber, dejémoslo para los
tratados ético-morales. Concentremos nuestro esfuerzo en ese trágico
hacer continuo que nos lleva la vida consigo. En esa dirección, la de que
somos seres del hacer, es que enmarco la obligación de ser dioses,
creadores de seres, artistas que hacen algo con necesidad de afirmar su
existencia como humanos. ¿Es el arte, entonces, lo que le confiere sentido
a la existencia humana? ¡Sí!
En El Nacimiento de la tragedia, Nietzsche esboza toda una teoría
de corte vital usando al arte de la Tragedia ática como máscara, o como
forma visible, de dicho planteamiento teórico. Pero no es de gratis que
Nietzsche acoja al arte como objeto a partir del cual esbozar una
concepción del mundo; para él, la existencia humana solo adquiere un
sentido como tal, en la medida en que es dedicada al arte: es por medio
del arte por el cual el hombre afirma y revindica su existencia. Ahora,
aquí arte hay que entenderlo en un sentido amplio: el arte viene a ser una
especie de instinto humano por crear, el hombre es un creador, un
demiurgo por naturaleza. En ese sentido, el arte es la única salvación que
posee el hombre, la única forma en la que puede encontrar una
justificación para su existencia. En el libro en cuestión, Nietzsche acoge
dos concepciones de arte que, según él, provienen de la Grecia antigua;
las acoge con el fin de tratar de explicitar mejor al arte mismo, para
generar un mejor entendimiento de la forma en que se presenta la
creación artística en la vida humana. No obstante, antes de pasar a dividir
algo y ponerlo de manera explícita y en conceptos es necesario tener clara
la importancia que juega el arte en la existencia humana.
Todos hemos tenido contacto con el arte, llámese música, escultura,
arquitectura, pintura, poesía, literatura, filosofía, etc, y en ese contacto
con el arte se juega nuestra vida misma. Pero no solo hemos tenido
contacto con el arte como un espectadores pasivos entre el inmenso cielo,
sino que en nuestra vida tendemos siempre a la creación y en ese sentido
Sociedad Ulterior
SEBASTIÁN CASTAÑEDA PALACIOS Página | 121
somos también artistas, somos seres del hacer. El arte hace parte esencial
de la existencia humana, no en el sentido de que sin arte sería imposible
que hubiera humanos, sino en que el arte es lo único que le permite al
hombre restarle protagonismo a la naturaleza que es de por sí “invivible”
para el humano, horripilante para le débil fuerza vital de este. Piénselo,
¿Qué sería de nuestra vida sin el arte? ¿Con qué le haríamos frente a la
naturaleza, siendo esta irracional y siendo nosotros algo sumamente débil
ante la fuerza de ella? En consecuencia, en el arte, al jugarse como
demiurgo, como dios creador, el hombre encuentra un posible escape
para salir, aunque sea a pocos, de la dureza con la que la naturaleza lo
trata. El arte en la vida del hombre se presenta como un instinto, sí, pero
a la vez como la llave con la cual puede acceder a la exaltación de su
existencia, sin negar su horrible destino natural2 pero tratando de vivir
conforme a cierto imaginario de “alegría” vital que se contraponga a la
horrible naturaleza.
Es solo mirar el efecto que un arte como la música produce en
nosotros y de inmediato nos damos cuenta del poder que posee el arte
para sacarnos del sufrimiento y el dolor que nos infunde la vida
naturalmente. Incluso, cuando recurrimos a una canción que nos recuerda
la tristeza, lo que hacemos es buscar en ella que nos ayude a sacar el dolor
de nosotros mismos. Igualmente sucede con la pintura o con las novelas,
incluso con la filosofía, todas sirven como formas de liberación del
hombre de sus cargas. Por tanto, el arte en la vida humana es de suma
importancia en dos caminos: como exaltación de la existencia y como
legado de inmortalidad de los humanos3. Es claro, la esencia de la
existencia es el sufrimiento, el dolor, pero el arte se contrapone a tal
esencia como apariencia, y en tanto apariencia le presenta al hombre un
Capítulo V
122 | P á g i n a EL ARTE EN LA TRÁGICA EXISTENCIA
Sociedad Ulterior
SEBASTIÁN CASTAÑEDA PALACIOS Página | 123
Capítulo V
124 | P á g i n a EL ARTE EN LA TRÁGICA EXISTENCIA
9 Ibíd. pg. 21
Sociedad Ulterior
SEBASTIÁN CASTAÑEDA PALACIOS Página | 125
Capítulo V
126 | P á g i n a EL ARTE EN LA TRÁGICA EXISTENCIA
Sociedad Ulterior
SEBASTIÁN CASTAÑEDA PALACIOS Página | 127
Capítulo V
128 | P á g i n a EL ARTE EN LA TRÁGICA EXISTENCIA
Sociedad Ulterior
SEBASTIÁN CASTAÑEDA PALACIOS Página | 129
4. Lo Apolíneo
11 Ibíd.
12 Ibíd.
Capítulo V
130 | P á g i n a EL ARTE EN LA TRÁGICA EXISTENCIA
Sociedad Ulterior
SEBASTIÁN CASTAÑEDA PALACIOS Página | 131
5. A modo de conclusión
Capítulo V
132 | P á g i n a EL ARTE EN LA TRÁGICA EXISTENCIA
Referencias
Sociedad Ulterior
La práctica contable: cómo ser ético en una
sociedad oportunista
133
134 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
4 Ibíd
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 135
Capítulo V
136 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
1. Algunos antecedentes
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 137
Capítulo V
138 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 139
Capítulo V
140 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 141
8 Se quiere utilizar los términos "ética profesional" (no deontología profesional) para
referirnos a deberes, obligaciones y comportamiento ético-legales de quienes ejercen
la profesión contable. Esto, para no confundir con deontología ética, que se refiere a
una ética del deber que no está sometida al control público o ley constitucional. Por
esto se le llama a la ética no- profesional, "ética filosófica", ya que ésta se refiere a
cualquier corriente ética: deontología, egoísmo, subjetivismo, relativismo, feminismo,
altruismo, comunitarismo, entre otras.
Capítulo V
142 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 143
bien, esta práctica no podría volverse una regla universal, porque sería
contraproducente; si eso pasara todo el mundo actuaría de forma
incorrecta y todos se reirían de quienes lo hacen correctamente. En pocas
palabras, cuando se carece de principios que orienten una conducta
íntegra, se puede caer en la práctica de contravalores generando a su vez
la desconfianza de los ciudadanos.
Este argumento puede plantearse en forma más general: se es
tentado a hacer excepciones a la regla contra actuar mal porque en
algunas casos se cree que las consecuencias de actuar bien serán malas,
y buenas las consecuencias de actuar mal. Sin embargo, no se puede estar
seguros de cuáles serán las consecuencias de las acciones: no es posible
saber que darán buenos resultados. Los resultados de actuar mal pueden
ser inesperadamente malos. Entonces, la mejor política es evitar el mal
conocido, actuar mal y dejar que vengan las consecuencias que vengan.
Incluso si las consecuencias son malas, no habrá culpa, puesto que se
habrá cumplido con el deber.
Capítulo V
144 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 145
Capítulo V
146 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 147
Descartes en su discurso del método, “Se empeñan en hacer creer que son
reyes, siendo unos pobres insensatos y aun estando desnudos, se visten
de oro y púrpura”11.
Pero la corrupción en el sector público no está sola, se acompaña
de una serie de conductas antiéticas que impiden la buena ejecución de
los cargos públicos, lo que hace que los ciudadanos pierdan la fe y
confianza en éstos. Algunos de estos son: abuso de poder, estafa,
extorsión, favoritismo, fraude, nepotismo, ocultamiento o venta de la
información. Cada uno de estos participa en cierta medida, ya sea de
manera directa o indirecta, de la corrupción.
Para Aristóteles cuando un sujeto se aleja de la integridad es
expuesto a estados afectivos y acciones poco convenientes; en sus
propias palabras, en la Ética Nicomaquea: “los seres humanos son
movidos hacia la malevolencia, la desvergüenza, la envidia; y en el orden
de los actos, el adulterio, el robo, el homicidio, todas estas cosas, lo
mismo que las que se les parecen, provocan discriminación, porque son
malas en sí mismas. El sólo hecho de cometer una u otra de estas acciones
constituye una falta”. Algunos servidores públicos al ser tocados por los
vicios, olvidan el fin de todo gobierno, su razón de ser, que es la justicia
o el bien común de la sociedad.
Para Oscar Diego Bautista, la excelencia en la gestión de los
intereses colectivos no se podrá alcanzar sin formar a los servidores
públicos en sólidos criterios de conducta ética; por lo tanto, el
comportamiento correcto de éstos es una condición sine qua non para
lograr un buen gobierno. La Ética aplicada a la función pública implica
servicio a la ciudadanía, es un elemento clave para la creación y el
mantenimiento de la confianza en la administración y sus instituciones al
elevar la calidad de la administración pública mediante la conducta
Capítulo V
148 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
6. Pérdida de confianza
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 149
Capítulo V
150 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 151
7. Falta de independencia
Capítulo V
152 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 153
Capítulo V
154 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 155
lo sería este, traería para la organización un costo alto. Esto es algo muy
común cuando las organizaciones deben adquirir un sistema de
información contable y financiera, que usualmente están destinados
muchas más a la información del principal o para informar
obligatoriamente que al control interno.
Capítulo V
156 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 157
10. Conclusiones
Capítulo V
158 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Referencias
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 159
2016, de,
http://www.academia.edu/6039317/Esc%C3%A1ndalos_empresariale
s_y_contadur%C3%ADa_p%C3%BAblia
Capítulo V
160 | P á g i n a LA PRÁCTICA CONTABLE
Sociedad Ulterior
LUISA FERNANDA QUINTERO CARDONA Página | 161
Capítulo V
Apuntes sobre la traducción, o de la
importancia de la poliglotía en la formación de
los ciudadanos
163
164 | P á g i n a APUNTES SOBRE LA TRADUCCIÓN
fácticos, ese material es el deseo y, de este deseo, el deseo de futuro, un futuro que
se teje con la idea de lo mejor, lo cual es propio del hombre (cfr. Comenio, Juan Ammós
Didáctica Magana. Ed. Porrua, México 1982; p. 1).
3 Cfr. KANT, Immanuel. (1981) Filosofía de la Historia. México: Ed. F.C.E. pg. 61
Sociedad Ulterior
JUAN MANUEL LÓPEZ Página | 165
Capítulo V
166 | P á g i n a APUNTES SOBRE LA TRADUCCIÓN
5 VEGA, Ángel. (2004) Textos clásicos de la traducción. España: Ed. Cátedra Lingüística.
pg. 29.
Sociedad Ulterior
JUAN MANUEL LÓPEZ Página | 167
6 Ibíd.
Capítulo V
168 | P á g i n a APUNTES SOBRE LA TRADUCCIÓN
Tom ada d e *t£*vjV2 bp bloc*PO tooW *M e0<>¿vtO V /T& JtLf W dB vt/A A A M M A B ic/.P B dftW M C Q M cA K O O /m edevai.W itvncjtesk ip t
Sociedad Ulterior
JUAN MANUEL LÓPEZ Página | 169
Now the original meaning of dike may have been literally a way or
path. Whether or not that is its etymological origin, its earliest
significance in Greek literature is certainly no more than the way
in which a certain class of people usually behaves, or the normal
course of nature: There is no implication that it is the right way, nor
does the word contain any suggestion of obligation7.
Quien pueda leer algo del inglés (una asignatura que vemos en todos
nuestros grados de escolaridad así como la asignatura de lectura y
escritura -castellano o español, según sea la buena formación de los
profesores- en nuestra lengua nativa, sin ningún resultado óptimo),
encontrará entonces que la palabra justicia, en su transliteración a
caracteres latinos diké nos ayudará a pensar en una vía diferente a como
comúnmente la pensamos.
7 GUTHRIE W.K.C (2013) The Greek Philosophers. London and New York: Routlege. pg.
6.
Capítulo V
170 | P á g i n a APUNTES SOBRE LA TRADUCCIÓN
8 GUTHRIE W.K.C (2010) Los filósofos griegos. México: Fondo de Cultura Económica.
pg. 13.
Sociedad Ulterior
JUAN MANUEL LÓPEZ Página | 171
9 CASSIRER, Ernst. (1923) Philosophie der symbolischen Formen. Berlin: Ed. Bruno
Cassirer. pg. V.
Capítulo V
172 | P á g i n a APUNTES SOBRE LA TRADUCCIÓN
Como puede observarse el texto muestra sin lugar a dudas no sólo una
diferencia abismal con la palabra mencionada en el texto original, sino
que, desde ese punto de vista, la objetualidad adquiere una relevancia
mayor. El término "Gegenstand", es traducido usualmente como aquello
que nos sale al encuentro o nos hace frente y, aunque aquí hay una clara
definición de la palabra, como un objeto que corresponde sobremanera al
universo de la formación subjetiva, ideal, por adjetivarlo de alguna
manera, tal objeto no es el que corresponde a las impresiones sensibles
del mundo natural.
Pues bien, a partir de estos ejemplos hemos mostrado cómo las
traducciones pueden ayudar a volver más turbia una interpretación. Las
interpretaciones hechas a partir de las traducciones pueden crear una
apariencia de saber precisiones en ciertos autores pero de hecho, como
toda apariencia, sólo es un juego del lenguaje que carece no sólo de rigor
en la interpretación sino que revela una construcción a la ligera de la
subjetividad del intérprete y por tanto o bien del profesor o bien del
estudiante. El mecanismo de afinar la subjetividad por el cual se
conducen las humanidades nos ayuda a hablar con más precisión de los
Sociedad Ulterior
JUAN MANUEL LÓPEZ Página | 173
Capítulo V
174 | P á g i n a APUNTES SOBRE LA TRADUCCIÓN
En este sentido podría entonces pensarse que las letras y la escritura, por
extensión a otras lenguas, hacen que sea posible que digamos lo que
11 274 e - 275 a
12 Este conocimiento, oh rey, hará más sabios a los egipcios y más memoriosos, pues
se ha inventado como un fármaco m de la memoria y de la sabiduría.» Pero él - le dijo:
«Oh artificiosísimo Theuth! A unos les es dado crear arte, a otros juzgar qué de daño
o provecho aporta para los que pretenden hacer uso de él. Y ahora precisamente,
padre que eres de las letras, por apego a ellas, les atribuyes poderes contrarios a los
que tienen. Porque es olvido lo que producirán en las almas de quienes las aprendan,
al descuidar la memoria, ya que fiándose de lo escrito, llegarán al recuerdo desde fuera
a través de caracteres ajenos, no desde dentro, desde ellos mismos y por sí mismos».
Sociedad Ulterior
JUAN MANUEL LÓPEZ Página | 175
Capítulo V
176 | P á g i n a APUNTES SOBRE LA TRADUCCIÓN
Referencias
Sociedad Ulterior
Eloísa y el papel de la mujer en el siglo XII
177
178 | P á g i n a ELOÍSA Y EL PAPEL DE LA MUJER EN EL SIGLO XII
2 Es de anotar que la primera carta del epistolario entre Abelardo y Eloísa es la llamada
Historia Calamitatum (Historia de mis desgracias o calamidades) en la que Abelardo
presenta su itinerario intelectual, amoroso y religioso. De ésta se han realizado
múltiples estudios desde la filosofía, la teología, la historia, la psicología, entre otras
disciplinas Abelardo había dirigido su carta a un amigo (para muchos estudiosos ese
amigo fue imaginario), y Eloísa se da cuenta por casualidad de este escrito. De ahí que
se sorprenda que dirija sus palabras a un desconocido y no a ella que fue su amante,
esposa y seguidora espiritual.
3 La historiadora francesa Régine Pernoud afirma a propósito: (PERNOUD, 1973: 149)
"Así se expresa Eloísa. La Carta a un amigo cayó «por azar» en sus manos. En esa época
los textos circulan como circularán más tarde los impresos: se leen entre amigos, se
copian; la rapidez con que se difunden nos sorprende a menudo".
4 Cartas de Eloísa y de Abelardo (1993) pg. 82.
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JOSÉ DE JESÚS HERRERA OSPINA Página | 179
Capítulo V
180 | P á g i n a ELOÍSA Y EL PAPEL DE LA MUJER EN EL SIGLO XII
6 Para una mayor profundización sobre este tema remito a los estudios de dos grandes
especialistas en el tema, Victoria Cirlot y Blanca Garí quien en su obra La mirada
Interior. Escritoras místicas y visionarias en la Edad Media, realizan un estudio
pormenorizado de grandes mujeres que dejaron, casi que definitivamente, la
protección masculina, que obligaba actuar a las mujeres sobre todo con base en las
reglas eclesiásticas, sobre todo desde la perspectiva monacal de San Benito, y se
dedicaron a realizar un papel intelectual e espiritual más independiente, más libre de
toda atadura masculina, por así decirlo. Así se expresan: (CIRLOT y GARÍ, 2008. pg.
34): "En la soledad de sus casas y de sus cuerpos, aquellas mujeres se arriesgaron a
vivir y escribir la experiencia interior. En muchas ocasiones, sus textos escapan a
cualquier definición de género."
Sociedad Ulterior
JOSÉ DE JESÚS HERRERA OSPINA Página | 181
Capítulo V
182 | P á g i n a ELOÍSA Y EL PAPEL DE LA MUJER EN EL SIGLO XII
mujeres, que llegan hasta las fúlgidas este estrellas. Despavoridas las madres, vagan
por las espaciosas estancias, se abrazan a las puertas y estampan en ellas sus labios..."
Virgilio (1998), p. 77
Sociedad Ulterior
JOSÉ DE JESÚS HERRERA OSPINA Página | 183
Capítulo V
184 | P á g i n a ELOÍSA Y EL PAPEL DE LA MUJER EN EL SIGLO XII
Sociedad Ulterior
JOSÉ DE JESÚS HERRERA OSPINA Página | 185
carpe diem de Horacio. Este amor que promete fidelidad pero que no
detiene el erotismo. Amor que es eterno pero que no impone el yugo de
una vida encerrada para servir a otro, amor casto pero no célibe.
A propósito, exponemos algunos apartados de poemas de la trova
goliarda que ilustran muy bien lo dicho: “Lo mismo que la luna supera a
las estrellas, así sobresales, amiga, sobre las doncellas. Por eso te deseo,
con mente pura, tanto éxito; y te juro fidelidad, doncella, por lo más alto.
Lo mismo que arde un gran fuego en el bosque, así se abrasa mi mente:
moriré si tarda lo que quiero. Tu amor me abrasa; mis lamentos subirán
al cielo si no das remedio a mi mente que por ti sufre tal llaga”.14 Y más
adelante: “Oh mi dulce amiga, tu hermosura supera a la de las demás
doncellas; lo mismo que la luna a las estrellas, oh mi dulce amiga. Oh
mi dulce amiga, me asfixian mis pasiones; tu fuego me consume, oh mi
dulce amiga. Oh mi dulce amiga, cómo me desvivo por tu amor; tu amor
me abrasa, oh mi dulce amiga. Oh mi dulce amiga, créeme que moriré de
dolor, si tu no me das vida, oh mi dulce amiga.”15
En esta carta se refuerza lo manifestado en la carta dos. Eloísa es
una mujer que no renuncia a su ser de mujer a pesar de seguir Abelardo
en la charitas cristiana. Esto no es un impedimento para seguirle
amándolo y considerándolo su único, así como ella es su única después
de Cristo.
Capítulo V
186 | P á g i n a ELOÍSA Y EL PAPEL DE LA MUJER EN EL SIGLO XII
Sociedad Ulterior
JOSÉ DE JESÚS HERRERA OSPINA Página | 187
Capítulo V
188 | P á g i n a ELOÍSA Y EL PAPEL DE LA MUJER EN EL SIGLO XII
Conclusión
Sociedad Ulterior
JOSÉ DE JESÚS HERRERA OSPINA Página | 189
Referencias
Capítulo V
190 | P á g i n a ELOÍSA Y EL PAPEL DE LA MUJER EN EL SIGLO XII
Sociedad Ulterior
Definiciones sobre el Sabio
(Metafísica de Aristóteles, I, 1, 981b10-982a)
191
192 | P á g i n a DEFINICIONES SOBRE EL SABIO
Sociedad Ulterior
JUAN CAMILO RESTREPO NARVÁEZ Página | 193
7 Digo esto porque, en efecto, las sensaciones dependen siempre, cada una, de un
sentido en particular y, por lo tanto, solo informan del objeto lo pertinente a cada uno
de los sentidos. Así, la vista, por ejemplo, solo indica al entendimiento el color, el
tamaño y la forma aparente, pero nada dice de su temperatura, su interior o su peso.
De esta manera, no solo es el conocimiento del sentido particular en cuanto a su
objeto, que es siempre particular, sino también en cuanto a su forma específica, pues
aún con respecto al objeto es allí doblemente particular.
8 Cfr. Ibíd. 981b20
9 Cfr. Ibíd. 981b25
Capítulo V
194 | P á g i n a DEFINICIONES SOBRE EL SABIO
Sociedad Ulterior
JUAN CAMILO RESTREPO NARVÁEZ Página | 195
12 Basta tan solo con decir que la muerte tenía hasta tres dioses, según sus diferentes
aspectos: para la muerte violenta, las diosas eran las Keres, hijas de Nix; para la muerte
pacífica, estaba el dios Thánatos; y para la muerte en su sentido general era Hades,
quien le daba también el nombre a su morada. Y ni nombremos a las diosas de las
aguas, donde prácticamente en cada río, pozo, estanque y lago habitaba un dios o un
daimon.
Capítulo V
196 | P á g i n a DEFINICIONES SOBRE EL SABIO
Sociedad Ulterior
JUAN CAMILO RESTREPO NARVÁEZ Página | 197
Capítulo V
198 | P á g i n a DEFINICIONES SOBRE EL SABIO
entre sus posibilidades. Como dijo Arquíloco: “todas las cosas se las
procuran a los mortales el trabajo y la habilidad humana” 16. Los siglos
inmediatamente anteriores a los sabios griegos, y aún buena parte de su
época (la que, podríamos decir, va desde el siglo VIII a.C. con Licurgo,
hasta el siglo V a.C., de la Atenas de Pericles), podrían ser llamados el
albor de la primera iniciativa del hombre por domeñar la naturaleza, no
solo con el objetivo de escapar a la necesidad, sino de procurarse una vida
placentera.
Mucho se ha dicho, como ya el mismo Aristóteles, que la ciencia
nació donde tuvieron por primera vez ocio los hombres. Se sabe, además,
que Mileto, cuna de los llamados primeros filósofos, por su condición
cosmopolita y su abundancia en bienes, ambas debidas a la mercancía
que pasaba por obligación a través de ella (pues era un paso obligado
desde oriente hacia los países ultra-mediterraneos), entre otras cosas,
ofreció un buen caldo de cultivo para la filosofía.17 Empero, antes de que
esta llegara a los problemas que desde Aristóteles caracterizó a la
filosofía como ciencia de lo general, las reflexiones a las que se
entregaban los hombres previos a los milesios versaban sobre cosas
mucho más mundanas y, como ya se dijo, particulares.
La ciencia de los babilonios y de los egipcios era magnífica. Aún
en nuestra época, sus conocimientos de la astronomía, la matemática, la
geometría o la ciencia natural nos impresionarían. Como nos ilustra
Whigtman, estos crearon la técnica de la multiplicación y la división,
tenían una técnica arquitectónica tal que solo fallaron una pulgada en las
líneas de la base de 755 pies de la Gran Pirámide y sabían cómo señalar
las estaciones por medio de la observación de Sirio.18 También la técnica
fenicia para trabajar textiles y metales era superior y más fina que la
griega.
Sociedad Ulterior
JUAN CAMILO RESTREPO NARVÁEZ Página | 199
Capítulo V
200 | P á g i n a DEFINICIONES SOBRE EL SABIO
19 Es decir, con una óptica según la cual vemos en ello todo lo que consideramos
idealmente helénico.
20 Cfr. Diodoro de Sicilia (2001) Biblioteca Histórica, libros I-III. Madrid: Editorial
Gredos. I, 98-99
21 Cfr. Aristóteles. Ética a Nicómaco X, 9, 1180a25.
22 Cfr. GUTHRIE, W.K.C (1998) Op. Cit. pg. 54-55
23 Cfr. Aristóteles. Política III, 6, 1278b23.
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26 Nos muestra Aristóteles otra identificación de este hombre con el hombre feliz. En
efecto, se dice que el hombre feliz es ^aKápioq, y este nombre viene derivado de
Xaipeiv (gozar), de donde también procede xa pisiq (cfr. Ét. Nic. VII, 11, 1152b7)
27 Ibíd. X, 9, 1180a10
28 "La política y la prudencia coinciden en cuanto a la disposición" (Ét. Nic. VI, 8,
1141b27), es decir, que el hombre prudente es un hombre político o dotado para ella.
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(el que domina un sistema y conoce las causas), no existiera otro tipo de
definición de sabio.29
Lopóq, continuando el bigotudo filólogo alemán, proviene de
aapqg, que significa sabroso, por lo cual, el sabio (no gratuitamente en
español, cuando el sancocho es delicioso, decimos que sabe bien) vendría
a ser aquel hombre de buen gusto y, como el gusto proviene de los
sentidos, y los sentidos están ligados a la experiencia, y de esta nace el
arte (réxyn), claramente este sentido de sabiduría no tiene “nada de
contemplativo ni ascético”.30 Como Fidias, que no es más que un
rsxvhqg, es llamado aoyóq por el mismo Aristóteles, ya que hace su labor
con belleza y eficacia, así mismo está claro que el xapíziQ, hombre de
gusto y de prudencia, concuerda con el rexyírnq en este antiguo sentido
de aopóq.
Ahora, con respecto al aoyiarqq, debemos quitarnos el prejuicio
académico (pues allí comenzó a popularizarse como un nombre
deleznable), pues sabemos que Platón los llamaba cazadores en el
Sofista, y Aristóteles vendedores de sabiduría aparente en la Metafísica.
Heródoto llama a Pitágoras de esta forma, y así se le denominaba a todo
hombre que se consideraba sabio de alguna manera, aunque con un cierto
sentido de profesionalidad en el saber. 31
Entendemos que el sentido de sofista que tenían Platón y
Aristóteles es el que hemos heredado, pero, ¿de dónde lo heredaron ellos
a su vez? El sofista, aunque aparecido con la forma que conocemos varios
siglos después de los sabios antiguos como Tales y Pitágoras, comparte
con ellos lo esencial, en palabras de Burnet:
29 NIETZSCHE, Friedrich (2003) Los filósofos pre-platónicos. Madrid: Editorial Trotta S.A.
pg. 18.
30 Ibíd. pg. 19.
31 BURNET, John (1924) Greek Philosophy, part I, Tales to Plato. Londres: Macmillan
and Co. pg. 109.
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[That] they all aim chiefly at practical ends. Their profession is that
they teach “goodness” (ápsrq), and that is explained to mean the
power of directing states and families aright. In practice this was
apt to work out in a curious way, especially in a democratic state
like Athens32.
¿Por qué la sociedad griega gustó casi que de inmediato del sofista, y por
qué ellos gustaron de este nombre y adoptaron ese actuar que los
caracterizó? Me atrevería a decir, fue porque la imagen del sofista como
hombre que sabe lo que le conviene y puede hacer que otros sean igual
que él, ya estaba popularizada desde la imagen de los sabios antiguos. De
esta manera, no es ridículo pensar que lo esencial del sofista del siglo de
Pericles ya estaba presente en la cultura previa, en la imagen del sabio de
antaño.
Volvamos, después de este breve camino, a la sentencia de Tales.
Recordemos, este nos dice que todo está lleno de dioses (návra nX^pn
Osrnv sívai). Nos dice más bien todas las cosas y no todo (oXog), y dioses,
más que divinidad (Osirnv). ¿Qué nos dice, más bien alegóricamente, del
sabio antiguo que hemos perfilado? No es una sola cosa la que mueve el
mundo, y ese movimiento no es uniforme, ni debido a una única
voluntad: son muchos dioses, como muchos los hombres de la polis, los
que mueven el mundo, y no tanto el mundo silvestre, sino aquel propio
del hombre. No es la totalidad por lo que se preocupa este sabio, sino por
su vida y la de los suyos. Si todo está lleno de dioses, toda ciudad también
tiene su propio óaíp.rnv (daimon, semidioses benefactores de los dioses),
que procura el bien para ella; y ese bien no sería abstracto y teórico, sino
práctico y concreto.
32 Ibíd. Además, todos ellos tenían fines prácticos en la mira. Su profesión consiste en
enseñar lo bueno, y esto es explicado como el poder de dirigir Estados y familias como
es debido. En la práctica, esto funcionaba de un modo bien curioso, en particular en
un Estado democrático como Atenas.
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principios) y del vovg (la facultad intuitiva de los principios) con respecto
a los objetos más valiosos.
Al sabio, por su parte, lo describe como un hombre cuya actividad
consiste en la contemplación de la sabiduría tal y como la acabamos de
mostrar, que es autosuficiente (amapxog), pues la sabiduría no necesita
de otra actividad para ser perfecta, y que en este sentido participa de la
divinidad; aunque no totalmente, ya que está ligado a las cosas necesarias
de la vida humana y a la ayuda de los amigos. Como nos indica Guthrie,
el sabio es un hombre, y por esta condición de aévoÁov, “los hombres
están obstaculizados por la materia (...) [y] por esa razón no pueden
ejercitar de un modo ininterrumpido lo más elevado que hay en ellos”.34
Así, pues, el sabio es humano, por lo tanto, limitado y sujeto a la
naturaleza; pero por el voog también es un ser divino. Esta parte de la
descripción resulta fundamental para nuestra comprensión, porque liga al
Estagirita a su pasado académico. En efecto, en el Timeo de Platón, al
cual Aristóteles gustaba referirse, encontramos una descripción bastante
curiosa. Cuando Timeo cuenta a Sócrates la historia de cómo el
Demiurgo formó el mundo a partir de las Ideas Eternas, describe su
creación de esta manera:
34 GUTHRIE, W.K.C (1990) Historia de la filosofía griega, Tomo IV. Madrid: Editorial
Gredos. pg. 407.
35 PLATÓN. Timeo. 34b.
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Referencias
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SO C JF.D A D ,ARTE.
U L9IETN CEIAR IO R
, FILOSOFÍA