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Autoerotismo Sexo Mágico
Autoerotismo Sexo Mágico
EN LA CORRIENTE SINIESTRA
Por Nikolas Schreck y Zeena Schreck
(Traducido por Manon de Demons of the Flesh)
Ejercicios Autoeróticos
Cuando hayas logrado algún éxito con los ejercicios anteriores, experimenta con
el aquietamiento de cualquier pensamiento verbalmente formado durante la excitación
sexual y el orgasmo; tu meta es conseguir un silencio mental completo durante la
excitación y el orgasmo. Si tu mente opera como la mayoría, encontrarás cercano a lo
imposible parar deliberadamente el parloteo interno que genera. Deberías ya de haberte
aplicado a la disciplina del entrenamiento yóguico, habiendo aprendido a contener el
flujo de esta naturalmente ocurrente hemorragia de pensamiento incontrolado.
Cualquier forma de magia, que es la reforma de la maya macrocósmica por la reforma
de la maya microcósmica interna de la psique conforme a la voluntad, es imposible de
ejecutar hasta que esta habilidad de aquietamiento del pensamiento haya sido asegurada.
Para el adepto que sea específicamente atraído por la magia sexual del sendero de la
mano izquierda, este talento es amaestrado mejor a través del autoerotismo antes de
involucrarse en magia sexual con otros. Por lo menos, intentar el aquietamiento de la
mente durante la excitación sexual y el orgasmo hará que te des cuenta de por qué los
Tántricos del Vama Marga dediquen al menos un año a la respiración, el mantra, la
meditación y las técnicas básicas antes de que el rito secreto con una shakti pueda ser
realizado.
Ahora selecciona una imagen familiar y simple de tu entorno inmediato sobre la
que enfocarte, preferiblemente un objeto inanimado. Estudia el objeto por tanto rato
como lo requieras para memorizar su apariencia en detalle. Puedes notar la poca
atención que realmente prestas a todo sino los más obvios rasgos de cualquier fenómeno
material dado. Con los ojos cerrados, en una habitación oscura, o bajo el cielo nocturno,
esfuérzate en visualizar la imagen por un periodo de tiempo dado. Durante tus primeros
esfuerzos, probablemente notarás que la imagen tiene una tendencia a cambiar
drásticamente. Su tamaño se alterará, cambiará de color, incluso puede convertirse en
alguna otra cosa. Conforme la mente vagabundee desde la imagen original sobre la que
estabas concentrando tu atención, te darás cuenta de que el objeto es un claro símbolo
visual de lo difícil que es enfocarse por un tiempo prolongado sobre cualquier forma de
pensamiento sin distraerse. En la medida que tu habilidad para controlar la visualización
de la imagen mejora, así lo hará la capacidad relacionada para mantener un pensamiento
elegido, una ayuda invalorable para el trabajo mágico.
Practica repetidamente tu habilidad para mantener el objeto imaginado sin
transformaciones, esforzándote en estabilizar la apariencia de la imagen enteramente.
Cuando puedas visualizar con confianza el objeto en el ojo de tu mente sin ninguna
transformación de su apariencia subsecuente - un logro que bien podría requerir una
gran cantidad de práctica - empieza experimentando cautamente con el cambio
deliberado de la apariencia de la imagen. Selecciona diferentes colores para el objeto, o
modifica su tamaño o forma. Cuando hayas logrado la habilidad para decidir qué
parecerá el objeto a voluntad con tus ojos cerrados, intenta visualizar el objeto con tus
ojos abiertos. Nota también que esto es intentado mejor en la oscuridad; la luz provee
distracciones innecesarias.
Comprueba tu habilidad para recordar la información visual adecuadamente.
Estudia una fotografía hasta que creas que has memorizado su apariencia en detalle.
Cierra tus ojos e intenta ver la fotografía en su totalidad. Después abre tus ojos y
localiza los detalles de la imagen en los que hayas fallado un poco al incluirlos en tu
imagen mental. Aprenderás que la mente tiende a absorber la información visual en una
forma de taquigrafía impresionista, a menudo dando preponderancia a los factores
mayores, prefiriendo ver lo que quiere ver en lugar de lo que realmente hay. Una de las
técnicas más útiles para perfeccionar tu visualización interna es simplemente entrenar
laboriosamente el ojo, para ser un más preciso dispositivo de registro. Las personas
agraciadas con la así llamada memoria fotográfica están dotadas con una gran ventaja
que puede ser explotada para el trabajo mágico.
Cuando estés satisfecho de haber logrado una competencia razonable con la
visualización controlada, intenta combinar esta con la estimulación autoerótica y el
orgasmo. Tu meta debería ser retener una aguda y detallada consciencia sensorial de la
imagen visualizada incluso en un elevado estado de excitación erótica, y especialmente
en la cumbre del orgasmo. Inicialmente, puede que encuentres que el aumento de la
respiración profunda y la excitación sexual desvíe tu atención de la imagen, provocando
que el objeto visualizado oscile o se desvanezca completamente. Algunos serán capaces
de mantener exitosamente la imagen en su visión sólo hasta el instante del orgasmo.
Otros encontrarán que el foco mental necesario para concentrarse sobre la imagen
reduce substancialmente el deseo sexual, no permitiendo el clímax. Con la repetición,
deberías ser capaz de lograr completamente tanto la visualización controlada como el
orgasmo enérgico sin disminución apreciable de la excitación sexual o la concentración
mental. Aunque no hayamos añadido todavía el factor crucial de un deseo decidido a
este ejercicio, la habilidad para equilibrar la generación de una imagen mental
consistente con la simultánea generación y liberación de energía sexual te ha
introducido a las funciones psicosexuales básicas necesarias para la hechicería sexual.
Una vez hayas conquistado esta difícil facultad, el resto de tu entrenamiento sexo-
mágico consiste principalmente en el refinamiento de esta habilidad y añadido
progresivo de estratos personales de significado a tus experimentos de magia sexual.
Una vez has logrado un nivel consistente de éxito en proyectar una imagen visual sobre
tu pantalla mental, deberías crear el hábito de utilizar otras imágenes frecuentemente,
añadiendo progresivamente complejidad a tus ejercicios. Una vez los objetos
inanimados hayan sido amaestrados, pasa a imágenes menos fácilmente fijadas, tales
como seres humanos. Practica la realización de visualizaciones adecuadas de personas
que conozcas bien, así como de individuos que no hayas visto en años.
Durante los ejercicios autoeróticos, intenta proyectar películas tridimensionales
creíbles en tu mente, pobladas con un reparto de tu elección. Durante esta fase de tu
autoiniciación, el significado es menos importante que la adecuada visualización.
Permite que estos escenarios internos corran salvajemente, empujando los límites de tu
imaginación hacia su más lejana frontera. El triunfo en este ejercicio habrá sido
alcanzado cuando tus visualizaciones sean tan vívidas y tan detalladas como tus más
memorables sueños. De hecho, la visualización mágica podría ser vista como un tipo de
sueño, difiriendo de los sueños ordinarios en que estás completamente despierto y que
estás orquestando y controlando deliberadamente el contenido visual que observas.
No te decepciones si tus esfuerzos iniciales son más bien planos, marcados por
un color tenue, y una oscuridad en los puntos finos. La práctica diaria mejorará tus
esfuerzos tremendamente. Conforme tus poderes de visualización se vuelvan más
refinados, tus primeros y torpes esfuerzos darán paso a una mucho más grande claridad,
viveza de color, detalle y profundidad de perspectiva. Al crear un mucho más
sofisticado y complejo mundo interior compuesto de visualizaciones, estás
desarrollando algo mucho más que una agudización de la imaginería. Realmente estás
ejercitando la habilidad divina de crear un reflejo adecuado del mundo. Este reflejo
mágico de la realidad pronto será alterado por tu voluntad sexualmente energizada,
creando así alteraciones en el mundo en sí mismo.