¡Hola Nata! Espero que el día que estés leyendo esta
carta te encuentres muy bien. No soy buena haciendo esto, pero solamente quiero felicitarte por tu cumpleaños ¡Felices 56! La vida hasta ahora te ha tratado muy bonito y te mereces todo aquello que te haga feliz. Además, quiero agradecerte por algo muy especial en el que tu talento y tu buen humor me ayudo a enfrentar. El pasado 13 de abril de este año, lamentablemente mi abuelita perdió la batalla contra el Covid, fue un momento difícil para todos, particularmente para mí que fui la única en la familia que no tuvo la oportunidad de verla en sus últimos días Pero tú dirás ¿En dónde estoy yo en todo esto? Pues bueno, durante muchas noches después se me hacía imposible poder dormir y tener un buen ánimo, es ahí donde llegas tú… Después de orar me colocaba a ver tus entrevistas, a escucharte cantar y verme las Vegas, poco a poco mi tristeza se fue yendo gracias a que tu alegría traspasaba la pantalla en esas noches donde el alma no podía sola. Con todo esto, quiero darte las gracias por el ser tan maravilloso que eres, no te imaginas las vibras tan altas que le trasmites a las personas que te queremos y admiramos cada día. Solamente le pido a Dios que te bendiga, para que sigas siendo bendición para las demás personas. Te mando un caluroso abrazo desde Santa Marta para ti y para Ricky, espero poder conocerlos pronto. Con cariño, Delcy Ortiz.