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Se les ha tachado de independientes y ariscos.

Pero a los gatos les gustan


las personas tanto como a los perros. Algo que podría corroborar
cualquiera que comparta morada con ellos y que también constata la
ciencia. Pero este no es el único mito en torno a estos animales. Puede
que muchos de sus amos pasen por alto algunos aspectos básicos para
su bienestar y que, con la mejor de las intenciones, comentan
algunos errores que pueden resultar dañinos para el animal.

La sabiduría popular se ha encargado de perpetuar falsos clichés en torno


a los felinos y muchos de ellos pueden estar afectando a su carácter y a
su salud: desde entrenarlos, inconscientemente, para que arañen, hasta
exponerlos a plantas potencialmente peligrosas para ellos.

A continuación se exponen algunos de los errores más frecuentes entre


quienes conviven con gatos y los hábitos que deberías cambiar si no
quieres empañar la convivencia con los mininos.

1. Calmarlo si está a la defensiva (o a la ofensiva)

La agresión es el segundo problema de comportamiento felino más


común, según los expertos. “Entender lo que los gatos quieren comunicar
a través de su lenguaje corporal es esencial para los padres de felinos.
Esto les permitirá comprender sus sentimientos y motivaciones. También
les ayudará a responder de manera efectiva a problemas de
comportamiento como la agresión”, comparten desde ASPCA (sociedad
americana para la prevención de la crueldad animal).

El lenguaje corporal de los gatos se interpreta a través de sus posturas,


expresiones faciales y la posición de ciertas partes del cuerpo como las
orejas, la cola e incluso los bigotes. Por ejemplo, si mantiene las patas
traseras rígidas con el trasero elevado y la espalda inclinada hacia abajo,
hacia la cabeza, está en posición ofensiva. Al igual que si mantiene una
mirada directa o las orejas en vertical, con la espalda ligeramente girada
hacia adelante. “La regla de oro es no tocar, ni intentar tranquilizar o
castigar a los que muestran estas posturas”, añaden. Si se presentan estos
comportamientos de forma reiterada, la recomendación es acudir a un
profesional.

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