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Tema 42 Procesal Civil 3-3-2015
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misma haya alcanzado firmeza, no dispone de otro medio ordinario de defensa que
el de utilizar los recursos previstos en la Ley.
4) En aquellos otros casos en los que el demandado ha permanecido involuntaria
y constantemente en situación procesal de rebeldía, y se encuentra con una senten-
cia firme dictada en su contra, sin haber tenido nunca la oportunidad de ser oído en
el proceso ni la de recurrir dicha resolución, el ordenamiento jurídico le confiere un
medio de impugnación para lograr la rescisión de la sentencia firme y permitirle la
posibilidad de realizar todos los actos procesales que convengan a su defensa, desde
la contestación a la demanda.
plenario posterior sobre el mismo objeto, en el que el rebelde podrá realizar las ale-
gaciones y proponer los medios de prueba que convengan a su defensa (art. 503 en
relación con el 447).
B) Sustanciación de la audiencia
a) Fase de alegaciones: La fase de alegaciones comienza con la entrega de los au-
tos al demandado a quien se concedió la audiencia, por plazo de diez días, para que
pueda exponer y pedir lo que a su derecho convenga, lo que deberá hacer en la for-
ma prevenida para la contestación a la demanda (art. 507.1.1ª). Dicha contestación
se acomodará en su contenido y en su forma a lo establecido para el juicio ordinario
en el artículo 405, aunque luego deba proseguir el proceso, por razón de su objeto o
en consideración a su cuantía, por los trámites del juicio verbal.
El demandado podrá alegar todo lo que sea propio de la contestación a la deman-
da, y podrá formular reconvención, que se ajustará a las exigencias de forma y conte-
nido establecidas en el artículo 406 LEC. Del escrito de contestación y documentos
que se aportaren se deberá dar traslado a las demás partes que comparecieron en
el anterior proceso, y en adelante se seguirán los trámites del juicio declarativo que
corresponda.
b) Tramitación posterior: En esta segunda fase o de continuación del juicio, el
rebelde podrá proponer toda la prueba que le convenga, procediéndose a la práctica
de la que se admitiere conforme a las reglas propias del proceso de que se trate.
La cuestión que se suscita como problemática en esta fase no es la de la prueba
que proponga el rebelde, sino la de si las demás partes comparecidas en el proceso
seguido en rebeldía deben reproducir en el proceso reabierto la prueba que ya se
practicó a su instancia en el anterior. El art. 507 LEC no contiene ninguna previsión
acerca de la eficacia que puedan desplegar en el proceso los actos procesales válida-
mente realizados en el anterior juicio, pero si estos actos se realizaron en su momen-
to con observancia de las normas por los que se rigen, no existe razón para entender
que deban quedar sin efecto como consecuencia de la rescisión de la sentencia, de
modo que los actos de alegación y de prueba realizados por las partes comparecidas
en el anterior proceso deberán conservar su valor y no precisarán ser reproducidos
en la fase de audiencia. Sin perjuicio de ello, el demandante podrá proponer nuevos
medios de prueba en el proceso reabierto para contradecir las alegaciones efectua-
das por el demandado en su escrito de contestación.
C) Sentencia
La sentencia que se dicte deberá resolver de nuevo la cuestión o cuestiones ob-
jeto del proceso, tomando en consideración las alegaciones efectuadas y las prue-
bas practicadas en él, tanto las del procedimiento reabierto para la nueva audiencia,
como las del inicialmente seguido en rebeldía, y contra ella podrán interponerse los
recursos previstos en la Ley (art. 507.1.3ª). Pero si el demandado a quien se concedió
la audiencia no hubiere formulado alegaciones en el trámite al efecto conferido, se
entenderá que renuncia a ser oído y la sentencia que se dicte deberá pronunciarse
en los mismos términos que la anterior rescindida, sin que contra ella quepa recurso
alguno (art. 508).
Los medios de impugnación de las sentencias firmes 42 /8
A) Concepto y fundamento
Aunque tradicionalmente se le había denominado recurso (quizás por los motivos
tasados que le otorgan carácter extraordinario y por lo excepcional de una medida
que afecta a la cosa juzgada), la revisión es, en realidad, un nuevo proceso en el que
se ejercita una pretensión autónoma y distinta de la que se ejercitó en el proceso an-
terior, basada en hechos que han aparecido fuera del mismo y que no fueron objeto
de alegación y decisión en él.
El Código Civil denomina con propiedad a este instrumento procesal “juicio de revisión”
(art. 1252). En la LEC no se utiliza ningún sustantivo para designarlo (se le llama simplemen-
te revisión), pero el empleo de determinadas expresiones, como “demanda de revisión” (arts.
513.1 y 514), el tratamiento procedimental que se otorga a su sustanciación (art. 514) y la
misma ubicación sistemática de su regulación, ponen de relieve que se le atribuye el carácter
de proceso autónomo en el que se ejercita una pretensión constitutiva tendente a modificar
la situación jurídica creada con la sentencia firme dictada en un proceso anterior.
B) Resoluciones impugnables
La revisión únicamente procede respecto de las sentencias que hayan alcanzado
la condición de firmes y que produzcan efectos de cosa juzgada material, es decir,
aquellas que estimando o desestimando lo que sea objeto del pleito, resuelven de-
finitivamente la cuestión litigiosa, excluyendo cualquier proceso ulterior sobre la
misma materia entre las personas y en las circunstancias establecidas en el artículo
222 LEC. No resultará, por tanto, procedente este medio de impugnación respecto
de los autos, ni tampoco respecto de las sentencias firmes dictadas en los procesos
sumarios (art. 447), pues tras la sustanciación de los mismos existe la posibilidad de
promover un juicio plenario posterior sobre el mismo objeto.
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C) Causas de revisión
La posibilidad de impugnar la cosa juzgada exige, por su propia excepcionalidad,
la taxativa determinación legal de las causas que lo permitan. A ellas se refiere el art.
510 LEC, en el que se enumeran cuatro motivos, cuyas características comunes son
las siguientes:
a) Características comunes
1) Los hechos que dan lugar a la revisión han de haberse producido fuera del
proceso en que se hubiere dictado la sentencia que se trata de impugnar. Los hechos
alegados y discutidos dentro del proceso no constituyen novedad alguna que pueda
dar lugar a la revisión, pues ya debieron ser tenidos en cuenta al dictar sentencia, y
su desconocimiento o su errónea valoración debe denunciarse y resolverse por la
vía ordinaria que ofrecen los recursos.
2) Tales hechos han de descubrirse con posterioridad al momento de haberse
dictado la sentencia objeto de la revisión o, más precisamente, con posterioridad al
último momento en que hubiere sido posible su alegación o aportación al proceso
en que dicha sentencia se dictó.
3) Entre el hecho integrante del motivo alegado y la sentencia firme cuya resci-
sión se pretende, ha de darse una relación decisiva de probable eficacia causal, de
modo tal que de no haber existido aquel hecho o de haberse tenido conocimiento
del mismo en el proceso, el fallo de la sentencia podría haber sido distinto.
revisión, con base en este motivo, en aquellos supuestos en los que el documento que se dice
recobrado u obtenido se hallara en poder o a disposición de la parte que la promueve, o al
alcance de la misma en cualquier protocolo, archivo u organismo público.
Por documento se deberá entender, tanto los públicos como los privados, así como los
medios de reproducción de la palabra, el sonido y la imagen, y los instrumentos que permitan
archivar y reconocer o reproducir palabras, datos cifras y operaciones matemáticas llevadas a
cabo con fines contables o de otra clase, a los que se refiere el artículo 299 LEC. Y para que,
con base en ellos, pueda acogerse la pretensión de revisión, es inexcusable que se trate de
documentos “decisivos”, es decir suficientes por sí mismos para poder provocar un pronun-
ciamiento distinto al recaído en la sentencia impugnada.
3º) Si hubiere recaído en virtud de prueba testifical o pericial, y los testigos o los
peritos hubieren sido condenados por falso testimonio dado en las declaraciones
que sirvieron de fundamento a la sentencia.
La jurisprudencia ha venido exigiendo, con relación a este motivo, la concurrencia de los
dos siguientes requisitos: 1) Que el testimonio o la pericia hayan sido decisivos en relación
con el contenido del pronunciamiento de la sentencia; y 2) Que el testimonio del testigo o
el dictamen del perito hayan sido declarados falsos en un proceso penal en el que se haya
condenado a dichos testigos o peritos por el delito de falso testimonio (arts. 458 a 461 CP).
Esta sentencia penal firme condenatoria constituye, pues, el hecho jurídico mismo en que se
basa la procedencia y la prosperabilidad de este motivo de revisión.
D) Presupuestos procesales
a) Competencia
Conforme a lo dispuesto en el art. 509 en relación con los arts. 56.1 y 73.1 b) de
la LOPJ, en su actual redacción, la competencia para conocer del proceso de revisión
se atribuye:
1.º) Con carácter general, al Tribunal Supremo (art. 56.1 LOPJ).
2.º) A las Salas de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia cuando
concurran las siguientes circunstancias: 1) Que se trate de sentencias dictadas por
órganos jurisdiccionales con sede en la comunidad autónoma; 2) Que el correspon-
diente Estatuto de Autonomía haya previsto dicha atribución; y 3) Que la demanda de
revisión se interponga contra sentencias que apliquen normas propias del Derecho
civil foral o especial propio de la comunidad (art. 73.1 b LOPJ).
La previsión estatutaria, referida a las sentencias dictadas en materia de Derecho civil
propio de cada Comunidad Autónoma, se contiene en los Estatutos del País Vasco (art. 14.1),
Cataluña (art. 20.1), Galicia (art. 22.1), Murcia (art. 35.1), Valencia (art. 40.1), Aragón (art.
29.1), Navarra (art. 61.1), Extremadura (art. 45.1) y Baleares (art. 49.1).
b) Legitimación
a’) Activa: La legitimación activa para interponer la demanda de revisión se atri-
buye a quien hubiere sido parte perjudicada por la sentencia firme impugnada (art.
511). La cualidad de parte legítima corresponde, en principio, a quienes hubieren
comparecido y actuado en el anterior juicio como titulares de la relación jurídica u
objeto litigioso, tanto si intervinieron como demandantes cuanto si lo hicieron como
demandados (art. 10). Pero la noción de parte legítima para solicitar la revisión debe
completarse con el requisito del gravamen exigido por este artículo 511 al referirse
a la “parte perjudicada”, de lo que se deriva una doble consecuencia:
1) Sólo podrá promover la revisión quien haya resultado perjudicado por la sen-
tencia firme dictada en el proceso de que se trate, al haberle sido desestimada en
todo o en parte la pretensión o la resistencia deducida en él. Aunque concurran los
supuestos de hecho recogidos en el artículo 510 LEC como motivos del juicio revi-
sión, no podrá promoverlo el demandante a quien se estimó íntegramente la deman-
da ni el demandado que resultó absuelto.
2) La jurisprudencia ha venido entendiendo que además de quienes fueron parte
en el proceso anterior, están también legitimados para interponer la demanda de re-
visión quienes no habiendo intervenido como parte en él pudieron haberlo hecho y
hayan de quedar afectados desfavorablemente por el resultado de la sentencia dicta-
da en el mismo, concretamente todos aquellos que por estar interesados directamen-
te en la relación objeto del litigio debieron ser llamados al proceso y no lo fueron,
viéndose luego afectados por el resultado del mismo.
b’) Pasiva: A la legitimación pasiva se refiere el artículo 514.1 cuando indica que
en el juicio de revisión se emplazará a cuantos hubieren litigado en el pleito cuya
sentencia se impugne, o a sus causahabientes, es decir, a quienes tras la finalización
del anterior proceso, hayan sucedido a los titulares de la relación jurídica en el deba-
tida y resuelta, ya sea por título “inter vivos” o “mortis causa”.
Los medios de impugnación de las sentencias firmes 42 /12
E) Requisitos
a) Plazo: El ejercicio de la pretensión de rescisión de una sentencia firme está
sometido a una doble limitación temporal:
1) Solamente es posible promover el juicio de revisión dentro de un determinado
período de tiempo que la Ley fija en cinco años, a contar desde la fecha de la publi-
cación de la sentencia.
2) Dentro de dicho período de cinco años, fuera del cual no cabe la revisión, el
plazo para el ejercicio de la acción es de tres meses, a contar desde el día en que se
tuvo conocimiento del hecho integrante del motivo que se invoca como fundamen-
to de la pretensión rescisoria, es decir, desde aquél en que se hubieren descubierto
los documentos nuevos, el cohecho, la violencia o el fraude, o se hubiere declarado
la falsedad (art. 512).
Los dos plazos son de caducidad y su observancia debe ser controlada de oficio por el ór-
gano jurisdiccional. Pero entre ellos existe una diferencia fundamental: si el plazo de 5 años
se ha incumplido, ello se podrá comprobar sin dificultad ninguna, toda vez que el día inicial
del cómputo está perfectamente fijado por un dato objetivo, referido en la ley a la fecha de
la publicación de la sentencia, y dará lugar a que se rechace de plano la demanda; por el
contrario, el conocimiento del hecho integrante del motivo, dentro del plazo de 3 meses, es
algo que debe acreditar el demandante, por lo que, normalmente sólo podrá decidirse sobre
su cumplimiento una vez tramitado el juicio de revisión.
F) Procedimiento
a) El escrito de demanda: El juicio de revisión, como todo proceso civil, ha de
comenzar mediante una demanda que ha de cumplir los requisitos de forma, de
postulación y de contenido exigidos con carácter general por el art. 399, y dirigirse
frente a todas las personas que fueron parte en el proceso cuya rescisión se solicita.
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A la demanda de revisión, aparte del documento acreditativo del poder del procu-
rador, se deberán acompañar el resguardo del depósito y los documentos en que la
parte funde su derecho a la tutela judicial que pretende, esto es: 1) Testimonio de la
sentencia firme objeto de la impugnación; 2) El documento o documentos en que se
funde el motivo o motivos alegados como fundamento de la revisión; y 3) Los demás
documentos que acrediten la procedencia de la pretensión ejercitada y los que justi-
fiquen su ejercicio dentro del plazo legalmente establecido.
b) Tramitación posterior: Admitida la demanda el secretario judicial solicitará
que se remitan al tribunal todas las actuaciones del pleito cuya sentencia se impug-
ne, y emplazará a cuantos en él hubieren litigado o a sus causahabientes, para que
en el plazo de veinte días contesten la demanda sosteniendo lo que convenga a su
derecho.
Si las personas emplazadas deciden comparecer y contestar deberán hacerlo cumpliendo
los requisitos de forma y de contenido que para dicho acto procesal se establece en el artículo
405 LEC, pudiendo adoptar cualquiera de las siguientes actitudes: a) Oponerse a la pretensión
de revisión, alegando las excepciones procesales que se consideren oportunas o las razones
de fondo que se estimen adecuadas para la desestimación del motivo o motivos invocados por
el actor. b) Adoptar una actitud de indiferencia, solicitando que se resuelva lo procedente con
arreglo a Derecho. c) Apoyar la pretensión de revisión, por entender que concurre el motivo
invocado por el actor. Esta actitud de adhesión no puede equipararse al allanamiento, al no
tener el demandado la disponibilidad de lo que constituye el objeto de la revisión.
Una vez contestada la demanda o transcurrido el plazo señalado sin haberlo he-
cho, se dará a las actuaciones la tramitación establecida para el juicio verbal, siendo
admisibles todos los medios de prueba reconocidos en el art. 299 que resulten útiles
y pertinentes para acreditar la realidad y procedencia del motivo o motivos que se
invoquen.
Antes de que se dicte sentencia el Ministerio Fiscal deberá informar sobre si ha o
no lugar a la estimación de la demanda.
No se dispone en la ley la forma ni el momento preciso en que el Ministerio Fiscal deba
evacuar este trámite de informe, pero en atención a lo que constituye su objeto parece que
lo procedente será darle traslado de las actuaciones, una vez practicadas las pruebas y con-
cluida la vista, para que emita informe por escrito en el plazo que se le señale y las devuelva;
aunque también cabría darle vista de las mismas durante el plazo que se fijara, a fin de que
se instruyera y emitiera luego el informe oralmente el día que al efecto se señalare, con asis-
tencia e intervención de las partes.