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Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

Espacios escolares, funciones y tareas:


La ubicación de la dirección escolar
en la escuela graduada

por Antonio VIÑAO FRAGO


Universidad de Murcia

El principio o supuesto teórico en el dicha ubicación y disposición física que


que se fundamenta este artículo es un han tenido lugar en España en relación
principio básico y, quizás por ello, sim- con la escuela graduada, es decir, con
ple: la ubicación y disposición física de aquel tipo de organización escolar cuya
los espacios destinados a una finalidad o implantación progresiva a partir de los
función determinada en el seno de cual- primeros años del siglo XX implicaba la
quier institución reflejan tanto su impor- aparición de la dirección escolar en la en-
tancia como la concepción que se tiene señanza primaria. Pero antes parece ne-
sobre la naturaleza, el papel y las tareas cesario realizar algunas consideraciones
asignadas a dicha función. Su aplicación de índole general sobre la configuración
al campo de la arquitectura escolar en del espacio escolar como lugar y como te- año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304
sus relaciones con la organización de los rritorio y la génesis y evolución de la di-
centros docentes y, más en concreto, con rección escolar en la escuela graduada,
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la función directiva (referible a cualquier así como una breve indicación previa so-
otro espacio escolar como la sala de pro- bre los fundamentos teórico–metodológi-
fesores o la biblioteca, por poner otros cos en los que se apoya este trabajo.
ejemplos) es asimismo simple: la ubica-
ción en el edificio o recinto escolar y la Uno de los aspectos que caracterizan
disposición física de las dependencias o lo que se ha dado en llamar la «nueva»
espacios destinados a la dirección del cen- historia cultural de la educación (en ínti-
tro docente reflejan las diferentes con- ma relación con la «nueva» historia del
cepciones que se tienen sobre su currículum, de la etnohistoria de las ins-
naturaleza, papel y funciones. tituciones educativas y de la cultura es-
colar) es la ruptura de la separación entre
Para mostrarlo se analizarán algunas la historia de las ideas pedagógicas, la
de las propuestas y materializaciones de de las instituciones educativas y la de la
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materialidad de las prácticas que se lle- sobre su materialidad física como lugar y
van a cabo en dichas instituciones. Es como territorio.
más, al poner el acento en el análisis,
antes desatendido, de estas últimas, lo 1. El espacio escolar como lugar y
que hacen quienes siguen esta línea teó- como territorio
rico–metodólogica es reconfigurar la «vie- Uno de los elementos clave en la con-
ja» historia de las ideas pedagógicas «al figuración de la cultura escolar de una
tiempo que se desvanece el interés por el determinada institución educativa, junto
estudio de las ideas desvinculadas de la con la distribución y usos del tiempo y
materialidad de los dispositivos que las los discursos y tecnologías de la conver-
ponen en circulación y de las prácticas sación y comunicación utilizados, es la
de los agentes que las producen o se las distribución y usos del espacio, o sea, la
apropian». Es decir, al tiempo que nace doble configuración de este último como
una historia cultural de las tradiciones e lugar y como territorio.
ideas pedagógicas interesada, sobre todo,
por la «materialidad» de su «producción, La constitución del espacio como lu-
circulación, imposición y apropiación», o gar, ese «salto cualitativo» que implica el
sea, por la «materialidad de las prácti- paso desde el espacio al lugar, es el re-
cas», de los «objetos» y de sus «usos» [1], sultado de su ocupación y utilización por
así como por los procesos de (re)inter- el ser humano. El espacio se proyecta, se
pretación, adaptación e hibridación de di- mira o se imagina, el lugar se construye.
chas ideas, discursos, prácticas y objetos Es, pues, una construcción realizada a
que tienen lugar en el seno de las insti- partir del espacio como soporte siempre
tuciones educativas, en especial a cargo disponible para convertirse en lugar, para
de los profesores, pero no sólo de ellos. ser construido y utilizado [2]. En este sen-
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En este sentido, en este trabajo no sólo tido, la institución escolar ocupa un es-
se pretende analizar la producción, pacio que deviene, por ello, lugar. Un
fundamentación y difusión de las ideas lugar específico, con unas características
determinadas, al que se va, en el que se
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pedagógicas o propuestas teóricas sobre


la ubicación y disposición de la dirección permanece unas ciertas horas de unos
ciertos días, y del que se viene. Al mismo
escolar, sino también, en contraste con
tiempo, esta ocupación del espacio, y su
las mismas, los procesos de apropiación
conversión en lugar escolar, lleva consi-
y adaptación de dichas ideas y, en la me-
go su vivencia como territorio por quie-
dida de lo posible, las prácticas más ge-
nes con él se relacionan. De este modo es
neralizadas acerca de ambas cuestiones.
cómo, a partir de una noción objetiva, la
Todo ello, como se ha dicho, para captar
de espacio–lugar, surge una noción sub-
las relaciones existentes entre la natura-
jetiva, una vivencia individual o grupal,
leza, papel y funciones atribuidos a la la de espacio-territorio.
dirección escolar y las propuestas y ma-
terialización sobre la configuración del Tres han sido las tendencias históri-
espacio destinado a la misma, es decir, cas dominantes en la configuración del
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espacio escolar como lugar: su estabili- e importancia, para el conocimiento de la


dad, su independencia física y su especi- cultura escolar de una institución educa-
ficidad [3]. La institución escolar (utilizo tiva determinada, de analizar dicha seg-
este término para referirme a cualquier mentación y, junto con ella, la distri-
institución educativa) ha tendido con el bución y usos de los espacios–lugares que
tiempo a ocupar espacios estables —ha resultan de la misma.
rehuido el nomadismo y el peripatis-
mo—, físicamente separados de cualquier En último término, la configuración
otra institución eclesiástica —templos, ca- del espacio escolar como un lugar especí-
tedrales, conventos— o civil —ayunta- fico y un territorio acotado, poroso y
mientos—, y específicamente construidos segmentado debe ponerse en relación,
para tal fin y función de acuerdo con dis- para tener un sentido, con la concepción
posiciones o diseños propios que la iden- de la arquitectura escolar como discurso
tifican como tal institución educativa, de material y forma de lenguaje no verbal
ahí que se hable de locales habilitados o que transmite jerarquías, valores, prin-
provisionales cuando se ocupan espacios cipios de orden y clasificación, represen-
construidos con otro fin. Considerado taciones mentales y, como tal lenguaje,
como territorio, el espacio–lugar escolar significados simbólicos o reales más o me-
implica una triple dialéctica entre: a) lo nos evidentes [5]. Sólo desde esta pers-
interno y lo externo: lo que es escuela y pectiva será posible captar los principios,
lo que queda fuera de ella, lo que está en significados y representaciones que
el aula o en otro espacio escolar y lo que subyacen en las ideas, propuestas y prác-
esta fuera del mismo; b) lo cerrado y lo ticas sobre la configuración de la direc-
abierto: estructuras cortantes o herméti- ción, o de otras dependencias, como un
cas frente a estructuras de transición o lugar y un territorio específico del espa-
porosas; y c) lo propio, lo común y lo aje-
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cio escolar.
no: «mi» o «nuestra» aula, «mi» pupitre,
etc.. Desde esta perspectiva la institu-
ción escolar constituye un territorio aco-
2. El espacio escolar: distribución
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tado, de límites más o menos establecidos, y usos


con diversos grados de porosidad en rela- La consideración del espacio escolar
ción con el medio exterior —desde el in- como un espacio segmentado en el que se
ternado-cuartel a la escuela al aire libre distinguen, en primer lugar, las zonas
o la ciudad educativa—, e internamente edificadas de las no edificadas y, dentro
segmentado o parcelado en función de los de ambas, las adscritas a una o a más de
distintos usos o tareas a realizar en el una función o tarea de los espacios libres
mismo. El espacio escolar deviene así, en de asignación y abiertos por tanto a posi-
su despliegue interno, un espacio bles adscripciones futuras, plantea, como
segmentado en el que el ocultamiento y primera cuestión, la existencia o inexis-
el cierre pugnan, en general por razones tencia de un espacio específico para una
de control, con la visibilidad, la apertura determinada función o tarea. Su inexis-
y la transparencia [4]. De ahí la utilidad tencia indicaría, en cada caso, la consi-

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deración de dicha tarea como no necesa- y Vargas, habían sido aprobados, entre
ria o la escasa importancia a ella asigna- otras razones, por «la acertadísima y fe-
da. Su existencia, a sensu contrario, sería liz idea de colocar en lugar preferente la
un buen indicador de la relevancia ini- Biblioteca, como el centro de donde parte
cial de la misma. Y, junto a ella, serían e irradia, por decirlo así, la instrucción»
también buenos indicadores su ubicación, (figura 1). Los arquitectos, en efecto, ha-
su relación con otros espacios, sus dimen- bían ubicado la biblioteca en una posi-
siones y su disposición interna. Valgan ción axial en relación con el conjunto del
dos ejemplos bien diferentes, pero en el edificio, fácilmente accesible desde el ex-
fondo similares, para mostrar lo dicho: el terior para servir también de biblioteca
primero se refiere a las bibliotecas esco- popular. Pero dicha ubicación tenía, al
lares y el segundo a las capillas. mismo tiempo, un carácter simbólico o
alegórico claramente apreciable al situar
En el primer caso, tras la revolución la biblioteca, como se decía, en primer
de octubre de 1868, un Decreto-ley de 18 término y en «lugar preferente», respecto
de enero de 1869 intentaría por primera de la cual el aula ocupaba un lugar se-
vez en España llevar a cabo un progra- cundario [6].
ma de construcción de escuelas de ense-
ñanza primaria, por supuesto no En igual sentido, otro intento fallido,
graduadas. Unas escuelas que, según su pero no por ello menos interesante, de
artículo 2º, debían constar de un salón configurar las bibliotecas escolares (aho-
de clase o aula, un jardín, una casa para ra llamadas centros de recursos) como los
el maestro y una «sala para biblioteca». elementos centrales (desde un punto de
Esta exigencia hay que conectarla con la vista a la vez pedagógico y material o
creación, también promovida en 1869 por físico) de una reforma que también pre-
el gobierno revolucionario, de las llama- tendía unir renovación pedagógica y ar-
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das bibliotecas populares. Lo que se pre- quitectónica, se produjo en los primeros


tendía es que dichas bibliotecas escolares, años de la década de los 70 del siglo XX,
a cargo del maestro, fueran asimismo po- tras la aprobación en 1970 de la Ley Ge-
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pulares, es decir, abiertas al público en neral de Educación. De acuerdo con las


las horas no lectivas, por las tardes. Sin Orientaciones pedagógicas para la Edu-
embargo, las intenciones de algunos de cación General Básica, aprobadas por Or-
los arquitectos que presentaron sus pro- den ministerial 2 de diciembre de 1970,
yectos al concurso público convocado al y los programas de necesidades de cons-
efecto, y de la comisión encargada de juz- trucciones escolares, establecidos por otra
garlos, iban mucho más allá. Afectaban Orden de 4 de febrero de 1971, la Biblio-
a la concepción misma de la enseñanza. teca y Centro de Recursos, en ocasiones
Así, según dicha comisión, los cuatro ti- llamada Centro de Material de Instruc-
pos de escuela primaria presentados por ción, estaba llamada a ser un «elemento
la Escuela de Arquitectura, obra de los principal e imprescindible de la activi-
arquitectos Emilio Rodríguez Ayuso, dad escolar», una «agencia central para
Aníbal Álvarez y Enrique María Repullés la adquisición, producción, organización

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y distribución de los recursos de aprendi- frente a la cual, ya en el interior, se abría


zaje requeridos por alumnos y profeso- una capilla en forma de anfiteatro. Una
res»; el «centro de gravedad», en suma, capilla que, al ocupar una posición axial
«del espacio de aprendizaje». Un lugar en relación con el conjunto del edificio,
con todo tipo de materiales (libros, perió- constituía el eje arquitectónico en tor-
dicos, folletos, láminas y modelos, no al cual éste desplegaba sus dos alas,
diapositivas, filmes, microfilmes, discos, dando forma material y simbólica a la
cintas, mapas, pantallas, radio, tocadis- ideología nacional-católica que le daba
cos, máquinas de enseñar, receptores de vida [8].
televisión, proyectores, etc.) en el que se
llevaran a cabo funciones de ordenación, Los ejemplos, casos y situaciones po-
catalogación, producción, mantenimiento, drían sin dificultad ampliarse. Bien so-
inventario, almacenamiento, distribución, bre la existencia, ubicación y disposición
revisión, difusión, programación, evalua- de los espacios indicados —la biblioteca
ción y guía u orientación. Un espacio con y la capilla—, con el fin de mostrar la
«zonas de lectura, de actividades de gru- relación de los mismos con la concepción
pos pequeños, de audición de cintas y dis- que se tiene de su importancia, naturale-
cos y zonas de investigación y estudio za y funciones, bien sobre otros espacios
individual» que fuera, tanto desde un tales como los aseos, la sala de profeso-
punto de vista didáctico como material, res, la sala de alumnos, la sala de visi-
«el centro alrededor del cual se organiza- tas, el gimnasio, el gabinete médico o los
ra la actividad escolar» [7]. laboratorios. Y no sólo para conocer su
importancia, naturaleza y funciones, sino
El segundo ejemplo, relativo a la ubi- también los criterios que rigen la distri-
cación asimismo central de la capilla en bución y usos de los distintos espacios

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un centro docente, a diferencia del de escolares. Unos criterios que en ocasio-
1869 sí llegaría a materializarse, aunque nes son obvios y de índole práctica —por
con el paso del tiempo y la desaparición ejemplo el que las aulas de los alumnos revista española de pedagogía

del contexto ideológico-político en el que más pequeños se ubiquen en la planta


dicho establecimiento había sido diseña- baja, o el que la conserjería y los servi-
do y construido, el espacio destinado a la cios administrativos no se hallen muy dis-
capilla vería modificada su función al con- tantes de la entrada principal del
vertirse en los años 80 en un salón de edificio—, pero que siempre y en especial
actos. A principios de la década de los en ciertos casos, como sucede en el de la
40, en pleno auge de lo que se ha deno- dirección escolar, poseen significados más
minado nacional-catolicismo, se construi- o menos evidentes que van más allá de
ría un Instituto de segunda enseñanza lo utilitario y que guardan una relación
en la localidad de Lorca (Murcia). Su di- estrecha con las representaciones men-
seño era bien simple: dos alas simétricas tales que los distintos miembros de la
con aulas y otras dependencias, a dere- comunidad educativa se hacen o tienen
cha e izquierda de la entrada central, de ella.

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3. El espacio asignado a la asignado a este fin con carácter exclusi-


función directiva: indicadores vo o compartido con otras funciones y, en
este último caso, de un modo principal o
para su análisis secundario.
¿Qué elementos o rasgos son los que
nos permiten analizar el espacio adscrito En cuanto a la ubicación habría que
a la dirección de los establecimientos edu- considerar
cativos y su configuración como un lugar
y un territorio específico de los mismos? — Su proximidad o alejamiento de la
En primer lugar, como quedó dicho, su puerta y vestíbulo de entrada. El máxi-
existencia o inexistencia. En principio po- mo de alejamiento vendría dado por su
dría pensarse que la inexistencia de un ubicación al final de la planta alta del
espacio específicamente asignado a la fun- edificio y el mínimo por su inmediatez en
ción directiva —compartido o no con otras relación con dicha puerta o vestíbulo en
tareas o funciones— impide cualquier tipo la planta baja. En el primer caso ten-
de análisis del mismo. Sin embargo, este dríamos una dirección escasamente im-
es uno de esos casos en los que puede plicada en la vida cotidiana del centro
hablarse del lenguaje del silencio. Hay docente, distante de las familias, profe-
silencios que significan y dicen, que ha- sores y alumnos, y en el segundo una
blan por sí solos. Que, al menos en este dirección cuya proximidad con la entra-
caso, pueden indicar tanto lo innecesario da o vestíbulo de entrada la haría más
de su existencia —por ejemplo, en la es- accesible a dichos colectivos pero, al mis-
cuela de un solo maestro donde la inexis- mo tiempo, podría llegar a confundirse
tencia de un espacio específico para la con la conserjería o los servicios admi-
dirección se corresponde con la de dicha nistrativos.
función o tarea— como el intento, allí
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donde sí existe esta función o tarea, de — Su relación o vinculación con otros


minimizarla y reducirla a su mínima ex- espacios, en especial con la sala de profe-
presión. sores, la secretaría, la jefatura de estu-
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dios, la sala de juntas o reuniones, la


Allí donde se diseña, construye o con- conserjería, las aulas o servicios comu-
figura un espacio o lugar para la direc- nes tales como el museo escolar o la bi-
ción, los indicadores más útiles para blioteca. Dicha vinculación o separación
captar y analizar las representaciones y constituye un buen indicador acerca del
concepciones que se tienen acerca de su papel y funciones de la dirección en rela-
importancia, naturaleza y funciones son ción con las personas y actividades que
su especificidad, su ubicación, su accesi- en ellas se llevan a cabo.
bilidad, sus dimensiones y su disposición
o despliegue interno. — Su relación con las funciones disci-
plinarias y de vigilancia, usualmente
En cuanto a la especifidad, el espacio asignadas a la dirección, en especial so-
adscrito a la dirección puede haber sido bre los profesores y las actividades do-

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centes y, por tanto, con la visibilidad y el tiene acerca de la naturaleza y funciones


control que dicha ubicación facilita o di- de la dirección.
ficulta.
En síntesis, una primera dicotomía
Por lo que respecta a la accesibilidad abstracta, no referida a un centro docen-
importa conocer si ésta es directa, o sea, te determinado, ofrecería dos tipos o mo-
desde el vestíbulo o pasillo sin otros es- delos de dirección escolar en función de
pacios intermedios, o indirecta y media- su ubicación y disposición interna:
da, es decir, con una sala de espera u
otro tipo de espacio previo que es necesa- — Una concepción minimalista de la
rio atravesar para llegar a la dirección, dirección, en cuanto a su importancia o
así como el grado de apertura o cierre de funciones, que implicaría la inexistencia
la puerta o entrada a la dirección, y, como de un espacio específico para dicha tarea
ya se ha indicado, la proximidad o dis- o, como mucho, la reserva de un reduci-
tancia de dicha entrada con la del edifi- do espacio específico equiparable por sus
dimensiones, ubicación, accesibilidad y
cio escolar. El mayor o menor índice de
disposición interna, al de una conserje-
accesibilidad, distanciamiento o apertu-
ría u oficina administrativa.
ra nos indicará no sólo estilos distintos
de ejercer la dirección, sino también la
— Una concepción maximalista de la
concepción que se tiene sobre las relacio-
misma que ofrecería, a su vez, dos
nes de quien la ejerce con el resto de los subtipos. Uno de ellos, vigente en algu-
miembros de la comunidad educativa. nos colegios privados de elite o tradicio-
nales, en el que el despacho de la
Por otra parte, la dimensión del espa- dirección suele hallarse en lo más alto
cio de la dirección, en relación, como es del edificio, en la última planta y al final
obvio, con la de otros espacios y funcio-
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de un largo pasillo, sería el modelo
nes, constituye un indicador más de la maximalista distante y escasamente im-
importancia concedida a la misma. plicado en la vida cotidiana del centro
docente [9]. El otro, más propio hoy de
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Queda, por último, lo relativo a la dis- los colegios privados no tradicionales y


posición y despliegue interno de las per- de los centros docentes públicos de ense-
sonas y de los objetos en el espacio ñanza primaria y secundaria, responde
destinado a la dirección, así como al tipo al modelo de una dirección más cercana
de muebles —mesa y silla o sillón de la e implicada en la vida cotidiana del cen-
dirección, mesa de reuniones, sillas para tro, pero no tanto que pueda ser confun-
los visitantes, armarios, estantería para dida con la conserjería o la oficina
libros, archivadores, etc.— que alberga. administrativa. De ahí que suela estar
Ambos aspectos —objetos y mobiliario por junto a la sala de profesores y despachos
un lado y su disposición física en el des- de otros cargos directivos —jefatura de
pacho de la dirección por otro— pueden estudios, secretaría— o de determinados
asimismo constituir indicadores, plenos dependencias comunes en las que se con-
de significado, sobre la concepción que se serva el patrimonio histórico del centro
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docente —museo, biblioteca— y que, en cesivos intentos de extender dicho mode-


ocasiones, cuente con una sala de es- lo al resto de la red escolar pública, con
pera. escaso éxito, en 1905, 1910 y 1911, cada
vez se hizo más evidente que su difusión
4. La dirección escolar en los exigía la construcción de edificios escola-
orígenes de la escuela graduada: res con tal fin, así como la conjunción de
las iniciativas municipales y estatales,
concepciones en liza además de requerir un importante cam-
En sus manifestaciones mínimas la bio en la mentalidad y hábitos de trabajo
institución escolar requiere al menos un de los maestros. Todo ello implicaba re-
lugar dedicado a la tarea de enseñar y sistencias y obstáculos que explican la
aprender. En el espacio tradicional de la lenta implantación de la escuela gradua-
escuela-aula de un solo maestro o maes- da en España —en 1923 el 92 % de las
tra con niños y niñas desde los 5 a los escuelas eran no graduadas, en 1935 el
12/13 años podía haber divisiones inter- 82,4 % y en 1960 el 47 %— y su debili-
nas más o menos marcadas en función dad organizativa: en 1935, por ejemplo,
de las tareas —leer o escribir— o de los el 68,9 % de las escuelas graduadas exis-
grados o secciones en que se clasificaba a tentes no superaban los cuatro grados
los alumnos, o incluso espacios anexos [10].
como la casa del maestro o un pequeño
patio, pero, en síntesis, el espacio escolar Una de las causas explicativas de la
se reducía al aula de clase. Será con la lenta y débil implantación de la escuela
introducción de la escuela graduada, don- graduada en España durante el primer
de varios maestros enseñan a alumnos tercio del siglo XX fue la resistencia de
agrupados, en función de la edad y del buena parte de los maestros a integrarse
nivel de conocimientos, en grados supues- en un modelo de organización escolar en
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tamente homogéneos a los que se asig- el que, a diferencia de las escuelas no


nan aulas diferentes, cuando aparezca, graduadas, debían coordinar su tarea con
en la enseñanza primaria, la figura del otros compañeros y someterse al control
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maestro–director y cuando empieza a de- inmediato y directo del director frente al


batirse por arquitectos, médicos higienis- más remoto del inspector. Los problemas
tas, pedagogos y maestros no sólo qué más importantes planteados por este nue-
espacios debería tener un edificio escolar vo modelo no eran sólo de índole finan-
construido para albergar esta nueva or- ciera o política, sino también mental y
ganización de la enseñanza —el de la di- organizativa. La escuela graduada impli-
rección entre ellos—, sino también su caba cambios profundos en la distribu-
ubicación y despliegue interno. ción y usos del espacio y del tiempo
escolares, en la clasificación y distribu-
La escuela graduada, como modelo ción de los niños, en la extensión y gra-
organizativo escolar, se introdujo en Es- duación del currículum y libros de texto,
paña a título de ensayo en las escuelas en los modos de evaluación y, en espe-
anejas a las Normales en 1898. Tras su- cial, en la organización y gestión de las

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escuelas. Suponía una nueva cultura es- decían sus defensores, una comunidad or-
colar y precisaba un cambio mental, un gánica y no una reunión de escuelas uni-
cambio conceptual y de perspectiva que tarias bajo un mismo techo. Su aparición
facilitara la comprensión de lo que esta- supuso una profunda reestructuración del
ba sucediendo y de las posibilidades del poder escolar y administrativo. En una
nuevo sistema. No es extraño, por ello, escuela unitaria el maestro o maestra sólo
que para entender el nuevo modelo emer- tenía, como se ha dicho, el control remo-
gente se recurriera a otros modelos cono- to del inspector. La asunción estatal del
cidos en la cultura escolar del mismo pago de sus haberes en 1901 les había
nivel educativo. Así, por ejemplo, se di- independizado, al menos en parte, de los
ría que la escuela graduada era una or- alcaldes, ayuntamientos y juntas locales
ganización no sustancialmente distinta de de enseñanza primaria. El inspector es-
la escuela-aula donde el maestro titular taba física y temporalmente lejos y, como
era auxiliado por otros maestros de me- mucho, sólo recibía una visita anual del
nor categoría y sueldo, o de las escuelas mismo. En su aula nadie, absolutamente
de enseñanza mutua donde la labor do- nadie, podía indicarle u ordenarle como
cente era realizada por alumnos– actuar o proceder. Cada uno era director
monitores, en una sola gran sala de clase, de sí mismo en una época en la que no
dirigidos desde su estrado por el maes- existían programas oficiales —los prime-
tro. Que la única diferencia estribaba en
ros cuestionarios nacionales se aproba-
que lo que en la escuela–aula o en la
rían en 1953—. Tampoco era necesario
enseñanza mutua tenia lugar en un solo
ponerse de acuerdo con otros maestros.
local de clase, en la escuela graduada se
El grado de autonomía era, pues, eleva-
producía en varias clases físicamente in-
do. En una escuela graduada, por el con-
dependientes. De ahí que al precisar las
trario, el maestro debía ponerse de
tareas de los directores se defendiera,
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acuerdo con el resto de los compañeros,
también en ocasiones, que éstos mantu-
era juzgado por quienes recibían después
vieran con los maestros de su escuela el
mismo tipo de relación que el maestro a sus alumnos, si el sistema establecido
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titular mantenía, en la escuela–aula, con era el de especialización por grados, y


los auxiliares o, en la enseñanza mutua, —esto es lo más importante— tenía un
con los monitores. De ahí, asimismo, la inspector permanente a su lado. Alguien,
oposición y rechazo de buena parte del el maestro–director, que no sólo contro-
magisterio a la escuela graduada. laba sus entradas y salidas, sino que, en
muchos casos, establecía los programas
El núcleo fundamental del problema a seguir, le daba instrucciones más o me-
y el que más debates originó estuvo rela- nos precisas sobre su tarea, entraba en
cionado con la nueva figura del director el aula para ver como impartía sus cla-
escolar. Una figura que era la graduada, ses, y podía reconvenirle y decidir sobre
que se identificaba con ella y que nacía todo lo relativo a la clasificación y distri-
gracias a ella. Que le confería unidad de bución de los niños en grados y su pro-
acción y sentido haciendo de ella, como moción de uno a otro. Es cierto que el
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Reglamento de escuelas graduadas de 19 adoptándose legalmente una posición in-


de septiembre de 1918 atribuyó algunas termedia entre ambas. Estas dos postu-
de estas decisiones, de manera comparti- ras, partidarias de una dirección «débil»
da, a los directores y a los maestros o o «fuerte», implicaban dos concepciones
juntas de profesores que habían sido crea- diferentes acerca de la naturaleza de la
das en 1911. Pero, puestos a elegir, los dirección escolar. Dos concepciones que
maestros en general preferían las escue- afectaban a lo que se consideraba o no
las unitarias a las graduadas, salvo que adecuado en relación con su formación,
fueran directores. Forzados a integrarse requisitos, selección y tareas o funciones,
en una graduada volvían a una unitaria así como a la configuración físico-espa-
en cuanto podían. cial de la misma.

La inicial indeterminación legal y la Los partidarios de una dirección «dé-


confusión existente en torno a las posibi- bil» (la Asociación Nacional del Magiste-
lidades y configuración del nuevo modelo rio Primario y la mayoría de los maestros)
organizativo, explican tanto la extremo- entendían que la existencia de la direc-
sidad de quienes veían innecesaria la fi- ción no debía introducir desigualdad al-
gura del director como la de quienes lo guna entre quienes eran iguales ni
magnificaban hasta hacer de ella una limitar la libertad de iniciativa de los
combinación de inspector, psicopedagogo maestros. Defendían la no exigencia de
y maestro–director de un conjunto de requisito, condición o formación alguna
auxiliares sin iniciativa alguna. Esta para ejercer dicha tarea, la selección del
ambivalencia o confusión inicial afectaba maestro–director según criterios automá-
incluso a los más fervientes partidarios ticos, como la antigüedad, o por votación
de la escuela graduada. Así en el mismo entre los maestros de la escuela, y el nom-
año (1902) Martí Alpera, futuro maestro- bramiento con carácter temporal, opo-
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director de las Escuelas Graduadas de niéndose a cualquier propuesta que


Cartagena, por entonces en construcción, pudiera dar origen a un cuerpo o catego-
indicaba en un artículo, desde las pági- ría especial de directores escolares. Asi-
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nas de La Escuela Moderna, que la vigi- mismo, no eran partidarios de asignar a


lancia del director sobre los maestros no la dirección funciones académicas o pe-
debía ser «excesiva», «muy frecuente» o dagógicas. Por último, los directores en
«abrumadora […] dejando todo lo que de- su opinión, debían seguir dando clase, es
jarse puede a la responsabilidad del decir, encargarse de una sección o grado,
maestro», y unos meses más tarde, desde como un maestro más, y circunscribir su
esa misma revista, caracterizaba al di- actuación a las tareas administrativas y
rector como un «señor que silenciosamen- económicas o de intendencia.
te, desde la sombra, sin someter a los
maestros a un espionaje humillante, sabe Los que propugnaban una dirección
lo que hacen todos ellos» [11]. En sínte- «fuerte» (los maestros directores de gra-
sis, y en relación con esta nueva figura, duada, los promotores de este nuevo mo-
surgieron dos posturas enfrentadas delo organizativo, la casi totalidad de los

288
Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

pedagogos y especialistas en organización de la figura del director escolar en la en-


escolar) opinaban que la selección debía señanza primaria, planteó fuertes contro-
hacerse por concurso de méritos u oposi- versias teóricas y fue el origen de una
ción, que los nombramientos no debían serie de propuestas y prácticas organi-
estar sujetos a límites temporales, que la zativas y profesionales que respondían a
dirección debía asumir, sobre todo, fun- intereses y concepciones divergentes so-
ciones académicas y pedagógicas (clasifi- bre la naturaleza, papel y funciones de
cación inicial de los niños, elaboración de la dirección escolar. Dichas controversias,
los programas y actividades, impartición no exentas de dudas y vacilaciones, estu-
de lecciones modelo, decisiones sobre la vieron condicionadas tanto por los modos
promoción de curso, etc.) dejando las ad- de organización hasta entonces conocidos
ministrativas y económicas al secretario en las aulas de enseñanza primaria, en
(una figura creada en 1918 pero no dota- especial por el método mutuo con sus
da presupuestariamente hasta ¡1986!), alumnos monitores y por el recurso a los
que en las escuelas de cierta dimensión maestros auxiliares como por los mode-
los directores no debían tener curso o do- los de dirección existentes en los Institu-
cencia específica a su cargo, y que, sin tos de segunda enseñanza y en los
llegar a las posturas extremas de quie- colegios privados. De un modo u otro, ta-
nes convertían a los maestros en meros les controversias, dudas, vacilaciones y
reproductores de las instrucciones de la referencias o modelos condicionantes, ten-
dirección, este nuevo órgano era el que drían su reflejo en las propuestas y en
debía dar unidad de criterio y acción al las prácticas relativas a la ubicación y
conjunto. Unidad sin uniformidad era su disposición física de la dirección escolar
lema. Que esto no se hubiera «compren- en las nuevas escuelas graduadas o gru-
dido así», ni se hubiera «acertado» en «los pos escolares que se construían para al-
medios de selección» de quienes debían bergar la nueva organización escolar.
dirigir las graduadas era, a juicio de An- año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304
tonio Ballesteros, inspector y destacado Las dos primeras propuestas teóricas
promotor de las mismas, no sólo su pro- efectuadas en España sobre la distribu-
revista española de pedagogía

blema más «delicado», sino también una ción de espacios en el nuevo modelo
de las causas de que éstas no hubieran organizativo de la escuela graduada, fue-
«arraigado» en España y de que no hu- ron elaboradas por dos destacados peda-
gogos de la época, Rufino Blanco y
bieran producido los «resultados» espera-
Francisco Ballesteros, regentes ambos, y
dos ni transformado de modo «radical
por tanto directores, de las escuelas gra-
nuestra enseñanza» [12].
duadas de prácticas, anejas respectiva-
mente a las Normales de Madrid y
5. Propuestas y realidades en Málaga. Los dos rasgos más significati-
relación con la ubicación física vos de la primera de las propuestas, la
de la dirección escolar de Rufino Blanco, eran la inexistencia de
La introducción, como se ha visto, de un espacio específico dedicado en exclu-
la escuela graduada en España, y con ella siva a albergar la dirección del centro

289
Antonio VIÑAO FRAGO

docente (que él ubicaba en el aula dedi- diseñar los espacios escolares sigue sien-
cada a los últimos grados, es decir, en el do el del maestro que, desde una posi-
aula regentada por el maestro-director) ción central, da instrucciones, coordina,
y la opción por el modelo panóptico. Así, dirige y supervisa a una serie de maes-
en efecto, para Rufino Blanco «la roton- tros auxiliares (el llamado «pupil-teacher
da» central de su primer modelo (figura system»), ahora ubicados en aulas inde-
2, espacio número 11) o el aula central pendientes, llegando incluso a intervenir
del segundo asimismo ofrecido (figura 3, directamente en sus aulas cuando lo con-
espacio número 9) debía ser ocupada por sidera necesario.
la «sección más adelantada de la escue-
la» para desde ella «vigilar el jefe la mar- La influencia mental del sistema tra-
cha de todas las secciones, siempre que dicional de los maestros auxiliares diri-
la parte media de los muros tenga gran- gidos por un maestro titular, responsable
des huecos, acristalados, por supuesto, del funcionamiento del aula, no sólo con-
para que los ruidos de una sección no dicionó, como se ha visto, las primeras
molesten a las otras». Esa «disposición» propuestas teóricas, sino también las pri-
de la rotonda o aula central permite ade- meras realizaciones prácticas. Así suce-
más, añadía, «habilitarla fácilmente como dió al menos con el primer edificio
oratorio común de todas las secciones de construido en España para albergar una
la escuela, las cuales pueden atender des- escuela graduada. Dicho edificio, diseña-
de su local a los actos de culto (la Santa
do en el año 1900 por Tomás Rico, arqui-
Misa inclusive) que allí se practiquen»
tecto municipal de Cartagena, seguía en
[13].
parte, en este aspecto, el segundo mode-
La segunda de las propuestas, la de lo ofrecido por Rufino Blanco. En su plan-
Francisco Ballesteros, sigue asimismo el ta baja se ubicaban dos aulas de párvulos
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304

modelo panóptico (figura 4), pero, a dife- y dos de enseñanza primaria y en la pri-
rencia de la anterior, dedica ya un espa- mera planta o «planta principal» cinco
cio específico a la dirección escolar, aulas. Una de ellas, la de mayores di-
revista española de pedagogía

ubicado en una posición central en rela- mensiones, que ocupaba una posición cen-
ción con las aulas, y carece de las conno- tral, podía ser la regentada por el
taciones religiosas propias de la ideología maestro–director, si bien, la necesidad de
conservadora y católica, próxima al resolver el conflicto planteado por los dos
integrismo, de Rufino Blanco. Su opción maestros que pretendían la dirección,
a favor del sistema «radiado o panóptico» hizo que al final, como se decía en un
se justifica por facilitar este sistema «ma- informe de la inspección de 1907, en el
terial y directamente la unidad en la di- nuevo edificio funcionaran dos gradua-
rección y vigilancia» [14]. Estamos, pues, das, una en cada planta, con dos grados,
ante un modelo en el que ya se reconoce tres auxiliares y dos maestros en cada
desde un punto de vista espacial, la es- una de ellas, uno de los cuales, el de la
pecificidad de la dirección, pero en el que sección de ampliación, era al mismo tiem-
el modelo que se tiene en la mente al po el director de la graduada.

290
Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

La difusión de la escuela graduada fue gún caso las tres aulas y sólo poseen una
acompañada por la aparición de las pri- planta. En correspondencia, también la
meras propuestas de modelos oficiales de dirección escolar, como tal institución,
escuelas graduadas, avalados por el Mi- está emergiendo. De los seis modelos de
nisterio de Instrucción Pública y Bellas grupo escolar o escuela graduada, con sólo
Artes, en 1908, 1912 y en la década de dos o tres aulas, cuatro carecen de un
los 20 tras la creación de la Oficina Téc- despacho o espacio específico para la di-
nica para Construcción de Escuelas. Si rección. Y eso que en uno de ellos, el mo-
bien en la Instrucción técnico-higiénica delo octavo de tres aulas, sin duda el más
relativa a la construcción de escuelas de completo, estaba dotado de gimnasio, sala
28 de abril de 1905 (la primera disposi- de trabajos manuales, comedor–cocina,
ción oficial aprobada en España sobre el museo y biblioteca. Sólo en dos modelos,
tema) ya se planteaba la posibilidad de el noveno y el duodécimo, de tres aulas
construir escuelas graduadas, el hecho es cada uno, se incluía un «despacho» que
que a la hora de indicar las «dependen- hay que suponer sería para el maestro–
cias» que debía tener una «escuela com- director, aunque no se indique de modo
pleta», su redactor sólo pensó en la explícito. En el modelo noveno dicho des-
escuela de un solo maestro o maestra, pacho se ubicaba al final del vestíbulo
incluyendo entre dichas dependencias un junto al museo y la biblioteca (figura 5).
«despacho en el que el Maestro recibirá En el duodécimo, se situaba algo separa-
los alumnos o a sus familias cuando el do del vestíbulo (junto al cual se ubica-
caso lo exija». Sería tres años más tarde, ban la portería y la sala de espera),
el 19 de noviembre de 1908, cuando el también junto al museo y la biblioteca y
Ministerio ordenaría insertar en la Ga- con acceso directo a ambas dependencias,
ceta los «planos modelos de Escuela pú- de tal forma que la dirección se conver-
blica de primera enseñanza» elaborados tía en el lugar de control del paso hacia
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304
por Luis Domingo Rute, arquitecto del las mismas y de la estancia en ellas.
Negociado de Arquitectura Escolar, en-
tre cuyos doce tipos o modelos se halla- Los segundos planos modelos oficia-
revista española de pedagogía

ban ya varios destinados a grupos les fueron presentados en 1912 desde la


escolares o escuelas graduadas con más recién creada Dirección General de En-
de un aula o maestro [15]. El análisis de señanza Primaria, a cuyo frente se ha-
dichos modelos muestra, en esta primera llaba Rafael Altamira, y fueron
fase de génesis de la dirección escolar, elaborados por el arquitecto Julio Sáenz.
las vacilaciones e indefinición acerca de En este caso, a diferencia del anterior, se
la naturaleza y papel en el seno de la trataba exclusivamente de «planos mo-
nueva organización escolar. Por supues- delos de escuelas graduadas» de tres, cua-
to, la misma idea de escuela graduada y tro y seis aulas y dos plantas, baja y
de sus potencialidades está todavía en principal o primera, lo que muestra tan-
germen en estos primeros años del siglo to la consolidación teórica de esta nueva
XX. Los modelos oficiales de grupo esco- organización escolar y como el apoyo e
lar o escuela graduada no superan en nin- impulso oficial a la misma. La edición

291
Antonio VIÑAO FRAGO

oficial ofrecía seis modelos todos ellos con entre los trabajos, la elaboración por An-
un despacho de dirección si se trataba de tonio Flórez de nuevos planos de mode-
escuelas de párvulos, de niños o de ni- los o «tipos de edificios escolares», en
ñas, o con dos despachos, uno para el función del clima, la mayoría de los cua-
director y otro para la directora, cuando les eran escuelas unitarias con una sola
se trataba de edificios con dos gradua- aula o con dos aulas para dos escuelas,
das, una de niños y otra de niñas, como una de niños y otra de niñas, indepen-
sucedía en los de cuatro y seis aulas. Sólo dientes, pero entre los que se hallaba el
en uno de los modelos los despachos del de una escuela graduada de seis seccio-
director y la directora se ubicaban en la nes en dos plantas [19]. Lo menos que
planta principal o primera, dificultando puede decirse de la solución adoptada en
así su accesibilidad desde el exterior. En cuanto al despacho o despachos de los
los demás eran situados en la planta baja. maestros y de la dirección —las Instruc-
Pero ya fuera una u otra la opción elegi- ciones técnico-higiénicas de 1923 seguían
da, siempre se hallaban junto al vestíbu- recogiendo la necesidad de un despacho
lo de entrada del edificio o de la escalera para el maestro, en singular, como las de
de acceso a la planta primera y a la sala 1905, pero en ningún momento se refe-
de profesores. Es decir, allí donde podía rían al despacho de dirección—, teniendo
controlarse mejor el paso —o sea, las en- en cuenta la experiencia acumulada por
tradas y salidas— de profesores y alum- Antonio Flórez como arquitecto de escue-
nos, aún a riesgo de ser confundido dicho las graduadas y el año, 1923, en que di-
despacho en ocasiones con la conserjería chos modelos fueron presentados, no es
[16]. ya que éste no incluyera en sus modelos-
tipo un despacho específico para la direc-
La creación por Real Decreto de 20 de ción, sino que proyectara cuatro
noviembre de 1920, en el Ministerio de despachos, dos en cada planta, sin más
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304

Instrucción Pública y Bellas Artes, de una especificaciones o detalles sobre su desti-


Oficina Técnica para Construcción de Es- no y usuarios. Todo ello como si no se
cuelas, al frente de la cual sería nombra- hubiera comprendido todavía lo que sig-
revista española de pedagogía

do Antonio Flórez, un arquitecto ligado a nificaba el nuevo modelo organizativo y


la Institución Libre de Enseñanza y pro- la importancia en el mismo de la direc-
fesor en la Escuela de Arquitectura de ción.
Madrid [17], sería el origen de una serie
de disposiciones legales y trabajos sobre A diferencia del caso anterior y frente
construcción de nuevos edificios escola- a las propuestas oficiales, la Comisión de
res o adaptación de los existentes [18]. Cultura del ayuntamiento de Barcelona
Entre las disposiciones legales se halla- llevaría a cabo, durante los años 1917 a
ban las Instrucciones técnico higiénicas 1922, un amplio programa de construc-
de 31 de marzo de 1923 en las que ya se ción de grupos escolares, en su mayoría
planteaba la construcción de escuelas gra- de grandes dimensiones, diseñados por
duadas de tres, cuatro, cinco o seis gra- el arquitecto municipal Josep Goday, en
dos en planta baja o en dos plantas. Y, los que, salvo en el caso de «La Farigola»

292
Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

que contaba con sólo 4 aulas, figuraba, cio específico para esta nueva función o
como un espacio inexcusable, el despa- tarea, o en la que dicha función es ejerci-
cho de la dirección [20]. Dicho despacho da por el maestro-director desde el espa-
se ubicaba siempre en la planta baja por cio-aula que le corresponde «un espacio-
lo general junto al hall de entrada o a la aula específicamente ubicado y diseñado
misma entrada, y a la secretaría y la sala para llevar a cabo la función directiva de
de profesores además de a la conserjería modo subsidiario», a otra en la que se
cuando existía esta dependencia. En al- propone o diseña un espacio específico
gunos de los grupos de mayores dimen- para la dirección. En los primeros dise-
siones, como el «Pere Vila», el Milà i ños oficiales de edificios escolares para
Fontanals», el «Ramón Llull» y el «Gràcia» escuelas graduadas —los de 1908 y
(figura 6), la dirección contaba con una 1912—se aprecian tanto las vacilaciones
sala de espera, llegando incluso, en este e indefinición teórica, legal y práctica so-
último caso, a formar un solo bloque com- bre la naturaleza, función y papel de la
pacto con la sala de profesores y la de dirección escolar en el nuevo modelo orga-
espera. De este modo, la dirección se con- nizativo, como el paso, asimismo, desde
solidaba como un puesto o cargo cuyas una ubicación inicial próxima al museo y
funciones guardaban una clara relación la biblioteca a otra en la que el despacho
con el exterior pero que, al mismo tiem- de la dirección se sitúa cerca de la entra-
po, debía estar en estrecha conexión con da y de la sala de profesores. Es decir,
los profesores, controlar las entradas y desde una concepción de la dirección como
salidas y poseer una cierta independen- preservadora o conservadora del patrimo-
cia o distanciamiento físico que dificulta- nio museístico y bibliográfico del centro
ra el acceso directo desde el hall de docente, responsable directa de ambos
entrada, desde un pasillo o desde otra servicios comunes, a otra en la que lo
dependencia. En este sentido, la sala de que prima es la accesibilidad desde el
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304
espera constituía el espacio material que hall de entrada, aunque en algunos ca-
hacía visible la naturaleza no docente, sos se trate de una accesibilidad indirec-
sino administrativa o de gestión, de la ta, a través de una sala de espera, y en
revista española de pedagogía

dirección escolar. la que, sobre todo, se busca el control del


acceso, uso y estancia en la sala de pro-
6. De las propuestas teóricas y fesores. La proximidad, por otra parte,
diseños arquitectónicos a las de la dirección respecto de la conserjería
y la secretaría del centro docente, mues-
prácticas (una aproximación tra el predominio de concepciones de la
hipotética y provisional) dirección escolar más administrativas y
El análisis de las primeras propues- de gestión que pedagógicas. Esta doble
tas teórico-pedagógicas y diseños arqui- concepción de la dirección como un espa-
tectónicos sobre el espacio de la dirección cio de gestión administrativa y control
escolar en las escuelas graduadas mues- del uso y estancia en la sala de profeso-
tra el paso desde una situación inicial en res —o, desde otra perspectiva, de espa-
la que no se considera necesario un espa- cio reservado a un profesor o profesora
293
Antonio VIÑAO FRAGO

que ejerce la dirección como un «primus en la más alta, distante de la entrada y


inter pares»— será la que, junto con su de la actividad docente cotidiana. Los
proximidad al hall de entrada, termina- abundantes documentos fotográficos que,
rá por imponerse. Así, la Orden Ministe- a título propagandístico, emitían estos co-
rial de 10 de febrero de 1971, por la que legios indican, en todo caso, la renuencia
se aprobaba el «programa de necesida- a mostrar dicho despacho. Suelen comen-
des docentes para la redacción de los pro- zar con una imagen de la fachada princi-
yectos de Centros de Educación General pal del edificio con o sin los jardines
Básica y de Bachillerato», integraba y ubi- previos a la misma, para continuar con
caba en un mismo bloque, bajo el epígra- la sala de visitas y después los dormito-
fe «Administración y régimen», el rios, el comedor, la capilla, el gimnasio,
despacho de la dirección junto a la secre- el museo, la biblioteca y las aulas, entre
taría, el archivo, la sala de visitas, las otras dependencias o actividades. En nin-
salas de juntas y profesores, la jefatura guno de los catálogos o muestrario de fo-
de estudios y, en aquellos casos en los tografías consultados aparece el despacho
que se preveía su existencia, el «gabinete de dirección. Todo parece indicar la
médico y psicotécnico» o el «despacho de invisibilidad del mismo frente, por ejem-
orientación familiar». plo, a la sala de visitas. Al fin y al cabo
era en esta última, y no en el despacho
Hasta aquí las propuestas teóricas y de la dirección, donde se recibía a los pa-
los diseños arquitectónicos oficiales, de
dres. La dirección, por el contrario, era
índole estatal o municipal. Penetrar e in-
para recibir a los profesores y alumnos.
tentar conocer la realidad educativa no
Y no tanto para quienes solicitaban ha-
siempre resulta fácil. Mucho más cuan-
blar con el director o directora cuanto,
do, como sucede en este caso, los usua-
sobre todo, para aquellos cuya presencia
rios de los edificios escolares pueden y
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304

era requerida, por cualquier causa, des-


acostumbran a modificar la distribución
de la dirección.
y asignaciones de uso efectuadas por los
teóricos y por los arquitectos.
revista española de pedagogía

Otro de los modelos a seguir era el de


Por otra parte, la realidad ofrecía a los Institutos de segunda enseñanza. Es-
los directores y profesores de las nuevas tos habían sido ubicados por lo general
escuelas graduadas de la España del pri- en antiguos conventos desamortizados. A
mer tercio del siglo XX al menos dos mo- falta asimismo de estudios sobre el par-
delos. Uno era el de los colegios privados ticular se adelanta la hipótesis, asimis-
de cierto renombre e importancia, nor- mo contrastada en algún caso, de que la
malmente a cargo de órdenes y congre- dirección solía ubicarse en la primera o
gaciones religiosas. En estos, y a falta de segunda planta, alejada por tanto de la
estudios sobre el particular, puede ade- puerta de entrada, y que disponía de una
lantarse la hipótesis, contrastada en al- sala de espera previa. Este parece ser el
gún caso, de que la dirección se hallaba modelo seguido, con carácter al parecer
ubicada en la planta primera o incluso excepcional y en claro contraste con las
294
Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

propuestas teóricas y de los diseños ar- El ejemplo del grupo escolar «Conde
quitectónicos oficiales, en el caso del gru- Peñalver» debió ser excepcional. Como ya
po escolar «Conde de Peñalver» de Madrid se ha indicado, la progresiva consolida-
inaugurado en 1918. ción de la escuela graduada y, con ella,
de la figura del director escolar, trajo con-
En palabras de María del Mar del sigo la generalización de un modelo de
Pozo este edificio, calificado en su día de dirección identificado con la gestión ad-
«construcción monumental», se llevó a ministrativa del centro docente y el con-
cabo sin escatimar «gastos». El vestíbulo trol de las entradas y salidas de profe-
de entrada, con pavimento de mármol, sores y alumnos, es decir, con un modelo
nos dice, estaba decorado con estatuas, en el que el director o directora aparecía
pinturas y flores. En la planta baja se ante los profesores como un agente del
ubicaban la cocina, el comedor, la sala Ministerio de Instrucción Pública o Edu-
de duchas, el gimnasio, el aula de músi- cación, el último eslabón jerárquico de la
ca y el salón de proyecciones. En la plan- cadena administrativa [22]. De acuerdo
ta primera estaban los cuatro grados de con dicho modelo se impuso una ubica-
párvulos y las paredes se adornaban con ción cercana a la entrada principal del
dibujos, caricaturas y alegorías de Isern edificio (aunque no tan cercana que pu-
y Bartolozzi, alusivas a los juegos de los diera confundirse con la conserjería), el
niños, así como la clase preparatoria, la acceso directo o indirecto desde el vestí-
bulo y la proximidad a las salas de re-
de educación especial, los lavabos y la
uniones y profesores, caso de existir, a la
conserjería [21]. Era en el segundo piso
secretaría y servicios administrativos del
donde, además del museo escolar, el ga-
centro docente y, en oca- siones, a ciertas
binete de física e historia natural, la bi-
dependencias comunes como la bibliote-
blioteca, la inspección médica, el gabinete
ca, el museo o el gabinete médico–
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304
antropométrico y la sala de profesores,
antropométrico. La excepcionalidad del
se hallaba el despacho de la dirección (fi-
caso permite, sin embargo, apreciar el
gura 7) en cuyo interior (figura 8) puede peso o influencia que pudieron tener en
revista española de pedagogía

verse, en una tarjeta postal propagan- la enseñanza primaria otros modelos


dística, a la directora del centro docente, —en especial de los colegios privados e
Carmen Castro —supuestamente senta- Institutos de segunda enseñanza— en
da en la mesa central— con dos maes- aquellos casos en los que se pretendía
tras del mismo, que parecen estar junto construir escuelas de carácter monumen-
a sus mesas de trabajo. En el amplio in- tal, así como las posibles modificaciones
terior, con escaso mobiliario, las dos si- introducidas en las propuestas y diseños
llas situadas frente a la mesa de la oficiales por los usuarios de los edificios
directora y la sorprendente mesita que escolares en éste y en otros aspectos.
figura en primera línea, casi en el centro
del despacho, con su jarra de agua y los
dos vasos, parecen estar preparadas para
recibir a los visitantes.

295
Antonio VIÑAO FRAGO

Dirección del autor: Antonio Viñao Frago. Departamento cia externa, recogidos y de decoración simple o aus-
de Teoría e Historia de la Educación. Facultad de tera.
Educación. Universidad de Murcia. Apartado 4.021.
30080 Murcia. [9] En aquellos colegios privados que dependen de una
entidad o titular suele distinguirse entre una dirección
Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu- académica y otra jurídico–patrimonial que, en ocasio-
lo: 20.V.2004. nes, disponen de espacios específicos diferenciados.
En tales casos, la ubicación, dimensiones, accesibili-
Notas dad y mobiliario suelen indicar la preeminencia de la
[1] WARDE, M. J. y CHAGAS DE CARVALHO, M. (2003) segunda sobre la primera.
Política y cultura en la formación de la historia de la
[10] VIÑAO, A. (1990) Innovación pedagógica y racionali-
educación en Brasil, pp. 106-107, en POPKEWITZ,
dad científica. La escuela graduada pública en Espa-
TH. S.; FRANKLIN, B. M. y PEREYRA, M. (comps.)
ña, pp. 23-26 (Madrid, Akal), y (2003) La renovación
Historia cultural y educación. Ensayos críticos sobre
de la organización escolar: la escuela graduada, p.
conocimiento y escolarización (Barcelona, Pomares,
83, en OSSENBACH, G., Psicología y pedagogía en la
S. A.).
primera mitad del siglo XX (Madrid, UNED), que cons-
[2] FERNÁNDEZ ALBA, A. (1984) Sobre la naturaleza que tituye una síntesis renovada y actualizada del trabajo
construye la arquitectura (geometría del recuerdo y anterior.
proyecto del lugar), pp. 14-15 (Madrid, Real Academia
[11] MARTÍ ALPERA, F. (1902) Organización de la escuela
de Bellas Artes de San Fernando).
graduada, pp. 101-102, La Escuela Moderna, 131, y
[3] VIÑAO, A. (1993-94) Del espacio escolar y la escuela (1902) De la edificación de escuelas, p. 295, La Es-
como lugar, pp. 18-25. Historia de la Educación, 12- cuela Moderna, 139.
13.
[12] BALLESTEROS, A. (1926) La escuela graduada, pp.
[4] VIÑAO, A. (1993-94) Del espacio escolar y la escuela 31-33 (Madrid, Publicaciones de la Revista de Peda-
como lugar, p. 28, Historia de la Educación, 12-13. gogía).

[5] ESCOLANO BENITO, A. (2000) Tiempos y espacios [13] BLANCO Y SÁNCHEZ, R. (1899) Escuelas graduadas,
para la escuela. Ensayos históricos, p. 184 (Madrid, pp. 36-40 (Madrid, Tipografía de Enrique Barea).
Biblioteca Nueva), y ZARANKIN, A. (2003) Paredes que
[14] BALLESTEROS Y MÁRQUEZ, F. (1909) Pedagogía. Edu-
domesticam: arqueologia da arquitectura escolar ca-
cación y didáctica pedagógica, pp. 547-549 (Málaga,
pitalista. O caso de Buenos Aires, pp. 15-16 y 38-40
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304

Tipografía de El Cronista, 5.ª ed.).


(Campinas, Universidad Estadual de Campinas).
[15] MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y BELLAS AR-
[6] VIÑAO, A. (1993-94) Construcciones y edificios esco-
TES (1909) Subvenciones para la construcción de edi-
lares durante el sexenio democrático (1868-1874),
ficios escolares (Madrid, Imprenta de la Dirección
revista española de pedagogía

pp. 499-500 y 513, Historia de la Educación, 12-13.


General del Instituto Geográfico y Estadístico).
[7] UNZURRUNZAGA, M.ª T. (1974) Consecuencias arqui-
[16] MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y BELLAS AR-
tectónicas de las nuevas tendencias pedagógicas, p.
TES (1912) Planos modelos de escuelas graduadas
39, Revista de Educación, 223-224.
con presupuestos reducidos (Madrid, Imprenta del Co-
[8] El ejemplo del Instituto de Lorca es uno más entre legio Nacional de Sordomudos y Ciegos).
otros muchos posibles en la España de los años 40 y
[17] Con anterioridad Antonio Flórez había ganado, en 1910,
50 del siglo XX. En todo caso, esta ubicación axial o
destacada de las capillas, producto típico de una men- un concurso para construir una Escuela Froebel en
talidad religiosa de índole pública y externa, de osten- Pontevedra y en ese mismo año había sido propuesto
tación e imposición, contrasta con la que se puso en por Manuel B. Cossío al ministro de Instrucción Públi-
boga años más tarde, tras el Concilio Vaticano II, en ca y Bellas Artes, Ruiz Jiménez, para la construcción
algunos colegios de órdenes y congregaciones reli- en Madrid de los grupos escolares «Cervantes» y «Prín-
giosas y centros docentes de titularidad pública. A la cipe de Asturias». Sobre este arquitecto, véase AMI-
nueva mentalidad religiosa, con su acento en lo per- GOS DE LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES (2002)
sonal, lo íntimo y lo privado, correspondían capillas Antonio Flórez, arquitecto (1877-1941) (Madrid, Publi-
ubicadas en lugares similares a otros en su aparien- caciones de la Residencia de Estudiantes).

296
Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

[18] LAHOZ ABAD, P. (1993-94) Los modelos escolares de Resumen:


la Oficina Técnica para la Construcción de Escuelas,
en pp. 121-148, Historia de la Educación, 12-13, y Espacios escolares, funciones y
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del saber. Los espacios de la escuela y la arquitectu-
tareas. Ubicación y desplieghe de la
ra escolar, en ESCOLANO, A. (dir.) La invención de la dirección escolar en la escuela
escuela. Historia ilustrada de la escuela en España
(Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez).
graduada
Esta investigación se basa en la tesis
[19] INSTITUTO NACIONAL DE PREVISIÓN (1924) Fomento
de construcción de escuelas nacionales. Instruccio-
de que existe una relación estrecha entre
nes para la tramitación y concesión de préstamos a la ubicación y la disposición interna de
los ayuntamientos (Madrid, Gráficas Reunidas, S.A.) y los espacios asignados a una específica
MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y BELLAS AR- actividad escolar y la naturaleza, impor-
TES (s.a., pero 1928), Construcción de edificios es-
cuelas: Real decreto de 10 de julio de 1928. tancia y concepción que se tiene sobre
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[20] AJUNTAMENT DE BARCELONA (1921) Les escolar (la dirección) y a un cierto tipo de
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XX y la génesis y consolidación de la di-
rección escolar en la enseñanza prima-
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genealógico-cultural, en FERNÁNDEZ ENGUITA, M. y
GUTIÉRREZ SASTRE, M. (coord.) Organización esco-
aspecto clave de la organización escolar:
lar, profesión docente y entorno comunitario (Madrid, el de las relaciones que han existido en-
Akal/Universidad Internacional de Andalucía). tre la ubicación física de la dirección y
las diferentes concepciones sobre su na-
año LXII, n.º 228, mayo-agosto 2004, 279-304
turaleza, papel y funciones.

Descriptores: Dirección escolar, Espa-


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cios escolares, Escuela graduada, Arqui-


tectura escolar, Edificios escolares, Orga-
nización escolar.

Summary:
School spaces, functions and tasks.
Location of the headship‘s office in
the graded school
This research is based on the thesis
that exists a close relationship between
the location and internal layout of space
given over to any specific school activity

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Antonio VIÑAO FRAGO

and the nature, importance and


conception of each. In brief, this article
applies this general thesis to a specific
school space (the principal‘s office) and a
certain type of school (the graded one).
Bearing in mind the relationships that
likewise exists between the genesis and
the diffusion of the graded school in Spain
throughout the XXth century, and the
genesis and consolidation of the figure of
principal at the primary education, this
research aims to analyse the relation-
ships that have existed between physical
location of the principal’s office and the
different conceptions of the nature, role,
and functions of the post of principal, a
key aspect of the school organization.

Key Words: Headship, School space,


Graded school, School architecture, Buil-
ding schools, School organization.
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Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

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Figura 1: Proyecto de escuela de una sola aula (1869)

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Figura 2: Modelo panóptico semicircular de escuela graduada propuesto por Rufino Blanco (1899)
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revista española de pedagogía

Figura 3: Modelo panóptico lineal de escuela graduada propuesto por Rufino Blanco (1899)

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Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

Figura 4: Modelo panóptico de escuela graduada propuesto por Francisco Ballesteros (1909)

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Figura 5: Modelo oficial de escuela graduada con dos aulas (1908)

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Figura 6: Planos de planta baja del Grupo Escolar de «Gracià» en Barcelona (1921)

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Espacios escolares, funciones y tareas: La ubicación de la…

Figura 7: Acceso a la dirección. Grupo Escolar «Peñalver» de Madrid (1918)

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Figura 8: Despacho de la dirección. Grupo Escolar «Peñalver» de Madrid (1918)

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