Está en la página 1de 12

ser eliminadas por un proceso de pura deducción a partir gistrarse variantes o combinaciones de eventu~1 relevan-

del significado corriente de la palabra. El uso pue9-e es- cia. Estas aptitudes no forman parte del eqUIpo de los
tar, a este respecto, totalmente "abierto". Es decir, no .1 seres humanos ni pueden adquirirse mediante algún adies-
decidido o, en otros términos, dispuesto a admitir exten- 1 tramiento especial. Es por ello que las palabras presentan
siones o restricciones.
Imaginemos que alguIen me pregunta si hay un ga_
i esta característica de vaguedad poteI:lcial o textura abier-
1 ta; y es por ello, también, que tal característica constitu-
to en la habitación de al lado. Abro la puerta y veo un ye, por decir así, una enfermedad incurable de los len-
animal cuya apariencia reúne todas las características que guaje~ naturales. ..
normalmente exhiben los gatos. Contesto, por lo tanto, Todas estas cosas tienen una enorme ImportancIa pa-
que sÍ. Mi interlocutor insiste: "¿Está usted seguro?" 1"alos problemas que los juristas analizan bajo el rótul?
Abro nuevamente la puerta y examino el animal más de de "interpretación". Así lo veremos en los apartados SI-
cerca. En ese momento el gato me mira y en un impe- guientes.
cable castellano exclama: "¿Se.dejará usted de amolar?"
(o palabras equivalentes) , al par que empieza a crecer y
en un instante alcanza dos metros de altura, para volver
de inmediato a su tamaño y parquedad habitual.. ¿Segui-
ré llamando "gato" a este curioso especimen? ¿Y si nun-.
ca más, en el resto de .sus días, vuelve a conducirse en for-
ma tan poco ortodoxa, o sólo lo hace en ocasiones rarísi-
mas, comportándose, por lo demás, como se comporta el
resto de los gatos? Cualquiera sea la resolución que tome,
ella no estará controlada por los usos vigentes, sino que
será una decisión adoptada frente al caso insólito.
Se dirá, expresa \VAtSMANN, que esas cosas..no ocu-
rren. .Pero basta con que sean posibles para que se nos
haga patente que las palabras generales q.ue usamos no
están perfectamente definidas, cualesquiera sean nuestras
creencias sobre el par.ticular. Cuando pensamos haberlas
d~limitado en todas las direcciones, el caso insolito nos.
m'uestra que .en un aspecto no contemplado faltaba deter-
minación. No disponemos de un criterio que nos. sirva
i
para incluir o excluir todos los casos posibles, pór la sen-
cilla raZÓnde que no podemos prever todos los casos posi-
I
bles. No podemos agotar la descripción de u.n objeto ma-
terial ni, por lo tanto, formular una lista completa de tO-
das las propiedades en relación con las cuales pueden re-

34 35
diata zona de oscuridad circundante donde caen todos los Todos usamos, por ejemplo, la palabra "escribir";
casos en los que no se duda que no lo es. El tránsito de no parece, a primera vista, que ella sea actualmente vaga.
una zon.a a otra éS gradual; entre la total luminosidad y Pero si nos mostraran una máquina que transformase .las
la os~unda~ total hay una zona de penumbra sin límites palabras habladas en palabras escritas, sin intermediario
prec~sos. Paradójicamente ella no empieza ni .termina humano, ¿cómo aescribiriamos la actividad de la persona
e~ ~mguna parte, y sin embargo existe.. Las palabras que que habla ante la máquina? ¿Diríamos o no que está "es-
dlanamente usamos para aludir. al mundo en que vivi- cribiendo"? Por consolidado que parezca e! uso de un
mos y a nosotros mismos llevan consigo esa imprecisa aura ,"ocablo en la práctica cotidiana, siempre es posible ima-
de imprecisión. ginar casos de incertidumbre o indeterminación.
Pero, se me .dirá, ¿no hay en esto una exageración Esta característica de vaguedad potencial que los len-
patente? No es cIerto que todas las palabras exhiben tal guajes naturales necesariamente exhiben ha sido llamada
indeterminación. Tomemos, por ejemplo, la palabra por WAISMANN 6 "la textura abierta de! lenguaje". CAR-
".hombre"( en el sentido de "ser humano"). En condi. NAPalude al mismo fenómeno cuando hábla de "vague-
~lOn~s de observ~ción normales -seguiría la objeción- dad intensional" 7. Veámoslo un poco más de cerca.
jamas dudamos SI a algo que tenemos ante nuestros ojos
le es o no aplicable ese término. 4. LA TEXTURA ABIERTA DEL LENGUAJE
Quizás se pUeda responder a esa objeCión señalando Es corriente presuponer que los criterios que presi.
las ~~cilaci?nes de los antropólogos respecto del modo de den e! uso de las palabras que eqIpleamos para hablar
clasIfICarcIertos espedmenes primitivos. O preguntando acerca de la realidad están totalmente determinados. Pe-
(y~:eguntá~~onos) . si según e! uso establecido la pala- ro eso no es más que una ilusión.
bra hombre se aphca claramente a un cadáver, y, si la Si se nos pide que hag,mosexplícito e! criterio de
r~spuesta es ~~irm¡ltiva,preguntando (y preguntándonos) aplicación de una palabra podemos indicar un cierto nú-
SI el uso ha fIjado también con precisión cuándo, esto es, mero de características, o propiedades definitorias, y creer
en qué momento, los despgjos mortales de un hombre que todas las otras propiedades posibles no incluidas entre
queda!1 fuera de! campo de aplicación de la palabra. aquellas están, por ello, excluidas como no relevantes. Es-
Pero hay otra respuesta mucho más reveladora, y la creencia es equivocada. Solo puedén reputarse exclui-
menos macabra, que ésa. Es verdad que de hecho usamos das como irrelevantes las propiedades o características po-
muchas palabras sin que se suscitén oportunidades de du- sibles que han sido consideradas, pero no las que no lo
da, tales palabras no son actualmente vagas. Pero tambi"én han sido. Estas últimas no están excluidas; cuando se pre-
es verdad que todas las palabras que usamos para hablar sent<!un caso en el que aparece una o más de ellas es per-
del. mundo que nos rodea, y de nosotros mismos, son,. al fectamente legítimo que sintamos dudas que no pueden
n;'enos, pot~ncialmen~e vagas. Sus condiciones de aplica-
cIón n~ estan determmadas en todas las direcciones posi- 6 Cf. su artículo "Veriflability", publicado ~n Logic and Lan~1i-age (pri-
mera serie), antología compilada por A. N. G. FLEw,' Blackwell, Oxford,
.bles; sl~mpre podemos imaginar casos, supuestos o cir-. 1!i51, pág. 119.
c~ntanclas frente a los cuales el uso no dieta la aplicación 7 eL su artículo. "Significado y sinonimia en los lenguajes naturales".
E.n Antología Semántica, compilada flor MARro BUNGB, Nueva Visión, Buenos
m la no aplicación de! término. Aires, 1960, págs. 25/44.

32 33
dientes fuertes, cuello corto y grueso, pecho ancho y robusto,
guaje del derecho. Hablamos corrientemente de plazo manos y pies recios y nervudos, y el pelo largo, algo lanoso".
razona?le, ~e er.ror sustancial, de culpa ¿, de injuria grave, "Danés": "El (perro) que participa de los caracteres del
de pelIgro mmmente, de velocidad excesiva, etc. lebrel y del mastin".
Para alud.ir a este fenómeno se habla de la "vaguedad Parece claro que con esta información es imposible
de los lengua],:'" naturales". No todas las palabras vagas salir por los campos a buscar lebreles, mastines o daneses..
l~ son de la mls.ma manera. Hay veces en que las vacila- Aquellas palabras no son definibles con la misma técnica
Ciones que suscita la aplicación de un rótulo general a. que emplea un geómetra para definir sus términos. De-
un hech? O fenómeno concreto se originan en que los finir "triángulo" es proporcionar las condiciones necesa-
eas?s.típlcos están constituidos por un conjunto de' carac- rias y suficientes que sirven como criterio para la aplica-
tenstl.cas o propiedades que allí aparecen estructuradas o ción de esa palabra y que permiten acotar, en forma rí-
combmadas en una forma especial, y no resulta claro si el gida y nítida, una clase de objetos.
criterio implícito en el uso del término considera a No ocurre lo mismo en nuestro ejemplo canino. No
t~das ellas, o sólo a algunas, condición necesaria y sufi~
hay aquí ninguna propiedad o conjunto de propiedades
cien te para ~~:'correcta" aplicació~. El problema irrumpe que sean condición necesaria y suficiente para el uso de
con la apanclOn de los casos margmales o atípicos, en los "lebrel", "mastín" o "danés". Para enseñar a alguien a
que faltan algunas propiedades, por lo común concomi- usar estas palabras hay que mostrarles lebreles. mastines
tantes, o está presente una adicional, de carácter insólito.
o daneses típicos y, después} ejemplares atípicos situados a
¿Habremos de seguir usando el mismo rótulo, a despecho
distinto grado de proximidad de los casos centrales. Las
de ~a ano~alía presente en el caso anómalo? ¿O esta dis- palabras de nuestro ejemplo no acotan una clase de ob-
pandad tiene una relevancia tal que justifica la no apli- jetos, sino un campo de límites imprecisos, dentro del cual
cación del término clasificatorio general? Muchas veces el podemos, ciertamente, señalar casos claros. Pero además
uso establecido carece de respuesta para estos interrogan- de los casos claros hay numeros}simos ejemplares que se
tes. No cabe duda de que un automóvil es un vehículo",
asemejan en grado decreciente a aquéllos. Entre el área
pero ¿podemos llamar "vehículo" a un ascensor? ¿Ya .una de los casos claros y' la de los inequívocamente excluidos
escalera mecánica?
se extiende una imprecisa zona de fronteras, no suscep.
T~memos, adaptándolo,- un ejemplo de MAX tibIe de deslinde, como no sea por una decisión arbitra-
BL.ACK":el ~e las palabras con que pretendemos distin- ria. No se vaya a pensar, dice BLACK,que esta indefini-
gUir entre diversas razas caninas. Veamos cómo define el ción o indeterminación es un producto espurio de la pro-
Diccionario de la Real Academia algunas de esas palabras: miscuidad perruna. Todas las palabras que se usan para
l'~brer':. "Variedad ~e perro que se distingue en tener hablar del mundo, para aludir a los fenómenos de la rea~
el labIO supenor y las orejas caídas, el hocico recio. el lomo lidad, participan de las mismas características.
recto, el cuerpo largo y.las piernas retiradas atrás".
"lI!astín": "El (perro) grande fornido, de cabeza redOIr Respecto de todas ellas vale la siguiente metáfora es-
da, orejas pequeñas y caídas, O). os encendidos , boca ,,'
rasoada clarecedora. Hay un foco de intensidad luminosa donde
se agrupan los ejemplos típicos, aquellos frente a los cua-
G HDefinition. Presuposition aud Assertion", en Problems o/ Analysis" les no se duda que la palab~J. es aplicable. Hay una me-
Routledgc aud Kegan Paul. Londres, 1954. Cap. II.

30 31
empeños. no sé si se tTata de un ejemplo de. la palabra
blemos de "juego" en el caso de lus cuatro primeros y no general "X", esto es, de un caso de aplicación de ella. Mi
apliquemos el término a los dos últimos? ¿Hay alguna duda no se origina enJalta de información acerca del ob-
regla o principio oculto tras este aparente desorden?'. jeto; s~ todu lo que necesito saber de éL Ella se origina
Cuando alguien me da una orden en la que aparece la en que no sé bien dónde termina el campo de aplicación
palabra juego ¿cómo debo entenderla? ¿Se han querido de la palabra "X" y este caso parece hallarse en las proxi-
incluir todas las variadísimas actividades cubiertas por la midades de esos desdibujas linderos, cuya ubicación nC!
palabra o sólo algunas? Y si es esto último, ¿cuál o cuáles puedo precisar. Más fundamental aún: tengo -lá."impre-
de ellas? sión dé que carece de sentido hablar aquí de límites pre- .
También aquí el contexto y la situación eliminan cisos.- ...
por lo común toda duda razonable. Pero hay casos en los Tal fenómeno acaece, por ejemplo, cada vez que una
que el desconcierto subsiste a pesar de nuestros esfuerzos' palabra tiene como criterio relevante de aplicación la pre-
por hacerlo desaparecer. sencia' de una característica o propiedad 'que en los hechos
Los problemas de este tipo son analizados y estudia- se da en la forma de un continuo, como la edad, o la
dos bajo el rótulo de "ambigüedad de los lenguajes na- altura, o el número de. cabellos que un hombre puede
tUI:ales~_Las dificultades prácticas pueden superarse si ,.'
tener, y pretendemos hacer cortes en ese continuo valién-
tomamos la precaución de precisar, en todos los casos de donos de palabras o expresiones tales como "joven", "adul-
posible duda, el sentido con que hemos empleado tal o to'~,Hanciano", uhom~re edad rp.adura"; q "alto", "bajo",
cual palabra o expresión. . "retacón"; o "calvo", Uhirsuto", etc.
3. VAGUEDAD Ya sabemos lo que quiere decir "joven" p "calvo".
No se trata aquí dé un problema de ambigüedad. El pro-
Hay otros casos en que la incertidumbre en la apli- blema es este otro: carece de sentido preguntarse a qué
cación o interpretación de ciertos términos no brota de precisa edad se deja de ser joven, o cuántos cabellos hay
<lu_eE.o.
sólbemosen qué sentido han sido usados,'porqúe que tener para no ser calvo, o cuánto hay que medir para
sobre eso río tenemos-diidas:- - -.- - ._-,,- .-..
ser alto. Todo cuanto podemos decir' es 'que hay casOS
Aquí .ocurre 10 siguiente. Me hallo frente a un caso centrales " típicos, frente a los cuales nadie vacilaría en
o ejemplar concreto, cuyas características iridividualeshe aplicar la palabra, y casos claros de exclusión respecto de
podido examinar .en detalle, pero a' pesar de todos mis los cuales nadie dudaría en no usarla. Pero en el medio
hay una zona más o menos extendida d.e casos posibles
4. HE; aquí un intento de respuesta. (parcial) a estas últimas preguntas:
No hablamos de "juego" para referirnos al bax o a la lucha greconomana . frente a los cuales, cuando se presentan, no sabemQsqué
porque si bien estas actividades se asemejan al fútbol o al rugby' en muchos
&~pectos importantes.. difieren de eUos en un punto'capital. A saber, ()ue tanto hacer.
el box como la lucha grecorromanase parecen mucho a C0saSque los hombres El uso vigente de la palabra no nos suministra una
hacen a veces "en serio" -pelearse entre sÍ- lo que no ocurre con el fo.tbcd guía segura, positiva o negativa, para clasificar los casos
e. el rugby. El parecido con una actividad "natural" neutraliza las semejanzas
que .el Qox y la lucha tienen con el fútbol y el rugby (el propósito de compe~ dudosos, porque ella es deliberadamente usada con im-
~l:mcla. la accptació!1 _de reglas, etc.) y excluye la aplicaci6n de la palabra precisión. Tales vocab~ós cumplen una función impor-
Juego en relación con los dos primeros deportes. Esto puede explicar, tal vez,
por qué no llamamos juegos a deportes tales como. ~a eq~itación, la esKrima, tantísima en los lenguajes naturales, y también en el len-
las carreras pede!Stres,la caza. la pesca, el automovlhsmo, etc. .
29
28
•••••••
1llII:='===••••••
....."
••••.• _=~__ c~ __ ~ ~
,
. _--~.

¿Cómo es posible que surjan perplejidades genumas o sada en el mismo sentido en que 10 es una caja de hierro,
reales desconciertos?". .ni un escritor es oscuro en el mismo sentido en que 10
Hasta aquí nuestro Crítico imaginario. Por desdicha, es una habitación interna (o un determinad,o designio
el cuadro diseñado por él es excesivamente idílico~Las humano), ni una personalidad es opaca en el mismo sen-
cosas no son tan simples. tido en que 10 es un cuerpo sólido.
Pero además de estos usos extensivos o metafóricos
2. AMBIGüEDAD hay muchos otros casos, más complIcados-y iñáS iriteresan-
En primer lugar, las complica .un fenómeno corriente tes, de palabras que se aplican a una multitud. de objetos
y, en apariencia, trivial. No es cierto que todas las pala- que no presentan propiedades comunes connotadas por
bras son usadas, en todos los contextos, para connotar las aquéllas y donde, a pesar de ello, tenemos la impresión
mismas propiedades. Si uno de mis hijos me pregunta !irme de que el uso de una 'misma palabra no es un mero
"¿Qué quiere decir 'radio'?", no tengo más remedio que accidente.
contestarle con otra pregunta: "¿En qué frase u oraciónr'. Tomemos el ejemplo que trae WITTGENSTEIN 3. Ha-

Porque en algunas significará algo así como "aparato eléc- blamos de "juego" para aludir a la rayuela, al fútbol, a
trico que sirve para escuchar música y noticias"; en otras, los juegos de palabras, al rugby, a los juegos 'malabares, al
"metal descubierto por los esposos Curie"; en otras "la polo, a los solitarios, al ajedrez, a la escoba de quince, a
mitad del diámetro"; en otras, cosas tan poco precisas la lotería, al pato, a la ruleta, a las rondas infantiles, al
como las que inelicamos al hablar del radio de acción de bridge y' a la ta.ba. ¿Qué tienen de común estas cosas?
cierta influencia política, o del radio céntrico de la ciudad. ¿Qué pr,ppieda.dcomún justifica que se hable de "juego"
Este ejemplo simple nos muestra que el significado pa.-a ahI(lir a actividades tan disímiles? Se podría decir,'
de las palabras está en función del contexto lingüístico quizás, que en todos estos casos hay una cierta attividad
en que aparecen y de la situación human;;. dentro de la humana guiada por un fin de diverSIón y entretenirilien-
que son usadas. Claro está que el contexto y la situ¡¡ción, too Pero ¿quiéJ;!compra billetes de lotería para entrete-
en la generalidad de los casos, disipan toda posibilidad de nerse? eDiremos entonces que la característica "esenc;ial"
confusión. Sobre todo cuando, como ocurre en el caso de es que se trata de actividades humanas guiadas por reglas,
"radio", el uSQlk._ur\iunisma~.palabra con.,distirlt~,~igni- donde se gana o se pierde? Pero .estono parece convenir a
£icados~-@s.'Un-pmo-aceidente lingüístico.., . ... buena parte de los juegos infantiles.
Otras veces, en cambio, advertimos que una misma Por otro lado, ¿por qué en castellano ---<>, al menos,
palabra tiene distil)tos criterios dc aplicación, pero que, en la variante de él que hablamos los argentinos- llama-
a diferencia de lo .que ocurre en los casos"de riíéra homo- mos "juego" al fútbol y al rugby y no llamamos "juego"
nimia, esos criterios están unidos entre sí por conexiones al box y a la luelia grecorromana? ¿Por qué hablamos de
más o menos complicadas. En algunos casos hay algo así jugadores de basket-ball y no de jugadores de esgrima?
como un significado originario central, y extensiones me- ¿En qué medida el fútbol y el rugby son más parecidos a
tafóricas o figurativas. Hablamos, por ejemplo, de una la ruleta o al bridge que al box o a la lucha, para que ha-
conferencia pesada, o de un escritor oscuro o de una per-
a Philosop~l ln'llestigations. Mac .Millan" Co., New York, 1953, apar-
sonalidad opaca, y, obviamente, una conferencia no es pe- tado 66.'

26 27
bren grupas o. familias de o.bjeto.s (en sentido. amplísi-
bien, "¿Es este hecho' co.ncreto.,que acaba de ocurrir, un mo.). Pero, ¿qué dificultad genuina puede suscitar el uso.
W (el hecho. ante el cual mi amigo me indicó que adop- de ellas? Los distintos o.bjetos designadas par una misma
tara ciertas medidas) ". O sino, "¿Es estaaccíón que tengo. palabra no. están agrupados en fo.rma arbitraria o. casual;
en mira una conducta Z (la que mi amigo me instruyó siempre hay un criterio. o. regla tras el uso del término..
que siguiera si ocurría tal suceso) ?". Agrupamo.s distintas o.bjetos y aludimo.s a ellos can una
Este es un tipo. de perplejidad independiente de la misma palabra porque ellos tienen ciertas propiedades
anterior. Los problemas co.nectados con ella tienen sin- en común. y es la presencia de esas propiedades comunes
gular relevancia en la práctica co.tidiana del derecho.. Se lo. que justifica el agrupamiento.
justifica, par lo tanto., -,,¡uelos examinemo.s en fo.rma so.. "Esas palabras cumplen una doble función: denotan
mera. el co.njunto de objetos que exhiben las .caracteií~s_o.'"
pt()~~~ª-e.~.É.~f.Cllyavirtud les aplica.!?,osla trlistrl;).pala-
1. EL USO DE PALABRAS GENERALES
bra,-y cO~!'~.i!oS, ..p.Jppiedades.,Podemos decir ento.n-
Una de las principales {llnciones de las palabras - ces que tales palabras tienen un significado deno.tativoo
aunque no;}a única- es hac:cuderencja a O})jtts>sL.pr~P!e- exuiñSión .,(el::Confüríi.o~dé-obleios,a-fOs.cúiiJés',se:"aplici:Ia
dadesJenómenos" estados de ánimo, ;¡ctividades, etc. y.. un significado connotativo. o. intensión, ..(las
palaQr.a)....
eq
c~ n;:;~t;;; 1iipo lingüístico no. es lo.s';f;~ie;;:te{nente prQpie.dades.poL,>,irtJ1dde las cuales aplicaWPs a .eso.~.ºb-
rico., ni habría ventaja alguna en que lo. fuera tanto, no. jet..Q~}m,a_.mis.IDa.p.alabra),._Po.rlo tanto., la pertenencia de
dispo.nemos de una. palabra para ca~a o.bje,,~() il.'QiviQ.lli'l,,' un o.bjeto.al grupo de objetas deno.tado.spqiunapal:rbra
para cada hecho"c'oncreiO, pará cada pro.piedad de cada q,!ª~i:~:rmlÍ1ª(rápoi2JiéclÍO::de"_qü¡;,¿Cprrñierº:exJiiDe
o.OJetolñifívidüaro'hec¡;¡;--conereto,- et~é(~r~: Que y¿~~- las pro.¡>iedad~~ C:()I1I1otad~ p()r !"," ..~~gunda. El cQ.teriopara
pa,' sólo l.renéo 'Funes;hIólogo y pensador de Fray Ben- el uso correcto ~_t:!!~L ..,Eór..!:~g.e! ..~s..!~,pres.,!~ci~..~n un"
tos, República Oriental del Uruguay, co.ncibió seriamen- o~jeto..,d~termir.'ad.o",,q,e".
~~....p.!2Eie.~~~"~~o:~ •.~"u:s.~.?ñ."S.i
te y terminó por desechar, si bien par mo.tivo.sestricta- en nuestro. lenguaje una pálabra se usa para connotarla
mente personales, un lenguaje de esas características. El reunión o suma de las pro.piedades A, B Y e, entonces
nuestro. !;~;LªJJnado._en_.base_a.p-tlabras generales que sir- todos los ,o.bjetos del universo quedan auto.máticamente
ven rara a!~ª-.gr.ll.J!o.s (l.I.,mÜ!!as-ªs:0l5j~to~_hec~os o clasificadas en dos grupos distintos y complementarios: el

_.__
pro.ple~.~.:L.!?O ~~•.':>ase .~Jl..2mbres.I!ro.{!lOSde obJetos. de las o.bjeto.Sque tienen las propiedades A, B Y e y el de
hechos o.propiedades individuales. las que~~b~~p"~~eél.'AIOsObjetOs que tienen tales pro.-
.".~-",-_...• .."_.-""" .••.,,,-.-
- ,_.,
Es aq.uí, en el uso de palabras generales, que son pa- piedades les será aplicable la palabra; a las o.tros, no.. ¿Qué
labras clasificadoras, do.nde se halla la raíz, de ciertas in- problemas pueden presentarse aquí? Par supuesto que
certidumbres que pueden, y suelen, frustrar una comu. cuando usamo.s las palabras podemo.s no. ser co.nscientes
de esto, pero es tarea sencilla hacer explícitos esas criterios
nicación lingüística.
de aplicación. Esto es, definirc.ELP.alabras que usaroo.s.
A esta altura un crítico imaginario. po.dría o.bservar lo Una vez que tenemos la correcta definici6n seg(tn el uso.
siguiente: vigente, ¿qué problemas de clasificación puede haber?,
"Es cierto. que usamos palabras generales que cu-
25
24
descriptivo? ¿O es otro tipo de aserción o de definición,
al~_,:~s.,..cO!ltextos.funclonandescriptivamente y ep. otros
erpotlvamente. En tales casos es posible que pasemos por caracterizado por el uso de afirmaciones paradojales que
alto la duplicidad funcional y seamos inducidos a error no tienen' otro fin que el de subrayar algo importante
que hasta ese entonces los teóricos habían desatendido?
por ella.
Este tipo de investigación o examen previo es funda-
4. SOBRE LAS DISCREPANCIAS ENTRE LOS JURISTAS, mental; los juristas, por lo común, prescinden de él y al
REMISION abrigo de esa actitud negligente prosperan muchas polé-
Pienso que en parte no desdeñable las disputas entre micas claramente prescindibles.
los juristas están contaminadas por falta de claridad acer- En la tercera parte trataré de demostrar, con un ejem-
ca 'de cómo deben tomarse ciertos enunciados que típica- plo, la importancia que tiene ese tipo de análisis para
mente aparecen en la teoría jurídica. Mientras no se ilu- clarificar muchas disputas entre juristas '. No pretendo
mine este aspecto del problema quedará cerrada toda posi- . que él proporciona una receta para solucionar o superar
bilidad de superar los múltiples desacuerdos que tales todas las discrepancias. Al menos permite ubicarlas en el
enunciados generan. Si no tenemos en claro cuál es el plano adecuado y, en algunos casos, puede mostrar que la
fondo o la raíz de las discrepancias, vale decir, por qué se polémica, tal como está planteada, se limita a recorrer,
discute, será estéril todo esfuerzo de argumentación 'ra- en interminable vaivén, una vía muerta.
cional y las disidencias persistirán, quizás agravadas. Obte-
ner claridad acerca de esto no es, por cierto, condición 111. LA SEGUNDA PREGUNTA: ¿QUE QUIERE DECIR "X"?
suficien.te para eliminar el desacuerdo, pero sí condición
necesana. . Supongamos ahora que no tengo dudas acerca de la
Frente a cualquier enunciado que aparece en un texto fuerza de una expresión: se cómo debo tomarla. Se trata,
de teoría jurídica y que no nos satisface, antes de salir..a claramente, de. un encargo; mi mujer me ha dicho: "Si
buscar argumentos para refutarlo debemos hacernos una vas al centro, cómprame un Y", Y la palabra "Y" alude
serie de preguntas. ¿Qué es esto? ¿Es una aserción, es de- aquí a cierto tipo de objetos. O se trata, claramente, de
cir, un enunciado que se propone describir un cierto es- una instrucción; un amigo que está por salir de vacacio-
tado de' cosas? ¿O es una recomendación disfrazada bajo nes me ha pedido que me quede al cuidado de su casa y,
la forma de una aserción, esto es, un enunciado que disi- antes de partir, me dice: "Si ocurre W, haz Z", y aquí las
muladamente trata de ensalzar ciertQ estado de cosas "des- palabras "W" y "Z" aluden, respectivamente, a un cierto
cribiéndolo" con lenguaje aprobatorio? ¿O es un anuncio tipo de evento y a cierto tipo de acclón humana.
o advertencia de que tal palabra será utilizada exclusiva- Los problemas que quiero presentar ahora no se vin-
mente con determinado sentido? ¿O es una definición que culan, pues; con la fuerza de la expresión, sino con estos
simplemente' recoge el uso central o típico de un vocablo? otros interrogantes, que expresan una distinta perplejidad
¿O es una definición persuasiva, esto es, un recurso téc- o duda: "¿Es e~te objeto individual que tengo frente a mí
nico que emplea el autor para obtener que el lector aprue- \~líX (lo que nii mujer me en:~á¡:g¿quélécompraia)": O
be sus tesis, colocándolas bajo el manto protector de algu-
na palabra rica eu carga emotiva y pobre en significado • Ver infra. pág. 79 Y ,igtes.

22 23

l-~~~~~~~~~~~~~~ ~ ~ __
resulta larea poco menos que imposible señalar con qué dab!e_v~loremotivo para dirigir el comportamiento ajeno
estados de cosas se hallan conectadas. Si un desconocido según cierto_~~I!lbo.,
nos dice que tal película es Un "opio", O si una jovencita Cua!!!!o. in~enta!U0s reciefin.ir el significad() de un
wstiene que un disco es "brutal" o "fabuloso", o si un tér!Uino o expresión procurando mantener intacto su va-
filósofo afirma que una tesis es "plausible", es muy pro- lor emotivo estamos dando lo que'STEvENSON ha llamado
bable que no sepamos qué propiedades constituyen el cri- un~d~f¡-;{ci6ripéTSi.tils¡'!1l:2.- , '. . .
terio de aplicación de esas palabras. Solo sabremos que
ellas exteriorizan aprobación o desaprobación, tal como 3. "SIGNIFICADO EMOTIVO" BAJO RoPAJE DESCRIPTIVO
podrían exteriorizarlas un aplauso, una silbatina o cual-
quier otro movimiento o gesto dotado de uno u otro valor Puede ocurrir que en un contexto aparentemente
convencional. descriptivo esas Palabras grávidas de carga emotiva nos
jueguen una mala pasada. Es pqsible "describir" un, mis-
Claro está que con palabras como "democracia" o
mp conjuIlto de hechos utilizando un lenguaje neutro, o
"dcrecho" no ocurre pecesariamente lo mismo. Esas 'pala-
un)enguaje' con distintas tonalidades emotivas.
bras pueden tener, según .las ocasiones, un significado des-
criptivo aceptablemente claro. Pero no siempre es ese el Podemos decir, por ejemplo, "los abogados piden,la
caso. No lo es cuando tales términ.os aparecen en contextos actualización de su arancel de honorarios". O bien, "los
pertrechados de alta carga emotiva; por ejemplo, en las avenegras pretenden ganar todavía más". O, por último,
campañ.aspolíticas. Todos los partidos reivindican para sí. "los auxiliares de la justicia estiman que la compensación
el uso dertérmino :'democracia"; todos pretenden ser vo- de sus servicios profesionales no está de acuerdo con la
ceros de la "vcrdadera" democracia. AqUÍ nos topamos jerarquía de los mismos". Son tres maneraS de "describir"
con otro fenómeno lingüístico frente al cual hay que estar , ,un: mismo hecho, a saber, que los abogados piden una
precavidos. mayor retriblición. Mediante el empleo de ciertos giros,
Supongamos que A dice que el "verdadero significa- so capa de describir una determinada pretensión, se la
do" de la exprcsión "enseñanza lib, e" es "régimen' de en- presenta como absurda o inaceptable, o bien como digna
de ser acogida. '
señanza liberado de todo dogmatismo, incluso el religio-
so". Supongamos que B le contesta que el "verdadero Una coalición política ,puede ser "descripta" como
significado" de dicha expresión no es ese sirio "régimen de "un acuerdo inter-partidario que es Índice de madurez
enseñanza que acuerda a los padres el de-recho de educar cívica y de espíritu de conciliación" o como un ",contu,
a sus hijos en la fe de sus mayores, si así lo desean". A bernio". El uso de esta última palabra revela una clara
primera vista parecería que A y B se han limitado a defi- aCtitud denigratoria.'
nir de distinta manera "enseñanza libre" y que su des- Estos ejemplos pueden parecer demasiado toscos y
acuerdo, por lo tanto, es purameilte verbal. Pero lo que I quizás lo sean. Pero el disfraz sude presentarse en formas
uno y otro han hecho con esa expresión, que en el uso mucho más sutiles y menos ,ostensibles. Ello ocurre cuan-
corriente tiene un significado nebuloso, o una imprecisa d~ s~ usan palabras bivalentes; esto es, térm'inoS"qüe en
acumulación de ellos, es adjudicarle significados,despjp-
ti,:os <!!s.!}nt9_s,
, con el propósito de aprovechar su indu- 2 CHAltLES L. STEVENSON, Ethics and Language, Yale University Press.
7' edición, !958, Cap. IX.

20 21
"~

ocurra lo contrario o, al menos, que nos sintamos inicial- toria política pertenecen a esa copiosa familia. Algunas
mente desconcertados a ese respecto. de ellas tuvieron inicialmente, quizás, un significado cla-
La forma gramatical de la expresión no es, cierta- ro, que con el correr del tiempo se fue haciendo cada vez
mente, una guía segura. No siempre las órdenes, por ejem- más borroso. Otras han ido cambiando de significado des-
plo, se dan usando el modo imperativo. Si le digo a mi criptivo, sin cambiar su tonalidad, encomiástica ó peyora-
empleado "mañana llevará esta carta al correo", el con- tiva, según el caso. Se trata de palabras que son usadas, en
texto y la situación indican con claridad que se trata de forma ostensible o en.cubierta, para exteriorizar; desper-
una orden y no de una profecía, a pesar de que la frase tar o agudizar ciertas aétitudes de aprobación o' desapro-
está en futuro del indicativo y no en imperativo. Y hasta bación. "Libertad", "democracia", "imperialismo", "oli.-
¡
s,ería una insolencia, o signo de una alarmante estupidez, garquía",, "comunista", "nacionalista", son sólo un puña-
i, do de las numerosas palabras que, en determinados con-
que. al ~ía siguiente el empleado me dijera: "Señor, se .¡
eqUIvoco, no llevé su carta al correo". Es una deliberada textos, desempeñan tal función.
confusión de ese tipo, precisamente, la que confiere un Entre .esas pa'Iabr'as, que ordinariamente se manejan
grato sabor de sorpresa a la frase "el juez le vaticino, con con tremenda imprecisión y que son utilizadas como dar-
toda verdad, diez años de cárcel". 1 dos en las luchas ideológicas, se encuentran, por desdicha;
, el término "derecho" y buena parte de las expresiones de.
. Si generalmente no nos equivocamos es porque mane-
rivadas de él o emparentadas con él. ~t¡l.~.llna._g~. lal!..
,pmos ?lU~ bien, aunque no sepamos hacer explíCito, el
callsasque g:p)i.qu! PO!.!l!!.é-eLpo.sjtiyjl!.mQjjJ.rídi~, .g~!.~.a
,compleJO SIstema de reglas implícito en' el uso de las pa-
pre.~e.~~i~o.~~~lefinir.•.qerlC~ho:.' ,y las palab!~,!at~li~~. en
!I~bras. Tales reglas, que relacionan ciertos giros. y expre-
térmi.nos despr<~vistosde .carga emotiya, ha suscitado tan,
i slOrIes~on situaciones sociales o interindividuales típicas,
~determman con claridad, en la mayoría de los casos, qué
..cl~se de acto verbal es el que se ha ejecutado.
I ras'.inco.lIlP.I~nsiones,.cuando no reaccioné'8.~álra;rai. Re-
sulta difícil eliminar el halo emotivo de una palabra por
vía de una redefinición de su contenido descriptivo. No
Z. SOBRE EL LLAMADO "SIGNIFICADO EMOTIVO" I basta con anunciar que en adelante la palabra se usará' con
DE LAS PALABRAS . J
! talo cual sentido, y que en ese sentido ella carece de im-
I plicacionesemotivas. Estas no pueden suprimirse por de'
Una de las causas que hacen que la forma gramatical .creto, máxi~e si se trata de términos incorporados desde
no sea una guía segura es que existen numer(Jsas palabras i tiempo inmemorial al lenguaje cotidiano.
que al margen o con independencia de lo que podría- Frc:~~~. ~st,.¡l~i.'!'.e!,sH)!'.Qel.l~nguaj~.J!L
habla Ee.l~~-
mos llamar su significado descriptivo, tienen la virtud. nifif,ado eI1!Qtiyo::.de.ciertas palabras,. como .cosa.distinta
por decir así, de provocar sistemáticamente determinadas' '1 del signific:ado des~rip-t.i.Y.Q.,<!e.rll~s.Aunque tal modo de
respuestas emotivas en la mayoría de los hombres. hablar no puede aceptarse sin reservas 4ue no puedo
.
L os eJemp l . b lIa- desarrollar aquí,.. no veo inconvenientes mayores en usar
os son, por CIerto, a undantes. Las p'.
bras que se usan con mayor frecuencia y brío en la Ola- esa fórmula verbal, qu~ hace referencia a ciertas caracte-
'0-
rísticas disposicionales de algunos términos o expresiones.
1 JoncE: LUIS BORGES~ Historia Universal de la Infamia Emecé Bu
nos Aires, 1962, pág. 62. 1 • •
En algunos casos, frente al uso de ciertas palabras,
.!
18 i, 19
I
. a). En o~asiones usamos el lenguaje con un propó- dera o falsa. Sí lo tiene, en cambio, decir que es justa o
SitO'pnmordlalmente descriptivo: para informar acerca injusta"oportuna o inoportuna, progresista o retrógrada.
de c~~rtos~enómenos o estados de cosas. Hay, pues, una
funclOn o uso descnpt,vo del lenguaje. Las unidades lin- d) Se habla también de un uso "oRerativo" (perfor-
g.tiís,tica,ss?naqllí a~erciones; de ellas "':y sólo de"elias:': ~.ati.!!"L<!ellenguaje, que ofrece características muy espe:
tIene sentIdo pleno preguntarnos si son verdaderas o fal- ciales. Cuando al otorgar su testamento ológrafo el testa-
sas. E.SlCes el test del uso descriptivo de las pala"br~s:cuyo dor escribe: "Instituyo como heredero universal de mis
pa..:ad~g'p~~ es el lenguaje científico. ,- '"', a
bIenes X", está usando palabras de una manera no asimi.
Claro está q ,!e r1~siempre nos valemos de las pala- lable a' los otros usos del lenguaje, hasta aquí aludidos.
bras para descnb,r o mformar; con suma frecuencia las Ese enunciado no es, obviamente, una descripción de lo
usamos parahater otras cosas. que el testador está haciendo, ni de ninguna otra cosa. Si
bien exterioriza un cierto estado de ánimo (el deseo de.
b) Solemos valernos de ellas como vehículo o medio
beneficiar a X), su' función central no es ,esa, sino la de
para exp?:f.1.a.L nuestros sentimientos, no en el sentido de
beneficiar a X (lo que ,no impide que, en los hechos, pue-
describirlos, sino de e¡¡:~e.rior,i~"rlos;de darles, por decir
da resultar un intento frustrado de ello}.
asi, salida o escape. O bien las usamos para provocar en-
el prójimo ciertos sentimientos, solidarios o no con los' Al formular ese enuIl,ciado el testador está haciendo
nue,st:os; para despertar en él compasión, admir~ción" una cosa muy específica, que presupone la existencia de
""vldI.a, encono? ira; para justificarnos ante sus ojos; para un sistema de reglas vigentes: c;stá instituyendo un here-
,~od¡fl(:ar su ,actlt,!d frente a algún suceso o persona; para dero. Del mismo modo, cuando digo 'a otro ,"lo saludo cor-
mfundlr en el reSIgnación u optimismo, etc. dialmente", o "le prometo que iré", estoy realizando' con
En relación con estos casos se habla de una función palabras actos que, según ciertas convenciones en vigor,
o uso e,xpresiva- de las. palabras: El l'aradjgI.!'~ ~~.9...'!Lel constituyen- un saludo O IIna promesa, cualquiera sea el
l~ng~aJe,POé,tlCO. No tIene sentido preguntarnos si las ex- grado de sinceridad que haya detrás de ellos. Para aludir
presIOnes que aparecen en una poesía son verdaderas o a esta, función de las palabras -que tanta importancia
falsas, ni pretender juzgar el mérito de ella utilizando los tiene en el campo del derecho-se puede hablar de un uso
cánones adecuados para juzgar una obra científica. operativo del lenguaje.
c) Otras veces nuestro propósito central al usar cier-
, tas fórmulas verbales es.,gi-r:f.gir _el obrar de otras personas. Dejemos a un lado esta clasificacióh ruc;limentaria y
Nos valcmos del lenguaje para inducir a otro a hacer tal recordemos la nutrida lista de actos de lenguaje que men-
o cual cosa, a comportarse de determinada manera. Se hac cioné, a título de ejemplo, al tratar de precisar el alcance
bla, por ello, ~~ una función o uso directivo delle~guaje. de las preguntas.' ¿Cómo debo tomar una expresión lin-
Una _~.'.:~':InIhtar es, quizás, éTéJemp'ltrmás-G-Iaro..deesta güística? o ¿Cuál es su fuerza?
£lmClon del'aS"p'lllabras. No tiene sentido preguntarse si
Dada, la enorme variedad de actos de lenguaje, ¿qué
una orden es verdadera o falsa. Para destacar sus méritos
guía tenemos para no equivocarnos al "interpretar" lo que
o de~ectos.no apelamos a esos calificativos. Tampoco tiene , hemos llamado la, fuerza de una exprésión?Lo cierto es
séntldo afIrmar que una ley penal, por ejemplo. es verda- i
que las más de las veces no erramos, pero no es insólito que
I
16
i
,
17
i
,
I,

que conozco a la perfección. No o?stante ello me sient~ ~ sé que es un pedido o una prohibición, pero no sé bien
perplejo o des~oncertado: ~o se bien qué es lo que mi ~ . qué es lo que me piden o prohiben.
amigo ha quendo transmitirme. . . \ Estas son las principales fuentes de perplejidad o,
Quizá se pueden resumir e?, ~os preguntas dlstm~, / en todo caso, las que por las razones que más adelante
aunque relacionadas, las dos prmclpales fuentes de POSI- I! se verán me interesa examinar' aquí. Ambas formas de
ble perplejidad. La primera pregunta ~uede ser formu- ¡ perplejidad pueden presentarse unidas, pero eso no im-
lada de una de estas dos maneras eqUivalentes: ¿Cómo ¡, pide que las distingamos en el análisis. Al hacerlo se abren
debo tomar la expresión de mi amigo? o Scuál.es su fu~? ante nuestros ojos dos panOrámas 'distintos de problemas,
La segunda pregunta es esta otra: ¿Que qUiere decir lo \
f
que conviene tratar por separado.
que mi amigo dijo?
a) La primera pregunta refleja perplejidad o descon-
I
cierto acerca de la "naturaleza", por deCir así, del acto 11. LA PRIMERA PREGUNTA: .¿QUE HIZO
FULANO AL DECIR "X',?
verbal que mi amigo acabá de protagonizar. ¿Cón:o debo
tomar sus palabras?' ¿Como una ~id~n, un cons~]o, una 1. SOBRE LOS USOS DEL LENGUAJE
advertencia, una amenaza, una suplica, un pedido, una
instrucción, una exigencia, una aserción, una pregunta,
una expresión de deseos, una sugerenci,,:, u?'. sal~do, una
tI Los problemas conectados con la primera pregunta
son tratados, comúnmente, bajo' el, rótulo "1(ls.. l!.S.QL!!e1.
invitación, un elogio, una broma, una ]ust1flcacl~n, ~na
excusa, una recomendación, una censura, una atnbuclón
de responsabilidad, una oferta, una aceptación, una ad-
I
j
l~e". Se trata de una problemática que en muchos
aspectos '.no ha sido aún suficientemente explorada. La
lista parcial de .actos que se pueden hacer con pa~abras,
misión de responsabilidad, un jurament~, una prome~a,
una maldición, una predicción, un veredicto, una conJe- tI que. nos demoró hace un momento, muestra, incluso á
los ojos del menos alerta, la prodigiosa riqueza y flexibi-
tura, una autorización, una prohib~ción, un insulto, un lidad del .lenguaje .. Este es. una herramienta que sirve
mero acto de cortesía, etc.? para los fines más variados. Es un exceso de simplifica-
No se si la lista de tipos de actos que se pueden hac~r ción (o de. dogmatismo) tratar todos esos usos o fun-
con palabras es infinita, pero sí que es enormemente, mas ciones del lenguaje como si todos tuvieran (o tuvieran
larga que esta tediosa enumeración. Cuando me pregunto que tener) las mismas .características.
cómo debo tomar la e~presión de mi am~go, o cuál es su Nada más que para orientarnos en un territorio
fuerza, me estoy preguntando qué co~, oe las ta.n~asque frondoso voy a recordar aquí una clasificación corriente,
se pueden'hacer con palabras, ac-ªI;>~a:,de hacet:,~l,mterJo- que procura parcelar el área cubierta por estos múltiples
cutor al decir laque dijo, el) las circunstanCias y en la usos del lenguaje. No es una clasificación rígida; tam-
foim-ª_eñ:qtie~f~(fijQ:-', . . . . poco es muy satisfactoria. Está armada en torno a ciertos
. b) La segunda pregunta es distinta de la antenor. No casos paradigmáticos y deja sin iluminar' extensas zonas
es el caso ahora de que no sé cómo tomar lo que me han donde proliferan los casos dudosos. Con todo,. aunque bas-
dicho. Ya sé que es una pregunta o una sugerenci~~ pero tante tosca, es, una brújula que ayuda a evitar los extra-
no sé qué es lo que me han .RrelIuntado o s~gendo. Ya víos más comunes.

14 15
PRIMERA PARTE

SOBRE LOS LENGUAJES NATURALES

En esta primera parte recordaré cosas elementales,


destinadas. a facilitar la comprensión de los temas que
abordaré en las otras dos. Examinaré aquí algunas carac-
terísticas salientes de los lenguajes naturales (el castella-
no, el inglés, el francés) que son conocidas por todos, .pero
también frecuentemente desatendidas u olvidadas. Como
resultado de tal negligencia se multiplican los obstáculos
ficticios, tanto en el campo de la teoría jurídica como en.
el de la práctica del derecho.

1. UNA SITUACION SIMPLE y DOS PREGUNTAS

El lenguaje es la más rica y compleja he,rramieJ!Ja.de


C:0IIl!1l1,icac:ión
entre los. hombres. No siempre, empero, esa
herramienta funcion.il..Qie}!, Una comunicación lingüística
puede result'!!:..r!~strada: el <!estinitarí()~ae -ella. puedé
sentirse perplejo ante el alcance de las expresiones que ha
escuchado o leído.
Vale la pena distinguir dos fuentes principales de
posible frustración. Me limitaré. claro está, a las fuentes
interesantes. Excluiré, por ello, los casos de errores de
percepción, así como los de conf1,lsionesoriginadas. en un
conocimiento deficiente del idioma.
Imaginemos una shuación simple. Estoy frente a un
amigo; tras un silencio éste dice algunas palabras, que
oigo bien. Mi aparato auditivo es normal y la acústica ex-
celente. La comunicación ha sido hecha en un idioma

13

También podría gustarte