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13/05/2021 El Dedo Fuerte 1Corintios 12:14-26

Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso
no será del cuerpo? (1Corintios 12:15)

Hace poco, oí sobre un deporte que supera mi imaginación; no


puedo entender cómo puede ser que alguien lo practique. Se llama
lucha del dedo del pie. Todos los años, gente de todo el planeta se
reúne en Inglaterra para las competiciones mundiales. Los
participantes se sientan en el suelo, uno frente al otro, y después
sujetan el dedo gordo del pie de uno al del otro. El objetivo es
voltear el pie del oponente de manera similar a como lo hacen los
que compiten en pulseadas con los brazos. Me resulta extraño.

En cierto modo, esta competición inusual honra una parte del


cuerpo que es bastante ignorada… hasta que se nos cae algo
encima. Los pies, con sus dedos, son una parte vital de nuestra
anatomía; sin embargo, les presentamos poca atención, a menos que
nos deulan.

Quizá por esta razón Pablo usó el pie para recordarnos que no hay
partes insignificantes en el cuerpo de Cristo. en 1 Corintios 12:15,
declaró: “Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo,
¿por eso no será del cuerpo?”. La única respuesta correcta es:
“Claro que es parte del cuerpo”.

Pablo quiere que nos demos cuenta de que cada persona del cuerpo
de Cristo es importante. Aunque te consideres el miembro más
pasado por alto e ignorado, eres valioso. Además, puedes honrar a
Dios como un verdadero campeón si usas tus talentos particulares
para su gloria.

El Señor usa herramientas pequeñas para hacer grandes trabajos.

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