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Desde que llegaste a esta existencia se os a enseñado que debéis tomar cuanto encontréis, que

debéis llenaros con contenido, con cosas, entre más carga tengáis más grande sereis, pero en
cuanto morimos todo aquello que has tomado de afuera se esfuma.

Deberes tomar de lo que esta adentro pero para ir allí soltad todo lo que esta afuera porque
ambas cosas no son las mismas, no cabe un camello por la aguja de un pajar, has de ir livianos
cuando vayas adentro tomad del silencio, porque adentro es vacio, afuera es llenura de aquella
que astia, cuando observeis la vida observarla con una mirada desde adentro para que lo que este
afuera se trasforme en algo semejante a lo que esta adentro, y así lo que esta adentro será una
expresión de lo que esta afuera, y eso de afuera se tranformara por lo de adentro y así vivires con
lo de adentro y adentro, lo de afuera que se ha tranformado no será comprendido por aquellos
que viven de afuera y nunca van adentro, será burdo, pero para aquellos que viven adentro será
belleza sublime.

Así tu alma crecerá, seguirá por los caminos de tu espíritu, tomad lo que te entregue el afuera
pero no te afferres a ello, porque de lo efimero solo quedan penas, renovaos cada día con la
quietud y la calma que adentro se encuentra, tu vida ha de ser otra si vas al centro y tu te vuelves
la calma y la quietud misma, tu te vuelves parte de ese centro.

Tal vez creas que sois una creación deforme porque no se haya evidencia de ninguna semejanza e
imagen de Dios, solo hayas caos y dolor, enfermedad y muerte, competencia y multitud, pero
acaso te conoces tu mismo, has estado tanto afuera que te has reconocido con aquellas imágenes,
y has olvidado tu adentro, si fueras allí te conocerías y conocerías a Dios.

Quien te moldearía seria el vacio y la quietud que lo son todo, tu serias la masa, el alfarero y el
fuego, tu serias yo soy.

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