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¡Necesitamos ciudades

más sostenibles!

Margaret Mead
¿POR QUÉ NECESITAMOS
QUE IBAGUÉ SEA UNA
CIUDAD SOSTENIBLE?

Desde comienzos del siglo XVII con el inicio de la industrialización


se ha venido alterando los cambios en el ambiente a causa la
sobreexplotación del ecosistema con el fin de abastecer a la
población mundial. La población humana es el agente de presión
más importante sobre el ecosistema, pero también es el elemento
capaz de implementar posibles soluciones al deterioro y las
acciones de conservación de la biodiversidad y los servicios
ambientales.

Por tanto, a medida que aumenta o se acelera el crecimiento


población aumenta desproporcionalmente el uso de los recursos
naturales. Efecto que sin duda se ha venido desarrollando en los
últimos años. Al inicio de la nueva Era y hasta el año 1000, la
población no había rebasado los 300 millones de personas, pero
sólo 500 años más tarde, el número de habitantes ya había
crecido, según diversas estimaciones, a entre 424 y 484 millones
(SEMARNAT, 2012). Esta tendencia de crecimiento se mantuvo y
cien años más tarde esas cifras habían aumentado al 52% o 3.600
millones de personas (Bongaarts, 2006). La población mundial
actual es de aproximadamente 6.000 millones de personas y las
estimaciones más recientes de la Naciones Unidas indican que
para el año 2025 será de 8.500 millones (CONICET,2020).
Estas estadísticas dejan clara la tendencia del crecimiento
exponencial de la población y paralelamente el aumento del
consumo humano en términos energéticos, alimentarios y en
general de productos bienes y servicios. Porejemplo, para cubrir el
requerimiento de alimentos tanto para uso humano como animal,
el sector agrícola utiliza actualmente el 11% de la superficie la
superficie terrestre y el 70% del agua total extraída de los acuíferos,
ríos y lago (SEMARNAT, 2012).

De igual forma muchas de las actividades que realizamos en


nuestras labores diarias generan grandes contaminantes que
llegan a la atmosfera, el suelo y los cuerpos de agua, diversificando
aún más el daño al ecosistema. Por ejemplo, en 2010 según
(SEMARNAT, 2012) en su capítulo de Atmósfera, sección del cambio
climático, registro cifras de (Dióxido de carbono) Co2 promedio por
habitante del país de 44,4 Ton-Co2/año. Cifras que en términos
generales son preocupantes debido a que este gas es uno de los
principales agentes causantes del calentamiento global; encerrado
dentro de los gases de efectos de invernadero (GEI) de mayor
importancia, dentro de los que se encuentran también el Metano
(CH4) y el óxido nitroso (N2O).
Durante la última década las emisiones de GEI aumentaron a un
ritmo del 1,5% anual manteniéndose estables entre los años 2014
a 2016. Ya para el 2018 las emisiones de CO2 de los combustibles
fósiles destinados al consumo de energía y a los procesos
industriales, que constituyen la mayor parte de las emisiones
totales de GEI, aumentaron en un 2% y se situaron en 37,5 GtCO2e
(Giga toneladas de dióxido de carbono equivalente) al año, un nivel
nunca visto. Al analizar estas cifras sin duda son sinónimo de alerta
pues por cada año que no se frene llegaríamos a un punto álgido
en el año 2020 (PNUMA, 2019)

No obstante, cada país contribuye a estos efectos de forma


distinta, pues es correcto afirmar que el número de habitantes no
es lo mismo, ni el grado de desarrollo e industrialización, un claro
ejemplo de esto se visualiza dentro del estudio (SEMARNAT, 2012),
donde de las 44,4 Tn-Co2/año por habitante del planeta, el 38%
de estas son emitidas por Estados unidos con 17,3 Tn-Co2/año,
mientras que la suma entre las emisiones de México y Etiopia no
suman más de 3,91 Tn-Co2/año, es decir solo un 8 % de estas. Por
esta razón es de suma importancia tomar registros e inventarios a
medida que hagan uso de los recursos, bienes y servicios o se
generen desperdicios de estos.
Ahora bien, si vemos los registros de GEI con una mirada más local
Colombia es un país en pleno desarrollo; por tanto, a pesar de que
existan tendencias nuevas de energías renovables, tecnología más
limpia e ideologías más verdes aún no se expanden a gran escala a
diferencia de otros países mas subdesarrollados. El uso actual de la
energía en el país implica grandes emisiones de GEI ocasionadas por
el transporte de gas natural aproximadamente un 1,3 Tg CO2e/año
(teragramos de equivalentes de bióxido de carbono), además de la
quema de combustible, las despresurizaciones y las fugas en equipo
(Acevedo OL, 2013). Representando el 0,4 de las emisiones globales
(IDEAM, PNUD, MADS, DNP, & CANCILLERÍA, 2016, p. 133).

El país, al ser altamente vulnerable a los impactos del cambio


climático y tener una economía en crecimiento, se enfrenta al
compromiso de aportar a la reducción de las emisiones globales de
GEI, a la vez que debe avanzar en una senda de desarrollo sostenible,
resiliente y bajo en carbono (IDEAM, 2017). Entender la interrelación y
problemática entre desarrollo sostenible y medio ambiente implica
entender el concepto de desarrollo sostenible, concepto nuevo en el
contexto mundial, que surge como una necesidad de enmarcar una
nueva forma contextualizada de desarrollo, concepto que expresa
una confrontación política (PÉREZ, 2002).
En el país el concepto de desarrollo sostenible conduce al crecimiento
económico, a la elevación de la calidad de la vida y al bienestar social,
sin agotar la base de recursos naturales renovables en que se
sustenta, ni deteriorar el medio ambiente o el derecho de las
generaciones futuras a utilizarlo para la satisfacción de sus propias
necesidades” (Ley 99 de 1993, artículo 3). En este contexto el país ha
venido trabajando en torno a un desarrollo progresivo de las ciudades
y esto lo ha venido alcanzando junto con aliados comprometidos; tal
como lo es Findeter, que desde el año 2011 se transformó en un
banco de desarrollo local con la misión de “ser el socio estratégico en
las regiones que genera bienestar para la gente”. Es así como ha
creado importantes programas con el fin de mejorar las condiciones
de vida de los habitantes de las ciudades, como Ciudades Sostenibles
y Competitivas, Ciudades Emblemáticas y Diamante Caribe y
Santanderes de Colombia (Acción-Findeter, 2018).

Como se ha venido mencionando anteriormente se estima que para


el año 2050 el 89% de la población mundial habite en ciudades. Sin
embargo, para el caso particular de Colombia, se prevé que esto
sucederá aún antes habiendo alcanzado esta cifra para el año 2020
(Acción-Findeter, 2018). Por lo que es necesario afrontar nuevos
retos y las problemáticas actuales de las ciudades, proyectando a
largo plazo un territorio que a pesar de su crecimiento exponencial
brinde alternativas con ideologías limpias y sostenibles.
Tal como lo expone la Alcaldía de Ibagué en su
plan de Acción, 2018 (Ibagué sostenible 2037,
Territorio conector, colectivo y competitivo.,
2018) Para este caso específico, Ibagué tiene
grandes oportunidades para consolidar su
vocación y jugar un rol más relevante a nivel
nacional, no solo desde la perspectiva de la
articulación territorial sino en la generación de
productos y servicios de alto valor agregado, que
considere la protección de sus recursos
ambientales, el crecimiento del capital humano y
el fortalecimiento de la identidad ibaguereña. El
papel de la comunidad es clave en el momento
de pensar en proyectos colectivos, en la solidez
cultural, en el cuidado ambiental en un marco de
sostenibilidad (García, 2020).
¿Qué es una CIUDAD
AMBIENTALMENTE SOSTENIBLE?

Una ciudad sostenible es aquella que ofrece una calidad de


vida digna a sus habitantes, sin comprometer los recursos y las
posibilidades de las futuras generaciones. Una ciudad con una
infraestructura urbana a escala humana, que minimiza sus
impactos sobre el medio natural y es capaz de adaptarse a los
efectos del cambio climático; una ciudad que cuenta con un
gobierno local con capacidad fiscal y administrativa para
mantener su crecimiento económico y para llevar a cabo sus
funciones urbanas con una amplia participación ciudadana.
En el contexto ambiental y de cambio climático, la ciudad
debe destacarse en tres pilares fundamentales:

1. En el manejo y consumo sostenible de recursos naturales.


2. En la mitigación de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y otras
formas de contaminación, junto con el uso de fuentes sostenibles
de energía.
3. En la reducción de su vulnerabilidad frente a los peligros
naturales, así como su adaptación a los efectos del cambio
climático.

(Ibagué sostenible 2037, Territorio conector, colectivo y


competitivo., 2018)
¡Sabía usted que Montería es
la ciudad a nivel nacional más
sostenible!
WWF creó el Desafío de Ciudades para dar
reconocimiento a las capitales que actúan
por la sostenibilidad y motivan a sus
comunidades a ser parte de la
transformación. En la edición 2017–2018,
enfocada en movilidad sostenible, se
vincularon 132 ciudades de 23 países de
los cinco continentes. Colombia contó con
la participación de diferentes ciudades,
Ibagué obtuvo uno de los mayores
puntajes ocupando el segundo puesto
entre ellas, antecediéndole Montería y
Cali. Pasto, Pereira y Bogotá también
participaron (WWF, 2018).
Esta guia por tanto pretende dar a conocer
algunas de las activividades mas efectivas que
se pueden realizar dentro de los hogares,con el
fin de mitigar y prevenir los daños ambientales.
Educando a la comunidad y promoviendo a su
vez una conciencia mas verde...

Si supiera que el mundo se


acaba a mañana, yo hoy
todavía, plantaría un árbol.
Martin Luther King
PRÁCTICAS AMBIENTALES DESDE LOS
HOGARES
USO, CONSUMO Y MANTENIMIENTO
DEL RECURSO HIDRICO
¡No es necesario abrir
constantemente la llave!
Cierra los grifos mientras no los uses, ¡gota
a gota el agua se agota!

1. Usa la cantidad de agua necesaria para la labor


que desarrolles.
2. ¡Para hacer el aseo en tu hogar, ahorra!
3. ¡Para lavar la loza que utilizaste, ahorra!
4. Ten duchas más rápidas.
5. Se constante con el mantenimiento para evitar
fugas.
6. Limpia los alimentos contaminados desde un
recipiente con agua, no directamente de la llave.
EL BUEN MANEJO DE LOS
RESIDUOS
1. Coloca separadores de basura adicionales para
que puedas clasificar tus desechos entre: el
vidrio, el papel, cartón y el plástico y los
desechos orgánicos.
2. Utiliza productos de envases reciclable de
cartón y vidrio.
3. Rechaza los materiales que se conviertan en
tóxicos (pvc, cfc).
4. Reutiliza el papel de los utensilios escolares y
los envases de vidrio.
5. Para tener buen espacio en las canecas de
basura aplasta el material como las cajas de la
leche, empaques de cartón y las latas.
6. Elimina el uso de la bolsa plástica, a cambio
utiliza una de fibra natural en especial para ir a
hacer tus compras.
Para desplazarte ten en
cuenta...

1. Reducir el impacto de cada modo de


transporte a través de técnicas de
conducción eficiente, motores más
limpios, combustibles más limpios y
nuevos combustibles.
2. Si son trayectorias cortar, trata de usar
tu bicicleta o en la medida de lo posible
caminata.
3. Trata de usar más a menudo los
transportes colectivos para disminuir el
uso de tu vehículo.
4. Revisa periódicamente el
funcionamiento de tu vehículo, el buen
estado del motor, el control de niveles,
filtros y sobre todo la presión de los
neumáticos.
5. Mantener la velocidad de circulación lo
más uniforme posible y evitar frenazos,
aceleraciones, y cambios de marchas
innecesarios ahorra energía.
Bibliografía
Acevedo OL, J. J. (2013). Estimación de emisiones de gei (CO2 y CH4) generadas
durante el transporte de gas natural en Colombia aplicando metodología IPCC. Rev
Fuentes Reventón Energ, 11(2):43-51.

Bongaarts, J. (2006). United nations department of economic and social affairs,


population division world mortality report. Population and Development Review,
32(3), 594-596.

García, C. M.-C. (2020). La participación ciudadana, factor asociado al desarrollo del


turismo sostenible: caso ciudad de Ibagué (Colombia). Anales de Geografía de la
Universidad Complutense, (Vol. 40, No. 1, pp. 135-158).

Ibagué, A. M. (2018). Ibagué sostenible 2037, Territorio conector, colectivo y


competitivo. Alcaldía Municipal de Ibagué.

IDEAM, P. (2017). Acción de mitigación del Cambio Climático en Colombia . IDEAM,


PNUD, MADS, DNP, CANCILLERÍA, FMAM. , 128.

Mattias Höjer, J. W. (2015). Smart sustainable cities: definition and challenges. In ICT
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PÉREZ, G. S. (2002). Desarrollo y medio ambiente: una mirada a Colombia. Fundacion


Universitaria Autónoma de Colombia., vol. 1, N° 1.

PNUMA. (2019). Informe sobre la disparidad en las emisiones de 2019. Nairobi:


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Ramírez, J. M. (2015). Productividad y competitividad del Sistema de Ciudades.


Documentos de Trabajo (Working Papers), No. 66.

SEMARNAT. (2012). INFORME DE LA SITUACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE EN MÉXICO.


SEMARNAT, Cap.1.

Townsend, A. M. (2013). Smart cities: Big data, civic hackers, and the quest for a new
utopia. WW Norton & Company.

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