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Videoforo 1
Videoforo 1
Dentro del ámbito judicial uno de los principios fundamentales refiere que “toda persona es inocente
hasta que se demuestra su culpabilidad”; sin embargo, podemos notar como inicialmente la mayoría
de integrantes del jurado, como suele ocurrir a menudo en la sociedad, no lo toman en cuenta al
momento de dar su opinión o juicio frente a la situación. Por otro lado, notamos como la película nos
muestra, reflejados de un modo u otro en alguno de los personajes, muchos factores que intervienen
o influyen en la formación de un juicio: prejuicios (ideas preconcebidas sobre la realidad), intereses,
apariencias e influencias del pensamiento preponderante de la sociedad.
Vemos algo parecido en el jurado 3, quien veía proyectado en aquel chico la imagen de su hijo, a
quien trataba de condenar simbólicamente a través de su decisión de condena. La experiencia de
haber sido abandonado por su hijo desarrolla en él, debido a su incapacidad para enfrentarse a la
realidad de sus sentimientos, una opinión estereotipada que la proyecta hacia todos los jóvenes.
Juan Luis Amaranto Marcelo
Azarosamente declara cómo educó a su hijo a partir de su propia opinión sobre lo que significa ser un
hombre, sin darse cuenta que fue su incapacidad por comprender y respetar a su hijo lo que provocó
en su momento que éste le abandonara. Esa incapacidad le lleva a negar sus sentimientos de culpa,
pero al mismo tiempo, a ser dominado por ellos y convertirse en prejuicios personales.
Otro punto abordado por la película es la influencia que tiene el pensamiento preponderante de la
sociedad sobre los juicios individuales de las personas. Esto se ve reflejado en muchos de los
personajes inicialmente, sobretodo en el jurado 2 quien, a pesar de reconocer la importancia de su
decisión y demostrar un comportamiento respetuoso y humilde durante todo el debate, decide
condenar inicialmente al chico debido a que su personalidad endeble y falta de criterio propio lo
hicieron susceptible a solo acatar lo dispuesto por los otros integrantes del jurado. Esto se condice con
lo sugerido por Stanley Milgram quien, en base a sus investigaciones sobre relación de la autoridad y
la obediencia en el ser humano, sugería que casi todas las personas "normalmente amables y
bondadosas" son capaces de hacer o decir cosas que entran en conflicto con sus propios principios
morales (noción del bien y del mal) debido a una orden impuesta por una figura de autoridad (grupo
o individuo).
A pesar de todas estas “barreras”, la película también deja como mensaje que el camino para
superarlas es a través de la reflexión. Es así que solo mediante el debate entre todos los miembros del
jurado, se va desmoronando la consistencia de las evidencias hasta desembocar en una “duda
razonable”; que, si bien no demuestra la completa inocencia del chico, si le quita el peso absoluto de
culpa hasta ese momento. Pero más allá de esto, lo que en verdad logra este proceso es desvelar el
conjunto de prejuicios y estereotipos de algunos integrantes del jurado que condicionaban en el chico
una apariencia de culpabilidad.
Es el jurado 8, que hace de protagonista de la película, el personaje quien inicia el debate y cree
fuertemente en la importancia de hablar y reflexionar sobre la situación. Destacan en él su enorme
templanza, racionalidad, independencia de criterio y firmeza de convicciones; cualidades que le hacen
capaz de enfrentarse al entorno diverso y hostil instaurado en la sala. De hecho, sitúa sus cualidades
en una posición superior, soportando las provocaciones, insultos y ataques sin perder la calma y
manteniendo su postura dialogante en todo momento. La racionalidad del protagonista se va abriendo
camino entre la niebla de los prejuicios, pasiones y motivaciones anímicas de los demás miembros del
jurado. Uno a uno los incita a reflexionar, comprender y aclarar lo que se esconde tras las apariencias
del caso. Este proceso de reflexión, no sólo les lleva a replantear el problema mismo, sino que además
les lleva a un verdadero análisis retrospectivo y a un cuestionamiento de sus propios valores morales.
Pero hay otra característica fundamental en él; no se trata sólo de que se guíe por su razón y de que
se atenga firmemente al análisis objetivo de los hechos, sino que también es un hombre de ideales.
Cree en la justicia y se siente en la obligación de llevarla a cabo. No es el único miembro del jurado
con una conciencia moral, pero sí el único que la antepone a las apariencias, a la presión social, al
“realismo” conformista que prima en un principio en otros personajes. Incluso cuando su más
enervado adversario se desmorona, es el único que permanece cercano a él, el único que le muestra
empatía, calor humano y respeto.
Sin duda esta es una de esas películas que además de cumplir su función principal de entretener,
intenta, con una simplicidad y representatividad exquisita, reflejar algunos problemas o aspectos
trascendentales de la realidad social. Personalmente, dos son los aspectos que más destaco de esta
película, que son las que hacen que a partir de ahora sea una de mis preferidas: Por un lado, las
espectaculares interpretaciones de cada uno de los actores y por otro, el logro máximo de reflejar de
manera magistral, a través de una situación microsocial, la gran variedad de modelos de personalidad
y valores humanos, así como algunos problemas macrosociales que incluso se adelantan a su época.