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HISTORIA GENERAL _ DE AMERICA LATINA Volumen I DIRECTORA DEL VOLUMEN: TERESA ROJAS RABIELA CODIRECTOR: JOHN V. MURRA VIMOLSIH-3HJ-A'ON eer 969 TD sefoy apiapres sHaqy ssop EDITORIAL TROTTA EDICIONES UNESCO Ras —=> oon Tt COR SS Jestis Alexis Calderén Rojas Cl. 6.346.138 U.C.V. - FHE - HISTORIA Escaneado con CamScanner 24 LAS SOCIEDADES ORIGINARIAS DEL CARIBE Marcio Veloz Maggiolo El Caribe y las Antillas constituyen arqueol6gica e histéricamente un vasto espa- cio que incluye desde las costas del Oriente Atlintico de Sudamérica hasta lo Hs hoy es la Reptiblica de Belice, asi como el arco de islas que, partiendo desde la costa oriental de la actual Venezuela, se extiende casi hasta el Sur de la Florida En eate enorme espacio la vida humana precolombina se desarroll6 de muy varia~ das maneras. Las costas sudamericanas y centroamericanas fueron ocupadas muy tempranamente por sociedades que desde tierra adentro buscaron los espacios costeros y ya hacia el 8000 o 9000 a.n.e. grupos humanos habian comenzado a desarrollar sociedades ligadas al mar, que al parecer evolucionaron hasta alcan- var el manejo de las corrientes marinas y de Jos medioambientes ricos en fauna Est claro que las primeras sociedades costeras en el que llamaremos «Cari- be riberefio» fueron las que, integradas por grupos recolectores, sin conocimien- to de las formas de produccion agricola, se adaptaron a las zonas de las desem- bocaduras de rios muy caudalosos y con enormes Areas de recaleccion. Los manglares fueron de una gran importancia para la subsistencia de estas socieda- des ceminémadas. Siendo el mangle un arbol cuyas caracteristicas son las de cre” cer solo en zonas de aguas salobres, los bosques con este tipo de vegetacien Constituyeron una importante fuente de abastecimiento debido a que tal tipo de bosque, habitado por una fauna acustica, terreste y areas permitié al hombre asegurarse el sustento de manera relativamente fécil. Desde las Guayanas hasta Belice, los grupos recolectores usaron de una fécil captacién de recursos que hizo posible su presencia durante “niles de afios en los mismos lugares. En Belice 2 se ee omalado la presencia de grupos tecolectores deste Pot lo me nos el 9000 a.n.e., con técnicas de supervivencia Moy ligadas a ta caza y luego Con un desarrollo hacia formas cada vex mis relacionadas con la explotacion marina (cf, Veloz Maggiolo, 1991). Bn la costs de Nicaragua los recolectores marinos alcanzaron ya un importante desarrollo en el lugar conocido come Monkey Point, donde fue posible establecer una ocupacion humana ave Bue haberse iniciado hacia el 6000 a.n-€- iia) lo snismo parece bal to n zonas en la costa colombiana, donde los grandes cursos de agua generaron zonas : fran ambien- ballon de sdimentacin capaces ce aloja ona Si 1 te positivo para los grupos humanos (Groot ¢& a 39: 19-39). En Ve~ Escaneado con CamScanner 872 MARCIO VELOZ MAGGIOLO nezuela el proceso recolector alcanz6 importantes desarrollos, principalmente en el Oriente del territorio. Desde el 7000 al 6000 a.n.e., cuando atin la isla de Tri- nidad era parte del territorio venezolano, se inici6 una importante ocupacién de los cafios del rio Orinoco y dreas circundantes (Sanoja y Vargas, 1983). Varios autores han resumido los aspectos tecnolégicos de culturas recolectoras estable- cidas frente al Caribe; los sitios de la desembocadura del rio Orinoco, incluyen- do los de la isla de Trinidad, parecen corresponder a los cambios climaticos que elevaron el nivel del mar a partir del Holoceno y que generaron un paisaje de manglares y playas de aguas mansas en las cuales los caracoles de agua salada y dulce, la pesca y la caza mediana se conjugaron para la estabilizacién de modos de vida ligados a la recoleccién especializada. Sitios del Oriente de Venezuela como No Carlos, Las Varas, Guayana, y de la isla de Trinidad, como Banwari- Trace (Harris, 1973), Ortoire y Saint John (Sanoja y Vargas, 1983) representan etapas de adaptacién costera e islefia que parecen corresponder al inicio de las migraciones hacia las islas litorales. El trdnsito de los primeros grupos preagricultores hacia las Antillas se pro- dujo hacia el aiio 4000 a.n.e, Los sitios antillanos con fechas relativas a este Tango se concentran en lugares cercanos al mar y tienen que ver en su mayoria con sociedades parecidas a las que se desarrollaron en Belice, puesto que los ar- tefactos se confeccionaron en piedras capaces de producir laminas como el si- lex, la calcedonia y otras, a partir de las cuales se elaboré el instrumental de es- tos grupos. En la bahia de Puerto Principe, Moore detecté ¢ identificé fechas que se acercan al 4000 a.n.e. en la parte de la isla de Santo Domingo que corresponde a la Repiiblica de Haiti, mientras que en el Sur de ta isla, en el sitio Barrera Mor- dan, en la actual Reptblica Dominicana, las dataciones ms antiguas correspon- den al 2610 y 2590 a.n.e. (Veloz Maggiolo, 1991), Se trata de un posible transito desde Centroamérica que pudo haberse pro- ducido por la via maritima hacia el 5000 a.n.e. En el Oriente de la isla de Cuba los sitios de Levisa y los relacionados con el lugar llamado Seboruco correspon- den a ese modelo centroamericano (Veloz Maggiolo, 1991). Los artefactos de es- tas primeras migraciones hacia las Antillas tienen una gran similitud con los de Belice publicados por varios autores y existe en todos los casos un énfasis nota- ble en la recoleccién marina de playas, en la que los bivalvos son abundantes. Se puede hablar de varias migraciones preagricolas hacia el arco antillano. Grupos migratorios mas tardios, con otro modelo de adaptacién al medio isle- fio, emigran hacia el arco antillano no ya desde Centroamérica, sino desde la costa oriental de Venezuela, produciéndose ocupaciones de recolectores tem- pranos en el Norte de la isla de Puerto Rico, donde se tienen dataciones que os- cilan entre el 3900 y 2500 a.n.e. (Carlos Ayes, comunicacién personal), Gentes ligadas al sitio No Carlos y Banwari-Trace, en Venezuela y Trinidad, respecti- vamente, viajaron hacia el arco antillano a partir de esas fechas, ocupando las desembocaduras de los grandes rios antillanos y las zonas de los manglares. La evidencia de este transito esta presente en casi todas las Antillas Menores. En Antigua, por ejemplo, los recolectores estarfan presentes desde por lo menos el 2000 a.n.e. (Davis, 1993). Escaneado con CamScanner LAS SOCIEDADES ORIGINARIAS DEL CARIBE 573 ean ana GOLFO DE Mexico Posibles areas de dispersién de los grupos recolectores hacia las Antillas a partir del 4000 ane. Area A: Grupos con artefactos de sflex. Area B: Grupos con artefactos de piedra modificada por abrasidn y conchas modificadas. Fuente: M. Veloz Maggiolo. Estas sociedades recolectoras cubrieron todo el arco antillano desarrollando muy variados modelos de adaptacién, si es que nos atenemos a los diversos tipos de artefactos que utilizaron y a la variedad de los restos alimenticios. En los es- tudios arqueolégicos y desde las excavaciones de Mark Harrington en la isla de Cuba (Harrington, 1935), a los pobladores sin agricultura se les llamaba «cibo- neyes»; sin embargo, el término tenia connotaciones totalmente etnoldgicas, Puesto que las posteriores investigaciones en el area demostraron que no se tra- taba de un solo tipo humano ni de una sola cultura, sino de un modo de vida que a través del tiempo estuvo representado por varias culturas. Los mis an- tiguos pobladores, con industrias laminares basadas en rocas como el silex, la calcedonia o el cuarzo, dependian notablemente de los lugares donde estaba la materia prima de sus instrumentos, mientras que los grupos de procedencia su- damericana fueron més eclécticos en su modelo adaptativo, usaron morteros, manos de mortero pulidas, anzuelos y pesas para redes, asi como para la pesca de alta mar, que inclu‘a peces dseos, manaties y tortugas de eae a es coe Los primeros habitantes antilanos son el producto de sociedades en las que al parecer la vida colectiva se desarrollé siguiendo el esquema de bandas Escaneado con CamScanner MARCIO VELOZ MAGGI Lo S74 res, Arqueol6gicamente los investigadores distinguen varios grupos migratoriog importantes ; —los Ilamados «barreroides 0 las costas de Centroamérica; —los denominados «banwaroide: nidad; | i *es os lamados ehibridoides», caracterizados por la combinacién de artefac. tos de los dos grupos anteriores en un mismo esquema poblacionals ree Tkamados «manicuaroides», tardios ocupantes de la costa oriental de Venezuela con la concha como materia prima para sus artefactos (Rouse y Cry. xent, 1963). mordanoides», posiblemente con otigen en <», con un posible origen en la isla de Tri- LAS MIGRACIONES AGRICULTORAS Las Antillas y buena parte del Caribe estuvieron ocupadas durante milenios por sociedades recolectoras que desarrollaron muy diversos modelos de vida. Sitios como los de San Jacinto, Monsti, Canapote y otros en la costa norte de Colom- bia (Groot, 1989), representan un paso novedoso en el proceso recolector. Algu- nos de estos lugares presentan ya aldeas organizadas, sin agricultura y con alfa- reria, desde una época anterior al 4000 a.n.. Se trataba de sociedades tribales incipientes, y los hallazgos de Oyuela (1993) parecen corroborar la idea de que alfareria y recoleccién en el area del Caribe fueron manifestaciones simulténeas en algunos sitios. Lo mismo puede decirse de Monsti y Puerto Hormiga, estudia- dos por Reichel Dolmatoff también en la parte atléntica de Colombia (Reichel Dolmatof, 1986). En las Antillas la aparicién de las primeras alfarerias no se produce sino ha cia el siglo v a.n.e. Lo mismo que en el periodo preagricola, la procedencia de los grupos agricultores parece ser variada, Desde el punto de vista de las migra- ciones hacia el arco antillano se presentan dos posibles focos. E] mas importante en el aspecto de migracién masiva es el Oriente de Sudamérica, pero, al parecer, tan temprana como ésta es otra migracién que puede catalogarse como oriunda del Norte de Sudamérica y posiblemente producto de sociedades agricultoras li- gadas a sitios como los costeros ubicables entre los rios Magdalena y Frio, area de Barlovento, en Colombia A los grupos procedentes del Norte de Sudamérica se les ha considerado como protoagricolas; sin embargo, recientes investigaciones hechas por nosotros son reveladoras de que ya hacia el siglo 1 a.n.e. esta presente el polen de maiz en algunos de ellos (Veloz Maggiolo, 1994). Si bien los grupos procedentes de Venezuela y del Oriente de Sudamérica llegaron a la isla de Trinidad y hacia otras Antillas en el mismo siglo IV a.n.e., eran portadores de un tipo de organ zacién social basada en el cultivo de la yuca o mandioca (Manihot esculenta K.), aa se habia expandido ya en gran parte del rio Orinoco y en los rios selvaticos ee aa Gee Pade ae 1500 a.n.e, (Angulo Valdez, 1988)- at Republica Dominicana Gla de Seas Da ot eae todos se or anto Domingo), presentan una tipologia de Escaneado con CamScanner MARCIO YELOZ MAGGI, 37% eo SITIOS DEL NORDESTE DE VENEZUELA RELACIONABLES CON LAS ANTILLAS, CERRO IGUANAS -6OPORITO 3° PS ACCinnancas conozai Ua GRUTA ( \ Los lugares de Cuartel y Puerto Santo corresponden a grupos agricultores con alfareria pintada también representados en las Antillas. Los lugares No-Carlos, Guayana, Playa Grande, Manicuare, Punta Gorda, La Aduana y Banwati-Trace, corresponden a ocupa- ciones de grupos recolectores con contrapartida en el drea antillana (Sanoja, 1983). tefactos similares a los de los recolectores, pero con alfareria. La ausencia del burén o budare, plato para cocer el casabe, parece sugerir que estos habitan- tes, también presentes en el Oriente de Cuba segiin trabajos de varios investiga~ dores (Tabjo y Rey, 1979) y en la zona de Matanzas, Cuba, segtin otros autores (Dacal y Rivero, 1986), no practicaron el cultivo de la yuca. Simulténeamente, los grupos de posible origen arawaco procedentes del Oriente de Venezuela penetran en las Antillas Menores y Mayores en una exito- sa dispersién que alcanza la isla de Puerto Rico en el siglo it a.n.e., dejando importante informacién en los asentamientos de la isla de Vieques, segiin los trabajos de Alegria, Chanlatte, Rouse y otros autores (Chanlatte, 1981). Estos agricultores parecen ser un desprendimiento de agricultores primeramente ubi- cados en las margenes medias del rio Orinoco, que artibando por tierta y por la Propia corriente fluvial a la costa se mezclaron, a juzgar por sus alfarerias, lla- madas «saladoides» y «barrancoides» por los arquedlogos Rouse y Cruxent (1963). Otro uso para su designacién, como el término igneri, se ha aceptado en parte, Escaneado con CamScanner — LAS SOCIEDADES ORIGINARIAS DEL CARIBE St. Thomas N S. Johns, 4s® Anguilla CF gS yy st. Ls ec—st Puerto Rico e ’ St. Croix Saba St, Eustatius St. Christopher Nevis } Montserrat MAR CARIBE Margarita Venezuela Posibles lineas migratorias de los grupos agricolas t glo a.n.e, Veloz Maggiolo, 1991. En la isla de Santo Domingo, y en el siglo ia. del sitio Punta Cana, con presencia del burén op nos hablan de una migracién no barrancoide ni sal farerias no contienen los elementos decorativos tpi tales. 37 Martin Barthelmy p— Barbuda Antigua ‘Guadalupe faria Galante ATLANTICO. Jominica Siglo wane. empranos hacia las Antillas, si as alfarerias tempranas Jaro para coc ladoide, por c icamente considerados como Escaneado con CamScanner 578 MARCIO VELOZ MAGGIOLO Los arquedlogos han denomiando «caimitoides» las migraciones agricolas 0 protoagricolas de posible procedencia colombiana y han llamado «saladoide in- sular» a las iniciales ocupaciones agricolas de posible origen arawaco. Estas denominaciones se han establecido teniendo en cuenta los llamados «sitios cabeceras» de donde se supone parten las «series arqueolégicas» descritas en funcién de la decoracién con métodos ideados por Rouse (Rouse y Cruxent, 1963). El Oriente de Cuba tiene ocupaciones agricultoras tempranas, sin cultivo de yuca al parecer, hasta bien entrada nuestra cra. Sitios como Caimanes Il y Mayari oscilan entre los siglos 11 y vit n.e. (Navarrete, 1983), pero personal de la Acade- mia de Ciencias de Cuba, asi como de la Universidad de Oriente, han identificado lugares de grupos recolectores con abundante alfareria (Pantel, 1991). El predominio de la ocupacién agricola en el area antillana caracteriza su historia media. Sin duda los habitantes recolectores de las islas se fundieron con las sociedades agricultoras. Hay evidencia en sitios agricolas del uso de ar- tefactos del periodo Precerdmico, y no cabe duda que la tecnologia de la pi dra lascada, comin a los grupos del 4000 a.n.c., sobrevivi6 en las comunida- des agricultoras, como lo ha sefialado Pantel al analizar los usos de artefactos en el periodo Precerémico de la isla de Santo Domingo y el Caribe (Terray, 1971). LAS SOCIEDADES TRIBALES Los grupos agricultores de posible origen arawaco parecen haber arribado a las islas antillanas en un proceso migratorio caracterizado por la presién de las so- ciedades «segmentarias» o de «linaje», como las llamara Terray (1971), sobre tun amplio sector selvatico continental. El cultivo de roza o de tala y quema del bosque para sembrar fue el sistema fundamental de subsistencia para las socie- dades ya organizadas en aldeas con predominio de la identidad tribal. La quema del bosque se acompaiié en la zona continental del traslado permanente de la so- ciedad, puesto que la misma no podia permanecer en un mismo lugar largo tiem- po, debido a que la quema y el cultivo desertizaban los suelos. De modo que Ia sociedad tribal que habitaba una decena de afios el mismo sitio, a la vez que cre- tia demogréficamente, necesitaba de otros suelos para repetir el proceso. La seg- mentacién fue la base de un sistema econdmico cuyo modelo productivo era extensivo y dentro del cual Ia fragmentacién del grupo social obligaba a un pro~ ceso de identidad porque la extension de los grupos necesitaba de un permanen- te sistema de reconocimiento (Terray, 1971). Las primeras sociedades agricultoras se ubicaron en Ia isla de Trinidad, may cerca dela costa de Venezuela, pero también lo hicieron en las islas de Antigua, Guadalupe y San Martin, produciendo una importante transformacién de su int cial sistema de cultivo continental. Las sociedades saladoides buscaron, entre el siglo Iv a.n.e. y el siglo V n.e,, sitios cercanos al mar, abandonando lentamente el cultivo de tala y quema del bosque e incrementando la recoleccién y 1a pesc® marina como un modo de proteger las zonas de cultivo. Escaneado con CamScanner = LAS SOCIEDADES ORIGINARIAS DEL CARIBE 579 La primera gran migracién agricola se asenté desde la isla de Trinidad has- ta el Oriente de Puerto Rico. Su desarrollo social se realiz6 bajo los iniciales as des-barrancoides», los cuales se identificaron como asentamientos relativamente pequefios, ligados a la agricultura de tipo vegetativo, con el uso de estacas 0 es- quejes pata reproducir su principal fuente de alimentos, la yuca 0 mandioca. En Ia isla de Saint Kitts estudios levados a cabo por Goodwin (1991) revelaron que las sociedades saladoides insulares incrementaron cada vez mas sus procesos de recoleccién y pesca marina. Muy posiblemente el espacio agricola de las islas pe- quefias, algunas de ellas con terrenos de origenes volednicos en parte, como San- ta Lucia y Guadalupe, fue menos aprovechable que en otras, por lo que el tinico equilibrio utilizable para la proteccién de los suelos fértiles fue retornar a los re- cursos naturales, dando descanso a los mismos. No result6 asi en el Oriente de Puerto Rico y en varios lugares de la isla de Vieques, cuyos terrenos fértiles per- mitieron una ocupacién muy atenta a los cultivos (Chanlatte, 1983). Los sitios de Sorcé y La Hueca, en la isla de Vieques, al Este de Puerto Rico, revelan una densa ocupacién agricola que se inicia en el siglo ta.n.e., y que demuestra cémo sus integrantes mantuvieron desde esa época contactos con Ia zona continental de Sudamérica. Las vasijas acampanadas tienen decoraciones con diversos tipos de pintura en el caso de Sorcé, relacionandose con motivos decorativos de la costa venezolana, como serian los sitios de Puerto Santo (Sanoja y Vargas, 1983), siendo sin embargo dichos motivos més tempranos en las Antillas que en la costa venezolana. Las gentes que representan el sitio Sorcé pueden relacionarse con los sitios trabajados por Alegria y otros, como serfan Hacienda Grande y El Convento (Rouse y Alegria, 1990), en los cuales predomina la pintura con motivos blancos sobre fondo rojo, con fechas relacionables con el siglo 1 a.n.e.; pero el lugar Ila- mado La Hueca es representativo de otro tipo de cultura, con una parafernalia muy rica, en la que los trabajos en piedras semipreciosas y la presencia de amu- letos en forma de céndores con cabezas entre las garras sugieren una distante in fluencia andina atin no explicada. Ambas ocupaciones parecen estar presentes en el Oriente de la isla de Puerto Rico segtin los trabajos llevados a cabo por Rodri- guez (Rodriguez y Rivera, 1990) en el lugar denominado Punta Candelero, don- de, lo mismo que en la isla de Saint Kitts, las aldeas de tipo saladoide parecen haber alcanzado por lo menos los siglos X 0 xi! n.e., Io que evidencia ua pe sencia de estos grupos en el panorama antillano de por lo menos quince siglos. Los estudice de habitacion de estas sociedades revelan, segtin datos de Mat- tioni, Chanlatte y otros, el uso de viviendas redondas y de malocas o grandes vi- viendas, sugiriendo que en algunos momentos las sociedades se organizaron en grupos familiares nuclearizados y en otras en grupos familiares extensos, oo tendidos, con una importante vivienda colectiva para mumerosas persons. © tio Maisabel, investigado en la costa norte de Puerto Rico por gel y Berscin revela en detalle el proceso de desarrollo de estas sod Sao ri glo 1v ne. habjan tenido un espacio de centurias sobre clea eabeien 8 pe trones de vida muy estables. Un estudio de Budinoff en Mais ; permite sob una muestra de 34 esqueletos, establecer los problemas de esta 1s Escaneado con CamScanner MARCIO VELOZ 0 ARC MAGGIOLO po de expresién cultural como seria la Ila- mada Ostionoide, en la que la sociedad comienza a desarrollar nuevas técnicas de produccién, como veremos. Pese a estas afirmaciones, Maisabel presenta una alta tasa de mortalidad de la poblacién, en la que poca gente llegaba a la vejez. Los varones vivian més que las mujeres. Las muertes por parto fueron muy co- munes y las enfermedades infecciosas se manifestaron muy a menudo (Siegel, 1991). El patrén de vida de estos grupos que inicialmente provenian de la costa o la selva venezolana no cambié radicalmente el sistema de tala y quema, combindn- dolo con una recoleccién intensiva. Los enterramientos, muchos de ellos realizados dentro de las viviendas, fue- ron completados en la parte mas temprana de la ocupacién, como acontecié en los sitios Morel Iy Morel Il, en la isla de Gudalupe, con ofrendas de cuentas de piedras semipreciosas, similares a las confeccionadas por los grupos de La Hue- ca, en la isla de Vieques. saladoide en transito ya hacia otro ti OTROS GRUPOS AGR{COLAS TEMPRANOS Mientras los saladoides insulares se instalaron en todo el arco antillano hasta Puerto Rico, y tardiamente, hacia el siglo mt, en Ia isla de Santo Domingo, agri- cultores con otro tipo de alfareria se asentaron en el sitio llamado Punta Cana, en el extremo este de la isla de Santo Domingo. Desde el 250 a.n.e. hasta aproxi- madamente el 440 n.e., los grupos de Punta Cana parecen haber ocupado gran parte del Este de la Republica Dominicana. Si bien eran cultivadores de yuca y la presencia de budares para confeccionar el casabe es relativamente abundante, os habitantes de Punta Cana escogieron una zona semidrida donde predominan las rocas calizas, los rios son casi inexistentes y el agua brota de manantiales subterrdneos muy cercanos al mar. ‘Al parecer, el cultivo de yuca se combiné con el uso de plantas silvestres como la Zamia debilis, llamada vulgarmente gudyiga (Veloz Maggiolo, 1992) y los elementos 0 artefactos de Punta Cana tienen una mayor relacién con los gru- pos recolectores tempranos que con los de los sitios saladoides antes apuntados. LOS LLAMADOS «DESARROLLOS LOCALES» Es evidente que los grupos saladoides insulares desarrollaron en cada isla nuevas alfarerias y que el intercambio entre las islas fue creciente. En las Antillas Mayo- res los desarrollos locales fueron una constante en las alfarerias, mediante las cuales se establecieron estilos que permiten una secuencia. Muchos de los mode- Jos de alfarerfa con su origen en la costa venezolana siguieron subsistiendo y poco a poco el sistema de cultivo de roza, o sea, de la quema del bosque para sembrar en el terreno, fue equilibrado con una intensa fase de pesca, caza y FecO- leccién. Los contactos entre las islas y la parte continental venezolana estén con- firmados por estudios como los de E. Maiz (comunicacién personal, 1990) en la Escaneado con CamScanner LAS SOCIEDADES ORIGINARIAS DEL CARiar costa sur de Puerto Rico, donde h sitio venezolano Puerto Santo se relaci guacamaya, ausente en la fauna antill; tinental. ' emp dt Al Mase tein a ian psi : igares de la isla, como el sitio Cuevas o el lla- mado Guayanilla (Chanlatte, 1993), revelan un cambio de estil Ife fias, produciendo a partir de las iniciales formas saladoides-barranceticn soe delos con tendencia a Ia decoracién policroma, en el caso de Grane ya vasijas rojas con bordes biselados o alisados, en el caso del llamado cestilo Cue, vas», En ambas oportunidades los estilos cited relacion con sociedades antillanas locales que manejan con propiedad tw medio akon y que estan ligadas profundamente a lugares costeros en el Sur de leila Se ora de navegantes que intercambian productos, y principalmente los portan de la zona costera a la de montafia; pero los portadores del estilo Cuevas ve desplavan hacia el afio 670 n.e. hacia la isla de Santo Domingo, en cuya costa sur deearvo, llan el mismo patrén, que incluye pesca de alta mar, grandes bohios o casas co- lectivas, enterramientos en zonas especializadas, la cremacion en ocasiones de sus propios muertos y enterramientos dentro de las zonas de vivienda, En la isla de Santo Domingo los representantes de las sociedades «cuevoi des» se ubicaron en la costa sur y en lugares ricos en fauna marina, como son los sitios llamados Corrales, Nigua, Boca Chica y Juandolio, asentandose en aldeas frente al mar, en la propia costa y junto a promontorios de paredones de piedra caliza donde existian fuentes naturales de abastecimiento y, segin estudios de polen prehistérico (Veloz Maggiolo, 1994), importantes reservas de gudyiga 0 Zamia, cuyo uso en la prehistoria antillana ha sido harto comprobado. Hacia el afio 600 n.e. las sociedades arawacas en el arco antillano alcanza- ban sélo las Antillas Menores, Puerto Rico y la isla de Santo Domingo. Las evi- dencias de sociedades agricolas o agricorecolectoras en Cuba, de posible origen norcolombiano, siguieron su desarrollo hasta aproximadamente el siglo vin, cuando entran en Jamaica y en el Oriente de la isla los primeros agricultores con raices sudamericanas. Esos agricultores provenian de la isla de Santo Domingo, que recibié una nueva migracin desde Ia isla de Puerto Rico, donde se detectan 1os primeros grupos llamados «ostionoides». LOS OSTIONOIDES Como puede comprobarse, hasta los movimientos migratorios antes sefialados la agricultura tayo un modelo tradicional més 0 menos basado en el cultivo de roza con una morigeracién con sostén en la recoleccién marina y en la pesca. Pero | Ostionoides comenzaron a variar el sistema productivo en aspectos considerados televantes. Los ostionoides fueron grupos locales que no nuevas pened des de factura alfarera a parti de linea saladoides tardies, Sus vasias redondas, de asaslevantadas en forma de gasa 0 de letra «D> parecen recordar lay asas tar dias de la costa de Venezuela, mientras que el uso de pintura roja total y Escaneado con CamScanner 582 MARCIO VELOZ MAGGIOLO formas de cuencos a veces alargados, menos anchos que largos, llamados «navi- culares», tienden a indicar que se trata de una mezcla de estilos que parta tal vez del llamado Cuevas o del saladoide tardio de la costa. No existe una aceptacin comin para establecer los origenes ostionoides, puesto que al final de las ocupa- iones las alfarerias aceptan modelados y modelados incisos, producto de otras mezclas locales en las islas. Una rama de los ostionoides emigra hacia Ia isla de Santo Domingo, penetrando por la costa este hacia mediados del siglo vit, mien- tras que otra penetra por la costa sur hacia la misma época. Al parecer los grupos ostionoides presentan una relacién 0 contacto con las costas del Caribe continen- tal. Sus dioses alados, o murciélagos representados en colgantes planos, son simi- lares a los de la regidn andina del drea de Santa Marta, donde se desarrollaban los primeros grupos taironas de Colombia; los enterramientos dentro de las vi- viendas eran comunes, pero la més importante novedad propiciada por estas so- ciedades del siglo vil fue el uso de! llamado «monticulo agricola». En el Sur de Puerto Rico, cerca de la ciudad de Ponce, los monticulos agri- colas parecen haber sido la base de la sociedad ostionoide. Consistian en el amon- tonamiento de tierra y residuos de alimentacién y cenizas para la formaci6n de promontorios sobre los cuales se llevaban a cabo nuevas modalidades agricolas. El monticulo agricola permitié un control de la produccién y un modelo més f4- cil de subsistencia. Se trataba ademds de una infraestructura en la cual la labor colectiva era fundamental. A partir de los ostionoides, los arawacos antillanos fnician un proceso claro de distribucién de espacios, con la presencia ya en los siglos vill 0 1% nee. de plazas para el juego de la pelota, como acontece en el sitio de Las Flores, en Puerto Rico. Ta capacidad de extensidn de los ostionoides y su mejor uso de los espacios se explica por la absorci6n de las sociedades agricolas que los precedieron en las ‘Antillas Mayores y por la répida dispersi6n interislefia de sus comunidades, En el siglo 1X estos grupos ya habjan arribado a Cuba y Jamaica, Es muy posible que fen Cuba y tal vez en Jamaica influyeran sobre sociedades aisladas durante siglos. En dl caso de la isla de Cuba, la secuencia ostionoide atin no es clara, pero si lo es en la isla de Santo Domingo, donde se ubicaron siguiendo la misma ruta marina de los habitantes del «estilo Cuevas» y penetrando igualmente en los grandes va- Iles, donde aprovecharon las arenas limosas y ricas en desechos de los rios de co- rriente importante, para ubicar sus poblados en las pequefias zonas de depésito. Es muy posible que las sociedades ostionoides (que toman su nombre arque- ol6gico del sitio Punta Ostiones, en Puerto Rico) comenzaran a product una es- pecie de surplus 0 sobrante que oblig6 a una formulacién de la distribucién de la produceién. Como en todos 0 casi todos los casos de las sociedades de selva tro- pical de origen arawaco con raices continentales, el stock alimenticio estuvo o- Preterizado por el uso de raices comestibles, de las cuales algunas como la yuca Y la eudyiga o Zamia, eran modificables y fueron modificadas y las otras eran ust das de manera natural, Los frutales fueron factor importante en la subsistencia ¥ tl desarrollo de sistemas de pesca sofisticados entre los que se incluyen artefac- tos como las nasas o trampas, los corrales para obturar los cafios y evitar la hui- da de los peces, las redes, los anzuelos, las canoas para rios y mar fueron impor tantes elementos equilibrantes del ahora mas productivo proceso agricola. Escaneado con CamScanner LAS SOCIEDADES ORIGINARIAS DEL CARiag 583 Sobre la base de las sociedad i es ostionoides antillanas is Sobre: laaned le comenz6 a producirse pos es iC ent orton etd Las Caracteristicas de la sociedad de selva en la '@ Tangos caciquiles o de jefaturas, sino i y 5 , sino rangos varia- Parceeaie oan proeies habilidades personales, cambian hacia Is presen- ‘a oderes comunes a gruy Ansit ic i ee grupos en transito hacia una sociedad Los indices paraferndlicos aportados ines nono seven wo conn a a ee se usar polvos alucindgenos. Hacia el siglo x n.e. se inicia un cers decorative que incluye en las asas de las vasijas caras de murciélago, mientras que en algu. nos lugares los poblados se hacen amplios y aparecen mezclas decorativas que son la base de las posteriores alfarerias llamadas chicoides y meillacoides, las primeras relacionadas con los inicios di mn le la «cultura taina» y las segundas con los inicios de la «cultura macoris» (Veloz Maggiolo, 1993). vee MACORIJES, CIGUAYOS Y TAINOS Para la mayoria de los historiadores del Caribe temprano, las culturas taina y macoris, identificables a través de las alfarerias «Boca Chica» y «Meillac», proceden de ramas de los ocupantes locales ostionoides antes sefialados. Al pa recer, en la isla de Santo Domingo se produjo un proceso simulténeo de desa- rrollo partiendo de estos tres tipos de sociedades. Hacia el siglo 1x n.e. nuevos modelos alfareros hablan de una gran diferenciacién en la isla de Santo Do- mingo. Mientras que en la parte central de a misma, actual valle del Cibao, emergen grupos cuyas alfarerias se basan en las viejas formas ostionoides, a las cuales se agregan incisiones cruzadas, modelos de aplicacién con tiras de ba- 110, esgrafiados y un sistema decorativo nuevo en las Antillas, en las zonas costeras del Este de la isla comienzan a desarrollarse sobre las formas ostionoi- des alfarerias de rico modelado, con un dominio de las formas estéticas. Estas iltimas, llamadas «chicoides» por ser el poblado de Andrés-Boca Chica, en la isla de Santo Domingo, su lugar de cabecera, corresponden a los primeros gru- pos tainos, los cuales desarrollaron la més importante cultura antillana y del Caribe. ; : Al parecer, el cultivo en monticulos agricolas trajo como consecuencia una mayor productividad. El crecimiento demografico se increment6 en las Antillas Mayores desde el siglo xit n.e. en adelante y aldeas relativamente grandes se han localizado en muy diferentes lugares antillanos, incluyendo la isla de Cuba y la de Jamaica. De este periodo son los més destacados modelos cacicales, es decir, sitios con plazas indigenas para el juego de la pelota lamadas bateyes,cireunda, das en numerosas ocasiones por viviendas. Se trata por tanto de una socieda organizada en jefaturas 0 cacicazgos, en la que el cacique nae un edo casi soberano con tendencia hacia la teocracia. Las caracterfsticas de este modo de vida cacical se resumen en el casi abandono del llamado «cultivo de raza» ya explicado; en unas relaciones de produccién mas orientadas hacia un podes cen tralizado; en la tendencia hacia grupos familiares mas restringidos, nucleados; en Escaneado con CamScanner MARCIO VELOZ MAGGIO: 504 LO. grandes zonas de cementerio; en la apa- frctos, generandose procesos de adapta- Ia concentracion de poderes por asig- separandose ciertas formas de el uso especializado de los espacios con ricién de redes de intercambio de prod: cién humana mucho mis definidos; en fin, nacién a un jefe tribal parece ser hereditaria, trabajo especializadas (Veloz Maggiolo, 1993). j Dentro de este esquema emerge lo que muchos autores denominan la «cultu- ra Boca Chica», caracterizada por una alfarerfa con tendencia a los grandes mo- delados y que se corresponde con la cultura llamada «taina». Los tainos fueron, con los macorijes y ciguayos, los pobladores més tardios de las Antillas Mayo- res, aunque se haya identificado erréneamente a la poblacién prehist6rica total de las islas con este nombre. Los tainos aprovecharon al maximo los avances de grupos anteriores, per- feccionaron las técnicas del monticulo agricola, usaron el maiz como elemento de subsistencia sin abandonar la yuca y constituyeron una sociedad ceremonia- lizada, en la que los dioses o cemis tenfan una impotancia capital. La produc- cién taina utiliz6 variados recursos alimenticios, organizandose en aldeas cen- trales, muchas de ellas especializadas en la pesca, en la produccién de casabe de mandioca o bien en la produccién de artefactos rituales. La dispersion de la cultura taina ya desde el mismo siglo xi n.e. alcanz6 a Jamaica y Cuba, por el Occidente, y a Puerto Rico, por el Oriente, conformando una gran regién cul- tural. Los llamados macorijes, oriundos de la isla de Santo Domingo, siguieron el curso y la ruta de los tainos ocupando parte de Cuba y Jamaica, sin que se ha- yan encontrado restos de sus poblados al Este de la isla de Santo Domingo. Los macorijes parecen tener una relacién muy discutida con grupos de las Guayanas, a juzgar por las tematicas de su alfareria. Existe entre los grupos macorijes la misma tendencia a la elaboracién de monticulos para el cultivo, aunque al parecer el juego de pelota, practicado por los grupos tainos, con algunas similitudes con el de México, no esta presente y las aldeas siguen patrones diferentes, siendo los lugares mas aprovechables los valles pequefios, las barrancas de los rios y las zonas de albufera, asi como los depésitos fluviales. La adecuacién del sistema de monticulos en ambos grupos culturales parece haberse producido entre los tainos y macorijes hacia el afio 930; en el sitio denominado El Carril, Noroeste de la Repiiblica Dominicana, han sido detectados por lo menos doscientos monticulos gracias a la fotografia aérea. ‘Aunque tainos y macorijes han sido estudiados con mayor cuidado, un ter- cer grupo importante es el de los Ilamados «ciguayos», que también se encuen- tran en la parte Nordeste de la isla de Santo Domingo, donde Cristébal Colén toma contacto con ellos durante su primer viaje (Colén, 1961). Desde el punto de vista arqueol6gico, las alfarerias ciguayas son similares @ las de los grupos tainos, s6lo que més gruesas, La mayoria de los autores con- cuerdan en que si no hubiese habido una referencia a los ciguayos en las cr6ni- cas, hubiese sido imposible separarlos de los grupos tainos. Sin embargo Col6n y los demas cronistas estén de acuerdo en que hablaban una lengua diferente a !a de los macorijes y tainos, en que presentaban una decoracién corporal basada en Escaneado con CamScanner LAS SOCIEDADES ORIGINARIAS DEL CARIBE ses VT |jr * {dolo de madera procedente de Santo Domingo. Cultura Taina. Fuente: Vic Krantz, cortesia de Smithsonian Institution, el uso de cabellos muy largos y de redecillas, asi como de arcos grandes slo comparables a los de los usados por los grupos cari- bes, que ya hacia el siglo x1! n.e, habian hecho su entrada en las Antillas Meno- res, convirtiéndose en enemigos frontales de los agricultores arawacos, rama a la que pertenecfan los tainos, ciguayos y macorijes. el color negro del cuerpo, y en Escaneado con CamScanner 586 MARCIO VELOZ MAGGIOLO LOS LLAMADOS «CARIBES» La migracién de los caribes hacia el arco antillano es la iltima conocida. Proce- dentes de las costas orientales y centrales de Venezuela, donde habian despla- zado a las poblaciones arawacas sometiéndolas y tomando a sus mujeres para las faenas agricolas, los caribes parecen haber arribado a las islas en grandes raz- zias, Su dominio de la navegacién en las islas fue sumamente importante para sus ataques a las poblaciones arawacas de todas las Antillas Menores y del Oriente de la isla de Puerto Rico, donde, en el momento de la Hegada de los es- pafioles en el siglo Xvi n.e., todavia raptaban mujeres y practicaban el canibalis- mo ritual comiéndose a aquellos prisioneros que para ellos posefan caracteristi- cas especialmente aprovechables. Lo mismo que los arawacos, los caribes tenian cemis, inhalaban polvos alucinégenos en sus rituales y, segiin D. Taylor, la mi- tad o mas de los vocablos caribes tendrian influencias de la lengua arawaca, lo gue para muchos significa que arawacos y caribes pudieron tener un tronco co- min continental. Como en el caso de los ciguayos de la isla de Santo Domingo, es imposible reconocer los sitios arqueolégicos de los mismos, puesto que por ser las mujeres arawacas raptadas las que elaboraban Ia alfareria, no existe una verdadera arqueologia de los grupos caribes. La tiltima oleada humana que llega a la Guayana y que parece extenderse hacia Venezuela ha sido denominada «fase Koriabo». Es muy posible que las gentes de la fase Koriabo fuesen caribes que arribaron hacia el 1200 0 1300 n.e. elrerritorio de Guayana y Venezuela. El origen de tales grupos altamente bélicos parece estar al Este de las Guayanas, en territorio del Brasil. Los sitios de habita- Fn son poco profundos, no usaron el monticulo agricola y el tamafio de las Sldeas continentales oscila entre los 1800 y los 7400 m*, localizéndose sobre barrancas en las orillas altas de los rios. Como los arawacos, fueron cultivadores de yuca 0 mandioca. Segin Migliazza y Campbell (1988), hacia el afio 1800, mucho después de la conquista de América por los europeos, la familia de len- guas caribes habia cubierto toda la costa nordeste de Sudamérica y gran parte Bel interior de los llanos y costas occidentales de Venezuela, lo que revela el éxi- to de los grupos caribes en su proceso de expansi6n, Escaneado con CamScanner

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