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Comprensión y Redacción de Textos


II

Integrantes:
1.- Antonella Ávalo García.
2.- Estephany Jabo Tejada.
3.- Junior Cruz Córdova.
4.- Eberth Leonel mondragon Sandoval (coordinador)

El artículo de opinión

Lee el texto y subraya o resalta las partes en las que se identifique la subjetividad y la
libertad expresiva del lenguaje. Reflexiona sobre su utilidad en el artículo de opinión.

La adicción al smartphone es un problema de todos


La adicción a los smartphones me parece un monstruoso lío de la sociedad en general. De ti, de mí, de
tus amigos, de tu familia y del resto de círculos que componen tus redes sociales 1.0. ¿El motivo?
Sencillo: no nos gusta que nos pidan cosas, pero sí nos encanta pedir. Desde mi punto de vista, el ser
humano comete el grave error de pedir al prójimo algo que él mismo no está dispuesto a dar , como es
su tiempo. Eso sí, cuando nosotros necesitamos el tiempo de otro, más le vale que nos lo dé, “porque
nosotros siempre lo hacemos”.

Podría pasarme divagando sobre este caso toda una vida, pero prefiero mostrarlo con un ejemplo que
todos entenderemos: WhatsApp y el tic azul. Estás tan tranquilo en tu sofá, haciendo lo que sea que
estás haciendo. Alguien te manda un WhatsApp y te dice que necesita que hagas o que le envíes algo.
Tú, inmediatamente, piensas en dos posibilidades: primero, “si abro la conversación, va a saber que lo
he leído” y, segundo, “¿qué pasa, que tengo que hacerlo cuando esta persona quiera?”. Entonces,
decides no abrir el mensaje, por miedo a las posibles consecuencias que pueda tener el “he visto que lo
leíste y no respondiste”.

Es ahí cuando pensamos “es que yo tengo una vida, unos amigos, una familia… parece que a la gente
no le importa lo que esté haciendo yo en ese momento. Es que si no quiero contestar no contesto”. Ese
pensamiento está genial, pero ahora vamos a darle la vuelta a la tortilla. Ahora eres tú el que manda el
mensaje, un mensaje “súper importante”. La persona lo recibe, lo lee y lo deja en visto, y no responde.
¿Ahora qué? ¿Quién es el malo ahora? ¿Él/ella, por decidir invertir su tiempo como quiere y no
responderte? ¿Tú, por presionar a la otra persona a que mire su teléfono cuando no tiene motivo para
hacerlo? Es ahí cuando nos convertimos en agentes de presión social.

Queremos que la gente nos preste su tiempo, y lo queremos ya. Si no lo hace, lo está haciendo mal, y
llegamos a presionar para que eso pase. “¿Así que no lees el mensaje? Pues te llamo al teléfono, y lo
primero que voy a hacer es preguntarte si has visto WhatsApp”. Sabes que no, que no lo ha hecho,
pero vas a poner a la otra persona en el compromiso de reconocerte que no lo ha mirado. Eso ejerce
presión social sobre la otra persona y favorece esa adicción al teléfono. Tenemos que aprender que
tenemos una esfera privada que nadie puede invadir sin nuestro permiso. Cuando dejamos que eso
pase, estamos cometiendo un grave error, porque, una vez hecho, no hay vuelta atrás.

García, N. J. (2017). La adicción al smartphone es cosa de todos. Adaptado de https://bit.ly/2BfnFpf


Reflexión:

La adicción a los Smartphone Desde su aparición, las personas estamos cada vez más
enganchadas a nuestros teléfonos móviles. Vivimos cada minuto del día conectados, pendientes
del teléfono, sin soltarlo ni un segundo. Y eso, aunque muchos no se den cuenta, nos impide
disfrutar de muchos de los momentos de nuestra vida. Según, el Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS) señaló que la nomofobia trastorno siquiátrico de adicción al teléfono celular-
puede generar desde malestares en articulaciones, ojos, huesos y oídos hasta insomnio,
depresión y ansiedad. Esto afecta, a la presión social que ejercen en las personas a través de los
medios, que son perjudiciales pues provocan que las personas no se sientan identificadas con su
postura sobre un tema concurrente.

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