Está en la página 1de 262

1

CR ÉDITOS
Moderaci ón
Jhos

Traducci ón
Jess16 pandora Montogmery
Maia8 stheffy
CarolAnne ahtziri29
2
sooi.luuli Val_277
JoaZB Fer_rdn
Jhos Sisabel1320

Revisi ón y Recopilaci ón
lalaus & Maia8

Correcci ón
LadyPandora stheffy Fer_rdn
Maia8 liset_11 1Inna
MaryJane♥ Bibliotecaria70 Vericity

Dise ño
mara.r
»Sinopsis
Jamie Baker, la única chica en el mundo con superpoderes, ha
aceptado lo que es y ha aprendido a controlar su poder. Por no hablar
de que tiene el mejor novio del mundo. Su vida finalmente parece ir
bien. Pero el día en que es testigo de un accidente y decide no salvar al
chico por temor a ser expuesta, se da cuenta que con solo ser Jamie
Baker no es suficiente.
Después de ver a Jamie tan destrozada por la culpa, el siempre cordial
Ryan Miller decide que es tiempo de hacer todas sus fantasías sobre
convertir a su novia en una superheroína honesta y bondadosa
realidad.
Por supuesto, viene con el paquete un Súper Nombre decente y aplastar
todos los intentos de Ryan para meterla en spandex, pero no son los
únicos problemas que enfrenta Jamie. Cuanto más su otro yo aparece 3
en los titulares, más difícil se le hace a Jamie ocultar sus actividades
extracurriculares de su mejor amiga, el gobierno, los científicos
radicales y el nuevo chico misterioso que está decidido a alejarla de su
novio.
»Capitulo 1
Traducido por Jess16
Corregido por Maia8

Hola, mi nombre es Jamie Baker, y no soy una súperheroína.


Repito: no soy una súperheroína.
Seguramente puedo tener más en común con tu amigable vecino
Spiderman, por ejemplo, que nadie más sobre el planeta entero, pero
tener superpoderes no te convierte en un héroe. Los superhéroes
utilizan su poder para el bien de la humanidad. Yo sólo uso el mío para
conseguir excelente comida para llevar y escuchar conversaciones
entretenidas.
Oh, traté de hacer lo correcto una vez. Salvé la vida de un tipo incluso.
Pero al final, todo lo que conseguí fue un hombro magullado, y una 4
gran cantidad de atención no deseada de un científico obsesionado que
casi mató a mi novio. Así que, sí, eso fue el final de mi carrera como
superhéroe. O al menos lo era hasta que me involucré en el tercer
accidente de mi vida. Bueno, yo diría que no estuve involucrada en esta
ocasión, pero para mí es básicamente lo mismo.
Por extraño que parezca, esta historia comienza con Mike Driscoll, el
mismo idiota que empezó todo el problema la última vez cuando apostó
con mi ahora novio, Ryan Miller, que no podía conseguir que la paria de
la escuela, osea yo, lo besara.
Por supuesto, la apuesta resultó ser la mejor cosa que me ha pasado.
No es que alguna vez hubiera admitido eso a Mike, porque por toda la
alegría que indirectamente provocó en mi vida, fue también responsable
directo de todo el dolor y el sufrimiento de mi mejor amiga. El mismo
dolor y sufrimiento del que nosotras casualmente hablábamos cuando
entramos corriendo en el tirón un par de semanas en nuestro primer
semestre de colegio.
—No puedo creer que me hayas convencido en esto. —Becky tiró del
dobladillo de su falda como si por arte de magia pudiera hacer que
creciera otros tres centímetros.
—Beck, ya hemos hablado de esto un millón de veces. Animar está en
tu sangre. Serías infeliz si no lo haces.
—Pero dijiste que lo harías conmigo.
—Fue antes de que decidiera ir a Introducción a la Ley. No hay ninguna
manera de que vaya a tener el tiempo para animar con tanta lectura
como voy a tener.
Eso no era del todo cierto. ¿Sabes un poquito sobre la súpervelocidad?
Sí, funciona igual con la lectura. ¿Podemos decir impresionante? La
parte no impresionante sobre esto es que tengo que mantener la
apariencia de ser normal, lo que significa que Becky tiene que pensar
que todavía estoy gastando todo mi tiempo estudiando.
—Todo el mundo me está mirando —se quejó Becky, dando a la falda
otro tirón.
—Como debe ser, te ves sexy con este traje. De hecho, tal vez
deberíamos aprovechar esta oportunidad para conseguirte una cita esta
noche.
Contuve la respiración mientras esperaba la respuesta de Becky a mi
declaración. Hace apenas un año que había ido al baile con Mike
Driscoll y se había aprovechado de ella después del baile de la peor
forma posible. Ella no había tenido una cita desde entonces, pero yo
sabía que estaba lista para seguir adelante. Sólo necesitaba un pequeño
empujón.
Puso los ojos en blanco como si estuviera haciendo el ridículo, pero se
produjo un ligero temblor en su voz cuando dijo: 5
—¿Una cita? Suenas como mi terapeuta.
—¿En serio? Tu médico tiene que ser un genio.
Becky soltó un bufido.
—Hablando en serio, Becky, es el momento de lanzarse a hacia fuera
otra vez. Ya estás lista. —Becky dejó escapar un largo y profundo
suspiro.
—No lo sé. A veces pienso que me gustaría, pero trato de hablar con
algunos de los chicos del equipo y me asusto. —Sonaba triste y
derrotada—. Tal vez nunca estaré lista.
—Tal vez estás mirando las cosas desde una perspectiva equivocada —
le dije.
—¿Qué pasaría si, en lugar de hablar a los jugadores de fútbol,
encontramos un buen adorable friki no amenazante? —Recorrí el patio
y encontré lo que estaba buscando apoyado contra la pared del edificio
de administración.
—Alguien como él, por ejemplo. Quiero decir, mira a ese tipo. Tú
podrías totalmente ganarle si intentara cualquier cosa.
—Jamie. —Becky se quedó sin aliento, horrorizada—. ¡No le apuntes! —
Ella prácticamente arrancó mi brazo al intentar quitar el dedo
infractor—. Oh, Dios mío, ¡te vio! Él está... ¿Se está riendo de nosotras?
—Miré y efectivamente se estaba riendo de nosotras. Bueno, ¿y por qué
no? Becky simplemente enloqueció.
—¿Qué? Está bien —le dije—. ¿Y qué si sabe que estamos hablando de
él? Probablemente esté halagado de que un par de chicas como
nosotras lo estén mirando. Mira, es un tipo adorable. Vamos a
preguntarle. ¿Qué hombre podría decir que no a una universitaria con
una falda de animadora? —Me dirigí en la dirección de la persona en
cuestión y Becky entró en pánico total.
—¡No! ¡Espera! —suplicó, moliendo sus pies en la tierra—. Por favor no.
¡No puedo! —Ella no estaba bromeando. Su ritmo cardíaco se había
disparado y estaba empezando a sudar. Me debatía entre sentirme mal
por ella y querer matar al idiota responsable de hacerla sentir de esta
manera.
Becky malinterpretó mi ceño y puso a la defensiva.
—Es un hecho estadístico que una de cada cuatro mujeres será
asaltada sexualmente en la universidad —dijo—. Una de cada ocho,
violadas. —Estaba familiarizada con las estadísticas.
—Lo sé —dije con suavidad—. Pero también es cierto que el noventa por
ciento de todas las violaciones del campus se producen mientras la
víctima está bajo la influencia de drogas o alcohol. Tú no bebes más. 6
Tampoco te drogas. También sabes todo el grupo reglamentario de
seguridad, llevas la maza contigo por todas partes, y tomamos clases de
defensa todo el verano durante mucho tiempo. No hay ningún modo de
que alguna vez te pase otra vez. Sabes que no lo hará. Es por eso que
hemos estado haciendo todo esto. —Becky no discutió, porque sabía
que tenía razón. Ella había amado las clases de defensa personal y se
había pasado todo el verano diciéndome lo mucho más fuerte y segura
que la hacían sentir—. Sé que da miedo volver a estar allí por primera
vez —le dije—. Recuerda, yo he estado exactamente dónde estás. —Le
sonreí y le di un codazo—. Excepto porque no tenía una mejor amiga
impresionante dispuesta a matar a cualquiera que me mirara mal.
Becky no podía sostener su puchero. El temblor de sus labios delataba
su diversión. Sabía que había perdido, por lo que dijo:
—Si empezara a salir de nuevo, no te permitiría a asustar a nadie a
menos que te dé permiso primero.
Sonreí.
—No lo prometo.
Becky me dio una mirada seca, pero finalmente esbozó una sonrisa.
Estuve feliz de verla. Era la prueba de que realmente estaba lista.
—Voy a respaldarte —le dije—. No estás sola en esto. Y te digo que
deberías comenzar con preguntar al Sr. Adorable allí. Se parece a la
clase de tipo que héroe que adoraría a su novia porrista caliente. Ya
sabes, ¿geek pero lindo? Probablemente te trate como una princesa, y,
vamos, con hoyuelos como esos, ¿cómo podrías negarte?
Llegamos a la orilla del campus y nos dirigimos hacia la intersección
principal que separaba la escuela del estadio de fútbol. Becky miró de
nuevo al chico en el patio y preguntó:
—¿Hoyuelos? ¿Cómo puedes ver eso?
Oops. Soy por lo general muy cautelosa para no llamar la atención
sobre mis capacidades, pero después de que Ryan averiguó sobre ellos
he gastado mucho más tiempo siendo yo misma. Esto me hace
descuidada. Estoy un poco preocupada por el alojamiento conjunto con
Becky. Mis padres me sugirieron que consiguiera una habitación
individual, pero Becky me necesitaba y no pude no ayudarla. Sólo voy a
tener que tener más cuidado. O decírselo. Honestamente, esto es una
posibilidad en la que he estado pensando mucho.
Ha sido taladrado en mí desde el día que me di cuenta de que era
diferente que la regla número uno es: NO DIGAS A LA GENTE SOBRE
TUS SÚPERPODERES. No sólo a mis padres. Ver cualquier película de
superhéroes. Leer cualquier libro de historietas. Mantener en secreto es
la seguridad súper-héroe 101.
Pero Ryan sabe de mí y eso resultó bien. Bueno, excepto por aquella 7
época en la que alguien casi lo mata con el fin de llegar a mí. Pero
vamos, ¿con qué frecuencia los súper-villanos realmente afectan a tu
vida?
De todos modos, podría estar considerando la posibilidad de decirle a
Becky la verdad, pero en este momento, en el camino a su primer juego
como animadora de la universidad, no sería el momento de dejar caer
este tipo de bomba, así que en vez de explicar mi vista excelente, me
encogí de hombros desdeñosa.
—Tal vez los hoyuelos eran más notables cuando se reía. Tan adorable
sin embargo. Mira, todavía está mirándonos. Vamos a decir hola.
Simplemente podemos hablar con él. Dar pequeños pasos. No tienes
que preguntarle si no te sientes cómoda, y aún entonces podemos
ambas invitarlo a una especie de cosa de grupo. Ya sabes, la cosa
entera. Él estaría allí y tú estarías allí pero realmente no sería una cita.
—Tiré del brazo de Becky y ella en realidad dio unos pasos antes de
pararse esta vez.
—En serio, Becky, ¿de qué tienes tanto miedo?
—Mike —suspiró. Tuve que reprimir un gemido. Entendía que era difícil
para ella, pero no soy exactamente conocida por mi paciencia.
—¿Acaso no sólo pasamos por todo esto como hace cinco segundos?
—¡No! —insistió Becky.
Ella tiró de mi brazo y señaló al otro lado de la calle.
—¡Es Mike! —Ella tenía razón. Mike Driscoll estaba entrando en el paso
de peatones, en dirección hacia nosotras.
No necesitaba superpoderes para ver la forma en que se tambaleaba, y
definitivamente no necesitaba sentidos intensificados para oler el
alcohol. El tipo estaba ebrio.
Llegó a la esquina de la calle, al mismo tiempo que nosotras y parpadeó
dos veces cuando nos reconoció.
—Bueno, bueno, bueno —arrastró las palabras—, si es la Reina del
Baile y su mejor amiga de la Reina del Hielo. —Sólo para que estés al
tanto, puedo haber estado saliendo con el Rey del Baile, pero no era a
la que le dieron una corona en el baile de la escuela. Becky es la Reina
del Baile. Mi estatus de realeza viene de mi tendencia a ser un corazón
frío, distante y temperamental.
No es que me gustara ser una paria social en la escuela secundaria,
pero no había tenido el control de mis facultades aún y con el fin de no
matar o morir, me vi obligada a exiliarme a mí misma. Mis compañeros
de clase tradujeron mi comportamiento en el apodo de la Reina de
Hielo.
Pero, gracias a Ryan, tengo el control ahora, así que estoy totalmente
girando a una nueva página. Lo que demostré cuando automáticamente 8
no golpeé a Mike o me lo cargué hasta la muerte. Ni siquiera me burlé...
mucho.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Estaba tratando de ir a mi conferencia de economía —dijo Mike—.
Pero al parecer, la escuela cuenta con una política de No al Aprendizaje
en Estado de Ebriedad, por lo que ahora estoy en mi camino a mi
dormitorio para dormir.
Becky jadeó de miedo.
—¿Vienes aquí?
Tengo que admitir que encontré la noticia muy preocupante también.
—¿Creí que ibas a Conética?
Mike trató de encogerse de hombros. Esto tiró su equilibrio
deteriorándolo bastante para hacerlo tropezar atrás un paso.
—Rompí mi rodilla durante el verano. Perdí mi beca. Adiós Universidad
de Conética. Hola Estado de Sacramento.
Por una fracción de segundo la cara de Mike se arrugó con puro pesar
antes de que pusiera su sonrisa tradicional de vuelta. La devastación,
junto con la ebriedad en público, fue casi suficiente para hacerme sentir
una especie de lástima.
Casi. Al parecer, Becky no estaba tan en conflicto como yo. Ella cruzó
los brazos sobre su pecho y le dio a Mike una mirada que podría
destruir el alma de una persona. Lo sé porque solía mirarme así. Era
agradable no estar en el extremo receptor ahora. Mike trató de
recuperar la sobriedad.
—Beck.
No sé lo que me molestó más, el tono suave de su voz, el uso de su
apodo, o el hecho de que extendió la mano hacia ella.
Reaccioné por instinto. Un puño de su camisa, y un barrido de sus pies,
y lo tenía en el suelo antes de llegar a un centímetro de ella.
—Whoa —vino una voz masculina desconocida de encima de mi
hombro. No me molesté en ver quién estaba detrás de mí, mis ojos
estaban pegados en mi objetivo, pero Becky le dio una explicación
nerviosa.
—Tomamos clases de defensa personal este verano.
—Deben haber tenido un buen instructor —murmuró el desconocido.
Oí reír incómoda a Becky, al mismo tiempo que Mike se quejó:
—Caray, Baker. ¡Tómalo con calma! —Si él todavía podía hablar, yo
estaba siendo demasiado agradable. Había aplicado un poquito de 9
presión en el pecho, suficiente para que sintiera malestar a pesar del
efecto anestésico de todo el alcohol en su sistema.
Bueno, algunos viejos hábitos tardan en morir. Mi temperamento no era
perfecto todavía. Pero al menos no había hecho ningún daño
permanente, a pesar de que realmente quería.
—Uh, ¿debo llamar a la policía o algo así? —preguntó el desconocido
que estaba empezando a ponerme nerviosa.
Respondí a su pregunta sin levantar mis ojos de Mike:
—No necesitamos a la policía, ¿verdad Mike? —Sonreí hacia él, pero no
estoy segura de que agradeciera el gesto. Habíamos estado en esta
posición antes, Mike y yo. A juzgar por la forma en que sus ojos se
abrieron, recordó ese momento tan perfectamente como lo hice—. ¿Qué
te prometí si siquiera la tocabas otra vez? —Creo que había jurado
acabar con él si alguna vez se ponía otro dedo en Becky. Tal vez no con
esas palabras exactas, pero eso fue sin duda el sentimiento de nuestro
último cara a cara. Sentí una mano descender sobre mi hombro y Becky
susurró:
—Está bien, Jamie. Estoy bien. Puedo manejar esto. —A regañadientes
solté a Mike. Nuestro pequeño espectáculo había congregado a una
pequeña multitud, así que cuando me puse de pie tiré de la mano de
Becky y le dije:
—Vamos, solo vayámonos. —Becky asintió con la cabeza y apreté el
botón de paso de peatones. Era el tipo sobre el que Becky y yo
habíamos estado hablando antes de haber visto a Mike. Era de la
misma estatura que yo y un poco flaco. Su mirada gritaba empollón de
ordenador, pero seguía siendo un tipo adorable con una mata de pelo
ondulado castaño oscuro y ojos marrones ricos que estaban
encapuchados con envidiosas pestañas largas. Por no hablar de que
tenía una serie de hoyuelos del tamaño de cráteres.
—Yo estaba dispuesto a intervenir en tu nombre —dijo, riendo—, pero
es evidente que no necesitabas la ayuda.
—Es evidente. —Tuve que contener una carcajada. ¿Él? ¿Ayudarnos
con un borracho y un rebelde que jugaba como apoyador como Mike
Driscoll? Habría sido como ver a un gatito de seis semanas ir contra un
pit-bull de plena madurez.
El chico esbozó una sonrisa con hoyuelos y empujo su mano a mí.
—Teodoro Vivenzio —anunció con orgullo. Ahora lo hice reír.
—¿Tay-oh-qué? ¿Quieres repetirlo para mí otra vez?
—Teodoro Vivenzio. Es italiano.
La luz finalmente cambió y me debatía entre el deseo de hacer a Becky
hablar con este chico, y conseguir lejos a Mike lo más rápido posible.
Eché un vistazo a Becky y ella asintió con la cabeza hacia la calle.
10
Quería salir corriendo. Eso estaba bien, pero no iba a salir de esto sin
conocer y saludar tan fácilmente.
—Camina con nosotros, Italia —le dije al señor Adorable.
—Vamos a ir a un partido de fútbol. Becky aquí es una animadora del
equipo.
—No me digas —dijo nuestro nuevo amigo. Su sarcasmo rivalizaba con
el mío, pero felizmente bajó de la acera con nosotros.
Antes de que pudiéramos llegar a ninguna parte, Mike agarró el brazo
de Becky y tiró de ella hacia la acera. Creo que fue la primera vez que la
había tocado desde aquella noche. Yo estaba dispuesta a exponerme,
pero Becky sacudió su cabeza hacia mí. Estaba conmocionada, pero
haciendo su mejor esfuerzo para ser valiente.
—Becky, espera —declaró Mike—. ¿Quieres hablar conmigo? Por favor
—Su “por favor” no hizo nada para calmar la ira de Becky. Ella tiró su
brazo del agarre de Mike y con voz temblorosa dijo:
—Tú y yo no tenemos nada de qué hablar.
—Solíamos ser amigos. —La cara de Mike tomó esa calidad lamentable
de nuevo, y se acercó de nuevo como si fuera a agarrar su mano.
El pulso de Becky explotó, pero a través de su pánico reaccionó
exactamente como en clase de defensa personal nos enseñaron. Agarró
la mano extendida de Mike y torció el brazo hacia atrás en un ángulo
muy doloroso.
—¡Ay! —gritó Mike. Por alguna razón, me miró—. Maldita sea, ¿Baker,
que hiciste con ella?
—¿Yo? —me burlé.
—¿Qué iba Jamie a hacer? —gritó Becky. La adrenalina a través de su
sistema había sofocado su miedo suficiente para desatar el valor de la
ira contenida de un año—. ¡Jamie no hizo nada! ¡Jamie no es la razón
por la que tengo pesadillas! ¡Tú eres el que me hizo de esta manera!
Mike frunció el ceño.
—Los dos estábamos borrachos esa noche. Nos dejamos llevar, pero ¿no
crees que estés sacando las cosas de quicio? ¡Ha pasado un año! —Mike
había levantado la voz, pero su grito no era enojado. Estaba frustrado.
Parecía sorprendentemente desesperado cuando le rogó que lo
perdonara—. ¿No puedes superarlo y dejar que me disculpe?
—¿Superarlo? —gritó Becky—. ¡Me violaste!
Por un momento, el mundo entero se detuvo como si el universo
estuviera sin aliento.
Mike se encogió como si Becky le hubiera abofeteado. Ella nunca había
11
usado esa palabra en voz alta antes, al menos no fuera de su oficina de
contracción. Ni siquiera conmigo.
—Sigue negándolo todo lo que quieras —gritó Becky—, ¡pero los dos
sabemos que eso es lo que pasó! ¡No es algo que acaba de llegar otra
vez!
Furiosas lágrimas corrían por su rostro y su cuerpo entero se sacudió.
Este enfrentamiento era duro para ella, pero también era necesario.
Ojalá, por su bien, hubiera sucedido en un ambiente más privado que
una esquina de una calle en frente de la mitad de la población
estudiantil de la Universidad Estatal de Sacramento.
—Becky —susurré, y señalé con los ojos a la multitud de personas.
Ella respiró hondo y miró a Mike.
—Aléjate de mí. —Le dio un empujón y luego se arrojó a mis brazos y
enterró su cara en mi hombro.
Habíamos perdido la oportunidad de cruzar la calle, así que volví a
pulsar el botón. Casi rompí la cosa, golpeando una y otra vez como si
eso hiciera que cambiase el semáforo antes.
Mike miró a Becky con una expresión de dolor. Abrió la boca para decir
algo más, pero lo detuve con mi mejor resplandor de Reina del Hielo, el
tipo de miedo que podría hacer que el aire a mi alrededor crepitar de
energía si no tenía cuidado.
El dolor de Mike volvió a disgustarme.
—Si no quieres mis disculpas, está bien. No vales la pena de todos
modos.
Mike se dio la vuelta para alejarse de nosotras y en su estado altamente
ebrio tropezó de la acera sin pensar. Cuando entró en el tráfico en
sentido contrario, era como si las cosas fueran a cámara lenta.
Técnicamente, el tiempo no va más lento. Mis reflejos se aceleran. Esa
es la cosa con la súper-velocidad. No es sólo mi cuerpo lo que es rápido.
Mi cerebro puede procesar la información tan rápidamente que se siente
como el mundo que me rodea se hubiera ralentizado, cuando en
realidad, solo estoy haciendo todo más rápido de lo que normalmente.
El punto es que Mike cayó en el camino y tuve tiempo para retirarle a
un lugar seguro antes de que el SUV golpeara inútilmente sus frenos
antes de estrellarse contra él. Tuve tiempo para recitar el discurso de
Gettysburg y aún salvarlo, pero en cambio me quedé helada.
En ese momento mi mente se había quedado en las decenas de ojos que
miraban la escena desplegada conmigo. Me acordé de la última vez que
había intervenido con el destino, y la serie de acontecimientos que
habían causado. Eran recuerdos que preferiría olvidar. 12
¡BAM!
Lo he dicho antes y lo diré otra vez, a veces los superpoderes realmente
pueden apestar. Podría haber sido capaz de evitar visualmente del
accidente, cerrando los ojos, pero no había manera de bloquear el
sonido.
Mis oídos sensibles recibieron todo. Cada jadeo único y grito sonó en mi
cabeza junto con todos los neumáticos chillando y cristales rotos. Oí
una serie de diferentes huesos crujir y el ruido sordo de la carne
golpeando el pavimento. Incluso oí el sonido de la sangre salpicar.
A pesar de todo eso, sin embargo, el sonido que se iba a quedar
conmigo por el resto de mi vida era la única queja que escapó de los
labios de Mike antes de que estuviera inconsciente. Era el sonido de
puro dolor. El dolor que le había causado. Bueno, tal vez no lo había
causado yo. Pero dejé que sucediera. Apreté los puños, cerré los ojos, y
me dije que mis pies estaban cementados a la acera.
No salvé a Mike Driscoll. Y no lo hice a propósito. Me quedé allí y dejé
que sucediera.
»Capitulo 2
Traducido por Maia8
Corregido por LadyPandora

Mike seguía vivo. Por ahora. El corazón le latía, pero terriblemente


lento. Sin embargo, inestable como estaba, era música para mis oídos.
Era lo único en lo que podía centrarme, lo único que importaba.
Yo estaba en shock. No sé cuánto tiempo me quedé allí para
concentrarme en el sonido de los latidos del corazón de Mike, pero de
pronto hubo paramédicos en mi cara preguntándome si me encontraba
bien.
No estaba segura de cuándo habían aparecido, o cómo habían
conseguido sentarme en una ambulancia con una manta sobre los
hombros, o por qué la necesitaba, pero no salí de mi aturdimiento hasta 13
después de que Mike hubiera sido llevado al hospital y estuviera lo
suficientemente lejos para que ya no pudiera oírle. Sólo cuando el
sonido de su corazón latiendo desapareció me di cuenta de que había
alguien tratando de hacerme preguntas.
Becky y yo tuvimos que hacer nuestras declaraciones a la policía, lo
cual hicimos, mientras los paramédicos me pinchaban y pinchaban,
asegurándose de que no iba a morir del shock. En el momento en que
se nos permitió abandonar el lugar del accidente, Becky se había
perdido bastante de su primer partido, por lo que ambas decidimos
evitarlo y sólo ir a nuestra habitación. Estábamos seguras de que el
entrenador de animación de Becky lo entendería.
Cuando empezamos a salir a ambas nos tocaron en el hombro.
Me di la vuelta para encontrar un hermoso par de ojos. No los grandes
ojos azul bebé que estaba desesperada por ver, pero unos agradables
ojos que eran vagamente familiares.
—Sé que nos acabamos de conocer, pero me sentiría mucho mejor si me
permitieran acompañarlas a su habitación. Las dos han tenido bastante
shock. —El extraño respondió mi confusión con una sonrisa
preocupada—. Sobre todo tú. Estuviste muy preocupada por un
momento. ¿Seguro que estás bien?
—Estoy bien. —Se lo prometí al chico, a pesar de no estar segura de
que fuera verdad—. Es sólo que fue un accidente de coche y tengo un
poco de historia con ellos. Supongo que no manejo todo tan bien ahora.
—No era una mentira. Cuando tenía dieciséis años estuve en un terrible
accidente automovilístico que se cobró la vida de mi primer novio y me
dejó con un camión cargado de superpoderes. Como puedes imaginar,
después de eso, realmente no me gustaban los accidentes.
—Lamento escuchar eso —dijo el desconocido. Reparé en su cabello
ondulado de color marrón oscuro y piel suave. Estaba un poco en el
lado flaco, pero tenía los hoyuelos más adorables.
¡Oh!
El desconocido se dio cuenta de que el reconocimiento se extendió por
mi cara y me dio una gran sonrisa.
—Lo siento —le dije—. No me acuerdo de tu nombre.
—Teodoro Vivenzio —dijo, con un acento que no había estado antes
allí—. Y tú eres Jamie Baker.
Me sobresalté al oír mi nombre.
—¿Te he dicho mi nombre? —El chico se sonrojó y se encogió un poco
tímidamente.
—Lo escuché cuando se lo diste a la policía. —A continuación dirigió su
encanto a Becky—. Y tú eres Becky, ¿verdad? Es un placer conocerlas. 14
—Estrechó la mano de Becky y, sorprendentemente, ella no lo empujó
automáticamente.
—Entonces, ¿puedo acompañarlas a su residencia? —preguntó de
nuevo, todavía aferrándose a la ligera a los dedos de Becky—. Me
sentiría mejor sabiendo que regresan bien. —Muda, Becky me miró en
busca de ayuda.
—Es muy amable de tu parte... —Estaba totalmente en blanco—. Um...
—Su nombre no iba a venir a mí a pesar de habérmelo dicho treinta
segundos antes—. Uh...
El chico sonrió.
—Teodoro.
—Cierto. Lo siento. Teodoro. De todas formas, como iba diciendo, es
muy amable ofrecerte a acompañarnos, pero no tienes que hacerlo. Te
prometo que estaremos bien.
—Entonces hacerlo por mí —insistió—. Nunca he visto nada tan
horrible como eso. Me vendría bien la distracción.
Miré a Becky y ella suspiró.
—Él tiene un punto. Cualquier cosa para que deje de pensar en... —Su
mirada se desvió de nuevo a la calle y se estremeció. Había manchas
oscuras en la carretera, donde prácticamente habían arrastrado a Mike
desde la acera.
Me estremecí y luego cedí. Traté de sonreír a nuestro nuevo amigo, pero
realmente no podía manejarlo.
—Está bien. Puedes unirte a tomar un Magic Tea.
—¿Magic Tea?
—Una mezcla de hierbas que garantiza que te relajes.
—Suena perfecto.

***
Becky y Hoyuelos, había olvidado su nombre de nuevo, se quedaron por
un largo tiempo. No tengo idea de lo que hablamos, o ni siquiera si
participé en parte de la conversación. No podía pensar en otra cosa que
en Mike. Era como si todavía pudiera oír su corazón luchando para
seguir latiendo en mi cabeza. Si moría, ¿quería decir eso su sangre
manchaba mis manos?
Un golpe en la puerta me sacó de mi angustia y mi cuarta taza de té.
Becky respondió y supe por su jadeo quién era.
Ryan entró en la habitación, aplastando a mi mejor amiga en el pecho
en un fuerte abrazo. Mi corazón dio un suspiro de alivio gigante ante la
vista de él.
Por supuesto que Ryan era hermoso, el epítome de mariscales 15
estadounidenses de secundaria de todo el mundo con su pelo rubio,
ojos azules y sonrisa de bebé, pero no era su aspecto lo que lo hacía la
cosa más hermosa que jamás había visto en ese momento. Era el simple
hecho de que él estaba allí. A juzgar por el sudor y las manchas de
barro había llegado directamente desde el campo de fútbol para estar
con nosotras.
Quería darle un fuerte abrazo, pero me obligué a esperar. Él y Becky
había sido los mejores amigos desde siempre y ella también lo
necesitaba en este momento. Me gustaría tenerlo todo para mí más
tarde, así que les di este momento.
—Ryan, fue horrible —susurró Becky.
—¿La animadora y el jugador de fútbol? —Una voz seca murmuró a mi
lado—. Eso es un poco cliché, ¿no?
Salté. Me había olvidado de que tenía compañía. Ryan tiende a hacer
que me olvide de todo lo que me rodea... de mi molestia eterna.
—Sería un cliché si estuvieran untos —le dije.
Los ojos de Ryan brillaron al oír el sonido de mi voz. No era el color azul
que había estado esperando.
—¿Quieres decir que no es su novio?
No pude quitar mis ojos de Ryan mientras respondía a nuestro nuevo
amigo con un movimiento de cabeza.
—Oh, no, él es sin duda el novio.
Becky logró desprenderse de Ryan y dar un paso atrás.
Tenía que concentrarme en mantener mi velocidad a un ritmo humano
normal cuando me arrojé a Ryan. No me molesté con un abrazo o
saludo. Aplasté mis labios en los suyos, necesitando beber de él.
Ryan y yo éramos un poco conocidos por nuestra, debo decir, relación
explosiva, y en ese momento no me decepcionó. Fue como nuestro
primer beso de nuevo. Al segundo en que nos conectamos perdemos el
control de nosotros mismos. Es algo de lo que pasa cuando pierdo el
control de mi poder y le doy lo que llamo un súper-beso.
Correcto. Yo, Jamie Baker, la única chica del mundo con superpoderes,
viene con súper-sentidos, rayos mortales y, como habrás adivinado, la
capacidad de súper-besar a alguien.
Malhechores del mundo, tengan cuidado.
Ya ves, tengo todo esta locura de electricidad mutante dentro de mi
cuerpo y antes de aprender a controlarlo pasaba esa energía a lo largo
de Ryan cuando le daba un beso.
La energía nos unía como si fuéramos un par de electroimanes
sobrealimentados. Amplificaba la experiencia de una manera que 16
avergonzaría a los fuegos artificiales. En realidad, en lo que se refiere a
superpoderes, es bastante impresionante.
—Guau. ¿Siempre son así?
Las palabras me sacaron del momento justo antes de que
accidentalmente causara un gran apagón en el edificio.
Oí a Becky suspirar.
—Sólo desde la primera vez que se vieron. —Escuchaba la conversación,
pero no podía apartar la mirada de Ryan. Todo su cuerpo temblaba de
toda la energía que había bombeado accidentalmente en él.
Apoyó la frente contra la mía, esforzándose en recuperar el aliento,
igual que yo, pero a pesar de lo épico de nuestro beso, me miraba con
una expresión de preocupación.
Ryan sabía lo mal que estaba yo, porque por más increíbles que eran
los súper-besos, nunca se los doy. Ryan se queja de eso a menudo, pero
no estoy segura de que bombearle energía mutante extraña fuera
realmente bueno para su salud, por lo que siempre me adhiero a los
viejos besos humanos no eléctricos y normales.
Por desgracia, mis emociones parecen ser un desencadenante de mis
superpoderes. El hecho de que hubiera perdido el control de mí misma,
algo que no he hecho desde que aprendí a refrenarme primero,
significaba que estaba muy, muy alterada.
Negué con la cabeza y Ryan frunció el ceño. Es bastante difícil de
resistir, pero no podía explicarme con otras personas en la habitación.
No estaba muy dispuesta a hablar de todos modos.
No hice caso de su preocupación y lo arrastré hacia nuestro invitado.
—Lo siento —dije con una sonrisa tímida—. Este es mi novio Ryan.
Ryan, este es... —Sí, no recordaba el nombre de este tipo—. Es... —El
chico levantó una ceja, pero sonrió afablemente.
—Teodoro Vivenzio. —Se levantó y estrechó la mano de Ryan.
—Bien —dije —Tedro.
—Tai - oh- d- OH r -oh —corrigió cuando masacré la pronunciación.
—Teodoro —dije de nuevo y obtuve una sonrisa de aprobación—.
Teodoro estaba allí cuando... —Mi voz se quebró y respiré hondo—.
Estaba allí esta tarde y se ofreció a regresar con Becky y conmigo
porque estábamos alteradas.
Ryan se estremeció y nos atrajo a Becky y a mí en sus costados. Las
dos lo abrazamos con fuerza.
—Te debo un agradecimiento entonces —dijo a Teodoro—. Aprecio que
cuidaras de mis dos chicas más especiales en el mundo hasta que yo
pudiera llegar.
17
Eso me recordó algo.
—Es pronto —le dije—. ¿Abandonaste el partido?
Ryan asintió.
—Cuando no vi a Becky con su equipo le pregunté a su entrenadora lo
que pasó. Ella me dijo lo del accidente y no podía asimilarlo después de
que la entrenadora me lo contara. No te preocupes, me dijo que podía
irme.
—Déjame adivinar, eres el mariscal de campo —preguntó Teodoro. Me
di cuenta por la mirada en su rostro que no estaba muy impresionado.
Por supuesto que no. Es probable que le gustasen las cosas como el
rock-indie y las Comic-Con.
Becky debía haberse perdido su desdén porque dijo:
—¡Es el mariscal de campo estrella! —Jactándose como una hermana
orgullosa—. El idiota en realidad rechazó un puesto en el equipo de
UCLA con el fin de estar más cerca de nosotras.
—Y valió completamente la pena —dijo Ryan obstinadamente.
Becky y yo habíamos tratado de convencerlo de tomar la oferta de los
Bruins, pero incluso sabiendo que podía haberle visitado en cualquier
momento que quisiera, él no quería oír hablar de ello.
Me alegré cuando Becky puso los ojos en blanco. Las dos pensábamos
que era ridículo que hubiera abandonado tanto por nosotras.
—¿UCLA? —preguntó Teodoro. Esta vez estaba un poco más
impresionado, o tal vez la palabra correcta era intimidado.
Ryan se encogió de hombros. Por alguna razón, sus habilidades
futbolísticas son lo único sobre lo que alguna vez ha sido modesto en su
vida.
—Hubiera sido segundo suplente —dijo—. No habría visto ningún
partido hasta que estuviera en tercer o cuarto año.
—Sin embargo —dijo Teodoro—, eso es bastante impresionante. Y con
todo tu aspecto de chico de banda tienes que apartarte a las chicas con
un palo, ¿eh?
Ryan sonrió y me gruñó.
—Por favor, no fomentes el ego de Ryan Miller. ¡Te lo suplico! —Ryan se
rió y me atrajo más contra él—. Tengo a la única chica que necesito.
—Respuesta sabia —le dije, pero eso sólo le hizo reír más.
—Debes estar cansado después del partido —dijo Teodoro, mirándonos
a Ryan y a mí con curiosidad—. ¿Por qué no vamos a buscar un café y
nos relajamos un rato? Yo, por mi parte, no voy a ser capaz de dormir
mucho esta noche y parece que ya hemos consumido todo el Magic Tea
de Jamie. —Ryan sonrió ante eso. Él fue el que me había introducido en 18
el té. Me burlaba de él por eso y ahora él se burla de mí sin descanso
por mi adicción.
—En realidad, eso suena muy bien —dijo Becky, sorprendiéndome. La
miré y ella estaba sonriendo, aunque tímidamente, a Teodoro.
No podía creer que estuviera mostrando interés por un chico. Tenía
muchas ganas de un poco de tiempo a solas con Ryan, pero que no
podía rechazar la invitación de Teodoro cuando Becky estaba dando un
paso tan grande.
Estaba a punto de decir que sí cuando Ryan dejó escapar un largo
suspiro de cansancio.
—Eso suena muy bien—comenzó—, pero no me estoy sintiendo
realmente bien. —Me apretó y me dijo:
—Tenía la esperanza de ir a ver a Mike. —No me gustaba el aspecto de
la cara de Ryan. Tiendo a olvidar lo cercanos que Ryan y Mike son por
lo que pasó con Becky. Ni siquiera había pensado en el hecho de que
uno de los mejores amigos de Ryan estaba luchando por su vida en este
momento.
—Por supuesto —le dije.
—Gracias. ¿Sabes algo? Llamé a sus padres, pero no contestaron sus
teléfonos.
—¿Conoces al chico que fue atropellado? —preguntó Teodoro.
Ryan asintió.
—Ha sido uno de mis mejores amigos durante años.
—Pero no es que el chico que...
—Becky y yo no somos precisamente amigas de Mike —dije
rápidamente—. Pero hacemos un buen trabajo en no dejar que
interfiera con Ryan.
Lancé a Teodoro mi mejor mirada de Déjalo. Afortunadamente, pareció
captar la indirecta.
Ryan no tiene ni idea de lo que realmente pasó entre Becky y Mike.
Becky nunca le dijo la verdad a nadie, aparte de a mí y eso fue sólo
porque lo había adivinado. A pesar de tantas veces como traté de
convencerla, ella nunca fue a la policía. Estaba avergonzada por lo que
pasó y ya que no había ninguna prueba, no quería pasar por algún
horrible proceso de él dijo / ella dijo y convertirse en “esa chica”. Tenía
miedo de que la gente la tratara de manera diferente si supieran lo que
pasó, y sólo quería olvidarlo todo.
Sobre todo nunca había dicho nada a Ryan sobre lo que pasó. Él
asumió que Mike la había dejado y ella estaba más que dispuesta a
dejarle seguir creyendo eso. Ryan quedaría destrozado por la verdad.
Probablemente, también habría matado a Mike con sus propias manos. 19
Si Mike no estaba ya muerto, claro.
Tragué un nudo en la garganta.
—Estaba vivo cuando lo llevaron al hospital —le dije con suavidad.
—Pero fue muy malo. Podemos ir hacia allí ahora mismo, si quieres. —
Ryan asintió con la cabeza y miró a Becky—. ¿Quieres venir?
Becky forzó una sonrisa y sacudió la cabeza.
—Está bien. Tú y Jamie vayan. Probablemente desean pasar tiempo
solos y tengo un poco de tarea que hacer de todos modos. —Me sentí
muy mal, dividida entre mis dos amigos heridos y todavía también
ocupándome de mis propias necesidades egoístas. Odiaba dejar sola a
Becky esta noche, pero Ryan necesitaba esto y yo necesitaba a Ryan.
Teodoro se aclaró la garganta y sonrió a Becky.
—Yo todavía puedo salir si quieres.
—¡Oh ! —Becky comenzó a entrar en pánico—. Oh, um...
—A ella le encantaría —le dije. No hice caso de la mirada de Becky y la
acerqué a mí—. En realidad no es una cita —le susurré—, sólo un café
en un lugar público. Es muy agradable y súper lindo.
—Pero Jamie...
—Puedes hacer esto —le prometí—. Tengo fe absoluta en ti. Lleva tu
teléfono y llámame si me necesitas.
Becky respiró hondo y asintió.
—Está bien —dijo en voz baja—. Claro, Teodoro, por un rato.
Mientras Becky daba a Ryan otro abrazo, acompañé a Teodoro a la
puerta.
—Fue amable de tu parte.
—Es un placer. —Y ahí estaban esos hoyuelos.
Miramos a Becky, que todavía estaba absorbiendo la comodidad de
Ryan.
—Mira —le dije en voz baja—, no voy a fingir que no sabes por lo que ha
pasado. Ya has oído lo que ha dicho antes.
Lo que accidentalmente salió sonando peligroso. Teodoro se quedó
perplejo.
—Sí —dijo, la sorpresa era evidente en su voz—. No tienes de que
preocuparte. Nunca le haría daño.
—Ella necesita esto —le dije—, pero necesita que también mantengas la
distancia. No la toques. En absoluto. Sólo estar contigo a solas será
bastante difícil.
—No hay problema —prometió Teodoro. 20
Mis ojos se estrecharon ante el chico delante de mí. Aunque no parecía
intimidado a todo, me parecía el tipo de persona que sabía cómo
conseguir lo que quería. Estaba segura de que había un montón de
cerebro debajo de todo ese pelo.
Traté de no decir nada, pero no pude evitarlo.
—Si haces algo para molestarla, y me refiero a cualquier cosa,
intencional o no, no te arrepentirás sólo de conocerla. Te arrepentirás
de haber nacido. —Sus cejas se alzaron ante mi amenaza,
desapareciendo bajo sus oscuros mechones peludos, pero su boca se
torció con diversión.
—Eres muy protectora.
—No hay muchas personas en este mundo que realmente me importen
—dije. Entonces mis ojos se estrecharon de nuevo y añadí:
—La lista de personas en las que confío es aún más corta. —Teodoro
levantó las manos en señal de rendición, mostrando sus hoyuelos, como
si supiera que suavizara las defensas de las personas.
—Con suerte, pronto podrás añadir mi nombre a esa lista. —Sus ojos
brillaban con humor—. Si puedes recordarlo, claro.
Se puso serio de repente y me dio una sonrisa muy sincera.
—Voy a tomar todas las precauciones con tu amiga esta noche y la
traeré de vuelta a salvo. Tienes mi palabra. —Fue suficiente. Yo le creí.
—Gracias.
Ryan me dio una mirada sospechosa, una vez que él y Becky finalmente
se unieron a nosotros. Me atrajo hacia él y le sonrió a Teodoro.
—Entonces, ¿ya te amenazó con acabar con tu vida si haces daño a
Becky? —Teodoro echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada
fuerte.
—¿Soy realmente tan predecible? —me quejé.
—Sólo cuando se trata de tu temperamento, nena —prometió Ryan,
besando la mueca de mi cara. Miró a Teodoro y le dijo:
—¿Un consejo? No decepciones a Jamie. Puede ser peligroso para tu
salud.
Teodoro levantó una curiosa ceja.
—¿Hablando por experiencia?
—Difícilmente —se rió Ryan—. Jamie está demasiado pillada para estar
decepcionada alguna vez con nada de lo que hago.
—¿Pillada? —pregunté secamente.
—Sí, ya sabes, ¿enloquecida? ¿Enamorada? ¿Obsesionada? ¿Loca por 21
mí?
—¿Al igual que tú contigo mismo? —dije sin expresión, pero me reí a mi
pesar.
Ryan sonrió.
—Ahí está la sonrisa que he estado esperando. Sabía que la tenías en
alguna parte. —Me di por vencida y envolví mis brazos alrededor de la
cintura de Ryan como la novia pillada que era.
—Te amo.
»Capitulo 3
Traducido por Maia8
Corregido por LadyPandora

—D-R-I-S-C-O-L-L —deletreó Ryan para la recepcionista del hospital—.


Mike Driscoll. Lo trajeron esta tarde tras un accidente de coche.
La mujer tras el escritorio suspiró como si tener que teclear el nombre
del paciente fuera el peor inconveniente del mundo. Quería
estrangularla. El mejor amigo de mi novio podría estar muerto y esta
mujer estaba comportándose así porque había interrumpido su lectura
de Us Weekly.
Me aclaré la garganta y miré fijamente a la mujer. No pareció
impresionada, pero contestó Ryan.
—Driscoll, Mike. Sí, está aquí. Está en la UCI. 22
Ryan tomó aliento. Apreté su mano en la mía.
—Al menos significa que no está muerto.
—Tienes razón. —Ryan forzó una sonrisa a la despreciable enfermera—.
¿Cómo está? ¿Cómo saben si va a estar bien?
La mujer suspiró y apartó las gafas de su cara.
—Sólo puedo dar esa información a la familia más cercana.
—Soy su hermana —dije rápidamente.
La Enfermera Nazi no se lo tragó.
—Claro que sí. —Volvió a su revista de nuevo y nos despachó
estúpidamente—. Que tengan un buen día.
De verdad que quería matar a la mujer. Estaba tan enfadada que casi
perdí el control de mi poder por segunda vez esa noche. Una ráfaga de
energía surgió de mi cuerpo causando que todas las luces en el edificio
parpadearan.
Ryan me envió una mirada afilada que ignoré.
La recepcionista levantó la vista hacia las luces con curiosidad y
entonces se dio cuenta de que Ryan y yo todavía estábamos de pie allí.
Cuando elevó su ceja dije:
—¿Dónde está la UCI?
—Tercera planta —contestó—. Pero nuevamente, sólo la familia más
cercana tiene permitidas las visitas. —Miré la etiqueta con el nombre de
la mujer y sonreí dulcemente.
—Joy. Qué nombre tan bonito. Un poco irónico, pero bonito.
La mujer suspiró de nuevo.
—Cuidado, tenemos guardias aquí —dijo en voz plana.
Las luces parpadearon de nuevo y Ryan agarró mi mano.
—Vamos Jamie —susurró Ryan—. Seguiré intentándolo con sus padres.
—Forzó una sonrisa educada a la recepcionista y dijo:
—Gracias. —Si me lo preguntas, la mujer no se merecía la gratitud de
Ryan.
Mientras Ryan me empujaba hacia la salida, el teléfono en el escritorio
de la troll comenzó a sonar, así que envié una onda de electricidad en
su camino. Cuando la mujer tomó el aparato, gritó y lo dejó caer.
Ryan me miró, pero yo sólo me encogí de hombros y lo saqué del
edificio. Dimos unos diez pasos antes de que Ryan me parara.
—¿Jamie, qué pasa contigo?
—¿Qué? —espeté—. ¡Ella era horrible!
23
—¿Pero electrocutarla?
—No es como si doliera —murmuré—, mucho.
—¿Qué pasa? Esta no eres tú.
Me reí afiladamente.
—Hola, soy la Reina del Hielo. ¿O lo has olvidado?
—Bien —Ryan suspiró y dejó ir mi mano—. Si eso es lo que quieres ser
me voy a casa.
—¿Qué? ¿Por qué? Acabas de llegar.
—No puedo manejar a la Reina del Huelo ahora mismo, ¿está bien? Mi
mejor amigo casi murió hoy. De verdad, de verdad que necesito a mi
novia ahora mismo. ¿Podrías decírselo si la ves? —En ese momento me
di cuenta exactamente de cuánto no me merecía a Ryan Miller.
Ryan es el equivalente al arco iris, al sol y todas las cosas suaves
envueltas en un paquete extremadamente hermoso. Si fuera un
superhéroe se llamaría Súper-despreocupado y su poder sería la
capacidad de matar con amabilidad.
Ryan nunca se enfurece. Jamás. Especialmente no conmigo. Pero
definitivamente estaba enojado justo entonces.
Si yo era la Reina del hielo, entonces Ryan era oficialmente el Rey de la
Culpa. Me sentía tal mal que ni siquiera dio un paso lejos de mí antes
de que aparecieran lágrimas en mis ojos.
—Ryan, espera. Lo siento. Tienes razón. No estoy llevando esto muy
bien. —Ryan envolvió su brazo a mi alrededor y suspiró pesadamente.
—¿No más Reina del Hielo?
—No más Reina del Hielo. —Enterré mi cabeza en su hombro—. Lo
prometo. Desde ahora soy Jamie Baker, la súper-novia amorosa y
comprensiva.
—¿Oh? ¿Viene esa súper-novia con un traje?
Gruñí. Cada vez que Ryan aprendía sobre mis poderes tenía enfermas
fantasías sobre mí vestida como la Mujer Maravilla.
No es que fuera a pasar.
—Buen intento.
El suspiro de respuesta de Ryan empezó juguetón, pero terminó tan
pesado como se sentía su corazón.
Odiaba verlo tan triste y de repente supe cómo levantarle el ánimo.
—¿Quieres ir a ver a Mike? —pregunté.
—Claro, pero ya oíste lo que dijo la mujer. No somos familia cercana. —
Me encogí de hombros.
24
—No puede pararnos si no puede atraparnos. ¿Tienes puestos tus
zapatos de correr? —Sonreí para mí misma. Sabía que iba a estar
emocionado por mi plan. Verás, la última vez que superbesé a Ryan y le
pasé mi energía, terminó atrapando un árbol roto con sus propias
manos y tirándolo como si fuera un juguete. La teoría predominante es
que mis poderes vienen de mi energía. Cuando paso mi energía a Ryan,
temporalmente le doy también mis poderes. Él me ha rogado cada día
desde que aquello pasó para que experimente con esto, pero, como dije,
puse una prohibición a llenarle de energía mutante.
—Te superbesé antes —expliqué—. Deberías sentirte bastante cargado
ahora, ¿verdad? ¿Por qué no pruebas tu teoría Super Ryan y
supercolarte en la UCI? —Ryan se quedó sin aliento cuando lo pilló.
—¿En serio ?
—¿Por qué no? El daño ya está hecho. Puedes también darle una
oportunidad, ¿verdad? Es eso o no pegar ojo esta noche.
Ryan miró al hospital y luego a mí. Podía leer la curiosidad y la emoción
en su rostro, pero no había la misma cantidad de nerviosismo. No podía
culparlo por estar un poco ansioso, pero todavía me burlé de él.
—¿Por qué, Ryan Miller, tienes miedo? —Él no mordió el anzuelo.
—¿Qué pasa si no funciona ?
—Entonces pareceremos dos tontos corriendo hacia las puertas y
volveremos a mi dormitorio. —Agarré su mano en la mía y le di un ligero
tirón—. Vamos. Vamos a visitar a Mike.
Caminamos de regreso a través del vestíbulo del hospital, conmigo
sonriendo a la sospechosa Joy mientras nos dirigíamos a los
ascensores. Una vez que llegamos a la tercera planta, esperamos hasta
que alguien en bata pasara a través de las puertas de seguridad.
Corrí, arrastrando a Ryan conmigo a supervelocidad. Antes de que Ryan
tuviera tiempo de saber lo que estaba pasando, nos deslizamos por la
puerta detrás del doctor, entramos detrás de la recepción de
enfermeras, buscamos el número del cuarto de Mike y quedamos de pie
en frente de la puerta de Mike.
Le sonreí a mi novio, porque por mucho que estaba convencida de no
superdotarlo, era tan increíble tenerlo siendo súper justo a mi lado.
Ryan parecía sorprendido, pero estaba sonriendo de oreja a oreja.
—Funcionó —medio susurró, medio chilló—. ¡Te dije que iba a
funcionar! ¡Así que iremos al Gran Cañón!
Le dije a Ryan una vez que mi lugar favorito para visitar es el Gran
Cañón. Me encanta la paz y la tranquilidad de allí y las puestas de sol
no se pueden comparar con las de ningún otro lugar del planeta. Ryan
ha estado tratando de hablar conmigo de un viaje de campamento
desde entonces. 25
—Claro —le dije—. Reserva un billete de avión y nos vamos.
—Pero, Jamie, ¡funcionó!
—Lo sé —dije y respiré—. Así que vamos a olvidarnos de experimentar
con poderes y vayamos a ver a Mike antes de que alguien se dé cuenta
de que se supone que no debemos estar aquí y nos eche. —Ryan puso
los ojos en blanco, pero no podía discutir. El recuerdo de su razón de
estar aquí hizo que se olvidase de los poderes y trajo de vuelta su
cautela.
—¿Qué vamos a decir si sus padres están ahí? —preguntó Ryan.
Escuché durante un minuto y sacudí la cabeza.
—No los oigo. Tal vez fueron a buscar café o algo así. Es muy tarde.
—Está bien —dijo Ryan en un hilo de voz. Se quedó mirando la puerta
con miedo y determinación.
Él era más valiente que yo. Yo estaba más cerca del picaporte de la
puerta, pero no podía girarla. Ryan tenía que hacer los honores. Luego
tuvo que arrastrarme físicamente en la habitación. No levanté la vista
hasta que sentí a Ryan tropezar a un abrupto fin. Di un grito ahogado
por lo que vi y tuve que tragarme la bilis. Todo mi estómago parecía
estar tratando de escapar de mi cuerpo a través de la garganta.
Mike apenas era reconocible. Ambas piernas estaban heridas, así como
un brazo. Tenía más cables y tubos saliendo que alguien conectado a
Matrix y cada centímetro de su piel visible estaba negra y azul. La
muerte probablemente habría tenido mejor aspecto.
Era culpa mía.
Las luces de las salas parpadearon y luego todas las máquinas
conectadas a Mike pitaron por un momento. Tenía que largarme o
empezaría a matar a los pacientes.
—Me tengo que ir —susurré.
Salí disparada de allí antes de que Ryan incluso tuviera la oportunidad
de responder.

***
Para cuando Ryan me encontró en mi habitación, mis ojos estaban
inyectados en sangre de todas las lágrimas que había derramado.
Gracias a Dios que no estaba manchada con mocos corriendo por todos
lados. Estaba llorando sin duda lo suficiente para eso, pero alguien en
el cielo había decidido apiadarse y hacerme uno de esos llantos bonitos.
Supongo que era lo menos que podía hacer después de convertirme en
un monstruo mutante con superpoderes. Es una buena cosa porque
siempre haya sido emocional. Mis compañeros de clase pueden
haberme considerado una reina del hielo, pero para mis padres siempre
seré una reina del drama. 26
Hubo un tiempo después del accidente, cuando estaba en modo súper
reina del hielo, en que nada me molestaba.
Estaba completamente aturdida por todo. Congelada, si lo prefieres. No
lloré durante más de un año. Pero Ryan Miller llegó junto con sus rayos
de sol y peluches, decidido a descongelarme.
Desde entonces, me parece que estoy recuperando el tiempo perdido
con el llanto. Es ridículo. Estaba empezando a mejorar, pero todo esto
de Mike estaba demostrando ser un enorme retroceso en mi progreso.
La voz susurrante de Ryan se hizo eco a través de la sala de relax.
—¿Jamie?
—Estoy aquí —dije desde debajo de un montón de mantas.
Momentos más tarde, sentí que mi cama se hundía y luego el calor se
extendió a través de mí cuando el cuerpo de Ryan prácticamente me
envolvió. Se acurrucó en cada parte de mí en la que era físicamente
capaz, como para protegerme de todo lo que a él.
¿He mencionado antes lo mucho que amo a Ryan Miller?
—Lo siento —dije en voz baja, rompiendo el silencio que se había
apoderado de nosotros—. Sé que me necesitabas allí, pero estaba a
punto de freír el lugar y ya he causado daño suficiente para un día.
Ryan aumentó la presión sobre mí y acarició con su cara mi cuello.
—¿Qué está pasando contigo? No has perdido el control tanto desde que
nos conocimos. No es que quisieras ver a Mike herido, pero ustedes dos
no son exactamente cercanos así que, ¿por qué estás tan triste?
—Porque no lo detuve —dije. Mi admisión trajo mis lágrimas de nuevo.
No había querido decírselo a Ryan. Obviamente, él sabía que no previne
el accidente, pero no había reunido las implicaciones de eso todavía.
Tampoco lo haría. Para él, mis superpoderes son un poco como un
juguete divertido.
No hay nada divertido sobre saber que podría haber salvado la vida de
alguien y elegí no hacerlo.
—El accidente —dije cuando Ryan no entendió de inmediato lo que
estaba diciendo—. No lo detuve. No lo salvé.
Y entonces comprendió.
—Jamie —empezó en un tono suave pero severo.
—Podría haberlo hecho. Podría haberlo puesto a salvo. Tuve el tiempo,
pero no lo hice.
—Lo que pasó con Mike no fue tu culpa. Estaba borracho, Jamie. Él era
responsable de sus propias acciones.
—No cambia el hecho de que lo dejé salir lastimado. 27
—No podrías haber intervenido —sostuvo Ryan—. Era una intersección
concurrida llena de testigos. La gente lo hubiera visto. Te habrías
expuesto. —Me hubiera gustado creer que era la razón por la que no
actué.
—Si hubieses sido tú o Becky, lo habría hecho —le dije. Esa era la
verdad absoluta—. Si se tratara de mis padres, no habría dudado. Lo
podría haber hecho incluso si se tratara de un extraño. Lo he hecho por
un desconocido antes. Pero era Mike. Era Mike y lo odio, así que no lo
salvé. Soy horrible. —Empecé a llorar de nuevo. Me daba vergüenza. Lo
que había hecho era despiadado, egoísta y vengativo. Realmente era la
reina del hielo que todo el mundo afirmaba que era—. Pude haberlo
empujado delante del auto yo misma.
Ryan me dio la vuelta, obligándome a mirarlo. Me limpié los ojos y me
sorprendí al encontrarlo enfadado.
—Detente —dijo—. No voy a dejar que te hagas esto. Sabes muy bien
que no es cierto. No eres el monstruo que crees que eres. No has hecho
daño a Mike. Actuaste por instinto de conservación y no hay nada malo
en ello.
—Pero Ryan, yo...
—¡No! Recuerda lo que pasó la última vez que salvaste a alguien. Sabías
todo el peligro en el que te ponías, el peligro en el que ponías a tus
padres. Y a mí. Casi me matan por ello. —Fruncí el ceño.
—Eso no me hace sentir mejor.
—Hiciste lo correcto —insistió Ryan—. Sé lo que estás pensando, pero
no dejé que se lastimase por despecho. ¿Sabes cómo lo sé?
—¿Cómo? —Mi incredulidad era evidente.
—Porque no mataste a Edwards cuando me hirió. Podrías haberlo
hecho, lo que habría estado justificado, pero no lo hiciste. Y nunca has
hecho daño a Carter tantas veces como él ha hecho que lo desees. No
eres amiga de Mike, pero si lo hubieras ayudado con seguridad hoy sin
poner en peligro a todos los que aman, lo habrías hecho.
Yo no estaba tan segura, pero podía ver su propósito y me hizo sentir
un poco menos culpable.
—Eres una buena persona, Jamie. —Ryan me dio un suave beso en la
mejilla llena de lágrimas saladas—. Eres hermosa por dentro y por
fuera. La prueba está bien... aquí...
Ryan me puso en mi espalda y me apretó contra el colchón debajo de él
mientras me daba un largo beso inquisitivo. Justo cuando pensaba que
iba a perder el control de nuevo y convertirlo en una batería de a pie,
apartó su boca de la mía y se apoyó sólo lo suficiente para dejarme ver 28
la sonrisa en su cara.
—¿Cómo tú besándome prueba que soy una buena persona? —
pregunté sólo para ser difícil. Él ya había borrado mi depresión.
La sonrisa de Ryan se hizo aún más grande y sus ojos brillaron con
picardía.
—Porque podría tener a cualquier chica que quisiera y a pesar de estar
rodeado de hermosas chicas de la universidad todo el tiempo, sólo te
quiero a ti. Y nunca querría a alguien que no fuera la mejor persona en
el planeta. —Mis cejas se alzaron hasta el cielo.
—¿Perdón? ¿Rodeado de hermosas chicas de la universidad todo el
tiempo? Tú...
Ryan me interrumpió con otro beso. Uno profundo y lujurioso que envió
escalofríos a través de mi cuerpo, borrando cualquier argumento que
hubiera estado tentada a decir.
Ryan Miller nunca ha jugado limpio.
Dos minutos después, la lámpara al lado de mi cama explotó.
Ryan gimió y se subió encima.
—Debo irme —dijo mientras trataba de suavizar la electricidad estática
de su cabello. Demasiado para no llenarle de energía mutante—. Ha
sido un largo día y realmente necesito una ducha.
—Supongo que tienes razón —dije, suspirando mientras lo seguía hasta
la puerta.
Ryan se quedó en la puerta y me atrajo hacia él para un último beso.
—¿Vas a estar bien? —preguntó.
—No lo sé—respondí con honestidad—. Es que… ¿Qué se supone que
debo hacer la próxima vez que suceda? No puedo esperar y ver que
alguien se lastime así de nuevo. No hay forma. Pero tampoco puedo
renunciar a mi secreto.
Ryan, siempre optimista, dijo:
—Ya se nos ocurrirá algo.
—¿Cómo qué?
Sonaba desesperada y un poco asustada, pero Ryan me sonrió,
completamente sereno.
—No lo sé aún, pero se me ocurrirá algo. Confía en mí. Sonrió y luego
añadió:
—Si pude ayudar a la Reina del Hielo a resolver sus problemas,
entonces, desde luego, puedo ayudar a Jamie Baker.
Él tenía un punto.
Aunque no es que fuera a admitirlo. 29
»Capitulo 4
Traducido por JoaZB y Jhos
Corregido por Maia8
Si fuera posible, Mike parecía aún más cerca de la muerte al día
siguiente cuando volví a verlo. Su inflamación estaba peor y su
contusiones más profundas, pero al menos esta vez el susto por su
condición no era malo y no restablecía su marcapasos cada cinco
segundos.
No sé lo que me poseía para volver, pero era como si estuviera obligada.
No podía estar lejos. Había esperado hasta que sus padres se fueron de
nuevo para cenar y luego me metí en su cuarto.
Estaba fuertemente medicado, y en su estado inconsciente parecía
engañosamente pacífico. Parecía relajado y vulnerable. Parecía joven y
menos idiota de lo que realmente era. Me sentí un millón de veces más 30
culpable de lo que estuve el día anterior cuando él solo era el idiota
borracho que había herido a mi mejor amiga.
—Lo siento —le susurré—. Ryan dice que hice lo correcto al no
exponerme, pero se equivoca. Debería haberte salvado.
Lamentaba no haber estado preparada y no haber actuado porque
estaba pensando en Ryan, Becky, y mis padres. La verdad es que solo
estaba asustada. Me quedé a un lado, porque no quería ser expuesta al
mundo. No quería que la gente supiera la verdad sobre mí.
—Fui egoísta. —Negué con la cabeza—. Soy egoísta.
—Visitar a un cretino en el hospital porque es amigo de tu novio no me
parece egoísta.
Salté por la interrupción.
—¡Teodoro! —exhalé, presionando una mano en mi pecho, como si eso
pudiera impedir que mi corazón estallara. El chico me sobresaltó tanto
que fue una suerte que no lo hubiera mandado volando—. ¿Qué haces
aquí?
—Yo solo estaba... —Sus ojos se dirigieron hacia Mike mientras entraba
en la habitación, pero luego su mirada volvió de nuevo a mí. Me dio una
grande y brillante sonrisa con hoyuelos.
—¡Oye! ¡Te acordaste de mi nombre!
Me aligeré un poco. Su sonrisa era contagiosa.
—Apenas. No es fácil de recordar.
—Es italiano.
—Es un trabalenguas. ¿Te importa si solo te llamo “Teddy”1?
Por alguna razón, mi pregunta pareció para escandalizar Teodoro.
—¿Quieres darme un apodo? —preguntó asombrado.
Traté de no hacer una mueca. ¿En serio nunca había tenido un apodo?
¿Con un nombre como Teodoro?
—Teddy —repitió, como si lo probara.
—Es eso, o "hoyuelos".
Sorprendido, la cara de Teodoro se sonrojó de un tono entrañable de
rosa.
—No —dijo rápidamente—. Teddy está bien.
—Bien. —Las cosas se pusieron muy incómodas, así que cambié de
tema—. Así que Teddy, ¿cómo has entrado aquí? Se supone que solo
puede la familia.
Teddy se encogió de hombros tímidamente y sacó una tarjeta de
identificación de plástico del bolsillo.
31
—La robé de una bata de laboratorio sin supervisión. No te preocupes.
La voy a devolver antes de irme. —Me sonrió con complicidad—. ¿Cómo
has entrado tú aquí?
—Mis increíbles superpoderes, por supuesto.
Teddy se rió como si estuviera bromeando. Es irónico cuántas veces me
puedo escapar con decir la verdad.
—Entraste coqueteando, ¿eh? Es completamente injusto lo que las
chicas calientes pueden llegar a conseguir, ya sabes.
Me sorprendió que con lo horrible que me sentía hace unos segundos,
ahora fuera capaz de reír.
—De hecho, entré llorando. Parecía más apropiado.
Teddy compartió una sonrisa conmigo.
—Lloraste, ¿eh? ¿Por este tipo? —Captó mis ojos hinchados
curiosamente—. Debes ser toda una actriz.
—En realidad no. —Cambié de tema. No podía explicar exactamente la
verdadera razón por mis lágrimas—. Entonces —Miré en el nombre en
la placa robada en su mano—, Dr. Chang, ¿qué te trae la cama de un
desconocido?
Teddy se puso serio y arrastró los pies junto a mí.

1 Teddy: Juego de palabras, “Teddy” significa osito en Inglés.


—Realmente no lo sé —dijo mientras miraba a Mike—. Nunca he
presenciado un accidente antes. No podía sacarlo de mi cabeza. Creí
que tal vez verlo en persona podría ayudar.
—Eso estaría bien, ¿no? —susurré, más para mí que para Teddy.
—¿Qué quieres decir?
Observé la forma en la que Mike dormía, mientras mi mente reproducía
mi propio accidente hace años. Visualicé la cisterna que se estrelló
contra mi coche y la caída de las líneas eléctricas. Sentí el calor de la
explosión. Oí el sonido ahogado de los gritos de Derek al morir en mis
brazos. Todos pasó por mi cabeza como si hubiera sido ayer.
—No importa lo que hagas —dije, con mi voz hueca—. Nunca lo
olvidarás. —Traté de frotar la piel de gallina de mis brazos—. Confía en
mí.
—Cierto. Dijiste que ya habías pasado por esto antes.
Podía sentir los ojos de Teddy en mí, pero no levanté mi mirada.
Cuando no dije nada, volvió a hablar.
—¿Quieres saber lo extraño? —preguntó—. Me siento culpable.
32
Ahora sí que le miré. Estuve sorprendida por la confesión. Lo que dijo
era tan cercano a lo que yo sentía.
—Estábamos justo allí —dijo, mirando hacia Mike con una mirada
distante—. Siento que debería haber hecho algo para detenerlo.
Ayudarle de alguna manera.
Me estremecí.
—Conozco el sentimiento.
—Pero, ¿qué podríamos haber hecho? —preguntó.
No dije nada. No podía haberlo hecho, incluso si hubiera sabido qué
decir. Mi garganta ardía de nuevo.
No me di cuenta que estaba llorando hasta Teddy me llevó a un
pequeño banco bajo la única ventana de la habitación y se sentó a mi
lado.
—¿Estás segura de que estás bien?
Avergonzada, limpié mis mejillas y asentí con la cabeza.
—Estoy bien. Yo solo... —Mi voz se apagó. No tenía idea de cómo
terminar esa frase.
—¿Cómo es que llegaste aquí sola? —preguntó Teddy—. Pensé que tu
novio era cercano a este tipo. ¿No debería estar aquí también?
—No hacemos todo juntos. —No quise estar tan a la defensiva, pero me
sentía un poco culpable por estar aquí sin Ryan. No sé por qué no
quería que estuviese aquí conmigo. Probablemente porque no me
hubiera dejado revolcarme en la autocompasión, y realmente solo
necesitaba sentirme mal por un tiempo.
—Lo siento —se disculpó Teddy—. No significaba que te acusara de
nada. Solo estaba preocupado por ti.
Hice una mueca y le di a Teddy una sonrisa arrepentida.
—Eres muy dulce.
Teddy se estremeció y tiró una mano sobre su corazón.
—Oh. Ahora lo has hecho. Mi ego está adecuadamente aplastado. Si
incluso comienzo a recordarte a tu hermano, hazme un favor y
miénteme.
Asombrada una vez más, en realidad resoplé una risa. Este chico me
hacía reír.
—No tengo ningún hermano pequeño.
—¿Pequeño? —Teddy se estremeció de nuevo—. No dije nada sobre
pequeño. ¿Realmente te recuerdo a un hermano pequeño? Por favor, di
que no. 33
—Tienes razón. Lo siento. Por supuesto que no me recuerdas a un
hermano pequeño.
—Por supuesto —respondió Teddy secamente.
—Creo que es más como…
Teddy se preparó mientras esperaba por lo que pensó que sería una
condenada analogía.
—Eres como el ingenioso, amable, compañero y mejor amigo. —Teddy
me miraba horrorizado, así que añadí:
—¿En un caliente chico malo, del tipo genio malvado?
—Ahora estás hablando. —Teddy finalmente se las arreglo para reír—.
Gracias. Aprecio la mentira, aunque es indignante.
Me eché a reír otra vez y choqué el hombro de Teddy con el mío.
—Eres gracioso.
—¿Gracioso como para suplantar a tu demasiado bueno, demasiado
guapo y demasiado perfecto novio?
—¡Ja! Nadie es así de divertido.
Teddy soltó un largo y exagerado suspiro y reí de nuevo. Le di a su
brazo una palmadita de apoyo.
—Estoy segura que no tendrás problemas alucinando a las chicas.
—Au, bueno, gracias por eso. Y en esa mentira graciosa, supongo que
debería irme antes que el Dr. Chang extrañe su tarjeta.
Teddy se puso de pie, estirando sus larguiruchos brazos, corrió una
mano a través de su cabello, y se dirigió a la puerta.
—Fue bueno verte de nuevo, Jamie.
—A ti también —admití—. ¿Y Teddy? Eres un buen chico. No estaba
mintiendo sobre el asunto de la novia. —E incluso tenía la perfecta en
mente.
Teddy encontró mis ojos por un momento, destelló esos hoyuelos de
nuevo, y luego se había ido. Sonreí al pasillo vacío. Era
asombrosamente lindo, divertido, y alguien con quien era muy fácil de
hablar.
—¿Qué piensas? —le pregunté a Mike de repente—. Parece como que
podría ser exactamente el tipo de chico que Becky necesita. —Bufé
cuando me di cuenta el consejo de quien estaba solicitando—. Como si
debiera estar hablándote sobre qué es lo mejor para Becky.
Esperé por la oleada familiar de odio que siempre sentía cuando
pensaba sobre lo que Mike le hizo a Becky, pero no vino. No pude tener
una onza de ira cuando miré abajo a su magullado y roto cuerpo. 34
—Supongo que esto nos hace iguales, ¿eh? No que eso te haga igual
siquiera con Becky. Nada podría hacer eso pero no puedo realmente
quedarme molesta contigo por lastimar a mi amiga después de que dejé
que te hirieras así. Los dos somos idiotas.
Dejé salir un largo suspiro. Allí no había realmente nada más que decir,
pero por alguna razón mis pies no pudieron moverse. Solo me quedé
allí. Como si mirarlo pudiera de alguna forma arreglar todo.
Las paredes en el interior comenzaron a cerrarse en torno a mí mientras
el silencio se incrementaba en el pequeño espacio. Mis ojos se llenaron
de lágrimas de nuevo. Ni siquiera sé si estaba llorando por Mike, por mí
misma, por mi novio perdido hace mucho, Derek, o los tres.
Un suave golpe vino de la puerta abierta detrás de mí.
—Discúlpeme, señorita; se ha terminado la hora de visita.
—Lo sé, lo lamento. Ya estaba yéndome.
Limpiando mis ojos, me giré para encarar al intruso. Era un hombre
alto y pelirrojo, con piel, pálida como la luna, y cubierta con tantas
pecas que parecía manchado. Vestía una larga bata blanca de
laboratorio y me miraba con ojos curiosos.
Sabía que debería dejar al tipo preguntar que solo la hora tardía pero
no lo hice.
—¿Doctor? —pregunté, incapaz de evitarlo—. ¿Él va a estar bien?
El tipo tomó un momento para formular su respuesta, lo que, si me
preguntas, solo significaba que estaba ocultando algo. Como muchas
malas noticias.
—Sabremos más una vez despierte, pero el hecho de que ha pasado las
primeras veinticuatro horas tiene que ser una buena señal, ¿cierto?
Correcto. ¿Una señal? Alguna opinión médica.
—¿Despertará?
El médico me miró de la cabeza a los pies y luego ofreció una gentil
sonrisa.
—¿Con una bonita cosa como tu sentándose a su lado? Sería un idiota
para no hacerlo.
Oh, Mike era definitivamente un idiota, pero yo no lo era. Algo en la
declaración del médico sonaba fuera de lugar.
—Esta es la UCI, Doc —dije ligeramente—. Solo familia inmediata, y
todo eso. No creo que a él le importe lo bonita que soy.
El hombre sonrió.
—¿Y eso te haría su hermana? Gemelos, ¿es así?
Regresé su sonrisa.
35
—Idénticos. ¿No puede decirlo?
El medico pareció como si bromeaba. Dio un paso en la habitación y
cerró la puerta detrás de él, como si tratara de no molestar a los otros
pacientes en el piso.
—¿Cuál es tu nombre, cariño? ¿Cuál es tu relación con este chico?
¿Novia? Estoy adivinando que novia.
Algo sobre esto no se sentía bien conmigo. No como sus preguntas. No
como lo cerca que repentinamente estaba de mí, y realmente no como la
falsa sonrisa plasmada en su rostro.
—¿Cuál es tu relación con él, “Doc”? —pregunté—. ¿Cuál es tu nombre?
¿Qué sobre alguna identificación?
Lo sorprendí con mis preguntas, pero mi sospechas solo lo hicieron
parecer más ansioso.
—Mi identificación fue robada —dijo irónicamente—. ¿Además tienes
una idea de donde podría haber ido, señorita…?
¿A la pesca de un nombre? Mis sospechas fueron confirmadas y tomé
una postura defensiva, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
—Puedes llamarme Reina del Hielo —dije—. Dime para quien trabajas.
—¿Ruego por tu perdón?
—¿Para qué charlatán despreciable trabajas? —siseé a través de mis
dientes apretados—. Si fueras un médico habrías comprobado sus
signos vitales ya, pero estás más interesado en mí.
Lo miré de arriba abajo de nuevo, esta vez tomando detalle con mi
supersentidos, y allí estaba, el delgado pequeño zumbido que había
esperado por escuchar. Estaba viniendo del bolsillo del pecho de su
camisa de verter Marca JC Penney debajo de su bata de laboratorio
robada.
Demasiado rápido para que me detuviera, agarré el delgado artefacto de
su bolsillo. Jadeó y demandó que se lo devolviera, pero lo ignoré.
No era nada como el artefacto de grabación que había visto que Carter,
la extraordinaria escoria de tabloides, utilizase en el pasado. Este era
compacto, liso y brillante, casi silencioso, y de apariencia muy cara.
Bueno. Era mucho más divertido destruir cosas cuando eran bonitas.
Sostuve el aparato arriba a mi oído y lo sacudí.
—¡Se cuidadosa con eso!
—¿Qué, esto? —Cerré mi puño alrededor del grabador y agradecí a las
estrellas por mi superfuerza. El aparato era un pila de metal inútil en
poco tiempo—. Mi error —dije, dejando la estropeada pelota caer al piso.
El odioso reportero jadeó. Revolvió por lo que había quedado de su 36
grabadora y lo examinó con cautela.
—¿Cómo hiciste eso?
—Ustedes los reporteros me hacen enfermar. ¿En qué mundo piensan
que es genial espiar a personas en la UCI? ¿Estás seriamente bien
acechando a alguna pobre y desprevenida novia sufriendo por un chico
en coma para un historia?
—Mire, señorita —El hombre comenzó a dar marcha atrás—, no estaba
tratando de…
—Bueno, ¿adivina qué? No soy una novia sufriendo, y tú no eres el
primer reportero que he tenido el disgusto de conocer.
—Espera, estás confundida. No soy un reportero.
Miré en su cabello jengibre y pecas de nuevo y recordé el nombre de la
tarjeta que Teddy había robado.
—Cierto —reí—. Eres el “Dr. Chang”. ¿Exactamente cuánto has estado
espiándome? Lo suficiente para escuchar mi conversación con Teddy,
obviamente.
—¿Teddy?
—Bueno, odio decepcionarte, pero no estarás espiándome o a alguien
más esta noche. Te sugiero que te vayas justo ahora, porque voy a
llamar a las policía en exactamente cinco segundos.
El hombre miró al bulto de metal en sus manos de nuevo.
—Pero…
—Cinco.
—¿Cuál es tu nombre?
—Cuatro.
—No vas a llamar a la policía. No se supone que estés aquí tampoco.
—¿Que vas a hacer? ¿Patearme fuera? Oh, no. Estoy tan asustada.
Tres.
Saqué mi teléfono y tomé una foto del hombre.
—¿Qué estás haciendo? —espetó el tipo, seriamente molesto de que
hubiera tomado su foto.
—Evidencias —dije—. Para cuando los policías me pregunten cómo el
asqueroso reportero lucía, porque seriamente dudo que vayas a
quedarte alrededor después de que los llame. Dos.
—¡Está bien! —gritó el chico finalmente cediendo—. Me estoy yendo,
¿bien? Vamos a dejar a los policías fuera de esto. Prometo que me iré.
—¿Y no vas a venir regresar aquí?
—Y no voy a regresar aquí —estuvo de acuerdo.
37
—Bien —dije—. Tal vez no eres un idiota como pareces.
El hombre sonrió sombríamente.
—Bueno, eres definitivamente tan inteligente como pareces. Nunca pillé
tu nombre.
Sonreí.
—Tú primero. —Cuando solo me miró, reí y empuje pasándolo fuera de
la puerta—. Hasta luego, “Dr. Chang”.
»Capitulo 5
Traducido por Jhos
Corregido por Maia8
Estoy acostumbrada a las personas mirando hacia mí. No quiero sonar
muy llena de mí misma o cualquier cosa, un ego furioso en una relación
es suficiente, y Ryan definitivamente tiene el nuestro cubierto, pero toda
mi vida he sido una de esas chicas que las personas observan.
Creciendo era amigable, extrovertida, atlética, y bonita. No era solo una
chica popular. Era la chica popular.
Entonces mi accidente ocurrió, y todo cambió. Las personas todavía me
miran; solo que miran por diferentes razones. La diferencia era que,
ahora no los quiero observándome. Irónicamente, lo que quería era ser
notada, cuanto más consciente me volvía más me miraban. Ahora,
puedo decir que siempre estoy siendo observada.
38
Fue la tarde cuando finalmente me noté a mis acosadores. Acababa de
terminar una fantásticamente aburrida lectura de asignación en la
biblioteca y estaba dirigiéndome de regreso a mi dormitorio cuando
sentí el cabello en la parte posterior de mi cabello erizarse, una
asombrosamente rara ocurrencia, considerando que mi piel está
prácticamente hecha de electricidad estática.
No los ubiqué al principio, pero sabía que allí estaba, así que me
incliné, mi zapato repentinamente necesitaba ser atado, para darme un
momento para saber quién eran sin dejarles saber que estaba sobre
ellos.
Allí estaban dos de ellos, un hombre y una mujer, ambos alrededor de
la edad de mis padres sentados en una banca juntos, intentando más
duro mezclarse. No estaban haciendo un gran trabajo.
El hombre tenía pantalones chinos y mocasines baratos que se veían
bien, un favorito entre el profesorado del Estado de Sacramento, noté,
pero estaba leyendo un periódico. Um, ¿quién hace eso ya cuando
puedes conseguir las noticias de última hora de cualquier página web
que elijas a través de tu móvil? E incluso si eres uno de los chicos de la
vieja escuela que de alguna forma rechaza la era digital, doblarías tu
periódico en un tamaño manejable. No lo esparcirías y lo sostendrías
en frente de tu rostro como si estuvieras a propósito tratando de
ocultarte detrás de él.
El mujer tiene el problema opuesto. Está tecleando algo en algún tipo
de tablet que parece demasiado tecnológicamente avanzada para
permitirse con un salario de profesor, y su traje de autoridad y tacones
de aguja sugerían un sentido de la moda que era demasiado para
alguien de Sacramento, la ciudad que se olvidó del estilo.
La mujer levantó la vista y parpadeó cuando me vio mirando hacia ella.
Principiante. Carter estaría molesto.
Rápidamente até mi zapato y comencé a caminar de nuevo, pero
concentré mis oídos en el par que dejaba atrás.
—Interesante —dijo el hombre, con una emoción subyacente que hizo a
mi estómago revolverse.
—Sí, bastante —contestó la mujer.
Genial. Saben que los ubiqué. Peor, están emocionados de que lo hice.
Querían que los notara. Había sido una prueba. Aquí creía que eran los
idiotas, pero solo había caído justo dentro de sus manos, solo alguien
con algo que ocultar habría notado que estaban siendo seguidos.
¿Pero quiénes eran, y qué los hizo sospechar?
Acababa de girarme y confrontar a mis acosadores cuando mi teléfono
zumbó, estallando mis pobre y superenfocados oídos y sorprendiendo
las luces del día vivientes fuera de mí. Si hubiera sido otra persona en
39
vez de Ryan, no habría respondido. En cambio, lo abrí y dije:
—Ryan, estoy siendo seguida.
Ryan rió entre dientes.
—Bueno, hola a ti también, súperardiente novia mía.
—Soy seria.
—Puedo decirlo, pero si alguien puede asustar a un fanático adorador,
esa eres tú. Deshazte de todo lo que está fastidiándote y ven a verme.
Tengo una sorpresa para ti.
—No, Ryan. Estoy siendo seguida. Me encontré un reportero en el
hospital el domingo por la noche.
—¿El hospital? —Pude escuchar el ceño en la voz de Ryan—.
¿Regresaste?
Hice una mueca.
—Sí. Me escabullí de regreso para ver a Mike de nuevo.
—¿En serio? ¿Por qué no me llamaste? Habría ido contigo.
—Lo sé —suspiré—. No sé cuál era mi problema. Solo estaba tratando
de arreglarlo todo, supongo. Necesitaba enfrentarlo sola.
—¿Ayudó?
Ojalá.
—No realmente.
Tengo el mayor novio comprensivo de toda la existencia. Ryan no estaba
molesto porque hubiese ido sin él o que no le dijera sobre ello; solo
estaba preocupado por mí.
—Bueno, si sigues necesitando estar sola, ven. Puedo hacerte sentir
mejor y solucionar tu problema.
Me reí.
—Estoy segura que puedes, pero soy seria sobre la cosa de ser seguida.
Rápidamente le conté mi encuentro con el tipo en el hospital y luego le
dije sobre la pareja que simplemente habían estado observándome.
Cuando terminé, Ryan suspiró. Conocía ese suspiro. Hacía eso cuando
estaba preparándose para decirme algo que sabía no me gustaría.
—¿Qué? —pregunté.
—Mira, no me dispares por decir esto, pero suenas un montón como tu
papá justo ahora.
—¿Mi papá? —grité. Era afortunado que estuviéramos hablando por
teléfono—. No soy completamente paranoica.
40
—Jamie, piensas que los hombres de saco están detrás de ti a causa de
un periódico y un bonito par de zapatos.
—Eran Jimmy Choos —refunfuñé—. ¿Y qué sobre el tipo en el hospital?
¡No era un médico! ¡Estaba grabando nuestra conversación!
—Probablemente era exactamente quien pensaste que era —dijo Ryan—
. Un reportero buscando una historia después de un horrible accidente
de auto. Te vio en la habitación de Ryan y pensó que podía conseguir
información de ti. Pero no tenía nada que ver con tus poderes. No podía.
¿Cómo podría posiblemente haberlo sabido?
—Pero…
Ryan no me dejó interrumpirle.
—No hay absolutamente nada sospechoso sobre el accidente de Mike.
No lo salvaste —dijo—. No utilizaste tus poderes esta vez, ¿recuerdas?
Me sentí como si hubiera sido golpeada en las entrañas. La frustración
en la voz de Ryan rompió mi corazón. Sabía que me culpaba por no
ayudar a su mejor amigo. ¿Cómo podría no hacerlo?
—¡Lo siento! —solté.
Ryan escuchó las lágrimas en mi voz y suspiró de nuevo.
—No estaba acusándote, Jamie. Llámame egoísta, pero estoy contento
de que no te expusieras. Mike es mi amigo, pero si tuviera que elegir
entre tú y él, te eligiría a ti. Hiciste lo correcto.
—¿Entonces por qué sonaste molesto?
—Porque sé que ibas a hacer eso tú misma. Estás sobreactuando
porque estás estresada sobre el accidente. ¿Qué está haciendo la pareja
en el banco ahora?
Arriesgué una mirada detrás de mí, solo para encontrar el banco vacío.
Exploré la zona completa, pero no vi a la pareja que había estado
observando en ninguna parte.
—En realidad, se han ido ahora.
—Allí, ¿ves? —dijo Ryan, como si acabara de probar algo para él—. Solo
estaban disfrutando de un poco de aire fresco en su descanso y
probablemente están comenzando su siguientes clases ahora. Nadie
está siguiéndote.
Suspiré.
—Tal vez estás en lo cierto. Tal vez estoy perdiendo mi mente. El
accidente de Mike realmente se metió con mi cabeza. Lo siento.
La respuesta de Ryan fue: —Te amo. —Eso me hizo sonreír. Ryan dice
que yo soy la enamorada, pero él me lanza esas tres palabras más que
mis padres, quienes son vergonzosamente afectuosos. 41
—Te amo también.
—Deberías —dijo—. Porque como dije antes. He averiguado una
solución a tu problema.
—¿La tienes?
Ryan rió.
—¿Por qué suenas tan escéptica? Sí. He averiguado la respuesta a tu
problema, y vas a amarlo, así que trae tu súperculo hacia aquí justo
ahora.
—Esta bien —cedí. Pero miré de nuevo al banco vacío y me estremecí—.
Estaré allí en una media hora. Hay una cosa que necesito hacer
primero.
***
Antes de dirigirme para ver a Ryan, hice una rápida parada en la ciudad
de Nueva York. Realmente, realmente no quería ver al hombre que
estaba visitando, pero necesitaba su ayuda. No podía sacudir la mala
sensación en mis entrañas, pero si alguien podía conseguirme
respuestas, era Dave Carter, periodista de tabloides convertido en
reporte contundente, y el hombre de mis pesadillas. Bueno, uno de
ellos.
Mi piel se puso de puntas cuando caminé en las oficinas de la CNN de
Nueva York. Casi prefería estar encerrada en un laboratorio de Visticorp
que caminar en esta guarida del león. La única cosa que odiaba peor
que el malvado científico loca eran los reporteros, y Dave Carter era el
peor de todos ellos.
Carter era el hombre acostumbraba a acosarme cuando al principio
conseguí mis poderes. Escribió cada alocada teoría que su mente pudo
crear sobre mí y las publicó todas, la más popular siendo que yo había
causado mi accidente de auto a propósito porque estaba enloquecida
por una ruptura, y quería llevarme a mi novio conmigo. Mi novio murió
esa noche, y realmente fue mi culpa, pero esos eran los únicos hechos
sobre los que Carter incluso tuvo razón en cualquiera de sus artículos
que escribió sobre mí.
Tornó a mi pueblo entero contra mí con sus mentiras. Tanto que mi
familia fue forzada a mudarse al otro lado del país, a la torpe, triste y
aspira vidas ciudad de Sacramento, California. Él clamaba que lo hizo
para lanzar a un grupo de científicos psicóticos fuera de la pista de mis
superpoderes. Lo que podría ser cierto, pero todavía creo que tomó un
gran placer en mi miseria. Definitivamente me beneficié de ello, de
cualquier modo.
—Bueno, bueno, bueno, si no es mi menos favorito paparazzi basura.
Carter frunció el ceño como si oliera algo asqueroso. Como si él tuviera
una razón para que yo le disgustase. 42
—¿Qué? —pregunté secamente—. ¿Sin sonrisas por tu vieja mejor
amiga para siempre? ¿Que sobre un gracias por este deprimente
pequeño cubículo has conseguido aquí? Quiero decir, fue mi historia
que te consiguió este trabajo, ¿no fue así?
Al año pasado, cuando mi profesor de Inglés descubrió la verdad sobre
mí y torturó a Ryan en un intento para hacerme cooperar con él, Carter
me ayudó a maquillar la verdad para escribir una historia que hizo
parecer a mi profesor como una psicópata pervertido en vez de un
hombre desesperado por estudiar mis superpoderes. El artículo hizo a
Carter parecer como un héroe y impulsarlo de las ligas menores a las
mayores de ser reportero temporal.
El idiota nunca siquiera me envió una tarjeta de agradecimiento.
—Era mi historia —se quejó Carter—. La escribí, e hice toda la
investigación. Eras solo el tema.
—Bien. Eres un regular Sherlock Holmes —dije. Tanto como adoraba
molestarlo, no podía hacerlo molestar demasiado, considerando que
estaba allí para pedirle un favor—. En serio, no obstante, felicitaciones
por el nuevo trabajo. Estoy feliz por ti. —Feliz de que ahora reportas en
el otro lado del país…
Carter, inteligente como es, no compró mi sinceridad. Rodó sus ojos y
se inclinó hacia atrás en su silla. Cruzó sus brazos sobre su pecho
mientras me fruncía el ceño.
—¿Qué estás haciendo aquí, Jamielynn?
—Nunca llamaste. Nunca escribiste… —Me encogí de hombros y
destellé mi mejor sonrisa—. Te extrañé. Estaba pensando en que tal vez
podría estallar tu computadora por los viejos buenos tiempos. —Miré a
la computadora portátil plateada sobre su escritorio y sonreí ante la
insignia de Apple en la parte superior—. Veo que encontraste la tienda
Mac. Bienvenido al siglo veintiuno.
Carter refunfuñó algo sobre adolescentes odiosos.
—De acuerdo, bien.
Obviamente no iba a ganarlo con sentimentalismo, así que decidí
apostar su insuperable curiosidad. Saqué mi teléfono celular y le
mostré la fotografía que había tomado del Sr. Definitivamente No-Un-
Doctor.
Carter tomó una buena mirada a pesar de sí mismo y luego de mala
gana preguntó:
—¿Quien es él?
—Eso es lo que me gustaría saber. ¿Te parece familiar?
—¿Debería?
Me encogí de hombros. 43
—¿No se conocen todos los paparazzi acosadores los unos a los otros?
¿No hay como un gremio o algo?
Los ojos se Carter se entrecerraron hacia mí.
—¿Qué está pasando, Jamie?
Me encogí de hombros de nuevo, pero esta vez pude sentir cuan a la
defensiva estaba.
—Tal vez nada.
Carter me dio una mirada y me quebré.
—Tal vez es una periodista de tabloides, y tal vez es alguien más. Allí
hubo una especie de accidente el otro día y…
Carter gruñó. Frotó sus manos sobre su rostro y luego levantó la
mirada hacia mí con una mirada que casi sentí como odio.
—¿No aprendiste tu lección la ultima vez? —espetó—. Deberías solo
dejarlos venir por ti. No puedes seguir utilizando tus poderes y esperar
a…
—¡No sabes sobre lo que estás hablando! —disparé, tan molesta que
hice el poder en la habitación surgir.
Cerré mis ojos y tomé un par de largas respiraciones profundas.
Acababa de perder el control en una habitación llena de reporteros.
Muchos de ellos ahora estaban mirando curiosamente hacia mí
mientras otros miraban a las luces o golpeteaban las pantallas de sus
computadores. Tenía que recuperar el control, o el mundo entero iba a
saber la verdad sobre mí.
Una vez estuve calmada descubrí a Carter frunciéndome el ceño, la ira
ida de su rostro. Ahora estaba solamente curioso.
Odiaba que yo fuera tan fascinante para él. No quería explicarme. No
quería que supiera lo arruinada que estaba, pero necesitaba su ayuda y
no me la daría a menos que tuviera detalles.
—No utilice mis poderes —siseé. Mi ira se convirtió en culpa y tuve un
momento difícil consiguiendo sacar la verdad—. Me quedé allí y observé
al mejor amigo de mi novio ser atropellado por un Escalade, y no hice
nada. El tipo casi murió porque fui demasiado gran cobarde para
exponerme.
Admitirlo en voz alta a Carter me hizo perder el control de nuevo y las
luces parpadearon una vez más esto era saliéndose de las manos.
—Por el amor de Dios. Jamielynn, ¿sabes dónde estás? —siseó Carter
en un bajo susurro—. ¡Ponte bajo control!
—¡Estoy tratando! No tienes idea de cómo se siente saber que dejaste a
alguien ser lastimado cuando pudiste haberlo detenido.
El rostro de Carter palideció y repentinamente pareció unos buenos 44
diez años más viejo.
—¿Qué? —demandé.
—Nada.
—Sí, claro. Si alguien sabe como se ve la culpa, soy yo. ¿Cuál es tu
historia?
Por primera vez desde que conocí a Carter vi emoción honesta
desplazarse fuera de su rostro en la forma de pesar.
—Solo déjalo, Jamielynn —susurró—. Por favor.
No tuvo respuesta. No pude formar las palabras de ningún tipo. Carter
era un verdadero ser humano. Uno con sentimientos. Todo este tiempo.
Nunca lo supe.
Me moví intranquila, deseando poder salir de apuros. No me gusta
pensar en Carter como una persona.
Carter frunció el ceño ante mi asombro y luego suspiró pesadamente.
—Dime qué sucedió.
Le dije sobre el accidente, y luego le expliqué mi encuentro con el falso
médico en gran detalle. Carter pareció estar de acuerdo que el hombre
probablemente era un reportero pescando una historia. Me reprendió
por romper la grabadora de voz del hombre, pero dijo que hice lo
correcto al no utilizar mis poderes para ayudar a Mike. Considerando el
egoísmo de Carter y crueldad, su convicción de que hice la decisión
correcta solo me aseguró que fue incorrecto.
Cuando llegué a la parte sobre la pareja en el banco, Carter rió.
—¡No soy paranoica!
—No me malinterpretes —dijo Carter, todavía riendo entre dientes—. Tú
de todas las personas necesitas una saludable dosis de paranoia, pero
Johnny Football —Se refería a Ryan— está en lo correcto. Estás
sobreactuando.
—¿Qué sabes sobre ello? ¡Nunca has sido acosado!
—Pero he sido el acosador.
Lo miré. No era malditamente obvio.
Carter suspiró de nuevo y sostuvo sus manos abiertas, con las palmas
hacia arriba.
—Dame tu teléfono. Llamaré a mis contactos en Sacramento y veré si
puedo averiguar quién es este tipo para ti.
Estuve sorprendida de que estuviera realmente ofreciendo su ayuda
antes que tuviera que recurrir a amenazas de muerte, pero rápidamente
me las arreglé para una mirada presumida.
—Y aquí yo que pensaba que no te importaba. 45
Carter rodó sus ojos.
—Si no te ayudo, harías algo estúpido tratando de averiguarlo por tu
propia cuenta y terminarías en un centro secreto del gobierno en alguna
parte.
Le di a Carter una sonrisa deslumbrante.
—Oh, cuán bien me conoces.
Carter descargó la foto a su computadora y luego me entregó mi
teléfono de regreso con otro exagerado suspiro.
—Ahora sal fuera de aquí, Jamielynn —dijo con una voz cansada—.
Antes que vuelvas todo mi cabello gris.
Cuando retrocedí fuera de su cubículo, levanté la mirada a su línea de
cabello, que estaba solo ligeramente disminuyendo, y lo dejé con las
palabras de despedida: —¿Qué cabello?
»Capitulo 6
Traducido por CarolAnne
Corregido por Maia8

Realmente amo a mi novio, pero odio pasar el tiempo en su cuarto.


Siempre me recuerda cómo de asquerosos pueden ser los chicos.
Especialmente los atletas. Creo que el equipo entero vive en el mismo
edificio. Toda la pizza vieja y la interminable cantidad de calcetines
sucios son suficientes para enfermar a una chica.

Y todo eso es sin el súperolor. Al menos, esta vez no estuve allí luego de
las prácticas. La mayoría de los chicos que nos cruzamos en el camino
a la habitación de Ryan ya se habían duchado.

—Entonces ¿a qué se debe la sorpresa? —pregunté, dejándome caer en


su cama deshecha.
46
Él me respondió con un intenso beso.

De alguna manera, no pensé que fuera la solución a mi dilema, pero


con Ryan nunca lo sabría. No me extrañaría que creyera que sus
habilidades en los besos pudieran resolver cualquier problema. De
cualquier manera me dejé ir. Después de ver a Carter, necesitaba un
buen beso para despejar mi mente.

Justo cuando Ryan me empujó sobre su cama, su compañero de cuarto


entró, vistiendo más sudor que ropa.

El humor para besarse quedó oficialmente muerto.

—Miller —dijo con una sonrisa—, sé que estas en primer año y todo
eso, pero pensé que el no molestar que implica la corbata en la puerta
es de conocimiento universal.

—EstÁ todo bien —dijo Ryan—, solo nos estábamos saludando.

El tipo me dio una sonrisa, mientras me senté.

—¿Saludas así a todos o Miller es el único suertudo HDP?

Todas las veces que había estado en la habitación de Ryan nunca había
conocido a su compañero de cuarto.

Ryan me había contado muy poco de él. Su nombre era Sean, era
estudiante de segundo año, jugaba en la línea trasera, y a Ryan le
agradaba.

Me paré y extendí mi mano.


—Hola, soy Jamie.

—Oh, lo sé. —Sean rió nuevamente y sacudió mi mano—. Miller no deja


de hablar de ti. Tiene a las mujeres de este campus volviéndose locas,
pero es devastadoramente fiel. ¿Supiste del equipo de porristas que
vinieron a visitarlo el sábado después de que se fuera temprano
después del juego?

—Becky les dijo sobre Mike —explicó Ryan—. Supongo que estaban
preocupadas porque me fui antes.

Sean bufó.

—Ellas dijeron que era su trabajo animar al mariscal de campo. El


equipo entero de animadoras estaba adulando a este idiota, ¿y sabes lo
que hizo? Sacó tu foto y les contó toda la historia que tienen juntos, su
apuesta con el tipo del hospital sobre conseguir una cita con Becky.
Todas se estaban desmayando y él ni siquiera se dio cuenta.

Negué con la cabeza.


47
—Oh, sí se dio cuenta. Lo hace a propósito, sabes. No dejes que su
sonrisa de niño bueno te engañe. Ryan Miller sabe exactamente lo que
está haciendo todo el tiempo.

Sean rió.

—Bueno parece que encontró la chica perfecta para que lo mantenga en


la línea. Es bueno finalmente conocerte, Jamie. —Sean arrojó la toalla
sobre sus hombros—. Ahora, si me disculpan, voy a ducharme.

Sean me dio una última sonrisa brillante y le pasó a Ryan una corbata
mientras dejaba la habitación. Ryan la sostuvo en alto con una mirada
sugestiva que me hizo reír.

—Enfócate.

—Cierto.

Ryan tomó una pila de revistas de su escritorio. Cuando me di cuenta


que eran cómics, fruncí el ceño.

—Muy gracioso.

—Piensa sobre ello Jamie, tienes superpoderes, quieres usarlos para


ayudar a las personas y no quieres que los demás se enteren sobre ello.

—No quiero ser una superheroína, Ryan, no solucionaría mi problema.


De cualquier manera, no es como si pudiera usar una máscara todo el
tiempo ¿que si solo estoy caminando como Jamie Baker y otro accidente
ocurre, como con Mike? No sé si notaste las pocas cabinas de teléfonos
en el mundo de estos días. No puedo correr a cambiarme cada vez que
un idiota cruza la calle sin mirar.

Ryan estaba tratando de ayudarme, pero cuanto más lo hablaba más


me daba cuenta de que estaba jodida.

—Enfrentémoslo, la única manera de resolver este problema sería huir


hacia las Montañas Rocosas en Canadá, donde las únicas cosas
vivientes a las que estaría poniendo en riesgo al exponerse a mí,
tendrían cuatro patas en lugar de dos.

No me di cuenta de cuán enojada estaba, hasta que Ryan tomó mis


manos y me impulsó a tomar una respiración profunda.

—No puedes salvar a todos Jamie, hiciste lo correcto el otro día.

—No se siente como si hubiera hecho lo correcto.

Ryan me acercó a sus brazos, el cual es el mejor lugar para estar, sacó
el cabello de mi rostro y puso su mano en mi mejilla forzándome a
mirarlo. 48
—Deja de enfocarte solo en lo negativo. Mike estará bien, y tú ni fuiste
expuesta, agradece eso al menos.

Ryan tiene ese talento molesto de sonar firme y simpático a la vez.


Cuando usa esa gentil voz y me mira con esos ojos comprensivos, es
como que casi me siento agradecida o suertuda de tenerlo. Ese es por
qué consigue siempre salirse con la suya. La parte más exasperante es
que no puedo ni siquiera enojarme porque siempre consiga lo que
quiere, porque consigue hacerme sentir mejor a mi pesar.

—No puedes salvar a todos, Jamie, pero tal vez si eres capaz de ayudar
a algunas personas, es posible compensar las veces que tienes que
ponerte en primer lugar.

—¿Crees que salvar a alguien más va a hacer que lo que paso con Mike
este bien?

Ryan negó con la cabeza, pero todavía me estaba sonriendo.

—Mike es el único responsable de lo que le pasó, y, no, no creo que


salvar gente haría desaparecer la culpa que sientes. Pero sí creo que te
daría algo para sentirte bien contigo misma. Te daría algo en qué
concentrarte y que se puede controlar. —Ryan me dio una pequeña
sonrisa—. Y los dos sabemos lo mucho que amas control.

Ryan sonrió y lo besé. Yo era una causa perdida.

—¿Cómo es que puedes hacer que incluso las ideas más locas tengan
sentido? —La cara de Ryan se iluminó, mientras se lo preguntaba.
—Entonces, ¿lo harás?

Negué con la cabeza.

—No lo sé. Esto no es un juego, estamos hablando acerca de la vida, mi


vida y las vidas de otras personas.

—Vidas que sólo serán mejores gracias a ti.

—A menos que lo arruine. —Cogí pila de Ryan de los cómics y los


esparcí sobre su cama—. No hay manera de que sea tan simple. Estás
tratando de convertir la ciencia ficción en realidad.

—Dice la chica que dispara rayos de sus manos.

Ryan se rió de la mirada que le di y me besó las manos.

—Bebé, en nuestro mundo la ciencia dejó de ser ficción hace mucho


tiempo, pero lo resolveremos, ¿no? Mira todo lo que logramos el año
pasado. Ganaste el control de sus poderes. Retomaste tu vida.

—Lo sé, pero… 49


—Tienes un don, Jamie. Ahora tienes el control de ese regalo, quizás es
momento de llevarlo al siguiente nivel. Quizás es momento de que te
conviertas en más que Jamie Baker.

Estaba aterrorizada de exponerme y que todos me vieran. No creí que


Ryan le diera a los supervillanos del mundo el crédito suficiente, pero
yo estaba más asustada de que él tuviera razón. El accidente de Mike
me había cambiado. No podía hacer nada. Ryan tenía razón sobre mis
problemas de control. Si yo iba a ser expuesta, entonces iba a ser a mi
manera.

—Muy bien —dije finalmente—. Vamos a darle una oportunidad.

Ryan se iluminó con entusiasmo.

—¿En serio?
—Sólo una oportunidad —le advertí—. Si somos capaces de encontrar la
manera de hacerlo. No puedo ir a patrullar las calles con la esperanza
de que alguien necesite mi ayuda.

Ryan hizo un gesto de mi escepticismo.

—Detalles.

—Ryan. — Él no estaba tomando esto en serio.

—Nos las arreglaremos, no te preocupes.

Ryan sonrió de nuevo y me arrastró hacia sus brazos.


—Mi novia va a ser un superhéroe en la vida real —dijo, y luego me
besó—. Eso es tan caliente.

—Bien, ahora lo entiendo. —Me liberé de las manos de Ryan y di un


paso atrás, y puse mis manos en mis caderas—. Ahora sé por qué estás
tan emocionado acerca de esto, pero te prometo, que nunca va a
suceder.

—¿Qué?

Correcto. No iba a caer por los pucheros que Ryan Miller me hiciera. No
esta vez.

—No voy a vestirme como la Mujer Maravilla. Nunca

Mirada inocente de Ryan se convirtió en un ceño fruncido. Gruñó un


“aguafiestas” hacia mí, y finalmente estallé en una carcajada real.

—Vas a tener que usar algún tipo de disfraz.

—Disfraz —me dijo—. No traje.


50
—Uniforme —argumentó Ryan—. No tiene por qué parecer estúpido. No
voy a hacer que uses una capa y los calzoncillos por fuera de su ropa.
Me conformaría con un bonito traje de spandex y unas botas con
cordones altos.

—¡No! No spandex, Ryan. No estoy bromeando. —Ryan sonrió—. Por lo


tanto ¿las botas altas, sí?

—¡No!

Puse los ojos blancos, pero Ryan no lo vio. Él estaba ocupado hojeando
uno de sus libros de historietas.

—Ooh. Gabardinas son calientes. —Pasó otra página—. O todo de cuero


negro. Podrías totalmente ponerte algo a lo Scarlett Johansson en Los
Vengadores.

—¿Sabes qué? Creo que te voy a dejar con tu “investigación”. Llámame


cuando dejes de pensar como un chico y pienses en algo que realmente
me ayudará a ocultar mi identidad.

Ryan sacó la nariz de su comic, miró su reloj, y luego suspiró.

—Puede que tengas razón. Tengo un montón de lectura en la que


ponerme al día. No sé cómo el entrenador espera que nosotros
recibamos todos nuestros deberes hechos entre la práctica y nuestros
entrenamientos y todavía tener tiempo para dormir. Hay que olvidarse
de la vida social.
—Espera. —Me quedé sin aliento—. ¿Lo que acabo de oír, fue una queja
lo que salió de la boca de Ryan Miller?

Le estaba tomando el pelo, pero la expresión de Ryan se puso seria.

—Tienes razón —dijo con una sacudida de la cabeza—. Lo siento.


Todavía me estoy adaptando a mi nuevo horario, y yo sólo soy
malhumorado porque tengo que dejarte ir a casa. Vamos, te acompaño.

Ryan estaba tranquilo mientras me acompañó hasta la puerta de su


edificio. Me sorprendió verlo tan estresado. Él siempre era tan tranquilo
y relajado en todo lo que a veces se me olvida que es tan humano como
yo.

Y ha pasado por tanto como yo en la última semana, preocupándose


tanto por Mike y yo, y encima de todo tener una agenda muy exigente.
Sólo puedo imaginar con qué tipo de presión debe estar tratando ya
que él nunca me dirá porque no querría que me preocupe.

Es tan fuerte. No sé qué hice para merecerlo, pero no voy a dejar que
me lo dan por sentado. Hace tanto por mí, y tengo que devolverle favor. 51
Él tiene razón. Necesito ser más que Jamie Baker Tengo que ser la
mejor novia que jamás haya existido.

Esta vez fui yo quien le di beso largo, en frente de todo el mundo. La


forma Ryan respondió se sentía casi desesperada. Lo que confirmó que
él me necesitaba más que nunca en estos momentos.

Sintiéndome espontánea por una vez en mi vida, dejé que mi poder se


salga y le di un súper beso Ryan hasta que su pelo estaba erizado.
Cuando finalmente nos tuvimos que separar jadeando por aire, me
sonrió y trató de suavizar su cabello hacia abajo para él. Fue un
esfuerzo inútil.

—¿Qué fue eso? —preguntó Ryan, reconociendo que yo le había dado


mi energía a propósito.

Era mi turno de darle una sonrisa arrogante.

—Sólo pensé que podría utilizar un poco de súper velocidad para


ayudarte a ponerse al día con todas tus lecturas.

—¿Qué hay de tu regla de no a los súper besos?

Me encogí de hombros

—Tal vez tenías razón sobre que soy un poco paranoica. Todo salió bien,
cuando lo hice el otro día. ¿No has notado ningún daño cerebral ,
¿verdad?

—Um ... No... pero...


La expresión en el rostro de Ryan me hizo necesitar volver a besarlo. Lo
había sorprendido, pero también estaba emocionado y agradecido.

—Sabes cuánto te amo, ¿no? —pregunté, incapaz de irme. Ryan


finalmente volvió a ser el mismo y sonrió—. Por supuesto que sí. Lo he
sabido por más tiempo que tú.

Era verdad, había sabido que yo lo amaba, incluso antes de que yo


misma me diera cuenta.

—Oh, bueno. Entonces supongo que no tengo que seguir diciéndolo.

Empecé a alejarme, pero Ryan serpenteó sus brazos alrededor de mi


cintura y arrastré mis labios a los suyos.

—El hecho de que lo sé, no quiere decir que no me gusta escucharlo. —


Me besó con un renovado vigor—. Nunca dejes de decírmelo , Jamie.
Nunca,

Otra vez, con la expresión que ponía Ryan. ¿Cómo podría negarme eso?

—Te amo.
52
—Yo también te amo.

—Bueno. —Por fin logré dejarlo ir—. Ahora ve adentro y termina tu


tarea al estilo Jamie Baker, y luego ten una buena noche de sueño.

—Voy a soñar contigo —consideróosu declaración

—Está bien, pero no está permitido vestirme como la mujer maravilla.

—Es mi sueño, Baker. Te voy a vestir como quiera. —Su sonrisa se


volvió malvada—. O tal vez no te voy a vestir en absoluto.
»Capitulo 7
Traducido por sooi.luuli
Corregido por Maia8
Ryan me había dado mucho sobre lo que pensar.
Siempre trata a mis poderes como si fueran alguna especie de juego
divertido. Incluso la vez que lo golpeé con tanta fuerza que casi detuve
su corazón su respuesta había sido: —Increíble. Hagámoslo de nuevo.
—Sus intensiones son siempre geniales, y me encanta que sea siempre
tan positivo, pero no estoy segura de que realmente vea los aspectos
negativos de una manera suficientemente cuidadosa. Ponerme en el ojo
público como alguna especie de héroe con súperpoderes tendría
repercusiones. No garantizo que todas ellas fueran positivas, sin
importar lo que diga Ryan. ¿Podría realmente hacerlo? ¿Realmente
valdría la pena? ¿Incluso querría hacerlo? No estaba segura, pero no
era una decisión que pudiera tomar por capricho porque Ryan me 53
encantaba con ello.
Con tanto cerniéndose sobre mí, estuve demasiado antisocial por el
resto de la semana. No hice mucho además de ir a clases, y continué
alejándome para hacer mi tarea donde no fuera molestada por nadie.
Lo increíble sobre tener a todo el continente a mi disposición es que
siempre puedo encontrar un agradable, tranquilo y hermoso lugar para
pensar. El Grand Cañón es mi favorito. El lago Tahoe y el monte
Rushmore son el par de mis otros refugios habituales, pero el sábado
por la tarde me encontré sentada en las gradas del estadio de la
Universidad del Estado de Colorado. Sac State hoy estaba jugando para
ellos.
Inicialmente habría venido a ver a Ryan jugar, pero me encontré más
interesada en los extraños sentados a mi alrededor. Mientras estaba
sentada observándolos, intenté imaginarme sus vidas. Intenté
imaginarlos necesitando ayuda y llegando a su rescate. Intenté
imaginar cuáles serían sus respuestas para alguien como yo.
Sólo que no sabía qué hacer. Necesitaba otra opinión. Pensé en hablar
con mis padres pero mi papá enloquecería. Le cuento a mis padres todo
y valoro sus opiniones, pero mi padre ni siquiera pensaría en esto. Él no
consideraría la posibilidad en absoluto. Está demasiado paranoico y
asustado de perderme. Usualmente puedo contar con mi madre estando
de mi lado, pero en este tema ella estaría detrás de mi padre al cien
porciento. No, no podría hablar con ellos. No todavía, de todas maneras.
Lanzo una mirada hacia el pequeño grupo de chicas rebotando en los
laterales, no muy lejos del equipo de fútbol. Becky se veía tan feliz
haciendo las volteretas hacia atrás y tocándose los dedos de los pies.
Allí afuera en el campo con sus amigas se veía como la vieja Becky, la
feliz a la que le había tenido tanta confianza. Ella había pasado por algo
traumático y se había recuperado casi por completo. Mientras
observaba su sonrisa y alegría, me di cuenta de cuánto la admiraba y
necesitaba su amistad.
Obviamente yo sabía la parte de Ryan en el tema de yo convirtiéndome
en una superheroína, y la única otra persona en que alguna vez confié
fue en Becky, pero ella no sabía la verdad sobre mí. Nuevamente,
contemplé decirle mi secreto. Cuanto más tiempo ocultaba mis poderes
de Becky, más sucio se sentía el secreto. Además, realmente quería ser
parte de esto. Quería su opinión.
Y justo así, había tomado mi decisión. Iba a romper la regla más grande
de los superhéroes. Iba a ir contra todo lo que mis padres siempre me
habían dicho y contarle a Becky la verdad sobre mí.
Justifiqué mi decisión diciéndome a mí misma que podría ser una cosa
buena ver su reacción. Ryan se las arregló bien descubriendo la verdad,
pero entonces Ryan se las arregla bien con todo. La de Becky sería una 54
reacción más normal. Tal vez me daría una idea de si las personas se
volverían contra mí si supieran lo que podría hacer. ¿Estarían
emocionados, o sólo asustados? ¿Becky se asustaría de mí? Esperaba
que no.
Estaba en mi cama unas horas después, con la nariz enterrada en un
libro de texto de la civilización del Oeste cuando entró por la puerta
cargando una bolsa de lona casi tan grande como ella.
—¡Oye! ¡Bienvenida de vuelta! ¿Cómo estuvo el juego?
Becky lanzó su bolso a un costado y se abalanzó sobre mi cama.
—¡Ganamos!
Estaba desconcertada por la emoción en su voz, y había un brillo que
no había visto en más de un año.
—¿Qué es? —pregunté, completamente abandonando mi propia agenda
por sus buenas noticias. Ella se ruborizó y cambié mi pregunta.
—Está bien, ¿quién es?
Becky se encogió y se sonrojó incluso más profundo.
—¿En verdad soy tan obvia?
—No. Sólo te conozco así de bien, y es una mirada que no he visto en tu
rostro desde, bueno, desde que nos volvimos amigas. ¿Quién es él y
cómo lo conociste?
—Bueno, en el viaje a casa las chicas estaban hablando sobre tener una
pequeña fiesta de victoria esta noche.
—¿Vas a ir a una fiesta? —Intenté alejar la sorpresa de mi voz. No
quería avergonzarla o desalentar todo el progreso que estaba haciendo
socialmente. Si mantenía esto, ella no volvería a su antigüo yo. Yo
quería eso para ella.
—Bueno, al principio intenté decir que no, pero continué escuchando tu
voz en mi cabeza leyéndome sobre no superarlo hasta que tomara el
riesgo y me sacara de allí. Entonces me imaginé que conseguir café con
Teodoro el otro día había ido bien...
—¡Ahá! —bromeé—. Así que es Teddy entonces. Lo apruebo.
—¿Teddy? —se rió Becky.
—Sí, así es como he decidido llamarlo. Teodoro es sólo tan...
—¿Extraño? ¿Exótico? ¿Sexi? —sustituyó Becky.
—Estaba pensando en “difícil de pronunciar”, pero si funciona para ti...
Sin embargo, “exótico” y “sexi” no son exactamente las palabras que
habría usado para describir a Teddy.
—Vamos, Jamie. Él es caliente.
55
—Matt Bomer es caliente. Teddy es lindo.
—Adorable —estuvo de acuerdo Becky con un suspiro
sorprendentemente anheloso—. Pero aun así es europeo y eso es
caliente. ¿Podrías imaginarte si tuviera el acento? Si rodara sus Rs, creo
que para lo que yo estaría hecha.
Me reí.
—Creo que ya estás lista. Entonces, ¿qué ocurrió? ¿Por qué somos todo
Equipo Teddy de repente?
—Pensé que tal vez me gustó un poco después de que fuimos al café el
otro día, y luego lo vi hace unos minutos. Todos acabábamos de bajar
del bus cuando nos encontramos con él. Estaba tan emocionado de
verme que hizo su camino empujando a todo el equipo de fútbol para
hablar conmigo. Fue tan adorable, Jamie. Él tenía, como, que saltar
para ver por encima de todas las cabezas de los chicos. Ni siquiera le
importó que algunos de ellos se vieran como si quisieran golpear su
trasero cuando comenzó a hablarme.
Me habría encantado presenciar ese momento.
—Sí, Teddy parece como el tipo de chico que no le importa si estás fuera
de su liga.
Becky se rió.
—No creo que siquiera entienda el concepto de ligas diferentes. Se
acercó a mí delante de todo el mundo y me preguntó cómo lo estaba
haciendo. Dijo que había estado preocupado por mí y entonces me
preguntó lo que iba a hacer esta noche. Era completamente ajeno a las
miradas que los jugadores de fútbol y algunas chicas le estaban dando.
No estaba intimidado en lo absoluto. Las chicas se enamoraron de él en
el acto y lo invitaron a la fiesta de esta noche. Los chicos estaban
sorprendidos. Si Ryan no hubiera intercedido y se los hubiera
presentado, creo que lo podrían haber asesinado. ¡Fue tan divertido!
Me reí de nuevo.
—Él es algo más, ¿no?
—Es diferente —estuvo de acuerdo Becky—. Con él no hay tensión... no
hay estrés en absoluto. No se acerca demasiado o intenta tocarme. A
veces intenta ser coqueto, pero no es en serio. Es como que sólo está
siendo amigable.
Me encontré asintiendo.
—Eso fue lo que yo también pensé acerca de él. —No importa la
amenaza que le di sobre asustar a Becky. "Es muy amigable y fácil para
hablar. E hilarante. Creo que sería bueno para ti.
Becky se ruborizó.
—No me asusta. Es como estar con Ryan, excepto que estoy atraída por
56
Teodoro. —Becky hizo una pausa por un minuto y entonces me dio una
tímida sonrisa—. Realmente me gusta, Jamie.
—Bueno, eso es un alivio —bromeé—. Finalmente puedo poner fin a
todas las lecturas. Estaba comenzando a sentirme como una
predicadora.
Becky y yo nos abrazamos y entonces me bajó sobre su cama.
—Está bien, suficiente de mí. ¿Qué pasa contigo? Apenas te he visto en
toda la semana. No me digas que no está pasando nada, porque incluso
Ryan dijo que has estado rara esta semana.
—Sólo estuve abrumada y él está tan ocupado con el fútbol. No
conseguimos vernos en toda la semana.
Becky no me dejó librarme.
—¿Entonces?
Esta era mi oportunidad de decirle a Becky, pero ahora que estaba de
cara al momento no tenía idea de lo que decir. ¿Cómo le explicas a
alguien que eres una loca con súperpoderes y estás pensando en tomar
el trabajo de héroe como hobbie?
—Tú y Ryan no están teniendo problemas, ¿o sí? —preguntó Becky.
—No. Por supuesto que no. No es eso. Sólo he tenido un montón de
cosas sucediendo. Me ha estresado.
Becky respondió a la vacilación en mi voz con preocupación.
—¿Qué cosas? ¿Qué puedo hacer para ayudar? Tú me has ayudado a
arreglarme, así que ahora es mi turno. Dime.
—No lo sé, es sólo que... el desastre con Mike realmente me ha revuelto
la cabeza, pero no en la manera que piensas. Me siento tan culpable.
El rostro de Becky se agrió de la manera en que siempre lo hace cuando
el nombre de Mike es traído a colación, pero lo que ella dijo me
sorprendió.
—¿A ti también? —preguntó—. He estado enloqueciendo desde que
ocurrió. —Estuvo en silencio por un segundo y luego se burló
amargamente—. Es enfermo, ¿no? Que Mike pudiera hacer lo que me
hizo y aun así me siento horrible por lo que le ocurrió. Quiero decir, él
estaba intentando disculparse y lo molesté tanto que se fue enojado sin
mirar.
—Beck, no. Estaba borracho. Él se salió de la acera sin mirar porque su
juicio estaba seriamente afectado. No fue tu culpa.
—Lo sé —comenzó a decir Becky.
—Eso es lo que continúo diciéndome a mí misma, pero aun así me
siento culpable. Oye, espera. Pensé que tú dijiste que también te sentías
culpable. 57
—Sí. —Esto no lo estaba explicando bien en absoluto. Tomé un
profundo respiro y entonces dije:
—Pero es más que la pelea que tuvimos. Podía haber detenido el
accidente. Lo vi venir. Podría haber salvado a Mike, pero no lo hice. Dejé
que recibiera el golpe.
Está bien, eso lo hizo. Sabía que no entendió lo que quise decir, pero no
importaba. Admitirlo en voz alta de nuevo hizo que mis ojos se
humedecieran. Becky vio mis lágrimas y arrojó sus brazos a mi
alrededor.
—Eso es una locura, Jamie. No puedes hacerte eso a ti misma. Sí,
cuando él se salió de la acera hubo un latido allí donde también sabía
que él iba a recibir el golpe, pero todo ocurrió demasiado rápido. Tú no
podrías haber hecho nada. Había montones de personas allí. Personas
que estaban más cerca de Mike que tú, y tampoco pudieron detenerlo.
Nadie podría haber hecho algo por ello, o alguien lo habría hecho.
—¡Pero ese es el tema! Yo podría haberlo hecho. —Me eché hacia atrás
así podía mirar a Becky a los ojos—. Hay algo que necesitas saber. Algo
que he querido decirte por un largo tiempo, pero no supe cómo.
Becky frunció el ceño, pero más que nada era confusión y preocupación
por mí. Tomé un profundo respiro pero antes de que pudiera escupirlo
hubo un fuerte golpe en la puerta. Ambas saltamos y nos la arreglamos
para dar pequeñas carcajadas. Me sequé los ojos y comencé a
levantarme, pero Becky me detuvo.
—Ignóralo —dijo—. Quien sea que es puede volver más tarde. Esto es
más importante, ¿Qué está mal, Jamie?
Tomé otro profundo respiro.
—Nada está exactamente mal, es sólo que...
Hubo otro golpe, más fuerte esta vez, y entonces Teddy gritó:
—¿Hola? ¿Alguien en casa?
No podía ignorar a Teddy. Él tenía una abominable coordinación de
tiempo, pero era el primer enamoramiento de Becky en un año.
—Está bien. Hablaremos más tarde.
—¿Estás segura? —preguntó Becky—. Porque siempre puedo hablar
con él más tarde.
—¿Jamie? —La voz de Ryan se unió a la de Teddy—. ¿Becky? ¿Están
ustedes ahí?
Becky y yo compartimos una sonrisa.
—Más tarde —dijo ella, y entonces fue a responder la puerta.
Teddy entró primero y me dio una irresistible sonrisa con hoyuelos.
—Un gusto verte de nuevo, Jamie. 58
—A ti también.
Fui hasta Ryan y besé su mejilla.
—¿Cómo estuvo el juego?
—Ganamos. ¿Tienes ganas de una fiesta de victoria?
Apenas he visto a Ryan en toda la semana. Definitivamente no estoy de
humor para una fiesta.
—Iré si definitivamente tengo que hacerlo.
Ryan sonrió ampliamente.
—Estaba esperando que dijeras eso. Tampoco quiero ir. Tengo una
sorpresa para ti. —Me besó, entonces se volteó hacia Becky con una
sonrisa de disculpa.
—¿Nos odiarán si nos escapamos?
Estaba preocupada por abandonar a Becky en su primera fiesta. Habría
ido por ella si me necesitaba. Le di una mirada silenciosa que supe que
entendía. Ella parecía nerviosa, pero entonces le sonrió a Teddy y
sacudió su cabeza, dejándome saber que estaba bien.
—¿En serio no van a ir? —preguntó Teddy.
Ryan me atrajo hacia él, presionándome firmemente contra su pecho.
Con sus brazos en un firme agarre alrededor de mi estómago, besó mi
cuello y le sonreí a Teddy.
—Ha sido una semana larga. Necesito algo de tiempo a solas con mi
chica. Tú sabes cómo es.
Teddy le dio a Ryan una mirada incrédula.
—Desearía, amigo. —Su ceño creció mientras Ryan susurraba en mi
oído y besaba mi cuello de nuevo—. Ustedes en cierta manera son
difíciles de tolerar, ¿saben?
Becky rompió en carcajadas.
—Ryan y Jamie inventaron PDA, pero no te preocupes. Te
acostumbrarás a ello.
—O podrías irte y dejarnos sacarlo de nuestros sistemas en privado —
sugerí, sacándole alegremente la lengua a mi mejor amiga.
—Sí, sí, sí. —Becky agarró el brazo de Teddy y se dirigió a la puerta—.
Vamos, Teodoro. Dejemos a los tortolitos a su suerte.
—¿Estás segura de que es una buena idea? —preguntó Teddy mientras
Becky lo arrastraba hacia el vestíbulo—. Se ven como si necesitaran
una intervención.
Escuché la risa de Becky sonar por todo el camino hacia el vestíbulo y
suspiré.
59
—Teddy va a ser bueno para ella.
—Parece un chico lo suficientemente genial —dijo Ryan, pero era obvio
que no estaba interesado en Teddy.
Me estremecí al sentir sus labios en mi piel y de repente me desesperé
en busca de mucho más de él. Arrojé mis brazos alrededor de su cuello,
atrayéndolo sobre mi cama conmigo.
Él me consintió por un minuto, pero entonces dijo:
—Más tarde. Ahora realmente tengo una sorpresa para ti.
Me reí y no lo dejé ponerse de pie como él estaba intentando hacer.
—La última vez que dijiste eso, todo lo que tenías para mí era un
montón de cómics. Estoy muy segura de que esos eran más para ti que
para mí.
—Esos eran para mí. La última vez sólo quería verte. Pero esta vez tengo
una verdadera sorpresa. Está cerca de mi dormitorio.
—Si es un traje de lycra o botas altas, y una gabardina, puedes
olvidarlo. Si de algún modo se asemeja a la Mujer Maravilla, será mejor
que comiences a decir tus oraciones ahora.
—Algún día —amenazó Ryan—, te rendirás ante mí. Siempre lo haces.
Ryan me dio una gigante, brillante y tonta sonrisa.
—Me encanta cuando pones esa cara. Eres tan adorable cuando
intentas fruncirme el ceño.
Estoy muy segura que puse esa cara, la que sea que fuera, de nuevo.
—Vamos. Primero te llevaré a cenar. Escuché sobre este increíble lugar
mexicano. Tenemos que probarlo.
Eso me hizo incorporar.
—Mmm. Ahora estás hablando. Me estoy muriendo de hambre. ¿Dónde
está este increíble lugar mexicano? No pensé que Sacramento tuviera
alguna comida increíble.
Ryan me dio una amplia sonrisa que gritaba problemas.
—Vegas.
—¿Como en Las Vegas? ¿Nevada?
—La misma.
Levanté una de mis cejas formando un alto arco.
—¿Estás pensando en conducir a la fuga?
—Estoy pensando... —se rió Ryan—, que Las Vegas está de camino al
Grand Canyon, y ya que has abolido la regla de No Súper-Besar,
finalmente podemos tomar el viaje que me debes.
60
Fruncí el ceño. Ryan se veía tan emocionado, y yo estaba a punto de
romper su burbuja.
—No dije que he abolido la regla de No Súper-Besar. La otra noche fue
una excepción, pero no podemos comenzar a hacerlo siempre.
—Jamie, vamos. No me hagas llamarte aguafiestas de nuevo. La otra
noche no hice mi lectura; terminé tres de mis libros de texto en una
hora, y luego dormí como un bebé. Prometo no tener daño cerebral en
absoluto.
Hablando sobre tener ciertas miradas... Nadie puede dar los ojos tristes
de cachorro como Ryan. Soy completamente susceptible a su mala cara.
Él también lo sabe, y la usa como si fuera un arma.
Me rendí, como siempre lo hago.
—Está bien. Podemos acabar con la regla de No Súper-Besar. Pero
tenemos que empezar en pequeña escala... de la manera en que lo
hicimos con todo el resto de mis poderes. Un pequeño experimento aquí
y allí, como en el hospital y con tu tarea. Entonces, si no ocurre nada,
tal vez podemos generar arrastrarte por todo el país.
Ryan se resistió por un minuto largo, pero entonces sonrió.
—Trato. Me dará tiempo para pensar el viaje perfecto. Podemos ir
después de que termine fútbol y tomar todo un fin de semana.
El pensamiento de un fin de semana entero a solas con Ryan en mi
lugar favorito en la Tierra sonaba tan tentador que casi digo de
atornillarlo y lo secuestro justo en ese instante. En su lugar, me instalé
para robarle otro beso.
—Suena como que tenemos un plan, pero ahora necesitamos uno nuevo
para la cena. No estaba bromeando sobre estar hambrienta.

61
»Capitulo 8
Traducido por rihano
Corregido por Maia
Ryan y yo terminamos pidiendo comida para llevar. Estaba demasiado
emocionado por darme mi sorpresa para esperar realmente pasar por
toda una cena en un restaurante.
—¿No tiene nada que ver con la Mujer Maravilla? —pregunté mientras
Ryan buscaba entre sus cosas por la llave de su dormitorio.
Él levantó una mano como si hiciera un juramento.
—Nada de Mujer Maravilla, spandex, o botas altas. —En el último
momento, añadió:
—O deportistas sudorosos. La mayor parte de la sala está ocupada esta
noche en esa fiesta, incluyendo a Sean. Vamos a tener la habitación
para nosotros, y hasta cambié mis sábanas. 62
—Vaya. Sí que sabes cómo cortejar a una chica.
Ryan sonrió y luego me arrastró dentro. Estaba segura de que el
“cambié mis sábanas” era el código para “vamos a seguir adelante”, pero
en vez de subir en la parte superior de la cama, se arrodilló y empezó a
escarbar debajo de ella.
—De hecho, tengo varias sorpresas —dijo, sacando un par de bolsas.
Ryan era propenso a los grandes gestos románticos, pero no trabajaba
mucho la entrega. Tomó esas bolsas de compras y las sostuvo al revés,
arrojando el contenido en una pila en su cama.
Había un par de Converse All Star negras tipo botín, una falda de tenis
de color blanco con pantalones cortos incluidos, un elegante antifaz
negro que cubría sólo los ojos, y todo un montón de camisetas
femeninas, con superhéroes de época en el frente.
—Cada superhéroe que pude encontrar de tu talla excepto la Mujer
Maravilla —dijo orgullosamente—. Vas a verte tan caliente.
—¿Qué es todo esto?
—Es tu nuevo uniforme de superhéroe.
Él no estaba desanimado en absoluto por mi mirada insulsa.
—¡Adelante, pruébalo! He estado muriendo por verlo todo junto durante
días.
Miré hacia abajo a la pila de ropa y decidí que tan lejos como los
disfraces iban, podría haber sido mucho peor.
Rebusqué a través de la pila de camisetas y encontré una negra con la
Srta. Pac-Man en el frente.
—¿Ella está en el equipo de DC Cómics ahora?
—No. Pero esa camiseta era demasiado impresionante para no
escogerla.
Me puse la camiseta de la Srta. Pac-Man. Tengo que admitir que junto
con los botines y la falda de tenis, el conjunto en realidad era de alguna
forma lindo. Lo siguiente que cogí fue la máscara. Era
sorprendentemente cómoda y hecha de alguna tela sedosa.
—¿Dónde encontraste esto?
—La tienda de disfraces en Roseville. Vino de un traje de “gatita sexy”,
así que todavía no estoy rompiendo la regla de nada de Mujer Maravilla.
Empecé a ponérmela, pero Ryan me detuvo.
—No, oh. Los contactos primeros.
—¿Qué?
Ryan tendió una mano ahuecada como si esperara que le diera algo. 63
—Los ojos son parte del disfraz. Tienes que quitarte los lentes de
contacto.
Gemí.
Crecí como una rubia natural con brillantes ojos azules, pero cuando
mi accidente me mutó volvió mi cabello verde y mis ojos de color
amarillo. Traté de aclarar mi pelo de nuevo a rubio, pero nunca pude
conseguir sacar completamente el verde así que tuve que teñirlo de
negro.
Tengo que retocar las raíces cada dos semanas. Es un gran dolor, pero
es mejor que mirar como celebro Halloween cada día.
Los ojos son un poco más fáciles de manejar.
Uso lentes de contacto de color. Tengo varios colores diferentes, pero me
gusta usar mejor los azules, porque se mezclan con mi color amarillo
natural y hacen que mis ojos se vean como si fueran de un jade
profundo.
Verde brillante puede no funcionar con mi pelo, pero tengo que admitir
que es un color de ojos impresionante.
Mis ojos en realidad son como Ryan descubrió la verdad sobre mí. Uno
de mis contactos se cayó una vez y consiguió un buen vistazo a mis
extraños ojos amarillos. Odio mi color natural, pero Ryan dice que mi
color de ojos se ve impresionante y siempre me está pidiendo que me
quite mis contactos. Cedo a este requerimiento más de lo que me
gustaría.
Esta noche era una de esas veces.
Con un suspiro, cuidadosamente me saqué mis contactos y me puse la
máscara. Ryan jugueteó con esta y ajustó mi pelo, luego dio un paso
atrás para echarme un buen vistazo.
—¿Lo digo, o qué? —dijo—. Te ves tan caliente. Mataría por verte
pateando traseros y llevando trajes como este.
Ryan me dio la vuelta para que enfrentara al espejo en la puerta del
armario. Finalmente conseguí un vistazo de mí misma y sonreí. Me veía
caliente, está bien. Mi novio tenía estilo. El equipo, sin duda, decía
uniforme, pero no había nada de aburrido traje de libro de caricaturas
en este. La mejor parte era que todavía tenía toda la actitud de la reina
del hielo.
Decidí que tenía que ver cómo se veía en el Modo Peligro. El Modo
Peligro, es el término que Ryan y yo usamos para cuando estoy
sobrecargada. Ya que tengo la capacidad de controlar la electricidad,
realmente puedo jalarla del aire hacia mí misma. Cuando en verdad la
dejo acumularse dentro de mí, sucede esta cosa extraña, cuando mis
ojos comienzan a brillar y el pelo se vuelve loco como si estuviera de pie
en un túnel de viento. Solía pensar que era aterrador, pero una vez que 64
superé el impacto de esto, ¡ja! Sin juego de palabras, decidí que en
realidad es genial.
Parece totalmente escalofriante, pero no es por eso que Ryan y yo lo
llamamos Modo Peligro.
Consigue el apodo porque realmente es peligroso. Estoy viva por
completo cuando mi poder se eleva así. Cualquiera que me toque está
por recibir una sorpresa desagradable.
Ryan fue el único en darse cuenta de eso, de la manera difícil. Esto no
le impide pedirme que cambie al Modo Peligro todo el tiempo, porque
cree que es la cosa más genial que jamás haya visto. Lo juro, a veces es
como que yo soy el acto de circo personal de tres escenarios de Ryan.
Su amado, querido y adorado acto de circo. Pero aún así.
Tiene demasiada diversión con mi rareza.
—Un paso atrás —le advertí. Cerré mis ojos, mantuve mis manos a mis
costados, y succioné la energía a mi alrededor.
Realmente no puedo describir la adrenalina que recibo al entrar en
Modo Peligro. Es una sensación increíble. Tanto poder. Me siento
imparable. Debo verme de esa forma, también, juzgando por la
expresión de asombro que Ryan siempre tiene en su cara cuando me
convierto en un Lite-Brite2 humano.

2 Lite-brite: Es un juguete electrónico cual fue introducido en los


Estados Unidos en 1967. Lite Brite permite la formación de dibujos
iluminados por medio de estaquillas de colores en un tablero negro. Lite-Brite
Abrí los ojos cuando la voz de Ryan rompió mi concentración.
—Hombre, no tienes idea de cuanto me gustaría poder besarme contigo
cuando estás haciendo lo de chica peligrosa.
Mi mirada se encontró a sí misma en el espejo, mis ojos lo tienen difícil
para apartar la mirada, pero aún así conseguí una risa para Ryan.
—Lo siento, cariño. Creo que ese nombre ya está tomado.
—Vamos a llegar a algo bueno —dijo Ryan, pero luego su voz se apagó y
ambos solo miramos hacia mí.
Sentí mariposas en mi estómago mientras refrenaba mi alter ego de
libro de caricaturas. Estaba sorprendida de que los nervios eran de
emoción y no de miedo. De alguna manera, esto se sentía bien. Decidí
en ese mismo momento y ahí que iba a continuar con esto.
Sí. Jamie Baker estaba a punto de volverse superheroína.
Tomé unas cuantas respiraciones profundas y regresé a mi yo. Ryan
esperó hasta que le di el visto bueno y luego prácticamente me tumbó.
A medida que caíamos en la cama, dispersando la pila de camisetas, me
reí ante el afán de Ryan.
65
—Calma, querido. Tenemos la comida china llegando en cualquier
momento. No querríamos darle al repartidor un espectáculo.
—Lo siento —dijo Ryan. Se las arregló para detener sus labios y manos
durante unos buenos cinco segundos—. Solo que eres tan... —Otro beso
profundo y doblador de dedos, y luego Ryan se apartó para mirarme a
los ojos. La emoción que vi en los suyos me hizo estremecer.
—Eres increíble —dijo sin aliento.
No hubo más palabras dichas hasta que nuestra cena apareció.
***
Después de que estaba tan llena que lastimaba, me tendí en la cama de
Ryan y cogí una de las camisetas puestas allí.
—Todavía tenemos que averiguar cómo esto va a funcionar —dije—. No
tengo exactamente una batiseñal acordada con el Comisionado Gordon.
¿Qué se supone que haga, sólo patrullar las calles de la ciudad con la
esperanza de ver a alguien que necesite ayuda?
—¡Oh! ¡Olvidé tu siguiente sorpresa! —Ryan se levantó de un salto y
sacó otra bolsa de debajo de su cama.

permite que el artista cree dibujos iluminados usando estanquillas


multicolores de plástico en un tablero negro. El tablero es iluminado por una
bombilla, que permite que la luz producida ilumine las estaquillas de colores.
—Estaba pensando en eso mismo hace un par de noches y cogí uno de
estos para ti.
Nunca había visto realmente un escáner de la policía antes. Éste
parecía un walkie-talkie gordo que podría ser utilizado por un grupo de
terroristas en una película de acción.
—Puedes aprender todos los códigos estándar de la policía en línea —
dijo Ryan—. Entonces, cuando estés de humor para salvar al mundo,
solo escuchas y escoges algo seguro. Obviamente, no puedes ir
persiguiendo a criminales peligrosos, eres fuerte, pero no a prueba de
balas.
—En verdad, nunca hemos probado esa teoría —bromeé. Ryan es el rey
de las teorías y una de sus cosas favoritas por hacer es probar mis
habilidades. Él no apreció mi broma esta vez, sin embargo.
—¡Y nunca vamos a hacerlo! —dijo, con tanta aspereza como nunca le
había oído hablar—. Lo digo en serio, Jamie. Ayudar a las víctimas de
un accidente de tráfico es una cosa, pero esto no puede ser peligroso. Si
tú sales herida…
66
Su voz se volvió gruesa y no pudo terminar la frase.
Me senté y lo besé hasta que la sonrisa volvió a su rostro.
—No voy a hacer ninguna locura —le prometí—. Tener súperfuerza no
me convierte en un ninja. Soy plenamente consciente de que las únicas
habilidades de lucha que tengo son las que aprendí en la clase de
defensa personal con Becky, durante el verano. No quiero pelear con
criminales. Sólo quiero ayudar a la gente.
Ryan sonrió con orgullo.
—Sé que serás cuidadosa. Siempre lo eres.
Ryan recuperó algo de su armario y vino a sentarse conmigo en su
cama.
—Tu última sorpresa —dijo, colocando una pequeña caja en mis
manos. En realidad, estaba envuelta.
—¿Para qué es esto? —pregunté, reconociendo esto como un regalo
verdadero.
—Solo algo en lo que he estado trabajando durante un tiempo. Se
supone que es para tu cumpleaños el próximo mes, pero no quiero
esperar más. —Ryan se retorció con anticipación. Su rostro estaba
prácticamente resplandeciendo de satisfacción. Realmente, de verdad,
quería que lo abriera, así que no hice más preguntas.
Ryan es la persona más reflexiva y romántica en el planeta. A pesar de
que tiene dinero, su muy rico padrastro abrió una cuenta bancaria para
él así no tendría que trabajar en nada, solo en el fútbol y la tarea
mientras estaba en la escuela, él es el tipo de persona que le gusta dar
regalos significativos en lugar de caros. Por eso es que estaba
sorprendida de encontrar una caja cubierta con los acostumbrados
diseños de joyería debajo del papel de regalo.
—Estamos demasiado jóvenes para comprometernos, ¿no es cierto? —
bromeé con nerviosismo.
Ryan sólo sonrió en respuesta.
Al principio no sabía exactamente lo que estaba viendo, pero sabía que
era una preciosidad.
—Ryan, es hermoso —susurré, tomando un momento para examinar el
collar.
Era una simple cadena con un colgante pequeño en esta,
aproximadamente del tamaño de un centavo.
De hecho, esto me recordaba a un centavo porque era del mismo color.
—¿Esto está hecho de cobre? —pregunté, retirando con cuidado el
collar del pequeño cojín sobre el que descansaba.
Ryan asintió orgullosamente. 67
—El chico pensó que estaba loco cuando le pedí hacer un collar de
cobre, pero este es un gran conductor de la electricidad.
Eso me hizo mirar más de cerca el medallón. Tenía cerca de centímetro
y medio de espesor, cortado en forma de sol. El centro había sido
quitado y, curiosamente, había roscas en los bordes interiores del
agujero.
—¿Se supone que algo se atornilla a esto?
—Esa es la mejor parte —dijo Ryan, entregándome una bolsa pequeña.
Abrí la bolsa para encontrar un puñado de pequeñas bombillas.
Normalmente me habría reído, Ryan tiene una historia con las
bombillas, pero me había dado cuenta de lo que hace mi collar y estaba
demasiado conmovida para arruinar el momento.
—¿Funciona? —pregunté, atornillando cuidadosamente una de las mini
bombillas en el centro del colgante de sol. La bombilla encaja
perfectamente dentro del medallón.
Ryan se encogió de hombros.
—Debería. En teoría. Espero que así sea. He estado muriendo por
dejarte intentarlo.
Ryan me condujo frente al espejo de nuevo y se puso detrás de mí.
Levanté mi pelo y esperé a que él asegurara el collar en mí. La cadena
era corta y el colgante descansaba cómodamente sobre mi piel justo por
encima de la línea del cuello de mi camiseta. Mientras lo ajustaba, Ryan
deslizó sus brazos alrededor de mi cintura y bajó sus labios a mi cuello.
El delicado toque y cosquilleo de su aliento me hizo estremecer.
A medida que mi cuerpo respondía al beso de Ryan, dejé que mi energía
se filtrara a la superficie de mi piel. La pequeña bombilla en mi collar
empezó a brillar.
Di un grito ahogado.
Ryan dejó de besarme y me miró a los ojos en el espejo. Él estaba
radiante, casi tan brillante como mi collar.
Mis ojos brillaron y el abrazo de Ryan se apretó.
—Me encanta, Ryan. Gracias.
—De nada, y te amo.
Mientras estaba parada allí maravillada por el hecho de que este
hombre, que era casi demasiado perfecto para existir, había elegido
amarme sobre cualquier otra chica que había conocido, él tiró de la
comisura de su boca en una sonrisa torcida.
—¿Qué?
—Tú eres mi sol, mi único sol —cantó él de repente.
Hermoso, romántico y con lo casi malditamente perfecto que Ryan 68
Miller puede ser, pero un cantante no es. Me eché a reír.
—¡Tú me haces feliz, cuando el cielo está gris!
Ryan me apretó contra él con más fuerza y empezó a hacerme
cosquillas mientras continuaba con su serenata.
—¡Nunca lo sabrás, querida! ¡Cuánto te amo!
—¡Alto! —grité.
—¿El canto o las cosquillas?
—¡Las dos cosas!
—¡Por favor no te lleves mi sol! —Ryan dejó de hacerme cosquillas y me
dio la vuelta en sus brazos—. Tú y yo nunca hemos tenido una canción
antes.
—¿Tú eres mi sol? ¿Me estás tomando el pelo?
Ryan se echó a reír.
—¿Preferirías Tú eres el sol de mi vida?
Gemí.
—Preferiría que no asignáramos un tema musical cursi a nuestra
relación. Especialmente no canciones que crean horribles juegos de
palabras basados en mi rareza y que empañan el regalo increíble que
acabas de darme.
—Lo siento, Sol. Ya está terminado.
—Tú no acabas de llamarme “Sol”.
Ryan sonrió.
—Sí. Estoy pensando que necesitamos nombres de mascotas que vayan
con nuestra canción. El tuyo es Sol. ¿Cuál es el mío?
Crucé los brazos sobre mi pecho y lo miré.
—No estoy segura de que quieras que te responda eso ahora mismo.
Mi amenaza hizo a Ryan reír.
—Está bien —dijo, todavía molestamente alegre—. Tienes mi permiso
para tomar tu tiempo y pensar en ello. Tiene que ser algo bueno.
Rodé los ojos y Ryan me volvió hacia el espejo de nuevo. Nosotros nos
quedamos allí un minuto, mirándonos el uno al otro.
Encajo tan perfectamente en sus brazos de la forma en que él me
estaba sosteniendo ahora.
No es que siquiera fuera a considerar la idea de los nombres de
mascotas, pero traté de pensar en las palabras que lo describían.
Optimista.
Juguetón. Encantador. Hermoso. Amoroso. 69
Cuidadoso. Considerado. Agradable. Perfecto.
Ryan siempre está sobre mi decisión de ver lo negativo, pero cuando lo
miro es fácil olvidarse de que existe algo negativo. Y él me ama tanto
como yo lo amo.
No creo necesariamente en el destino o compañeros de alma ni nada de
eso, pero si alguna vez hubo una pareja que duraría para siempre, esa
iba a ser la de Ryan y yo.
Después de todo por lo que habíamos pasado, podríamos superar
cualquier cosa.
—Entonces —dijo Ryan, sacándome de mis pensamientos—, lo único
que quedó pendiente entre el mundo y tú es un buen nombre.
—¿No es eso algo que por lo general la gente te da?
Ryan frunció el ceño.
—Lo es, ¿no? Supongo que tendremos que esperar y ver con lo que ellos
vienen.
Ryan se quedó callado por un minuto más y luego fue por la radio de la
policía.
—¿Qué piensas? ¿Quieres darle una oportunidad?
Mi estómago se agitó. ¿Podría realmente hacer esto? ¿Estábamos locos?
¿Ayudaría en algo o simplemente haría todo peor?
—Puedes también encenderlo —decidí.
—Probablemente nos tomará un tiempo averiguar lo que algo de esto
significa, de todos modos.

70
»Capitulo 9
Traducido por Jhos

Corregido por MaryJane♥

No necesitamos utilizar el escáner de policía para mi primera ejecución


de prueba como un súper héroe. Decidimos intentarlo con las noticias y
encontramos lo que estábamos buscando por CNN. Chelsea McIntosh,
de siete años, había desaparecido de su campamento en Tennesse
donde su familia tenía una reunión. La chica había estado perdida al
menos dos horas ahora, y las autoridades locales estaban sometiendo
una búsqueda masiva y rescate.

—Eso es —susurré cuando miré a los grandes ojos marrones de una


adorable pequeña rubia. Mi corazón saltó en mi pecho con una
sensación de esperanza y determinación.
71
—Ryan, puedo encontrarla. Con mi velocidad, puedo cubrir cada
pulgada de ese bosque en veinte minutos. Además, puedo ver y
escuchar cosas que otras personas no pueden.

—Tienes razón. —Ryan estuvo de acuerdo—. Es la situación perfecta.


La policía sospecha que ella sólo vagó en el bosque. Eso significa que no
hay chicos malos con los cuales tratar y la policía no estaría nada
excepto llenos de gratitud por tu ayuda. Deberías hacerlo, Jamie. —
Ryan sonaba tan emocionado como yo me sentía—. Deberías ir a
encontrar a esa niña pequeña.

Ryan y yo no dijimos mucho mientras él salía de su dormitorio, pero la


anticipación que ambos estábamos sintiendo era conversación
suficiente. Cuando fuimos a la puerta principal del edificio de Ryan me
acercó para un último beso.

—Para la suerte —explicó—. Sé cuidadosa. Hay muchos animales allí


afuera.

—Puedo correr más rápido que cualquiera o escaparme si se las


arreglan para tomarme por sorpresa. Tendré todos mis sentidos en
alerta máxima. Debería ser capaz de escucharlos venir.

Ryan asintió. Esta era una conversación familiar para nosotros dado
que yo siempre corría alrededor del desértico Norte América. Él sabía
que estaría a salvo, pero todavía sentía que era su deber como Novio
Enamorado, advertirme sobre los peligros de la naturaleza.

—Lleva tu teléfono contigo.


Eso me hizo sonreír. Él era peor que mi padre. Para mi cumpleaños, el
año pasado me dio un teléfono satelital, así nunca estaría sin recepción,
incluso en el Gran Cañón o en el medio de Yosemite. El regalo le había
ganado puntos mayores por biscochos con mis padres, pero Becky lo
había sermoneado por siglos sobre cuántos regalos de cumpleaños se
necesitaban para ser romántico, sin importar cuánto senderismo me
gustara hacer. Me pregunté si había sido la que puso la idea de joyería
en la cabeza de Ryan.

—Me detendré por mi dormitorio antes de dirigirme al este —prometí.

—Vuelve y ven a verme después.

—Podría llevarme un rato —advertí—. Y si por alguna casualidad ella


fue raptada y no sólo está perdida, podría no encontrarla. No seré capaz
de hacer mucho si alguien la lanzó en el maletero de un auto y
conducido lejos.

Lo cual, ahora que había pensado sobre ello, era una posibilidad. Me
estremecí y Ryan pareció compartir mi sentido de urgencia. Me dio un
último beso de partida y luego me espantó a mi primer intento de acto 72
de heroísmo.

Después de una rápida carrera de regreso a mi dormitorio por mi


teléfono satelital, chaqueta, y una linterna, la supervista no es la misma
cosa que la visión nocturna, iba camino a Tennesse para recorrer la
selva por una niña pérdida.

El caos había hecho erupción en la familia del campamento para el


momento en que llegué allí. Allí estaba la policía en todas partes y un
montón de adultos molestos. Por unos pocos minutos sólo escuché,
tratando de recoger la conversación de cualquiera que parecía estar
encargado.

La partida de búsqueda había encontrado uno de los zapatos de la


chica perdida con algún cabello y evidencia de un forcejeo. Esto había
ido del caso de una persona desaparecida a un secuestro. Todos los
voluntarios civiles habían sido sacados de los árboles. Sólo la policía
podía continuar buscando a la chica perdida ahora, y sus números eran
mucho más limitados. La familia de Chelsea no estaba feliz.

Un secuestro hacia las cosas más peligrosas, pero sólo fortaleció mi


determinación para encontrar a la niña pequeña. Con lo que pude
reunir, la policía creía que el secuestrador había llegado a pie y todavía
se encontraba en alguna parte dentro del parque estatal. Establecieron
barricadas en cada entrada, pero el parque era enorme, cientos de miles
de flora y fauna.

Realmente no tenía un plan cuando salí disparada en la dirección que


la policía había llevado a los perros de caza, pero me sentí tan
desesperada como la familia de la chica y sabía que tenía que hacer
algo.

Los perros policía habían rastreado la esencia de la niña a un lento río.


Habían establecido equipos en ambas direcciones en cualquier lado del
río, pero tan lejos ningún rastro había sido encontrado. Las personas
sospechaban que el secuestrador había tenido un bote esperando.

Esto repuso mi humor. Podía buscar los bancos del río un montón más
rápido que esos perros, y, ¿cuán difícil podía ser seguir un rio? Me dirigí
en la dirección que la policía pensó parecía más probable, fuera de
parque y hacia la civilización.

Sólo me llevó minutos alcanzar el borde del parque. No había visto o


escuchado ninguna cosa fuera de lo ordinario aun. Allí estaba la policía
patrullando, así que me giré y me dirigí de regreso en la dirección
opuesta. Después de unos pocos minutos, pasé la partida de búsqueda
y me interné en lo profundo en las Grandes Montañas Humeantes.

Corrí por millas y millas, moviéndome mucho más lento de lo que era
capaz porque estaba concentrándome en cada cosa alrededor de mí. 73
Estaba tan profundamente en el bosque ahora que no había ningún
humano por quién sabe cuántas millas. Si allí había estado cualquiera
en esos bosques en cualquier parte cerca de ese río, estando a pie en un
auto, lo sabría.

Después de casi quince minutos finalmente lo escuché, los sonidos de


un motor y los lloriqueos de una niña asustada. Apagué mi linterna y
tan cuidadosamente y calladamente cómo fue posible, alcancé el bote,
haciendo lo mejor por quedarme oculta en la línea de árboles.

Una vez pude verlos, mi corazón se saltó un latido en mi pecho. El bote


no era mucho más que un bote de remos con un motor de pesca. Se
movía lentamente, guiado por la luz de una simple lámpara. Pude ver a
la pequeña y aterrorizada Chelsea enroscada en la cabeza del bote,
atada de manos y pies y amordazada. La pobre cosita se estremecía,
probablemente de ambos, el frio aire de la montaña y puro terror.

Hubieron veces en las que había contemplado golpear a Carter por mi


propia diversión porque se lo había merecido, y cuando el señor
Edwards había torturado a Ryan casi lo había matado. Pero incluso esa
rabia no fue nada comparada a la precipitación de emoción que me
golpeó cuando vi a esa pequeña niña indefensa.

Su secuestrador parecía encajar con mi idea de lo que un sociópata


pederasta rústico podría parecer, sucio, maloliente, grasoso, peludo,
obeso, y generalmente repugnante. Mi primer pensamiento era que
nadie extrañaría a este hombre si repentinamente tuviera un raro
accidente de bote.
Alguna parte de mi quería matarlo, e incluso pensé que sabía que no
haría eso, mi energía parecía estar junto a la par con mis emociones.
Reaccionó a mi ira y se balanceó fuera de control.

De repente una pequeña luz estalló de mi pecho y luego estalló con una
explosión. Me había olvidado de mi nuevo collar, e hizo añicos el
bombillo cuando perdí el control y estalló en Modo Peligroso.

Esa no era la primera luz que había explotado, y repentinamente tuvo


sentido cuando Ryan me dio una bolsa llena de bombillas de repuesto,
pero ahora no era el momento para pensar muchas cosas. El pequeño
parpadeo había alertado al secuestrador de mi presencia. Él se puso de
pie, sosteniendo lo que parecía como una escopeta, explorando la orilla
del río.

Salí de allí tan rápido como pude. Fui aguas arriba sólo un poco y
encontré un lugar para ocultarme donde podía quedarme a observarlo
moverse río arriba hacia mí.

El hombre no dijo nada, sólo continuó observando la orilla. Mantuvo su


arma apuntada en los oscuros árboles delante de él mientras el bote 74
continuaba su lento viaje.

Traté de pensar en un plan. No podía sólo saltar de la orilla sobre el


bote y atacar al tipo, incluso aunque sabía que podría cruzar la
distancia. El hombre estaba armado. Sabía que mi cuerpo podía tomar
una supergran paliza si era necesario, pero dudaba que fuera a prueba
de balas.

Podría cargarlo, pero no quería arriesgarme a que el arma fallara y


accidentalmente impactara a Chelsea. Sólo necesitaba esperar hasta
que él bajara el arma de nuevo. Luego podría golpearlo.

Nunca bajó el arma de nuevo, no hasta que estuvo listo para salir del
bote. Siguió hacia la orilla en mí lado opuesto del río. Al minuto en que
saltó para empujar el bote fuera del agua no lo pensé; sólo di un salto
corriendo.

Mi puntería fue perfecta. Lo tacleé al suelo antes de que incluso me


viera venir. Dejó salir una confusa cadena de malas palabras en un
acento tan espeso que no podía estar realmente segura qué eran, pero
sabía que eran malas.

—Hola, pervertido —saludé cuando ambos luchamos por levantarnos—.


Dime algo. ¿Te gusta jugar juegos con las niñas que te llevas, o prefieres
ir directo a matarlas?

Se tropezó hacia atrás, con los ojos abiertos como platos. Incluso en la
oscuridad pude ver la sangre drenándose de su rostro. No podía
culparlo por estar asustado. Había llevado Modo Peligroso a todo un
nuevo nivel. Mis ojos brillaban tan intensamente que veía el mundo a
través de una neblina de amillo-verde.

—Porque he venido por un juego, pero si tú prefieres ir directo a matar,


supongo que puedo manejar eso.

No es que fuera a lastimar al tipo sin importar cuanto lo mereciera, pero


oye, él no sabía eso. No tenía problema en darle una probada del temor
que él le había causado a la pobre Chelsea.

El hombre comenzó a murmurar un montón de balbuceantes


incoherencias, pero estoy bastante segura que escuché el término bruja.
Supongo que era una suposición justa. Incorrecta, pero compresible.

—La Bruja Malvada no tiene nada en mí, idiota —dije.

Los ojos del hombre se lanzaron al bote donde su escopeta yacía en el


asiento.

—Oh, no creo eso, amigo.

Al momento que su pie se arrastró en esa dirección, envié una ráfaga de


75
rayos al suelo junto a él. El hombre dejó salir un grito y tropezó hacia
atrás. Se tropezó y aterrizó en su trasero.

Jesús, ¿una chica dispara un pequeño rayo de sus manos y él se orina


encima? ¿En serio?

Al parecer, el tipo era un gran cobarde. Parte de mi quería quedarse allí


y enloquecerlo, pero imaginaba que Chelsea probablemente no estaba
de humor para quedarse.

—Lo siento, Señor Giro Equivocado, esto no va a sentirse muy bien,


pero no puedo pensar en otra forma de detenerte de correr antes de que
los policías puedan venir a encontrarte.

Más rápido de lo que él pudo parpadear, agarré el arma del bote y


golpeé al hombre en la cabeza con la parte posterior de ella. Cayó como
un bobo. Al parecer era tan fácil golpear a alguien en la inconsciencia
como Smallville lo hacía ver. O cuando tenía súper fuerza, de cualquier
forma. El tipo probablemente tendría una contusión, pero iba a ser la
menor de sus preocupaciones una vez que le dijera a la policía donde
encontrarlo.

Tuve que esperar un minuto antes de calmarme lo suficiente para


apagar mi poder, pero una vez que no fui más una tormenta eléctrica
andante, encontré algunas cuerdas en el bote y até al secuestrador a un
árbol.

Después de que estuve segura de que no iba a ninguna parte,


lentamente me aproximé a la niña de siete años aun en el bote. No tenía
realmente ninguna experiencia con niños, pero imaginaba que ella iba a
estar asustada de mí. Chico, estaba equivocada. Tan pronto como
desaté a la niña, se lanzó a sí misma en mis brazos tan rápido que
prácticamente utilizó súper velocidad.

—¡Gracias! —lloró.

—¿Estas bien? —pregunté—. ¿Te lastimó?

La niña sacudió su cabeza contra mi pecho.

—Cuando no dejé de gritar golpeó mi rostro, pero en realidad no duele


más. Sólo mis brazos y piernas donde las cuerdas se encontraban.

La niña se sentó, limpió su rostro lleno de lágrimas, y me mostró su


muñeca. Allí estaba unas furiosas líneas rojas donde las cuerdas
habían frotado su piel en carne viva. Al ver las marcas, tuve una vez
más que enfocar mi energía o habría perdido el control.

Fue la voz de la niña lo que me sacó de mi rabia.

—¿Dónde están tus alas? —preguntó.


76
Cuando miré hacia ella, me observaba con una mezcla de admiración y
confusión.

—¿Alas? —pregunté.

Asintió.

—Sé lo que eres. Mami siempre dice que debería orar a Jesús cuando
estoy asustada, entonces fue lo que hice y él te envió para ayudarme.

Sonreí.

—Eres una niña muy valiente, Chelsea.

Chelsea lanzó sus pequeños brazos alrededor de mi cuello de nuevo.

—Porque tengo mi ángel aquí para salvarme.

—No soy un ángel.

—Pero vi como viniste del cielo.

Me tomó un momento comprender sobre lo que estaba hablando.

—¡Oh! No, no viene del cielo. Corrí aquí, pero estaba en el otro lado del
río, así que salté.

Chelsea lanzó su mirada al otro lado del rio y sus ojos se abrieron.

—¿Saltaste sobre el rio?


Me reí de nuevo.

—Lo hice. —Cuando Chelsea pareció confundida de nuevo, dije:

—Soy una chica muy especial, pero no soy un ángel.

—¡Ella es una bruja!

Chelsea y yo saltamos al sonido de la voz del secuestrador. Chelsea se


tensó en mis brazos y se aferró a mí, pero no lloró. Tenía que ser la niña
más valiente en el planeta.

Me puse de pie, sosteniéndola fuertemente contra mí, y miré al malvado


hombre.

—No soy una bruja tampoco —le dije a Chelsea—, pero ese hombre es
muy malo y va a estar en un montón de problemas. Nunca va a
lastimarte de nuevo, ¿de acuerdo?

Chelsea tenía su rostro enterrado en mi cuello, y cuando asintió, sentí


la humedad de sus lágrimas.
77
—Vamos, cariño —susurré—. Vamos a llevarte de regreso a tu mami y
papi. Sostente fuerte y mantén tus ojos cerrados. Voy a correr muy
rápido y no quiero te marees.

Chelsea asintió contra mi cuello y su agarre se apretó.

Antes de alejarme, miré al hombre de nuevo y le di unas pocas palabras


de despedida.

—Enviaré a la policía por ti. Diría que espero que te encuentren antes
que los osos, pero… —Me encogí de hombros—. No estoy segura que sea
cierto.

No me quedé a esperar su réplica.

En sólo unos pocos minutos escuché el sonido de hombres y perros


crujiendo a través del bosque. Me detuve en un pequeño claro, donde
estaba a la intemperie y comencé a gritar por ayuda. No quería sólo
aparecer junto a algún nervioso policía con una niña secuestrada en
mis brazos.

—¿Hola? —grité—. ¿Hay alguien allí afuera? ¡Ayúdenos!

La policía nos encontró en segundos. Estuvieron sorprendidos de


verme, pero una vez estuvo claro que no era una amenaza, sólo
estuvieron preocupados.

—Esta es Chelsea —dije al tipo quien parecía estar a cargo—. Tiene


algunas quemaduras de cuerda en sus muñecas y tobillos, pero por lo
demás está bien. Es la niña más valiente que nunca he conocido.
Chelsea se sentó más derecha en mis brazos ante el elogio.

—¿Y quién eres tú? —preguntó el oficial.

—Ella es mi ángel guardián —respondió Chelsea.

El tipo le sonrió y abrió su boca para preguntarme de nuevo, pero lo


detuve.

—El ser repugnante por quien están buscando está atado a un árbol a
un largo camino río arriba. Su bote está en la orilla. No pueden
perderlo. Estoy segura de que tendrán toda la evidencia que necesitan.
Apuesto a que él incluso tiene alguna especie de nido de asesino
psicópata en alguna parte cercana. Tal vez quieran darse prisa antes
que encuentre alguna forma de zafarse de las cuerdas. Até los nudos
bastante fuerte, pero no soy una chica scout o algo.

El policía estaba sin palabras.

—El tipo… pero, ¿cómo hiciste… quién… dónde….?

Rodé mis ojos y le di a Chelsea un abrazo.


78
—Tengo que irme ahora, ¿de acuerdo? Pero son la policía. Te llevaran a
tus padres. Estás a salvo ahora.

Chelsea me apretó.

—¿No puedes llevarme a ellos? No quiero que te vayas.

—Lo siento. Tengo que hacerlo. Tengo que permanecer como un secreto,
y la policía querrá hacerme preguntas. Estás a salvo ahora, sin
embargo. Lo prometo.
Chelsea asintió y de mala gana saltó fuera de mis brazos.

—Gracias por salvarme.

—De nada, Chelsea. Se una buena niña ahora, ¿de acuerdo? No más
vagar lejos de tus padres.

Chelsea asintió y dio un paso atrás.

El oficial de policía reconoció que estaba a punto de huir y trató de


detenerme, pero Chelsea corrió hacia él y se agarró de sus piernas.

—¿Puedo ir con mis padres ahora?

—Seguro, dulzura —murmuró, sus ojos en mí—. ¿Cuál es tu nombre?


¿Qué estás haciendo aquí afuera? ¿Cómo hiciste para encontrar a la
niña? Necesitas venir con nosotros y darnos tu declaración.
—Lo siento —le dije al tipo—. Realmente no puedo hacer eso. Lleve a
Chelsea a casa, y en serio, dense prisa y vayan a encontrar a ese
cretino. Creo que hay osos es esas montañas y ese tipo merece pudrirse
en prisión por un largo tiempo, no ser comido. Mi trabajo aquí está
hecho. Voy a irme.

—¡No, espera!

Le di a Chelsea un guiño antes de correr de allí tan rápido que


desaparecí en el parpadeo de un ojo.

Para el momento en que estuve de regreso al dormitorio de Ryan, las


noticias de la recuperación de Chelsea ya estaban siendo reportadas.
Ryan me encontró a la entrada de su edificio y no dijo nada, sólo me
empujó en sus brazos. Me reí, pero había sollozos mezclados con ello.

—¿Estas bien? —preguntó Ryan suavemente.

Sollocé. Mi risa calmada, dejando sólo mis lágrimas detrás.

—Oh, Ryan. Gracias por convencerme de hacer eso. 79


Ryan me apretó más fuerte.

—¿Fue bueno, entonces?

—Esa pobre niña. Deberías haberla visto. Estaba tan asustada, pero fue
tan valiente. Era tan dulce, y ahora va a estar bien.

—Por ti —dijo Ryan.

No le respondí de inmediato. No me importaba que fuera por mi causa.


Sólo estaba contenta que ese asqueroso no consiguiera la oportunidad
de tocarla. El pensamiento de cual fueran sus planes para los últimos
minutos de su vida fue suficiente para hacerme enfermar. Pero ella
estaba a salvo ahora, y ese hombre nunca le haría eso a nadie jamás de
nuevo, y eso se sentía bien.

No importaba si alguien nunca sabía que lo hice. No necesitaba la gloria


de ello, pero Ryan tenía razón. Saber que había hecho algo por ayudar a
alguien hacía una diferencia.

—Se siente tan bien ser capaz de ayudar en lugar de lastimar por una
vez. Hice algo útil. Tengo todo este poder y siento como si fuera una
maldición, pero tal vez tienes razón. Tal vez es un don. Piensa en todo el
bien que puedo hacer.

Ryan finalmente empujó mi rostro lejos de su pecho, así podría ver en


mis ojos. Los suyos eran tan cálidos y su sonrisa era tan brillante que
su apodo debería haber sido rayo de sol en lugar del mío.

—¿Ves? —dijo—. Ya estás pensando más positivamente.


Rodé mis ojos, pero tenía razón.

Él me dio algo esta noche que nunca me había dado cuenta que
necesitaba tanto. Me dio una sensación de esperanza, un propósito.

Sip, llegué a un acuerdo con lo que me pasó. Gracias a Ryan me había


dado cuenta que todavía podía vivir mi vida, pero el —por qué—
siempre me había fastidiado. ¿Por qué esto me sucedió a mí? ¿Por qué
era esta mi carga?

¿Ahora? Si podía utilizar lo que me sucedió para realmente hacer una


diferencia en la vida de las personas, el —por qué— no importaba más.

—¿Me dirás sobre ello? —preguntó Ryan—. Observé las noticias todo el
tiempo que te fuiste. Estaba asustado cuando dijeron que fue
secuestrada. ¿Tuviste problema con el tipo? ¿Lo atraparon? ¿Era
peligroso? ¿Estuviste asustada?

Sacudí mi cabeza.

—De cualquier manera, saber que alguien la tenía sólo me dio 80


determinación. No estuve asustada en absoluto, sólo enojada. Cuando
los encontré, él la había atado y amordazado. Ni siquiera pensé en estar
asustada. No perdí mi cabeza como lo hice cuando el Señor E te
lastimó. Fui inteligente sobre ello, y cuidadosa.

Mi voz estaba llena de emoción de nuevo y le sonreí a Ryan.

—¡Puedo hacer esto! ¡Quiero hacer esto! Tienes razón. Sé que no puedo
cambiar lo que le sucedió a Mike, pero, ¿ayudar a Chelsea esta noche?
Incluso si nunca salvo a nadie de nuevo jamás, la salvé. La vida de una
persona es mejor gracias a mí. Eso es suficiente para ayudarme a
aceptar el pasado y seguir adelante.
—Tienes razón —dije de nuevo—. Necesito algo mejor a lo que
aferrarme. —Lancé mis brazos alrededor de él y dejé mis lágrimas
caer—. Gracias. Muchas gracias.

Las manos de Ryan se movieron a mi cintura y luego arriba de mi


espalda como si no pudiera sostenerme lo suficientemente fuerte para
satisfacer su necesidad.

—No me agradezcas por eso. Eres la única que lo hizo, Jamie. Y para
que conste, más que la vida de una persona es mejor por tu causa.

—Lo sé. Imagina como los padres de esa niña se sentirán si algo peor le
hubiera sucedido.

Ryan dio una suave risa.

—Quiero decir yo, rayo de sol.


Rodé mis ojos. Ryan podía ser el más grande romántico. No soy del tipo
sensible, y molestaba a Ryan por ser cursi, pero secretamente amaba lo
que es.

—Eso me recuerda. Lo siento tanto, pero accidentalmente exploté mi


collar.

Ryan había estado a punto de besarme, pero a mi confesión lanzó su


cabeza hacia atrás y rió. Le di un ligero golpe, pero no lo suficiente. No
estaba sorprendida. Mi inhabilidad para evitar explotar cosas siempre lo
divertía.

—No te preocupes —dijo, limpiando una lágrima de su ojo, todavía


riendo fuerte—. Tengo extras. Montones.

—Me conoces tan bien.

—Eso hago. —Estuvo de acuerdo, y luego me besó—. Vamos, vamos a


arreglar tu collar y puedes contarme todo sobre esta noche.

Ryan no bromeaba sobre los bombillos extras. Él encontró una ganga y 81


compró una carga. Incluso compró un par de pinzas especiales que
eran sólo para destornillar la cola de las luces explotadas de mi collar.

Cuando arregló mi collar, le di todo los detalles de mi visita a


Tennessee. Él no estuvo encantado de escuchar sobre la escopeta, pero
le aseguré que todo había ido bien. Tuve el control de la situación.

Descansamos sobre su cama, envuelto en los brazos del otro hasta que
Ryan comenzó a bostezar. Él nunca duraba mucho más. Tenía clases
temprano en la mañana a causa de sus prácticas por la tarde y ahora
estaba prácticamente en el mismo horario que la reunión de ancianos.

Después de un par de minutos, sus brazos se relajaron y comenzó a


respirar pesadamente. Suspiré y me empujé fuera de su cama. Recogí
todos los regalos que me dio esta noche y me escabullí sin despertarlo.

Becky todavía estaba fuera con Teddy cuando regresé. Encontré un


lugar para ocultar mi uniforme, pero cuando comencé a guardar el
scanner policial con ello fui golpeada con la curiosidad. Lo encendí y
escuché. Ryan tenía razón sobre necesitar aprender los códigos, pero
después de una rápida búsqueda en Google fui capaz de comprender
algunos de ellos. Hice pequeños apuntes, y luego salí para ver su podía
ayudar a alguien más. Me dirigí de regreso a Tennesse, imaginando que
era mejor no llamar la atención en mi propia cuidad.
»Capitulo 10
Traducido por sooi.luuli

Corregido por MaryJane♥

Finalmente caí en la cama alrededor de las cuatro de la mañana. Tuve


una larga noche, pero había valido la pena. Había sacado a una pareja
de ancianos de una casa en llamas antes de que los bomberos llegaran
allí, y había impedido que a una camarera le robaran todas sus
propinas. Al parecer, no necesitaba de la ayuda del escáner de la
policía, porque había estado caminando por las calles y había
escuchado el grito de ayuda de la mujer desde cuatro cuadras de
distancia.

Me dormí tarde y me desperté por el olor del café fresco. Becky estaba
agitando un vaso desechable sobre mi rostro y soltó una risilla cuando
sonreí. 82
—¿Larga noche? —preguntó, entregándome el vaso una vez me senté.

—No podía dormir —dije, y cambié de tema—. Entonces, ¿hay


panecillos que acompañen a este café?

Becky sonrió y me lanzó una bolsa.

—Cebolla tostada con queso cremoso de ajo.

—¿Entonces? —pregunté, aceptando el desayuno. Me moví a un lado,


haciendo lugar para que Becky se uniera a mí.

Los ojos de Becky brillaban mientras se ponía cómoda.

—Fue lindo —dijo con un suspiro feliz—. Teodoro es diferente. No puedo


poner exactamente mi dedo en la llaga, pero no es como los otros
chicos.

—Puedes decir eso —me burlé—. ¡Becky! No me mantengas en


suspenso. ¿Te pidió salir de nuevo? ¿Se besaron?

Becky puso cara larga.

—No y no. No conseguí ninguna especie de vibra de su parte. En


realidad, estoy muy segura de que le gusto, pero no creo que le guste,
guste.

Fruncí el ceño, poco convencida.


—Tal vez sólo está esperando que tú hagas el primer movimiento.
Quiero decir, yo lo amenacé en tu nombre.

Becky se rió. Estaba contenta de ver que su esperanza volvía. Iba a


tener que hablar con Teddy pronto.

—Bueno, dime al menos que conseguiste su número. Lo invitaré y


analizaré la situación por ti.

—Déjame adivinar. Ayudarás a avanzar las cosas.

—¡Por supuesto! —me reí—. ¿Para qué están los compañeros de


habitación, si no juegan de casamenteros? Incluso podemos ir de
compras esta tarde y encontrar un nuevo traje para que no pueda
resistirse en lo absoluto.

—Oh, hombre, eso suena mucho más atractivo que el día que he
planeado. —Con un gemido, Becky salió de mi cama y encendió la
pequeña televisión que habíamos apiñado en nuestro dormitorio antes
de agarrar su planchita e irse a trabajar en su pelo.
83
—Mi abuela me visitará desde Florida. Es una bestia. Hace que mi
madre enloquezca por completo. Se odian la una a la otra y se la
pasarán durante toda la visita de la abuela forzando a que mi padre
tome partido en sus ridículas discusiones. Principalmente, en la única
cosa en la que están de acuerdo es sobre cómo no estoy a la altura de
mi potencial. Las chicas inteligentes no deberían ser porristas. Las
chicas inteligentes deberían estar en una universidad respetable. Las
chicas hermosas como yo deberían tener jóvenes bonitos haciendo fila
para casarse con ellos. Ugh.

Becky continuó con su perorata, pero había dejado de escucharla. Toda


mi atención estaba ahora puesta en la televisión donde una Chelsea
sonriente se aferraba a sus padres que sollozaban.

Subí el volumen justo a tiempo para escuchar a Chelsea decir,

—Dijo que no es un ángel, pero creo que no se supone que lo diga.


¡Corría más rápido que un jet y saltó hasta el río para salvarme, y lanzó
un rayo de sus manos! Sin embargo, era realmente bonita. Dijo que yo
era la chica más valiente que alguna vez conoció.

El informe entonces se interrumpió por una entrevista del grupo de


policías a los que yo les había entregado a Chelsea. Varios de ellos
hablaban de cómo había desaparecido en frente de sus ojos. El único
con el que había hablado, un Oficial Barton, describió nuestro
encuentro y mis brillantes ojos amarillos. Les dijo a los reporteros que
había dejado al secuestrador de Chelsea atado a un árbol para que lo
encontraran. La imagen rápidamente fue interrumpida por una captura
de los raros gritos de —¡bruja!— y —¡mujer mala!— El informe
terminaba con el Oficial Barton diciendo que creía que en realidad
podría haber sido el ángel guardián de Chelsea.

—Una locura, ¿no? —La voz de Becky me trajo bruscamente a la


realidad—. Esta mañana esa historia estaba por todos lados. De camino
a conseguir nuestros panecillos debo haber escuchado a veinte
personas hablando sobre el Ángel de Chelsea.

El Ángel de Chelsea. Sonreí para mí misma, recordando los grandes


ojos de esa adorable pequeña cuando preguntó dónde estaban mis alas.
Pero al mismo tiempo, mi estómago comenzó a agitarse de ansiedad.
Era algo bueno saber que la noche anterior fue una buena idea, pero
ahora que la realidad de lo que había hecho —me había expuesto ante
el mundo— estaba comenzando a asentarse en mí, tuve un momento
difícil para no entrar en pánico.

Fue difícil mantener la pretensión de —nada está mal—, así que me


puse algo de ropa de trote, le deseé suerte a Becky con su madre y
abuela, y le dije que salía a correr. Sin embargo, no estaba de humor
para correr. En su lugar, compré una copia de cada artículo del Ángel 84
de Chelsea que podía encontrar.

Las personas de Knoxville eran rápidas en conectar los puntos entre el


rescate de Chelsea y los otros dos incidentes en los que había estado
involucrada la noche anterior. Algo no difícil de hacer considerando la
pareja de ancianos, la camarera, y su asaltante que hablaban de una
chica enmascarada con habilidades sobrehumanas y brillantes ojos
amarillos.

Decir que había capturado la atención de las personas sería una


declaración tremenda.

Quise ir a encontrar un lugar tranquilo, pero por alguna razón terminé


de vuelta en la ICU. Me deslicé en la habitación de Mike sin pensar
mucho sobre el hecho que era la mañana de un domingo y sus padres
podrían estar allí.

—¡Lo siento! —Me quedé sin aliento, sintiéndome igual de sorprendida


que ellos—. Sólo quería... —¿Qué? ¿Venir a comprobarlo? ¿Venir a
saludar? ¿Qué estaba haciendo?

—Sé que se supone que sólo sea familia inmediata. Lo siento.

Salí de la habitación, pero sólo hice unos pocos pasos por el vestíbulo
cuando los padres de Mike salieron de su habitación y me llamaron.

—Espera un minuto, cariño —dijo su madre—. Está bien.

Su padre me miraba pensativamente y agregó,

—Te ves familiar. Eres la novia de Ryan, ¿cierto?


—Sí, señor. Jamie Baker.

El Señor Driscoll sonrió. Su esposa y él—junto al resto del mundo—


adoraban a Ryan.

—¿Cómo lo está haciendo?

—Es bueno.

—¿Ese entrenador es bueno para él?

—Él está trabajando realmente duro, pero Ryan dice que es un gran
entrenador.

La Señora Driscoll dio un paso adelante como si fuera a intervenir antes


de que su esposo comenzara a hablar sobre el fútbol de la universidad,
y sorpresivamente alcanzó mi mano.

—¿Vienes frecuentemente a visitar a Mike?

Ella me estaba sonriendo como si fuera este un gran y considerable


gesto. No conocía la parte que había jugado en la suya estando aquí. Me 85
encogí de hombros incómodamente.

—Una o dos veces.

—¿Te gustaría ir a verlo por un rato? Podemos dirigirnos a la cafetería


por un rato.

—Oh, um... —¿Qué podía decir? Su madre estaba mirándome como si


pensara que teniendo a uno de sus amigos visitándolo podría sacarlo de
su coma. ¿Quién era yo para romper esa ilusión?

La culpa es el peor sentimiento en el planeta.

—Seguro. Supongo. Gracias.

El rostro de la Señora Driscoll se encendió.

—Estará tan agradecido por tu visita. Dile que volveremos en un ratito.

Mike había estado inconsciente desde hace casi una semana, pero la
Señora Driscoll hablaba como si pensara que él sabría que estaba allí.
Era tan triste.

Los padres de Mike estaban observándome, así que forcé una sonrisa y
me dirigí hacia su habitación.

—Bueno —dije, suspirando pesadamente mientras me dejaba caer en la


silla de al lado de su cama—. Eso fue incómodo. Tu madre dijo que te
dijera que iban en busca de un café y que estarán de vuelta en un
ratito. Como si tú me escucharas o entendieras o algo así. —Suspiré y
me froté mi rostro cansado—. No lo sé, tal vez crea que lo harás. Tal vez
lo que dicen sobre las personas en coma es verdad. O tal vez tu madre
sólo está perdiendo la razón. Tal vez se está convirtiendo en una
chiflada por la condición de su hijo y todo es mi culpa.

De repente me di cuenta por qué estaba aquí. Por qué había venido a
esta habitación de hospital a visitar a una persona que despreciaba.
Estaba desahogándome. Con la única persona que podía.

—Me están llamando el Ángel de Chelsea. —Me reí ásperamente—. Yo.


Un ángel. Me pregunto si aún querrían llamarme así si supieran lo que
te ocurrió.

Miré hacia Mike. Él se veía mejor que la última vez que estuve aquí.
Tenía más color en su rostro y sus heridas estaban comenzando a
desvanecerse. Además había menos cables.

Esperé que llegaran las lágrimas, pero ya no me sentía con ganas de


llorar. Mi culpa aún seguía allí, pero también había resignación.

—Lo lamento —dije—. Sé que salvar a esas personas la noche anterior 86


no compensa el hecho de no salvarte, pero tal vez es un paso hacia mí
siendo una mejor persona. —Una risa delirante burbujeó de mi pecho—
. Si no me atrapan, de todos modos. Probablemente el gobierno está
esperando en la puerta con gas lacrimógeno y ametralladoras. —Mi
pánico comenzó a volver—. ¿Una súper heroína? ¿En qué estaba
pensando? Esta vez realmente me he jodido. Espero que estés feliz. Es
tu culpa, ya sabes.

—Baker, ¿de qué estás hablando? Suenas como una lunática.

Grité. Mientras intentaba reiniciar mi corazón, Mike lentamente abrió


sus ojos.

Oh. Mierda.

—¡Se supone que estás en coma! —grité.

Mike cerró sus ojos y arrugó su rostro como si le doliera la cabeza.

—Sólo lo estuve por un par de días. ¿Te importaría mantener tu maldita


voz baja?

—Lo siento —susurré automáticamente.

Su voz era débil, pero definitivamente estaba despierto... y muy


coherente. Estaba tan jodida.

—¿Qué estás haciendo aquí, Jamie?

—¿Cuánto tiempo has estado despierto?


—Desde que irrumpiste para ver a mis padres.

—Amable de tu parte dejarme saber que estabas consiente.

Mike se mofó. Se veía como si doliera. Bien.

—Tenía curiosidad sobre por qué la Reina de Hielo estaba colándose en


mi habitación. —Se encontró con mis ojos y sonrió satisfechamente—.
Esperaba que intentaras ahogarme en mi sueño o algo así, no
disculparte. ¿Por qué estás hablando sobre —no salvarme—, y el
gobierno yendo tras de ti con gas lacrimógeno y ametralladoras? ¿Quién
es el Ángel de Chelsea?

Tan, tan jodida.

—Mira, no puedes... —Comencé en una voz llena de pánico, ¿pero a


quién quería engañar? ¡Como si Mike mantuviera un secreto para
protegerme!—. No sé de lo que estás hablando. Ahora estás con un
montón de analgésicos, ¿cierto? Tal vez no estabas tan despierto como
pensaste.
87
—Sí, estoy seguro de que es eso.

—No es demasiado tarde para que te ahogue con tu almohada —


refunfuñé.

Mike puso los ojos en blanco, pero entonces los cerró. De repente se
veía muy cansado. Tal vez tendría suerte y se dormiría y no recordaría
esta conversación.

Cierto. Porque yo era la Reina de la Suerte.

—¿Qué estás haciendo realmente aquí, Baker?

—No lo sé, ¿está bien? —siseé—. Sólo estaba desahogándome acerca de


cosas. Olvídalo.

Mike abrió de nuevo sus ojos y me miró como si hubiera perdido por
completo la razón.

—¿Necesitabas alguien con quien hablar y viniste a mí?

Sonreí satisfechamente.

—Irónico, ¿cierto? Por supuesto, se suponía que estabas inconsciente.

Una oscura sombra cruzó por el rostro de Mike y refunfuñó,

—Disculpa por decepcionarte.

Oh, la culpa. Era inentendible.


Usualmente con Mike siempre estaba en el modo de Reina de Hielo—
completamente intocable—pero en un raro momento de vulnerabilidad
dejé caer toda mi hostilidad.

—Te ves mucho mejor que la última vez que te vi. —Me encogí de
hombros ante el recuerdo de él yaciendo en la calle—. Estoy contenta de
que estés bien.

Creo que mi honestidad lo sorprendió haciéndolo responder con la


misma sinceridad.

—Los doctores me dijeron que no volveré a caminar de nuevo.

Quería señalar cómo podría ser una cosa buena, viendo cómo era su
incapacidad para caminar y pensar al mismo tiempo que lo había
puesto en esta posición, pero no creía que apreciara la broma.

—Lo siento.

Observé que las defensas de Mike remontaban, pero aun así seguía
estando libre de ira. 88
Milagrosamente, yo también lo estaba.

—Sí, dijiste eso antes. —Su tono era curioso—. Puedo decir que te
sientes culpable. Estoy muy seguro de que no estarías aquí de otra
manera.

Abrí mi boca para decir algo, pero Mike siguió adelante antes de que
pudiera entender.

—Tú estabas allí. —Sonaba inseguro.

—¿No recuerdas?

—Destellos —dijo—. Nada que tenga sentido. Dijeron que es común.


También dijeron que había estado bebiendo.

Elevé una ceja ante la sutileza.


—Sólo un poco.

—Dijeron que fui a la calle sin mirar. Dijeron que fue un accidente.

—Lo fue —acepté con cautela.

—¿Entonces por qué te sientes culpable si no fue tu culpa?

Sí. Como iba a explicárselo.

—Estábamos discutiendo —dije, recordando cómo Becky dijo que


también se sentía culpable.
—Justo antes de que ocurriera. Nos perseguiste a Becky y a mí por el
campus e intentaste disculparte con ella.

El rostro de Mike se volvió un poco verde ante la mención de Becky. No


era la única con una conciencia pesada.

Me encogí de hombros, sintiendo una pequeña simpatía cuando vi que


verdaderamente se arrepentía por lo que había ocurrido con Becky.

—Ninguno de nosotros manejó la situación de manera muy madura.


Estabas completamente perdido, pero saliste enfurecido a la calle sin
mirar porque estabas enojado con nosotras. Becky se siente tan mal
como yo.

Mike estuvo en silencio por un minuto mientras procesaba esto. Dejó


salir un respiro y dijo:

—Eso es jodido.

Realmente me reí.

—Dímelo a mí.
89
En un instante, las cosas se volvieron realmente incómodas. Era como
si ambos recordáramos con quién estábamos hablando. Me puse de pie.

—Bueno, debería irme.

Mike no me detuvo mientras hacía mi camino hasta la puerta. Encontró


mis ojos, sin embargo, y un entendimiento pasó entre nosotros.

—Dile a Miller que me llame.

—Seguro.
»Capitulo 11
Traducido por Pandora Montgomery
Corregido por liset_11

Mi encuentro con Mike fue extraño. Era la primera vez que cualquiera
de nosotros había sido real entre sí, aunque fuera sólo por unos
segundos. No estaba segura de qué pensar de él. Seguía siendo una
herramienta colosal, pero toda mi ira y resentimiento hacia él parecían
haber desaparecido. No sé lo que dijo sobre mí, o cómo me sentía al
respecto.
Luego estaba toda esa cosa donde había derramado a él
accidentalmente mi secreto. Claro, no sabía de lo que estaba hablando,
pero no sería un genio para entenderlo. Tan pronto como Mike 90
aprendiera quién era el Ángel de Chelsea, iba juntar las piezas, y
entonces no tenía idea de lo que ocurriría.
Esto era malo.
Para empeorar las cosas, me volví a mi celular y encontré cincuenta y
dos llamadas perdidas, unos doce mensajes de voz. Estaba segura de
que eran todos de mi padre. Obviamente, las noticias de esta mañana
no se le habían pasado desapercibidas.
Oh, era él, de acuerdo. Escuché cada correo de voz, y a medida que
avanzaban se volvían más y más furiosos hasta que no pudo incluso
conseguir palabras claras sobre el último. Era más una serie de
gruñidos y gruñidos y gritos incoherentes. Él iba a matarme.
Cuando llegué al último mensaje, me sorprendí al oír la irritable voz de
Carter en lugar de mi padre.
—Tu médico no es un periodista, Jamielynn, es un fantasma. Revisé
cada base de datos a la que tenía acceso, incluso llamé pidiendo
algunos favores a mis contactos del FBI, y no encontré nada. Ni un solo
golpe. No sé quién es tu hombre misterioso. Te sugiero que seas muy
cuidadosa. Además, la noticia era bastante interesante esta mañana,
¿no?
Filtra el sarcasmo en la última pregunta y obtendrías:
—Deja el heroísmo con el pluriempleo antes de que te maten, idiota.
Era agradable saber que le importaba.
Estaba tan envuelta en el misterio del "Dr. Chang "que no me fijé en
Teddy hasta que estaba prácticamente pisándome los dedos de mis
pies.
—Oh, hola. ¿Qué pasa?
Teddy frunció el ceño.
—¿Estás bien? Te ves pálida.
—Sólo estoy cansada. No pude dormir mucho.
—Sé que los deportistas se supone que tienen resistencia, pero,
¿ustedes dos realmente van en ello toda la noche?
Quería rodar mis ojos, pero terminé bostezando en su lugar.
—Me fui de la casa de Ryan a las diez. Sólo he estado un poco estresada
últimamente y no he estado durmiendo muy bien. Eso es todo.
Teddy me miró con escepticismo por un minuto y luego dijo:
—Necesitas café. Ven conmigo.
Yo ya había pasado por una taza esta mañana, pero después de la 91
noche que había tenido, otra no parecía tan mala idea. De todos modos
necesitaba hablar con él acerca de Becky, y de esta manera pude
sentirlo un poco.
Pasé la mayor parte de los cinco minutos caminando a la cafetería sólo
observándolo un poco. Él no era arrogante exactamente, pero caminaba
con sorprendente confianza. Y sonriendo sin parar, como si estuviera
simplemente encantado de estar vivo.
—¿Eso no consigue agotarte? —le pregunté cuando la mesera tomó
nuestras órdenes.
Teddy encontró una pequeña mesa en la esquina de la cafetería y de
hecho sacó una silla para mí. Me reí de su caballerosidad, pero él
simplemente amplió su sonrisa.
—¿Qué consigue agotarme?
—Sonreír tanto.
Teddy se encogió de hombros.
—Sólo tengo mucho para ser feliz ahora mismo. —Antes de que pudiera
preguntarle qué era tan fantástico, él tomó un sorbo de café y dijo:
—Así que háblame de ti, Jamie Baker. ¿Qué estás estudiando en la
escuela?
Tenía curiosidad por saber el cambio de tema, pero le contesté de todos
modos.
—Estoy en pre derecho.
Eso pareció sorprenderlo.
—¿Es el dinero o las discusiones lo que te parece interesante?
Me eché a reír.
—Ninguno de los dos, en realidad. No quiero ser un abogado. Aun no sé
lo que quiero hacer con mi vida. Sólo imagino que el título de abogado
me dará un montón de opciones. Además, tú sabes, no se pierde nada
con tener un entendimiento de todas las leyes.
Teddy me dirigió una sonrisa tan brillante que podría haber dejado mis
vatios opacados.
—Las únicas personas interesadas en la comprensión de la ley son las
personas que quieren hacerla cumplir. O los que quieren romperla. ¿Te
consideras en un futuro como un genio criminal?
Él no estaba realmente tan lejos de la verdad.
Probablemente había una delgada línea entre vigilante y criminal. Los
superhéroes tenían que doblar las reglas un poco; no había forma de
evitarlo. Yo ya lo había hecho una vez cuando ayudé a poner al Señor
Edwards en la cárcel por acusaciones falsas. No me malinterpreten, se
merecía su castigo, simplemente no lo podía acusar de querer raptarme 92
para que pudiera estudiar mis súper poderes, si saben lo que quiero
decir.
—Yo sólo quiero ser capaz de ayudar a la gente de alguna manera.
—Ah. Así que eres una hacedora de buenas obras. Mucha sombra, tu
tipo.
—¿Sombra? —pregunté, divertida.
—Por supuesto. Un hombre codicioso sólo está mirando hacia fuera
para sí mismo, pero, ¿alguien que siempre está ayudando a los demás?
¿Quién sabe lo que están realmente haciendo?
Me reí, pero no estaba realmente tan cómoda con este tema. Golpeó
muy cerca de la verdad, teniendo en cuenta que había decidido
convertirme en un superhéroe sólo para hacerme sentir mejor.
—¿Qué hay de ti? —le pregunté—. ¿Cuál es tu especialidad?
—Soy bueno con la tecnología. Informática, electrónica, gadgets,
programación, códigos.
—Eso significa que eres muy bueno con las matemáticas.
—Es uno de mis temas favoritos.
Gemí.
—Bueno. Puedes ser mi tutor.
—Nuestra relación puede ser mutuamente beneficiosa, entonces.
En mi mirada interrogante, la sonrisa de Teddy se volvió ligeramente
desviada.
—Tengo algo de hacker. Tu comprensión de la ley podría ser bastante
útil.
—¡Y me llamas sombra!
—Ah, pero ya ves, de eso se trata. Soy directo al respecto. Sabes que
estoy causando problemas en algún lugar. ¿Pero alguien como tú?
Todos ojos saltones y amigables, quien necesita una comprensión de la
ley, pero, ¿no quiere ser un abogado? ¿Alguien que sólo quiere “ayudar”
a la gente? Eso es más vago que un debate presidencial. Es la intención
de hacer que suene bien, así que nadie va a mirar muy de cerca lo que
realmente estás tratando de lograr. —Teddy se inclinó hacia mí, con los
ojos chispeantes de malicia —. Tú, Jamie Baker, eres una mujer de
misterio. Una chica con secretos.
Traté de no dejar que nada se mostrara en mi cara. Este tipo era afilado
en una especie de forma difícil, algo que teníamos en común. Me
gustaba eso de él, pero podría ser peligroso el ver cómo él tenía toda la
razón acerca de mis secretos y todo.
—No puedo decidir si eso era un insulto, un cumplido o una amenaza.
93
Teddy destelló esos hoyuelos de nuevo.
—Bueno, definitivamente no era un insulto.
No estaba segura de cómo responder. Caímos en silencio por un
momento, saboreando nuestro café, y yo capté el rápido sonido del
obturador de una cámara. ¡Oh, cómo me gustaría no tener ninguna
necesidad específicamente de ser entrenada para escuchar este tipo de
sonidos!
Miré por la ventana de la cafetería y, por supuesto, sentado en un
banco en una parada de autobús estaba un hombre asiático con una
cámara realmente bonita. Igual que un bonito lente telefotográfico.
Como un bonito espiar—a—la—posible—mutante—a—una—buena—
distancia.
Oh, por supuesto, se ajusta al look de un estereotipado turista, pero,
¿quién hace un recorrido por la Universidad Estatal de Sacramento? Yo
ni siquiera hago eso durante el verano e iba a ser una estudiante aquí.
De ninguna manera. Estaba aquí por mí. Debido al Ángel de Chelsea.
Estaba segura de ello.
Le sonreí a Teddy, y luego tomé un largo sorbo de mi café, atascándose
mientras trataba de escuchar al hombre a través de la calle mientras
ponía su teléfono celular a la oreja.
—Avistamiento confirmado, Asunto 4281. Con el mismo civil del
hospital. —Me detuve un momento, y con todo el ruido de la calle no
podía distinguir la conversación en el otro extremo de la línea, por lo
que sólo obtuve la mitad de la conversación—. Sólo hablando sobre el
café, señor — dijo el hombre con la cámara—. Yo creo que es algún tipo
de cita. ¿Nos movemos dentro? Muy bien, señor. Y si se van, ¿les damos
seguimiento? Entendido.
¡MIERDA!
Una cosa era pensar que me estaban siguiendo. Era algo
completamente distinto a tenerlo confirmado. Y tengo que decirte, que
oírme como el Asunto 4281 me dio realmente una mala clase de
escalofríos.
Tratando de no entrar en pánico, me bebí el resto de mi café, haciendo
caso omiso de la picadura, ya que quemaba mi garganta. Forcé una
sonrisa confundida, mirando a Teddy.
—Esto ha sido agradable. Gracias por el café, pero necesito ponerme en
marcha. Tengo una cosa de familia en un rato. No puedo llegar tarde.
Empecé a levantarme, pero Teddy dejó caer su mano sobre la mía
cuando llegué por mi bolso.
—¿En serio? ¿Una cosa de la familia? ¿Eso es todo lo que tienes? Si me
vas a dejar fuera, al menos, se creativa al respecto.
Me encogí.
94
—Uh... ¿no tengo ni idea de qué estás hablando?
¡Bien! Muy suave, Jamie.
—Sí, lo haces. —La cara de Teddy se volvió sombría—. Se puede decir
que me gustas, y estás tratando de deshacerte de mí.
Bien, eso fue inesperado. Me dejé caer en mi silla, momentáneamente
distraída del tipo espeluznante observándome.
—¿Qué?
Teddy suspiró.
—Me gustas mucho, Jamie.
Mi corazón se dejó caer en mi estómago.
—¿Yo? —Di un grito ahogado—. ¡No! ¡Se supone que te tiene que gustar
Becky!
Teddy parecía confuso al principio. Lo vi pensar hacia atrás y poner
todas las piezas juntas. Parecía simpático, pero su sonrisa era casi
triste cuando dijo:
—Becky es una chica agradable, pero es típica. Es normal y previsible.
Eres diferente. Intrigante.
—También estoy ocupada.
Era difícil mantener el enojo de mi voz.
—¿Señor de todos los americanos? —Teddy negó con la cabeza—. No va
a durar.
—¿Perdón?
Teddy se encogió de hombros y se encontró con mi mirada fría, con ojos
confidentes.
—No trato de insultar a tu novio o cualquier cosa, él parece como un
buen tipo, pero él no tiene lo que se necesita para aferrarse a una chica
como tú.
—¿Cómo te atreves? Ni siquiera lo conoces.
—Relajado, social, en todo un buen chico. ¿No hay verdaderos objetivos
o aspiraciones que no sean para llevarte a cenar, al cine y luego tomar
un tiempo cada fin de semana?
Una vez más, he intentado no hacer una mueca. Acababa de resumir
todo lo que me gusta de Ryan en cinco segundos y se las arregló para
hacer que suene tan poco favorecedor.
—Él es como tu amiga Becky. Típico. Predecible. Simple.
—¿Simple?
—Es un estereotipo, y tú eres todo lo contrario. Te vas a aburrir con él. 95
—¿Aburrirme? ¿Con Ryan Miller? —Me reí, pero era tensa. Teddy estaba
seriamente empezando a enfadarme —. Es obvio que no conoces a
Ryan. O de mí. Ryan no es típico. Es normal. —A "diferencia de ti", fue
sin duda implícita—. Él es todo lo que necesito. Todo lo que siempre
necesitaré.
Me puse de pie y tiré mi taza de café cuando salí furiosa a la puerta.
Teddy me siguió.
—Lo siento —dijo siguiendo mi ritmo rápido en la acera—. No fue mi
intención hacerte enojar. Como he dicho, tu novio parece un tipo muy
agradable. Sólo creo que deberías reevaluar tu situación. Él era tu novio
del instituto, ¿verdad? No me cabe duda de que era probablemente la
mejor opción en el momento, pero tu vida es diferente ahora. Ya no
estás más atrapada en el pequeño estanque. Estas nadando en el
océano ahora.
Me detuve y me volví hacia él con una mirada penetrante.
—¿Y qué te hace eso? ¿Un tiburón?
—No. Simplemente me hace uno de los millones de otros peces por ahí.
Un tipo que nunca has visto antes. Tal vez uno que es mucho más
adecuado para ti.
Tuve que reconocérselo, no había límite a su audacia. Es una pena que
no iba a trabajar para él en este caso.
—No hay nadie más adecuado para mí que Ryan. Lo siento.
—¿Cómo lo sabes?
—Lo sé, porque me hace sentir completa. Él me hace sentir que puedo
hacer cualquier cosa. Lo sé, porque lo amo. Más que nunca he amado a
nadie ni a nada en toda mi vida.
Teddy parecía frustrado, pero no enojado.
—Está bien —dijo, finalmente renunciando—. Está bien. Si realmente lo
amas mucho, si realmente te da todo lo que necesitas, entonces, ¿quién
soy yo para tratar de ponerme en el camino de eso?
—Gracias.
Estaba exasperada, pero mi ira ya se estaba desvaneciendo. Estaba
siendo completamente directo después de todo, lo cual tenía que
respetar. Es posible que estuviera exagerando, porque me sentía
preocupada por ser observada. Tenía que poner fin a esta conversación
y salir de aquí.
—Lo siento, me puse a la defensiva. Mira, me siento halagada, pero
estoy con Ryan, ¿de acuerdo?
Teddy asintió y de alguna manera se las arregló para darme una
sonrisa genuina. 96
—Tuve que dar lo mejor de mí, al menos, ¿no es así? Ese novio tuyo es
un hombre muy afortunado.
Me sorprendió cuando le devolví la sonrisa, pero yo seguí con un
suspiro.
—¿Estás seguro de que no estás interesado en Becky? ¿Ni siquiera un
poquito? Porque pareces un buen tipo. Ya sabes, a pesar de los últimos
cinco minutos. —Él rodó los ojos en la última parte—. Realmente creo
que serías bueno para ella.
Su sonrisa se volvió triste.
—Lo siento. Ella es una persona maravillosa, pero ella realmente no
puede sostener una vela como tú. No me gustaría llevarla aún cuando
mis sentimientos están claramente en otro lugar.
Ugh. Y era el más honorable, también.
¡Qué desperdicio de un buen chico!
Teddy me tendió la mano y con cuidado me preguntó:
—¿Sin resentimientos? ¿Aún amigos?
Pensé en ello durante un minuto y luego acepté su apretón de manos.
—Seguimos siendo amigos. Pero no más de estar tratando de robarme
de mi novio. ¿Lo entiendes? No va a suceder. Soy feliz con Ryan. Lo
amo.
—Entiendo. Pero si alguna vez hace algo para estropearlo, todas las
apuestas están apagadas. —Cuando me reí, Teddy negó con la cabeza—
. Lo digo en serio. Si eres feliz, eso es una cosa, pero una vez que él no
pueda…
Teddy captó la expresión de mi cara y sabiamente decidió reformular.
—Si él no puede mantenerte completamente satisfecha o si hace perder
tu buena voluntad. Sería un tonto si no actúo.
Suspiré de nuevo.
—Gracias, supongo.
Cambié mi bolso sobre mi hombro y miré a mi acosador de nuevo. Se
dio cuenta de que lo miraba y de inmediato empezó a alejarse por la
calle como si no hubiera estado observándome. Sí. Buen intento, amigo.
No caeré en eso.
—Realmente tengo que irme —le dije—. No estoy tratando de
deshacerme de ti.
—Si tú lo dices. —Teddy me miró extrañado y echó un vistazo por
encima del hombro como si me hubiera pillado observando mi
entorno—. Voy a tener que aguantarte esa cosa de la amistad, sin
embargo. Tal vez tú, yo, Becky, y Ryan podemos pasar el rato en algún
97
momento de esta semana.
—Sí, está bien. Gracias por el café.
—Ha sido un placer.
Con eso, Teddy se dirigió por la calle. Esperé un momento para
asegurarme de que realmente se estaba yendo, y luego me dirigí en la
dirección opuesta. Después de aproximadamente una cuadra, vi a dos
personas que me seguían. Ninguno de ellos era el hombre con la
cámara.
Me deslicé dentro de un restaurante lleno de gente, y tan pronto como
estaba fuera de vista me fui a supervelocidad. Estaba fuera de la puerta
de atrás y en el techo a tiempo para ver a los dos hombres y un tercero
que no había visto, correr en el interior del restaurante.
Me concentré y escuché como los hombres en secreto buscaron en el
restaurante. Después de unos minutos, se reagruparon en el
aparcamiento trasero. Me puse en cuclillas lo más cerca que pude y
empecé a filmar con mi teléfono mientras uno de ellos hablaba en su
reloj de pulsera.
No, no estoy bromeando. Su maldito reloj. Como si fuera James Bond, o
el FBI.
—Este es Demakis, señor. Hemos perdido a la chica.
Desde el auricular del chico oí una voz furiosa decir:
—¿Qué quiere decir que la perdiste?
—Es inteligente, señor. Vio a Reynolds. Ella sabía que la estábamos
siguiendo. Se metió en una multitud y desapareció.
Me esperaba más gritos, pero en cambio la voz dijo con calma:
—Desaparecida. ¿Quieres decir, literalmente?
—Es posible, señor, pero no se ha confirmado.
—¿Y el chico?
¿Chico? ¿Qué chico? ¿Se referían a Teddy?
—Un momento, señor.
Uno de los otros hombres pulso un botón de su propio reloj espía—
emisora.
—¡Reynolds! ¿Estado?
—Sujeto hacia el oeste en Folsom Blvd. en un Honda Civic café.
El primer chico transmitió el mensaje y la voz de enojo en el auricular,
dijo:
—Quédate con él, pero no te acerques. Él nos conducirá a la chica otra 98
vez.
Dejé la grabación y me agaché completamente fuera de la vista. Me
quedé allí mucho después de que los hombres se fueron, luchando
contra un ataque de pánico. Esto era tan, tan, tan malo.
Y ahora había puesto en peligro a Teddy, también, por sólo hablar con
él.
»Capitulo 12
Traducido por Jhos
Corregido por Liset_11

Esto estaba oficialmente saliéndose de las manos.


Ryan realmente no me había creído antes, pero ahora tenía que hacerlo.
También mis padres. Me encogí, mirando al otro mensaje de mi padre.
Llamó mientras yo estaba en mi camino para recoger a Ryan. Lo dejé ir
al correo de voz. Necesitaba verlo en persona antes de que habláramos.
Por supuesto, también necesitaba a Ryan allí para un apoyo moral, o
posiblemente como un testigo, porque allí había una oportunidad que
mi padre podría tratar de matarme al momento que me viera.
Pensarías que eran mis padres quienes tenían súper oídos. Hice clic en
la puerta principal suavemente, pero ambos me escucharon de todas 99
formas. Se abalanzaron sobre mí antes de que incluso tuviera la puerta
principal cerrada hasta el final.
Por un minuto, ambos sólo me recogieron en un sándwich de Jamie y
tomaron turnos para mirarme como si se aseguraran que estaba toda
en una pieza. Como era su costumbre, cuando finalmente obtuvieron
sobre su preocupación inicial, mamá se sentó y comenzó a llorar
mientras papá paseaba por la habitación, su rostro convirtiéndose en
un tono más oscuro de rojo con cada paso.
—Ustedes no comprenden —dije, rompiendo el silencio con mí
increíblemente cansada, increíblemente pequeña voz.
—¡Tienes toda la razón, no lo hacemos!
—¿Papá? —Él estaba gritando, pero allí no había duda que el sólo
estaba molesto porque estaba asustado. De hecho, nunca lo he visto
mas asustado.
Tomando una buena mirada a mis padres, me di cuenta que no estaban
cerca de caerse a pedazos; estaban en medio de desmoronarse. Y de
nuevo, era mi culpa. Cielos. El universo era sólo tan injusto. Deja a
alguien casi morir –siéntete culpable. Salva la vida de unas pocas
personas –siéntete culpable.
El súper heroísmo realmente apesta algunas veces.
—¿Por qué, Jamie? —Mi padre sonaba roto—. ¿Por qué arriesgar tu vida
de esta manera?
Pensé de nuevo en el accidente de Mike. El momento en que
conscientemente decidí no ayudarlo se reprodujo en mi mente, y luego
escuché su voz sombría diciéndome que nunca caminaría de nuevo.
—Porque me odio a mí misma. —No me había dado cuenta cuan cierto
era hasta que pronuncié las palabras—. Soy una cobarde, y soy egoísta.
Mi mamá lanzó sus brazos a mí alrededor.
—Jamie, sabes que eso no es cierto. ¿Por qué dirías algo tan horrible?
—Porque dejé que alguien saliera lastimado. No sólo alguien. Alguien
que conozco. El mejor amigo de Ryan.
—Jamie, no le debes a él el salvarle —discutió Ryan.
Lo corté antes de que pudiera ir más lejos.
—Ninguno de ustedes comprende. Mike casi murió. Pensé que iba a
hacerlo. Pude haberlo salvado, pero en cambio me quedé allí y lo
observé suceder porque estaba asustada. Sólo estaba pensando en mí
misma. No quise ser expuesta y ahora Mike nunca caminará de nuevo.
Las lágrimas me golpearon fuerte y no se detuvieron. Sollozando,
reconté la historia completa del accidente de Mike a mis padres.
Cuando hube terminado, mi papá pareció pálido y mi mamá estaba, por
supuesto, sollozando conmigo.
100
—Oh, cariño —lloró—. No puedes culparte por eso.
—¡No pueden detenerme a mí misma de tomar la culpa! ¿No lo
entiendes? ¡Lo dejé salir lastimado! Siempre desde que sucedió, he sido
un desastre. Apenas como. No estoy durmiendo, y cuando lo hago,
tengo unas horribles pesadillas.
—¿Pesadillas? —Ryan estaba sorprendido—. No mencionaste pesadillas.
Y comiste toda esa comida china anoche.
—Fue la primera verdadera comida que he comido desde el accidente.
—Cariño…
La voz de mi mamá fue a la deriva porque, realmente, ¿que había allí
para decir a eso?
—Me odio a mí misma por la elección que hice. Me odio a mí misma
mucho más por el accidente de Mike de lo que nunca lo he hecho por lo
de Derek, y yo maté a Derek.
Estuve en silencio por un segundo, pero luego sentí mi resolución
regresar. Limpié mis lágrimas y miré a mi padre a los ojos.
—Derek fue un accidente, pero no ayudar a Mike fue una elección
consciente. Fue la equivocada. No puedo ir de regreso y cambiarlo, pero
puedo aprender de ello.
—Pero Jaime, no puedes sólo ir fuera a jugar al súper héroe.
—¿Por qué no? Es lo que soy.
Mi papá tomó una respiración profunda en un intento de mantenerse
racional.
—Comprendo cuando difícil es esto para ti, pero…
—¡No, no lo haces! —grité de repente. Me empujé fuera de los brazos de
mi mamá y tomé el lugar de mi padre, paseando por la habitación—.
¡No comprenden! ¡No pueden posiblemente comprender! ¡Nadie puede!
—No, tienes razón. No lo hago. No quiero…
—¿Tienes idea de lo que es tener el poder que tengo? Cuan aterrorizante
y cuan tentador es. Papá, el año pasado…cuando el Señor Edwards
lastimó a Ryan tan mal…no sabes cuan cerca estuve de matarlo. Iba a
hacerlo. Quería. Lastimarlo se sintió bien.
Todo el mundo pareció como si no me creyeran. Tal vez podían mentirse
a sí mismos, pero yo sabía la verdad.
—Si Carter no me hubiese detenido, lo habría hecho. Habría asesinado
a un hombre a sangre fría porque estaba molesta y porque sabía que
podía hacerlo. Sé que pude salirme con la mía. Soy una mala persona.
—No, Jamie —dijo Ryan.
Mi mamá asintió en acuerdo con Ryan.
101
—Todos nos sentimos así algunas veces.
Papá lanzó sus manos arriba en el aire.
—¿No crees que he fantaseado sobre rasgar a Edwards en pedazos con
mis manos desnudas por lo que les hizo a ustedes? ¿No crees que quise
matar a Carter cerca de unas mil veces? La ira es natural. Tus
sentimientos son normales. Tú eres normal.
Pero eso era donde mi papá estaba equivocado.
—Excepto que tengo poderes que otros no. Ese accidente me cambió. Sé
que esto suena cursi, pero no soy sólo un humano más. Soy algo más
que eso. Las cosas son diferentes para mí. Mis elecciones tienen
consecuencias diferentes a las suyas. Tengo responsabilidades.
—Arriesgar tu vida para salvar a otras personas no es tu
responsabilidad.
—Ryan me dijo que era un milagro que yo sobreviviera a mi accidente.
Dice que me fue dada una segunda oportunidad a la vida, pero que yo
estaba desperdiciándola.
—Eso no es exactamente lo que quise decir.
—Y, eso no es cierto más —insistió Mama—. Te has hecho mucho mejor
en el último año. Estas viviendo tu vida de nuevo.
—Estoy viviéndola, —Estuve de acuerdo— pero aún estoy
desperdiciándola. ¿Esa pequeña niña que salvé anoche? Había sido
secuestrada por un hombre horrible quien estaba arrastrándola fuera,
atada y amordazada, en los bosques para hacer quién sabe qué a ella.
Mi mamá comenzó a llorar de nuevo e incluso mi papá pareció con
nauseas.
Me limpie otra lágrima.
—Fue demasiado fácil para mí encontrarla. En minutos hice lo que esos
chicos de búsqueda y rescate no habrían hecho en días. Chelsea está
viva por mí. Así como los ancianos porque los empujé de ese fuego.
Tengo un don. Tengo el poder para hacer cosas asombrosas. No puedo
ignorar eso más. No lo haré.
Mis padres estaban callados por primera vez desde que atravesé la
puerta. Ryan se echó hacia atrás y permaneció fuera de ello, dándome
este momento con mis padres.
—Comprendo que estén asustados por mí. Estoy asustada por mí
misma. Pero después de lo que sucedió con Mike, no tengo una elección
más. Esto es algo que tengo que hacer. Espero que puedan aceptarlo o
al menos perdonarme por ello, porque los necesito, chicos, ahora más
que nunca.
Sostuve mi aliento mientras esperaba. Mamá fue la primera en ceder. 102
Me abrazó apretadamente.
—No estamos asustados, Jamie —susurró—. Estamos aterrorizados.
—También yo —admití—, pero necesito esto.
—Entonces tienes mi apoyo.
Abracé a mi mamá de vuelta y después de un agradecimiento lleno de
lágrimas me giré hacia mi padre.
Su rostros sombrío parecía haber envejecido diez años, pero él también
estaba resignado. Dejó salir un largo suspiro y sostuvo sus brazos
extendidos.
—Ven aquí, nena.
Caí dentro de sus brazos, empapándolo como si él fuera el oxigeno que
llenaba mis pulmones.
—¿Tienes alguna idea de cuánto te amo, Jamielynn?
Si no lo había sabido, el temblor en su voz habría dicho suficiente.
—Te amo también, Papi.
—Entonces, por favor, por mi bien, deja de tratar de darle a tu viejo un
ataque al corazón. Cuéntanos antes que hacer algo así de nuevo.
—Lo prometo. —Lo abracé de nuevo y luego reí—. Pero sólo para que
sepas, si incluso te las arreglas para detener tu corazón siempre puedo
sólo reiniciarlo. —Sostuve mis manos arriba—. Desfibriladores
incorporados.
Mi padre dejó salir una risa estrangulada y besó la parte superior de mi
cabeza de nuevo. Le di un minuto de paz, sólo en caso que no estuviera
bromeando sobre la cosa del ataque al corazón, antes de decirle el resto
de mis malas noticias.
—¿Um, Papá? —Él me miró con sospecha, y con razón—. Hay algo más.
—Sus ojos se desorbitaron—. Podrías querer sentarte para esto.
Le dije a mis padres y Ryan todo –sobre mí conociendo al hombre en la
habitación del hospital de Mike, sobre la visita de Carter en Nueva York,
y sobre las personas quienes estaban siguiéndome esta tarde. Incluso
les dije sobre Teddy y cuanto él estaba ahora en peligro simplemente
porque había estado hablándome.
No tuve que reiniciar el corazón de mi padre, gracias a Dios, pero él
tuvo que poner su cabeza entre sus rodillas unas cuantas veces.
—La cosa extraña es —dije una vez que terminé—, el hombre en el
hospital y la pareja en el campus estaban observándome antes de que
rescatara a Chelsea. No estoy segura que incluso sepan que soy el Ángel
de Chelsea.
—¿Cómo puede que no, cariño? —Mamá preguntó suavemente.
Me encogí de hombros. 103
—No sé qué saben sobre mí. No estoy segura por qué ellos estaban
observándome. No siquiera estoy segura si son de Visticorp. Carter me
dejó un mensaje y dice que él no pude encontrar ningún registro del
tipo del hospital. Me dijo que esto era serio y que yo necesitaba ser
cuidadosa.
—Entonces, ¿qué en el mundo estás haciendo disfrazándote como un
superhéroe justo ahora? —Mi papá rugió.
—Papá. Piensa sobre ello. Esas personas obviamente ya saben sobre mí.
Incluso si nunca hubiera salvado a Chelsea, aun estarían aquí.
—Bueno, tus travesuras podría sólo motivarlos a actuar más rápido.
Ryan se sentó más derecho y me envió una mirada nerviosa.
—El tiene razón, Jamie. Tal vez deberías enfriarlo con la actuación de
súper héroe justo ahora.
—¿Qué? —grité—. ¡Eres el único que me dijo que debería hacerlo! ¡Esta
fue tu estúpida idea!
—¿Tú alentaste a mi niña para exponerse a sí misma?—El rostro de
papá tomó un esa sombra espantosa de rojo de nuevo.
Incluso mi mamá se sentó allí, mirando boquiabierta a Ryan.
—¡Ryan Miller! ¿Cómo pudiste hacer eso?
Si la situación no fuera tan seria, la mirada en el rostro de Ryan habría
sido cómica. Debía haber sido la primera vez que incluso tenía a mis
padres molestos con él. No sólo mis padres, sino cualquier padre.
—Sólo estaba tratando de ayudar —dijo, desconcertado—. No sabía
sobre las personas espiándola, tampoco. Ni siquiera sabía que había ido
a ver a Carter.
Él me disparó una mirada que decía que hablaríamos sobre eso mas
tarde. Genial. Bueno. Era su propia estúpida culpa por no creerme en
primer lugar sobre las personas en la escuela.
—Lo que sea. Nada de eso me importa más. Justo ahora necesitamos
averiguar qué hacer. La única cosa que puedo pensar de esto es
confrontarlos la siguiente vez que los vea.
—¡No! —Los tres gritaron a la vez.
—¿Qué otra opción tengo? Tengo que saber quiénes son, qué quieren, y
qué saben. ¿Cómo se supone que tengo que hacer eso? ¡Incluso Carter
no pudo encontrar al chico del hospital y él es más astuto que el diablo!
Los había dejado perplejos a todos. Buena cosa, también, porque el
problema le dio a mi papá una oportunidad para que su temperamento
se enfriara un poco. Se sentó y trató de trabajar a través de la situación
que había estado tratando de resolver por días. 104
Ryan rompió el silencio primero.
—Creo que podría saber una forma.
Ryan se aclaró su garganta y tragó cuando todos miramos hacia él,
expectantes. Pareció realmente todo nervioso de repente. Obviamente, lo
que sea que estuviera pensando, iba a ser una de sus infames ideas
atolondradas.
—Allí hay alguien a quien podemos hablar que podría ser capaz de
darnos las respuestas que necesitamos.
Todos esperamos. No tenía idea sobre quién podría estar hablando.
Ryan se encogió, pero se armó de valor. Niveló su mirada en mí y dijo:
—Necesitamos ir a visitar al Señor Edwards.

*****
Mis emociones estaban por todo el lugar cuando los guardias
arrastraron el prisionero dentro de la sala de visitas. No podía creer que
Ryan me había hablado de ver al Señor Edwards. Este era el hombre
que casi mató a Ryan. ¡Lo torturó! Estaba asustada de que mataría al
idiota en el lugar si tenía que estar en la misma habitación con él de
nuevo.
Cuando las personas de prisión dijeron que estaban listos para
nosotros, Ryan deslizó su brazo a mí alrededor y besó el lado de mi
cabeza.
—Estará bien, Jamie. Él va a tener respuestas para nosotros.
Tomé una respiración.
—Sería lo mejor. De otra forma, podría estar tentada a lastimarlo.
Ryan me deslizó una mirada, pero después de un minuto sonrió y
murmuró:
—Sólo estate segura de que los guardias no lo noten.
Ryan y yo fuimos escoltados en una gran habitación de apariencia
recreacional donde las personas estaban visitando a otros reclusos. Se
nos pidió que nos sentáramos en una mesa vacía donde una simple
silla se establecía al frente de nosotros. En un momento, el hombre que
odiaba más que nadie en el planeta estaría sentado en esa silla.
—Esta fue una idea tonta.
—Chist, Jamie. —Ryan movió su mano a mi regazo y entrelazó mis
dedos a través de los suyos—. Prometo que todo saldrá bien.
Era demasiado tarde, de cualquier manera. Ellos estaban trayéndolo
dentro.
El Señor E se veía exactamente igual a cómo lo hacía el año anterior 105
cuando era mi profesor de Inglés, excepto que había cambiado sus
pantalones caquis y botones por pantalones vaqueros y camisas de lino
azul. Su cabello estaba un poco demasiado largo, pero no parecía tener
el desgaste que esperaba que un año en prisión le habría dado a él. De
hecho, parecía casi contento.
Verlo sonreír y conversar con el guardia cuando entró en la habitación,
pareciendo joven y saludable –tenía solo veintiséis años y era el profesor
más lindo que había tenido hasta que atacó a mi novio y perdió su
atractivo– envió emociones mezcladas a través de mí. Me sentí
sorprendentemente aliviada de que parecía bien desde que yo era
responsable de ponerlo aquí. Al mismo tiempo, casi sentí decepción
porque lo odiaba por lo que hizo y lo quería sufriendo. Él no parecía
como si estuviera sufriendo en absoluto. Las emociones en conflicto
eran confusas.
—¡Señor Miller! ¡Señorita Baker! —El Señor E nos saludó a ambos. Su
rostro entero se iluminó con placer cuando me vio. Sus ojos nunca
dejaron los míos—. ¡Jamie! Es tan maravilloso verte de nuevo.
El Señor E sostuvo sus brazos extendidos como si esperara que lo
abrazara, pero rápidamente se sentó cuando Ryan jadeó y tiró de su
mano fuera de mi agarre. Había estado tan molesta que
accidentalmente le di una descarga a Ryan.
—¡Ryan, lo siento tanto! —Miré al Señor E, dejándole saber que
totalmente consideraba que esa carga era su culpa.
El rostro del Señor E se tornó triste, pero aceptó mi frialdad –sabía que
la merecía— y tentativamente dijo:
—Casi no lo creí cuando me dijeron que tú querías visitarme, pero aquí
estás. Gracias por venir. He querido discúlpame con ambos por
demasiado tiempo, pero no tengo permitido escribirte. He tenido un
montón de tiempo sobre el último año para pensar sobre cómo he
manejado las cosas contigo. Era un hombre desesperado, e hice
algunas muy malas elecciones. Estoy tan arrepentido por lo que
sucedió; no tienes idea.
—Bueno —dije—. Deberías estarlo.
—Especialmente lamento sobre lo que te hice, Ryan.
Ryan se encogió de hombros, su mano se apretó en un puño apretado
en su regazo.
—Permití que mis emociones personales nublaran mi juicio y lastimé a
un chico inocente. Nunca quise hacer eso. Lo siento.
Pude ver verdadero remordimiento claro como el día en sus gestos, y
finalmente vi una poco del cambio que esperaba ver en él. Había puesto
una buena actuación, pero el último año lo había afectado.
Ryan pudo verlo también, porque finalmente tomó una respiración 106
profunda y aceptó la disculpa –un montón mucho mas de sinceridad de
la que yo podría tener.
Hablando sobre una situación incómoda.
Antes de que pudiera decidir cómo traer el tema de Visticorp, el Señor
Edwards aclaró su garganta.
—Te ves genial —dijo, su atención concentrándose de nuevo solamente
en mí—. Creciste y más hermosa que nunca. ¿Lo tomo como que has
tenido un buen año? Debes estar en la universidad ahora. Eso es
emocionante. ¿Dónde estás yendo a la escuela? ¿Qué estas estudiando?
Él realmente tenía algo de confianza en mi autocontrol. Quería matar al
tipo, y él se sienta allí charlando conmigo como si fuéramos mejores
amigos.
—¿Estás coqueteando con ella?
Rompí en una sonrisa a eso. Pude escuchar la ira ocultada en el
estupor de Ryan. Tal vez no era mi auto control del que el Señor
Edwards debería estar asustado.
Decidiendo que necesitaba intervenir antes que de mi novio golpeara a
un convicto en la cara en frente de un puñado de guardias de prisión
dije:
—Esta no es una visita social, Señor E.
—Oh, no. Por favor, Jamie, es Blake.
—¿Blake?
El Señor E se río entre dientes.
—Mi nombre. No eres mi estudiante ya. No tienes que llamarme Señor
Edwards. Prefiero que no lo hagas, en realidad. Eres un adulto ahora y
allí hay sólo, ¿qué? ¿Siete u ocho años de diferencia entre nosotros?
Está bien para nosotros ser verdaderos amigos ahora.
Las luces parpadearon cuando mi temperamento llameó. Tuve que
contar hasta diez antes de hablar.
—Tú y yo nunca seremos amigos.
El Señor Edwards –me rehusaba a llamarlo Blake— suspiró.
—Por favor perdóname, Jamie. Lo siento. Enserio, lo lamento tanto.
Sólo quería que me dieras una oportunidad para ayudarte, pero estaba
asustado de tu poder. Nunca quise lastimar a nadie. Estoy dispuesto a
hacer lo que sea para demostrarte que no soy tu enemigo.
Esperaba que eso fuera cierto.
—Si quieres ayudar, entonces dime quién te dijo sobre mí.
El Señor E frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir? 107
—Sobre mis poderes, mi accidente. ¿Quién te dijo?
—Bueno, le dije a mis superiores año atrás después de tu accidente,
pero eso es todo, y me arrepentí de contarles. No he respirado una
palabra sobre ti desde entonces. Ni siquiera el último año cuando fui
arrestado. Incluso desde que realmente conseguí conocerte, he
mantenido tu secreto. Siempre mantendré tu secreto.
Había sido instruida de antemano que no sería permitido traer mi
teléfono conmigo, así que imprimí la foto de mi visitante en el hospital.
—Entonces, ¿cómo lo explicas a él?
Deslicé la foto a través de la mesa y esperé para ver la reacción del
Señor E. Había esperado alguna señal de reconocimiento, pero la
cantidad de miedo que el Señor E manifestó era alarmante. Su rostro
perdió su color y sus ojos se doblaron de tamaño.
—¿Qué?—Ryan demandó mientras yo dije:
—¿Amigos tuyos?
—“Amigo” sería un término inexacto. Jamie, ¿dónde viste a este
hombre?
—Él me emboscó en un hospital después de que Mike Discroll estuviera
en un accidente.
El Señor E continuó mirando a la foto. Sin olvidarse sobre el tema a la
mano, no estimó un momento para preguntar sobre Mike. Mike había
sido su estudiante, también.
—Leí sobre eso en los periódicos. ¿Él está bien?
—Vivirá —susurró Ryan.
El Señor E igualó el suave tono de Ryan cuando preguntó:
—¿Qué sucedió?
—Exactamente lo que dice el periódico. Mike estaba borracho. Se
tropezó en la calle, y ahora nunca caminara de nuevo.
—Eso es terrible.
Ryan dejó caer su mirada a su regazo mientras yo forzaba un
encogimiento de hombros.
El Señor E entrecerró sus ojos cuando notó mi obvia incomodidad.
—¿Qué tiene el accidente de Mike que ver contigo?
—Yo estaba allí.
—¿En la escena del accidente? —El Señor E pensó sobre eso y luego
jadeó.
—Pero… Mike fue golpeado. Y tú…
Mi estómago se apretó en un nudo. Miré al Señor E cuando le respondí. 108
—No traté de salvarlo.
Cerré mis ojos para hacerlo parecer como si estuviera tratando de
controlar mi temperamento, pero realmente sólo no quería ver la mirada
en el rostro del Señor E. No pensé que pudiera manejarlo pasando justo
sobre mí.
No cuando había sido quien lo puso en prisión por sus errores, y
especialmente cuando todavía no estaba lista para perdonar esos
errores. No creía que sería capaz de perdonarlos.
El Señor E estuvo en silencio por un minuto. Cuando habló, su
reacción no fue la que esperaba. Su voz era tan suave y comprensiva
que me molestó.
—Oh, Jamie. Lo siento tanto. Eso debe haber sido una increíblemente
difícil decisión para que hicieras. Espero no te culpes por su condición.
Hiciste lo correcto.
Tragué el familiar nudo que siempre se formaba en mi garganta cuando
pensaba sobre el accidente.
—No, no lo hice…pero ese no es el punto.
—Ese es el punto. No utilizaste tus poderes. Si tú fueras testigo del
accidente, luego tendrías que hablar con la policía, ¿cierto? —Asentí—.
Estoy seguro que Murphy fue enviado para conseguir la historia
completa cuando tu nombre vino en el reporte policial. Habría
reconocido tu conexión con Mike. Habría asumido que si tú tienes
poderes lo habrías ayudado.
Traté de no estremecerme.
—¿Quieres decir que habrían asumido que no era capaz de salvar a
Mike, ya que cualquier otro ser humano decente debería si pudiera?
El brazo de Ryan vino alrededor de mí y casi lloré de alivio. Estaba tan
contenta de que estuviera aquí. Su presencia; su calor, su amor, y su
calmada confianza; era la única cosa manteniéndome junta. Y no quería
caer a pedazos en frente del Señor Edwards. Preferiría unirme a la liga
de bolos con Carter y Mike que dejar al Señor E verme vulnerable.
Ryan me apretó a su lado y puso sus labios en mis oídos.
—Salvaste a Chelsea, Sunshine. Recuerda eso.
El ridículo apodo me hizo romper en una sonrisa. Giré mi cabeza lejos
de Ryan para ocultarlo, pero lo notó de todas formas y me codeó
ligeramente en el costado. Le di una mirada que él sólo encontró con
esa estúpida, pícara sonrisa por la que es tan famoso.
—Sabes que lo amas.
Refunfuñé, pero su ego era exactamente lo que necesitaba para traerme
de regreso a mí misma. Por una vez, resistí la urgencia de besarlo y
miré de nuevo al Señor E., finalmente lista para hacer lo que vine a 109
hacer.
—Así que, ¿este tipo está con Visticorp? —pregunté, aliviada que la
confianza había regresado a mi voz.
El Señor E movió su mirada de atrás y adelante entre Ryan y yo. Lo
juro, si tuviera que recoger una emoción de su rostro justo entonces,
habría sido decepción.
—Responde su pregunta —dijo Ryan, su voz repentinamente tan dura
que me sacudí atrás sorprendida. él debe haber notado el anhelo en los
ojos del Señor E, también.
Con un suspiro, el Señor E asintió.
—Lo está, y eso significa que Visticorp ha estado manteniendo etiquetas
en ti. Al menos libremente desde que fui arrestado. Lo lamento tanto. —
El Señor E hundió su rostro en sus manos—. Están observándote por
mi causa. —Tomó una respiración profunda y luego sacudió su
cabeza—. Pero no encontraron nada. Estoy seguro que no lo creyeron.
Él sonaba como si estuviera tratando de convencerse a sí mismo más
que a mí. Mi auto cinismo no sería engañado.
—Entonces, ¿por qué están acosándome?
—¿Qué?
Le di al Señor E la versión condensada de lo que estaba sucediendo
conmigo. Él estaba un poco como loco sobre la parte de súper héroe
como mi padre estaba, pero a la vez no podía ocultar su fascinación.
Cuando mencioné el equipo de vigilancia que estaba constantemente
siguiendo a mis amigos, él completamente enloqueció.
—Atrapé los nombres Demakis y Reynolds. Allí estaba al menos otro
tipo con ellos, y luego por supuesto tenemos al Buen Doctor.
Los ojos del Señor E parpadearon de nuevo abajo a la foto sobre la
mesa.
—Ese es Charlie Murphy. Es como yo, un científico enviado para
observar un posible candidato para estudio.
Me estremecí ante ese pensamiento, pero no tuve mucho tiempo para
pensar en ello.
—La pareja que viste en la escuela no suenan familiar para mí. Ellos
probablemente eran los mismos; pero Jamie, Demakis y Reynolds son
parte del equipo de recuperación de Visticorp. No fueron enviados fuera
para observar. Fueron enviados para adquirir.
—¿Adquirir? —siseó Ryan. Su cuerpo entero se había puesto rígido.
La voz del Señor E se volvió urgente, casi en pánico.
—Estás en peligro, Jamie. Tienes que desaparecer.
—¿Cómo? —Ryan preguntó sin un solo pensamiento de protesta. 110
Lo miré a él primero y luego me burlé del Señor E.
—¡No voy a huir! Eso es por lo que estoy aquí. Vine para que tú
pudieras decirme todo lo que sabes sobre Visticorp. ¿Cómo puedo
conseguir que ellos se vayan?
—No pueden —dijo el Señor E—. No lo entiendes. No sé por qué no han
intentado nada todavía. Tal vez no están seguros de lo que eres capaz, o
más probablemente no han averiguado una manera de capturarte o
contenerte aún, pero lo harán. Lo averiguaran, Jamie, y vendrán por ti.
Tienes que irte. Ve a ocultarte.
Ryan jadeó de nuevo pero sacudí mi cabeza.
—Sé realista. No puedo sólo desaparecer de la faz de la tierra por el
resto de mi vida.
—Entonces pasaras la vida encerrada en un laboratorio.
—Jamie —susurró Ryan. Sonaba aterrorizado—. Creo que está diciendo
la verdad. Estás en problemas.
Mi instinto iba a ser insultado, pero Ryan tenía razón. El Señor E
estaba asustado. Lo suficientemente asustado para creerle. Nadie podía
fingir ese tipo de preocupación. Él estaba seguro que Visticorp vendría
por mí.
—Lo sé —admití. Tengo un montón de fe en mis propias habilidades,
pero incluso soy capaz de poner mi orgullo a un lado cuando mi
seguridad y la de mi familia y amigos está involucrada. No me gustó la
repentina frialdad que llenó mi cuerpo cuando el miedo reptó en mi
corazón—. Carter sabía todo de lo que era capaz de hacer también, y
siempre estaba igual de seguro que no podía manejar Visticorp por mi
cuenta.
—No puedes. —El Señor E dijo simplemente.
Genial. Pero, ¿qué su supone que haga entonces? ¿Esconderme por el
resto de mi vida? No era una opción.
—¿Qué pasaría si me atrapan?
La pregunta estuvo fuera de mi boca antes de que supiera lo que estaba
diciendo. Eso sorprendió al Señor E y su rostro se arrugó.
—Te encerrarán. Ejecutarán pruebas. Estudiarte.
Todas las peores imágenes de cada película de ciencia ficción que había
incluso visto corrieron a través de mi cabeza. En una pequeña voz
pregunté:
—¿Serían crueles sobre ello?
El Señor E miró lejos. No pensé que fuera a responder la pregunta,
pensé que eso en sí mismo era respuesta suficiente. Pero entonces el
Señor E suspiró y dijo: 111
—Serias un sujeto de pruebas para ellos, y nada más. Serán humanos
para mantenerte auto satisfecha, y si pueden manipularte, utilizarán
tus habilidades para cualquier fin que deseen. Pero si no eres
cooperativa, las cosas serán difíciles para ti.
El brazo de Ryan ahora estaba temblando. Habría dicho algo para
tranquilizarlo, excepto que recordé la fría voz de mi acosador y me
estremecí.
—Sujeto 4281—susurré.
El Señor E jadeó.
—¿Qué dijiste?
—Eso es como el tipo llamado Reynolds me llamó cuando me encontró
en el café hablando con mi amigo. Él dijo que había confirmado
observación del Sujeto 4281. Tienes razón. Es como si no fuera una
persona para ellos en absoluto.
El Señor E se dividió por un minuto, perdido en sus propios
pensamientos. Cuando despertó de ello, me miró completamente, ojos
dementes.
—Tienes que conseguir sacarme de aquí —susurró.
—¿Disculpa?
Ryan estaba igual de incrédulo.
—¿Conseguir sacarte?
—He visto lo que puedes hacer. Sería demasiado fácil para ti. La
siguiente vez que salga fuera al patio de actividades, iré a la esquina
sureste del patio. Sólo salta la cerca y me sacas a cuestas de allí. Tan
rápida como eres, ni siquiera lo verán. Ni siquiera sabrán que estaré
perdido hasta que sea tiempo de ir de regreso a dentro, y estaremos a
través del país para entonces.
—¿Estás loco? No voy a…
Muchos guardias vinieron a nuestra mesa cuando levanté mi voz. Les di
una sonrisa tímida y mi mejor disculpa, luego dije entre dientes al
Señor E una vez nos dejaron a solas de nuevo.
—¡No voy sacarte fuera de prisión!
—No puedes encargarte de ellos tu misma. Podemos ir a algún lado a
salvo y hacer un plan. Me necesitas.
—¡Absolutamente no! —dijo Ryan, mientras yo casi hacía combustión
en mi silla.
Ryan tuvo que dejarme ir de nuevo y se deslizó a salvo unas pocas
pulgada de mi cuerpo cargado de electricidad.
—No voy a ninguna parte contigo. ¡Nunca! La única cosa que necesito
de ti es todo lo que sabes sobre Visticorp. ¡Dime lo que sabes!
112
El Señor E igualó mi aptitud.
—Son poderosos, son peligrosos, y no se detendrán hasta que consigan
todo lo que quieren de ti. No puedes encargarte sola. ¡Por favor, Jamie!
Si lo intentas, sólo los harás enfurecer. Cosas malas ocurren a las
personas que los hacen molestar.
—¿Eso es todo? ¿Eso es todo lo que tienes para mí? Que desperdicio de
viaje.
—Cualquier cosa que sepa no va a ayudarte a menos que me saques
fuera de aquí. Necesitas desaparecer. Jamie, todavía tenemos tiempo.
Necesitas sacarme de aquí.
Esto era inútil. Tenía esa frenética, desesperada cualidad sobre él de
nuevo. Pero incluso si lo que él dijo era cierto, y yo realmente estaba en
peligro, allí no había forma de que fuera a sacarlo de la cárcel. Y qué,
¿correr lejos con él? ¿Desaparecer e ir a ocultarme? ¿Quedarme en
alguna cabaña en Canadá con él? Correcto.
Estuve sobre mis pies de alguna forma, inclinándome sobre la mesa
hacia mi ex profesor de inglés con mis manos apretadas en apretados
puños. Mis palmas estaban en fuego y pude sentir lo que asumí mis
ojos estaban comenzando a brillar.
—Tengo algunas malas noticias para ti, Señor E, todavía estas
delirando.
—Jamie —susurró Ryan con urgencia, confirmando mis sospechas
sobre mi estado en Modo Peligroso.
Los guardias habían venido ahora para ver lo que estaba sucediendo de
nuevo. No parecían felices. Tomé una respiración profunda y luego miré
a los guardias esperando.
—Lo siento. Estoy lista para irme ahora.
El guardia sonrió, sorpresivamente simpático.
—Creo que sería sensato, señorita.
Nos escoltó a Ryan y a mí a la puerta, mientras el Señor E continuó
gritándome el camino entero.
—¡No! Jamie, ¡espera! ¡Por favor! Sé que estas molesta conmigo, ¡pero
allí hay más de lo que sabes! ¡Necesitas confiar en mí!
Me detuve en la puerta y le di al Señor E una última, dura mirada.
—¿Confiar en ti? ¿Confiar en ti? Todo sobre ti ha sido una mentira
desde el día que nos conocimos. Nunca confiaré en ti.
—Vamos, señorita —dijo el guardia, suavemente tirando de mi codo.
Suspiré y dejé al guardia escoltarnos de regreso al estacionamiento.
Una vez que estuvimos solos, Ryan me tomó en sus brazos y mantuvo 113
su filosofía de primero un beso, hablar más tarde. Cuando pudo
finalmente permitirse a sí mismo soltar mis labios, me miró desde la
cabeza a los pies como si esperara que allí estuviera sangre y miembros
perdidos.
—¿Estás bien?
—¡Eso fue un completo desperdicio! —grité. No a Ryan, sólo en general.
Estaba molesta—. ¡No concretamos nada, excepto para confirmar que
mis acosadores son de Visticorp, y ya suponía eso! ¡El Señor E nunca
va a ser de cualquier ayuda para nosotros!
Una vez más estuve abrumada con la sensación de estar totalmente
jodida.
—Jamie, se nos ocurrirá algo, pero tienes que conseguir calmarte. Me
rehúso dejarte ir justo ahora y realmente no quiero ser frito.
Suspiré y consentí a Ryan cuando trató de besarme de nuevo. Una vez
que estuve bien y calmada, Ryan corrió sus manos a través de mi
cabello y sonrió.
—¿Por qué no vas fuera del pueblo por unas pocas horas y luego me
encuentras para cenar?
Levanté mis cejas a él.
—Fuera del pueblo. —Era Ryan, hablando de ponerme mi máscara y
jugar al héroe —. ¿Eso es lo que piensas que debería hacer justo ahora?
Ryan encontró mi mirada con una sonrisa de su arsenal de sonrisas
irresistibles.
—Sabes que lo quieres. Necesitas conseguir algo de esta energía
peligrosa fuera. Te hará sentir mejor.
Ubiqué mis manos en mis caderas. El desafío era siempre mi primera
reacción a su ego.
—¿Así que eres un experto sobre lo que necesito ahora?
Ryan dio un golpecito en la punta de mi nariz.
—No eres ni de cerca tan complicada como pretendes ser.
Rodé mis ojos.
—¿Oh, si? Bueno, estás equivocado, Señor Pienso-Que-Lo-Sé-Todo.
—Seguro lo soy.
Me decidí por besar la sonrisa justo fuera del rostro de Ryan. En poco
tiempo, tuve su cerebro completamente revuelto sin utilizar ninguna
electricidad. Bueno, no del tipo literal, de cualquier modo.
—Necesito soplar un poco de humo, pero ser el Ángel de Chelsea no es
definitivamente como quiero conseguir deshacerme de todo mi
irresponsable energía justo ahora. 114
Le di a Ryan una mirada llena de deseo y el atrapó mi rumbo. A los
pocos segundos, él estaba detrás del volante de su camión, tocando el
claxon hacia mí para unirme a él. Comencé a caminar hacia él y bajó su
ventana.
—Vamos, Sunshine. ¡Sé que puedes moverte mucho más rápido que
eso!
Estallé en carcajadas y estuve abrochada en la cabina junto a él antes
de que él pudiera incluso parpadear. Batí mis ojos hacia él con una
gran sonrisa.
—¿Mejor?
Me respondió con un beso que me hizo estremecer. Sólo por diversión,
me relajé y convertí el beso en un súper beso tan fuerte que hizo el
cabello de sus brazos crepitar con electricidad estática.
—Prometí que experimentaríamos con Súper Ryan más a menudo —
expliqué cuando nos retiramos.
La sonrisa de Ryan se tornó pícara.
—Debería realmente intentar estar equivocado más a menudo.
»Capitulo 13
Traducido por Jhos
Corregido por liset_11
Decir que las semanas que siguieron fueron estresantes era decir poco.
Supe que estaba siendo observada, pero no tenía ni una pista de qué
hacer sobre ello. Creo que el hecho que nunca realmente hicieron
contacto conmigo lo hacía peor. Ninguno nunca habló conmigo, pero
dos veces llegué a casa para encontrar que mi habitación tenía
micrófonos ocultos.
Ryan estaba tan ocupado con sus prácticas y entrenamientos además
de las clases y tareas, que no conseguimos pasar mucho tiempo juntos
durante la semana, y desde que sabía que era peligroso para mis
amigos estar alrededor de mí, de momento, pasé la semana completa
haciendo nada a parte de ir a clases y salir fuera como el Ángel de
Chelsea. (El nombre había pegado.) 115
Ser un superhéroe era en cierto modo asombroso. Amaba ser capaz de
ayudar a las personas. Me encantaba saber que estaba haciendo algo
bueno por una vez, hacer la vida de las personas mejor en lugar de
peor. Casi realmente me encantaba ser capaz de utilizar mis poderes
sin preocuparme que alguien fuera a verme. Como el Ángel de Chelsea
no tenía ese profundo secreto oscuro que tenía que suprimir todo el
tiempo. Sentí como si fuera finalmente capaz de realmente ser yo
misma –mi completa yo misma.
Mi decisión estaba tomada. Iba a seguir siendo el Ángel de Chelsea sin
importar qué. Nadia iba a detenerme. Especialmente no algunos
estúpidos científicos quienes querían encarcelarme sólo para que así
ellos pudieran averiguar cómo hago las cosas que hago. ¿A quién le
importa cómo las hago? Lo importante era que puedo hacerlas, las hice.
Era realmente fácil de perder a esas personas siguiéndome. Estaban
vigilando todas las salidas de mi edificio, excepto el techo. Supongo que
no pensaron que pudiera saltar un edificio de tres pisos.
Llego a casa de clases, escucho por nuevos espías, hago toda mi tarea, y
luego vuelvo a mi radio o televisión y escapo. Esperaba que esto diera
una ilusión a las personas siguiéndome de que estaba en casa siendo
aburrida y no fuera, ya sabes, haciendo cosas que no deberían
físicamente ser posibles. Esperaba que eso les hiciera pensar que
alguien más era El Ángel de Chelsea, sin embargo, dudaba que esas
personas aburridas fueran así de tontos.
Interpretar al superhéroe me daba algo constructivo qué hacer con mi
tiempo y tengo que añadir el bono de mantenerme lejos de las personas
que amaba, así no los pondría en ningún peligro más del que ya lo
hacía. Traté de decirme a mí misma que esas personas de Visticorp no
estaban interesados en ello, pero sabía que una vez estuvieran listos
para venir detrás de mí utilizarían cualquier medio necesario para
hacerme hacer lo que ellos quisieran. Lastimar a las personas que amo
debería estar probablemente en la cima de su lista de métodos
aceptables.
Tres semanas después de toda la cosa había comenzado a estresarme,
solitaria, exhausta, y frustrada cuando vine a casa de clases la tarde del
Viernes. Necesitaba una noche fuera del trabajo de héroe. Fui y tomé
una linda, larga ducha caliente mientras debatía entre ir fuera y
confrontar a las personas haciendo mi vida miserable o saltar en la
cama y conseguir una buena noche de descanso por una vez. Mis
planes fueron decididos por mí cuando vine de regreso a mi habitación
y encontré a Becky y Teddy de pie allí, brazos cruzados, oliendo a
severa determinación.
Pretendí estar sin idea.
—¡Hola, chicos! ¿Qué pasa? 116
Los ojos de Becky se entrecerraron.
—Eso es lo que nos gustaría saber.
El tono de Teddy fue simpático cuando dijo:
—No te hemos visto mucho esta semana.
—O la semana pasada. —Becky estaba un montón más sospechosa,
pero me conocía mejor—. O la semana antes que esa.
—Sólo he estado abrumada con trabajo —le dije a Becky—. Exámenes
parciales y todo eso.
Becky frunció el ceño, pero no podía realmente discutir. Había estado
ocupada también, y ella no tenía ni de lejos la carga de clases que yo
tenía. Ella quería estar molesta, pero no pudo quedarse de esa manera.
Después de jadear unas cuantas veces, suspiró.
—Bueno. Sin excusas esta vez. El juego de mañana es en UC Davis, así
que, desde que no estás viajando, Ryan y yo tenemos la noche libre. Eso
significa que vamos a salir.
Abrí mi boca para discutir, pero antes de que pudiera pensar en una
excusa, Becky sacudió su cabeza.
—Nah-ah. No quiero escucharlo. Acabo de enterarme de que una gran
injusticia se ha hecho. Teodoro nunca ha estado bailando antes y esta
noche es nuestra obligación cambiar eso. No estoy hablando sobre la
lamentable escena que pasas por los dieciocho y hasta salir por la
noche en Sacramento. Estamos yendo a San Francisco.
Mi humor se iluminó considerablemente. No pude evitarlo. Amo bailar.
Debo haber sido una animadora, pero también tomé gimnasia y hip-hop
por años hasta mi accidente. Desde entonces sólo he estado en un
baile: el de graduación. Tuve un momento genial, pero eso no fue lo
mismo como ir a bailar.
Tan adorable como Ryan era, no era un bailarín. No tiene problemas en
bailes lentos conmigo en la graduación, pero cada vez que la música
sonaba, él gravitaba hacia el ponche. Mezclarse en un partido frio es
más su estilo que golpear el escenario de discoteca. He tenido dieciocho
por casi un año ahora y nunca he estado en una verdadera discoteca.
Becky vio la luz ir en mis ojos y chilló.
—¡Sí! —Se giró a Teddy y dijo:
—Está dentro. Debes ir ahora a casa y ponerte tan sexy como sea
posible y luego nos encontramos de regreso aquí en una hora.
Estaremos aquí haciendo lo mismo. Tú y Ryan van a tener las dos citas
más calientes en el planeta esta noche.
Teddy sonrió. 117
—No puedo realmente decir no a una oferta como esa.
Esperé hasta que Teddy se había ido antes de girarme a Becky.
—No es que no quiera ir, pero, ¿estás segura que estás lista para una
discoteca?
Ella comprendió lo que quería decir y se serenó un poco, pero aun así
sonrió.
—Creo que sí. Estaba hablando con Teodoro hace un par de días y en
cierto modo le pedí salir. Como una verdadera cita.
Oh, hombre, era la peor mejor amiga de siempre.
—¿Lo hiciste? No puedo creer que me perdí eso. Beck, lo siento tanto.
Apesto como una mejor amiga.
Becky sonrió.
—Está bien. Estás haciéndolo para mí esta noche.
—¡Por supuesto! —Y lo quise decir. Iba a ser la mejor, más atenta amiga
que nunca, e íbamos a tener diversión—. Entonces, ¿qué sucedió?
—Estaba cansada de toda la espera y preguntándome, así que lo llamé
y le pregunté si quería ir en una cita este fin de semana.
Sostuve mi aliento, esperando por lo que sabía estaba viniendo.
—¿Y?
—Me dijo que no estaba realmente interesado en mí de esa manera,
pero que realmente le agradaba y esperaba que pudiéramos ser amigos.
—Oh, Beck, lo siento tanto.
Becky se encogió de hombros, pero pude ver cuánto estaba ocultando
su decepción. Me sentí terrible por ella.
—Está bien —dijo—. Como que lo había sospechado y estoy contenta de
que fue honesto conmigo. Estoy un poco mal, pero creo que esto es
bueno para mí. Él es un buen chico, y necesito más de eso en mi vida.
No podía discutir con eso.
—De todas formas —continúo Becky—, hablamos por un largo tiempo
después de eso. Él directamente me preguntó sobre Mike y yo terminé
contándole la historia completa. Le dije sobre ti, también. Espero que
no te importe. No le di detalles sobre Derek, pero le dije que tú tuviste
mala suerte con los chicos en el pasado también y eso es como nos
convertirnos en tan buenas amigas. Luego por supuesto terminé
diciéndole la historia completa sobre Ryan y yo siendo amigos y tú
siendo la Reina de Hielo.
—Guau. Él consiguió la historia completa, ¿no es así?
Becky se encogió.
—Lo siento. Es sólo que es tan fácil hablarle y yo realmente necesitaba 118
hablar. No te molesta, ¿o sí?
Pensé sobre ello y luego sacudí mi cabeza. Mi primer instinto fue estar
molesta —mi pasado es un tema sensible —pero entonces decidí que
esto era lo mejor. La única cosa en mi historia probaba —bueno, la
versión de Becky, de cualquier forma –era sólo cuanto Ryan y yo
habíamos estado a través de esto juntos. Tal vez Teddy comprendió
cuanto Ryan significaba para mí ahora.
—Está bien. Sólo lamento que no consiguieras tu hombre.
Becky sacudió mis remordimientos.
—Este fue un buen primer paso para mí. Creo que abrió una puerta. Me
hizo ver que no tengo que estar asustada. —Se detuvo y luego gruño—.
Ugh, ahora sueno como mi terapista. Apuesto a que ella adorara eso.
Sonreí.
—Apuesto que no. Porque eso me suena como si tal vez tú estás lista
para terminar con terapia, y ahora ella no va a ser capaz de hacer
dinero de ti más.
Becky rodó sus ojos, pero luego se giró hacia mí con una mirada
esperanzada.
—¿Realmente crees que estoy lista?
—Beck, creo que estas lista para asumir cada chico en esa disco esta
noche. Especialmente después que hagas tu maquillaje. Tengo
totalmente preferencia por esa cosa de los ojos ahumados.
—Asombroso.
Saqué mi teléfono para llamar a Ryan, y Becky lo enganchó de mi
mano.
—¡Oye, Ry! —Ella pío después de un minuto—. Consigue tu adorable
vestimenta para impresionar. ¡Vamos de discoteca a San Francisco!
Nuestro amigo Teodoro –tu reúnete con el –nunca ha estado bailando.
¿Puedes creer eso? Jamie y yo vamos a quebrarlo.
Su emoción hizo a Ryan reír.
—Asombroso. Será divertido verlas hacer las tontas de ustedes mismas.
Las bromas de Becky y Ryan siempre me hacían sonreír. Era algo
similar a la rivalidad entre hermanos.
—¡Cállate! —Becky rió—. No lo haremos. ¿Nunca has visto a tu chica
quebrar un movimiento?
Jadeé, sabiendo donde estaba yendo esto.
—¡Becky, no te atrevas!
Becky sonrió malvadamente y luego se retorció lejos de mí cuando lancé
un golpe por el teléfono. 119
—Es de poco conocimiento el hecho que Jamie Baker tiene locas
habilidades de baile. ¿Conoces esa escena en los Ángeles de Charlie que
amas tanto?
La voz de Ryan sonó extramente alegre cuando dijo:
—¿Cameron Díaz bailando en su ropa interior?
—Sí, esa —dijo Becky y me sopló un beso desde el otro lado de la
habitación—. Eso es lo que es compartir el cuarto con tu novia. Ella
siempre está bailando, y es increíble en ello. Está yendo a matar en la
pista de baile esta noche.
Pude sentir el rubor arrastrándose en mi rostro. Todo lo que Becky dijo
era cierto, pero era un hecho que no había compartido con Ryan porque
sabía cómo su reacción seria. Y el acoso nunca terminaría.
—Por favor, dime que no estás bromeando —dijo.
Tomé el teléfono de regreso de Becky.
—¡No vayas allí! —le advertí.
—¿Cómo no supe esto sobre ti?
—Lo que una chica hace en su propio dormitorio es privado.
—Oh, de ninguna forma. Estoy consiguiendo una presentación tan
pronto como sea posible.
—Sí, eso ocurrirá el día que reviente en el disfraz de la Mujer Maravilla.
—Eso puede ser arreglado.
Gruñí y luego saqué mi lengua a Becky.
—Esto es todo tú culpa, ¡traidora!
Ella aplicó labial a sus labios y me sopló otro beso.
—Me amas. Dile a Ryan que se apresure. Le toma más tiempo para
acicalarse de lo que yo hago, ¡estamos yéndonos en cincuenta minutos!
—Dile a Becky que es físicamente imposible arreglarse más tiempo de lo
que ella hace —dijo Ryan, teniendo escuchar lo que Becky gritó—. Ella
está sólo celosa porque mi calentura es natural y la suya requiere todo
el esfuerzo.
—Lo que sea. Díselo tú mismo cuando llegues aquí. Encuéntranos en
mi dormitorio en cincuenta minutos.
—Estaré allí en treinta en mis zapatos de baile.
Bufé.
—Eres propietario de algo que no sea elípticas y zapatillas.
—Divertido, nena. Sólo asegúrate de arreglarte a ti misma extra
ardiente. No quisiera te sientas insegura estando allí de pie en la
presencia de mi calentura toda la noche. 120
Bufé de nuevo.
—¿Quién podría siquiera notar tu calentura con tu ego tomando todo el
espacio?
Ryan río, orgulloso de su arrogante forma.
—Media hora —dijo, y luego mantuvo su promesa.
Becky y yo estábamos casi lista a irnos cuando Ryan se presentó.
—Mira quien todavía está consiguiendo prepararse —bromeó con
Becky.
—No vas a quejarte cuando veas que le he hecho a tu novia. — Becky
paseó en el medio de la habitación, arrastrándome con ella, y nos hizo a
ambas dar un giro —. ¿Qué opinas?
Ryan parpadeó.
—Guau. Ustedes chicas se ven…—Su voz se cortó cuando sus ojos se
arrastraron arriba de mi cuerpo. El hambre mostrada descaradamente
me hizo estremecer.
Tal vez podamos omitir el baile.
—Caliente, ¿cierto?—preguntó Becky después de aclarar su garganta.
Antes de que Ryan pudiera sacudirse a sí mismo completamente de su
trace, Teddy golpeó en la puerta. Le hice señas para que entrara y se
tropezó sobre sus propios pies cuando me vio.
—Guau. —Sus ojos se iluminaron sólo lo suficiente para hacerme
mirarle. Encontró mi ceño con una sonrisa y luego parpadeó sus ojos a
Ryan y sacudió su cabeza.
—Tienes que ser el idiota más afortunado en el planeta.
Ryan río y palmeó su mano en el hombro de Teddy.
—Eso no es suerte, amigo. —Dio un paso hacia delante y me recogió en
sus brazos—. La llevé por buena lid3.
Cuando luego procedió a besarme sin aliento, murmuré:
—No diría que nunca juegas limpio.
Teddy suspiró.
—Vamos —dijo sosteniendo la mano de Becky—. Vámonos antes de que
se ponga asqueroso de nuevo.
Después de que Teddy hizo un jaleo sobre la belleza de Becky también,
finalmente nos atiborramos en mi Toyota y nos dirigimos para San
Francisco.
121
*****
Quería tener un gran momento en el club, realmente lo hacía.
Necesitaba dejar salir un poco de vapor y recordar que podía tener
diversión de vez en cuando. Pero aquí está la cosa: súper poderes y
discotecas no se mezclan. Debería haberme dado cuenta de esto mucho
antes de caer dentro del club atestado, pero había estado tan
emocionada de ir que nunca consideré que estaba poniéndome a mí
misma dentro.
Primero que todo, no lo tengo que decir en voz alta. Hola, ¿súper oídos?
Pasé la mitad de mi vida luchando con dolores de cabeza y la otra mitad
corriendo fuera del medio de donde sea, sólo para escapar de ruido. Sip,
puedo enfocar mi oído, pero no puedo realmente apagarlo
completamente. El ruido es más difícil para que me concentre en nada.
Segundo que todo – y éste puede ser peor que la charla que provoca
migrañas y tecno –tengo un elevado sentido del olor. Cientos de
personas sudorosas, todas empapadas en perfume, colonia, o colonia
después del afeitado, empacado en una habitación no es un viaje a
Sephora 4 , si sabes que lo quiero decir. Sin mencionar el abrumador
hedor de alcohol.

3 Significa que por buenos medios, sin hacer trampa.

4 Sephora: Es una línea de cosméticos francesa


Lo aguanté por un pequeño rato, pero después de casi una hora, mi
cabeza dolía tan mal que estaba defendiéndome de los apagones.
—No te ves muy bien —gritó Ryan sobre el ruido.
—Estoy tentada a añadir el olor a vomito proveniente del baño de
mujeres.
Ryan miró alrededor del club con comprensión.
—¿Por qué no conseguimos algunas bebidas y vamos fuera por un rato?
Miré hacia el bar lleno de gente e hice una mueca.
—¿Qué sobre ti consiguiendo las bebidas y me encuentras en frente?
La preocupación de Ryan se duplicó.
—¿Así de mal?
Sólo pude asentir.
Ryan besó mi cabeza y me envió hacia la salida.
—Estaré justo detrás de ti.
122
Allí afuera estaba un grupo de personas fumando por la entrada del
club. Me agaché en el lado del callejón del edificio donde estaba más
tranquilo y la única esencia en el aire era el olor del océano atrapado en
la brisa. Me incliné contra la fría pared de ladrillo y traté de frotar la
tensión fuera de mi cabeza.
—¿Está todo bien, señorita? —Una linda voz de barítono5 preguntó.
—Estoy bien —dije sin abrir mis ojos.
—¿Está segura? ¿Puedo comprarle una bebida?
Ahora miré al chico. Era guapo, alguien que la mayoría de las chicas
sería feliz de dejarse golpear encima de ellas. Tiene cabello castaño
corto, ojos marrones, una linda sonrisa, y un traje que gritaba rico y a
la moda. Apuesto a que había un Porsche en algún lugar allí fuera con
su nombre en él.
Dudo que nunca haya sido rechazado y me pregunté cómo lo tomaría.
—¿No eres un poco mayor para estar husmeando a mi alrededor?
Sip, pude haber sido más linda, pero no me gusta el hecho que este
chico parecía cerca de los treinta y estaba con una de dieciocho años y
señalando fuera a una chica sin esa muñequera identificándola como
alguien en la edad legal de beber.
Los labios del hombre se curvearon.

5 Barítono: Cantante que tiene la voz de registro intermedio entre la de tenor y la de


bajo.
—No quise ofenderte. —Allí había una risa en su tono—. Sólo soy un
ciudadano preocupado. Te vi dentro. Parecía como si estuvieras a punto
de desmayarte. ¿Y para que conste? Sólo tengo veintinueve, que no es
viejo.
—Bueno, no tengo siquiera diecinueve todavía, lo que es un montón
menos vieja que tú, y no soy lo suficientemente cercana para estar
aceptando bebidas de extraños.
Ahora el hombre sonrió.
—Nada ilegal sobre beber una Coca Cola.
—Todavía eres un extraño, y casi el doble de mi edad, sólo lo cual tanto
tú sabes es un poco pervertido.
El río.
—Veintinueve no es el doble de tu edad.
—Dije “casi”. —Al parecer, al tipo le gustaba la aptitud. Necesitaba
cambiar mi juego. Desafortunadamente, no era muy buena en eso—.
Gracias por tu preocupación, Pervertido-Extraño-Quien-No-Es-El-
Doble-De-Mi-Edad-Pero-Lo-Suficientemente-Cerca, pero realmente
123
estoy bien. Sólo necesitaba un poco de aire.
—¿Por qué tienes un dolor de cabeza? ¿Estaba el ruido llegándote?
¿Eres una de esas personas quien tiene oídos sensibles o algo?
Mis ojos, que había cerrado de nuevo cuando seguí masajeando mi
adolorida cabeza, parpadearon al hombre de pie en frente de mí. Nadie
hace una pregunta como esa a menos que esté pescando por
respuestas.
Estudié al tipo de cerca. No lo reconocí, pero tenía la misma mirada
libertina sobre él como los otros que han estado espiándome. Era uno
de ellos. Estaba segura de ello.
—Camino a ser sutil, idiota.
—¿Disculpa? —El chico pareció tan sorprendido que me reí. Tiró de su
collar y pude oler el sudor nervioso reuniéndose en su frente. El idiota
probablemente estaba conectado e hizo el tonto de sí mismo en frente
de su jefe.
—¿Oídos sensibles? —pregunté, empujándome a mí misma fuera de la
pared. Estaba lista para correr o cargarlo si era necesario—. Ustedes
chicos finalmente hicieron contacto después de espiarme por semanas
y, ¿esa era tu línea? Tengo que decir, estoy un poco decepcionada. Al
menos Murphy me tenía pensando que era un reportero tonto.
El tipo jadeó cuando mencioné a su compañero por su nombre. Luego
escuché una voz brusca decir: ¿Qué diablos? Y noté la pequeña pieza de
plástico en el oído del extraño.
Apreté mis manos en puños y mi collar comenzó a brillar. Tomé una
respiración profunda, luego agarré la muñeca del tipo.
—Eso sonó como Demakis. ¿Era ese Demakis? —Presioné un botón en
el reloj del chico y dije:
—¿Qué es lo importante, Demakis? ¿Tú y Reynolds no quieren venir a
bailar? ¿O estás dentro manteniendo un ojo en mis amigos? Ya sabes,
estoy poniéndome realmente enferma de esto. No sé lo que ustedes
chicos quieren de mí, pero no van a conseguirlo. Operación Acechar a
Jamie termina ahora, o vamos a tener problemas y confía en mí, no
quieres tener problemas conmigo.
Sonreí a mi estupefacto nuevo amigo.
—Lo siento, no conseguí tu nombre.
—Lorenz —dijo, demasiado asombrado para hacer cualquier cosa sino
responderme.
—Bueno, Lorenz, esto ha sido divertido. Deberías totalmente llamarme
alguna vez. No.
Le di a su mano una buena sacudida, pero no pude resistirme de dejar
124
mi agarre de convertirse eléctrico. Le dio sólo lo suficiente de una
sacudida para hacerlo caer de rodillas. Debo ser sádica, porque parte de
mí disfrutó el sonido de su laboriosa respiración cuando caminé lejos.
Debí probablemente haber notado el sonido de Lorenz poniéndose de
pie y sacar un arma si no hubiera estado escuchando la voz preocupada
de Ryan llamando mi nombre.
—Estoy aquí —llamé justo cuando el rodó la esquina en el callejón.
—Oye, ¿está todo bien? Pensé…
Jadeó y repentinamente me tacleó al suelo, protegiéndome con su
cuerpo justo cuando el sonido de un arma silenciosa disparó.
No perdí un segundo. Me giré, lista para empujar a Ryan fuera del
camino de cualquier bala y ocuparme de Lorenz antes de que pudiera
disparar otra, pero lo que vi me paró en seco.
Flotando, congelado en el aire a sólo cinco pies de mí estaba el dardo
que acababa de ser disparado del arma de tranquilizantes de Lorenz. La
vista era tan imposible –imposible incluso para mis estándares— que no
me di cuenta qué estaba pasando hasta que el dardo se giró alrededor y
se hundió en la suave piel del cuello de Lorenz.
Ryan y yo nos miramos el uno al otro en shock y luego notamos a Teddy
de pie detrás de nosotros, su mirada asesina concentrada en Lorenz.
Sus manos estaban extendidas en frente de él como si estuviera
utilizándola para enviar el dardo de regreso a la persona que lo había
disparado. Tal vez lo hacía.
Lorenz miró salvajemente a Teddy cuando alcanzó el dardo, pero el
veneno que fuera con el que estaba enlazado era extremadamente de
acción rápida. No consiguió una sola palabra antes de caer al piso en
un montón.
Me quedé allí, mirando a su durmiente forma. ¡Era imposible! Lorenz
sólo había sido detenido… ¡con súper poderes! ¡Pero no los míos!
—Jamie, tenemos que conseguir salir de aquí —susurró Teddy en una
voz con pánico cuando me sacudió de mi aturdimiento.
Mis ojos se reunieron con los de Ryan, comprensión finalmente
atrapándonos. ¡Teddy era como yo! Bueno, no exactamente como yo,
pero, ¡tenía poderes! ¿Cuán posible era?
—¡Tú hiciste eso! —dije, finalmente rompiendo la mirada asombrada de
Ryan para encontrarme con la ansiosa de Teddy—. ¿Cómo hiciste eso?
¿Qué hiciste?
Teddy sacudió su cabeza y comenzó a arrastrarme por el brazo fuera del
callejón.
—No importa. 125
—¡El infierno que no! —Tiré de mí misma libre de su agarre.
—¿Quién eres?—preguntó Ryan.
—Ustedes chicos, Jamie, ¡por favor! —suplicó Teddy —. Prometo que lo
explicaré, pero necesito salir de aquí. No puedo estar aquí cuando ese
chico despierte. Puede tener amigos.
Eso me sacó de ello. Lorenz tiene amigos. Donde estaba un subordinado
de Visticorp, usualmente había otros. El tranquilizador tomó efecto en
Lorenz antes de que pudiera reportar lo que sucedió, pero sabía que
Demakis había estado escuchando desde alguna parte cerca. Reynolds
tiene que estar alrededor, también.
Probablemente manteniendo un ojo en… mi estómago se retorció.
—¿Donde está Becky?
—Todavía adentro.
—¿La dejaste sola? —chillé.
—Estoy seguro que está bien. Dijo que iba a ir al baño así que vine a
comprobarte. No te veías muy bien antes.
Saqué mi teléfono mientras comenzaba a arrastrar a Ryan de regreso a
la entrada del club. Mi corazón se ralentizó un poco cuando respondió.
—¿Oye, Beck? ¿Puedes encontrarnos en frente? Tenemos que irnos.
—¿Todo está bien? —respondió.
—Sip. Sólo tenemos que irnos. Ahora.
Teddy tiró de mí para detenerme justo antes que de fuera de regreso
dentro del club lleno de gente. Él estaba frenéticamente escaneando
nuestros alrededores. Estaba asustado y paranoico.
Conocía la sensación.
Comprendía esa sensación de pánico que él estaba experimentando,
sabiendo que acababa de revelarse a sí mismo. Conocía exactamente
cuán importante era para él no estar en ninguna parte cerca de aquí
cuando Lorenz despertara. Probablemente comprendía mejor de lo que
él lo hacía.
Estoy segura de que Teddy pensó que había rescatado a Ryan y a mí de
un asaltador al azar. No tenía idea que el hombre en el que él utilizaba
sus poderes era un peligroso “experto en recuperación” de una malvada
corporación que estaba muy interesada en él ahora.
Tuve que sentarme cuando me di cuenta del tipo de peligro en el que
acababa de poner a Teddy. Visticorp había estado allí por mí. Ellos no
tenían la menor idea de que Teddy era cualquier cosa menos humano —
yo no lo hacía, tampoco— pero ellos seguro lo saben ahora, y vendrían
detrás de él tanto como seguramente estarían de nuevo detrás de mí. 126
Él acababa de arriesgar su vida en un atentado para salvar la mía, sin
saber que yo era más que capaz de cuidar de mí misma.
Teddy se puso en cuclillas en frente de mí.
—¿Estás bien?
—Estoy bien.
Los ojos de Teddy se suavizaron y me dio una sonrisa condescendiente.
—Trata de no estar asustada. Te lo prometo, te mantendré a salvo.
¿Puedes quedarte en calma para mí?
Levanté la mirada a Ryan como para decir: ¿Es enserio?
Ryan me guiñó el ojo y dio un paso alrededor de Teddy para ayudarme a
ponerme de pie.
—Lo tomaré desde aquí, Teddy. Gracias por vigilar a mi chica.
Teddy se movió a un lado, refunfuñando debajo de su respiración.
—Acabo de salvarles a ambos sus traseros y él todavía consigue la
chica.
Su tono me hizo molestar, pero Ryan se carcajeó. Por supuesto, él no
había estado allí cuando Teddy me pidió botar a Ryan por él. Pensé que
era mejor para todos mantener esa pequeña joya de conversación para
mí misma.
Teddy era inofensivo y Ryan no era del tipo celoso, pero si allí había una
cosa que Ryan no toleraría seria a alguien tratando de alejarme de él.
Tenía la sensación que si el tema incluso salía, Teddy era
probablemente suficiente audaz para admitir lo que él estaba haciendo.
Súper poderes o no, no iría tan bien para él. Ryan podría matarlo.
La conversación cayó, así que utilicé la oportunidad para tratar y
conseguir respuestas. Me giré hacia Teddy y sólo conseguí sacar una
palabra “que” antes de que Becky nos encontrara.
—¡Oigan, ustedes chicos! ¿Está todo bien? —preguntó, preocupación
evidente en su voz.
Teddy no se perdió un latido.
—Jamie acaba de ser atacada.
—¿Qué? —Becky corrió hacia mí y arrojó sus brazos a mí alrededor.
Teddy acababa de darme la apertura perfecta y la utilicé.
—Un hombre con un arma trato de asaltarme, pero Ryan y Teddy me
salvaron.
Teddy negó la mentira, pero creo que era sobre “él y Ryan, ambos
salvándome” parte y no la parte “asaltador al azar”, que es exactamente 127
lo que esperaba que sucediera.
—Estoy bien —dije de nuevo—. Asustaron al chico lejos antes de que
cualquier cosa mala ocurriera.
Cuando Becky procedió a enloquecer sobre las noticias, la arrastré en la
dirección de nuestro auto.
—¡Espera! — dijo—. ¿No deberíamos quedarnos y llamar a la policía?
—No va a hacer ningún bien —dijo Teddy rápidamente—. El tipo ya se
ha ido.
—Sólo quiero irme a casa —agregué.
Teddy, Ryan, y yo sostuvimos nuestra respiración cuando Becky pensó
sobre esto y luego colectivamente respiramos de nuevo cuando ella
asintió. Una vez estuvimos bien fuera de San Francisco y en nuestro
camino de regreso a Sacramento, todo el mundo finalmente se relajó un
poco.
Siempre pensé de mí misma teniendo más que suficiente súper poderes
para una persona, pero cuando conduje de regreso a casa habría
matado por un poco de telepatía. Estaba muriendo por saber que
estaban pensando Ryan y Teddy, y para hablar sobre lo que acababa de
ocurrir.
Hola, ¡no era la única persona en el mundo con poderes! Estas eran
noticias que alteran la vida, hacen temblar la tierra y nosotros tres sólo
teníamos que fingir que todo era normal todo el camino de regreso a la
escuela porque ninguno de nosotros estaba dispuesto a revelar el
pastel a Becky.
Cuando Teddy me atrapó observándolo en el espejo retrovisor por la
billonésima vez, decidió romper el silencio.
—¿Qué estabas haciendo fuera en un callejón? —preguntó, un sermón
en su tono. No era la conversación que había estado esperando.
—¿Tú estabas dónde? —gritó Becky. Me encogí de hombros
defensivamente, mi orgullo herido porque ellos me miraban como una
idiota. No podía explicar que no tengo que estar asustada de lugares
como ese.
Ryan extendió la mano sobre el centro de la consola y apretó mi mano.
Estaba contenta de que al menos una persona me comprendía.
—No estaba sintiéndome bien —respondí finalmente—. Necesitaba aire
fresco, pero allí estaba una tonelada de personas fumando todo tipo de
cosas por la puerta.
—Entonces, ¿tú vagaste en un callejón oscuro por ti misma en el medio
de la noche? —espetó Becky—. ¡Eso fue estúpido, Jamie!
No envidiaba su ira. Sólo estaba asustada por mí, y desde su
perspectiva era estúpido. He estado a través de la misma clase de 128
autodefensa que ella tuvo durante el verano. Allí hubo más que un
sermón de no hacer cosas estúpidas, tanto como vagar sola en la noche
en lugares oscuros, retirados.
—Sip —agregó Teddy secamente—. Fue bastante MJ6 de ti.
Levanté una ceja a Teddy en el espejo retrovisor.
—¿Referencias de historietas?
Teddy me deslizó una astuta sonrisa, sus ojos bailando con risa. Estaba
obviamente disfrutando de la broma privada.
—Tengo una cosa por lo súper héroes. ¿Qué puedo decir?
Ryan y yo compartimos una mirada incrédula. El agarre de Ryan en mi
mano fue un poco más apretada, pero me encontré a mí misma
sonriendo de regreso a Teddy.
—¿Un friki de computadora en historietas? —bromeé —. Cuan original.
La sonrisa que Teddy me dio fue devastadora. Él no podría haber estado
más feliz de que yo estaba bromeando con él sobre su poder. Comprendí
esa sensación, también. Ryan había estado haciéndolo ligero de mis
poderes por casi un año ahora, aunque yo todavía estaba atrapada
fuera de guardia cada vez que él lo hacía. Me pregunté si cualquiera
había nunca bromeado sobre los poderes de Teddy con él antes.

6 MJ: Se refiere a Mary Jane Watson “Del Hombre Araña”


—¿Me estás llamando cliché? —bromeó de regreso—. Eras la única que
estaba pasando el rato en un callejón oscuro. Esa es la clásica
“damisela en apuros”.
—Sip —intervino Becky, aparentemente terminó de estar molesta
conmigo. La ligera atmosfera había facilitado algo de su tensión—. ¿Qué
estabas haciendo, esperando que el Ángel de Chelsea se presentara y te
rescatara?
Ryan y yo invisiblemente nos tensamos. En toda la emoción del
descubrimiento de los poderes de Teddy, casi olvidé sobre mi propia
hortera obsesión con los personajes de historietas.
Repentinamente, no estaba de humor para bromear más. Me forcé a mí
misma a relajarme, pero cuando miré en el espejo de nuevo no me gustó
la forma en que Teddy estaba observándome. Estaba sonriendo, pero no
pude evitar sentir que allí estaba un brillo conocedor en sus ojos. Sé
que era sólo mi paranoia corriendo sobre marcha, pero mi corazón
todavía golpeteó en mi pecho a pesar de todo.
—Eso habría sido tan genial si realmente sucediera —dijo Becky con
todo su energía jovial de regreso. Hablar del Ángel de Chelsea siempre 129
la ponía emocionada. Era una de las razones por la que la he evitado
tanto como fuera posible estas últimas semanas. La nación entera
había sido atrapada en la imposibilidad del Ángel de Chelsea y Becky
tiene “fiebre del ángel” peor que nadie.
—Sí. —Teddy estuvo de acuerdo—. Ser salvado por un súper héroe seria
definitivamente caliente. ¿No piensas así, Jamie? —Cuando atrapó mi
mirada, sonrió—. Tal vez no tan caliente como tú, desde que ella es una
chica y todo. Sin embargo, supongo que es afortunado para tu novio
que lo sea, porque si algún asombroso chico con súper poderes viniera
a tu rescate, tú totalmente le debes un beso de agradecimiento por
salvar tu vida.
De acuerdo, tensión ida. Reemplazada con molestia leve.
Traté de atrapar la atención de Ryan, pero él estaba demasiado ocupado
enviándole a Teddy miradas severas. Supongo que no era la única en
ponerse cansada del hecho que Teddy había estado coqueteando
conmigo en cada oportunidad que tenía esa noche.
—Eso habría sido tan caliente —bromeé a Teddy. Si él iba a jugar este
juego, entonces yo iba a jugar de regreso—. Yo definitivamente sería
una desahuciada si fuera incluso salvada por algún gran, fuerte,
hermoso chico con súper poderes. Oh, ¡espera! ¡Eso sólo sucedió! —
Tuve que apretar la mano de Ryan para conseguir que me mirara de
regreso. Cuando lo hizo, me incliné y rápidamente bese su mejilla—. Mi
héroe.
Ryan definitivamente apreció la atención. O eso, o le gustó el ceño que
acababa de poner en el rostro de Teddy.
—Um, discúlpame, ¿quién es tu héroe? —preguntó Teddy —. Te salvé
esta noche. Él no hizo nada. Y no me importa cuan grande y fuerte es,
él no tiene súper poderes.
Por supuesto que yo estaba así de cerca de rostizar a Teddy, pero
estuve sorprendida de ver a Ryan frunciendo el ceño. No es como si él
dejara a las personas molestarlo.
Determinada a ganar lo que sea que Teddy y yo estábamos
combatiendo, le sonreí a él en el espejo.
—No cualquier súper poder que tú conozcas.
Teddy arrugó su nariz.
—¿Por qué haces ese sonido tan sugestivo?
—¿Tal vez porque yo estaba siendo sugestiva? Mi hombre tiene todo tipo
de súper poderes.
—¡Oh, asqueroso, Jamie! —gritó Becky, lanzando sus manos hacia sus
orejas como si hubieran sido quemadas—. Ryan es prácticamente mi
hermano. Es lo suficientemente malo tener que observarlo hacerlo
contigo todo el tiempo. ¡Conoces las reglas! ¡Absolutamente sin detalles
130
de dormitorio! ¡Nunca! ¡Vomitaré!
Ryan y yo nos reímos, lo que hizo a Becky mirarnos. Me sentí en cierto
modo mal porque conocía que el pensamiento de Ryan y yo la
asqueaba, pero era peor porque Teddy estaba ahora hundido en su
asiento haciendo pucheros cuando miraba fuera de la ventana.
—De acuerdo, tema diferente —dijo Becky, teniendo un último
estremecimiento de disgusto—. De regreso al Ángel de Chelsea. Chica o
no, me desmayo tanto como sobre ella si me rescata como lo haría con
algún bombón total.
—Escuché que el Ángel de Chelsea es una bombón total —dijo Ryan,
entonces se río a la mirada en mi rostro —. ¿Viste esa entrevista con
esos dos tipos de secundaria que rescató la semana pasada?
—¿Los que empujó de ese auto hundiéndose después que lo habían
robado y conducido dentro del lago? —preguntó Becky.
No pude quedarme más en silencio.
—Esos chicos era idiotas.
—Sip —razonó Ryan—, pero su apodo para el Ángel de Chelsea está
comenzando a pegar.
Quise golpearlo por traer eso.
—¿Súper nena?—me burlé—. ¿Estás tomándome el pelo?
Teddy decidió dejar de hacer pucheros y ró a mi molestia.
—¿Tienes algo mejor en mente?
—No. Pero, ¿Súper Nena? —Pude sentirme a mí misma mirando y supe
que debí parecer demasiado sensitiva al nombre, pero no pude
evitarlo—. Es insultante. Nuestra especie debería ser más evolucionada
que eso.
Becky río.
—Le das a los humanos demasiado crédito. Allí en el sitio web de ‘LA
Times’ justo ahora están preguntándole al público qué nombre es
mejor. Es un voto bastante apretado.
—Y entonces allí está también ese tipo billonario playboy ofreciendo a
Súper Nena un millón de dólares para pasar el fin de semana en Taití
con él —agregó Teddy amablemente.
—¿Qué?—jadeé, asombrada.
Ryan río hacia mí debajo de su aliento. Lo miré.
—¿Sabes sobre eso?
—Sip. Los chicos estaban hablando todo sobre ello en la práctica el otro
día. Estaban quejándose de tipos ricos que tienen toda la suerte.
131
Ryan se río de nuevo ante mi expresión. Estaba disfrutando de esto
demasiado. Si no era cauteloso, iba a conseguir ser cargado.
—Vi su foto. Es realmente bien parecido —dijo Becky—. Me pregunto si
ella lo hará.
Estaba tan consternada por la idea que solté:
—¡Por supuesto que no! —Sin pensar. Cuando Becky y Teddy me dieron
miradas divertidas, traté de encogerme de hombros—. Quiero decir,
espero que no lo haga. Quien cree ese tipo que es, ¿Christian Grey?
Teddy pareció realmente divertido por esto.
—¿Estás diciendo que no irías a un exótico escape de fin de semana con
un bien parecido billonario? ¿Ni siquiera por un millón de dólares?
—Um, no. Si fuera el Ángel de Chelsea, freiría su pomposo trasero más
rápido que de lo que él pueda decir “cincuenta sombras”.
Teddy se encontró con mi mirada y me dio una sonrisa que me puso
nerviosa.
—Lo creo con tu genio —dijo—. Afortunadamente Súper Nena tiene más
control que tú.
Ryan bufó a eso, y lo habría codeado si pudiera alcanzarlo sobre el
centro de consola.
—Si fuera ella, freiría a quien me llamara Súper Nena, también —
murmuré, y esta vez todo en el auto se río.
Molesta, busqué en la radio realmente alta a la a estación Cuarenta
Principales. Todos captaron la indirecta. La única conversación el resto
del camino a casa fue un montón de desagradables canciones fuera de
tono.

132
»Capitulo 14
Traducido por Jhos
Corregido por Fer_rdn
Suspiré cuando giré el auto fuera y miré fuera de la venta frontal a mi
edificio de dormitorios. No sé como Ryan, Teddy, y yo íbamos a
sacudirnos a Becky sin que ella lo notara, pero lo necesitábamos.
—¿Beck? —pregunté—. ¿Vas a estar bien si te abandonamos esta
noche? ¿Después de lo que pasó?
Becky suspiró.
—¿Cuándo no supe que esto estaba viniendo? —La sonrisa que me dio
me llenó con alivio—. No te culpo por querer quedarte con Ryan esta
noche. Ve. Estaré bien tanto como Teddy me acompañe a mi puerta y
compruebe mi armario por monstruos antes de irse.
Teddy se encontró con mis ojos en el espejo. 133
—Vamos —le dije—. Sé un caballero y acompaña a la chica bonita a su
puerta.
Teddy aun dudaba. La mirada que me disparó claramente imploraba
que yo estuviera aquí cuando regresara.
Por favor. ¿Cómo si pudiera zafarme de él antes de que consiguiera
repuestas? Le di un apenas perceptible asentimiento, asegurándole que
no planeaba ir a ninguna parte. Ryan se dio cuenta del intercambio y
repentinamente espetó.
—No, Beck, tú y Teddy deberían salir. —Sorprendiéndonos tanto a
Teddy como a mí. A nuestras miradas interrogantes se encogió de
hombros—. Son apenas las once —dijo—. Sólo porque nuestra noche
terminó, no significa que la de ellos tenga que terminar.
Ryan se dio la vuelta completa en su asiento y sonrió una gran, sonrisa
farsante a Teddy.
—Algunos de los chicos estaban hablando sobre una fiesta esta noche.
Becky puede llamar a Sean. Él sabrá donde es.
El rostro de Becky se iluminó.
—¿Están seguros que no quieren venir, también?
Sacudí mi cabeza.
—Lo siento. Ser asaltada por algún tipo con punta de pistola mató mi
humor para fiestas. Además, no estaba sintiéndome bien antes de que
fuera atacada, ¿recuerdas?
Becky no preguntó eso en absoluto. Me dijo que me veía horrible
muchas veces en el club esta noche.
—No estoy realmente de humor para ir tampoco —dijo Teddy. Envió
una mirada mordaz a Ryan, pero lo cubrió tan rápidamente que no
estuve segura de que la hiciera. Al menos no lo estuve hasta que dijo—.
Estar bebiendo cerveza con un montón de atletas idiotas no es
exactamente mi idea de un buen momento. —Apenas tuve tiempo para
estar insultada en nombre de Ryan antes de que Teddy le disparara una
sonrisa igualmente falsa y dijera—. Sin ofender.
Le tomó un minuto a Ryan para responder, y el “No importa” que se las
arregló para decir sonó peligroso. Cualquiera debería haber estado
asustado por eso, pero Teddy se rehusó a dar marcha atrás,
quedándose en una épica batalla de miradas con él.
La tensión entre los dos era tan espesa que Becky y yo sólo pudimos
sentarnos allí y mirar de uno al otro.
—Bieeeeen, entonces —dijo Becky y tiró a Teddy del auto—. Teddy
acompáñame a mi puerta.
134
No fue una petición, y juzgando la mirada en el rostro de Becky, Teddy
iba por una buena conferencia. Vocalicé un silencioso “gracias” en su
dirección y ella sonrió.
—No te preocupes. Lo enderezaré.
—¿Qué significa tu “enderezarme”? —gruñó Teddy cuando Becky lo
arrastró fuera. Literalmente lo arrastró. Tenía un puñado de su
chaqueta. Justo antes que fueran dentro del dormitorio escuché a
Teddy decir:
—¿Qué? Ese chico es un filete. Jamie es demasiado buena para él.
No pude haber estado más orgullosa cuando Becky golpeó la parte
posterior de su cabeza y le dijo que se comportara. Sí, él definitivamente
iba a conseguir enderezarse. Bien.
—No me gusta ese punk —dijo Ryan al momento que Teddy y Becky
desaparecieron dentro.
Suspiré. Me gustaba el tipo, realmente lo hacía, pero, ¿qué se supone
que hiciera con él?
—Ry, él es inofensivo. Es como un cachorrito perdido que necesita un
buen hogar.
—Sí, bueno, no necesariamente tienes que ser tú quien lo adopte.
—¿Estás celoso? —Tuve que reprimir una carcajada—. ¿De Teddy?
—El tipo coqueteó contigo toda la noche. ¡Justo en frente de mí!
—Entonces, el chico tiene un enamoramiento. ¿Y qué? Una de tus cosas
favoritas que señalas es cuán increíble, ridículamente, patéticamente
enamorada estoy de ti. Sabes que él no tiene una oportunidad. Lo
siento si fue grosero contigo esta noche. Hablaré con él. Pero sólo
tratemos de ignorarlo por ahora. Él es en realidad un buen amigo para
Becky, y tiene poderes, Ryan. ¡Poderes! ¡Como yo!
—Sip. —El rostro de Ryan se ensombreció—. Esa es la cosa que me
preocupa más. No confío en el.
Eso me sorprendió.
—¿Por qué no? Él tiene un secreto tan grande como el mío. Obviamente
sabe cuán importante es mantenerlo.
—¿Lo hace? —desafió Ryan—. Ciertamente no ha tenido ningún
problema exponiéndose a sí mismo esta noche.
Eso me hizo llamear.
—Salvó nuestras vidas, Ryan. ¡Arriesgó todo por ti esta noche! Hizo lo
que no hice por Mike. Es una mejor persona de lo que yo soy.
Ryan bufó.
—Eso, no estoy de acuerdo con eso. Salvó tu vida, no la mía. Y él lo hizo 135
esperando que estuvieras impresionada.
—O porque no quería verme lastimada. ¿Qué está mal con eso?
Ryan se dejó caer de nuevo en su silla y cruzó sus brazos
apretadamente en frente de su pecho.
—Nada está mal con eso, obviamente… pero, Jamie, ese chico es
peligroso.
Me encogí de hombros.
—También lo soy.
—Sip, pero si te preocupas y no lastimas a otros. Él sólo se preocupa
sobre conseguir lo que quiere… tú.
—No sabes eso.
—¿Y tú sí? ¿Sabes cualquier cosa sobre él del todo? ¿Quién es él? ¿De
dónde vino? Jamie, ¿cuántas personas en el mundo tienen súper
poderes?
—¡Exactamente! —siseé—. ¿No lo entiendes? Él es la única persona que
he conocido… incluso de quién he escuchado… quién es como yo.
Lamento si no te gusta, pero sólo no puedo decirle que se pierda.
Me detuve y tomé una respiración profunda, sorprendida por cuán
exaltada repentinamente estaba. Cuán desesperadamente ya había
decidido que quería a Teddy en mi vida.
—Por favor, Ryan —susurré, mi voz apretada con emoción—. Desde el
segundo en que utilizó sus poderes esta noche sentí algo, una conexión,
aliviada que no estaba completamente sola más.
Ryan parpadeó. Reconocí el dolor en sus ojos y me di cuenta de lo que
acababa de decir.
—Eso no es lo que quise decir. —Me estiré por la mano de Ryan,
temerosa de que pudiera empujarla lejos de mí. No lo hizo, pero no se
encontró con mis ojos—. Lo siento. Por supuesto que no estoy en esto
sola. Sabes cuánto significas para mí, pero no es lo mismo.
Mi voz se rompió y una lágrima solitaria escapó por mi mejilla.
Ryan trató de resistirse, pero nunca ha sido capaz de resistirse a mí
llorando. Resignado, levantó su mano y secó la humedad de mi rostro.
—Nena, lo siento. Sólo… tal vez estoy celoso, pero hay algo sobre él que
no me da confianza. ¿Se presentó de ninguna parte y ocurre que tiene
poderes al mismo tiempo que esta cosa con Visticorp está sucediendo?
Estoy yendo fuera de mi mente con preocupación, Jamie. Estás en
peligro y no sé cómo mantenerte a salvo. Si algo te ocurre…
La voz de Ryan se rompió. Alcancé arriba y ubiqué mis manos en sus
mejillas, empujando su rostro cerca del mío.
—Soy fuerte. No estoy completamente indefensa. Y eres un experto en 136
encontrar soluciones a lo imposible. Podremos averiguarlo. —Presioné
mis labios a los suyos—. Todo va a estar bien.
Nos besamos de nuevo, pero sólo duró un segundo. Teníamos más
sobre lo que hablar antes que Teddy se liberara de Becky, y yo estaba
bastante segura que a Ryan no iba a gustarle.
—Tenemos que decirle a Teddy.
—¿Decirle qué? —preguntó. Pero sabía—. No. Ni siquiera pienses sobre
ello. Sólo porque tiene poderes no significa que podamos confiar en él
con tu secreto.
—Tenemos que. Eso chico del callejón esta noche fue uno de los
matones de Visticorp que ha estado siguiéndome. Vio lo que Teddy hizo.
Teddy esta en un montón de peligro ahora, y no tiene idea. Tenemos
que advertirle.
Ryan sacudió su cabeza.
—No sabemos nada sobre él. Al menos espera hasta que sepamos más.
¿Por favor? Tengo una mala sensación sobre todo esto, Jamie.
No había forma de que pudiera decirle no a él.
—Está bien. Hablaremos con él primero. Averiguaremos más sobre él.
—Traté de aligerar el humor un poco al decir:
—Si bato mis pestañas hacia él unas cuantas veces, probablemente me
dirá todo lo que quiero saber.
—Oye ahora —advirtió Ryan, pero con un tono ligero. Me empujó hacia
el centro de la consola a su regazo—. Sin hacer ojitos a nadie además
de mí. Lo prohíbo.
Reí.
—¿Lo prohíbes?
—Sí. Absolutamente lo prohíbo. —Ryan arrugó su nariz y luego dijo—.
¿Sabes? Creo que Teddy podría haber encontrado mi único defecto esta
noche.
—Imposible. Tú, Ryan Miller, eres completamente perfecto. No tienes
defectos.
—Excepto por el hecho que no me gusta compartir. Te quiero toda para
mí mismo.
Sonreí y envolví mis brazos alrededor de su cuello.
—Eso es lo opuesto a un defecto —dije, y luego me perdí a mí misma en
su beso.
Ni siquiera un minuto más tarde, la puerta trasera se cerró de golpe.
—¿Ustedes chicos realmente tienen que hacer eso cada cinco minutos?
—La voz de Teddy estaba seca con disgusto.
—Si no te gusta, ve a alguna parte más —dijo Ryan y trató de 137
empujarme más apretada contra él.
Me incliné hacia atrás un poco, así él no podía besarme de nuevo.
—¿Trata de ser agradable?
Ryan frunció el ceño, así que puse mis labios fuera en un sexy puchero
y batí mis pestañas hacia él juguetonamente.
—¿Por favor? ¿Por mí?
Ryan suspiró y me dejó subirme de regreso en mi propio asiento. Una
vez estuve acomodada me giré y nivelé a Teddy con una mirada severa.
—¡Tu también! Me prometiste que te comportarías si íbamos a ser
amigos.
—Sí, bueno, eso está probando ser una tarea mucho más difícil de lo
que anticipé. —Pausó y luego me dio una de sus sonrisas engalanadas
con hoyuelos—. ¿Pero el hecho que no puedo resistir golpearte es parte
de mi encanto, cierto?
Odio decirlo, pero el chico estaba en lo cierto. Casi me reí. Si no fuera
por la mandíbula apretada de Ryan, lo habría hecho.
Ryan se giró en su asiento para mirar a Teddy.
—Tú o eres denso o tienes un serio deseo de morir.
Teddy miró a Ryan como si contemplara cuanto de una amenaza era.
Fue claro que estaba seguro que podría tomar a Ryan, a pesar de la
diferencia de tamaños. Intervine antes de que él dijera demasiado.
—Mira, podemos olvidarnos de la testosterona por un rato y discutir el
hecho que detuviste un dardo tranquilizante con tu mente.
Eso fue suficiente para poner serios a todos. No llegamos a la verdadera
conversación hasta que encontramos un Denny’s y tuvimos un café en
frente de nosotros. Fui la única que finalmente lo trajo.
—Entonces… —dije, esperando por Teddy para llenar el obvio espacio
en blanco.
Suspiró.
—Lo que viste es llamado telequinesis.
—¿Telequinesis? —repetí con reverencia.
—La habilidad para mover cosas con tu mente.
Rodé mis ojos.
—Sé lo que es eso, tonto. Sólo no puedo creer que lo tengas. ¿Por qué?
¿Cómo? ¿Sabes que lo causó? ¿Puedes hacer otras cosas, o sólo mover
cosas? —Teddy se río entre dientes a mis preguntas. Pude haber
recitado un millón más. 138
—Sólo mover cosas es suficiente —dijo—. Confía en mí.
Ryan se burló a la parte de “confía en mí”. Le di un codazo, pero luego
me incliné a su lado y le dejé poner su brazo a mí alrededor. Él siempre
estaba más relajado cuando estaba tocándome. Dice que es algo para
hacer con la energía en mi interior que siempre flota en la superficie,
pero creo que es sólo la personalidad de Ryan. Es cariñoso. Siempre lo
ha sido.
Y no hay otro tipo de afecto que él ame más que el mío.
Traté de conseguir que mi mente se concentrara. Tenía demasiados
pensamientos y emociones y preguntas girando alrededor allí dentro.
Así que Teddy no tenía un montón de súper poderes como yo, pero aun
así. ¿Telequinesis? ¿Cuán asombroso es eso? Ese poder es tan poderoso
como mi electricidad, y probablemente un montón más útil.
—No estoy seguro de por qué lo tengo —dijo Teddy sin que tuviera que
preguntar—. Pero estoy bastante seguro que nací con él. Y antes de que
preguntes, no, no lo heredé de mis padres. Han estado igual de
sorprendidos por mis habilidades como yo lo estaba.
El rostro de Teddy se ensombreció a la mención de sus padres. Sentí
que había una historia allí, pero no quería entrometerme. En cambio,
intenté algo que Ryan siempre hacía. Me quedé en silencio, sólo
escuchando, y esperé para que él me diera más. Funcionó. Después de
un minuto, Teddy tomó una respiración profunda y continuó su
historia.
—No recuerdo cuando comenzó, pero he leído del diario de mi madre y
habló sobre cosas extrañas sucediendo cuando sólo era un niño
pequeño. Cuando apenas tenía dos años de edad, mi madre tomaba
algo de mí y lo ponía en lo alto de un estante. Minutos más tarde estaría
en mis manos. Hablaba sobre cosas sacudiéndose y volando a través de
la habitación cuando me molestaba. Escribió que al principio creyó que
nuestra casa estaba encantada. Mis padres eran muy devotos católicos.
Tuvieron un sacerdote viniendo y vendieron la casa y cuando no
funcionó, se mudaron… pero los fantasmas los siguieron.
Noté que Teddy utilizó el tiempo pasado cuando hablo de sus padres.
Esperaba que simplemente se estuviera refiriendo a su estado religioso,
pero lo dudaba.
—Había una entrada en el diario de mi madre la primera vez que
averiguó que era yo. Ella estaba en una escalera recuperando algo del
ático y se resbaló. La atrapé antes de que golpeara el piso. La forma en
que lo describe, era demasiado pesada para mí, demasiado grande para
que yo la sostuviera porque mi nariz comenzó a sangrar, y después de
que la puse abajo me desmayé.
—Guau.
No había querido interrumpirlo, pero estaba tan abrumada por su 139
historia. La idea de un niño con ese tipo de poder, bueno, eso parece
incluso más aterrador que lo que me ocurrió.
Teddy sólo estaba tan atrapado en los recuerdos como yo lo estaba,
pero el parecía demasiado dolido por ello. Quise hacerle sentir mejor.
—¿Te diste cuenta que podrías haberle salvado la vida ese día, cierto?
—El rostro de Teddy se tornó completamente duro.
—Tal vez. Pero también lo terminé.
—¿Qué?
Ryan y yo nos miramos el uno al otro y luego esperamos que Teddy
explicara.
—Después que me desmayé, mis padres me llevaron a muchos médicos,
tratando de averiguar qué estaba mal conmigo. Odiaba a los médicos.
Asustaban, tenían manos heladas, me pinchaban con agujas, y me
engancharon a grandes maquinas. Un día me dijeron que estaban
llevando a otro especialista e hice un berrinche. Tenía tres… eso es lo
que un niño de tres años de edad hace…pero la mayoría de niños de
tres no tienen el poder para tomar el control del auto con su mente.
Traté de girar el auto y tuvimos una colisión frontal con un camión de
envíos. Ambos de mis padres estaban muertos.
Jadeé, mi mano llegando a mi boca. No me di cuenta que estaba
llorando hasta que Ryan me apretó fuertemente y besó el lado de mi
cabeza. Su silencioso “¿Estás bien?” hizo a Teddy levantar la mirada.
Cuando Teddy vio mis lágrimas, casi dejó caer su taza de café en su
regazo.
—¡Por favor, no llores! Fue hace mucho tiempo. En realidad, está bien.
—¡No, no está bien! —Lloré, mi voz rompiéndose en cada otra palabra.
Mi mente fue a Derek por un momento, pero rápidamente giró a mis
padres. Podría haber sido fácilmente cualquiera de ellos a los que
accidentalmente matara, y había sido un millón de veces peor que
perder a Derek. Teddy perdió a ambos de sus padres en un accidente
que él causó. No pude siquiera imaginar cómo debía sentirse.
Sin pensar, extendí mi mano a través de la mesa y agarré en un
apretado agarre de su mano.
—Lo siento tanto —susurré, dándole a sus dedos un suave apretón—.
Nadie debería haber vivido con ese tipo de culpa.
No creo que Teddy estuviera preparado para mi lado emocionalmente
inestable. Siguió farfullando palabras como “um” y “oye.”
Eventualmente comenzó a frotar su pulgar sobre mis dedos en un gesto
que quería ser confortante. Había sido inocente, pero todavía estaba
mal y rápidamente empujé mi mano fuera de él.
Teddy suspiró y tomó otro sorbo de su café. Sus ojos cayeron a su 140
regazo.
—Estoy sorprendido que no me dijeras que no fue mi culpa.
Me encogí de hombros incómoda.
—No hay punto en decirte eso. Ya sabes que fue un accidente, pero
señalar eso no va a llevarse lejos la culpa, ¿o sí?
Teddy levantó sorprendido sus ojos hacia lo míos.
—Nada puede hacer eso.
—Eso es porque no lo dije. Conozco la culpa que estas sintiendo. La
conozco demasiado bien.
Teddy me lo preguntó con una mirada, pero no me empujó por una
respuesta. Especialmente no cuando comencé a llorar de nuevo y Ryan
dijo:
—Está bien, Jamie. No tienes que hablar sobre ello.
Pero para mi sorpresa, quise contarle a Teddy. Sí, prácticamente era un
extraño, pero comprendía exactamente cómo me sentía. Nunca conocí a
alguien quien me comprendiera de esa manera antes. Quise que él
supiera que lo comprendía también, así que mordí mi labio y luego
confesé algo que sólo le había dicho a Ryan y mis padres.
—Cuando tenía dieciséis, maté a mi novio. Sí, fue un raro accidente que
estuvo más allá de mi control, pero aún así fue mi culpa. Derek esta
todavía muerto por mi causa, y nada que cualquiera pudiera hacer o
decir tomara la culpa de mí.
Sentí la sorpresa de Ryan a mi admisión, y pensé que podría estar
molesto conmigo por compartir algo tan personal con un chico que no le
agradaba, pero cuando levanté la mirada a él sólo vi amor, simpatía, y
total apoyo.
Teddy me miró por un momento, procesando lo que acababa de decirle
y comprensión se deslizó sobre él.
—¿El accidente que mencionaste en el hospital?
Asentí.
—¿Estabas conduciendo?
Eso no es lo que mató a Derek, pero le prometí a Ryan que no le
explicaría la verdad sobre mí misma a Teddy todavía, así que asentí de
nuevo, dejándolo creer que sus suposiciones eran ciertas.
—Lo siento —susurró Teddy. Sacudí mi cabeza—. Eres la primera
persona que he conocido que comprende. Cómo se siente.
Una débil sonrisa tiró de los labios de Teddy.
—¿Es algo lindo, no es así?
141
Realmente lo era.
—Sí.
Sonreímos el uno al otro, pero con Ryan sentado allí observándonos
compartir esta conexión, el silencio instantáneamente se convirtió en
torpe. Traté de regresar mi intensidad y dije:
—¿Qué sucedió después que tus padres murieron? —Teddy tomó una
larga respiración profunda—. Los italianos pueden ser supersticiosos.
No muchas personas querían aferrarse a un niño maldito cuando cosas
extrañas ocurren alrededor de él. Fui rebotando de una familia a familia
por los siguientes dos años hasta que algunas personas del Estado me
adoptaron.
—¿Las personas que te adoptaron, saben lo que puedes hacer? —
preguntó Ryan.
Ni siquiera habia pensado preguntar eso. La idea de ser diferente y
tener que ocultarlo todo el tiempo era horrible. Estaba tan agradecida
que nunca tuve que ocultarlo de mis padres. En casa siempre podía ser
yo misma. Era un lindo descanso. Si Teddy no tenía eso, entonces,
¿cuando conseguía ser él mismo?
—Sí, lo saben. Aprendí a controlarlo un poco para el momento en que
vinieron, pero leyeron mi expediente. Sospechaban algo desde el
principio. Trabajaron conmigo, sin embargo. Me ayudaron a aprender
cómo controlarlo completamente.
—Eso es bueno.
Teddy se encogió de hombros de nuevo y fue de regreso por su café.
Dejé el tema, incluso había pensado que tenía un montón más de lo que
quería preguntar. Conseguí la impresión distintiva que a él no le
gustaba las personas que lo adoptaron. Había estado con ellos desde
que tenía cinco, pero no los llamaba sus padres y sus ojos se
convirtieron en una furiosa tormenta de emoción cuando habló de ellos.
Tal vez he tomado de mi padre un poco de paranoia… muy poquito…
porque mi cerebro automáticamente comenzó a crear una historia.
Teddy dijo que eso esas personas habían sospechado la verdad antes
que lo adoptaran, pero él había estado en Italia y ellos eran de los
Estados Unidos. ¿Cómo incluso supieron sobre él? A menos que
estuvieran buscando por extraños casos como Teddy. Me pareció que
tal vez esas personas lo adoptaron a causa de los poderes que él poseía.
Si ese era el caso, ¿ellos trataron de utilizarlo? ¿Siquiera realmente lo
amaban?
Una vez más mi corazón estaba en mi garganta, pero no pude hacer esa
pregunta. Estaba temerosa de la respuesta. Hice una pregunta diferente
a cambio.
142
—¿Otras personas saben sobre ti?
—¿Además de las personas que me adoptaron? —Los ojos de Teddy se
encontraron con los míos, miró a Ryan y luego susurró—. No.
Un largo, pesado silencio se estiró entre nosotros tres.
Sabía cuan gran noticia era. Sabía cómo era tener que decirle a alguien
de tu secreto cuando no estabas seguro de que si podías confiar en
ellos. La misma cosa me había ocurrido, y me puse tan asustada que
casi cociné el auto de Ryan… con nosotros dentro.
Estuve sorprendida cuando fue Ryan quien suavemente dijo:
—No vamos a decirle a nadie.
—Por supuesto que no —prometí.
Teddy susurró una apenas audible. “Espero que no,” y sentí tanto pesar
por él.
—¿Cómo no estás enloqueciendo justo ahora? —pregunté.
—Estoy nervioso —admitió Teddy—. Asustado incluso. ¿Pero qué otra
elección tenía? No podía sólo quedarme allí y que ese chico te disparara.
Ryan y yo parpadeamos, pero estoy segura que nuestros pensamientos
estaban en diferentes recuerdos. Ryan sin duda, estaba pensando sobre
Lorenzo tratando de capturarme, pero yo estaba de regreso en el
hospital con un chico quien nunca caminaría de nuevo porque no hice
lo que Teddy fue lo suficientemente valiente para hacer.
Tuve que limpiar las lágrimas de mis ojos de nuevo. Ryan apretó mi
mano y el rostro de Teddy se suavizó.
—Está bien, Jamie —susurró Teddy—. Sólo estoy nervioso sobre tu
reacción a mí. No estoy preocupado que tu vayas a decirle a las
personas sobre mí. Confió en ti.
No estaba mintiendo. Podía decirlo. Él realmente tenía completa fe en
mí. Ahora eso era algo que no podía comprender.
—¿Cómo puedes? Soy prácticamente una extraña para ti.
El fantasma de una sonrisa cruzó los labios de Teddy mientras sorbía
su café.
—Llámalo un… presentimiento.
Realmente, realmente no me gustaba el sonido de eso. A Ryan tampoco,
porque su cuerpo se puso rígido junto a mí. Ryan claramente todavía no
confiaba en él, y juzgando de la forma en que los ojos de Teddy
siguieron desplazándose a Ryan, esa desconfianza era completamente
mutua.
—¿Un presentimiento? —pregunté escéptica—. No es que Ryan y yo no
seamos dignos de confianza, pero tu vida está ahora en nuestras
manos. Ese tipo de confianza no es ganada basada en presentimientos. 143
No por mí de todas formas, y dudo que por ti tampoco.
Teddy levantó uno de sus hombros y lo dejó caer, otra apenas
perceptible sonrisa jugando en las esquinas de sus labios.
—¿Qué quieres que diga? Sólo sé que puedo confiar en ti.
Eso puso una sonrisa en mi rostro y alcancé a través de la mesa para
apretar la mano de Teddy de nuevo.
—Puedes confiar en nosotros. Lo prometo. Gracias por hacer lo que
hiciste esta noche.
Teddy fue inmediatamente de regreso a su café, tratando de ocultar sus
sonrosadas mejillas detrás de su taza. Era adorable.
Cuando llegó el silencio de nuevo, se sintió como un buen lugar para
terminar la conversación por la noche.
Nunca he querido decirle a alguien la verdad sobre mí tan malamente
antes. Estaba desesperada por decirle. Él era la primera persona que
nunca he conocido quien me agradaba. Tenía habilidades que ningún
humano debería tener. Quería intercambiar historias y hablar sobre
tantas cosas que nadie más en el mundo podría nunca comprender.
Claro, mis padres y Ryan eran de apoyo y simpáticos, pero nunca
podrían realmente comprender lo que estaba atravesando. Teddy podía.
Era mejor irse antes de que derramara todo.
—Bueno, estoy exhausta. Realmente no estoy sintiéndome bien en el
club esta noche. Creo que necesito algún descanso.
—De acuerdo, nena —dijo Ryan, besando mi sien suavemente—. Vamos
de regreso a mi habitación. Sean estará fuera por un rato,
probablemente. Haré una taza de Té Mágico y dejaré que caigas
dormida con alguna película ñoña de chica.
Sonreí de oreja a oreja.
—Suena como el cielo —dije, a través de un bostezo. Mi cuerpo estaba
relajándose sólo a la propuesta de algún tiempo tranquilo con Ryan.
Ryan se empujó a sí mismo de pie y enlazó sus brazos a través de los
míos. Cuando Teddy no se movió, mire atrás a él.
—¿Quieres un aventón a casa? ¿En qué dormitorio vives, de todas
formas?
No comprendí la mirada en su rostro hasta que sus ojos se desplazaron
a mi mano en la de Ryan. Se forzó a sí mismo a encontrar mi mirada y
luego de alguna forma se las arregló para dar una pequeña sonrisa.
—Ustedes chicos, adelántense. Creo que voy a pasar el rato un poco.
Todo lo que pude hacer fue asentir. El enamoramiento de Teddy por mí
había sido lindo hasta ese momento. Ahora era sólo un corazón roto. Él
144
bromeaba sobre gustarme, pero el anhelo en sus ojos justo entonces no
era divertido. Me sentí horrible por él, pero allí no había absolutamente
nada que pudiera hacer. Mi corazón era de Ryan. Siempre y para
siempre.
Ryan le dio a mi mano un suave tirón. Pude decir que estaba
sintiéndose tan mal por Teddy como yo lo estaba. Con nada, nada para
decir, le di a Teddy una sonrisa de disculpa y nos fuimos sin otra
palabra.
—Argh —gemí una vez que Ryan y yo estábamos de camino de regreso
al dormitorio de Ryan—. Eso apestó. Me siento horrible.
—Bienvenida a mi mundo —dijo Ryan con una mueca.
Debería hacer sido divertido, pero no lo era. Tristemente, Ryan no
estaba siendo coqueto. Él sólo estaba diciendo la verdad. Demasiadas
chicas han estado en los zapatos de Teddy, languideciendo detrás de
Ryan sin una oportunidad en el mundo de que sus sentimientos sean
correspondidos.
—Tal vez puede cambiar su interés —dije—. Podría presentarlo a mis
padres. Si ellos supieran que él gusta de mí, lo tomarían bajo sus alas.
Mi mamá probablemente no oficialmente lo adoptaría en la familia.
Luego tal vez él será capaz de verme diferente. Como sólo un amigo o
una hermana o algo.
—Pero tendrías que decirle sobre tus poderes.
Nivelé a Ryan con una mirada severa.
—Voy a tener que decirle. Y pronto, Visticorp es un problema.
—Sí, pero son un problema para ti, también. Tenemos que hacer algo
sobre ellos de todas formas. Si podemos detenerlos de venir detrás de ti,
entonces no van a ser capaces de venir detrás de él tampoco, y él nunca
tendrá que saber que cualquier cosa estaba siquiera mal.
—Ryan —suspiré—. Quiero decirle. ¿No lo entiendes? Él me agrada.
—Lo que es exactamente por lo que no confío en él. ¿No crees que es
una muy gran coincidencia que las únicas dos personas en el mundo
con súper poderes sólo acaban de conocerse al azar?
—No creo que podamos realmente asumir que Teddy y yo seamos los
únicos. Sí, allí estamos dos de nosotros, entonces allí pueden estar
otros.
—Aún así —discutió Ryan—. Incluso si hay cien personas como tú o
mil… que parece imposible… fuera de las seis mil millones de personas
en el mundo, ¿tú terminas yendo a la misma universidad como otro? No
lo creo.
—¿Qué? ¿Estás diciendo, que nuestro encuentro no fue una
casualidad? Eso es imposible… a menos que él supiera sobre mí y 145
viniera buscándome.
Ryan hizo un rostro, como si dijera que ese era exactamente su punto.
—Divertido, él se mostró justo a la misma vez que los chicos de
Visticorp —dice.
Nunca pensé sobre ello de esa forma. Repentinamente, mi mente corrió
con un millón de posibilidades. No me gustó ninguna de ellas.
Quería decirle a Teddy todo, pero Ryan estaba en lo cierto. No podemos
confiar en él aún. Y desde que no iba a compartir mi secreto con él en
ningún momento pronto, no podía preguntarle ninguna pregunta que
podría ayudarme a averiguar si nuestro encuentro había sido realmente
una casualidad… si él realmente no tenía ninguna pista de quién era y
de lo que era capaz. Mi única opción por ahora era mantener un ojo
cerca de él y aprender todo que lo pudiera sobre él.
—Tienes razón —concedí.
Ryan sonrió.
—¿Cuándo no?
—Estás tan seguro de ti mismo.
Su sonrisa creció más abierta.
—Sólo estaba estableciendo un hecho.
—De acuerdo, ego maníaco… oye, tal vez eso debería ser mi apodo para
ti.
—Apodo cariñoso, Jamie. Se supone que sea algo romántico.
—Lo que sea, Capitán Pantalones llenos de energía. Estamos hablando
sobre Teddy. ¿Cómo vamos a averiguar más sobre él?
—Fácil.
Supe lo que iba a decir antes de que lo dijera.
Asentí, estando de acuerdo con él, pero aún así suspiré.
—Es tiempo de visitar a Carter de nuevo.

146
»Capitulo 15
Traducido por Jhos
Corregido por Fer_rdn
Estaba sentada en los escalones de su edificio con un Coney dog y una
coca cola, cuando Carter finalmente decidió terminar de trabajar por el
día. Como el hombre sigiloso que era, no lo escuché hasta que estaba
justo detrás de mí.
—¿Qué estás haciendo aquí, Jamielynn?
Casi salté fuera de mi piel y me las arreglé para derramar un poco de mi
soda en mi camisa.
—¡Muchas gracias, Carter! —espeté—. Acabo de comprar esta camisa.
—Hice un poco de compras desde que estaba en Nueva York. La camisa
era linda y me había costado una pequeña fortuna.
147
Carter… quien groseramente no se ofreció a pagar por mi lavado en
seco… sacudió su cabeza, decepcionado.
—Todavía tan fácil de acercarse sigilosamente.
—Tengo un montón en mi mente —discutí—. Y además, no estaba
escuchándote.
Carter rodó sus ojos y le saqué mi lengua. Nuestra relación no era la
más madura que he tenido. Para él tampoco lo era, probablemente.
—Puedo decirte cuanto amo esas pequeñas visitas sorpresas tuyas. —Si
su voz hubiera sido más seca, habría estado tosiendo arena.
Sonriéndole, levanté el Coney dog en mi mano.
—Au, anímate. Te traje la cena.
Carter miró al Coney dog y frunció el ceño.
—Eso está medio comido.
—Sip, bueno, tuve hambre esperando por ti. Son después de las nueve
de la noche de un sábado. Cuál es el asunto, ¿no hay una dama
especial en tu vida? Otra además de mí, por supuesto.
La mirada que conseguí por eso, totalmente hizo valer la pena este viaje.
—No pierdas la esperanza —bromeé—. Quiero decir, allí fuera debe
haber alguien dispuesto a salir con un gruñón, cínico, grosero,
sarcástico solitario.
Carter bufó.
—¿Otro como tu novio?”
Touché.
—¿Te resulta tan inquietante como a mí que tengamos tanto en común?
—pregunté.
—Encuentro inquietante que no pueda, al parecer, librarme de ti
aunque me mude cerca de tres mil millas de distancia.
Carter sopesó una bolsa mensajera de uno de sus hombros al otro y
comenzó a caminar por la calle. Rápidamente igualé su paso.
—Apestas, Carter. ¿Qué sería tu vida sin mí en ella?
—Pacifica —gruñó Carter.
Me reí y luego traje mi delicioso chili y cebolla que cubrían el Coney dog
a mi boca. Antes de que pudiera tomar otro bocado, desapareció de mi
mano. Observé incrédulamente como Carter tomaba un gran mordisco.
Una vez su boca estuvo limpia, observó mi mandíbula floja y juro que
vi uno de sus labios retorcerse. Pero él no podía posiblemente retener
una sonrisa. No a mi costa.
Carter y yo no éramos amigos. Nunca seriamos amigos. No me gustaba
él. En absoluto.
148
—¿Qué quieres, Jamielynn? ¿Por qué estas adulándome con perros
calientes con chili?
—No lo estaba. Esa era mi cena. —Carter rio y terminó lo último de mi
Coney dog—. Todavía quieres algo.
—Correcto, bien. Necesito tu ayuda. De nuevo.
El momentáneo humor de diversión que había existido entre nosotros
se desvaneció y Carter suspiró.
—No soy tu propio buscador personal, Jamie.
—Sé eso. ¿Crees que estaría aquí, asociándome con un reportero?
—Periodista —corrigió Carter, molesto.
—Bien, periodista… ¿si pudiera conseguir las respuestas de Google?
Deberías estar halagado que pienso lo suficientemente alto de tus
habilidades para pedir por tu ayuda.
—Por favor. Sólo soy el único en el que puedes confiar.
—Lo sé. —Fue mi turno de suspirar—. Ryan y yo estamos apreciando la
ironía de eso después de mi última visita a Nueva York. Pero de todas
formas, aquí está la cosa. ¿El chico en la foto que te traje? Su nombre
es Charlie Murphy. Trabaja para Visticorp como un chico quien va a
estudiar personas para ver si serian buenos candidatos para las
investigaciones de Visticorp.
Carter no estaba asombrado aun. Tomó dos pasos más antes que me
diera cuenta que no estaba caminando conmigo.
—¿Cómo supiste eso? —preguntó—. Traté todo y no pude encontrarlo.
—Tengo mis recursos también, ya sabes. Como dije… ¿crees que estaría
aquí si tuviera otras opciones? Eres un último recurso, Carter. Siempre.
Carter se burló.
—Mira, anoche uno de los compañeros de Murphy trató de sedarme y
llevarme a su laboratorio secreto. No es genial. Estoy sin opciones,
aparte de ir toda chica homicida en cualquiera que venga cerca de mí.
Necesito saber todo lo que pueda sobre Visticorp, así pueda averiguar
una manera de ponerlos fuera de mi espalda. Dónde están. Diseños de
construcciones. Registros financieros. Historial de empleados. Quién
está a cargo. Qué tipo de “sujetos” están buscando. Y más importante,
cualquier cosa que puedas averiguar sobre Sujeto 4281… alias moi.
Necesito saber lo que saben sobre mí, y quién… si hay alguien… ha
hablado. Necesito saber qué teorías tienen, qué quieren conmigo… todo.
Luego voy a utilizar esa información para destruirlos.
Carter se quedó allí por un minuto, sólo mirándome. Luego me di
cuenta que mi collar estaba brillando. Probablemente mis ojos también,
considerando la forma que Carter estaba jadeando 149
—Lo siento. —Tomé un respiro—. Realmente me molestaron anoche.
—Sí, puedo ver eso. Y ahora desafío tu ira y te molesto incluso más. No
voy a ayudarte, Jamie.
—¿Disculpa? —Tuve que haber escuchado mal.
—No voy a investigar a Visticorp.
—Pero… ¿pero por qué?
¿Recuerdas esa parte sobre Carter trayendo fuera la inmadurez en mí?
Estaba a un pisotón lejos de lanzar un completo berrinche.
—Porque valoro mi vida, y las personas que cavan demasiado en
Visticorp tienden a desaparecer.
—¡Eso es exactamente el porqué deberías ayudarme a hacer eso! No soy
sólo nadie, Carter. Si alguien tratada meterse contigo, ellos tiene que
tratar conmigo. Realmente, realmente odio admitir esto, pero hacemos
un asombroso equipo. Juntos, tú y yo podemos derrotarlos.
Carter levantó una de sus cejas con diversión.
—El súper héroe y el reportero, ¿trabajando juntos?
—¿Ey, hola? ¿Siquiera has escuchado de Clark Kent y Lois Lane? Cada
súper héroe necesita su fiel compañero. Los pequeños reporteros
comadrejas con inagotable curiosidad son el mejor tipo. Toma en cuenta
tu moral floja y eres un compinche de oro.
De acuerdo, tal vez en lo referente a él como mi compañero no era el
mejor acercamiento. Él pareció bastante disgustado a la propuesta.
Pero aún pienso que iría con ello. Él era así. No tiene miedo del peligro o
poner en sus manos un poco de suciedad, y él hace cualquier cosa por
una traer abajo una enorme, respetable compañía como Visticorp…
quien era responsable por unos cuantos incontables premios Nobel… y
exponiéndolos de cosas como secuestro y experimentación en, ¿seres
humanos? De ninguna manera Carter pasaría de esta oportunidad.
—Pasaré, gracias.
De acuerdo, él tal vez consideraría decir no.
—Ve a casa, Jamie. No voy a hacerlo.
—Pero…
—Dije no.
Cerré mi boca, sorprendida de cuan serio estaba. Cuando vio mi
confusión, sintió lástima por mí.
—Sobre lo que estás hablando es una misión suicida. Incluso para ti.
He pasado demasiados años tratando de mantenerte a salvo de esas
personas sólo para ayudarte a caminar justo dentro de sus brazos.
Puedes olvidarlo. Incluso yo, con mis morales relajes e inagotable
150
curiosidad, tengo límites.
Me quedé allí, viendo a la espalda de Carter mientras se alejaba de mí.
—¡Bien! —grité detrás de él—. ¿Podrías al menos correr una verificación
de antecedentes para mí? ¿De alguien no conectado a Visticorp?
Carter lentamente se giró.
—¿Quién?
—Un chico llamado Teodoro Vivenzio. Nacido en Roma cerca de
dieciocho a veinte años atrás.
Sonreí cuando el rostro de Carter tiró en un ceño. Su curiosidad estaba
consiguiendo lo mejor de él. Debe haber estado asustado de Visticorp,
pero no podía resistirme tomando un interés en alguien.
—¿Por qué? —preguntó—. ¿Quién es él?
—Sólo alguien en quien no confió… todavía. —Le sonreí a Carter—. Eso
es donde tú entras.
Carter cruzó sus brazos sobre su pecho.
—¿Qué hay en ello para mí? Tú eres toda favores, Jamielynn.
Maldije internamente. Sabía que él estaba consiguiéndolo. Cualquier
cosa por una historia…
Tonta.
—Bien. Todo lo que puedas desenterrar en la vida de Teodoro Vivenzio y
tendrás tú mismo una entrevista exclusiva con el Angel de Chelsea.
Carter se enderezó a su altura completa.
—En cámara —demandó—. No una historia escrita. Y quiero una
demostración de tus poderes.
Apreté mis manos en apretados puños.
—No soy un programa de circo. No presiones tu suerte, Carter, o te daré
una demostración de mis poderes justo ahora.
—Sin poderes, sin información.
—Es sólo una simple verificación de antecedentes. —Carter se rio, pero
no fue con ningún humor.
—Contigo, nada es nunca sólo un simple cualquier cosa. Sé que allí va
a estar algo que no estás diciéndome.
Que es porque sabía que miraría a Teddy después de que me habia ido,
lo que sea, estuve de acuerdo a una entrevista o no.
—No puedo dar una demostración de todos mis poderes en cámara. No
quiero que las personas sepan exactamente de lo que soy capaz. ¿Darle
al mundo esa información? Ahora eso sería suicida. 151
Carter me miró fijamente. Tenía razón, y él lo sabía.
—Teodoro Vivenzio. De Roma, Italia. Dame lo que quiero saber y
conseguirás tu entrevista… en cámara… pero sin la presentación de
fenómenos. Es tu llamada. Tengo mi número.
Me fui sin esperar por una respuesta. Sabía que él eventualmente lo
haría.
***
Habían sido después de las nueve en Nueva York, pero cuando fui a
casa en California eran sólo las seis y media y el sol estaba apenas
poniéndose. Quise llamar a Ryan y decirle sobre mi visita con Carter,
pero él estaba fuera con su mamá y padrastro en alguna función
elegante y no sería capaz de hablarme hasta que hubiera terminado.
Becky estaba fuera con su equipo de animadores por la noche, también.
Ella me invitó a ir, pero había estado absorbida en un largo y estresante
fin de semana y necesitaba una linda, moderada noche de tareas
domesticas. Mis ropas estaban comenzando a apilarse y sabía que el
cuarto de lavandería del dormitorio estaría desierto en la noche del
sábado. Una novela, una lata de Pringles con el tiempo de calma de
una lavadora sonaba como el cielo.
Acababa de cambiarme en un par de sudaderas y lanzado mi cabello
arriba en una descuidada cola de caballo cuando alguien golpeó en mi
puerta. No estaba esperando a nadie, y mi energía respondió
instintivamente. ¿Habría venido Visticorp de nuevo por mí tan pronto?
¿Serían tan audaces como para venir justo a mi puerta?
—¿Quién es? —grité cautelosamente.
—Es Teddy. Habría llamado primero, pero aun no me has dado tu
número.
El reproche en su voz era cómico y puso una sonrisa en mi rostro.
Dejando ir mi energía, abrí la puerta.
—Eres un hacker de computadora. No me digas que no has dado con mi
correo electrónico, Facebook, y dirección de casa.
Teddy se rio.
—Culpable. Pero al menos tengo que tratar de mantener las
pretensiones de no ser un acosador, ¿cierto? ¿Puedo entrar?
—Puedes. Tú y yo necesitamos hablar.
Teddy se dejó caer en mi cama con un ceño.
—¿Por qué eso suena como que soy un problema?”
—Porque lo eres —dije cuando comencé a recoger mi ropa en mi
canasta de lavandería—. Fuiste demasiado grosero con Ryan ayer
después de que me prometiste que te comportarías. 152
—¡Oh, vamos, Jamie! —gimió Teddy—. Hice esa promesa antes de que
realmente conociera a tu novio. Seriamente no pude evitarlo. Me mató
verte desperdiciándote a ti misma con él. El tipo es tan… tan… —No
pudo pensar en una palabra, así que gimió de nuevo—. De acuerdo,
¿qué tengo que hacer para conseguir que lo botes y me des una
oportunidad? Cualquier cosa. Nombra tus términos.
Debería haber estado molesta con esta conversación, pero no pude
estarlo cuando me mantenía riendo.
—Nunca va a pasar, Teddy. Pero si sigues actuando como lo hiciste
anoche no voy a detenerlos cuando finalmente decida golpearte en el
rostro.
Cuando puse mi canasta de lavandería llena abajo sobre mi cama, uno
de mis sostenes flotando arriba desde mi piso y colgaban en frente de
mi rostro. Le di a Teddy una mirada seca y él me lanzó una sonrisa
maliciosa.
—Perdiste uno.
Rodé mis ojos mientas cogí el sostén fuera del aire y lo lancé encima de
la pila.
—Si realmente necesitas demostrarlo, podrías al menos hacerte útil y
agarrar el detergente fuera del armario por mí.
La sonrisa de Teddy se dobló de tamaño y pronto mi jabón de
lavandería estaba descansando encima de mis ropas sucias.
—Gracias.
—Mi placer. —Teddy se calmó por un minuto, perdido en sus propios
pensamientos, y luego me sonrió de nuevo—. Es bastante genial ser
capaz de utilizar mis poderes enfrente de ti. Odio tener que ocultarlo de
todo el mundo. Estoy contento que no pienses que soy algún tipo de
fenómeno.
—¿Quién dijo que no? —bromeé, pero luego vi la mirada en su rostro y
dejé de jugar. Me senté junto a él y suspiré—. Por supuesto que no
pienso que eres un fenómeno.
No puedo creer que estaba teniendo una conversación como esta. Había
tenido esta conversación un millón de veces antes, pero siempre había
estado en el lado de Teddy. Ahora estaba interpretando la parte de
Ryan. Era interesante de ver las cosas desde la perspectiva de Ryan por
una vez. Mirando a Teddy, no vi nada que igualara a monstruoso. Si
cualquier cosa, él era especial por causa de sus poderes. Ryan había
dicho eso un millón de veces, pero nunca completamente le creí hasta
este momento.
—Tus poderes te hacen diferente —dije, tomando prestado uno de los
viejos discursos de Ryan—. Pero eso no tiene que significar “fenómeno”. 153
Tal vez significa que eres especial.
—Gracias. —Los labios de Teddy se arquearon en una pequeña sonrisa,
pero parecía triste. Mantuvo su mirada pegada en el brillo en las
estrellas oscuras que algún pasado residente había pegado en la techo
sobre mi cama.
Las cosas se pusieron bastante tranquilas cuando Teddy se perdió a sí
mismo en su pensamiento. Parecía tan hosco de repente que mi corazón
dolía por él. Conozco la mirada de necesidad de alguien para hablar. He
tenido a Ryan por un año ahora para descargar todos mis asuntos, pero
Teddy no parecía tener a nadie.
Me acosté hacia atrás en la cama junto a él y miré arriba al techo.
—Es difícil, ¿no es así? —pregunté suavemente—. ¿Tener que mantener
tal gran secreto y sentir como si no hay nadie más allí afuera que
realmente sepa lo que estás atravesando?
Los ojos de Teddy fueron a la deriva cerrados.
—Es solitario. Toda mi vida he deseado que alguien estuviera allí afuera
como yo, deseaba no estar solo.
—No estás solo —susurré antes de que pudiera detenerme.
Teddy abrió sus ojos y deslizó su mirada hacia mí. Su rostro era
neutral, pero no pudo ocultar su esperanza.
—¿No lo estoy?
Casi le dije. Casi confesé sobre todo, pero al último momento me
acobardé y dije:
—Seguro. El Ángel de Chelsea tiene poderes también. Tal vez algún día
consigas conocerla.
Teddy me observó un momento bastante largo antes de girar su mirada
de regreso al techo y suspiró de nuevo.
—Tal vez.
Me sentí mal que él todavía estuviera tan decaído y traté de animarlo.
—Tal vez ella desea no ser la única tanto como tú lo haces —dije,
empujándolo suavemente en el lado con mi codo—. Podría ser tu nueva
mejor amiga y podrías tener incontables discusiones sobre qué poderes
son más geniales. Podrías luchar con un superhéroe.
Teddy finalmente rompió en una sonrisa.
—Eso sería dulce —se río, pero su risa murió rápidamente y giró su
cabeza para encararme—. ¿Por qué se siente como si me
comprendieras?
Me encogí de hombros.
—Tal vez lo hago. 154
Teddy asintió, cediendo.
—Tal vez lo haces.
Finalmente me empujé fuera de la cama y le ofrecí a Teddy una mano.
—Vamos. Esta colada no va a lavarse a sí misma. Si no tienes nada
mejor para hacer en un sábado en la noche, puedes hacerme compañía
mientras esponjo y doblo. —Entrecerré mis ojos y añadí—. Sólo mantén
tus extraños poderes mentales fuera de mi ropa interior.
Teddy se rio y luego utilizó su telequinesis para llevar la canasta de
lavandería fuera de mis manos.
—Entonces —dijo cuando bloqueé mi puerta—, siento como si
necesitaras confesar algo. Cuando mencionaste tu accidente con tu
novio anoche, dijiste que fue tu culpa, pero no entraste realmente en
detalles.
Mi estómago dio vueltas. No quiero tener esta conversación justo ahora.
Afortunadamente no tengo que hacerlo.
—Tuve curiosidad e hice una búsqueda en internet sobre ti.
Estuve sorpresivamente aliviada. No estaba asustada de que él me
buscara, pero al menos ahora no tendría que decirle yo misma.
Teddy esperó para que yo dijera algo, pero acababa de recibir un
mensaje de texto de mi mamá que decía:
—¡911 Jamie! ¡Las noticias! ¡Justo ahora!
Traté de no entrar en pánico, pero lo que sea que fuera tenía que ser
realmente malo si Mamá estaba mandándome mensajes de texto y en
realidad quería enviarme fuera en una misión del Angel de Chelsea.
—¿Todo está bien? —La voz suave de Teddy me sorprendió.
—Sip —dije, metiendo el teléfono que él estaba sutilmente tratando de
leer—. No lo sé. Sólo… mi mamá… crisis familiar.
No podía decirle a Teddy que esperara mientras iba a comprobar la
televisión, pero podía escuchar la televisión en el vestíbulo de mi
dormitorio reproduciendo algo “Noticias de última hora,” así que seguí
caminando.
En un intento para mantener la calma, recogí nuestra conversación de
nuevo.
—De acuerdo, déjame entenderlo. Sé lo que conseguiste cuando
googleaste Jamie Baker, y tú, con todo y tus taimadas habilidades de
hacker, probablemente escavaste un montón más que eso.
Teddy todavía parecía preocupado por mí, pero me las arreglé para
colocar una sonrisa tímida cuando respondió. 155
—Culpable, de nuevo.
—Bueno, debes tener algo que decir o preguntas que quieras hacer.
Todo el mundo siempre lo hace.
Teddy sonrió, pero era una sonrisa triste, llena de simpatía.
—Un montón de cosas sobre ti tiene sentido ahora, eso es todo. —
Quería saber qué cosas, pero no pregunté—. También sólo quería decir
que has estado a través de un montón de cosas, y sabes que sé lo que
es. Pareces como si hubieras estado estresada las últimas semanas. Sé
que tienes a Ryan, pero sólo quería que supieras que si incluso
necesitas a alguien para hablar, estoy aquí también.
No estaba segura de cómo responder, así que no lo hice. Estaba
agradecida por una interrupción cuando alcanzamos el vestíbulo de mi
edificio y nos encontramos con una enorme multitud que se reunía
alrededor de la televisión. Al menos, lo estaba hasta que me di cuenta
sobre lo que las noticias de última hora trataban.
Allí estaba un hombre de pie en el techo de un edificio de diez pisos,
había esposado a una niña aterrorizada. Él estaba gritando y ondeando
un arma frenéticamente, halando a la chica alrededor como si
amenazara con lanzarlos a ambos sobre el borde.
Mi madre me mensajeó de nuevo, con un mensaje sonando tan frenético
como su primero.
Agarré mi bolso, no segura de que hacer. Mi primer instinto era
conseguir bajar allí y encontrar una forma de ayudar, pero la lógica me
dijo que no había mucho que pudiera hacer. Pero entonces los
reporteros comenzaron a hablar y lo que decían me dejó sin elección. El
hombre en el techo estaba demandando que el Angel de Chelsea llegara
a él o de lo contrario iba a saltar, llevando a su hijastra de diez años de
edad con él.
Mi sangre se congeló en mis venas. Lo que sea que fuesen los asuntos
del hombre con El Angel de Chelsea, la vida de esa pequeña niña estaba
en peligro por mi causa. No debía haber sido técnicamente mi culpa,
pero al igual que otras veces en mi vida… la muerte de Derek, el
secuestro de Ryan, la inhabilidad de Mike para caminar… el sufrimiento
de esa niña era un resultado de mis acciones.
No me di cuenta de cuan exaltada estaba esta que mi collar se iluminó.
Rápidamente traté de ponerme a mí misma en control, pero no fue lo
suficientemente rápido. Teddy estaba observándome bastante
cercanamente.
—¿Segura que estas bien? —preguntó.
Me di cuenta que tenía lágrimas en mis ojos, mi cuerpo entero estaba
temblando, y probablemente parecía lo suficientemente molesta para
asustar a Hitler. Fui afortunada de que mis ojos no estuvieran 156
brillando.
No le ofrecí ninguna explicación por mi repentino cambio de humor o el
hecho que estaba dejándolo botado. No podía pensar en una, y
francamente, no tenía tiempo. Simplemente dije:
—Tengo que irme —Y despegué.
»Capitulo 16
Traducido por Stheffy
Corregido por 1Inna
Fue fácil irme, pero una vez que llegué allí me di cuenta de exactamente
qué tan jodida estaba. Había gente por todas partes —los medios, la
policía, el servicio de bomberos y rescate, espectadores curiosos. Hasta
el SWAT estaba ahí con un negociador de rehenes. No había manera de
que fuera capaz de detener a ese sujeto sin tener que lidiar con la
policía o ser captada por las cámaras. Hasta ahora la gente había
hablado de mí, pero nadie había logrado una foto. Ahora iba a tener que
subir a ese techo y realmente, trabajar con la policía. Iba a estar tan
expuesta.
Y tan jodida.
157
Oh, bueno. ¿Qué iba a hacer?, ¿no aparecer?
Inspiré profundamente para prepararme, y luego me súper escabullí por
entre la multitud. Tal vez debería haber notificado mi presencia a las
barreras policiales en vez de lanzarme contra el techo y enviar a la
multitud de policías en pánico. Casi consigo que me dispararan cuando
la puerta de acceso al techo se cerró de golpe tras de mí.
— ¡Guau, guau, guau! ¡Cálmense! —dije, sosteniendo mis manos en
señal de rendición cuando me encontré un pequeño ejército de pistolas
apuntando a mi cabeza—. Pensé que era la invitada de honor en esta
fiesta.
Les tomó un minuto registrar a quién estaban mirando. Ni uno solo de
ellos estaba seguro de cómo reaccionar. Mantuvieron sus armas
apuntando hacia mí, pero vi a todos sus ojos dirigirse hacia el hombre a
cargo. Él también se dio cuenta de sus miradas y se obligó a decir algo.
— ¿Cómo subiste hasta aquí?
Fue difícil no rodar mis ojos. Había cosas más importantes de las que
preocuparse.
—Subí las escaleras. ¿Quieren bajar las armas, así puedo detener a éste
cretino de matar a una niña inocente?
—Oh, no. No lo hará señorita. ¡Tiene que responder a un montón de
preguntas!
—¿Cómo cuáles? ¿Es un crimen ayudar a salir a ancianos de una casa
ardiendo o salvar a un par de imbéciles de ahogarse?
—¿Qué hay sobre interferir en asuntos policiales y dejar la escena del
crimen, para empezar?
No sé si había dicho esto antes, pero no tengo el mejor récord de actuar
bien con la policía. No había tenido las mejores experiencias con ellos, y
en verdad no respondía bien cuando me trataban con mano dura.
—Bueno, estoy segura de que pueden entender mi necesidad a
anonimato —dije, incapaz de reprimir mi sarcasmo.
—No puede continuar haciendo lo que hace.
—Oh, sí, porque soy el tipo malo aquí. No se preocupe por el hombre
que está amenazando con tirar a una niña pequeña de un edificio de
diez pisos.
—¡No está sobre la ley! Es peligrosa, y no tiene asuntos aquí.
Eso fue todo, dejé ir el control de mi energía. Tiendo a hacer eso cuando
las personas me molestan mucho. Mis manos se convirtieron en puños
apretados en mis lados y cerré los ojos. Cuando los abrí de nuevo sabía
que brillaban en un amarillo espeluznante. Mi cabello también comenzó
a azotarse alrededor de mi cabeza como siempre, como si estuviera de 158
pie en un torbellino.
Hubo un suspiro colectivo y todo el mundo pareció dar un paso atrás.
Tomé una respiración profunda y me calmé lo suficiente para que mi
cabello se asentara.
—Mira, ese chiflado está pidiendo por mí. Estoy dispuesta a trabajar
contigo en este momento para poner a esa niña a salvo. ¿Quieres mi
ayuda o no?
Esperé a que dijera que no. Seguramente estaba por hacerlo, pero otro
hombre saltó en frente de él antes de que pudiera contestarme.
—Sí —dijo el hombre en voz baja. Llevaba un chaleco antibalas y una
chaqueta azul marino que decía negociador. Me miró a los ojos con
intensidad—. Te necesitamos.
Bien. Por lo menos alguien reconocía lo que estaba pasando.
—No puedo garantizar su seguridad. —El policía gruñón murmuró.
Me encogí de hombros.
—No puedo garantizar la tuya tampoco, y aquí estás.
—Eso es diferente.
—Sip, probablemente estoy mejor equipada para manejarlo.
El negociador me miró con curiosidad.
—¿Puedes volar?
Había preguntado en serio, así que respondí con sinceridad.
—No.
—¿A prueba de balas? —preguntó, esperanzado.
—Sé que puedo aguantar la paliza más severa que la mayoría de la
gente no sobreviviría, pero mi novio piensa que si puedo cortarme con
papel o rasparme las rodillas, entonces no soy completamente
invencible. Él es bastante bueno con las teorías, por lo cual voy a
permanecer en el lado seguro y asumir que las balas pueden matarme.
Mientras el inspector “Cranky Pants” 7 parecía insultantemente
asombrado de que tuviera un novio, el Señor Negociador de Rehenes se
quitó su chaleco antibalas y me lo entregó. Negué con la cabeza.
—Gracias por la idea, pero creo que estaré mejor sin eso.
—Pero acabas de decir que no eres antibalas.
—Sip, pero él no sabe eso. —Moví la mano en dirección a la cornisa en
donde el loco estaba causando todos los problemas—. No hay necesidad
de inclinar mi mano. Además, hay algo inquietante en la idea de una
chica eléctricamente cargada envuelta en un chaleco de metal. Quiero
ayudar a esa niña, no freírla. 159
El hombre estaba apenado, pero se las arregló para bajar el chaleco y
me entregó algo más.
—Micrófono y auricular —explicó—. Si va allí fuera tiene que hacer
exactamente lo que le diga, ¿está bien? Sé que es una chica muy
especial, pero no está entrenada para lidiar con hombres como él.
Me miró como si esperara que discutiera y parpadeó un par de veces
cuando le tendí la mano. Me tendió el cable, pero le devolví el auricular.
—No puedo tener eso en mi oído. Sólo hable conmigo. Lo escucharé.
Después de sujetar el micrófono a mi ropa, me volví al negociador para
encontrarlo observándome con una expresión de asombro.
—¿Señorita? —preguntó—. ¿Cómo consiguió estar así?
Me encogí de hombros, sin querer pensar en el peor momento de mi
vida allí mismo.
—Esa es una historia para otro día. —Me cacheé—. ¿Está ésta cosa
encendida? ¿Puede oírme?
El hombre asintió.
—De acuerdo entonces. Creo que estamos listos. ¿Dónde está él?
El mar de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley despejó una
vía revelando un pequeño tramo de escaleras que conducía a la parte

7 Pantalones irritados
más alta del techo. Se quedaron en silencio mientras los pasaba, sus
miradas siguiéndome con admiración.
Me retorcía bajo sus miradas. Nunca me había gustado conseguir ese
tipo de atención.
Siempre había visto mis poderes como una maldición, algo que me
convertía en un bicho raro. Ryan fue el primero en mostrarme su lado
positivo, pero aún tenía un momento difícil con la idea de la gente
aceptándome de la manera en que soy. Estas personas me estaban
mirando como si fuera alguna especie de dios.
Cuadré los hombros y miré al frente, conteniendo la respiración, mi
cara fijada con determinación. Justo antes de llegar a la parte delantera
de la barricada, sentí una mano caer sobre mi hombro.
—¿Señorita? —Uno de los agentes había dado un paso adelante, con
sus ojos brillando con una capa de lágrimas—. Tengo un hijo de la
misma edad de la pequeña que encontró en Tennessee. —Su voz se
rompió y se volvió a mirar a todos sus compañeros—. La mayoría de
nosotros pensamos que lo que está haciendo es increíble. Gracias por
venir. 160
—No me agradezcan todavía. Esa niña aún está allí afuera en peligro.
—Lo va a hacer bien, Ángel.
Eso me hizo sonreír.
—Ángel. Me gusta. Gracias por no seguir con Super Baby.
El hombre se echó a reír, compartiendo una sonrisa real conmigo por
un segundo. Me aparté de su agarre y comencé a alejarme, pero luego
me detuve.
—Oh, ¿y sólo para una referencia futura? Es posible que quiera correr
la voz de que es mejor no tocarme cuando no lo estoy esperando. No
siempre es seguro.
Le di al hombre una sonrisa peligrosa y dejé que mi energía fluyera con
tanta fuerza que los pelos de sus brazos se erizaron a pesar de que ya
no me estaba tocando. Abrió su boca y dio un paso atrás, no
necesariamente asustado de mí, tan sólo asombrado por la intensidad
de mis brillantes ojos, y lo suficientemente inteligente como para ver el
peligro que presentaba.
La próxima cosa que supe fue que estaba en la mitad del camino en la
tierra de nadie entre los policías y el loco de la cornisa.
—De acuerdo, Ángel. —Escuché decir al negociador en una voz baja y
calmada. Al parecer le había gustado el apodo que el policía me había
puesto—. Acércate muy lentamente con las manos a en plena vista.
Trata de parecer calmada y no muestres ningún temor cuando te dirijas
a él.
Miré detrás de mí. El negociador se había abierto paso hasta el frente de
la barricada, esperando a ver si en verdad podía oírle. Le di un gesto de
comprensión y luego volví mi atención hacia el hombre en la cornisa.
—¡Oye!
El hombre se dio vuelta, un poco sorprendido, y tiró de la niña aún más
cerca de él. Presionó la pistola contra el lateral de su cabeza y ella lanzó
una nueva ronda de sollozos.
Aspiré en busca de aire. Quería hacer trizas a este hombre por lo que
estaba haciendo.
—Tranquila, Ángel —dijo el negociador detrás de mí—. Tienes que
mantener la calma. Intente actuar como si estuviera de su lado. Déjale
saber que entiendes que él tiene el control de la situación.
¿Quería realmente que mimara a este imbécil? ¿Qué batiera mis
pestañas, y dijera por favor?
Quise hacerlo. En serio, lo intenté. Realmente lo hice. Pero cuando abrí
la boca lo que salió fue:
—Estoy aquí, maldito imbécil. ¿Por qué no dejas ir a la niña y
161
conversamos?
—¡Cállate! —me gritó—. ¡No puedes decirme qué hacer! ¿Piensas que
eres mucho mejor que yo? ¿Alguna clase de ángel?
Me burlé.
—Nunca pedí ser un ángel, pero viendo que no soy yo la que pone en
peligro la vida de una niña inocente, sip, definitivamente pienso que soy
mejor que tú.
—¿Qué te da el derecho a jugar con las vidas de las personas?
—No estoy jugando con ellas. Las estoy salvando.
El hombre irrumpió en sollozos desesperados y gritó:
—¡No salvaste a mi hijo! ¡Tan sólo tenía tres años! ¡Él necesitaba tu
ayuda, pero no lo salvaste!
Sentí como si me hubieran abofeteado. Esta fue la última cosa que me
estaba esperando, y no tenía idea de cómo responder.
—Siento mucho lo de tu hijo.
—¿Lo sientes? —gritó el hombre—. ¡Mi hijo está muerto! ¡Un niño
inocente! No pudiste ayudarlo, ¿pero vienes a ayudar a esta mocosa?
Sacudió a la aterrorizada niña en sus brazos y accidentalmente exploté
todos los equipos electrónicos de la zona. También volé mi collar de
nuevo, maldita sea.
—¿Dónde estabas la mañana en que mi hijo se estaba ahogando en la
piscina del vecino?
Me sentí mal por su hijo, pero seriamente, estaba empezando a
molestarme. Sólo tenía un minuto o dos más de charla antes de que me
diera por vencida y fuera Super Jamie sobre su trasero.
—No sabía lo de tu hijo —dije con los dientes apretados—. No tengo
algún mágico, psíquico poder mental que me diga cuándo alguien está
en problemas. ¿Dónde estabas tú cuando tu hijo necesitaba ayuda?
—¡Estaba en el sofá, inconsciente y borracho! —Soltó la niña—. ¡Es
donde siempre está!
—¡Cállate, tú pedazo inútil de basura! ¡Tú eras la que se suponía debía
estar vigilándolo! ¡Es culpa tuya que esté muerto!
Comenzó a sacudir a la niña de nuevo y eso fue todo. Tenía que hacer
algo. Si sólo pudiera conseguir que él moviera el arma de la cabeza de la
pequeña, podría moverme lo suficientemente rápido para derribarlo
antes de que tuviera la oportunidad de disparar o arrojarse del edificio.
La única forma que se me ocurrió fue darle algo más a lo que apuntar
que no fuese su hija.
—¡Oye, idiota! —grité—. Tengo noticias para ti. Eres la razón de que tu 162
hijo esté muerto, y si no dejas ir a tu hija en este momento estarás
uniéndote con él en el otro lado.
Esperé a que volviera el arma contra mí, pero la mantuvo pegada a la
cien de la niña. Pude escuchar las preguntas y órdenes frenéticas del
negociador, pero las ignoré. Esto tenía que terminar.
—Esta basura no es mía. —El hombre se burló de mí—. Esta es la hija
de mi puta mujer. Nunca la quise, y ella dejó morir a mi hijo. Si te
acercas más, la mataré. Nos mataré a ambos. ¡Juro que lo haré!
Dio un pequeño paso hacia atrás, llevándose a sí mismo tan cerca del
borde como pudo y aun así manteniéndose en equilibrio. Tomé una
respiración. No creía que el sujeto tuviera las agallas para realmente
hacerlo, pero, ¿y si estaba equivocada? ¿Qué si molestaba al tipo y
cumplía con sus amenazas? Estaba bastante segura de que podría
atraparlos antes de que cayeran si eso sucediera, pero ver a esa
pequeña niña tan cerca del borde hizo que me diera cuenta que no valía
la pena correr el riesgo.
—Está bien —dije alzando mis manos en señal de rendición, de la forma
en que el negociador estaba suplicándome que hiciera—. De acuerdo.
No voy a ir más cerca, y estoy apagando mis poderes.
Di un paso hacia atrás y obligué a mi energía a asentarse. El tipo
pareció ganar algo de confianza una vez que mis ojos volvieron a la
normalidad.
—Mira, realmente tú no quieres morir, ¿verdad? —pregunté, luego
señalé a la niña—. Y ella no es verdaderamente la persona a la que
intentas lastimar, ¿cierto? Si lo fuera, yo no estaría aquí.
Empujó el arma más duramente contra la cabeza de su hijastra, su
agarre en el mango se tensó tanto que sus nudillos se pusieron blancos.
Sus ojos se estrecharon en mí.
—Hay varios francotiradores apuntando a tu cabeza ahora mismo. —No
sabía si era cierto, pero sonaba bien—. La única razón por la que
todavía no te mataron es porque si mueres caerás y te llevarás a la niña
contigo. Si le disparas, eres hombre muerto.
—¿Crees que me importa? Mi hijo está muerto.
Me encogí de hombros.
—Creo que preferirías verme morir a mí en vez de a ella, y no tendrás
tiempo de matarnos a las dos.
—¡Ángel! —El negociador siseó—. ¿Qué estás haciendo? Sólo pregúntale
cuáles son sus demandas. Pregúntale cómo puedes hacer las paces con
él. Juega con su remordimiento por la muerte de su hijo. No pongas
ideas en su cabeza. Él es inestable. ¡Realmente le disparará!
—Exactamente —dije en voz baja y luego levanté la voz para dirigirme al
loco de nuevo—. Adelante, hágalo —dije—. Dispáreme. Lo merezco. Las 163
personas han sido heridas por mi culpa. Gente como tu hijo.
El arma chasqueó en mi dirección tan sólo un poco, pero no lo
suficientemente lejos de la cabeza de la niña como para hacer un
movimiento. Sin embargo, el plan estaba funcionando, así que tenía que
continuar.
—¿Sabes qué estaba haciendo la mañana en que tu hijo murió? Viendo
las repeticiones de So You Think You Can Dance8 en Internet.
Bingo. Eso totalmente lo hizo. Me llamó por un nombre totalmente
despectivo y apuntó su pistola en mi dirección. En el momento en que
actuó, despegué a toda velocidad. Antes de que siquiera tuviera tiempo
para apretar el gatillo, le arranqué el arma de las manos y tiré de él y la
pequeña a una distancia segura de la cornisa. La niña se raspó la
rodilla al caer al suelo, pero no parecía muy molesta por ello cuando
rompí las esposas por la mitad y le dije que corriera hacia la policía. No
creo que la gente se hubiera dado cuenta de lo que había pasado antes
de que la niña corriera a través del techo hacia la seguridad.
—Oiga, señor negociador, está todo despejado —dije mientras
presionaba una rodilla en la espalda del delincuente y tiraba sus manos
dolorosamente detrás de él—. Venga por este imbécil y arroje su trasero
a la cárcel por un largo tiempo.

8 So You Think You Can Dance (también abreviado como SYTYCD) es un espectáculo de
competencias de danza estadounidense
Segundos más tarde todo un equipo de chicos hizo exactamente eso.
Hubo caos por un minuto mientras arrastraban al sujeto fuera, y luego
me quedé de pie en la azotea con un pequeño puñado de policías, el
negociador, el tipo gruñón quien parecía estar a cargo de la operación, y
los helicópteros de noticias que habían estado dando vueltas,
consiguiendo tener toda la cosa filmada.
—Muy bien hecho, Ángel —dijo el negociador mientras le devolvía su
micrófono—. Gracias por cooperar.
Quería sentirme bien, pero la sensación de malestar en mis entrañas no
me había abandonado.
—Por favor, no me agradezcan. De alguna manera, todo esto es mi
culpa. Ese hombre hizo esto para tenerme.
El policía gruñón bufó, molesto de que yo hubiera tomado la
responsabilidad antes de que él pudiera restregarla en mi cara. El
negociador rodó los ojos al otro hombre y dijo:
—No puedes culparte a ti misma por las acciones de ese hombre, pero
hay mejores maneras de usar los dones que te han sido dados. Vuelve 164
conmigo a la estación. Puedo presentarte un montón de gente. Puedes
hacer mucho más bien, ayudar a muchas más personas si estuvieras
trabajando con nosotros en vez de alrededor nuestro.
El tipo parecía sincero, pero era una oferta que nunca podría aceptar.
Su cara reflejó decepción cuando sacudí mi cabeza.
—Lo siento. Si me entrego, quién sabe lo que podría sucederme. El
Gobierno tal vez me encierre porque estén asustados de mi poder, o
tratarían de estudiarme.
—No lo harían.
Sacudí mi cabeza de nuevo.
—No puede prometerlo, y yo no puedo correr el riesgo. Sin embargo
gracias por tener fe en mí. Lamento mucho lo que sucedió hoy, pero me
tengo que ir ahora.
—Ahora, ¡espera, joven dama! —El Capitán Frunzo El Ceño Un Montón
empezó a gritar.
No estaba de humor para oír sus conferencias y amenazas hacía mí —y
ciertamente no iba a dejar que me arrestara— así que despegué. Estaba
en el campo fuera del edificio antes de que él incluso hubiera terminado
su oración.
Estaba a punto de salir corriendo, pero vi a toda la multitud de cámaras
allí y me detuve a mí misma. La gente enloqueció cuando se dio cuenta
quién estaba, de repente, parada en frente de ellos. Esperé el frenesí de
gritos y preguntas, y luego le pedí a la reportera más cercana su
micrófono.
—Sólo quiero decir una cosa —dije ignorando sus preguntas—. Esta es
la última vez que respondo a una amenaza así. Cualquiera allí fuera
que piense que poner a gente inocente en peligro es una buena manera
de llegar hasta mí, que sepa que no importa lo que hagan, no
apareceré. Policías del mundo, si alguna vez sucede de nuevo, mejor
sólo maten a los imbéciles porque no voy a ir. Los Estados Unidos no
negocian con terroristas y, de ahora en adelante, yo tampoco. —
Comencé a devolverle el micrófono a la reportera, pero no me pude
resistir a decir una última cosa—. Oh, y, ¿Super Baby? ¿En serio?
¿Ustedes chicos no pudieron ser más creativos que eso? El peor apodo
de nunca. Quédense con El Ángel de Chelsea, o inventen algo menos
idiota. Por favor. Se los estoy rogando.
Y, con esa última petición, me fui.

165
»Capitulo 17
Traducido por Ahtziri29
Corregido por Bibliotecaria70

Después de la cosa en Los Angeles, fui derecho a la casa de mis padres.


Sabía que estaban más que molestos. Como esperaba, me retuvieron
por unos pocos minutos y luego me regañaron. Por su habitual modus
operandi me rogaron que reconsiderara la cosa del superhéroe pero no
iba a ceder. Lo disfrutaba. Lo necesitaba. Hacer esto me estaba
ayudando tanto como ayudaba a los demás.
El principal argumento de mi madre era que es peligroso, incluso
cuando ella fue la que me había mandado el mensaje con lo que estaba
pasando, el de mi padre era que mi identidad iba a ser descubierta y el
gobierno iba a encerrarme en algún lado. Él era tan aficionado a las
teorías como Ryan lo era. Las suyas sólo eran una variedad de 166
conspiración mientras que las de Ryan siempre eran más de carácter
científico.
De la manera en que veía la situación, y no era que estuviera teorizando
en cualquier variedad, era porque Visticorp sabía de mis poderes
siempre estaba en peligro y las personas ya estaban tratando de
encerrarme. No veía ninguna razón para dejar de ayudar a la gente
cuando la seguridad realmente no existía.
Por supuesto, expresar mi argumento sólo logró asustarles más. Lo
juro, si aún fuera un menor viviendo bajo su techo nos tendrían
viviendo debajo de una piedra en Alaska para ahora.
Mi padre estaba usando la palabra “alias” cuando Ryan finalmente me
llamó. Estaba tan contenta por la excusa para terminar la conversación.
—Las noticias vinieron al vestíbulo del hotel durante el banquete de
Gene. No tienes ni idea lo difícil que fue no enloquecer frente a él.
—Lo siento.
—No te disculpes ¿Qué hubieras hecho? ¿No ir?
—¡Exacto! —¿He mencionado cuanto amo a mi novio?—. Mis padres
estaban tan enfadados conmigo. Aunque sólo estaban asustados por
mí, así que creo que están perdonados.
—No me gustó ver a ese chico apuntarte con una pistola.
—Casi deseé que hubiera recibido un disparo. Entonces le podrían
arrestar por intento de asesinato con todos sus otros cargos. El Ángel
de Chelsea se hubiera aparecido para esa citación.
—Así que… ¿qué piensa la policía de ti?
—Más o menos lo que estuvimos hablando antes. Había un chico en un
importante viaje de poder que quería encerrarme de regreso a la
comisaría esposada, pero la mayoría de las personas allí manejaban un
culto al héroe. El negociador era genial. Me gustó trabajar con él. Trató
de convencerme de unirme a la fuerza, pero no parecía sorprendido
cuando dije no. Estoy más preocupada que este tipo de cosa pase de
nuevo.
Ryan rió.
—Me di cuenta con tu discurso de “Yo no negocio con terroristas”. Muy
duro de tu parte bebé y tan caliente. Pero de verdad lo pasé mal
viéndote allí afuera. No creo que vaya a sentirme mejor hasta que tenga
una prueba física de que estás bien. Estoy en camino de regreso al
instituto ahora. Deberías encontrarme ahí. Te necesito en mis brazos lo
más pronto posible.
—Iré en un momento. Creo que mi padre ha conseguido sacar suficiente
sermón de su sistema para pasar la noche. —Mi madre era una
cocinera nerviosa, ya había estado preparando la cena incluso antes de 167
que yo llegara, ya que no está hablando de futuro—. ¿Quieres que te
lleve algunas sobras?
—La única cosa que quiero es a ti. Así que come rápido.
No podía comer lo suficientemente rápido. Finalmente, estábamos
empezando a envolverlo cuando el timbre sonó. Mis padres aún estaban
en modo paranoico, en alerta máxima y los dos me miraron. Escuché y
estaba un poco sorprendida por nuestros invitados.
—Son Becky y nuestro amigo Teddy. Estaba con Teddy cuando vi las
noticias. Le abandoné sin mucha explicación. Probablemente nos está
vigilando para asegurarse que estoy bien.
Ahí estaban.
—¿Qué pasó? —Becky demandó tan pronto como estuvo en la puerta—.
¿Está todo bien?
Mi madre era rápida, mucho mejor en las excusas que yo.
—Estamos todos bien. Tuvimos una muerte en la familia, mi tía. Era
muy vieja, se fue en paz, pero fue de repente. Estaba realmente
enojada. Me temo que llamé a Jamie en un baño de lágrimas y le di un
susto de muerte. Siento haberlos preocupado.
—Oh, señora Baker, lo siento tanto por su perdida.
—Gracias, cariño. Estoy triste que sea bajo tan tristes circunstancias,
pero me alegro que se hayan pasado. Han pasado semanas. —Ella
abrazó a Becky, a quien adoraba tanto como a Ryan por ayudarme a
salir de mi fase de Reina de Hielo. Luego le sonrió a Teddy. El pobre
chico aun sostenía mi canasta de lavandería. Mamá hizo una acción
retardada pero no preguntó mientras tomaba la ropa de él—. ¿Tienen
hambre, chicos? Justo estábamos cenando y hay mucho más, soy una
cocinera nerviosa.
Tuve que sonreír para mí misma ante su elección de palabras. Cuando
tus padres son las únicas personas con las que hablas o sales por un
año, llegas a conocerles bastante bien.
Dos minutos después, Becky y Teddy estaban sentados a la mesa con
nosotros, apilando montones de sofrito en frente de ellos mientras mi
padre asaba a Teddy. Pienso que asumió que Teddy era el novio de
Becky y su cosa favorita en el mundo era jugar la rutina del padre
sobreprotector. No importaba que Becky no fuera realmente su hija.
—¿Italiano, huh? ¿Hablas el idioma?
—Sí, señor. Hablo todas las lenguas románicas, incluyendo latín.
Todos estábamos impresionados por estas noticias. Mi padre no sabía a
dónde ir desde ahí, así que mi madre saltó dentro.
—¿Eres cien por ciento Italiano y hablas el idioma fluidamente pero no
tienes acento? 168
Podía escuchar la decepción en su tono. Ella era caso perdido por esa
sonrisa con hoyuelos como Becky y yo lo éramos.
Teddy se encogió de hombros un poco incomodo.
—Nací en Roma pero perdí a mis padres en un accidente cuando tenía
tres y fui adoptado por unas personas aquí en Estados Unidos. Algún
día espero regresar ahí y aprender un poco de mi herencia.
Teddy me dio una pequeña sonrisa de simpatía y luego inmediatamente
cambió de tema.
—Chicos, ¿vieron que por fin tienen al Ángel de Chelsea en cámara?
Mi familia podría verse como una familia directamente de Leave it to
Beaver pero no eran actores. La tensión que desplegamos a la mención
del Ángel de Chelsea fue patética. Si no hubiera sido por Becky y su
entusiasmo, ella y Teddy podrían haber leído la verdad en nuestras
caras.
—¡De ninguna manera! —gritó—. ¿En serio? ¡Me lo perdí! ¿Qué pasó?
—Había un hombre reteniendo a su hijastra como rehén amenazando
con matarla a menos que el Ángel de Chelsea apareciera.
—¿Y apareció?
—¡Por supuesto que lo hizo! —espeté irritada por el asombro en la voz
de Becky.
Teddy se encontró con mis ojos sobre la mesa con una sonrisa
divertida.
—Siempre tan dogmática en el tema de superhéroes. Uno pensaría que
conoces a uno personalmente o algo.
Sabía que Teddy estaba hablando de sí mismo pero me pateé
internamente. Necesitaba seriamente conseguir un mejor control con
toda esta cosa del alter ego. Pensarías que después de guardar mi
secreto tan bien escondido por tanto tiempo sería fácil para mí, pero no.
Tenía que abrir mi boca cada vez que algo me ponía de los nervios.
Algunas veces extraño los días de Reina de Hielo cuando nada de lo que
alguien dijera de mí me molestaba.
—Como sea. ¿Qué se suponía que tenía que hacer, no aparecer y dejar
que mataran a esa pequeña niña?
—Es sólo que ella siempre ha sido tan ilusoria —dijo Becky—. Estoy
sorprendida que se haya dejado grabar.
—No tenía mucha opción —discutí tratando, y probablemente fallando,
de no refunfuñar las palabras.
—¿Podemos verla? —Becky prácticamente rogó—. Estoy segura que
está por todo el internet. 169
Tuve esa sensación de un venado contra la luz de los faros. Quería decir
no, pero, ¿cómo podía hacerlo?
Ella eventualmente lo vería y si iba a reconocerme —porque seamos
honestos, podría estar usando una máscara y tener los ojos amarillos,
pero claramente aún era yo— entonces era mejor para ella hacerlo
mientras yo estaba para explicar y hacerle jurar guardar el secreto.
Con un suspiro y una mirada tranquilizadora a mis padres, guié a
Becky al despacho y puse Youtube. Lo suficiente segura que ya había
toneladas de videos publicados del Ángel de Chelsea. Becky hizo clic en
uno que se jactaba de una entrevista exclusiva. También tenía la mayor
puntuación de todos los videos.
Becky observó las imágenes del helicóptero con gran atención, jadeando
cuando vio a la pobre aterrorizada niña sostenida en una cornisa y
luego gritando de emoción cuando aparecí.
—Wow, es realmente hermosa, ¿no es cierto? ¡Amo el disfraz! Estoy tan
contenta de que no use alguna clase de traje spandex9. ¿Las patadas
son clásicas y la camiseta de superhéroe? ¡Hola, ironía! ¡Es tan genial!
Es bueno tener un fan…
Teddy, mis padres y yo nos habíamos juntado detrás de ella, mirando
por encima de su hombro. Cuando aparecí en la pantalla, mi padre me
empujó a su lado en un abrazo ligero y mi madre cortó la circulación en
mi mano por apretarla muy fuerte. Les sentí encogerse cuando el arma

9 Spandex: Es un tipo de tela.


del hombre osciló en mi dirección y recé que mi madre pudiera ser
capaz de contener las lágrimas en frente de nuestra compañía.
Después de que todo el drama hubiera terminado, me di cuenta por qué
el video decía tener una entrevista. Las imágenes cortadas de uno de los
helicópteros a uno de los reporteros parado en el suelo. Ella farfullaba
repetidamente los hechos hacia la cámara y de repente aparecí en el
marco pidiendo prestado su micrófono.
Al segundo que aparecí en cámara, Becky jadeó.
—¡Santa mierda! ¡Jamie, se parece mucho a ti!
—Pensé exactamente lo mismo cuando vi este video.
Salté ante el sonido de la voz de Teddy. Murmuró las palabras en mi
oído. ¿Y acaso él sonaba sospechoso? ¿O era sólo mi paranoia de
nuevo? No podía estar segura, pero sentí los ojos de Teddy en mí
quemándome como láseres.
Había estado tan preocupada por Becky que me había olvidado de
Teddy. Si Becky descubría eso, era una cosa, estaba segura que podía
confiar en ella, pero apenas conocía a Teddy. Me dije a mi misma que 170
era como yo y recé que eso significara que guardaría mi secreto si
realmente lo había unido todo.
Quería estar en desacuerdo con Becky y hacerles apagar el video, pero
la chica en cámara era demasiado obviamente yo, negar cualquier
semejanza hubiera parecido sospechoso así que en su lugar también
jadeé.
—¡Eso es una locura!
—¡Lo sé! —Becky estuvo de acuerdo, sus ojos pegados a la pantalla—.
Quiero decir, excepto por los ojos extraños y tú definitivamente tienes
mejor cabello…
¡Ja!
En la pantalla ahora estaba castigando al mundo por llamarme Super
nena. A mi lado, Teddy resopló suavemente. Me forcé a mi misma a
sonreírle satisfecha.
—¿Ya ves? —dije con todo el orgullo en-su-cara que pude manejar—. Te
dije que no le gustaría.
—Sí — respondió Teddy en una en una voz peligrosamente sarcástica—.
Las dos comparten unos puntos de vista asombrosamente parecidos.
De hecho, suena más como tú de lo que parece. Si no fuera por los ojos
estaría medio tentado a acusarte de ser la misma persona. Tal vez
tengas una gemela malvada.
Creo que sentí mi corazón detenerse. No había error en el desafío de su
voz. Me estaba llamando a revelarme, pero no iba a darle una respuesta
directa a menos que Becky me preguntara directamente por la verdad.
Ella me conocía demasiado bien y no quería mentirle, pero con Teddy
todavía estaba dispuesta a hacerme la tonta.
De alguna manera manejé el forzar una risa divertida.
—Seguro. Tal vez ya no sea la Reina de Hielo, pero todos sabemos que
todavía no soy una persona sociable. Soy demasiado egocéntrica para
gastar mi tiempo salvando vidas.
Mis padres refunfuñaron su desaprobación a mis comentarios auto-
despreciativos pero no dijeron nada más.
Ellos entendieron lo que estaba haciendo.
—La cosa de la gemela malvada puede ser verdad, creo, aunque estoy
bastante segura que yo calificaría como la malvada en ese escenario.
Quiero decir, ella es el ángel. Literalmente.
Me encontré con la mirada de Teddy con una desafiante, retándole a
llamar a mi mejor secreto por lo que era. Puedo decir que lo estaba
considerando, pero entonces Becky nos sacó de nuestro
enfrentamiento.
—¡Oh! ¡Mi! ¡Dios! ¡No! ¡Puede! ¡Ser!
171
—¿Qué? —Mi madre preguntó sobresaltada.
Becky se dio la vuelta en la silla de la mesa y me miró con grande ojos.
—¿Te acuerdas el año pasado cuando ese chico, cuál era su nombre…
el perdedor en el equipo de futbol que le pegaba a todo el mundo y
siempre se olvidaba que era blanco…?
—¿Paul Warren?
—¡Sí! —Becky se estaba emocionando tanto que estaba en peligro de
reventar—. ¿Te acuerdas cuando chocó su auto en la marquesina del
instituto y casi mata a ese jardinero?
Uh, sí, no es algo que exactamente pudiera olvidar. Fue mi primer
rescate heroico y el catalizador para todo lo que fue mal el año pasado.
—Me acuerdo.
—Este tipo con la cortadora de césped casi queda aplastado y dijo que
una chica con ojos amarillos le empujo fuera del camino —le explicó a
Teddy—. Dijo que fue aplastado por el letrero, pero estaba
completamente bien y luego ella desapareció. La mitad del instituto la
vio. Todos pensaban que era Jamie, al principio incluso yo lo pensé.
Quiero decir, se veía justo como ella. —Ella se encontró con mí mirada
otra vez y sonrió—. Los policías trataron de arrestarte o algo, ¿verdad?
—Algo así.
—Pero no pudieron por qué ella estaba con Ryan cuando pasó.
Teddy me frunció el ceño.
—¿No supusieron sólo que tu novio te estaba cubriendo las espaldas?
Porque yo lo haría.
Le di una mirada, pero fue Becky quien me defendió.
—No era su novio entonces. Además, Mike y Scott estaban ahí también.
Todos tuvieron que darle a la policía sus declaraciones. —Me miró de
nuevo—. ¿Te acuerdas de eso?
Me reí de ella.
—Un poco difícil de olvidar que fuiste acusada de tener superpoderes.
—Bien —siguió Becky—. ¿Así que no lo entienden? Esa tenía que ser
ella. Tenía que ser el Ángel de Chelsea. Tal vez ha estado ayudando a
las personas por un largo tiempo y nunca fue descubierta hasta que
encontró a Chelsea porque fue un caso muy público. ¡Esto es tan genial!
¡No puedo creer que en verdad vimos al Ángel de Chelsea!
—¿Becky dijo que Mike estuvo ahí ese día? —preguntó Teddy de
repente—. ¿Es el Mike del accidente? ¿El chico que odian?
—El mismo —dije rápidamente.
172
—¿Y testificó a tu favor con los policías?
Sonreí enormemente.
—Por supuesto que lo hizo. Por qué realmente estuve ahí todo el tiempo.
—¿Todo el tiempo? —preguntó Teddy. Oh sí, sospechaba. Estaba
seguro. Y yo estaba jodida.
Tan jodida.
Teddy igualó mi ceño fruncido y entonces regresó su atención a la
pantalla del ordenador, sus ojos estrechándose en mi imagen como el
Ángel de Chelsea.
Me arriesgué con una mirada a mis padres, encontrando la misma
expresión en sus caras que esperaba. Preocupada en mi madre y de
rabia en mi padre. Sólo podía ver la burbuja de pensamientos encima
de la cabeza de mi padre con su caricatura de figura de palo empujando
a Teddy a una tumba oscura.
Tan, tan, tan jodida…
Caray. Eso se estaba convirtiendo en mi lema estos días.
»Capitulo 18
Traducido por sooi.luuli
Corregido por Bibliotecaria70

Al día siguiente, recibí un mensaje de texto de Mike Driscoll pidiéndome


ir a visitarle al centro de rehabilitación al que se había mudado. Ya que
Mike y yo apenas nos tolerábamos, y sólo en nombre de Ryan, supe que
su solicitud podía significar una cosa. Y aquí pensé que hoy iba a estar
Teddy forzándome a decir la verdad.
—Entonces no estabas lo suficientemente drogado la última vez que te
visité —dije cuando pasé después de mis clases de esa tarde.
—Estaba completamente drogado. Casi estaba convencido de que había
soñado toda tu visita, pero entonces ayer pasó eso en Los Ángeles.
Mike alcanzó una revista de la mesa de al lado de su cama. Allí estaba 173
yo, pegada en la cubierta de la parte delantera del edificio en Los
Ángeles, luciendo una camiseta Punisher y con brillantes ojos
amarillos.
—Podrías querer reconsiderar tu disfraz. Eso no es mucho más que las
gafas de Clark Kent.
Quería sonreír -siempre había pensado lo mismo- pero eran las bromas
geniales de Mike, así que me rehusé a mostrar mi diversión. Crucé mis
brazos sobre mi pecho.
—¿Esta es la parte donde me intentas chantajear amenazando con
vender mi identidad?
La expresión de Mike se volvió dura.
—No. Ésta es la parte donde me pregunto si Miller lo sabe. Porque aquí
estás en algo serio, Baker, y no dejaré que le mientas sobre ello.
Estaba sorprendida. La única preocupación de Mike era Ryan. Así que
no era lo que yo esperaba. Nuevamente, me encontré con que no podía
mantener mi hostilidad.
—Sí, Ryan lo sabe todo.
Me dejé caer en el sillón junto a la cama de Mike. Era mucho más
cómodo que el del hospital.
—Ryan lo ha sabido desde que Paul Warren destrozó el año pasado la
marquesina del instituto. Antes de que estuviéramos juntos.
Mike se veía aliviado por eso, pero sus ojos aún estaban amplios.
—Fue a ti a quien vimos ese día —dijo, desenterrando el viejo
recuerdo—. Te destruiste por ese letrero. Salvaste al tipo de la cortadora
de césped.
No pude encontrar mi voz para responderle. No cuando él estaba
sentado en esa cama, su cuerpo destruido por siempre. Sí, había
salvado al tipo de la cortadora de césped, pero no le había salvado a él.
Esperé que viniera la acusación. Sabía que Mike ya había unido todo
eso. Pero Mike no dijo nada, y en el silencio mis ojos se inundaron de
lágrimas.
—Mike... —comencé, mi voz temblando con tanta fuerza que apenas
podía sacar las palabras.
—No. Sé por qué no me ayudaste, Jamie. —La voz de Mike era casi tan
inestable como la mía. Bajó los ojos hacia su regazo, incapaz de
mirarme, como también de arrancar sus ojos de las escayolas en sus
piernas—. No te culpes. Merezco esto.
Ahora estaba más que sorprendida. Estaba verdadera y absolutamente
sin palabras. Mike nunca antes había admitido lo que le había hecho a 174
Becky. A nadie… ni siquiera a sí mismo tanto como yo sabía. No, no
sólo estaba aceptando la verdad, estaba abrumado por el
remordimiento. La mirada en su rostro era de completa angustia. Su
culpa era mucho peor que con la que lidiamos tanto Teddy como yo,
porque ambos habíamos herido accidentalmente a personas. Mike no
podía reivindicar lo mismo.
—Cometí un error, Jamie —dijo, asombrándome cuando sus ojos se
llenaron de humedad—. Estaba borracho. No estaba en control, pero
eso no es una excusa. Becky era mi amiga y yo… yo… yo tomé ventaja…
—Mike tomó un profundo respiro y se forzó a decir lo imposible—. La
violé.
Sus ojos ahora no sólo estaban húmedos, estaban inyectados en sangre
y derramando lágrimas por todas partes. Finalmente levantó la vista
hacia mí.
—Apenas recuerdo algo de esa noche. Me dije a mí mismo que no
ocurrió, que no podía haberlo hecho, pero lo hice, ¿verdad?
No estaba segura de cómo responder a eso, así que sólo dije,
—Becky no es una mentirosa.
—Lo sé.
Mike se sorbió la nariz y me acerqué a entregarle una caja de pañuelos.
Los agarró, ocultando nuevamente su rostro. Estaba avergonzado de
sus lágrimas, pero no debería haberlo estado. Eran sus lágrimas las que
me estaban convenciendo de lo arrepentido que estaba.
—No es la misma persona que era antes del baile —susurró Mike—.
Está diferente.
Me encogí de hombros.
—Pasar por algo así cambia a una persona.
Mike asintió y consiguió detener sus lágrimas. Sus ojos brillaron y el
fantasma de una sonrisa cruzó por su rostro.
—Solía culparte. Abandonó a todos sus amigos y empezó a salir contigo.
Se volvió tan fría y enojadiza, igual que su nueva mejor amiga, la Reina
de Hielo.
—Eso es irónico, considerando que ella estaba fría y enojadiza por ti, y
yo era así por un tipo como tú.
Mike se estremeció de sorpresa.
—Ese es el por qué averigüé lo que había ocurrido entre ustedes. Es el
por qué de que Becky y yo fuéramos capaces de volvernos tan buenas
amigas. Teníamos algo en común.
Mike me miró por un largo rato, procesando esta nueva información y
aplicando el conocimiento de lo que sabía de mí sobre el año pasado.
Parecía que las cosas se habían vuelto de repente más claras para él.
175
—Lo siento —susurró.
Estaba tocada por la simpatía.
—Es el por qué de que comencé a beber tanto, ¿sabes? La culpa.
En este punto casi parecía que estuviera hablando consigo mismo. Era
casi como si de repente necesitara sacar todo eso de su pecho y por
alguna insana razón decidí que era la única que necesitaba escuchar su
confesión.
—He jodido toda mi vida por esto. Me emborraché. Rompí mi rodilla.
Perdí mi beca. Miller es el único amigo que he dejado ir, e incluso él me
ha abandonado. Y ahora esto… —Sacudió su brazo bueno sobre su
regazo para indicar su actual condición física—. Realmente la jodí.
Levantó la vista de vuelta hacia mí, sus rostro lleno de desesperación.
—Lo lamento tanto. Tienes que creerme. Sé que Becky nunca me
perdonará… no espero que lo haga… pero tienes que decirle que lo
lamento. Por favor.
—Probablemente deberías decirle eso tú mismo, ¿no crees?
Mike sacudió su cabeza.
—Nunca me dará la oportunidad. No la culpo por odiarme. Sé que una
disculpa no puede arreglar nada, pero aun así ella merece saber que
estoy arrepentido. Creo que le gustaría saber que finalmente puedo
admitir lo que hice y daría cualquier cosa para, de alguna manera,
volver atrás y hacer las cosas de manera diferente.
Mike hizo una pausa por un momento, y entonces en una minúscula
voz, preguntó:
—¿Le dirías eso por mí, por favor? Dile… —Tomó otro respiro y su voz
se volvió incluso más minúscula, pero estaba determinado a decir lo
que estaba pensando—. Dile que si necesita presentar cargos con el fin
de estar mejor, no discutiré con ella. Admitiré lo que ocurrió.
La irritación me golpeó por primera vez desde que llegamos a este tema.
—No puedes hacer eso, Mike. No puedes poner eso en ella.
Mike me frunció el ceño, confundido.
—¿A qué te refieres?
—Tú eres el único que la jodió. Ella no debería tener que ser la chica
mala por presentar cargos contra ti. Ya se siente culpable por tu
accidente. No debería sentirse culpable también por enviarte a la cárcel.
Si realmente quieres mostrarle que estás arrepentido, entonces toma
responsabilidad por tus acciones y entrégate.
Mike se sentó en silencio por otro minuto, incapaz de encontrar
nuevamente mi mirada. Eventualmente tomó un profundo respiro y
preguntó,
—¿Crees que realmente le ayudaría?
176
—Creo que eso no importa. Es lo correcto para hacer. Pero sí, creo que
le ayudaría. Creo que a ti también te ayudaría.
—Iría a la cárcel —susurró Mike después de otro largo silencio.
—Tal vez. Tal vez no. Si te entregaras podrías conseguir un juez que sea
indulgente contigo, considerando que ambos estaban borrachos en ese
momento y que en verdad ni siquiera te acuerdas de lo que ocurrió.
También funciona a tu favor que Becky nunca lo diera a conocer.
Mike, sorprendido, levantó la vista.
—He hecho mucha investigación acerca de esto —admití, ofreciéndole
una tímida sonrisa—. Quise alejarte de por vida después de lo ocurrido.
Intenté conseguir que Becky fuera a la comisaría, pero se rehusó.
El fantasma de una sonrisa cruzó por el rostro de Mike.
—Vaya, gracias, Baker.
Me encogí de hombros sin una pizca de vergüenza.
—Becky es mi amiga, y nadie la ha herido peor que tú.
Mike se echó hacia atrás, pero asintió y suspiró.
—Tienes razón, es sólo que... es la cárcel.
—Eres un chico grande. Creo que lo harías bien por tu cuenta.
Mike casi sonrió de nuevo.
—Aun así —dijo—, la cárcel es espantosa.
—También lo es ser violado.
Mike se echó hacia atrás de nuevo, y esta vez su rostro palideció.
Sabía que estaba siendo dura. Admiraba al chico por aclarar lo que
hizo, pero tampoco iba a ponérselo fácil. Soy demasiado indulgente.
—¿Siempre eres tan contundente con todos? —preguntó Mike.
Esbocé una sonrisa.
—Ayuda que realmente no me gustes mucho, pero sí. Supongo que el
título de Reina de Hielo estaba justificado.
Mike me observó por un minuto con una mirada que no podía descifrar.
—Sabes, puedo ver por qué a Miller le gustas tanto. No eres tan mala,
Baker.
Realmente me reí.
—En este momento estoy intentando convencerte de ir a la cárcel.
—Estás ayudando a una amiga.
Nuevamente, la profundidad de Mike me sorprendió. Nunca me di
cuenta de que tuviera algo de ella. Suspiró y se frotó el rostro como si 177
estuviera cansado.
—Supongo que es hora de intentar ayudarle también.
Estaba sorprendida. Mike Driscoll, el idiota del siglo, básicamente se
estaba ofreciendo a ir a la cárcel para ayudar a Becky a recuperarse. No
lo habría creído posible, pero ver este lado suyo, verle tan roto y
tomando responsabilidad por sus acciones, me hizo tener afecto por él
por primera vez desde que le había conocido. Aun así no me gustaba
realmente, pero se había ganado mi respeto e indulgencia.
—Bien por ti, Mike.
Mike suspiró de nuevo y dijo:
—Desearía que se sintiera bien.
Realmente me sentía apenada por él. Sí, estaba haciendo lo correcto,
pero definitivamente no iba a ser fácil.
—Si quieres, me quedaré contigo mientras hablas con la policía.
Lo había soltado de la nada, y nos había sorprendido a ambos.
Mike vaciló, pero entonces lentamente preguntó:
—¿Por qué harías eso por mí?
No puedo creerlo, pero sentí un rubor arrastrarse por mis mejillas.
Traté de enfrentarle como si no fuera nada, pero sabía que no estaba
engañando a nadie. Finalmente, suspiré y le dije la verdad.
—Porque Ryan se preocupa por ti, y porque estás tomando la decisión
correcta. Y porque sé lo que se siente necesitar a un amigo.
Por un minuto pensé que Mike iba a declinar mi oferta y decirme que
me perdiera, pero en su lugar sólo dijo:
—Gracias, Jamie.
Me encogí de hombros y las cosas nuevamente se pusieron incómodas
entre nosotros.
—Oye, ¿crees que podrías no decirle nada a Miller por mí? Creo que
necesita escucharlo de mí.
—Creo que sería una buena idea. ¿Qué hay sobre Becky?
Mike levantó la vista con una pizca de expresión impotente.
—Intentaré hablar con ella si crees que debería hacerlo, pero creo que
sería más fácil para ella escuchar las noticias de ti.
Él tenía un punto. Esto no iba a ser fácil para Becky. Asentí.
—Hablaré con ella.
—Gracias.
Ya que estábamos solícitos y compartiendo este momento y enfriando 178
los ánimos, decidí que era mi turno de disculparme.
—Te debo también una disculpa, Mike. Ese día debería haberte
apartado del camino. Lamento no hacerlo.
Mike estaba un poco anonadado por mi confesión, pero después de un
momento sacudió su cabeza.
—Te dije que entiendo por qué no lo hiciste.
—No, no lo entiendes. No ayudarte no tenía nada que ver con Becky. No
lo hice porque estaba asustada. Había tantas personas observándonos
porque habíamos estado discutiendo. Me habría expuesto. Pensé en
todo lo que el Señor E hizo el año pasado y no pude. Fue egoísta y
cobarde de mi parte y lo lamento.
Mike se perdió por completo mis disculpas.
—¿A qué te refieres? —preguntó—. ¿Qué tiene que ver el Señor E con
tus poderes?
—El Señor E no era el profesor de inglés pervertido que todos piensan
que era. Ni siquiera era un profesor de inglés. Era un raro científico
genio que aprendió sobre mis poderes y quería secuestrarme para que
pudiera estudiarme. Utilizó a Ryan como garantía, así no le mataría
cuando me enfrentara.
Los ojos de Mike casi se salieron de su cabeza.
—¿Me lo contarás?
Fruncí el ceño.
—¿Sobre el Señor E enganchando a Ryan a una batería de auto?
—Sobre todo. Amiga. Tienes superpoderes.
Eso me hizo sonreír con suficiencia.
—Es una larga historia.
Las puntas de las orejas de Mike brillaron rojizas, pero se las arregló
para sonar digno cuando dijo:
—Honestamente, podría usar la compañía. Con todos en la universidad
es en cierto modo ojos que no ven, corazón que no siente, ¿sabes?
Por primera vez en mi vida, le di a Mike una sonrisa de verdad.
—¿Estás hambriento? ¿Quieres ver cómo un superhéroe hace comida
para llevar?
No podía creer haber pasado el resto del día con Mike raro Driscoll. Le
traje una tarta de mi lugar de pizza favorito en el país —uno pequeño
que no estaba muy lejos de donde crecí en Illinois— y había estado tan
maravillado como Ryan lo había estado la primera vez que le había
traído una.
Después de eso, juntos llamamos a la policía. No les tomó mucho 179
tiempo tener su declaración, y le dijeron que tendrían que abrir una
investigación oficial antes de que cualquier cargo formal fuera
presentado contra él. Dijeron que llevaría algún tiempo hasta que él
escuchara algo, pero el cambio en él fue inmediato. Podía decir que
estaba contento de finalmente haber sacado todo eso de su pecho.
Conocía el sentimiento. En cierta manera me sentí igual con él sabiendo
mi secreto, y no vacilé en descargarle mi historia.
Le dije todo acerca de mi accidente y cómo conseguí mis poderes. Le
conté cómo nunca podía controlarlos y cómo Ryan me había forzado a
practicar para que pudiera besarme de nuevo. A Mike especialmente le
encantó la parte donde le dije que una vez accidentalmente había
golpeado a Ryan dejándole inconsciente. Mike, como el típico chico que
era, quería saber cómo se sentía y quería que también le golpeara. Dije
que no porque aún se estaba recuperando de un accidente casi fatal,
pero le prometí que algún día me haría enojar y entonces conseguiría
una buena dosis del "Zumo de Jamie", como él lo llamaba.
De alguna manera, para cuando esa tarde me fui, nos la habíamos
arreglado para disolver el odio entre nosotros. No diría que nos
habíamos vuelto amigos, pero definitivamente habíamos alcanzado un
certero nivel de camaradería. Más tarde esa noche, todavía estaba
dándole vueltas a este inesperado giro de los eventos mientras estaba
sentada en mi cama investigando a Visticorp. O lo estaba intentando,
de todas maneras, pero Becky estaba sentada en su cama a unos
centímetros de distancia. Con la promesa de que hablaría con ella por
Mike cerniéndose sobre mí, no pude realmente concentrarme mucho
más.
Estaba tan pérdida en mis pensamientos que no noté que Becky había
abandonado su libro de matemáticas hasta que estuvo inclinándose
sobre mi hombro, echándole un vistazo a la pantalla de mi portátil.
—¿Investigación de células madre? ¿Regeneración de extremidades?
¿Clonación de humanos? —leyó, riéndose—. Jamie, ¿qué en la tierra
estás estudiando?
Salté por las nubes, enviando mi portátil a estrellarse al suelo.
—¡Oh! ¡Lo siento! —Becky revoloteó en busca de mi ordenador y
cuidadosamente lo inspeccionó en busca de cualquier daño—. Aún de
una pieza.
Mientras tomaba de vuelta mi ordenador, Becky se sentó a mi lado con
un pesado suspiro.
—Está bien, suelta la lengua. Ahora.
—¿Qué? —pregunté, sobresaltada.
—Últimamente algo está ocurriendo totalmente contigo. Comenzamos a
hablar sobre ello una vez y he estado esperando a que lo traigas
nuevamente a colación, sólo que no lo has hecho. En su lugar, es como
180
que estás alejándote de mí. —Su rostro se veía tan triste—. ¿Qué es lo
que no me estás diciendo?
Todo, pensé.
—Jamie.
Comprobé su rostro preocupado y ahogué un sollozo. Becky era mi
mejor amiga y había estado ocultándole tanto que sentí como si ya ni
siquiera me conociera. Ella era mi única cosa que era completamente
normal. Últimamente, "normal" había volado tan lejos por la ventana
que no estaba segura de que conociera el significado de la palabra.
Becky vio mis lágrimas y arrojó sus brazos a mi alrededor en un abrazo
protector.
—Lo que sea que es, puedes decírmelo.
—Ni siquiera sé por dónde comenzar —sollocé.
—Oye —dijo, sobresaltada por la intensidad de mi repentina ruptura—.
Jamie, está bien. ¿Es Ryan? ¿Algo está ocurriendo entre los dos? La
otra noche noté la tensión entre Teddy y él. ¿Teddy está causando
problemas?
—Un poco —admití—. Pero no es sólo eso. —Levanté la vista hacia ella
a través de mis ojos borrosos por las lágrimas—. Soy la peor mejor
amiga. He estado ocultándote mucho. Vas a odiarme cuando escuches
lo que te he estado ocultando.
—Imposible.
—No, en serio. Lo harás.
—¿Por qué no lo me dices y me dejas el juicio?
Becky me dio la sonrisa más alentadora y encantadora, pero no sabía lo
que le estaba ocultando.
Ambas fuimos sobresaltadas por un fuerte golpe.
—¡Jamie!
Estaba sorprendida de escuchar la voz de Ryan. Eran casi las once, y
Ryan ya nunca estaba levantado tan tarde en una noche de entre
semana. Habría entrado en pánico, pero su voz sonaba extrañamente
atolondrada.
—¡Oye, bebé! ¡No estás contestando tu teléfono! ¿Estás allí?
Becky asimiló mi rostro lleno de lágrimas y suspiró.
—Le diría que se vaya, pero creo que ahora le necesitas. ¡Entra, Ryan!
—¡No me creerías quién me acaba de llamar y me dijo que tenía a la
novia más genial! —dijo Ryan mientras entraba a la habitación—. ¿Por
qué no me dijiste que has estado visitando a Mike en el hospital? ¡No
puedo creer que finalmente los dos se volvieran amigos! ¡Esto es tan 181
increíble! —Se dejó caer detrás de mí en mi cama y fue a darme un
beso, pero se detuvo cuando vio mi rostro—. ¿Qué está mal?
No podía responderle. Estaba demasiado ocupada observando el
corazón de mi mejor amiga romperse.
—Beck.
—¿Eso es lo que me has estado ocultando?
—Puedo explicarlo.
—No lo hagas. —Su voz era un débil susurro—. No quiero escucharlo.
—Chicas, ¿qué está ocurriendo? —preguntó Ryan. Ni Becky ni yo le
echamos siquiera un vistazo.
—Él lo lamenta, Becky. En serio.
Becky jadeó cuando llegó a darse cuenta de lo que no podía ocultarle.
—¡Tú le has perdonado! ¿Cómo pudiste perdonarle?
Su rostro palideció, y yo no pude determinar la expresión en él. Dolor.
Enojo. Traición. Disgusto. Odio. Devastación. Todo lo anterior... lo que
sea que fuera, era algo más allá de lo horrible. Nuevamente empecé a
llorar por todo.
—Él está completamente destruido por ello, Becky. Ha arruinado su
vida tanto como la tuya... más, incluso.
—¿Ha arruinado su vida más que la mía? ¡Me estás tomando el pelo! —
Finalmente Becky decidió enfocarse en una sola emoción: enojo. Sabía
que me odiaría por esto.
—Ha perdido todo. Sus amigos, universidad, fútbol. No va a volver a
caminar. Es un desastre. Incluso ni siquiera quiere tu perdón. Sólo
quiere que sepas que lo lamenta. Hoy se entregó a la policía por ti.
Aparentemente estas noticias eran demasiado para que las procesara.
Sus ojos se llenaron de lágrimas. Parecía que no podía encontrar las
palabras, así que sólo me sacudió la cabeza y entonces huyó de la
habitación.
Ryan se veía aterrado y cuando comenzó a ir tras ella, le detuve.
—No. Estoy segura de que necesita estar sola por un rato.

182
»Capitulo 19
Traducido por Jhos
Corregido por Vericity
Ryan miró a la puerta por unos pocos segundo y luego se giró de nuevo
a mí con una expresión salvaje.
—Jamie, ¿qué está pasando? ¿De qué estaba hablando?
—¿Mike no te dijo qué estaba sucediendo cuando llamó? —pregunté
con cautela.
Ryan frunció el ceño.
—Dijo que tiene algo importante que decirme y preguntó si podía venir a
verlo mañana. ¿Por qué? ¿Qué sucedió? Por favor dime qué está
pasando.
¿Por qué yo? 183
Le prometí a Mike que le dejaría explicar. También le prometí a Becky
que nunca diría a nadie su secreto, pero no podía ocultarlo de Ryan
más tiempo. Además, Becky ya me odiaba ahora, así que, ¿qué
importaba? Mike estaba a punto de decirle a Ryan de todas formas, y si
él sabía la verdad Becky lo tendría a él para apoyarse ahora que nunca
iba a hablarme de nuevo.
—¿Jamie?
A la mierda.
—Mike no botó a Becky después del baile de bienvenida el año pasado.
La violó.
—¿Él qué?
Asentí.
—Lo he sabido desde antes que Becky y yo fuéramos amigas. Escuché
una conversación entre ellos dos en la escuela después de que ocurrió.
Le juré que nunca le diría a nadie.
El cuerpo entero de Ryan se hundió debajo del peso de mi declaración.
—Él… —Su voz se apagó como si no pudiera soportar la idea de ello lo
suficiente para incluso pensar las palabras.
Observé una serie de emociones descender sobre él y agarré su mano
cuando al final se estableció en una rabia asesina.
—Ryan, no. No te enojes con Mike ahora. Sólo hará las cosas peores.
Ambos se destruyeron a causa de lo que sucedió y ambos te necesitan.
—Pero él…
—Cometió un error —dije rápidamente—. Y créeme, pagó por ello. eres
el único amigo que le ha quedado y te necesita. Al menos prométeme
que hablarás con él antes de que lo des por perdido.
Pienso que si alguien excepto yo hubiera rogado por el caso de Mike,
Ryan no habría escuchado. Creo que se habría marchado directo al
centro de rehabilitación y terminado el trabajo que esa SUV había
comenzado.
—¿Realmente lo has perdonado? —preguntó con voz pequeña.
—Lo hice. Realmente necesitas hablarle, Ryan.
Ryan se sentó en silencio por unos pocos minutos más, aferrándose a
mi mano sin apretar mientras trataba de procesar todo lo que acababa
de aprender sobre sus dos mejores amigos. Al final levantó la mirada y
se encontró con mis ojos. —Nunca comprendí porque lo odiabas tanto.
—Me encogí de hombros, no segura de lo que esperaba que dijera—.
¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿Por qué finalmente has escuchado lo
que tenía que decir?
Suprimí un suspiro. Pensé que iba a tener más tiempo para prepararme 184
antes de que tuviera que sincerarme sobre Mike.
—No me dio muchas opciones. Sabe que soy el Angel de Chelsea.
—¿Qué? ¿Cómo?
—En cierto modo se lo dije, pero pensé que estaba en coma en ese
momento. Sólo estaba desahogándome y el secreto estaba fuera antes
de que me dejara saber que no estaba inconsciente.
—Mike… sabe… sobre ti…
La voz de Ryan se apagó después de cada palabra como si cada una
estuviera causándole a su cerebro un pequeño cortocircuito.
—Tú sabes, creo que estará bien. Cuando lo averiguó estaba en su
mayoría preocupado de que estaba mintiéndote. Hay un poco más en él
de lo que pensaba. Tal vez… —me encogí, no creyendo lo que estaba a
punto de admitir—, tal vez no es tan malo. —Cuando la mandíbula de
Ryan cayó en asombro, me ruboricé y giré mi atención de nuevo a mi
computadora—. Es leal a ti, de cualquier forma. Estoy segura que no va
a decir nada. Sólo ve a hablar con él mañana antes de que enloquezcas.
Lo verás.
No levanté la mirada a la que fuera la expresión que estaba en el rostro
de Ryan. Lo conocía lo suficientemente bien para ahora que podía más
o menos leerlo siempre, y esta era una de esas veces en que no quería
tener ninguna idea de lo que estaba pasando en su cabeza.
Fui de nuevo a mi investigación sobre Visticorp, dándole a Ryan un
amplio tiempo para pensar. El pobre chico probablemente lo necesitaba
después de las bombas de información que acababa de dejar caer sobre
él.
No estoy segura de cuanto tiempo pasó antes de que Ryan hablara de
nuevo, un minuto, dos, diez. Probablemente se sintió más tiempo del
que era, en especial desde que estoy bastante segura que sostuve mi
aliento todo el tiempo. No estaba segura de cual incomodo tema había
decidido enfrentar primero. Me sorprendió, sin embargo, por no sacar
ninguno de ellos.
—¿Que estás haciendo?
—Utilizando Google Earth para conseguir una mirada a los edificios
deVisticorp. No es útil que estén justo en el medio de Las Vegas. Muy
inconveniente el caso que el edificio necesite, no lo sé, una repentina
“muerte intempestiva”.
—Nena. —Ryan frotó su cabeza como si estuviera dándole un dolor de
cabeza—. ¿De qué estás hablando?
—Carter fue un definitivo inútil en la búsqueda del asunto Visticorp, así
que estoy haciéndolo por mi misma. Si no puedo encontrar ninguna 185
suciedad en ellos, entonces sólo tendré que conformarme con destruir el
lugar. Puedo hacer eso.
—Jamie, sabes que no puedes…
—Es extraño, sin embargo. —No lo dejé terminar su oración. En un
cierto momento iba a tener que hacer algo—. Estaba buscando a través
de su directorio de empleados hace poco y no vi Murphy o ningún otro
de Demakis y su equipo.
Ryan no quería jugar el juego, pero no pudo resistir la oportunidad de
hacer una nueva teoría.
—Carter dijo que era como si el chico no existiera, ¿cierto? Tal vez ellos
tienen alguna marca secreta de la compañía donde hacen todas sus
cosas ilegales. Como el gobierno tiene sus agencias secretas para la que
trabajan sus espías.
Gemí.
—¿The bourne Identity de nuevo, Ryan? ¿En serio?
Ryan sonrió. “Sabes que hacen ese tipo de cosas en la realidad.
—Es una película.
—Es una buena película. Y te gusta, también.
—Me gusta Matt Demon.
—Por favor. ¿Matt Damon es tu ideal?
—Considérate afortunado que te conocí primero.
Ryan bufó.
—Bueno, entonces tal vez deberías considerarte a ti misma afortunada
que te conocí antes de Emma Watson.
—¿Hermione? —me reí—. Imagínate. Uniforme de chica escolar, y todo.
—Umm —estuvo de acuerdo Ryan apreciativamente. Se detuvo,
pensativo, y me sonrió malvadamente—. Sabes, si realmente no quieres
darle a la cosa de la Mujer Maravilla un intento, deberías tener otras
opciones.
—¡Oh, cállate!
Riendo, balanceé mi almohada a la cabeza de Ryan, pero la atrapó y tiró
al suelo.
—¿Comenzando pelea de almohadas en clases, señorita Baker? Creo
que eso es contra las reglas escolares.
Con una de sus cejas levantadas en un perfecto arco, puso mi
computadora en el piso y luego se arrastró hacia mi sobre la cama.
Me habría reído, excepto por la repentina mirada en sus ojos que hizo
que mi estomago diese vueltas.
186
—Mejor dame mi castigo, entonces —dije, utilizando el ultimo poco de
aire en mis pulmones.
—Oh, creo que puedo ser más creativo con tu castigo que eso.
Me estremecí por el deseo tan espeso en su voz, y lancé mis brazos
alrededor de su cuello cuando me empujó sobre mi espalda.
Casi como si hubiera estado escuchando fuera de mi puerta, Teddy
eligió ese preciso momento para golpear.
—¡Jamie! ¡Abre! ¡Tenemos que hablar! ¡Ahora!
Ryan gruñó y me capturó en un acalorado beso antes de que pudiera
responder a Teddy.
—¡Jamie!
Me aparté de los labios de Ryan con un gemido.
—¡Aquí no hay nadie con ese nombre! —grité.
—¡Es importante!
—¡Lo siento! ¡Estoy ocupada pretendiendo ser una horrible colegiala
para mi novio! ¡Llámame mañana!
Teddy probó la perilla de la puerta entonces, y desde que no estaba
bloqueada vino estallando en mi habitación. Ryan saltó a sus pies, listo
para golpear a Teddy en el piso, pero Teddy extendió una mano y
congeló a Ryan en el lugar con su telekinesis.
—Ustedes chicos pueden hacer lo asqueroso más tarde —dijo,
mirándome—. Tienes un acosador.
—No bromees —gruñó Ryan.
Teddy rodó sus ojos.
—No yo. Estaba en mi camino aquí porque has estado evitando mis
llamadas todo el día.
Esto era cierto. Había estado evitándolo porque sabía que solo me
preguntaría sobre ser el Angel de Chelsea.
—Vi a cuatro tipos pasando el rato fuera en frente de tu edificio —
continuó Teddy—. Estoy bastante seguro que uno de ellos era el mismo
tipo de la disco la otra noche, y también estoy bastante seguro que
todos ellos están armados.
Ryan y yo nos tensamos.
—Me colé por la parte trasera del edificio y había mas chicos vigilando
la salida trasera. Tuve que subirme a través de la ventana del cuarto de
lavandería para advertirte. Creo que estás en peligro, Ángel. —Dijo el
nombre con amargura.
Ryan lanzó sus manos arriba en al aire con un gemido, pero yo no
estaba realmente así de molesta.
187
—Bien —dije con rodamiento de mis ojos—. Me atrapaste. Soy el Ángel
de Chelsea.
—¿Por qué sólo no me dijiste? ¿No confías en mí? ¡Jamie, somos lo
mismo! ¿Cómo pudiste no decirme después de que te expliqué mis
poderes?
—¿Realmente quieres discutir sobre esto justo ahora? —pregunté—.
¿Con un grupo completo de psicópatas científicos malvados
permaneciendo fuera listos para secuestrarnos para experimentos?
Teddy jadeó.
—¿Sabes quiénes son?
Agarré ambas, su mano y la de Ryan y me dirigí fuera de la puerta. —
Son una compañía de investigación genética y han sabido de mí desde
mi accidente. Estaba planeando explicarte todo esto pronto, ya que,
gracias a ese truco que tiraste en el callejón, estoy segura que están
detrás de ti también. Que, por cierto, podría haberlo manejado
totalmente por mí misma.
—Eso es gratitud para ti —se quejó Teddy.
—Peleen más tarde, chicos —dijo Ryan—. Teddy, ¿dijiste que entraste
por la ventana del cuarto de lavandería?
—Síp.
—¿Dónde es eso?
—Primer piso. Fuera del vestíbulo.
Mi cuarto está casi exactamente a medio camino por el pasillo en el
tercer piso de un dormitorio de cinco pisos. El pasillo es largo y estrecho
y tiene sólo dos salidas. Hay un elevador en el frente del edificio que
desemboca en la sala común y las escaleras al fondo que llevan a la
salida de incendios.
Demakis, Reynolds, y Lorenz salieron del elevador justo cuando
nosotros entramos al pasillo. Por una fracción de segundo mis ojos se
trabaron en los de Demakis, y luego caí al suelo, experimentando un
dolor que nunca había sentido antes.
Ryan estaba repentinamente agachado sobre mí, sacudiendo mis
hombros ligeramente.
—¿Jamie? ¿Qué es? ¿Qué está mal?
—¿No lo escuchas? —grité.
—¿Escuchar qué?
No pude responder excepto para gritar. En alguna parte, alguien estaba
soplando alguna especie de silbato para perro supersónica o algo. El
sonido era demasiado perjudicial para mis oídos hiper sensibles que no 188
podía pensar. El ruido estaba rebotando en mi cerebro al punto que iba
a volverme loca por ello.
Junto a mí, Teddy gritó de dolor y cayó al piso, agarrando su cabeza.
Cuando miré hacia él, parecía como si estuviera teniendo un ataque.
Sus ojos habían rodado atrás en su cabeza y sangre estaba cayendo de
su nariz.
—Funciona —dijo Demakis, luego habló en su reloj—. Dispositivos
exitosos. Objetivos incapacitados.
Reynolds estaba de pie atrás sosteniendo dos pequeñas cajas negras de
metal, uno de lo que era algún tipo de dispositivo especifico para Jamie
inventado para debilitarme el tiempo suficiente para secuestrarme. La
maldita cosa funcionaba también. Brutalmente. Sólo puedo asumir que
el otro era el mismo tipo de arma, pero con un sello de Teddy en ello.
Ryan saltó a sus pies sólo para encontrar un arma apuntada a su
cabeza y no del tipo de tranquilizantes.
—Retrocede, hijo —dijo Demakis con calma—. Ahora no es el momento
para jugar al héroe.
Traté de reunir la energía en mis manos, pero no tenía control sobre
ella. Era una lucha sólo para permanecer consciente. Apenas podía
pensar y no podía moverme, y estaba bastante segura que la sensación
de cosquilleo en mis oídos era la sangre derramándose fuera de ellos. Si
mantenía su dispositivo mucho mas tiempo, estaba segura que iba a
volverme sorda, y tanto como mi cabeza dolía, imaginé que sería
afortunada si salía de esto antes de que mi cerebro se dañase también.
Las manos de Ryan se apretaron en puños y Demakis amartilló su
arma.
—¿Crees que tu novia quiere verte morir?
Mi visión se nubló en una neblina amarillo/verde cuando mis poderes
respondieron a mi miedo y rabia. Mi collar no era la única cosa que
explotó cuando pasé al Modo Peligro. Las luces en el pasillo llovieron
abajo sobre nosotros en pequeños pedazos. Freí el edificio entero a la
amenaza contra la vida de Ryan.
Fuimos empujados en una oscuridad total y escuché el sonido de un
puño golpendo carne. Supe que era Ryan. Sabía que sería el único en la
habitación no sorprendido por el corte de energía y que no había forma
que desperdiciara la distracción.
Escuché el sonido de una lucha mayor, y oré que mi novio no estuviera
siendo asesinado mientras yo trataba de arrastrarme a través del piso
había los otros dos hombres. Demakis era enorme y sin duda había
recibido entrenamiento físico antes de obtener su titulo como experto en
recuperación.
189
Las luces de emergencia se encendieron repentinamente y Lorenz sonrió
abajo hacia mi en la luz débil.
—¿Vas a alguna parte, chiquilla?
Incapaz de hacer nada más, pateé e hice contacto con su pierna.
Juzgando por sus gritos y la forma en que cayó, definitivamente rompí
algo.
El siguiente a venir fue Reynold, haciendo un circulo abierto para evitar
mis piernas, pero al segundo en que agarró mi hombro consiguió tal
sacudida de electricidad que fue realmente tirado hacia atrás e impactó
contra la pared.
No tuve tiempo para preguntarme si detuve su corazón o no porque se
oyó el sonido de un arma y Ryan golpeó atrás contra la pared,
deslizándose al piso.
Sirenas sonaron afuera. Las chicas gritaron en las habitaciones a mi
alrededor, unas cuantas de ellas desafiando una hojeada al pasillo pero
luego rápidamente cerrando de golpe sus puertas. Demakis gritó en su
reloj por respaldo. Pero nada de eso importó.
Habia visto a Ryan lastimado antes cuando el Sr. Edwards lo había
tomado como rehén, pero incluso eso no fue tan chocante como
observarlo ser disparado. En ese momento mi mundo entero vino a su
fin.
—Estoy vivo, Jamie —gruñó Ryan—. Sólo golpeó mi brazo.
Y de repente pude respirar de nuevo. Bien por mi. Mal para Demakis.
Tan, tan mal para Demakis.
Demakis ahora estaba de pie sobre mí con una jeringa gigante en su
manos.
—Alguien debería haberte advertido que no es prudente hacerme enojar
—dije con voz ronca.
Mi amenaza sonaba ridícula considerando que vino en un estrangulado
susurro, y Demaki rió.
—Parece como si estuvieras sin trucos, pequeña monstruo.
¿Monstruo? ¿En serio? ¿Teníamos cinco años? ¿Se suponía que eso
lastimara mis sentimientos?
—Estás equivocado —dije—. Tengo uno que queda en mí.
Cerré mis ojos, tratando de bloquear fuera el ruido y el dolor, y
encontrarme sólo en el calor debajo de la superficie de mi piel. Drené
cada último poco de energía que tenía en mi palma hasta que mi mano
se sintió en llamas. Luego apunté justo al pecho de Demakis. Él se rió
de nuevo a la forma en que mi brazo temblaba.
—Esto es por dispararle a mi novio, idiota.
190
Cuando el rayo golpeó a Demakis, voló hacia atrás por todo el pasillo e
impactó en las puertas del elevador antes de caer en una masa
inconsciente en el piso.
Segundos más tarde, el ruido se fue y tomé lo que se sintió como mi
primera respiración en horas. Teddy gimió al mismo tiempo. Levantó su
cabeza el tiempo suficiente para hacer contacto conmigo, luego la dejó
caer de nuevo al piso con un golpe seco.
—Aquí, Jamie —dijo Ryan, sosteniendo los dos pequeños dispositivos—.
¿Crees que tienes energía suficiente para freír esos?
—¡No! —gimió Teddy de nuevo—. No los destruyas.
—¿Por qué no?
—Quiero ver si puedo averiguar qué son, qué hicieron para nosotros. Si
puedo hacer eso, tal vez pueda llegar a algo para contrarrestar cosas
como ellas en el futuro.
—No tienes futuro, 4281.
Mi cabeza chasqueó hacia la voz ronca. Me había olvidado de que
Lorenz todavía estaba consciente. Tenía lágrimas en sus ojos del dolor
que tenía, pero cuando lo miré sonrió de todas formas. Levantó su brazo
y colgó su reloj hacia mí.
—El respaldo acaba de llegar.
Teddy maldijo y se empujó arriba. Parecía completamente y
definitivamente enfermo, pero estaba en sus pies.
—¿Recargaste ya, nena? —me preguntó Ryan.
—Sólo un segundo.
Las puertas del elevador sonaron al mismo tiempo que la puerta de las
escaleras se abría de golpe.
—No creo que tengamos un segundo —murmuró Teddy cuando un
puñado de hombres con armas irrumpieron hacia nosotros.
No había forma de salir de aquí.
A menos…
No tuve tiempo para pensar sobre ello. Los hombres se estaban abrieno
en abanico, armas apuntando, gritándonos:
—No se muevan y no traten nada divertido.
Sí, de acuerdo, seguro, tipos siniestros con armas. Sólo vamos a ir en
silencio y pacíficamente para ser sus maniquís de pruebas. Suena como
un plan…
Tiré de Ryan hacia mí y lo bombeé lleno de energía con un superbeso.
Detrás de mí muchas personas rieron y se burlaron. Teddy sonó
particularmente consternado cuando dijo: 191
—Honestamente, mujer, ahora no es tiempo para eso. ¡Aprende a
contralarte a ti misma!
—Mi ventana —le susurré a Ryan cuando rompí el beso.
Ryan asintió con comprensión, luego miró a Teddy e hizo una mueca.
—Lo sé, bebé —dije—. Lo siento por adelantado.
—¿Por qué lo sientes? —comenzó a preguntar Teddy, pero fue cortado
cuando giré alrededor y planté un gran, rápido superbeso en él,
también.
Jadeó, pero de inmediato regresó el beso con una ferocidad
sorprendente. Quise golpearlo cuando sentí su lengua entrar en mi
boca, pero casi no podía culparlo. Los superbesos son muy
abrumadores, en especial la primera vez.
Demasiado pronto para su gusto, y no lo suficientemente pronto para el
mío, sentí su cuerpo comenzar a temblar, así que lo empujé lejos de mi.
Me miró boquiabierto, los ojos abiertos y sin aliento, sonriendo tan
grande que sus hoyuelos se tragaron sus mejillas completas.
Esperaba que me preguntara lo que acababa de suceder o por qué lo
había hecho, pero todo lo que dijo fue: —¡Amigo! Los libros no mienten.
¡Besar es asombroso!
¿Fue su primer beso? Eso me atrapó fuera de guardia, pero no había
tiempo para responder. Sólo agarré apretadamente su mano, asentí a
Ryan que ya estaba lista, y luego despegamos a super velocidad en mi
dormitorio y fuera de mi ventana en el tercer piso. No nos detuvimos
hasta que estábamos de pie en la sala de estar de mis padres.
192
»Capitulo 20
Traducido por Jess16
Corregido por 1Inna
Estaba aterrada.
Y cabreada.
Era un torbellino sobrealimentado de emociones cuando llegué
golpeando mi camino a través de la puerta principal, arrastrando a un
Ryan herido y a un muy confundido Teddy a cuestas.
—¡Mamá! ¡Papá!
Mis padres ya se nos acercaban. Sabían que había un problema porque
aceleré lo suficiente para averiar los interruptores de la casa. Eso, y la
puerta de entrada había sido arrancada de sus goznes cuando traté de
abrirla, y ahora estaba tirada en medio de la calle en frente de mi casa.
No había hecho nada de eso desde que descubrí que mi profesor de
193
inglés había secuestrado a mi novio el año anterior.
Todos estaban gritando y haciendo preguntas, pero mi mente aún
estaba en mi dormitorio, y todo lo que acababa de suceder.
—¡Cállense! —grité—. ¡Todos tranquilos! ¡Por unos minutos, nadie haga
ruido! ¡Por favor!
Me obedecieron. Supongo que es natural escuchar a una enojada chica
rayo. Sabía que tenían preguntas, pero estaba demasiado amplificada
para centrarme en nada, además de la lista mental corriendo por mi
cabeza.
Cerré los ojos y escuché tan duro como mis hipersensibles—y ahora
súper dañadas—orejas podían oír. Tardé minutos en poder
concentrarme. No estoy segura de cómo mi padre logró guardar silencio
tanto tiempo, pero valió la pena. Después de unos minutos tuve la
oportunidad de escuchar lo que estaba buscando. Salí corriendo de la
habitación a recoger todas las cámaras y bichos que habían sido
plantados en mi casa y los convertí en una pequeña bola antes de
freírlos.
—Está bien, ahora es seguro hablar —dije a mi público en espera.
—Bien —dijo Ryan, entonces dio un puñetazo en la mandíbula a Teddy.
—¡Ryan! —grité su nombre porque se balanceaba sobre sus pies luego
de golpear a Teddy. Tuve que agarrarlo y ayudarle a llegar al sofá. Fue
entonces cuando mi madre se dio cuenta de la sangre y se puso
histérica.
Mientras ella corrió a la cocina a buscar una toalla, Teddy gimió y se
frotó la mandíbula, pero en realidad no podría haberse lastimado tan
mal. El puño de Ryan no había tenido mucha fuerza tras él, teniendo en
cuenta que había sido disparado y todo.
—¡Hey! ¿Qué fue eso? ¡Ella me besó!
—No tenías que gustarle mucho.
Sonreí y pasé los dedos por el ahora cabello empapado de sudor de
Ryan. —Corta un poco la extensión, cariño. Sabes cómo son de
impresionantes mis súper besos. ¿Recuerdas cómo reaccionaste la
primera vez que recibiste uno?
—Disculpa —se opuso Ryan—. ¿Quién se sentó a horcajadas ese día,
Solecito? Dominaba totalmente ese beso y tú lo sabes.
Solté un bufido. —Claro que lo hiciste. ¿Razón por la cual empezaste a
acecharme después de eso?
Ryan frunció el ceño y luego miró de nuevo a Teddy por si acaso.
—Bien. Pero definitivamente es el momento de otro viaje a la cabaña
para una sesión de práctica. Tenemos que encontrar una forma
194
diferente para que puedas transferir tu poder a la gente y así nunca
tengas que hacer eso de nuevo. A partir de ahora, la única persona que
recibe súper besos soy yo. ¿Entendido?
Le sonreí a mi novio, y luego me inclinó para darle un beso rápido.
—Prometido.
—¿Qué pasó? —exigió papá. Palideció al darse cuenta de que la herida
de Ryan era una herida de bala.
—Visticorp vino por Teddy y por mí. Fue muy intenso. Tuve que
compartir mis poderes con los dos a fin de escapar.
Mi padre cayó en su sillón. Escuché su corazón para asegurarme de que
continuaba latiendo regularmente mientras mamá volvió y revisaba el
brazo de Ryan.
—¿Eso es lo que pasó? —dijo Teddy, rompiendo mi concentración—.
¿Me diste tus poderes?
—Temporalmente. Estoy segura de que ya has utilizado toda tu energía.
— Espera. El beso. Por eso se sentía tan…
Teddy decidió no explicarlo con detalles cuando Ryan lo miró de nuevo.
—¿Eléctrico? ¿Energético? —proporcione.
Teddy asintió. —Increíble. —Estuvo de acuerdo con un suspiro de
ensueño. Su sonrisa rápidamente cambio a un ceño fruncido—. Espera,
¿es la única manera en que puedes transferir tu poder?
—Es la única manera en que puedo transferirlo con seguridad.
Accidentalmente lo he hecho antes a través del tacto, pero no he
encontrado la manera de controlarlo de esa manera todavía. La mayoría
de las veces en que lo he probado, la gente acabó consiguiendo
choques.
Mi padre hizo una mueca. Él había sido el destinatario de la mayor
parte de esas descargas.
—Así que... —La voz de Teddy era repentinamente pequeña—. ¿Es esa
la única razón por la que me besaste?
Suspiré, sintiéndome mal por alzar sus esperanzas. Ryan no era tan
simpático. —¿Por qué si no iba a darte un beso?
—Oh, no lo sé —se burló Teddy—. Tal vez porque finalmente te diste
cuenta que debemos estar juntos.
Ryan se burló de eso.
—¿Qué te pasa? ¿No puedes manejar un poco de competencia?
—¿Tú? ¿Competencia? —Ryan se echó a reír.
195
—¡Jamie y yo somos iguales! —Teddy se rompió—. ¡Merece estar con
alguien especial, como ella! ¡Tú eres tan normal, que es asqueroso!
—¿Crees que sólo porque tienes poderes eres digno de Jamie?
—¡Chicos! —grité—. ¡No tenemos tiempo para pelear por esto ahora!
—¿Sobre qué están hablando? —preguntó mi padre.
—Soy como su hija, Sr. Baker. —Teddy le sonrió con orgullo—. Tengo
poderes, también. Telequinesis.
—¿Qué? —Mamá se quedó sin aliento.
Teddy mostró sus hoyuelos a mi madre y mentalmente tiró una flor del
florero de la ventana y lo envió al otro lado de la habitación a sus
manos. —Puedo mover cosas con mi mente.
Ninguno de mis padres se veía como si supiera qué hacer con esta
información. Aproveché el momento de silencio. —Miren, voy a volver a
la escuela y ver si puedo averiguar sus próximos movimientos.
—Espera, Jamie. No creo…
No dejé que Ryan terminara la frase. No tenía ningún sentido. Nadie iba
a detenerme. —También tengo que comprobar a Becky. Hacer que esos
psicópatas no la molesten. ¿Por favor ocúpense de mis padres durante
mi ausencia? —Miré a Ryan y Teddy antes de salir por la puerta—. No
se maten el uno al otro. Volveré.
Mi dormitorio había sido evacuado para el momento en que regresé.
Recorrí la multitud buscando a Becky, pero no estaba allí. El problema
era que no sabía si eso era bueno o malo. ¿Había ido a ver a sus amigas
animadoras, o al hogar de sus padres? ¿O Visticorp la había encontrado
y tomado en un intento de llegar a mí? ¿Estaría recibiendo un rescate
pronto?
La policía había cerrado el edificio con cinta amarilla de precaución, y
dos chicos que parecían de la película G.I. Joe bloqueaban la puerta de
entrada con armas en sus manos.
Asegurándome de mezclarme entre la multitud, mire a la chica a mi
lado. Me resultaba vagamente familiar. Creo que vivía en mi piso.
—¿Qué pasó?
—Es el FBI o algo así.
El FBI. Correcto. Claro, lo era.
—Hubo un poco de actividad criminal en nuestro edificio. Yo estaba en
mi habitación en el tercer piso y una pistola se disparó. Cuando la
policía nos hizo evacuar, vi sangre en el pasillo. —La muchacha se
estremeció. Yo también. Esa sangre era de Ryan—. No atraparon al tipo.
Están buscando en todas las habitaciones en este momento.
—Lunático.
196
La chica asintió y enfocó sus ojos de nuevo en el enjambre de policías.
Por lo que pude ver, los policías parecían tan confundidos y frustrados
como los estudiantes. Me concentré en los dos chicos que custodiaban
la puerta, pero no estaban diciendo nada. Cerré los ojos y traté de
escuchar más allá de la charla en el edificio. Era casi imposible, pero
apenas podía oír las voces irritadas en el interior.
—¡El tercer piso despejado!
—Este, también.
—Sala de lavandería y sala de estar vacías.
—Te lo digo, ya se han ido.
Reconocí esa voz. Era Reynolds. Su voz sonaba un poco ronca, pero
estaba vivo. No estaba tan segura sobre Demakis.
—Nunca los encontraremos ahora —se quejó Reynolds—. Van a pasar a
la clandestinidad.
—Van a tener que resurgir en algún momento —argumentó Lorenz—. El
aparato funcionó bastante bien en la chica, pero la electricidad es un
problema. Vamos a tener que encontrar una manera de neutralizarla
antes de que tenga la oportunidad de recuperarse de ello. Ella es
increíblemente fuerte. Mucho más fuerte de lo que pensábamos
inicialmente.
—Nos las arreglaremos —dijo una fría, calmada voz que nunca había
oído antes. Podría decir simplemente por la firmeza de que le pertenecía
al hombre a cargo. Mi sangre se volvió hielo cuando me entregué en la
memoria. Una parte de mí quería entrar y echar un vistazo al hombre,
mientras otra parte de mí moría de ganas de correr rápido y lejos en la
dirección opuesta.
—La fuerza de la chica es una cosa buena. Será una ventaja increíble.
—Si puede controlarse, señor. Es una fiera, tan única.
—Cualquiera puede ser controlado cuando se les da el incentivo
adecuado, Lorenz.
—¿La compañera de cuarto? —preguntó Reynolds.
La sola mención de Becky hizo que mi sangre fría como el hielo
destellara hirviendo. Olvídense de ser un ángel, si trataban de poner un
solo dedo en mi mejor amiga, irían todos en una llamarada de fuego al
infierno
—¿Estás seguro de que ella no sabe nada? —dijo Hombre de Negocios.
—Positivo, señor. El único además de los padres es el novio. —Bueno.
Al menos ellos no conocían a Mike.
—Entonces olvídate de la compañera. Entre menos personas
involucradas es mejor. Ahora los padres son nuestra principal 197
prioridad.
Energía se apoderó de mí otra vez. Estaba tan furiosa que casi quería
que ellos lo intentaran. Esa sería la única excusa que iba a necesitar.
Alguien se aclaró la garganta, y luego Lorenz habló. —Con todo el
debido respeto, señor, no creo que mano dura con la chica sea el mejor
enfoque. Hacerla enojar esta tarde sólo la hacía más fuerte.
Malditamente bien, lo hizo. Bien por Lorenz al reconocer eso.
—¿Qué sugieres?
—La chica valora su privacidad, sin embargo, ella no puede dejar de
usar sus poderes. Digo que filtremos su identidad como Ángel de
Chelsea y luego le ofrezcamos protección una vez que los medios de
comunicación y el gobierno hayan destruido su vida. La chica es
inteligente, pero creo que todavía podemos explotar sus debilidades a
nuestro favor.
—Estoy de acuerdo —dijo Reynolds—. Ella es inestable y no tiene miedo
de la violencia. Si la empujas, no se sabe lo que va a hacer.
Hubo una pausa cuando el jefe misterioso lo pensó. No debe haber
parecido convencido porque Lorenz dijo:
—No podemos tocarla físicamente, señor. Y ella es muy fuerte.
Oí la cautela en la voz de Lorenz y me encogí. Había estado en pánico
cuando me defendí contra él y lo había pateado usando súper fuerza.
Sea cual sea su condición, no era bonita.
— Sí —dijo Hombre de Negocios—. Fascinante.
—¿Fascinante? —Reynolds se quedó sin aliento, horror en su voz—.
Señor, ¡ella prácticamente le licuó la rodilla!
Me encogí de nuevo.
— Sí —seguía sonando con temor el jefe—. La cantidad de fuerza que la
chica debe haber utilizado para infligir una lesión como la suya es
especialmente curiosa. Creo que hay que añadir fuerza inhumana a sus
otros activos. Vamos a tener que tomar un nuevo enfoque con nuestros
esfuerzos de recuperación.
—¿Qué pasa con Demakis? Viste tú mismo lo que le hizo a él. ¿Cómo
podemos protegernos contra eso?
—Deja eso a los científicos. Sólo sigue enfocado en tu meta. Quiero a
esa chica.
Alguien suspiró. No podría decir quién.
—¿Qué te gustaría que hagamos? —preguntó Lorenz.
—Vas a volver a las instalaciones y a cuidar esa pierna. Reynolds,
después de que te haya limpiado el médico, quiero que montes un
nuevo equipo y la encuentres. Encuéntrala y luego nos vamos de allí.
198
Comienza con la casa de sus padres y en los hospitales. Todos y cada
uno en el país, si es necesario. El novio de la chica recibió un disparo.
Necesita ayuda médica.
— ¿Cómo puedes estar seguro de que va a ir con él?
El Hombre de Negocios se rió. —Oh, va a ir. Ese muchacho es su mayor
debilidad. Ella no será capaz de dejarlo.
Quería matar al hombre. Aún me quedaba un par de metros más cerca
del edificio. Tenía que salir de allí antes de que hiciera algo estúpido.
Había oído lo suficiente, de todos modos. Sabía lo que tenía que hacer
ahora. Solamente no sabía si era lo suficientemente fuerte para hacerlo.
»Capitulo 21
Traducido por val_277
Corregido por Vericity
Al segundo en que volví, mi papá me atacó con uno de sus abrazos de
oso.
—Estoy bien, papá —prometí—. Parece que Becky está segura y ahora
sé que no están pensando en hacer nada a nadie hasta que me
encuentren.
—Bueno, eso lo resuelve, entonces —dijo Ryan—. Es la hora. Tenemos
que correr. Tenemos que desaparecer. Podemos escondernos.
—¿Tú? —se burló Teddy—. Eres un idiota si crees que vas a ser capaz
de mantenerla a salvo de ellos.
—Teddy —grité—. ¿Cuál es tu problema?
199
Cuando grité, Teddy me gritó de vuelta.
—¡No puedes esconderte de ellos, Jamie! ¡No, a menos que
desaparezcas! Si no quieres que te encuentren, entonces necesitas dejar
de existir. Necesitas convertirte en otra persona. Eso es casi imposible
de hacer, pero yo puedo hacer que suceda. Yo puedo ayudarte. Él sólo
va a ponerte en más peligro.
Mi mamá, conociéndome tan bien, se puso delante de mí antes de que
golpeara la mierda de Teddy. Ya sabía que Ryan no vendría conmigo,
pero aun así no me gustó la actitud de Teddy.
Ryan parecía a punto de saltar a sus pies, a pesar de que no estoy
segura de que pudiera. Todo su cuerpo temblaba de ira. Se quedó
mirando a Teddy con ojos asesinos. Era una mirada que solo había
visto una vez en él, justo antes de que le rompiera la nariz a Carter. No
podía culparlo por estar enojado.
Teddy estaba siendo un idiota, pero estaba en lo cierto.
—Ryan, él tiene un punto. Tengo que desaparecer y... —Me tragué la
bilis y traté de mantener las lágrimas a raya. Mi intento no funcionó—.
No puedo llevarte conmigo. —Un espeso silencio se instaló en la
habitación, y fue entonces cuando por fin me rompí—. Lo siento.
—Jamie, ¿de qué estás hablando? ¡Por supuesto que puedes llevarme
contigo! —Ryan sonaba en pánico. Él comenzó a sentarse, así que corrí
a su lado y lo obligué a tumbarse hacia abajo. Pellizcó sus ojos cerrados
cuando empecé a correr mis dedos por su pelo.
Una lágrima caía por su barbilla y salpicó su mejilla. Ryan tocó la
mancha de humedad con su dedo y luego sus ojos comenzaron a
filtrarse también.
—Ni siquiera lo pienses —dijo con voz ahogada. Llevó mis manos a sus
labios—. No me estás dejando.
—Cariño —dije, tratando de sonreír a pesar de que las lágrimas no
dejaban de fluir—, tienes que ir al hospital ahora mismo. No puedo ir
allí. Reynolds ya está esperando a que aparezca contigo. Él va a
supervisar todos los hospitales del país. Lo oí decir eso.
—Entonces ven a buscarme cuando esté mejor —insistió Ryan.
—No puedo. Ellos te estarán observando. Saben que eres mi mayor
debilidad. Harán lo que sea para buscarme, incluyendo lastimarte.
Mientras estés conmigo, estás en peligro.
—Vamos a desaparecer para siempre. Vamos a explicarles la verdad a
mis padres. Gene nos ayudará. Nos dará dinero suficiente para comprar
nuestra propia isla o algo.
—No puedo pedirte que hagas eso. No puedes renunciar a tu vida por 200
mí.
—Jamie. —La voz de Ryan de repente fue baja y estable. Se incorporó
para que pudiera mirarlo directamente a los ojos—. ¿Cuántas veces
tengo que decírtelo? Tú eres mi vida. El colegio, jugar fútbol, mis
amigos, mi futuro... con mucho gusto voy a dejarlo todo. Ni siquiera
tengo que pensar en ello, porque nada de esto importaría si no te tengo.
Yo voy contigo. No voy a dejar que te vayas sola.
—Ella no estará sola.
Ryan y yo miramos a Teddy con tanta fuerza que él cerró la boca y
volvió a poner mala cara en la silla de mi padre.
—Pero Ryan…
—Tengo una bala en mi brazo lanzador, Jamie. Mi carrera futbolística
ha terminado. Mi vida ya ha cambiado, así que no te preocupes por eso.
Jadeé. Ni siquiera había pensado en eso. Ya era bastante malo que
hubiera sido herido por mi culpa. ¡Una vez más! Pero ahora toda su
vida se había visto gravemente alterada. Pensaba que dejar a Mike
lastimado era malo, pero eso no era nada comparado con el dolor que
sentí al saber que sólo había robado algo a Ryan que era tan importante
para él.
—Nena —susurró Ryan suavemente. La tranquilidad que mostró dañó
mi corazón—. Jamie. Mírame.
Me obligué a abrir los ojos. No me había dado cuenta de que los había
cerrado.
Tan pronto como estaba mirando a Ryan, sonrió con dulzura. —Eso no
me interesa. Tú eres la única cosa que me importa.
Él realmente lo daría todo por mí. Era desinteresado. Me amaba tanto.
Y yo quería que lo hiciera. Quería que se alejara de su vida y renunciara
a todo el mundo que ha conocido y amado por mí. Desesperadamente.
Pero lo amaba, también. Lo amaba tanto como él me amaba, y eso
significaba hacer lo que era mejor para él, aunque no era lo que
cualquiera de nosotros quería. También podía ser desinteresada. Por
Ryan, haría lo correcto.
—Tú y yo, Jamie. Siempre.
Finalmente lo perdí. Realmente lo perdí.
—¡NO! —grité—. ¡No puedo seguir haciéndote esto! ¿Primero el Sr. E., y
ahora esto? ¡Ryan, te dispararon! Cuando el arma se disparó y te vi caer
pensé… pensé… —Rompí en horribles sollozos—. Has sido herido tan
gravemente por mi culpa, y ahora he tomado algo de ti que te hace feliz,
algo que era una parte de ti.
—No fue tu culpa, Jamie. Voy a sanar. No importa. 201
—¡Es importante para mí! Sé que me amas, y sé que no me culpas,
¡pero no puedo seguir haciéndote daño! ¡No puedo seguir poniéndote en
peligro! ¡No puedo! ¿Lo entiendes? No puedo soportarlo. ¡Mi corazón no
puede soportarlo!
—¿Qué vas a hacer entonces?¿Simplemente irte? ¿Nunca verme, a
Becky, o a tus padres de nuevo? —preguntó Ryan. Sin embargo, él no
parecía enojado. Mantuvo la voz firme y tiró su cara en una máscara
ilegible.
—Sí —susurré—. Para mantenerte a salvo. —Lancé una sonrisa llorosa
a mis padres. Los dos estaban llorando, también—. Para mantenerlos a
todos a salvo, eso es lo que voy a hacer. Esto es lo que tengo que hacer.
No podría vivir conmigo misma si algo le pasara a cualquiera de
ustedes. También te amo mucho.
Mi mamá estalló en sollozos y echó sus brazos a mí alrededor. Los
brazos de papá pronto nos envolvieron. Sabían, como yo sabía que esto
tenía que ser hecho, y juntos en silencio nos dijimos adiós entre sí.
—¿Qué vas a hacer, Jamie? —preguntó Ryan—. ¿Dónde vas a ir?
¿Dónde vivirás? ¿Cómo vas a conseguir dinero? ¿Nueva identificación?
No puedes hacer esto sola.
No tenía una respuesta para esto, pero antes de que la tuviera Teddy se
aclaró la garganta. Había estado tan tranquilo que había olvidado que
estaba allí.
Me alivió ver que la hostilidad se había ido de su expresión. Esperaba
que luciera petulante. En cambio, se veía un poco mareado. No estaba
segura de que me gustara su compasión, pero estaba contenta de que
finalmente entendió que esto no era un juego, o algún club secreto de
superhéroes, era mi vida. Y estaba, literalmente, llegando a su fin. A
partir de ahora, Jamie Baker estaba muerta. Ella ya no existía.
—Te puedo ayudar con eso —dijo Teddy en voz baja—. Tengo un lugar,
una pequeña casa que está completamente fuera de radar. —Él miró
fijamente a mi padre—. Su hija estaría a salvo allí.
—¿Tienes un qué? —pregunté mientras mi padre preguntaba
—¿Qué quiere decir “fuera de radar”?
—Quiero decir que es aislado y secreto. Lo preparé para ser una especie
de casa de seguridad en caso de que alguna vez me encontrara en una
situación como esta. Nadie lo conoce excepto yo. Ni siquiera las
personas que me adoptaron. Lo compré en secreto y con dinero en
efectivo usando una de mis, um, identidades falsas. Podría llevar a
Jamie allí y hacerle una nueva identidad también. Podría ayudar a su
hija a desaparecer de forma permanente. Visticorp no tendría idea de
cómo encontrarla. Podría empezar de nuevo como otra persona y estar a
salvo.
202
—¿Identidades falsas? ¿Casas de seguridad? —Parpadeé al chico
sentado frente a mí. Su ternura parecía casi nefasta ahora—. ¿Quién
eres tú?
Teddy me miró con una amplia gama de emociones del afecto a la
piedad a la condescendencia.
—La pregunta no es quién soy, sino por qué no has hecho lo mismo que
yo. Jamie, tú y yo somos diferentes. Pero por nuestros poderes, somos
objetivos. Siempre vamos a estar en distintos grados de peligro. Sé que
entiendes eso. Me di cuenta hace mucho tiempo que si quería sobrevivir
necesitaba estar preparado para cualquier cosa.
Mi padre dejó caer su cabeza entre sus manos y dejó escapar un
suspiro lleno de arrepentimiento.
—Es mi culpa. Pensé que podríamos esconderla. Mudarnos aquí y
empezar de cero. Pensé que seríamos capaces de mantener su secreto
bien guardado. Debería haber hecho más. Debería haber estado listo
para algo como esto.
—Papá, no te hagas eso.
—Ella tiene razón, señor Baker —dijo Teddy—. Ustedes están recibiendo
un curso intensivo de esto. He estado tratando con eso toda mi vida, y
vamos a decir que las personas que me criaron no eran tan... —Teddy
luchaba por encontrar la palabra adecuada—, buenos como usted y la
señora Baker. Mi punto de vista es, probablemente, más cansado que el
suyo.
Una vez más, me pregunté qué tipo de personas lo habían buscado y lo
que deben de haber tratado de utilizar cuando él era demasiado joven
para entenderlo mejor. Era difícil no compadecerlo un poco. Se
transformó de nuevo en ese adorable e inocente revoltoso que había
pensado que era.
Todos nos sentamos en silencio durante un minuto antes de que mi
padre rompiera el silencio.
—¿Harías eso por mi hija? —le preguntó a Teddy. Su voz era más
pequeña de lo que jamás escuché—. ¿Le darías una nueva identidad?
¿Ayudarla a escapar de Visticorp?
Quería argumentar que no necesitaba la ayuda de Teddy, que podía
cuidar de mí misma, pero había algo en la voz de mi padre que me hizo
mantener la boca cerrada.
—Nada me gustaría más, Sr. Baker.
Teddy me miró y tragó un gran nudo en su garganta.
—Sé que no soy la persona que amas, pero no tienes idea de cuánto
tiempo he deseado que hubiera alguien como yo, con quien podría ser
yo mismo y quien entendería realmente, verdaderamente lo que estoy
pasando. Un verdadero amigo. Puede que no sea capaz de sustituir a 203
Ryan, pero puedo ser tu amigo. Tengo que desaparecer ahora, también.
Podemos hacerlo juntos si me dejas ayudarte. Por favor, déjame
ayudarte.
Mi garganta se cerró. Por supuesto, la decisión ya estaba tomada, e
incluso podía admitir que sería bueno tener a alguien en mi vida que
me entendiera. Necesitaba esa conexión que Teddy y yo compartíamos
tanto como él.
Pero aun así...
¿Mi corazón seguiría latiendo después de dejar a Ryan? Miré sus ojos
torturados y sabía que no lo haría, al menos no dentro de mi pecho. Si
dejaba a Ryan hoy, mi corazón se quedaría con él. Nunca estaría
completa otra vez.
Afuera, el sonido de varios vehículos viniendo a mi calle llamó mi
atención, y luego oí una voz desconocida decir:
—La puerta principal de la casa está al medio de la calle. Es posible que
la chica esté aquí. O, por lo menos que lo estaba.
—Acércate con cautela y dispara de inmediato. La necesitamos
inconsciente lo más rápidamente posible.
Quería decir una mala palabra.
—Parece que no tengo tiempo para empacar mis cosas.
Todos en la sala se tensaron.
—Tienes que irte, Jamie —dijo mi papá—. Ahora.
—Puedes hacer esto, cariño —balbuceó mamá detrás de mí—. Eres
fuerte. Vas a conseguirlo, y tendrás una buena vida. Sé que lo harás.
—Tu madre y yo siempre te amaremos, Jamielynn. Siempre.
Mis ojos se encontraron con Ryan de nuevo. No podían evitarlo.
—Jamie —susurró Teddy con urgencia. Estaba mirando a escondidas a
través de las cortinas—. Hay una gran cantidad de personas que se
dirigen en nuestro camino. Ahora sería un buen momento para hacer lo
que hiciste antes con toda la cosa de súpercorriendo.
Estaba en lo cierto. Tenía que salir.
—Dame tu mano.
—Jamie, no tenemos tiempo para arruinarlo. Sólo bésame.
—No. Lo prometí.
Teddy gruñó y cruzó la habitación hacia mí.
—¿Qué importa? ¡Nunca vas a verlo otra vez! ¡Tenemos que salir de
aquí!
204
Sentí como si me hubieran dado una bofetada. Todo mi cuerpo se
congeló por la conmoción de su declaración.
—Lo siento —dijo Teddy con una voz mucho más tranquila cuando se
dio cuenta de lo mucho que me había hecho daño—. Pero Jamie,
tenemos que irnos.
Fue Ryan quien finalmente me impulsó a moverme.
—Dame tu mano —le ordenó a Teddy. Cuando Teddy vaciló, Ryan se
acercó y envolvió sus dedos con fuerza alrededor del escuálido brazo de
Teddy—. Un último súperbeso —me susurró.
Comprendí lo que estaba tratando de hacer y estrellé mis labios contra
los suyos, odiando que este iba a ser nuestro último beso. Traté de
memorizar todo acerca de él. Cómo sabía, cómo olía. Cómo sus labios se
movían con los míos como si fuera la cosa más natural del mundo.
Cuando mi energía pasó a él y nos tiró juntos por esa fuerza invisible
que nos había conectado desde el día en que nos conocimos, sentí como
nuestros corazones se fundieron en uno solo. Éramos dos personas que
compartían una sola alma. Nosotros pertenecíamos el uno al otro para
siempre. No importa lo que pase. Cuando lo dejara esa alma se iba a
romper. Estaría rota irreparablemente.
Me alejé de él cuando oí pasos tranquilos crujir en la suave hierba en
mi jardín. Un vistazo a Teddy confirmó que el plan de Ryan para
transferir mi energía por medio de él había dado resultado. Estaba
temblando y tenía el pelo erizado.
Ryan apoyó su frente contra la mía y respiró hondo, como si estuviera
tratando de enviar mi olor a su memoria.
—Volverás a mí —susurró.
Quería decir algo, pero estaba llorando muy fuerte. Maldije mis
lágrimas. Estaban haciendo que fuera difícil ver sus ojos, y necesitaba
verlos con claridad.
—Lo harás —insistió Ryan—. Y si te toma demasiado tiempo iré a
buscarte. No voy a permitir que te vayas para siempre, Jamie. No estoy
diciendo adiós.
No discutí. Necesitaba la mentira tanto como él. Necesitaba ese hilo de
esperanza, no importa lo pequeño que fuera. —Habla con Becky por mí.
Dile que siento mucho lo de Mike. Explícaselo todo, sobre su accidente,
sobre mí, mis poderes, Visticorp. No dejes que crea que sólo la traicioné
y desaparecí. Se merece la verdad.
—Lo prometo. —Él me dio una sonrisa llena de dolor—. Te amo, Rayo
de Sol.
—También te amo, Ry. Para siempre.
Envié una última mirada a mis padres, que se sostenían entre sí y
probablemente nunca se despegarían, y luego agarré la mano de Teddy 205
y desaparecí a quién sabe dónde.
»Capitulo 22
Traducido por Jhos
Corregido por Vericity
Llegamos tan lejos como Las Vegas antes de que Teddy se quedara sin
energía. Se lanzó abajo sobre la acera en frente del Bellagio, jadeando
por respirar.
—Ni siquiera sé cómo describir esta experiencia. —Estaba sonriendo
enormemente, pero entonces tuvo que pegar su cabeza entre sus
rodillas—. ¿Hacer eso siempre te hace enfermar?
Me encogí de hombros. —Es realmente desorientador por los primeros
pocos meses, pero no me di cuenta de lo que estaba pasando por la
mayoría del tiempo y luego tuve que averiguar cómo controlarlo. Es tan
natural como respirar ahora.
—Eso es divertido, porque me sentí como si no pudiera respirar todo el 206
tiempo.
Sólo me encogí de hombros de nuevo. No estaba realmente de humor
para hablar. Abrazándome con mis brazos, aunque no hizo nada para
quitar el dolor en mi pecho, me di la vuelta y miré al casino detrás de
mí. Las fuentes estaban bailando en la noche tan animadamente que se
sintió como si estuvieran burlándose de mí.
Una mano vino sobre mi hombro. —Jamie —dijo Teddy suavemente.
—No. —La carrera había secado mis lágrimas, pero todavía hipaba—.
Sólo no lo hagas.
Teddy no dijo nada más. Enlazó sus dedos en los míos y comenzó a
empujarme por la calle. No tenía la energía para discutir. Sólo lo dejé
liderar el camino.
Atrapamos un taxi en el aeropuesto donde Teddy mantuvo un auto
estacionado en un estacionamento de largo plazo cerca del aeropuerto.
Luego nos condujo al sur por casi una hora, utilizando caminos que ni
siquiera estaba segura que fueran carreteras reales. Al punto en que
pensé que sólo estaba conduciendo al azar a través de un desierto
utilizando la brújula digital en el auto como su guía.
Al final llegamos a una parada en frente de una casa estilo adobe que
descansaba en la base de una pequeña montaña. De no haber sido por
los brillantes rayos de los faros del auto, habría confundido la casa
como sólo una parte de paisaje. Se mezclaba tan bien en los
alrededores.
—Hogar dulce hogar —murmuró Teddy con ansiedad.
Pude ver la preocupación en sus ojos que yo iba a odiarlo, pero si no
hubiera estado completamente entumecida probablemente realmente lo
habría apreciado. Un bonito, privado, tranquilo lugar para mí misma
era exactamente lo que siempre he querido. Sin mencionar que tengo
una debilidad por el desierto.
Ese pensamiento me hizo pensar en el Gran Cañón, que me hizo pensar
en Ryan. Salí del auto antes de que tuviera otra crisis.
Teddy se tropezó fura del auto también y empujó una lona de color
tierra desde el camión. Cuando me di cuenta de que estaba tratando de
cubrir el auto, le ayudé y luego sin decir palabra lo seguí dentro de la
casa.
—Es completamente autosuficiente —explicó Teddy cuando encendió
las luces. Admito que estaba un poco sorprendida de que ese lugar
tuviera electricidad. Desde el exterior, no había sabido qué esperar—.
Energía solar, nuestra propia fuente, un tanque séptico, realmente
tenemos agua corriente. Incluso hay un invernadero en la parte trasera
en el que podríamos cultivar nuestra propia comida si quisiéramos. No
es que alguna vez lo haya hecho. 207
Mis ojos se dirigieron alrededor de la casa. Era pequeña, pero muy
limpia, con agradable mobiliario de buen gusto y colores cálidos. Era
sorprendentemente muy yo, un lugar en el que me encantaría vivir si
estuviéramos bajo diferentes circunstancias.
—¿Te gustaría un recorrido?
Salté al sonido de la voz de Teddy. Estaba completamente aturdida. Ni
siquiera estoy segura de cuánto tiempo había estado allí de pie.
Teddy estaba mirándome como si esperara que me rompiera en
cualquier momento. Cada palabra que decía era lenta y calmada. Cada
movimiento que hacía era cauteloso. Quería decirle que no tenía que
preocuparse porque yo ya estaba destrozada, pero de alguna manera no
pensaba que ayudaría a la torpeza.
Él todavía estaba esperando algún tipo de reacción de mí, una prueba
de que estaba funcionando. Me saqué de mi estupor y sacudí la cabeza.
—Mañana. En este momento sólo quiero dormir.
Mi respuesta pareció entristecer a Teddy, pero se las arregló para una
pequeña sonrisa y asintió con la cabeza. Me hizo un gesto para que lo
siguiera y me llevó a un gran dormitorio.
Cuando entré, me encontré de nuevo sorprendida por el lugar. Era tan
atractivo. La cama era enorme y parecía increíblemente suave y
esponjosa. Había un montón de almohadas al igual que la que tenía en
mi habitación. Había una televisión montada en la pared con una
consola de video juego sobre el tocador debajo de ella, y había toda una
pared de estanterías llena de libros. Muchos de los libros eran libros
técnicos que me imagino eran equiparables a la Meca para un geek
informático, pero también había un montón de novelas regulares y una
enorme colección de cómics.
Me recordó mucho a mi propia habitación, pero con una cama mucho
más grande.
—¿Qué opinas? —preguntó Teddy con nerviosismo.
Me limité a asentir.
—Um —dijo Teddy, un rubor arrastrándose en sus mejillas—. Este es el
único dormitorio. Puedes tenerlo. Yo dormiré en el sofá.
Esperó, tal vez con la esperanza de que podría ofrecer compartir, la
cama era ciertamente lo suficientemente grande para dos. No ofrecí, sin
embargo, y después de un minuto, se aclaró la garganta.
—Voy a agarrar algunas cosas y te dejo ir a dormir, entonces. —Se
apresuró hacia el aparador y tomó un par de pantalones de pijama, y
luego arrancó una de las almohadas de la cama—. El baño está justo al
otro lado del pasillo. Encontrarás artículos adicionales de higiene
personal bajo el fregadero y podemos ir de compras mañana por lo que
necesites. Lo siento que no tuvieras tiempo para empacar. 208
—Eso no importa. No podía haber traído la única cosa que quería
conmigo de todos modos.
Teddy se detuvo en la puerta y me observó durante otro minuto. —
Jamie, estás... ¿Estás segura de que deberías estar sola esta noche?
—Probablemente no, pero tenerte aquí en lugar de él sólo lo haría peor.
—Me arrastré sobre la cama y colapsé—. Buenas noches, Teddy.
Oí el suave clic de la puerta cuando se fue. Estaba agradecida de que
no insistiera en quedarse conmigo esta noche. Sólo tomó segundos para
que mis lágrimas volvieran, y no se detuvieron hasta algún tiempo
cercano al amanecer.
***
Me di exactamente una noche para revolcarme en la autocompasión,
pero luego desperté a la mañana siguiente decidida a tomar el control
de mi vida de nuevo. No quiero sonar como un supervillano ni nada,
pero los idiotas de Visticorp seriamente iban a lamentar el día que se
metieron con Jamie Baker.
El reloj de la mesita de noche dijo que era después de la una. Me duché
y luego fui a encontrar a Teddy. No tenía un plan todavía, pero estaba
determinada a hacer uno.
Teddy estaba sentado en la pequeña mesa del comedor en nada más
que un par de pantalones del pijama y un lío de cabello matutino,
bebiendo una taza de café como si fuera el aliento de vida. Toda la
escena era tan adorable que puso la primera sonrisa en mi cara desde
que había dejado casa.
Sintiendo mi mirada, Teddy miró hacia mí, instantáneamente alerta.
Por una fracción de segundo pareció nervioso, pero luego se dio cuenta
de mi sonrisa. Aparentemente fue tan impactante que se sacudió y
derramó un poco de café por un lado de su taza. Intentó cubrir el error
lanzándome una amplia sonrisa. —Parece que estás sintiéndote mucho
mejor.
—Parece que estás en necesidad de un abundante comida —dije
inexpresiva.
Miré descaradamente su pecho desnudo. No era nada comparado con lo
que estaba acostumbrado a ver, pero Teddy tenía una sorprendente
cantidad de definición para ser tal chico escuálido.
—Así que, ¿no eres una persona de la mañana, entonces? —Teddy se
echó a reír como si mi burla no le molestara en lo más mínimo. Por el
contrario, parecía emocionado de que me había molestado en mirar.
Rodé los ojos y me dirigí a la cafetera. —Ugh! —gemí después de tomar
una respiración profunda y rápidamente lavé el bote entero debajo del
fregadero.
209
Teddy resopló. —No es tan malo. Cafeína es cafeína, ¿cierto?
Me senté a la mesa frente a Teddy, nivelándolo con una mirada seria.
—Aún no hemos tenido la conversación acerca de los superpoderes de
Jamie. Te perdonaré por esta vez, ya que no eres consciente de que
sufro de un caso grave de supergusto.
—¿Supergusto?
—Sí. Y es una mierda. La cafeína no es incluso sólo cafeína. Yo soy la
persona que necesita la comida de más alta calidad que nunca
conocerás en tu vida, y simplemente no puedo soportar basura de baja
calidad de ningún tipo. Es una tortura. Aprende a lidiar con eso.
Teddy parpadeó. —Umm... ¿De acuerdo?
—En el lado positivo, también tengo supervelocidad así que si deseas
una taza de buen café, estaría encantada de correr a Seattle
rápidamente, si puedes decirme cómo encontrar mi camino de vuelta a
aquí, donde sea que es aquí.
Le tomó un buen minuto a Teddy de mirarme atónito antes de que fuera
capaz de sonreírme. —Yo nunca he estado en Seattle.
—No voy a llevarte a Seattle.
—¿Por qué no? Es un lugar tan bueno como cualquiera para ir de
compras, que es realmente lo que tenía pensado hacer hoy, y apuesto a
que tienen algunos restaurantes allí. No basura de baja calidad para la
señorita Pantalones Elegantes.
Gemí de nuevo para evitar sonreír. —Realmente odio que me hagas reír
cuando sólo quiero estar molesta contigo.
—Así que, ¿Seattle, entonces? O si realmente somos capaces de ir a
cualquier parte, me encantaría ver Chicago. Nunca he estado allí,
tampoco. Ahí es de dónde vienes, ¿no? Podrías mostrarme los
alrededores mientras vamos de compras.
—¿Qué te hace pensar que quiero ir de compras todo el día?
—El hecho de que estás usando el pijama de anoche todavía. No me mal
interpretes, soy un fan de la combinación pantalones de yoga y
camisola, pero pensé que probablemente desearías adquirir al menos
un sostén.
Una vez más Debería haber estado enojada, pero no pude evitar que
mis labios se curvaran hacia arriba.
—Bien. Iremos de compras. Y ya que estamos fuera podemos llegar a un
plan.
Teddy parecía partes iguales cautelosos e intrigado. —¿Plan?
—Sí. Nos hemos escondido con éxito de Visticorp, pero no podemos
simplemente escondernos en casa leyendo las novelas de misterio y
jugar videojuegos por el resto de nuestras vidas, por lo que necesitamos 210
un plan.
Teddy hizo un ruido de acuerdo, bajando el resto de su café, y luego
dijo—: Sígueme.
Me llevó dentro del armario en el dormitorio y empujó sus ropas a un
lado. Mientras miraba lo que creía que era una pared regular, Teddy
torció la varilla de ropa, que actuó como una especie de palanca que
abrió una puerta secreta. Suspiré. Era tan James Bond. Ryan y mi
padre habrían enloquecido totalmente.
—Entra en mi oficina —bromeó Teddy y luego se deslizó por la puerta
secreta y descendió una escalera igualmente secreta.
En la parte inferior de la escalera estaba otra puerta, una grande de
acero que parecía la bóveda de un banco. No podía ocultar mi asombro.
—¿Me estás tomando el pelo? ¿Tienes tu propia guarida?
—Impresionante, ¿verdad? —Teddy me sonrió sobre su hombro
mientras apretaba su pulgar contra un escáner para desbloquear la
puerta. Mi mandíbula cayó aún más y él se echó a reír.
—Es un refugio antiaéreo. Estoy bastante seguro de el chico al que le
compré la casa estaba a la espera de que los rusos o alienígenas
asumieran el control. Conseguiremos tu huella digital registrada aquí
hoy para que puedas ir y venir cuando quieras.
No tenía idea de cómo responder a cualquiera de esto, por lo que acabé
diciendo otra vez—: ¿Estás malditamente tomándome el pelo?
—No, Jamie, no estoy bromeando. A partir de ahora, lo que es mío es
tuyo. Voy a agregarte a mis cuentas bancarias también tan pronto como
encontremos un alias para ti.
—Las cuentas bancarias —pregunté—, ¿en plural? —Teddy volvió a reír,
pero yo no pude reír con él esta vez. Estaba demasiado sospechosa—.
Está bien, ¿quién eres? ¿En realidad? ¿Cómo pudiste pagar todo esto?
—Yo soy un hacker de computadoras —dijo Teddy como si eso debería
explicarlo todo. Cuando estuvo claro que eso no me satisfacía, suspiró—
. He estado desviando fondos de las personas que me criaron durante
años ahora. Tienen un montón de dinero y tomé tan poco a la vez que
nunca se dieron cuenta.
Parpadeé cuando comprensión me golpeó. —¿Lo robaste?
—Confía en mí, me he ganado cada centavo que he tomado y un poco
más —murmuró Teddy.
Su rostro se había vuelto tan oscuro que realidad parecía peligroso, por
una vez, y mis sospechas fueron confirmadas. Quienes fueran esas
personas que lo criaron, habían tomado ventaja de sus habilidades. Él 211
fue probablemente la razón por la que tuvieran tanto dinero.
—¿Vas a decirme acerca de cómo fuiste criado? —pregunté. Mi voz salió
sonando más suave de lo que había planeado, y la ira de Teddy se
derritió en repuesta.
—Te diré sobre ello algún día. Lo prometo —dijo. Luego forzó una gran
sonrisa en su rostro y me empujó en sus oficina/refugio antiaéreo.
Cuando la puerta se cerró detrás de nosotros, hubo un sonido de aire
corriendo y luego un clic y un a luz en la pared fue de roja a verde.
Estaba bastante segura que estábamos sellados dentro, pero no
pregunté porque realmente no quería saber.
La primera cosa que noté fue un enorme escritorio con un ordenador
que se adaptaba a cada una de las expectaciones que tenía de Teddy.
Pensé que el término “base de operaciones” podría ser una descripción
más precisa por sus interminables torres y múltiples monitores.
Una vez que fui finalmente capaz de mirar lejos del centro de comando,
comprobé el resto de la habitación. El espacio era mucho más grande
de lo que había esperado. Probablemente era del mismo metraje
cuadrado como la casa sobre nosotros. Había una pequeña cocina
americana, mesa, sofá, televisión, CB10 radio, más estanterías de libros,
y un juego de literas estilo militar.
Teddy señaló a dos puertas.

10 CB: banda ciudadana. Es es la porción del espectro de frecuencias destinada a la


libre comunicación entre el personal civil, por medio de la radio y sin que medien
exámenes o preparación especializada.
—El baño esta allí, y ese es el depósito. Espero que esté surtido para
que un hombre pase a través de un invierno nuclear.
—Lo siento, Teddy, pero esto es tan guarida malvada.
—Fortaleza de la Soledad11 —discutió.
—Guarida malvada. La Fortaleza de Soledad era porque estaba
meditando. Este lugar grita Tratando de Tomar El Mundo.
Teddy pareció terriblemente orgulloso de eso. —No estoy tratando de
tomar el mundo —dijo—. Vamos. Mira. —Cuando la computadora de
Teddy se encendió caminó hacia una caja fuerte y sacó un paquete lleno
de cosas, incluyendo un pasaporte—. La primera cosa que necesitamos
hacer es crearte una nueva identidad. ¿Cualquier idea de un nombre
que te guste?
—No lo sé. ¿De qué elegiste los tuyos? —Recogí el pasaporte de las
manos de Teddy y estuve decepcionada cuando lo encontré en blanco.
—Ese es para ti —dijo y sacó otro pasaporte, una billetera y una
cartera—. Este es mío. Bueno, uno de ellos.
Me entregó el pasaporte y automáticamente me reí. —Linda foto.
212
Teddy frunció el ceño. —Tenía que ser realista. Las fotos de pasaportes
siempre apestan. Incluso la tuya tendrá que ser mala.
Estudié la foto de nuevo hasta que mis ojos atraparon el nombre debajo
de ella.
Antonio Stark.
—¿Tony Stark? ¿Tu identidad secreta es Iron Man12?
Teddy sonrió y arrancó los pasaportes fuera de mis manos. —
¿Billonario, playboy, genio, filántropo? Pensé que era bastante
apropiado. Además, no es Tony es Antonio, que es Italiano. Tenía que
encajar con un nombre Italiano porque claramente parezco italiano.
—Stark no es italiano.
La sonrisa de Teddy se extendió incluso más abierta. —¿Y qué? Fui
adoptado, pero mis padres americanos quisieron que mantuviera algo
de mi herencia.
—Lo que sea. No voy a ser Lara Croft o lo que sea que la identidad de la
Mujer Maravilla fuera, así que olvídalo justo ahora.
—En realidad, estaba pensando en April O’Neil13.

11 Fortaleza de la Soledad: es el ocasional cuartel general de Superman en DC


Comics.
12 Iron Man: es un superhéroe que aparece en los cómics publicados por Marvel

Comics.
Me tomó un segundo comprenderlo, pero entonces me reí. —De
acuerdo, puedo vivir con eso. Tortugas Ninja Adolescentes Mutantes es
asombroso.
Teddy sonrió triunfante. —Escuché que tienes debilidad por Cartoon
Network.
Teddy se giró de nuevo a su computadora, que estaba ahora encendida
y lista, y finalmente noté lo que estaba en su escritorio. Teddy lo notó
también y juró bajo. Trató de cerrarlo, pero no importa porque ya lo
había visto.
Empujé a Teddy fuera del camino y abrí con un clic la carpeta con mi
nombre en ella.
—Espera, Jamie. Puedo explicar eso.
Tenía todo allí dentro, fotos de mí, artículos sobre mí, reportes
policiales. Incluso tenía copias de las notas de mi terapista cuando mis
padres me habían puesto en consejería después de mi accidente.
—¿Qué es esto?
No me di cuenta que estaba en el Modo Peligro hasta que Teddy dio un
213
paso atrás con sus manos arriba en rendición. —De acuerdo, no sobre
reacciones.
—¿Sobre reaccionar? —grité—. ¡Tienes mi vida entera aquí, tú
espeluznante acosador! ¡Esos eran registros médicos confidenciales!
¡Incluso yo nunca los he visto!
Teddy comenzó a discutir de nuevo, pero se detuvo y sólo miró con
asombro durante un momento. —¿Alguien te ha dicho cuan
increíblemente sexy te ves así?
No estaba demasiado de humor. En el parpadeo de un ojo crucé el
espacio entre nosotros y agarré la mano de Teddy dándole una sacudida
lo suficientemente fuerte para que cayera de rodillas.
—¿Quién diablos eres? —demandé, dejándole sentir la corriente un
segundo más—. ¿Qué quieres de mí?
Lo dejé ir y le di unos pocos minutos para recuperar su respiración. Se
arrastró sobre el sofá. Una vez que se empujó sobre él y yació abajo
sobre su espalda, gimió.
—Jesús, Jamie, dije “no sobre reacciones.” Eso duele.
—¿Crees que eso duele? Eso ni siquiera es una fracción de lo que esos
chicos consiguieron en mi dormitorio ayer, así que comienza a hablar
justo ahora o realmente te haré sentirlo.

13April O’Neil: es un personaje ficticio de los comics Tortugas Ninja Adolescentes


Mutantes, de Mirage Studios, y de la saga de películas basadas en estos.
Teddy suspiró. —Soy exactamente quien dije que era. Nunca te he
mentido sobre nada. Soy Teodoro Vivenzio de Roma, Italia, tengo
telekinesis. Accidentalmente maté a mis padres. Fui adoptado por
personas que me trajeron a América y tan pronto como conseguí una
oportunidad, corrí lejos de ellos y compré este lugar.
—¿Y? —rugí. Él sabía muy bien que eso no era lo que quería saber.
—Y —dijo Teddy dudando—, he estado tratando de encontrar otras
personas como yo por años. Sabía que no podía ser el único. ¡Y estaba
en lo cierto! ¡Te encontré!
Si estaba tratando de ponerme tranquila, no estaba funcionando.
—¿Cómo? —pregunté—. ¿Cómo en el mundo conseguiste un indicio de
que yo existía?
—Encajaste en un perfil determinado, cosas que yo estaba buscando.
Llegaste en un montón de reportes policiales. Allí había un montón de
pequeñas inconsistencias entre el reporte policial sobre tu accidente y
la causa de muerte de tu novio. La historia no sumaba. Además, tus
médicos y la policía sospechaban que no estuvieras diciéndoles la 214
verdad sobre lo que sucedió. Entonces allí estaban indicios en tu
secundaria el año pasado. Leí la declaración de ese grupo de jardinería
y puse las piezas juntas. Y no compré esa historia sobre tu profesor ni
siquiera por un instante. No sé lo que sucedió, pero sé que no fue lo que
los informes policiales reclamaban. No estaba seguro que tuvieras
poderes, pero sabía que estabas encubriendo algo, así que tuve que
venir a conocerte por mí mismo y ver si mi corazonada estaba en lo
cierto. Pensé de seguro que estaba equivocado después del accidente de
Mike, pero luego te presentaste en el hospital.
—¿Qué tiene eso que ver con cualquier cosa? —Una estúpida pregunta,
lo sé, pero aun así pregunté.
El rostro de Teddy se suavizó con simpatía. —Conozco la culpa, Jamie.
Mejor que nadie. Sé como lo haces. Pero incluso yo nunca he sentido el
tipo de culpa que vi en ti mientras mirabas la condición de ese chico en
el hospital. Supe que estaba en lo cierto sobre ti entonces. Supe que
estabas culpándote a ti misma porque no habías intervenido cuando
habrías podido.
Parpadeé y Teddy rápidamente sacudió su cabeza. —No estoy
juzgándote. ¿Por qué crees que yo estaba en el hospital ese día?
Cuando mis ojos se abrieron, Teddy se puso de pie así que podía
mirarme directamente en los ojos. —Jamie, no lo ayudé tampoco. Hice
la misma elección imposible que tú hiciste ese día, y me sentí igual de
terrible sobre ello.
Teddy dio un paso más cerca, sin importar que estaba a menos de un
brazo de alcanzarme. Pero mi ira se había ido ahora. —No tengo padres
como los tuyos. No tengo una novia perfecta que me apoye.
Accidentalmente maté a las única personas que siempre me han
amado. Fui rechazado de casa de acogida tras casa de acogida porque
era diferente, y luego pasé años siendo utilizado por mis habilidades.
No me había dado cuenta que en alguna parte durante su intervención
yo había comenzado a llorar hasta que Teddy extendió su mano y limpió
las lágrimas de mis mejillas. Su voz fue tan cálida cuando susurró:
—Por favor no llores. Todo eso está detrás de mí ahora. Lo ha estado
desde ese día en el hospital.
Su confesión me sorprendió, y él sonrió por mi sorpresa. —No tienes
idea de cuánto significas para mi, Jamie. Tú y yo somos lo mismo. Me
comprendes. Puedo confiar en ti. He necesitado a alguien como eso mi
vida entera. Te necesito.
Teddy se había abierto completamente a si mismo justo entonces. Su
cruda vulnerabilidad me abrumó tanto que mis ojos se inundaron con
lágrimas de nuevo.
—Lo siento —dije en voz baja, dando un paso atrás—. Necesito un
minuto. 215
Teddy me dio otra imposiblemente cálida, comprensiva sonrisa y se fue
de vuelta a su ordenador. —De todos modos, la razón por la que te traje
hasta aquí es porque tengo un plan, también. Tú y yo no podemos ser
los únicos allí afuera como esto.
Estaba totalmente de acuerdo con él. Aquellos chicos de Visticorp
parecían de alguna manera demasiado familiarizados con el proceso de
captura de personas con facultades para que nunca lo hubieran hecho
antes.
—Podemos encontrarlos, Jamie. De la misma forma en que te encontré.
Cuanto más de nosotros seamos, más fuertes y más seguros estaremos.
Podríamos hacer nosotros mismos una familia.
—Definitivamente buscaremos otros —dije, uniéndome a su
computadora, mis emociones agradecidamente bajo control—. Por
supuesto quiero ser parte de eso. Pero ya tengo una familia, y no voy a
renunciar a ellos.
Teddy de inmediato comenzó a discutir, pero no lo dejaría. —Soy feliz
por tenerte también, y siempre estaré allí para ti, pero no voy a
renunciar a mis padres y Ryan. No puedo. Sólo me quedaré lejos hasta
que sea seguro ir a ellos de nuevo.
—Pero nunca será seguro.
—Lo será si podemos detener Visticorp.
Teddy dejó de juguetear con su computadora y se giró para encararme
por completo, sus ojos intensos y llenos de curiosidad.
—He estado tratando inútilmente de conseguir información de Visticorp,
pero tú puedes hacerlo. Sabes de todas esas cosas de geek informático.
—¿Cosas de geek informático? —Teddy sonaba ofendido.
Rodé mis ojos. —Habilidades de genio hacker, lo que sea. El punto es,
puedes ayudarme. Puedes hackear los archivos de Visticorp. Si
podemos conseguir información suficiente de ellos, entonces podemos
encontrar un camino para derrotarlos. Carter dice que sabe que hay
algunas cosas seriamente ilegales. Quiero decir, obviamente, si están
dispuestos a secuestrarnos.
—¿Quién es Carter?
—Es… —¿Cómo describir mi relación con Carter?—. Es un tipo de
aliado. Es alguien en quien confío, de todas maneras. Pero no importa.
No lo necesitamos ahora que te tengo. Probablemente puedes hacer un
mejor trabajo en conseguir lo que necesitamos de lo que él puede, de
cualquier forma. Si podemos exponerlos, entonces no serán capaces de
venir detrás de nosotros.
—¿Quieres conseguir pruebas para los policías? Eso podría tomar años. 216
—Años es mejor que nunca más ver a mi familia o Ryan de nuevo.
Además, no creo que tomará tanto tiempo. Una vez consigamos que la
policía los investigue, incluso si su caso es atado a la corte por siempre,
estarán debajo de demasiado escrutinio para venir detrás de nosotros.
Tendrán que detenerse.
—¿Y si no funciona? ¿Si no podemos encontrar cualquier cosa para
detenerlos, o vienen a por nosotros de todos modos?
—Entonces intentaremos con algo más. Seguiremos intentando hasta
que encontremos una manera para detenerlos. Esos tipos van a pagar
por lo que han hecho, sin importar lo que tome.
Al final Teddy rompió en una sonrisa, una torcida. —¿Un título en
derecho, Jamie? Sabía que eras secretamente una genio criminal.
Sorprendida, estallé en risas.
—En serio —continuó Teddy bromeando—, la nación no podría haber
escogido un nombre más inapropiado para ti, Ángel.
—¡Oh, lo que sea, Tony Stark!
Nos reímos otro momento, pero luego me las arreglé para regresar al
tema.
—Entonces, ¿me ayudarás?
La risa de Teddy se convirtió en un suspiro.
—Haré mi mejor esfuerzo, si me prometes ser paciente y no poner tus
esperanzas demasiado alto. Lo que estás pidiéndome hacer es
probablemente casi imposible. Si esos tipos son tan malos como estás
diciendo, probablemente tienen la mejor seguridad en el mundo. Podría
no ser capaz de hackear sus protecciones.
Revolví el cabello de Teddy y dije:
—Tengo fe completa en tu nerd interior.

217
»Capitulo 23
Traducido por Fer_rdn

Corregido por MaryJane♥

Pasaron dos semanas y luego dos más. Empezaba a perder mi


paciencia. Sabía que Teddy estaba tratando con todo lo que podía, y no
quería llevar mi frustración sobre él, así que comencé a pasar más y
más tiempo fuera del país como El Ángel de Chelsea.

Estaba comenzando a ser aceptada entre la gente. Ellos ni siquiera


informan de todos mis rescates ya, solo los más excitantes. Pero la
policía era cada vez más difícil de evitar.

—¡No sé cuál es su maldito problema! —grité mientras descubría a


Teddy en La Guarida. Oficialmente renombré la oficina—. ¡Solo estoy
ayudando a la gente! 218
Teddy apagó su computadora y me dio toda su atención.

—Al gobierno le gusta el control —dijo encogiéndose de hombros—.


Ellos no pueden controlarte. Por supuesto que no les gustará eso.

—No es como si estuviera tratando de hacer su trabajo por ellos y


persiguiendo criminales. A propósito trató de permanecer fuera de su
trabajo. Sólo ayudo con emergencias de rescates y esas cosas. ¡Los
bomberos me aman! ¿Por qué no puede la policía? ¿Sabes que un idiota
puso su arma sobre mí solo por salvar la vida de una mujer? Hubo un
accidente desagradable en la I- 70 fuera de Denver. Esta señora estaba
atrapada bajo el volante y los paramédicos estaban esperando por las
Quijadas de la vida, así que ofrecí renunciar la a la espera y arranque la
puerta del carro. Los bomberos estaban como “¡Oh sí!” y la policía
estaba como “¡No te muevas, Ángel!”.

—¿Te apuntaron con un arma? —Teddy actuó de la forma en que Ryan


lo haría.

—¡Puso la maldita cosa justo en frente de mi cara! Por supuesto, que lo


hice de todos modos. ¡El maldito auto estaba en llamas! Totalmente
llamé al policía idiota. Digo, que es lo que iba a hacer, ¿dispararme y
dejar que la señora arder hasta la muerte? Él no quería que muriera,
tampoco. Así que saqué la puerta del carro y levanté el tablero mientras
los paramédicos sacaron de forma segura a la señora del auto. Tan
pronto ella estuvo libre del vehículo me di la vuelta y la maldita pistola
prácticamente se sacudió en mis narices. ¡Puedes creerlo! Asi que dije:
—¿Cuál es tu problema, idiota? —Y el policía estaba como: —Hay una
orden de arresto en tu contra. Necesitas venir conmigo. Y yo estaba
como: —¿Ah sí? Oblígame Dunkin’ Donas. —Quiero decir, el chico tenía
un serio con sobrepeso y él…

—Oye Jamie, toma un respiro.

Tome un muy necesitado respiro.

—Lo lamento.

Teddy me vio tomar muchos más respiros y luego suspiró. Puso su


computadora a dormir y me arrastró por las escaleras. Encontró la
comida para llevar que traje, y una vez estando sentados en el sofá con
cajas de comida china en nuestras manos, él finalmente dijo:

—¿Dunkin’ Donas?

Reí, pero rápidamente se convirtió en un suspiro.

—Lo sé, no debería haberlo llamado así, pero me sentía al borde y él


estaba siendo ridículo.
219
—¿Por qué te sentías en el borde? ¿Debido a la orden de arresto en tu
contra?

Me burlé.

—No, no me preocupo por los estúpidos policías. No he sabido nada de


Carter así que fui a Nueva York para ver cómo estaba, y él no se
encontraba en la oficina. Créeme, eso no es nada como él.

Teddy se sirvió un poco de mi pollo agridulce.

—¿Quién es Carter? Oí que dijiste ese nombre antes.

—Él es... —Fruncí el ceño. ¿Cómo uno describe a Carter?—. Él es un


periodista.

—¿Eres amiga de un periodista?

— Yo no diría que somos amigos, pero me ayuda a veces. Conoce mi


secreto.

Teddy se atragantó con el pollo en su la boca.

—¿Un periodista sabe acerca de tus poderes?

—Es complicado. Es seguro, sin embargo. Él fue quien me ayudó a


poner mi viejo profesor de inglés en la cárcel sin exponerme.

La cara de Teddy se ilumino con repentina ira.


—¿Qué? —Me quedé sin aliento, sorprendida por la intensidad de su
reacción—. Teddy, te lo juro podemos confiar en él. Él sabe de mí desde
mi accidente.

Teddy rápidamente se calmó a sí mismo y puso una sonrisa en su


rostro. Sabía que era falsa.

—¿Qué? —le pregunté de nuevo.

—Lo siento —dijo con un tímido encogimiento de hombros—. Sólo me


has sorprendido. Pero Jamie, no puedes simplemente ir a reunirte con
personas de tu antigua vida. Es peligroso.

Me tragué mi molestia a su llamado de mi antigua vida.

—Lo que sea. Está bien. Él está a todo el camino en Nueva York y como
dije, no somos exactamente amigos. Dudo que Visticorp pueda hacer
alguna conexión entre nosotros.

—Aún así, no puedes correr el riesgo.

—Tenía que hacerlo. Él me hacía un favor y fui a decirle que no


220
necesitaba hacerlo más. Además, en cierto modo le debo una entrevista
como Ángel de Chelsea.

—¿Qué? —Teddy se puso en pie y comenzó a pasear furiosamente por la


habitación—. ¿Cómo pudiste prometer eso? ¿Qué tipo de favor estaba
haciéndote?

Me encogí.

—Una amplia busca de tus registros.

Teddy se detuvo repentinamente y me miró boquiabierto. Se veía


bastante traicionado que casi me sentí culpable. Casi.

—Oh, vamos —dije—. Saliste de la nada y no sabía nada sobre ti, y


¿tenías poderes? ¿Solo se supone que crea que las únicas dos personas
con súper poderes en el mundo vayan al mismo colegio en Sacramento,
California y se encontraran por coincidencia?

—No puedo creer que no confiaras en mí.

—Solo fui precavida. Y tenía razón de todas maneras. No nos conocimos


por coincidencia, ¿verdad?

Crucé mis brazos sobre mi pecho y miré a Teddy, retándolo a que


discutiera conmigo. Él lucia muy enojado pero después de un momento
lo dejo ir y preguntó:

—¿Entonces, el encontró algo bueno, al menos? ¿Algo que valga una


entrevista con Angel Chelsea?
—De eso se trata. Nunca me llamó, y sé que él no planeaba gastar
tiempo consiguiéndome la información. Él quería la entrevista. Debería
haberme contactado para ahora. Esta es la tercera vez que paso por su
oficina en esta semana y él no se encontraba allí. Carter siempre está
en su oficina. El chico es un adicto al trabajo.

Abandoné mi cena y de repente Teddy se encontraba sentado a mi lado


de nuevo, descansando su mano en mi pierna.

—Oye —dijo, pasando del enojo a un momento de preocupación—.


Estoy seguro que él está bien. No has tenido tu celular por un mes.
¿Cómo es que se supone que te contacte? El probablemente solo fue
enviado a una asignación.

¡Duh! Por supuesto que no me contactó todo este tiempo. No puedo


creer que no haya pensado en eso. El sentimiento de lo obvio me hizo
sentir estúpida.

—Tienes razón. Soy una tonta.

—No eres una tonta, Jamie. Solo lo pensante un poco tarde. 221
Teddy me rodeó con sus brazos y me recosté contra él. De repente
sintiéndome completamente cansada.

—Toda esta cosa con Visticorp me tiene completamente paranoica. —


Dejé escapar un gran suspiro—. No estoy segura que cuanto más pueda
hacer esto.

Teddy se jalo hacia atrás y me miró con el ceño fruncido.

—¿Hacer qué?

—Vivir así.

El ceño de Teddy hizo aún más grande y comencé a inquietarme. Él


podría entenderme en muchos niveles pero nunca entendería que tan
difícil era estar lejos de casa para mí. En lo que para él se refería, la
vida era fantástica ahora.

No me sentía de humor para discutir sobre ello de nuevo con él, así que
me puse de pie.

—Saldré.

—¿Cómo el Ángel de Chelsea? ¿Otra vez? Pero acabas de regresar.

—Necesito un poco de aire.

—¿Cómo puedes necesitar más aire? ¡Siempre estas fuera!


—¡Solo lo necesito! —espeté—. ¡Esta casa es cada vez más asfixiante por
minutos! ¿Has encontrado algo de Visticorp todavía? ¿Siquiera lo estas
intentando? Porque a veces se siente como si estuvieras
encadenándome, esperando a que olvide mí vieja vida y te acepte en su
lugar, lo lamento, ¡pero eso no va a pasar!

Toda la sangre se drenó de la cara de Teddy. Se veía tan devastado que


me sentí terrible de acusarlo de no tratar después de todo lo que había
hecho por mí. Abrí la boca para disculparme y al mismo tiempo, dijo:

—Tienes razón.

Mi estómago se revolvió sobre sí mismo.

—¿Qué quieres decir?¿Acerca de que tengo razón?

—No he encontrado nada de Visticorp. La compañía está limpia. No sé


dónde esconde la totalidad de su información, pero lo he intentado todo.
No se me ocurre más.

Teddy suspiró cansado y miró a sus pies, incapaz de mirarme a los ojos. 222
—Lo sé desde hace aproximadamente una semana, que no hay nada
que pueda hacer para ayudarte. Solo trataba de encontrar una manera
de decírtelo.

Me tomó un momento procesar las palabras de Teddy y luego mi ira se


desgrano como un globo sobre inflado.

—Así que eso es todo, entonces —dije hundiéndome hasta el sofá—.


Nunca recuperaré mi antigua vida.

La cara de Teddy se arrugo.

—Lo siento, Jamie.

Me senté ante el deslumbramiento. Eso era todo. Él final de la


carretera. No tenía plan ahora. Derribar a Visticorp era la única forma
en que me sentiría segura de volver a casa, y si Teddy no podía
hacerlo...

—¿Es realmente tan horrible ? —preguntó Teddy—. Has sido bastante


feliz aquí este mes, ¿no es así?

—En ese entonces pensaba que iba a tener a mi familia y Ryan de


regreso. Cuando pensé que tenía algo por que valía la pena vivir.

La voz de Teddy era muy pequeña cuando respondió.

—¿Y ahora no lo vale?

Suspiré y me obligué a tirar de él junto.


—Por supuesto que sí. Eres un gran amigo, Teddy. Al igual que el
hermano que siempre he querido.

—¿Hermano ? —Teddy hizo un ruido de atragantamiento.

—Teddy...

Traté de agarrar su mano, pero él se revolvió del sofá lejos de mí.

—No lo hagas, Jamie. No digas eso. No pienses en mí de esa manera.

—No puedo evitar lo que siento.

—¡Sí , si puedes! —gritó Teddy de repente—. ¡Nunca has tratado de


verme como algo más que un amigo! ¡Nunca le has dado a la idea una
oportunidad! Entiendo que lo amas. Lo sé. Puedo ser paciente. Puedo
esperar hasta que lo superes.

Me quedé boquiabierta.

—¿Superarlo ? ¡No sólo puede superarlo! ¿Por qué habría de hacerlo?


223
—¡Ryan es tu pasado y no puedes regresar! Tienes que pensar en tu
futuro ahora.

—¿Qué futuro? —grite. Lágrimas de rabio descendieron de mis ojos—.


¡Pasar el resto de mi vida escondiéndome en el mandito desierto
pretendiendo que todo y todos lo que me preocupan no existe, eso no es
un futuro!

—¿Qué tal si encontramos otra gente como nosotros?

—¿Eso que importa? Imagina si encontramos a más como nosotros,


¿entonces qué? Los traemos aquí para que puedan ocultarse como
nosotros. Para que encontrarlos, si solo vamos a arruinar sus vidas
tambien. ¡Déjalo Teddy! ¡Si hay otros déjalos en paz!

Teddy estaba a punto de gritarme de vuelta, pero repentinamente perdió


todo el aire de sus pulmones.
—¿Así es como verdaderamente te sientes? ¿Qué arruiné tu vida al
tratar de encontrarte?

Casi digo sí. Estaba tan enojada que casi culpo de todos mis problemas
al chico que no hizo nada más que arriesgar su vida por mí, por
salvarme y ayudarme cuando más lo necesitaba.

—Por supuesto que no —dije—. No te culpo. Ellos ya venían por mí y tú


fuiste el único que me ayudó a salvar lo poco que quedaba de mi vida.
Estoy feliz de que me encontraras, pero no puedo darte lo que quieres.
No importa que tanto esperes. No puedes tener mi corazón. Ya se lo di a
Ryan.
—¿Entonces, es así? Tu amas a Ryan, ¿por eso te estás rindiendo
conmigo? ¿Ni siquiera vas a intentarlo?

Vi su punto, y por un segundo honestamente traté de imaginar, esta


vida que él me proponía. Quizás cuando llegué por primera vez podría
imaginármelo posible, pero después de pasar un mes lejos de Ryan me
di cuenta que él tenía razón ese día cuando me dijo que la vida no
importaba si yo no estaba aquí con él. Era lo mismo para mí.

Quizá Ryan estaba más seguro lejos de mí, pero no tenía ninguna dudo
que él era tan miserable como yo, ¿y qué clase de vida era esa? Por
algunas cosas vale la pena arriesgarse. El amor que Ryan y yo
compartíamos valía la pena el peligro.

—No me estoy rindiendo contigo, Teddy. Estoy diciendo adiós.

—¿Qué? —Teddy lucía genuinamente sorprendido.

—Si no puedo detener a Visticorp y volver a casa, entonces traeré mi


hogar hacia mí. Traeré a Ryan, Y entonces traeré a mis padres y si ellos
vienen, entonces haremos exactamente lo que Ryan sugirió. 224
Desapareceremos como Gilligan, juntos.

—Jamie no puedes hacer eso.

—¿Por qué no? He estado completamente a salvo aquí contigo. Les


encontraremos nuevas identidades también y encontraremos un lugar
donde podamos estar todos juntos. No sé sobre los padres de Ryan,
pero Ryan y mi mamá y mi papá serán capaces de dejar sus vidas que
perderme para siempre. Estoy segura de ello. Les voy a dar siquiera la
opción.

Pude ver la mente de Teddy trabajar, tratando de llegar a una solución,


cualquier otra solución. Eventualmente, la chispa desapareció de sus
ojos y se dio por vencido.

—Podrías venir con nosotros —le dije, odiando la mirada de


desesperación de su rostro—. No puedo ser lo que quieres que sea, pero
soy tu amiga. Serás bienvenido con nosotros. Mis padres sin duda te
adoptaran en la familia. Todavía podemos tratar de encontrar otros
como nosotros. Si tuviéramos nuestra propia isla o lo que sea, los
podríamos encontrar y traer con nosotros si quieren venir. Podríamos
formar nuestra propia pequeña ciudad-refugio para otros como
nosotros y sus familias o algo así. —Sonreí—. Infierno, incluso
podríamos invitar a Carter. Él podría ser nuestro pequeño compañero
perverso para crímenes. Podríamos acabar con gente como Visticorp de
verdad y empezar una liga de la Justicia real. Quién sabe, quizás
encontremos a otra chica más caliente que yo con poderes asombrosos
y una cosa por lo adorable.
—Jamie, espera. ¿Por qué no solo me das un poco más de tiempo? Voy
a intentar de nuevo. Tal vez me he perdido algo.

Negué con la cabeza. Ni siquiera tenía que pensar en eso ahora. El


futuro que acababa de trazar sonaba mejor que el pensamiento de
volver a casa y siempre tener que mentirle a mis amigos y preocuparme
de si o no estaba realmente segura. De hecho, cómo Ryan y yo no
habíamos llegado con esta idea antes, era un poco sorprendente. Era
tan simple.

—¿Por favor, Teddy? —Una verdadera sonrisa se deslizó a través de mi


cara. La primera verdadera sonrisa que había logrado desde que había
salido de casa—. Lo haré sin ti, pero realmente quiero que vengas
conmigo. ¿Por lo menos piénsalo?

Teddy parecía derrotado cuando finalmente asintió con la cabeza.

—Está bien. Bien, bien. Te ayudaré.

—¿En serio? —De hecho, chillé de emoción.


225
Deseé que Teddy compartiera mi entusiasmo. Odiaba verlo tan triste
cuando era finalmente tan feliz.

—Es mejor que perderte y estar solo para siempre —dijo—. Pero va a
tomarme un par de días obtener identificaciones falsas hechas para
ellos y cuentas bancarias transferidas y esas cosas.

—No hay problema. Nosotros te daremos tanto tiempo como necesites.


Tenemos que hacer esto bien. Nos encontraremos de nuevo aquí el
viernes con quien sea que venga con nosotros y vamos a pasar el tiempo
aquí hasta que lo tengamos todo resuelto. Estoy segura de que a nadie
le va a importar estar apretujados por un tiempo.
—Ya conocerás a mí… espera, ¿a dónde vas?

Sentí que mi sonrisa se extendió por todo el camino a mis oídos.

—Le debo mi novio un viaje por el Gran Cañón.


»Capitulo 24
Traducido por Jhos

Corregido por MaryJane♥

La primera cosa que hice fue llevar un montón de cosas desde La


Guarida a mi absoluto lugar favorito en el borde norte del Gran Cañon y
establecí el campamento perfecto para dos. Estaba a millas desde
cualquier parte. Ni siquiera los excursionistas u otros campistas se
acercarían a este lugar. Los únicos que estarían allí después de la
puesta del sol seriamos Ryan, yo, y un universo de estrellas.

Lo siguiente que tenía que hacer era algún reconocimiento. No podía


solo llamar y preguntarle a Ryan donde se encontraba. Teddy y yo
teníamos nuevos celulares, pero él insistió en que nunca podría llamar
a nadie de mi vieja vida porque Visticorp estaría monitoreando sus
celulares, entonces averiguarían que era yo y la rastrearían de regreso a 226
La Guarida.

Normalmente, Ryan estaría en prácticas para este momento del día.


Corrí pasando el estadio solo por si acaso, pero no se encontraba allí.
Becky, sin embargo, practicaba con las animadoras. Tanto como dolió
mi corazón verla y no hablarle, al menos me sentía agradecida de
confirmar que seguía viva y bien y siguiendo adelante con su vida.
Odiaba pensar cómo iba a ser para ella después de que le quitara a
Ryan. Quería llevarla conmigo, pero ella tenía una familia entera que
estaría devastada si ella estuviera desaparecida.

Me tomó una eternidad encontrar a Ryan. Sondeé cuidadosamente


todas sus rondas normales. Entonces, cuando eso probó ser
infructuoso, busqué por el campus entero y finalmente lo encontré en
un parque cerca del campus lanzando una pelota de futbol alrededor
con Mike.

Jadeé a la vista de él. Había pasado demasiado tiempo y lo había


extrañado tanto que mis ojos picaron solo lo miraban. Sentí que si no lo
tocaba lo suficientemente pronto podría nunca ser capaz de nuevo de
llenar mis pulmones con aire.

Me dirigí al techo de un edificio que se hallaba tan lejos como podía de


ellos y aun así verlos y escucharlos. Luego me escondí de la vista tanto
como fue posible y los observé lanzar el balón por unos pocos minutos.

Ryan reía y bromeaba con su mejor amigo al igual que acostumbraba


en la secundaria, incluso aunque Mike se encontraba en una silla de
ruedas y Ryan lanzaba la pelota con la mano izquierda porque su brazo
derecho estaba en un cabestrillo. Fue reconfortante y rompió mi
corazón todo al mismo tiempo.

Por una fracción de segundo, me pregunté si tomé la decisión


equivocada. Mike necesitaba a Ryan, también Becky. Era egoísta de mi
parte querer llevarlo lejos de ellos. Pero entonces el perdió el siguiente
lanzamiento de Mike, y el suspiro que escapo de él cuando siguió la
pelota trajo lagrimas a mis ojos.

—Terminé —dijo, lazando la pelota a Mike.

—¿Todavía duele? —preguntó Mike.

Ryan asintió y caminó junto a Mike mientras lentamente regresaban


hacia la escuela.

—Eso apesta, amigo. Sin embargo, gracias por venir. Fue bueno verte
fuera de las puertas por un cambio.

Eso me hizo preocupar. ¿Desde cuándo podía Ryan quedarse encerrado


en el interior? 227
—Nah, tenías razón. Necesitaba aire fresco.

—Necesitabas más que eso, Ryan. Tu mamá me llamó. ¿Dijo que dejaste
la universidad?

Ryan se encogió de hombros.

—No por siempre. Solo necesitaba tomar algún tiempo, ¿sabes?

—Diablos, si, lo sé. Estoy a la espera de una sentencia de cárcel.

—¿Finalmente conseguiste tu cita en la corte?

Mike asintió.

—Es en dos semanas. Mi abogado piensa que si consigo algún tiempo


de cárcel espero sean seis meses o menos. Oye, cuando consiga salir
deberíamos tomar un año juntos y solo salir de Sacramento por un
tiempo. Ir de viaje y ver algunos lugares o algo.

El —Si, tal vez— de Ryan sonó tan deprimente que Mike dejo de rodar
su silla y levantó la mirada a él.

—Podríamos tratar de encontrarla —dijo.

Mi respiración se atrapó en mis pulmones. No podía creerlo, pero estaba


realmente agradecida de habérselo dicho a Mike antes de haberme ido.
Estaba tan contenta de que Ryan tuviera a alguien para ayudarlo a
superar el último mes. También sabía que no me iría sin él. Ryan era
mío tanto como yo era suya, e iba a llevarlo de regreso.
Saqué la carta que había escrito antes en La Guarida explicando que yo
era quien me había llevado a Ryan, y no Visticorp. Esta resumía mi
plan de regresar por quien sea que quisiera desaparecer conmigo en el
tiempo de dos días y donde se encontrarían conmigo si quisieran ir.
Imaginaba tener que irme con mis padres, pero dado que Mike conocía
mi secreto, y su mejor amigo estaba a punto de desaparecer justo en
frente de sus ojos, estaba contenta de haber decidido ir a Ryan primero
antes de pasar por mi casa. Mike podría retransmitir el mensaje a mis
padres lo suficientemente fácil.

Exploré al área y ubiqué al menos cuatro personas que parecían como


si pudieran ser espías de Visticorp. Iba a tener que ser rápida, solo
agarrarlo e irme. Si me detenía incluso por un segundo, estaba segura
que alguien tendría tiempo para disparar o encender un interruptor de
algún malvado dispositivo detén-a-Jamie.

Salté desde el techo del edificio donde había estado ocultándome, tomé
unas pocas respiraciones profundas, y luego corrí tan rápido como mis
piernas me llevaron.
228
No me quedé para ver cuánto tiempo le tomaba a Mike darse cuenta
que Ryan se había ido o encontrara la carta que dejé caer en su regazo.
Simplemente recogí a Ryan en mis brazos, cuidadosa de su brazo
lastimado, y no paré hasta que estuvimos en Arizona.

Yo lloraba para el momento en que lo puse de pie en frente de nuestro


campamento.

—Lo siento, no tuve tiempo de advertirte que vendr…

Mis palabras fueron cortadas con el más apasionado beso que jamás he
recibido en mi vida entera. Ryan tuvo que físicamente retorcerse lejos
de mi cuando su cuerpo demandó oxígeno. Me sostuvo por los hombros
y me recorrió con su mirada, aun un poco incrédulo de que me
encontrara realmente allí de pie.

—¿Que te tomó tanto tiempo? —demandó con un delirante suspiro feliz.

—Yo…

Al parecer no le importaba la respuesta porque me besó de nuevo, me


besó como si el mundo estuviera llegando a su fin justo en ese segundo.
Como si fuera a desaparecer de nuevo en cualquier momento. Me
sostuvo fuertemente y bebió de mí como si estuviera dándole una
segunda oportunidad de vida.

Conocía la sensación.

Tenía un millón de cosas que quería decir, y preguntas que quería


hacer. Todavía me sentía tan aliviada por estar con él de nuevo, por
sentirlo y probarlo, que lloraba tan fuerte como nunca, pero lo dejé
besarme y lo besé de regreso hasta que el finalmente tuvo suficiente.

—Ry, lo siento tanto —comencé de nuevo.

—Shh.

Sin otra palabra Ryan limpió las lágrimas de mi rostro, luego me giró y
me empujó contra su pecho. Envolvió su brazo izquierdo fuertemente a
mí alrededor y descansó su cabeza sobre la mía, gentilmente
meciéndonos mientras observábamos la puesta del sol sobre el Gran
Cañon.

Más lágrimas corrieron silenciosamente por mi rostro, pero esas eran


las lágrimas de felicidad más felices que nunca había llorado.

Había tenido un sueño como este una vez, Ryan sosteniéndome


mientras el mundo se convertía en un maravilloso lienzo de arco iris
alrededor de nosotros. Esa vez se había sentido tan real. Tan divertido
que estuviera realmente sucediendo, se sentía más como un sueño.
229
Había vista el sol ponerse sobre el desierto unas miles de veces, pero
nunca me pareció tan hermoso. Esta puesta del sol tenía un millón de
colores más, y todo brillaba con mucha más vibra. Nada nunca se
compararía a este momento.

Me derretí en el abrazo de Ryan. No había ninguna parte más en el


mundo en la que encajara mejor. Ninguna parte más donde
perteneciera. Realmente era mi otra mitad. Mi alma.

Después de unos cuantos minutos Ryan comenzó a temblar, pero se


rehusó a dejarme ir. Puedo decir por la forma en que se aferró a mí que
estaba preparado para pelear conmigo si trataba de alejarlo, así que no
lo intenté. El planeaba nunca dejarme ir de nuevo, y yo planeaba
dejarlo seguir.

Justo antes que el sol desapareciera más allá del horizonte sentí los
labios de Ryan presionarse ligeramente contra mi cuello.

—La espera valió cada segundo —susurró.

Dejé salir una medio alegre, medio sollozante risa. Ryan había estado
esperando este momento conmigo desde la primera vez que le había
mencionado el Gran Cañón. No sé cuántas veces me había rogado para
que lo trajera aquí. Este era nuestro lugar, nuestro momento en el
tiempo. Habíamos reclamado para nosotros mismos de la forma en que
Neil Armstrong reclamó la luna para la humanidad. Parte de mi
deseaba que pudiéramos congelar el tiempo y quedarnos justo aquí en
este momento por siempre.
Cuando el sol finalmente se hubo ido, me giró y descansé mi cabeza en
el hombro de Ryan. Antes, no podía esperar para explicarme, pero
ahora no podía encontrar las palabras correctas para romper el silencio.

—Te dije que vendrías de regreso a mí.

Me reí de nuevo, y luego suspiré.

—No debería haberlo hecho. Debería haberme quedado lejos, pero no


podía.

—Te quedaste lejos el tiempo suficiente. —El agarré de Ryan se apretó


como si parte de él esperara que escapara—. Honestamente, nena, creí
que esperarías un par de días, no un mes entero.

—Estaba esperando hasta que fuera seguro ir a casa. Teddy iba a


hackear en el sistema de cómputo de Visticorp y luego iba a darle toda
la evidencia de sus fechorías a Carter y conseguir enviarlos a todos a la
prisión federal por el resto de sus vidas. Pero entonces Teddy no pudo
encontrar nada, y me di cuenta que nunca conseguirá mi vida de
regreso. No podía solo desaparecer por el resto de mi vida sin verte de 230
nuevo. Te debo un fin de semana al Gran Cañón primero.

El cuerpo entero de Ryan se puso rígido.

—¡De ninguna manera, Jamie! —Ryan se sujetó a mí, estoy segura, con
toda intención de hacer un berrinche—. ¡No me llevarás de regreso!
Donde sea que vayas, yo voy. Fin de la historia.

Me reí.

—Por supuesto que no. Solo me aseguraba que aun quisieras renunciar
a todo y pasar el resto de tu vida conmigo.

—No es tan divertido —dice Ryan.

Sonreí.

—Lo fue, mucho.

—No lo fue.

—Lo fue mucho.

Ryan trató de mirarme pero no pudo arreglárselas.

Me reí de nuevo y envolví mis brazos alrededor de su cintura.

—Entonces —dije, besando sus labios rápidamente porque se


encontraban solo demasiado cerca de mí para no hacerlo. Ryan pareció
listo para más, pero tenía que preguntar—. ¿Estas realmente listo para
pasar el resto de tu vida conmigo?
Los ojos de Ryan parpadearon, y repentinamente sonreía. —Esa se
suponía sería mi línea.

—¿Qué quieres decir?

Ryan sacó algo del bolsillo delante de su camisa y no me di cuenta de lo


que era hasta que cayó sobre una rodilla. Mi estómago cayó con él, pero
no sintiendo de temor. Nunca ni una sola vez había considerado el
matrimonio, pero mirando ese anillo, mi corazón tuvo un momento
difícil quedándose dentro de los confines de mi pecho.

—He sabido que me sentía listo para pasar el resto de mi vida contigo
desde un largo tiempo, Jamie. Solo esperaba porque tu obstinado
trasero se diera cuenta también.

Los ojos de Ryan brillaron. Tan grandemente divertido con esta madre-
de-todas-las-sorpresas.

Miro hacia el cañón junto a nosotros y sonrió.

—Bueno, eso y el lugar correcto. No podría haberlo propuesto en 231


ninguna parte más, así que es algo bueno que finalmente me trajeras
aquí.

Aun no podía creerlo lo suficiente.

—¿Es en serio?

—Cásate conmigo, Jamie.

Deslizo el anillo en mi dedo sin esperar por una respuesta. No


importaba. Él ya la sabía. Como siempre, sabía lo que yo quería antes
que lo hiciera.

Solo pudimos sonreírnos el uno al otro cuando se levantó.


Eventualmente me las arreglé para chillar un —Te amo— y luego lancé
mis labios a los suyos y le mostré exactamente cuánto lo amaba.

Más tarde, mientras yacía en los brazos de Ryan, debajo de una manta
de interminables estrellas, me atrapó sonriéndole a mi anillo. La luz de
la fogata había estado haciéndolo brillar.

—¿Te gusta? —preguntó con orgullo.

¿Gustarme? Era perfecto. Un diamante sencillo, uno ridículamente


grande, pero aun así sencillo, como el que habría elegido por mí misma.
Elegantemente asentado en una banda de platino delgada. Mi cosa
preferida sobre él era la inscripción en el interior de la banda que decía
—Eres mi rayo de sol. —Me reí cuando lo vi, pero lo aprecié al mismo
tiempo. Era tan ridículamente cursi y solo tan perfectamente Ryan.
—¿Cuánto tiempo has estado llevándolo en tu bolsillo? Me fui por un
mes y se suponía que nunca regresaría.

Ryan se rio entre dientes. Amaba la sensación de su pecho


sacudiéndose debajo de mi cabeza, y me acurruqué más cerca de él.

—Te dije que sabía que ibas a regresar a mí —dijo, felizmente apretando
su agarre en mí—. Elegir este anillo fue la primera cosa que hice al
segundo que fui dado de alta del hospital. Sabía que cuando regresaras
probablemente no tendría tiempo para empacar una bolsa, así que lo
mantuve conmigo todo el tiempo.

—Podrías solo haber conseguido uno después de que regresara.

—¿Y no tener la prueba para frotar en tu cara que sabía que vendrías?
¿Dónde está la diversión en eso?

—Estoy demasiado cómoda para levantar mi cabeza justo ahora, pero


solo para que lo sepas, estoy rodando mis ojos ante tu arrogancia.

—Eso no era arrogancia. —Podía escuchar el puchero en el tono de 232


Ryan—. Era fe en ti, Jamie. Saber que regresarías no tuvo nada que ver
conmigo.

—A menos, por sugpuesto, que supieras que regresaría porque ¿quién


rayos podría posiblemente quedarse lejos de Ryan Miller por siempre?
—dije secamente.

—Oye. —Ryan se rió—. Tú lo dijiste. No yo.

Estuvimos callados por un minuto y luego Ryan dijo:

—¿Que dices de si vamos a Las Vegas en la mañana, encontramos a


Elvis, y lo hacemos oficial?

—¿Qué? —pregunté, sorprendida de nuevo—. ¿Quieres hacerlo ahora?

—¿Porque no?

—¿Um, tal vez porque solo tenemos diecinueve?

—¿Que importa eso? Acabamos de huir juntos. Ya sabemos que vamos


a pasar el resto de nuestras vidas juntos. ¿Porque no hacerlo
apropiadamente? Sé que tu papa realmente no estaría allí para
matarme por vivir contigo en pecado, pero incluso así, odio la idea de
decepcionar a alguno de tus padres. Ellos querían que hiciéramos esto
bien.

Me tomó un minuto tragar el nudo en mi garganta antes de poder decir


algo.
—Las Vegas funciona para mí. Puedo prescindir de Elvis, pero si
realmente no quieres decepcionar a mis padres. Deberíamos esperar
hasta que ellos este allí de testigos para nosotros.

—¿Qué quieres decir?

—No solo vine a llevarte, tonto. Tengo un plan. Imaginé que llevarte a
esa isla desierta de la que me hiciste oferta, y tan lejos como iremos,
podríamos también traer a mis padres con nosotros. Sé que
renunciarían a sus vidas para quedarse conmigo si les doy la opción.

—Estoy seguro que lo harían, pero como…

—Le dejé una carta con Mike cuando te recogí que explica todo. Le pedí
a mis padres que le dijeran a tu mama y Gene todo, y luego dije que los
encontraré, quienes quieran venir en dos días. Solo espero que mis
padres hagan lo que les pedí y en realidad le digan a tus padres.
Odiaría que ellos no supieran lo que te ocurrió.

—En realidad… —Ryan se encogió—, mis padres lo saben.


233
Me senté, asombrada.

—¿Lo hacen?

Ryan se sentó también y suspiró.

—Fue algo inevitable. Había sido disparado y te fuiste. Tus padres y yo


llegamos con una historia sobre algún cretino en tu dormitorio que te
secuestró. Traté de luchar con él, pero conseguí un disparo. Luego traté
de seguirte, pero no pude, y entonces fui a tus padres por ayuda. Dado
que Visticorp hizo una escena en la escuela, cuando los policías
pusieron las dos historias juntas, se hizo noticia nacional. Las personas
hablaron sobre nosotros por días.

—Mis padres eran un desastre y no podía solo dejarles creer que habías
sido secuestrada de esa manera, entonces les dije. También sabía que
desaparecería eventualmente también, cuando vinieras de regreso por
mí, así que los preparé para eso. Estuvieron sorprendentemente en
apoyo. Gene incluso me creó una cuenta bancaria.

—Estás bromeando.

Ryan se encogió de hombros. —Saben cuánto te amo, Jamie. Ellos te


aman, también. Cuando averiguaron que eras el Ángel de Chelsea y les
dije como todo eso comenzó, estaban tan orgullos de ti. Parecían tan
seguros de que vendrías de regreso por mí como yo, y Gene insistió en
ayudar. Cinco millones de dólares deben ser un poco excesivos, pero
entonces, pero ese es Gene para ti. La única cosa que pidió a cambio es
que de alguna forma, algún día, encontráramos una manera de
enviarles fotos de sus nietos.
Me ruboricé a la mención de nietos, pero no tenía sin palabras. Y
lloraba de nuevo.

—¿Cómo alguna vez pensé que podría vivir sin ustedes chicos?

—Ahora eso es algo que me gustaría saber —bromeó Ryan.

—¿Entonces, crees que tus padres vendrían con nosotros?

Ryan estuvo callado por un minuto, y luego lentamente sacudió su


cabeza.

—Tienen una buena vida, y ya han hecho las paces con el pensamiento
de ti y yo yéndonos. Creo que se quedarán.

Cuando se hizo el silencio de nuevo, Ryan adivinó mis pensamientos.

—Está bien, Jamie. Al menos conseguí despedirme, que es más de lo


que había esperado. Sabes eso. Estoy contento que seremos capaces de
traer a tus padres, sin embargo. Estoy seguro que estarán listos y
esperando donde les dijiste que vayan.
234
Sé que lo harán. No estaba preocupado sobre ellos en absoluto, pero
mis pensamientos giraron a la única personas que sabía sería el más
lastimado por todo eso. Ryan comprendió, y algo de la luz dejo sus ojos.

—Ella es una luchadora —dijo tristemente.

—Conseguirá atravesarlo al igual que hizo con todo lo demás.

—¿Cómo está?

Ryan suspiro.

—Herida.

Asentí, incapaz de detener el flujo de lágrimas una vez más. Ese dicho
sobre ser capaz de llorar hasta que saques todo de lágrimas no puede
ser cierto, o me las he arreglado para hacerlo por ahora.

—¿Le dijiste todo, cierto?

—Sip. Se presentó al hospital la noche que te fuiste. Escucho la historia


falsa antes de que pudiera decirle la verdad. Nunca la había visto tan
enojada. Cuando le expliqué todo, estuvo tan molesta que no me hablo
por una semana. Pero eventualmente vino de nuevo y hablamos por
horas. Le dije todo. Dijo que comprendía porque nunca le dijimos, y se
dio cuenta que habías estado tratando de encontrar una forma de
decirle por semanas. Ella nos perdona, pero no ha sido la misma
conmigo desde entonces. Se distanció. Creo que fue toda la cosa de
Mike, ella no pudo tratar con ello.
Ryan tomó una larga respiración y tuvo que estabilizar su voz.

—La primera vez que lo vi, quise golpearlo casi hasta la muerte por lo
que hizo, pero seguí escuchando tu voz en mi cabeza rogándome que
escuchara. Tienes razón, por supuesto. Él lo lamenta, y necesitaba a su
mejor amigo. Lo perdoné y no creo que Becky me perdone por eso. No
creo que pueda perdonar a ninguna de nosotros por eso. Siente como si
lo elegimos sobre ella. Apenas me ha hablado en tres semanas.
Honestamente, creo que podría estar aliviada cuando sepa que me fui.
Así lo espero, de cualquier forma. Tal vez necesita una comienzo fresco,
también uno sin ti y yo y Mike y todos los malos recuerdos.

Limpié mi rostro y repetí la oración original de Ryan.

—Ella es una luchadora. Estaré bien. Solo deseo poder decirle cuanto la
amo. Odio que la última vez que la vi solo rompiera su corazón.

—Ella lo sabe, Jamie. Prometo que lo sabe.

—Lo sé. Solo voy a extrañarla.


235
—Yo también.

Ryan se acostó de nuevo y me llevó junto a él. Juntos, sólo miramos


arriba a las estrellas, cada uno perdido en nuestros propios
pensamientos, hasta que Teddy interrumpió la paz. El sonido de mi
teléfono fue tan inesperado que Ryan y yo, ambos prácticamente
saltamos.

—¿Qué es eso?

Gruñí, pero no me molesté en responder la llamada.

—Ese es el tema musical de Iron Man. No eres el único chico que tiene
un ego inflado. Teddy piensa que es Tony Stark.

—¿Tu teléfono tiene señal aquí?

—Teléfono satelital con GPS. —Sonreí—. ¿Quien sabía que serían tanto
como un regalo popular?

La voz de Ryan fue apretada cuando dijo:

—¿Un regalo? ¿Cuál fue la ocasión?

Besé la mejilla de Ryan.

—Necesidad. Las coordenadas GPS eran la única manera en que pude


encontrar mi camino de regreso a La Guarida.

—¿La Guarida?
—La casa de seguridad de Teddy. La llame La Guarida porque su oficina
parecía como el escondite del Dr. Malvado. De cualquier forma, el lugar
está en medio de ninguna maldita parte. Como, ni siquiera hay ninguna
carretera o pistas que vayan a ella. Quería ser capaz de dejar la casa
por mi cuenta y él quería ser capaz de molestarme 24/7 sin importar en
que parte del país yo estuviera.

Mi teléfono, que había ido al buzón de voz, comenzó a sonar de nuevo.

—Probé mi punto —gruñí de nuevo y saqué la estúpida cosa de mi


bolsa—. Es mejor que sea una emergencia —espeté en lugar de
saludo—. ¡Y estar sin papel sanitario o Mountain Dew no cuenta!

—¡Jamie, lo encontré!

Salí de la bolsa de dormir tan rápido que golpeé a Ryan.

—¿Qué? ¿Cómo?

—Tu amigo Carter. Parecías realmente preocupada, así que pensé en


buscarlo y fui capaz de acceder a sus archivos de computadora. Parece 236
como si buscara a Visticorp, también. En lugar de buscar en la
compañía y empleados como yo hice, el buscó a los accionistas. Hace
casi 10 años, un hombre llamado James Donovan compro la compañía
después de perder una pierna en un accidente de auto. El afirmaba que
quería ayudar a Visticorp a convertirse en la compañía líder en
regeneración celular.

—Sí, recuerdo leer sobre eso. El tipo trataba de encontrar una manera
de hacer crecer su pierna de nuevo. ¿Entonces qué?

—Entonces, un año después de eso, el mismo tipo compró un montón


de tierra al sur de Las Vegas. De acuerdo a la investigación de tu amigo,
esa tierra es utilizada como el mejor transmisor de radio fusión FM de
Las Vegas.

—¿Y?

—¿Entonces a un millonario filantrópico repentinamente le va la radio


fusión porque tiene una cosa por la música pop? El trasmisor tiene que
ser una fachada. ¡Es demasiado simple que nunca siquiera pensé en
buscarlo! Está utilizando esa tierra para algo, y utilizaba la energía y
señales de radio desde el transmisor de radio fusión para ocultarlo. Allí
es donde tu laboratorio secreto está. Mi suposición es bajo el suelo.
Realmente en la montaña, más allá del transmisor.

—Lo hizo —dije, logrando sentir tanto afecto honesto y extrema molestia
por Carter—. ¡Ese sigiloso, mentiroso, pequeño periodista astuto! —
bufé—. El hombre tiene un don para cavar en la ropa sucia de las
personas.
—Hay más, Jamie.

La gravedad en el tono de Teddy me asombró.

—¿Qué?

—Parece como que tu amigo reservó un vuelo a Las Vegas la semana


pasada. Se registró en un hotel ese mismo día con reservaciones para
solo dos noches y luego nunca pagó su cuenta. También perdió su vuelo
de regreso a Nueva York.

Jadeé. Carter era un montón de cosas, pero no era del tipo de no pagar
una factura de hotel.

—Ellos lo tienen —susurré.

—Ellos lo tienen —repitió Teddy.

—¿Donde? —demandé.

—Jamie, no se…
237
—¿Donde?

Teddy suspiró. —El sureste de Las Vegas, fuera de la Ruta 160 en la


Montaña Potosi.

—Envíame por texto las coordinadas.

—Jamie, probablemente no sea seguro.

—¡Solo hazlo, Teddy! ¡Ahora! Y puedes agregar a Carter a la lista de


nuevas identidades que necesitamos. Lo tendré allí en veinte minutos.

—Jamie, espera.

Colgué antes que Teddy pudiera discutir conmigo, y me gire hacia el


rostro ansioso de Ryan.

—Lo siento, bebé, tengo que ir a salvar el trasero de Carter. Enciende el


fuego y estaré de regreso en una media hora.

—¿Qué es lo que vas a hacer?

—Lo que sea que se necesite.

Ryan no parecía feliz, pero estaba resignado. Había visto esa mirada en
mis ojos antes y sabía que cualquier discusión seria sin sentido.
También le agradaba Carter y probablemente se preocupaba por él.

—Se cuidadosa, Jamie.

Envolví mis brazos alrededor de él y lo bese como despedida.


—Siempre lo soy. Te amo, prometido.

Ryan sonrió al título.

—Te amo, también, rayo de sol. Date prisa en regresar.

238
»Capitulo 25
Traducido por Jess16
Corregido por stheffy
No es que no supiese nada sobre los transmisores de radiodifusión,
pero parecía que la cantidad de energía que sentí tarareando a mi
alrededor cuando me puse de pie en la cima de la montaña de Potosí
podría haber arruinado las ondas de la radio a Alfa Centauri en lugar
de solo a Las Vegas.
Cualquier cosa con alto voltaje tiende a volverse inestable alrededor de
mí si no soy cuidadosa. Electrónica enloqueciendo al azar, líneas
eléctricas bailan cuando camino bajo ellas... El último año, cuando
nuestra clase de ciencia hizo un viaje a la planta nuclear del campo de
energía fuera de Sacramento, fingí un buen caso de gripe del estómago,
solo para estar segura.
239
Desde mi accidente, mi cuerpo siempre ha respondido a la electricidad,
naturalmente alimentándose de ella cuando está alrededor. Es como si
la energía me llamara. Es como si fuera una parte de mí, o al menos es
atraída por mí, y no puedo evitarlo, pero me gusta la sensación de poder
que recibo de ella.
A veces es difícil no querer simplemente absorber todo dentro. Esta
montaña me estaba haciendo sentir como una alcohólica en
recuperación sentada en un bar abierto. Definitivamente había algo
grande aquí.
Aparte de los transmisores, lo único que veía eran rocas y cactus por
millas en todas las direcciones.
—Hombre, mataría por algo de visión de rayos X en este momento —
murmuré al aire—. Así que, si yo fuera una entrada escondida a un
laboratorio subterráneo secreto, ¿dónde estaría?
Cerré los ojos y traté de usar los poderes que tenía. Tan pronto como
mis oídos se centraron, empujé a un lado el zumbido crepitante de los
transmisores. Oí de inmediato lo que sonaba como el zumbido de un
ventilador gigante. Tal vez varios ventiladores.
Seguí el sonido bajo la parte trasera de la montaña y encontré una
pequeña cueva que se estaba utilizando para ocultar algún tipo de
sistema de ventilación. Había tres grandes agujeros en el suelo
cubiertos con rejas de acero. Aire pasó a través de ellos. Estaba
demasiado oscuro para ver hacia abajo y dentro de ellos, pero podía oír
las aspas de los ventiladores impulsando el aire hacia mí.
A un lado de las salidas de aire estaba otro tubo, no mucho más grande
que el tamaño de una persona. También estaba rallado encima, pero
tenía una escalera desapareciendo en las profundidades. Obviamente
no era la entrada principal al escondite del mal de Visticorp;
francamente, se parecía mucho más al comienzo de una mala película
de terror, pero valía la pena comprobarla.
—Lo que me debes, Carter —murmuré mientras arranqué la reja y bajé
a la oscuridad, rogando que no hubiera algún cadáver, dragones o
escarabajos comedores de carne en la parte inferior.
Después de sólo unos pocos pasos por la escalera, el túnel alcanzó el
estatus de tono negro. Pasé al Modo Peligro. El brillo de mis ojos era
apenas una linterna, pero fue suficiente para hacer mi camino por la
escalera. Por supuesto, el tono verde enfermizo en realidad no estaba
ayudando al factor de miedo.
Tal vez un centenar de metros más abajo, llegué al final de la línea, que
era una buena cosa porque yo estaba empezando a preguntarme si el
tubo no se limitó a conducirme todo el camino al infierno. La única cosa
en la parte inferior era una vieja puerta. Cuando no escuché ningún
ruido al otro lado de la misma, la rompí y me encontré en un pequeño
cuarto de servicio para el sistema de ventilación. Había todo tipo de 240
equipos y medidores. No se veía como si la habitación se controlara a
menudo, pero el equipo parecía ser el mejor y más nuevo y el cuarto
estaba tan esterilizado como un hospital, por lo que alguien iba a venir
aquí eventualmente.
Al otro lado de la habitación había otra puerta, que asumí que sería
para entrar en el edificio principal. Al cruzar la sala, oí voces y me
deslicé al lado de la misma lista para cargarme a quien caminara a
través de ella, pero siguieron andando.
—... no puedo creer que el fenómeno sobrevivió a esa —decía uno de
ellos.
—Presionarlo es la única manera de conseguir resultados.
—Sí, pero no puedes obtener resultados de un sujeto muerto. Si
Donovan lo presiona más duro, terminará como 7899.
—Tal vez debería. El fenómeno provoca más problemas de los que vale
la pena.
Hubo un momento de silencio, y luego la primera voz sonaba
impresionada cuando dijo:
—Seguro es algo para ver, sin embargo.
Las voces se apagaron y comprobé la puerta cuidadosamente. Estaba
cerrada, pero un giro rápido del mango usando súper-fuerza y yo estaba
finalmente en la instalación principal.
El lugar se veía como las partes más deprimentes de un hospital,
paredes de color crema pálido y suelos de linóleo blanco, todo
iluminado tenuemente por las horrendas luces fluorescentes.
La puerta por la que acababa de venir estaba etiquetada con Aire de
Ventilación Unidad 2. Dejando mi salida a la memoria, me dirigí en la
dirección que había oído a las voces. Doblé la esquina justo a tiempo
para ver a dos tipos en batas blancas arrastrar a un hombre
completamente inconsciente hasta una gran puerta. Uno de los tipos
sacó una tarjeta de acceso y la puerta se abrió.
Tuve que seguirlos. Claro, necesitaba encontrar a Carter, pero ese
hombre herido era, obviamente, un sujeto y esos otros dos lo estaban
llevando de vuelta a cualquiera que sea jaula que lo mantenía entre
experimentos. De ninguna manera iba a dejarlo aquí. O alguien más
que pudiera encontrar al otro lado de esa puerta. Carter tendría que
esperar unos minutos más.
Esperé hasta que los dos hombres arrastraron al sujeto inconsciente a
través de la puerta, y al momento que comenzó a cerrarse hice una
carrera hacia ella. No tenía ni idea de lo que iba a encontrar al otro lado
de esa puerta, pero no tenía otra opción. No había manera de que fuera
capaz de romper esa gran puerta electrónica, y no tenía una tarjeta de
acceso.
241
Agarré a los dos hombres en batas y los electrocuté hasta que quedaron
inconscientes antes de que la puerta estuviera aún todo el camino
cerrada detrás de mí. Cuando cayeron al suelo, una mujer sentada
detrás de un escritorio gritó. Mal movimiento por su parte, porque ella
se encontró consiguiendo la siguiente siesta eléctrica.
A medida que la mujer se desplomaba en su silla, una voz áspera dijo—:
¿Quién eres tú?
Me di la vuelta para ver el tipo sujeto tratando de empujar a uno de los
ordenanzas inconscientes fuera de él. Era un hombre alto y negro cuyo
acento sugería que era en realidad de África. Parecía tener unos
cuarenta años, y a pesar de su agotamiento evidente de cualquier
prueba de la que acababa de ser puesto, parecía que jugó para los
49ers14.
—Soy alguien como tú —le dije, deslizando la tarjeta de plástico de
acceso fuera de la mujer inconsciente en frente de mí. La levanté con
una gran sonrisa—. ¿Crees que estás listo para una fuga?
Los ojos del hombre se abrieron, y luego su rostro se endureció. Le
arrebató la tarjeta de acceso al hombre que había abierto la puerta y
asintió con la cabeza detrás de mí.
—Los otros.

14 San Francisco 49ers: Equipo profesional estadounidense de fútbol americano


de la National Football League, con base en la ciudad de San Francisco.
Detrás del mostrador de recepción estaba un corto pasillo con cuatro
habitaciones en cada lado. Todas ellas tenían grandes y elegantes
puertas que mantenían a las personas, y ventanas de observación. Me
estremecí ante las placas de matrícula de cada puerta. Estaba bastante
segura de que no eran números de habitación.
Corrí a la primera puerta y deslicé la tarjeta de acceso de la mujer sobre
el escáner. La puerta se deslizó abierta silenciosamente con un ligero
zumbido en el aire.
—¿Hola? —llamé.
Una niña, de tal vez ocho años y pálida como la luna, se sentó en su
cama y se frotó los ojos con sueño.
—No más pruebas, por favor —rogó—. Estoy tan cansada.
Mi corazón dio un vuelco.
—No más pruebas —le prometí a la niña, corriendo a su lado—. Voy a
sacarte de este lugar.
Los ojos de la niña se abrieron. 242
—¿Cómo?
Le di una sonrisa taimada.
—Tengo mis métodos.
—¿Eres un sujeto? —La niña se quedó sin aliento.
—Soy una persona —le dije con firmeza—. Tú también. Y vamos a salir
de aquí.
La niña saltó de su cama y se aferró a mi mano sin preguntar. Yo no
quería saber que tan mal deben haber sido las cosas para ella si estaba
tan dispuesta a irse con un completo desconocido.
Yo la alcé en mis brazos y cuando salí de la celda del hombre negro ya
estaba de pie allí con una mujer mayor y un muchacho que tenía tal vez
quince.
—¿Estos son todos? —pregunté.
—Lo es ahora —dijo el hombre con los dientes apretados.
Ante mi ceño fruncido, la niña le susurró:
—Antes había siete de nosotros.
Mi temperamento explotó, causando que las luces se sobrecargaran
rápidamente. Tomé una respiración profunda y el chico miró hacia las
luces.
—¿Tú hiciste eso? —preguntó. Acento australiano. Al parecer, Visticorp
fue recorriendo todo el mundo para encontrar a gente como yo.
—Sí —le dije—. Y voy a hacer mucho más que eso, tan pronto como
encuentre a mi amigo, así que necesito que ustedes chicos salgan del
edificio y se vayan lo más lejos de esta montaña como puedan.
Yo robé la llave de la puerta principal y comprobé el pasillo. Todavía
estaba despejado.
—Síganme.
—¡Espera! —dijo el muchacho.
Cuando lo miré, él sonrió y sacó pecho con orgullo.
Sin palabras, el hombre hizo un gesto para que le diera a la niña. Se la
entregué y después de que la ajustara a su espalda y le dijera que se
sostuviera fuerte, él y la señora mayor tomaron las manos del
muchacho. El niño sonrió y me dijo:
—Bueno, ¿a qué estás esperando?
La mujer tendió su mano hacia mí con una sonrisa.
De repente, oí una especie de voz de abuela dentro de mi cabeza que
decía: —Confía en nosotros. —Fue un poco sorprendente, pero esbocé 243
una sonrisa y le tomé la mano. Al segundo que lo hice todos nos
desvanecimos. Di un grito ahogado y el muchacho se rió de mí.
—No pensaste que eras la única con poderes, ¿verdad, cariño?
—En realidad, esperaba que todos tuvieran algo útil en las mangas. Y te
prometo que no quieres llamarme 'cariño' de nuevo, hombrecito. No has
visto lo que puedo hacer todavía.
—Sea lo que sea, hermosa, estoy seguro de que es un patea traseros.
—No tienes ni idea —le susurré y luego los empujé de vuelta a la sala de
ventilación.
Una vez que estábamos a salvo en la pequeña habitación, me solté de la
mano de la dama y señalé a la escalera en el túnel de servicio.
—Está oscuro y espeluznante, pero es una salida. Se abre en una
cueva. Bajen por la montaña hacia Las Vegas. Verán las luces de la
ciudad. Tan pronto como rescate a mi amigo, iré a buscarlos. Tengo un
lugar seguro que todos pueden tomar, y un amigo que puede ayudarles
a conseguir las cosas que necesitan para empezar una nueva vida. O
podrían quedarse —Sonreí—. Estamos pensando en comprar nuestra
propia isla y construir una versión de la vida real de la Escuela Xavier
para Jóvenes Talentos15.

15 Escuela Xavier para Jóvenes Talentos: En el mundo de las historietas Marvel,


es un instituto educativo para jóvenes con habilidades extraordinarias dentro
de la historia de los superhéroes X-Men.
Todos se habían hecho visibles de nuevo y el chico de quince años de
edad, me sonrió con admiración.
—¡Diablos, sí! Estoy totalmente dentro mientras pueda elegir mi propio
nombre.
Me reí.
—A mi amigo Teddy le vas a gustar. ¡Ahora vayan!
La mujer subió primera y la niña la siguió. El muchacho fue el
siguiente, y, por último, el hombre. Era tan grande que iba a ser un
poco apretado para él. Antes de que él se dirigiera hacia allí, se volvió
hacia mí.
—Te debemos por esto.
—Sólo lleguen a lo seguro. Eso es suficiente para mí.
—El amigo que estás buscando, ¿es como nosotros?
—No.
El hombre asintió.
244
—Si él no tiene poderes, van a estar manteniéndolo en el centro de
detención. Es en el nivel tres, cerca de la sala de control.
—Gracias.
El hombre asintió con la cabeza y desapareció por la escalera.
Sosteniendo firmemente a la tarjeta de acceso que había robado, tomé
un respiro y fui en busca de un ascensor.
El sótano (que resulta, es el lugar donde las celdas de detención de los
sujetos de prueba están) es la parte más rellena de los laboratorios
malvados de Visticorp. El resto de la instalación es limpia y brillante
con el estado de la técnica todo.
De acuerdo con el cartel en el ascensor, el nivel uno era la zona de
cuartos. El nivel dos era el hogar del comedor, salas de recreación,
salas de suministro, y oficinas, pero el nivel tres era donde estaban
todas las cosas buenas. Pasé con superrapidez a través de varios
laboratorios, y luego tropecé en el centro de control. Había demasiada
gente para frenar y conseguir un buen aspecto, pero incluso en
movimiento a través de él a supervelocidad fue como si me acercara a la
derecha en una escena de La Montaña Embrujada16. Toda la sala estaba
llena con súper computadoras por las que Teddy probablemente daría a
su primer hijo para tenerlas en sus manos, y en su centro había una
especie de generador gigante que obviamente alimentaba a toda la

16 La montaña embrujada: En ella se narran las aventuras de Tia y


Tony, dos huérfanos con poderes extraordinarios.
montaña. Como Hombres de Negro17, tan ridículo como sonara, todo el
montaje era bastante impresionante.
Después de eso, finalmente encontré el centro detención. Se creó al
igual que las celdas de detención de los sujetos de prueba. A través de
la pequeña ventana de la puerta, que recé que mi tarjeta de acceso
abriera, pude ver un área de recepción con un guardia armado sentado
detrás. Después de él había un pasillo con las habitaciones y ventanas
de observación idénticas en las cuales había encontrado a los otros
como yo.
Con los dedos cruzados, pasé por el lector mi tarjeta y suspiré de alivio
cuando la luz destelló verde y la puerta se deslizó abierta. No le di al
guardia de detrás del mostrador tiempo a parpadear antes de que lo
electrocutara y cambiara mi tarjeta de acceso por la suya.
Carter estaba en la primera celda, tendido en el suelo, mirando
bastante fuera de ella. Él había estado claramente en el extremo
receptor de una mala paliza. Yo estaba un poco sorprendida por los
sentimientos que me abrumaron al verlo herido. Es posible que quiera
golpearlo alrededor de vez en cuando, pero no me gustó el hecho de que 245
alguien más lo había hecho.
Revisé dos veces todas las celdas en busca de otros prisioneros, pero
Carter era el único aquí.
—¡Carter! —susurré mientras me deslicé en su celda. Lo recogí del suelo
y le di una palmada en la mejilla para que se despertara—. ¡Carter!
Vamos, despierta, anciano.
Sus ojos rodaron hacia adelante y gruñó:
—No tengo más que cuarenta y dos años, Jamielynn. Deja de llamarme
“viejo”.
—Bueno —me reí—. Veo que no han batido al gruñón fuera de ti.
—¿Qué estás haciendo aquí? ¡Tienes que irte ahora!
—Bueno, no me digas. Yo no tenía la intención de quedarme por aquí
para el té.
Carter hizo una mueca cuando lo levanté, pero fue capaz de poner su
peso sobre sus piernas, así que eché su brazo por encima de mi
hombro.
Me di la vuelta y casi corrí a la puerta. No lo había oído cerca. Busqué
un lugar para utilizar mi tarjeta de acceso, pero no había uno de este

17 Hombres de Negro: Es una película de ciencia ficción protagonizada


por Tommy Lee Jones y Will Smith. Narra la historia de una organización
secreta que vigila la actividad alienígena en la Tierra.
lado de la puerta. Alguien me había encerrado aquí con Carter. Maldije
en voz baja.
—¿Todavía es fácil acercársete sigilosamente? Dijiste que ibas a trabajar
en eso.
—Cállate. Es culpa tuya. Yo estaba aquí tratando de rescatar a tu
patético trasero.
—Algunos rescatan.
—¿Quieres conseguir una descarga? —Puse a Carter abajo e hice un
salto corriendo a las dos, la puerta y la ventana de observación pero,
gruesas como eran, no era lo suficientemente fuerte como para
perforarlas. Por lo menos hice una abolladura a la puerta, pero también
creo que me rompí la mano. Dejé escapar una maldición y en un
arranque de ira disparé un rayo de luz en la ventana. Cualquiera que
sea la cosa de lo que estaba hecha la ventana no se vio afectada. Probé
las paredes de al lado, pero el material del que estaban hechos
simplemente absorbieron la electricidad.
—No sirve de nada. Esta habitación ha sido preparada específicamente 246
para tus dones. —Una voz sonó desde un intercomunicador.
Me di la vuelta y un hombre que tuvo que ser la voz misteriosa de mi
escuela me miraba a través de la ventana de observación. Tenía tal vez
sesenta y encajaba con la voz que recordaba a la perfección. Era
atractivo para un hombre mayor. Alto, delgado, e impecablemente
vestido. Tenía los ojos de color azul pálido y una cabeza llena de pelo
grueso, de color gris plateado. Se quedó un poco desequilibrado,
apoyando su peso sobre un bastón, pero la discapacidad no quitó nada
de su presencia. Él era claramente un hombre con el que no te
meterías.
Detrás de él estaba Demakis. Se veía tanto enojado conmigo como feliz
de verme encerrada al mismo tiempo.
Le devolví la sonrisa enojada.
—Uh. Supongo que no te maté.
—Desearás haberlo hecho pronto, pequeña fenómeno.
—O solo rectificaré el error. —Mi mirada se deslizó al Jefe—. Tal vez me
lleve a unos cuantos más contigo.
El Jefe se veía como si no hubiera oído mi amenaza. Él simplemente se
encontró con mi mirada y me dedicó una sonrisa que creo se suponía
que es amigable.
—Bienvenida a Visticorp, señorita Baker.
»Capitulo 26
Traducido por Sisabel1320
Corregido por stheffy
Una vez más, estaba tan jodida.
―Maldita sea, Jamie, ¿por qué demonios has venido aquí?
La debilidad en la voz rasposa de Carter me asustó, pero no tanto como
para sonar débil con él.
―¡Vine aquí para salvarte, idiota! ¿Por qué tú intentarías venir aquí
solo? ¡Me dijiste que ni siquiera estabas investigando a Visticorp!
Carter rodó sobre su espalda con un gruñido. Por la forma en que
estaba sosteniéndose a sí mismo, sospechaba que probablemente tenía
una o dos costillas rotas.
―No lo estaba ―refunfuñó―. Te dije que nada era sencillo contigo. 247
―¿De qué estás hablando?
―No estaba investigando Visticorp. Estaba buscando algo relacionado
con tu amigo. Tuve una entrevista con sus padres adoptivos. ―Dio un
resoplido y señaló con su mano hacia la ventana―. Conoce al
queridísimo papá.
―¿Qué? ―Di un grito ahogado.
―Jamie, tu amigo es de Visticorp. Él trabaja para ellos.
―No puede ser. ―No lo creería. No después de todo lo que Teddy hizo
para ayudarme a escapar de ellos―. Eso no es posible.
―Es cierto. Las personas que lo adoptaron fueron empleados de
Visticorp. Ha sido criado aquí desde que tenía cinco años.
―Ah, sí, 4281. ―El hombre fuera de la ventana suspiró―. Como mi
propio hijo. Desobediente y demasiado inteligente para su propio bien,
tal vez, pero ahora contigo aquí, sospecho que se aplacará bastante
bien.
―¿Teddy es 4281?
No lo podía creer. Y, sin embargo, tenía sentido. Murphy se presentó en
el hospital después de Teddy. El dispositivo que había estado llevando,
el que creía que era una grabadora, parecía como los que Demakis y su
equipo utilizaron cuando trataron de capturarnos. Ellos habían estado
siguiéndolo todo el tiempo.
―Fue su culpa ―susurré, finalmente poniendo todas las piezas juntas―.
Pensé que lo habían encontrado por mi culpa, pero todo el tiempo
estuviste allí solamente buscándolo. Él te condujo a mí.
―Nos trajo a todos ellos, señorita Baker. Esa mente suya es
simplemente increíble.
―¡No! ¡Teddy no haría eso!
La sonrisa del Jefe se llenó de compasión y se volvió hacia su izquierda.
―Ven a saludar, 4281. Creo que la señorita Baker está teniendo
dificultades para aceptar la verdad.
Teddy apareció arrastrando los pies con la cabeza gacha. El Jefe pasó
un brazo alrededor del hombro de Teddy. Teddy se encogió un poco,
pero no se apartó de él.
―¿Teddy? ¿Qué estás haciendo aquí? ¡Se supone que tienes que estar
de vuelta en La Guarida!
Teddy me miró a los ojos con una expresión culpable.
―¡No puede ser! ―Yo todavía estaba en negación―. ¡Pero tú me ayudaste
a escapar de ellos! ¡Tú me mantuviste escondida!
Estaba mirando a Teddy, pero fue el Jefe quien suspiró.
―Sí, cuando 4281 te descubrió, huyó. Creo que no quería compartirte 248
con nosotros. Nos tomó meses descifrar sus archivos y resolver a dónde
se había ido.
―Entonces, ¿qué está haciendo él aquí ahora? ¿Cómo lo encontraste?
Eso hizo al hombre reírse.
―No tuvimos que hacerlo. Él vino a nosotros.
―¿Qué? ―Me sentí enferma.
―El hijo pródigo ha vuelto, y nosotros lo hemos recibido con los brazos
abiertos. Él te trajo a nosotros también, señorita Baker. Él dijo que
podías llegar aquí con una llamada telefónica y, bueno, aquí estás. Él
fue quien sugirió que simplemente esperáramos a que entraras en esta
habitación. Él sabía que vendrías y nos dijo para estar listos.
―Pero… ―Estaba tratando de permanecer en negación, pero la traición
estaba finalmente hundiéndome―. ¡Tú pasaste por todo ese problema
para escondernos! ―le grité a Teddy―. ¡Construiste La Guarida! Tú has
estado mintiéndome, ¡dándome falsas esperanzas sobre Visticorp por
un mes! ¡No querías que yo supiera donde estaban! ¡No querías
regresar! ¿Por qué me trajiste aquí ahora?
La culpa dejó la cara de Teddy. Sus ojos brillaron con dolor y enojo.
―¡Porque tú lo elegiste a él! ―gritó―. ¡Sin importar lo que hice, todavía
elegiste a tu precioso Ryan!
Mi mandíbula cayó al suelo.
―¿Tú nos entregaste debido a Ryan?
―¡Lo hice por nosotros! ¡Tú no podías dejarlo ir! Pero, Jamie, yo no
puedo dejarte ira ti. ―Sus ojos se redujeron hacia el hombre que todavía
estaba cubriendo un brazo sobre su hombro―. Donovan me prometió
que si regresaba y te traía conmigo nosotros no estaríamos separados.
―Voy a mantener mi palabra, 4281 ―le aseguró le hombre―. Ustedes
dos pueden estar juntos.
Me quedé con la boca abierta. No tenía ni idea de qué decir. Teddy se
encogió de hombros hacia mí.
―Tal vez no estemos totalmente libres aquí, pero al menos por fin
seremos libres de él.
Cuando la plena comprensión de lo que había pasado me golpeó, lo
perdí. Desaté toda una tormenta eléctrica, pero las paredes de mi celda
resistieron. Golpeé una y otra vez en la ventana, pero era de más de un
pie de espesor y ni siquiera se agrietó. Yo no podía hacer nada.
―¡Te odio! ―grité.
Todo el mundo al otro lado de la ventana, excepto Teddy se echó a reír.
El Jefe, quien al parecer era el billonario filántropo James Donovan 249
(aunque yo tenía mis dudas sobre la parte de filántropo) le dio unas
palmaditas a Teddy en el hombro.
―¿Seguro que la quieres? Parece que podría ser un camino lleno de
baches para ustedes dos.
―Ella no me odia ―insistió Teddy―. Está encolerizada en este momento,
pero lo superará.
Su confianza me molestó como si nunca me hubiera cabreado antes.
―¡No voy a superarlo! Si no me pudiste convencer antes, ¿qué te hace
pensar que alguna vez me gustarás ahora? ¡Dejé a Ryan varado en el
borde norte del Gran Cañón! ¡Está en medio de la nada sin manera de
volver! ¡Nosotros dejamos una nota diciendo que él estaba conmigo!
¡Nadie siquiera va a buscarlo! ¡Morirá ahí fuera, gracias a ti!
―Oh, por favor ―se burló Teddy amargamente―. Él es Ryan Miller.
Probablemente va a caminar trescientos kilómetros de regreso y
simplemente lucirá mejor por el ejercicio. Probablemente conseguirá un
contrato cinematográfico al salir de ello.
―¡Eso no es gracioso! ¡Morirá ahí fuera, Teddy! Por lo menos llama a sus
padres y diles dónde buscarlo.
Teddy cruzó los brazos sobre el pecho y frunció el ceño.
―Está bien. Haré una llamada. Voy a salvar la vida de tu estúpido
novio... si aceptas ser mi novia.
―¿Perdona?
―Estamos atascados aquí juntos ahora de todos modos, y sé que
realmente no me odias, por lo que puedes también.
Estaba tan enojada ahora que mi electricidad estaba crepitando
visiblemente por mi piel. Ignoré los jadeos de un sobrecogido Donovan y
mantuve mis ojos brillantes puestos en Teddy.
―Lo harás ―le advertí―, o te voy a matar a la primera vez que intentes
acercarte a mí.
Teddy rodó los ojos ante mi amenaza.
―Aunque quisieras, no lo harías. ―Él sonrió y su voz se suavizó―. Eres
demasiado blanda, Ángel.
―Eso es todo ―murmuré―. Estoy tan harta de esto.
No podía escapar de la habitación, pero todavía podía sentir la energía a
mi alrededor. No podía atacar las paredes de mi celda con un rayo, pero
estaba bastante segura de que todavía podía controlar el poder al otro
lado de ellas.
―¿Qué estás pensando, chica? ―preguntó Carter―. He visto esa mirada
en tus ojos antes.
250
Estaba pensando que tenía que hacer algo.
―Lo siento, Carter ―dije en voz baja―, pero no voy a pasar el resto de mi
vida en esta jaula, y ciertamente no voy a dejar que estos tipos sigan
experimentando en personas. Si tengo que derribar este lugar con
nosotros dentro de él, que así sea.
―Eso es lo que me temía ―dijo Carter, pero él sonaba resignado―. Ha
sido, bueno, no un placer conocerte, pero definitivamente ha sido
interesante.
Chasqueé una sonrisa hacia él.
―Niégalo todo lo que quieras, pero sé que te gusto.
Carter sonrió.
―Gracias por venir a buscarme.
Resoplé y cerré los ojos. Alcancé la energía a mi alrededor y me
estremecí. Ese enorme y viejo reactor en la sala de control era una
increíble fuente de poder. Nunca había sentido nada igual.
―¿Jamie? ―preguntó Teddy cautelosamente cuando mi cabello comenzó
a azotar alrededor de mi cabeza―. Vamos, no intentes nada estúpido.
―Esto viene del Rey de los estúpidos ―murmuré.
Teddy suspiró.
―Mira, si solo te comportas, no va a ser tan malo aquí. ¿Por favor?
―¿Alguna vez has conocido que me comportara?
―¿Qué cree que va a lograr ahí, señorita Baker? ―preguntó Donovan
curiosamente.
―No estoy tratando de hacer nada aquí ―le dije―. Es lo que puedo hacer
ahí fuera. Ese bonito y pequeño generador en su sala de control no es
nuclear, ¿verdad?
―Fusión fría, en realidad ―presumió Donovan.
―Eso no se supone que exista.
―Tampoco las habilidades sobrehumanas, señorita Baker.
―Muy cierto. Así que, ¿es radiactiva la fusión fría?
―No en el sentido que estás pensando ―Donovan hizo una pausa―. ¿Por
qué?
Me encogí de hombros.
―Hay un montón de personas inocentes en Las Vegas. No creo que ellos
apreciaran la lluvia radiactiva. ¿Está listo para conocer a su creador,
señor Donovan? Mi conciencia está limpia.
―¿Jamie? ―volvió a preguntar Teddy. Su preocupación había 251
aumentado a miedo.
Para entonces, tenía tanta energía dentro de mí que estaba temblando.
Los ojos de Donovan se agudizaron hacia mí. Le sonreí, a pesar de que
estaba aterrorizada por dentro. No quería morir, pero tenía que
detenerlo y no veía ninguna otra manera.
―Última oportunidad para dejarme ir.
―Me temo que no puedo hacer eso.
―Bien.
Con un suspiro, comencé a redireccionar toda la energía que tenía en
mí directamente hacia el reactor de fusión fría de Donovan. No es que
alguien podría distinguir lo que estaba pasando junto a mí, pero casi de
inmediato las alarmas comenzaron a sonar en todo el edificio.
―¿Qué estás haciendo? ―gritó Demakis.
―Con suerte, provocando un colapso.
―Jamie, ¿qué estás haciendo? ―Teddy ahogó un grito cuando las
paredes comenzaron a temblar a nuestro alrededor―. ¡Nos vas a
enterrar a todos!
Lo ignoré y pensé en Ryan. No podía creer que había sido tan estúpida
como para dejarlo allí. Ni siquiera había considerado la posibilidad de
que me atraparan. Demasiado para ser un superheroína. Todo lo que
hice fue conseguir que las personas más cercanas a mí murieran. Tal
vez, pensé, mientras los hombres fuera de la ventana comenzaron a
arrastrase en pánico, yo merecía hundirme con esta nave. Tal vez el
mundo estaba mejor sin mí. Al menos había ayudado a los otros a
escapar primero. No había sido una completa pérdida.
―¡No va a detenerse! ―gritó Demakis―. ¡Te dije que era inestable! ¡La
fenómeno va a matarnos a todos!
―¡Entra ahí y detenla! ―gritó Donovan―. ¡Sédala! ¡No puede derribar el
lugar si está inconsciente!
―¡Es demasiado poderosa! ―sostuvo Reynolds―. ¡Tenemos que ponerle
fin!
―¡No! ―gritó Teddy―. ¡No puedes matarla! Vamos a moverla a otra
parte. Fuera de la montaña. Voy a encontrar una manera de desarrollar
algo que rompa su conexión con la electricidad.
―¡La quiero viva! ―dijo Donovan―. Es el primer sujeto que se haya
creado alguna vez en lugar de haber nacido. ¡Es la clave de todo lo que
hemos estado tratando de lograr!
―Es demasiado rápida. Al segundo que esa puerta esté abierta, se irá.
Una chispa de esperanza se abrió paso a través de mi corazón.
252
―Demakis tiene razón ―le susurré a Carter―. Sólo necesito que ellos
abran la puerta. Dame tu mano.
Carter me dio una mirada escéptica.
―¿Vas a sacarme de aquí con súpervelocidad?
Parpadeé sorprendida. ¿Era posible que hubiera algo sobre mí que
Carter no sabía? Bueno, a él le iba a gustar esto. Suponiendo que
tuviera razón, de todos modos. Había estado practicando con Teddy en
el último mes, pero todavía era impredecible en la transferencia de mi
poder.
Mi poder responde a mis deseos en un nivel subconsciente. El problema
era que había estado demasiado a la defensiva por mucho tiempo, por
lo que mi poder casi siempre respondía de una manera defensiva. Ahora
mismo, mientras yo estaba en un estado de crisis total, las
probabilidades de Carter no lucían demasiado buenas, pero tenía que
intentarlo.
―No exactamente. ¡Dame tu mano!
Carter frunció el ceño, pero con cautela me tendió su mano. La tomé y
traté de concentrarme. Me dije que no era para hacerle daño, era para
ayudarlo y darle mi poder, pero al instante que empujé la energía lejos
de mí hacia él, quitó su mano de un tirón y yo maldije a lo grande.
―¿Por qué estas cargándome? ―preguntó él, su voz sonando realmente
un poco traicionada.
―No estaba tratando. ¡Estoy bajo mucho estrés en este momento!
Afuera, escuché a Donovan preguntar qué estaba haciendo.
―Ella está tratando de darle su poder ―explicó Teddy.
―¿Ella esta qué?
―Jamie puede compartir su energía con personas y darles
temporalmente sus poderes. Lo ha hecho conmigo un par de veces.
―Es increíble.
Donovan jadeó y miró hacia mí con un nuevo brillo animal en sus ojos
enloquecidos. Él quería mi poder. Parecía como si prácticamente
pudiera saborearlo. Genial.
―¡Caray, Teddy! ¡Por qué solo no les dices a todos mis secretos, tú,
idiota estúpido, mentiroso y traicionero!
―¿Realmente puedes hacer eso? ―preguntó Carter.
―Sí, pero por lo general sólo funciona cuando beso a alguien, lo que no
estoy haciendo. Te llevaré conmigo al infierno antes de besarme contigo,
Carter.
―Igualmente ―dijo Carter con sequedad.
Con eso, me enojé y envié una nueva ola de energía a través del edificio. 253
Todo el lugar tembló de nuevo, y en la distancia una serie de pequeñas
explosiones sacudió el complejo.
―Olvídese del fenómeno, jefe. Este lugar va a estallar ―dijo Demakis,
tirando de la manga de Donovan―. Tanto poder es mejor destruido, de
todos modos.
―Jamie ―gritó Teddy, golpeando desesperadamente en el cristal―, ¿por
qué haces esto? ¡Sólo detente! ¡Por favor! ¡Antes de que consigas
matarte a ti misma!
―¡Jódete, Teddy! ―Enfoqué mi mirada en Demakis―. ¡Si tengo que
derribarlo, estoy llevándome a todos ustedes conmigo!
Otra explosión sacudió el edificio, una que yo no había causado. Había
hecho el daño suficiente como para que el lugar estuviera empezando a
destruirse por sí mismo.
Gritos frenéticos salieron de una radio que Demakis sostenía,
informándoles que el reactor de fusión estaba desmoronándose y no
había forma de detenerlo ahora. Todo el mundo estaba evacuando y
sugirió fuertemente a Donovan hacer lo mismo.
―Tenemos que irnos, jefe ―dijo Demakis.
―Tenemos diez minutos como mucho antes de que todo este lugar
explote como Hiroshima.
―No sin la chica. ―Donovan miró hacia mí otra vez. No sabía qué
razones tuvo él para sonreír repentinamente, pero ciertamente parecía
complacido consigo mismo acerca de algo. Lo vi sacar un pequeño
estuche negro del interior de su bolsillo superior.
Apenas tuve tiempo para maldecir antes de desplomarme al suelo.
Al parecer, Donovan tenía un modelo actualizado de su dispositivo de
tortura supersónica.
Me dolió mucho más de lo que el primero lo había hecho. Se sentía
como si las ondas sonoras se estaban agitando aparte en mi cerebro.
Carter se puso sobre mí, sacudiéndome por la preocupación. Él no
sabía lo que estaba pasando. Estaba hablándome, pero yo no podía
escuchar lo que estaba diciendo. Tomó todo en mí mantener mis
pensamientos enfocados. En cualquier momento, ellos iban a abrir la
puerta de la celda y me dispararían con tranquilizantes muy potentes.
Agarré la mano de Carter de nuevo y traté de calmarme. Ryan. Si no
podía darle mi poder a Carter, Ryan podría morir.
Esta sola acción podría salvar la vida de Ryan.
Con un profundo respiro, traté de ignorar el dolor en mi cabeza y la
imagen del rostro de Ryan. Sus ojos azules como el Lago Tahoe, su
sonrisa perfecta, la sensación de sus labios...
Carter se quedó sin aliento y yo podía decir por la forma en que su
254
cabello estaba sobresaliendo que había funcionado.
―¡Corre! ―Me atraganté―. ¡Encuentra a... Ryan! Borde... Norte...
Grité de nuevo cuando el dolor se hizo demasiado.
Carter me recogió en sus brazos y al segundo la puerta se deslizó
abierta, él se quitó, pero fui arrancada de su agarre.
Teddy estaba sosteniéndome en su lugar con su telequinesis. Carter
vaciló, pero yo le grité: ―¡Vete! ―Y él parpadeó fuera de vista.
Demakis tenía una pistola lista, pero ahora que la puerta de la celda
estaba abierta pude usar mis rayos. Estaba con mucho dolor, pero yo
no era débil gracias a la fuente de energía nuclear al final del pasillo de
mí. Mi explosión lo alcanzó justo antes de que él apretara el gatillo. Su
dardo pasó silbando junto a mí.
Teddy miró con horror al cuerpo inconsciente de Demakis. Mis
relámpagos eran tan poderosos que ahora todo su pecho estaba
carbonizado de color negro donde yo lo había golpeado. No había forma
de que él hubiera sobrevivido al ataque.
―Jamie, tu lo mataste.
―Iba... a hacerme... lo mismo... a mí...
―Debemos irnos, 4281 ―dijo Donovan tirando de la camiseta de Teddy.
―¿Y dejar a Jamie?
―Demakis tenía razón. Ella no se puede controlar.
―¡No! ¡No voy a dejarla morir!
Donovan suspiró y cerró la puerta de mi celda. Luego, él sacó una
pistola de su bolsillo y le disparó a la cerradura, atrapándome en este
cuarto permanentemente.
Teddy golpeó la ventana, pero no había nada que él pudiera hacer.
―Es tu elección, 4281. Ven conmigo y encontremos a los otros, o
quédate aquí y muere con ella.
Donovan no esperó alrededor por la decisión de Teddy. El edificio se
estaba desmoronando a nuestro alrededor. Teddy me dio una última
mirada llena de dolor y luego desapareció de la vista, dejándome para
morir sola.
Los idiotas ni siquiera habían apagado el aparato de tortura antes de
irse.
Me acurruqué en una bola en el piso, cubriendo mis oídos, a pesar de
que no hacía nada para bloquear el dolor. Por lo menos había salvado a
Carter. Lo había salvado y él encontraría a Ryan. Sabía que lo haría.
Ryan estaría a salvo. Los otros prisioneros eran libres ahora, y Visticorp
estaba a punto de ser destruida. 255
Si tuviera que irme, por lo menos podría irme sabiendo que había hecho
mi mejor esfuerzo y logré hacer algún bien en el camino.
Lágrimas cayeron de mis ojos y me sorprendió que a pesar de que
estaba a punto de morir, mis lágrimas eran lágrimas de alegría. Cerré
los ojos y pensé una última vez sobre mis padres. Ellos habían sido tan
buenos conmigo toda mi vida, y yo sabía que estarían orgullosos de mí
ahora. Carter los hallaría después de que encontrara a Ryan. Les diría
lo que pasó. Yo confiaba en él para hacer eso.
Por último, pensé en Ryan. Si algo iba a hacerme morir a la edad de
diecinueve años, por lo menos estaba el hecho de que yo sabía cómo se
sentía el amor verdadero. Había experimentado más felicidad en el
último año de la que la mayoría de las personas siente en toda una vida
debido a Ryan. Puede que no llegue a pasar los próximos sesenta años
con él, pero mi único año fue suficiente.
Miré abajo hacia el anillo en mi dedo y nos imaginé estando delante de
Elvis susurrando: ―Acepto ―el uno al otro mientras que alguna tosca
señora vieja tocaba Love me tender en el órgano. Hubiera sido perfecto.
Extendí la mano y apreté el collar de sol colgando alrededor de mi
cuello. Mi corazón se llenó de paz y susurré un último: ―Te Amo Ryan
―antes de enviar una oleada final de energía en el reactor.
Empujé con todo lo que tenía en mí.
Mi energía era tan grande que todo mi cuerpo se consumió con él. Me
sentía tan increíblemente poderosa, tan indestructible, y, sin embargo,
al mismo tiempo, era como si me estuviera deshaciendo célula por
célula. Mi cuerpo estaba en llamas.
Sentí cuando el reactor finalmente explotó y luego, de repente, no sentí
nada.

256
»EpiLogo
Traducido por val_277
Corregido por stheffy
Abrí mis ojos y no vi nada más que estrellas. Millones de ellas. No había
ni una sola nube en el gran y abierto cielo sobre mí. Era impresionante.
No estaba segura de por qué, pero mi primer pensamiento fue que
estaba en el cielo. Pero si estuviera en el cielo, entonces, ¿dónde estaba
Dios? ¿Dónde estaban los ángeles? ¿Dónde había alguien?
Poco a poco, me senté. Mi cuerpo se sentía rígido, pero no herido. Me
hubiera gustado saber lo que había pasado. O dónde estaba, para el
caso. Estaba... estaba...
¿Estaba tumbada en el fondo de un cráter?
Todo a mi alrededor era una pared de montañas rodeadas por una
perfecta cúpula al revés. Me senté en un punto muerto al medio de eso 257
como si me hubiera caído de las estrellas y dejé un hueco en la tierra
cuando me estrellé.
Pero eso era imposible.
Detrás de mí, hubo un grito de asombro. Me di la vuelta para ver a
alguien corriendo por la tierra excavada hacia mí. No estaba segura de
cómo podía oírlo desde tan lejos, pero él estaba agradeciendo a Dios
una y otra vez.
—¡Estás viva! —dijo cuándo me alcanzó. Arrojó sus brazos a mí
alrededor en un fuerte abrazo—. ¡No puedo creer que estés viva! Sólo
regresé porque tenía que ver lo que quedó después de la explosión.
Nunca imaginé...
Su voz se apagó y me abrazó de nuevo.
—¿Qué pasó? —le pregunté al extraño—. ¿Dónde estoy? ¿Es... es esto el
cielo?
El extraño, que estaba justo a punto de pasar de un niño a un hombre,
se apartó lentamente y me miró como si temiera por mí.
—¿No lo recuerdas? —preguntó.
Traté muy duro de recordar, pero mi memoria estaba completamente en
blanco. Después de un momento, sacudí mi cabeza.
El chico me miró por un minuto, tomándose su tiempo para decidir qué
decir a continuación.
Lo estudié por algún tipo de reconocimiento. Estaba claro que él me
conocía, pero no creo que yo lo hubiera visto antes.
—¿Te conozco?
El chico se sobresaltó lejos de sus pensamientos.
—¿No me recuerdas? —preguntó con incredulidad.
—¿Debería?
Él dudó.
—¿Sabes quién eres tú?
Rodé mis ojos.
—Por supuesto que sí.
Traté de recordar mi nombre, pero no venía.
—Yo... —El pánico comenzó a establecerse. Tenía que saber quién era—
. Yo soy... Mi nombre es...
Mi corazón empezó a latir con tanta fuerza que pensé que podría salirse
de mi pecho. No estaba allí. Mi nombre no estaba allí. De hecho, nada
sobre mí misma estaba allí. Mi memoria había desaparecido por
completo. 258
Comencé a temblar, y rápidamente el extraño envolvió sus brazos a mí
alrededor. La acción causó tanto pánico como lo hizo la comodidad.
—¡No te conozco! —susurré, alejándome de él—. ¡No me conozco!
—Cálmate —susurró el chico—. Me conoces. Simplemente no lo
recuerdas en estos momentos. Hubo un terrible accidente. Nadie más
en el mundo entero habría sobrevivido, pero no eres como los demás.
Eres muy especial.
Odiaba no entender lo que estaba pasando. Odiaba sentirme asustada.
—¿Qué pasó?
—Eres muy poderosa, y algunas personas malas trataron de
secuestrarte por eso. Querían estudiarte, experimentar contigo, tomar
tu poder. Explotaste el edificio entero.
—Yo… yo ¿qué?
El chico me sonrió cariñosamente.
—Tienes superpoderes. También yo, en realidad. Podemos hacer cosas
que nadie más en el mundo puede. Usaste esos poderes para salvarte.
Como si no pudiera resistirlo, como si el pensamiento de mí siendo
herida le doliera en el alma, el chico me tomó en sus brazos de nuevo y
me apretó con fuerza.
—No puedo creer que realmente estés bien.
No estaba segura de encontrarme bien, pero no estaba muerta, así que
supuse que era algo.
Una vez más me alejé del extraño y lo miré con curiosidad.
—¿Cuál es mi nombre? —le pregunté.
Me miró con una expresión calculadora, como si me estuviera dando
otra oportunidad para recordar yo sola. Cuando no lo hice, dijo:
—April. Eres April O'Neil, y yo soy Antonio Stark.
Cogió mi mano y examinó el anillo de diamantes en mi dedo. No lo
había visto allí hasta ahora, pero sabía lo que significaba.
Jadeé.
—¿Esto es...? ¿Tú has...? ¿Eres mi...?
Antonio me sonrió.
—Vamos. Vamos a casa y te lo explicaré todo.
A casa. Con él. Algo sobre eso no se sentía del todo bien. Tal vez solo
porque no lo podía recordar. Pero, ¿qué otra opción tenía? ¿Quedarme
aquí en este cráter, en el medio de la nada?
—Está bien. —Asentí—. Quizás una vez que vea algo familiar vendrá a 259
mí de nuevo.
La sonrisa de respuesta de Antonio era un poco triste.
—Esperemos que sea así —susurró en voz baja, y entonces me besó.

Fin
»Sobre la autora
Kelly Oram es madre de tres hijos, quienes
recientemente escaparan el ajetreo de Los
Ángeles a un pequeño pueblo de Arizona.
Escribió su primera novela a los quince años,
sobre su grupo musical favorito, The
Backstreet Boys, por lo que sus familiares y
amigos aún se burlan de ella.
Sitio web oficial:
http://www.kellyoram.com/

260
Jamie Baker #3:
Remember Jamie
Baker

Sin sinopsis ni fecha de publicación.

261
¡Visítanos para
más lecturas! 262

http://welcomeanotherworld.forogratuito.net/

También podría gustarte