Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
More Than Jamie Baker
More Than Jamie Baker
CR ÉDITOS
Moderaci ón
Jhos
Traducci ón
Jess16 pandora Montogmery
Maia8 stheffy
CarolAnne ahtziri29
2
sooi.luuli Val_277
JoaZB Fer_rdn
Jhos Sisabel1320
Revisi ón y Recopilaci ón
lalaus & Maia8
Correcci ón
LadyPandora stheffy Fer_rdn
Maia8 liset_11 1Inna
MaryJane♥ Bibliotecaria70 Vericity
Dise ño
mara.r
»Sinopsis
Jamie Baker, la única chica en el mundo con superpoderes, ha
aceptado lo que es y ha aprendido a controlar su poder. Por no hablar
de que tiene el mejor novio del mundo. Su vida finalmente parece ir
bien. Pero el día en que es testigo de un accidente y decide no salvar al
chico por temor a ser expuesta, se da cuenta que con solo ser Jamie
Baker no es suficiente.
Después de ver a Jamie tan destrozada por la culpa, el siempre cordial
Ryan Miller decide que es tiempo de hacer todas sus fantasías sobre
convertir a su novia en una superheroína honesta y bondadosa
realidad.
Por supuesto, viene con el paquete un Súper Nombre decente y aplastar
todos los intentos de Ryan para meterla en spandex, pero no son los
únicos problemas que enfrenta Jamie. Cuanto más su otro yo aparece 3
en los titulares, más difícil se le hace a Jamie ocultar sus actividades
extracurriculares de su mejor amiga, el gobierno, los científicos
radicales y el nuevo chico misterioso que está decidido a alejarla de su
novio.
»Capitulo 1
Traducido por Jess16
Corregido por Maia8
***
Becky y Hoyuelos, había olvidado su nombre de nuevo, se quedaron por
un largo tiempo. No tengo idea de lo que hablamos, o ni siquiera si
participé en parte de la conversación. No podía pensar en otra cosa que
en Mike. Era como si todavía pudiera oír su corazón luchando para
seguir latiendo en mi cabeza. Si moría, ¿quería decir eso su sangre
manchaba mis manos?
Un golpe en la puerta me sacó de mi angustia y mi cuarta taza de té.
Becky respondió y supe por su jadeo quién era.
Ryan entró en la habitación, aplastando a mi mejor amiga en el pecho
en un fuerte abrazo. Mi corazón dio un suspiro de alivio gigante ante la
vista de él.
Por supuesto que Ryan era hermoso, el epítome de mariscales 15
estadounidenses de secundaria de todo el mundo con su pelo rubio,
ojos azules y sonrisa de bebé, pero no era su aspecto lo que lo hacía la
cosa más hermosa que jamás había visto en ese momento. Era el simple
hecho de que él estaba allí. A juzgar por el sudor y las manchas de
barro había llegado directamente desde el campo de fútbol para estar
con nosotras.
Quería darle un fuerte abrazo, pero me obligué a esperar. Él y Becky
había sido los mejores amigos desde siempre y ella también lo
necesitaba en este momento. Me gustaría tenerlo todo para mí más
tarde, así que les di este momento.
—Ryan, fue horrible —susurró Becky.
—¿La animadora y el jugador de fútbol? —Una voz seca murmuró a mi
lado—. Eso es un poco cliché, ¿no?
Salté. Me había olvidado de que tenía compañía. Ryan tiende a hacer
que me olvide de todo lo que me rodea... de mi molestia eterna.
—Sería un cliché si estuvieran untos —le dije.
Los ojos de Ryan brillaron al oír el sonido de mi voz. No era el color azul
que había estado esperando.
—¿Quieres decir que no es su novio?
No pude quitar mis ojos de Ryan mientras respondía a nuestro nuevo
amigo con un movimiento de cabeza.
—Oh, no, él es sin duda el novio.
Becky logró desprenderse de Ryan y dar un paso atrás.
Tenía que concentrarme en mantener mi velocidad a un ritmo humano
normal cuando me arrojé a Ryan. No me molesté con un abrazo o
saludo. Aplasté mis labios en los suyos, necesitando beber de él.
Ryan y yo éramos un poco conocidos por nuestra, debo decir, relación
explosiva, y en ese momento no me decepcionó. Fue como nuestro
primer beso de nuevo. Al segundo en que nos conectamos perdemos el
control de nosotros mismos. Es algo de lo que pasa cuando pierdo el
control de mi poder y le doy lo que llamo un súper-beso.
Correcto. Yo, Jamie Baker, la única chica del mundo con superpoderes,
viene con súper-sentidos, rayos mortales y, como habrás adivinado, la
capacidad de súper-besar a alguien.
Malhechores del mundo, tengan cuidado.
Ya ves, tengo todo esta locura de electricidad mutante dentro de mi
cuerpo y antes de aprender a controlarlo pasaba esa energía a lo largo
de Ryan cuando le daba un beso.
La energía nos unía como si fuéramos un par de electroimanes
sobrealimentados. Amplificaba la experiencia de una manera que 16
avergonzaría a los fuegos artificiales. En realidad, en lo que se refiere a
superpoderes, es bastante impresionante.
—Guau. ¿Siempre son así?
Las palabras me sacaron del momento justo antes de que
accidentalmente causara un gran apagón en el edificio.
Oí a Becky suspirar.
—Sólo desde la primera vez que se vieron. —Escuchaba la conversación,
pero no podía apartar la mirada de Ryan. Todo su cuerpo temblaba de
toda la energía que había bombeado accidentalmente en él.
Apoyó la frente contra la mía, esforzándose en recuperar el aliento,
igual que yo, pero a pesar de lo épico de nuestro beso, me miraba con
una expresión de preocupación.
Ryan sabía lo mal que estaba yo, porque por más increíbles que eran
los súper-besos, nunca se los doy. Ryan se queja de eso a menudo, pero
no estoy segura de que bombearle energía mutante extraña fuera
realmente bueno para su salud, por lo que siempre me adhiero a los
viejos besos humanos no eléctricos y normales.
Por desgracia, mis emociones parecen ser un desencadenante de mis
superpoderes. El hecho de que hubiera perdido el control de mí misma,
algo que no he hecho desde que aprendí a refrenarme primero,
significaba que estaba muy, muy alterada.
Negué con la cabeza y Ryan frunció el ceño. Es bastante difícil de
resistir, pero no podía explicarme con otras personas en la habitación.
No estaba muy dispuesta a hablar de todos modos.
No hice caso de su preocupación y lo arrastré hacia nuestro invitado.
—Lo siento —dije con una sonrisa tímida—. Este es mi novio Ryan.
Ryan, este es... —Sí, no recordaba el nombre de este tipo—. Es... —El
chico levantó una ceja, pero sonrió afablemente.
—Teodoro Vivenzio. —Se levantó y estrechó la mano de Ryan.
—Bien —dije —Tedro.
—Tai - oh- d- OH r -oh —corrigió cuando masacré la pronunciación.
—Teodoro —dije de nuevo y obtuve una sonrisa de aprobación—.
Teodoro estaba allí cuando... —Mi voz se quebró y respiré hondo—.
Estaba allí esta tarde y se ofreció a regresar con Becky y conmigo
porque estábamos alteradas.
Ryan se estremeció y nos atrajo a Becky y a mí en sus costados. Las
dos lo abrazamos con fuerza.
—Te debo un agradecimiento entonces —dijo a Teodoro—. Aprecio que
cuidaras de mis dos chicas más especiales en el mundo hasta que yo
pudiera llegar.
17
Eso me recordó algo.
—Es pronto —le dije—. ¿Abandonaste el partido?
Ryan asintió.
—Cuando no vi a Becky con su equipo le pregunté a su entrenadora lo
que pasó. Ella me dijo lo del accidente y no podía asimilarlo después de
que la entrenadora me lo contara. No te preocupes, me dijo que podía
irme.
—Déjame adivinar, eres el mariscal de campo —preguntó Teodoro. Me
di cuenta por la mirada en su rostro que no estaba muy impresionado.
Por supuesto que no. Es probable que le gustasen las cosas como el
rock-indie y las Comic-Con.
Becky debía haberse perdido su desdén porque dijo:
—¡Es el mariscal de campo estrella! —Jactándose como una hermana
orgullosa—. El idiota en realidad rechazó un puesto en el equipo de
UCLA con el fin de estar más cerca de nosotras.
—Y valió completamente la pena —dijo Ryan obstinadamente.
Becky y yo habíamos tratado de convencerlo de tomar la oferta de los
Bruins, pero incluso sabiendo que podía haberle visitado en cualquier
momento que quisiera, él no quería oír hablar de ello.
Me alegré cuando Becky puso los ojos en blanco. Las dos pensábamos
que era ridículo que hubiera abandonado tanto por nosotras.
—¿UCLA? —preguntó Teodoro. Esta vez estaba un poco más
impresionado, o tal vez la palabra correcta era intimidado.
Ryan se encogió de hombros. Por alguna razón, sus habilidades
futbolísticas son lo único sobre lo que alguna vez ha sido modesto en su
vida.
—Hubiera sido segundo suplente —dijo—. No habría visto ningún
partido hasta que estuviera en tercer o cuarto año.
—Sin embargo —dijo Teodoro—, eso es bastante impresionante. Y con
todo tu aspecto de chico de banda tienes que apartarte a las chicas con
un palo, ¿eh?
Ryan sonrió y me gruñó.
—Por favor, no fomentes el ego de Ryan Miller. ¡Te lo suplico! —Ryan se
rió y me atrajo más contra él—. Tengo a la única chica que necesito.
—Respuesta sabia —le dije, pero eso sólo le hizo reír más.
—Debes estar cansado después del partido —dijo Teodoro, mirándonos
a Ryan y a mí con curiosidad—. ¿Por qué no vamos a buscar un café y
nos relajamos un rato? Yo, por mi parte, no voy a ser capaz de dormir
mucho esta noche y parece que ya hemos consumido todo el Magic Tea
de Jamie. —Ryan sonrió ante eso. Él fue el que me había introducido en 18
el té. Me burlaba de él por eso y ahora él se burla de mí sin descanso
por mi adicción.
—En realidad, eso suena muy bien —dijo Becky, sorprendiéndome. La
miré y ella estaba sonriendo, aunque tímidamente, a Teodoro.
No podía creer que estuviera mostrando interés por un chico. Tenía
muchas ganas de un poco de tiempo a solas con Ryan, pero que no
podía rechazar la invitación de Teodoro cuando Becky estaba dando un
paso tan grande.
Estaba a punto de decir que sí cuando Ryan dejó escapar un largo
suspiro de cansancio.
—Eso suena muy bien—comenzó—, pero no me estoy sintiendo
realmente bien. —Me apretó y me dijo:
—Tenía la esperanza de ir a ver a Mike. —No me gustaba el aspecto de
la cara de Ryan. Tiendo a olvidar lo cercanos que Ryan y Mike son por
lo que pasó con Becky. Ni siquiera había pensado en el hecho de que
uno de los mejores amigos de Ryan estaba luchando por su vida en este
momento.
—Por supuesto —le dije.
—Gracias. ¿Sabes algo? Llamé a sus padres, pero no contestaron sus
teléfonos.
—¿Conoces al chico que fue atropellado? —preguntó Teodoro.
Ryan asintió.
—Ha sido uno de mis mejores amigos durante años.
—Pero no es que el chico que...
—Becky y yo no somos precisamente amigas de Mike —dije
rápidamente—. Pero hacemos un buen trabajo en no dejar que
interfiera con Ryan.
Lancé a Teodoro mi mejor mirada de Déjalo. Afortunadamente, pareció
captar la indirecta.
Ryan no tiene ni idea de lo que realmente pasó entre Becky y Mike.
Becky nunca le dijo la verdad a nadie, aparte de a mí y eso fue sólo
porque lo había adivinado. A pesar de tantas veces como traté de
convencerla, ella nunca fue a la policía. Estaba avergonzada por lo que
pasó y ya que no había ninguna prueba, no quería pasar por algún
horrible proceso de él dijo / ella dijo y convertirse en “esa chica”. Tenía
miedo de que la gente la tratara de manera diferente si supieran lo que
pasó, y sólo quería olvidarlo todo.
Sobre todo nunca había dicho nada a Ryan sobre lo que pasó. Él
asumió que Mike la había dejado y ella estaba más que dispuesta a
dejarle seguir creyendo eso. Ryan quedaría destrozado por la verdad.
Probablemente, también habría matado a Mike con sus propias manos. 19
Si Mike no estaba ya muerto, claro.
Tragué un nudo en la garganta.
—Estaba vivo cuando lo llevaron al hospital —le dije con suavidad.
—Pero fue muy malo. Podemos ir hacia allí ahora mismo, si quieres. —
Ryan asintió con la cabeza y miró a Becky—. ¿Quieres venir?
Becky forzó una sonrisa y sacudió la cabeza.
—Está bien. Tú y Jamie vayan. Probablemente desean pasar tiempo
solos y tengo un poco de tarea que hacer de todos modos. —Me sentí
muy mal, dividida entre mis dos amigos heridos y todavía también
ocupándome de mis propias necesidades egoístas. Odiaba dejar sola a
Becky esta noche, pero Ryan necesitaba esto y yo necesitaba a Ryan.
Teodoro se aclaró la garganta y sonrió a Becky.
—Yo todavía puedo salir si quieres.
—¡Oh ! —Becky comenzó a entrar en pánico—. Oh, um...
—A ella le encantaría —le dije. No hice caso de la mirada de Becky y la
acerqué a mí—. En realidad no es una cita —le susurré—, sólo un café
en un lugar público. Es muy agradable y súper lindo.
—Pero Jamie...
—Puedes hacer esto —le prometí—. Tengo fe absoluta en ti. Lleva tu
teléfono y llámame si me necesitas.
Becky respiró hondo y asintió.
—Está bien —dijo en voz baja—. Claro, Teodoro, por un rato.
Mientras Becky daba a Ryan otro abrazo, acompañé a Teodoro a la
puerta.
—Fue amable de tu parte.
—Es un placer. —Y ahí estaban esos hoyuelos.
Miramos a Becky, que todavía estaba absorbiendo la comodidad de
Ryan.
—Mira —le dije en voz baja—, no voy a fingir que no sabes por lo que ha
pasado. Ya has oído lo que ha dicho antes.
Lo que accidentalmente salió sonando peligroso. Teodoro se quedó
perplejo.
—Sí —dijo, la sorpresa era evidente en su voz—. No tienes de que
preocuparte. Nunca le haría daño.
—Ella necesita esto —le dije—, pero necesita que también mantengas la
distancia. No la toques. En absoluto. Sólo estar contigo a solas será
bastante difícil.
—No hay problema —prometió Teodoro. 20
Mis ojos se estrecharon ante el chico delante de mí. Aunque no parecía
intimidado a todo, me parecía el tipo de persona que sabía cómo
conseguir lo que quería. Estaba segura de que había un montón de
cerebro debajo de todo ese pelo.
Traté de no decir nada, pero no pude evitarlo.
—Si haces algo para molestarla, y me refiero a cualquier cosa,
intencional o no, no te arrepentirás sólo de conocerla. Te arrepentirás
de haber nacido. —Sus cejas se alzaron ante mi amenaza,
desapareciendo bajo sus oscuros mechones peludos, pero su boca se
torció con diversión.
—Eres muy protectora.
—No hay muchas personas en este mundo que realmente me importen
—dije. Entonces mis ojos se estrecharon de nuevo y añadí:
—La lista de personas en las que confío es aún más corta. —Teodoro
levantó las manos en señal de rendición, mostrando sus hoyuelos, como
si supiera que suavizara las defensas de las personas.
—Con suerte, pronto podrás añadir mi nombre a esa lista. —Sus ojos
brillaban con humor—. Si puedes recordarlo, claro.
Se puso serio de repente y me dio una sonrisa muy sincera.
—Voy a tomar todas las precauciones con tu amiga esta noche y la
traeré de vuelta a salvo. Tienes mi palabra. —Fue suficiente. Yo le creí.
—Gracias.
Ryan me dio una mirada sospechosa, una vez que él y Becky finalmente
se unieron a nosotros. Me atrajo hacia él y le sonrió a Teodoro.
—Entonces, ¿ya te amenazó con acabar con tu vida si haces daño a
Becky? —Teodoro echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada
fuerte.
—¿Soy realmente tan predecible? —me quejé.
—Sólo cuando se trata de tu temperamento, nena —prometió Ryan,
besando la mueca de mi cara. Miró a Teodoro y le dijo:
—¿Un consejo? No decepciones a Jamie. Puede ser peligroso para tu
salud.
Teodoro levantó una curiosa ceja.
—¿Hablando por experiencia?
—Difícilmente —se rió Ryan—. Jamie está demasiado pillada para estar
decepcionada alguna vez con nada de lo que hago.
—¿Pillada? —pregunté secamente.
—Sí, ya sabes, ¿enloquecida? ¿Enamorada? ¿Obsesionada? ¿Loca por 21
mí?
—¿Al igual que tú contigo mismo? —dije sin expresión, pero me reí a mi
pesar.
Ryan sonrió.
—Ahí está la sonrisa que he estado esperando. Sabía que la tenías en
alguna parte. —Me di por vencida y envolví mis brazos alrededor de la
cintura de Ryan como la novia pillada que era.
—Te amo.
»Capitulo 3
Traducido por Maia8
Corregido por LadyPandora
***
Para cuando Ryan me encontró en mi habitación, mis ojos estaban
inyectados en sangre de todas las lágrimas que había derramado.
Gracias a Dios que no estaba manchada con mocos corriendo por todos
lados. Estaba llorando sin duda lo suficiente para eso, pero alguien en
el cielo había decidido apiadarse y hacerme uno de esos llantos bonitos.
Supongo que era lo menos que podía hacer después de convertirme en
un monstruo mutante con superpoderes. Es una buena cosa porque
siempre haya sido emocional. Mis compañeros de clase pueden
haberme considerado una reina del hielo, pero para mis padres siempre
seré una reina del drama. 26
Hubo un tiempo después del accidente, cuando estaba en modo súper
reina del hielo, en que nada me molestaba.
Estaba completamente aturdida por todo. Congelada, si lo prefieres. No
lloré durante más de un año. Pero Ryan Miller llegó junto con sus rayos
de sol y peluches, decidido a descongelarme.
Desde entonces, me parece que estoy recuperando el tiempo perdido
con el llanto. Es ridículo. Estaba empezando a mejorar, pero todo esto
de Mike estaba demostrando ser un enorme retroceso en mi progreso.
La voz susurrante de Ryan se hizo eco a través de la sala de relax.
—¿Jamie?
—Estoy aquí —dije desde debajo de un montón de mantas.
Momentos más tarde, sentí que mi cama se hundía y luego el calor se
extendió a través de mí cuando el cuerpo de Ryan prácticamente me
envolvió. Se acurrucó en cada parte de mí en la que era físicamente
capaz, como para protegerme de todo lo que a él.
¿He mencionado antes lo mucho que amo a Ryan Miller?
—Lo siento —dije en voz baja, rompiendo el silencio que se había
apoderado de nosotros—. Sé que me necesitabas allí, pero estaba a
punto de freír el lugar y ya he causado daño suficiente para un día.
Ryan aumentó la presión sobre mí y acarició con su cara mi cuello.
—¿Qué está pasando contigo? No has perdido el control tanto desde que
nos conocimos. No es que quisieras ver a Mike herido, pero ustedes dos
no son exactamente cercanos así que, ¿por qué estás tan triste?
—Porque no lo detuve —dije. Mi admisión trajo mis lágrimas de nuevo.
No había querido decírselo a Ryan. Obviamente, él sabía que no previne
el accidente, pero no había reunido las implicaciones de eso todavía.
Tampoco lo haría. Para él, mis superpoderes son un poco como un
juguete divertido.
No hay nada divertido sobre saber que podría haber salvado la vida de
alguien y elegí no hacerlo.
—El accidente —dije cuando Ryan no entendió de inmediato lo que
estaba diciendo—. No lo detuve. No lo salvé.
Y entonces comprendió.
—Jamie —empezó en un tono suave pero severo.
—Podría haberlo hecho. Podría haberlo puesto a salvo. Tuve el tiempo,
pero no lo hice.
—Lo que pasó con Mike no fue tu culpa. Estaba borracho, Jamie. Él era
responsable de sus propias acciones.
—No cambia el hecho de que lo dejé salir lastimado. 27
—No podrías haber intervenido —sostuvo Ryan—. Era una intersección
concurrida llena de testigos. La gente lo hubiera visto. Te habrías
expuesto. —Me hubiera gustado creer que era la razón por la que no
actué.
—Si hubieses sido tú o Becky, lo habría hecho —le dije. Esa era la
verdad absoluta—. Si se tratara de mis padres, no habría dudado. Lo
podría haber hecho incluso si se tratara de un extraño. Lo he hecho por
un desconocido antes. Pero era Mike. Era Mike y lo odio, así que no lo
salvé. Soy horrible. —Empecé a llorar de nuevo. Me daba vergüenza. Lo
que había hecho era despiadado, egoísta y vengativo. Realmente era la
reina del hielo que todo el mundo afirmaba que era—. Pude haberlo
empujado delante del auto yo misma.
Ryan me dio la vuelta, obligándome a mirarlo. Me limpié los ojos y me
sorprendí al encontrarlo enfadado.
—Detente —dijo—. No voy a dejar que te hagas esto. Sabes muy bien
que no es cierto. No eres el monstruo que crees que eres. No has hecho
daño a Mike. Actuaste por instinto de conservación y no hay nada malo
en ello.
—Pero Ryan, yo...
—¡No! Recuerda lo que pasó la última vez que salvaste a alguien. Sabías
todo el peligro en el que te ponías, el peligro en el que ponías a tus
padres. Y a mí. Casi me matan por ello. —Fruncí el ceño.
—Eso no me hace sentir mejor.
—Hiciste lo correcto —insistió Ryan—. Sé lo que estás pensando, pero
no dejé que se lastimase por despecho. ¿Sabes cómo lo sé?
—¿Cómo? —Mi incredulidad era evidente.
—Porque no mataste a Edwards cuando me hirió. Podrías haberlo
hecho, lo que habría estado justificado, pero no lo hiciste. Y nunca has
hecho daño a Carter tantas veces como él ha hecho que lo desees. No
eres amiga de Mike, pero si lo hubieras ayudado con seguridad hoy sin
poner en peligro a todos los que aman, lo habrías hecho.
Yo no estaba tan segura, pero podía ver su propósito y me hizo sentir
un poco menos culpable.
—Eres una buena persona, Jamie. —Ryan me dio un suave beso en la
mejilla llena de lágrimas saladas—. Eres hermosa por dentro y por
fuera. La prueba está bien... aquí...
Ryan me puso en mi espalda y me apretó contra el colchón debajo de él
mientras me daba un largo beso inquisitivo. Justo cuando pensaba que
iba a perder el control de nuevo y convertirlo en una batería de a pie,
apartó su boca de la mía y se apoyó sólo lo suficiente para dejarme ver 28
la sonrisa en su cara.
—¿Cómo tú besándome prueba que soy una buena persona? —
pregunté sólo para ser difícil. Él ya había borrado mi depresión.
La sonrisa de Ryan se hizo aún más grande y sus ojos brillaron con
picardía.
—Porque podría tener a cualquier chica que quisiera y a pesar de estar
rodeado de hermosas chicas de la universidad todo el tiempo, sólo te
quiero a ti. Y nunca querría a alguien que no fuera la mejor persona en
el planeta. —Mis cejas se alzaron hasta el cielo.
—¿Perdón? ¿Rodeado de hermosas chicas de la universidad todo el
tiempo? Tú...
Ryan me interrumpió con otro beso. Uno profundo y lujurioso que envió
escalofríos a través de mi cuerpo, borrando cualquier argumento que
hubiera estado tentada a decir.
Ryan Miller nunca ha jugado limpio.
Dos minutos después, la lámpara al lado de mi cama explotó.
Ryan gimió y se subió encima.
—Debo irme —dijo mientras trataba de suavizar la electricidad estática
de su cabello. Demasiado para no llenarle de energía mutante—. Ha
sido un largo día y realmente necesito una ducha.
—Supongo que tienes razón —dije, suspirando mientras lo seguía hasta
la puerta.
Ryan se quedó en la puerta y me atrajo hacia él para un último beso.
—¿Vas a estar bien? —preguntó.
—No lo sé—respondí con honestidad—. Es que… ¿Qué se supone que
debo hacer la próxima vez que suceda? No puedo esperar y ver que
alguien se lastime así de nuevo. No hay forma. Pero tampoco puedo
renunciar a mi secreto.
Ryan, siempre optimista, dijo:
—Ya se nos ocurrirá algo.
—¿Cómo qué?
Sonaba desesperada y un poco asustada, pero Ryan me sonrió,
completamente sereno.
—No lo sé aún, pero se me ocurrirá algo. Confía en mí. Sonrió y luego
añadió:
—Si pude ayudar a la Reina del Hielo a resolver sus problemas,
entonces, desde luego, puedo ayudar a Jamie Baker.
Él tenía un punto.
Aunque no es que fuera a admitirlo. 29
»Capitulo 4
Traducido por JoaZB y Jhos
Corregido por Maia8
Si fuera posible, Mike parecía aún más cerca de la muerte al día
siguiente cuando volví a verlo. Su inflamación estaba peor y su
contusiones más profundas, pero al menos esta vez el susto por su
condición no era malo y no restablecía su marcapasos cada cinco
segundos.
No sé lo que me poseía para volver, pero era como si estuviera obligada.
No podía estar lejos. Había esperado hasta que sus padres se fueron de
nuevo para cenar y luego me metí en su cuarto.
Estaba fuertemente medicado, y en su estado inconsciente parecía
engañosamente pacífico. Parecía relajado y vulnerable. Parecía joven y
menos idiota de lo que realmente era. Me sentí un millón de veces más 30
culpable de lo que estuve el día anterior cuando él solo era el idiota
borracho que había herido a mi mejor amiga.
—Lo siento —le susurré—. Ryan dice que hice lo correcto al no
exponerme, pero se equivoca. Debería haberte salvado.
Lamentaba no haber estado preparada y no haber actuado porque
estaba pensando en Ryan, Becky, y mis padres. La verdad es que solo
estaba asustada. Me quedé a un lado, porque no quería ser expuesta al
mundo. No quería que la gente supiera la verdad sobre mí.
—Fui egoísta. —Negué con la cabeza—. Soy egoísta.
—Visitar a un cretino en el hospital porque es amigo de tu novio no me
parece egoísta.
Salté por la interrupción.
—¡Teodoro! —exhalé, presionando una mano en mi pecho, como si eso
pudiera impedir que mi corazón estallara. El chico me sobresaltó tanto
que fue una suerte que no lo hubiera mandado volando—. ¿Qué haces
aquí?
—Yo solo estaba... —Sus ojos se dirigieron hacia Mike mientras entraba
en la habitación, pero luego su mirada volvió de nuevo a mí. Me dio una
grande y brillante sonrisa con hoyuelos.
—¡Oye! ¡Te acordaste de mi nombre!
Me aligeré un poco. Su sonrisa era contagiosa.
—Apenas. No es fácil de recordar.
—Es italiano.
—Es un trabalenguas. ¿Te importa si solo te llamo “Teddy”1?
Por alguna razón, mi pregunta pareció para escandalizar Teodoro.
—¿Quieres darme un apodo? —preguntó asombrado.
Traté de no hacer una mueca. ¿En serio nunca había tenido un apodo?
¿Con un nombre como Teodoro?
—Teddy —repitió, como si lo probara.
—Es eso, o "hoyuelos".
Sorprendido, la cara de Teodoro se sonrojó de un tono entrañable de
rosa.
—No —dijo rápidamente—. Teddy está bien.
—Bien. —Las cosas se pusieron muy incómodas, así que cambié de
tema—. Así que Teddy, ¿cómo has entrado aquí? Se supone que solo
puede la familia.
Teddy se encogió de hombros tímidamente y sacó una tarjeta de
identificación de plástico del bolsillo.
31
—La robé de una bata de laboratorio sin supervisión. No te preocupes.
La voy a devolver antes de irme. —Me sonrió con complicidad—. ¿Cómo
has entrado tú aquí?
—Mis increíbles superpoderes, por supuesto.
Teddy se rió como si estuviera bromeando. Es irónico cuántas veces me
puedo escapar con decir la verdad.
—Entraste coqueteando, ¿eh? Es completamente injusto lo que las
chicas calientes pueden llegar a conseguir, ya sabes.
Me sorprendió que con lo horrible que me sentía hace unos segundos,
ahora fuera capaz de reír.
—De hecho, entré llorando. Parecía más apropiado.
Teddy compartió una sonrisa conmigo.
—Lloraste, ¿eh? ¿Por este tipo? —Captó mis ojos hinchados
curiosamente—. Debes ser toda una actriz.
—En realidad no. —Cambié de tema. No podía explicar exactamente la
verdadera razón por mis lágrimas—. Entonces —Miré en el nombre en
la placa robada en su mano—, Dr. Chang, ¿qué te trae la cama de un
desconocido?
Teddy se puso serio y arrastró los pies junto a mí.
Y todo eso es sin el súperolor. Al menos, esta vez no estuve allí luego de
las prácticas. La mayoría de los chicos que nos cruzamos en el camino
a la habitación de Ryan ya se habían duchado.
—Miller —dijo con una sonrisa—, sé que estas en primer año y todo
eso, pero pensé que el no molestar que implica la corbata en la puerta
es de conocimiento universal.
Todas las veces que había estado en la habitación de Ryan nunca había
conocido a su compañero de cuarto.
Ryan me había contado muy poco de él. Su nombre era Sean, era
estudiante de segundo año, jugaba en la línea trasera, y a Ryan le
agradaba.
—Becky les dijo sobre Mike —explicó Ryan—. Supongo que estaban
preocupadas porque me fui antes.
Sean bufó.
Sean rió.
Sean me dio una última sonrisa brillante y le pasó a Ryan una corbata
mientras dejaba la habitación. Ryan la sostuvo en alto con una mirada
sugestiva que me hizo reír.
—Enfócate.
—Cierto.
—Muy gracioso.
Ryan me acercó a sus brazos, el cual es el mejor lugar para estar, sacó
el cabello de mi rostro y puso su mano en mi mejilla forzándome a
mirarlo. 48
—Deja de enfocarte solo en lo negativo. Mike estará bien, y tú ni fuiste
expuesta, agradece eso al menos.
—No puedes salvar a todos, Jamie, pero tal vez si eres capaz de ayudar
a algunas personas, es posible compensar las veces que tienes que
ponerte en primer lugar.
—¿Crees que salvar a alguien más va a hacer que lo que paso con Mike
este bien?
—¿Cómo es que puedes hacer que incluso las ideas más locas tengan
sentido? —La cara de Ryan se iluminó, mientras se lo preguntaba.
—Entonces, ¿lo harás?
—¿En serio?
—Sólo una oportunidad —le advertí—. Si somos capaces de encontrar la
manera de hacerlo. No puedo ir a patrullar las calles con la esperanza
de que alguien necesite mi ayuda.
—Detalles.
—¿Qué?
Correcto. No iba a caer por los pucheros que Ryan Miller me hiciera. No
esta vez.
—¡No!
Puse los ojos blancos, pero Ryan no lo vio. Él estaba ocupado hojeando
uno de sus libros de historietas.
Es tan fuerte. No sé qué hice para merecerlo, pero no voy a dejar que
me lo dan por sentado. Hace tanto por mí, y tengo que devolverle favor. 51
Él tiene razón. Necesito ser más que Jamie Baker Tengo que ser la
mejor novia que jamás haya existido.
Me encogí de hombros
—Tal vez tenías razón sobre que soy un poco paranoica. Todo salió bien,
cuando lo hice el otro día. ¿No has notado ningún daño cerebral ,
¿verdad?
Otra vez, con la expresión que ponía Ryan. ¿Cómo podría negarme eso?
—Te amo.
52
—Yo también te amo.
61
»Capitulo 8
Traducido por rihano
Corregido por Maia
Ryan y yo terminamos pidiendo comida para llevar. Estaba demasiado
emocionado por darme mi sorpresa para esperar realmente pasar por
toda una cena en un restaurante.
—¿No tiene nada que ver con la Mujer Maravilla? —pregunté mientras
Ryan buscaba entre sus cosas por la llave de su dormitorio.
Él levantó una mano como si hiciera un juramento.
—Nada de Mujer Maravilla, spandex, o botas altas. —En el último
momento, añadió:
—O deportistas sudorosos. La mayor parte de la sala está ocupada esta
noche en esa fiesta, incluyendo a Sean. Vamos a tener la habitación
para nosotros, y hasta cambié mis sábanas. 62
—Vaya. Sí que sabes cómo cortejar a una chica.
Ryan sonrió y luego me arrastró dentro. Estaba segura de que el
“cambié mis sábanas” era el código para “vamos a seguir adelante”, pero
en vez de subir en la parte superior de la cama, se arrodilló y empezó a
escarbar debajo de ella.
—De hecho, tengo varias sorpresas —dijo, sacando un par de bolsas.
Ryan era propenso a los grandes gestos románticos, pero no trabajaba
mucho la entrega. Tomó esas bolsas de compras y las sostuvo al revés,
arrojando el contenido en una pila en su cama.
Había un par de Converse All Star negras tipo botín, una falda de tenis
de color blanco con pantalones cortos incluidos, un elegante antifaz
negro que cubría sólo los ojos, y todo un montón de camisetas
femeninas, con superhéroes de época en el frente.
—Cada superhéroe que pude encontrar de tu talla excepto la Mujer
Maravilla —dijo orgullosamente—. Vas a verte tan caliente.
—¿Qué es todo esto?
—Es tu nuevo uniforme de superhéroe.
Él no estaba desanimado en absoluto por mi mirada insulsa.
—¡Adelante, pruébalo! He estado muriendo por verlo todo junto durante
días.
Miré hacia abajo a la pila de ropa y decidí que tan lejos como los
disfraces iban, podría haber sido mucho peor.
Rebusqué a través de la pila de camisetas y encontré una negra con la
Srta. Pac-Man en el frente.
—¿Ella está en el equipo de DC Cómics ahora?
—No. Pero esa camiseta era demasiado impresionante para no
escogerla.
Me puse la camiseta de la Srta. Pac-Man. Tengo que admitir que junto
con los botines y la falda de tenis, el conjunto en realidad era de alguna
forma lindo. Lo siguiente que cogí fue la máscara. Era
sorprendentemente cómoda y hecha de alguna tela sedosa.
—¿Dónde encontraste esto?
—La tienda de disfraces en Roseville. Vino de un traje de “gatita sexy”,
así que todavía no estoy rompiendo la regla de nada de Mujer Maravilla.
Empecé a ponérmela, pero Ryan me detuvo.
—No, oh. Los contactos primeros.
—¿Qué?
Ryan tendió una mano ahuecada como si esperara que le diera algo. 63
—Los ojos son parte del disfraz. Tienes que quitarte los lentes de
contacto.
Gemí.
Crecí como una rubia natural con brillantes ojos azules, pero cuando
mi accidente me mutó volvió mi cabello verde y mis ojos de color
amarillo. Traté de aclarar mi pelo de nuevo a rubio, pero nunca pude
conseguir sacar completamente el verde así que tuve que teñirlo de
negro.
Tengo que retocar las raíces cada dos semanas. Es un gran dolor, pero
es mejor que mirar como celebro Halloween cada día.
Los ojos son un poco más fáciles de manejar.
Uso lentes de contacto de color. Tengo varios colores diferentes, pero me
gusta usar mejor los azules, porque se mezclan con mi color amarillo
natural y hacen que mis ojos se vean como si fueran de un jade
profundo.
Verde brillante puede no funcionar con mi pelo, pero tengo que admitir
que es un color de ojos impresionante.
Mis ojos en realidad son como Ryan descubrió la verdad sobre mí. Uno
de mis contactos se cayó una vez y consiguió un buen vistazo a mis
extraños ojos amarillos. Odio mi color natural, pero Ryan dice que mi
color de ojos se ve impresionante y siempre me está pidiendo que me
quite mis contactos. Cedo a este requerimiento más de lo que me
gustaría.
Esta noche era una de esas veces.
Con un suspiro, cuidadosamente me saqué mis contactos y me puse la
máscara. Ryan jugueteó con esta y ajustó mi pelo, luego dio un paso
atrás para echarme un buen vistazo.
—¿Lo digo, o qué? —dijo—. Te ves tan caliente. Mataría por verte
pateando traseros y llevando trajes como este.
Ryan me dio la vuelta para que enfrentara al espejo en la puerta del
armario. Finalmente conseguí un vistazo de mí misma y sonreí. Me veía
caliente, está bien. Mi novio tenía estilo. El equipo, sin duda, decía
uniforme, pero no había nada de aburrido traje de libro de caricaturas
en este. La mejor parte era que todavía tenía toda la actitud de la reina
del hielo.
Decidí que tenía que ver cómo se veía en el Modo Peligro. El Modo
Peligro, es el término que Ryan y yo usamos para cuando estoy
sobrecargada. Ya que tengo la capacidad de controlar la electricidad,
realmente puedo jalarla del aire hacia mí misma. Cuando en verdad la
dejo acumularse dentro de mí, sucede esta cosa extraña, cuando mis
ojos comienzan a brillar y el pelo se vuelve loco como si estuviera de pie
en un túnel de viento. Solía pensar que era aterrador, pero una vez que 64
superé el impacto de esto, ¡ja! Sin juego de palabras, decidí que en
realidad es genial.
Parece totalmente escalofriante, pero no es por eso que Ryan y yo lo
llamamos Modo Peligro.
Consigue el apodo porque realmente es peligroso. Estoy viva por
completo cuando mi poder se eleva así. Cualquiera que me toque está
por recibir una sorpresa desagradable.
Ryan fue el único en darse cuenta de eso, de la manera difícil. Esto no
le impide pedirme que cambie al Modo Peligro todo el tiempo, porque
cree que es la cosa más genial que jamás haya visto. Lo juro, a veces es
como que yo soy el acto de circo personal de tres escenarios de Ryan.
Su amado, querido y adorado acto de circo. Pero aún así.
Tiene demasiada diversión con mi rareza.
—Un paso atrás —le advertí. Cerré mis ojos, mantuve mis manos a mis
costados, y succioné la energía a mi alrededor.
Realmente no puedo describir la adrenalina que recibo al entrar en
Modo Peligro. Es una sensación increíble. Tanto poder. Me siento
imparable. Debo verme de esa forma, también, juzgando por la
expresión de asombro que Ryan siempre tiene en su cara cuando me
convierto en un Lite-Brite2 humano.
70
»Capitulo 9
Traducido por Jhos
Ryan asintió. Esta era una conversación familiar para nosotros dado
que yo siempre corría alrededor del desértico Norte América. Él sabía
que estaría a salvo, pero todavía sentía que era su deber como Novio
Enamorado, advertirme sobre los peligros de la naturaleza.
Lo cual, ahora que había pensado sobre ello, era una posibilidad. Me
estremecí y Ryan pareció compartir mi sentido de urgencia. Me dio un
último beso de partida y luego me espantó a mi primer intento de acto 72
de heroísmo.
Esto repuso mi humor. Podía buscar los bancos del río un montón más
rápido que esos perros, y, ¿cuán difícil podía ser seguir un rio? Me dirigí
en la dirección que la policía pensó parecía más probable, fuera de
parque y hacia la civilización.
Corrí por millas y millas, moviéndome mucho más lento de lo que era
capaz porque estaba concentrándome en cada cosa alrededor de mí. 73
Estaba tan profundamente en el bosque ahora que no había ningún
humano por quién sabe cuántas millas. Si allí había estado cualquiera
en esos bosques en cualquier parte cerca de ese río, estando a pie en un
auto, lo sabría.
De repente una pequeña luz estalló de mi pecho y luego estalló con una
explosión. Me había olvidado de mi nuevo collar, e hizo añicos el
bombillo cuando perdí el control y estalló en Modo Peligroso.
Salí de allí tan rápido como pude. Fui aguas arriba sólo un poco y
encontré un lugar para ocultarme donde podía quedarme a observarlo
moverse río arriba hacia mí.
Nunca bajó el arma de nuevo, no hasta que estuvo listo para salir del
bote. Siguió hacia la orilla en mí lado opuesto del río. Al minuto en que
saltó para empujar el bote fuera del agua no lo pensé; sólo di un salto
corriendo.
Se tropezó hacia atrás, con los ojos abiertos como platos. Incluso en la
oscuridad pude ver la sangre drenándose de su rostro. No podía
culparlo por estar asustado. Había llevado Modo Peligroso a todo un
nuevo nivel. Mis ojos brillaban tan intensamente que veía el mundo a
través de una neblina de amillo-verde.
—¡Gracias! —lloró.
—¿Alas? —pregunté.
Asintió.
—Sé lo que eres. Mami siempre dice que debería orar a Jesús cuando
estoy asustada, entonces fue lo que hice y él te envió para ayudarme.
Sonreí.
—¡Oh! No, no viene del cielo. Corrí aquí, pero estaba en el otro lado del
río, así que salté.
Chelsea lanzó su mirada al otro lado del rio y sus ojos se abrieron.
—No soy una bruja tampoco —le dije a Chelsea—, pero ese hombre es
muy malo y va a estar en un montón de problemas. Nunca va a
lastimarte de nuevo, ¿de acuerdo?
—Enviaré a la policía por ti. Diría que espero que te encuentren antes
que los osos, pero… —Me encogí de hombros—. No estoy segura que sea
cierto.
—El ser repugnante por quien están buscando está atado a un árbol a
un largo camino río arriba. Su bote está en la orilla. No pueden
perderlo. Estoy segura de que tendrán toda la evidencia que necesitan.
Apuesto a que él incluso tiene alguna especie de nido de asesino
psicópata en alguna parte cercana. Tal vez quieran darse prisa antes
que encuentre alguna forma de zafarse de las cuerdas. Até los nudos
bastante fuerte, pero no soy una chica scout o algo.
Chelsea me apretó.
—Lo siento. Tengo que hacerlo. Tengo que permanecer como un secreto,
y la policía querrá hacerme preguntas. Estás a salvo ahora, sin
embargo. Lo prometo.
Chelsea asintió y de mala gana saltó fuera de mis brazos.
—De nada, Chelsea. Se una buena niña ahora, ¿de acuerdo? No más
vagar lejos de tus padres.
—¡No, espera!
—Esa pobre niña. Deberías haberla visto. Estaba tan asustada, pero fue
tan valiente. Era tan dulce, y ahora va a estar bien.
—Se siente tan bien ser capaz de ayudar en lugar de lastimar por una
vez. Hice algo útil. Tengo todo este poder y siento como si fuera una
maldición, pero tal vez tienes razón. Tal vez es un don. Piensa en todo el
bien que puedo hacer.
Él me dio algo esta noche que nunca me había dado cuenta que
necesitaba tanto. Me dio una sensación de esperanza, un propósito.
—¿Me dirás sobre ello? —preguntó Ryan—. Observé las noticias todo el
tiempo que te fuiste. Estaba asustado cuando dijeron que fue
secuestrada. ¿Tuviste problema con el tipo? ¿Lo atraparon? ¿Era
peligroso? ¿Estuviste asustada?
Sacudí mi cabeza.
—¡Puedo hacer esto! ¡Quiero hacer esto! Tienes razón. Sé que no puedo
cambiar lo que le sucedió a Mike, pero, ¿ayudar a Chelsea esta noche?
Incluso si nunca salvo a nadie de nuevo jamás, la salvé. La vida de una
persona es mejor gracias a mí. Eso es suficiente para ayudarme a
aceptar el pasado y seguir adelante.
—Tienes razón —dije de nuevo—. Necesito algo mejor a lo que
aferrarme. —Lancé mis brazos alrededor de él y dejé mis lágrimas
caer—. Gracias. Muchas gracias.
—No me agradezcas por eso. Eres la única que lo hizo, Jamie. Y para
que conste, más que la vida de una persona es mejor por tu causa.
—Lo sé. Imagina como los padres de esa niña se sentirán si algo peor le
hubiera sucedido.
Descansamos sobre su cama, envuelto en los brazos del otro hasta que
Ryan comenzó a bostezar. Él nunca duraba mucho más. Tenía clases
temprano en la mañana a causa de sus prácticas por la tarde y ahora
estaba prácticamente en el mismo horario que la reunión de ancianos.
Me dormí tarde y me desperté por el olor del café fresco. Becky estaba
agitando un vaso desechable sobre mi rostro y soltó una risilla cuando
sonreí. 82
—¿Larga noche? —preguntó, entregándome el vaso una vez me senté.
—Oh, hombre, eso suena mucho más atractivo que el día que he
planeado. —Con un gemido, Becky salió de mi cama y encendió la
pequeña televisión que habíamos apiñado en nuestro dormitorio antes
de agarrar su planchita e irse a trabajar en su pelo.
83
—Mi abuela me visitará desde Florida. Es una bestia. Hace que mi
madre enloquezca por completo. Se odian la una a la otra y se la
pasarán durante toda la visita de la abuela forzando a que mi padre
tome partido en sus ridículas discusiones. Principalmente, en la única
cosa en la que están de acuerdo es sobre cómo no estoy a la altura de
mi potencial. Las chicas inteligentes no deberían ser porristas. Las
chicas inteligentes deberían estar en una universidad respetable. Las
chicas hermosas como yo deberían tener jóvenes bonitos haciendo fila
para casarse con ellos. Ugh.
Salí de la habitación, pero sólo hice unos pocos pasos por el vestíbulo
cuando los padres de Mike salieron de su habitación y me llamaron.
—Es bueno.
—Él está trabajando realmente duro, pero Ryan dice que es un gran
entrenador.
Mike había estado inconsciente desde hace casi una semana, pero la
Señora Driscoll hablaba como si pensara que él sabría que estaba allí.
Era tan triste.
Los padres de Mike estaban observándome, así que forcé una sonrisa y
me dirigí hacia su habitación.
De repente me di cuenta por qué estaba aquí. Por qué había venido a
esta habitación de hospital a visitar a una persona que despreciaba.
Estaba desahogándome. Con la única persona que podía.
Miré hacia Mike. Él se veía mejor que la última vez que estuve aquí.
Tenía más color en su rostro y sus heridas estaban comenzando a
desvanecerse. Además había menos cables.
Oh. Mierda.
Mike puso los ojos en blanco, pero entonces los cerró. De repente se
veía muy cansado. Tal vez tendría suerte y se dormiría y no recordaría
esta conversación.
Mike abrió de nuevo sus ojos y me miró como si hubiera perdido por
completo la razón.
Sonreí satisfechamente.
—Te ves mucho mejor que la última vez que te vi. —Me encogí de
hombros ante el recuerdo de él yaciendo en la calle—. Estoy contenta de
que estés bien.
Quería señalar cómo podría ser una cosa buena, viendo cómo era su
incapacidad para caminar y pensar al mismo tiempo que lo había
puesto en esta posición, pero no creía que apreciara la broma.
—Lo siento.
Observé que las defensas de Mike remontaban, pero aun así seguía
estando libre de ira. 88
Milagrosamente, yo también lo estaba.
—Sí, dijiste eso antes. —Su tono era curioso—. Puedo decir que te
sientes culpable. Estoy muy seguro de que no estarías aquí de otra
manera.
Abrí mi boca para decir algo, pero Mike siguió adelante antes de que
pudiera entender.
—¿No recuerdas?
—Dijeron que fui a la calle sin mirar. Dijeron que fue un accidente.
—Eso es jodido.
Realmente me reí.
—Dímelo a mí.
89
En un instante, las cosas se volvieron realmente incómodas. Era como
si ambos recordáramos con quién estábamos hablando. Me puse de pie.
—Seguro.
»Capitulo 11
Traducido por Pandora Montgomery
Corregido por liset_11
Mi encuentro con Mike fue extraño. Era la primera vez que cualquiera
de nosotros había sido real entre sí, aunque fuera sólo por unos
segundos. No estaba segura de qué pensar de él. Seguía siendo una
herramienta colosal, pero toda mi ira y resentimiento hacia él parecían
haber desaparecido. No sé lo que dijo sobre mí, o cómo me sentía al
respecto.
Luego estaba toda esa cosa donde había derramado a él
accidentalmente mi secreto. Claro, no sabía de lo que estaba hablando,
pero no sería un genio para entenderlo. Tan pronto como Mike 90
aprendiera quién era el Ángel de Chelsea, iba juntar las piezas, y
entonces no tenía idea de lo que ocurriría.
Esto era malo.
Para empeorar las cosas, me volví a mi celular y encontré cincuenta y
dos llamadas perdidas, unos doce mensajes de voz. Estaba segura de
que eran todos de mi padre. Obviamente, las noticias de esta mañana
no se le habían pasado desapercibidas.
Oh, era él, de acuerdo. Escuché cada correo de voz, y a medida que
avanzaban se volvían más y más furiosos hasta que no pudo incluso
conseguir palabras claras sobre el último. Era más una serie de
gruñidos y gruñidos y gritos incoherentes. Él iba a matarme.
Cuando llegué al último mensaje, me sorprendí al oír la irritable voz de
Carter en lugar de mi padre.
—Tu médico no es un periodista, Jamielynn, es un fantasma. Revisé
cada base de datos a la que tenía acceso, incluso llamé pidiendo
algunos favores a mis contactos del FBI, y no encontré nada. Ni un solo
golpe. No sé quién es tu hombre misterioso. Te sugiero que seas muy
cuidadosa. Además, la noticia era bastante interesante esta mañana,
¿no?
Filtra el sarcasmo en la última pregunta y obtendrías:
—Deja el heroísmo con el pluriempleo antes de que te maten, idiota.
Era agradable saber que le importaba.
Estaba tan envuelta en el misterio del "Dr. Chang "que no me fijé en
Teddy hasta que estaba prácticamente pisándome los dedos de mis
pies.
—Oh, hola. ¿Qué pasa?
Teddy frunció el ceño.
—¿Estás bien? Te ves pálida.
—Sólo estoy cansada. No pude dormir mucho.
—Sé que los deportistas se supone que tienen resistencia, pero,
¿ustedes dos realmente van en ello toda la noche?
Quería rodar mis ojos, pero terminé bostezando en su lugar.
—Me fui de la casa de Ryan a las diez. Sólo he estado un poco estresada
últimamente y no he estado durmiendo muy bien. Eso es todo.
Teddy me miró con escepticismo por un minuto y luego dijo:
—Necesitas café. Ven conmigo.
Yo ya había pasado por una taza esta mañana, pero después de la 91
noche que había tenido, otra no parecía tan mala idea. De todos modos
necesitaba hablar con él acerca de Becky, y de esta manera pude
sentirlo un poco.
Pasé la mayor parte de los cinco minutos caminando a la cafetería sólo
observándolo un poco. Él no era arrogante exactamente, pero caminaba
con sorprendente confianza. Y sonriendo sin parar, como si estuviera
simplemente encantado de estar vivo.
—¿Eso no consigue agotarte? —le pregunté cuando la mesera tomó
nuestras órdenes.
Teddy encontró una pequeña mesa en la esquina de la cafetería y de
hecho sacó una silla para mí. Me reí de su caballerosidad, pero él
simplemente amplió su sonrisa.
—¿Qué consigue agotarme?
—Sonreír tanto.
Teddy se encogió de hombros.
—Sólo tengo mucho para ser feliz ahora mismo. —Antes de que pudiera
preguntarle qué era tan fantástico, él tomó un sorbo de café y dijo:
—Así que háblame de ti, Jamie Baker. ¿Qué estás estudiando en la
escuela?
Tenía curiosidad por saber el cambio de tema, pero le contesté de todos
modos.
—Estoy en pre derecho.
Eso pareció sorprenderlo.
—¿Es el dinero o las discusiones lo que te parece interesante?
Me eché a reír.
—Ninguno de los dos, en realidad. No quiero ser un abogado. Aun no sé
lo que quiero hacer con mi vida. Sólo imagino que el título de abogado
me dará un montón de opciones. Además, tú sabes, no se pierde nada
con tener un entendimiento de todas las leyes.
Teddy me dirigió una sonrisa tan brillante que podría haber dejado mis
vatios opacados.
—Las únicas personas interesadas en la comprensión de la ley son las
personas que quieren hacerla cumplir. O los que quieren romperla. ¿Te
consideras en un futuro como un genio criminal?
Él no estaba realmente tan lejos de la verdad.
Probablemente había una delgada línea entre vigilante y criminal. Los
superhéroes tenían que doblar las reglas un poco; no había forma de
evitarlo. Yo ya lo había hecho una vez cuando ayudé a poner al Señor
Edwards en la cárcel por acusaciones falsas. No me malinterpreten, se
merecía su castigo, simplemente no lo podía acusar de querer raptarme 92
para que pudiera estudiar mis súper poderes, si saben lo que quiero
decir.
—Yo sólo quiero ser capaz de ayudar a la gente de alguna manera.
—Ah. Así que eres una hacedora de buenas obras. Mucha sombra, tu
tipo.
—¿Sombra? —pregunté, divertida.
—Por supuesto. Un hombre codicioso sólo está mirando hacia fuera
para sí mismo, pero, ¿alguien que siempre está ayudando a los demás?
¿Quién sabe lo que están realmente haciendo?
Me reí, pero no estaba realmente tan cómoda con este tema. Golpeó
muy cerca de la verdad, teniendo en cuenta que había decidido
convertirme en un superhéroe sólo para hacerme sentir mejor.
—¿Qué hay de ti? —le pregunté—. ¿Cuál es tu especialidad?
—Soy bueno con la tecnología. Informática, electrónica, gadgets,
programación, códigos.
—Eso significa que eres muy bueno con las matemáticas.
—Es uno de mis temas favoritos.
Gemí.
—Bueno. Puedes ser mi tutor.
—Nuestra relación puede ser mutuamente beneficiosa, entonces.
En mi mirada interrogante, la sonrisa de Teddy se volvió ligeramente
desviada.
—Tengo algo de hacker. Tu comprensión de la ley podría ser bastante
útil.
—¡Y me llamas sombra!
—Ah, pero ya ves, de eso se trata. Soy directo al respecto. Sabes que
estoy causando problemas en algún lugar. ¿Pero alguien como tú?
Todos ojos saltones y amigables, quien necesita una comprensión de la
ley, pero, ¿no quiere ser un abogado? ¿Alguien que sólo quiere “ayudar”
a la gente? Eso es más vago que un debate presidencial. Es la intención
de hacer que suene bien, así que nadie va a mirar muy de cerca lo que
realmente estás tratando de lograr. —Teddy se inclinó hacia mí, con los
ojos chispeantes de malicia —. Tú, Jamie Baker, eres una mujer de
misterio. Una chica con secretos.
Traté de no dejar que nada se mostrara en mi cara. Este tipo era afilado
en una especie de forma difícil, algo que teníamos en común. Me
gustaba eso de él, pero podría ser peligroso el ver cómo él tenía toda la
razón acerca de mis secretos y todo.
—No puedo decidir si eso era un insulto, un cumplido o una amenaza.
93
Teddy destelló esos hoyuelos de nuevo.
—Bueno, definitivamente no era un insulto.
No estaba segura de cómo responder. Caímos en silencio por un
momento, saboreando nuestro café, y yo capté el rápido sonido del
obturador de una cámara. ¡Oh, cómo me gustaría no tener ninguna
necesidad específicamente de ser entrenada para escuchar este tipo de
sonidos!
Miré por la ventana de la cafetería y, por supuesto, sentado en un
banco en una parada de autobús estaba un hombre asiático con una
cámara realmente bonita. Igual que un bonito lente telefotográfico.
Como un bonito espiar—a—la—posible—mutante—a—una—buena—
distancia.
Oh, por supuesto, se ajusta al look de un estereotipado turista, pero,
¿quién hace un recorrido por la Universidad Estatal de Sacramento? Yo
ni siquiera hago eso durante el verano e iba a ser una estudiante aquí.
De ninguna manera. Estaba aquí por mí. Debido al Ángel de Chelsea.
Estaba segura de ello.
Le sonreí a Teddy, y luego tomé un largo sorbo de mi café, atascándose
mientras trataba de escuchar al hombre a través de la calle mientras
ponía su teléfono celular a la oreja.
—Avistamiento confirmado, Asunto 4281. Con el mismo civil del
hospital. —Me detuve un momento, y con todo el ruido de la calle no
podía distinguir la conversación en el otro extremo de la línea, por lo
que sólo obtuve la mitad de la conversación—. Sólo hablando sobre el
café, señor — dijo el hombre con la cámara—. Yo creo que es algún tipo
de cita. ¿Nos movemos dentro? Muy bien, señor. Y si se van, ¿les damos
seguimiento? Entendido.
¡MIERDA!
Una cosa era pensar que me estaban siguiendo. Era algo
completamente distinto a tenerlo confirmado. Y tengo que decirte, que
oírme como el Asunto 4281 me dio realmente una mala clase de
escalofríos.
Tratando de no entrar en pánico, me bebí el resto de mi café, haciendo
caso omiso de la picadura, ya que quemaba mi garganta. Forcé una
sonrisa confundida, mirando a Teddy.
—Esto ha sido agradable. Gracias por el café, pero necesito ponerme en
marcha. Tengo una cosa de familia en un rato. No puedo llegar tarde.
Empecé a levantarme, pero Teddy dejó caer su mano sobre la mía
cuando llegué por mi bolso.
—¿En serio? ¿Una cosa de la familia? ¿Eso es todo lo que tienes? Si me
vas a dejar fuera, al menos, se creativa al respecto.
Me encogí.
94
—Uh... ¿no tengo ni idea de qué estás hablando?
¡Bien! Muy suave, Jamie.
—Sí, lo haces. —La cara de Teddy se volvió sombría—. Se puede decir
que me gustas, y estás tratando de deshacerte de mí.
Bien, eso fue inesperado. Me dejé caer en mi silla, momentáneamente
distraída del tipo espeluznante observándome.
—¿Qué?
Teddy suspiró.
—Me gustas mucho, Jamie.
Mi corazón se dejó caer en mi estómago.
—¿Yo? —Di un grito ahogado—. ¡No! ¡Se supone que te tiene que gustar
Becky!
Teddy parecía confuso al principio. Lo vi pensar hacia atrás y poner
todas las piezas juntas. Parecía simpático, pero su sonrisa era casi
triste cuando dijo:
—Becky es una chica agradable, pero es típica. Es normal y previsible.
Eres diferente. Intrigante.
—También estoy ocupada.
Era difícil mantener el enojo de mi voz.
—¿Señor de todos los americanos? —Teddy negó con la cabeza—. No va
a durar.
—¿Perdón?
Teddy se encogió de hombros y se encontró con mi mirada fría, con ojos
confidentes.
—No trato de insultar a tu novio o cualquier cosa, él parece como un
buen tipo, pero él no tiene lo que se necesita para aferrarse a una chica
como tú.
—¿Cómo te atreves? Ni siquiera lo conoces.
—Relajado, social, en todo un buen chico. ¿No hay verdaderos objetivos
o aspiraciones que no sean para llevarte a cenar, al cine y luego tomar
un tiempo cada fin de semana?
Una vez más, he intentado no hacer una mueca. Acababa de resumir
todo lo que me gusta de Ryan en cinco segundos y se las arregló para
hacer que suene tan poco favorecedor.
—Él es como tu amiga Becky. Típico. Predecible. Simple.
—¿Simple?
—Es un estereotipo, y tú eres todo lo contrario. Te vas a aburrir con él. 95
—¿Aburrirme? ¿Con Ryan Miller? —Me reí, pero era tensa. Teddy estaba
seriamente empezando a enfadarme —. Es obvio que no conoces a
Ryan. O de mí. Ryan no es típico. Es normal. —A "diferencia de ti", fue
sin duda implícita—. Él es todo lo que necesito. Todo lo que siempre
necesitaré.
Me puse de pie y tiré mi taza de café cuando salí furiosa a la puerta.
Teddy me siguió.
—Lo siento —dijo siguiendo mi ritmo rápido en la acera—. No fue mi
intención hacerte enojar. Como he dicho, tu novio parece un tipo muy
agradable. Sólo creo que deberías reevaluar tu situación. Él era tu novio
del instituto, ¿verdad? No me cabe duda de que era probablemente la
mejor opción en el momento, pero tu vida es diferente ahora. Ya no
estás más atrapada en el pequeño estanque. Estas nadando en el
océano ahora.
Me detuve y me volví hacia él con una mirada penetrante.
—¿Y qué te hace eso? ¿Un tiburón?
—No. Simplemente me hace uno de los millones de otros peces por ahí.
Un tipo que nunca has visto antes. Tal vez uno que es mucho más
adecuado para ti.
Tuve que reconocérselo, no había límite a su audacia. Es una pena que
no iba a trabajar para él en este caso.
—No hay nadie más adecuado para mí que Ryan. Lo siento.
—¿Cómo lo sabes?
—Lo sé, porque me hace sentir completa. Él me hace sentir que puedo
hacer cualquier cosa. Lo sé, porque lo amo. Más que nunca he amado a
nadie ni a nada en toda mi vida.
Teddy parecía frustrado, pero no enojado.
—Está bien —dijo, finalmente renunciando—. Está bien. Si realmente lo
amas mucho, si realmente te da todo lo que necesitas, entonces, ¿quién
soy yo para tratar de ponerme en el camino de eso?
—Gracias.
Estaba exasperada, pero mi ira ya se estaba desvaneciendo. Estaba
siendo completamente directo después de todo, lo cual tenía que
respetar. Es posible que estuviera exagerando, porque me sentía
preocupada por ser observada. Tenía que poner fin a esta conversación
y salir de aquí.
—Lo siento, me puse a la defensiva. Mira, me siento halagada, pero
estoy con Ryan, ¿de acuerdo?
Teddy asintió y de alguna manera se las arregló para darme una
sonrisa genuina. 96
—Tuve que dar lo mejor de mí, al menos, ¿no es así? Ese novio tuyo es
un hombre muy afortunado.
Me sorprendió cuando le devolví la sonrisa, pero yo seguí con un
suspiro.
—¿Estás seguro de que no estás interesado en Becky? ¿Ni siquiera un
poquito? Porque pareces un buen tipo. Ya sabes, a pesar de los últimos
cinco minutos. —Él rodó los ojos en la última parte—. Realmente creo
que serías bueno para ella.
Su sonrisa se volvió triste.
—Lo siento. Ella es una persona maravillosa, pero ella realmente no
puede sostener una vela como tú. No me gustaría llevarla aún cuando
mis sentimientos están claramente en otro lugar.
Ugh. Y era el más honorable, también.
¡Qué desperdicio de un buen chico!
Teddy me tendió la mano y con cuidado me preguntó:
—¿Sin resentimientos? ¿Aún amigos?
Pensé en ello durante un minuto y luego acepté su apretón de manos.
—Seguimos siendo amigos. Pero no más de estar tratando de robarme
de mi novio. ¿Lo entiendes? No va a suceder. Soy feliz con Ryan. Lo
amo.
—Entiendo. Pero si alguna vez hace algo para estropearlo, todas las
apuestas están apagadas. —Cuando me reí, Teddy negó con la cabeza—
. Lo digo en serio. Si eres feliz, eso es una cosa, pero una vez que él no
pueda…
Teddy captó la expresión de mi cara y sabiamente decidió reformular.
—Si él no puede mantenerte completamente satisfecha o si hace perder
tu buena voluntad. Sería un tonto si no actúo.
Suspiré de nuevo.
—Gracias, supongo.
Cambié mi bolso sobre mi hombro y miré a mi acosador de nuevo. Se
dio cuenta de que lo miraba y de inmediato empezó a alejarse por la
calle como si no hubiera estado observándome. Sí. Buen intento, amigo.
No caeré en eso.
—Realmente tengo que irme —le dije—. No estoy tratando de
deshacerme de ti.
—Si tú lo dices. —Teddy me miró extrañado y echó un vistazo por
encima del hombro como si me hubiera pillado observando mi
entorno—. Voy a tener que aguantarte esa cosa de la amistad, sin
embargo. Tal vez tú, yo, Becky, y Ryan podemos pasar el rato en algún
97
momento de esta semana.
—Sí, está bien. Gracias por el café.
—Ha sido un placer.
Con eso, Teddy se dirigió por la calle. Esperé un momento para
asegurarme de que realmente se estaba yendo, y luego me dirigí en la
dirección opuesta. Después de aproximadamente una cuadra, vi a dos
personas que me seguían. Ninguno de ellos era el hombre con la
cámara.
Me deslicé dentro de un restaurante lleno de gente, y tan pronto como
estaba fuera de vista me fui a supervelocidad. Estaba fuera de la puerta
de atrás y en el techo a tiempo para ver a los dos hombres y un tercero
que no había visto, correr en el interior del restaurante.
Me concentré y escuché como los hombres en secreto buscaron en el
restaurante. Después de unos minutos, se reagruparon en el
aparcamiento trasero. Me puse en cuclillas lo más cerca que pude y
empecé a filmar con mi teléfono mientras uno de ellos hablaba en su
reloj de pulsera.
No, no estoy bromeando. Su maldito reloj. Como si fuera James Bond, o
el FBI.
—Este es Demakis, señor. Hemos perdido a la chica.
Desde el auricular del chico oí una voz furiosa decir:
—¿Qué quiere decir que la perdiste?
—Es inteligente, señor. Vio a Reynolds. Ella sabía que la estábamos
siguiendo. Se metió en una multitud y desapareció.
Me esperaba más gritos, pero en cambio la voz dijo con calma:
—Desaparecida. ¿Quieres decir, literalmente?
—Es posible, señor, pero no se ha confirmado.
—¿Y el chico?
¿Chico? ¿Qué chico? ¿Se referían a Teddy?
—Un momento, señor.
Uno de los otros hombres pulso un botón de su propio reloj espía—
emisora.
—¡Reynolds! ¿Estado?
—Sujeto hacia el oeste en Folsom Blvd. en un Honda Civic café.
El primer chico transmitió el mensaje y la voz de enojo en el auricular,
dijo:
—Quédate con él, pero no te acerques. Él nos conducirá a la chica otra 98
vez.
Dejé la grabación y me agaché completamente fuera de la vista. Me
quedé allí mucho después de que los hombres se fueron, luchando
contra un ataque de pánico. Esto era tan, tan, tan malo.
Y ahora había puesto en peligro a Teddy, también, por sólo hablar con
él.
»Capitulo 12
Traducido por Jhos
Corregido por Liset_11
*****
Mis emociones estaban por todo el lugar cuando los guardias
arrastraron el prisionero dentro de la sala de visitas. No podía creer que
Ryan me había hablado de ver al Señor Edwards. Este era el hombre
que casi mató a Ryan. ¡Lo torturó! Estaba asustada de que mataría al
idiota en el lugar si tenía que estar en la misma habitación con él de
nuevo.
Cuando las personas de prisión dijeron que estaban listos para
nosotros, Ryan deslizó su brazo a mí alrededor y besó el lado de mi
cabeza.
—Estará bien, Jamie. Él va a tener respuestas para nosotros.
Tomé una respiración.
—Sería lo mejor. De otra forma, podría estar tentada a lastimarlo.
Ryan me deslizó una mirada, pero después de un minuto sonrió y
murmuró:
—Sólo estate segura de que los guardias no lo noten.
Ryan y yo fuimos escoltados en una gran habitación de apariencia
recreacional donde las personas estaban visitando a otros reclusos. Se
nos pidió que nos sentáramos en una mesa vacía donde una simple
silla se establecía al frente de nosotros. En un momento, el hombre que
odiaba más que nadie en el planeta estaría sentado en esa silla.
—Esta fue una idea tonta.
—Chist, Jamie. —Ryan movió su mano a mi regazo y entrelazó mis
dedos a través de los suyos—. Prometo que todo saldrá bien.
Era demasiado tarde, de cualquier manera. Ellos estaban trayéndolo
dentro.
El Señor E se veía exactamente igual a cómo lo hacía el año anterior 105
cuando era mi profesor de Inglés, excepto que había cambiado sus
pantalones caquis y botones por pantalones vaqueros y camisas de lino
azul. Su cabello estaba un poco demasiado largo, pero no parecía tener
el desgaste que esperaba que un año en prisión le habría dado a él. De
hecho, parecía casi contento.
Verlo sonreír y conversar con el guardia cuando entró en la habitación,
pareciendo joven y saludable –tenía solo veintiséis años y era el profesor
más lindo que había tenido hasta que atacó a mi novio y perdió su
atractivo– envió emociones mezcladas a través de mí. Me sentí
sorprendentemente aliviada de que parecía bien desde que yo era
responsable de ponerlo aquí. Al mismo tiempo, casi sentí decepción
porque lo odiaba por lo que hizo y lo quería sufriendo. Él no parecía
como si estuviera sufriendo en absoluto. Las emociones en conflicto
eran confusas.
—¡Señor Miller! ¡Señorita Baker! —El Señor E nos saludó a ambos. Su
rostro entero se iluminó con placer cuando me vio. Sus ojos nunca
dejaron los míos—. ¡Jamie! Es tan maravilloso verte de nuevo.
El Señor E sostuvo sus brazos extendidos como si esperara que lo
abrazara, pero rápidamente se sentó cuando Ryan jadeó y tiró de su
mano fuera de mi agarre. Había estado tan molesta que
accidentalmente le di una descarga a Ryan.
—¡Ryan, lo siento tanto! —Miré al Señor E, dejándole saber que
totalmente consideraba que esa carga era su culpa.
El rostro del Señor E se tornó triste, pero aceptó mi frialdad –sabía que
la merecía— y tentativamente dijo:
—Casi no lo creí cuando me dijeron que tú querías visitarme, pero aquí
estás. Gracias por venir. He querido discúlpame con ambos por
demasiado tiempo, pero no tengo permitido escribirte. He tenido un
montón de tiempo sobre el último año para pensar sobre cómo he
manejado las cosas contigo. Era un hombre desesperado, e hice
algunas muy malas elecciones. Estoy tan arrepentido por lo que
sucedió; no tienes idea.
—Bueno —dije—. Deberías estarlo.
—Especialmente lamento sobre lo que te hice, Ryan.
Ryan se encogió de hombros, su mano se apretó en un puño apretado
en su regazo.
—Permití que mis emociones personales nublaran mi juicio y lastimé a
un chico inocente. Nunca quise hacer eso. Lo siento.
Pude ver verdadero remordimiento claro como el día en sus gestos, y
finalmente vi una poco del cambio que esperaba ver en él. Había puesto
una buena actuación, pero el último año lo había afectado.
Ryan pudo verlo también, porque finalmente tomó una respiración 106
profunda y aceptó la disculpa –un montón mucho mas de sinceridad de
la que yo podría tener.
Hablando sobre una situación incómoda.
Antes de que pudiera decidir cómo traer el tema de Visticorp, el Señor
Edwards aclaró su garganta.
—Te ves genial —dijo, su atención concentrándose de nuevo solamente
en mí—. Creciste y más hermosa que nunca. ¿Lo tomo como que has
tenido un buen año? Debes estar en la universidad ahora. Eso es
emocionante. ¿Dónde estás yendo a la escuela? ¿Qué estas estudiando?
Él realmente tenía algo de confianza en mi autocontrol. Quería matar al
tipo, y él se sienta allí charlando conmigo como si fuéramos mejores
amigos.
—¿Estás coqueteando con ella?
Rompí en una sonrisa a eso. Pude escuchar la ira ocultada en el
estupor de Ryan. Tal vez no era mi auto control del que el Señor
Edwards debería estar asustado.
Decidiendo que necesitaba intervenir antes que de mi novio golpeara a
un convicto en la cara en frente de un puñado de guardias de prisión
dije:
—Esta no es una visita social, Señor E.
—Oh, no. Por favor, Jamie, es Blake.
—¿Blake?
El Señor E se río entre dientes.
—Mi nombre. No eres mi estudiante ya. No tienes que llamarme Señor
Edwards. Prefiero que no lo hagas, en realidad. Eres un adulto ahora y
allí hay sólo, ¿qué? ¿Siete u ocho años de diferencia entre nosotros?
Está bien para nosotros ser verdaderos amigos ahora.
Las luces parpadearon cuando mi temperamento llameó. Tuve que
contar hasta diez antes de hablar.
—Tú y yo nunca seremos amigos.
El Señor Edwards –me rehusaba a llamarlo Blake— suspiró.
—Por favor perdóname, Jamie. Lo siento. Enserio, lo lamento tanto.
Sólo quería que me dieras una oportunidad para ayudarte, pero estaba
asustado de tu poder. Nunca quise lastimar a nadie. Estoy dispuesto a
hacer lo que sea para demostrarte que no soy tu enemigo.
Esperaba que eso fuera cierto.
—Si quieres ayudar, entonces dime quién te dijo sobre mí.
El Señor E frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir? 107
—Sobre mis poderes, mi accidente. ¿Quién te dijo?
—Bueno, le dije a mis superiores año atrás después de tu accidente,
pero eso es todo, y me arrepentí de contarles. No he respirado una
palabra sobre ti desde entonces. Ni siquiera el último año cuando fui
arrestado. Incluso desde que realmente conseguí conocerte, he
mantenido tu secreto. Siempre mantendré tu secreto.
Había sido instruida de antemano que no sería permitido traer mi
teléfono conmigo, así que imprimí la foto de mi visitante en el hospital.
—Entonces, ¿cómo lo explicas a él?
Deslicé la foto a través de la mesa y esperé para ver la reacción del
Señor E. Había esperado alguna señal de reconocimiento, pero la
cantidad de miedo que el Señor E manifestó era alarmante. Su rostro
perdió su color y sus ojos se doblaron de tamaño.
—¿Qué?—Ryan demandó mientras yo dije:
—¿Amigos tuyos?
—“Amigo” sería un término inexacto. Jamie, ¿dónde viste a este
hombre?
—Él me emboscó en un hospital después de que Mike Discroll estuviera
en un accidente.
El Señor E continuó mirando a la foto. Sin olvidarse sobre el tema a la
mano, no estimó un momento para preguntar sobre Mike. Mike había
sido su estudiante, también.
—Leí sobre eso en los periódicos. ¿Él está bien?
—Vivirá —susurró Ryan.
El Señor E igualó el suave tono de Ryan cuando preguntó:
—¿Qué sucedió?
—Exactamente lo que dice el periódico. Mike estaba borracho. Se
tropezó en la calle, y ahora nunca caminara de nuevo.
—Eso es terrible.
Ryan dejó caer su mirada a su regazo mientras yo forzaba un
encogimiento de hombros.
El Señor E entrecerró sus ojos cuando notó mi obvia incomodidad.
—¿Qué tiene el accidente de Mike que ver contigo?
—Yo estaba allí.
—¿En la escena del accidente? —El Señor E pensó sobre eso y luego
jadeó.
—Pero… Mike fue golpeado. Y tú…
Mi estómago se apretó en un nudo. Miré al Señor E cuando le respondí. 108
—No traté de salvarlo.
Cerré mis ojos para hacerlo parecer como si estuviera tratando de
controlar mi temperamento, pero realmente sólo no quería ver la mirada
en el rostro del Señor E. No pensé que pudiera manejarlo pasando justo
sobre mí.
No cuando había sido quien lo puso en prisión por sus errores, y
especialmente cuando todavía no estaba lista para perdonar esos
errores. No creía que sería capaz de perdonarlos.
El Señor E estuvo en silencio por un minuto. Cuando habló, su
reacción no fue la que esperaba. Su voz era tan suave y comprensiva
que me molestó.
—Oh, Jamie. Lo siento tanto. Eso debe haber sido una increíblemente
difícil decisión para que hicieras. Espero no te culpes por su condición.
Hiciste lo correcto.
Tragué el familiar nudo que siempre se formaba en mi garganta cuando
pensaba sobre el accidente.
—No, no lo hice…pero ese no es el punto.
—Ese es el punto. No utilizaste tus poderes. Si tú fueras testigo del
accidente, luego tendrías que hablar con la policía, ¿cierto? —Asentí—.
Estoy seguro que Murphy fue enviado para conseguir la historia
completa cuando tu nombre vino en el reporte policial. Habría
reconocido tu conexión con Mike. Habría asumido que si tú tienes
poderes lo habrías ayudado.
Traté de no estremecerme.
—¿Quieres decir que habrían asumido que no era capaz de salvar a
Mike, ya que cualquier otro ser humano decente debería si pudiera?
El brazo de Ryan vino alrededor de mí y casi lloré de alivio. Estaba tan
contenta de que estuviera aquí. Su presencia; su calor, su amor, y su
calmada confianza; era la única cosa manteniéndome junta. Y no quería
caer a pedazos en frente del Señor Edwards. Preferiría unirme a la liga
de bolos con Carter y Mike que dejar al Señor E verme vulnerable.
Ryan me apretó a su lado y puso sus labios en mis oídos.
—Salvaste a Chelsea, Sunshine. Recuerda eso.
El ridículo apodo me hizo romper en una sonrisa. Giré mi cabeza lejos
de Ryan para ocultarlo, pero lo notó de todas formas y me codeó
ligeramente en el costado. Le di una mirada que él sólo encontró con
esa estúpida, pícara sonrisa por la que es tan famoso.
—Sabes que lo amas.
Refunfuñé, pero su ego era exactamente lo que necesitaba para traerme
de regreso a mí misma. Por una vez, resistí la urgencia de besarlo y
miré de nuevo al Señor E., finalmente lista para hacer lo que vine a 109
hacer.
—Así que, ¿este tipo está con Visticorp? —pregunté, aliviada que la
confianza había regresado a mi voz.
El Señor E movió su mirada de atrás y adelante entre Ryan y yo. Lo
juro, si tuviera que recoger una emoción de su rostro justo entonces,
habría sido decepción.
—Responde su pregunta —dijo Ryan, su voz repentinamente tan dura
que me sacudí atrás sorprendida. él debe haber notado el anhelo en los
ojos del Señor E, también.
Con un suspiro, el Señor E asintió.
—Lo está, y eso significa que Visticorp ha estado manteniendo etiquetas
en ti. Al menos libremente desde que fui arrestado. Lo lamento tanto. —
El Señor E hundió su rostro en sus manos—. Están observándote por
mi causa. —Tomó una respiración profunda y luego sacudió su
cabeza—. Pero no encontraron nada. Estoy seguro que no lo creyeron.
Él sonaba como si estuviera tratando de convencerse a sí mismo más
que a mí. Mi auto cinismo no sería engañado.
—Entonces, ¿por qué están acosándome?
—¿Qué?
Le di al Señor E la versión condensada de lo que estaba sucediendo
conmigo. Él estaba un poco como loco sobre la parte de súper héroe
como mi padre estaba, pero a la vez no podía ocultar su fascinación.
Cuando mencioné el equipo de vigilancia que estaba constantemente
siguiendo a mis amigos, él completamente enloqueció.
—Atrapé los nombres Demakis y Reynolds. Allí estaba al menos otro
tipo con ellos, y luego por supuesto tenemos al Buen Doctor.
Los ojos del Señor E parpadearon de nuevo abajo a la foto sobre la
mesa.
—Ese es Charlie Murphy. Es como yo, un científico enviado para
observar un posible candidato para estudio.
Me estremecí ante ese pensamiento, pero no tuve mucho tiempo para
pensar en ello.
—La pareja que viste en la escuela no suenan familiar para mí. Ellos
probablemente eran los mismos; pero Jamie, Demakis y Reynolds son
parte del equipo de recuperación de Visticorp. No fueron enviados fuera
para observar. Fueron enviados para adquirir.
—¿Adquirir? —siseó Ryan. Su cuerpo entero se había puesto rígido.
La voz del Señor E se volvió urgente, casi en pánico.
—Estás en peligro, Jamie. Tienes que desaparecer.
—¿Cómo? —Ryan preguntó sin un solo pensamiento de protesta. 110
Lo miré a él primero y luego me burlé del Señor E.
—¡No voy a huir! Eso es por lo que estoy aquí. Vine para que tú
pudieras decirme todo lo que sabes sobre Visticorp. ¿Cómo puedo
conseguir que ellos se vayan?
—No pueden —dijo el Señor E—. No lo entiendes. No sé por qué no han
intentado nada todavía. Tal vez no están seguros de lo que eres capaz, o
más probablemente no han averiguado una manera de capturarte o
contenerte aún, pero lo harán. Lo averiguaran, Jamie, y vendrán por ti.
Tienes que irte. Ve a ocultarte.
Ryan jadeó de nuevo pero sacudí mi cabeza.
—Sé realista. No puedo sólo desaparecer de la faz de la tierra por el
resto de mi vida.
—Entonces pasaras la vida encerrada en un laboratorio.
—Jamie —susurró Ryan. Sonaba aterrorizado—. Creo que está diciendo
la verdad. Estás en problemas.
Mi instinto iba a ser insultado, pero Ryan tenía razón. El Señor E
estaba asustado. Lo suficientemente asustado para creerle. Nadie podía
fingir ese tipo de preocupación. Él estaba seguro que Visticorp vendría
por mí.
—Lo sé —admití. Tengo un montón de fe en mis propias habilidades,
pero incluso soy capaz de poner mi orgullo a un lado cuando mi
seguridad y la de mi familia y amigos está involucrada. No me gustó la
repentina frialdad que llenó mi cuerpo cuando el miedo reptó en mi
corazón—. Carter sabía todo de lo que era capaz de hacer también, y
siempre estaba igual de seguro que no podía manejar Visticorp por mi
cuenta.
—No puedes. —El Señor E dijo simplemente.
Genial. Pero, ¿qué su supone que haga entonces? ¿Esconderme por el
resto de mi vida? No era una opción.
—¿Qué pasaría si me atrapan?
La pregunta estuvo fuera de mi boca antes de que supiera lo que estaba
diciendo. Eso sorprendió al Señor E y su rostro se arrugó.
—Te encerrarán. Ejecutarán pruebas. Estudiarte.
Todas las peores imágenes de cada película de ciencia ficción que había
incluso visto corrieron a través de mi cabeza. En una pequeña voz
pregunté:
—¿Serían crueles sobre ello?
El Señor E miró lejos. No pensé que fuera a responder la pregunta,
pensé que eso en sí mismo era respuesta suficiente. Pero entonces el
Señor E suspiró y dijo: 111
—Serias un sujeto de pruebas para ellos, y nada más. Serán humanos
para mantenerte auto satisfecha, y si pueden manipularte, utilizarán
tus habilidades para cualquier fin que deseen. Pero si no eres
cooperativa, las cosas serán difíciles para ti.
El brazo de Ryan ahora estaba temblando. Habría dicho algo para
tranquilizarlo, excepto que recordé la fría voz de mi acosador y me
estremecí.
—Sujeto 4281—susurré.
El Señor E jadeó.
—¿Qué dijiste?
—Eso es como el tipo llamado Reynolds me llamó cuando me encontró
en el café hablando con mi amigo. Él dijo que había confirmado
observación del Sujeto 4281. Tienes razón. Es como si no fuera una
persona para ellos en absoluto.
El Señor E se dividió por un minuto, perdido en sus propios
pensamientos. Cuando despertó de ello, me miró completamente, ojos
dementes.
—Tienes que conseguir sacarme de aquí —susurró.
—¿Disculpa?
Ryan estaba igual de incrédulo.
—¿Conseguir sacarte?
—He visto lo que puedes hacer. Sería demasiado fácil para ti. La
siguiente vez que salga fuera al patio de actividades, iré a la esquina
sureste del patio. Sólo salta la cerca y me sacas a cuestas de allí. Tan
rápida como eres, ni siquiera lo verán. Ni siquiera sabrán que estaré
perdido hasta que sea tiempo de ir de regreso a dentro, y estaremos a
través del país para entonces.
—¿Estás loco? No voy a…
Muchos guardias vinieron a nuestra mesa cuando levanté mi voz. Les di
una sonrisa tímida y mi mejor disculpa, luego dije entre dientes al
Señor E una vez nos dejaron a solas de nuevo.
—¡No voy sacarte fuera de prisión!
—No puedes encargarte de ellos tu misma. Podemos ir a algún lado a
salvo y hacer un plan. Me necesitas.
—¡Absolutamente no! —dijo Ryan, mientras yo casi hacía combustión
en mi silla.
Ryan tuvo que dejarme ir de nuevo y se deslizó a salvo unas pocas
pulgada de mi cuerpo cargado de electricidad.
—No voy a ninguna parte contigo. ¡Nunca! La única cosa que necesito
de ti es todo lo que sabes sobre Visticorp. ¡Dime lo que sabes!
112
El Señor E igualó mi aptitud.
—Son poderosos, son peligrosos, y no se detendrán hasta que consigan
todo lo que quieren de ti. No puedes encargarte sola. ¡Por favor, Jamie!
Si lo intentas, sólo los harás enfurecer. Cosas malas ocurren a las
personas que los hacen molestar.
—¿Eso es todo? ¿Eso es todo lo que tienes para mí? Que desperdicio de
viaje.
—Cualquier cosa que sepa no va a ayudarte a menos que me saques
fuera de aquí. Necesitas desaparecer. Jamie, todavía tenemos tiempo.
Necesitas sacarme de aquí.
Esto era inútil. Tenía esa frenética, desesperada cualidad sobre él de
nuevo. Pero incluso si lo que él dijo era cierto, y yo realmente estaba en
peligro, allí no había forma de que fuera a sacarlo de la cárcel. Y qué,
¿correr lejos con él? ¿Desaparecer e ir a ocultarme? ¿Quedarme en
alguna cabaña en Canadá con él? Correcto.
Estuve sobre mis pies de alguna forma, inclinándome sobre la mesa
hacia mi ex profesor de inglés con mis manos apretadas en apretados
puños. Mis palmas estaban en fuego y pude sentir lo que asumí mis
ojos estaban comenzando a brillar.
—Tengo algunas malas noticias para ti, Señor E, todavía estas
delirando.
—Jamie —susurró Ryan con urgencia, confirmando mis sospechas
sobre mi estado en Modo Peligroso.
Los guardias habían venido ahora para ver lo que estaba sucediendo de
nuevo. No parecían felices. Tomé una respiración profunda y luego miré
a los guardias esperando.
—Lo siento. Estoy lista para irme ahora.
El guardia sonrió, sorpresivamente simpático.
—Creo que sería sensato, señorita.
Nos escoltó a Ryan y a mí a la puerta, mientras el Señor E continuó
gritándome el camino entero.
—¡No! Jamie, ¡espera! ¡Por favor! Sé que estas molesta conmigo, ¡pero
allí hay más de lo que sabes! ¡Necesitas confiar en mí!
Me detuve en la puerta y le di al Señor E una última, dura mirada.
—¿Confiar en ti? ¿Confiar en ti? Todo sobre ti ha sido una mentira
desde el día que nos conocimos. Nunca confiaré en ti.
—Vamos, señorita —dijo el guardia, suavemente tirando de mi codo.
Suspiré y dejé al guardia escoltarnos de regreso al estacionamiento.
Una vez que estuvimos solos, Ryan me tomó en sus brazos y mantuvo 113
su filosofía de primero un beso, hablar más tarde. Cuando pudo
finalmente permitirse a sí mismo soltar mis labios, me miró desde la
cabeza a los pies como si esperara que allí estuviera sangre y miembros
perdidos.
—¿Estás bien?
—¡Eso fue un completo desperdicio! —grité. No a Ryan, sólo en general.
Estaba molesta—. ¡No concretamos nada, excepto para confirmar que
mis acosadores son de Visticorp, y ya suponía eso! ¡El Señor E nunca
va a ser de cualquier ayuda para nosotros!
Una vez más estuve abrumada con la sensación de estar totalmente
jodida.
—Jamie, se nos ocurrirá algo, pero tienes que conseguir calmarte. Me
rehúso dejarte ir justo ahora y realmente no quiero ser frito.
Suspiré y consentí a Ryan cuando trató de besarme de nuevo. Una vez
que estuve bien y calmada, Ryan corrió sus manos a través de mi
cabello y sonrió.
—¿Por qué no vas fuera del pueblo por unas pocas horas y luego me
encuentras para cenar?
Levanté mis cejas a él.
—Fuera del pueblo. —Era Ryan, hablando de ponerme mi máscara y
jugar al héroe —. ¿Eso es lo que piensas que debería hacer justo ahora?
Ryan encontró mi mirada con una sonrisa de su arsenal de sonrisas
irresistibles.
—Sabes que lo quieres. Necesitas conseguir algo de esta energía
peligrosa fuera. Te hará sentir mejor.
Ubiqué mis manos en mis caderas. El desafío era siempre mi primera
reacción a su ego.
—¿Así que eres un experto sobre lo que necesito ahora?
Ryan dio un golpecito en la punta de mi nariz.
—No eres ni de cerca tan complicada como pretendes ser.
Rodé mis ojos.
—¿Oh, si? Bueno, estás equivocado, Señor Pienso-Que-Lo-Sé-Todo.
—Seguro lo soy.
Me decidí por besar la sonrisa justo fuera del rostro de Ryan. En poco
tiempo, tuve su cerebro completamente revuelto sin utilizar ninguna
electricidad. Bueno, no del tipo literal, de cualquier modo.
—Necesito soplar un poco de humo, pero ser el Ángel de Chelsea no es
definitivamente como quiero conseguir deshacerme de todo mi
irresponsable energía justo ahora. 114
Le di a Ryan una mirada llena de deseo y el atrapó mi rumbo. A los
pocos segundos, él estaba detrás del volante de su camión, tocando el
claxon hacia mí para unirme a él. Comencé a caminar hacia él y bajó su
ventana.
—Vamos, Sunshine. ¡Sé que puedes moverte mucho más rápido que
eso!
Estallé en carcajadas y estuve abrochada en la cabina junto a él antes
de que él pudiera incluso parpadear. Batí mis ojos hacia él con una
gran sonrisa.
—¿Mejor?
Me respondió con un beso que me hizo estremecer. Sólo por diversión,
me relajé y convertí el beso en un súper beso tan fuerte que hizo el
cabello de sus brazos crepitar con electricidad estática.
—Prometí que experimentaríamos con Súper Ryan más a menudo —
expliqué cuando nos retiramos.
La sonrisa de Ryan se tornó pícara.
—Debería realmente intentar estar equivocado más a menudo.
»Capitulo 13
Traducido por Jhos
Corregido por liset_11
Decir que las semanas que siguieron fueron estresantes era decir poco.
Supe que estaba siendo observada, pero no tenía ni una pista de qué
hacer sobre ello. Creo que el hecho que nunca realmente hicieron
contacto conmigo lo hacía peor. Ninguno nunca habló conmigo, pero
dos veces llegué a casa para encontrar que mi habitación tenía
micrófonos ocultos.
Ryan estaba tan ocupado con sus prácticas y entrenamientos además
de las clases y tareas, que no conseguimos pasar mucho tiempo juntos
durante la semana, y desde que sabía que era peligroso para mis
amigos estar alrededor de mí, de momento, pasé la semana completa
haciendo nada a parte de ir a clases y salir fuera como el Ángel de
Chelsea. (El nombre había pegado.) 115
Ser un superhéroe era en cierto modo asombroso. Amaba ser capaz de
ayudar a las personas. Me encantaba saber que estaba haciendo algo
bueno por una vez, hacer la vida de las personas mejor en lugar de
peor. Casi realmente me encantaba ser capaz de utilizar mis poderes
sin preocuparme que alguien fuera a verme. Como el Ángel de Chelsea
no tenía ese profundo secreto oscuro que tenía que suprimir todo el
tiempo. Sentí como si fuera finalmente capaz de realmente ser yo
misma –mi completa yo misma.
Mi decisión estaba tomada. Iba a seguir siendo el Ángel de Chelsea sin
importar qué. Nadia iba a detenerme. Especialmente no algunos
estúpidos científicos quienes querían encarcelarme sólo para que así
ellos pudieran averiguar cómo hago las cosas que hago. ¿A quién le
importa cómo las hago? Lo importante era que puedo hacerlas, las hice.
Era realmente fácil de perder a esas personas siguiéndome. Estaban
vigilando todas las salidas de mi edificio, excepto el techo. Supongo que
no pensaron que pudiera saltar un edificio de tres pisos.
Llego a casa de clases, escucho por nuevos espías, hago toda mi tarea, y
luego vuelvo a mi radio o televisión y escapo. Esperaba que esto diera
una ilusión a las personas siguiéndome de que estaba en casa siendo
aburrida y no fuera, ya sabes, haciendo cosas que no deberían
físicamente ser posibles. Esperaba que eso les hiciera pensar que
alguien más era El Ángel de Chelsea, sin embargo, dudaba que esas
personas aburridas fueran así de tontos.
Interpretar al superhéroe me daba algo constructivo qué hacer con mi
tiempo y tengo que añadir el bono de mantenerme lejos de las personas
que amaba, así no los pondría en ningún peligro más del que ya lo
hacía. Traté de decirme a mí misma que esas personas de Visticorp no
estaban interesados en ello, pero sabía que una vez estuvieran listos
para venir detrás de mí utilizarían cualquier medio necesario para
hacerme hacer lo que ellos quisieran. Lastimar a las personas que amo
debería estar probablemente en la cima de su lista de métodos
aceptables.
Tres semanas después de toda la cosa había comenzado a estresarme,
solitaria, exhausta, y frustrada cuando vine a casa de clases la tarde del
Viernes. Necesitaba una noche fuera del trabajo de héroe. Fui y tomé
una linda, larga ducha caliente mientras debatía entre ir fuera y
confrontar a las personas haciendo mi vida miserable o saltar en la
cama y conseguir una buena noche de descanso por una vez. Mis
planes fueron decididos por mí cuando vine de regreso a mi habitación
y encontré a Becky y Teddy de pie allí, brazos cruzados, oliendo a
severa determinación.
Pretendí estar sin idea.
—¡Hola, chicos! ¿Qué pasa? 116
Los ojos de Becky se entrecerraron.
—Eso es lo que nos gustaría saber.
El tono de Teddy fue simpático cuando dijo:
—No te hemos visto mucho esta semana.
—O la semana pasada. —Becky estaba un montón más sospechosa,
pero me conocía mejor—. O la semana antes que esa.
—Sólo he estado abrumada con trabajo —le dije a Becky—. Exámenes
parciales y todo eso.
Becky frunció el ceño, pero no podía realmente discutir. Había estado
ocupada también, y ella no tenía ni de lejos la carga de clases que yo
tenía. Ella quería estar molesta, pero no pudo quedarse de esa manera.
Después de jadear unas cuantas veces, suspiró.
—Bueno. Sin excusas esta vez. El juego de mañana es en UC Davis, así
que, desde que no estás viajando, Ryan y yo tenemos la noche libre. Eso
significa que vamos a salir.
Abrí mi boca para discutir, pero antes de que pudiera pensar en una
excusa, Becky sacudió su cabeza.
—Nah-ah. No quiero escucharlo. Acabo de enterarme de que una gran
injusticia se ha hecho. Teodoro nunca ha estado bailando antes y esta
noche es nuestra obligación cambiar eso. No estoy hablando sobre la
lamentable escena que pasas por los dieciocho y hasta salir por la
noche en Sacramento. Estamos yendo a San Francisco.
Mi humor se iluminó considerablemente. No pude evitarlo. Amo bailar.
Debo haber sido una animadora, pero también tomé gimnasia y hip-hop
por años hasta mi accidente. Desde entonces sólo he estado en un
baile: el de graduación. Tuve un momento genial, pero eso no fue lo
mismo como ir a bailar.
Tan adorable como Ryan era, no era un bailarín. No tiene problemas en
bailes lentos conmigo en la graduación, pero cada vez que la música
sonaba, él gravitaba hacia el ponche. Mezclarse en un partido frio es
más su estilo que golpear el escenario de discoteca. He tenido dieciocho
por casi un año ahora y nunca he estado en una verdadera discoteca.
Becky vio la luz ir en mis ojos y chilló.
—¡Sí! —Se giró a Teddy y dijo:
—Está dentro. Debes ir ahora a casa y ponerte tan sexy como sea
posible y luego nos encontramos de regreso aquí en una hora.
Estaremos aquí haciendo lo mismo. Tú y Ryan van a tener las dos citas
más calientes en el planeta esta noche.
Teddy sonrió. 117
—No puedo realmente decir no a una oferta como esa.
Esperé hasta que Teddy se había ido antes de girarme a Becky.
—No es que no quiera ir, pero, ¿estás segura que estás lista para una
discoteca?
Ella comprendió lo que quería decir y se serenó un poco, pero aun así
sonrió.
—Creo que sí. Estaba hablando con Teodoro hace un par de días y en
cierto modo le pedí salir. Como una verdadera cita.
Oh, hombre, era la peor mejor amiga de siempre.
—¿Lo hiciste? No puedo creer que me perdí eso. Beck, lo siento tanto.
Apesto como una mejor amiga.
Becky sonrió.
—Está bien. Estás haciéndolo para mí esta noche.
—¡Por supuesto! —Y lo quise decir. Iba a ser la mejor, más atenta amiga
que nunca, e íbamos a tener diversión—. Entonces, ¿qué sucedió?
—Estaba cansada de toda la espera y preguntándome, así que lo llamé
y le pregunté si quería ir en una cita este fin de semana.
Sostuve mi aliento, esperando por lo que sabía estaba viniendo.
—¿Y?
—Me dijo que no estaba realmente interesado en mí de esa manera,
pero que realmente le agradaba y esperaba que pudiéramos ser amigos.
—Oh, Beck, lo siento tanto.
Becky se encogió de hombros, pero pude ver cuánto estaba ocultando
su decepción. Me sentí terrible por ella.
—Está bien —dijo—. Como que lo había sospechado y estoy contenta de
que fue honesto conmigo. Estoy un poco mal, pero creo que esto es
bueno para mí. Él es un buen chico, y necesito más de eso en mi vida.
No podía discutir con eso.
—De todas formas —continúo Becky—, hablamos por un largo tiempo
después de eso. Él directamente me preguntó sobre Mike y yo terminé
contándole la historia completa. Le dije sobre ti, también. Espero que
no te importe. No le di detalles sobre Derek, pero le dije que tú tuviste
mala suerte con los chicos en el pasado también y eso es como nos
convertirnos en tan buenas amigas. Luego por supuesto terminé
diciéndole la historia completa sobre Ryan y yo siendo amigos y tú
siendo la Reina de Hielo.
—Guau. Él consiguió la historia completa, ¿no es así?
Becky se encogió.
—Lo siento. Es sólo que es tan fácil hablarle y yo realmente necesitaba 118
hablar. No te molesta, ¿o sí?
Pensé sobre ello y luego sacudí mi cabeza. Mi primer instinto fue estar
molesta —mi pasado es un tema sensible —pero entonces decidí que
esto era lo mejor. La única cosa en mi historia probaba —bueno, la
versión de Becky, de cualquier forma –era sólo cuanto Ryan y yo
habíamos estado a través de esto juntos. Tal vez Teddy comprendió
cuanto Ryan significaba para mí ahora.
—Está bien. Sólo lamento que no consiguieras tu hombre.
Becky sacudió mis remordimientos.
—Este fue un buen primer paso para mí. Creo que abrió una puerta. Me
hizo ver que no tengo que estar asustada. —Se detuvo y luego gruño—.
Ugh, ahora sueno como mi terapista. Apuesto a que ella adorara eso.
Sonreí.
—Apuesto que no. Porque eso me suena como si tal vez tú estás lista
para terminar con terapia, y ahora ella no va a ser capaz de hacer
dinero de ti más.
Becky rodó sus ojos, pero luego se giró hacia mí con una mirada
esperanzada.
—¿Realmente crees que estoy lista?
—Beck, creo que estas lista para asumir cada chico en esa disco esta
noche. Especialmente después que hagas tu maquillaje. Tengo
totalmente preferencia por esa cosa de los ojos ahumados.
—Asombroso.
Saqué mi teléfono para llamar a Ryan, y Becky lo enganchó de mi
mano.
—¡Oye, Ry! —Ella pío después de un minuto—. Consigue tu adorable
vestimenta para impresionar. ¡Vamos de discoteca a San Francisco!
Nuestro amigo Teodoro –tu reúnete con el –nunca ha estado bailando.
¿Puedes creer eso? Jamie y yo vamos a quebrarlo.
Su emoción hizo a Ryan reír.
—Asombroso. Será divertido verlas hacer las tontas de ustedes mismas.
Las bromas de Becky y Ryan siempre me hacían sonreír. Era algo
similar a la rivalidad entre hermanos.
—¡Cállate! —Becky rió—. No lo haremos. ¿Nunca has visto a tu chica
quebrar un movimiento?
Jadeé, sabiendo donde estaba yendo esto.
—¡Becky, no te atrevas!
Becky sonrió malvadamente y luego se retorció lejos de mí cuando lancé
un golpe por el teléfono. 119
—Es de poco conocimiento el hecho que Jamie Baker tiene locas
habilidades de baile. ¿Conoces esa escena en los Ángeles de Charlie que
amas tanto?
La voz de Ryan sonó extramente alegre cuando dijo:
—¿Cameron Díaz bailando en su ropa interior?
—Sí, esa —dijo Becky y me sopló un beso desde el otro lado de la
habitación—. Eso es lo que es compartir el cuarto con tu novia. Ella
siempre está bailando, y es increíble en ello. Está yendo a matar en la
pista de baile esta noche.
Pude sentir el rubor arrastrándose en mi rostro. Todo lo que Becky dijo
era cierto, pero era un hecho que no había compartido con Ryan porque
sabía cómo su reacción seria. Y el acoso nunca terminaría.
—Por favor, dime que no estás bromeando —dijo.
Tomé el teléfono de regreso de Becky.
—¡No vayas allí! —le advertí.
—¿Cómo no supe esto sobre ti?
—Lo que una chica hace en su propio dormitorio es privado.
—Oh, de ninguna forma. Estoy consiguiendo una presentación tan
pronto como sea posible.
—Sí, eso ocurrirá el día que reviente en el disfraz de la Mujer Maravilla.
—Eso puede ser arreglado.
Gruñí y luego saqué mi lengua a Becky.
—Esto es todo tú culpa, ¡traidora!
Ella aplicó labial a sus labios y me sopló otro beso.
—Me amas. Dile a Ryan que se apresure. Le toma más tiempo para
acicalarse de lo que yo hago, ¡estamos yéndonos en cincuenta minutos!
—Dile a Becky que es físicamente imposible arreglarse más tiempo de lo
que ella hace —dijo Ryan, teniendo escuchar lo que Becky gritó—. Ella
está sólo celosa porque mi calentura es natural y la suya requiere todo
el esfuerzo.
—Lo que sea. Díselo tú mismo cuando llegues aquí. Encuéntranos en
mi dormitorio en cincuenta minutos.
—Estaré allí en treinta en mis zapatos de baile.
Bufé.
—Eres propietario de algo que no sea elípticas y zapatillas.
—Divertido, nena. Sólo asegúrate de arreglarte a ti misma extra
ardiente. No quisiera te sientas insegura estando allí de pie en la
presencia de mi calentura toda la noche. 120
Bufé de nuevo.
—¿Quién podría siquiera notar tu calentura con tu ego tomando todo el
espacio?
Ryan río, orgulloso de su arrogante forma.
—Media hora —dijo, y luego mantuvo su promesa.
Becky y yo estábamos casi lista a irnos cuando Ryan se presentó.
—Mira quien todavía está consiguiendo prepararse —bromeó con
Becky.
—No vas a quejarte cuando veas que le he hecho a tu novia. — Becky
paseó en el medio de la habitación, arrastrándome con ella, y nos hizo a
ambas dar un giro —. ¿Qué opinas?
Ryan parpadeó.
—Guau. Ustedes chicas se ven…—Su voz se cortó cuando sus ojos se
arrastraron arriba de mi cuerpo. El hambre mostrada descaradamente
me hizo estremecer.
Tal vez podamos omitir el baile.
—Caliente, ¿cierto?—preguntó Becky después de aclarar su garganta.
Antes de que Ryan pudiera sacudirse a sí mismo completamente de su
trace, Teddy golpeó en la puerta. Le hice señas para que entrara y se
tropezó sobre sus propios pies cuando me vio.
—Guau. —Sus ojos se iluminaron sólo lo suficiente para hacerme
mirarle. Encontró mi ceño con una sonrisa y luego parpadeó sus ojos a
Ryan y sacudió su cabeza.
—Tienes que ser el idiota más afortunado en el planeta.
Ryan río y palmeó su mano en el hombro de Teddy.
—Eso no es suerte, amigo. —Dio un paso hacia delante y me recogió en
sus brazos—. La llevé por buena lid3.
Cuando luego procedió a besarme sin aliento, murmuré:
—No diría que nunca juegas limpio.
Teddy suspiró.
—Vamos —dijo sosteniendo la mano de Becky—. Vámonos antes de que
se ponga asqueroso de nuevo.
Después de que Teddy hizo un jaleo sobre la belleza de Becky también,
finalmente nos atiborramos en mi Toyota y nos dirigimos para San
Francisco.
121
*****
Quería tener un gran momento en el club, realmente lo hacía.
Necesitaba dejar salir un poco de vapor y recordar que podía tener
diversión de vez en cuando. Pero aquí está la cosa: súper poderes y
discotecas no se mezclan. Debería haberme dado cuenta de esto mucho
antes de caer dentro del club atestado, pero había estado tan
emocionada de ir que nunca consideré que estaba poniéndome a mí
misma dentro.
Primero que todo, no lo tengo que decir en voz alta. Hola, ¿súper oídos?
Pasé la mitad de mi vida luchando con dolores de cabeza y la otra mitad
corriendo fuera del medio de donde sea, sólo para escapar de ruido. Sip,
puedo enfocar mi oído, pero no puedo realmente apagarlo
completamente. El ruido es más difícil para que me concentre en nada.
Segundo que todo – y éste puede ser peor que la charla que provoca
migrañas y tecno –tengo un elevado sentido del olor. Cientos de
personas sudorosas, todas empapadas en perfume, colonia, o colonia
después del afeitado, empacado en una habitación no es un viaje a
Sephora 4 , si sabes que lo quiero decir. Sin mencionar el abrumador
hedor de alcohol.
132
»Capitulo 14
Traducido por Jhos
Corregido por Fer_rdn
Suspiré cuando giré el auto fuera y miré fuera de la venta frontal a mi
edificio de dormitorios. No sé como Ryan, Teddy, y yo íbamos a
sacudirnos a Becky sin que ella lo notara, pero lo necesitábamos.
—¿Beck? —pregunté—. ¿Vas a estar bien si te abandonamos esta
noche? ¿Después de lo que pasó?
Becky suspiró.
—¿Cuándo no supe que esto estaba viniendo? —La sonrisa que me dio
me llenó con alivio—. No te culpo por querer quedarte con Ryan esta
noche. Ve. Estaré bien tanto como Teddy me acompañe a mi puerta y
compruebe mi armario por monstruos antes de irse.
Teddy se encontró con mis ojos en el espejo. 133
—Vamos —le dije—. Sé un caballero y acompaña a la chica bonita a su
puerta.
Teddy aun dudaba. La mirada que me disparó claramente imploraba
que yo estuviera aquí cuando regresara.
Por favor. ¿Cómo si pudiera zafarme de él antes de que consiguiera
repuestas? Le di un apenas perceptible asentimiento, asegurándole que
no planeaba ir a ninguna parte. Ryan se dio cuenta del intercambio y
repentinamente espetó.
—No, Beck, tú y Teddy deberían salir. —Sorprendiéndonos tanto a
Teddy como a mí. A nuestras miradas interrogantes se encogió de
hombros—. Son apenas las once —dijo—. Sólo porque nuestra noche
terminó, no significa que la de ellos tenga que terminar.
Ryan se dio la vuelta completa en su asiento y sonrió una gran, sonrisa
farsante a Teddy.
—Algunos de los chicos estaban hablando sobre una fiesta esta noche.
Becky puede llamar a Sean. Él sabrá donde es.
El rostro de Becky se iluminó.
—¿Están seguros que no quieren venir, también?
Sacudí mi cabeza.
—Lo siento. Ser asaltada por algún tipo con punta de pistola mató mi
humor para fiestas. Además, no estaba sintiéndome bien antes de que
fuera atacada, ¿recuerdas?
Becky no preguntó eso en absoluto. Me dijo que me veía horrible
muchas veces en el club esta noche.
—No estoy realmente de humor para ir tampoco —dijo Teddy. Envió
una mirada mordaz a Ryan, pero lo cubrió tan rápidamente que no
estuve segura de que la hiciera. Al menos no lo estuve hasta que dijo—.
Estar bebiendo cerveza con un montón de atletas idiotas no es
exactamente mi idea de un buen momento. —Apenas tuve tiempo para
estar insultada en nombre de Ryan antes de que Teddy le disparara una
sonrisa igualmente falsa y dijera—. Sin ofender.
Le tomó un minuto a Ryan para responder, y el “No importa” que se las
arregló para decir sonó peligroso. Cualquiera debería haber estado
asustado por eso, pero Teddy se rehusó a dar marcha atrás,
quedándose en una épica batalla de miradas con él.
La tensión entre los dos era tan espesa que Becky y yo sólo pudimos
sentarnos allí y mirar de uno al otro.
—Bieeeeen, entonces —dijo Becky y tiró a Teddy del auto—. Teddy
acompáñame a mi puerta.
134
No fue una petición, y juzgando la mirada en el rostro de Becky, Teddy
iba por una buena conferencia. Vocalicé un silencioso “gracias” en su
dirección y ella sonrió.
—No te preocupes. Lo enderezaré.
—¿Qué significa tu “enderezarme”? —gruñó Teddy cuando Becky lo
arrastró fuera. Literalmente lo arrastró. Tenía un puñado de su
chaqueta. Justo antes que fueran dentro del dormitorio escuché a
Teddy decir:
—¿Qué? Ese chico es un filete. Jamie es demasiado buena para él.
No pude haber estado más orgullosa cuando Becky golpeó la parte
posterior de su cabeza y le dijo que se comportara. Sí, él definitivamente
iba a conseguir enderezarse. Bien.
—No me gusta ese punk —dijo Ryan al momento que Teddy y Becky
desaparecieron dentro.
Suspiré. Me gustaba el tipo, realmente lo hacía, pero, ¿qué se supone
que hiciera con él?
—Ry, él es inofensivo. Es como un cachorrito perdido que necesita un
buen hogar.
—Sí, bueno, no necesariamente tienes que ser tú quien lo adopte.
—¿Estás celoso? —Tuve que reprimir una carcajada—. ¿De Teddy?
—El tipo coqueteó contigo toda la noche. ¡Justo en frente de mí!
—Entonces, el chico tiene un enamoramiento. ¿Y qué? Una de tus cosas
favoritas que señalas es cuán increíble, ridículamente, patéticamente
enamorada estoy de ti. Sabes que él no tiene una oportunidad. Lo
siento si fue grosero contigo esta noche. Hablaré con él. Pero sólo
tratemos de ignorarlo por ahora. Él es en realidad un buen amigo para
Becky, y tiene poderes, Ryan. ¡Poderes! ¡Como yo!
—Sip. —El rostro de Ryan se ensombreció—. Esa es la cosa que me
preocupa más. No confío en el.
Eso me sorprendió.
—¿Por qué no? Él tiene un secreto tan grande como el mío. Obviamente
sabe cuán importante es mantenerlo.
—¿Lo hace? —desafió Ryan—. Ciertamente no ha tenido ningún
problema exponiéndose a sí mismo esta noche.
Eso me hizo llamear.
—Salvó nuestras vidas, Ryan. ¡Arriesgó todo por ti esta noche! Hizo lo
que no hice por Mike. Es una mejor persona de lo que yo soy.
Ryan bufó.
—Eso, no estoy de acuerdo con eso. Salvó tu vida, no la mía. Y él lo hizo 135
esperando que estuvieras impresionada.
—O porque no quería verme lastimada. ¿Qué está mal con eso?
Ryan se dejó caer de nuevo en su silla y cruzó sus brazos
apretadamente en frente de su pecho.
—Nada está mal con eso, obviamente… pero, Jamie, ese chico es
peligroso.
Me encogí de hombros.
—También lo soy.
—Sip, pero si te preocupas y no lastimas a otros. Él sólo se preocupa
sobre conseguir lo que quiere… tú.
—No sabes eso.
—¿Y tú sí? ¿Sabes cualquier cosa sobre él del todo? ¿Quién es él? ¿De
dónde vino? Jamie, ¿cuántas personas en el mundo tienen súper
poderes?
—¡Exactamente! —siseé—. ¿No lo entiendes? Él es la única persona que
he conocido… incluso de quién he escuchado… quién es como yo.
Lamento si no te gusta, pero sólo no puedo decirle que se pierda.
Me detuve y tomé una respiración profunda, sorprendida por cuán
exaltada repentinamente estaba. Cuán desesperadamente ya había
decidido que quería a Teddy en mi vida.
—Por favor, Ryan —susurré, mi voz apretada con emoción—. Desde el
segundo en que utilizó sus poderes esta noche sentí algo, una conexión,
aliviada que no estaba completamente sola más.
Ryan parpadeó. Reconocí el dolor en sus ojos y me di cuenta de lo que
acababa de decir.
—Eso no es lo que quise decir. —Me estiré por la mano de Ryan,
temerosa de que pudiera empujarla lejos de mí. No lo hizo, pero no se
encontró con mis ojos—. Lo siento. Por supuesto que no estoy en esto
sola. Sabes cuánto significas para mí, pero no es lo mismo.
Mi voz se rompió y una lágrima solitaria escapó por mi mejilla.
Ryan trató de resistirse, pero nunca ha sido capaz de resistirse a mí
llorando. Resignado, levantó su mano y secó la humedad de mi rostro.
—Nena, lo siento. Sólo… tal vez estoy celoso, pero hay algo sobre él que
no me da confianza. ¿Se presentó de ninguna parte y ocurre que tiene
poderes al mismo tiempo que esta cosa con Visticorp está sucediendo?
Estoy yendo fuera de mi mente con preocupación, Jamie. Estás en
peligro y no sé cómo mantenerte a salvo. Si algo te ocurre…
La voz de Ryan se rompió. Alcancé arriba y ubiqué mis manos en sus
mejillas, empujando su rostro cerca del mío.
—Soy fuerte. No estoy completamente indefensa. Y eres un experto en 136
encontrar soluciones a lo imposible. Podremos averiguarlo. —Presioné
mis labios a los suyos—. Todo va a estar bien.
Nos besamos de nuevo, pero sólo duró un segundo. Teníamos más
sobre lo que hablar antes que Teddy se liberara de Becky, y yo estaba
bastante segura que a Ryan no iba a gustarle.
—Tenemos que decirle a Teddy.
—¿Decirle qué? —preguntó. Pero sabía—. No. Ni siquiera pienses sobre
ello. Sólo porque tiene poderes no significa que podamos confiar en él
con tu secreto.
—Tenemos que. Eso chico del callejón esta noche fue uno de los
matones de Visticorp que ha estado siguiéndome. Vio lo que Teddy hizo.
Teddy esta en un montón de peligro ahora, y no tiene idea. Tenemos
que advertirle.
Ryan sacudió su cabeza.
—No sabemos nada sobre él. Al menos espera hasta que sepamos más.
¿Por favor? Tengo una mala sensación sobre todo esto, Jamie.
No había forma de que pudiera decirle no a él.
—Está bien. Hablaremos con él primero. Averiguaremos más sobre él.
—Traté de aligerar el humor un poco al decir:
—Si bato mis pestañas hacia él unas cuantas veces, probablemente me
dirá todo lo que quiero saber.
—Oye ahora —advirtió Ryan, pero con un tono ligero. Me empujó hacia
el centro de la consola a su regazo—. Sin hacer ojitos a nadie además
de mí. Lo prohíbo.
Reí.
—¿Lo prohíbes?
—Sí. Absolutamente lo prohíbo. —Ryan arrugó su nariz y luego dijo—.
¿Sabes? Creo que Teddy podría haber encontrado mi único defecto esta
noche.
—Imposible. Tú, Ryan Miller, eres completamente perfecto. No tienes
defectos.
—Excepto por el hecho que no me gusta compartir. Te quiero toda para
mí mismo.
Sonreí y envolví mis brazos alrededor de su cuello.
—Eso es lo opuesto a un defecto —dije, y luego me perdí a mí misma en
su beso.
Ni siquiera un minuto más tarde, la puerta trasera se cerró de golpe.
—¿Ustedes chicos realmente tienen que hacer eso cada cinco minutos?
—La voz de Teddy estaba seca con disgusto.
—Si no te gusta, ve a alguna parte más —dijo Ryan y trató de 137
empujarme más apretada contra él.
Me incliné hacia atrás un poco, así él no podía besarme de nuevo.
—¿Trata de ser agradable?
Ryan frunció el ceño, así que puse mis labios fuera en un sexy puchero
y batí mis pestañas hacia él juguetonamente.
—¿Por favor? ¿Por mí?
Ryan suspiró y me dejó subirme de regreso en mi propio asiento. Una
vez estuve acomodada me giré y nivelé a Teddy con una mirada severa.
—¡Tu también! Me prometiste que te comportarías si íbamos a ser
amigos.
—Sí, bueno, eso está probando ser una tarea mucho más difícil de lo
que anticipé. —Pausó y luego me dio una de sus sonrisas engalanadas
con hoyuelos—. ¿Pero el hecho que no puedo resistir golpearte es parte
de mi encanto, cierto?
Odio decirlo, pero el chico estaba en lo cierto. Casi me reí. Si no fuera
por la mandíbula apretada de Ryan, lo habría hecho.
Ryan se giró en su asiento para mirar a Teddy.
—Tú o eres denso o tienes un serio deseo de morir.
Teddy miró a Ryan como si contemplara cuanto de una amenaza era.
Fue claro que estaba seguro que podría tomar a Ryan, a pesar de la
diferencia de tamaños. Intervine antes de que él dijera demasiado.
—Mira, podemos olvidarnos de la testosterona por un rato y discutir el
hecho que detuviste un dardo tranquilizante con tu mente.
Eso fue suficiente para poner serios a todos. No llegamos a la verdadera
conversación hasta que encontramos un Denny’s y tuvimos un café en
frente de nosotros. Fui la única que finalmente lo trajo.
—Entonces… —dije, esperando por Teddy para llenar el obvio espacio
en blanco.
Suspiró.
—Lo que viste es llamado telequinesis.
—¿Telequinesis? —repetí con reverencia.
—La habilidad para mover cosas con tu mente.
Rodé mis ojos.
—Sé lo que es eso, tonto. Sólo no puedo creer que lo tengas. ¿Por qué?
¿Cómo? ¿Sabes que lo causó? ¿Puedes hacer otras cosas, o sólo mover
cosas? —Teddy se río entre dientes a mis preguntas. Pude haber
recitado un millón más. 138
—Sólo mover cosas es suficiente —dijo—. Confía en mí.
Ryan se burló a la parte de “confía en mí”. Le di un codazo, pero luego
me incliné a su lado y le dejé poner su brazo a mí alrededor. Él siempre
estaba más relajado cuando estaba tocándome. Dice que es algo para
hacer con la energía en mi interior que siempre flota en la superficie,
pero creo que es sólo la personalidad de Ryan. Es cariñoso. Siempre lo
ha sido.
Y no hay otro tipo de afecto que él ame más que el mío.
Traté de conseguir que mi mente se concentrara. Tenía demasiados
pensamientos y emociones y preguntas girando alrededor allí dentro.
Así que Teddy no tenía un montón de súper poderes como yo, pero aun
así. ¿Telequinesis? ¿Cuán asombroso es eso? Ese poder es tan poderoso
como mi electricidad, y probablemente un montón más útil.
—No estoy seguro de por qué lo tengo —dijo Teddy sin que tuviera que
preguntar—. Pero estoy bastante seguro que nací con él. Y antes de que
preguntes, no, no lo heredé de mis padres. Han estado igual de
sorprendidos por mis habilidades como yo lo estaba.
El rostro de Teddy se ensombreció a la mención de sus padres. Sentí
que había una historia allí, pero no quería entrometerme. En cambio,
intenté algo que Ryan siempre hacía. Me quedé en silencio, sólo
escuchando, y esperé para que él me diera más. Funcionó. Después de
un minuto, Teddy tomó una respiración profunda y continuó su
historia.
—No recuerdo cuando comenzó, pero he leído del diario de mi madre y
habló sobre cosas extrañas sucediendo cuando sólo era un niño
pequeño. Cuando apenas tenía dos años de edad, mi madre tomaba
algo de mí y lo ponía en lo alto de un estante. Minutos más tarde estaría
en mis manos. Hablaba sobre cosas sacudiéndose y volando a través de
la habitación cuando me molestaba. Escribió que al principio creyó que
nuestra casa estaba encantada. Mis padres eran muy devotos católicos.
Tuvieron un sacerdote viniendo y vendieron la casa y cuando no
funcionó, se mudaron… pero los fantasmas los siguieron.
Noté que Teddy utilizó el tiempo pasado cuando hablo de sus padres.
Esperaba que simplemente se estuviera refiriendo a su estado religioso,
pero lo dudaba.
—Había una entrada en el diario de mi madre la primera vez que
averiguó que era yo. Ella estaba en una escalera recuperando algo del
ático y se resbaló. La atrapé antes de que golpeara el piso. La forma en
que lo describe, era demasiado pesada para mí, demasiado grande para
que yo la sostuviera porque mi nariz comenzó a sangrar, y después de
que la puse abajo me desmayé.
—Guau.
No había querido interrumpirlo, pero estaba tan abrumada por su 139
historia. La idea de un niño con ese tipo de poder, bueno, eso parece
incluso más aterrador que lo que me ocurrió.
Teddy sólo estaba tan atrapado en los recuerdos como yo lo estaba,
pero el parecía demasiado dolido por ello. Quise hacerle sentir mejor.
—¿Te diste cuenta que podrías haberle salvado la vida ese día, cierto?
—El rostro de Teddy se tornó completamente duro.
—Tal vez. Pero también lo terminé.
—¿Qué?
Ryan y yo nos miramos el uno al otro y luego esperamos que Teddy
explicara.
—Después que me desmayé, mis padres me llevaron a muchos médicos,
tratando de averiguar qué estaba mal conmigo. Odiaba a los médicos.
Asustaban, tenían manos heladas, me pinchaban con agujas, y me
engancharon a grandes maquinas. Un día me dijeron que estaban
llevando a otro especialista e hice un berrinche. Tenía tres… eso es lo
que un niño de tres años de edad hace…pero la mayoría de niños de
tres no tienen el poder para tomar el control del auto con su mente.
Traté de girar el auto y tuvimos una colisión frontal con un camión de
envíos. Ambos de mis padres estaban muertos.
Jadeé, mi mano llegando a mi boca. No me di cuenta que estaba
llorando hasta que Ryan me apretó fuertemente y besó el lado de mi
cabeza. Su silencioso “¿Estás bien?” hizo a Teddy levantar la mirada.
Cuando Teddy vio mis lágrimas, casi dejó caer su taza de café en su
regazo.
—¡Por favor, no llores! Fue hace mucho tiempo. En realidad, está bien.
—¡No, no está bien! —Lloré, mi voz rompiéndose en cada otra palabra.
Mi mente fue a Derek por un momento, pero rápidamente giró a mis
padres. Podría haber sido fácilmente cualquiera de ellos a los que
accidentalmente matara, y había sido un millón de veces peor que
perder a Derek. Teddy perdió a ambos de sus padres en un accidente
que él causó. No pude siquiera imaginar cómo debía sentirse.
Sin pensar, extendí mi mano a través de la mesa y agarré en un
apretado agarre de su mano.
—Lo siento tanto —susurré, dándole a sus dedos un suave apretón—.
Nadie debería haber vivido con ese tipo de culpa.
No creo que Teddy estuviera preparado para mi lado emocionalmente
inestable. Siguió farfullando palabras como “um” y “oye.”
Eventualmente comenzó a frotar su pulgar sobre mis dedos en un gesto
que quería ser confortante. Había sido inocente, pero todavía estaba
mal y rápidamente empujé mi mano fuera de él.
Teddy suspiró y tomó otro sorbo de su café. Sus ojos cayeron a su 140
regazo.
—Estoy sorprendido que no me dijeras que no fue mi culpa.
Me encogí de hombros incómoda.
—No hay punto en decirte eso. Ya sabes que fue un accidente, pero
señalar eso no va a llevarse lejos la culpa, ¿o sí?
Teddy levantó sorprendido sus ojos hacia lo míos.
—Nada puede hacer eso.
—Eso es porque no lo dije. Conozco la culpa que estas sintiendo. La
conozco demasiado bien.
Teddy me lo preguntó con una mirada, pero no me empujó por una
respuesta. Especialmente no cuando comencé a llorar de nuevo y Ryan
dijo:
—Está bien, Jamie. No tienes que hablar sobre ello.
Pero para mi sorpresa, quise contarle a Teddy. Sí, prácticamente era un
extraño, pero comprendía exactamente cómo me sentía. Nunca conocí a
alguien quien me comprendiera de esa manera antes. Quise que él
supiera que lo comprendía también, así que mordí mi labio y luego
confesé algo que sólo le había dicho a Ryan y mis padres.
—Cuando tenía dieciséis, maté a mi novio. Sí, fue un raro accidente que
estuvo más allá de mi control, pero aún así fue mi culpa. Derek esta
todavía muerto por mi causa, y nada que cualquiera pudiera hacer o
decir tomara la culpa de mí.
Sentí la sorpresa de Ryan a mi admisión, y pensé que podría estar
molesto conmigo por compartir algo tan personal con un chico que no le
agradaba, pero cuando levanté la mirada a él sólo vi amor, simpatía, y
total apoyo.
Teddy me miró por un momento, procesando lo que acababa de decirle
y comprensión se deslizó sobre él.
—¿El accidente que mencionaste en el hospital?
Asentí.
—¿Estabas conduciendo?
Eso no es lo que mató a Derek, pero le prometí a Ryan que no le
explicaría la verdad sobre mí misma a Teddy todavía, así que asentí de
nuevo, dejándolo creer que sus suposiciones eran ciertas.
—Lo siento —susurró Teddy. Sacudí mi cabeza—. Eres la primera
persona que he conocido que comprende. Cómo se siente.
Una débil sonrisa tiró de los labios de Teddy.
—¿Es algo lindo, no es así?
141
Realmente lo era.
—Sí.
Sonreímos el uno al otro, pero con Ryan sentado allí observándonos
compartir esta conexión, el silencio instantáneamente se convirtió en
torpe. Traté de regresar mi intensidad y dije:
—¿Qué sucedió después que tus padres murieron? —Teddy tomó una
larga respiración profunda—. Los italianos pueden ser supersticiosos.
No muchas personas querían aferrarse a un niño maldito cuando cosas
extrañas ocurren alrededor de él. Fui rebotando de una familia a familia
por los siguientes dos años hasta que algunas personas del Estado me
adoptaron.
—¿Las personas que te adoptaron, saben lo que puedes hacer? —
preguntó Ryan.
Ni siquiera habia pensado preguntar eso. La idea de ser diferente y
tener que ocultarlo todo el tiempo era horrible. Estaba tan agradecida
que nunca tuve que ocultarlo de mis padres. En casa siempre podía ser
yo misma. Era un lindo descanso. Si Teddy no tenía eso, entonces,
¿cuando conseguía ser él mismo?
—Sí, lo saben. Aprendí a controlarlo un poco para el momento en que
vinieron, pero leyeron mi expediente. Sospechaban algo desde el
principio. Trabajaron conmigo, sin embargo. Me ayudaron a aprender
cómo controlarlo completamente.
—Eso es bueno.
Teddy se encogió de hombros de nuevo y fue de regreso por su café.
Dejé el tema, incluso había pensado que tenía un montón más de lo que
quería preguntar. Conseguí la impresión distintiva que a él no le
gustaba las personas que lo adoptaron. Había estado con ellos desde
que tenía cinco, pero no los llamaba sus padres y sus ojos se
convirtieron en una furiosa tormenta de emoción cuando habló de ellos.
Tal vez he tomado de mi padre un poco de paranoia… muy poquito…
porque mi cerebro automáticamente comenzó a crear una historia.
Teddy dijo que eso esas personas habían sospechado la verdad antes
que lo adoptaran, pero él había estado en Italia y ellos eran de los
Estados Unidos. ¿Cómo incluso supieron sobre él? A menos que
estuvieran buscando por extraños casos como Teddy. Me pareció que
tal vez esas personas lo adoptaron a causa de los poderes que él poseía.
Si ese era el caso, ¿ellos trataron de utilizarlo? ¿Siquiera realmente lo
amaban?
Una vez más mi corazón estaba en mi garganta, pero no pude hacer esa
pregunta. Estaba temerosa de la respuesta. Hice una pregunta diferente
a cambio.
142
—¿Otras personas saben sobre ti?
—¿Además de las personas que me adoptaron? —Los ojos de Teddy se
encontraron con los míos, miró a Ryan y luego susurró—. No.
Un largo, pesado silencio se estiró entre nosotros tres.
Sabía cuan gran noticia era. Sabía cómo era tener que decirle a alguien
de tu secreto cuando no estabas seguro de que si podías confiar en
ellos. La misma cosa me había ocurrido, y me puse tan asustada que
casi cociné el auto de Ryan… con nosotros dentro.
Estuve sorprendida cuando fue Ryan quien suavemente dijo:
—No vamos a decirle a nadie.
—Por supuesto que no —prometí.
Teddy susurró una apenas audible. “Espero que no,” y sentí tanto pesar
por él.
—¿Cómo no estás enloqueciendo justo ahora? —pregunté.
—Estoy nervioso —admitió Teddy—. Asustado incluso. ¿Pero qué otra
elección tenía? No podía sólo quedarme allí y que ese chico te disparara.
Ryan y yo parpadeamos, pero estoy segura que nuestros pensamientos
estaban en diferentes recuerdos. Ryan sin duda, estaba pensando sobre
Lorenzo tratando de capturarme, pero yo estaba de regreso en el
hospital con un chico quien nunca caminaría de nuevo porque no hice
lo que Teddy fue lo suficientemente valiente para hacer.
Tuve que limpiar las lágrimas de mis ojos de nuevo. Ryan apretó mi
mano y el rostro de Teddy se suavizó.
—Está bien, Jamie —susurró Teddy—. Sólo estoy nervioso sobre tu
reacción a mí. No estoy preocupado que tu vayas a decirle a las
personas sobre mí. Confió en ti.
No estaba mintiendo. Podía decirlo. Él realmente tenía completa fe en
mí. Ahora eso era algo que no podía comprender.
—¿Cómo puedes? Soy prácticamente una extraña para ti.
El fantasma de una sonrisa cruzó los labios de Teddy mientras sorbía
su café.
—Llámalo un… presentimiento.
Realmente, realmente no me gustaba el sonido de eso. A Ryan tampoco,
porque su cuerpo se puso rígido junto a mí. Ryan claramente todavía no
confiaba en él, y juzgando de la forma en que los ojos de Teddy
siguieron desplazándose a Ryan, esa desconfianza era completamente
mutua.
—¿Un presentimiento? —pregunté escéptica—. No es que Ryan y yo no
seamos dignos de confianza, pero tu vida está ahora en nuestras
manos. Ese tipo de confianza no es ganada basada en presentimientos. 143
No por mí de todas formas, y dudo que por ti tampoco.
Teddy levantó uno de sus hombros y lo dejó caer, otra apenas
perceptible sonrisa jugando en las esquinas de sus labios.
—¿Qué quieres que diga? Sólo sé que puedo confiar en ti.
Eso puso una sonrisa en mi rostro y alcancé a través de la mesa para
apretar la mano de Teddy de nuevo.
—Puedes confiar en nosotros. Lo prometo. Gracias por hacer lo que
hiciste esta noche.
Teddy fue inmediatamente de regreso a su café, tratando de ocultar sus
sonrosadas mejillas detrás de su taza. Era adorable.
Cuando llegó el silencio de nuevo, se sintió como un buen lugar para
terminar la conversación por la noche.
Nunca he querido decirle a alguien la verdad sobre mí tan malamente
antes. Estaba desesperada por decirle. Él era la primera persona que
nunca he conocido quien me agradaba. Tenía habilidades que ningún
humano debería tener. Quería intercambiar historias y hablar sobre
tantas cosas que nadie más en el mundo podría nunca comprender.
Claro, mis padres y Ryan eran de apoyo y simpáticos, pero nunca
podrían realmente comprender lo que estaba atravesando. Teddy podía.
Era mejor irse antes de que derramara todo.
—Bueno, estoy exhausta. Realmente no estoy sintiéndome bien en el
club esta noche. Creo que necesito algún descanso.
—De acuerdo, nena —dijo Ryan, besando mi sien suavemente—. Vamos
de regreso a mi habitación. Sean estará fuera por un rato,
probablemente. Haré una taza de Té Mágico y dejaré que caigas
dormida con alguna película ñoña de chica.
Sonreí de oreja a oreja.
—Suena como el cielo —dije, a través de un bostezo. Mi cuerpo estaba
relajándose sólo a la propuesta de algún tiempo tranquilo con Ryan.
Ryan se empujó a sí mismo de pie y enlazó sus brazos a través de los
míos. Cuando Teddy no se movió, mire atrás a él.
—¿Quieres un aventón a casa? ¿En qué dormitorio vives, de todas
formas?
No comprendí la mirada en su rostro hasta que sus ojos se desplazaron
a mi mano en la de Ryan. Se forzó a sí mismo a encontrar mi mirada y
luego de alguna forma se las arregló para dar una pequeña sonrisa.
—Ustedes chicos, adelántense. Creo que voy a pasar el rato un poco.
Todo lo que pude hacer fue asentir. El enamoramiento de Teddy por mí
había sido lindo hasta ese momento. Ahora era sólo un corazón roto. Él
144
bromeaba sobre gustarme, pero el anhelo en sus ojos justo entonces no
era divertido. Me sentí horrible por él, pero allí no había absolutamente
nada que pudiera hacer. Mi corazón era de Ryan. Siempre y para
siempre.
Ryan le dio a mi mano un suave tirón. Pude decir que estaba
sintiéndose tan mal por Teddy como yo lo estaba. Con nada, nada para
decir, le di a Teddy una sonrisa de disculpa y nos fuimos sin otra
palabra.
—Argh —gemí una vez que Ryan y yo estábamos de camino de regreso
al dormitorio de Ryan—. Eso apestó. Me siento horrible.
—Bienvenida a mi mundo —dijo Ryan con una mueca.
Debería hacer sido divertido, pero no lo era. Tristemente, Ryan no
estaba siendo coqueto. Él sólo estaba diciendo la verdad. Demasiadas
chicas han estado en los zapatos de Teddy, languideciendo detrás de
Ryan sin una oportunidad en el mundo de que sus sentimientos sean
correspondidos.
—Tal vez puede cambiar su interés —dije—. Podría presentarlo a mis
padres. Si ellos supieran que él gusta de mí, lo tomarían bajo sus alas.
Mi mamá probablemente no oficialmente lo adoptaría en la familia.
Luego tal vez él será capaz de verme diferente. Como sólo un amigo o
una hermana o algo.
—Pero tendrías que decirle sobre tus poderes.
Nivelé a Ryan con una mirada severa.
—Voy a tener que decirle. Y pronto, Visticorp es un problema.
—Sí, pero son un problema para ti, también. Tenemos que hacer algo
sobre ellos de todas formas. Si podemos detenerlos de venir detrás de ti,
entonces no van a ser capaces de venir detrás de él tampoco, y él nunca
tendrá que saber que cualquier cosa estaba siquiera mal.
—Ryan —suspiré—. Quiero decirle. ¿No lo entiendes? Él me agrada.
—Lo que es exactamente por lo que no confío en él. ¿No crees que es
una muy gran coincidencia que las únicas dos personas en el mundo
con súper poderes sólo acaban de conocerse al azar?
—No creo que podamos realmente asumir que Teddy y yo seamos los
únicos. Sí, allí estamos dos de nosotros, entonces allí pueden estar
otros.
—Aún así —discutió Ryan—. Incluso si hay cien personas como tú o
mil… que parece imposible… fuera de las seis mil millones de personas
en el mundo, ¿tú terminas yendo a la misma universidad como otro? No
lo creo.
—¿Qué? ¿Estás diciendo, que nuestro encuentro no fue una
casualidad? Eso es imposible… a menos que él supiera sobre mí y 145
viniera buscándome.
Ryan hizo un rostro, como si dijera que ese era exactamente su punto.
—Divertido, él se mostró justo a la misma vez que los chicos de
Visticorp —dice.
Nunca pensé sobre ello de esa forma. Repentinamente, mi mente corrió
con un millón de posibilidades. No me gustó ninguna de ellas.
Quería decirle a Teddy todo, pero Ryan estaba en lo cierto. No podemos
confiar en él aún. Y desde que no iba a compartir mi secreto con él en
ningún momento pronto, no podía preguntarle ninguna pregunta que
podría ayudarme a averiguar si nuestro encuentro había sido realmente
una casualidad… si él realmente no tenía ninguna pista de quién era y
de lo que era capaz. Mi única opción por ahora era mantener un ojo
cerca de él y aprender todo que lo pudiera sobre él.
—Tienes razón —concedí.
Ryan sonrió.
—¿Cuándo no?
—Estás tan seguro de ti mismo.
Su sonrisa creció más abierta.
—Sólo estaba estableciendo un hecho.
—De acuerdo, ego maníaco… oye, tal vez eso debería ser mi apodo para
ti.
—Apodo cariñoso, Jamie. Se supone que sea algo romántico.
—Lo que sea, Capitán Pantalones llenos de energía. Estamos hablando
sobre Teddy. ¿Cómo vamos a averiguar más sobre él?
—Fácil.
Supe lo que iba a decir antes de que lo dijera.
Asentí, estando de acuerdo con él, pero aún así suspiré.
—Es tiempo de visitar a Carter de nuevo.
146
»Capitulo 15
Traducido por Jhos
Corregido por Fer_rdn
Estaba sentada en los escalones de su edificio con un Coney dog y una
coca cola, cuando Carter finalmente decidió terminar de trabajar por el
día. Como el hombre sigiloso que era, no lo escuché hasta que estaba
justo detrás de mí.
—¿Qué estás haciendo aquí, Jamielynn?
Casi salté fuera de mi piel y me las arreglé para derramar un poco de mi
soda en mi camisa.
—¡Muchas gracias, Carter! —espeté—. Acabo de comprar esta camisa.
—Hice un poco de compras desde que estaba en Nueva York. La camisa
era linda y me había costado una pequeña fortuna.
147
Carter… quien groseramente no se ofreció a pagar por mi lavado en
seco… sacudió su cabeza, decepcionado.
—Todavía tan fácil de acercarse sigilosamente.
—Tengo un montón en mi mente —discutí—. Y además, no estaba
escuchándote.
Carter rodó sus ojos y le saqué mi lengua. Nuestra relación no era la
más madura que he tenido. Para él tampoco lo era, probablemente.
—Puedo decirte cuanto amo esas pequeñas visitas sorpresas tuyas. —Si
su voz hubiera sido más seca, habría estado tosiendo arena.
Sonriéndole, levanté el Coney dog en mi mano.
—Au, anímate. Te traje la cena.
Carter miró al Coney dog y frunció el ceño.
—Eso está medio comido.
—Sip, bueno, tuve hambre esperando por ti. Son después de las nueve
de la noche de un sábado. Cuál es el asunto, ¿no hay una dama
especial en tu vida? Otra además de mí, por supuesto.
La mirada que conseguí por eso, totalmente hizo valer la pena este viaje.
—No pierdas la esperanza —bromeé—. Quiero decir, allí fuera debe
haber alguien dispuesto a salir con un gruñón, cínico, grosero,
sarcástico solitario.
Carter bufó.
—¿Otro como tu novio?”
Touché.
—¿Te resulta tan inquietante como a mí que tengamos tanto en común?
—pregunté.
—Encuentro inquietante que no pueda, al parecer, librarme de ti
aunque me mude cerca de tres mil millas de distancia.
Carter sopesó una bolsa mensajera de uno de sus hombros al otro y
comenzó a caminar por la calle. Rápidamente igualé su paso.
—Apestas, Carter. ¿Qué sería tu vida sin mí en ella?
—Pacifica —gruñó Carter.
Me reí y luego traje mi delicioso chili y cebolla que cubrían el Coney dog
a mi boca. Antes de que pudiera tomar otro bocado, desapareció de mi
mano. Observé incrédulamente como Carter tomaba un gran mordisco.
Una vez su boca estuvo limpia, observó mi mandíbula floja y juro que
vi uno de sus labios retorcerse. Pero él no podía posiblemente retener
una sonrisa. No a mi costa.
Carter y yo no éramos amigos. Nunca seriamos amigos. No me gustaba
él. En absoluto.
148
—¿Qué quieres, Jamielynn? ¿Por qué estas adulándome con perros
calientes con chili?
—No lo estaba. Esa era mi cena. —Carter rio y terminó lo último de mi
Coney dog—. Todavía quieres algo.
—Correcto, bien. Necesito tu ayuda. De nuevo.
El momentáneo humor de diversión que había existido entre nosotros
se desvaneció y Carter suspiró.
—No soy tu propio buscador personal, Jamie.
—Sé eso. ¿Crees que estaría aquí, asociándome con un reportero?
—Periodista —corrigió Carter, molesto.
—Bien, periodista… ¿si pudiera conseguir las respuestas de Google?
Deberías estar halagado que pienso lo suficientemente alto de tus
habilidades para pedir por tu ayuda.
—Por favor. Sólo soy el único en el que puedes confiar.
—Lo sé. —Fue mi turno de suspirar—. Ryan y yo estamos apreciando la
ironía de eso después de mi última visita a Nueva York. Pero de todas
formas, aquí está la cosa. ¿El chico en la foto que te traje? Su nombre
es Charlie Murphy. Trabaja para Visticorp como un chico quien va a
estudiar personas para ver si serian buenos candidatos para las
investigaciones de Visticorp.
Carter no estaba asombrado aun. Tomó dos pasos más antes que me
diera cuenta que no estaba caminando conmigo.
—¿Cómo supiste eso? —preguntó—. Traté todo y no pude encontrarlo.
—Tengo mis recursos también, ya sabes. Como dije… ¿crees que estaría
aquí si tuviera otras opciones? Eres un último recurso, Carter. Siempre.
Carter se burló.
—Mira, anoche uno de los compañeros de Murphy trató de sedarme y
llevarme a su laboratorio secreto. No es genial. Estoy sin opciones,
aparte de ir toda chica homicida en cualquiera que venga cerca de mí.
Necesito saber todo lo que pueda sobre Visticorp, así pueda averiguar
una manera de ponerlos fuera de mi espalda. Dónde están. Diseños de
construcciones. Registros financieros. Historial de empleados. Quién
está a cargo. Qué tipo de “sujetos” están buscando. Y más importante,
cualquier cosa que puedas averiguar sobre Sujeto 4281… alias moi.
Necesito saber lo que saben sobre mí, y quién… si hay alguien… ha
hablado. Necesito saber qué teorías tienen, qué quieren conmigo… todo.
Luego voy a utilizar esa información para destruirlos.
Carter se quedó allí por un minuto, sólo mirándome. Luego me di
cuenta que mi collar estaba brillando. Probablemente mis ojos también,
considerando la forma que Carter estaba jadeando 149
—Lo siento. —Tomé un respiro—. Realmente me molestaron anoche.
—Sí, puedo ver eso. Y ahora desafío tu ira y te molesto incluso más. No
voy a ayudarte, Jamie.
—¿Disculpa? —Tuve que haber escuchado mal.
—No voy a investigar a Visticorp.
—Pero… ¿pero por qué?
¿Recuerdas esa parte sobre Carter trayendo fuera la inmadurez en mí?
Estaba a un pisotón lejos de lanzar un completo berrinche.
—Porque valoro mi vida, y las personas que cavan demasiado en
Visticorp tienden a desaparecer.
—¡Eso es exactamente el porqué deberías ayudarme a hacer eso! No soy
sólo nadie, Carter. Si alguien tratada meterse contigo, ellos tiene que
tratar conmigo. Realmente, realmente odio admitir esto, pero hacemos
un asombroso equipo. Juntos, tú y yo podemos derrotarlos.
Carter levantó una de sus cejas con diversión.
—El súper héroe y el reportero, ¿trabajando juntos?
—¿Ey, hola? ¿Siquiera has escuchado de Clark Kent y Lois Lane? Cada
súper héroe necesita su fiel compañero. Los pequeños reporteros
comadrejas con inagotable curiosidad son el mejor tipo. Toma en cuenta
tu moral floja y eres un compinche de oro.
De acuerdo, tal vez en lo referente a él como mi compañero no era el
mejor acercamiento. Él pareció bastante disgustado a la propuesta.
Pero aún pienso que iría con ello. Él era así. No tiene miedo del peligro o
poner en sus manos un poco de suciedad, y él hace cualquier cosa por
una traer abajo una enorme, respetable compañía como Visticorp…
quien era responsable por unos cuantos incontables premios Nobel… y
exponiéndolos de cosas como secuestro y experimentación en, ¿seres
humanos? De ninguna manera Carter pasaría de esta oportunidad.
—Pasaré, gracias.
De acuerdo, él tal vez consideraría decir no.
—Ve a casa, Jamie. No voy a hacerlo.
—Pero…
—Dije no.
Cerré mi boca, sorprendida de cuan serio estaba. Cuando vio mi
confusión, sintió lástima por mí.
—Sobre lo que estás hablando es una misión suicida. Incluso para ti.
He pasado demasiados años tratando de mantenerte a salvo de esas
personas sólo para ayudarte a caminar justo dentro de sus brazos.
Puedes olvidarlo. Incluso yo, con mis morales relajes e inagotable
150
curiosidad, tengo límites.
Me quedé allí, viendo a la espalda de Carter mientras se alejaba de mí.
—¡Bien! —grité detrás de él—. ¿Podrías al menos correr una verificación
de antecedentes para mí? ¿De alguien no conectado a Visticorp?
Carter lentamente se giró.
—¿Quién?
—Un chico llamado Teodoro Vivenzio. Nacido en Roma cerca de
dieciocho a veinte años atrás.
Sonreí cuando el rostro de Carter tiró en un ceño. Su curiosidad estaba
consiguiendo lo mejor de él. Debe haber estado asustado de Visticorp,
pero no podía resistirme tomando un interés en alguien.
—¿Por qué? —preguntó—. ¿Quién es él?
—Sólo alguien en quien no confió… todavía. —Le sonreí a Carter—. Eso
es donde tú entras.
Carter cruzó sus brazos sobre su pecho.
—¿Qué hay en ello para mí? Tú eres toda favores, Jamielynn.
Maldije internamente. Sabía que él estaba consiguiéndolo. Cualquier
cosa por una historia…
Tonta.
—Bien. Todo lo que puedas desenterrar en la vida de Teodoro Vivenzio y
tendrás tú mismo una entrevista exclusiva con el Angel de Chelsea.
Carter se enderezó a su altura completa.
—En cámara —demandó—. No una historia escrita. Y quiero una
demostración de tus poderes.
Apreté mis manos en apretados puños.
—No soy un programa de circo. No presiones tu suerte, Carter, o te daré
una demostración de mis poderes justo ahora.
—Sin poderes, sin información.
—Es sólo una simple verificación de antecedentes. —Carter se rio, pero
no fue con ningún humor.
—Contigo, nada es nunca sólo un simple cualquier cosa. Sé que allí va
a estar algo que no estás diciéndome.
Que es porque sabía que miraría a Teddy después de que me habia ido,
lo que sea, estuve de acuerdo a una entrevista o no.
—No puedo dar una demostración de todos mis poderes en cámara. No
quiero que las personas sepan exactamente de lo que soy capaz. ¿Darle
al mundo esa información? Ahora eso sería suicida. 151
Carter me miró fijamente. Tenía razón, y él lo sabía.
—Teodoro Vivenzio. De Roma, Italia. Dame lo que quiero saber y
conseguirás tu entrevista… en cámara… pero sin la presentación de
fenómenos. Es tu llamada. Tengo mi número.
Me fui sin esperar por una respuesta. Sabía que él eventualmente lo
haría.
***
Habían sido después de las nueve en Nueva York, pero cuando fui a
casa en California eran sólo las seis y media y el sol estaba apenas
poniéndose. Quise llamar a Ryan y decirle sobre mi visita con Carter,
pero él estaba fuera con su mamá y padrastro en alguna función
elegante y no sería capaz de hablarme hasta que hubiera terminado.
Becky estaba fuera con su equipo de animadores por la noche, también.
Ella me invitó a ir, pero había estado absorbida en un largo y estresante
fin de semana y necesitaba una linda, moderada noche de tareas
domesticas. Mis ropas estaban comenzando a apilarse y sabía que el
cuarto de lavandería del dormitorio estaría desierto en la noche del
sábado. Una novela, una lata de Pringles con el tiempo de calma de
una lavadora sonaba como el cielo.
Acababa de cambiarme en un par de sudaderas y lanzado mi cabello
arriba en una descuidada cola de caballo cuando alguien golpeó en mi
puerta. No estaba esperando a nadie, y mi energía respondió
instintivamente. ¿Habría venido Visticorp de nuevo por mí tan pronto?
¿Serían tan audaces como para venir justo a mi puerta?
—¿Quién es? —grité cautelosamente.
—Es Teddy. Habría llamado primero, pero aun no me has dado tu
número.
El reproche en su voz era cómico y puso una sonrisa en mi rostro.
Dejando ir mi energía, abrí la puerta.
—Eres un hacker de computadora. No me digas que no has dado con mi
correo electrónico, Facebook, y dirección de casa.
Teddy se rio.
—Culpable. Pero al menos tengo que tratar de mantener las
pretensiones de no ser un acosador, ¿cierto? ¿Puedo entrar?
—Puedes. Tú y yo necesitamos hablar.
Teddy se dejó caer en mi cama con un ceño.
—¿Por qué eso suena como que soy un problema?”
—Porque lo eres —dije cuando comencé a recoger mi ropa en mi
canasta de lavandería—. Fuiste demasiado grosero con Ryan ayer
después de que me prometiste que te comportarías. 152
—¡Oh, vamos, Jamie! —gimió Teddy—. Hice esa promesa antes de que
realmente conociera a tu novio. Seriamente no pude evitarlo. Me mató
verte desperdiciándote a ti misma con él. El tipo es tan… tan… —No
pudo pensar en una palabra, así que gimió de nuevo—. De acuerdo,
¿qué tengo que hacer para conseguir que lo botes y me des una
oportunidad? Cualquier cosa. Nombra tus términos.
Debería haber estado molesta con esta conversación, pero no pude
estarlo cuando me mantenía riendo.
—Nunca va a pasar, Teddy. Pero si sigues actuando como lo hiciste
anoche no voy a detenerlos cuando finalmente decida golpearte en el
rostro.
Cuando puse mi canasta de lavandería llena abajo sobre mi cama, uno
de mis sostenes flotando arriba desde mi piso y colgaban en frente de
mi rostro. Le di a Teddy una mirada seca y él me lanzó una sonrisa
maliciosa.
—Perdiste uno.
Rodé mis ojos mientas cogí el sostén fuera del aire y lo lancé encima de
la pila.
—Si realmente necesitas demostrarlo, podrías al menos hacerte útil y
agarrar el detergente fuera del armario por mí.
La sonrisa de Teddy se dobló de tamaño y pronto mi jabón de
lavandería estaba descansando encima de mis ropas sucias.
—Gracias.
—Mi placer. —Teddy se calmó por un minuto, perdido en sus propios
pensamientos, y luego me sonrió de nuevo—. Es bastante genial ser
capaz de utilizar mis poderes enfrente de ti. Odio tener que ocultarlo de
todo el mundo. Estoy contento que no pienses que soy algún tipo de
fenómeno.
—¿Quién dijo que no? —bromeé, pero luego vi la mirada en su rostro y
dejé de jugar. Me senté junto a él y suspiré—. Por supuesto que no
pienso que eres un fenómeno.
No puedo creer que estaba teniendo una conversación como esta. Había
tenido esta conversación un millón de veces antes, pero siempre había
estado en el lado de Teddy. Ahora estaba interpretando la parte de
Ryan. Era interesante de ver las cosas desde la perspectiva de Ryan por
una vez. Mirando a Teddy, no vi nada que igualara a monstruoso. Si
cualquier cosa, él era especial por causa de sus poderes. Ryan había
dicho eso un millón de veces, pero nunca completamente le creí hasta
este momento.
—Tus poderes te hacen diferente —dije, tomando prestado uno de los
viejos discursos de Ryan—. Pero eso no tiene que significar “fenómeno”. 153
Tal vez significa que eres especial.
—Gracias. —Los labios de Teddy se arquearon en una pequeña sonrisa,
pero parecía triste. Mantuvo su mirada pegada en el brillo en las
estrellas oscuras que algún pasado residente había pegado en la techo
sobre mi cama.
Las cosas se pusieron bastante tranquilas cuando Teddy se perdió a sí
mismo en su pensamiento. Parecía tan hosco de repente que mi corazón
dolía por él. Conozco la mirada de necesidad de alguien para hablar. He
tenido a Ryan por un año ahora para descargar todos mis asuntos, pero
Teddy no parecía tener a nadie.
Me acosté hacia atrás en la cama junto a él y miré arriba al techo.
—Es difícil, ¿no es así? —pregunté suavemente—. ¿Tener que mantener
tal gran secreto y sentir como si no hay nadie más allí afuera que
realmente sepa lo que estás atravesando?
Los ojos de Teddy fueron a la deriva cerrados.
—Es solitario. Toda mi vida he deseado que alguien estuviera allí afuera
como yo, deseaba no estar solo.
—No estás solo —susurré antes de que pudiera detenerme.
Teddy abrió sus ojos y deslizó su mirada hacia mí. Su rostro era
neutral, pero no pudo ocultar su esperanza.
—¿No lo estoy?
Casi le dije. Casi confesé sobre todo, pero al último momento me
acobardé y dije:
—Seguro. El Ángel de Chelsea tiene poderes también. Tal vez algún día
consigas conocerla.
Teddy me observó un momento bastante largo antes de girar su mirada
de regreso al techo y suspiró de nuevo.
—Tal vez.
Me sentí mal que él todavía estuviera tan decaído y traté de animarlo.
—Tal vez ella desea no ser la única tanto como tú lo haces —dije,
empujándolo suavemente en el lado con mi codo—. Podría ser tu nueva
mejor amiga y podrías tener incontables discusiones sobre qué poderes
son más geniales. Podrías luchar con un superhéroe.
Teddy finalmente rompió en una sonrisa.
—Eso sería dulce —se río, pero su risa murió rápidamente y giró su
cabeza para encararme—. ¿Por qué se siente como si me
comprendieras?
Me encogí de hombros.
—Tal vez lo hago. 154
Teddy asintió, cediendo.
—Tal vez lo haces.
Finalmente me empujé fuera de la cama y le ofrecí a Teddy una mano.
—Vamos. Esta colada no va a lavarse a sí misma. Si no tienes nada
mejor para hacer en un sábado en la noche, puedes hacerme compañía
mientras esponjo y doblo. —Entrecerré mis ojos y añadí—. Sólo mantén
tus extraños poderes mentales fuera de mi ropa interior.
Teddy se rio y luego utilizó su telequinesis para llevar la canasta de
lavandería fuera de mis manos.
—Entonces —dijo cuando bloqueé mi puerta—, siento como si
necesitaras confesar algo. Cuando mencionaste tu accidente con tu
novio anoche, dijiste que fue tu culpa, pero no entraste realmente en
detalles.
Mi estómago dio vueltas. No quiero tener esta conversación justo ahora.
Afortunadamente no tengo que hacerlo.
—Tuve curiosidad e hice una búsqueda en internet sobre ti.
Estuve sorpresivamente aliviada. No estaba asustada de que él me
buscara, pero al menos ahora no tendría que decirle yo misma.
Teddy esperó para que yo dijera algo, pero acababa de recibir un
mensaje de texto de mi mamá que decía:
—¡911 Jamie! ¡Las noticias! ¡Justo ahora!
Traté de no entrar en pánico, pero lo que sea que fuera tenía que ser
realmente malo si Mamá estaba mandándome mensajes de texto y en
realidad quería enviarme fuera en una misión del Angel de Chelsea.
—¿Todo está bien? —La voz suave de Teddy me sorprendió.
—Sip —dije, metiendo el teléfono que él estaba sutilmente tratando de
leer—. No lo sé. Sólo… mi mamá… crisis familiar.
No podía decirle a Teddy que esperara mientras iba a comprobar la
televisión, pero podía escuchar la televisión en el vestíbulo de mi
dormitorio reproduciendo algo “Noticias de última hora,” así que seguí
caminando.
En un intento para mantener la calma, recogí nuestra conversación de
nuevo.
—De acuerdo, déjame entenderlo. Sé lo que conseguiste cuando
googleaste Jamie Baker, y tú, con todo y tus taimadas habilidades de
hacker, probablemente escavaste un montón más que eso.
Teddy todavía parecía preocupado por mí, pero me las arreglé para
colocar una sonrisa tímida cuando respondió. 155
—Culpable, de nuevo.
—Bueno, debes tener algo que decir o preguntas que quieras hacer.
Todo el mundo siempre lo hace.
Teddy sonrió, pero era una sonrisa triste, llena de simpatía.
—Un montón de cosas sobre ti tiene sentido ahora, eso es todo. —
Quería saber qué cosas, pero no pregunté—. También sólo quería decir
que has estado a través de un montón de cosas, y sabes que sé lo que
es. Pareces como si hubieras estado estresada las últimas semanas. Sé
que tienes a Ryan, pero sólo quería que supieras que si incluso
necesitas a alguien para hablar, estoy aquí también.
No estaba segura de cómo responder, así que no lo hice. Estaba
agradecida por una interrupción cuando alcanzamos el vestíbulo de mi
edificio y nos encontramos con una enorme multitud que se reunía
alrededor de la televisión. Al menos, lo estaba hasta que me di cuenta
sobre lo que las noticias de última hora trataban.
Allí estaba un hombre de pie en el techo de un edificio de diez pisos,
había esposado a una niña aterrorizada. Él estaba gritando y ondeando
un arma frenéticamente, halando a la chica alrededor como si
amenazara con lanzarlos a ambos sobre el borde.
Mi madre me mensajeó de nuevo, con un mensaje sonando tan frenético
como su primero.
Agarré mi bolso, no segura de que hacer. Mi primer instinto era
conseguir bajar allí y encontrar una forma de ayudar, pero la lógica me
dijo que no había mucho que pudiera hacer. Pero entonces los
reporteros comenzaron a hablar y lo que decían me dejó sin elección. El
hombre en el techo estaba demandando que el Angel de Chelsea llegara
a él o de lo contrario iba a saltar, llevando a su hijastra de diez años de
edad con él.
Mi sangre se congeló en mis venas. Lo que sea que fuesen los asuntos
del hombre con El Angel de Chelsea, la vida de esa pequeña niña estaba
en peligro por mi causa. No debía haber sido técnicamente mi culpa,
pero al igual que otras veces en mi vida… la muerte de Derek, el
secuestro de Ryan, la inhabilidad de Mike para caminar… el sufrimiento
de esa niña era un resultado de mis acciones.
No me di cuenta de cuan exaltada estaba esta que mi collar se iluminó.
Rápidamente traté de ponerme a mí misma en control, pero no fue lo
suficientemente rápido. Teddy estaba observándome bastante
cercanamente.
—¿Segura que estas bien? —preguntó.
Me di cuenta que tenía lágrimas en mis ojos, mi cuerpo entero estaba
temblando, y probablemente parecía lo suficientemente molesta para
asustar a Hitler. Fui afortunada de que mis ojos no estuvieran 156
brillando.
No le ofrecí ninguna explicación por mi repentino cambio de humor o el
hecho que estaba dejándolo botado. No podía pensar en una, y
francamente, no tenía tiempo. Simplemente dije:
—Tengo que irme —Y despegué.
»Capitulo 16
Traducido por Stheffy
Corregido por 1Inna
Fue fácil irme, pero una vez que llegué allí me di cuenta de exactamente
qué tan jodida estaba. Había gente por todas partes —los medios, la
policía, el servicio de bomberos y rescate, espectadores curiosos. Hasta
el SWAT estaba ahí con un negociador de rehenes. No había manera de
que fuera capaz de detener a ese sujeto sin tener que lidiar con la
policía o ser captada por las cámaras. Hasta ahora la gente había
hablado de mí, pero nadie había logrado una foto. Ahora iba a tener que
subir a ese techo y realmente, trabajar con la policía. Iba a estar tan
expuesta.
Y tan jodida.
157
Oh, bueno. ¿Qué iba a hacer?, ¿no aparecer?
Inspiré profundamente para prepararme, y luego me súper escabullí por
entre la multitud. Tal vez debería haber notificado mi presencia a las
barreras policiales en vez de lanzarme contra el techo y enviar a la
multitud de policías en pánico. Casi consigo que me dispararan cuando
la puerta de acceso al techo se cerró de golpe tras de mí.
— ¡Guau, guau, guau! ¡Cálmense! —dije, sosteniendo mis manos en
señal de rendición cuando me encontré un pequeño ejército de pistolas
apuntando a mi cabeza—. Pensé que era la invitada de honor en esta
fiesta.
Les tomó un minuto registrar a quién estaban mirando. Ni uno solo de
ellos estaba seguro de cómo reaccionar. Mantuvieron sus armas
apuntando hacia mí, pero vi a todos sus ojos dirigirse hacia el hombre a
cargo. Él también se dio cuenta de sus miradas y se obligó a decir algo.
— ¿Cómo subiste hasta aquí?
Fue difícil no rodar mis ojos. Había cosas más importantes de las que
preocuparse.
—Subí las escaleras. ¿Quieren bajar las armas, así puedo detener a éste
cretino de matar a una niña inocente?
—Oh, no. No lo hará señorita. ¡Tiene que responder a un montón de
preguntas!
—¿Cómo cuáles? ¿Es un crimen ayudar a salir a ancianos de una casa
ardiendo o salvar a un par de imbéciles de ahogarse?
—¿Qué hay sobre interferir en asuntos policiales y dejar la escena del
crimen, para empezar?
No sé si había dicho esto antes, pero no tengo el mejor récord de actuar
bien con la policía. No había tenido las mejores experiencias con ellos, y
en verdad no respondía bien cuando me trataban con mano dura.
—Bueno, estoy segura de que pueden entender mi necesidad a
anonimato —dije, incapaz de reprimir mi sarcasmo.
—No puede continuar haciendo lo que hace.
—Oh, sí, porque soy el tipo malo aquí. No se preocupe por el hombre
que está amenazando con tirar a una niña pequeña de un edificio de
diez pisos.
—¡No está sobre la ley! Es peligrosa, y no tiene asuntos aquí.
Eso fue todo, dejé ir el control de mi energía. Tiendo a hacer eso cuando
las personas me molestan mucho. Mis manos se convirtieron en puños
apretados en mis lados y cerré los ojos. Cuando los abrí de nuevo sabía
que brillaban en un amarillo espeluznante. Mi cabello también comenzó
a azotarse alrededor de mi cabeza como siempre, como si estuviera de 158
pie en un torbellino.
Hubo un suspiro colectivo y todo el mundo pareció dar un paso atrás.
Tomé una respiración profunda y me calmé lo suficiente para que mi
cabello se asentara.
—Mira, ese chiflado está pidiendo por mí. Estoy dispuesta a trabajar
contigo en este momento para poner a esa niña a salvo. ¿Quieres mi
ayuda o no?
Esperé a que dijera que no. Seguramente estaba por hacerlo, pero otro
hombre saltó en frente de él antes de que pudiera contestarme.
—Sí —dijo el hombre en voz baja. Llevaba un chaleco antibalas y una
chaqueta azul marino que decía negociador. Me miró a los ojos con
intensidad—. Te necesitamos.
Bien. Por lo menos alguien reconocía lo que estaba pasando.
—No puedo garantizar su seguridad. —El policía gruñón murmuró.
Me encogí de hombros.
—No puedo garantizar la tuya tampoco, y aquí estás.
—Eso es diferente.
—Sip, probablemente estoy mejor equipada para manejarlo.
El negociador me miró con curiosidad.
—¿Puedes volar?
Había preguntado en serio, así que respondí con sinceridad.
—No.
—¿A prueba de balas? —preguntó, esperanzado.
—Sé que puedo aguantar la paliza más severa que la mayoría de la
gente no sobreviviría, pero mi novio piensa que si puedo cortarme con
papel o rasparme las rodillas, entonces no soy completamente
invencible. Él es bastante bueno con las teorías, por lo cual voy a
permanecer en el lado seguro y asumir que las balas pueden matarme.
Mientras el inspector “Cranky Pants” 7 parecía insultantemente
asombrado de que tuviera un novio, el Señor Negociador de Rehenes se
quitó su chaleco antibalas y me lo entregó. Negué con la cabeza.
—Gracias por la idea, pero creo que estaré mejor sin eso.
—Pero acabas de decir que no eres antibalas.
—Sip, pero él no sabe eso. —Moví la mano en dirección a la cornisa en
donde el loco estaba causando todos los problemas—. No hay necesidad
de inclinar mi mano. Además, hay algo inquietante en la idea de una
chica eléctricamente cargada envuelta en un chaleco de metal. Quiero
ayudar a esa niña, no freírla. 159
El hombre estaba apenado, pero se las arregló para bajar el chaleco y
me entregó algo más.
—Micrófono y auricular —explicó—. Si va allí fuera tiene que hacer
exactamente lo que le diga, ¿está bien? Sé que es una chica muy
especial, pero no está entrenada para lidiar con hombres como él.
Me miró como si esperara que discutiera y parpadeó un par de veces
cuando le tendí la mano. Me tendió el cable, pero le devolví el auricular.
—No puedo tener eso en mi oído. Sólo hable conmigo. Lo escucharé.
Después de sujetar el micrófono a mi ropa, me volví al negociador para
encontrarlo observándome con una expresión de asombro.
—¿Señorita? —preguntó—. ¿Cómo consiguió estar así?
Me encogí de hombros, sin querer pensar en el peor momento de mi
vida allí mismo.
—Esa es una historia para otro día. —Me cacheé—. ¿Está ésta cosa
encendida? ¿Puede oírme?
El hombre asintió.
—De acuerdo entonces. Creo que estamos listos. ¿Dónde está él?
El mar de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley despejó una
vía revelando un pequeño tramo de escaleras que conducía a la parte
7 Pantalones irritados
más alta del techo. Se quedaron en silencio mientras los pasaba, sus
miradas siguiéndome con admiración.
Me retorcía bajo sus miradas. Nunca me había gustado conseguir ese
tipo de atención.
Siempre había visto mis poderes como una maldición, algo que me
convertía en un bicho raro. Ryan fue el primero en mostrarme su lado
positivo, pero aún tenía un momento difícil con la idea de la gente
aceptándome de la manera en que soy. Estas personas me estaban
mirando como si fuera alguna especie de dios.
Cuadré los hombros y miré al frente, conteniendo la respiración, mi
cara fijada con determinación. Justo antes de llegar a la parte delantera
de la barricada, sentí una mano caer sobre mi hombro.
—¿Señorita? —Uno de los agentes había dado un paso adelante, con
sus ojos brillando con una capa de lágrimas—. Tengo un hijo de la
misma edad de la pequeña que encontró en Tennessee. —Su voz se
rompió y se volvió a mirar a todos sus compañeros—. La mayoría de
nosotros pensamos que lo que está haciendo es increíble. Gracias por
venir. 160
—No me agradezcan todavía. Esa niña aún está allí afuera en peligro.
—Lo va a hacer bien, Ángel.
Eso me hizo sonreír.
—Ángel. Me gusta. Gracias por no seguir con Super Baby.
El hombre se echó a reír, compartiendo una sonrisa real conmigo por
un segundo. Me aparté de su agarre y comencé a alejarme, pero luego
me detuve.
—Oh, ¿y sólo para una referencia futura? Es posible que quiera correr
la voz de que es mejor no tocarme cuando no lo estoy esperando. No
siempre es seguro.
Le di al hombre una sonrisa peligrosa y dejé que mi energía fluyera con
tanta fuerza que los pelos de sus brazos se erizaron a pesar de que ya
no me estaba tocando. Abrió su boca y dio un paso atrás, no
necesariamente asustado de mí, tan sólo asombrado por la intensidad
de mis brillantes ojos, y lo suficientemente inteligente como para ver el
peligro que presentaba.
La próxima cosa que supe fue que estaba en la mitad del camino en la
tierra de nadie entre los policías y el loco de la cornisa.
—De acuerdo, Ángel. —Escuché decir al negociador en una voz baja y
calmada. Al parecer le había gustado el apodo que el policía me había
puesto—. Acércate muy lentamente con las manos a en plena vista.
Trata de parecer calmada y no muestres ningún temor cuando te dirijas
a él.
Miré detrás de mí. El negociador se había abierto paso hasta el frente de
la barricada, esperando a ver si en verdad podía oírle. Le di un gesto de
comprensión y luego volví mi atención hacia el hombre en la cornisa.
—¡Oye!
El hombre se dio vuelta, un poco sorprendido, y tiró de la niña aún más
cerca de él. Presionó la pistola contra el lateral de su cabeza y ella lanzó
una nueva ronda de sollozos.
Aspiré en busca de aire. Quería hacer trizas a este hombre por lo que
estaba haciendo.
—Tranquila, Ángel —dijo el negociador detrás de mí—. Tienes que
mantener la calma. Intente actuar como si estuviera de su lado. Déjale
saber que entiendes que él tiene el control de la situación.
¿Quería realmente que mimara a este imbécil? ¿Qué batiera mis
pestañas, y dijera por favor?
Quise hacerlo. En serio, lo intenté. Realmente lo hice. Pero cuando abrí
la boca lo que salió fue:
—Estoy aquí, maldito imbécil. ¿Por qué no dejas ir a la niña y
161
conversamos?
—¡Cállate! —me gritó—. ¡No puedes decirme qué hacer! ¿Piensas que
eres mucho mejor que yo? ¿Alguna clase de ángel?
Me burlé.
—Nunca pedí ser un ángel, pero viendo que no soy yo la que pone en
peligro la vida de una niña inocente, sip, definitivamente pienso que soy
mejor que tú.
—¿Qué te da el derecho a jugar con las vidas de las personas?
—No estoy jugando con ellas. Las estoy salvando.
El hombre irrumpió en sollozos desesperados y gritó:
—¡No salvaste a mi hijo! ¡Tan sólo tenía tres años! ¡Él necesitaba tu
ayuda, pero no lo salvaste!
Sentí como si me hubieran abofeteado. Esta fue la última cosa que me
estaba esperando, y no tenía idea de cómo responder.
—Siento mucho lo de tu hijo.
—¿Lo sientes? —gritó el hombre—. ¡Mi hijo está muerto! ¡Un niño
inocente! No pudiste ayudarlo, ¿pero vienes a ayudar a esta mocosa?
Sacudió a la aterrorizada niña en sus brazos y accidentalmente exploté
todos los equipos electrónicos de la zona. También volé mi collar de
nuevo, maldita sea.
—¿Dónde estabas la mañana en que mi hijo se estaba ahogando en la
piscina del vecino?
Me sentí mal por su hijo, pero seriamente, estaba empezando a
molestarme. Sólo tenía un minuto o dos más de charla antes de que me
diera por vencida y fuera Super Jamie sobre su trasero.
—No sabía lo de tu hijo —dije con los dientes apretados—. No tengo
algún mágico, psíquico poder mental que me diga cuándo alguien está
en problemas. ¿Dónde estabas tú cuando tu hijo necesitaba ayuda?
—¡Estaba en el sofá, inconsciente y borracho! —Soltó la niña—. ¡Es
donde siempre está!
—¡Cállate, tú pedazo inútil de basura! ¡Tú eras la que se suponía debía
estar vigilándolo! ¡Es culpa tuya que esté muerto!
Comenzó a sacudir a la niña de nuevo y eso fue todo. Tenía que hacer
algo. Si sólo pudiera conseguir que él moviera el arma de la cabeza de la
pequeña, podría moverme lo suficientemente rápido para derribarlo
antes de que tuviera la oportunidad de disparar o arrojarse del edificio.
La única forma que se me ocurrió fue darle algo más a lo que apuntar
que no fuese su hija.
—¡Oye, idiota! —grité—. Tengo noticias para ti. Eres la razón de que tu 162
hijo esté muerto, y si no dejas ir a tu hija en este momento estarás
uniéndote con él en el otro lado.
Esperé a que volviera el arma contra mí, pero la mantuvo pegada a la
cien de la niña. Pude escuchar las preguntas y órdenes frenéticas del
negociador, pero las ignoré. Esto tenía que terminar.
—Esta basura no es mía. —El hombre se burló de mí—. Esta es la hija
de mi puta mujer. Nunca la quise, y ella dejó morir a mi hijo. Si te
acercas más, la mataré. Nos mataré a ambos. ¡Juro que lo haré!
Dio un pequeño paso hacia atrás, llevándose a sí mismo tan cerca del
borde como pudo y aun así manteniéndose en equilibrio. Tomé una
respiración. No creía que el sujeto tuviera las agallas para realmente
hacerlo, pero, ¿y si estaba equivocada? ¿Qué si molestaba al tipo y
cumplía con sus amenazas? Estaba bastante segura de que podría
atraparlos antes de que cayeran si eso sucediera, pero ver a esa
pequeña niña tan cerca del borde hizo que me diera cuenta que no valía
la pena correr el riesgo.
—Está bien —dije alzando mis manos en señal de rendición, de la forma
en que el negociador estaba suplicándome que hiciera—. De acuerdo.
No voy a ir más cerca, y estoy apagando mis poderes.
Di un paso hacia atrás y obligué a mi energía a asentarse. El tipo
pareció ganar algo de confianza una vez que mis ojos volvieron a la
normalidad.
—Mira, realmente tú no quieres morir, ¿verdad? —pregunté, luego
señalé a la niña—. Y ella no es verdaderamente la persona a la que
intentas lastimar, ¿cierto? Si lo fuera, yo no estaría aquí.
Empujó el arma más duramente contra la cabeza de su hijastra, su
agarre en el mango se tensó tanto que sus nudillos se pusieron blancos.
Sus ojos se estrecharon en mí.
—Hay varios francotiradores apuntando a tu cabeza ahora mismo. —No
sabía si era cierto, pero sonaba bien—. La única razón por la que
todavía no te mataron es porque si mueres caerás y te llevarás a la niña
contigo. Si le disparas, eres hombre muerto.
—¿Crees que me importa? Mi hijo está muerto.
Me encogí de hombros.
—Creo que preferirías verme morir a mí en vez de a ella, y no tendrás
tiempo de matarnos a las dos.
—¡Ángel! —El negociador siseó—. ¿Qué estás haciendo? Sólo pregúntale
cuáles son sus demandas. Pregúntale cómo puedes hacer las paces con
él. Juega con su remordimiento por la muerte de su hijo. No pongas
ideas en su cabeza. Él es inestable. ¡Realmente le disparará!
—Exactamente —dije en voz baja y luego levanté la voz para dirigirme al
loco de nuevo—. Adelante, hágalo —dije—. Dispáreme. Lo merezco. Las 163
personas han sido heridas por mi culpa. Gente como tu hijo.
El arma chasqueó en mi dirección tan sólo un poco, pero no lo
suficientemente lejos de la cabeza de la niña como para hacer un
movimiento. Sin embargo, el plan estaba funcionando, así que tenía que
continuar.
—¿Sabes qué estaba haciendo la mañana en que tu hijo murió? Viendo
las repeticiones de So You Think You Can Dance8 en Internet.
Bingo. Eso totalmente lo hizo. Me llamó por un nombre totalmente
despectivo y apuntó su pistola en mi dirección. En el momento en que
actuó, despegué a toda velocidad. Antes de que siquiera tuviera tiempo
para apretar el gatillo, le arranqué el arma de las manos y tiré de él y la
pequeña a una distancia segura de la cornisa. La niña se raspó la
rodilla al caer al suelo, pero no parecía muy molesta por ello cuando
rompí las esposas por la mitad y le dije que corriera hacia la policía. No
creo que la gente se hubiera dado cuenta de lo que había pasado antes
de que la niña corriera a través del techo hacia la seguridad.
—Oiga, señor negociador, está todo despejado —dije mientras
presionaba una rodilla en la espalda del delincuente y tiraba sus manos
dolorosamente detrás de él—. Venga por este imbécil y arroje su trasero
a la cárcel por un largo tiempo.
8 So You Think You Can Dance (también abreviado como SYTYCD) es un espectáculo de
competencias de danza estadounidense
Segundos más tarde todo un equipo de chicos hizo exactamente eso.
Hubo caos por un minuto mientras arrastraban al sujeto fuera, y luego
me quedé de pie en la azotea con un pequeño puñado de policías, el
negociador, el tipo gruñón quien parecía estar a cargo de la operación, y
los helicópteros de noticias que habían estado dando vueltas,
consiguiendo tener toda la cosa filmada.
—Muy bien hecho, Ángel —dijo el negociador mientras le devolvía su
micrófono—. Gracias por cooperar.
Quería sentirme bien, pero la sensación de malestar en mis entrañas no
me había abandonado.
—Por favor, no me agradezcan. De alguna manera, todo esto es mi
culpa. Ese hombre hizo esto para tenerme.
El policía gruñón bufó, molesto de que yo hubiera tomado la
responsabilidad antes de que él pudiera restregarla en mi cara. El
negociador rodó los ojos al otro hombre y dijo:
—No puedes culparte a ti misma por las acciones de ese hombre, pero
hay mejores maneras de usar los dones que te han sido dados. Vuelve 164
conmigo a la estación. Puedo presentarte un montón de gente. Puedes
hacer mucho más bien, ayudar a muchas más personas si estuvieras
trabajando con nosotros en vez de alrededor nuestro.
El tipo parecía sincero, pero era una oferta que nunca podría aceptar.
Su cara reflejó decepción cuando sacudí mi cabeza.
—Lo siento. Si me entrego, quién sabe lo que podría sucederme. El
Gobierno tal vez me encierre porque estén asustados de mi poder, o
tratarían de estudiarme.
—No lo harían.
Sacudí mi cabeza de nuevo.
—No puede prometerlo, y yo no puedo correr el riesgo. Sin embargo
gracias por tener fe en mí. Lamento mucho lo que sucedió hoy, pero me
tengo que ir ahora.
—Ahora, ¡espera, joven dama! —El Capitán Frunzo El Ceño Un Montón
empezó a gritar.
No estaba de humor para oír sus conferencias y amenazas hacía mí —y
ciertamente no iba a dejar que me arrestara— así que despegué. Estaba
en el campo fuera del edificio antes de que él incluso hubiera terminado
su oración.
Estaba a punto de salir corriendo, pero vi a toda la multitud de cámaras
allí y me detuve a mí misma. La gente enloqueció cuando se dio cuenta
quién estaba, de repente, parada en frente de ellos. Esperé el frenesí de
gritos y preguntas, y luego le pedí a la reportera más cercana su
micrófono.
—Sólo quiero decir una cosa —dije ignorando sus preguntas—. Esta es
la última vez que respondo a una amenaza así. Cualquiera allí fuera
que piense que poner a gente inocente en peligro es una buena manera
de llegar hasta mí, que sepa que no importa lo que hagan, no
apareceré. Policías del mundo, si alguna vez sucede de nuevo, mejor
sólo maten a los imbéciles porque no voy a ir. Los Estados Unidos no
negocian con terroristas y, de ahora en adelante, yo tampoco. —
Comencé a devolverle el micrófono a la reportera, pero no me pude
resistir a decir una última cosa—. Oh, y, ¿Super Baby? ¿En serio?
¿Ustedes chicos no pudieron ser más creativos que eso? El peor apodo
de nunca. Quédense con El Ángel de Chelsea, o inventen algo menos
idiota. Por favor. Se los estoy rogando.
Y, con esa última petición, me fui.
165
»Capitulo 17
Traducido por Ahtziri29
Corregido por Bibliotecaria70
182
»Capitulo 19
Traducido por Jhos
Corregido por Vericity
Ryan miró a la puerta por unos pocos segundo y luego se giró de nuevo
a mí con una expresión salvaje.
—Jamie, ¿qué está pasando? ¿De qué estaba hablando?
—¿Mike no te dijo qué estaba sucediendo cuando llamó? —pregunté
con cautela.
Ryan frunció el ceño.
—Dijo que tiene algo importante que decirme y preguntó si podía venir a
verlo mañana. ¿Por qué? ¿Qué sucedió? Por favor dime qué está
pasando.
¿Por qué yo? 183
Le prometí a Mike que le dejaría explicar. También le prometí a Becky
que nunca diría a nadie su secreto, pero no podía ocultarlo de Ryan
más tiempo. Además, Becky ya me odiaba ahora, así que, ¿qué
importaba? Mike estaba a punto de decirle a Ryan de todas formas, y si
él sabía la verdad Becky lo tendría a él para apoyarse ahora que nunca
iba a hablarme de nuevo.
—¿Jamie?
A la mierda.
—Mike no botó a Becky después del baile de bienvenida el año pasado.
La violó.
—¿Él qué?
Asentí.
—Lo he sabido desde antes que Becky y yo fuéramos amigas. Escuché
una conversación entre ellos dos en la escuela después de que ocurrió.
Le juré que nunca le diría a nadie.
El cuerpo entero de Ryan se hundió debajo del peso de mi declaración.
—Él… —Su voz se apagó como si no pudiera soportar la idea de ello lo
suficiente para incluso pensar las palabras.
Observé una serie de emociones descender sobre él y agarré su mano
cuando al final se estableció en una rabia asesina.
—Ryan, no. No te enojes con Mike ahora. Sólo hará las cosas peores.
Ambos se destruyeron a causa de lo que sucedió y ambos te necesitan.
—Pero él…
—Cometió un error —dije rápidamente—. Y créeme, pagó por ello. eres
el único amigo que le ha quedado y te necesita. Al menos prométeme
que hablarás con él antes de que lo des por perdido.
Pienso que si alguien excepto yo hubiera rogado por el caso de Mike,
Ryan no habría escuchado. Creo que se habría marchado directo al
centro de rehabilitación y terminado el trabajo que esa SUV había
comenzado.
—¿Realmente lo has perdonado? —preguntó con voz pequeña.
—Lo hice. Realmente necesitas hablarle, Ryan.
Ryan se sentó en silencio por unos pocos minutos más, aferrándose a
mi mano sin apretar mientras trataba de procesar todo lo que acababa
de aprender sobre sus dos mejores amigos. Al final levantó la mirada y
se encontró con mis ojos. —Nunca comprendí porque lo odiabas tanto.
—Me encogí de hombros, no segura de lo que esperaba que dijera—.
¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿Por qué finalmente has escuchado lo
que tenía que decir?
Suprimí un suspiro. Pensé que iba a tener más tiempo para prepararme 184
antes de que tuviera que sincerarme sobre Mike.
—No me dio muchas opciones. Sabe que soy el Angel de Chelsea.
—¿Qué? ¿Cómo?
—En cierto modo se lo dije, pero pensé que estaba en coma en ese
momento. Sólo estaba desahogándome y el secreto estaba fuera antes
de que me dejara saber que no estaba inconsciente.
—Mike… sabe… sobre ti…
La voz de Ryan se apagó después de cada palabra como si cada una
estuviera causándole a su cerebro un pequeño cortocircuito.
—Tú sabes, creo que estará bien. Cuando lo averiguó estaba en su
mayoría preocupado de que estaba mintiéndote. Hay un poco más en él
de lo que pensaba. Tal vez… —me encogí, no creyendo lo que estaba a
punto de admitir—, tal vez no es tan malo. —Cuando la mandíbula de
Ryan cayó en asombro, me ruboricé y giré mi atención de nuevo a mi
computadora—. Es leal a ti, de cualquier forma. Estoy segura que no va
a decir nada. Sólo ve a hablar con él mañana antes de que enloquezcas.
Lo verás.
No levanté la mirada a la que fuera la expresión que estaba en el rostro
de Ryan. Lo conocía lo suficientemente bien para ahora que podía más
o menos leerlo siempre, y esta era una de esas veces en que no quería
tener ninguna idea de lo que estaba pasando en su cabeza.
Fui de nuevo a mi investigación sobre Visticorp, dándole a Ryan un
amplio tiempo para pensar. El pobre chico probablemente lo necesitaba
después de las bombas de información que acababa de dejar caer sobre
él.
No estoy segura de cuanto tiempo pasó antes de que Ryan hablara de
nuevo, un minuto, dos, diez. Probablemente se sintió más tiempo del
que era, en especial desde que estoy bastante segura que sostuve mi
aliento todo el tiempo. No estaba segura de cual incomodo tema había
decidido enfrentar primero. Me sorprendió, sin embargo, por no sacar
ninguno de ellos.
—¿Que estás haciendo?
—Utilizando Google Earth para conseguir una mirada a los edificios
deVisticorp. No es útil que estén justo en el medio de Las Vegas. Muy
inconveniente el caso que el edificio necesite, no lo sé, una repentina
“muerte intempestiva”.
—Nena. —Ryan frotó su cabeza como si estuviera dándole un dolor de
cabeza—. ¿De qué estás hablando?
—Carter fue un definitivo inútil en la búsqueda del asunto Visticorp, así
que estoy haciéndolo por mi misma. Si no puedo encontrar ninguna 185
suciedad en ellos, entonces sólo tendré que conformarme con destruir el
lugar. Puedo hacer eso.
—Jamie, sabes que no puedes…
—Es extraño, sin embargo. —No lo dejé terminar su oración. En un
cierto momento iba a tener que hacer algo—. Estaba buscando a través
de su directorio de empleados hace poco y no vi Murphy o ningún otro
de Demakis y su equipo.
Ryan no quería jugar el juego, pero no pudo resistir la oportunidad de
hacer una nueva teoría.
—Carter dijo que era como si el chico no existiera, ¿cierto? Tal vez ellos
tienen alguna marca secreta de la compañía donde hacen todas sus
cosas ilegales. Como el gobierno tiene sus agencias secretas para la que
trabajan sus espías.
Gemí.
—¿The bourne Identity de nuevo, Ryan? ¿En serio?
Ryan sonrió. “Sabes que hacen ese tipo de cosas en la realidad.
—Es una película.
—Es una buena película. Y te gusta, también.
—Me gusta Matt Demon.
—Por favor. ¿Matt Damon es tu ideal?
—Considérate afortunado que te conocí primero.
Ryan bufó.
—Bueno, entonces tal vez deberías considerarte a ti misma afortunada
que te conocí antes de Emma Watson.
—¿Hermione? —me reí—. Imagínate. Uniforme de chica escolar, y todo.
—Umm —estuvo de acuerdo Ryan apreciativamente. Se detuvo,
pensativo, y me sonrió malvadamente—. Sabes, si realmente no quieres
darle a la cosa de la Mujer Maravilla un intento, deberías tener otras
opciones.
—¡Oh, cállate!
Riendo, balanceé mi almohada a la cabeza de Ryan, pero la atrapó y tiró
al suelo.
—¿Comenzando pelea de almohadas en clases, señorita Baker? Creo
que eso es contra las reglas escolares.
Con una de sus cejas levantadas en un perfecto arco, puso mi
computadora en el piso y luego se arrastró hacia mi sobre la cama.
Me habría reído, excepto por la repentina mirada en sus ojos que hizo
que mi estomago diese vueltas.
186
—Mejor dame mi castigo, entonces —dije, utilizando el ultimo poco de
aire en mis pulmones.
—Oh, creo que puedo ser más creativo con tu castigo que eso.
Me estremecí por el deseo tan espeso en su voz, y lancé mis brazos
alrededor de su cuello cuando me empujó sobre mi espalda.
Casi como si hubiera estado escuchando fuera de mi puerta, Teddy
eligió ese preciso momento para golpear.
—¡Jamie! ¡Abre! ¡Tenemos que hablar! ¡Ahora!
Ryan gruñó y me capturó en un acalorado beso antes de que pudiera
responder a Teddy.
—¡Jamie!
Me aparté de los labios de Ryan con un gemido.
—¡Aquí no hay nadie con ese nombre! —grité.
—¡Es importante!
—¡Lo siento! ¡Estoy ocupada pretendiendo ser una horrible colegiala
para mi novio! ¡Llámame mañana!
Teddy probó la perilla de la puerta entonces, y desde que no estaba
bloqueada vino estallando en mi habitación. Ryan saltó a sus pies, listo
para golpear a Teddy en el piso, pero Teddy extendió una mano y
congeló a Ryan en el lugar con su telekinesis.
—Ustedes chicos pueden hacer lo asqueroso más tarde —dijo,
mirándome—. Tienes un acosador.
—No bromees —gruñó Ryan.
Teddy rodó sus ojos.
—No yo. Estaba en mi camino aquí porque has estado evitando mis
llamadas todo el día.
Esto era cierto. Había estado evitándolo porque sabía que solo me
preguntaría sobre ser el Angel de Chelsea.
—Vi a cuatro tipos pasando el rato fuera en frente de tu edificio —
continuó Teddy—. Estoy bastante seguro que uno de ellos era el mismo
tipo de la disco la otra noche, y también estoy bastante seguro que
todos ellos están armados.
Ryan y yo nos tensamos.
—Me colé por la parte trasera del edificio y había mas chicos vigilando
la salida trasera. Tuve que subirme a través de la ventana del cuarto de
lavandería para advertirte. Creo que estás en peligro, Ángel. —Dijo el
nombre con amargura.
Ryan lanzó sus manos arriba en al aire con un gemido, pero yo no
estaba realmente así de molesta.
187
—Bien —dije con rodamiento de mis ojos—. Me atrapaste. Soy el Ángel
de Chelsea.
—¿Por qué sólo no me dijiste? ¿No confías en mí? ¡Jamie, somos lo
mismo! ¿Cómo pudiste no decirme después de que te expliqué mis
poderes?
—¿Realmente quieres discutir sobre esto justo ahora? —pregunté—.
¿Con un grupo completo de psicópatas científicos malvados
permaneciendo fuera listos para secuestrarnos para experimentos?
Teddy jadeó.
—¿Sabes quiénes son?
Agarré ambas, su mano y la de Ryan y me dirigí fuera de la puerta. —
Son una compañía de investigación genética y han sabido de mí desde
mi accidente. Estaba planeando explicarte todo esto pronto, ya que,
gracias a ese truco que tiraste en el callejón, estoy segura que están
detrás de ti también. Que, por cierto, podría haberlo manejado
totalmente por mí misma.
—Eso es gratitud para ti —se quejó Teddy.
—Peleen más tarde, chicos —dijo Ryan—. Teddy, ¿dijiste que entraste
por la ventana del cuarto de lavandería?
—Síp.
—¿Dónde es eso?
—Primer piso. Fuera del vestíbulo.
Mi cuarto está casi exactamente a medio camino por el pasillo en el
tercer piso de un dormitorio de cinco pisos. El pasillo es largo y estrecho
y tiene sólo dos salidas. Hay un elevador en el frente del edificio que
desemboca en la sala común y las escaleras al fondo que llevan a la
salida de incendios.
Demakis, Reynolds, y Lorenz salieron del elevador justo cuando
nosotros entramos al pasillo. Por una fracción de segundo mis ojos se
trabaron en los de Demakis, y luego caí al suelo, experimentando un
dolor que nunca había sentido antes.
Ryan estaba repentinamente agachado sobre mí, sacudiendo mis
hombros ligeramente.
—¿Jamie? ¿Qué es? ¿Qué está mal?
—¿No lo escuchas? —grité.
—¿Escuchar qué?
No pude responder excepto para gritar. En alguna parte, alguien estaba
soplando alguna especie de silbato para perro supersónica o algo. El
sonido era demasiado perjudicial para mis oídos hiper sensibles que no 188
podía pensar. El ruido estaba rebotando en mi cerebro al punto que iba
a volverme loca por ello.
Junto a mí, Teddy gritó de dolor y cayó al piso, agarrando su cabeza.
Cuando miré hacia él, parecía como si estuviera teniendo un ataque.
Sus ojos habían rodado atrás en su cabeza y sangre estaba cayendo de
su nariz.
—Funciona —dijo Demakis, luego habló en su reloj—. Dispositivos
exitosos. Objetivos incapacitados.
Reynolds estaba de pie atrás sosteniendo dos pequeñas cajas negras de
metal, uno de lo que era algún tipo de dispositivo especifico para Jamie
inventado para debilitarme el tiempo suficiente para secuestrarme. La
maldita cosa funcionaba también. Brutalmente. Sólo puedo asumir que
el otro era el mismo tipo de arma, pero con un sello de Teddy en ello.
Ryan saltó a sus pies sólo para encontrar un arma apuntada a su
cabeza y no del tipo de tranquilizantes.
—Retrocede, hijo —dijo Demakis con calma—. Ahora no es el momento
para jugar al héroe.
Traté de reunir la energía en mis manos, pero no tenía control sobre
ella. Era una lucha sólo para permanecer consciente. Apenas podía
pensar y no podía moverme, y estaba bastante segura que la sensación
de cosquilleo en mis oídos era la sangre derramándose fuera de ellos. Si
mantenía su dispositivo mucho mas tiempo, estaba segura que iba a
volverme sorda, y tanto como mi cabeza dolía, imaginé que sería
afortunada si salía de esto antes de que mi cerebro se dañase también.
Las manos de Ryan se apretaron en puños y Demakis amartilló su
arma.
—¿Crees que tu novia quiere verte morir?
Mi visión se nubló en una neblina amarillo/verde cuando mis poderes
respondieron a mi miedo y rabia. Mi collar no era la única cosa que
explotó cuando pasé al Modo Peligro. Las luces en el pasillo llovieron
abajo sobre nosotros en pequeños pedazos. Freí el edificio entero a la
amenaza contra la vida de Ryan.
Fuimos empujados en una oscuridad total y escuché el sonido de un
puño golpendo carne. Supe que era Ryan. Sabía que sería el único en la
habitación no sorprendido por el corte de energía y que no había forma
que desperdiciara la distracción.
Escuché el sonido de una lucha mayor, y oré que mi novio no estuviera
siendo asesinado mientras yo trataba de arrastrarme a través del piso
había los otros dos hombres. Demakis era enorme y sin duda había
recibido entrenamiento físico antes de obtener su titulo como experto en
recuperación.
189
Las luces de emergencia se encendieron repentinamente y Lorenz sonrió
abajo hacia mi en la luz débil.
—¿Vas a alguna parte, chiquilla?
Incapaz de hacer nada más, pateé e hice contacto con su pierna.
Juzgando por sus gritos y la forma en que cayó, definitivamente rompí
algo.
El siguiente a venir fue Reynold, haciendo un circulo abierto para evitar
mis piernas, pero al segundo en que agarró mi hombro consiguió tal
sacudida de electricidad que fue realmente tirado hacia atrás e impactó
contra la pared.
No tuve tiempo para preguntarme si detuve su corazón o no porque se
oyó el sonido de un arma y Ryan golpeó atrás contra la pared,
deslizándose al piso.
Sirenas sonaron afuera. Las chicas gritaron en las habitaciones a mi
alrededor, unas cuantas de ellas desafiando una hojeada al pasillo pero
luego rápidamente cerrando de golpe sus puertas. Demakis gritó en su
reloj por respaldo. Pero nada de eso importó.
Habia visto a Ryan lastimado antes cuando el Sr. Edwards lo había
tomado como rehén, pero incluso eso no fue tan chocante como
observarlo ser disparado. En ese momento mi mundo entero vino a su
fin.
—Estoy vivo, Jamie —gruñó Ryan—. Sólo golpeó mi brazo.
Y de repente pude respirar de nuevo. Bien por mi. Mal para Demakis.
Tan, tan mal para Demakis.
Demakis ahora estaba de pie sobre mí con una jeringa gigante en su
manos.
—Alguien debería haberte advertido que no es prudente hacerme enojar
—dije con voz ronca.
Mi amenaza sonaba ridícula considerando que vino en un estrangulado
susurro, y Demaki rió.
—Parece como si estuvieras sin trucos, pequeña monstruo.
¿Monstruo? ¿En serio? ¿Teníamos cinco años? ¿Se suponía que eso
lastimara mis sentimientos?
—Estás equivocado —dije—. Tengo uno que queda en mí.
Cerré mis ojos, tratando de bloquear fuera el ruido y el dolor, y
encontrarme sólo en el calor debajo de la superficie de mi piel. Drené
cada último poco de energía que tenía en mi palma hasta que mi mano
se sintió en llamas. Luego apunté justo al pecho de Demakis. Él se rió
de nuevo a la forma en que mi brazo temblaba.
—Esto es por dispararle a mi novio, idiota.
190
Cuando el rayo golpeó a Demakis, voló hacia atrás por todo el pasillo e
impactó en las puertas del elevador antes de caer en una masa
inconsciente en el piso.
Segundos más tarde, el ruido se fue y tomé lo que se sintió como mi
primera respiración en horas. Teddy gimió al mismo tiempo. Levantó su
cabeza el tiempo suficiente para hacer contacto conmigo, luego la dejó
caer de nuevo al piso con un golpe seco.
—Aquí, Jamie —dijo Ryan, sosteniendo los dos pequeños dispositivos—.
¿Crees que tienes energía suficiente para freír esos?
—¡No! —gimió Teddy de nuevo—. No los destruyas.
—¿Por qué no?
—Quiero ver si puedo averiguar qué son, qué hicieron para nosotros. Si
puedo hacer eso, tal vez pueda llegar a algo para contrarrestar cosas
como ellas en el futuro.
—No tienes futuro, 4281.
Mi cabeza chasqueó hacia la voz ronca. Me había olvidado de que
Lorenz todavía estaba consciente. Tenía lágrimas en sus ojos del dolor
que tenía, pero cuando lo miré sonrió de todas formas. Levantó su brazo
y colgó su reloj hacia mí.
—El respaldo acaba de llegar.
Teddy maldijo y se empujó arriba. Parecía completamente y
definitivamente enfermo, pero estaba en sus pies.
—¿Recargaste ya, nena? —me preguntó Ryan.
—Sólo un segundo.
Las puertas del elevador sonaron al mismo tiempo que la puerta de las
escaleras se abría de golpe.
—No creo que tengamos un segundo —murmuró Teddy cuando un
puñado de hombres con armas irrumpieron hacia nosotros.
No había forma de salir de aquí.
A menos…
No tuve tiempo para pensar sobre ello. Los hombres se estaban abrieno
en abanico, armas apuntando, gritándonos:
—No se muevan y no traten nada divertido.
Sí, de acuerdo, seguro, tipos siniestros con armas. Sólo vamos a ir en
silencio y pacíficamente para ser sus maniquís de pruebas. Suena como
un plan…
Tiré de Ryan hacia mí y lo bombeé lleno de energía con un superbeso.
Detrás de mí muchas personas rieron y se burlaron. Teddy sonó
particularmente consternado cuando dijo: 191
—Honestamente, mujer, ahora no es tiempo para eso. ¡Aprende a
contralarte a ti misma!
—Mi ventana —le susurré a Ryan cuando rompí el beso.
Ryan asintió con comprensión, luego miró a Teddy e hizo una mueca.
—Lo sé, bebé —dije—. Lo siento por adelantado.
—¿Por qué lo sientes? —comenzó a preguntar Teddy, pero fue cortado
cuando giré alrededor y planté un gran, rápido superbeso en él,
también.
Jadeó, pero de inmediato regresó el beso con una ferocidad
sorprendente. Quise golpearlo cuando sentí su lengua entrar en mi
boca, pero casi no podía culparlo. Los superbesos son muy
abrumadores, en especial la primera vez.
Demasiado pronto para su gusto, y no lo suficientemente pronto para el
mío, sentí su cuerpo comenzar a temblar, así que lo empujé lejos de mi.
Me miró boquiabierto, los ojos abiertos y sin aliento, sonriendo tan
grande que sus hoyuelos se tragaron sus mejillas completas.
Esperaba que me preguntara lo que acababa de suceder o por qué lo
había hecho, pero todo lo que dijo fue: —¡Amigo! Los libros no mienten.
¡Besar es asombroso!
¿Fue su primer beso? Eso me atrapó fuera de guardia, pero no había
tiempo para responder. Sólo agarré apretadamente su mano, asentí a
Ryan que ya estaba lista, y luego despegamos a super velocidad en mi
dormitorio y fuera de mi ventana en el tercer piso. No nos detuvimos
hasta que estábamos de pie en la sala de estar de mis padres.
192
»Capitulo 20
Traducido por Jess16
Corregido por 1Inna
Estaba aterrada.
Y cabreada.
Era un torbellino sobrealimentado de emociones cuando llegué
golpeando mi camino a través de la puerta principal, arrastrando a un
Ryan herido y a un muy confundido Teddy a cuestas.
—¡Mamá! ¡Papá!
Mis padres ya se nos acercaban. Sabían que había un problema porque
aceleré lo suficiente para averiar los interruptores de la casa. Eso, y la
puerta de entrada había sido arrancada de sus goznes cuando traté de
abrirla, y ahora estaba tirada en medio de la calle en frente de mi casa.
No había hecho nada de eso desde que descubrí que mi profesor de
193
inglés había secuestrado a mi novio el año anterior.
Todos estaban gritando y haciendo preguntas, pero mi mente aún
estaba en mi dormitorio, y todo lo que acababa de suceder.
—¡Cállense! —grité—. ¡Todos tranquilos! ¡Por unos minutos, nadie haga
ruido! ¡Por favor!
Me obedecieron. Supongo que es natural escuchar a una enojada chica
rayo. Sabía que tenían preguntas, pero estaba demasiado amplificada
para centrarme en nada, además de la lista mental corriendo por mi
cabeza.
Cerré los ojos y escuché tan duro como mis hipersensibles—y ahora
súper dañadas—orejas podían oír. Tardé minutos en poder
concentrarme. No estoy segura de cómo mi padre logró guardar silencio
tanto tiempo, pero valió la pena. Después de unos minutos tuve la
oportunidad de escuchar lo que estaba buscando. Salí corriendo de la
habitación a recoger todas las cámaras y bichos que habían sido
plantados en mi casa y los convertí en una pequeña bola antes de
freírlos.
—Está bien, ahora es seguro hablar —dije a mi público en espera.
—Bien —dijo Ryan, entonces dio un puñetazo en la mandíbula a Teddy.
—¡Ryan! —grité su nombre porque se balanceaba sobre sus pies luego
de golpear a Teddy. Tuve que agarrarlo y ayudarle a llegar al sofá. Fue
entonces cuando mi madre se dio cuenta de la sangre y se puso
histérica.
Mientras ella corrió a la cocina a buscar una toalla, Teddy gimió y se
frotó la mandíbula, pero en realidad no podría haberse lastimado tan
mal. El puño de Ryan no había tenido mucha fuerza tras él, teniendo en
cuenta que había sido disparado y todo.
—¡Hey! ¿Qué fue eso? ¡Ella me besó!
—No tenías que gustarle mucho.
Sonreí y pasé los dedos por el ahora cabello empapado de sudor de
Ryan. —Corta un poco la extensión, cariño. Sabes cómo son de
impresionantes mis súper besos. ¿Recuerdas cómo reaccionaste la
primera vez que recibiste uno?
—Disculpa —se opuso Ryan—. ¿Quién se sentó a horcajadas ese día,
Solecito? Dominaba totalmente ese beso y tú lo sabes.
Solté un bufido. —Claro que lo hiciste. ¿Razón por la cual empezaste a
acecharme después de eso?
Ryan frunció el ceño y luego miró de nuevo a Teddy por si acaso.
—Bien. Pero definitivamente es el momento de otro viaje a la cabaña
para una sesión de práctica. Tenemos que encontrar una forma
194
diferente para que puedas transferir tu poder a la gente y así nunca
tengas que hacer eso de nuevo. A partir de ahora, la única persona que
recibe súper besos soy yo. ¿Entendido?
Le sonreí a mi novio, y luego me inclinó para darle un beso rápido.
—Prometido.
—¿Qué pasó? —exigió papá. Palideció al darse cuenta de que la herida
de Ryan era una herida de bala.
—Visticorp vino por Teddy y por mí. Fue muy intenso. Tuve que
compartir mis poderes con los dos a fin de escapar.
Mi padre cayó en su sillón. Escuché su corazón para asegurarme de que
continuaba latiendo regularmente mientras mamá volvió y revisaba el
brazo de Ryan.
—¿Eso es lo que pasó? —dijo Teddy, rompiendo mi concentración—.
¿Me diste tus poderes?
—Temporalmente. Estoy segura de que ya has utilizado toda tu energía.
— Espera. El beso. Por eso se sentía tan…
Teddy decidió no explicarlo con detalles cuando Ryan lo miró de nuevo.
—¿Eléctrico? ¿Energético? —proporcione.
Teddy asintió. —Increíble. —Estuvo de acuerdo con un suspiro de
ensueño. Su sonrisa rápidamente cambio a un ceño fruncido—. Espera,
¿es la única manera en que puedes transferir tu poder?
—Es la única manera en que puedo transferirlo con seguridad.
Accidentalmente lo he hecho antes a través del tacto, pero no he
encontrado la manera de controlarlo de esa manera todavía. La mayoría
de las veces en que lo he probado, la gente acabó consiguiendo
choques.
Mi padre hizo una mueca. Él había sido el destinatario de la mayor
parte de esas descargas.
—Así que... —La voz de Teddy era repentinamente pequeña—. ¿Es esa
la única razón por la que me besaste?
Suspiré, sintiéndome mal por alzar sus esperanzas. Ryan no era tan
simpático. —¿Por qué si no iba a darte un beso?
—Oh, no lo sé —se burló Teddy—. Tal vez porque finalmente te diste
cuenta que debemos estar juntos.
Ryan se burló de eso.
—¿Qué te pasa? ¿No puedes manejar un poco de competencia?
—¿Tú? ¿Competencia? —Ryan se echó a reír.
195
—¡Jamie y yo somos iguales! —Teddy se rompió—. ¡Merece estar con
alguien especial, como ella! ¡Tú eres tan normal, que es asqueroso!
—¿Crees que sólo porque tienes poderes eres digno de Jamie?
—¡Chicos! —grité—. ¡No tenemos tiempo para pelear por esto ahora!
—¿Sobre qué están hablando? —preguntó mi padre.
—Soy como su hija, Sr. Baker. —Teddy le sonrió con orgullo—. Tengo
poderes, también. Telequinesis.
—¿Qué? —Mamá se quedó sin aliento.
Teddy mostró sus hoyuelos a mi madre y mentalmente tiró una flor del
florero de la ventana y lo envió al otro lado de la habitación a sus
manos. —Puedo mover cosas con mi mente.
Ninguno de mis padres se veía como si supiera qué hacer con esta
información. Aproveché el momento de silencio. —Miren, voy a volver a
la escuela y ver si puedo averiguar sus próximos movimientos.
—Espera, Jamie. No creo…
No dejé que Ryan terminara la frase. No tenía ningún sentido. Nadie iba
a detenerme. —También tengo que comprobar a Becky. Hacer que esos
psicópatas no la molesten. ¿Por favor ocúpense de mis padres durante
mi ausencia? —Miré a Ryan y Teddy antes de salir por la puerta—. No
se maten el uno al otro. Volveré.
Mi dormitorio había sido evacuado para el momento en que regresé.
Recorrí la multitud buscando a Becky, pero no estaba allí. El problema
era que no sabía si eso era bueno o malo. ¿Había ido a ver a sus amigas
animadoras, o al hogar de sus padres? ¿O Visticorp la había encontrado
y tomado en un intento de llegar a mí? ¿Estaría recibiendo un rescate
pronto?
La policía había cerrado el edificio con cinta amarilla de precaución, y
dos chicos que parecían de la película G.I. Joe bloqueaban la puerta de
entrada con armas en sus manos.
Asegurándome de mezclarme entre la multitud, mire a la chica a mi
lado. Me resultaba vagamente familiar. Creo que vivía en mi piso.
—¿Qué pasó?
—Es el FBI o algo así.
El FBI. Correcto. Claro, lo era.
—Hubo un poco de actividad criminal en nuestro edificio. Yo estaba en
mi habitación en el tercer piso y una pistola se disparó. Cuando la
policía nos hizo evacuar, vi sangre en el pasillo. —La muchacha se
estremeció. Yo también. Esa sangre era de Ryan—. No atraparon al tipo.
Están buscando en todas las habitaciones en este momento.
—Lunático.
196
La chica asintió y enfocó sus ojos de nuevo en el enjambre de policías.
Por lo que pude ver, los policías parecían tan confundidos y frustrados
como los estudiantes. Me concentré en los dos chicos que custodiaban
la puerta, pero no estaban diciendo nada. Cerré los ojos y traté de
escuchar más allá de la charla en el edificio. Era casi imposible, pero
apenas podía oír las voces irritadas en el interior.
—¡El tercer piso despejado!
—Este, también.
—Sala de lavandería y sala de estar vacías.
—Te lo digo, ya se han ido.
Reconocí esa voz. Era Reynolds. Su voz sonaba un poco ronca, pero
estaba vivo. No estaba tan segura sobre Demakis.
—Nunca los encontraremos ahora —se quejó Reynolds—. Van a pasar a
la clandestinidad.
—Van a tener que resurgir en algún momento —argumentó Lorenz—. El
aparato funcionó bastante bien en la chica, pero la electricidad es un
problema. Vamos a tener que encontrar una manera de neutralizarla
antes de que tenga la oportunidad de recuperarse de ello. Ella es
increíblemente fuerte. Mucho más fuerte de lo que pensábamos
inicialmente.
—Nos las arreglaremos —dijo una fría, calmada voz que nunca había
oído antes. Podría decir simplemente por la firmeza de que le pertenecía
al hombre a cargo. Mi sangre se volvió hielo cuando me entregué en la
memoria. Una parte de mí quería entrar y echar un vistazo al hombre,
mientras otra parte de mí moría de ganas de correr rápido y lejos en la
dirección opuesta.
—La fuerza de la chica es una cosa buena. Será una ventaja increíble.
—Si puede controlarse, señor. Es una fiera, tan única.
—Cualquiera puede ser controlado cuando se les da el incentivo
adecuado, Lorenz.
—¿La compañera de cuarto? —preguntó Reynolds.
La sola mención de Becky hizo que mi sangre fría como el hielo
destellara hirviendo. Olvídense de ser un ángel, si trataban de poner un
solo dedo en mi mejor amiga, irían todos en una llamarada de fuego al
infierno
—¿Estás seguro de que ella no sabe nada? —dijo Hombre de Negocios.
—Positivo, señor. El único además de los padres es el novio. —Bueno.
Al menos ellos no conocían a Mike.
—Entonces olvídate de la compañera. Entre menos personas
involucradas es mejor. Ahora los padres son nuestra principal 197
prioridad.
Energía se apoderó de mí otra vez. Estaba tan furiosa que casi quería
que ellos lo intentaran. Esa sería la única excusa que iba a necesitar.
Alguien se aclaró la garganta, y luego Lorenz habló. —Con todo el
debido respeto, señor, no creo que mano dura con la chica sea el mejor
enfoque. Hacerla enojar esta tarde sólo la hacía más fuerte.
Malditamente bien, lo hizo. Bien por Lorenz al reconocer eso.
—¿Qué sugieres?
—La chica valora su privacidad, sin embargo, ella no puede dejar de
usar sus poderes. Digo que filtremos su identidad como Ángel de
Chelsea y luego le ofrezcamos protección una vez que los medios de
comunicación y el gobierno hayan destruido su vida. La chica es
inteligente, pero creo que todavía podemos explotar sus debilidades a
nuestro favor.
—Estoy de acuerdo —dijo Reynolds—. Ella es inestable y no tiene miedo
de la violencia. Si la empujas, no se sabe lo que va a hacer.
Hubo una pausa cuando el jefe misterioso lo pensó. No debe haber
parecido convencido porque Lorenz dijo:
—No podemos tocarla físicamente, señor. Y ella es muy fuerte.
Oí la cautela en la voz de Lorenz y me encogí. Había estado en pánico
cuando me defendí contra él y lo había pateado usando súper fuerza.
Sea cual sea su condición, no era bonita.
— Sí —dijo Hombre de Negocios—. Fascinante.
—¿Fascinante? —Reynolds se quedó sin aliento, horror en su voz—.
Señor, ¡ella prácticamente le licuó la rodilla!
Me encogí de nuevo.
— Sí —seguía sonando con temor el jefe—. La cantidad de fuerza que la
chica debe haber utilizado para infligir una lesión como la suya es
especialmente curiosa. Creo que hay que añadir fuerza inhumana a sus
otros activos. Vamos a tener que tomar un nuevo enfoque con nuestros
esfuerzos de recuperación.
—¿Qué pasa con Demakis? Viste tú mismo lo que le hizo a él. ¿Cómo
podemos protegernos contra eso?
—Deja eso a los científicos. Sólo sigue enfocado en tu meta. Quiero a
esa chica.
Alguien suspiró. No podría decir quién.
—¿Qué te gustaría que hagamos? —preguntó Lorenz.
—Vas a volver a las instalaciones y a cuidar esa pierna. Reynolds,
después de que te haya limpiado el médico, quiero que montes un
nuevo equipo y la encuentres. Encuéntrala y luego nos vamos de allí.
198
Comienza con la casa de sus padres y en los hospitales. Todos y cada
uno en el país, si es necesario. El novio de la chica recibió un disparo.
Necesita ayuda médica.
— ¿Cómo puedes estar seguro de que va a ir con él?
El Hombre de Negocios se rió. —Oh, va a ir. Ese muchacho es su mayor
debilidad. Ella no será capaz de dejarlo.
Quería matar al hombre. Aún me quedaba un par de metros más cerca
del edificio. Tenía que salir de allí antes de que hiciera algo estúpido.
Había oído lo suficiente, de todos modos. Sabía lo que tenía que hacer
ahora. Solamente no sabía si era lo suficientemente fuerte para hacerlo.
»Capitulo 21
Traducido por val_277
Corregido por Vericity
Al segundo en que volví, mi papá me atacó con uno de sus abrazos de
oso.
—Estoy bien, papá —prometí—. Parece que Becky está segura y ahora
sé que no están pensando en hacer nada a nadie hasta que me
encuentren.
—Bueno, eso lo resuelve, entonces —dijo Ryan—. Es la hora. Tenemos
que correr. Tenemos que desaparecer. Podemos escondernos.
—¿Tú? —se burló Teddy—. Eres un idiota si crees que vas a ser capaz
de mantenerla a salvo de ellos.
—Teddy —grité—. ¿Cuál es tu problema?
199
Cuando grité, Teddy me gritó de vuelta.
—¡No puedes esconderte de ellos, Jamie! ¡No, a menos que
desaparezcas! Si no quieres que te encuentren, entonces necesitas dejar
de existir. Necesitas convertirte en otra persona. Eso es casi imposible
de hacer, pero yo puedo hacer que suceda. Yo puedo ayudarte. Él sólo
va a ponerte en más peligro.
Mi mamá, conociéndome tan bien, se puso delante de mí antes de que
golpeara la mierda de Teddy. Ya sabía que Ryan no vendría conmigo,
pero aun así no me gustó la actitud de Teddy.
Ryan parecía a punto de saltar a sus pies, a pesar de que no estoy
segura de que pudiera. Todo su cuerpo temblaba de ira. Se quedó
mirando a Teddy con ojos asesinos. Era una mirada que solo había
visto una vez en él, justo antes de que le rompiera la nariz a Carter. No
podía culparlo por estar enojado.
Teddy estaba siendo un idiota, pero estaba en lo cierto.
—Ryan, él tiene un punto. Tengo que desaparecer y... —Me tragué la
bilis y traté de mantener las lágrimas a raya. Mi intento no funcionó—.
No puedo llevarte conmigo. —Un espeso silencio se instaló en la
habitación, y fue entonces cuando por fin me rompí—. Lo siento.
—Jamie, ¿de qué estás hablando? ¡Por supuesto que puedes llevarme
contigo! —Ryan sonaba en pánico. Él comenzó a sentarse, así que corrí
a su lado y lo obligué a tumbarse hacia abajo. Pellizcó sus ojos cerrados
cuando empecé a correr mis dedos por su pelo.
Una lágrima caía por su barbilla y salpicó su mejilla. Ryan tocó la
mancha de humedad con su dedo y luego sus ojos comenzaron a
filtrarse también.
—Ni siquiera lo pienses —dijo con voz ahogada. Llevó mis manos a sus
labios—. No me estás dejando.
—Cariño —dije, tratando de sonreír a pesar de que las lágrimas no
dejaban de fluir—, tienes que ir al hospital ahora mismo. No puedo ir
allí. Reynolds ya está esperando a que aparezca contigo. Él va a
supervisar todos los hospitales del país. Lo oí decir eso.
—Entonces ven a buscarme cuando esté mejor —insistió Ryan.
—No puedo. Ellos te estarán observando. Saben que eres mi mayor
debilidad. Harán lo que sea para buscarme, incluyendo lastimarte.
Mientras estés conmigo, estás en peligro.
—Vamos a desaparecer para siempre. Vamos a explicarles la verdad a
mis padres. Gene nos ayudará. Nos dará dinero suficiente para comprar
nuestra propia isla o algo.
—No puedo pedirte que hagas eso. No puedes renunciar a tu vida por 200
mí.
—Jamie. —La voz de Ryan de repente fue baja y estable. Se incorporó
para que pudiera mirarlo directamente a los ojos—. ¿Cuántas veces
tengo que decírtelo? Tú eres mi vida. El colegio, jugar fútbol, mis
amigos, mi futuro... con mucho gusto voy a dejarlo todo. Ni siquiera
tengo que pensar en ello, porque nada de esto importaría si no te tengo.
Yo voy contigo. No voy a dejar que te vayas sola.
—Ella no estará sola.
Ryan y yo miramos a Teddy con tanta fuerza que él cerró la boca y
volvió a poner mala cara en la silla de mi padre.
—Pero Ryan…
—Tengo una bala en mi brazo lanzador, Jamie. Mi carrera futbolística
ha terminado. Mi vida ya ha cambiado, así que no te preocupes por eso.
Jadeé. Ni siquiera había pensado en eso. Ya era bastante malo que
hubiera sido herido por mi culpa. ¡Una vez más! Pero ahora toda su
vida se había visto gravemente alterada. Pensaba que dejar a Mike
lastimado era malo, pero eso no era nada comparado con el dolor que
sentí al saber que sólo había robado algo a Ryan que era tan importante
para él.
—Nena —susurró Ryan suavemente. La tranquilidad que mostró dañó
mi corazón—. Jamie. Mírame.
Me obligué a abrir los ojos. No me había dado cuenta de que los había
cerrado.
Tan pronto como estaba mirando a Ryan, sonrió con dulzura. —Eso no
me interesa. Tú eres la única cosa que me importa.
Él realmente lo daría todo por mí. Era desinteresado. Me amaba tanto.
Y yo quería que lo hiciera. Quería que se alejara de su vida y renunciara
a todo el mundo que ha conocido y amado por mí. Desesperadamente.
Pero lo amaba, también. Lo amaba tanto como él me amaba, y eso
significaba hacer lo que era mejor para él, aunque no era lo que
cualquiera de nosotros quería. También podía ser desinteresada. Por
Ryan, haría lo correcto.
—Tú y yo, Jamie. Siempre.
Finalmente lo perdí. Realmente lo perdí.
—¡NO! —grité—. ¡No puedo seguir haciéndote esto! ¿Primero el Sr. E., y
ahora esto? ¡Ryan, te dispararon! Cuando el arma se disparó y te vi caer
pensé… pensé… —Rompí en horribles sollozos—. Has sido herido tan
gravemente por mi culpa, y ahora he tomado algo de ti que te hace feliz,
algo que era una parte de ti.
—No fue tu culpa, Jamie. Voy a sanar. No importa. 201
—¡Es importante para mí! Sé que me amas, y sé que no me culpas,
¡pero no puedo seguir haciéndote daño! ¡No puedo seguir poniéndote en
peligro! ¡No puedo! ¿Lo entiendes? No puedo soportarlo. ¡Mi corazón no
puede soportarlo!
—¿Qué vas a hacer entonces?¿Simplemente irte? ¿Nunca verme, a
Becky, o a tus padres de nuevo? —preguntó Ryan. Sin embargo, él no
parecía enojado. Mantuvo la voz firme y tiró su cara en una máscara
ilegible.
—Sí —susurré—. Para mantenerte a salvo. —Lancé una sonrisa llorosa
a mis padres. Los dos estaban llorando, también—. Para mantenerlos a
todos a salvo, eso es lo que voy a hacer. Esto es lo que tengo que hacer.
No podría vivir conmigo misma si algo le pasara a cualquiera de
ustedes. También te amo mucho.
Mi mamá estalló en sollozos y echó sus brazos a mí alrededor. Los
brazos de papá pronto nos envolvieron. Sabían, como yo sabía que esto
tenía que ser hecho, y juntos en silencio nos dijimos adiós entre sí.
—¿Qué vas a hacer, Jamie? —preguntó Ryan—. ¿Dónde vas a ir?
¿Dónde vivirás? ¿Cómo vas a conseguir dinero? ¿Nueva identificación?
No puedes hacer esto sola.
No tenía una respuesta para esto, pero antes de que la tuviera Teddy se
aclaró la garganta. Había estado tan tranquilo que había olvidado que
estaba allí.
Me alivió ver que la hostilidad se había ido de su expresión. Esperaba
que luciera petulante. En cambio, se veía un poco mareado. No estaba
segura de que me gustara su compasión, pero estaba contenta de que
finalmente entendió que esto no era un juego, o algún club secreto de
superhéroes, era mi vida. Y estaba, literalmente, llegando a su fin. A
partir de ahora, Jamie Baker estaba muerta. Ella ya no existía.
—Te puedo ayudar con eso —dijo Teddy en voz baja—. Tengo un lugar,
una pequeña casa que está completamente fuera de radar. —Él miró
fijamente a mi padre—. Su hija estaría a salvo allí.
—¿Tienes un qué? —pregunté mientras mi padre preguntaba
—¿Qué quiere decir “fuera de radar”?
—Quiero decir que es aislado y secreto. Lo preparé para ser una especie
de casa de seguridad en caso de que alguna vez me encontrara en una
situación como esta. Nadie lo conoce excepto yo. Ni siquiera las
personas que me adoptaron. Lo compré en secreto y con dinero en
efectivo usando una de mis, um, identidades falsas. Podría llevar a
Jamie allí y hacerle una nueva identidad también. Podría ayudar a su
hija a desaparecer de forma permanente. Visticorp no tendría idea de
cómo encontrarla. Podría empezar de nuevo como otra persona y estar a
salvo.
202
—¿Identidades falsas? ¿Casas de seguridad? —Parpadeé al chico
sentado frente a mí. Su ternura parecía casi nefasta ahora—. ¿Quién
eres tú?
Teddy me miró con una amplia gama de emociones del afecto a la
piedad a la condescendencia.
—La pregunta no es quién soy, sino por qué no has hecho lo mismo que
yo. Jamie, tú y yo somos diferentes. Pero por nuestros poderes, somos
objetivos. Siempre vamos a estar en distintos grados de peligro. Sé que
entiendes eso. Me di cuenta hace mucho tiempo que si quería sobrevivir
necesitaba estar preparado para cualquier cosa.
Mi padre dejó caer su cabeza entre sus manos y dejó escapar un
suspiro lleno de arrepentimiento.
—Es mi culpa. Pensé que podríamos esconderla. Mudarnos aquí y
empezar de cero. Pensé que seríamos capaces de mantener su secreto
bien guardado. Debería haber hecho más. Debería haber estado listo
para algo como esto.
—Papá, no te hagas eso.
—Ella tiene razón, señor Baker —dijo Teddy—. Ustedes están recibiendo
un curso intensivo de esto. He estado tratando con eso toda mi vida, y
vamos a decir que las personas que me criaron no eran tan... —Teddy
luchaba por encontrar la palabra adecuada—, buenos como usted y la
señora Baker. Mi punto de vista es, probablemente, más cansado que el
suyo.
Una vez más, me pregunté qué tipo de personas lo habían buscado y lo
que deben de haber tratado de utilizar cuando él era demasiado joven
para entenderlo mejor. Era difícil no compadecerlo un poco. Se
transformó de nuevo en ese adorable e inocente revoltoso que había
pensado que era.
Todos nos sentamos en silencio durante un minuto antes de que mi
padre rompiera el silencio.
—¿Harías eso por mi hija? —le preguntó a Teddy. Su voz era más
pequeña de lo que jamás escuché—. ¿Le darías una nueva identidad?
¿Ayudarla a escapar de Visticorp?
Quería argumentar que no necesitaba la ayuda de Teddy, que podía
cuidar de mí misma, pero había algo en la voz de mi padre que me hizo
mantener la boca cerrada.
—Nada me gustaría más, Sr. Baker.
Teddy me miró y tragó un gran nudo en su garganta.
—Sé que no soy la persona que amas, pero no tienes idea de cuánto
tiempo he deseado que hubiera alguien como yo, con quien podría ser
yo mismo y quien entendería realmente, verdaderamente lo que estoy
pasando. Un verdadero amigo. Puede que no sea capaz de sustituir a 203
Ryan, pero puedo ser tu amigo. Tengo que desaparecer ahora, también.
Podemos hacerlo juntos si me dejas ayudarte. Por favor, déjame
ayudarte.
Mi garganta se cerró. Por supuesto, la decisión ya estaba tomada, e
incluso podía admitir que sería bueno tener a alguien en mi vida que
me entendiera. Necesitaba esa conexión que Teddy y yo compartíamos
tanto como él.
Pero aun así...
¿Mi corazón seguiría latiendo después de dejar a Ryan? Miré sus ojos
torturados y sabía que no lo haría, al menos no dentro de mi pecho. Si
dejaba a Ryan hoy, mi corazón se quedaría con él. Nunca estaría
completa otra vez.
Afuera, el sonido de varios vehículos viniendo a mi calle llamó mi
atención, y luego oí una voz desconocida decir:
—La puerta principal de la casa está al medio de la calle. Es posible que
la chica esté aquí. O, por lo menos que lo estaba.
—Acércate con cautela y dispara de inmediato. La necesitamos
inconsciente lo más rápidamente posible.
Quería decir una mala palabra.
—Parece que no tengo tiempo para empacar mis cosas.
Todos en la sala se tensaron.
—Tienes que irte, Jamie —dijo mi papá—. Ahora.
—Puedes hacer esto, cariño —balbuceó mamá detrás de mí—. Eres
fuerte. Vas a conseguirlo, y tendrás una buena vida. Sé que lo harás.
—Tu madre y yo siempre te amaremos, Jamielynn. Siempre.
Mis ojos se encontraron con Ryan de nuevo. No podían evitarlo.
—Jamie —susurró Teddy con urgencia. Estaba mirando a escondidas a
través de las cortinas—. Hay una gran cantidad de personas que se
dirigen en nuestro camino. Ahora sería un buen momento para hacer lo
que hiciste antes con toda la cosa de súpercorriendo.
Estaba en lo cierto. Tenía que salir.
—Dame tu mano.
—Jamie, no tenemos tiempo para arruinarlo. Sólo bésame.
—No. Lo prometí.
Teddy gruñó y cruzó la habitación hacia mí.
—¿Qué importa? ¡Nunca vas a verlo otra vez! ¡Tenemos que salir de
aquí!
204
Sentí como si me hubieran dado una bofetada. Todo mi cuerpo se
congeló por la conmoción de su declaración.
—Lo siento —dijo Teddy con una voz mucho más tranquila cuando se
dio cuenta de lo mucho que me había hecho daño—. Pero Jamie,
tenemos que irnos.
Fue Ryan quien finalmente me impulsó a moverme.
—Dame tu mano —le ordenó a Teddy. Cuando Teddy vaciló, Ryan se
acercó y envolvió sus dedos con fuerza alrededor del escuálido brazo de
Teddy—. Un último súperbeso —me susurró.
Comprendí lo que estaba tratando de hacer y estrellé mis labios contra
los suyos, odiando que este iba a ser nuestro último beso. Traté de
memorizar todo acerca de él. Cómo sabía, cómo olía. Cómo sus labios se
movían con los míos como si fuera la cosa más natural del mundo.
Cuando mi energía pasó a él y nos tiró juntos por esa fuerza invisible
que nos había conectado desde el día en que nos conocimos, sentí como
nuestros corazones se fundieron en uno solo. Éramos dos personas que
compartían una sola alma. Nosotros pertenecíamos el uno al otro para
siempre. No importa lo que pase. Cuando lo dejara esa alma se iba a
romper. Estaría rota irreparablemente.
Me alejé de él cuando oí pasos tranquilos crujir en la suave hierba en
mi jardín. Un vistazo a Teddy confirmó que el plan de Ryan para
transferir mi energía por medio de él había dado resultado. Estaba
temblando y tenía el pelo erizado.
Ryan apoyó su frente contra la mía y respiró hondo, como si estuviera
tratando de enviar mi olor a su memoria.
—Volverás a mí —susurró.
Quería decir algo, pero estaba llorando muy fuerte. Maldije mis
lágrimas. Estaban haciendo que fuera difícil ver sus ojos, y necesitaba
verlos con claridad.
—Lo harás —insistió Ryan—. Y si te toma demasiado tiempo iré a
buscarte. No voy a permitir que te vayas para siempre, Jamie. No estoy
diciendo adiós.
No discutí. Necesitaba la mentira tanto como él. Necesitaba ese hilo de
esperanza, no importa lo pequeño que fuera. —Habla con Becky por mí.
Dile que siento mucho lo de Mike. Explícaselo todo, sobre su accidente,
sobre mí, mis poderes, Visticorp. No dejes que crea que sólo la traicioné
y desaparecí. Se merece la verdad.
—Lo prometo. —Él me dio una sonrisa llena de dolor—. Te amo, Rayo
de Sol.
—También te amo, Ry. Para siempre.
Envié una última mirada a mis padres, que se sostenían entre sí y
probablemente nunca se despegarían, y luego agarré la mano de Teddy 205
y desaparecí a quién sabe dónde.
»Capitulo 22
Traducido por Jhos
Corregido por Vericity
Llegamos tan lejos como Las Vegas antes de que Teddy se quedara sin
energía. Se lanzó abajo sobre la acera en frente del Bellagio, jadeando
por respirar.
—Ni siquiera sé cómo describir esta experiencia. —Estaba sonriendo
enormemente, pero entonces tuvo que pegar su cabeza entre sus
rodillas—. ¿Hacer eso siempre te hace enfermar?
Me encogí de hombros. —Es realmente desorientador por los primeros
pocos meses, pero no me di cuenta de lo que estaba pasando por la
mayoría del tiempo y luego tuve que averiguar cómo controlarlo. Es tan
natural como respirar ahora.
—Eso es divertido, porque me sentí como si no pudiera respirar todo el 206
tiempo.
Sólo me encogí de hombros de nuevo. No estaba realmente de humor
para hablar. Abrazándome con mis brazos, aunque no hizo nada para
quitar el dolor en mi pecho, me di la vuelta y miré al casino detrás de
mí. Las fuentes estaban bailando en la noche tan animadamente que se
sintió como si estuvieran burlándose de mí.
Una mano vino sobre mi hombro. —Jamie —dijo Teddy suavemente.
—No. —La carrera había secado mis lágrimas, pero todavía hipaba—.
Sólo no lo hagas.
Teddy no dijo nada más. Enlazó sus dedos en los míos y comenzó a
empujarme por la calle. No tenía la energía para discutir. Sólo lo dejé
liderar el camino.
Atrapamos un taxi en el aeropuesto donde Teddy mantuvo un auto
estacionado en un estacionamento de largo plazo cerca del aeropuerto.
Luego nos condujo al sur por casi una hora, utilizando caminos que ni
siquiera estaba segura que fueran carreteras reales. Al punto en que
pensé que sólo estaba conduciendo al azar a través de un desierto
utilizando la brújula digital en el auto como su guía.
Al final llegamos a una parada en frente de una casa estilo adobe que
descansaba en la base de una pequeña montaña. De no haber sido por
los brillantes rayos de los faros del auto, habría confundido la casa
como sólo una parte de paisaje. Se mezclaba tan bien en los
alrededores.
—Hogar dulce hogar —murmuró Teddy con ansiedad.
Pude ver la preocupación en sus ojos que yo iba a odiarlo, pero si no
hubiera estado completamente entumecida probablemente realmente lo
habría apreciado. Un bonito, privado, tranquilo lugar para mí misma
era exactamente lo que siempre he querido. Sin mencionar que tengo
una debilidad por el desierto.
Ese pensamiento me hizo pensar en el Gran Cañón, que me hizo pensar
en Ryan. Salí del auto antes de que tuviera otra crisis.
Teddy se tropezó fura del auto también y empujó una lona de color
tierra desde el camión. Cuando me di cuenta de que estaba tratando de
cubrir el auto, le ayudé y luego sin decir palabra lo seguí dentro de la
casa.
—Es completamente autosuficiente —explicó Teddy cuando encendió
las luces. Admito que estaba un poco sorprendida de que ese lugar
tuviera electricidad. Desde el exterior, no había sabido qué esperar—.
Energía solar, nuestra propia fuente, un tanque séptico, realmente
tenemos agua corriente. Incluso hay un invernadero en la parte trasera
en el que podríamos cultivar nuestra propia comida si quisiéramos. No
es que alguna vez lo haya hecho. 207
Mis ojos se dirigieron alrededor de la casa. Era pequeña, pero muy
limpia, con agradable mobiliario de buen gusto y colores cálidos. Era
sorprendentemente muy yo, un lugar en el que me encantaría vivir si
estuviéramos bajo diferentes circunstancias.
—¿Te gustaría un recorrido?
Salté al sonido de la voz de Teddy. Estaba completamente aturdida. Ni
siquiera estoy segura de cuánto tiempo había estado allí de pie.
Teddy estaba mirándome como si esperara que me rompiera en
cualquier momento. Cada palabra que decía era lenta y calmada. Cada
movimiento que hacía era cauteloso. Quería decirle que no tenía que
preocuparse porque yo ya estaba destrozada, pero de alguna manera no
pensaba que ayudaría a la torpeza.
Él todavía estaba esperando algún tipo de reacción de mí, una prueba
de que estaba funcionando. Me saqué de mi estupor y sacudí la cabeza.
—Mañana. En este momento sólo quiero dormir.
Mi respuesta pareció entristecer a Teddy, pero se las arregló para una
pequeña sonrisa y asintió con la cabeza. Me hizo un gesto para que lo
siguiera y me llevó a un gran dormitorio.
Cuando entré, me encontré de nuevo sorprendida por el lugar. Era tan
atractivo. La cama era enorme y parecía increíblemente suave y
esponjosa. Había un montón de almohadas al igual que la que tenía en
mi habitación. Había una televisión montada en la pared con una
consola de video juego sobre el tocador debajo de ella, y había toda una
pared de estanterías llena de libros. Muchos de los libros eran libros
técnicos que me imagino eran equiparables a la Meca para un geek
informático, pero también había un montón de novelas regulares y una
enorme colección de cómics.
Me recordó mucho a mi propia habitación, pero con una cama mucho
más grande.
—¿Qué opinas? —preguntó Teddy con nerviosismo.
Me limité a asentir.
—Um —dijo Teddy, un rubor arrastrándose en sus mejillas—. Este es el
único dormitorio. Puedes tenerlo. Yo dormiré en el sofá.
Esperó, tal vez con la esperanza de que podría ofrecer compartir, la
cama era ciertamente lo suficientemente grande para dos. No ofrecí, sin
embargo, y después de un minuto, se aclaró la garganta.
—Voy a agarrar algunas cosas y te dejo ir a dormir, entonces. —Se
apresuró hacia el aparador y tomó un par de pantalones de pijama, y
luego arrancó una de las almohadas de la cama—. El baño está justo al
otro lado del pasillo. Encontrarás artículos adicionales de higiene
personal bajo el fregadero y podemos ir de compras mañana por lo que
necesites. Lo siento que no tuvieras tiempo para empacar. 208
—Eso no importa. No podía haber traído la única cosa que quería
conmigo de todos modos.
Teddy se detuvo en la puerta y me observó durante otro minuto. —
Jamie, estás... ¿Estás segura de que deberías estar sola esta noche?
—Probablemente no, pero tenerte aquí en lugar de él sólo lo haría peor.
—Me arrastré sobre la cama y colapsé—. Buenas noches, Teddy.
Oí el suave clic de la puerta cuando se fue. Estaba agradecida de que
no insistiera en quedarse conmigo esta noche. Sólo tomó segundos para
que mis lágrimas volvieran, y no se detuvieron hasta algún tiempo
cercano al amanecer.
***
Me di exactamente una noche para revolcarme en la autocompasión,
pero luego desperté a la mañana siguiente decidida a tomar el control
de mi vida de nuevo. No quiero sonar como un supervillano ni nada,
pero los idiotas de Visticorp seriamente iban a lamentar el día que se
metieron con Jamie Baker.
El reloj de la mesita de noche dijo que era después de la una. Me duché
y luego fui a encontrar a Teddy. No tenía un plan todavía, pero estaba
determinada a hacer uno.
Teddy estaba sentado en la pequeña mesa del comedor en nada más
que un par de pantalones del pijama y un lío de cabello matutino,
bebiendo una taza de café como si fuera el aliento de vida. Toda la
escena era tan adorable que puso la primera sonrisa en mi cara desde
que había dejado casa.
Sintiendo mi mirada, Teddy miró hacia mí, instantáneamente alerta.
Por una fracción de segundo pareció nervioso, pero luego se dio cuenta
de mi sonrisa. Aparentemente fue tan impactante que se sacudió y
derramó un poco de café por un lado de su taza. Intentó cubrir el error
lanzándome una amplia sonrisa. —Parece que estás sintiéndote mucho
mejor.
—Parece que estás en necesidad de un abundante comida —dije
inexpresiva.
Miré descaradamente su pecho desnudo. No era nada comparado con lo
que estaba acostumbrado a ver, pero Teddy tenía una sorprendente
cantidad de definición para ser tal chico escuálido.
—Así que, ¿no eres una persona de la mañana, entonces? —Teddy se
echó a reír como si mi burla no le molestara en lo más mínimo. Por el
contrario, parecía emocionado de que me había molestado en mirar.
Rodé los ojos y me dirigí a la cafetera. —Ugh! —gemí después de tomar
una respiración profunda y rápidamente lavé el bote entero debajo del
fregadero.
209
Teddy resopló. —No es tan malo. Cafeína es cafeína, ¿cierto?
Me senté a la mesa frente a Teddy, nivelándolo con una mirada seria.
—Aún no hemos tenido la conversación acerca de los superpoderes de
Jamie. Te perdonaré por esta vez, ya que no eres consciente de que
sufro de un caso grave de supergusto.
—¿Supergusto?
—Sí. Y es una mierda. La cafeína no es incluso sólo cafeína. Yo soy la
persona que necesita la comida de más alta calidad que nunca
conocerás en tu vida, y simplemente no puedo soportar basura de baja
calidad de ningún tipo. Es una tortura. Aprende a lidiar con eso.
Teddy parpadeó. —Umm... ¿De acuerdo?
—En el lado positivo, también tengo supervelocidad así que si deseas
una taza de buen café, estaría encantada de correr a Seattle
rápidamente, si puedes decirme cómo encontrar mi camino de vuelta a
aquí, donde sea que es aquí.
Le tomó un buen minuto a Teddy de mirarme atónito antes de que fuera
capaz de sonreírme. —Yo nunca he estado en Seattle.
—No voy a llevarte a Seattle.
—¿Por qué no? Es un lugar tan bueno como cualquiera para ir de
compras, que es realmente lo que tenía pensado hacer hoy, y apuesto a
que tienen algunos restaurantes allí. No basura de baja calidad para la
señorita Pantalones Elegantes.
Gemí de nuevo para evitar sonreír. —Realmente odio que me hagas reír
cuando sólo quiero estar molesta contigo.
—Así que, ¿Seattle, entonces? O si realmente somos capaces de ir a
cualquier parte, me encantaría ver Chicago. Nunca he estado allí,
tampoco. Ahí es de dónde vienes, ¿no? Podrías mostrarme los
alrededores mientras vamos de compras.
—¿Qué te hace pensar que quiero ir de compras todo el día?
—El hecho de que estás usando el pijama de anoche todavía. No me mal
interpretes, soy un fan de la combinación pantalones de yoga y
camisola, pero pensé que probablemente desearías adquirir al menos
un sostén.
Una vez más Debería haber estado enojada, pero no pude evitar que
mis labios se curvaran hacia arriba.
—Bien. Iremos de compras. Y ya que estamos fuera podemos llegar a un
plan.
Teddy parecía partes iguales cautelosos e intrigado. —¿Plan?
—Sí. Nos hemos escondido con éxito de Visticorp, pero no podemos
simplemente escondernos en casa leyendo las novelas de misterio y
jugar videojuegos por el resto de nuestras vidas, por lo que necesitamos 210
un plan.
Teddy hizo un ruido de acuerdo, bajando el resto de su café, y luego
dijo—: Sígueme.
Me llevó dentro del armario en el dormitorio y empujó sus ropas a un
lado. Mientras miraba lo que creía que era una pared regular, Teddy
torció la varilla de ropa, que actuó como una especie de palanca que
abrió una puerta secreta. Suspiré. Era tan James Bond. Ryan y mi
padre habrían enloquecido totalmente.
—Entra en mi oficina —bromeó Teddy y luego se deslizó por la puerta
secreta y descendió una escalera igualmente secreta.
En la parte inferior de la escalera estaba otra puerta, una grande de
acero que parecía la bóveda de un banco. No podía ocultar mi asombro.
—¿Me estás tomando el pelo? ¿Tienes tu propia guarida?
—Impresionante, ¿verdad? —Teddy me sonrió sobre su hombro
mientras apretaba su pulgar contra un escáner para desbloquear la
puerta. Mi mandíbula cayó aún más y él se echó a reír.
—Es un refugio antiaéreo. Estoy bastante seguro de el chico al que le
compré la casa estaba a la espera de que los rusos o alienígenas
asumieran el control. Conseguiremos tu huella digital registrada aquí
hoy para que puedas ir y venir cuando quieras.
No tenía idea de cómo responder a cualquiera de esto, por lo que acabé
diciendo otra vez—: ¿Estás malditamente tomándome el pelo?
—No, Jamie, no estoy bromeando. A partir de ahora, lo que es mío es
tuyo. Voy a agregarte a mis cuentas bancarias también tan pronto como
encontremos un alias para ti.
—Las cuentas bancarias —pregunté—, ¿en plural? —Teddy volvió a reír,
pero yo no pude reír con él esta vez. Estaba demasiado sospechosa—.
Está bien, ¿quién eres? ¿En realidad? ¿Cómo pudiste pagar todo esto?
—Yo soy un hacker de computadoras —dijo Teddy como si eso debería
explicarlo todo. Cuando estuvo claro que eso no me satisfacía, suspiró—
. He estado desviando fondos de las personas que me criaron durante
años ahora. Tienen un montón de dinero y tomé tan poco a la vez que
nunca se dieron cuenta.
Parpadeé cuando comprensión me golpeó. —¿Lo robaste?
—Confía en mí, me he ganado cada centavo que he tomado y un poco
más —murmuró Teddy.
Su rostro se había vuelto tan oscuro que realidad parecía peligroso, por
una vez, y mis sospechas fueron confirmadas. Quienes fueran esas
personas que lo criaron, habían tomado ventaja de sus habilidades. Él 211
fue probablemente la razón por la que tuvieran tanto dinero.
—¿Vas a decirme acerca de cómo fuiste criado? —pregunté. Mi voz salió
sonando más suave de lo que había planeado, y la ira de Teddy se
derritió en repuesta.
—Te diré sobre ello algún día. Lo prometo —dijo. Luego forzó una gran
sonrisa en su rostro y me empujó en sus oficina/refugio antiaéreo.
Cuando la puerta se cerró detrás de nosotros, hubo un sonido de aire
corriendo y luego un clic y un a luz en la pared fue de roja a verde.
Estaba bastante segura que estábamos sellados dentro, pero no
pregunté porque realmente no quería saber.
La primera cosa que noté fue un enorme escritorio con un ordenador
que se adaptaba a cada una de las expectaciones que tenía de Teddy.
Pensé que el término “base de operaciones” podría ser una descripción
más precisa por sus interminables torres y múltiples monitores.
Una vez que fui finalmente capaz de mirar lejos del centro de comando,
comprobé el resto de la habitación. El espacio era mucho más grande
de lo que había esperado. Probablemente era del mismo metraje
cuadrado como la casa sobre nosotros. Había una pequeña cocina
americana, mesa, sofá, televisión, CB10 radio, más estanterías de libros,
y un juego de literas estilo militar.
Teddy señaló a dos puertas.
Comics.
Me tomó un segundo comprenderlo, pero entonces me reí. —De
acuerdo, puedo vivir con eso. Tortugas Ninja Adolescentes Mutantes es
asombroso.
Teddy sonrió triunfante. —Escuché que tienes debilidad por Cartoon
Network.
Teddy se giró de nuevo a su computadora, que estaba ahora encendida
y lista, y finalmente noté lo que estaba en su escritorio. Teddy lo notó
también y juró bajo. Trató de cerrarlo, pero no importa porque ya lo
había visto.
Empujé a Teddy fuera del camino y abrí con un clic la carpeta con mi
nombre en ella.
—Espera, Jamie. Puedo explicar eso.
Tenía todo allí dentro, fotos de mí, artículos sobre mí, reportes
policiales. Incluso tenía copias de las notas de mi terapista cuando mis
padres me habían puesto en consejería después de mi accidente.
—¿Qué es esto?
No me di cuenta que estaba en el Modo Peligro hasta que Teddy dio un
213
paso atrás con sus manos arriba en rendición. —De acuerdo, no sobre
reacciones.
—¿Sobre reaccionar? —grité—. ¡Tienes mi vida entera aquí, tú
espeluznante acosador! ¡Esos eran registros médicos confidenciales!
¡Incluso yo nunca los he visto!
Teddy comenzó a discutir de nuevo, pero se detuvo y sólo miró con
asombro durante un momento. —¿Alguien te ha dicho cuan
increíblemente sexy te ves así?
No estaba demasiado de humor. En el parpadeo de un ojo crucé el
espacio entre nosotros y agarré la mano de Teddy dándole una sacudida
lo suficientemente fuerte para que cayera de rodillas.
—¿Quién diablos eres? —demandé, dejándole sentir la corriente un
segundo más—. ¿Qué quieres de mí?
Lo dejé ir y le di unos pocos minutos para recuperar su respiración. Se
arrastró sobre el sofá. Una vez que se empujó sobre él y yació abajo
sobre su espalda, gimió.
—Jesús, Jamie, dije “no sobre reacciones.” Eso duele.
—¿Crees que eso duele? Eso ni siquiera es una fracción de lo que esos
chicos consiguieron en mi dormitorio ayer, así que comienza a hablar
justo ahora o realmente te haré sentirlo.
217
»Capitulo 23
Traducido por Fer_rdn
—Lo lamento.
—¿Dunkin’ Donas?
Me burlé.
—Lo que sea. Está bien. Él está a todo el camino en Nueva York y como
dije, no somos exactamente amigos. Dudo que Visticorp pueda hacer
alguna conexión entre nosotros.
Me encogí.
—No eres una tonta, Jamie. Solo lo pensante un poco tarde. 221
Teddy me rodeó con sus brazos y me recosté contra él. De repente
sintiéndome completamente cansada.
—¿Hacer qué?
—Vivir así.
No me sentía de humor para discutir sobre ello de nuevo con él, así que
me puse de pie.
—Saldré.
—Tienes razón.
Teddy suspiró cansado y miró a sus pies, incapaz de mirarme a los ojos. 222
—Lo sé desde hace aproximadamente una semana, que no hay nada
que pueda hacer para ayudarte. Solo trataba de encontrar una manera
de decírtelo.
—Teddy...
Me quedé boquiabierta.
Casi digo sí. Estaba tan enojada que casi culpo de todos mis problemas
al chico que no hizo nada más que arriesgar su vida por mí, por
salvarme y ayudarme cuando más lo necesitaba.
Quizá Ryan estaba más seguro lejos de mí, pero no tenía ninguna dudo
que él era tan miserable como yo, ¿y qué clase de vida era esa? Por
algunas cosas vale la pena arriesgarse. El amor que Ryan y yo
compartíamos valía la pena el peligro.
—Es mejor que perderte y estar solo para siempre —dijo—. Pero va a
tomarme un par de días obtener identificaciones falsas hechas para
ellos y cuentas bancarias transferidas y esas cosas.
—Eso apesta, amigo. Sin embargo, gracias por venir. Fue bueno verte
fuera de las puertas por un cambio.
—Necesitabas más que eso, Ryan. Tu mamá me llamó. ¿Dijo que dejaste
la universidad?
Mike asintió.
El —Si, tal vez— de Ryan sonó tan deprimente que Mike dejo de rodar
su silla y levantó la mirada a él.
Salté desde el techo del edificio donde había estado ocultándome, tomé
unas pocas respiraciones profundas, y luego corrí tan rápido como mis
piernas me llevaron.
228
No me quedé para ver cuánto tiempo le tomaba a Mike darse cuenta
que Ryan se había ido o encontrara la carta que dejé caer en su regazo.
Simplemente recogí a Ryan en mis brazos, cuidadosa de su brazo
lastimado, y no paré hasta que estuvimos en Arizona.
Mis palabras fueron cortadas con el más apasionado beso que jamás he
recibido en mi vida entera. Ryan tuvo que físicamente retorcerse lejos
de mi cuando su cuerpo demandó oxígeno. Me sostuvo por los hombros
y me recorrió con su mirada, aun un poco incrédulo de que me
encontrara realmente allí de pie.
—Yo…
Conocía la sensación.
—Shh.
Sin otra palabra Ryan limpió las lágrimas de mi rostro, luego me giró y
me empujó contra su pecho. Envolvió su brazo izquierdo fuertemente a
mí alrededor y descansó su cabeza sobre la mía, gentilmente
meciéndonos mientras observábamos la puesta del sol sobre el Gran
Cañon.
Justo antes que el sol desapareciera más allá del horizonte sentí los
labios de Ryan presionarse ligeramente contra mi cuello.
Dejé salir una medio alegre, medio sollozante risa. Ryan había estado
esperando este momento conmigo desde la primera vez que le había
mencionado el Gran Cañón. No sé cuántas veces me había rogado para
que lo trajera aquí. Este era nuestro lugar, nuestro momento en el
tiempo. Habíamos reclamado para nosotros mismos de la forma en que
Neil Armstrong reclamó la luna para la humanidad. Parte de mi
deseaba que pudiéramos congelar el tiempo y quedarnos justo aquí en
este momento por siempre.
Cuando el sol finalmente se hubo ido, me giró y descansé mi cabeza en
el hombro de Ryan. Antes, no podía esperar para explicarme, pero
ahora no podía encontrar las palabras correctas para romper el silencio.
—¡De ninguna manera, Jamie! —Ryan se sujetó a mí, estoy segura, con
toda intención de hacer un berrinche—. ¡No me llevarás de regreso!
Donde sea que vayas, yo voy. Fin de la historia.
Me reí.
—Por supuesto que no. Solo me aseguraba que aun quisieras renunciar
a todo y pasar el resto de tu vida conmigo.
Sonreí.
—No lo fue.
—He sabido que me sentía listo para pasar el resto de mi vida contigo
desde un largo tiempo, Jamie. Solo esperaba porque tu obstinado
trasero se diera cuenta también.
Los ojos de Ryan brillaron. Tan grandemente divertido con esta madre-
de-todas-las-sorpresas.
—¿Es en serio?
Más tarde, mientras yacía en los brazos de Ryan, debajo de una manta
de interminables estrellas, me atrapó sonriéndole a mi anillo. La luz de
la fogata había estado haciéndolo brillar.
—Te dije que sabía que ibas a regresar a mí —dijo, felizmente apretando
su agarre en mí—. Elegir este anillo fue la primera cosa que hice al
segundo que fui dado de alta del hospital. Sabía que cuando regresaras
probablemente no tendría tiempo para empacar una bolsa, así que lo
mantuve conmigo todo el tiempo.
—¿Y no tener la prueba para frotar en tu cara que sabía que vendrías?
¿Dónde está la diversión en eso?
—¿Porque no?
—No solo vine a llevarte, tonto. Tengo un plan. Imaginé que llevarte a
esa isla desierta de la que me hiciste oferta, y tan lejos como iremos,
podríamos también traer a mis padres con nosotros. Sé que
renunciarían a sus vidas para quedarse conmigo si les doy la opción.
—Le dejé una carta con Mike cuando te recogí que explica todo. Le pedí
a mis padres que le dijeran a tu mama y Gene todo, y luego dije que los
encontraré, quienes quieran venir en dos días. Solo espero que mis
padres hagan lo que les pedí y en realidad le digan a tus padres.
Odiaría que ellos no supieran lo que te ocurrió.
—¿Lo hacen?
—Mis padres eran un desastre y no podía solo dejarles creer que habías
sido secuestrada de esa manera, entonces les dije. También sabía que
desaparecería eventualmente también, cuando vinieras de regreso por
mí, así que los preparé para eso. Estuvieron sorprendentemente en
apoyo. Gene incluso me creó una cuenta bancaria.
—Estás bromeando.
—¿Cómo alguna vez pensé que podría vivir sin ustedes chicos?
—Tienen una buena vida, y ya han hecho las paces con el pensamiento
de ti y yo yéndonos. Creo que se quedarán.
—¿Cómo está?
Ryan suspiro.
—Herida.
Asentí, incapaz de detener el flujo de lágrimas una vez más. Ese dicho
sobre ser capaz de llorar hasta que saques todo de lágrimas no puede
ser cierto, o me las he arreglado para hacerlo por ahora.
—La primera vez que lo vi, quise golpearlo casi hasta la muerte por lo
que hizo, pero seguí escuchando tu voz en mi cabeza rogándome que
escuchara. Tienes razón, por supuesto. Él lo lamenta, y necesitaba a su
mejor amigo. Lo perdoné y no creo que Becky me perdone por eso. No
creo que pueda perdonar a ninguna de nosotros por eso. Siente como si
lo elegimos sobre ella. Apenas me ha hablado en tres semanas.
Honestamente, creo que podría estar aliviada cuando sepa que me fui.
Así lo espero, de cualquier forma. Tal vez necesita una comienzo fresco,
también uno sin ti y yo y Mike y todos los malos recuerdos.
—Ella es una luchadora. Estaré bien. Solo deseo poder decirle cuanto la
amo. Odio que la última vez que la vi solo rompiera su corazón.
—¿Qué es eso?
—Ese es el tema musical de Iron Man. No eres el único chico que tiene
un ego inflado. Teddy piensa que es Tony Stark.
—Teléfono satelital con GPS. —Sonreí—. ¿Quien sabía que serían tanto
como un regalo popular?
—¿La Guarida?
—La casa de seguridad de Teddy. La llame La Guarida porque su oficina
parecía como el escondite del Dr. Malvado. De cualquier forma, el lugar
está en medio de ninguna maldita parte. Como, ni siquiera hay ninguna
carretera o pistas que vayan a ella. Quería ser capaz de dejar la casa
por mi cuenta y él quería ser capaz de molestarme 24/7 sin importar en
que parte del país yo estuviera.
—¡Jamie, lo encontré!
—¿Qué? ¿Cómo?
—Sí, recuerdo leer sobre eso. El tipo trataba de encontrar una manera
de hacer crecer su pierna de nuevo. ¿Entonces qué?
—¿Y?
—Lo hizo —dije, logrando sentir tanto afecto honesto y extrema molestia
por Carter—. ¡Ese sigiloso, mentiroso, pequeño periodista astuto! —
bufé—. El hombre tiene un don para cavar en la ropa sucia de las
personas.
—Hay más, Jamie.
—¿Qué?
Jadeé. Carter era un montón de cosas, pero no era del tipo de no pagar
una factura de hotel.
—¿Donde? —demandé.
—Jamie, no se…
237
—¿Donde?
—Jamie, espera.
Ryan no parecía feliz, pero estaba resignado. Había visto esa mirada en
mis ojos antes y sabía que cualquier discusión seria sin sentido.
También le agradaba Carter y probablemente se preocupaba por él.
238
»Capitulo 25
Traducido por Jess16
Corregido por stheffy
No es que no supiese nada sobre los transmisores de radiodifusión,
pero parecía que la cantidad de energía que sentí tarareando a mi
alrededor cuando me puse de pie en la cima de la montaña de Potosí
podría haber arruinado las ondas de la radio a Alfa Centauri en lugar
de solo a Las Vegas.
Cualquier cosa con alto voltaje tiende a volverse inestable alrededor de
mí si no soy cuidadosa. Electrónica enloqueciendo al azar, líneas
eléctricas bailan cuando camino bajo ellas... El último año, cuando
nuestra clase de ciencia hizo un viaje a la planta nuclear del campo de
energía fuera de Sacramento, fingí un buen caso de gripe del estómago,
solo para estar segura.
239
Desde mi accidente, mi cuerpo siempre ha respondido a la electricidad,
naturalmente alimentándose de ella cuando está alrededor. Es como si
la energía me llamara. Es como si fuera una parte de mí, o al menos es
atraída por mí, y no puedo evitarlo, pero me gusta la sensación de poder
que recibo de ella.
A veces es difícil no querer simplemente absorber todo dentro. Esta
montaña me estaba haciendo sentir como una alcohólica en
recuperación sentada en un bar abierto. Definitivamente había algo
grande aquí.
Aparte de los transmisores, lo único que veía eran rocas y cactus por
millas en todas las direcciones.
—Hombre, mataría por algo de visión de rayos X en este momento —
murmuré al aire—. Así que, si yo fuera una entrada escondida a un
laboratorio subterráneo secreto, ¿dónde estaría?
Cerré los ojos y traté de usar los poderes que tenía. Tan pronto como
mis oídos se centraron, empujé a un lado el zumbido crepitante de los
transmisores. Oí de inmediato lo que sonaba como el zumbido de un
ventilador gigante. Tal vez varios ventiladores.
Seguí el sonido bajo la parte trasera de la montaña y encontré una
pequeña cueva que se estaba utilizando para ocultar algún tipo de
sistema de ventilación. Había tres grandes agujeros en el suelo
cubiertos con rejas de acero. Aire pasó a través de ellos. Estaba
demasiado oscuro para ver hacia abajo y dentro de ellos, pero podía oír
las aspas de los ventiladores impulsando el aire hacia mí.
A un lado de las salidas de aire estaba otro tubo, no mucho más grande
que el tamaño de una persona. También estaba rallado encima, pero
tenía una escalera desapareciendo en las profundidades. Obviamente
no era la entrada principal al escondite del mal de Visticorp;
francamente, se parecía mucho más al comienzo de una mala película
de terror, pero valía la pena comprobarla.
—Lo que me debes, Carter —murmuré mientras arranqué la reja y bajé
a la oscuridad, rogando que no hubiera algún cadáver, dragones o
escarabajos comedores de carne en la parte inferior.
Después de sólo unos pocos pasos por la escalera, el túnel alcanzó el
estatus de tono negro. Pasé al Modo Peligro. El brillo de mis ojos era
apenas una linterna, pero fue suficiente para hacer mi camino por la
escalera. Por supuesto, el tono verde enfermizo en realidad no estaba
ayudando al factor de miedo.
Tal vez un centenar de metros más abajo, llegué al final de la línea, que
era una buena cosa porque yo estaba empezando a preguntarme si el
tubo no se limitó a conducirme todo el camino al infierno. La única cosa
en la parte inferior era una vieja puerta. Cuando no escuché ningún
ruido al otro lado de la misma, la rompí y me encontré en un pequeño
cuarto de servicio para el sistema de ventilación. Había todo tipo de 240
equipos y medidores. No se veía como si la habitación se controlara a
menudo, pero el equipo parecía ser el mejor y más nuevo y el cuarto
estaba tan esterilizado como un hospital, por lo que alguien iba a venir
aquí eventualmente.
Al otro lado de la habitación había otra puerta, que asumí que sería
para entrar en el edificio principal. Al cruzar la sala, oí voces y me
deslicé al lado de la misma lista para cargarme a quien caminara a
través de ella, pero siguieron andando.
—... no puedo creer que el fenómeno sobrevivió a esa —decía uno de
ellos.
—Presionarlo es la única manera de conseguir resultados.
—Sí, pero no puedes obtener resultados de un sujeto muerto. Si
Donovan lo presiona más duro, terminará como 7899.
—Tal vez debería. El fenómeno provoca más problemas de los que vale
la pena.
Hubo un momento de silencio, y luego la primera voz sonaba
impresionada cuando dijo:
—Seguro es algo para ver, sin embargo.
Las voces se apagaron y comprobé la puerta cuidadosamente. Estaba
cerrada, pero un giro rápido del mango usando súper-fuerza y yo estaba
finalmente en la instalación principal.
El lugar se veía como las partes más deprimentes de un hospital,
paredes de color crema pálido y suelos de linóleo blanco, todo
iluminado tenuemente por las horrendas luces fluorescentes.
La puerta por la que acababa de venir estaba etiquetada con Aire de
Ventilación Unidad 2. Dejando mi salida a la memoria, me dirigí en la
dirección que había oído a las voces. Doblé la esquina justo a tiempo
para ver a dos tipos en batas blancas arrastrar a un hombre
completamente inconsciente hasta una gran puerta. Uno de los tipos
sacó una tarjeta de acceso y la puerta se abrió.
Tuve que seguirlos. Claro, necesitaba encontrar a Carter, pero ese
hombre herido era, obviamente, un sujeto y esos otros dos lo estaban
llevando de vuelta a cualquiera que sea jaula que lo mantenía entre
experimentos. De ninguna manera iba a dejarlo aquí. O alguien más
que pudiera encontrar al otro lado de esa puerta. Carter tendría que
esperar unos minutos más.
Esperé hasta que los dos hombres arrastraron al sujeto inconsciente a
través de la puerta, y al momento que comenzó a cerrarse hice una
carrera hacia ella. No tenía ni idea de lo que iba a encontrar al otro lado
de esa puerta, pero no tenía otra opción. No había manera de que fuera
capaz de romper esa gran puerta electrónica, y no tenía una tarjeta de
acceso.
241
Agarré a los dos hombres en batas y los electrocuté hasta que quedaron
inconscientes antes de que la puerta estuviera aún todo el camino
cerrada detrás de mí. Cuando cayeron al suelo, una mujer sentada
detrás de un escritorio gritó. Mal movimiento por su parte, porque ella
se encontró consiguiendo la siguiente siesta eléctrica.
A medida que la mujer se desplomaba en su silla, una voz áspera dijo—:
¿Quién eres tú?
Me di la vuelta para ver el tipo sujeto tratando de empujar a uno de los
ordenanzas inconscientes fuera de él. Era un hombre alto y negro cuyo
acento sugería que era en realidad de África. Parecía tener unos
cuarenta años, y a pesar de su agotamiento evidente de cualquier
prueba de la que acababa de ser puesto, parecía que jugó para los
49ers14.
—Soy alguien como tú —le dije, deslizando la tarjeta de plástico de
acceso fuera de la mujer inconsciente en frente de mí. La levanté con
una gran sonrisa—. ¿Crees que estás listo para una fuga?
Los ojos del hombre se abrieron, y luego su rostro se endureció. Le
arrebató la tarjeta de acceso al hombre que había abierto la puerta y
asintió con la cabeza detrás de mí.
—Los otros.
256
»EpiLogo
Traducido por val_277
Corregido por stheffy
Abrí mis ojos y no vi nada más que estrellas. Millones de ellas. No había
ni una sola nube en el gran y abierto cielo sobre mí. Era impresionante.
No estaba segura de por qué, pero mi primer pensamiento fue que
estaba en el cielo. Pero si estuviera en el cielo, entonces, ¿dónde estaba
Dios? ¿Dónde estaban los ángeles? ¿Dónde había alguien?
Poco a poco, me senté. Mi cuerpo se sentía rígido, pero no herido. Me
hubiera gustado saber lo que había pasado. O dónde estaba, para el
caso. Estaba... estaba...
¿Estaba tumbada en el fondo de un cráter?
Todo a mi alrededor era una pared de montañas rodeadas por una
perfecta cúpula al revés. Me senté en un punto muerto al medio de eso 257
como si me hubiera caído de las estrellas y dejé un hueco en la tierra
cuando me estrellé.
Pero eso era imposible.
Detrás de mí, hubo un grito de asombro. Me di la vuelta para ver a
alguien corriendo por la tierra excavada hacia mí. No estaba segura de
cómo podía oírlo desde tan lejos, pero él estaba agradeciendo a Dios
una y otra vez.
—¡Estás viva! —dijo cuándo me alcanzó. Arrojó sus brazos a mí
alrededor en un fuerte abrazo—. ¡No puedo creer que estés viva! Sólo
regresé porque tenía que ver lo que quedó después de la explosión.
Nunca imaginé...
Su voz se apagó y me abrazó de nuevo.
—¿Qué pasó? —le pregunté al extraño—. ¿Dónde estoy? ¿Es... es esto el
cielo?
El extraño, que estaba justo a punto de pasar de un niño a un hombre,
se apartó lentamente y me miró como si temiera por mí.
—¿No lo recuerdas? —preguntó.
Traté muy duro de recordar, pero mi memoria estaba completamente en
blanco. Después de un momento, sacudí mi cabeza.
El chico me miró por un minuto, tomándose su tiempo para decidir qué
decir a continuación.
Lo estudié por algún tipo de reconocimiento. Estaba claro que él me
conocía, pero no creo que yo lo hubiera visto antes.
—¿Te conozco?
El chico se sobresaltó lejos de sus pensamientos.
—¿No me recuerdas? —preguntó con incredulidad.
—¿Debería?
Él dudó.
—¿Sabes quién eres tú?
Rodé mis ojos.
—Por supuesto que sí.
Traté de recordar mi nombre, pero no venía.
—Yo... —El pánico comenzó a establecerse. Tenía que saber quién era—
. Yo soy... Mi nombre es...
Mi corazón empezó a latir con tanta fuerza que pensé que podría salirse
de mi pecho. No estaba allí. Mi nombre no estaba allí. De hecho, nada
sobre mí misma estaba allí. Mi memoria había desaparecido por
completo. 258
Comencé a temblar, y rápidamente el extraño envolvió sus brazos a mí
alrededor. La acción causó tanto pánico como lo hizo la comodidad.
—¡No te conozco! —susurré, alejándome de él—. ¡No me conozco!
—Cálmate —susurró el chico—. Me conoces. Simplemente no lo
recuerdas en estos momentos. Hubo un terrible accidente. Nadie más
en el mundo entero habría sobrevivido, pero no eres como los demás.
Eres muy especial.
Odiaba no entender lo que estaba pasando. Odiaba sentirme asustada.
—¿Qué pasó?
—Eres muy poderosa, y algunas personas malas trataron de
secuestrarte por eso. Querían estudiarte, experimentar contigo, tomar
tu poder. Explotaste el edificio entero.
—Yo… yo ¿qué?
El chico me sonrió cariñosamente.
—Tienes superpoderes. También yo, en realidad. Podemos hacer cosas
que nadie más en el mundo puede. Usaste esos poderes para salvarte.
Como si no pudiera resistirlo, como si el pensamiento de mí siendo
herida le doliera en el alma, el chico me tomó en sus brazos de nuevo y
me apretó con fuerza.
—No puedo creer que realmente estés bien.
No estaba segura de encontrarme bien, pero no estaba muerta, así que
supuse que era algo.
Una vez más me alejé del extraño y lo miré con curiosidad.
—¿Cuál es mi nombre? —le pregunté.
Me miró con una expresión calculadora, como si me estuviera dando
otra oportunidad para recordar yo sola. Cuando no lo hice, dijo:
—April. Eres April O'Neil, y yo soy Antonio Stark.
Cogió mi mano y examinó el anillo de diamantes en mi dedo. No lo
había visto allí hasta ahora, pero sabía lo que significaba.
Jadeé.
—¿Esto es...? ¿Tú has...? ¿Eres mi...?
Antonio me sonrió.
—Vamos. Vamos a casa y te lo explicaré todo.
A casa. Con él. Algo sobre eso no se sentía del todo bien. Tal vez solo
porque no lo podía recordar. Pero, ¿qué otra opción tenía? ¿Quedarme
aquí en este cráter, en el medio de la nada?
—Está bien. —Asentí—. Quizás una vez que vea algo familiar vendrá a 259
mí de nuevo.
La sonrisa de respuesta de Antonio era un poco triste.
—Esperemos que sea así —susurró en voz baja, y entonces me besó.
Fin
»Sobre la autora
Kelly Oram es madre de tres hijos, quienes
recientemente escaparan el ajetreo de Los
Ángeles a un pequeño pueblo de Arizona.
Escribió su primera novela a los quince años,
sobre su grupo musical favorito, The
Backstreet Boys, por lo que sus familiares y
amigos aún se burlan de ella.
Sitio web oficial:
http://www.kellyoram.com/
260
Jamie Baker #3:
Remember Jamie
Baker
261
¡Visítanos para
más lecturas! 262
http://welcomeanotherworld.forogratuito.net/