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En contra de la clonación humana:

La mayoría de los argumentos que se han ofrecido en contra de clonar humanos pueden
clasificarse en tres grupos principales:

a. Riesgos de daños físicos al clon;

b. Riesgos de daños psicológicos al clon;

c. Daños sociales.) Vayamos analizándolos por orden.

a. Riesgos de daños físicos al clon. esta técnica es moralmente impermisible porque no se ha


probado su seguridad.( Explican que el procedimiento utilizado para crear a la oveja Dolly tuvo
éxito en sólo uno de 277 intentos. Por lo tanto, según estos autores, esta tecnología podría
producir anormalidades severas en los posibles bebés.

Es díficil, sin embargo, ver cómo este argumento puede apoyar una prohibición total y final de la
clonación humana. Para poder probar la necesidad de tal prohibición, sería necesario asumir que
es moralmente incorrecto tratar de clonar humanos a menos que se pueda garantizar que el
primer bebé que se origine por medio de esta técnica nacerá completamente sano. La razón para
esta exigencia es que la experimentación con seres humanos sin su consentimiento es inmoral

Aunque este argumento tiene más mérito de lo que algunos críticos le han concedido,  no puede
sustentar la prohibición total y final de esta tecnología. Por supuesto, quienes lo sugieren no
necesitan exigir el consentimiento informado del bebé, lo cual sería obviamente imposible. Se
puede exigir solamente el consentimiento de los padres, como se hace en cualquier otro caso de
experimentación con niños. Es razonable mantener que en estos momentos los padres no
pueden dar un consentimiento informado simplemente porque carecemos de información
adecuada sobre los riesgos y beneficios de clonar humanos. Los estudios con animales son
todavía escasos y los que existen muestran que intentar este procedimiento en seres humanos
no es seguro. Obviamente, la falta de información, o la existencia de información inadecuada,
puede entorpecer seriamente la posibilidad de dar un consentimiento informado. De esta forma,
si los padres no pueden dar un consentimiento explícito, entonces no puede afirmarse que han
consentido de parte de los hijos todavía por nacer.

Sin embargo, no existen buenas razones para creer que esta falta de información vaya a
continuar en el futuro. En algún momento, podría ser posible tener suficiente información como
para poder dar un consentimiento informado. Si esto es así, entonces este argumento en contra
de la clonación es sólo un argumento que defiende la precaución. La mayoría de la gente estaría
de acuerdo en que en estos momentos dado el conocimiento, o la falta de él, que existe sobre
esta tecnología, sería inmoral intentar clonar humanos. Pero si seguridad es lo que se quiere, se
puede ciertamente proponer que se investigue más con animales para poder establecer su
fiabilidad y eficiencia antes de intentarlo en humanos. Por lo tanto, el rechazo de la clonación
basándose en la falta de seguridad de esta técnica no puede probar que la clonación en sí
misma es inmoral, sólo puede probar que lo es en tanto en cuanto no haya evidencia que
muestre que clonar es razonablemente seguro.

b. Riesgos de daños psicológicos al clon. Los críticos de la clonación también mantienen que
esta práctica puede producir daños psicológicos serios en la persona engendrada a través de
esta tecnología, tales como la posible pérdida del sentido de individualidad o de identidad única.

Este argumento, sin embargo, parece presuponer que la identidad o individualidad humana viene
determinada por la singularidad de nuestro genoma. Esta presuposición sólo puede estar basada
en la forma más cruda de determinismo biológico. De acuerdo con esta teoría, la dotación
genética de un individuo determina completamente lo que este individuo será. Como nos dice el
Premio Nobel Walter Gilbert, pronto seremos capaces de tener un CD con el mapa de nuestro
genoma y podremos decir mostrando ese CD, “aquí está un ser humano. Soy yo. No hay
evidencia, sin embargo, que apoye esta clase de determinismo genético. El hecho de que una
característica particular vaya a estar presente en un individuo depende no sólo de sus genes,
sino también de factores biológicos y ambientales. Así, a pesar de tener prácticamente los
mismos genes, los gemelos homocigóticos tienen ciertamente identidades distintas y únicas. Su
individualidad no parece verse amenazada por el hecho de no tener genomas únicos.

Otros autores han argumentado que estos daños psicológicos resultan de la violación de lo que
Hans Jonas ha llamado “el derecho a la ignorancia”, o lo que Joel Feinberg denomina “el derecho
a un futuro abierto, Jonas mantiene que la clonación de seres humanos, en la que existe un
intervalo importante entre el comienzo de las vidas del individuo de que se obtiene el material
genético y el individuo clonado, difiere esencialmente de la existencia de gemelos naturales. De
acuerdo con Jonas, los individuos originados por clonación saben, o al menos creen saber,
demasiado acerca de si mismos. Esto es así porque existe ya otra persona en el mundo que
partiendo del mismo punto genético ha hecho elecciones en su vida que están todavía en el
futuro de la persona clonada. Esta persona puede sentir que su vida ya ha sido vivida, que su
destino ha sido ya determinado.

De manera similar, Joel Feinberg ha defendido que un niño tiene derecho a un futuro abierto.
Esto requiere que quienes lo crían no deben cerrar las posibilidades que de otra manera podría
tener de construir su propia vida. Así, crear un clon podría violar este derecho porque la persona
creerá que su futuro ya ha sido fijado por la elecciones de la persona de la que el individuo es un
clon.

Como en el caso de los argumentos acerca de la falta de individualidad, estas llamadas al


derecho a la ignorancia o a un futuro abierto se basan en la presuposición cuestionable de que la
dotación genética que uno tiene determina completamente la trayectoria de su vida. Pero, como
hemos dicho antes, esta presuposición es falsa porque ignora que los genotipos tienen un rango
de expresiones fenotípicas, pasa por alto la importancia del ambiente y se olvida de la
importancia que las elecciones personales tienen en la creación de una vida única. De esta
forma, si la creencia en esta clase de determinismo genético se rechaza, entones no existen más
razones para sostener que los derechos a la ignorancia y a un futuro abierto del clon han sido
violados, que las que tenemos para decir que tales derechos serían violados por un hermano o
hermana mayor. Después de todo, los hermanos y hermanas comparten el cincuenta por ciento
de sus genes. Y puede ser el caso de que las elecciones de una hermana mayor influencien la
clase de elecciones que la hermana pequeña haga. Si la primera encuentra que su elección
profesional le ha permitido tener una vida llena de significado, la pequeña puede decidir seguir
sus pasos; si, por el contrario, la hermana mayor encuentra que su vida es terriblemente pobre
debido a sus decisiones, la hermana menor puede elegir de manera distinta. En cualquier caso,
normalmente no creemos que los padres que tienen varios hijos estén violando el derecho a un
futuro abierto o a la ignorancia de sus hijos menores.

Es verdad, sin embargo, que la falsedad de la creencia en el determinismo genético sólo muestra
que los derechos de los que hablamos no han sido violados cuando se clonan seres humanos.
(
 La falsedad de esta creencia no muestra, de todas formas, que los posibles daños psicológicos
no puedan existir, especialmente si la creencia en el determinismo genético está ampliamente
extendida. Dos problemas, sin embargo, hacen que este argumento en contra de la clonación no
sea convincente. Primero, esta clase de riesgos psicológicos son en estos momentos sólo
especulativos, dado que no tenemos experiencias con la clonación de humanos. Segundo,
prohibir cualquier práctica basándose en el hecho de que las creencias falsas que los seres
humanos sostienen pueden crear daños es significativamente objetable. Este argumento parece
presuponer que tenemos que dar peso a las creencias falsas compartidas en vez de, por
ejemplo, tratar de eliminarlas a través de la educación.

c. Daños sociales. Varios autores han mantenido que la clonación de humanos puede producir
también daños sociales. Entre ellos discutiremos aquí los creados cuando se amenaza la
estabilidad familiar y los que se producen al disminuir el respeto por la vida humana.

La apelación a los daños a la familia no es única de los argumentos en contra de la clonación.


Esta inquietud ha estado presente también en el desarrollo y uso de nuevas tecnologías de
reproducción como la fertilización in vitro. Defensores de este tipo de argumento mantienen que
debido a que la clonación permite que el clon pueda tener sólo uno o también varios padres o
madres, esta clase de procedimientos amenaza la estabilidad de la familia. La clonación humana
parece también promover la confusión sobre quién en realidad es la madre, quién el padre, los
abuelos, o los hermanos y hermanas. Por ejemplo, si una mujer desea, usando su propio
material genético, emplear la clonación para tener una hija, no está claro, mantienen los críticos,
si ella es la madre, o la hermana, o ambas. Tampoco está claro si el abuelo de la niña es en
realidad el padre de ésta.

Esta línea argumentativa es, sin embargo, discutible por varias razones. Primero, parece
presuponerse que por “familia” sólo puede entenderse la familia nuclear compuesta por el padre,
la madre y sus descendientes genéticos. Solamente si se da prioridad a las relaciones genéticas
puede existir confusión sobre si alguien es en realidad una hermana o una madre. Obviamente,
si valoramos principalmente las dimensiones sociales de la paternidad y maternidad esta clase
de confusiones tiende a desaparecer. Segundo, este argumento asume que el concepto de
“familia” es inmutable e invariable. Por último, parece que también se presupone que la
concepción actual sobre la familia nos ofrece la mejor forma de organización social para originar
individuos saludables y sociedades productivas. Todas estas presuposiciones son cuestionables
debido al menos a las siguientes razones. En primer lugar, ignoran la evidencia histórica y
antropológica que muestra que los seres humanos han adoptado con éxito diferentes clases de
arreglos familiares. En segundo lugar, no se ofrecen razones normativas convincentes que
muestren que las sociedades construidas sobre la base de la familia nuclear como es
normalmente entendida, sean mejores sociedades que las construidas sobre otros tipos de
acuerdos familiares. Esto no quiere decir, por supuesto, que el entender la familia como un
arreglo caracterizado principalmente por relaciones genéticas no tenga ventajas para los seres
humanos. Nuestro propósito es sólo señalar que incluso si esta concepción de “familia” es
apropiada, esto en sí mismo no prueba que sea ni la única ni la mejor.

Los críticos de la clonación también mantienen que esta práctica puede disminuir nuestro respeto
por la vida humana. Sostienen que la clonación permite que veamos a los seres humanos como
reemplazables. El principal problema con este argumento es que, de nuevo, se presupone que
los genes determinan la individualidad de las personas. Solamente si éste es el caso podríamos
decir que el clon está “reemplazando” a otra persona. Pero, como ya hemos dicho antes, no
existe evidencia que apoye esta clase de determinismo genético.

Otra razón que se utiliza para defender la idea de que la clonación puede amenazar el valor que
las personas poseen, es que la práctica de la clonación nos invita a ver a los seres humanos
como creados de acuerdo con nuestros deseos.Quienes rechazan esta tecnología mantienen
que algunas personas pueden originar bebés con genomas que tienen especial interés para
quienes utilizan la clonación. De esta forma los niños serían valorados como medios y no como
fines en sí mismos. Este argumento es problemático porque parece presuponer
equivocadamente que valorar a las personas como fines en sí mismos es incompatible con
valorarlas también como medios para algún otro fin.Obviamente, podemos valorar a Pelé por su
destreza (valor instrumental) en un equipo de football sin que esto sea faltarle al respeto como
persona. Este argumento es también cuestionable porque presupone que clonar personas con
características o habilidades particulares garantiza que el clon también poseerá tales
características. Por ejemplo no existe ninguna garantía de que un clon de Pelé vaya a ser un
jugador excepcional. Las habilidades de Pelé como jugador dependen no sólo de sus genes, sino
también del ambiente en el que se desarrolló y de las elecciones personales que adoptó.

Aunque los argumentos que hemos presentado aquí no son los únicos que se han ofrecido en
contra de la clonación de seres humanos, son, creemos, los más fuertes. Si nuestro análisis de
ellos es correcto, entonces el planteamiento en contra de la clonación fracasa. Esto no significa
que estos argumentos carezcan de méritos o que en algún momento no se puedan ofrecer otros
que prueben la impermisibilidad de la clonación. Sin embargo, a menos que asumamos que todo
lo que se puede hacer debe hacerse, en tanto no existan razones convincentes para no hacerlo,
entonces el hecho de que no haya buenos argumentos en contra de la clonación no significa que
debamos proceder con esta práctica. Si esto es así, se necesitan argumentos positivos a favor
de la clonación de seres humanos.

La gran mayoría de los intentos de clonación de un animal dieron como resultado embriones deformados o abortos
tras la implantación.Defienden que los pocos animales clonados nacidos presentan malformaciones no detectables a
través de análisis o tests en el útero, por ejemplo, las deformaciones en el revestimiento de los pulmones.
En 1996, fue clonada la oveja Dolly. Fue el primer mamífero clonado a partir del ADN derivado de un adulta en vez de
ser utilizado el ADN de un embrión. Pero aunque Dolly tenga una apariencia saludable, se cuestiona la posibilidad de
que envejeciera antes que una oveja normal. Además fueron necesarios 277 embriones para producir este nacimiento.
Actualmente existen muchos debates acerca de este tema. Uno de los principales aspectos por lo que surge la
negación ante la clonación es principalmente en el aspecto religioso y moral. Un ente por sí solo es incapaz de producir
otro o similar, siempre -según el proceso reproductivo de las especies- necesitará del compañero que aporte el resto
para lograr el ser.

Ahora, desde el punto de vista religioso, Dios -llámale por el nombre que quieras- es el único capaz de Dar y Quitar
vida. Por lo tanto, un ente no creado por él carecerá de alma y sentimientos, lo que lo convertirán sólo en un ser,
nunca en un Ser Humano.

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