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TELEORIENTACIÓN FAMILIAR DURANTE EL AISLAMIENTO SOCIAL POR

COVID–19, BRINDADA POR EL PROFESIONAL DE ENFERMERÍA EN EL AÑO


2020.
FAMILY TELEORIENTATION DURING SOCIAL ISOLATION BY COVID–19,
PROVIDED BY THE NURSING PROFESSIONAL IN 2020.

Resumen
Objetivo: Identificar el papel de enfermería en el proceso de tele orientación familiar durante la
pandemia mediante la revisión de documentos científicos para la elaboración de un artículo
reflexivo en el último trimestre de 2020.
Metodología: Articulo de reflexión
Resultados: Nuestros datos sugieren que la tele orientación es utilizada de forma proactiva, ya
que permite proporcionar al usuario información, consejería y asesoría, siendo de gran ayuda en
la promoción de la salud y prevención de la enfermedad al igual que en rehabilitación, permitiendo
un seguimiento clínico útil y seguro en pacientes con COVID-19 de alto riesgo, así como la
continuación de la prestación de servicios de salud durante la pandemia.
Conclusiones: La tele orientación por parte de enfermería busca mejorar el acceso a los servicios
sanitarios dando continuidad y solución a las distintas problemáticas que afectan la salud,
impactando directamente en la salud pública, la educación y economía mediante el uso de las TIC

Palabras clave: Pandemia, COVID 19, Enfermería, coronavirus, Tele orientación, Tecnología.
Abstract
Objective: To identify the role of nursing in the process of tele-family guidance during the
pandemic by reviewing scientific documents for the preparation of a reflective article in the last
quarter of 2020.
Methodology: Reflection article
Results: Our data suggest that tele guidance is used proactively, as it allows to provide the user
with information, counseling and advice, being of great help in the promotion of health and
prevention of the disease as well as in rehabilitation, allowing a useful and safe clinical follow-
up in patients with COVID-19 of high risk, as well as the continuation of the provision of health
services during the pandemic
Conclusions: Tele-guidance by nursing seeks to improve access to health services by giving
continuity and solution to the different problems that health controls, directly impacting public
health, education and the economy through the use of ICT

Keywords: Pandemic, COVID 19, Nursing, coronavirus, Remote Orientation, Technology


Introducción
Desde el 2020 el mundo enfrenta una nueva pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 que
ha sido identificado y secuenciado genéticamente, es un virus ARN monocatenario positivo, el
cual se ha esparcido por varios países con un incremento que supera el millón de casos positivos
y más de 50 000 muertes. (Accinelli et al., 2020). Este se dio en China a finales del año 2019 donde
se registró un aumento de pacientes con infección respiratoria infectados por el nuevo coronavirus,
identificado ahora con las siglas SARS-CoV-2, localizado en la ciudad de Wuhan. El 30 de enero
de 2020 la OMS declaró esta epidemia como una Emergencia de Salud Pública de Interés
Internacional. (Un Mundo, Una Salud: La Epidemia Por El Nuevo Coronavirus COVID-19, n.d.)
La presente investigación se realizará con el fin de conocer las diferentes herramientas que se
han implementado en respuesta a la pandemia del COVID-19 desde el área de la salud, para dar
continuidad a la atención sanitaria de la población, esta se realiza en torno a los profesionales de
enfermería más específicamente con relación a la tele orientación. La investigación se resolverá a
mediano plazo, contribuyendo con las políticas públicas donde se busca generar un aporte para el
área de la salud, especialmente para el profesional de enfermería quien se ve involucrado en labores
de promoción y prevención de la salud de manera directa con pacientes, familias y comunidades.
Ya que según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los enfermeros representan
casi el 50 % de la fuerza laboral de salud. De los 43,5 millones de trabajadores de la salud en el
mundo, se estima que 27,9 millones son enfermeras, de las cuales el grueso –19,3 millones– son
enfermeras profesionales, sin embargo, el 50 % de los estados miembros de la OMS informa tener
menos de tres profesionales en enfermería por cada 1.000 habitantes. Esta relación ha sido incluida
como un indicador de desarrollo por parte del Banco Mundial, el cual reconoce a países como
Islandia, Nueva Zelanda y, en la región, a Brasil como aquellos con mejor relación de enfermeros
por población, señalando la necesidad urgente de mejorar esta relación en gran parte del planeta.
Así mismo, ante la pandemia de covid-19, son varios los actores que entran a actuar para la
atención de este desafío de salud pública para todo el mundo. Aparte de médicos y bacteriólogos,
los profesionales de enfermería juegan un rol importante para la atención de los pacientes. En
Colombia se cuenta con 65.445 profesionales de enfermería, según cifras de la Dirección de
Desarrollo del Talento Humano en Salud del Ministerio de Salud y Protección Social. Luis Gabriel
Bernal, director de Desarrollo del Talento Humano en Salud del Ministerio de Salud y Protección
Social, manifestó que es clave su accionar en el marco de la emergencia sanitaria del país. "Son
múltiples los retos que enfrenta el personal de enfermería, pero sobre todo y en donde debemos
centrarnos es precisamente en las oportunidades que se presentan en este momento histórico para
el ejercicio profesional". Cecilia Vargas, presidenta de la Organización Colegial de Enfermería
de Colombia, afirmó que "los profesionales de enfermería ejercen sus funciones donde vivimos,
estudiamos, trabajamos, nos desarrollamos y recreamos". Dentro de los hospitales y clínicas estos
profesionales son quienes acompañan en todo el recorrido de las personas que han visto su salud
comprometida por la enfermedad. Por su parte, Freddy Perilla, presidente de la Asociación
Colombiana Estudiantil de Enfermería, apuntó que esta es la profesión que se dedica al cuidado
holístico del ser humano, "es decir, nos preocupamos día a día de la salud en todas las dimensiones:
físicas, biológicas y psicológicas".

Por otro lado, en varios países optaron por herramientas para evitar el contagio del COVID 19,
entre ellas encontramos la tele orientación en salud, como una de las principales respuestas a esta
problemática, es por esto que surgió el interés de investigar acerca de la utilización de esta
herramienta en las prácticas de los profesionales de enfermería, enfocándose en el tiempo de
confinamiento producido por la pandemia del COVID-19. Los resultados de esta investigación
servirán para brindarle información a la comunidad en general, además de representar un aporte
de gran importancia para futuras investigaciones, donde se expondrá la necesidad de avanzar en el
uso de las herramientas tecnológicas como factor protector frente a futuras pandemias,
minimizando así las tasas de contagios.

En este sentido, el uso de la tele orientación se ve hoy aún más justificada que en los años 50, al
presentarse una mayor longevidad de la población, un notable incremento de la "esperanza de
vida", una mejor calidad de vida y un mayor número de patologías en la tercera edad, muchas de
las cuales pueden ser controladas a distancia en el propio domicilio del paciente, evitando su
traslado y el de los equipos sanitarios, que en algunas áreas del país resulta de difícil acceso
(Ministerio de Salud y Protección social, 2020).

Cabe destacar que la tele orientación está en etapas tempranas en Colombia y Latinoamérica.
Menos del 1% de las consultas médicas son realizadas de manera remota actualmente. Sin
embargo, tras el brote de coronavirus, la aceptación de la teleorientación ha aumentado más rápido
de lo esperado y los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) y la Organización Mundial
de la Salud (OMS) están incentivando su uso para contener la expansión del virus”. Además, según
Laura Gutiérrez, medica fundadora de Doc. una plataforma de doctores especialistas 24/7, “el
marco legal pone a Colombia por delante de muchos países de Latinoamérica facilitando el acceso
y la prestación de servicios de salud en cualquiera de sus fases (promoción, prevención,
diagnóstico, tratamiento, rehabilitación) (S., 2020).

Continuando con el tema, “La pandemia por el virus de SARS-CoV-2, generó diversas
recomendaciones gubernamentales a nivel mundial, entre ellas el aislamiento preventivo”; en
Colombia, estas medidas iniciaron en el mes de marzo de 2020, por el cual el mandatario o
presidente actual, expreso a la comunidad un desarrollo del Estado de Emergencia, aplicando un
Aislamiento Preventivo Obligatorio para todos los colombianos, Con esta problemática pública se
vieron afectadas especialmente las personas adultas mayores, en donde tuvieron un aislamiento
obligatorio, llegándose a ver afectada su salud física y mental (HS, 2020)

En este sentido se vio la necesidad de implementar más notablemente la tele medicina para
mitigar los efectos de la pandemia, según el ministerio de salud nos refiere que los servicios de
telesalud y teleorientación tienen un propósito como lo es brindar a los Prestadores de Servicios
de Salud y Entidades Administradoras de Planes de Beneficios - EAPB del país lineamientos a
través de la resolución 2654 de 2019, para la realización de actividades de telesalud incluida la
atención en la modalidad de teleorientación, en el marco de la pandemia por COVID-19, de igual
forma que su alcance será el establecimiento de las pautas generales para llevar a cabo actividades
de atención en salud con herramientas de telesalud y teleorientación. Estos lineamientos por parte
del estado estarán en continua revisión y podrán ser actualizado con base en las recomendaciones
que emita la Organización Mundial de la Salud –OMS, organizaciones científicas nacionales e
internacionales y cuando la situación epidemiológica lo requiriera (Social, 2020). De igual forma
el ministerio de salud nos da un contexto claro sobre el significado de la tele orientación en salud
como conjunto de acciones que se desarrollan a través de tecnologías de la información y
comunicaciones para proporcionar al usuario información, consejería y asesoría en los
componentes de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, diagnóstico, tratamiento,
rehabilitación y paliación. La tele orientadora, en el marco de sus competencias, debe informar al
usuario el alcance de la orientación y entregar copia o resumen de la comunicación si el usuario lo
solicita (MdSyP, 2020)
Actualmente se observan diferentes posturas frente a los avances tecnológicos en la salud, entre
estos encontramos algunos que ponen en entredicho las acciones de teleorientación y tele
orientación como la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP) que refieren que
estos programas tienen como objetivo redoblar ganancias de los empresarios de la salud, y a su
vez generan tres consecuencias gravísimas: 1. Rompen la relación médico-paciente; 2. Atentan
contra la salud de la población; 3.Precarizan aún más las condiciones laborales del médico del
sector privado. Tres maneras claras de banalizar la medicina, ya que las prácticas que proponen
estas nuevas tecnologías favorecen su deshumanización, impactan en el aspecto sanitario y afectan
negativamente al médico como trabajador. Los funcionarios no cumplen con sus roles, olvidan que
deben trabajar para que el Estado garantice el derecho de la salud, y los empresarios buscan de una
manera irracional obtener más y más ganancias a costa de los salarios y condiciones de trabajo del
médico y poniendo en riesgo la salud de los ciudadanos. Del otro lado, los colegas se enfrentan a
la banalización de su rol social y los pacientes a un sistema de salud que no los prioriza y les pone
cada vez más obstáculos para acceder a una atención oportuna y de calidad (AMAP, 2020).
En este artículo encontramos la posición de los autores frente al tema en el cual se manifiesta
que “El uso de las herramientas tecnológicas en momentos tan cruciales como lo es la pandemia
de COVID 19, es un gran avance en los procesos sanitarios, que permiten una consejería y asesoría
que busca generar un acompañamiento, permitiendo suplir la demanda de servicios de salud, que
conlleva a mitigar las tasas de contagio, promover la salud, prevenir la enfermedad y orientar en
los tratamiento de usuarios y familias en estado de aislamiento, en este sentido la pandemia del
COVID 19 ha remarcado la importancia de fortalecer la tele medicina como una alternativa
complementaria de los procesos sanitarios, sin dejar de lado la importancia que tiene el contacto
físico con el paciente para la relación terapéutica, en este sentido es importante que la tele
orientación se realice de manera alterna con la orientación presencial.”
La presente investigación cuenta con viabilidad puesto que actualmente las familias se
encuentran sin poder tomar un servicio de salud presencial debido al confinamiento que han venido
presentando durante estos meses de pandemia, no requiere mayor cantidad de recursos económicos
y es de fácil acceso los artículos de estudio.
Discusión
La irrupción de la infección por SARS-CoV-2 durante los últimos meses, una de las mayores
epidemias de la historia de la humanidad con millones de afectados y cientos de miles de muertos,
ha obligado a la transformación radical de los sistemas sanitarios para poder afrontar esta
pandemia. Algunas consecuencias han sido la modificación de la estructura de los hospitales y de
los circuitos asistenciales; la restricción de la movilidad social por las regulaciones de las
autoridades para la transmisibilidad de la infección, y el temor de los pacientes y de la población
al contagio si acudían a los centros sanitarios. En todo ha resultado imprescindible el papel de los
ciudadanos como motor del cambio, junto al de los profesionales, destacando su responsabilidad
en el autocuidado, en el cumplimiento del aislamiento social y en el uso racional de los recursos
sanitarios.
Es imperativo resaltar los datos de este estudio sugieren que el seguimiento domiciliario con
telesalud en pacientes con COVID-19 es un sistema bien aceptado, útil y seguro. Su uso en aquellos
casos de mayor riesgo, pero no seriamente enfermos, permite un control clínico adecuado, detecta
con anticipación el agravamiento de la enfermedad, ayuda a ordenar la asistencia en momentos de
elevada demanda, contribuye a mantener el «aislamiento social» al evitar visitas a urgencias o
consultas y ofrece apoyo al enfermo y su familia. Si bien la teleorientación se ha utilizado en el
control de enfermedades infecciosas agudas, la mayor parte de la evidencia disponible proviene
del manejo de pacientes con enfermedades crónicas. La información disponible sobre el papel que
puede desempeñar la teleorientación en el control de una epidemia es escasa.
Impacto de la asistencia por Covid-19 en los sistemas de salud.
La pandemia de COVID-19, producida por el virus SARS-CoV-2, ha provocado una urgencia
mundial de salud pública, con una evolución rápida y trágicas consecuencias. La lucha contra esta
enfermedad, cuyas características epidemiológicas, clínicas y pronósticas aún se están estudiando,
está obligando a modificar las formas de atención, lo que incluye transformar algunas consultas
presenciales en no presenciales.
La teleorientación, en sus diferentes formas, se ha utilizado para una consejería y asesoría que
busca generar un acompañamiento en la promoción de la salud, prevención de enfermedades,
orientación de sus signos de alarma y rehabilitación de patologías. Se considera que también podría
ser de ayuda en una crisis como la actual. Sin embargo, hoy en día, la información disponible sobre
los posibles beneficios o su seguridad es muy limitada.
Aproximadamente, un 80% de los pacientes con COVID-19 presenta un curso clínico leve o
moderado, requiriendo habitualmente un tratamiento sintomático. Un 20% de los pacientes,
especialmente aquellos con edad avanzada o comorbilidades, requerirá ingreso hospitalario debido
a criterios de severidad (Guan, y otros, 2020). En este sentido, el uso de la teleorientación,
telemedicina y la telemonitorización permitiría la evaluación clínica de estos pacientes que
presentan un curso leve y que están en aislamiento domiciliario, evitando exposiciones de riesgo
en el personal sanitario.
La consideración de los deberes éticos y profesionales con los pacientes, con sus familias y con la
sociedad han primado sobre cualquier otra circunstancia, lo que ha supuesto una renovación de los
compromisos de los profesionales sanitarios. La evaluación integral inicial, la consideración del
riesgo individual y la estratificación de los niveles de cuidados han sido la norma de actuación
para poder asignar los recursos asistenciales disponibles de la manera más apropiada a las
circunstancias cambiantes de cada centro.
Las rutas asistenciales de los pacientes entre urgencias, las salas de hospitalización, las unidades
de cuidados intermedios o críticos y el seguimiento domiciliario, realizado desde el hospital o
desde atención primaria, han sido más fluidas que nunca, y se han implantado herramientas de
asistencia compartida novedosas. La coordinación estrecha entre los servicios clínicos y los
laboratorios y radiología ha ofrecido soluciones para la toma rápida de decisiones clínicas con un
acortamiento de los tiempos de respuesta.
En el cuidado directo de los pacientes ingresados se han implantado ampliadas iniciativas de
digitalización de la atención de hospitalización convencional, la obtención de electrocardiogramas
con dispositivos reducidos fáciles de usar y esterilizar, y mediante teleorientación, teleasistencia,
o telemedicina, para incrementar el número de visitas y reducir la exposición de los profesionales
y el consumo de equipos de protección, así como llamadas con dispositivos móviles al paciente o
a la familia (Hollander & BG, 2020) .
Para Harpaz (2020) El alejamiento de los pacientes ambulatorios, de esta y otras patologías, se ha
solventado, en una gran parte, con la recogida de muestras en dispositivos especiales o en el
domicilio, en este sentido la teleorientación mediante la utilización de equipos telefónicos, video
llamadas, u otras, han jugado un papel muy importante. También se ha utilizado la geolocalización
para el estudio de contactos y para asegurar el alejamiento poblacional. En definitiva, las distintas
modalidades de teleorientación con el uso de la tecnología de comunicación han tenido una
expansión exponencial en poco tiempo.
La transformación continua para dar soluciones ha obligado a tener un modelo de hospital «fluido»
o «flexible» con adaptación permanente a los distintos escenarios. Las diferentes iniciativas no
han estado exentas de dificultades y problemas, ni tampoco se conoce todavía el impacto de la
pandemia en los resultados en salud global y en otras patologías, algo que habrá que analizar con
detenimiento en los próximos meses. En cualquier caso, podríamos decir que, en muchos aspectos,
el hospital del futuro ya está aquí, lo ha traído la infección COVID-19.
Dentro del drama que ha causado tanto sufrimiento personal y colectivo y de la catástrofe
económica subsiguiente, debemos extraer las mejores lecciones aprendidas para mejorar el sistema
sanitario en su conjunto, para hacerlo más cercano y adaptable a las necesidades de los pacientes,
para evitar los actos clínicos y las visitas presenciales innecesarias y, en definitiva, para hacerlo
más personalizado, más eficiente y de mayor calidad.
Telesalud
La Organización Mundial de la Salud define la telesalud como «La prestación de servicios de
atención por todos los profesionales de la salud, mediante el uso de tecnologías de comunicación
e intercambio de información válidas, tanto para el diagnóstico, como para el tratamiento o la
prevención de enfermedades y lesiones» (OMS, 2010). Por tanto, la telesalud puede: realizarse,
según el modo de comunicación, mediante texto (correo electrónico, Facebook Messenger,
WhatsApp), video (Skype, Zoom, Microsoft Team, Facetime, etc.) o audio (teléfono); puede ser
sincrónica (en tiempo real texto, video o audio) o asincrónica (por correo electrónico), y puede
involucrar a varios individuos (paciente-médico, médico-médico, trabajador sanitario-paciente o
trabajador sanitario-médico). Dentro de la telesalud encontramos:
Teleorientación en salud: Es el conjunto de acciones que se desarrollan a través de tecnologías de
la información y comunicaciones para proporcionar al usuario información, consejería y asesoría
en los componentes de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, diagnóstico,
tratamiento, rehabilitación y paliación. El teleorientador, en el marco de sus competencias, debe
informar al usuario el alcance de la orientación y entregar copia o resumen de la comunicación si
el usuario lo solicita.
Teleapoyo: El Teleapoyo se refiere al soporte solicitado por un profesional de la salud a otro
profesional de la salud a través de tecnologías de la información y comunicaciones en el marco del
relacionamiento entre profesionales. Es responsabilidad de quien solicita el apoyo, la conducta que
determina para el usuario.
Telemedicina: Es la provisión de servicios de salud a distancia en los componentes de promoción,
prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, por profesionales de la salud que utilizan
tecnologías de la información y la comunicación, que les permiten intercambiar datos con el
propósito de facilitar el acceso y la oportunidad en la prestación de servicios a la población que
presenta limitaciones de oferta, de acceso a los servicios o de ambos en su área geográfica.
Telemedicina interactiva: Es la relación a distancia utilizando tecnologías de información y
comunicación, mediante una herramienta de video llamada en tiempo real, entre un profesional de
la salud de un prestador y un usuario, para la prestación de servicios de salud en cualquiera de sus
fases.
Telemedicina no interactiva: Es la relación a distancia utilizando tecnologías de información y
comunicación, mediante una comunicación asincrónica entre un profesional de la salud de un
prestador y un usuario, para la provisión de un servicio de salud que no requiere respuesta
inmediata.
Telexperticia: Es la relación a distancia con método de comunicación sincrónico o asincrónico
para la provisión de servicios de salud en cualquiera de sus componentes, utilizando tecnologías
de información y comunicación entre:
a. Dos profesionales de la salud, uno de los cuales atiende presencialmente al usuario y otro atiende
a distancia. El profesional que atiende presencialmente al usuario es responsable del tratamiento y
de las decisiones y recomendaciones entregadas al paciente y el que atiende a distancia es
responsable de la calidad de la opinión que entrega y debe especificar las condiciones en las que
se da dicha opinión, lo cual debe consignarse en la historia clínica.
b. Personal de salud no profesional, esto es, técnico, tecnólogo o auxiliar, que atiende
presencialmente al usuario y un profesional de la salud a distancia. El profesional que atiende a
distancia será el responsable del tratamiento y de las recomendaciones que reciba el paciente, y el
personal de salud no profesional que atiende presencialmente al usuario será el responsable de las
acciones realizadas en el ámbito de su competencia.
En el caso del COVID-19 existen diferentes estudios que orientan sobre el método de trabajo y la
manera de implementarla como es de caso Greenhalgh, Koh, y Car (2020). Sin embargo, creemos
que este es el primer estudio que detalla en profundidad tanto el sistema tecnológico como los
procedimientos de uso o los criterios clínicos para su manejo en la práctica cotidiana. Una de sus
aportaciones es definir estrategias de trabajo que se han asociado a resultados alentadores. Sin
duda es una base sólida para que futuras investigaciones, más amplias y con grupos de control,
definan el papel que ha de desempeñar la teleorientación en esta o en futuras pandemias.
La estrategia que utilizaron que combina teleorientación y seguimiento proactivo fue bien aceptada
por los pacientes. Al contrario de lo que sucede en otras enfermedades, el seguimiento se completó
sin grandes problemas en la mayoría de los enfermos. Entendemos que una adherencia tan alta está
influida por diferentes factores: instalación y uso sencillos, tiempo de seguimiento breve o la
situación excepcional de estado de alarma en el momento del estudio. Si bien muchos de los
pacientes tienen una edad avanzada, la situación de confinamiento ha facilitado la ayuda
tecnológica de otras personas convivientes de la familia.
Probablemente, otra de las razones es que esta estrategia de seguimiento da seguridad al usuario
en días de incertidumbre. La actitud proactiva, la respuesta ante las alertas o a las llamadas de los
pacientes en tiempos razonables da sensación de vigilancia y control. Entendemos que, al menos
en parte, esto justifica que la búsqueda de ayuda hospitalaria fuese excepcional.
Desde el punto de vista clínico los autores sugieren que, en esta población, el seguimiento con
teleorientación es clínicamente útil y seguro. Es evidente que se alcanzó un control clínico
adecuado y que se remitió a Urgencias a los pacientes de mayor gravedad (ingresaron
prácticamente el 50%) y, entre los dados de alta, un paciente sufrió un cuadro de reactivación que
fue detectado en sus fases iniciales. Todo ello sin que se desarrollase ninguna situación de mal
control o de urgencia extrema. (Greenhalgh, Koh, & Car, 2020)
Por último, 3 de cada 4 pacientes fueron dados de alta en los 30 días del estudio y la mayor parte
en 15 días o menos, lo que indica la agilidad del sistema. Estos datos pueden ayudar a controlar
los flujos de pacientes y a evitar la sobrecarga del dispositivo. Si bien estos resultados son
prometedores, es evidente que se han de evaluar en nuevos estudios, multicéntricos, amplios y
controlados, que permitan confirmar estos hallazgos.
A la hora de evaluar este estudio es preciso tener en cuenta ciertas limitaciones. En primer lugar,
los datos provienen de un único centro hospitalario. Puesto que es posible que los resultados no
sean iguales en zonas con una incidencia de COVID-19 distinta, es necesario replicar este estudio
en otras áreas sanitarias. En segundo lugar, se pueden plantear dudas ante la ausencia de datos
clínicos. Sin embargo, hemos de considerar que el objetivo era evaluar el impacto del uso de la
telesalud con telemonitorización sobre el flujo de pacientes en el sistema y su seguridad y, para
ello, la información disponible es completa y rigurosa. En tercer lugar, se puede objetar que se ha
analizado un período muy breve y no relacionado con el curso clínico de la enfermedad. Esta
decisión se tomó considerando que para el objetivo del estudio era más adecuado utilizar como
referencia períodos de tiempo relacionados con el seguimiento, fácilmente reproducibles y
restringidos a la fase más aguda de la enfermedad, cuando el esfuerzo asistencial es mayor.
Entendemos que este sistema ha contribuido a que el flujo de pacientes fuese ordenado y a que las
visitas espontáneas a Urgencias hayan sido la excepción. Por ello es probable que ayude a la
reducción de la sobrecarga del sistema y, quizá también, a una menor tasa de infección del personal
sanitario. Entendemos que esto ha de relacionarse con el seguimiento proactivo y el mayor cuidado
en los momentos de mayor probabilidad de agravarse el proceso.
Sin embargo, una estrategia con teleorientación no está exenta de barreras. Entre ellas requiere
disponer de una historia clínica electrónica única en todo el territorio o de procesos de actuación
ya probados en otras situaciones. De la misma forma, requiere de cierta capacidad logística, como
distribuir pulsioxímetros a un número elevado de personas en un tiempo breve.
Beneficios de la dupla teleorientación y enfermería
A partir de la evolución y tipificación de la teleorientación, se pueden apreciar los beneficios que
ha traído al desarrollo de la práctica profesional de enfermería y a la población objetivo de éstas.
A continuación se brindará una revisión de los beneficios propios de la teleorientación (Stanberry,
2020). Los beneficios se enfocan a:
• Acceso e intercambio de información.
• Acceso a la prestación de servicios en salud.
• Mayor calidad y acompañamiento por parte delos servicios en salud.
• Acceso a la educación continuada.
• Reducción de costos.
• Mejor utilización de recursos.

Es evidente que las ventajas de la teleorientación en la asistencia a pacientes con COVID-19 son
múltiples. Por un lado, limitan las posibles exposiciones y diseminación de la enfermedad tanto en
la sala de urgencias como en el área de hospitalización; por el otro, reducen el uso de equipos
personales de protección. Un reciente artículo proporciona información sobre cómo realizar
telesalud mediante teléfono o videollamada para pacientes con sospecha de COVID-19 en Reino
Unido (Greenhalgh, Koh, & Car, 2020). Aunque el artículo describe con detalle un marco teórico,
existe escasa información sobre la seguridad de la teleorientación en la asistencia domiciliaria a
pacientes con COVID-19
El acceso e intercambio de información, ha contribuido al mejoramiento intelectual de los
profesionales en salud, así como el aprendizaje por parte de la población con respecto a la salud y
enfermedades. La presencia de motores de búsqueda en Internet, como MEDLARS, PUBMED y
HINARI, entre otros, ha impulsado una revolución silenciosa que permite a los profesionales en
salud acceder a información clínica y médica actualizada, tan pronto esté disponible. Esta
aplicación provee las bases para la educación continua, la cual expande y mantiene las habilidades
de los profesionales en todos los niveles. Adicionalmente, se permite un mayor y rápido acceso a
historias clínicas, casos clínicos y estadísticas poblacionales, mejorando el servicio a la población
y reduciendo los tiempos de espera.
Ahora bien, dentro de todo el proceso de salud-enfermedad la familia no está sola y cuenta con el
apoyo de los profesionales de la salud que desde cada una de las especialidades no escatiman
esfuerzos para ofrecer a la familia opciones para mejorar la calidad de vida de todos sus
integrantes. Dentro de todas esas especialidades se encuentra la enfermería que, contrario a lo que
muchos vagamente imaginan, su labor no se reduce a administrar medicamentos y realizar
procedimientos sino que se configura como apoyo real cuando humaniza su atención. Así lo
expresan Pérez, Mercado y Espinosa (2009): “La relación que se establece entre el profesional de
la salud y el enfermo, así como, con la familia de éste, tiene una gran importancia. El encuentro
está siempre cargado emocionalmente, es una relación intensa por parte de ambos” (p.66). Y es
que aunque el tipo de diagnóstico que hace el profesional en enfermería acerca del paciente es
diferente al que hace un médico, es muy importante en el proceso de salud, ya que mediante su
vivencia de primera mano con el paciente, obtiene información muy valiosa tanto para el proceso
de rehabilitación, como para la prevención y mantenimiento de la salud.
El paciente deposita en el personal médico una serie de dolores, sufrimientos, preocupaciones etc
cargados de miedos, angustias etc y espera del personal sanitario el reconocimiento de su
enfermedad y de “él mismo” como persona enferma. El enfermero dentro de todo este personal de
la salud carga con una responsabilidad especial al estar en más contacto con los pacientes y su
familia, es el que interactúa y vive de cerca el proceso de crisis que viven teniendo en cuenta que,
las crisis no sólo se derivan de los eventos negativos, traumáticos, desagradables, sino de cualquier
situación de cambio que signifique contradicción y que requiera modificaciones.
Como enfermeros podremos hacernos cargo de todos los cuidados que demanda la familia o alguno
de sus miembros, e Incluso asumir como propias sus dolencias; o por el contrario, potenciar su
capacidad y lograr que se apropien de Instrumentos y conocimientos de cuidados y de promoción
de salud; ya sea presencial o virtualmente; esto es lo más importante y se convierte en el ideal. Se
invita enfatizar una relación lo más objetiva posible, que considera a la familia en un rol activo de
participador y no consumidor de los servicios de salud. Para esto se hace necesario primero estar
capacitado puesto que, tanto en la salud con la prevención como en la enfermedad, no se debe
escatimar recursos para motivar a los usuarios y sus familias.
Se puede identificar además que mediante la atención que brinda el profesional de enfermería por
medio del desarrollo de programas en teleorientación que se han aplicado a comunidades rurales
alejadas o necesitadas, que son víctimas de una atención en salud de baja calidad, o en ocasiones
extremas, con la ausencia del servicio, ha brindado relevantes beneficios entre los que se destacan,
además de la prestación del servicio: 1) un nivel uniforme en la prestación del servicio en salud
sin importar las condiciones sociales y económicas de la comunidad de impacto, 2) disponibilidad
de un eficiente y regular servicio en salud disminuyendo la migración de población, 3) convierte
a la región necesitada en un atractivo para profesionales en salud alta-mente capacitados brindando
un impacto positivo a la economía local, 4) el mejoramiento del impacto de los planes de salud
nacionales y 5) el mejoramiento de la imagen general del país o departamento impulsador del
programa en teleorientación.
La mayor calidad y acompañamiento por parte de los servicios en salud, fruto del desarrollo de
programas en teleorientación, soportados por centros hospitalarios, ha contribuido en: 1) la
disminución de los costos tanto para los pacientes como los profesionales en salud, 2) disminución
de costos hospitalarios, 3) mejoramiento en la equidad al acceso a la salud dentro o entre regiones
necesitadas, descentralización de los servicios y distribución del conocimiento, 4) disponibilidad
rápida, sencilla y eficiente de segundas opiniones, 5) eludir reacciones tardías y errores costosos
para los centros hospitalario, 6) disminución de los tiempos de espera, 7) incremento en la
eficiencia de los profesionales en salud, 8) oportunidad para supervisar y monitorear las
condiciones de los pacientes desde sus hogares, siendo potencialmente más frecuente.
Limitantes de la teleorientación
Así como los beneficios de la teleorientación son claros a través de experiencias y aplicaciones en
diversos países del mundo, las limitantes e inconvenientes existen. A continuación se brindará una
revisión sobre las limitantes existentes en tele-orientacion.
• Disminución de la relación paciente – profesional en salud.
• Disminución de la relación entre profesionales en salud.
• Tecnología impersonal.
• Dificultades organizacionales y burocráticas.
• Impacto en el desarrollo profesional del personal de enfermeria y necesidad de
entrenamiento adicional.
• Dificultad en el desarrollo de protocolos.
• Dudas sobre la calidad de la información.

Para Hailey, Ohinmaa y Roine (2019) La relación paciente – profesional en salud mediante la
aplicación de teleosalud, específicamente en la teleconsultas asume de entrada una disminución de
esta relación. Diversos factores colaboran en esta limitante: 1) limitantes físicas o mentales que
imposibiliten el adecuado desarrollo de la teleconsulta, 2) la despersonalización lo cual se refiere
a una alteración en la percepción o experiencia relacionado a la teleconsulta y su relación con el
medio utilizado, televisión, teléfono o videoconferencia, 3) limitaciones en el desarrollo de la
consulta, a raíz de procedimientos que deben realizarse en persona, 4) confianza entre el paciente
y el profesional en salud en el desarrollo de teleconsultas. (Hailey, Ohinmaa, & Roine, Calidad del
estudioy evidencia de beneficio en evaluaciones recientesde la telemedicina., 2019). En este
sentido la teleorientación no está exenta de estas mismas limitaciones ya que el contacto enfermero
paciente es fundamental en el establecimiento de un vínculo que le permita al profesional generar
un impacto positivo en la salud de este.
Adicionalmente, la relación entre profesionales en salud puede disminuir a raíz de la coerción que
pueda existir entre todos los miembros para la utilización de programas en teleorientación. La
tecnología utilizada en las aplicaciones en teleorientación, en ocasiones es denominada tecnología
impersonal, debido a la falta de confianza tecnológica por parte de los pacientes. Esto es reflejado
en la preocupación alrededor de la privacidad y confidencialidad de la información, incluyendo
factores propios como escuchar las teleorientación por casualidad por parte de terceros, la
filmación de algunos procedimientos y su uso subsiguiente con propósitos educativo.
El potencial beneficio de mejorar la prestación de los servicios en salud por parte de la
teleorientación, ha motivado la ejecución de relevantes estudios y análisis enfocados a plantear las
barreras que podría tener su extensa aplicación en países como Estados Unidos. (Hjelm, 2015) En
éstos se plantea las siguientes dificultades organizacionales y burocráticas: 1) problemas en la
planeación y desarrollo de la infraestructura necesaria por centro hospitalarios, 2) problemas con
regulaciones en telecomunicación, 3) problemas en el reembolso económico por servicios en
teleorientación, debido a la ausencia o inconsistencia de políticas correspondientes, 4) problemas
en la certificación de los profesionales en salud para la práctica de la teleorientación debido a
conflicto de intereses con respecto a la calidad del servicio, regulación de actividades profesionales
y la implementación de políticas en salud, 5) problemas en la responsabilidad de mala práctica
profesionales, debido a la incertidumbre del estatus legal de la teleorientación; y 6) problemas en
la confidencialidad del historial clínico de los pacientes.
El impacto de la teleorientación en la forma en cómo afectaría el desarrollo profesional de los
profesionales en salud, es otro factor de análisis por diversas asociaciones y sistemas de salud en
el mundo tal es de caso de (Hailey & Crowe, Un perfil de éxito yfalla en la evidencia de telesalud
y la opinión delos éxitos y fracasos en telesaludconferencias., 2019). En estos análisis se destacan
las siguientes limitantes puntuales: 1) percepción como una amenaza al rol y estatus de los
profesionales en salud, 2) falta de evidencia de estudios de costo-beneficio en teleorientación, 3)
temor a que la teleorientación incremente la carga de trabajo, 4) temor a que le teleorientación sea
dependiente totalmente del mercado y no de los usuarios, lo que supondría un riesgo de abandono
de los productos y la tecnología por parte del mercado, 5) temor de una obsolescencia rápida por
parte de la tecnología involucrada, 6)necesidad de entrenamiento adicional para cumplir con los
requerimientos de los programas en teleorientación.
La falta de desarrollo de protocolos para el tratamiento de los pacientes por medio de la aplicación
de la teleorientación, se ha convertido en un aspecto preocupante para los profesionales en salud,
soportado por la falta de trabajo multidisciplinario e inequidad de estatus entre los participantes.
Adicionalmente, otra limitante planteada es la calidad dela información que se brinda tanto a los
profesionales en salud como a la población. La información es imparcial, inexacta, confusa,
errónea y la facilidad como ésta puede llegar a la población y la comunidad médica es una pre-
ocupación constante y en aumento.
Principios de desarrollo de sistemas en teleorientación
Desde el desarrollo de sistemas en teleorientación se puede apreciar que cada uno es diferente a
otro. La variación de la tecnología utilizada, la geografía, el personal, la aplicación y las
perspectivas económicas y políticas fundamentan esta apreciación. Lo anterior ha impulsado el
desarrollo de principios para el desarrollo exitoso de sistemas en teleorientación. A continuación
se brindará una sinopsis de los 7 principios centrales según la visión de Yellowlees (2020) en su
artículo: Desarrollo exitoso de sistemas de teleorientación: siete principios básicos.
1. Las aplicaciones o sitios en teleorientación deben desarrollarse pragmáticamente, buscando que,
tanto las necesidades de los profesionales en salud y de la población de una área geográfica en
especial, se solventen con el desarrollo de sistemas de teleorientación: Para esto, se debe ser más
sensible en el proceso de identificar al profesional de la salud y clínico interesado en expandir los
servicios en salud a través de la teleorientación, brindarles las herramientas para su ejecución y
convertirlos en los impulsadores.
2. Los sistemas en teleorientación deben ser manejados y poseídos por los profesionales en salud:
Ha sido importante para el desarrollo de la teleorientación, la valoración del profesional como la
base para la proliferación de su imagen e importancia. Adicionalmente, estos sistemas deben ser
adquiridos y controlados por ellos mismos, buscando el mejoramiento continuo, valoración por
parte de la población y mayor efectividad.
3. La administración y el soporte de los sistemas de teleorientación deben seguir las buenas
prácticas administrativas: La utilización de la teleorientación no debe contar con intensos controles
burocráticos por parte de los centros hospitalarios.
4. La tecnología debe ser lo más amigable posible: Los sistemas de teleorientación deben ser
desarrollados para integrarse a los ambientes de trabajo, no ser divisiones de éste. El futuro en el
desarrollo de sistemas en teleorientación está enfocado al uso del Internet y tecnologías en
información que faciliten el ingreso y la interacción con el personal sanitario.
5. Los usuarios de los sistemas de teleorientación deben estar altamente entrenados y soportados,
técnicamente y profesionalmente. Para esto es necesario la adecuada presentación y capacitación,
en donde el personal pueda reconocer y estudiar el equipamiento utilizado, observar y analizar su
funcionamiento, identificar sus beneficios y limitantes. Una vez el personal sanitario vea la
teleorientación como un componente de su ambiente de trabajo, la utilización de ésta se volverá
una constante.
6. Los sistemas de teleorientación deben ser evaluados y sostenidos clínicamente y
económicamente. En la actualidad estos sistemas deben ser analizados desde el punto de vista del
costo-beneficio, evaluando todos los resultados tanto económicos como clínicos provenientes del
sistema, dentro de un marco de tiempo razonable haciendo uso apropiado de la inversión final. El
desarrollo de lo anterior brinda a la teleorientación ser sostenible financieramente, favoreciendo
su utilización en el tiempo y asegurando la financiación de la tecnología, el personal implicado y
el soporte técnico.
7. La información sobre el desarrollo de sistemas en teleorientación debe ser compartida. Los
diversos estudios en el área y los beneficios reales y potenciales de la teleorientación han
impulsado la creación de páginas de internet, organizaciones e instituciones enfocados en el
desarrollo de programas complejos en teleorientación; igualmente la literatura en el área ha tenido
un avance significativo, sumado con una mejor divulgación entre diversas revistas generales y
especializadas.
Tipos de información en teleorientación
Con el desarrollo y aplicación de los diversos tipos de teleorientación y la forma en que la
información es transmitida de un lugar a otro, se ha originado una tipificación de la información
basado en los sentidos involucrados. Esto ha favorecido la estandarización y la mejor comprensión
de su impacto en los beneficios propios de la teleorientación.
La teorientación, especialmente en las aplicaciones asincrónicas. Son transmitidos por lo general
en formato digital facilitando su almacenamiento en bases de datos y a la vez su envío puede ser
hecho como anexos en correos o a través de aplicaciones Web. El audio, incluido en todas las
aplicaciones en “tiempo real”, se ha convertido en el tipo de información mayormente utilizado.
En la actualidad, con el desarrollo de las redes digitales, la telefonía IP, el estándar MPEG-4 y las
diversas aplicaciones de voz en Internet, el audio en formato digital puede ser transmitido a grandes
distancias sin algún tipo de degradación importante. Igualmente, puede ser enviado a través de
correos electrónicos y ser escuchado en diversos formatos, siendo el más conocido el mp3. Las
imágenes son otro tipo de información de alto uso en la actualidad gracias en parte a la revolución
de la fotografía digital.
Otros hallazgos
Un informe reciente mostró que la alteración del miocardio con elevación del segmento ST
(STEMI) puede ser la primera manifestación clínica en pacientes COVID-19, sin lesiones
identificables en aproximadamente el 40% de pacientes (Stefanini, Montorfano, & Trabattoni,
2020) . Esto podría plantear un problema en áreas remotas, especialmente áreas cerradas por agua,
en las que el acceso debe considerarse con prudencia. Algunas de estas áreas tienen limitaciones
médicas, equipo y son varias horas / días de viaje desde el hospital más cercano lo más grave es
que el tiempo estimado para aplicar el tratamiento en esta patología es de 120 minutos. La
enfermería y la teleorientación surge entonces como recurso de primera mano para actuar en
situaciones de emergencia que no hay personal médico disponible; a través de la asistencia remota.
Conclusión
La actual pandemia dentro de su impacto nos ha dejado repercusiones tanto negativas como
positivas, dentro de las positivas es importante resaltar el fortalecimiento de la telesalud, donde
destacamos la relevancia de la teleorientación como uno de los principales pilares en labores como
promoción, prevención y mantenimiento de la salud. Queda por desarrollar y profundizar un
sistema de puntuación más complejo o inteligencia artificial que integre otras variables. Este puede
ser el impulso para integrar la teleorientación en el sistema sanitario y mejorar la eficiencia y
eficacia de labores como promoción y prevención. Es una inversión que debe ser considerada para
implementar en el sistema de salud. Sin embargo, estas instalaciones y recursos humanos, pueden
no estar presentes en áreas remotas. Así, se debe fomentar el uso de la teleorientación en áreas
remotas y hacer una contribución importante para llenar este vacío.
Se destaca la influencia que tiene el profesional de enfermería apoyado por las TIC con
herramientas como video llamadas, llamadas telefónicas, interacción por medio de redes sociales,
correos electrónicos, entre otros, permiten aconsejar, guiar y hacer un seguimiento al paciente sin
necesidad de que el profesional sanitario y los usuarios se expongan a riesgos que trae la actual
situación que se vive en el país como lo es la emergencia sanitaria por Covid-19, dando continuidad
a la labor de dicho profesional en la vida de las personas.
En general, los cambios para mejorar la calidad de los sistemas sanitarios de los países occidentales
son lentos y están llenos de dificultades: son estructuras de cuidados integradas por múltiples
profesionales cuya gestión —humana, tecnológica y organizativa— conlleva una gran
complejidad.
Algunas barreras a la innovación en los sistemas sanitarios se explican porque tienen
organizaciones, infraestructuras, normas reguladoras y sistemas de incentivos anticuados; por la
fragmentación y la existencia de silos institucionales y corporativos; por la ausencia de procesos
actualizados acerca de la tecnología y ya incorporados por otros sectores; por el escepticismo y el
rechazo natural de los seres humanos a modificar la rutina, y, finalmente, porque la incorporación
práctica es muy difícil.
Pero los cambios constantes en el entorno han derribado las barreras preexistentes para la
innovación, que han sido desbordadas por el carácter apremiante de la búsqueda de soluciones en
la atención sanitaria tanto general como local. Esta transformación ha sido tan sustancial que se la
puede considerar disruptiva al mutar completamente el paradigma anterior y al obligar a
reconsiderar las premisas y los modelos asistenciales hasta ahora vigentes.
Por otra parte, es imperiosa la obligación de quebrar el abismo actual entre lo social y lo sanitario,
pues nuestro entorno ha mostrado su gran fragilidad y lo arbitrario de esta separación. Algunas
enseñanzas ineludibles que se deben acometer son: reforzar el sistema sanitario en su conjunto y
tenerlo preparado para afrontar de manera simultánea las posibles crisis sanitarias futuras por
enfermedades transmisibles, por nuevos brotes de SARS-CoV-2 o de otras infecciones, evitando
la imprevisión epidemiológica que hemos padecido , y ello combinarlo con la atención adecuada
a otra pandemia menos reconocida - «silente» - que es la cronicidad, la multimorbilidad y el
envejecimiento de la población.
Es importante incluir que para nuestra investigación y el proceso formativo como estudiantes de
enfermería, esta revisión ha logrado en nosotros gran empatía y empoderamiento frente a esta
temática, pero como todo proceso encontramos que el desarrollo del contenido investigativo, nos
llevó a tener limitaciones en el acceso a la información registrada en libros, paginas, artículos y
demás instrumentos que eran necesariamente requeridos para obtener una mayor facilidad de
manejo y justificación del tema, de igual forma consideramos que algunas veces logramos ser algo
pesimistas frente al tema, la poca información y poca atención en el proceso cuando iniciamos, a
raíz de esto logramos como grupo generar confianza, lazos de trabajo y compañerismo, buscando
reconocer y corregir las principales falencias que presentamos al inicio de nuestro trabajo,
logrando los objetivos propuestos y un desarrollo asertivo del artículo. Así mismo se destaca dicha
búsqueda bibliográfica como ayuda para futuras investigaciones donde se presentaron diversas
posiciones en cuanto a las herramientas tecnológicas como estrategias de ayuda para no dar pausa
a las atenciones prestadas por los institutos de salud, de igual forma se incluyen las posiciones del
autor para un abordaje más integral del tema.
Para finalizar nuestros datos sugieren que la telesalud con telemonitorización domiciliaria,
utilizada de forma proactiva, permite un seguimiento clínicamente útil y seguro en pacientes con
COVID-19 de alto riesgo, aunque estables en el momento del diagnóstico. Son precisos nuevos
estudios que confirmen estos hallazgos y evalúen su posible aplicación en futuras pandemias. Falta
además mayores estudios que se sumerjan más en la labor del profesional de enfermería y no se
queden sólo en el médico ya que de primera mano, es el enfermero o enfermera que interviene en
los tratamientos y muchas veces está presente en zonas remotas donde no hay presencia de un
médico.

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