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9.

La dependencia económica del capitalismo primario exportador en América se agudizó con los empréstitos de la
banca inglesa a los gobiernos durante 1820. Gran parte de esos préstamos fueron de un 50% en maquinarias y
mercancías, al resto, se le aplicaban altas tasas de interés. La dependencia económica también se consolidó con la
instalación de casas comerciales que ejercían de intermediarios entre la importación y la exportación de
productos.
10. El Estado moderno en América Latina posee características que se remontan a la época colonial, ya que heredaron
instituciones que fueron parte del aparato administrativo, cómo virreinatos, capitanías generales, gobernaciones,
instituciones como la Real Audiencia, el Consulado de Comercio, etc. Al principio el Estado fue sumamente débil
por sus bases económicas y las crisis políticas, sin embargo esto no quiere decir que no existiera.
11. Desde la segunda mitad del siglo XIX se consolidó el capitalismo primario exportador, aumentó
considerablemente la producción y exportación de materias primas mineras y agropecuarias tales como el trigo,
maíz, azúcar, café, cacao, tabaco, cobre, plata, salitre y derivados de la ganadería. Esto se debe al impulso de la
mecanización del campo, la incorporación de la máquina a vapor, del ferrocarril, hornos de fundición, entre otras
tecnologías.
12. La burguesía criolla, y latinoamericana en general, se adecuó a las formas de dependencia impuestas por el capital
extranjero. Ya no se trataba solo de la exportación e importación de manufacturas, sino de las nuevas relaciones
de dependencia contraídas por el crecimiento de la deuda externa y la inversión de capital extranjero (transporte,
comunicaciones y banca) cuestión que influyó también en nuevas expresiones culturales como la europeización.
13. El artesanado fue la principal fuerza de trabajo urbano hasta fines del siglo XIX, momento en el que fue
desplazado por el proletariado urbano y rural. Una de sus principales luchas consistió en leyes de tipo
proteccionistas a la industria artesanal afectadas directamente por el ingreso de manufacturas europeas.
Abastecieron las necesidades de los campesinos y además constituyeron diversas organizaciones de “ayuda
mutua”, partidos políticos y periódicos.
14. El proletariado latinoamericano no surgió como en Europa alrededor de las fábricas, sino en los centros de
producción minera, agropecuaria y en la economía de plantación. Recién a fines del siglo XIX aparecen las
primeras industrias, para esa época no existía una burguesía industrial, fue la burguesía de los grandes
comerciantes o mercaderes quienes acumularon la plusvalía de los obreros, mineros, urbanos y rurales.
15. Los y las trabajadores/as latinoamericanos comenzaron a realizar masivas manifestaciones (desde fines del siglo
XIX) en ciudades como Caracas, Bogotá, Montevideo, Buenos Aires, Santiago, entre otras. La lucha callejera se
convirtió en una de las principales experiencias de protesta y al mismo tiempo, junto a las manifestaciones de
solidaridad, las diversas organizaciones sociales formaron la expresión más relevante del naciente proletariado en
nuestra América.
16. La consolidación de los Estados en América Latina fue estimulada por las potencias europeas que requerían de
mercados estables para sus productos y acceso a materias primas, todo esto, bajo un ventajoso régimen
impositivo o aduanero para los extranjeros. El Estado durante el siglo XIX contribuyó al proceso de acumulación
capitalista interno respaldando la conservación de la riqueza en las manos de la burguesía minera, agropecuaria y
exportadora.

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