EXPERIENCIA 10:

Llegué a la biblioteca, estaba iluminada de dorado, mi yo superior me

entregó la carpeta con la vida a donde debía ir, llegué a un salón vacío, el suelo y

las paredes eran blancas, me quedé ahí en posición de meditación, sentada con

las piernas cruzadas, con las palmas de las manos hacia arriba y los ojos

cerrados. En esta experiencia sólo llegaron pensamientos de mis pacientes en la

vida actual, se me decía lo que debía hacer con ellos, que trabajarles, que

conversar con los padres, hacia donde dirigir el tratamiento psicopedagógico, así

fue todo el viaje. Lo disfruté muchísimo.

En mi vida actual me pasaron cosas interesantes con los pacientes que

atendí este día, las describo en la sección de testimonios de la adquisición de mi

talento de sabiduría.

EXPERIENCIA 11:

En la meditación de hoy se me volvió a estremecer el cuerpo cuando el

merkaba comenzó a girar, pasé por el túnel de luz, llegué a la biblioteca, le pedí a

mi yo superior que me entregara la vida y me fuese dado el talento de la sabiduría.

De pronto me vi en un carro antiguo como del año 1925, era beige, descapotable,

iba por un camino recto de tierra, de cada lado de la vía había un camino de

árboles largos como columnas y en su tope las hojas frondosas que hacían

sombra, era como pasar por un túnel de árboles a cuyos alrededores habían

praderas, con vacas y mucha vegetación, pude sentir el olor a naturaleza, al final

de ese camino entré dentro de una burbuja de luz, ahí me quedé flotando entre

burbujas, todo era luz, silencio, se sentía divino estar ahí, al regresar, no quería, la

sensación al estar ahí era gratificante. Volví y me sentí entrar a mi cuerpo.

EXPERIENCIA 12:

Pedí nuevamente el talento de la sabiduría y de pronto me ví frente a Buda,

en su templo meditando, todo estaba en silencio, y me dijo: “quédate en silencio,

escucha tu silencio, no hagas más nada, sino quedarte en compañía de tu

silencio”. El aroma que se sentía era a naturaleza, frescura, y un silencio rotundo.