Para que las bacterias crezcan adecuadamente en un medio de cultivo artificial
debe reunir una serie de condiciones como son: temperatura, grado de humedad y presión de oxígeno adecuadas, así como un grado correcto de acidez o alcalinidad.
TEMPERATURA:
Según (Prescott et al. 2002) “La temperatura es uno de los parámetros
ambientales más importantes que condicionan el crecimiento y la supervivencia de los microorganismos”. Todos los microorganismos necesitan de una determinada temperatura para desarrollarse a su velocidad máxima. Esta temperatura se designa temperatura óptima o ideal. La temperatura ambiental afecta intensamente a los microorganismos, así como al resto de organismos. De hecho, los microorganismos son especialmente susceptibles porque son generalmente unicelulares y su temperatura varía con la ambiental. Por estas razones, la temperatura de la célula microbiana refleja directamente la de su ambiente (Prescott et al., 2002) De acuerdo a la temperatura óptima de crecimiento, los microorganismos se clasifican en:
Psicrófilos: Cuando su crecimiento es a temperaturas entre 0-20 °C. Por
ejemplo, Polaromonas vacuolata, hallado en el océano Antártico, siendo su temperatura óptima es de 4 °C. Mesófilos: Cuando su crecimiento es a temperaturas entre 20-40 °C. Termófilos: Cuando su crecimiento es a temperaturas entre 40-80 °C. Hipermófilos: Cuando su crecimiento es a temperaturas entre 80-100 °C. La mayoría de estos microorganismos son arqueas como Methanococcus igneus.
PH:
La concentración de iones hidrógeno es muy importante para el crecimiento de
los microorganismos. La mayoría de ellos se desarrollan mejor en medios con un pH neutro, aunque los hay que requieren medios más o menos ácidos. No se debe olvidar que la presencia de ácidos o bases en cantidades que no impiden el crecimiento bacteriano pueden sin embargo inhibir o incluso alterar sus procesos metabólicos normales (Atlas, 2015).