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Brady Luz García Vargas

Teoría y modelos pedagógicos


Primer semestre de Maestría en Educación
Universidad externado de Colombia
Ensayo relacionado con la pregunta de la transferencia del conocimiento

El aprendizaje depende de mí, pero sin ti no sería lo mismo


El conocimiento es, según Carretero (1993), una construcción del ser humano y
no una copia de la realidad. Cuando se realiza la pregunta por la transferencia del
conocimiento hay diferentes teorías pedagógicas que nos ayudan a responder a la
cuestión; siempre, encauzados por la respuesta a los interrogantes ¿A quién enseñar?,
¿Qué clase de sujeto quiero formar? ¿Qué enseñar? ¿Para qué enseñarlo? ¿Por qué
enseñarlo?... Pero cuando se empieza a preguntar por ¿Qué clase de sujeto aprende?
¿Quiere aprender el sujeto? ¿Cómo aprende el sujeto? ¿Qué aprende? ¿Para qué lo
aprende? ¿Por qué lo aprende? ¿Cómo evaluar lo que se aprende? Se infiere que la
teoría pedagógica con la que se comulga es la constructivista.
Este escrito, está bajo esa mirada, y busca exponer cómo la construcción de
conocimiento es individual, pero el proceso se estimula en la interacción con otros. Para
sustentar esta idea, en la primera parte se expondrá ¿Qué clase de sujeto aprende? Y si
quiere aprender el sujeto; luego se dará paso a ¿Cómo aprende el sujeto?, para continuar
con ¿Qué aprende el sujeto?, ¿Para qué y Por qué aprende el sujeto? Y por último
¿Cómo evaluar lo que se aprende? Dando cierre al escrito con la conclusión de la
transferencia del conocimiento desde una visión constructivista.
Primero, el sujeto, aunque es un ser social y el desarrollo del conocimiento se ve
influenciado por la interacción con el entorno; no depende únicamente de este para
adquirir conocimiento; depende es de que el individuo quiera aprender.
No es así como lo enuncia Vygotsky (citado por Carretero 1993) “el
conocimiento no es un producto individual sino social” (p.31); y aunque es una visión
constructivista, este escrito se apoya en él en cuanto a la importancia de la interacción
social para enriquecer conocimiento, pero no como único medio para adquirirlo.
La predisposición para aprender es lo que permite que haya un verdadero
aprendizaje, pues el sujeto es quien “construye su conocimiento, produce su
conocimiento” (Moireira, 2005, citado por Rodriguez, (2011) p. 33). Con la
predisposición, se garantiza que la interacción con el nuevo conocimiento va a ser
asimilado y almacenado por el educando y así, ser reestructurado e incorporado a los
esquemas mentales; puesto que si el sujeto no quiere aprender, no valdrán ambientes de
aprendizajes significativos, estrategias novedosas, espacios de interacción con otros o
con el entorno que sirvan para que se construya conocimiento.
En segundo lugar, el sujeto aprende si quiere aprender; por lo tanto hay que
estimular ese “querer” ofreciendo ambientes constructivistas, o según Nussbaum (2010)
“Situaciones de entorno influyente” (p. 73) y el intercambio de constructos con otros.
Esto se logra, permitiendo que el educando analice, tome decisiones, resuelva y formule
problemas (Perkins, 1997. p. 34); no solo desde su individualidad (que resalto es muy
importante, y le permite desarrollar actitudes positivas que lo lleve al aprendizaje y al
pensamiento), sino permitiendo trabajo en grupos con roles diferentes y que un alumno
le enseñe a otro (no importa que sean de diferentes edades) (Perkins, 1997. p.40)
El crear ambientes de aprendizaje que ayuden a estimular el conocimiento es
importante, no solo para la interacción con otros, sino para la interacción con los
conceptos, con las relaciones personales en la construcción de los esquemas mentales
propios, que le permita al individuo establecer relaciones cada vez más complejas de sus
conocimientos y le permitan confrontarlas con las de los demás para que les atribuya
significado a los contenidos.
En tercer lugar, el sujeto aprende lo que le interesa; por lo tanto, hay que enseñar
lo que sirve para “vivir bien” en el mundo, desde una perspectiva de estilos de
aprendizaje e inteligencias múltiples (Gardner); puesto que, si le presento al educando
los conceptos y experiencias (que no solo le interesan, sino que sé, necesita saber) desde
la particular forma de aprendizaje del sujeto, es más fácil que los llegue a dominar y los
ponga en relación no solo con sus esquemas mentales, sino con los demás.
Es así que hay que “Promover activamente el pensamiento crítico, así como la
habilidad y el coraje de expresarlo, aunque disienta de los demás” (Nussbaum, 2010, p.
74); para que el aprendizaje se convierta en conocimiento, pero además, para que ese
conocimiento no sea en función individual sino colectiva.
El llegar a reflexionar sobre cuestiones políticas, reconocer a los otros como
ciudadanos, interesarse por la vida de los otros, emitir juicios críticos sobre los
dirigentes políticos, pensar en el bien común, (Nussbaum, 2010, p. 48, 49) , sin
transmitir “repugnancia proyectada” ( lo que significa proyectar rasgos de animalidad, y
estigmatizar a un grupo de personas que considero inferior. Grupos subordinados como
pobre u homosexuales (Nussbaum, 2010, p. 58)) es lo que realmente se debe buscar
como aprendizaje en la escuela.
Así se da respuesta al ¿Para qué aprender?; pues al formar seres críticos, que
construyan su propio conocimiento, transformen sus esquemas mentales, “resuelvan
problemas, tomen decisiones adecuadas, discutan bien” (Perkins, 1997. P. 34) y piensen
en los otros; se están formando un “ciudadano del mundo” (capacidad de trascender las
lealtades nacionales y de afrontar los problemas internacionales) para que tenga la
capacidad de imaginar con compasión las dificultades del prójimo (Tagore, citado por
Nussbaum, 2010. P. 23 y 26) y se mantenga la democracia (lo cual Nussbaum (2010) lo
expone como “…pensar idóneamente sobre una gran variedad de culturas, grupos,
naciones en el contexto de la economía global y de las numerosas interacciones entre
grupo y países” (p.29)
La forma de evaluar estos aprendizajes es en la interacción con el mundo, viendo
el desempeño autónomo y reflexivo de los sujetos en diferentes contextos.
En el aula, según Perkins (1997, p.41) se debe retroalimentar al alumno durante
el proceso de aprendizaje, no al final; de forma continua y con muchas oportunidades de
modificar y mejorar el trabajo; para él, los procesos de evaluación deben estar
integrados a la experiencia, con múltiples fuentes de evaluación y cultivando el hábito
de la autoevaluación.
Se puede apoyar la idea de la evaluación procesual con Ausubel citado por
Carretero (1993)“Aprender es sinónimo de comprender; por ello, lo que se comprenda
será lo que se aprenderá y recordará mejor porque quedara integrado en nuestra
estructura de conocimiento… De esta manera, no es tan importante el producto final que
emite el alumno como el proceso que le va a dar una determinada respuesta” (p. 27)
Es así, que el verdadero aprendizaje se traduce en “poder pensar y actuar de
manera flexible, en contextos diferentes, con aquello que se va aprendiendo” (Perkins
1997 citado por Ordoñez (2008))
Para concluir, la respuesta a la transferencia del conocimiento desde el
constructivismo se da desde el que yo quiera aprender, pero se enriquece con la
interacción con otro; pues “la interacción con la realidad hará que los esquemas del
individuo vayan cambiando” (Carretero, 1993. p.22) y aunque el aprendizaje se da de
manera individual y de forma natural; y por tanto sus resultados son visibles de manera
particular; se estimula este por la interacción con otros (Ordoñez, 2008) y las
comprensiones individuales se enriquecen al confrontar diferentes visiones. Está de los
maestros, estructurar los contenidos y brindar experiencias enriquecedoras individuales
y con otros, permitiendo que se expresen los educandos (Vygotsky citado por Bruner
“El lenguaje es una manera de ordenar nuestros propios pensamientos sobre las cosas.
El pensamiento es un modo de organizar la percepción y la acción” [CITATION Jer86 \p 82
\l 9226 ]), y creando “…ambientes culturalmente significativos” [ CITATION Ton13 \l
9226 ]
Con lo anteriormente expuesto se llega al objetivo de la educación que propone
Carretero (1993) “…compendio de actividades y decisiones educativas que supondrían
no solo una adquisición de conocimientos por parte de los alumnos, sino también la
formación de ciudadanos con mejor capacidad de solución de problemas y capacidad
crítica”. (p. 20); por eso el aprendizaje depende de mí, pero sin ti no sería lo mismo.

Bibliografía
Bruner, J. (1986). Realidad Mental y mundos posibles. En La inspiración de Vygotsky (págs. 80-
87). Gedisa.

Carretero, M. (1993). Constructivismo y Educación. En ¿Qué es el constructivismo? (págs. 17-


31). Luis Vives.

Nussbaum, M. (2010). Sin fines de Lucro "Por qué la democracia necesita de las humanidades".
Buenos Aires: Katz Editores.

Ordoñez, C. (2008). Pensar Pedagógicamente desde le constructivismo: De las concepciones a


las prácticas pedagógicas. Estudios Sociales No 19, 7-12.

Perkins, D. (1997, Julio). Una cultura donde el pensamiento sea parte del aire. Zona Educativa,
39-41.

Rodriguez, M. (2011). La teoría del aprendizaje significativo: Una revisión aplicable a la escuela
actual. d`Investigació Innovaciò Educativa i Socioeducativa Vol 3 No 1, 28-50.

Tonucci, F. (2013). Enseñar o aprender. Buenos Aires: Losada S,A.

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