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Fernando Durdn Lépez y Manuel Aznar Soler (eds.) ESPEJOS RETROSPECTIVOS Y AVATARES ANTICIPADOS ESTUDIOS SOBRE VICENTE LLORENS Y OTRAS RELECTURAS DE LAS EMIGRACIONES POLITICAS DEL XIX POR LOS EXILIADOS REPUBLICANOS DE 1939 SEVILLA x ANO 2017 Seemann Enos BIBLIOTECA DEL EXILIO smnemrmeremenes eset RENACIMIENTO BIBLIOTECA DEL EXILIO Director literario Manven Aznar Souer ‘Comité editorial Jost Estepan y Apriarno Lixares Comité asesor Xtsts ALONSO MonreRo, Xosé Luis Axerros, FRANctsco Cauper, José-Ramon Lovnz Gancta, José-Cartos Miner, Manto Martin Gyéw, (Crrano Pontes YANEZ, James VALENDER Biblioteca del Exilio Anejos n.° 32 © Los autores © Edicién: Manuel Aznar Soler y Fernando Duran Lépez © 2017. Editorial Renacimiento www.editorialrenacimiento.com POLIGONO NAVE EXPO, 17 * 41907 VALENCINA DE LA CONCEPCION (seviLta) tel.: (+34) 955998232 + editorial@editorialrenacimiento.com Disefio de cubierta: Alfonso Meléndez DEPOSITO LEGAL: SE 1731-2017 * 1SBN: 978-84-16981-92-2 Impreso en Espaha + Printed in Spain i EOSOCIOCUIBRCRCLRR(R(R(SS SS DESASTRADAS FIGURAS N 1954 un profesor de la muy elitista Universidad de Princeton, Vicente Llo- rens Castillo, que si bien no nadaba en la abundancia, tampoco componia precisamente una figura desastrada, publicé su obra mas influyente, una mo- nografia titulada Liberales y romdnticos. Una emigracién esparola en Inglaterra (1823- 1834). Como quedaré registrado en los estudios contenidos las siguientes paginas, esa magna reconstruccién del exilio liberal de 1823 y sus consecuencias literarias y cultura- les nace de una proyeccién transtemporal por parte de Llorens de su propia naturaleza de exiliado, en el intento de hilar una continuidad en la historia de Espafia articulada, paradéjicamente, como sincopada sucesién de discontinuidades. El exilio -o emi- graciones politicas, como Llorens preferia denominarlas con sabor decimonénico- se elevaba de tal suerte a condicién constitutiva del devenir histérico espafiol. Mas alla de Franco y del fascismo, aunque sin perder nunca de vista a los torvos enemigos del aqui y del ahora, eso podria explicarles tal vez su desventura —acaso también conso- larlos en parte de ella, 0 colocarlos en la ruta de la redencién, individual o colectiva—a los miles y miles de leales a la Repiiblica que pugnaban por recomponer sus figuras en cada rincén de América y Europa por donde los habia desparramado aquella amarga diéspora, Comparativamente, Llorens habia salido de los mejor parados en la ruleta tusa del destierro: tejia investigaciones y destejia pesares en una de las mejores uni- versidades del mundo, en la que su libro de 1954 lo catapultaria al puesto mas alto del escalafon académico no mucho después. El sentido que Llorens otorgaba al exilio de 1823 era también un sentido de época, generacional, que compartia con la nutrida comunidad de los exiliados republicanos. kd No fue solo un recurso privado para hallar un relato y un significado que armase con- vincentemente sus investigaciones de historia literaria, o algo que necesitara contar a sus semejantes desde emociones subjetivas. Aquello expresaba una conciencia coral. Eso queda de sobra demostrado por las rea nes que suscité entre los exiliados la publicacién de Liberales y romdnticos. En las resefias y comentarios aparecidos, y par- ticularmente en las cartas que recibié Llorens de sus compaieros de destierro, resuena de forma constante andloga melodia: la conexién entre la tragedia espafiola de 1939 y la de 1823, la amarga mueca que suscitaban tales repeticiones histéricas elevadas a categoria mas que a accidente, la necesidad de cotejar convergencias y divergencias. Leyendo lo que Llorens relataba, muchos hallaron cristalizada una idea que oscura- mente ya posefan, pero de la que eran inconscientes. Esos son los libros que de verdad influyen: los que otorgan a sus lectores las palabras con que verbalizar una conciencia latente y hasta entonces imprecisa De entre esa avalancha de comentarios espigamos ahora una carta de José Al- moina, que formula admirablemente esa epifania moral ¢ intelectual provocada por la obra de Llorens, y de la que nos hemos valido para titular este volumen y esta introduccién. Le decia ese viejo compafiero de luchas con quien habfa coincidido en la Republica Dominicana, que su libro era un «espléndido testimonio de erudicién amena y de exhaustiva investigacién; para nosotros, ademas, una especie de espejo retrospectivo de nuestra propia y desastrada figura o un ilusionado avatar anticipado que nos conforta en el nuestro y actuals’. Almoina bien podia hablar de lo desastrado de su figura, por su borrascosa peripecia en la politica dominicana, que vino a parar en su asesinato en 1960, atropellado y tiroteado en una calle de México por sicarios del régimen de Trujillo. Menudeaban ciertamente las desastradas figuras entre aquellas gentes, que sobre- vivieron a una guerra perdida y hubieron de experimentar congojas y miserias en Espafia, y luego en Francia o en cualquier otra frontera practicable, hasta llegar a algiin remoto puerto de acogida, para mds tarde subsistir en duras condiciones o bien reinventarse en tierra extrafia, sin perder de vista nunca a Espana y sin dejar de alber- gar unas esperanzas cada vez mas etéreas de regresar. Lo més dificil para muchos iba a set acostumbrarse a no esperar’. En esa desesperanza el libro de Llorens —su compo- 1. Carta de José Almoina a Vicente Llorens, 19-[X-1955, Biblioteca Valenciana Nicolau Primi- tiu, Archivo Vicente Llorens, sig. 1782. 2. En una carta de Alfredo Matilla a Vicente Llorens (Rio Piedras, 9-1-1948), le comentaba «la conviccién general entre los refugiados (menos Compostela, claro esta, qui sigue llamando “de- 8 sicién del exilio como constante espafiola~ ofrecia ambas clases de lecciones motales aludidas por Almoina: los espejos rettospectivos, donde contemplarse a si mismos en las figuras de los exiliados liberales; y los avatares anticipados, porque si tales analo- gias resultasen ciertas, la suerte corrida por los liberales proporcionaba una aterradora anticipacién de la que atin quedaba por correr a los republicanos. Claro que en 1954 los expatriados de 1939 ya llevaban mas tiempo fuera de lo que estuvieron los de 1823, y se avecinaba la ltigubre perspectiva, confirmada con creces, de que aquel inacabable paréntesis no tendria parangén en el pasado ibérico que Llorens habia reconstruido. Los mis hticidos constataban que tocaba aventuratse en territorio desconocido’. Nada nuevo bajo el sol, en realidad. Los emigtados afrancesados 0 liberales de 1814 y de 1823 habjan buscado también sus espejos retrospectivos, quizd intuyendo que se habrian de convertir ellos igualmente en avatares anticipados para ottos. Se ha destacado cémo el exilio decimonénico invirtié la interpretacién histérica de la Reconquista o de la expulsién de los motiscos pata proyectar en ella la leccién de su extrafiamiento no solo del territorio espafiol, sino del cuerpo nacional de la espaiioli- dad, acaparada cefiudamente por los sempiternos defensores de la alianza del Altar y el Trono. La literatura de los exiliados se llené de articulos, novelas, poemas y dramas sobre moros rebeldes, desterrados, vencidos y maldecidos, pero tan espafioles a fin de cuentas como los cristianos que los maltrataban. En compendio de ello, el prdlogo de Estanislao de Kotska Vayo a su novela de 1834 Los expatriados, o Zulema y Gazul, no tenia el menor empacho en asociar el destierro de los musulmanes de Valencia decre- tado por Jaime el Conquistador con el de los liberales, recalcando que escribié la obra «con 4nimo de recordar a los espafioles en la expulsién de los mauros otra desgraciada expatriacién que todos habian presenciado»’. rrotistas” a los que creen que la guerra civil espafiola se acabé hace afios) de que 1947 ha iniciado nuestro verdadero exilio» (BVNP, AVLL, sig. 1310). 3. Eugenio Fernndez Granell glosaba asi en una carta a Llorens la extrafia dilatacién del tiempo para el desterrado: «Veremos qué nos reserva este novedoso ~para expresarnos como aqui- comienzo de 1949. Y recuerdo, de paso, sus pronésticos relativos a la duracién del tiempo en el exilio, o del tiempo del exilio. Entonces, diez nos parecian muchos afios. Mal que nos pese, hay ‘que creer ya que diez son pocos afios. Porque tal como van las cosas, dificilmente se puede pensar ‘en que haya manera de que empeoren» (BVNP, AVLL, sig, 1383, Guatemala, 18-II-1949). 4- Citamos por Jestis Torrecilla, Expara al revés. Los mitos del pensamiento progresista (1790- 1840), Marcial Pons Historia, Madrid 2016, p. 45; en este libro se abunda extensamente en este paralelismo establecido por los escritores liberales (pp. 34-53 en especial). . Asi pues, en cierto modo, Llorens habia aprendido la leccién que articularia en su madurez leyendo esos esctitos de los liberales, solo que su perspectiva le permi- ti6 extender més hilos, avanzar y retroceder por el curso de la historia reflejando y refractando la vivencia espafiola en un incesante juego de espejos. Los emigrados de 1823 vieron sus rostros en los moros vencidos y en los moriscos expulsos, los judios perseguidos y los protestantes quemados; los de 1939 se contemplaron a su vez en los liberales, pero también cn los liberales viéndose en los motiscos o los protestantes, y en los protestantes o los moriscos vistos por los liberales. Asi una aparente repeticién de circunstancias dejaba de ser un accidente histérico para dar lugar a una hipotética ‘metafisica nacional. En ese circuito cerrado de los espejos reflectantes esti también el mayor peligro de tales lecturas del pasado basadas en identificar vivencias subjetivas Y experiencias colectivas solo parcialmente semejantes. Y el presente libro no solo pretende dejar constancia de estas relecturas, sino también avanzar hacia una critica de sus limites y una advertencia de sus excesos. Porque, por cautivadora que sea la biisqueda de continuidades y por mucho que estas engolosinen al observador con recurrentes coincidencias y vistosas similitudes, el rio nunca pasa dos veces bajo el mismo puente, La obligacién del estudioso del pasado es establecer los hechos y las diferencias. Pero no nos toca ahora caminar més alld de ese limite, tan solo explicar cémo hemos legado hasta él en el trabajo que ahora entregamos al lector, otto espejo tal vez donde escudrifar su propio tostto, pues la era de los exilios y las emigraciones forzadas —de toda suerte y origen~ dista mucho de haber quedado atrés, y en este atri- bulado mundo de 2017 se sigue ~seguimos- tejiendo destierros y desdichas por mares, Playas y caminos. Como los liberales de 1823 0 los republicanos de 1939, los refugiados politicos y los econémicos contintian entonando la misma cancién: «soy una raya en el mar, / fantasma en la ciudad, / mi vida ya prohibida, / dice la autoridad»', Y sien siglos anteriores contemplibamos ese problema desde el punto de visca del pais que expulsa y de la amargura del expulsado, hoy solo parece interesarnos la perspectiva del pais que (no) acoge. Y he aqui cémo ya no tenemos exiliados, sino ilegales. Una vex més, semejanzas incompletas, pero aleccionadoras: espejos que deforman, avatares que anticipan, 5. De la cancién «Clandestino», de Manu Chao. 10 Este libro trae su remoto origen de un seminatio titulado Didlogo entre exilios (1814- 1823-1939), perteneciente a la 59% edicién de los Cursos de Verano de la Universidad de Cadiz y celebrado en esa ciudad los dias 17-19 de julio de 2008 bajo la direccién de Alberto Romero Ferrer, donde también participaron los dos editores de este volumen y los profesores Garcia Castafieda y Ramirez Aledén, entre otros, Se formulaba en- tonces la idea esencial que hemos expuesto en las paginas anteriores, con una primera tentativa de aproximacién a algo que nunca se habia planteado de forma especifica en la bibliografia académica sobre estas materias. El formato de curso de verano no era, desde luego, el més idéneo para ahondar, pero si el que permitfa iniciar una linea de colaboracién que con el paso del tiempo ha encontrado un cauce més adecuado. Esa linea requerfa de una perspectiva combinada desde la literatura del XIX y la del XX, cuyos circulos académicos en Espafa estin en general muy desconectados, En este caso dicha perspectiva ha venido de la suma de un grupo especializado en el estudio de la literatura del exilio republicano, el GEXEL-CEFID de la Universitat Autonoma de Barcelona, y otro centrado en la literatura del petiodo de entresiglos y la primera mitad del XIX, el Grupo de Estudios del Siglo XVIII de la Universidad de Cédiz, Con ocasién de que ambos grupos gozaban de sendos proyectos del Plan Nacional de I+D+i destinados a investigar sobre la produccién cultural del exilio republicano y el liberal, respectivamente’, parecié oportuno unir fuerzas e intercambiar perspectivas de anilisis para obtener esa mirada entrectuzada en los espejos histéricos del destierro politico espafiol, girando alrededor del eje comin de interés que suponia la figura de Vicente Llorens. Con esta perspectiva se organizaron dos eventos especializados, las jornadas tituladas La imagen del exilio liberal desde el exilio republicano. Homenaje a Vicente Llorens, en la Facultat de Filosofia i Lletres de la Universitat Autonoma de Barcelona, Bellaterra, los dias 17-18 de febrero de 2016; y una seccidn especial dedica- da a la memoria del exilio liberal en el exilio republicano de 1939, y al didlogo entre ambos, dentro de Las musas errantes. Congreso Internacional sobre cultura, literatura y exilio en Espana en la primera mitad del siglo XIX. Conclusién del Proyecto CLEX19, celebrado en la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Cédiz, los dias 22- 24 de noviembre de 2016. 6. La cultura literaria de los exilios espaoles en la primera mitad del XIX (proyecto FF12013- 40584-P, financiado por Minzco), radicado en la Universidad de Cédiz y con Alberto Romero Ferrer como investigador principal; y La historia de la literatura espariola y el exilio republicano de 1939 (proyecto FFI2013-42431-P, financiado por MiNECo), en la Universitat Autnoma de Barcelona y con Manuel Aznar Soler como investigador principal. El presente libro forma parte de los resul- tados de ambos proyectos y se ha beneficiado de sus fondos. it Parte de los resultados de ambas jornadas se retinen ahora en este volumen, am- pliados y mejorados para su publicacién, con colaboraciones de ambos grupos y de otros especialistas congregados alrededor de una materia que pensamos queda am- pliamente justificada. Los trece capitulos del volumen se organizan en tres fases. La primera oftece presentaciones panordmicas de la figura de Vicente Llorens y del plan- teamiento conceptual del didlogo ence exilios, La obta de Llorens es glosada por Alberto Romero Ferrer, mientras que German Ramirez Aledén la enmarca en una sucesion histérica de investigaciones desde principios del XIX que protagonizan otros autores, precursores del maestro valenciano o simultaneos a él, como José Deleito y Piftucla, Manuel Niifez de Arenas, Pedro Grases y Max Aub. Asi el planteamiento de Llorens queda entendido en un contexto que él lleva a su maxima expre n, pero que en absoluto es una ocurrencia accidental. En ese sentido contamos igualmente con unas paginas de Salvador Garcia Castafteda, uno de los mas eminentes continuadores de los estudios de Llorens sobre literatura de! exilio liberal, a la que ha dedicado ilu- minadotes trabajos durante varias décadas. Lo hizo casi en solitario, pues aunque el trabajo de Llorens tuvo una gran recepeién, no fueron tantos quienes en el siguiente medio siglo juzgaron necesario seguit excavando las vetas descubiertas por el valencia- no. Garcia Castafieda es una de las excepciones y, a la vez, su obra critica y filolégica sobre Mora, Llanos, Trueba y otros muchos escritores del periodo, traza otro vinculo entre aquel exilio liberal y el republicano, en la medida en que su formacién acadé- mica en Berkeley en los afios 60 del pasado siglo recibié el magisterio de dos ilustres exiliados que, como Llorens, hicieron carrera en las universidades estadounidenses y crearon alli ~al menos durante un tiempo, pues todo pasa~ fecunda escue Fernandez Montesinos y Luis Mongui El segundo bloque de trabajos ahonda en el legado documental de Vicente Llorens yen aspectos concretos de su obra, con investigaciones de primera mano que amplian sustancialmente nuestro conocimiento del proceso intelectual y vital que lo Ilevd a producir sus estudios sobre el exilio espafol. Llorens dejé por terminar mucho més de lo que pudo concluir, y sus fondos estén atin poco aprovechados. Estos estudios pretenden calibrar mejor la importancia de su obra y también sus limitaciones, David Loyola Lépez ha rastreado en la Biblioteca Valenciana los documentos relativos a uno de sus grandes proyectos inacabados: la elaboracién de un estudio y antologfa de la pocsia espaiiola del destierro, matriz de casi todos sus trabajos posteriores. Yasmina Yousfi Lépez reconstruye la recepcién critica de Liberales y romdnticos plasmada prin- cipalmente en las resefias recibidas en la prensa especializada. Manuel Aznar Soler y Fernando Durin Lépez dedican sendos estudios, muy extensos, a explorar uno de los n grandes logros de Llorens: la recuperacién de José Marfa Blanco White para el canon de la literatura espafiola, por si mismo y por la influencia ejercida sobre otros actores de ese proceso, como Juan Goytisolo’, Antonio Garnica, etc. Nos congratulamos de poder ofrecer en esta seccién del libro numerosa documentacién e informacién des- conocida hasta ahora. Pero el concepto que articula el presente libro estaria incompleto si nos hubiéramos limitado solo al entorno de Llorens y su obra. Si es verdad que, como hemos afirmado, su obra expresa una conciencia generacional y una vivencia colectiva del exilio, tales reflexiones especulares de siglo a siglo no pueden haberse limitado exclusivamente a él, Si el caso de Llorens es el mas Ilamativo y emblemético desde el punto de vista de la investigacién universitaria, ha de haber otros en ese mismo campo o en el de la creacién literaria. A llenar los huecos y mostrar la consistencia de este didlogo entre exilios hemos dedicado los seis tiltimos estudios del volumen, donde Emilio Peral Vega, José-Ramén Lépez Garcia, Juan Rodriguez, Gilda Perretta, Behjat Mahdavi y Olga Glondys exploran territorios absolutamente virgenes del exilio republicano, que hos muestran a aquellos desterrados del XX evocando a autores y estudiando temas del exilio del XIX. Congregamos en este didlogo no solo las voces de los eruditos ya mencionados, sino también las de José Almoina, Juan Chabés, Pedro Salinas, Joaquin Casalduero, Paulino Masip, Esteban Salazar Chapela, Max Aub y Juan Marichal, con aproximaciones a figuras decimonénicas como las de Goya, Espronceda, Larra... Confiamos, pues, en que este abanico de imagenes entrecruzadas muestre la con- sistencia y persistencia de este didlogo entre exiliados, que va mucho més alld de Vi- cente Llorens, y que abra la perspectiva de nuestros estudios literarios a otras imagenes reflejadas en otros espejos, otros avatares anticipados. 7. Juan Goytisolo falleci6, en su intimo exilio de Marrakech, el 4 de junio de 2017, justo un par de dias antes de que se pusieran las tiltimas comas a este volumen para su entrega a la editorial Habia representado como pocos esa otra diéspora antifranquista, la de los nifios de la guerra, y fue uuna picza clave en la extensién y radicalizacién de algunas de las ideas centrales de Vicente Llorens B Intropucci6n. Desastrada figuras. 6 7 1. HOMENAJES A UN MAESTRO Satvapor Garcia CastaXepa. La Sssgelee del exilio desde el exilio: el caso de Vicente Llorens . ee 7 GerMAn Ramirez ALEDON. El Pieces por el exilio meen de la cemigracién» liberal: Pedro Grases, Max Aub, Vicente Llorens. 29 Auszrro Romero Ferner, De ls exilis liberals al exlio republicano. El destierro del escritor, una constante en la cultura espatola de los sighos XIX y XX: hacia Vict laisse oe ae eee 1. ASPECTOS DE LA VIDA DE VICENTE LLORENS Davip Loyora Lopez. El desterrado y su mundo: la antologia inconclusa de Vi- cente Llorens. . . . eZ Yaswtwa Yousr1 L6vez. La recepcidn internacional de Liberales y roménticos (1954). 6 104 Fernanpo DurAn Tene ii ee he hecho‘ en mi tae Vocemte Date la resurreccion de Blanco White . . . 123 Manure Azwar Sour. Epistolaro Vicente Llorens-Juan Gai (1968-1978).A propésito de José Maria Blanco White . . . : . 180 m1. OTRAS RELECTURAS REPUBLICANAS Enauio Perat Veca. José Almoina en Burdeos: un exiliado ee tras los pasos de Goya José-RaMOn Lévez Garcta. El exilio Pues a 19399 jot de Perr Juan Chabds, Pedro Salinas, Joaquin Casalduero y Vicente Llorens Juax Ropricurz, Paulino Masip interpreta a Larva en des tiempos y una prorroga Gilda Perretta. Exilio y discontinuidad bistérica en Petico en Londres de Exteban Salazar Chapela . : : eee: Tagan MaGibyty Bd hovrdliens dines pbaiec'ouse deal tle ee espariol: Max Aub : OtcA Gronprs, De exilios, heerodoxias y gs le tradiciin liberal de Fata segiin Juan Marichal a seers has 22s + 237 + 255 271 294

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