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EVALUACIÓN

Las perspectivas de la evaluación formativa


en la unidad académica 2020-2021

Guión temático:

1- Trayectorias escolares y mediaciones de enseñanza: los estudiantes


y docentes en tiempos de pandemia.

2- Enseñanzas, aprendizajes y evaluación

3- Evaluación: sentidos implicados

4- Evaluación formativa

5- Informe evaluativo descriptivo

6- Orientaciones para niveles de escolarización obligatoria

1- Los estudiantes y docentes en tiempos de pandemia: trayectorias escolares y


mediaciones de enseñanza

Fines de marzo de 2020 fue un momento del año que significó un imprevisto cambio de
los modos de organización de la vida social de los argentinos y los santafesinos, al
decretarse el aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO). A partir de ahí, se
sucedieron un conjunto de modificaciones en diversos aspectos de la vida cotidiana y
habitual de la sociedad argentina.
El sistema educativo fue sacudido por la aparición del Covid-19 y sus consecuencias
derivaron en una crisis sanitaria inédita y desconcertante a medida que pasaban las
semanas.
Las escuelas son instituciones sociales que alojan a niñas, niños, adolescentes, jóvenes
y adultos implicados en los procesos de enseñanza y aprendizaje de la educación
institucionalizada.
Todos conocemos las modificaciones organizativas que se produjeron, los saberes y
tecnologías convocadas, los nuevos lugares de continuidad pedagógica que se
desplegaron en el dispositivo escolar a distancia habilitado por el Ministerio de
Educación de la Provincia de Santa Fe, en el marco de los acuerdos federales.
Campus, blogs, tics, aulas virtuales, videoconferencias, materiales fotocopiados,
cuadernos pedagógicos, netbooks, celulares, videos, audios y mensajes son algunos de
los dispositivos y herramientas que conviven y fueron trazando recorridos diversos y
plurales entre alumnos, educadores y actores de distintas dependencias del Ministerio
de Educación, que se articularon para dar consistencia y continuidad al vínculo
pedagógico.
Esos recorridos, esas postas y esas trazas están siendo revisitadas para hallar en ellas
construcciones valorativas que den cuenta de estos procesos. Son construcciones de
sentido que reúnen información e indicadores del trabajo educativo producido por
alumnos, docentes y familias.
Es atinado inferir que los docentes en el marco del desconcierto inicial actuaron con
cierta dispersión recurriendo de modo dispar a los recursos cercanos que tenían, con los
cuales se sentían seguros e intuyeron que eran accesibles y prácticos para esos
momentos. Con el correr de las semanas fueron comprobando algunas eficacias y
algunas carencias y el trabajo se volvió más ordenado y estable.
También -en función de testimonios, relevamientos ministeriales y encuestas realizadas-,
los alumnos se prestaron a colaborar con las indicaciones y tareas propuestas
sosteniendo los hilos de los vínculos con los maestros y profesores, interpretando que
transitaban un sendero nuevo y distinto, que no sabían cuánto iba a durar.
El proceso sanitario y sus reglas de aislamiento, distanciamiento y prevenciones fueron
dando permanencia a este dispositivo del cuidado colectivo, mostrando aristas que
daban cuenta de que los plazos se estiraban y la consigna “quédate en casa” se
instalaba en lo cotidiano reduciendo las posibilidades de un regreso presencial a las
escuelas. La educación remota arremete con sus pantallas frecuentes e intensas
constatando la brecha digital y la desigualdad social; también las emociones toman
también forma de tristeza y cansancio, en este último tramo. Signos vinculados al
retorno presencial que aún no llega, al reencuentro postergado con los compañeros y
docentes y con las cosas de la escuela, de aquella experiencia significativa que se vive
en la institución escolar, ese lugar indispensable de protección pública y construcción de
saberes, afectos, sueños y proyectos compartidos.

2- Líneas pedagógicas: enseñanzas, aprendizajes y evaluación

Las múltiples mesas de diálogo desarrolladas durante este año dan cuenta de los Ejes y
las Líneas de política educativa que sostiene el gobierno provincial. Las enunciaciones
van tomando forma en los dispositivos y abordajes institucionales dentro del sistema
educativo santafesino, en consonancia con la Ley de Educación Nacional N° 26.206. Los
ejes centrales articuladores son:
▪ Efectivizar en toda la Provincia de Santa Fe el derecho a la educación, porque la
educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social,
garantizados por el Estado.
▪ Habilitar una pedagogía de la ternura para cuidar y acompañar las trayectorias
formativas de todas las niñas, niños y adolescentes de la escolarización
obligatoria.
▪ Ofrecer y habilitar oportunidades e itinerarios que coloquen a todos los alumnos
en situación de continuidad pedagógica, revisando y removiendo obstáculos que
generen expulsión, considerando contextos, recursos, factores y singularidades
diversas.
▪ Asegurar oportunidades para ejercitar el derecho a la educación superior de
todos los jóvenes y adultos, propiciando itinerarios formativos innovadores de
acuerdo a los diversos formatos que propone la educación superior santafesina,
que dialoga y articula con el mundo del trabajo, la producción y el desarrollo
tecnológico.
▪ Acompañar a los educadores –con una ética del cuidado-, para que desarrollen
el oficio de educar, asegurando condiciones de trabajo dignas y ofreciendo
formatos y alternativas de formación permanente, gratuita y situada.
▪ Pensar y configurar a la escuela como una institución pública que con su
hospitalidad reglada pone a disposición los saberes relevantes y significativos,
mediante la enseñanza, la transmisión, la socialización ciudadana y la
comunicación para sostener el vínculo educativo con los alumnos y la comunidad
educativa.

En dirección a esos Ejes el Ministerio de Educación de la provincia fue generando varias


alternativas educativas para niñas y niños, adolescentes y jóvenes en edad escolar, a fin
de garantizar el derecho de todos a una educación con conocimientos y valores
relevantes. Los maestros, profesores, preceptores, tutores desarrollaron diversas
prácticas para acompañar las trayectorias escolares.
El artículo 122 de la Ley N° 26.206 dice que la institución educativa es la unidad
pedagógica del sistema responsable de los procesos de enseñanza-aprendizaje
destinados al logro de los objetivos establecidos por esa ley. Para ello, favorece y
articula la participación de los distintos actores que constituyen la comunidad educativa.
En la dirección establecida por esos objetivos los directivos, docentes, padres, madres y/
o tutores, junto a los alumnos/as, y otros agentes que cita la ley; se encaminan al
ejercicio de las tareas de enseñanza, aprendizaje y evaluación, entre otras acciones
sistemáticas en el marco de la educación a distancia.
La enseñanza es un asunto público que promueve aprendizajes sistemáticos y diversos
en cualquier contexto. Sabemos que la enseñanza pública al proponerse garantizar
derechos se convierte en un asunto político, de gran escala, que requiere intervenciones
planificadas en todo el sistema educativo para asegurar equidad y una razonable
continuidad; y a la vez, como tarea de cada unidad educativa, en tanto trabajo áulico es
abordada y sostenida desde una perspectiva didáctico-curricular, de pequeñas escalas
referenciadas en el vínculo pedagógico de un grupo de alumnos con maestros y
profesores. Ambas perspectivas pueden caminar juntas para asegurar derechos y
garantizar experiencias de trabajo con los saberes curriculares priorizados en este
marco de pandemia y restricciones presenciales. Ese es el desafío del presente escolar
que restringe lo presencial, por un lado, pero habilita y ensancha la posibilidad de
establecer pequeños acuerdos de trabajo pedagógico entre educadores, con las familias
y los alumnos, en el tramo de escolarización obligatoria y en todas las modalidades
educativas.
Reconocemos que el nivel superior no universitario del sistema santafesino desarrolla
coordenadas más permeables con los sistemas y formas de educación remota; y los
sujetos implicados en tanto jóvenes y adultos con una ciudadanía más activa hallan
escenarios propicios y también controvertidos para abonar la continuidad pedagógica.
El mes de noviembre de 2020, más el tramo de la última semana de febrero y mes de
marzo de 2021 es la ocasión para fortalecer aprendizajes, confirmar y renovar
mediaciones necesarias y oportunas e intensificar saberes prioritarios para los grados y
cursos de final de niveles, considerando las Resolución del CFE N° 368/20.
Por ello, sostenemos que el proceso de aprendizaje-enseñanza-evaluación se comporta
como una configuración pedagógica en movimiento, que retroalimenta pasajes, pone a
revisión las tareas y modos, va aportando indicios de los logros, amplia saberes sobre
las condiciones en que se aprende y se enseña. Así, la evaluación es inherente tanto al
aprendizaje como a la enseñanza.
Por lo tanto, la actitud reflexiva del educador es condición indispensable para participar
del proceso evaluativo, en cualquier marco, y especialmente en el marco y enfoque de la
evaluación formativa. El posicionamiento del docente, desde la complejidad, permite
considerar la pluricausalidad y las múltiples dimensiones que configuran a la evaluación
como un entramado.

3-Evaluación: sentidos implicados

Todos/as los que abrazamos el oficio y la tarea profesional de educar sabemos y hemos
constatado en nuestra práctica escolar que en la evaluación se condensan distintos
sentidos, varios debates, posiciones ético-pedagógicas y técnicas.

Una primera y apropiada aproximación al concepto de Evaluación educativa (Resolución


CFE N° 93/09) es comprenderla como un proceso de valoración de situaciones
pedagógicas, que incluye al mismo tiempo los resultados alcanzados y los contextos y
condiciones en los que los aprendizajes tienen lugar. La evaluación es parte inherente
de los procesos de enseñanza y de los de aprendizaje. Este encuadre tiene por finalidad
una comprensión crítica de dichos procesos para orientarlos hacia su mejora. Por lo
tanto, es una cuestión de orden pedagógico.

También en el Régimen de Evaluación1 de Educación secundaria obligatoria de la


Provincia de Santa Fe encontramos un marco teórico referencial propicio para analizar y
confirmar definiciones, en la misma línea de la Resolución N° 93/09 del Consejo Federal
de Educación. Dice que la evaluación educativa es una construcción compleja y continua
y se la concibe como un único proceso con dos funciones diferenciadas: la de
proporcionar la comprensión de las situaciones pedagógicas, orientando la toma de
decisiones para intervenir sobre ellas a fin de posibilitar su mejoramiento, y la que
responde a la necesidad de constatar los logros alcanzados por los alumnos en sus
aprendizajes, en determinados momentos de su itinerario educativo. Implica entonces
valorar y tomar decisiones que impactan directamente en la vida de los otros. En tal
sentido, es una práctica que compromete una dimensión ética.
Al analizar estas definiciones normativas, hallamos en su composición varios
componentes que son convenientes precisar, y que cada proyecto institucional de
evaluación podrá ampliar de acuerdo a su contextualización, ya que la evaluación es una
responsabilidad institucional:
-Evaluación, construcción compleja: se trata de una práctica que se conforma por
distintos momentos y sucesos sobre percepciones y valoraciones que suelen no ser
lineales, en la cual convergen diversos factores e informaciones expuestas a
reorganizaciones de sentidos, que requiere registro permanente, y que presenta cierto

1 Decreto Provincial N° 181/09, anexo I.


nivel de complicación cuando se realizan prácticas evaluativas con distintos grados y
cursos. También la complejidad se ve ensanchada al constatar la heterogeneidad de
aprendizajes y las singulares interacciones de cada alumno que aprende con los objetos
de conocimiento, cuando es afectado por condiciones adversas.
-Evaluación, construcción continua: esta práctica requiere registros de las
valoraciones y de las dificultades y factores que inciden en la enseñanza y en el
aprendizaje; por lo tanto, es una función permanente e inherente al proceso de enseñar
y aprender; también las acreditaciones son continuas.
-Evaluación como comprensión del proceso: está vinculada con la reflexión, la
interrogación permanente y el debate continuo. Tiene como funciones diagnóstico,
diálogo, comprensión, retroalimentación y aprendizaje . Genera cultura de la autocrítica,
debate. flexibilidad y colegialidad. Supone un camino de análisis que genera
comprensión del proceso e involucra una gran diversidad de medios para la recolección
de datos; afecta no solo a los estudiantes sino a todos los componentes del sistema, al
proceso de enseñanza y aprendizaje y al contexto en el que se realiza la acción
educativa. (Santos Guerra, 1996).
-Evaluación como valoración de situaciones pedagógicas: las situaciones de
enseñanza y aprendizaje, también las de socialización, transmisión y comunicación y
todas las tramas vinculares que hacen foco en los saberes, habilidades y valores van
siendo reconocidas, valoradas, estimadas, analizadas, acompañadas por juicios de
noción y juicios de valor en función de objetivos y expectativas, destacándose logros,
avances, detenimientos, procesos dinámicos. Son juicios que requieren escritura,
registros, identificación de enlaces de aprendizajes, condiciones de la enseñanza,
contextos de estudio y aprendizaje. En síntesis, se trata de comprender las situaciones
para tomar decisiones y habilitar con intervenciones pertinentes las mejoras del proceso.
-Valoración de resultados: el análisis lleva a indicar y apreciar aprendizajes alcanzados
del curriculum prioritario, tanto en conocimientos, habilidades lógicas, destrezas
corporales y motrices, construcciones estéticas, despliegues lúdicos y artísticos,
opiniones argumentadas, actitudes nuevas, incorporación de valores, mejoramiento de la
escritura y del habla coloquial y escolar, organización y presentación de producciones
escritas, orales y gráficas y digitales, esfuerzo en la comunicación.
También aprendizajes empíricos no sistemáticos de la vida cotidiana y de los fenómenos
irruptivos (no habituales) de este año, que se expresan en preguntas genuinas y críticas,
en reflexiones significativas; entre otros logros y avances. A modo de ejemplo, citamos el
eje “Educación para la salud”, que tiene una presencia permanente en los saberes de los
hogares familiares, en los saberes escolares, en las redes y en los medios. Poder mirar
y reconocer lo diverso, lo fuerte y lo frágil, los pasajes entre la intuición, la comprensión y
la expresión, entre otros fenómenos, es desafío de la enseñanza y de la evaluación.
-Valoración de contextos en que se producen las situaciones pedagógicas: los
contextos sociales de carencia material y simbólica condicionan los tiempos de estudio y
el seguimiento y acompañamiento de los padres a las trayectorias escolares, las
distancias geográficas limitan posibilidades de encuentro y comunicación; las
limitaciones de dispositivos electrónicos de comunicación y la falta de conectividad
debilitan la interacción entre alumnos y docentes; la vulneración de derechos de niños,
niñas y adolescentes en el ambiente familiar influyen e impactan en los itinerarios
formativos.
Una enseñanza no-contextualizada puede retraer el interés; enfermedades crónicas y
coyunturales pueden afectar el deseo y el esfuerzo, el contexto sanitario de pandemia
modifican los estados afectivos y afectan la salud emocional de alumnos, educadores y
asistentes escolares.
-Valoración de condiciones en que se producen las situaciones pedagógicas: las
condiciones están vinculadas a los contextos. Las formas de la existencia social y las
formas de lo escolar van creando condiciones, algunas adversas y otras favorables. En
ese sentido, el dispositivo escolar a distancia tiene condiciones favorables para ciertos
sectores cuya conectividad, aulas virtuales, dispositivos y datos móviles es estable y
asegurada; para otros sectores esa disponibilidad no está garantizada o está muy
debilitada y crea condiciones adversas para la enseñanza (docentes) y para los
aprendizajes (alumnos). En esta descripción las condiciones están muy ligadas a
contextos socio-económicos de desigualdad social.
En esta mirada de la valoración de condiciones del trabajo docente influyen también las
capacitaciones sobre entornos digitales que otorgaron algunas habilidades, pero que no
fueron universales, y están poniéndose a prueba con un esfuerzo por aprender el uso
apropiado y situado de herramientas digitales para un buen acompañamiento a las
trayectorias escolares, con resultados desparejos.
Otra perspectiva posible para analizar son las condiciones de estudio de los alumnos
respecto al cuaderno pedagógico: requiere que el alumno -al amparo y apoyo de los
padres-, decida desarrollar un esfuerzo de tiempo y energía cognitiva para abordarlo; y a
la vez se torna necesaria una mediación docente oportuna para orientar el trabajo de los
alumnos sobre el cuaderno.
Estas situaciones descriptas señalan que las condiciones se crean, se disponen y
alientan, y en otras situaciones las condiciones son producidas por factores
independientes de la voluntad pedagógico-escolar de unos y otros, apareciendo
obstáculos y dificultades que inciden negativamente en el proceso de enseñanza y de
aprendizaje, que se interpretan como interferencia en el proceso de enseñanza, como
intermitencia en las actitudes para la comunicación, también como caída de las
expectativas y del esfuerzo necesario para aprender, y a veces también para enseñar.
Por lo tanto, el ejercicio evaluativo de identificar y analizar estas condiciones, sus causas
y sus incidencias permite habilitar y pensar la dimensión ética en los juicios de valor que
conforman el trabajo cuidado de toda evaluación, y también de la evaluación formativa.
Los contextos y condiciones indican las desigualdades sociales, las asimetrías
territoriales, las brechas digitales, los desfasajes técnicos y otras dificultades que
impactan en el sistema educativo y en los procesos y logros de cada unidad escolar.
Estos fenómenos y hechos descriptos, como otros que los docentes identifican en el
territorio y contexto escolar propio, ampliaran la comprensión y las perspectivas
criteriosas a tener en cuenta en el proceso evaluativo formativo.
Las acciones de enseñanza mediadas en comunicaciones diversas requieren de adultos
mediadores: los docentes desde su casa; y los padres o tutores que acompañan al
alumno, desde el hogar familiar. Unas mediaciones refieren a la dimensión pedagógico-
escolar; la otra pone de relieve la dimensión social del aprendizaje en sus múltiples
contextos familiares. Corridos los velos que idealizan estas mediaciones, podremos ver y
leer las dificultades para propiciar desarrollos creativos y sensibles, renovando el
compromiso social de la tarea docente. Esta es una gran tarea imprescindible de
supervisores y directores, con ayuda de los actores territoriales más cercanos.
A la vez, identificamos en el proceso de evaluación los siguientes componentes:
-Calificación: asignación valorativa/cuantitativa de un símbolo numérico o no-numérico
que relaciona logros de aprendizaje con una categoría de una escala definida. Este juicio
evaluativo se construye sobre la base de información suficiente y variada en relación con
los aprendizajes que se quiso promover, lo que se ha enseñado y las condiciones de
escolarización de cada uno de los estudiantes; como ya lo caracterizamos en tramos
temáticos previos. Como las condiciones de escolarización y estudio en el sistema
remoto no fueron comunes ni similares a todos los estudiantes, no será posible
comparar postas de la escala con logros de aprendizajes.
Como en los niveles de escolarización obligatoria (inicial, primaria y secundaria),
contamos con modos de calificación diferentes, el modelo de Evaluación
formativa/cualitativa resulta el más apropiado. Además, en este año no se produjeron
calificaciones ni se confeccionaron libretas en la escolarización obligatoria común.
Recordemos que en nivel inicial se usa el modelo de Informe cualitativo con devolución a
la familia del niño/niña y se regla el paso de sala de 5 años a nivel primario por
promoción directa.
En nivel primario se usa una escala no-numérica de 1° a 6° grado: excelente, muy
bueno, bueno, satisfactorio, no satisfactorio. Y en 7° grado se usa escala numérica de 1
a 10, y se aprueba con 6. Para la obtención del Certificado de 7° grado se puede hacer
una equivalencia del Informe evaluativo a escala numérica, de haber una necesidad
administrativa para emisión del Certificado de 7° grado.
En el nivel secundario común con orientaciones (secundaria orientada) y secundario
técnico está vigente la escala numérica de 1 a 10, obteniendo con 6 el nivel de
aprobación. Se presenta en Secundario una situación idéntica a Primaria, es decir, se
puede usar el Informe evaluativo, pudiendo trasladarse a escala numérica los resultados
de curso para final de nivel, a modo de habilitar el egreso, con las necesidades
administrativas de la emisión de título, si fuera condición indispensable.
-Acreditación: reconocimiento de los logros construidos por parte del alumno respecto a
aprendizajes de un espacio o conjunto de espacios curriculares en un tiempo
determinado. La acreditación de aprendizajes correspondientes a los ciclos 2020 y 2021
se realizará sobre la base de los contenidos curriculares priorizados y reorganizados en
la en esa unidad académica.
En los casos en que se haya definido que el trabajo curricular se realice con instancias
de vinculación e integración de disciplinas y áreas como propuestas de reorganización
curricular 2020-2021, la acreditación de aprendizajes se producirá en relación con dicha
vinculación integradora en mesa de diálogo entre los docentes implicados en la tarea
curricular, especialmente en nivel secundario, y teniendo en cuenta los cuadernos
pedagógicos que propiciaron desarrollos interdisciplinarios y contextualizados.
Además, a los efectos de los pases y movilidad de los estudiantes entre instituciones
y/jurisdicciones los mismos deberán confeccionarse sobre la base de informes
descriptivos que especifiquen el nivel de logro en los aprendizajes priorizados para el
grado/año en curso. Por lo tanto, la producción de una información detallada resultará
crucial para que los equipos docentes y directivos puedan acompañar la diversidad de
trayectorias escolares durante 2020 y 2021, de acuerdo con las distintas formas de
transitar la escolarización: presencial, a distancia, o combinadas.
-Promoción: son los actos de decisión institucional referidas al pasaje de los alumnos
de un tramo a otro de la escolarización, entre grados o cursos, entre ciclos.
Es oportuno considerar que en el año lectivo 2021 las secciones escolares de los niveles
obligatorios estarán integradas por estudiantes que habrán alcanzado distintos niveles
de logro en la progresión definida para transitar el trayecto pedagógico-curricular
integrado 2020-2021.
En esa unidad académica se propone generalizar a toda la población escolar la
estrategia pedagógica y curricular prevista en la Resolución CFE N° 174/12 con la figura
de Promoción Acompañada, que contempla la posibilidad de trasladar al año
subsiguiente aprendizajes no acreditados en el año anterior. Lo cual implica desarrollar
en el ciclo lectivo 2021 diversas estrategias de complementación, acompañamiento e
intensificación de la enseñanza.
Lo cual implica que para fortalecer las trayectorias escolares de los/as estudiantes que
han tenido menos oportunidades de aprender durante esta etapa, se diseñarán
dispositivos de acompañamiento y de apoyo pedagógico pertinentes y situados.

4-Evaluación formativa
La evaluación formativa tiene el propósito de analizar y comprender las situaciones
educativas para fortalecer el trabajo de los docentes y orientar los aprendizajes de los
alumnos, en clave de mejora. Por eso:

 Busca identificar los fenómenos e indicios críticos que requieren la mejora de las
condiciones de la enseñanza y los aprendizajes con herramientas cualitativas.
 Rastrea las eficacias, es decir, el tacto pedagógico y aquellas cualidades
didácticas que propiciaron aprendizajes efectivos y sustantivos.
 Posibilita la detección de herramientas y actitudes que motorizan y despliegan
construcción de saberes significativos.
 Percibe y destaca el valor de los procesos que desencadenan logros y
concatenan aproximaciones hacia nuevos saberes, habilidades y capacidades
para seguir aprendiendo.

Los contextos y condiciones en los que los aprendizajes han tenido lugar durante este
período de pandemia han sido heterogéneos y desiguales, por lo que es indispensable
considerarlos en relación con la situación individual de cada estudiante. Los procesos de
aprendizaje no pueden evaluarse descontextualizados de las situaciones de enseñanza
que los organizaron.
Un proceso es la enseñanza presencial, y otro, la educación a distancia. Son
dispositivos y lógicas diferentes. Hacer equivalencias automáticas entre uno y otro no
solo es un riesgo pedagógico innecesario, sino, una ecuación probablemente injusta.
Tener en cuenta la diversidad de condiciones materiales y socio afectivas de los
estudiantes y las disímiles formas de acompañamiento por parte de las familias y de las
instituciones educativas es un criterio socio-cultural y pedagógico que debe estar
presente. Aunque el espectro del dispositivo áulico presencial y sus organizadores
habituales nos acechen, tanto en la enseñanza como en la evaluación, es recomendable
no caer en las contingencias de ese atajo.
Por eso los logros deben ser ponderados integralmente, en relación con lo que ha sido
posible enseñar. Esa ponderación cuida que el objeto de evaluación se encuentre –
genuinamente-, en relación con lo que se ha podido enseñar y las mediaciones
desarrolladas, tanto en lo referido a los contenidos cómo a los modos de abordarlo.
Es bueno recordar que los indicadores de lo evaluado y sus registros importan a la hora
de realizar devoluciones a los estudiantes y sus familias. Por eso la evaluación formativa
adopta la forma de un ida y vuelta con devoluciones, reportes y retroalimentaciones con
los medios que se dispongan, y no sólo los virtuales.
La evaluación formativa requiere la elaboración de un registro conceptual del proceso y
de los resultados de aprendizaje de cada uno de los alumnos en las instancias
curriculares que correspondan.

5-Informe evaluativo descriptivo


Un Informe evaluativo es una escritura pedagógico-escolar que informa de la trayectoria
escolar de un alumno en un tramo de cursado: trimestral, cuatrimestral, anual o del
tramo temporal que se pretenda informar y describir. En el caso de nuestro sistema será
un informe anual, que puede contener componentes trimestrales o cuatrimestrales o no,
dependiendo de los acuerdos del proyecto institucional de evaluación.
La escritura pedagógica de un buen informe busca una enunciación objetiva y pertinente
que dé cuenta del proceso desarrollado, los resultados alcanzados y las expectativas en
marcha, tanto de las mediaciones docentes como de los aprendizajes de los alumnos.

Podemos identificar en esa enunciación los siguientes elementos:


● Previo a la elaboración: formular preguntas orientadoras posibles para la
producción del informe. El equipo directivo debe ayudar a situar y ampliar estas
preguntas.

¿Qué será necesario escribir para informar sobre la trayectoria escolar de cada
estudiante?
¿Qué procesos de enseñanza se desarrollaron en relación a contenidos, capacidades y
estrategias?
¿Dónde encontré la mayor dificultad del trabajo docente?
¿Qué logros puedo acreditar de los alumnos a mi cargo?
¿Qué contenidos y capacidades nuevas están en formación?
¿Cuántas devoluciones he realizado a cada alumno aproximadamente?
¿Con qué objetivo realice la devolución? ¿Qué tipo de comunicación o interacción
desarrolle con los tutores familiares?
● Criterios de elaboración: las preguntas aportan supuestos y nociones de lo que
corresponde incluir en el informe, a modo general. Los criterios refieren a la
enunciación descriptiva de los contenidos curriculares priorizados y trabajados.
Esa masa interactiva de saberes ordena lo que escribiré considerando los
apuntes que se han registrado sobre los desempeños de los alumnos.
● Logros alcanzados y señales de las construcciones en proceso: este es el
tramo central del informe donde se expresan las construcciones logradas y los
contenidos apropiados; mencionando luego los indicios de por dónde va el
desarrollo curricular integral priorizado, destacando las aproximaciones de
aprendizajes diversos y múltiples que están en camino de elaboración y que se
prevé su continuidad en febrero-marzo de 2021.
● Contenidos prioritarios pendientes de enseñar y aprender: esta mención
específica y breve se encadena con el punto anterior, respetando un
ordenamiento lógico-conceptual básico o mínimo y expectativas significativas de
los alumnos.
● Pistas para seguir aprendiendo y enseñando en febrero-marzo 2021: aquí se
pueden señalar los modos, los abordajes posibles, las estrategias de
comunicación; y los acuerdos que se puedan convenir con alumnos y otros
docentes, en función de la continuidad pedagógica.

6- Orientaciones para los niveles de escolarización obligatoria

Para el Nivel Inicial:

“Se reconoce a la política de evaluación educativa como parte del contexto actual y de
las transformaciones acontecidas en el diseño y desarrollo de los procesos de
enseñanza y de aprendizaje y las condiciones objetivas y simbólicas del trabajo
docente…”.

CFE Resolución Nº368/20

La evaluación formativa en el nivel inicial se plasmará a través del diseño de una


narrativa descriptiva que dé cuenta del proceso de enseñanza y aprendizaje singular e
individual de cada niño/a. Por medio del escrito los/as profesores/as podrán narrar y
poner en palabras las particularidades, trayectorias y recorridos que cada uno/a de los
niños/as ha realizado acompañado de sus familiares o adultos mediadores de las
experiencias pedagógicas a la distancia.

“Los docentes, cuando realizan las narrativas evaluativas, se transforman en autores


que relatan y reescriben cuantas veces sea necesario los episodios o sucesos
pedagógicamente significativos de las prácticas educativas en los que participaron cada
niño y cada niña y debiendo recuperar la mediación docente. Se detienen en lugares
desconocidos que se cuestionan, se interrogan por ciertos motivos que hace rato habían
abandonado, agitan rincones demasiado transitados, traen otros textos y otras palabras
a la escena, reponen sentidos que no habían pensado antes o quiebran algunas
certezas justamente donde el reparo era seguro. En otras palabras, deben pensar
teóricamente y hacer explícitos su saber sobre las experiencias recorridas, tornar su
conciencia práctica en conciencia discursiva, pública y, por eso mismo, plausible de
críticas, evaluaciones e interpretaciones diversas. Los docentes deslizan la producción
de un saber pedagógico informando las experiencias individualizadas en cada uno de
los procesos de los estudiantes, con todo lo que esto significa y conlleva, trazando el
saber del “mundo interpretado” de la pedagogía”.2

“En este escenario es fundamental que los procesos de aprendizaje no se evalúen


descontextualizados de las situaciones de enseñanza que los organizaron y que se
trasladen sin más los dispositivos y las lógicas para evaluar propios de la presencialidad.
Es necesario tener en cuenta la heterogeneidad de condiciones materiales y socio
afectivas en la que se encuentran los y las estudiantes, y las disímiles formas de
acompañamiento por parte de las familias y de las instituciones escolares”.3

“Proyectar la evaluación, frente a la heterogeneidad de las experiencias educativas por


las que los y las estudiantes han transitado en estos meses, con la producción de una
información detallada. Las narrativas evaluativas individuales, con la mirada sobre la
singular trayectoria de cada niño/a, resultará un documento crucial para que los equipos
docentes y directivos puedan acompañar la diversidad de las trayectorias escolares
durante 2020 y 2021 que tendrán lugar bajo las distintas formas de transitar la
escolarización”.

El marco normativo, constituye un andamiaje indisoluble de la práctica evaluativa,


conocerlo aporta herramientas fundamentales para garantizar el seguimiento y
acompañamiento de cada uno de los estudiantes.

La Resolución CFE N° 174/12 que aprueba las pautas federales para el mejoramiento de
la enseñanza y el aprendizaje y las trayectorias escolares, en el nivel inicial, nivel
primario y modalidades, define claramente cómo debe ser la promoción acompaña de
los estudiantes al nivel primario. “... se diseñarán las políticas de articulación necesarias
para facilitar el pasaje entre el nivel inicial y el nivel primario. El mismo supone a nivel de
gobierno la necesidad de que las direcciones de los niveles y modalidades respectivas
generen condiciones curriculares y pedagógicas que hagan visible las continuidades
necesarias para garantizar el pasaje de todos los niños y niñas. Los aprendizajes no
serán interpretados como indicadores de acreditación ni de promoción de los niños y
niñas en el nivel inicial al nivel siguiente. Serán considerados como indicios a ser tenidos
en cuenta por los docentes que reciban a los niños/as para garantizar la trayectoria
escolar”.
La Resolución Nº 368/20 detalla el desarrollo de “prácticas de evaluación, acreditación y
promoción del aprendizaje (contemplando el ciclo lectivo 2020- 2021, como una unidad
pedagógica) con el objetivo de aplicar variados recursos pedagógicos que den cuenta de
una evaluación formativa que interprete la singularidad de los procesos de enseñanza y
acompañamiento desplegados durante este periodo, evitando profundizar las

2Instituto Nacional de Formación Docente. Proyecto CAEI. (2007). ¿Cómo documentar narrativamente
experiencias pedagógicas?. Siglo XXII. Buenos Aires. Argentina.

3 CFE Resolución Nº368/20


desigualdades pre existentes y toda acción estigmatizante en relación a las trayectorias
escolares de las y los alumnas/os”.

La Resolución CFE N° 368/20 además retoma lo establecido en la Res CFE N° 363/20


con respecto a la necesidad de generar una evaluación formativa que interprete las
particularidades y singularidades de cada uno de los procesos de enseñanza y
acompañamiento que se produjeron durante el ASPO, teniendo en cuenta que la
evaluación educativa contempla para su producción, los contextos, las condiciones y las
situaciones en las que dichos procesos tuvieron lugar. En este sentido es necesario
pensar en una evaluación cualitativa poniendo en valor las devoluciones y las
experiencias particulares y diseñar un Plan estratégico que contemple estas variables en
un ciclo educativo 2020-2021 que requiere un compromiso y un trabajo coordinado
interniveles a los efectos de fortalecer la continuidad de la enseñanza y con ello la
continuidad y acompañamiento de las trayectorias escolares.
Anijovich destaca que en la última década se ha tendido a desplazar la “evaluación
formativa” hacia la “evaluación para el aprendizaje”, lo que complejiza y se orienta a
procesos de evaluación continua, ampliando la capacidad de reflexión y la mejora de las
intervenciones pedagógicas.
En tanto la evaluación se constituye en fuente de conocimiento y espacio que posibilita
la mejora de las propuestas educativas y la reprogramación de estrategias, cabe
pensar que el interrogante es el punto de partida.
Entonces nos podemos preguntar:
¿Qué sentido retoma hoy la evaluación en el Nivel Inicial?
● Si la mirada está puesta en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, mediado
por las/os profesores en la distancia y las familias en contexto ¿qué sería
propicio evaluar? Y ¿cómo?
● Teniendo en cuenta la singularidad de cada niñx y su particular contexto en el
cual han interactuado con los contenidos de enseñanza ¿qué datos serían
relevantes y estarían involucrados en la interpretación sobre cuáles aprendizajes
se produjeron?
● El texto de Anijovich en el capítulo 3 “Las evidencias de aprendizajes”, da cuenta
de la importancia de los “saberes previos” con que cuentan los estudiantes y
aquí la pregunta sería ¿qué propuestas de evaluación debemos instrumentar
para recoger la información sobre sus aprendizajes?.
● También señala que no existe una única manera de recoger evidencias y que
estos instrumentos evaluativos deben estar en concordancia con el Proyecto
Pedagógico. La pregunta es ¿se han podido seleccionar organizar y planificar
estos instrumentos de manera sistematizada?
● Teniendo en cuenta que las niñas/os de 5 años promocionarán de manera directa
al primer grado del nivel primario, en los términos establecidos por la Resolución
CFE Nº 174/12. ¿qué estrategias de acompañamiento serían oportunas
considerar en esta articulación interniveles?
En la Educación Inicial la narrativa descriptiva constituirá una herramienta clave que
acompañe la trayectoria de cada niño/a y en donde se evidencie la evaluación formativa
traducida en palabras y descripciones objetivas. Acordando con Fernández S. (2017)4 la
evaluación formativa, de progreso o para aprender constituirá un factor esencial de
aprendizaje, integrado en el mismo proceso y que tiene como objetivo favorecerlo en
tiempo real, a través de la observación, interpretación y regulación continua de todos los
elementos que lo integran: desde la motivación y fijación de objetivos, de acuerdo con el
potencial de aprendizaje en cada estadio y por cada alumno, a la regulación del empeño,
de los intentos, de las hipótesis, de las reparaciones, de la superación de las dificultades
y del análisis de los logros.
Evaluaciones formativas, descriptivas y cualitativas. Se evalúa, se acompaña, se
realizan seguimientos de trayectorias posibles, reales y singulares, durante la unidad
pedagógica 2020-2021. Por lo tanto, se requiere del compromiso y trabajo sistemático
interciclos de calidad, activando todos los medios posibles para el trabajo de articulación,
atendiendo a la normativa vigente.

Para el Nivel Primario:


Como continuidad del proceso sostenido de acompañamiento a la vida institucional, a la
formación docente situada en el contexto, a los diálogos entablados; a las devoluciones
recibidas y realizadas mediante los encuentros con docentes, equipos directivos y
supervisivos es que planteamos una propuesta que intenta ser coherente con lo
expresamente realizado.
Retomando, además, lo previsto en el Documento Marco para la Evaluación junto a las
posibilidades del momento. En este sentido la propuesta de evaluación se apoyará en
tres dimensiones: la institucional (la misma estuvo en proceso permanente); la grupal
(cuya existencia es la del grado a cargo que tuvo cada docente) y la individual focalizada
en cada estudiante.
Desde estas tres dimensiones y desde la perspectiva de la evaluación “como proceso”
que acompaña una trayectoria educativa se propone:
-Posibilitar la continuidad de los procesos institucionales que se vienen desarrollando
mediante el trabajo colegiado en las jornadas institucionales incorporando la dimensión
afectiva. Circulares 12;13 y 14 Subsecretaría de E.P.
-Realizar la escritura de un informe general por grado donde el docente pueda describir
e informar reflexivamente sobre las necesidades para el trayecto 2020/21 en cuanto a :
● Contenidos prioritarios pendientes de enseñar y aprender.
● Pistas para seguir aprendiendo y enseñando en febrero-marzo 202.

- La escritura de un informe descriptivo, de carácter sociopedagógico para cada


estudiante, en el que se pueda elaborar desde la objetivación reflexiva las
características que tuvo ese vínculo pedagógico en educación en la distancia.
Atendiendo a una delimitación de cuatro Indicadores:
1-Desde el principio de la ASPO hubo buena vinculación y se sostuvo.

4 Férnandez, Sonsoles (2017). “Evaluación y aprendizaje”. Marcoele. Revista de didáctica


español como lengua extranjera, Nª 24. Madrid. España.
2-Solo hubo vinculación al principio de la ASPO y luego fue intermitente.
3-Se sostuvo un vínculo pedagógico de baja densidad solo al principio.
4- No hubo casi vínculo pedagógico.
1-Desde el principio de la ASPO hubo buena vinculación y se sostuvo.
-¿Qué se pudo enseñar en este tiempo?
-¿Qué áreas del conocimiento o problemáticas fueron posibles desarrollar?
-¿Qué avances se observan en cuanto a prácticas de la comunicación, lecturas y
escritura?
-Del total de estudiantes ¿cuántos estarían en esta situación? (Solo para la dimensión
institucional)
2-Solo hubo vinculación al principio de la ASPO y luego fue intermitente.
-¿Hubo comunicación con adultos de la familia?
-¿Recibieron materiales impresos?
-¿Tiene registros de las actividades recibidas y entregadas?
-¿Qué avances se observan en cuanto a prácticas de la comunicación, lecturas y
escritura?
Del total de estudiantes ¿cuántos estarían en esta situación? (Solo para la dimensión
institucional)
3-Se sostuvo un vínculo pedagógico de baja densidad solo al principio.
-¿Hubo comunicación con adultos de la familia?
-¿Recibieron materiales impresos?
-¿Tiene registros de las actividades recibidas y entregadas?
-¿Qué avances se observan en cuanto a prácticas de la comunicación, lecturas y
escritura?
Del total de estudiantes ¿cuántos estarían en esta situación?
4-No hubo casi vínculo pedagógico.
¿Hubo comunicación con adultos de la familia?
¿Qué factores o situaciones tuvieron incidencia?
¿Cómo se piensan a nivel institucional estos casos?
Del total de estudiantes ¿cuántos estarían en esta situación?
Se le podrá hacer entrega del informe a cada niño en la 1er semana de diciembre.
Anticipando que se trata de una primera instancia de evaluación planteando la 2da
instancia para los meses de febrero y marzo.
En el caso de estudiantes de 7mo grado podrá tomarse en primera instancia el informe
descriptivo y acordar un proceso que contemple la acreditación numérica en el último
trimestre a completar en marzo 2021. Dicha acreditación podrá realizarse a partir de la
devolución del cuaderno provincial en febrero 2021 para la evaluación del mismo con las
mediaciones y tareas que se agregan.
También de acuerdo a la situación sanitaria los docentes podrán hacer pequeños
encuentros en grupos de estudiantes para dar explicaciones y orientaciones sobre
contenidos no aprendidos.

Para el Nivel Secundario:


Desde la Subsecretaría de Educación Secundaria, entendemos que el dispositivo de
evaluación más apropiado para la unidad pedagógica 2020-2021 contemplada en la Res
CFE 366/20, para dar respuesta a los interrogantes arriba mencionados es el de la
evaluación formativa. Dicha variable entiende la evaluación como un proceso en el que
se recaba información con el fin de revisar y modificar la enseñanza y el aprendizaje en
función de las necesidades de los alumnos y las expectativas de logro para alcanzar (...)
los errores dan cuenta de las comprensiones, de las confusiones, de lo incompleto tanto
de las representaciones como de las estrategias que el alumno emplea(...) El objetivo de
la evaluación formativa es ofrecer orientaciones y sugerencias a cada uno de los
estudiantes durante el proceso de aprendizaje, cuando todavía hay tiempo para mejorar
algún aspecto de dicho proceso.(Anijovich 2016). En este período tan complejo que nos
toca transitar, la evaluación debe ofrecer una retroalimentación que ayude a mejorar los
aprendizajes de los alumnos y debe también indagar acerca de lo que los estudiantes
saben y lo que quisieran saber: para construir a partir de la ruptura que significó la
pandemia en la vida institucional escolar, debemos incorporar las voces de los
estudiantes con vistas a la construcción de una nueva escuela. En este sentido, una
evaluación que apunte a dichos objetivos sólo puede ser continua, de carácter
procesual, permitiendo reorientar prácticas de manera permanente.
En un contexto como el que vivimos, la escuela secundaria no puede limitarse a evaluar
resultados con el objetivo de calificar y promocionar al final de las unidades académicas
planificadas a principio de año, en un momento que podríamos denominar “pre-
pandémico”. Este es un momento para corregir errores en los procedimientos, buscar
alternativas pedagógicas que contemplen lo situado, atender a lo heterogéneo, etc.
Algunas recomendaciones:

 Atender a las posibilidades reales de los estudiantes en el contexto actual.

 Analizar situaciones condicionantes para eliminar factores de exclusión y


garantizar una educación inclusiva.

 Identificar qué es lo importante que los estudiantes aprendan, las metas de


aprendizaje, aquello altamente formativo que genera interés en los jóvenes y
permite proyectar institucionalmente este año y el próximo como una unidad.

 Evaluar lo que realmente se ha podido enseñar atendiendo a cómo se ha podido


enseñar.

 Utilizar un lenguaje accesible en la devolución, que permita a los estudiantes y


familias entender en qué etapa del recorrido nos encontramos.
 La devolución debe expresarse en términos positivos, alentadores, que deje
abierta la posibilidad de revisar procesos y recuperar aquello que no se ha
logrado aprender.
 La construcción de rúbricas para la evaluación puede ser una herramienta
práctica que ayude a los docentes a evaluar el desempeño de sus alumnos.

La evaluación formativa debe ser un espacio de construcción colectiva, lo que supone


una constante retroalimentación y reformulación en su tratamiento. Para ello, debe
promoverse el diseño e implementación de nuevas propuestas de enseñanza orientadas
a lograr aprendizajes situados en vinculación con el desarrollo de capacidades y al
seguimiento de las trayectorias escolares. El desafío de las instituciones escolares
plantea la revisión y renovación de la práctica pedagógica, acompañada por una
propuesta de enseñanza situada, en la que el estudiante figura como centro del proceso
y la evaluación (en tanto formativa) es considerada al servicio del aprendizaje. Es por
ello que, desde la base del trabajo colaborativo, los equipos docentes deben facilitar,
promover, potenciar, permitir y establecer acuerdos en el proyecto de evaluación de los
aprendizajes en el marco de la evaluación formativa, situada y colegiada. La evaluación
se desplaza completamente desde una perspectiva sancionadora o expulsora de las
oportunidades de seguir aprendiendo y, por el contrario, se constituye en una de las
principales fuerzas posibilitadoras de más y mejores aprendizajes para todos los que
intervienen en el fenómeno educativo. Entender la evaluación para los aprendizajes y no
sólo de los aprendizajes, modifica sustancialmente las prácticas evaluativas, y al
modificarlas, transforma los procesos de aprendizaje y enseñanza. Al plantear
experiencias de aprendizaje y evaluación continuas y sistemáticas, se pretende dar
espacio a nuestros estudiantes para que expresen, con diferentes formatos y maneras,
sus logros y sus dificultades.
Entendemos que la evaluación en este contexto implica el despliegue de diversas
formas de acompañamiento: visualizar y reconocer todos aquellos conocimientos que
han sido aprendidos efectivamente por los/las estudiantes, e identificar los que han
generado dificultades (registrar, integrar e interpretar). Esta orientación permite
jerarquizar y organizar la información, interpretarla e integrarla con otros datos
institucionales, para valorar los procesos de aprendizaje y reorientar aquellos aspectos
que obturan los objetivos escolares-institucionales.
A tener en cuenta para resignificar los procesos de evaluación:

❖ Comunicación

Establecer y habilitar variados canales de diálogo con los/las estudiantes y con grupos
de estudiantes para la realización de actividades. Acompañar y efectuar la devolución
del trabajo realizado.

❖ Propuestas de enseñanza

Presentar propuestas de actividades concordantes con las trayectorias escolares y


saberes previos de los/las estudiantes que permitan identificar o tomar conocimiento de
los tiempos de trabajo, de los contenidos y las capacidades adquiridas, de las formas de
trabajo implementadas. A la vez, brindar sugerencias ante la presentación de trabajos
que requieren procesos más complejos y un frecuente acompañamiento a través de los
medios más accesibles que cuentan los/las estudiantes.

❖ Registrar las actividades realizadas

Es fundamental esta instancia en el proceso para efectuar un adecuado seguimiento. La


presentación de la propuesta (atendiendo a los contextos sociales, económicos y
familiares) y la calidad del contenido.
❖ Retroalimentación

Realizar una devolución formativa del trabajo realizado y presentado por los/las
estudiantes. Es necesario enviar/realizar sugerencias para volver a analizar las
temáticas que han sido más difíciles de abordar como así también, algunas
recomendaciones para desarrollar nuevamente las tareas y alcanzar mejores
aprendizajes, con diferentes consignas, claras y precisas.

La evaluación formativa no incluye el uso de escalas numéricas de calificación (a excepción


del final de nivel, a modo de habilitar el egreso, con las necesidades administrativas de la
emisión de título) pues no garantizan en esta etapa, una valoración justa de la
heterogeneidad de maneras de apropiarse de los aprendizajes que produjeron durante el
ASPO y EL DISPO. Por tal motivo, cada escuela diseñará informes cualitativos que
contemplen las dimensiones y variables desarrolladas en este documento, que a su vez
servirán como insumo para el trabajo durante 2021. Para los cursos de 1ro a 4to, en la
plataforma Mi escuela, registraremos solamente (omitiendo las calificaciones trimestrales)
la nota final de los alumnos y alumnas con la opción “En proceso”, que garantizará la
promoción en el sistema.

La dimensión afectiva en la evaluación

Atentos al diseño de una evaluación integral, queremos enriquecer los instrumentos


evaluativos sumando la mirada de una propuesta de trabajo institucional planificada y
diseñada en función de contribuir al fortalecimiento de las tramas institucionales en el actual
contexto de pandemia: “La dimensión afectiva: variable esencial para toda forma de
cuidado”, que fuera subida al campus virtual el día 22 de octubre de 2020:
https://campuseducativo.santafe.edu.ar/propuesta-institucional-la-dimension-afectiva-
variable-esencial-para-toda-forma-de-cuidado/

Muchas son las fuentes de preocupación y malestar que nos afectan en el actual contexto
de pandemia. Sus efectos no sólo impactan en la salud individual sino también en la calidad
y vicisitudes de los vínculos pedagógicos entre escuela y comunidad. Concebir la vida
escolar (presencial y/o remota), teniendo en cuenta un trabajo institucional respecto a la
afectividad puede resultar una fortaleza importante para abordar el cuidado del proceso
enseñanza aprendizaje. Es evidente la ausencia de motivación que en ocasiones resulta de
sostener de manera prolongada la escolaridad en la distancia. La afectividad es un eje
transversal en toda institución, por lo tanto, trabajar en esta dimensión implica ser
conscientes de su injerencia en cada movimiento institucional, en el armado de los
dispositivos escolares, en las propuestas educativas, en las maneras y los modos de
comunicación interna, con las familias, estudiantes, y demás participantes. Es decir,
concebir cada decisión, cada movimiento institucional y a todas las personas de la
comunidad desde una ética del cuidado. En este sentido, diseñar un mecanismo de
evaluación formativa e integral que incluya una dimensión y una variable afectiva en los
resultados del proceso enseñanza aprendizaje puede ser una manera interesante y
adecuada de dar inicio (y/o continuidad) a una propuesta institucional de evaluación
formativa, exhaustiva y transversal.

Normativa de Consulta:

● Resolución Ministerial Nº 224/20 – Ministerio de Educación de Santa Fe


● Resoluciones del Consejo Federal de Educación Nº 363/20, 366/20, 367/20,
368/20.

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