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Guión temático:
4- Evaluación formativa
Fines de marzo de 2020 fue un momento del año que significó un imprevisto cambio de
los modos de organización de la vida social de los argentinos y los santafesinos, al
decretarse el aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO). A partir de ahí, se
sucedieron un conjunto de modificaciones en diversos aspectos de la vida cotidiana y
habitual de la sociedad argentina.
El sistema educativo fue sacudido por la aparición del Covid-19 y sus consecuencias
derivaron en una crisis sanitaria inédita y desconcertante a medida que pasaban las
semanas.
Las escuelas son instituciones sociales que alojan a niñas, niños, adolescentes, jóvenes
y adultos implicados en los procesos de enseñanza y aprendizaje de la educación
institucionalizada.
Todos conocemos las modificaciones organizativas que se produjeron, los saberes y
tecnologías convocadas, los nuevos lugares de continuidad pedagógica que se
desplegaron en el dispositivo escolar a distancia habilitado por el Ministerio de
Educación de la Provincia de Santa Fe, en el marco de los acuerdos federales.
Campus, blogs, tics, aulas virtuales, videoconferencias, materiales fotocopiados,
cuadernos pedagógicos, netbooks, celulares, videos, audios y mensajes son algunos de
los dispositivos y herramientas que conviven y fueron trazando recorridos diversos y
plurales entre alumnos, educadores y actores de distintas dependencias del Ministerio
de Educación, que se articularon para dar consistencia y continuidad al vínculo
pedagógico.
Esos recorridos, esas postas y esas trazas están siendo revisitadas para hallar en ellas
construcciones valorativas que den cuenta de estos procesos. Son construcciones de
sentido que reúnen información e indicadores del trabajo educativo producido por
alumnos, docentes y familias.
Es atinado inferir que los docentes en el marco del desconcierto inicial actuaron con
cierta dispersión recurriendo de modo dispar a los recursos cercanos que tenían, con los
cuales se sentían seguros e intuyeron que eran accesibles y prácticos para esos
momentos. Con el correr de las semanas fueron comprobando algunas eficacias y
algunas carencias y el trabajo se volvió más ordenado y estable.
También -en función de testimonios, relevamientos ministeriales y encuestas realizadas-,
los alumnos se prestaron a colaborar con las indicaciones y tareas propuestas
sosteniendo los hilos de los vínculos con los maestros y profesores, interpretando que
transitaban un sendero nuevo y distinto, que no sabían cuánto iba a durar.
El proceso sanitario y sus reglas de aislamiento, distanciamiento y prevenciones fueron
dando permanencia a este dispositivo del cuidado colectivo, mostrando aristas que
daban cuenta de que los plazos se estiraban y la consigna “quédate en casa” se
instalaba en lo cotidiano reduciendo las posibilidades de un regreso presencial a las
escuelas. La educación remota arremete con sus pantallas frecuentes e intensas
constatando la brecha digital y la desigualdad social; también las emociones toman
también forma de tristeza y cansancio, en este último tramo. Signos vinculados al
retorno presencial que aún no llega, al reencuentro postergado con los compañeros y
docentes y con las cosas de la escuela, de aquella experiencia significativa que se vive
en la institución escolar, ese lugar indispensable de protección pública y construcción de
saberes, afectos, sueños y proyectos compartidos.
Las múltiples mesas de diálogo desarrolladas durante este año dan cuenta de los Ejes y
las Líneas de política educativa que sostiene el gobierno provincial. Las enunciaciones
van tomando forma en los dispositivos y abordajes institucionales dentro del sistema
educativo santafesino, en consonancia con la Ley de Educación Nacional N° 26.206. Los
ejes centrales articuladores son:
▪ Efectivizar en toda la Provincia de Santa Fe el derecho a la educación, porque la
educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social,
garantizados por el Estado.
▪ Habilitar una pedagogía de la ternura para cuidar y acompañar las trayectorias
formativas de todas las niñas, niños y adolescentes de la escolarización
obligatoria.
▪ Ofrecer y habilitar oportunidades e itinerarios que coloquen a todos los alumnos
en situación de continuidad pedagógica, revisando y removiendo obstáculos que
generen expulsión, considerando contextos, recursos, factores y singularidades
diversas.
▪ Asegurar oportunidades para ejercitar el derecho a la educación superior de
todos los jóvenes y adultos, propiciando itinerarios formativos innovadores de
acuerdo a los diversos formatos que propone la educación superior santafesina,
que dialoga y articula con el mundo del trabajo, la producción y el desarrollo
tecnológico.
▪ Acompañar a los educadores –con una ética del cuidado-, para que desarrollen
el oficio de educar, asegurando condiciones de trabajo dignas y ofreciendo
formatos y alternativas de formación permanente, gratuita y situada.
▪ Pensar y configurar a la escuela como una institución pública que con su
hospitalidad reglada pone a disposición los saberes relevantes y significativos,
mediante la enseñanza, la transmisión, la socialización ciudadana y la
comunicación para sostener el vínculo educativo con los alumnos y la comunidad
educativa.
Todos/as los que abrazamos el oficio y la tarea profesional de educar sabemos y hemos
constatado en nuestra práctica escolar que en la evaluación se condensan distintos
sentidos, varios debates, posiciones ético-pedagógicas y técnicas.
4-Evaluación formativa
La evaluación formativa tiene el propósito de analizar y comprender las situaciones
educativas para fortalecer el trabajo de los docentes y orientar los aprendizajes de los
alumnos, en clave de mejora. Por eso:
Busca identificar los fenómenos e indicios críticos que requieren la mejora de las
condiciones de la enseñanza y los aprendizajes con herramientas cualitativas.
Rastrea las eficacias, es decir, el tacto pedagógico y aquellas cualidades
didácticas que propiciaron aprendizajes efectivos y sustantivos.
Posibilita la detección de herramientas y actitudes que motorizan y despliegan
construcción de saberes significativos.
Percibe y destaca el valor de los procesos que desencadenan logros y
concatenan aproximaciones hacia nuevos saberes, habilidades y capacidades
para seguir aprendiendo.
Los contextos y condiciones en los que los aprendizajes han tenido lugar durante este
período de pandemia han sido heterogéneos y desiguales, por lo que es indispensable
considerarlos en relación con la situación individual de cada estudiante. Los procesos de
aprendizaje no pueden evaluarse descontextualizados de las situaciones de enseñanza
que los organizaron.
Un proceso es la enseñanza presencial, y otro, la educación a distancia. Son
dispositivos y lógicas diferentes. Hacer equivalencias automáticas entre uno y otro no
solo es un riesgo pedagógico innecesario, sino, una ecuación probablemente injusta.
Tener en cuenta la diversidad de condiciones materiales y socio afectivas de los
estudiantes y las disímiles formas de acompañamiento por parte de las familias y de las
instituciones educativas es un criterio socio-cultural y pedagógico que debe estar
presente. Aunque el espectro del dispositivo áulico presencial y sus organizadores
habituales nos acechen, tanto en la enseñanza como en la evaluación, es recomendable
no caer en las contingencias de ese atajo.
Por eso los logros deben ser ponderados integralmente, en relación con lo que ha sido
posible enseñar. Esa ponderación cuida que el objeto de evaluación se encuentre –
genuinamente-, en relación con lo que se ha podido enseñar y las mediaciones
desarrolladas, tanto en lo referido a los contenidos cómo a los modos de abordarlo.
Es bueno recordar que los indicadores de lo evaluado y sus registros importan a la hora
de realizar devoluciones a los estudiantes y sus familias. Por eso la evaluación formativa
adopta la forma de un ida y vuelta con devoluciones, reportes y retroalimentaciones con
los medios que se dispongan, y no sólo los virtuales.
La evaluación formativa requiere la elaboración de un registro conceptual del proceso y
de los resultados de aprendizaje de cada uno de los alumnos en las instancias
curriculares que correspondan.
¿Qué será necesario escribir para informar sobre la trayectoria escolar de cada
estudiante?
¿Qué procesos de enseñanza se desarrollaron en relación a contenidos, capacidades y
estrategias?
¿Dónde encontré la mayor dificultad del trabajo docente?
¿Qué logros puedo acreditar de los alumnos a mi cargo?
¿Qué contenidos y capacidades nuevas están en formación?
¿Cuántas devoluciones he realizado a cada alumno aproximadamente?
¿Con qué objetivo realice la devolución? ¿Qué tipo de comunicación o interacción
desarrolle con los tutores familiares?
● Criterios de elaboración: las preguntas aportan supuestos y nociones de lo que
corresponde incluir en el informe, a modo general. Los criterios refieren a la
enunciación descriptiva de los contenidos curriculares priorizados y trabajados.
Esa masa interactiva de saberes ordena lo que escribiré considerando los
apuntes que se han registrado sobre los desempeños de los alumnos.
● Logros alcanzados y señales de las construcciones en proceso: este es el
tramo central del informe donde se expresan las construcciones logradas y los
contenidos apropiados; mencionando luego los indicios de por dónde va el
desarrollo curricular integral priorizado, destacando las aproximaciones de
aprendizajes diversos y múltiples que están en camino de elaboración y que se
prevé su continuidad en febrero-marzo de 2021.
● Contenidos prioritarios pendientes de enseñar y aprender: esta mención
específica y breve se encadena con el punto anterior, respetando un
ordenamiento lógico-conceptual básico o mínimo y expectativas significativas de
los alumnos.
● Pistas para seguir aprendiendo y enseñando en febrero-marzo 2021: aquí se
pueden señalar los modos, los abordajes posibles, las estrategias de
comunicación; y los acuerdos que se puedan convenir con alumnos y otros
docentes, en función de la continuidad pedagógica.
“Se reconoce a la política de evaluación educativa como parte del contexto actual y de
las transformaciones acontecidas en el diseño y desarrollo de los procesos de
enseñanza y de aprendizaje y las condiciones objetivas y simbólicas del trabajo
docente…”.
La Resolución CFE N° 174/12 que aprueba las pautas federales para el mejoramiento de
la enseñanza y el aprendizaje y las trayectorias escolares, en el nivel inicial, nivel
primario y modalidades, define claramente cómo debe ser la promoción acompaña de
los estudiantes al nivel primario. “... se diseñarán las políticas de articulación necesarias
para facilitar el pasaje entre el nivel inicial y el nivel primario. El mismo supone a nivel de
gobierno la necesidad de que las direcciones de los niveles y modalidades respectivas
generen condiciones curriculares y pedagógicas que hagan visible las continuidades
necesarias para garantizar el pasaje de todos los niños y niñas. Los aprendizajes no
serán interpretados como indicadores de acreditación ni de promoción de los niños y
niñas en el nivel inicial al nivel siguiente. Serán considerados como indicios a ser tenidos
en cuenta por los docentes que reciban a los niños/as para garantizar la trayectoria
escolar”.
La Resolución Nº 368/20 detalla el desarrollo de “prácticas de evaluación, acreditación y
promoción del aprendizaje (contemplando el ciclo lectivo 2020- 2021, como una unidad
pedagógica) con el objetivo de aplicar variados recursos pedagógicos que den cuenta de
una evaluación formativa que interprete la singularidad de los procesos de enseñanza y
acompañamiento desplegados durante este periodo, evitando profundizar las
2Instituto Nacional de Formación Docente. Proyecto CAEI. (2007). ¿Cómo documentar narrativamente
experiencias pedagógicas?. Siglo XXII. Buenos Aires. Argentina.
❖ Comunicación
Establecer y habilitar variados canales de diálogo con los/las estudiantes y con grupos
de estudiantes para la realización de actividades. Acompañar y efectuar la devolución
del trabajo realizado.
❖ Propuestas de enseñanza
Realizar una devolución formativa del trabajo realizado y presentado por los/las
estudiantes. Es necesario enviar/realizar sugerencias para volver a analizar las
temáticas que han sido más difíciles de abordar como así también, algunas
recomendaciones para desarrollar nuevamente las tareas y alcanzar mejores
aprendizajes, con diferentes consignas, claras y precisas.
Muchas son las fuentes de preocupación y malestar que nos afectan en el actual contexto
de pandemia. Sus efectos no sólo impactan en la salud individual sino también en la calidad
y vicisitudes de los vínculos pedagógicos entre escuela y comunidad. Concebir la vida
escolar (presencial y/o remota), teniendo en cuenta un trabajo institucional respecto a la
afectividad puede resultar una fortaleza importante para abordar el cuidado del proceso
enseñanza aprendizaje. Es evidente la ausencia de motivación que en ocasiones resulta de
sostener de manera prolongada la escolaridad en la distancia. La afectividad es un eje
transversal en toda institución, por lo tanto, trabajar en esta dimensión implica ser
conscientes de su injerencia en cada movimiento institucional, en el armado de los
dispositivos escolares, en las propuestas educativas, en las maneras y los modos de
comunicación interna, con las familias, estudiantes, y demás participantes. Es decir,
concebir cada decisión, cada movimiento institucional y a todas las personas de la
comunidad desde una ética del cuidado. En este sentido, diseñar un mecanismo de
evaluación formativa e integral que incluya una dimensión y una variable afectiva en los
resultados del proceso enseñanza aprendizaje puede ser una manera interesante y
adecuada de dar inicio (y/o continuidad) a una propuesta institucional de evaluación
formativa, exhaustiva y transversal.
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