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La Nueva Guerra Terrestre de la

Fuerza Aérea
Asegurar la Proyección del Poderío Aéreo y
Espacial Mediante Operaciones
Expedicionarias
de Seguridad

Brigadier General USAF Robert H. "Bob" Holmes


Coronel USAF Bradley D. Spacy
Teniente Coronel USAF John M. Busch
Teniente Coronel USAF Gregory J. Reese

Si usted se unió recientemente a la Fuerza Aérea y pasó a formar parte de las fuerzas
de seguridad, habrá pasado gran parte de su tiempo protegiendo silos de misiles,
protegiendo bombarderos, alertando a los cazas, vigilando entradas, o como mínimo
estacionado en una puerta. Pero después de instalar 50 bases expedicionarias en el
Golfo Arábigo y después de resistir ataques contra las bases, después que fuimos
atacados con morteros y cohetes en las bases, después que nuestros aviones fueron
atacados con misiles superficie-aire y fuego de armas livianas al aterrizar y despegar,
y después que estudiamos qué se necesita para asegurar un campo de aviación en un
sentido expedicionario, este tema de fuerza de seguridad adquiere una visión
totalmente diferente. . . . Salga del cercado con el personal de la Oficina de
Investigaciones Especiales . . . y comience a pensar acerca de qué es una amenaza a
este campo de aviación. ¿Qué debemos hacer para defenderlo de modo que podamos
operar 24 horas al día, siete días a la semana, en un sentido verdaderamente
conjunto, y en un sentido de verdadero combatiente, para que no hayan amenazas
contra este campo de aviación que no hayamos tenido en cuenta?
—General T. Michael Moseley
Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea
Discurso ante el American Enterprise Institute
11 de octubre de 2005

EL ENTORNO de la estrategia de seguridad global ha cambiado dramáticamente en los


últimos 15 años, y la zona de comodidad de la Guerra Fría, consistente de grandes fuerzas
distribuidas a través de las llanuras de Europa, ha dado paso a un nuevo entorno dinámico de
amenaza repleto de adversarios irregulares que practican un estilo asimétrico de guerra. En su
libro El Nuevo Mapa del Pentágono, el Dr. Thomas Barnett predice que los "países no
adaptados a la globalización" del mundo—aquellos estados con las tasas de pobreza y
desempleo más altas, los gobiernos más corruptos, los estándares de vida más bajos y la
menor esperanza—estarán plagados de conflicto e incertidumbre.1 En este entorno, la Fuerza
Aérea mantiene su compromiso de proyectar poderío aéreo y espacial como una fuerza
expedicionaria de lucha de guerra más liviana y ágil. La proyección del poderío aéreo y
espacial en este nuevo entorno expedicionario significa que debemos situar nuestras bases
cerca del combate (o dentro del mismo), en lugares austeros alejados de las áreas de
retaguardia "seguras" del pasado.2
Hemos instalado bases aéreas en las zonas de combate de Irak y Afganistán (considerados por
el Dr. Barnett como países no adaptados a la globalización) durante las Operaciones Libertad
de Irak y Libertad Duradera. Rodeadas por fuerzas enemigas irregulares, estas bases han
sufrido ataques constantes. Asegurar el poderío aéreo en este contexto requiere un nuevo
examen de cómo establecer, proteger y defender las bases aéreas, específicamente, demanda
nueva doctrina, comando y control (C2) táctico, capacidad de inteligencia y Aerotécnicos
expedicionarios más competentes de todas las especialidades. Esto representa no sólo un
desafío para las fuerzas de seguridad sino también para el equipo de la Fuerza Aérea para
"luchar por la base aérea" de manera similar a cómo la Marina combate como un equipo en
los grupos de batalla de los portaaviones.

La Amenaza Asimétrica

La combinación de amenazas irregulares, enemigos conectados en red y la naturaleza


expedicionaria de las operaciones de la Fuerza Aérea aumentan drásticamente la probabilidad
de ataques sobre su gente y sus recursos. Adicionalmente, transformar el servicio en uno que
utilice menos sistemas de armamento con mayor capacidad ha aumentado la importancia de
cada arma y amplificado el impacto de los ataques enemigos sobre nuestra capacidad de
mantener la proyección del poderío aéreo y espacial.3 Las bases de la Fuerza Aérea se han
convertido en objetivos más difíciles de penetrar o atacar directamente y, aunque los ataques
explosivos con coche-bomba gigantes, tales como el de las Torres Khobar son aún una
amenaza viable. El enemigo en Irak y Afganistán se ha valido de morteros, cohetes y misiles
superficie-aire (SAM) disparados desde el hombro para atacar a las bases aéreas
expedicionarias. Esta situación se parece a lo que sucedió en la Guerra de Vietnam, cuando la
Fuerza Aérea sufrió 447 ataques a distancia, que destruyeron 75 aviones, dieron muerte a 155
soldados y dejaron 1.702 heridos.4

En 1965, la Fuerza Aérea realizó un detallado reconocimiento de seguridad en todas las bases
de Asia del Sudeste donde existían recursos del servicio. Además de señalar que la política de
seguridad de la Fuerza Aérea carecía de organización, adiestramiento o equipos adecuados
para proporcionar defensa de seguridad en un entorno de insurgentes, el reconocimiento
reveló que las fuerzas de tierra en Vietnam del Sur no practicaban la defensa estática de las
bases aéreas. El estudio concluyó que no teníamos un sistema satisfactorio para hacer frente a
los ataques de armas de ataque a distancia, recomendando que la Fuerza Aérea busque una
pronta solución a este problema, y enfatice la prueba de la viabilidad de las nuevas propuestas
de defensa terminal.5 Los ataques a distancia contra las bases aéreas desde el inicio de la
operación Libertad de Irak ya superan los 1.500. Aunque ni el impacto operacional ni las
víctimas humanas han demostrado ser graves, las nuevas tecnologías de armas y mejores
tácticas de adiestramiento del enemigo prometen incrementar su efecto. Indudablemente,
debido a la voluntad, determinación y adaptabilidad del enemigo, su puntería mejorará.

La proliferación de morteros y cohetes con guía de precisión dan a las fuerzas enemigas un
potencial de precisión de 10 metros cuando atacan bases aéreas.6 Tal precisión tendría efectos
devastadores en aviones grandes y en pequeños aviones no cobijados, sin mencionar las
mayores bajas causadas por los ataques contra las áreas de vivienda y trabajo. Junto con el
efecto de los "medios", este escenario degradará seriamente la efectividad del poderío aéreo y
espacial. Las imágenes satelitales comerciales fácilmente disponibles y el simple
reconocimiento por parte de trabajadores simpatizantes que trabajan en la base aérea
amplifican aún más la capacidad del enemigo. El éxito de los ataques a distancia también
podría causar la renuencia a estacionar poderío aéreo expedicionario cerca del área de
combate, reduciendo la receptividad y efectividad del componente aéreo y arriesgando un
retroceso no buscado hacia un rol de apoyo convencional para la Fuerza Aérea.
Ganar la Iniciativa

En parte, las fuerzas de seguridad de la Fuerza Aérea no se han adaptado para combatir la
amenaza a distancia porque durante la Guerra Fría, el área de cobertura del ataque a distancia
era una misión del Ejército—codificado en 1985 en el Acuerdo de Seguridad Conjunta No. 8,
que especificaba que el Ejército proporcionaría defensa exterior a las bases de la Fuerza
Aérea.7 Aunque este acuerdo dio al Ejército la misión "fuera del cerco de la base", varios
ejercicios conjuntos así como la experiencia en las Operaciones Escudo del Desierto y
Tormenta del Desierto demostraron que esta tarea era poco práctica; en consecuencia, en 1992
la doctrina conjunta transfirió formalmente esta responsabilidad a los comandantes de la base.
La derogación formal del Acuerdo de Seguridad Conjunta No 8 en 2005 significó que en
futuros conflictos, la Fuerza Aérea tendrá que defender sus bases aéreas conforme a la
doctrina conjunta.8

Las cercas perimetrales, las barricadas y los sistemas de sensores de alta tecnología son
componentes vitales para la seguridad de la base, pero independientemente de su efectividad,
todos detectan al enemigo sólo después que éste ha iniciado un ataque, o ayudan a responder
después que éste ya ha atacado una base. No obstante, las fuerzas de defensa de una base
deben ganarle la iniciativa al enemigo ingresando en su ciclo de planificación y lanzando
ataques preventivos. La Operación Desert Safeside/Fuerza de Tareas 1041 en la Base Aérea
Balad, Irak, demostró la efectividad de este método. En respuesta a más de 400 ataques a
distancia contra Balad, las Fuerzas Aéreas del Comando Central (CENTAF) lanzaron esta
operación de 60 días, con la Fuerza de Tareas 1041 capturando 17 objetivos de gran valor,
más de 100 insurgentes y ocho importantes alijos de armas, sin sufrir bajas a pesar de los
fuertes combates con el enemigo. Después de eso, prácticamente cesaron los ataques
enemigos desde el sector de la fuerza de tareas. Los arquitectos de Desert Safeside sabían que
"sólo hay una manera de evitar que un enemigo decidido ataque una base; darle muerte o
capturarlo y capturar sus armas. Esto fue cierto en Balad, y será cierto en otras bases, y ¡los
valientes hombres y mujeres de la Fuerza de Tareas 1041 lo demostraron!"9

La Fuerza de Tareas 1041 demostró que la Fuerza Aérea poseía la capacidad necesaria para
dominar satisfactoriamente la zona de seguridad de la base (ZSB) y proporcionar un ambiente
de operación seguro desde dónde lanzar, recuperar y mantener el poderío aéreo. Esta
operación también disipó la percepción de que las unidades del Ejército están mejor
organizadas, adiestradas y equipadas que las fuerzas de seguridad de la Fuerza Aérea para
conducir tales operaciones. A diferencia de las anteriores unidades del Ejército, la fuerza de
tareas logró el efecto deseado.

Figura 1. Nuevo campo de batalla conjunto no lineal.


(Adaptado del informe breve del Grupo Consultivo de
Oficiales Generales de Comando y Control, asunto:
Cuartel General del Comando y Control de Defensa Integrada La Zona de Seguridad
de la Base USAF/XOS-F, 3 de noviembre de 2004). de la Base

Mientras que la doctrina antigua de defensa de la base fue diseñada para los campos de batalla
lineales de la época de la Guerra Fría, la doctrina conjunta emergente considera las bases
expedicionarias más como áreas de operación conjunta (Fig. 1). El borrador final de la
Publicación Conjunta 3-10, "Operaciones de Seguridad Conjunta en el Teatro de Batalla",
adapta las mejores prácticas de defensa de la base a los campos de batalla no lineales de hoy.
El núcleo de esta doctrina busca asegurar que el comandante designado de la base pueda
dominar el área alrededor de ella desde donde el enemigo puede lanzar ataques penetrantes y
a distancia. En gran medida, la nueva publicación establece una ZSB como un área de
operación conjunta alrededor de instalaciones fijas vitales (como las bases aéreas), y describe
el terreno que el comandante de la base debe influir como el espacio de batalla desde el cual
el enemigo puede atacar a la base. El hecho de que este terreno incluya el área
tradicionalmente conocida como área de cobertura del sistema de defensa aérea portátil
(MANPADS) (el área que el enemigo podría usar para atacar a los aviones que se aproximan
o despegan de la base con misiles superficie-aire lanzados desde el hombro) es de vital
importancia para la Fuerza Aérea. Este requisito de ejercer influencia en el terreno fuera de la
cerca creó una nueva medida de control del campo de batalla llamada el "contorno de la base"
(Fig. 2), definida en la publicación conjunta como

una línea que traza el área de la superficie de una base para facilitar la coordinación y el evitamiento de
conflictos de operaciones entre unidades, formaciones o áreas adyacentes. El contorno de la base no es
necesariamente el perímetro de la misma, más bien debe establecerse en base a los factores de misión,
enemigo, terreno y estado del tiempo, tropas y otro apoyo disponible, tiempo disponible (METT-T),
equilibrando específicamente la necesidad de las fuerzas de defensa de la base para controlar el terreno
clave con su capacidad para lograr la misión.10

Como el terreno incluido en el contorno de la base está sujeto a restricciones del componente
de tierra o la nación anfitriona, la Fuerza Aérea utilizará la ZSB para controlar el área total
fuera del perímetro de la base que pudiera amenazarla con ataques a distancia. En la situación
conjunta óptima la ZSB y el contorno de la base abarcarían el mismo terreno.

Figura 2. Contorno teórico de la base.

Los análisis de la misión de la base así como las consideraciones


de enemigo, terreno, tiempo, tropas disponibles y civiles
determinarán la ZSB que rodea la base. El conocimiento histórico del uso de armas de ataque
a distancia por parte del enemigo, tales como cohetes y morteros, en Vietnam, junto con la
reciente experiencia en Irak y Afganistán, demuestran que la ZSB debe extenderse como
mínimo a cinco kilómetros de los recursos de la base (por ejemplo, superficies de operación
de aviones, instalaciones de mantenimiento y edificios de vivienda). Las operaciones de
seguridad dentro de la zona deben llevar a cabo fuerzas dedicadas de defensa de la base
integradas bajo un comandante. En el futuro las operaciones normales de la ZSB se parecerán
a los esfuerzos de estilo ofensivo, como Desert Safeside. El área de interés de la base, donde
el enemigo puede planificar y preparar un ataque contra una base determinada, se extiende
más allá de la ZSB para anticipar y contrarrestar las amenazas enemigas (Fig. 3). Las fuerzas
de defensa de la base no son responsables de las operaciones en el área de interés, pero
pueden dar forma al entorno mediante coordinación con las fuerzas conjuntas/coalición y/o de
la nación anfitriona.

El siguiente desafío para la doctrina de la Fuerza Aérea implica la determinación de qué


componente está al mando de la base aérea. En Libertad de Irak y Libertad Duradera,
asignamos el comando de la base al componente con el predominio de fuerzas. Aunque hacer
esto puede parecer apropiado por encima, las bases aéreas tienen requisitos únicos—por
ejemplo, contrarrestar la amenaza de misiles superficie-aire lanzados desde el hombro. Si el
Ejército comanda una base aérea simplemente porque tiene una gran operación logística (y
por lo tanto un gran número de soldados) en la base, el comandante puede o no darle alta
prioridad al tema vital de derrotar la amenaza de los MANPADS. Es el componente con los
requisitos de seguridad más estrictos quien debe servir como comandante de la base.

Comando y Control Táctico

Para llevar adelante operaciones de combate en tierra en la ZSB se requerirá una


infraestructura de C2 táctica fuerte, dirigida por el centro de operaciones de defensa de la base
(CODB) (Fig. 4). La arquitectura de C2 para las bases aéreas del futuro tratarán al CODB de
forma parecida al centro de operaciones de emergencia (que se centrará en la recuperación
después de un ataque), pero subordinado al centro de control de la instalación del comandante
de la base. Aún dirigido por el comandante de la fuerza de defensa, el CODB actuará como un
centro de comando, control, comunicaciones, informática, inteligencia, vigilancia y
reconocimiento (C4ISR) para integrar la aplicación de acciones ofensivas y defensivas en el
espacio de batalla de protección de la fuerza—incluyendo la ZSB. Mediante la integración y
coordinación de los esfuerzos de defensa, el CODB del futuro habilitará al comandante a ver
primero, entender primero y actuar primero para encontrar, fijar, rastrear, seleccionar
objetivos, enfrentar y evaluar las amenazas a la base. El CODB anterior de las fuerzas de
seguridad no posee en la actualidad la robusta capacidad táctica de C4ISR necesaria para
integrar la inteligencia requerida y los efectos deseados dentro de la ZSB.11

El esfuerzo de defensa de la base para una posición de operación conjunta de avanzada en un


campo de batalla no lineal mantiene similitudes asombrosas con los temas operativos de C2
que enfrenta el comandante del componente aéreo al nivel operativo de la guerra. Ambas
misiones requieren control centralizado y ejecución descentralizada de fuerzas, así como la
unificación de las capacidades de varios componentes. Un CODB y un centro de operaciones
aéreo y espacial (AOC) poseen algunas de estas fuerzas y capacidades pero deben también
integrar fuerzas y potencia de fuego de otros componentes y socios de la coalición. Además,
ambas misiones requieren análisis de predicción para llevar a cabo misiones de combate de
acción directa que contrarresten los cursos de acción esperados del enemigo y posicionen las
fuerzas para que reaccionen rápidamente contra las fuerzas enemigas no disuadidas ni
derrotadas por el esfuerzo proactivo. Conforme transformamos el CODB expedicionario,
podemos marcar como referencia algunas lecciones de los procesos y métodos demostrados
de batalla del AOC.

Dentro de la organización transformada del CODB,


una célula de fusión de inteligencia proporcionará a
la fuerza de defensa de la base la información de
todas las fuentes investigadas y analizadas que define
las decisiones y operaciones efectivas de protección
de la fuerza. Con una base multidisciplinaria, la
célula no necesita poseer localmente todas las
capacidades, ya que el enlace de teatro y estratégico a
retaguardia proporciona muchas de ellas. Diseñado
para dotar al comandante de la fuerza de defensa con
una capacidad de lograr cursos de acción basados en
análisis de inteligencia y preparación del espacio de
batalla continuos, la célula de fusión de inteligencia
debe estar consciente de los eventos en el área de
interés de la base (el área donde la inteligencia táctica
debe estar a disposición de la fuerza de defensa de la
Figura 3. Área de interés teórica base para poder contrarrestar de forma efectiva los
y contorno de la base. (Adaptado cursos de acción del enemigo).12
de Tácticas, Técnicas y Procedimien-
tos de la Fuerza Aérea 3-10.2, Esta información de amenaza de todas las fuentes
"Comando y Control Integrado habilita a la célula de operaciones futuras del CODB
de Defensa de la Base" documen- a realizar una función similar a la de una División de
to preliminar [copia de coordinación Estrategia y Planes de Combate del AOC—pero para
de titular], 1 de abril de 2006, 8.) defensa de la base en el nivel táctico. Usando el
análisis de la célula de fusión de inteligencia, la célula de operaciones futuras elabora una
estrategia para contrarrestar las actividades del enemigo de manera proactiva durante las
siguientes 24 horas y después. Esta estrategia se convierte en una orden de combate en tierra
(OCT) de la ZSB—una matriz de integración de fuego y efectos para la ZSB—que sitúa las
fuerzas y evita el conflicto entre ellas proporcionándoles un "libreto" para las operaciones. La
OCT debe integrar, evitar conflictos y documentar todas las actividades planeadas de las
fuerzas amigas dentro de la ZSB, incluyendo las planeadas por otros componentes funcionales
o fuerzas de la nación anfitriona. Al construir la OCT de una ZSB, el CODB coordinará con
las fuerzas de operaciones especiales y del componente de tierra que operan en las áreas
adyacentes a la zona a fin de minimizar los riesgos de todas las fuerzas. La OCT de la ZSB
debe también considerar los efectos requeridos para apoyar la orden de asignación de tareas
del AOC. Aunque es un libreto, la OCT debe mantener flexibilidad y ser fácilmente
modificable durante su ejecución en respuesta a circunstancias urgentes o situaciones en
desarrollo. Además, la célula de operaciones futuras identifica las insuficiencias esperadas en
la capacidad de la fuerza de defensa, y recomienda solicitudes adecuadas de fuerzas o
capacidades para que el comandante de la base reenvíe por la cadena de comando.

Una célula de operaciones actual funciona en apoyo del comandante de la fuerza de defensa
para vigilar la ejecución de la OCT y ejercer el C2 de todas las fuerzas dentro de la ZSB (la
función S-3 tradicional de defensa de la base de la Fuerza Aérea y las unidades del Ejército).
Esta célula también mantiene una conciencia de situación actualizada de las operaciones
conjuntas/de la coalición fuera del contorno de la base pero dentro de la ZSB. Además, vigila
el estado de las fuerzas de defensa de la base que operan fuera del contorno bajo el control
táctico de los comandantes de área adyacentes para las tareas de defensa de la base.
Una célula de coordinación de apoyo de fuego, otra capacidad vital de la célula de
operaciones actual, planifica e integra misiones de fuego conjunto indirecto tales como apoyo
aéreo próximo o artillería en la ZSB. Aunque esta célula integra estos fuegos, no los controla;
más bien, los facilita dentro de los procedimientos conjuntos establecidos. La defensa
satisfactoria de la base aérea en el entorno de amenaza dinámica de una base aérea
expedicionaria en uno de los países "no adaptados a la globalización" del Dr. Barnett requiere
de una C4ISR robusta. El despliegue de un CODB transformado resultará vital para este
esfuerzo.

Figura 4. Organización típica del CODB. (Adaptado de


Tácticas, Técnicas y Procedimientos de la Fuerza Aérea 3-
10.2, "Comando y Control Integrado de Defensa de la Base"
documento preliminar [copia de coordinación de titular], 1
de abril de 2006, 14.)

Inteligencia de Protección de la Fuerza

Desert Safeside y otras experiencias de Libertad de Irak y Libertad Duradera demostraron que
para tomar la iniciativa en una ZSB hostil se requiere de operaciones agresivas de combate en
tierra. Una nueva misión aérea denominada inteligencia de protección de la fuerza (IPF), un
habilitador clave para las fuerzas de defensa activas, comenzó como una iniciativa de
protección de la fuerza de CENTAF para apoyar la defensa de la base. El Cuartel General del
Grupo de Trabajo de IPF de la Fuerza Aérea—dirigido conjuntamente por el Cuartel General
de Inteligencia de la Fuerza Aérea, la Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza
Aérea (AFOSI), y el Cuartel General de las Fuerzas de Seguridad de la Fuerza Aérea—
combinó las definiciones existentes de inteligencia y protección de fuerzas para definir la IPF
como información de todas las fuentes analizadas o investigadas que define las decisiones y
operaciones efectivas de protección de la fuerza. Simplemente significa que la Fuerza Aérea
debe poner a disposición el espectro total de capacidades de inteligencia a los comandantes
encargados de tomar decisiones efectivas en el área de misión de protección de la fuerza.13

La aplicación continua del ciclo completo de inteligencia es fundamental para anticiparse a las
tácticas del enemigo y/o desarrollar paquetes de inteligencia de objetivo para neutralizar las
amenazas. Las operaciones de defensa de la base requieren asignación de prioridades,
recolección, análisis, fusión y adaptación de la información de amenaza que se convierten en
productos y servicios para difusión en apoyo de las operaciones de seguridad actuales y
futuras. Esta capacidad exige adiestramiento avanzado en destrezas analíticas y tácticas,
técnicas, y procedimientos revisados que incorporen AFOSI, así como métodos y fuentes de
inteligencia. El personal de IPF debe recibir adiestramiento analítico al ser ubicado
inicialmente en una posición de IPF, actualizar periódicamente sus destrezas en un entorno
funcional cruzado, y evaluarlas antes del despliegue. Esta capacidad de evaluación debe
permitir un análisis rápido y amplio de la información de todas las fuentes en el nivel más
bajo posible, y aún proporcionar capacidades de enlace a retaguardia a las fuentes del teatro y
nacionales. Las capacidades de evaluación de inteligencia y AFOSI deben ser escalables para
la situación de defensa, y capaces de proporcionar apoyo dedicado a tiempo completo a las
misiones de defensa integradas, de ser necesario.14 La capacidad de evaluación requiere
nuevas estructuras organizacionales, equipos de comunicación adicionales, y personal
adicional o soluciones de recursos humanos ingeniosas para integrar completamente
inteligencia y AFOSI con las fuerzas de seguridad en las operaciones de la ZSB.

Lucha por la Base Aérea

Así como los marinos tienen una estación de batalla a la que informan en momentos
designados de mayor amenaza, los Aerotécnicos deben tener tal estación y participar en la
defensa de la base. Por consiguiente, una instrucción preliminar de la Fuerza Aérea ha
codificado el concepto de "lucha por la base aérea", que describe un proceso por el cual los
Aerotécnicos aumentan gradualmente su participación en las actividades de defensa de la base
al aumentar las amenazas.15 Cada fase de escalación de proveer personal a las estaciones de
batalla—codificadas como verde, amarilla, naranja y roja—tiene condiciones asociadas de
grado de preparación (Fig. 5). Asignar todos los Aerotécnicos a una estación de batalla,
adiestrarlos en las responsabilidades adecuadas y ejecutar el plan en forma repetida ampliará
dramáticamente el poder colectivo de la fuerza de defensa de la base.

Para aumentar la capacidad de defensa de la base se requiere incluir las tareas de combate en
tierra en las habilidades básicas de todos los Aerotécnicos.16 Por ejemplo, aunque se instruye
a los Aerotécnicos en el uso de un arma, no se les enseña cómo y cuándo emplearla; ni
tampoco se les enseña destrezas de combate usuales en las otras fuerzas armadas. Al
identificar la necesidad de estas destrezas en Libertad de Irak y Libertad Duradera, CENTAF
estableció la base para el adiestramiento de combate expedicionario para todos los
Aerotécnicos con un programa de teatro amplio llamado "Inicio Correcto del Combate".
Desarrollado como una solución de corto plazo a la necesidad de destrezas de combate
terrestre, el programa se convirtió en un requisito (19 horas de adiestramiento) para todos los
Aerotécnicos en el teatro de guerra de CENTAF antes de ser desplegados en una zona de
combate como Irak. Aunque un Equipo de Proceso Integrado de Aerotécnicos
Expedicionarios de la Fuerza Aérea está creando un mapa de ruta para cumplir estos
requisitos en el largo plazo, los Aerotécnicos deben mantener estas destrezas de combate
mediante adiestramiento periódico complementario, y el concepto de "lucha por la base"
descrito anteriormente debe formar parte de los planes de defensa de una instalación. Por
último, la fuerza debe ensayar con regularidad la acción de acudir a las estaciones de batalla
para garantizar su aptitud cuando sea llamada a la acción.

Posicionar la Fuerza

Junto con mejor doctrina, C4ISR sólido, IPF y adiestramiento de combate en tierra para todos
los Aerotécnicos, las operaciones de seguridad en la ZSB exigirán un uso más efectivo de las
capacidades de las fuerzas de seguridad que aquél de las tradicionales misiones de línea de
vuelo o seguridad del perímetro. Mientras que una base expedicionaria teórica en el actual
entorno de amenaza de Libertad de Irak podría necesitar entre 200 y 300 elementos de fuerza
de seguridad para proteger su línea de vuelo y el perímetro, esa misma base durante la
ejecución de operaciones ZSB robustas necesitará alrededor de 1.200 de esos elementos. Con
el fin de apoyar esta nueva responsabilidad, las fuerzas de seguridad de la Fuerza Aérea están
pasando por una transformación completa diseñada para cambiar la doctrina táctica así como
las tácticas, técnicas y procedimientos desde un enfoque de la Guerra Fría centrado en un
modelo de seguridad industrial hacia un enfoque de combate de guerra expedicionaria en
operaciones ofensivas y defensivas en la ZSB. En lugar de seguir la práctica histórica de
adiestrar, equipar y destacar al personal como si se tratara de una fuerza policial con algunas
destrezas de combate, las fuerzas de seguridad transformadas se adiestrarán y organizarán
como una capacidad de combate de guerra competente en lugar de como una fuerza policial
de la instalación.

La estructura de fuerza de la Guerra Fría de


nuestras fuerzas de seguridad actuales (diseñadas
para apoyar las operaciones de la estación de
origen) se ha adaptado incrementalmente a las
demandas de la Fuerza Aérea expedicionaria, pero
la mayoría de tareas y la estructura de recursos
humanos permanecen centradas en operar la
estación de origen. Esta orientación ha causado
problemas a los comandantes de escuadrón de las
fuerzas de seguridad al esforzarse para equilibrar
las operaciones diarias de cumplimiento de la ley y
de seguridad de una base de estación de origen con
la tarea fundamental de preparar las tropas para los
despliegues de combate. Es decir, si los requisitos
locales tienen prioridad, las fuerzas de seguridad
podrían ignorar el adiestramiento de combate o
realizarlo a capricho—quizás en el escaso tiempo
fuera de servicio. Posiblemente, las tropas podrían
ir a la guerra solo parcialmente preparadas o
preparadas a costa de otros eventos importantes.

Para asegurar el mejor grado de preparación para


las misiones de estación de origen y
expedicionarias, la Fuerza Aérea está redefiniendo
Figura 5. Estaciones de bata- la misión de las fuerzas de seguridad de manera
lla propuestas de la Fuerza Aérea. que enfatice dos áreas básicas: operaciones de
(Adaptado de la Instrucción de la seguridad y servicios de preboste aéreo (patrullaje).
Fuerza Aérea 10-246, "Armado y El modelo emergente exigirá una mezcla de
Respuesta de la Instalación", documento personal militar y civil; los militares llevando a
preliminar [paquete de coordinación de cabo operaciones de lucha de guerra tales como
cuatro dígitos], 17 de enero de 2006, 2.) defender las bases aéreas expedicionarias, proteger
lugares de alta amenaza de régimen permanente, o
asegurar las armas nucleares; y los civiles realizando la mayoría de las funciones de preboste
y seguridad industrial tales como misiones de cumplimiento de la ley en lugares del territorio
continental de Estados Unidos. Este esquema permitirá que las fuerzas de seguridad sigan un
ciclo de adiestramiento básico, despliegue y reconstitución que garantizará suficiente personal
con preparación adecuada para las operaciones de lucha de guerra. Durante la fase de
reconstitución del ciclo, las fuerzas de seguridad militares se integrarán en la misión de
preboste aéreo mayormente civil, no sólo asegurando que las bases de estación de origen
tengan suficiente personal que asegure sus recursos sino también para mantener suficiente
experiencia sobre resguardo de la ley en la fuerza militar para llevar a cabo funciones
mínimas de resguardo de la ley y el orden en los lugares de despliegue. Un comandante de tal
escuadrón de fuerzas de seguridad transformado tendrá los recursos y el tiempo necesarios
para prepararse y conducir misiones expedicionarias y de estación de origen.

Requisitos Emergentes

El ejercicio reciente, Sobremesa de Apertura de Base Aérea del Cuartel General de la Fuerza
Aérea dejó al descubierto una grieta entre conducir operaciones hostiles de captura de la base
aérea conjunta y abrir la base para las operaciones.17 La misión de captura de la base exige
una transición rápida desde fuerzas de combate que capturan una base aérea hacia personal
que prepara una base aérea conjunta totalmente operativa para proyectar el poderío aéreo de
combate y movilidad. Esta misión está fuera de la capacidad orgánica de los grupos de
respuesta para contingencias (GRC) pero podría tomar la forma de una Fuerza Aérea
complementaria integrando las capacidades GRC en las del Grupo de Tácticas Especiales No.
720 y el Grupo de Fuerzas de Seguridad No. 820, presentándolas al comandante de la fuerza
conjunta como un módulo de fuerzas escalable y adaptable conocido como unidad de tareas
de combate expedicionario (AECTU).18 Estas fuerzas llegarían con la fuerza de captura
durante la fase de asalto de la operación conjunta. Las fuerzas de tácticas especiales y de
seguridad, insertadas en el elemento de asalto, combatirían junto con las fuerzas conjuntas
para eliminar la resistencia y, después, proporcionar seguridad y defensa inicial de la base
mientras las fuerzas AECTU restantes llegan para establecer las operaciones aéreas.

Después que la operación de entrada a la fuerza hace la transición a la fase de estabilización


del enclave, la AECTU pasa a ser responsable principal de las operaciones de defensa de la
base aérea mientras que la fuerza de captura se vuelve a consolidar y pasa al siguiente
objetivo. Cuando el elemento inicial del GRC considera que la base aérea puede abrir para
operaciones aéreas, los subsiguientes servicios de la Fuerza Aérea y conjunta legarán a la base
aérea. La evaluación del entorno de seguridad por parte del comandante de la AECTU
constituye una parte importante de esta apertura. La AECTU permanecerá en el lugar para
transferir las operaciones de defensa de la base aérea a las fuerzas de seguridad de la fuerza
expedicionaria aérea y espacial. Esta transición podría tardar entre 30 y 60 días, pero el
objetivo sigue siendo reposicionar la AECTU para la siguiente operación en cuanto sea
práctico. La integración de la AECTU con la fuerza de asalto crea un entorno de
interoperabilidad conjunta entre los dos componentes; también permite una transición más
rápida a las operaciones mientras que asegura que la fuerza de captura pueda avanzar
rápidamente hacia los objetivos subsiguientes sin esperar acoplarse con una fuerza
subsiguiente separada. Si se establecen las tareas, condiciones y estándares para la AECTU en
las declaraciones de misión de los GRC, del Grupo de Tácticas Especiales No. 720 y del
Grupo de Fuerzas de Seguridad No. 820 se avanzaría mucho en cerrar esta brecha conjunta.

Oportunidades

Mientras que la Fuerza Aérea continúa actualizando sus capacidades para combatir
efectivamente en los campos de batalla del Nuevo Mapa del Pentágono, la base aérea
expedicionaria se está convirtiendo en algo más que una plataforma de proyección del poderío
aéreo.19 Con la misión adicional de combate terrestre en la ZSB, IPF con nuevo enfoque, y
una fuerza más capaz de Aerotécnicos expedicionarios adiestrados en combate en tierra, la
base aérea del futuro podría ser más que una plataforma para combate aéreo y terrestre. Los
activos aéreos no sólo atacarían los objetivos de la fuerza conjunta a través del teatro de
batalla sino que también las fuerzas de defensa de la base podrían atacar objetivos de teatro de
guerra en sus respectivas ZSB—tal como el Grupo de Tareas 1041 lo hizo en Irak. La
multiplicación de esta capacidad a través de un comando combatiente geográfico cubre una
parte importante del espacio de batalla aéreo y terrestre con fuerzas aéreas y terrestres
coordinadas.

Podemos imaginar fácilmente la proyección de esa influencia incluso más lejos en la zona de
combate, empujando a la logística, la ingeniería civil, las comunicaciones y otras capacidades
fuera de la base aérea hacia otras fuerzas conjuntas en el área de responsabilidad. Esta
propuesta—que no es un argumento de funciones y misiones, ni una propuesta que requeriría
fuerzas nuevas grandes—simplemente aprovecharía y concentraría el poderío de combate
potencial de defensa de la base desplegada y también del personal de "apoyo", y proyectaría
ese poderío hacia afuera. Establecer la base aérea del futuro como una plataforma de
proyección de poderío daría al comandante de la fuerza conjunta otra herramienta formidable
para la lucha conjunta.

El Camino a Seguir

El cambio desde seguridad de la plaza y resguardo de la ley hacia operaciones de seguridad,


ya ha comenzado. Con el fin de asegurar que estos cambios coincidan con la visión y las
metas de la Fuerza Aérea, debemos buscar un programa sistemático que guíe tales
alteraciones. Este esfuerzo comenzó con el Consejo de Requisitos y Capacidad Operativa de
la Fuerza Aérea, que asignó al Cuartel General de las Fuerzas de Seguridad de la Fuerza
Aérea la tarea de esbozar una recomendación que abordara las brechas de capacidad en la
defensa integrada. Este proceso culminará con la aprobación de una directiva de acción del
programa que promulgue estos cambios a través de la estructura corporativa del servicio.

Estos cambios necesitarán apoyo y entendimiento en todos los niveles del liderazgo de la
Fuerza Aérea mientras continuamos entendiendo las capacidades deseadas de nuestra Fuerza
Aérea expedicionaria en el espacio de batalla del futuro. Muchos de los cambios serán
difíciles; sin embargo, son fundamentales para tener éxito en la larga guerra contra el
terrorismo. Las fuerzas de maniobra del componente terrestre estarán sobrecargadas en el
futuro predecible, por lo que la Fuerza Aérea debe invertir en sus capacidades para proyectar
con seguridad el poderío de combate aéreo y terrestre. Como la incertidumbre y asimetría de
las batallas no adyacentes y no lineales creará lugares peligrosos para las bases aéreas, los
Aerotécnicos expedicionarios deben estar preparados para el combate.

Notas:

1. Thomas P. M. Barnett, The Pentagon’s New Map: War and Peace in the Twenty-first
Century (El Nuevo Mapa del Pentágono: Guerra y Paz en el Siglo Veintiuno) (New York: G.
P. Putnam’s Sons, 2004), 156.

2. Rebecca Grant, informe breve al Brigadier General Robert H. Holmes y otros, asunto:
Asegurar la Proyección del Poderío Aéreo en Operaciones No Adyacentes y No Lineales del
Espacio de Batalla, abril de 2006.

3. David A. Shlapak y Alan Vick, "Check Six Begins on the Ground": Responding to the
Evolving Ground Threat to U.S. Air Force Bases (Check Six Comienza en Tierra:
Respondiendo a la Emergente Amenaza Terrestre contra las Bases de la Fuerza Aérea de
EE.UU.) (Santa Monica, CA: RAND, 1995), 13.

4. Roger P. Fox, Air Base Defense in the Republic of Vietnam (Defensa de la Base Aérea en
la República de Vietnam), 1961–1973 (Washington, DC: Oficina de Historia de la Fuerza
Aérea, 1979), 207.
5 Teniente General William W. Momyer, Operation Safe Side Final Report (Informe Final de
la Operación Safe Side), Sétima Fuerza Aérea, 1 de octubre de 1967.

6. Shlapak y Vick, "Check Six Begins (Comienza Check Six)", 50.

7.Richard G. Davis, The 31 Initiatives: A Study in Air Force–Army Cooperation (Las 31


Iniciativas: Un Estudio de Cooperación entre la Fuerza Aérea y el Ejército) (Washington,
DC: Oficina de Historia de la Fuerza Aérea, 1987), 125.

8. "Validando la Derogación del Acuerdo 8 del Servicio Conjunto", paquete para oficiales de
AF/XOS-F, 18 de noviembre de 2004.

9. Coronel Bradley Spacy, director de protección de la fuerza, USCENTAF (Presentación de


la Fuerza de Tareas 1041, Cuartel General del Grupo de Trabajo en Amenazas de la USAF),
28 de abril de 2005.

10. Publicación conjunta 3-10, "Operaciones de Seguridad Conjunta en el Teatro", borrador


final, noviembre de 2005, II-2.

11. (Cuartel General de USAF/XOS-F, informe breve, Grupo Consultor del Oficial General
de Comando y Control, asunto: Comando y Control de Defensa Integrada de la Base, 3 de
noviembre de 2004.

12. Tácticas, Técnicas y Procedimientos de la Fuerza Aérea 3-10.2, "Comando y Control


Integrado de Defensa de la Base" documento preliminar [copia de coordinación de titular], 1
de abril de 2006, 14.

13. Teniente Coronel John Busch, AF/A7SO, documento de investigación, Institutionalizing


Force Protection Intelligence (Institucionalizando la Inteligencia de Protección de la Base)
(Washington, DC: Headquarters USAF/A7S, n.d.).

14. La defensa integrada involucra proporcionar un entorno de operación seguro para que los
comandantes de la base generen y sostengan el poderío de combate para las operaciones
conjuntas de lucha de guerra. Cuarteles Generales de USAF/A7S, "DOTMLPF Change
Recommendation for Integrated Defense (Recomendación de Cambio para la Defensa
Integrada del DOTMLPF)" (Washington, DC: Headquarters USAF/A7S, 14 de abril de 2006).

15. Instrucción de la Fuerza Aérea 10-246, "Armado y Respuesta de la Instalación",


documento preliminar [paquete de coordinación de cuatro dígitos], 17 de enero de 2006.

16. Long-Term Integration of Expeditionary Airmen Concepts into the Air Force (Integración
de Largo Plazo de los Conceptos de Aerotécnicos Expedicionarios en la Fuerza Aérea),
Informe del Equipo de Proceso Integrado de Aerotécnicos Expedicionarios (Washington, DC:
Headquarters USAF/XO, julio de 2005), 10.

17. Acta del Ejercicio Sobremesa de Apertura de Base Aérea del Oficial General de la USAF,
Cuartel General de las Fuerzas de Seguridad de la Fuerza Aérea, 6 de abril de 2006.

18. Los GRC proporcionan "un grupo de capacidades diseñadas específicamente para
responder con rapidez a las contingencias así como para asegurar y proteger los campos de
aterrizaje, evaluar y abrir rápidamente las bases aéreas, y realizar operaciones iniciales de
campo de aterrizaje/base aérea con el fin de asegurar una transición sin problemas a las
operaciones subsiguientes". Véase Alexander M. Wathen, "Contingency Response Group:
Time to Expand the Box and Think ‘Coalition’ (Grupo de Respuesta a Contingencias: Tiempo
de Ampliar el Concepto y Pensar en la ‘Coalición’)" Air and Space Power Journal 19, no. 2
(verano de 2005): 70.

19. Grant, informe breve.

Colaboradores

El Brigadier General Robert H. Holmes, USAF (Licencitura,


David Lipscomb College; MS, Georgia State University) es
subdirector de operaciones del Comando USCENTCOM, MacDill
AFB, Florida. Su servicio previo incluye asignaciones como director
de fuerzas de seguridad y protección de la fuerza, Cuartel General de
la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Washington, DC, y
comandante del Ala de Adiestramiento No. 37 en Lackland AFB,
Texas. Durante la Operación Libertad Duradera, el General Holmes
sirvió como subcomandante de la Fuerza de Tareas del Sur,
Operaciones Especiales Conjuntas (Fuerza de Tareas K-Bar), siendo
responsable de dirigir y llevar a cabo operaciones de combate
conjunto en el sur de Afganistán. Paracaidista experimentado y
paracaidista militar en caída libre, el General Holmes se graduó de la
Escuela de Oficiales de Escuadrón, de la Escuela Superior de
Comando y Estado Mayor, de la Escuela Superior de Guerra Aérea y
del Armed Forces Staff College.

El Coronel Bradley D. Spacy, USAF (Licenciatura, Fresno State


University; Maestría, University of Southern Mississippi) es
comandante del Grupo de Apoyo de Misión No. 375, Scott AFB,
Illinois. Un oficial profesional de fuerzas de seguridad con amplia
experiencia en defensa de bases aéreas, antiterrorismo y protección
de fuerzas, se ha desempeñado como comandante del Escuadrón de
Fuerzas de Seguridad No. 47, Laughlin AFB, Texas; director de
protección de fuerzas en la Avanzada de las Fuerzas Aéreas del
Comando USCENTCOM en apoyo de las Operaciones Libertad
Duradera y Libertad de Irak, donde creó, planificó y participó en la
Operación Desert Safeside/Fuerza de Tareas 1401, una operación
para dar muerte o capturar fuerzas insurgentes que atacaban la Base
Aérea Balad en Irak; y jefe de la División de Protección y
Operaciones de la Fuerza, Pentágono, Washington, DC. El Coronel
Spacy es graduado de la Escuela de Oficiales de Escuadrón, del US
Marine Corps Command and Staff College, y del Joint Forces Staff
College
El Teniente Coronel John M. Busch, USAF (Licenciatura,
University of Michigan; MS, University of Kansas) es jefe del
Servicio de Doctrina de Amenaza e Inteligencia, División de
Operaciones y Protección, Dirección de Fuerzas de Seguridad y
Protección, Cuartel General de la Fuerza Aérea, Pentágono,
Washington, DC. Miembro de la Oficina de la Investigaciones
Especiales de la Fuerza Aérea (AFOSI), es un oficial experimentado
de contrainteligencia e investigaciones especiales que ha
desempeñado una variedad de posiciones de comando y estado
mayor, incluyendo comandante de destacamento OSI, director de
personal, oficial de operaciones y oficial de Estado Mayor Aéreo. El
Coronel Busch también se desempeñó como coordinador de
contrainteligencia de fuerza de tareas para la Fuerza de Tareas
Conjunta Combinada No. 7 y la Fuerza Multinacional de Irak en
Bagdad, siendo responsable de todas las actividades de
contrainteligencia que apoyaban las operaciones y la protección de la
fuerza

El Teniente Coronel Gregory J. Reese, USAF (Licenciatura,


USAFA; Maestría, University of South Carolina; MS, Air Force
Institute of Technology) es comandante del Escuadrón de Fuerzas de
Seguridad No. 51, Base Aérea Osan, Corea del Sur. Ha servido en
numerosas asignaciones de instalación, adiestramiento y de estado
mayor en el campo profesional de fuerzas de seguridad. Entre sus
asignaciones anteriores se incluyen: comandante del Escuadrón de
Fuerzas de Seguridad Expedicionarias No. 332, Base Aérea Balad,
Irak; estado mayor de fuerzas de seguridad, Cuartel General del
Comando de Combate Aéreo, Langley AFB, Virginia; Centro de
Guerra de Movilidad Aérea, Fort Dix, New Jersey; y jefe de defensa
de base aérea y política de servicio policial, Cuartel General de la
USAF, Pentagon, Washington, DC, donde desarrolló nuevos
conceptos y doctrina de defensa de la base aérea. El Coronel Reese
es graduado del Air Command and Staff College.

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Las ideas y opiniones expresadas en este artículo reflejan las opiniones exclusivas de los
autores elaboradas y basadas en el ambiente académico de libertad de expresión de la
Universidad del Aire. Por ningún motivo reflejan la posición oficial del Gobierno de los
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