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“Dijo el poder al mundo, «Eres mío». Y el mundo lo mantuvo cautivo en su trono. Dijo al
mundo el amor, «Tuyo soy». Y el mundo le brindó la libertad de su hogar.”
RABINDRANATH TAGORE, Pájaros perdidos
EL EFECTO LUCIFER, TRANSFORMACION DEL SER POR CONVICCIÓN
Nuestros pensamientos morales están subyugados por la historia. Violenta o no, tenemos en
el ADN lleno de estas y en nuestros recuerdos huellas del actuar de todo ser humano que
piso y altero de alguna manera nuestra genética moral. Cuando esto sucede queremos
libertad, la libertad que siempre ha estado oprimida por las sombras de la injusticia,
desprecios xenofóbicos, homofóbicos, interraciales, de clases y de sangre pura; Ideales que
hacen creer en muchas personas tienen un nivel de superioridad y de inferioridad donde el
camino de solución solo es recorrido por muertes, alteraciones en el ambiente como guerras
biológicas y un sin fin de lucradas injusticias que el único actor de cualquier ideal es el
único beneficiado.
El sociólogo escritor del El Efecto de Lucifer hace un experimento y con ellos nos trae unas
conclusiones, donde nos muestra como la influencia de une estado emocional y geográfico
extremo mostro como repercuto el papel de presos o guardias en los estudiantes. Desde su
punto psicológico escogió a ciertos estudiantes más estables emocionalmente. En esta
cárcel que creo vistió y dio pautas de mando para los guardias y el papel que debían tomar
los presos, adoptando posiciones para provocar desorientación en ellos, lo único prohibido
era el maltrato físico, lo demás estaba permitido. Los trató como presos, donde dormían en
espacios invivibles, sin colchones, sin agua, a dormir desnudos. A medida que pasaban los
días se empezaba a notar el mal trato de los guardias sobre los presos particularmente de
noche, donde pensaban que las cámaras estaban apagadas. Como conclusión del Señor
Zimbardo fue lo fácil que resulta que una «buena persona» actúe con maldad o de manera
inmoral dependiendo del entorno. En este mismo documento plasma imágenes sobre la
cárcel de Abu Ghraib en Bagdad 2003, donde se pudo ver las atrocidades que cometían los
soldados, Zimbardo nos indica que, «la posibilidad de dar un trato inhumano a los
detenidos durante la ‘Guerra Global contra el terrorismo’ era totalmente previsible a partir
de una comprensión básica de los principios de la psicología social, unido a la conciencias
de numerosos factores de riesgo del entorno ya conocidos: la conformidad, la obediencia
socializada a la autoridad, la deshumanización, los prejuicios emocionales, los factores
estresantes situacionales y la escalada gradual del maltrato». (Philip, 2007)
Existiendo dentro de mí un debate de individualismo y heroísmo, la moralidad queda en un
punto muerto de la persona al no pertenecer en ninguno de los lados, leyendo el documento
de El Efecto de Lucifer queda determinado que lo que determina el resultado de algo es la
naturaleza de las circunstancias, presionadas por el mandato de alguien, por las etiquetas
prejuiciosas de las otras personas, por obediencia y doctrinas, cuando el doctrinador,
torturador, carcelero, terrorista, interviene para ejecutar sus planes reduce estas
responsabilidades y autocontrol a las personas que obedecen y es ahí donde el puede abusar
e ir sin límites.
El progreso de la sociedad moral realmente no ha progresado. Existen en una minoría
aquellas personas que siguen los legados de odio que en silencio van haciendo luz en la
humanidad y dando pequeños susurros en el diario vivir de nuestras vidas. Son varias las
situaciones de la modernidad que nos abren los ojos y nos hacen saber de manera
anticipada que el último paso en la escala evolutiva de cualquier especie es la extinción. La
moral no existe, en estos tiempos nunca se habla con el corazón y el alma desnuda, y es
muy perturbador pensar que por los ideales de nuestros dirigentes asesinemos, que por el
comentario de personas allegadas se sienta resentimiento, asco, repudio por alguien y es ver
como la mente humana es 100% influenciable;
Conclusión
Hay una parte que reafirma esa conexión con el bien y que no lo puede corroer el mal.
Aunque exista maldad en nosotros como humanidad llega el final que lo vence, hacemos
una reflexión de corazones colectivos y deja planteado que el bien está por encima, los
buenos somos más.