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: i S\N ALEJANDRO epee H° ACOSTA de Séinchez, poblacién a orllas de Ip Bermosa ¢ histérica “Bah iiide Sy 5 ; { PRIM:.,. ALMIRANTE DOMINICANO ‘vr a ond “to Vile Se Lan 2 1818 - 1886 Almendros”, donde finaliza sus (Ensayo Biografico) Primeros estos. 1Luego pass a residir en Santo Do Tango, donde ines a Marina Go Guerra, on cuyas files permaneee hasta el affo de 1974, cuando obo ne wy retio con ol grado de Tenlen te de Navio y ostantando as Aecoraciones de ie Orden del Métito Naval; Mito Millers Mért> Aéeao ¥ Mérito Policia, ademés,e! Gran Cordon Juan Pablo Duarte ‘Ya fuora del servicio naval, se dedica al perodiamo independiente y la jnvestigaci6n hist6riea. Pasa a colaborar con el desaparecido periéd. 2 "Nueva Replica” n euyas péginas publica; "La Bahia de Samané, 51 pasado, su presonta su future” En ol afio de 4Q7, es gelardonado con uno de tos premios en la categoria de “esoritores, en el Coneurzo Liteario que habla patra ‘ado el Instnito Dysttiano, con rotivo del "Afo de Duarte", La ohn premiads so titula “Muarte y la Marina” En ol afio de 1978, partielpa con obras histircas, on ol Concurso Nacional de Literatura Patrocinado por la Secretaria do Estado de Edu caci6n y Bolla Artes y "Siboney’, por la ima Cachon Calvo, G-por A Pasa a coleborar con su golurnna “La Historia y ol Maré, en el su lomento del “Listin Diario”, bajo la dreccion de Ya sefiora Marianne do Tolentino, ‘Actialmenta pertensce al cuerpo do redactores del revista “Mur. dos Desconoeidos”, del Bloque ” Ahora” bro de le Asociecién Dominicana de Perlis y Escvieg ay de la Soetedad Dominicana (ADPE}, de la Liga Naval Domini de 8ibi6filos, I Tien varias obras histéricas on preparecién, pat ger puestas en wolacién, RL, JUAN ALEJANDRO ACOSTA PRIMER ALMIRANTE DOMINICANO 1813-1886 (Ensayo Biogréfico) Ari 1960 Impreso on Repbies Dominiana tore Aly Omen Jose Coners No 69 ets 522-5577-76 Portada: BIONICIO “Titulo Org: JUAN ALEJANDRO ACOSTA Primer Almirante Dominicano Por: (Cares Anibal Acosta Pina PROLOGO “Si una nacién se olvida de su pasado y no cuida su porvenir sino vive mds que en el presente, std marcada con el sello de la muerte”. Muchas generaciones de dominicanos ignoran totalmente las actuaciones de nuestros marinos deide los tiempos de la colonia hasta las campafias do Ie guerra dominico—haitiana, para el logro de nuestra independencia que hubiera sido dificil conquistarla sin la eficaz ayuda de la Flotilla Nacional. Juan Alejandro Acosta Bustamante es uno de nuestros héroes ‘anGnimos, tan valeroso como el que més, pero de quién a historia poco ‘menciona, Hijo de Francisco Acosta y Maria Baltazara de los Reyes Busta- ‘mante, Su amistad eon el Padre de Ia Patria, Juan Pablo Duarte, comen- +26 cuando era un adolescente, y Duarte fue su maestro, ‘Acosta, ol héroe naval mis grande y més puro de cuanto tuvo la Repiiblica, hijo de esta tierra por cuya libertad hizo entrege absoluta y voluntaria de su existencia; sacrficémose con abnegado desinterts. En 1843, cuando el gobierme haitiano inicié una encamizada persecusiOn contra Duarte, lo oculté en la casa de su valerosa madre Maria Baltazara de lus Reyes Bustamante, y iuego contribuy 2 em- barcarlo clandestinamente para el extranjero, en el bergantin del Copitén Findlay, sin importarle los resgos que corria, sin pedir nada a cambio, sino movido por un sentimiento de leal amisiad hacia el Padre de ta Patria, 125836 wt a ls“ he vp a spender Pena Renna ° Capturé el primer buque de guerra al enemigo. Se distinguié en Ja ‘guerra maritima contra Haiti (1849-50). a en mite or ne seen apt eae Se ae cen masts ner namin em ee aes Jos movimientos contra éste, situacién que le valid la expulsién del pa‘s. ‘Murid pobre y sin sus méritos ser apreciados por los gobernantes seat 4 ee Datta cert a , de los {de nuestros marinos en defensa de la patria, y por qué no decilo, ieee es toh SE Sap sascna Las escuelas no son prédigas en arrojar las semillas que hard germinar en los hombres del futuro, la admiracién por aquellos que en. formentoso mar, clavaron sus garfios de abordaje, sobre las naves neni, y destrwyron con mortals andaades quienes preen- Carlos Anibal Acosts Pifia, un aficionado de la historia, descen- diente del héroe que fue disefpulo-de Duarte, trata de colocar al Al ‘mirante Juan Alejandro Acosta, en el lugar que con justcia Te corres: onde en nuestra historia; mediante ta obra que complacido prologa- mos. Bn nent deca elo gu nk, mis sande, l més noble, elms puro hézoe naval de Puede que ahora, después de conocida esta obra, sea propicia la ‘ocasiGn, para trasladar sus restos al Panteén Nacional, sin exponer las autoridades competentes, excusas pueriles, esgrimiendo fundamentos ‘que n0 se ajstan ala verdad. LIC. CESAR DE WINDT LAVANDIER. ‘Santo Domingo, D. N. 11 de Junio de 1979. 6 ACLARACION NECESARIA Este ensayo del mds grande héroe naval dominicano, constituye un esfuerzo literario, a modo de contribuirse, a la ampliacién de los conocimientos de nuestra historia, No esté adornado con los relieves literarios utilizados en las grandes obras historicas sino, que fue escrita en forma sencilla, con un claro lenguaje que hace posible una fiicil lectura, Como en nuestra historia, existen lagunas entre uno y otro suceso histérico, hemos utilizado la forma de ir enlazan- do, sin tergiversarlas, los mismos, interpretindolos en la for- ‘ma que creemos correcta, con el fin de llenar el vacto existen- te, para que adquiriera forma de continuided cronolégica A veces parecerfa, que en nuestro empefio de captar fielmente los datos sobre la trayectoria de la vida del Héroe Naval, nos hemos extendido en los antecedentes de los ca- pttulos mas de la cuenta, Pero no es ast, pues tenemos la creencia, que gracias a nuestra dedicacién, 1a figura del Pri- ‘mer Almirante Dominicano, ha surgido como uno de los grandes héroes de dimensiones de nuestra historia, con los méritos necesarios para ser colocado a la altura de los mas destacados héroes de la Nacién. ‘Si mereciéramos que esta pequea obra muestra, tuviera ‘buena acogida o fuere objeto de la erttica sana y constractiva, nos sentirtamos altamente satisfechos, ya que, solamente nos animd el deseo, de que uno de nuestros gloriosos antepasa- dos, sea colocado en el pedestal que le corresponde, dentro del dmbito de la histcria, Elautor Dos viajes al exterior, definen su Personalidad Dos vigies por diferentes motivos al exterior, son los rasgos cardcteristicos de Ja personalidad del brillante mari- no Juan Alejandro Acosta. Surcé con su nave, los mares caribefios, tremolando orgullosamente 2 los vientos, la En- sea Nacional, simbolo de ena nueva nacién, surgida al concierto de naciones libres, gracias al valor intrépido de sus hijos, que no descansaron de luchar hasta verla libre y soberana. Esos dias de navegacién, marcan un jalén de la capax cidad néutica de Juan Alejandro, que le permitié elevarse desde Grumete, hasta ostentar el grado de Almirante, el mis alto conferido a un dominicano, de la Flotilla Nacio- nal, que fue la primera Institucion Naval de nuestro pais, ‘que luché por la Independencia Nacional. FI primero de estos viajes, siendo un joven marino con un buen récord como Patron de pequeflos buques de ca- botaje; lo efectué como Capitén voluntario de Ia Goleta “La Leonor”, que zarpé el 2 de Marzo de 1844, del Puerto de Santo Domingo. conduciendo a bordo & la Comision Oficial designada por la Junta Central ‘Gubemativa, para trasladarse a Curazao en busca del Patricio Juan Pablo Duar- te Arrib6| su nave al Puerto de Willemstad, en Ia Isla Holandesa, el § de Marzo, después de (3) dias de navegacion feliz. El retomno al puerto de partida, fue més lento; arriba- ron el 14 de marzo, conduciendo a bordo al Gran Patriota, que regresaba a la Patria, después de un cruel exilio. que tu- vo que escoger, para librarse de una muerte segura, a manos de los opresores de su pafs. Fueron recibidos apoteésicamente por los habitantes de Santo Domingo. Le cupo el honor, al Capitén Acosta, de ha- ber comandado Ia primera nave, que pase6 por aguas interna- ionales, la Bandera Nacional. El segundo, fue quince affos después, en las mismas aguas, navegaba en un hermoso velero bajo su mando. Sus esbeltas Ifneas se destacaban sobre las encrespadas aguas su proa iba hiriendo las espumosas olas. Lievaba el velamen desplegado a todo trapo. Su avance si- lencioso solamente, era interrumpido, cuando la voz del Contramaestre, ordenaba alguna faena marinera a la tripu- lacién. Era Ia goleta “Libertador”, perteneciente a la Arma- da Nacional. tba rumbo a Curazao, Antillas Holandesas. Habia zarpado del Puerto de Santo Domingo, el 27 de Septiembre de 1859; bajo el mando de nuestro Almirante, Era este en esa época, un hombre de mediana edad. Sus ras- gos fisonémicos se definfan asf; estatura regular; un poco ‘grueso; color indio claro; cabellos buenos; nariz perfilada y ojos negros. Estaba vestido, con el Uniforme Reglamentario de los Oficiales Superiores de Marina, que consistfa en: Casaca color azul, adomada con botones dorados de énco- 10 ta; Cuello, con insignfa de ancora bordada en hilo de oro, ‘@ ambos Iados; Charreteras, con el mismo bordado; y Pan talon blanco, Habian recorrido (10) dfas de navegacion. Era el 7 de Octubre del mismo afio. Anoté en su “Libro de Abordo”, lo ‘siguiente: “Mar bonanza, tiempo claro a las 6 h.30. Se mando a tomar café a las 7h. La tripalacion ocupada en la limpieza y demds quehaceres de abordo. Tenemos un buque a Sota vento, que también remontaba, Permanecimos de bordeda y bordada, hasta las 6 h. a.m., que halléndonos a fa cabeza de Aruba, viramos con proa al EE. Viento E.N-E. a las 4 am., se volvié a virar al N.N-E, Viento al E., a las 6 h.a.m., se hizo Jo mismo, Teniendo a la vista la Isla de Curazao, As{ perma- snecimos sin novedad”. E] lustre Marino, al realizar este dltimo viaje, volvi6 @ recorrer en una misin que le encomendé el Gobierno Dominicano, la misma ruta que aflos antes, con otra di- ferente. Demostré asi, en esas pruebas de su capacidad en el mando de barcos; que era un verdadero “Lobo de Mar”, en condiciones de dirigir una nave a puerto seguro, Si el pri- mero fue realizado de la manera més feliz, que le permitié traer al seno de la Patria, al Padre de la Patria; el segundo fue una confirmacién de su carrera, como hombre de mar. n LEL JOVEN “a Juventud” “Seguid, jévenes amigos, dulce esperanza de la Patria mia; Seguid con tesbn y ardor, en la hermosa carrera ‘que habeis emprendido, » aleanzad ta gloria de dar cima a ta grandiosa obra, de nuestra regeneraciOn politica, de nuestra independencia nacional, tinica garantia de las libertades patrias” Juan Pablo Duarte. (Ideatio de Duarte P-16) Niies y Adolescencia El futuro Almirante, que tantas veces arriesg6 su vida Por la libertad de su Patria; vino al mundo en Ia apacible Villa de Bani, en el ano de 1813. La fecha exacta no pue- -de precisarse, en razon de que los archivos de la iglesia ecle- sidsticos, fueron destruidos por un voraz incendio, ocurrido en esa poblacién, a principios del Siglo, pero ese dato, no re- viste gran importancia en cuanto a la trayectoria de la vida de ese gran dominican, pues su destacada personalidad, ‘entra en el justiciero camino de la historia, muchos afios des- ués, cuando comenz6 a camiaar por la senda que lo llevarfa 4 ocupar un lugar prominente en la historia de su patria. Fs notable que el Acta de Defuncién, expedida a rafz. de su fallecimiento afios mas tarde; especifica erronea- mente como que nacié en la ciudad de Santo Domingo. Fueron sus padres, Francisco Acosta, que a su vez, era hijo del néuta Lusitano Manuel Francisco Acosta, natu- ral de Viana de la Coma, Portugal; y su madre, Marfa Bal- tazara de los Reyes Bustamante de Acosta. Es decir, que por las venas del futuro Jefe de a Arma- «da, corria la sangre del Marino Portugués, de quién hered6 cl gusto por las cosas de mar. 15 NA= Bent es actualmente ung laboriosa comunidad, cuyos habiiantes estin dedicados principalmente < @ la agricultra. Estd situada por carreteras, a (66) ° 4ilémetros ce 1a ciudad capital Es comtin cabecera de ta provincia “Peravia", que tiene (1.662) Km. ‘Sus habitantes conservan la pureza de las razas indé- genas y espaitolas. Fue una de las comarcas més pros- eras durante el Gobierno Colonial Espaftol. En sus costa: se encuentran hermosas playas y la his- torica “Bahia de Las Calderas”, donde busco refugio con sus naves, el descubridor de América, el Almiran- te del Mar Océano, Cristobal Colén, en su cuarto via- Je al Nuevo Mundo, mientras huia de un huracin, También Bant, fue cuna de muchos hombres ilustres, tales como: Francisco Gregorio Billini, restaurador » politico autor de la novela “Bant 0 Engracia y An- tonica”: del general Manuel de Regla Mota, procer de a independercia y presidente de la Reptiblica; Marcos Antonio Cabral, restaurador, politico y escritor; del filéntropo y sacerdote Francisco Xavler Billini, descu- bridor de los restos de Colén, en la Catedral Primada de América; y del libertador de Cuba, el Generalisimo Maximo Gomez y de otros destacados dominicanos, que sobresalieron a través de nuestra historia. Después la familia se trasladé a Santo Domingo. A la temprana edad de (3) aftos, le sorprende el fallecimiento de su quetido padre. Fste fue un duro golpe para la fami- lia. Fue enterrado en un antiguo “Cementerio”, que exis tia, en la que es hoy, Ia “Plazoieta de los Curas”, al lado Sur de la Catedral; e115 de Diciembre de 1816. 16 Al quedar huérfano, su madre, se encarg6 de conducirlo © por el camino recto de la vida!iSu niftez siguié el curso nor- “inal de quien esté colocado bajég rectorfa materna, que le varenseflando a realizar las cosas butnas de la vida, como me- dio de que en el futuro, sea un hombre de bien. En csos aos de adolescencia, frecuentaba periédica mente Ia zona portuaria, cercana a Ia vivienda de su madre. Asi tuvo la oportunidad de observar la vida ruda que Ieva- ba los “hombres de mar”, ejerciendo eso una gran influen- cia en sus deseos de procurane una forma honrada de gi- narse la vida, pues eligié Ja marineria, como meta de sus as- piraciones. Puso todo su empefio en trabar amistad con ellos, para conocer su oficio. ‘Muchas veces, esos avezados nautas narraban sus aven- ‘uras por los mares del Globo Teméqueo, donde cuenta de sus viajes Henos de excitantes hazafias donde prevalecfa el valor humano y la destreza, que les permitian salir sirosos de peligrosos trances. Muchos de esos marinos, ke dispensaron su amistad y confianza y no era raro verle, en los grupos de esos néutas, rodeado de hombres de més edad. Cuando paseaba por la zona del puerto, admiraba los esbellos veleros que se amarraban en las riberis de la Ria del Ozama. Eran los que estaban destinados tanto al comer- cio de importacién como de exportacién. Asf como los pe- quefios Balandros, dedicados al comercio de caboigje. Fue naciendo en su interior, la idea de pasar a formar Parte de la tripulacién de una de esas naves. 7 ee »Cuando se le presenté Ia ocasién, obtuvo, permiso de algunos. capitanss y patrones, para embarcarse en su nave Por un corto periodo de tiempo, en calidad de aprendiz de marineria,.¢ sea como grumete. Eso le. permitié ir a- Prendiendo todas los secretos del rdo oficio, que tanto le atrafa, Con el tiempo se fueron formando en él, las condiciones indispensables, para ser un “hombre de mar”, pese a la jus Ventud que tenia."No estaba lejano el dia, que estuviera ‘capacitado para ser “patron” de algtin pequeno velero. No esde cudarse que su madre Marfa Baltazara cono- Fiera los deseos de su. hijo de convertirse en un buen marino. As{ como tampozo, que lo estimulara con sus sanos conseios, con el fin, de que su hijo, a través de ese honrado oficio, Pudiera abrir paso por los caminos de la vida, Su madre Maria Baltazara, ten‘a un caricter templado, ue le permitia afrontar situaciones imprevistas y peligro. $25, saliendo airosamente de las mismas; eso fue heredado por su hijo Juan Alejandro, Ella tuvo la oportunidad posteriormente, de realizar ‘arias misiones para la causa redentora, de gran riesgo per- sonal, porque podfan haberle acarreado funtstas consectien- ias con las autoridades haitianas si era sorprendida, pero, gra- clas a su valerosa y calmada actitud no fue detenida nunca, N.A.- Los datos personales de Maria Baltazara de los Reyes Bustamante, especifican que habla nacido en la chu- dad de Santo Domingo, hacia el ato de 1789. Era hija de Micaela Bustamante, Tenta 23 afios cuando contra- 18 fo matrimonio en ta Iglesia Catedral de Santo Domin- “80 con Francisco Acosie. Sus rasgos fisicos la desert. ‘ben como una mujer de estatura mediana; delgada, color indio y cabellos duros. “El nombre de la madre del General Acosta, figura en la siguiente estrofa de la Poesta ‘27 de Febrero”. de la distinguida poetisa dominicana dofta Josefa Perdomo y Heredia (1834— 1896), “Alf Trinidad Sanchez, la valiente, ‘Los guerreros anfma « la batalla; Y Ana Valverde con su celo ardiente Reedifica més tarde le muralla; Pero entre todas brill Por su valor la heroica Baltazara; Baltazara, la grande, al par sencilla, ‘Se arma, corre, las huestes acaudilla Y aluchar con denuedo se prepara”. “El nombre de Ja madre del general Acosta era Maria Baltazara Bustamante, y no de otro modo, como se ha veni- \lo creyendo. Tengase presente, ademés, que por lo regular to- slo el que nace el Dia de Reyes, 6 sea el de la Epifania del Se- flor, 6 de Enero, le suelen poner Melchor 6 Micaela de los ispar de los Reyes, 6 Baltazar 6 Baltazara de los Re- Reyes, ¢ aah ‘Fst valentisima mujer, escribe el doctor Alcides Gar- is Huberes, armada de un fusil, estuvo en ta noche del 27 ie Febrero y la madrugada del 28, de guardia enel Fuerte del Angulo, ¢ hizo varias incursiones atrevidas hacia el rio”. Ex- tiaeto de unas notas de fa pag. 142, de la Rwista “Clio” ‘Nim 91, Septiembre—Diciembre de 1951). Es decir, que for 19 mo parte de uno de Jos (200) patriotas, que acudieron a ias Puertas de “La Misericordia” y “EI Conde", la noche del 27 de Febrero, pare proclamar la Independencia Nacional, Murio en Is aldea “Santa Cruz de El Gato”, jurisdiccion de la comtin de Higiiey, en el afio de 1867, donde fue ente- rrada. Tenfa 78 efios dle edad a Ja hora de su muerte), Ta madre de Juan Alejandro, le profes6 un entrafiable amor matemo, que fue ampliamente correspondido por él. Fsta se mantuvo inalterable toda la vida de la buena mujer, que no ces6 de guiar los pasos de su hijo, Siempre se tuvieron confianza. El hijo ereciendo por los Senderos de la estrechez econémica que pesuba en su hogar. causada por haber perdido al esposo y cabeza de familia: ella siempre encantraba los medios de que a su hijo querido no le faltara el sustento. También lo exhortaba para que se dedicara a alguna ac- tividad productiva Acogiendo les consejos de su madre, ya Juan Alejandro comenzaba a preacuparse por su futuro, teniendo en mente, sus simpatias que Io habfan inclinado a desear llegar a ser luno de los tripulantes de las naves que vefa en el, Puerto. Como sus actividades se encaminaban para lograr ser ‘uno de los honrados miembros de la Marina Mercante revibia de su madre el apoyo moral para que continuase con el empe- fio de ser un buen marino, Consideraba que muchas veces los hijos no logrin ser 20 buenos’ ditidadanos por haber carecido de los'sanos consejos dé una madre. s Eso precisamente, era la preocupacién de Marfa Balta- zara, de lograr un futuro estable y prometedor para su hi- jo, que era el “amor de sus amores”. A él dedicaba todas sus energias y cariflo, y asi lo fue convirtiendo en un joven con amplios deseos de superarse, EI joven comprendfa que necesitaba ayudar a su madre, para aliviarla de la carga econémica que constitufa su manu- tencion, El curso de la historia del pats, fue cambiado por un Infausto suceso, producido al final de una cadena de aconte- cimientos que alter6 el curso de la vida de los dominicanos. Se inicié una dolorosa etapa de padecimientos, no sufridos antes; pues aunque el régimen colonial tenfa sus defectos, cl nuevo eauce de la vida en la parte occidental de la isla de Santo Domingo se habfa tornado pricticamente insoporta- ble para sus habitantes. sa 6n politica tayo su comienzo, cuando el 30 eaiepae sc a el licenciado José Nafiez de Caceres, rector de la Universidad de Santo Domingo defraudado por la politica del Rey de Espana Fernando VII proclamé la libertad de ta nacién, que hasta entonces habia sido bajo el jobiemno del Réximen Colonial Espafiol. Fue colocada bajo In proteccién de “La Gran Colombia”, patria éel Libertador Sinn Bolivar. 11 nuevo estado fue bautizado con el nombre de “Hai- {( Vspanol” Pero el Presidente de Haiti, Juan Pedro Boyer, dispuesto a permitir el nacimiento de una nueva a. no nacién, en un sector dela Isla que los haitianos consideraban parte de Haiti, Al allo siguiente.de.1822, al frente de un numeroso ciército, invadi6 el territorio liberado de Espana, destruyen- do asi la efimera libertad proclamada por el Licenciado Nitfiez de Caceres, Con eso se inicié una era de esclavitud deshonrosa del Pucblo dominicano, que durarfa (22) afios. El pais fue so- Juzgado por una raza extrafia a sus costumbres cristianas, que eran herencia natural de Ios conquistadores espaftoles que colonizaron la Isla, We EL PATRIOTA: “Causa de ta Patria” “Por desesperada que sea la causa dela Patria, siempre seré la causa del honor, » siempre estaré dispuesto a honrar su ensefia con mi sangre”. Juan Pablo Duarte. (ldeario de Duarte P-15) “Amistad con Duarte- En el afilo de 1829, tendria (16) afios de edad. En el transcurso del mismo, foment una relacion amistosa que le fué muy valiosa durante su vida. Un culto hijo del comerciante espanol Juan José Duarte, de nombre Juan Pablo, le honré con su amistad y estima. En [a tienda de artfculos ferreteros y néuticos, que se encontraba cerca del Puerto, se iniciaron las relaciones de imutua simpatia, entre ambos. El inteligente hijo del espafiol, eoibfa las visitas del hijo de la viuda Acosta, Bsto se traducia on una improvisada escuela, donde recibia de su ilustrade a- Inigo, el pan de la enseftanza, capaciténdose para aprender a leer Comectamente escribir y contar. Ese desinteres del joven maestro hacia su fraternal amigo, demuestra su gran co- f4xOn, pues no es dudable que ya conocfa la carencia de re- Suns de su alumno y Io hacia voluntariamente, sin pensar ©» cobrarle ninguna remuneracion por su trabajo de maestro. Jas reglas esenciales que fue aprendiendo Juan Alejan- iro, les fueron muy titiles para abrirse paso enla carrera néu- {i4, cuando posteriormente tuvo que hacer uso de ellas, en ‘inicio de su carrera naval, 25 La estimacion personal entre ambos fue recfproca, Juan Alejandro se con: entre Jos asiduos a las reuniones del joven: Duarte, que tenfan cardcter literario. % Allf departian amistosamente muchos j6venes amigos del hijo del comerciante. £1 wypirante a marinero, tenfa gran empefio en supe- Tarse; esas reuniones eran fuentes del saber, pues las ter- tulias se Ienaban de los amplios comentarios sobre diversos temas, que hacian los amigos reunidos en el almacén del ne- gocio del padre de Duarte. Asi fue creandose en todos el deseo de que se estable- ciera un nuevo sistema diferente al que representaban los haitianos, con sus métodos rados y barbaros, que dieron lugar al atropello de muchos dominicanos. Juan Alejandro, compartia plenamente esas ideas, las cuales fueron base para formar una conciencia patristica, ue le permiti6 pasar a integrar el miicleo de jévenes decididos @ poner fin a la dominacién haitiana, Bajo la direccion de su amigo y maestro, fue ampliando Sus conocimientos, que lo capacitaron a la altura de la pri- mera enseflanza, incidiendo poderosamente en su condicién de grumete, aprendiz de los secretos de la néutica. Su mente inquieta también fue asimilando los conceptos’ sobre los motives yue esgrim{a su maestro, sobre la necesicl imperativa de librar al pais de la dominacién haitiana. Mdentificados con esas ideas, ya se contaba con un lioso grupo de honibres jovenes, seguidores de las ideas de Duarte, estos eran: Jacinto de la Concha; Félix Maria Ruiz Detmonte; Juan Nepomuceno Ravelo; y José Maria Sierra. Las reuniones continuaroa bajo la direcci6n del ilustra do Duarte, El joven Acosta, se fue nutriendo de las enseftanzas ue se derivaban de esas tertulias de los amigos de Duarte. Pero Ia situacion politica era la favorita, el tertitorio gue los vi6 nacer, habfa sido titulado por dominadores, la “Parte Este” y en sus conceptos, tenfan la etrada creencia que formaba parte de Haitf indivisible y no un hfbrido pro- ducto creado por las fuerzas de las armas, dirigidas por Juan Pedro Boyer. EL yugo cra tan férreo, que todo asomo de libertad er ahogado por las autoridades haitianas. Eso lo sabia Juan Alejandro, y atin asi, no vacilaba en asistir a las reu- iones, enya naturaleza constituia un peligro para su persona para su madre, Los jovenes en sus reuniones, habfan llegado ya a un jlo (al de sus aspiraciones separatistas; que bullfa en sus mienies, el deseo de buscar una solucién que les permitieran feapinar los aires de libertad en su patria esclavizada. Fomando en cuenta los factores del peligro que repre- *iluha sus tertulits amistosas, las realizaban bajo el manto uniones culturales, con Ja idea de librarse de la sospecha ¥ Hallancia de tos h Esa amistad que nacié desintetesadamente, tal vez por'la nobleza del caricter de Duarte, que dio muestras a través de! ~y toda su vida de un desprendimiento por las cosas materia: © oles y un gran corazén para las cosas espirituales, fueron los Seeretos del nacimiento de esa relacion; entre él hijo de un Prospero comerciante, dotado de una amplia preparacién intelectual, lograda por sus vastos estudios y buenos maes- {os y el hijo de una humilde viuda, carente de recursos y huérfano del saber. El histotiador Doctor Pedro Troncoso Sénchez, des- cribe la amistad de Duarte ¥ Acosta, cuando se celebraban las reuniones presididas por el joven ilustrado, en Ja casa -de comercio de su padre; “asistfa un simpatico Gramete de Diez y Seis afios, lamado Juan Alejandro Acosta, a quién Duarte habia ensefiado a leer, escribir y contar” Esa amistad no tuvo deterioro, y no terminé en sus comienzos, pues fue el inicio de una larga relacion entre el futuro Padre de la Patria y el futuro Primer Almirante Dominicano. Otro escritor también menciona esa amistad, entre el Tlustre Patricio y el Gran Marino. Gilberto Odalis Fiallo, la describe asi: “la amistad que entablé con Duarte, en sus Periédicas visitas que hacia al negocio ferretero de Don Juan José Duarte, padre de nuestro incorrupto Patricio, con q se inicio en unién de otros marinos ilustres en Ios trabajos independentistas”? No debe descartarse, que a través de esa amistad, el j ven nguta, aumentara sus conocimientos de navegacion forma te6rica, ya cue, en la préctica los habia adquirido 28 baredndose como gruméts en vatios veleros, joven Duarte, era capacitado en variasiramas del saber y podria haber in- cluido Ia ciencia ndutica, para ensefiarla al amigo y alumno, -En Santa Cruz del Gato- Buscando nuevos horizontes, que le abrieran los caminos del exito para procura: propursivuaise Ios medios econém cos que le permitiera subsistir decorosamente junto a su ma- dre; se traslad6 a residir en el ato de 1834, en la Seccion de “Santa Cruz del Gato”, jurisdiccion de Higitey y Gbicada a orillas del “Rio Chavén”. Tenfa (21) afios de edad y su madre (45) Ya viviendo en esa comarca rural, que tenfa gran prospe- fiddad debido a su condicién de Puerto Fluvial por donde sa- ian tos productos de la region, el joven Juan eae se ledicé al trabajo honrado y enaltecedor. comenzando a brsperes (eatbebpcenl ad ainc teas osteo tt hoiques de érboles maderables Pn ellos establecié un corte de maderas preciosas, caya jwoduccion trastadaba por via maritima, en una embarce ‘in tipo balandro, que adquirié para esa finalidad. Se hizo cargo de dirigir la misma, en calidad de patron, Hciendo uso de sus conocimientos de navegacién adquiridos Af antes, cuando se inicié en el oficio de marinero, comen- fiule como grumete en el puerto de Santo Domingo. Su ca- ul no se debia a la graduacion en alguna Academia i Rates sino a conocimientos pricticos, que le permitié Siulclr sin obsticulos por las rutas de las aguas costeras, su peauena nave 29 Poco a poco, en esas. tareas,mmarineras, se fue convir, Hiendo en un buen naveganie, dotado de amplia experien-_ cia. Con sus continuos viajes al puerto de la gran ciudad, su negocio fue adquiriendo importancia y ya se le conocfa co go un importante proveedor de maderas al comercio de Santo Domingo. La prosperidad le fue propicia, al joven comerciante en maderas. Ya no solamente era propietario de varias casas, sino que también teria los vehiculos que entonces eran carretas tiradas por bueyes, necesarios, para el transporte de la madera desde los bosques donde se cortaban, hasta el embarcadero del “Rio Chavén”, para su envio por mar a Santo Domin- 80. Durante su estadia en esa seccion rural del Este, fue adquiriendo amplias simpatias entre sus vecinos, cnicoed veian en él un joven prometedor con una seriedad a toda Prueba y buen hijo; que habfa sabido dbrirse paso a base del trabajo honmdo, hasta convertirse en un hombre de holgada posicién econémica. sos atributos personales, fueron los que i 0 que influyeron en el énimo de todos los habitantes, para que se le escogiern_ como la primera aitoridad rural de esa jurisdicci6n de Higiey En tal virtud, fue designado Jefe Seccional d fluvial del rio “Chavén”. ai EL cargo revestia gran importancia, debido al volvimiento del trifico comercial para el embarque de 30 ‘clase de productos de la.regiéa hacia otras areas del pais: que'ise realizaba por medio de pequeitas embareaciones, contribuyendo eso a que los habitantes disfrutaran de cierta prosperidad. Enel desempefio de esa posicién de autoridad, hizo por mantener el desarrollo de una buena comprensién entre todos los vecinos del Ingar; sin dejar de atender a sus nego- ios particulares, gandndose el respeto y 1a estimacion de todos. Sobre esa etapa de la vida del futuro Primer Almirante Dominicano, Gilberto Odalis Fiallo escribe: “Se creé en la fragua del trabajo, desde joven se trasladé al Este del pats, dedicdndose al corte de madera y en 1834, fue Jefe Sec- clonal del Puerto Fluvial de Santa Cruz del Gato, sobre el Rio Chavon, jurisdiccién de Histiey; teniendo en esa época lun Balandro de su propiedad en el que trafa al mercado de |i Capital, Ios frutos de su trabajo">- -Otra ves en Santo Domingo- Durante el transcurso del afio de 1837, regres6 a la ‘wudad de Santo Domingo. £1 22 de Septiembre contrajo 0 con Nicomedes Contreras y Arias, de la cual :po después sin haber tenido hijos. Con el retomo a la ciudad a orillas del “Ozama”, no sbandond sus bienes en la seccién del Este; ante al contra, i, los dej6 encomendados a personas de su entera con- fiwira, puede que pensando en el futuro, ya que, afios des- fills, setomné nucvamente al Iugar junto a su madre, que fillecié alli recibiendo cristiana sepultura. 31

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