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en la tradición rawlsiana
Aportes del enfoque de las capacidades
al desarrollo humano
Autora
Directores
Carlos Arturo Hernández
Santiago Ortega Gomero
Igualdad y bienestar
en la tradición rawlsiana
Aportes del enfoque de las capacidades
al desarrollo humano
2014
ISBN: 978-958-8791
Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana
Aportes del enfoque de las capacidades al desarrollo humano
Autora
Vanesa Lorena Battaglino
© Universidad Libre
Colección: Tendencias actuales del Derecho
Directores: Carlos Arturo Hernández - Santiago Ortega Gomero
Bogotá D.C. - Colombia
Primera Edición - agosto de 2014
Queda hecho el depósito que ordena la Ley.
Edición: Departamento de Publicaciones, Universidad Libre
Diseño y Diagramación: Héctor Suárez Castro
Corrección de estilo: Carlos Andrés Almeyda Gómez
Imagen portada: http://www.etereaestudios.com
Impreso por Panamericana, Formas e Impresos S.A.
Quien actúa solamente como impresor
Tiraje de 1000 ejemplares
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Directivas Universidad Libre
Bruno Celano
Doctor en Filosof ía Analítica y Teoría General del Derecho
Universitá degli. Studi di Milano, Italia
Alejandro Robledo Rodríguez
Doctorando en Filosof ía
Instituto de Humanidades
Universidad Diego Portales, Chile
Maximiliano Alberto Aramburo Calle
Doctorado Universidad de Alicante
Jorge Luis Fabra Zamora
M.A. Student, Mcmaster University
Xavier Díez de Urdanivia
Doctor en Derecho Universidad Complutense, Madrid
Silvina Pezzetta
Doctoranda del Doctorado de la Facultad de Derecho
De la Universidad Nacional de Rosario
Mario Jori
Universitá degli studi di Milano
Enrico Diciotti
Universitá degli Studi di Siena -Mario Jori, Italia
Francesco Viola
Catedrático de Filosof ía del Derecho
Universidad de Palermo Italia -Marc Van Hoecke
Par Evaluador
Miguel Angel Rodriguez
Universidad de Juarez Estado de Durango México
Néstor Orlando Varón
Universidad Libre
7
Para Sergio
Contenido
PRÓLOGO 15
INTRODUCCIÓN 19
I. IGUALDAD Y BIENESTAR 23
1. Sentido de la igualdad y del bienestar 25
2. Igualitarismo de la suerte 26
Ii. JOHN RAWLS 31
1. Relevancia de su obra y debates 33
2. Contractualismo rawlsiano.
Nociones básicas 40
3. Igualdad de bienes sociales primarios 52
III. AMARTYA SEN 57
1. Algunos problemas del enfoque rawlsiano 59
2. ¿Igualdad de qué? 65
3. Influencias filosóficas del enfoque de las capacidades 77
4. Características del enfoque de las capacidades 85
IV. MARTHA NUSSBAUM 91
1. Nussbaum y Sen. Dos versiones del enfoque de las
capacidades 93
2. Enfoque de las capacidades y bienestarismo de los
deseos informados 105
3. Enfoque de las capacidades y la tradición del contrato
social. Nussbaum y Rawls 108
4. Capacidades centrales 113
11
• contenido •
CONCLUSIÓN 187
BIBLIOGRAFÍA 191
12
AGRADECIMIENTOS
13
PRÓLOGO
15
• prólogo •
en este libro que Sen y Nussbaum discuten desde una posición que los
une a la teoría de la justicia rawlsiana, pero involucrándose más con
las necesidades sociales, culturales, sanitarias e incluso psicológicas
de cada uno de los miembros de la sociedad.
La autora de este texto se ha acercado a los que están carenciados,
se aproximó involucrándose con su sufrimiento para entender lo
que significa pensar en la igualdad. Invalorable la experiencia y el
aprendizaje que logró incluso de sus propios errores cuando tuvo que
enfrentar con inexperiencia el desconocimiento del otro. Pero lejos
de amedrentarse, analizó teóricamente su dificultad y sin soberbia –
tan propia de los intelectuales-, llegó a la conclusión de que tenía que
superarse y alcanzar un pensamiento que incluya a todos y cada uno de
los ciudadanos de la sociedad en que vivimos, sin olvidar la diferencia.
Pensar al otro igual en derechos y lo suficientemente distinto de mí
que es altamente probable que no quiera lo que yo creo que necesita,
es lo que la autora descubrió en su aproximación a la realidad. Así,
descubrió un mundo donde no siempre es bien recibido lo que se
ofrece como ayuda, simplemente porque no es el tipo de vida al que
se aspira. Tener que aceptar que alguien que vive en la calle, no quiere
salir de ella, es lo que la impulsó a indagar dentro del estudio de las
emociones en la política pública. Sin consideración a los sentimientos,
no se hace posible la sublime tarea que tiene el Estado al momento de
distribuir, si falla en este paso los ciudadanos no alcanzarán una vida
plena. Sin un profundo conocimiento de lo que sucede a nuestro alre-
dedor y con una actitud despojada de prejuicios que nos permitan oír
efectivamente lo que nos dice el otro, será posible acercarse más hacia
la equidad. En el marco de este desafío metodológico, aparece como
inmejorable el acercamiento de Battaglino a los problemas empíricos
para trasladarlos a su trabajo teórico así como también, las posibles
respuestas teóricas para resolver la problemática social.
El recorrido teórico a través de la justicia que se transita en este texto
resulta muy didáctico a la hora de entender el debate sobre el valor
de las emociones en la evaluación de las políticas públicas. La obra de
John Rawls que renueva la filosofía política anglosajona, representa la
ampliación de los estudios éticos al nivel de las instituciones, dejando
la idea de que sólo los individuos producirán acciones morales. Es él
16
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
17
INTRODUCCIÓN
19
• introducción •
20
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
21
I. IGUALDAD Y BIENESTAR
1. Sentido de la igualdad y del bienestar
Probablemente todo ciudadano a lo largo de su vida ha reflexionado
acerca de la idea de igualdad, planteándose en principio que debe
haber algún sentido en el que “todos somos iguales”. Esta idea que a
simple vista parece ser una verdad inapelable plantea, sin embargo,
profundos problemas. Al intentar determinar cuál es el sentido de
esta igualdad nos encontramos casi con un desaf ío filosófico. Tal
vez nos sentiríamos inclinados a comprometernos con la idea de que
la igualdad de derechos es indiscutible, o quizás hasta podríamos
suponer que la igualdad debería traducirse en una igual distribución
de bienes, o de capacidades, recursos, oportunidades, libertades,
obligaciones, etc.
Asumiendo que toda sociedad aspira a algún grado de igualdad
y bienestar, la cuestión central será pensar que si “todos somos
iguales” se impone la necesidad de plantear esta pregunta: ¿iguales en
qué? Atreverse a formularla significa abrir un debate con profundas
implicancias para el bienestar de las vidas reales de las personas, y
desplegar un abanico de posibles respuestas desde la filosofía.
Tradicionalmente la evaluación de la calidad de vida de los
países se ha basado en un modelo que toma como indicador del
mejoramiento el incremento del PBI, pero esto no necesariamente se
traduce en un mejoramiento de las vidas concretas de las personas.
Algunos pensadores, advirtiendo esta situación, proponen miradas
alternativas. Entre ellos Martha Nussbaum desarrolla un análisis
basado en una ética individual, que se enriquece en tanto hace uso
de la herramienta sociológica indagando sobre lo que les sucede a
las personas, observando sus acciones, intereses, etc. Este modo
de trabajo le permite arribar a conclusiones que fundamentan su
25
• IGUALDAD Y BIENESTAR •
2. Igualitarismo de la suerte
A partir de la publicación de la Teoría de la Justicia algunos filósofos
políticos comenzaron a discutir en torno al nexo entre suerte, justicia
y responsabilidad, con la intención de mantener a la justicia distri-
butiva inmune a los efectos de la suerte. Así, autores que sostienen
algunos postulados comunes en torno a la igualdad, como Thomas
Nagel, Ronald Dworkin, Gerald Cohen, Richard Arneson, etc.,
reciben el nombre de igualitarios de la suerte1 (aunque estos pensa-
dores difieren unos de otros en algunos aspectos).
El igualitarismo de la suerte intenta reconciliar algunas demandas
igualitarias con la idea de que las personas deberían ser consideradas
responsables por las consecuencias de sus acciones.2 La cuestión
central aquí es que hay ciertas desigualdades que son producto de la
suerte, como nacer bajo ciertas condiciones desfavorables o padecer
alguna enfermedad. El igualitarismo de la suerte ha ido ocupando
un lugar cada vez mayor en los debates contemporáneos en torno a
la justicia distributiva, incluso algunos autores lo consideran como
1
Esta expresión aparece en Anderson (1999), p. 289. En inglés la expresión es “luck
egalitarianism”.
2
Este análisis es tomado de Olof Page Depolo (2007).
26
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
3
La distinción en inglés es la siguiente: option luck/brute luck. Se encuentra en
Dworkin (2000), p. 73. De acuerdo con el ideal de tratar con igual consideración
y respeto a todos los individuos, la persona que asumió riesgos debe soportar las
consecuencias de la suerte opcional, en tanto que quien no asumió riesgos no
debe soportarlas. Sólo son ilegítimas las desigualdades generadas por la suerte
bruta, y por eso requieren ser corregidas o compensadas. Ni la posición social
en la que se nace, ni la distribución de talentos que hace la lotería natural son
factores por los que las personas sean responsables. Más bien se trata de factores
moralmente arbitrarios que deben ser neutralizados.
4
Se trata de un tipo de demanda igualitaria que pone el acento en la necesidad de
eliminar las desigualdades considerando que es moralmente malo que alguien
esté peor que otro, adhiriendo a un principio de igualdad estricta. Cuando este
principio ha sido satisfecho, las diferencias en las capacidades naturales y el libre
27
• IGUALDAD Y BIENESTAR •
malo que una persona esté peor que otra por motivos que no son su
responsabilidad. Básicamente esta corriente pretende reconocer
la necesidad de corregir las desigualdades que son producto de la
suerte (o de la mala suerte), y también la necesidad de no corregir las
desigualdades que derivan de las decisiones personales. Este respeto
por las decisiones individuales, y el intento por conciliar igualdad y
responsabilidad es lo que nos permite considerar al igualitarismo de
la suerte como un tipo de liberalismo igualitario.5
Es necesario señalar que los pensadores que forman parte de esta
corriente no conforman un corpus homogéneo, sino que se distinguen
en algunos aspectos. En general podríamos decir que la diferencia
sustancial reside en la respuesta que cada uno de ellos ha dado a la
pregunta ¿igualdad de qué? Para algunos se trata de una igualdad de
recursos (Dworkin), en otros casos de igualdad de oportunidades
para el bienestar (Arneson), o igualdad de acceso a la ventaja (Cohen).
Pese a estas diferencias, podríamos reconocer dos puntos de contacto
relevantes entre ellos.
En primer lugar, proponen un principio de compensación que
implica que aquellas desigualdades que son el producto de la suerte
(entendemos por tal lo que Dworkin conceptualiza como suerte
brutal) deberían ser eliminadas, en la medida de lo posible, cada
vez que se produzcan. En segundo lugar, proponen un principio
de responsabilidad en virtud del cual las desigualdades que sean
producto de la responsabilidad de las personas son moralmente legí-
timas y no deberían ser compensadas.6 El principio de compensación
tiene la precedencia, como criterio para la posterior evaluación de
posibles desigualdades, por sobre el principio de responsabilidad.
Esto significa que si no se ha aplicado el principio de compensación
28
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
29
Ii. JOHN RAWLS
1. Relevancia de su obra y debates
De acuerdo a las palabras de Thomas Pogge “Toda su vida Rawls
estuvo interesado en la cuestión de si la vida humana es rescatable y
hasta qué punto lo es: si es posible para los seres humanos, individual
y colectivamente, vivir de manera que sus vidas valgan la pena vivirse
o, en palabras de Kant, de modo que exista valor en el vivir de los
seres humanos sobre la tierra”1. Este marcado interés rawlsiano se
desplegó en el plano político y puede leerse entre líneas en su gran
obra A Theory of Justice, publicada en 1971.
Esta obra debe ser pensada como una bisagra en la filosofía
política contemporánea, debido a que con ella esta disciplina tomó
nuevas fuerzas, especialmente en el mundo académico anglosajón, y
generó fuertes polémicas en el resto de las tradiciones. Se trata de
una obra ante la cual se han suscitado diferentes reacciones, pero
jamás indiferencia. Desde su aparición se ha producido un innegable
resurgimiento de la filosofía política y ha reaparecido el debate
sobre la justicia, al punto que actualmente se habla de “teoría de la
justicia”, tomando el título de la obra de Rawls como una corriente
de pensamiento2. La importancia de su propuesta radica en su visión
ecléctica, que plantea la justicia en una sociedad liberal enmarcada
teórica y metodológicamente en un enfoque que es tanto kantiano
como analítico.3
1
Thomas Pogge (2010), p. 41.
2
Para más detalles ver P. Britos (2012).
3
Si bien Rawls negó su vinculación con esta corriente, al hacer uso de los instru-
mentos de la lógica y la matemática para el estudio de problemas sociales
y políticos puede ser considerado un exponente de ella o por lo menos como
alguien que hace un claro y abierto uso de elementos analíticos para abordar
ciertas cuestiones.
33
• John rawls •
4
En este punto se sigue el análisis de Pablo Da Silveira (2003).
34
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
5
Los autores libertaristas son llamados frecuentemente “liberales de derecha”,
aunque tal vez esta caracterización no permita definir claramente sus puntos de
vista. Más bien deberíamos hablar de su “doble condición”: en muchos aspectos
los libertaristas coinciden con lo que en política suele llamarse “derecha” (defensa
vigorosa de propiedad privada, oposición a casi toda forma de intervención
estatal, etc.), pero en otros aspectos coinciden con lo que se llama “izquierda”
(defensa de la libertad de expresión, eliminación de obstáculos a las migraciones,
etc. )
35
• John rawls •
6
En defensa de esta idea Nozick lanza el siguiente desaf ío: elegir una teoría de
estado final (puede tratarse de una distribución que maximice la utilidad, o de
una distribución que aplique el principio “a cada quien según sus necesidades”,
o de una distribución que aplique el principio de diferencia de Rawls), luego
realizar la distribución de acuerdo con esa teoría de tal manera que se obtenga
el estado de cosas que se considere preferible. Luego propone imaginar que Wilt
Chamberlain es un deportista que está realizando una excelente temporada,
y firma con su club un contrato por un año que establece que en cada partido
que su equipo juegue como local un porcentaje de cada entrada vendida será
para él y el resto para el club. Supongamos que al cabo de un año un millón de
espectadores fueron a verlo cuando jugaba como local. Esto implica que Cham-
berlain ganó una considerable suma de dinero, ampliamente superior al ingreso
anual medio de sus conciudadanos, y por lo tanto al cabo de la temporada se ha
vuelto más rico que la mayoría de los estadounidenses. Pero esto sucedió como
resultado de una serie de transferencias estrictamente voluntarias, nadie fue obli-
gado a pagar su entrada, nadie se sintió estafado, los espectadores consideraron
que su dinero fue bien empleado. Podrían haber utilizado el porcentaje dado a
Chamberlain por entrada para otras cosas, pero prefirieron dárselo al jugador. El
resultado de este proceso es que la distribución que Nozick aceptó como punto
de partida ha desaparecido, y sin embargo no se ve por qué deberíamos consi-
derar la nueva situación como injusta. ¿Qué razones habría para que el Estado u
otro agente retirase parte de lo que ganó el jugador para redistribuirlo entre los
espectadores? Este tipo de confiscación sería necesaria si se quisiera mantener
el estado final elegido, pero a la vez nos obligaría a ir contra las libres decisiones
de los individuos que han hecho un uso racional y voluntario de sus recursos.
Nozick argumenta que en las sociedades complejas los casos como el de Wilt
Chamberlain se multiplican. Por lo tanto, las teorías de estado final sólo pueden
ser aplicadas si estamos dispuestos a intervenir constantemente, limitando la
libre iniciativa, desnaturalizando el concepto de propiedad.
36
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
7
El principio de la diferencia es uno de los dos principios de la justicia sobre los
que habrá acuerdo en la posición original. Este tema será desarrollado en el capí-
tulo II. 2.
37
• John rawls •
8
Es importante tener en cuenta que la igualdad rawlsiana se basa en los bienes
sociales primarios. Esta cuestión será analizada en detalle más adelante.
9
Economista involucrado en los debates sobre la igualdad, recibió el Premio Nobel
de Economía. En el capítulo III se desarrolla su propuesta.
10
Esta idea queda aclarada a la luz de un ejemplo: si se imaginan dos individuos,
uno de ellos con un impedimento f ísico que puede ser superado con grandes
gastos médicos, y ambos reciben la misma dotación de bienes primarios, el resul-
tado sobre sus vidas será muy diferente. El que no tiene ningún problema f ísico
podrá disponer de esos bienes para alcanzar su plan de vida, pero el que padece
un problema f ísico deberá invertir la mayor parte en el esfuerzo que necesita
para llegar a la situación que para el otro es el punto de partida. Esto genera una
desigualdad que no es resultado de las decisiones tomadas por los individuos,
sino de una circunstancia que actúa con anterioridad a cualquier toma de deci-
sión.
38
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
39
• John rawls •
2. Contractualismo rawlsiano.
Nociones básicas
Para acercarnos a la noción de igualdad rawlsiana es preciso esbozar
algunas de las ideas básicas presentadas en su teoría. En primer lugar
es interesante señalar que la propuesta de Rawls supone retomar el
contacto con la tradición del contrato social. La teoría del contrato
social se remonta al año 1651 cuando se publica el Leviathan de
Thomas Hobbes ante la necesidad de implementar un sistema
político institucional que permitiera la superación de los conflictos
de la Inglaterra de ese momento. Entre los representantes de esta
tradición se encuentran también John Locke, Jean-Jackes Rousseau e
Immanuel Kant. En la Teoría de la Justicia claramente Rawls afirma
que su objetivo con esta obra es presentar una concepción de la
justicia que generalice y lleve a un nivel más elevado de abstracción
la teoría del contrato social,11 elaborar una teoría de la justicia como
alternativa viable a las doctrinas de la tradición filosófica.
Una de las primeras ideas que el autor presenta es que la justicia es
la primera virtud de las instituciones sociales y a la vez funda la invio-
labilidad de cada persona en ella, señalando que esta inviolabilidad no
puede ser atropellada ni siquiera por el bienestar de la sociedad como
un todo. Es indispensable tener en cuenta que la idea subyacente a lo
11
En este sentido Rawls toma en consideración las siguientes obras: Second Trea-
tise of Government, de Locke; el Contrato Social de Rousseau; y los trabajos
sobre ética de Kant, comenzando por The Foundations of the Methaphysics of
Morals (como definitorios en la tradición del contrato). En cuanto al Leviathan
de Hobbes Rawls reconoce su grandiosidad y los problemas especiales que hace
surgir. Ver nota a pie de página en John Rawls (1971), p. 28.
40
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
12
Al elaborar esta concepción de la justicia, una de las tareas principales es la deter-
minar qué principios de la justicia serán escogidos en la posición original. Estos
principios son aquellos que las personas libres e iguales interesadas en promover
sus propios intereses aceptarían en una posición inicial de igualdad como defini-
torios de los términos fundamentales de su asociación. Estos principios regulan
todos los acuerdos posteriores, especifican los tipos de cooperación social que se
pueden llevar a cabo y las formas de gobierno que pueden establecerse.
41
• John rawls •
13
Volviendo al problema de la terminología contractual, Rawls menciona que
entre sus ventajas hay que destacar lo siguiente: los principios de la justicia se
ocupan de las pretensiones conflictivas producto de las ventajas obtenidas por la
cooperación social, y se aplican a la relación entre varias personas o grupos. La
palabra “contrato” sugiere esta pluralidad, como también la condición de que la
división correcta de ventajas tiene que hacerse de acuerdo a principios que sean
aceptables por todas las partes. Por otro lado la fraseología contractual también
connota el carácter público que es condición de los principios de la justicia.
14
Rawls señala que esto explica lo apropiado del nombre “justicia como imparcia-
lidad”, porque transmite la idea de que los principios de la justicia se acuerdan en
una situación inicial que es justa.
15
Ver John Rawls (1971), p. 165.
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
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• John rawls •
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
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Aquí Rawls sugiere, a fin de hacer más reales las circunstancias, que imaginemos
que se exige que las partes se comuniquen a través de un árbitro como inter-
mediario, y que éste sea el encargado de anunciar las alternativas sugeridas y
las argumentaciones a su favor. Este árbitro prohíbe cualquier intento de formar
coaliciones e informa a las partes cuando han llegado a un entendimiento. Sin
embargo, de hecho, el árbitro es superfluo y se supone que las deliberaciones de
los participantes serán semejantes. Ver John Rawls (1971), pp. 163-169.
45
• John rawls •
46
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
es justo e injusto. Pero a pesar del desacuerdo acerca de cuáles son los
principios que deben definir los términos básicos de la asociación,
cada uno tiene una concepción de la justicia. Es decir, que entienden
la necesidad de disponer de un conjunto de principios que asignen
derechos y deberes básicos, y que determinen lo que consideran ser
la distribución correcta de las cargas y beneficios de la cooperación
social. Sin embargo, un cierto acuerdo en las concepciones de la
justicia no es el único prerrequisito para una comunidad humana
viable.
Otros problemas sociales fundamentales son los de coordinación,
eficacia y estabilidad. Esto implica que los planes de los individuos
deben ser conjuntamente acomodados, de tal manera que sus activi-
dades resulten compatibles entre sí y puedan ser ejecutadas sin que
las expectativas de ninguno sean severamente dañadas. La ejecución
de estos planes debiera llevar a la consecución de los fines sociales por
caminos que sean eficientes y compatibles con la justicia. El esquema
de la cooperación social también tiene que ser estable, es decir que
se tendrá que cumplir con él de manera más o menor regular, y
sus reglas básicas deberán obedecerse voluntariamente. Estos tres
problemas tienen una íntima conexión con el de la justicia, ya que
no habiendo una cierta medida de acuerdo sobre lo que es justo e
injusto será más difícil para los individuos coordinar sus planes de
manera eficiente.
Como ya se mencionó, el objeto primario de la justicia es la
estructura básica, o más exactamente, el modo en que las institu-
ciones sociales más importantes21 distribuyen los derechos y deberes
fundamentales y determinan la división de las ventajas provenientes
de la cooperación social. Rawls afirma que la estructura básica es el
objeto primario de la justicia porque sus efectos son muy profundos
y están presentes desde el principio. La noción intuitiva relevante es
21
Las instituciones sociales más importantes para Rawls son la constitución polí-
tica y las principales disposiciones económicas y sociales (otros ejemplos son la
protección jurídica de la libertad de pensamiento y de conciencia, la competencia
mercantil, la propiedad privada de los medios de producción, etc.). Sin embargo
el autor admite que el concepto de estructura básica es un tanto vago, ya que no
está siempre claro qué instituciones o cuáles de sus rasgos deben ser incluidos.
47
• John rawls •
22
Rawls aclara que no debe confundirse esta pauta para evaluar los aspectos
distributivos con los principios definitorios de otras virtudes. Una concepción
completa que defina los principios para todas las virtudes de la estructura básica,
así como sus respectivas valoraciones cuando entran en conflicto, sobrepasa los
límites de una concepción de la justicia, es un ideal social.
23
Rawls toma esta concepción de la Ética Nicomaquea 1129 b-1130 b5.
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
24
Ver nota al pie de página en John Rawls (1971), p. 38.
25
John Rawls (1971), p. 38.
26
Este análisis es tomado de Pablo da Silveira (2003).
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• John rawls •
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
Primer principio:
Cada persona ha de tener un derecho igual al sistema más amplio
de libertades básicas, compatible con un sistema similar de libertad
para todos.
Segundo principio:
Las desigualdades económicas y sociales han de ser estructuradas
de manera que sean para: a) mayor beneficio de los menos aventa-
jados, de acuerdo con un principio de ahorro justo, y b) unido a que
los cargos y las funciones sean asequibles a todos, bajo condiciones
de justa igualdad de oportunidades.
51
• John rawls •
27
Para un análisis más completo ver John Rawls (1971), pp. 287-294.
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
28
Aquí la teoría del bien adaptada para el análisis de los bienes sociales primarios se
remonta a Aristóteles.
29
John Rawls, (1971), p. 114.
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• John rawls •
30
Este listado es tomado de John Rawls, (1982 b).
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
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• John rawls •
31
Rawls (1979), pp. 119-120.
56
III. AMARTYA SEN
1. Algunos problemas del enfoque rawlsiano
Amartya Sen sostiene la necesidad de un cambio de rumbo en la teoría
de la justicia, que fundamentalmente tenga en cuenta que la justicia
guarda relación, en última instancia, con la manera en que las personas
viven sus vidas y no simplemente con la naturaleza de las instituciones
que las rodean. Desde su punto de vista, las principales teorías de la
justicia se concentran en cómo establecer instituciones justas y le
conceden un papel subsidiario a las cuestiones relacionadas con el
comportamiento. Sobre la base de esta idea establece una importante
distinción entre el enfoque de Rawls y su propia propuesta, en la que
se sostiene que hay algunas inadecuaciones en esta concentración
“abrumadora” en las instituciones, en lugar de centrarse en las vidas
que las personas son capaces de vivir.
El autor aborda la cuestión de la teorización sobre la justicia
señalando que pueden reconocerse dos líneas divergentes de razona-
miento sobre la misma.1 Uno de los enfoques, orientado por la obra
de Thomas Hobbes y seguido por pensadores como Jean-Jacques
Rousseau, se concentra en identificar los esquemas institucionales
justos para la sociedad. Este enfoque puede ser llamado “institu-
cionalismo trascendental”, corresponde al modelo de pensamiento
contractualista, y tiene dos características: a) Concentra su atención
en lo que identifica como justicia perfecta, más que en comparaciones
relativas de la justicia y la injusticia. La búsqueda de concentra en
la identificación de la naturaleza de lo justo, y no en el hallazgo de
algunos criterios para una opción menos injusta que la otra; b) Al
buscar la perfección se dedica de manera primaria a hacer justas a las
instituciones, por lo que no se ocupa directamente de las sociedades
1
Tomo esta caracterización de A. Sen (2011).
59
• John rawls •
2
Para ilustrar este argumento Sen propone lo siguiente: si tratamos de elegir entre
Picasso y Dalí, no sirve de nada invocar un diagnóstico según el cual la pintura
ideal en el mundo es la Mona Lisa. Si bien la idea es interesante, no tiene rele-
vancia para la decisión. Para escoger entre las dos opciones no es necesario ni
suficiente discutir acerca de cuál puede ser la mejor obra del mundo. La decisión
real debe hacerse entre un Picasso y un Dalí. A. Sen, (2011), p. 48.
60
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
3
La noción de rawlsiana Justice as fairness aparece en algunas traducciones como
“justicia como imparcialidad”, y en otras puede aparecer “justicia como equidad”.
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• John rawls •
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
63
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6
Amartya Sen, (2011), p. 98.
64
• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
2. ¿Igualdad de qué?
Como se mencionó al presentar el problema del sentido de la igualdad
y el bienestar, la mayoría de las personas coincidirá en sostener que
“todos somos iguales”, aunque en muchos aspectos efectivamente no
65
• John rawls •
seamos iguales. Así, por ejemplo, los que no han nacido en un hogar
económicamente próspero o han nacido con algún problema de salud
que les impide desarrollarse sin la ayuda de los demás, se encontrará
en una situación de desventaja con respecto otros. La cuestión de
fondo aquí parece ser la diversidad que caracteriza a la vida humana,
y éste es el punto central en el análisis que nos brinda Sen sobre la
igualdad y el bienestar.
Sen reconoce que las discusiones desarrolladas en la filosofía moral
han brindado una amplia variedad de respuestas la pregunta ¿igualdad
de qué? En el Ciclo Tanner de Conferencias sobre los valores humanos
presenta una crítica a tres tipos de igualdad, que abre el camino a la
exposición de un enfoque alternativo que apunta a realizar ese cambio
de rumbo que urge en la teoría de la justicia. Los tres tipos de igualdad
considerados son: a) la igualdad utilitarista; b) la igualdad totalmente
utilitaria; y c) la igualdad rawlsiana. Las tres tienen, desde su punto de
vista, importantes limitaciones, y sus defectos son distintos, al punto
que no es posible construir una teoría adecuada ni siquiera combi-
nando las tres.
Sen señala que cuando se afirma que un principio moral tiene limi-
taciones, hay dos maneras de fundamentar esta crítica. Ambas pueden
ser utilizadas en la valoración de la validez moral de cada uno de los
tipos de igualdad, y en efecto son usados por él en este sentido. Una de
ellas es la crítica por las implicaciones, consistente en comprobar las
implicaciones del principio en cuestión, observando casos concretos en
los que se vean los resultados de su aplicación, y luego contrastar estas
implicaciones con nuestra intuición. La otra es la crítica por principios
previos, que consiste en proceder de lo general a lo aún más general.
Es decir que se puede poner a prueba la consistencia de un principio
con otro principio que sea reconocido como más fundamental que
el primero. Tales principios primarios suelen formularse a un nivel
abstracto y suelen ser en congruencia con algún procedimiento muy
general.7
En lo que concierne a la igualdad utilitarista señala que se trata de
la igualdad que puede derivarse del concepto utilitarista de bondad
7
Tomo este análisis de Sen (1979).
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• John rawls •
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
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8
Sen aclara que el utilitarismo es, en este sentido, un caso particular de bienes-
tarismo, y constituye una ejemplificación del mismo. Otro caso es el criterio de
juzgar la bondad de un Estado según el nivel de utilidad de la persona menos
favorecida. Este criterio es frecuentemente atribuido a Rawls. Pero él no utiliza
utilidades como índices de ventaja, sino bienes sociales primarios.
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Sen (1979), p. 150.
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Martha Nussbaum prefiere el término “enfoque de las capacidades” al de “enfoque
del desarrollo humano” porque su interés está puesto en las capacidades tanto de
las personas como de los animales no humanos. Desde su mirada, este enfoque
proporciona una buena base para la edificación de una teoría de la justicia y
los derechos de los animales en general (humanos y no humanos). Si bien Sen
comparte este interés, no lo ha convertido en el foco central de su trabajo.
11
Las referencias a las influencias filosóficas son tomadas de Nussbaum (2012).
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El estoicismo fue la escuela de pensamiento ético y político más influyente en
la Antigüedad grecorromana, y una de las más influyentes en la tradición occi-
dental. El cristianismo que reemplazó al estoicismo como credo cotidiano del
Imperio romano fue profundamente influenciado por los principios estoicos.
La historia del pensamiento occidental posterior enmarcado en la tradición
cristiana europea lleva la impronta de las ideas estoicas. Incluso el concepto
de “ley natural”, que es una de las fuentes primarias del movimiento moderno
de los derechos humanos, es estoico. Los pensadores aristotélicos medievales
lo desarrollaron, pero los pensadores protestantes de principios de la Edad
Moderna (por ejemplo Grocio y Kant) leyeron directamente las fuentes de los
autores estoicos antiguos y derivaron de ellas algunas ideas sobre los deberes y
los derechos internacionales.
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• Igualdad y bienestar en la tradición rawlsiana •
de la “ley natural”, la ley moral que debe guiarnos inclusive cuando nos
hallemos fuera del ámbito del derecho positivo.
Es importante tener en cuenta que los estoicos en general llevaron
sus ideas a la práctica en mayor medida que otros pensadores. Ejemplo
de esto es que hicieron campaña a favor de la igualdad educativa de las
mujeres, y en sus filas encontramos desde un esclavo (Epicteto) hasta
un extranjero (Séneca), pasando por varias mujeres. Las ideas estoicas
no se circunscribieron a los límites de la ciudad- Estado, sino que
lograron desarrollar doctrinas muy elaboradas acerca de los deberes
para con el conjunto de la humanidad.
El principal aporte del estoicismo al enfoque de las capacidades es
la idea de la dignidad humana y de su valor ilimitado e igual para todas
las personas. Esta noción fue la raíz de diversos principios y acciones
de carácter político. En este sentido Cicerón y los estoicos sostenían
que jamás debía abusarse de la dignidad humana sometiéndola a
la voluntad arbitraria de otra persona. La cuestión central aquí es
que los seres humanos tienen dignidad y no son meros objetos, por
lo tanto es malo tratarlos como tales y dominarlos sin su consen-
timiento. Y puesto que la dignidad es igual para todos, no es lícito
establecer categorías y órdenes diferenciados de seres humanos, ya
que esto permite que se tiranicen unos a otros. Los mismos romanos
derivaron de estas ideas una serie de lecciones políticas. Con el paso
del tiempo el pensamiento estoico creyó razonable aliarse con el
concepto de unas instituciones republicanas responsables ante los
ciudadanos, sólo en ellas los seres humanos podrán llevar sus vidas a
la altura de la dignidad que merecen.
Es interesante mencionar que el estoicismo también contenía en su
seno la semilla de una respuesta de naturaleza más quietista, sugerida
por sus ideas antiaristotélicas acerca de la invulnerabilidad humana.
Debido a que los estoicos propugnaban la suma importancia de la
dignidad y la nula relevancia de las condiciones materiales, a algunos
de ellos les resultaba posible sostener que el alma siempre es libre, con
independencia de que las instituciones esclavizaran o no su cuerpo
externo.
Tal es el caso de Séneca, quien en una epístola dedicada a la escla-
vitud pide a los amos que muestren respeto a sus esclavos y los traten
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Nussbaum rescata un uso interesante de esta visión mixta aplicado por un estu-
dioso británico de la Antigüedad clásica llamado Roger Williams; quien se formó
en la tradición iusnaturalista estoica y al emigrar a Estados Unidos fundó la
colonia de Rhode Island, que fue la primera en la que rigió una auténtica libertad
religiosa. En sus escritos sobre la libertad de conciencia se refería a ella como un
factor que iguala la dignidad de todas las personas (siguiendo la línea estoica),
pero también recalcaba que las condiciones terrenales son cruciales para que la
conciencia se despliegue sin inhibiciones (en la línea de lo expresado por Aristó-
teles).
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14
Adam Smith, (2001), p. 720.
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Smith supo intuir algo que forma parte esencial del enfoque de
las capacidades, y es la idea de que las facultades humanas llegan al
mundo en un estado incipiente necesitan del apoyo del entorno para
que maduren de un modo adecuado, es decir, que esté a la altura de la
dignidad humana.
Avanzando en este recorrido, es importante mencionar que ya
en la Gran Bretaña del siglo XIX es posible detectar algunas antici-
paciones de los debates estadounidenses contemporáneos sobre las
capacidades humanas. En primer lugar en los escritos de John Stuart
Mill, que clarificaron la relación entre el autodesarrollo humano y la
libertad política, y demostraron el daño que la discriminación había
ocasionado a las oportunidades y capacidades de las mujeres.15Mill
ejerció una gran influencia en las concepciones estadounidenses de
libertad, y sus ideas sobre el género que fueron ignoradas en la gran
Bretaña de su época han tenido un papel formativo desde entonces en
los movimientos de mujeres de diversos países.
Luego de la muerte de Mill, T. H. Green (1836-1882), profesor de
filosofía que asesoraba al partido liberal británico, hizo un uso más
extenso de los conceptos de capacidad humana. Green recurrió a las
ideas aristotélicas para rechazar el utilitarismo y el liberalismo liber-
tario, y argumentó que para proteger correctamente la libertad humana
era necesario crear las condiciones para que las personas de todas las
clases fueran capaces de realizar una amplia variedad de elecciones
contando con la protección suficiente frente a la intervención de la
sociedad. Green apoyó notablemente la aprobación de la legislación
que implantó la educación pública obligatoria y gratuita, las regula-
ciones sobre seguridad en el trabajo, la limitación de la jornada laboral,
la prohibición del trabajo infantil, etc. También estaba a favor de la
igualdad educativa de las mujeres, aunque no llegó a apoyar su derecho
al voto como lo hiciera Mill. La obra de Green fue transmitida por su
discípulo Ernest Barker (1874-1960), quien se encargó de sembrar y
difundir la simiente del enfoque de Green en muchas naciones.
15
Mill comparó las restricciones impuestas por el régimen legal discriminatorio
en materia de matrimonio con la esclavitud. Como parlamentario, fue quien
presentó el primer proyecto de ley para la introducción del sufragio femenino.
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Nussbaum destaca que el trabajo de Sen sobre las fallas de las capacidades nació
de sus análisis sobre las hambrunas, en los que puso de relieve que éstas son
causadas no sólo por una escasez de alimentos, sino también a la ausencia de
quienes las padecen de oportunidades para obtener aquello que necesitan. Nuss-
baum (2012), pp. 171-174.
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Autora de varios artículos y textos dedicados al enfoque de las capacid-
ades de Sen. Entre ellos, Amartya Sen’s Capability Approach: Theoretical
Insights and Empirical Applications (Studies in Choice and Welfare)
(2005) y “Measuring Standard of Living in the UK - An Application of Sen’s
Functioning Approach Using Structural Equation Models (2004)
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IV. MARTHA NUSSBAUM
1. Nussbaum y Sen. Dos versiones del enfoque de
las capacidades
Martha Nussbaum comparte el enfoque desarrollado por Sen, pero
también hace algunos aportes personales que permiten comprender
aún más su estrecha vinculación con el factor de diversidad que
caracteriza a la vida humana, y con la posibilidad de vislumbrar su
relevancia en el ámbito de la igualdad y de la evaluación del bienestar
de las personas. Desde mi punto de vista, los aportes más destacados
de la autora son, en primer lugar la elaboración de una lista de capa-
cidades centrales, dando así un paso más adelante en la propuesta
de Sen; y en segundo lugar la inclusión de las emociones no sólo
como una de las capacidades centrales y como un factor relevante
en el derecho, sino también como un elemento necesario a la hora
de evaluar la calidad de vida de las personas, considerándolas como
auténticos juicios de valor.
Nussbaum afirma que la utilidad más antigua, que todavía es
habitual, de este enfoque es la de proporcionar una nueva lógica
para una comparación y una ordenación correcta de los logros alcan-
zados en materia de desarrollo. En este sentido, cuando las naciones
compiten entre sí por un buen puesto en las clasificaciones mundiales
de desarrollo este enfoque les suministra una nueva teoría acerca de
la manera correcta de llevar a cabo esas comparaciones. Pero también
el enfoque se usa para una finalidad relacionada con la anterior, que
es proporcionar una nueva visión del espacio de comparación cuando
están en juego cuestiones de igualdad.
La autora nos presenta su propia versión del enfoque de las
capacidades, que es calificada por ella como una versión normativa,
distinguiéndola de la versión comparativa de Sen. Sin embargo esta
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y usa una lista de diez capacidades centrales como una base para la
idea de unos derechos políticos fundamentales contemplados en el
derecho constitucional.
Nussbaum inicia el análisis de su propia versión retomando algunas
nociones compartidas con la versión de Sen. Entre ellas la conceptua-
lización de las capacidades como las respuestas a la pregunta ¿qué es
capaz de ser y hacer esta persona?, es decir lo que Sen llama libertades
sustanciales, un conjunto de oportunidades para elegir y actuar.
Por lo tanto la capacidad se refiere a una libertad sustantiva de
alcanzar combinaciones alternativas de funcionamientos; no son
simples habilidades residentes en el interior de una persona, sino
que incluyen las libertades u oportunidades creadas por la combina-
ción entre esas facultades personales y el entorno político, social y
económico.
Nussbaum se refiere a estas libertades sustanciales con el nombre
de capacidades combinadas, y las distingue de las capacidades inter-
nas.1 La autora reconoce que las características de una persona (rasgos
de personalidad, capacidades intelectuales y emocionales, estado de
salud, forma física, aprendizajes interiorizados, etc.) son relevantes
para sus capacidades combinadas, pero es necesario distinguirlas.
Estos estados de las personas, que son fluidos y dinámicos, son deno-
minados capacidades internas. Nussbaum las distingue también del
equipamiento innato de cada persona, se trata más bien de rasgos y
de aptitudes entrenadas y desarrolladas en interacción con el entorno
familiar, social, político y económico. Para ella una de las tareas que
le corresponde a una sociedad que quiera promover las capacidades
humanas más importantes es la de apoyar el desarrollo de las capa-
cidades internas, a través de la educación, de los recursos necesarios
para potenciar la salud física y emocional, del apoyo a la atención y el
cariño familiares, etc.
1
La autora reconoce que la distinción entre capacidades internas y combinadas
no es diáfana, debido a que una persona adquiere una capacidad interna gracias
a cierta forma de funcionamiento y puede perderla si carece de la oportunidad
de funcionar. Pero esta diferenciación es para la autora una especie de método
heurístico útil para diagnosticar los logros y las deficiencias de una sociedad.
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4
Como ejemplo de esta situación Nussbaum menciona las descripciones que hizo
Marx de las condiciones de trabajo que permiten la continuación de la vida sin
que sea una vida plenamente humana. Recordemos la idea de trabajo enajenado.
La noción de una vida acorde con la dignidad humana es una de las más fértiles
que se emplean en la jurisprudencia constitucional a nivel mundial.
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basta con mostrar que es posible imaginar que con el tiempo lo sea.
Volveremos a esta noción en el apartado 3 de este capítulo.
Nussbaum resalta algunas características muy interesantes del
enfoque. Entre ellas, sostiene que al ser una forma de liberalismo
político no debe ser catalogado como una forma de cosmopolitismo.
Si bien el enfoque incluye una teoría de la justicia tanto global como a
nivel interno de cada país, es incorrecto equipararla con la teoría ética
comprehensiva conocida como cosmopolitismo, que suele definirse
como la visión según la cual la lealtad primera de la persona debe
ser hacia la humanidad en su conjunto y no con su nación, región,
religión o familia particular. Para la autora los cosmopolitas pueden
aceptar la mayor parte de los aspectos del enfoque de las capacidades,
pero no hay que ser cosmopolita para aceptar que los ciudadanos
y ciudadanas deberían contar con una cantidad umbral mínima de
provisión de diez capacidades. Por ejemplo, la doctrina social de la
Iglesia católica se ajusta bastante bien a las condiciones globales y
nacionales exigidas por el enfoque de las capacidades, pero ningún
católico puede ser cosmopolita, ya que el cosmopolitismo afirma que
el deber primero del individuo es para con toda la humanidad antes
que para con Dios o su religión.
También menciona la estrecha relación entre el enfoque y el
movimiento internacional de defensa de los derechos humanos.
Reconoce que su propia versión está caracterizada como una especie
de enfoque basado en los derechos humanos, y también Sen pone
de manifiesto estas estrechas vinculaciones. Ambas perspectivas, la
de la capacidad y la de los derechos humanos, coinciden en cuanto
a la idea de que todas las personas tienen derecho a ciertos bienes
centrales en virtud de su humanidad, y que uno de los deberes de
la sociedad es respetar tales derechos.6Como veremos más adelante,
la lista de capacidades centrales coincide sustancialmente con los
derechos humanos reconocidos en la Declaración Universal y en
otros instrumentos similares. Efectivamente cubren el mismo terreno
que los derechos de primera generación (derechos políticos y civiles)
6
En la versión de Nussbaum se reconocen también derechos a los animales no
humanos, en ese sentido es más amplio que el enfoque de los derechos humanos.
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7
Para un análisis más detallado ver Martha Nussbaum (2000).
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rival la supera en este sentido sería una tarea colosal que según afirma
la autora el enfoque de las capacidades no se ha propuesto afrontar
(todavía).
Pero los supuestos de la igualdad aproximada y de la ventaja
mutua impiden que el enfoque aborde bien los casos en los que se da
una marcada asimetría de poder entre los individuos potencialmente
suscriptores del contrato, que no puede ser fácilmente corregida
variando la renta y la riqueza. Por lo tanto las personas con discapa-
cidades físicas y cognitivas graves quedan explícitamente omitidas de
la posición original, y no aparecen incluidas dentro de la definición
de las capacidades de los ciudadanos y ciudadanas de una “sociedad
bien ordenada”. Como vimos, las necesidades de estas personas,
según Rawls, tendrán que ser abordadas en su momento, pero no son
tomadas en consideración cuando la sociedad selecciona sus princi-
pios y estructuras más fundamentales. Nussbaum denuncia que en la
práctica esto se traduce en que deben someterse a la dominación de
otras personas. Este problema se ve exacerbado por el hecho de que
la concepción kantiana de persona que Rawls maneja está basada en
la racionalidad (prudencial y moral), por lo tanto las personas con
discapacidades cognitivas serias sencillamente no contarían como
personas propiamente dichas para ese enfoque. Rawls sostiene explí-
citamente que los seres que no sean capaces de suscribir acuerdos
o contratos no son acreedores de justicia política. Para Nussbaum
Rawls pone en duda la aplicabilidad de la cuestión de la justicia en
general al caso de muchas personas con discapacidades.
Otro blanco de ataque de la propuesta rawlsiana es la exclusión
de otras especies, hacia las que Nussbaum tiene una especial consi-
deración. Rawls no cree que nuestra relación con los animales no
humanos implique temas relacionados con la justicia, presumible-
mente por razones similares a las anteriores, es decir por la ausencia
en ellos de capacidad racional. Entiende que tenemos deberes éticos
hacia los animales, pero no deberes políticos. Nussbaum por su parte
sostiene que la presencia en un ente de cualquier tipo de capacidad de
acción (agencia) o de conación, acompañadas de su condición de ser
sensible, hace que sean pertinentes las cuestiones relacionadas con la
justicia y que sea adecuado considerar el ser en cuestión objeto de una
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sin embargo, del mismo modo en que parece bueno buscar una
convergencia entre las mejores teorías de los deseos informados y el
enfoque de las capacidades, también es posible afirmar con respecto a
un enfoque contractualista como este, que el hecho de que produzca
resultados similares aporta a los defensores del enfoque de las capaci-
dades la confianza de estar siguiendo un buen camino.
Es necesario tener en cuenta que si bien la perspectiva de la
capacidad discrepa con la propuesta rawlsiana en algunos ámbitos,
también respalda y desarrolla otro prominente aspecto del enfoque
de la justicia política del autor. Como ya se mencionó anteriormente,
este aspecto es el concerniente al liberalismo político. Dado que todas
las sociedades contienen una pluralidad de perspectivas religiosas y
laicas sobre el significado y la finalidad de la vida humana, no parece
aconsejable desde el punto de vista estratégico adoptar una visión
política que opte por una de esas perspectivas en contra de las demás.
Un régimen político que hiciera esa opción sería posiblemente ines-
table, al menos, si rigen unas mínimas condiciones de libertad. Pero
el problema moral más profundo que enfrenta una doctrina política
semejante es que toda doctrina de este tipo no es suficientemente
respetuosa de los ciudadanos y ciudadanas que sostienen perspectivas
diferentes. Esto se agudiza cuando se reprime el disenso o cuando
se impone una determinada ortodoxia como condición para que una
persona pueda ejercer un cargo.
Para Nussbaum resulta evidente que toda perspectiva política
debe adoptar una posición moral y basar los principios políticos en
algunos valores definidos, como la imparcialidad y la igualdad de
respeto por la dignidad humana de todas las personas. Estos valores
pueden formar parte de una o más de las múltiples doctrinas compre-
hensivas a las que las personas adhieren razonablemente, pero si se
formulan de un modo tenue, sin estar fundados en nociones meta-
físicas controvertidas, en nociones epistemológicas o en doctrinas
éticas más densas, tendrán potencial para merecer la aprobación de
una gran cantidad de ciudadanos con posiciones laicas o religiosas
diferentes. Lo que se les pide a las personas desde un enfoque como
el de las capacidades es que den su respaldo a las ideas básicas del
mismo para fines exclusivamente políticos, y no como una guía
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4. Capacidades centrales
Una cuestión crucial es la pregunta acerca de cuáles son las capaci-
dades más importantes. El enfoque convierte esta pregunta valorativa
en uno de sus aspectos centrales. Otros enfoques adoptan algún tipo
de posicionamiento en cuestiones de valor, pero frecuentemente
sin darle un carácter explícito ni argumentativo. Tanto Sen como
Nussbaum consideran que es fundamental afrontar directamente esta
pregunta y abordarla con los argumentos normativos pertinentes.
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En este análisis Nussbaum propone pensar en la diferencia entre una viola-
ción y un robo. Ambos dañan a una persona, ninguna de las dos cosas elimina
la dignidad humana igual a la de otros individuos. Pero la violación vulnera la
dignidad de una mujer como no la vulnera un robo porque invade su vida interior
de pensamientos y emociones, y cambia su relación consigo misma. Nussbaum
(2012), p. 51.
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9
La conación es la parte del sujeto humano referida a sus anhelos, esfuerzos, moti-
vaciones y deseos.
10
Para Nussbaum la idea de agente en este análisis implica que quedan excluidas las
personas que se hallan es un estado vegetativo permanente y las anencefálicas,
que carecen de cualquier tipo de agencia.
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En este sentido Nussbaum nos propone suponer, por ejemplo, que alguien cues-
tiona el hecho de que el ocio y el juego gocen de semejante protección. En este
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caso se podría señalar que para muchas mujeres de todo el mundo la doble
jornada (un empleo y la realización de las tareas domésticas) es una carga que les
impide el acceso a otras capacidades de la lista, como oportunidades laborales,
participación en política, salud f ísica y emocional, etc. La contribución del juego
y de la libre expansión de las capacidades imaginativas a una vida humana no
sólo es instrumental, sino que también es un elemento constitutivo de una vida
humana valiosa. Esta clase de argumentos son los requeridos para introducir algo
en la lista.
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El libro de los autores donde desarrollan estas ideas es Disadvantage.
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contar con ella de cara al futuro. Ambos autores han trabajado en sus
respectivos países (Gran Bretaña e Israel) con colectivos de nuevos
inmigrantes y han descubierto que la seguridad respecto del futuro es
de vital importancia en cuanto a la posibilidad real que esas personas
tienen de usar y disfrutar de las capacidades de la lista. Por otro lado,
pensar en la seguridad de las capacidades obliga a pensar también en
el procedimiento y la estructura políticos.
Los autores introducen dos conceptos más de gran importancia, los
de funcionamiento fértil y desventaja corrosiva. Un funcionamiento
fértil es aquel que tiende a favorecer también a otras capacidades
relacionadas. Argumentan que la afiliación es un funcionamiento
fértil porque apoya la formación de capacidades en diversos ámbitos.
Hay funcionamientos fértiles de muchos tipos, y pueden variar de un
contexto a otro. Las desventajas corrosivas constituyen privaciones
que tienen efectos especialmente amplios en otras áreas de la vida.
Para Nussbaum investigar posibles funcionamientos fértiles/capaci-
dades y desventajas corrosivas ayuda a detectar puntos donde pueden
intervenir más adecuadamente las políticas públicas. Cada capacidad
tiene importancia por sí misma, pero es posible que algunas reciban
cierta prioridad, y uno de los motivos para asignarles tal precedencia
sería la fertilidad de la capacidad en cuestión, o su tendencia a eliminar
una desventaja corrosiva determinada.
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Jean Dreze es un economista del desarrollo de origen belga, naturalizado indio,
dedicado al estudio de temas como el hambre, la salud, la desigualdad de género,
etc. Autor junto a Amartya Sen de varios libros y artículos dedicados al estudio
de algunas problemáticas, entre ellos Hunger and Public Action (1989), India:
Economic Development and Social Opportunity (1995), An Uncertain Glory,
India and Its Contradictions (2013).
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Estos datos son tomados de Nussbaum (2012).
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Sen comparó los historiales médicos de personas viudas en Bengala y descubrió
que los de los hombres viudos estaban llenos de quejas, porque habían perdido a
la persona que atendía todas sus necesidades. En cambio las viudas, a las que en
realidad les iba peor que a los hombres según una evaluación médica indepen-
diente, presentaban pocas quejas. Para Sen esto se explica por el hecho de que la
sociedad les transmitía que no tenían derecho a seguir existiendo después de las
muertes de sus maridos.
18
Nozick explicó esta posibilidad imaginando una “máquina de experiencias” a la
que pudiéramos conectarnos para tener la falsa ilusión de estar amando, traba-
jando o comiendo, y que nos permitiera tener las experiencias de satisfacción
asociadas a esas actividades, sin estar haciendo ninguna de ellas realmente. El
pensador apuesta que la mayoría de las personas no optarían por esta máquina,
sino que preferirían una vida de elecciones y actividades propias, aun sabiendo de
antemano que muchas de esas actividades les generarían frustraciones.
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espléndida, pero que a ella le está vedado mirarla, o que hay una mesa
puesta con deliciosos manjares, pero que ella no va a poder disfrutar
de ninguno. El aumento de la riqueza es un fenómeno positivo porque
podría hacer posible que el gobierno adoptase políticas con efectos
provechosos en la vida de Vasanti. Pero nada de esto sucedió, en
general los beneficios de los aumentos de riqueza resultantes de la
inversión exterior van a parar en primera instancia a las élites. No se
trata solamente de que las cifras del PBI sean un promedio que ignora
la distribución real de la renta. Los beneficios de ese incremento
económico no se hacen extensivos a la población, y en particular no
llegan a las mujeres pobres, cuyas oportunidades laborales son peores
que las de los hombres. El crecimiento económico tampoco sirve por
sí solo para propiciar las mejoras en salud y educación, si no media una
acción estatal directa. Por lo tanto, los factores que verdaderamente
importan para Vasanti no figuran en el enfoque convencional,
centrado en un único aspecto que no introduce diferencia alguna en
la vida de una mujer como ella.
Como vemos, el enfoque convencional no dirige nuestra atención
a las razones que hacen que Vasanti sea incapaz de participar del
disfrute de la prosperidad económica de su región. Contribuye más
bien a desviar la atención que pudiéramos dar a sus problemas hacia
otro lado, ya que sugiere que la manera correcta de mejorar la calidad
de vida en Gujarat es aspirando únicamente al crecimiento econó-
mico. Lo que se necesita es un enfoque que defina el rendimiento y
el éxito en función de las oportunidades que se abren a cada persona.
Tal enfoque debe partir de un nivel muy próximo a la base social,
tomando como referencia los relatos de vida de las personas reales y
el significado humano que para ellas tienen los cambios de política. El
desarrollo de políticas que sean pertinentes para un amplio abanico de
situaciones humanas supone atender a diversos factores que afectan
el bienestar y la calidad de vida; implica preguntarse en cada ámbito
¿qué son las personas realmente capaces de ser y de hacer?
Los elementos de la historia de Vasanti guardan una relación muy
estrecha con la lista de capacidades centrales elaborada por Nussbaum.
Esto es así, no porque su manera de explicar el relato de la vida de
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Nussbaum sostiene que esta posición suele ser la de los pensadores que no tienen
en cuenta la inteligencia animal. Para ella los animales no humanos tienen una
gran capacidad de pensamiento y discriminación, capacidades que luego invoca
para dar cuenta de sus emociones.
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Nussbaum señala que aquí podría preguntarse cómo se define el valor, y si no
necesitará definirse con referencia a la emoción, creando así un círculo proble-
mático. Pero para ella éste no tiene por qué ser el caso. Los juicios de emoción
constituyen una subclase de los juicios de valor. Pertenecen a objetos que figuran
en el esquema de objetivos y proyectos de una persona, y en casos importantes,
a objetos que la persona considera como no completamente controlados. Por lo
tanto, habrá juicios de valor que no entrañan emoción, e inclusive otros juicios
que supongan la noción del bien humano. Por ejemplo, uno podría pensar que
la actividad intelectual es un bien humano, y especificar este bien dedicándose
a hacer filosofía. La actitud de uno hacia las matemáticas tendrá que ver con
considerarlas valiosas, pero sin experimentar emociones acerca de ellas en ningún
sentido, dado que no son una parte importante de la vida de uno. Asimismo,
como músico uno podría considerar la música clásica como muy valiosa y a pesar
de eso no experimentar ninguna emoción en relación a ella. La definición del
valor es una cuestión aparte.
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Nussbaum se refiere al concepto de eudaimonía de la Grecia antigua, que es
compatible con tantas teorías distintas de lo que es el bien como se propongan.
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Es interesante tener en cuenta que no todas las emociones son eudaimonistas.
Parece haber una excepción muy llamativa en la emoción del asombro. Ella
responde a la atracción que ejerce el objeto, y podría afirmarse que en ella el
sujeto es máximamente consciente del valor del objeto, y sólo es consciente en
grado mínimo, o en ninguno, de la relación del mismo con sus planes. Por eso es
probable que se manifiesta en forma de contemplación antes que en ningún otro
género de acción hacia el objeto. Otra emoción relacionada sería la veneración
o temor reverencial, en un contexto religioso también éste supone un recono-
cimiento del valor incomparable del objeto, no sólo desde el punto de vista de
la persona, sino en un sentido general. Si bien el asombro y el temor referencial
son afines, también es posible marcar una diferencia: el asombro se orienta hacia
afuera, mientras que el otro se vincula con la reverencia o el propio empequeñe-
cimiento. El asombro constituye en ocasiones un ingrediente importante de otras
emociones.
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8. Emociones y sociedad
El abordaje de las relaciones entre sociedad y emociones nos
lleva a analizar la idea de que la vida emocional de las personas se
encuentra modelada por su contexto. Los individuos experimentan
las emociones de formas modeladas no sólo por su historia personal,
sino también por las normas sociales. Nussbaum nos propone pensar
en dos casos para dimensionar esto.25
El primero es tomado por la autora de un estudio desarrollado por
la antropóloga Catherine Lutz. Es el caso de un niño ifaluk de 5 años,
Tomás, que tras contraer meningitis entró en coma. Sus parientes y
amigos se reunieron en la casa de los padres, las mujeres de la familia
lavaron el cuerpo con fiebre hasta que los esfuerzos parecieron vanos.
Los hombres de la familia se turnaron para abrazar el cuerpo medio
rígido, sollozando mientras lo mecían. El niño murió, y esto generó
en los parientes la emisión de agudos llantos. La madre biológica del
niño se arrodilló y se golpeó violentamente el pecho con sus puños,
la madre adoptiva comenzó a gritar y a revolcarse en el suelo. Los
gestos de dolor de varones y mujeres hasta parecían ser excesivos y
exagerados, incluso la antropóloga los describió como “chocantes”.
Esta manera de experimentar las emociones se explica porque los
ifaluk creen que quienes no “lloran grande” una muerte enfermarán
después.
El segundo caso fue transmitido a Nussbaum por otra antropó-
loga, Unni Wikan. La asistente de esta antropóloga, en Bali, le pidió
varios días libres para asistir al funeral de su prometido, en una parte
lejana de la isla. Lo que llamó la atención de la antropóloga fue que
la mujer no mostraba signos de aflicción, sino todo lo contrario, se la
veía alegre y risueña. Varios días después regresó con más alegría que
antes. La antropóloga sospechó que en realidad se había ausentado
25
Nussbaum (2001), pp. 167-168.
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Nussbaum asume que el asco puede ser considerado una emoción propia de un
estoicismo malogrado y angustiado. La persona que lo siente no deja de preo-
cuparse por la mortalidad y por su cuerpo, pero trata con todas sus fuerzas
de alcanzar una condición imperturbable. La vergüenza, aunque contiene un
reconocimiento de la debilidad y la insuficiencia del yo, desea esconderlas y resta-
blecer una situación de control omnipotente sobre los objetos. Ambas emociones
contienen el juicio de que la debilidad y la necesidad son males, y hay que mante-
nerlas alejadas del yo. Estas emociones suelen asociarse al odio que busca la
destrucción absoluta del objeto que se tiene por amenazante.
28
Retórica, 1385b13 y sigs.
29
Para Nussbaum este elemento no es estrictamente necesario, en su lugar propone
otro. Su posición será analizada con detalle más adelante.
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30
Nussbaum (2001), pp. 347-348
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Adam Smith expresa esta idea al tomar el ejemplo de una persona que ha perdido
por completo el uso de la razón. Sin dudas será objeto de compasión, pero la
persona afectada no juzga que su condición sea mala, y de hecho esta es una de
las cosas que hacen más terrible su situación. A. Smith, La teoría de los senti-
mientos morales, Madrid, Alianza, 1997.
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por eso es más probable que se experimente esta emoción hacia las
personas que en general se consideran buenas, ya que es más fácil
creer que no merecen las cosas malas que les suceden. Nussbaum
menciona que no es inconsistente con esta explicación experimentar
compasión hacia las personas por cosas que hacen debido a su mal
carácter o a una negligencia culposa, al menos en la medida en que se
pueda ver el sufrimiento como exagerado en relación a su fallo o se
pueda ver su mal carácter o negligencia de forma exculpatoria, como
el producto de fuerzas que están más allá de su control. La cuestión
central en este segundo elemento es que la compasión requiere esta-
blecer una noción de responsabilidad y de culpa, y exige la creencia
de que hay cosas malas que les pueden suceder a las personas, sin que
medie ningún fallo por su parte, o situándose más allá de sus fallos.
El tercer requisito es el juicio de las posibilidades parecidas, tal
como Aristóteles y la tradición poética lo conciben. Implica que la
compasión atañe a las desgracias que la propia persona puede esperar
sufrir en sí mismo o en sus seres queridos. Aristóteles señala que sólo
será sentida por quienes tengan cierta experiencia y comprensión del
sufrimiento. Esta idea es afirmada también en las apelaciones poéticas
a la compasión. Por ejemplo Filoctetes recuerda a sus visitantes que
ellos también pueden encontrarse un día con un dolor incontrolable;
o en el caso de Aquiles, que tarda en identificar su suerte con la de los
mortales ordinarios, el Príamo de Homero le señala la vulnerabilidad
que comparte con ellos por tener también un padre anciano al que
ama.
Este componente de la compasión también es objeto de discusión
en el Emilio de Rousseau. Tanto él como Aristóteles insisten en que
para que haya compasión las personas deben reconocer que sus posi-
bilidades son parecidas a las del que sufre, ya que hay entre ellos una
vulnerabilidad compartida. Desde esta perspectiva damos sentido al
sufrimiento y valoramos su significado al reconocer que uno mismo
podría encontrarse en tal situación.
Para Nussbaum el juicio de las posibilidades parecidas no es un
elemento necesario de la compasión. Para ella lo que está en juego
es en realidad el carácter eudaimonista de las emociones. Para que
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Para un análisis detallado ver Nussbaum (1992).
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33
Nussbaum (2001), p. 405.
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34
Genealogía, II. 5-6.
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Nussbaum aclara que esto vale para todos los estoicos y para Spinoza, como
también para Epicuro y Platón, con algunos matices. Pero no es cierto en el caso
de Kant, cuya postura sobre la emoción es una extraña amalgama de un análisis
positivo humeano y una concepción normativa estoica.
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Ética Nicomaquea, IV.5, II. 26a 2-3.
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Ver Amartya Sen (1982).
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como algo que tiene que ser construido para las personas mediante
disposiciones materiales que les permitan funcionar de una forma
plenamente humana; y la otra toma la libertad como un hecho dado
e inalienable, independiente de toda solución material. Una apunta a
vencer el egoísmo y las emociones codiciosas mediante la imaginación
del sufrimiento y a través de una extensión gradual del interés por
los demás; en tanto que la otra se propone eliminar completamente
estas pasiones, superando el revanchismo con el autodominio y la
caridad. Una sostiene que es la debilidad del ser humano lo que lo
vuelve sociable; y la otra sostiene que la debilidad es un obstáculo
para la comunidad.
Este debate no es para Nussbaum meramente formal, relativo
al tipo de proceso mental o de facultad que debería intervenir en
la elección en el marco de la vida pública. Tampoco se trata de un
debate entre partidarios de la razón y partidarios de cierta fuerza no
mental ni cognitiva. Más bien se trata de un debate sustantivo sobre el
valor ético. La compasión debe ser interpretada como el ojo a través
del cual las personas ven el bien y el mal de los demás, y también el
sentido de ambos. Sin ella parecería que la vista abstracta del intelecto
calculador es ciega al valor.
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Para Nussbaum, al igual que para Rawls, la política no tiene sentido por la política
misma sino con vistas a alcanzar una buena vida.
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40
Martha Nussbaum (2001), p. 485.
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41
Martha Nussbaum (2001), p. 24.
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