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JUGAR Y APRENDER, UNA VENTANA A LAS CAPACIDADES

COGNITIVAS Y SOCIALES DE LOS NIÑOS DE TRANSICIÓN.

Si bien es cierto, los niños y niñas en el grado de transición atraviesan


una etapa muy importante y significativa para su desarrollo; es un
periodo de crecimiento físico intenso y de fortalecimiento general del
organismo. Los desarrollos cognitivos y sociales se van modificando o
controlando a nuevas respuestas aprendidas con sus pares y adultos.
La importancia de la enseñanza en esta edad debe centrarse en que
los niños y niñas se encuentra inmerso en un sistema de
interrelaciones con sus compañeros, familia, ambiente natural y
cultural: su contexto.

Atendiendo a estas necesidades, el Ministerio de educación Nacional


con el apoyo de la Universidad del Valle, trabajó en una herramienta
que permitiría a las maestras de transición conocer y comprender lo
que los niños saben y logran hacer. El producto de este proceso fue
el “Instrumento Diagnóstico de Competencias Básicas en transición
Aprender y jugar” (documento 13 del MEN), a partir del cual es
posible observar, conocer y describir las competencias de los niños
que asisten a este grado, las cuales revisten de una gran importancia
para el desarrollo de aprendizajes significativos, no sólo en su
presente inmediato, sino durante toda su vida preescolar. Esta es una
de las tantas razones por la que los docentes de grado cero deben
empoderarse y aplicar este instrumento el cual posibilitará descubrir
y describir las competencias de los niños y así planear sus actividades
de aula, teniendo en cuenta sus posibilidades, potencialidades y
limitaciones de cada uno de sus estudiantes.
Este instrumento del MEN se estructura en cuatro componentes: las
competencias, los funcionamientos cognitivos, los descriptores de
desempeño y las actividades; y tiene dos propósitos fundamentales:
por un lado contribuir a que los docentes tengan un mejor
conocimiento de los niños, y por el otro proporcionar elementos que
les permitan programar, y desarrollar el año escolar en ambientes
lúdicos, amables y enriquecidos pedagógicamente, para jalonar el
desarrollo de competencias de los estudiantes a niveles más altos de
complejidad, partiendo de su estado actual y de su características
particulares : motrices, afectivas, étnicas y culturales. Evidentemente
esto incide en el mejoramiento de la calidad educativa en la primera
infancia y en una eficaz articulación con el resto de la educación
formal a partir del enfoque por competencias.

El documento jugar y aprender está escrito de una manera clara con


el fin de que sea estudiado y entendido por los docentes, en quienes
surgirán toda clase de interrogantes acerca de su implementación.
Para ello, el MEN tomo como referencia un personaje llamado
“Clarita”, quien conduce a los lectores al conocimiento del mismo a
través de una serie de interrogantes que se van despejando durante el
desarrollo de dicho documento. Esto permitirá la adecuada aplicación
de las estrategias y actividades que allí se presentan, sin desconocer
que las escuelas y sus directivos juegan un papel preponderante en
su ejecución, ya que deben encontrar espacios de socialización del
mismo, un adecuado proceso de seguimiento a su aplicación y un
efectivo acompañamiento a las docentes de preescolar. Con esto se
garantiza la consecución de los objetivos trazados por el MEN en este
documento, que expone una serie de herramientas que le permite a
las maestras conocer específicamente a cada uno de sus estudiantes,
y a partir a allí programar el año escolar acorde a las competencias
básicas de cada niño y a sus contextos de interacción en su
comunidad de origen.

La apropiación estas herramientas exige un gran compromiso en el


docente que las aplica, ya que su apropiación no significa la recepción
mecánica de unos conocimientos para repetirlos, sino representa una
verdadera construcción de acciones pedagógicas que generan un
impacto social en la medida que se cimentan bases para la formación
de nuevas generaciones cuyos ciudadanos poseen competencias
para generar ambientes armónicos de convivencia y son capaces de
crear estrategias que utilizan para resolver una situación.

Es importante tener claro que aprender y jugar posee unos


componentes: las competencias, los funcionamientos cognitivos, los
descriptores de desempeño y las actividades. El primero de estos, las
competencias, son entendidas en este instrumento, como “el conjunto
de conocimientos habilidades, actitudes, comprensiones y
disposiciones cognitivas, socio afectivas y psicomotoras
apropiadamente relacionadas entre sí para facilitar el desempeño
flexible, eficaz y con sentido de una actividad en contextos
relativamente nuevos y retadores”. En concordancia con lo anterior, es
importante que las docentes identifiquen las competencias que los
niños tienen y que se evidencian en diferentes ámbitos, por ejemplo,
cuando decimos que el niño se desempeña bien en diferentes
contextos, entonces afirmamos que puede actuar en consonancia con
las demandas dentro de su ambiente habitual (aula de clase, casa,
comunidad); así mismo, estamos diciendo que es poseedor de
conocimientos y habilidades, los cuales se constituyen en recursos
disponibles para relacionarse con el mundo. Todo esto en su conjunto,
les permite a los niños comprender su realidad, adaptarse a ella y
luego transformarla.

En cuanto a los funcionamientos cognitivos, son procesos mentales


que se desarrollan desde la infancia temprana, los que los niños usan
como recursos para comprender el mundo, representárselo y operar
en él. Esto se manifiesta durante el desarrollo de actividades o
situaciones de la vida diaria, el niño se interroga circunstancias, infiere
eventos, supone hechos, hace hipótesis sobre el funcionamiento de
las cosas, expresa sus pensamientos y deseos, abstrae regularidades,
interpreta situaciones, se comporta intencionalmente y en general,
resuelve un sinnúmero de problemas mediante la actividad de sus
funcionamientos cognitivos, los cuales actúan en simultaneo. Con lo
cual se infiere que la competencia del niño durante la participación en
una actividad corresponde a la expresión simultanea de varios
funcionamientos cognitivos que resultan relevantes para responder
con sentido a las demandas de esa actividad en particular.

Por su parte los descriptores de desempeño, constituyen análisis


organizados de las producciones de los niños y que ponen en
evidencia los funcionamientos cognitivos en cada competencia.
También podemos decir que los descriptores son una estrategia
metodológica para que las maestras puedan describir cualitativamente
lo que sus educandos saben hacer. En esta medida, cada uno de los
descriptores agrupa diversos desempeños o comportamientos posibles
del niño cuando se enfrenta a una tarea o actividad. Dicha descripción
cualitativa le permite a la profesora contar con una información
importante acerca de los funcionamientos cognitivos.

El último de los componentes, son las actividades definida como


escenarios de desempeño de los niños a través de las cuales podrán
mostrar el desarrollo de sus competencias. Este componente lo
constituyen actividades como: lecturas de cuentos, tereas y juegos.
Cada actividad está diseñada con un material y un procedimiento que
ayudan a movilizar la actuación de los niños y el despliegue de sus
competencias.

Si bien es cierto aprender y jugar está constituido por cuatro


componentes que fueron descritos anteriormente, en este documento
se destacan conceptos que lo fundamentan, es así como el tema de
las competencias cobra relevancia en el desarrollo de todas las
actividades allí propuestas; y se distinguen cuatro competencias
básicas para el grado de transición: comunicativa, ciudadana,
científica y matemática, en cada una de ellas el niño pone en marcha
una serie de funcionamientos cognitivos. Así mismo, este documento
proporciona ocho actividades que los niños realizarán desde sus
propios puntos de vista. Estas actividades constituyen la parte
aplicada del instrumento y son descritas para su realización de
acuerdo con unos objetivos, materiales y procedimientos.
En este punto de reflexión sobre el documento de MEN aprender y
jugar , queda abierta la discusión en torno a la articulación entre las
nociones de dimensión y de competencias básicas, cada uno se
sustenta sobre posturas diferente pero que en algún momento se
cruzan para fortalecer el proceso educativo. Pero no pretendemos dar
solución a esta discusión y más bien la dejamos abierta para que sea
resuelta durante las reuniones pedagógicas en las escuelas.

Podemos concluir esta reflexión sobre el documento objeto de nuestro


estudio aprender y jugar, que surge como respuesta al esfuerzo del
estado por mejorar las condiciones que aseguran el desarrollo
adecuado de los niños de preescolar y en el que el concepto de
desarrollo cobra gran relevancia. En consecuencia, pensar el
desarrollo de los niños de 5 años en la escuela nutre la perspectiva
sobre la cual se viene trabajando, dotando a las maestras de nuevas
herramientas para mejorar la calidad de la educación en este nivel.

De esta manera, queda abierto el debate para seguir construyendo


juntos las bases para comprender a cada niño de cinco años, su
desarrollo y sus competencias; para a partir de allí, sea posible
asegurar una mejor calidad educativa para el grado de transición.

BIBLIOGRAFÍA

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