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Aquí te presento una breve guía con un signi cado más profundo de algunos de los elementos de la cena de Shabat
y de otras comidas de las festividades judías. Después de leerla, nunca más mirarás de la misma forma a tu mesa
de Shabat.
Si bien muchas mujeres encienden dos velas, otras acostumbran a encender más. Una tradición común es encender
una vela por cada miembro de la familia. Algunas mujeres pre eren encender velas de aceite. Las velas de Shabat
se encienden cuando comienza a anochecer, justo antes de que comience el Shabat y lo ideal es que duren hasta el
n de la cena de Shabat. Después de encender las velas, las mujeres se cubren los ojos y recitan la siguiente
bendición para recibir al Shabat en sus hogares:
"Bendito eres Tú, Hashem, Dios nuestro, Rey del universo, Quien nos ordenó encender las velas del Shabat".
Shalom Alejem
Shalom Alejem, el canto icónico con el que comienza la cena del Shabat, es un saludo poético a un par de ángeles.
La historia detrás de esta canción es sorprendente y muy bella.
El Talmud (Shabat 119b) explica que cada semana en Shabat, cada judío es acompañado por dos ángeles invisibles:
uno bueno y otro malo. Estos ángeles revisan si la casa está lista para Shabat: ¿Están las camas tendidas? ¿La
mesa está servida? ¿Las velas de Shabat están encendidas? Si todo está preparado, el ángel bueno bendice el hogar
diciendo: “Que también sea así la próxima semana”, y el ángel malo se ve obligado a responder: “Amén”. Sin
embargo, que Dios no lo permita, si la casa no está preparada para Shabat, entonces el ángel malo es quien puede
desear que la casa esté igual la siguiente semana, y el ángel bueno se ve obligado a responder: “Amén”.
Los kabalistas de Tzefad, Israel, escribieron el cántico Shalom Alejem hace unos 400 años para reconocer y saludar
a estos ángeles invisibles. La canción se difundió y ahora se la entona al comienzo de la cena de Shabat en los
hogares judíos de todo el mundo.
Cubrir la jalá
Dos hogazas de jalá (o de cualquier pan) adornan la mesa de la cena y del almuerzo de Shabat, simbolizando la
porción doble de man (o maná) que Dios dio a nuestros ancestros en el desierto después del Éxodo de Egipto.
Debido a que nuestros ancestros no podían recolectar el man en Shabat, el día de descanso, cada viernes recibían
una porción doble.
Las hogazas de jalá también recuerdan las hogazas de pan que había en la mesa en el antiguo Templo de
Jerusalem. Hoy nuestros hogares se consideran "templos en miniatura", en los que servimos a Dios y vivimos vidas
judías. Nuestras mesas de Shabat tienen algunos vestigios de la gloria del Templo de Jerusalem, el punto central
donde los judíos solían rezar.
Hay otro símbolo de la mesa de Shabat que también rememora el Templo: la sal en la cual untamos la jalá. Así como
en el antiguo Templo de Jerusalem al ofrecer sacri cios a Dios esparcíamos sobre ellos sal, también hoy en día en
Shabat esparcimos sal sobre nuestra jalá antes de comerla. La sal es un conservante y simboliza la elevación de la
comida física al reino espiritual, dándole un signi cado eterno.
El hecho de cubrir la jalá tiene muchos signi cados simbólicos. En el desierto, el maná estaba cubierto con rocío y,
para recordar esto, cubrimos nuestra jalá con un mantelito. Cubrir la jalá también nos enseña una lección práctica.
En Shabat, hacemos Kidush con vino antes de decir la bendición por la jalá. Una interpretación muy bella es que el
hecho de cubrir la jalá nos recuerda ser cuidadosos respecto a los "sentimientos" de la jalá, y cubrirla para que no
vea que no se la honra en primer lugar. Por supuesto, las hogazas de jalá no ven ni sienten, pero ser sensibles ante
sus supuestas “necesidades” nos recuerda cuán crucial es tener cuidado de no lastimar los sentimientos de las
personas.
Cuentan que una vez el gran Jafetz Jaim, Rav Israel Meir Kagan, visitó a alguien en Shabat. El padre de la casa dijo la
bendición por la jalá y cuando buscó la sal para untar la jalá, no la encontró por ninguna parte. Al no encontrar el
salero, le gritó a su esposa por haberse olvidado de poner la sal en la mesa. Humillada, la mujer corrió a la cocina a
buscar el salero. Un rato más tarde, el Jafetz Jaim le preguntó al dueño de casa: “¿Por qué cubrimos la jalá?”. El
an trión se sorprendió de que le preguntaran algo tan simple. “Para cuidar los sentimientos de la jalá”, respondió.
”Exactamente. Y si somos tan cuidadosos de proteger los sentimientos de las hogazas de pan, que no pueden sentir,
cuánto más cuidadosos debemos ser de no avergonzar a seres humanos reales, vivos”, le dijo el Jafetz Jaim.
Vino
La plegaria especial de Kidush que recitamos en Shabat sobre una copa de vino o de jugo de uva, es una mitzvá
clave de la Torá: “Recuerda el día de Shabat para santi carlo”. Al recitar la bendición especial del Kidush sobre el
vino, declaramos que el Shabat es especial para nosotros.
Haz clic aquí para ver el Kidush de la noche del viernes, que tradicionalmente se dice sobre una copa de vino o jugo
de uva.
Guefilte fish
El pescado ocupa un lugar especial en el menú de Shabat. La Torá nos instruye que debemos regocijarnos en Shabat
y una forma de lograrlo es comer alimentos sabrosos. En la antigüedad el pescado se consideraba una gran delicia.
Eso sigue siendo cierto hoy en día y es por eso que muchos judíos se esfuerzan para comer pescado como su
primer plato en la cena de Shabat.
Una receta de pescado icónica judía es el gue lte sh. El nombre viene del idish y signi ca 'pescado relleno'.
Originalmente se rellenaba la piel del pescado con pescado molido y condimentado y luego se lo cocinaba. Esta no
sólo es una forma deliciosa de servir el pescado, sino que también implica que no hay espinas que haya que separar
mientras se lo come. En la sección kósher de muchos supermercados puedes encontrar la mezcla congelada de
gue lte sh que se puede hornear o hervir. Esto signi ca que preparar un delicioso gue lte sh es sencillo y rápido, y
puede formar parte de la deliciosa cena de la noche del viernes.
Haz clic aquí para saber más sobre el gue lte sh:
Aunque no vivimos en el mismo nivel espiritual que Abraham y Sará, de todas formas intentamos seguir su ejemplo
e invitar huéspedes a nuestro hogar. Ya sea que tengamos una casa repleta de visitas o sólo uno o dos amigos
especiales, compartir nuestras comidas de Shabat con invitados es una forma de dar realce al momento y hacer
todavía más especiales las comidas de Shabat.
Birkat Hamazón
Ninguna comida de Shabat está completa sin esta bendición tradicional al concluir la comida. La Torá nos instruye
que debemos agradecerle a Dios después de comer: “Comerás y te saciarás y bendecirás a Hashem, tu Dios, por la
buena Tierra que te dio” (Deuteronomio 8:10), La plegaria de Birkat Hamazón, cuatro bellas bendiciones que alaban y
agradecen a Dios por la comida que acabamos de comer, cumple con lo ordenado en este versículo.
El poeta hebreo conocido como Ajad HaAm dijo: “Más de lo que los judíos cuidaron el Shabat, el Shabat cuidó a los
judíos”. La belleza, el signi cado y las tradiciones del Shabat nos mantuvieron durante milenios. Una parte clave de
esto es la cena del Shabat con sus diversos rituales, que continúan dándonos forma en la actualidad.