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PRUEBA DE NIVEL

Comprensión lectora

Nombre:_______________________________________________ 4° básico

I.-Lee, dos veces, el siguiente texto y responde las preguntas:

Las manchas del sapo

En la selva, corrió el rumor de


una fiesta en el cielo a la cual estaban invitadas todas las aves y el curioso sapo se enteró
de la noticia. ¿Cómo haría él, que no podía volar, para llegar a tan interesante reunión y
participar de ella? Ya resolvería, con su ingenio, lo que a simple vista parecía imposible.
Sabía que la cigüeña era muy buena para tocar la guitarra y estaba seguro de que para
lucir su habilidad volaría con su instrumento a cuestas. Cautelosamente y sin pagar
boleto, se acomodó en el interior de la guitarra y quedó acurrucado esperando aterrizar
en la fiesta.
Llegó la cigüeña, decidida, cargó con la guitarra sin advertir que estaba más pesada, y
emprendió vuelo.
Más tarde, las aves se sorprendieron al ver en la fiesta a un invitado tan extravagante. Ni
la paloma, que tocaba el pandero; ni la gaviota, que era excelente con la flauta, y ni el
cóndor, que cuidaba la puerta, comprendían la presencia del intruso. Pero el sapo que
carecía de vergüenza, estaba muy contento, comiendo y bebiendo y hasta bailó, sin
reparar que hacía el ridículo.
El regreso no le preocupaba. Había encontrado fácil el procedimiento que usó para ir.
Cuando se sintió fatigado, se encaminó hasta la guitarra y logró penetrar fácilmente en
ella. Pero he aquí que, a veces, los que creen engañar al prójimo salen perjudicados.
La cigüeña tomó la guitarra con la abertura para abajo y, desplegando sus alas, no
advirtió que el sapo, torpe y pesado, involuntariamente se desprendía, después de
resbalar, para caer en el espacio.
Sus gritos lastimeros fueron vanos porque nadie los escuchó. Terminó su caída
descendente sobre unos pedruscos que le produjeron numerosas lastimaduras.
Tan magullado quedó, que su piel se llenó de moretones. Como recuerdo de esta
aventura quedaron las manchas que hasta hoy 1 salpican su rugosa piel.
1.- ¿Cuál de las aves presentes en la fiesta no tocaba un instrumento?
A. El cóndor.
B. La paloma.
C. La cigüeña.
D. La gaviota.

2.- ¿Cómo reaccionaron las aves al ver al sapo en medio de la fiesta?


A. Curiosas.
B. Preocupadas.
C. Sorprendidas.
D. Avergonzadas.

3.- ¿Cómo se sintió el sapo durante la fiesta?


A. Ridículo.
B. Fatigado.
C. Aburrido.
D. Contento.

4.-En el fragmento:

Sus gritos lastimeros fueron vanos porque nadie los escuchó.


¿Qué significa la palabra subrayada?
A. Inútiles.
B. Dolorosos.
C. Inevitables.
D. Desesperados.

5.- Según el texto, ¿por qué el sapo salió perjudicado?


A. Por burlarse de las aves.
B. Por engañar a la cigüeña.
C. Por acudir a la fiesta sin ser invitado.
D. Por participar de la fiesta sin vergüenza.

6.- ¿Qué característica le permitió al sapo llegar a la fiesta?


A. Su ingenio.
B. Su cautela.
C. Su simpatía.
D. Su extravagancia.

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II.-Lee, dos veces, el siguiente texto y responde las preguntas:

LOS LADRONES DE NUECES


Hace mucho tiempo, una fría noche de invierno, dos ladrones cargaban pesados sacos
con nueces que robaron a unos campesinos. Cuando ya no podían más, se refugiaron en
el cementerio de la parroquia del campo para distribuirse el botín de cuatro sacos. Fue
tanto el ruido que hicieron al trasladar los sacos, que el sacristán que cuidaba la
parroquia se despertó y decidió ir a ver qué pasaba.
Como era de noche, el sacristán divisó entre las tumbas dos siluetas que le parecían
horrorosas, pero con mucha curiosidad se acercó cuánto pudo. Parecían estar contando
algo y el hombre les oyó decir:
—Una para ti, una para mí, una para ti, una para mí...
Aterrorizado, el sacristán echó a correr y fue a buscar al párroco. Temblando le contó lo
que él creyó haber visto.
—He visto al buen Dios y al diablo juntos en el cementerio. Se lo aseguro: estaban
repartiéndose las almas de los difuntos.
El cura levantó los brazos al cielo, diciendo que no podía ser, pero el sacristán insistió
tanto en que así era, que terminó por seguirle. Se acercaron los dos silenciosamente al
triste lugar en el que se entierra y llora a los humanos, pero no se atrevieron a entrar y se
quedaron mirando desde lejos. En ese momento, los ladrones habían terminado de
contar las nueces de dos sacos que tenían junto a sus pies. Uno de los bandidos le dijo
muy serio a su compañero:
—Ve a buscar a los otros dos que están detrás del muro.
Creyendo que hablan de ellos, el párroco y el sacristán huyeron despavoridos. Se cuenta
que aún siguen corriendo.

7. ¿Qué es lo que cuentan los ladrones en el cementerio?


A. Sacos.
B. Almas.
C. Nueces.
D. Tumbas.

8. Según el sacristán, ¿quiénes estaban en el cementerio?


A. Unas almas.
B. Unos ladrones.
C. Dios y el diablo.
D. Unos campesinos.

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9. ¿A qué se referían los ladrones al mencionar: ve a buscar a los otros dos que están
detrás del muro?
A. A los sacos.
B. A Dios y el diablo.
C. Al párroco y el sacristán.
D. A las almas de los difuntos.

10. Relee el siguiente fragmento.


Una oscura noche en la que solo dos ladrones de nueces se refugiaron en el cementerio de
una parroquia para distribuirse el botín.

¿Qué significa la palabra subrayada?


A. Robo.
B. Premio.
C. Regalo.
D. Encargo.

11. Según el texto, ¿por qué el sacristán corrió a buscar al párroco?


A. Porque reconoció unos ladrones.
B. Porque pensó que unos ladrones querían perseguirlo.
C. Porque se asustó al creer que Dios estaba junto al diablo.
D. Porque se asustó al confundir a los ladrones con almas del cementerio

12. Según el texto, ¿por qué el sacristán se despertó?


A. Porque dormía poco.
B. Porque escuchó ruidos.
C. Porque vio unos ladrones.
D. Porque divisó unas siluetas.

III.-Lee, dos veces, el siguiente texto y responde las preguntas:

LOS ANIMALES Y EL FUEGO


Hace mucho tiempo los animales hablaban y hacían cosas de personas. Pero no tenían
fuego, y como no se habían inventado los fósforos los pobres tenían que comer su comida
cruda, que mucho no les gustaba, y en invierno pasaban bastante frío.
El Jaguar en esos tiempos no tenía manchas, sino que era todo lisito, amarillo.
Un día que estaba tomando calorcito en una montaña alta, al Sol tuvo lástima de los
animales y llamó al Jaguar:
—¡Eh, Jaguar! Te voy a dar una cosa para que usen tú y los demás animales.
—¿Qué es? ¿Algo para comer? —dijo el Jaguar, que era bastante goloso.
—No, te voy a dar un poco de fuego. Haz un atadito de ramas y pasto seco y levántalo,
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que yo te lo encenderé. Pero tienes que convidarle a todos los demás animales, ¿sí?
—¡Claro que sí! —dijo el Jaguar. Y preparó una antorcha, que el Sol prendió.
Con la antorcha encendida bajó de la montaña, pero no bien se alejó, dijo:
—¡Ja, ja! Ahora sí que voy a poder comer asados y dejaré de comer todas esas porquerías
crudas. Y en invierno no voy a pasar más frío. Y a los demás no les daré nada, porque al fin
de cuentas la antorcha la preparé yo y me esforcé mucho en bajarla.
Así que se fue a su casa, juntó ramas e hizo fuego, al que iba agregando a cada rato leña
para que no se apagara nunca. Y comió asado y se acostó a dormir al calor del fogón.
Pero la Avispa, que era muy curiosa y siempre andaba escuchando las conversaciones de
los demás, había oído lo que el Sol había dicho, así que se fue volando a avisar a los
demás.
—¡No puede ser! —dijeron los otros—. ¡Nosotros también queremos fuego! Vamos a
pedirle.
Entonces mandaron a la Lechuza, que hablaba muy bien, para que pidiera al Jaguar una
brasita de fuego. Pero cuando la Lechuza empezó a hablar el Jaguar le gritó enojado:
—¡NOOO! ¡El fuego es SOLO MÍOOO! —y pegó tales rugidos que la pobre Lechuza se
asustó mucho y se escapó volando.
Entonces mandaron a la Vizcacha para ver si convencía al Jaguar. Pero no bien empezó a
hablar el Jaguar se enojó; se puso a rugir y la sacó corriendo.
Entonces mandaron al Loro, que empezó a dar charla al Jaguar, de cualquier cosa, para ver
si se ablandaba y le convidaba una brasita. Y habló tanto que el otro se quedó dormido,
medio mareado de escucharlo hablar tanto.
Entonces el Loro dijo: —Bueno, vamos a aprovechar y a sacar un poquito de fuego.
Pero no se le ocurrió nada mejor que agarrar una brasa con el pico y se quemó la lengua.
Pegó un grito y el Jaguar se despertó.
—¿Qué haces? ¡Loro sinvergüenza! ¡Te voy a dar un golpe! —Y se abalanzó sobre el Loro,
que se escapó volando.
Entonces los animales mandaron al Zorro, que era muy vivo. Cuando el Zorro llegó a
donde estaba el Jaguar le dijo:
—¿Cómo le va, don Jaguar? —y empezó a charlar haciéndose el distraído.
—¡Basta de charlas, que ya me cansó el Loro! —le contestó el otro.
—¡Huy, cuánto trabajo tiene para mantener este fuego! ¿No quiere que lo ayude trayendo
ramas?
Como el Jaguar era bastante vago le dijo que sí. Entonces, el Zorro empezó a trajinar
trayendo leña, amontonándola y echándola al fuego. El Jaguar empezó a adormilarse
mientras vigilaba por las dudas al Zorro. Entonces éste le dijo:
—El fuego se va a apagar si no acomodamos mejor la leña. Voy a usar un palo para
acomodar las brasas.
Agarró un palo y empezó a revolver el fuego, hasta que la punta se encendió bien; vio de
reojo que el Jaguar se distraía y bostezaba y salió corriendo con el palo encendido.
El Jaguar pegó un salto para atraparlo, pero el Zorro había dejado unos troncos
atravesados, así es que el Jaguar tropezó, se cayó y se ensució la piel con los carbones.
El Zorro corrió tanto que el Jaguar no lo pudo alcanzar y se lamentó:
—¡Ahora sí que me embromó el Zorro! ¡Me sacó fuego y encima me caí y me manché la
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piel, tan linda y lisita que la tenía!
Desde entonces todos tuvieron fuego para cocinar y calentarse en invierno y los jaguares
tienen manchas negras y andan siempre de malhumor.

13.- ¿A qué animal escogió el Sol para dar el fuego a los animales?
A. Al Loro.
B. Al Zorro.
C. Al Jaguar.
D. A la Lechuza.

14.- ¿Qué personaje recuperó el fuego para los animales?

A. El Loro.
B. El Zorro.
C. La Vizcacha.
D. La Lechuza.

15.- ¿Por qué los animales mandaron a la Lechuza a hablar con el Jaguar?
A. Porque era curiosa.
B. Porque hablaba bien.
C. Porque hablaba mucho.
D. Porque oía conversaciones ajenas.

16.- ¿Qué opción representa una característica del Jaguar?

A. Astuto
B. Atento.
C. Egoísta.
D. Curioso.

17.- Lee la siguiente oración: —¡Ahora sí que me embromó el Zorro! ¿Qué oración puede
reemplazar la palabra subrayada manteniendo su sentido?
A. Me asustó el Zorro.
B. Me engañó el Zorro.
C. Me molestó el Zorro.
D. Me enfureció el Zorro.

18.- ¿Qué animal logró aburrir al Jaguar?


A. Loro.
B. Avispa.
C. Lechuza.
D. Vizcacha.

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