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Encomienda

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Cristiano encomendero de indios de este Reyno, hacia 1600 Según dibujo de Felipe
Guamán Poma de Ayala.
La encomienda era un sistema laboral español que recompensaba a los conquistadores
con el trabajo de determinados grupos de personas no cristianas conquistadas. Los
trabajadores, en teoría, recibían beneficios de los conquistadores para los que
trabajaban, siendo la religión católica uno de los principales beneficios. La
encomienda se estableció por primera vez en España tras la conquista cristiana de
los territorios moriscos (proceso conocido por los cristianos como la Reconquista),
y se aplicó a una escala mucho mayor durante la colonización española de las
Américas y las Filipinas españolas. Los pueblos conquistados eran considerados
vasallos de la monarquía española. La Corona otorgaba una encomienda como un
derecho otorgado a un individuo concreto. Para el siglo XVI, este sistema se
consideraban un monopolio del trabajo de determinados grupos de indígenas,
mantenido a perpetuidad por el titular llamado encomendero y sus descendientes.1

Las encomiendas evolucionaron desde su forma original ibérica hacia una forma de
esclavitud "comunal". En la encomienda, la Corona española concedía a una persona
un número determinado de indígenas de una comunidad específica, pero no dictaba qué
individuos de la comunidad debían proporcionar su mano de obra. Los líderes
indígenas eran los encargados de movilizar el tributo y la mano de obra asignada. A
su vez, los encomenderos debían asegurarse de que los nativos de la encomienda
recibieran instrucción en la fe cristiana y en la lengua española, protegerlos de
las tribus beligerantes o de los piratas; además debían reprimir la rebelión contra
los españoles y mantener las infraestructuras. A cambio, los nativos proporcionaban
tributos en forma de metales, maíz, trigo, carne de cerdo u otros productos
agrícolas.

Con la destitución de Cristóbal Colón en 1500, la Corona española lo sustituyó por


Francisco de Bobadilla.2 A Bobadilla le sucedió un gobernador real, Fray Nicolás de
Ovando, que estableció el sistema formal de encomiendas.3 En muchos casos, los
nativos eran obligados a realizar trabajos forzados y sometidos a castigos extremos
y a la muerte si se resistían.4 Sin embargo, la reina Isabel I de Castilla prohibió
la esclavitud de la población nativa y consideró a los indígenas "vasallos libres
de la corona".5 Diversas versiones de las Leyes de Indias a partir de 1512
intentaron regular las interacciones entre los colonos y los nativos. Tanto los
nativos como los españoles acudían a las Reales Audiencias para solicitar ayuda en
el marco del sistema de encomiendas.

Las encomiendas se habían caracterizado a menudo por el desplazamiento geográfico


de los esclavizados y la ruptura de las comunidades y unidades familiares, pero en
México, la encomienda gobernaba a los vasallos libres de la corona a través de las
jerarquías comunitarias existentes, y los indígenas permanecían en sus
asentamientos con sus familias.6

Índice
1 Edad Media europea
2 Iglesia
3 La encomienda en América
3.1 Origen
3.2 Legislación contra los abusos
3.2.1 Las Leyes de Burgos
3.2.2 Las Leyes Nuevas
4 Decadencia en América
5 Referencias
6 Véase también
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Edad Media europea
En Castilla y Aragón durante la Edad Media, se trataba de territorios, inmuebles,
rentas o beneficios pertenecientes a una orden militar a cuyo frente se encontraba
un caballero de hábito, denominado comendador nombrado por el maestre de alguna de
las muchas órdenes de caballería o religiosas que existieron desde principios de la
Edad Media española. La guerras contra los musulmanes, también llamados moros, en
la Peninsula Ibérica hizo que estas órdenes se constituyeran en verdaderas
circunscripciones a mediano y largo plazo. Durante la etapa de reconquista del
territorio español, la encomienda tuvo un papel muy relevante pues muchos de los
guerreros cristianos precisaban de un sistema social de organización con el que
gestionar y repoblar los territorios que lograban tras sus victorias.7. Cabe notar
que en 1492 fue el año que fueron finalmente expulsados judíos y musulmanes de la
actual España, y en el mismo año Colón llegó a América, con lo cual una evolución
de la misma estructural legal fue implantada en las Américas.

Iglesia
Se dice también encomienda a la donación de una entidad eclesiástica vacante a una
persona eclesiástica a la que se denominaba comendador, que debía cuidar de la
misma hasta que se cubriera oficialmente el puesto.

La encomienda en América

Códice Kingsborough: un encomendero veja a un indio. Copia del italiano Agostino


Aglio 1825-1826, para Lord Kingsborough.
Origen
Cuando Colón llegó a La Española descubrió yacimientos auríferos. Para su
extracción creó un impuesto a la población nativa, según el cual todo indígena
mayor de 14 años debía entregarle cada tres meses un cascabel de Flandes lleno de
oro; aquellos que no vivían cerca de las minas, debían entregar una arroba de
algodón. Según la obra Historia del Almirante, escrita por su hijo Hernando Colón,
Cristóbal Colón conquistaba siempre los territorios en nombre de los Reyes
Católicos pero con la llegada del juez pesquisidor Francisco de Bobadilla en el año
1500 Colón fue arrestado y Francisco explotaría las desavenencias de los colonos
contra Colón y les ofrecería indios en encomienda y tierras a cambio de su apoyo
contra el Almirante. Francisco de Bobadilla se nombraría gobernador y tomaría
posesión del palacio y propiedades de Colón en Santo Domingo. Posteriormente,
Bobadilla sería relevado por Nicolás de Ovando. Colón estableció una orden según la
cual la mitad de todo el oro que obtuvieran los colonos debía entregarse a la
Corona aunque nadie obedecía esa orden hasta que Ovando bajó la cantidad a una
quinta parte.

En 1508 Nicolás de Ovando escribiría a la Corona instando a instrucciones para que


la conversión al cristianismo de los indios se hiciera sin someterlos a fuerza
alguna, a que los indios en lugar de vivir de forma dispersa y primitiva "se
congregaran en pueblos, como están las personas que viven en nuestros reinos" y que
se fomentaran los matrimonios interraciales, en vistas a una más pronta
civilización y cristianización.7 Los repartimientos se institucionalizarán en
América por una Real Provisión del 20 de diciembre de 1503.Sin embargo, a partir de
1505 Nicolás de Ovando, que era encomendero mayor de la orden de Alcántara, dejó de
repartir indios y comenzó a encomendarlos. La encomienda regulaba, en teoría, las
relaciones de reciprocidad entre el encomendero y el encomendado, y por eso tomó
carta de naturaleza en el Nuevo Mundo.8

Para evitar recuperar los malos usos y los sistemas medievales abolidos en 1509, la
Corona decretó que la encomienda no podía considerarse a perpetuidad y que los
indios sólo podían ser encomendados por un periodo máximo de dos años.7
Los tributos indígenas en especie (que podían ser metales, ropa o bien alimentos
como el maíz, trigo, pescado o gallinas) eran recogidos por el cacique de la
comunidad indígena, quien era el encargado de llevarlo al encomendero. El
encomendero estaba en contacto con la encomienda pero su lugar de residencia era la
ciudad, bastión neurálgico del sistema colonial español.

La encomienda fue una institución que permitió consolidar la dominación del espacio
que se conquistaba, puesto que organizaba a la población indígena como mano de obra
forzada de manera tal que beneficiaran a la corona española. Se encontró una manera
de recompensar a aquellos españoles que se habían distinguido por sus servicios y
de asegurar el establecimiento de una población española en las tierras recién
descubiertas y conquistadas.

La encomienda también sirvió como centro de culturización y de evangelización


obligatoria. Los indígenas eran reagrupados por los encomenderos en pueblos
llamados "Doctrinas", donde debían trabajar y recibir la enseñanza de la doctrina
cristiana a cargo generalmente de religiosos pertenecientes a las Órdenes
regulares. Los indígenas debían encargarse también de la manutención de los
religiosos.

La encomienda de la colonización española de América y Filipinas fue establecida


como un derecho otorgado por el Rey (desde 1523) en favor de un súbdito español. El
español titular del derecho (encomendero) recibe la encomienda con el objeto de que
este percibiese los tributos que los indígenas debían pagar a la corona (en trabajo
o en especie y, posteriormente, en dinero), en consideración a su calidad de
súbditos de esta. A cambio, el encomendero debía cuidar del bienestar de los
indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y su
protección, así como su adoctrinamiento cristiano (evangelización). Sin embargo, se
produjeron abusos por parte de los encomenderos y el sistema derivó en muchas
ocasiones en formas de trabajo forzoso o no libre, al reemplazarse, en muchos
casos, el pago en especie del tributo por trabajo en favor del encomendero.

El reparto de las encomiendas no fue homogéneo entre todos los españoles. En 1514
más de la mitad de los españoles no tenían ningún indio a su cargo mientras que el
11% de los que sí tenían habían recibido el 44% de estos.

Legislación contra los abusos


La encomienda dio lugar a abusos y violencia, a una especie de esclavitud
encubierta. Estos comportamientos fueron denunciados por algunos individuos, como
Fray Antonio de Montesinos y Fray Bartolomé de las Casas. Fray Matías de Paz
reflexionó desde el punto de vista cristiano mientras que el jurista López de
Palaci y Rubios aportó un punto de vista jurídico. Bartolomé de las Casas llegaría
a ser atendido por Carlos I y Felipe II.

Las Leyes de Burgos


Artículo principal: Leyes de Burgos
En 1512 las denuncias de Fray Montesinos, relativas a algunos abusos de estas
primeras encomiendas, provocan la inmediata promulgación de las Leyes de Burgos ese
mismo año, ampliadas un año después, donde se desarrolla y define de manera
explícita el sistema laboral en las encomiendas, con los siguientes derechos y
garantías de los indios y las obligaciones de los encomenderos de trato justo:
trabajo y retribución equitativa y que evangelizara a los encomendados. Sin
embargo, a partir de la secularización del imperio español, estas obligaciones
fueron omitidas transformándose la encomienda en un sistema de trabajo forzado para
los pueblos originarios en favor de los encomenderos.9 El 9 de diciembre de 1518,
esta ley se enriquece estableciendo que solo podrán ser encomendados aquellos
indios que no tengan recursos suficientes para ganarse la vida, así como que en el
momento en que fuesen capaces de valerse por sí mismos, habrían de cesar en la
encomienda.7 Las leyes llegaban a obligar a enseñar a leer y escribir a los indios.
Las Leyes Nuevas
Véase también: Gran Rebelión de Encomenderos
En 1527 surge una nueva ley que determina que la creación de cualquier nueva
encomienda habrá de contar necesariamente con la aprobación de religiosos, sobre
quienes recae la responsabilidad de juzgar si a un colectivo concreto de indios les
podría ayudar a desarrollarse una encomienda, o si resultaría contraproducente.

En 1542 Carlos I, tras 50 años de existencia de la encomienda, considera que los


indios han adquirido el suficiente desarrollo social como para que todos los indios
deban ser considerados súbditos de la Corona como el resto de españoles. Por eso,
se crean en 1542 las Leyes Nuevas, donde queda consignado que:7

No se asignarán nuevas encomiendas, y las ya existentes habrán de morir


necesariamente con sus titulares.
Quedan suprimidas aquellas encomiendas que obraban a favor de miembros del clero,
de funcionarios públicos, o de personas sin título de conquista.
Se limita considerablemente el importe de los tributos que habían de satisfacer los
encomendados.
Que no hubiera causa ni motivo alguno para hacer esclavos; que los esclavos indios
existentes fueran puestos en libertad, si no se mostraba el pleno derecho a
mantenerlos en ese estado.
Los nuevos virreyes llegaron a América con órdenes expresas de que se cumplieran
estas leyes, lo contrario que había pasado con las anteriores, llegando a haber una
guerra en Perú entre los encomenderos y los leales al rey en 1544 capitaneada por
Gonzalo Pizarro y otra en 1553 capitaneada por Francisco Hernández Gijón. Mientras,
en el Virreinato de Nueva España, el virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón
liberaba a 15 000 indígenas. También suscitó una conspiración encabezada por el
hijo de Hernán Cortés, Martín Cortés marqués del Valle y su hermano y cuyo
desenlace fue su destierro perpetuo de Indias.

Las Leyes Nuevas no pudieron aplicarse plenamente. En Perú, fueron tomadas como
excusa para una grave revuelta, capitaneada por Gonzalo Pizarro, y esto, unido a la
presión de varios grupos de poder, hizo que Carlos I dejara sin vigor el artículo
30, que eliminaba el carácter hereditario de las encomiendas. Esto provocó que en
algunas zonas perviviera hasta 1791. En la segunda mitad del siglo XVI el Virrey de
Perú Francisco de Toledo trató la supresión del derecho de herencia de las
encomiendas con Felipe II pero el tema no se resolvió.

Decadencia en América
Las denuncias frente al maltrato de los indígenas por parte de algunos encomenderos
y el advenimiento de la llamada catástrofe demográfica de la población indígena,
provocaron que la encomienda entrara en crisis desde finales del siglo XVI, aunque
en algunos lugares, como Yucatán y Chile, llegó a sobrevivir aún hasta el siglo
XVIII. La encomienda fue reemplazada por el repartimiento de indios, el peonaje, el
trabajo asalariado y por la esclavitud africana.

En Chile, Ambrosio O'Higgins, mediante un edicto del 9 de febrero de 1789, suprimió


las encomiendas cuando ya eran simplemente una institución en decadencia. Este
edicto fue ratificado por Carlos IV en 1791, fecha en que se concretó su abolición
definitiva.

La institución de la encomienda se basaba fuertemente en la adscripción tribal del


individuo sujeto a ella (siendo de hecho los caciques, curacas, u otros jefes
tribales quienes actuaban como intermediarios y organizadores del servicio). A los
mestizos, por ejemplo, la ley los eximía de la encomienda. Esto provocó que muchos
aborígenes buscaran deliberadamente diluir su identidad étnica o tribal y la de sus
descendientes, intentando casarse con individuos de distinta etnia, especialmente
con españoles (recién llegados, o criollos). La encomienda, de este modo, debilitó
severamente la etnicidad e identificación tribal de los Amerindios, y esto a su vez
disminuyó el número de potenciales encomendados. Son, en definitiva, factores como
el mestizaje y la progresiva disminución de los naturales, lo que terminó por
transformar el sistema de encomienda en uno de inquilinaje o latifundismo en la
América Colonial.

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