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1. Prejuicios de origen.

Consisten en privilegiar un grupo humano por encima de otros, o


en rechazar alguno por compartir su lugar de origen o nacionalidad.

2. Prejuicios raciales. Basan su apreciación a su color de piel, atribuyéndoles


determinadas características mentales, físicas o culturales.

3. Prejuicios de género. Según su género biológico, masculino o femenino. Muchos roles


sociales se determinan en base a esta naturaleza prejuiciosa. Por ejemplo, que las
mujeres no saben conducir un automóvil, o que son más emocionales y menos
racionales, o que los hombres son básicos en su emotividad y no deben nunca llorar.

4. Prejuicios sexuales. se fundamentan en la orientación sexual. Por ejemplo, se afirma a


menudo que los homosexuales son promiscuos o que son más propensos a
enfermedades, adicciones o conductas delictivas que los heterosexuales.

5. Prejuicios de clase. Atribuyen a los individuos de las distintas clases sociales alguna


característica ética, moral o conductual específica, Por ejemplo, afirmar que los pobres
son más propensos a delinquir sólo por serlo.

6. Prejuicios étnicos. Semejantes a los raciales, pero juzgan a partir de costumbres


culturales, gastronómicas, musicales, a un conjunto humano determinado. Por ejemplo,
se dice que los asiáticos comen perros y gatos, mientras que los franceses son buenos
cocineros.

7. Prejuicios profesionales. Atribuyen a un individuo o a su colectividad profesional


alguna condición específica, a menudo vinculada con una apreciación de otra naturaleza,
ya sea sexual, moral o de género.

8. Prejuicios religiosos. Cercanos a los étnicos, rechazan o aprueban a quienes profesen


algún tipo de terminado de religiosidad o misticismo.

9. Prejuicios educativos. Fundamentan su discrecionalidad en el nivel de educación


formal de un individuo. Por ejemplo, que ir a la universidad garantiza inteligencia y
honradez, o que las personas educadas son aburridas y frígidas.

10. Prejuicios lingüísticos. Atienden a la manera específica de hablar de un individuo:


los neologismos empleados, la entonación. Por ejemplo, en ciertos lugares se privilegia
el español castizo al latinoamericano, o se prefiere alguna variante dialectal local por
encima de otra.

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