Está en la página 1de 30
Richard Honig (1999)* Causalidad eimputacién objetiva’* = (én causal en el Derecho penal se halla en la actualidad en una abierta crisis: Por un lado, Eberhard Schmidt, en su edicién més reciente del Lehrbuch de Liszt, yano acepta que el Derecho vigente haga imposible la realizacién con. secuente del principio dela equivalencia de tadas|as condiciones, que caracteriza ala teorta de la condicién '.Ni siquiera por lare. gulacién legal de la participacién; antes bien, ésta, en verdad, no se referiria en absoluto al problema causal?. Sauer representa una concepcidn extremadamente distinta; como partidario de la teoria adecuada, sélo le atribuye cualidad de causa a la accién si ésta tiene la propiedad general de producirel resultado, pero,ala vez, sefiala al respecto que “lo que se est explicando” ya noes la ‘eausalidad, sino “un problema de naturaleza completamente dis- tinta, fundado teleolégicamente y orientado normativa y juridi- La doctrina de la relaci + Profesor de Derecho Penal que lo ue de la Universidad de Gattingen. ¥* Kausalitt und objektive Zurechnung, publ. en Festgabe fir Reinhard von Frank Homenaje a Reinhard von Frat], 1, 4.03. Moke Paul Sebeck), 1 gen, 1990, pp. 174ss. Ena pablicacén original, lasnotas de pie de pagina estina- meradas comenzando con nota 1 en cada pagina; también en este caso se a respe- tado la numeracién original de cada nota. Las remisionesinternas del autor sehan mantenidoen a sumerain original paracayacomprasiasivedeguslanume ia de pagi ‘Triduocién de Marcelo A. Sancinetti. Revie cida de paginas acotada al margen.) sidade Marcelo D. Lerman. 1 Asi, las ediciones anteriores del Lehrbuch des Deutschen Strofrechts, de Lisette ain aed, 1922p 129,aleuidadode Schmidt 2 Cf, Liszt-Schmidt, Lehrbuch des Deutschen Strofrechts, 25. ed. 1921, p. 160. . 4 Richard Honig camente”®, Tomada estrictamente, pala a al la contrapo jcién entre teoria de lacondicién y teorfa adecuada —que en ger- aeeet ida en los alegatos judiciales del fundador men ya estaba contenida en : tifon4—, actualment dela antigua doctrina de la causalidad, Antifn*—, lEssinoous yanoes sélo una discusién dentro del problema causal *; sino que, ‘antes bien, se refiere a los limites del dominio del concepto causal en si. Los puntos de vista contrapuestos ya no se pueden reunir bajoun “engafiosocese de fuego” ®. Elcuestionamiento gnoseologi- 175 _co-critico ha egado ala disputa en torno a la utilidad politico-cri- "minal de las dos teorfas que pugnan porel predominio. Uno puede dar cuenta de los reparos politico-criminales mediante “excepcio- nes a la regla”; en cambio, no puede calmar las dudas gnoseoldgi- cas haciendo concesiones practicas, sino sélosuperarlas mediante tomas de posicién fundamentales. Se entiende por sf mismo que, al hacer un intento en ese sentido, incida la esperanza de esclare’ cer la disputa tradicional en torno a la doctrina de la causalidad misma, mediante una fundamentacién cientifica mds amplia. Ciertamente, tiene motivos para tal toma de posicién aquel que duda de quela teoria dela condicién pueda captar el llamado pro- blema causal en su punto esencial para el Derecho penal. Siesta ‘eoria—también segiin|a opinién deFrank!—actualmenteya no esladominante, sino que, en sulugar, gana cada vez mds terreno lateoria adecuada, &s porque no se puede dejar de reconocer que, enla ciencia juridica, no solamente importa comprobar la rela- cién causal en si, sino, antes bien, poneren claro. determinada pro- piedad, que se correspondaa lasexigencias del ordenamiento juri- dico, de la relacién entre accién y resultado?, * Chr. Sauer, Grundlagen des Strafrechis, 9 1921, p. 443, ‘Cle. Maschke, Die Wi pee s 7 Asi, sin embargo, la doctrina dominante; buch firdas Deutsche Reich, 18." ed. 1928, ie 5 on, Lepmann, Zinleitung in das Strajrecht 1900, p, 1 Frank, lug. ct i - , Hug. cit., p, 12; dife is i i 7 este conocimiento, se i trae siquiera el RG. adelacondicen oper general el epre- Tespectode la cuestiénde Causalidade imputacién objetiva Aellose liga que los partidari 5 partidaric ‘1 ee ven necesitados, precisamente usec: la teoria de lacondicién se “hentai an s casos-limite —en | la“teorfa” del rimerod ‘a loscuales beria primero dar el apoyo necesarioyasi mostrar su valor—, a hacer amplias restricci ini Tencia de todas las condiciones! nopaciapen es oute elites califiad . Especialmente en los casos de lel ficados por el resultado, ellos recurran casi si rere ultado, a jin excep- cin a los criterios de la teorfa adecuada®, Aqui, donde deca al postulado de la culpabilidad con su efecto reguladorde la respos: sabilidad, sehace claro queel seatidojuridico-penaldelarelacisn objetiva entre accidny resultado nose agotaen una hipétesis gno- seolégica causal. Para seguir el ejemplo de Liszt? @Deberia ser penado realmente A, por el § 226, SUGB, si el navegante lesiona- do por él, a pesar de estar fisicamente en condiciones de dominar las velas en correspondencia comlos cambios de viento, no presta Ja atencién necesaria, por la furia que le produce la humillacién. irrogada por A, y por eso zazobra? También aqui se tiene que con- ceder que la “serie causal aparentemente nueva... ha producido elresultado sélo en concurrencia con la primera actuacién de vo- luntad4, que, por tanto, la primera actuacién de voluntades cau- lacctio libera in causa: Ena sent del t 60, p.29(el conductor de un automévil se habia quedado dormido conduciendo su coche y como consecuencia de ello atrope- Ilg.a varios nidos) se dice que “Ia causa de! homicidio y lesiéa corporal... a0 se ba- aba en el atropellamiento, sino en el dormir por propia culpa, al cabecear y que darse dormido, lo que no debia hacer” (p.30).Por tanta, sien contra del principio de la equivalencia de todas las condiciones, se puede encontrar la causa no en el atropellamiento —que debe ser cinsiderado, ciertamente, coma causa, desde el punto de vista naturalistico—, sino que més bien lo que importaes que el conduc tor“estabaen incapacidadde imputacién, cuando, a pesarde| que lo invadidelcan- sancio, siguié conduciendo al vebicalo por ellocausé el resultado”, se demuestra conelloque, cola palabra ‘causa’ se caracteriza mucho mis queunelementome- amentwenssal;a saber: aquel canducta que ba sido realizada Uibrementeyque, ia See ae fundamento de la responsabilidad. (CE al enconsecuencia, es apropiada para ser fundar aresponseilided (7 © respecto infra, pp. 195 38), Bstoza estdaludido endo més minino ss lacandidén. \ Cf el panoram sobre estas restriedones, 20 Fran lug. ct pp. M Se 2 2 Of Liszt Schmidt lug. cp. 159. 4 107 Richard Ho 308 ia dela condicién. Del mismo modo ta eae an en los simples delitos de resultade fecto restrictivo de la responsabilidad del postulado de 2 culy hillded subjetiva, que aquivale en forma peered da cor. sr, en forma satisfactoria desde el punto de vista de pol litica-ju ea una relacién causal que seguin la teoria dela condicién'de considerarse existente. Si, en caso de queA dispare un tirocont Bcondolo de homicidio, se lo pena; por homicidio consumado: cua doala lesién en sino mortal see sumé el incendio del hospital. el queBhallé su muerte®, ello significa que se hace responder , porun resultado que sibiense correspondeasu plan, nosehapi ducido en virtud de su actuacién de voluntad, sino de un suce independiente desu voluntad, casual para! é1®, Correspondient : 177 mente: jdeberia ser penado por homicidio imprudente el cazad que habia alcanzado al cuidadorcon un tiro, siéste hallalamue teenel incendio del hospital?! Dado quela imprudencia, seguin texto legal, se debe referir ala causacién (cfr. §§ 222, 230, StGE el elemento de la culpabilidad no garantiza una valoracién ace tada del acontecer?, si ya la causacién como tal no es sometida ” saenelsentidod poco se puede cont 5 Asi, Prank, lug, cit.ip.14,y Lisct-Schmiat, lug. cit, p.158,entanto—dee no hay duda—sus explicaciones bajo III, 1, no estin referi las sélo alos delitos ca ficados por el resultado. ® Porello, en miopinién, sdlo entra en consideracién ha punicién por hon Cidioentado; pero para ello nohace falta el concepto auxiliar de a “interrupeiéac exo causal" (asi, Wachenfeld,Lehrbuch des deutschen Strafrechts, 1914, pp.91s Sel concepto causal de antemano se ajusta alas necesidades juridice-peaales. lesconsecuencias del mismomodo, Alfeld, Lehrbuch des Deutschen Strefrechis,i ed. 1922, pp. 111s; von Hippel, Die allgemeinen Lehren vom Verbrechen im Stee mediante aquellos efectos intermedios, cuya concurrencia reside fuera del ambi de la experiencia razonable", ‘t Las configuraciones de los casos basados en imprudencia en general no s cansigedts nel problema causal: deotro modo, von Hippel, lug.cit.; obviamente, > Delejemplod: Sotainbigmen dees ras t285Y6, p. 176, se deduce que éste puede ser ele cometidos dolosamente. Con acierto observa Allfeld, lug. ci Cousalidad eimputacién objetivg 2. De otro modo, se dejacia ecto de la ceprachabilidad de la conducta, que el autor“hubiera podido reconocer en sila posibilidad dels ecaae mortal de un hombre”, 4's considerar “indiferente’,encambio,lacuestién dea élconocia o podia preverlas particularidades que influyen perju- dicialmente en el curso causal en el caso concrato dade Enesta frase, gravadaporlacargadal destino, de que fuese suficiente, res. trode las condiciones que producen el resultado. ‘Traeger ha demostrado de modo convincente que una valora- Gién de esa indole sélo puede realizarse sobrela base de la teortn delacondicién. Bs queel resaltar una accin de las restantescon- diciones concurrentes siempre se liga al presupuesto de que, sin ‘a accién, el resultado no se habria producido’. Sélo en relacion conel principio Segiin el cual tiene que realizarse eseresaltamien- tose diferencian éntre silos diversos intentos que podemos deno-- minar, resumidamente, teorias selectivas: Las teorias de la condi- ign “més eficiente”, de la “preponderant”, de la “qué suscita la ' existencia del resultado” han quedado sin influencia, porque com: parten el error de extraer apresuradamente conclusiones de vali- dez general a partir de presupuestos cientificamente no funda- * mentados, basados en opiniones intuitivas. Es diferente la teorfa adecuada, que ubica la experiencia como principio de seleccién. Reside allf un progreso esencial frente a las teorias selectivas an- tes mencionadas, en la medida en que la “experiencia” es un fac- tor fundamental no sélo de la concreta aplicacién del Derecho, si- no también del acto de sentar el Derecho con validez general, Pe- to lo que los partidarios de la teoria adecuada dejan en gran me- dida sin considerar, aunque no lo pasen por alto por completo, es p. 111: “También en los delites dolosos (puede) cobrar importancia la delimitaciéa correcta de la relacién causal”. ffi Fund Zivilrecht, 1904, op. 98 $8. 2 Ch. , Der Keusalbegr if im Strof- 1904 ademés, vaatils Frank, tog, 15 Lab, eng. manta, Se 1929, 6 40; Baumgarten, Bemerkuagen ra Bindings Normen, ZStW, 37, p. 529. 10 Richard Honig i ualquier valoracién-dentro de las condi- een Slresultndo yareside fuera a [a significa- cién exclusivamente ontoldgica del conceptocausal, — Geox ‘Ya Traeger habia subrayado que mediante la exigencia de ex plicarsélo aquellos antecedentes causales de condiciones quecon- figuraron el resultado de modo diferente para la valoracion juri- dica... se abandona, sin embargo, el suelo de kh pura considera- cién causal, entrandoen el juicio de valor juridico” !, Mas enérgi- - camente ahora Sauer?. Perosi, respecto de la pregunta relativa a 9 cudl es el principio que, entre las condiciones necesarias, puede resaltar una u otra como causa, ya no se trata para nada de un problema ontoldgico, sino que esta cuestién subyace, antes bien, auma apreciacidn de la ciencia de los valores, por tanto, si tene- mos que vernos aquicon un problema axioldgico, entonces, es im- preciso y encubre el niicleo del asunto denominar a aquellas teo-/ tias selectivas como teoriasjuridicas causales. Bn verdad, son i tentos por explicar los presupuestos que muestran la relacién causal entre acciény resultado comofundamentoapropiado dela valoracién juridico-penal. Nose trataaese respecto dela prueba - de una relacién causal, sino de la valoracién de la ya demostrada como éxistente. La cuestién de la causalidad est resulta si se comprueba que la accién —cualesquiera quesean las otras condi- ciones—fue el presupuesto necesario de la produccién del resul- tado. Pero con este juicio sobre la relacion factica entre accién y resultado no se resuelve atin la cuestién de si esta relacién tam- bién es significativa para el ordenamiento Juridico, si satisface las exigencias del ordenamiento juridico, _ Sinno reconoce este doble interrogante, ya no corre el peligro, 1 Asi Traeger lug.cit,p.42, * Cli. supra, el textoal : que correspande lanota 3,p. 174, SOME Noyes Dealigenin Tees destachen Stet 1915, p. 140. Causalided e imputecién objetica | no hay: que gastar niuna palabra més sobre lacausalidad. Ant bien, aljuicio causal, como juicio ulterior auténomo, se lecgrese al de la imputacisn objetiva®, que tiene que revisar la eannen exioldgica, a saber, la significacién de la relacién eauseal paral ordenamiento juridico, medida segin perdmetrosqueestdndados con el ordenamiento juridico mismo}, Un giro significativo hacia esta constatacién se halla ya en -1906,enGrafzu Dohina. En su “Beitragzur Lehre von dor adiiqua. 180 2 Sobreel uso del concepts de la imputacién cbjetiva (por coatraposicién ala “imputacién subjetiva”)enlaceaca del Derecho penal del sigloxox,d& Laren: He. gels Zurechaungslehre und der Begriff der cbjeRtiven Zurechung, 1926, 9, €0, con nota 2, yp. 70, coa nota 2. (El repaso dela restante bibliografia de ese Hempo no aporta nada esencialmenta nueva) Alin hoy, el coacepta dela imputacién objetiva 20 se puede evitar incluso con otro punta de vista basic, completamente distiato, sobre la esencia de Ia accién, a saber, el de Gencias natural-mecanidistas: en parte ts usado camo equivalente de la cavsalidad: asi, vin Calker, Stujrecks, 3 ed, 1997, p.25:*Laactuaciéadela voluntad Nene qieser..condiciin delresultada(im. putatio foci en contraps imputatio iris distinguir eatre imputacién (objet ass (imputetio oct) e imputaciéa (subjetiva) ala culpabilidad (imputati iurs). Contra esta terninole- sia hay que objetar que bajo “imputaciéa’ sélose puede entenderla vinculaciéaen- / treun acontecer yuna persone. Enestesentidase puede entenderla armilaciénde Frank, lug. ct, p. 11: la causalidad “fundamenta sélola ixiputacién Fictica (impu {atio fact" a culpabilidad, “recién la responsabilidad juidico-penal (imputatio juris!" Acertadamente, Alfeld, lug: ct, p. 12, habla deque,en certos casos, “elre- sultado producida noes imputable altar, por falta de relacién causal” (pore con texto, aqufsélo puede estar aludida la imputaciéa objetival. ‘También el StGB emplea el concepta de “imputar” no silo enel sentido subjeti- putacién a la culpabilidad: §9, sina también enel sentido objetivo, comoenel Tmpatabilidad de cirearsancias de hecho al merecimiento objetivo de pena de laacién, 1. Bspero la abjecién de que [2 ley misma sélo exige un “causes”; p. ej, enlos §§ 222, 226, 290, StGB, seguia lo cual, desde el puntode vista objetivo, ella se satis- : faria con la causalidad. Pero nosotres hemés sostenido también en otros cases que esoque el egislador, siguiendo el uso sintética dellenguaje, resumeenuna palabra, se descompone cientificamente, en forma analitica, en més de un caccepta(p.j..el lementa del hecho “sustraer”, en el § 242, StCB). Pero, después de las explicacio- ues de Traeger, lug. ct, pp. 4ss., y de Bierling, Juristische Prinzipienlehre,t 3, 1805, pp. 36 s., ya no se puede discutir seriamente que ala pregunts de sel esis~ ladorle ha dado: 2 la palabra “causar” on sentido especial lecorresponde: nosélouna Justificaciéa existencial, sino una significaciin de range superior. Verursi "("Contribuciénalateortade lacausalidad ade. See de que el concepto de la posibilidad objeti- va, en el que se basa la teorfa de la causalidad adecuada, no Hen ningun lugar “junto a la necesidad, que es afirmada conceptual- mente dentro de la causalidad”. Pero “algo explicado como causal por su necesidad para la produccién del resultado no (podria] pa- sar al mismo tiempo como no causal, por carecer de aptitud gene- ral para producir tal resultado”. De aqu{ se seguiria que el proble- -ma dela adecuacién de las causas “no puede ser dela misma natu- raleza” que “lacomprobacién dela vinculacién causal entre dos su- cesos”. ‘En realidad, siempre que se pregunta por la adecuaciénde una condicién del resultado, ya esté concluida la consideracién causaly comienza una forma de consideracién de otra naturaleza, ~ que ha de decidir sobre la imputabilidad del resultado”. 181 Sin embargo, no puedo seguir a Dohna en que se pueda extraer™ directamente de la obra de Traeger “Der Kausalbegriff im Straf- und Zivilrecht” (“El concepto causal en el derecho penal y civil”) unaconfirmacién perfecta de esa concepcién del verdadero cardc- terdela llamada causalidadadecuada’. ConcedoqueTraeger con- sidera posible realizar la seleccién ent: Vorecen un suceso sélo segiin aquellas lan fuera de las factores conceptual tido dela teoria del conocimiento” 4 ‘Traeger fue aun mas claroen las explicaciones sobre la omisin: “Declarar causal a la omisién misma es un contrasentido”, Sélo en un sentido trasladado por ex- tensién se puede hablar —dice— de causalidad dela omisi6n; pe- re las condiciones que fa- consideraciones “que se ha- es de lacausalidad, enelsen- cir, hablar, en lugar de una omi! s Sin embargo, de este modo Trae; er pasa de la consi i6 7 sal,auna forma de consideracié nsideracién cau. n distinta, es decir, alaimputabi- MSchrKrimPsych, aio9( ls 2(1906), pp, 495 Ast,Dobnalug.cit,p,42g, 8S Chr, ‘Traeger, lug. cit, p. 116, oo} Ck: im Strofu ‘Traeger, lug, cit, 2.) 4B. Cit., pp, 72 5,, ind Zivilreche, ia eae +9 €0.Des Problem der Unterlassungsdelikte Causalidad e imputacién objetiva lidad del resultado. Pero é fal eategorial y significacién ages a gonseienca de la propiedad nohabria omitidoelatoraraquel adtodeonclowdl ce ae eee ‘su propiedad especifica, Memes Pero Larenz si nos conduce reci asi somés allden esa direccién. Basanoclennceet nie Ly objetivaenlateoriadalaimputacén de Hegel, explica orimore tnente los fundamentos flosicos del conceptode imputacén:és tos se hallan en el concepto de la libertad como espoatansidad ds lavoluntad y los conceptos idénticos a aquél de personalidad y de lonocondicionado?. Enseguida pasaa mostrarel cardcter teleolé- gico de la imputacién objetiva, con lo cual ala vez se obtiene la de- limitaciénentre el “hecho” y el acontecer casual, pero, més alld de eso, también un panorama valorativo sobre el concepto de“accién” -y“omisién”*. En lo que sigue dejaremos de lado toda fundamentacién filosé- fica, aun cudndo seria interesante entrar en el pensamiento de- sarrollado por Larenz a partir de la filosofia kantiana y explicar que necesidad della naturalezay libertad, ydeeste modo ala vez elconcepto causal y el de fin, pueden estarreferidos a una misma manifestacién. Aunque obtendriamos con ellouna base filoséfica del punto de vista que defenderemos enloquesigue, nos importa precisamente derivar el conceptodela imputacién objetiva, inde- pendientemente de toda postura filoséfica, a partir de los princ- pios generalmente reconocidos de la teoria general del Derecho. Apartir de esto obtendremos primeramente el mismo resultado que Larenz, enel sentido de que la teoria de lacaia°ct a da atafie a un problema que puede ser resueltasélo ae una teoriade la imputacién, node una teor‘acausal. Coe aa tacién nos conduce ademas a acentuarlanecesidadde agregar > juicio de imputacién cuténomo, otalmente independiente jut é if jektiven Zu 7 sme saj gel Zurehnungiereun der Ba jo rechaung, Leipzig, 192. - 2 Cf Larenz, lug. ct, pp- 455545085. 5t., pp. 57 5 4 Alrespecto, en pardaular, Laren, og. cho FP 5 113 82 Richard Honig 114 imi idad es- ‘ ié al conocimiento de esta necesidad es a emt Recital Tee clarecee aquel principio que es pose 7 bier spputabilided objetiva del resultado. Se mostrard co: who frucifero también para el problema dela participacién. : —o— -En el intento de mostrar la propiedad Soe ae ae imputacién frente al juicio causal, hay que partir A caer deun eljuicio de imputacién presupone, como punto de rel ead 5 resultado, exclusivamente una conductahumanaen elsentit lode manifestaciénde voluntad. Se podriaobjetar que también las teo- rias causales juridicas buscan mostrar el cardcter causal sélo de .. acciones humanas?. Pero ello no reside en el concepto de causali- dad, sino que sélo se funda en suaplicacidna la solucién de asun tos juridicos. Pues todo juicio causal tiene que partir dela equipa- racién basica de la accién con otras condiciones, dado que “obvia- mente... toda modificacién es la éonsecuencia de numerosos fac- tores”*, Causa, en el sentido filosofico general, noes un suceso, si- _ no Ja totalidad de todas las condiciones, y recién la cuestion de si integra las condiciones del resultado también la conducta huma- na que se esté enjuiciando, le da al juicio causal el giro especifica- mente juridico%, Elsegundopuntode apoyo para restringir el concepto causal fi- loséfico lo ofrece e] resultado. Laleylofijacomo suceso, por medio delo cual él adquiere su significaciénjuridica*, En élreside lale- “> sidn delbienjuridico bien Supuestaen peligro. Est4enel primer 183 plano del interés juridico! y configura el motivo de la investiga- cion juridica. Por eso es siempre el resultado el que configura, ' ack. aa Seen eee ee S, ‘0s juristas, no buscamos la causa, > Asi, Prank lug. cit,,p. 1. > Chr, sobre la derivacién del ; : con Finger, Lehrbuch des Deutschen Strafrechec, 104 * CB. Lobe, lug. cit, p. 36, a juridico a partir del floséfico, Pp. 275 ss. . Ch Bierling, ug. cit,,p. 31; LE Mayer, lug. ct. pp. 117s. practicamente, el punto de partida de la consideracién juridi Ciertamente, élinteresa desde el Puntode vista. juridico,ssle a téen elacién de efecta con una conducta umana. Ahora bien Ie pregunta de si existe relacién causal entre el punto inicial deter. minadodeesa forma -y el punto final de una secuencia de desarro- llo la responde ineqtivocamente la teorfa de la condicién, en la medida en que, conforme a ella, la relacién causal entre accién y resultado esta dada siempre que la accién no pueda ser suprimi. da mentalmente sin que desaparezca el resultado. Pero coincidi- mos con Max Ernst Mayer en que para este conocimiento no hace falta una teoria, en que, al contrario, deesa forma. el“problema”de larelacién causal es negado?. Sin embargo, con eso no se reconoce de ningtin modo, desde nuesiro punta de vista, quecualquier rela- cidn causal sea relevante’; pues con la comprobacién de una rela- cién causal por si sola no se hace justicia con la esencia dela con- “ducta humana, en el sentido de una manifestacién devoluntad La conducta, como manifestacién de voluntad, al contrario de los nu- merosos factores restantes, es algo originario; un “poner causas conscientemente”, un “acto cuasi-creativo"4, una intervencién del entendimiento humana, adecuada a un fin, en los procesos de la “ naturaleza y, entonces, una manifestacién teleolégica. Silarelacién con un resultado, segin el punto del que nosotros partimos, ha deestar signada por el concepto de imputacién obje- tiva exclusivamente en actuaciones de voluntad, el contenido del juicio de imputacién dependerd de la originalidad teleolégica de las actuaciones de voluntad humana. Veo esta propiedad teleolé- 15 gica suya, de la que hoy mucho se habla, en que aquéllas son el medio con el cual el hombre realiza sus fines mediante su inter- vencidn en los procesos de la naturaleza, somete la naturaleza a sus fines. No hace falta mencionar que su poder encuentra limi- tes. Pero en tanta el hombre sea capaz de prever los efectos deuna ” conducta determinada, y én tantoseacapaz, ademas, de producir 2 ME Mayer, lug.ct,p.14L ff 3 De otro moda, M. E.Mayer, ing. cit, p- ; : ‘ C& Bierl cpp. 4S;ademds, también as valiosasobservaconess- bee ee pens de vlunaddhem Wand Var chologie, IX, Das Recht, 1918, pp. 2883. 116 184 Richard Honig laconducta correspondiente ode evitarlos ntrapuesta, en esa medida alcanzara a posibilidad de su autoria yen tanto y en cuanto él sea “no sélo be primer eslabon de una cadena de causas y efectos, a su. pri nck pio configurador”!, Pero, precisamente por ello su conduc Fu de ser vista como manifestacién desu voluntad, orientada a fines —considerada también objetivamente, es decir, sin tener en coer taaquello que él quisiera de facto—*. Y dado que precisamente e intervenir en los procesos dela naturaleza conforme aun fin con- figura la esencia de la conducta humana, el estar objetivamente teftido por un fin es el criterio para la imputabilidad de un resul- tadoy, conello, también para delimitarlo del suceso casual. Con- forme cello, es imputable aquel resultado que puede ser concebi- do como propuesto como fin. : estos efectos mediante | mediante la conducta co / 1 Asi, Larenz, lug. cit, p. 67; cfr, ademds, Bierling, lug. cit., pp. 63 ss. En la riisma linea se dirigen las investigaciones de Kriickmann: En Verschuldungsauf- rechnung, Gefthrdungsaufrechnung und Deliktsfahigkeit (Jherings J.,t. 55, pp. 1 ss), éLhabla de la posibilidad de “dominio teleolégico” del proceso causal (p. 40), del” servirse del movimiento ajeno por medio de movimientos propios (p. 44) y de la cal- culabilidad como elemento “para poder representarse la dependencia del movi- miento ajeno respecto del movimiento propio al servicio del fin, del resultado" (p. 52), Pero a mime parece que la unificacién de la “calculabilidad tipica con el calcu. lo individual” no puede caracterizar completamente la utilidad de una “teoria del “movimiento ajeno dominado” (cfr. Krickmann, en ZStW, ug. cit., pp. 353, 361), da- do que la posibilidad de ta produccisn de lo calculable es un factor autdnomo esen. cial para la valoraciéa de la conducta, -.? Paraunaulterior explicacién de esta: forma de consideracién objetivase pue- dehaceruna remisiéna Larenz, lug. cit, pp. 6Tss.;perosea destacado como esemial: “Por medio dela capacidad para proponerse fines y realizarlos, de darle aleareo cau, sella direecién a un fin quizélejano, pero conocido y querido, de hacerlo fructifero, la Voluntad dominael acontecer dela naturaleza ylotransformaenel hecho propio. Asi, ¢lhecho se nos presenta como una totalidad taleolépica, es dein como wee elactay mltiple entre eausas y efectos, que es regido por la voluntad mediante la elacen conelfin.Conforme ello laimputatién comojuiciosobreelhechonoes ua: juiciocau- fal, sinouno teleoligico, Séloque nose debe coacebir aqui elfin subjetivamente, sino gusty dus coneebicloobjetvament; es deci uno nose pede qeederen imputar Sauello que fue sabido y querido, sino que también hay que imputar lo que pudo ser "77 Tegido asf porla voluntad, loque era posible eomocbjeto de lavoluntad”. msi tee fis _ valor de a neat imputacin ycasualidad, Larenz, lug, cit., mann 28 og ae ee tusal, que pueda excluir lo casual, Kriick- Cousalidad e imputacién objetiva 47 Podrd ser evidente que ; valor sobre el autor ee ees ean unjuicio de 185 su responsabilidad por suconducta y, asa = atin la cuestion de resultado. Pues atin no se ha dicho nada ea F ad , sampoen poral siguié el resultado intencionalmente, sélo iss bg ane loprevid; por tanto, nadaacercade. sus telaciones i cee ba resultado. Sélo se ha expresado un juicio sobre epos bili aes juzgar desde el punto de vista objetivo—de una eae seed gicadela conducta con elresultado,sobrelaaleansablided one ae del resultado, para alguien que esté en la situacién en Por tanto, aunque este juicio no se basa actuales del autor, si en sus capacidades Sess tuales y psiquicas—. Es determinante la cuestién de si el autor, mediante suconducta, en concurrenciaconlos factores dados fue. rade si mismo, pudo incidir en la produccién del resultado cenla evitacién del resultado. Para la conociday hasta ahora no resuel- ta disputa de los partidarios de la teorfa adecuada —para quién tiene que ser calculable el resultado, si para el autor, el observa- dor abjetivo o el hombre mds entendide—, no podria haber lugar dentro de la téoria dela imputacién objetiva. Si aquélla dispute se debe a que la cuestién de lacalculabilided, segin sunaturale- za, es tedrica, y, como consecuencia de ello, admite un punto de vista distinto, respecto de la imputabilidad del resultado se tra- tadelacuestién prdctica més amplia dela, posibilidad objetivade la conducta de perseguir fines. El contenido de esta cuestién, la alcanzabilidad de un fin determinado, hace que todo factor dela situacién de hecho aparezca comoesencial, conlo cualelcentrode gravedad de la decisidn no se ubica en la generalizacién —como enlateoriaadecuada—t, sino enlasingularidad del caso. Parala L Al respecto seria decisive parael caricter de causa de la conducta humans, talcomoselo formula muchas veces, la cuestisa desiella “produce resultado que esta en cuestisn” (asi, "ran Calker, lug. cit, p-26), sieleursocausal es «aracteriticatypiseh’ (ast, Labe lng, ct, p. 40), Pero este MAE wisn ble, Pues en los casos ajustados a lo regular, configure as de modo carat relacién entre conducta y resultado aparece come evidente; paraellos i ae una teoria; y la pregunta porel cursocaracteristica 0° ajusia alos ee recea una sola ver 0 raramente, para los cuales precisamen'? 118 Richard Honig 186 respuesta a la pregunta de sila conducta que entra en considera- cién habria podido ser realizada conforme a un fin para alcanzar oevitarel resultado producido—la conducta activa puede ser con- siderada como medio para alcanzar el resultado producido; la pa- siya, como medio para no evitarlo—, no se debe prescindir de nin- guna circunstancia dela situacién de hecho concreta. “Es determi- nante”—tal como ha afirmado Liszt desde siempre, a partir desu punto de vista, como representante de la teorfa de la condicién— “siempre la configuracién efectiva, aun cuando sea inusual, del curso en el caso particular”! La cuestién desi, p. ej., la muerte del sobrino alcanzado por el rayo puede ser atribuida al hecho deque, durante una tormenta, A envia a su sobrino, al que quiere here- dar, a unacolina cubierta de arboles altos, depende de siuno tie- ne que considerar esto como pura casualidad, aun cuando se co- rrespondiera al deseo de A, 0 si uno puede hablar de queA se ha/ aprovechado de la fuerza natural de la tormenta. Siacaso se hu- biera podido observar que la tormenta, en esa época del afio, pa- saba sobre esacolinay descargaba alli sus rayos, entonces, se ha- bria podido contar—siguiendo reglas de viejos campesinos—con - otras repeticiones. Recién entonces la pregunta se podria contes- tar en el sentido dela segunda alternativa; me parece dudoso que se lo pueda resolver asi mediante la teoria adecuada. Del mismo modo, el interrogante de si el resultado puede ser concebido como perseguido como fin lleva a decisiones inequivocas, y, por cierto, a lanegacién de la imputabilidad del resultado, si, p. ej., por culpa del cochero los caballos se desbocan, un peatén se arroja contra ellos, es atropellado y se quiebra un brazo; igualmente, si el due- ena teorla. Si, p.j.,elconductor de un automévil dobla a la izquierda precisamen- te en el momento en el cual otro quiere sobrepasarlo, y el otro entonces dobla tan Suertemente que vuelea y pierde la vida (cfr. RGSt, en LeipzZADR, 1929, p. 1148), 6- lo se podria hablar de un curso caracteristico si casos desgraciados de esa indole Aparecieran frecuentemente, lo que no es cierto, 0 bien si, con ello, se quiere carac terizar el peligro ligadoen general al transite automotiz, con lo cual nose tendria sn cuenta, empero, la particularidad del caso, 1 p. 162, 2 Chr. Traeger, lug. cit, p.8. Cfr.,p.ej.,1a 18."ed. del Lehrbuch (1911), pp. 135s.,yahorala25.*ed.(1927), Cousalidad e imputacién objetiva pat) ode una casa ha omitido ect C : rede scan an peta ‘oechar arenilla sobre la hladadel ree propia culpa, es atropellado?, 3 or ell sobrelacalzaday, sinsu determinado viaje por el mar, aung ea eee earn vegacién que organiza esos viajes esabeque a sociedad dena- bién barcos ineptos para él mar, y bes en funcionamiento tam- anu consecuencia dela ineptifud martina Siumascence solver del mismo modo segun la teoria aden Se aaa estos casos deberia quedar claro que, con. elena St iy bilidad’ ° de ‘calculabilidad”, no se alcanza el Sees relacién objetiva del autor conel resultado, si aetna Se eee caatal dsl eamaniee uel ees ean loaleanza uno hable atin de causalidad y n0 de uaa on sao ign ecencialclaramenteformuladaporLaren2? deq 8 Ca ii te fo por Larenz?,deque 1. iscusidn “no la posibilidad de un curs ay anola dé ge domi c o causal deter- ed aoe je su dominio por la voluntad”. Ja tatroduccién del concepto de imputacién objet as{ justificada desde el punto de vista practico, oa lmbiée coma concepto, juridico| categorial se legitimaenrazén dequeelDerecho se dirige exclusivamente a Ja voluntad, como fundamento esp tual de laconducta. Es que el Derecho es ordenamiento de la con- vivencia humana sélo por el hecho y en la medida en que la con- ducta humana se puede: determinar. Este cometidoles es puesto Jos mandatos y prohibiciones, que se dirigen ala voluntad huma- 2. Bjemplos de Maschke, lug.ct, p-81, allicon solucidn opuesta. \ Habriaque decidirde modo opuesto, Seguin elprincipio derivadode la teoria. fa allfeld y a Braeger— or Kabler, ug. ct > 197:"Blenca- Jscmienta de una condicién con un resultado a0 ie ‘convierte ain en anormal por elhechodequese produzapor/a intermediaciindesw tercero que achia sinculpa- bilidado imprudentemente”. Pero ta distancia entre los ejemplos dados alrespecto por Kébler(elmédico prescribe veren0 porimprodenciaentngardeun meow to, elenfermero advierte 230, pero alenfermo imprudeatemente\ hiere aB con dolode Ca ny ane a mningueroB,queentrelasmatas bay U2 60 ajentras que, talcomodlCAl sabe se encuentra C) y los expuestos 22) eltexto muestra que ‘aquel principio estd x0 120 188 Richard Honig sélo ésta puede ser influida por ellos. ee exigir de di ducta que, segun la experiencia general, pueda ser ie i a voluntad humana, expresado de otro modo: pueda caneexigida alhombre. Pero esperadasélo puede ser, oe con- ducta que se halla en el Ambito del poder humano, que a él ae posible observar. En consecuencia, los mandatos pueden se la produccién de un resultado deseado por el legislador; las prohibi- ciones, la evitacién de uno indeseado por el legislador, sélo en la medida en que su produccién osu evitacién le sea posible a quien se hallaenlasituacién presupuesta por el legislador, por tanto, un resultado que él pueda prever y, entonces, también producir| oevi- tar. Conforme a ello, Ilegamos a la consecuencia, también apartir del punto de vista de los contenidos de los preceptos juridicos, de quela conducta humana causal del resultado es juridicamente re- na, porque - levante sdlo si, respecto de la produccién o evitacién del resultado; puede ser concebida como en pos de un fin. Recién con la finalidad objetiva! que se agregaa la causalidad esta dada la base, segiinlo anterior, para la significacién juridica de la conducta humana?. Que Bierling considerase la accién u omisién como causa sélo en” la medida en que fuera “expresién de potencia espiritual”? y que von Rohland caracterizara la voluntad como “la tinica causa que el Derecho reconoce como valiosa”‘, se puede reconocer acabada- mente como sentido inherente a esas formulaciones, sélo desde el punto de vista de la posibilidad objetiva y también concebible de la conducta de perseguir un fin. Asimismo, se pueden entender solo desde ese punto de vista formulaciones de Binding tan parti- culares como enfaticas: “El factor de la voluntad nunca puede wats Ct {bre el concepto de fin como principio objetivamente vilido, precisa en elaciéncon“procesos en sf concluides” (como les que d i contenidas de los preceptos juridicos), Wilhelm Wund, icy ai coe _,, 7 Respectode la repercusién de este cidad de la conducta, véase infra, p, 196, > Chi. Bierling, lug. cit, p. 52, ‘von Rohland, Die Kausall ' ; lehre des Strejrechts Big waor en Kausalzusammenhang, Handaln g Puntode vista sobre la cuestién dela tipi- + 1903, p. 60; cfr. también el ind Unterlassen, en VDA, I, p. fe alrespecto, esp, on Rehlend, Kousallehr, Pp. 10s. (16),

También podría gustarte