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ENSAYO CRITICO -ROL DEL CNE EN LA ELECCIONES DE LOS CARGOS PUBLICOS

El CNE se encarga de la dirección, supervisión y control de todos los actos relativos al desarrollo de
los procesos electorales y de referendos, previstos en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela.

Entre sus funciones se encuentran

Planificar y ejecutar todos los actos relativos a la elección de los cargos de representación popular
de los poderes públicos, referendos y otras consultas de su competencia.

Proponer las circunscripciones electorales.

Establecer el número y ubicación de los centros de votación y de mesas electorales.

Fijar la fecha de la instalación de las juntas y las mesas electorales

Elaborar la lista de elegibles a cumplir con el servicio electoral.

Totalizar, adjudicar y proclamar a los candidatos y candidatas que resulten elegidos o elegidas en
elecciones regionales, metropolitanas, municipales y parroquiales cuando las juntas
correspondientes no hayan proclamado en el tiempo previsto en la ley.

La totalización, adjudicación, proclamación y entrega de credencial, con base a las actas de


escrutinio de los Diputados y Diputadas a la Asamblea Nacional la hacen los órganos
correspondientes. Por otra parte el sistema de elección de cargos públicos, cuenta con protección
constitucional, ordenando claramente a la administración pública someterse de manera obligatoria
a los principios de protección, el orden y el acceso al referido Sistema de Contratación, el cual
garantiza la equidad de los procesos, la eficiencia del cumplimiento del orden jurídico, que rija las
materias respectivas y el acceso a las actas que se tenga interés, convirtiéndolos en actos públicos
y de libre acceso.

Ante los signos de crisis de legitimidad en un sistema político, se hace necesario asumir como razón
última de la acción electoral, una máxima de conducta asimilable al imperativo categórico
desarrollado por Kant (1785), que consiste en que toda conducta del ser humano debe responder
siempre a una premisa universal y necesaria, fundada en el bienestar general, que es dictada por la
moralidad individual, en función de considerar a los hombres nunca como un medio, sino como un
fin en sí mismo. Lo cual obedece a que el principio de la autonomía de la voluntad, es
suficientemente válido para iniciar, por medio de una sucesión de actos libres y conscientes, una
voluntad general o consenso sobre otras normas fundacionales, que hacen posible la constitución
de un Estado Legítimo de Derecho y de Justicia Social. Por lo que, siendo estos aspectos básicos, los
que determinan la vida democrática, se debe partir del voto como acto conector de estos tres
principios, suponiendo que éste se ejerza tal como en el imperativo categórico kantiano y de forma
secreta, libre y consciente, sin ningún tipo de condicionamiento. Para ello, es preciso indagar sobre
el estado de naturaleza humano, tratado por diferentes autores como: Maquiavelo, Hobbes, Locke,
Hume, Kant, Rousseau, entre otros; a fin de determinar si el voto ejercido bajo el influjo de un
antivalor, estaría viciado de ilegitimidad. La idea de cómo opera la moralidad del elector venezolano,
es un tema de difícil abordaje, pues no es algo que esté propiamente asignado a una ciencia fáctica,
sino que al tratarse del análisis de la conducta humana, sería la casuística (causa-efecto) la que
vendría a determinar si las razones del elector venezolano son suficientemente válidas para otorgar
legitimidad, la cual no puede medirse únicamente con la suma de los votos, sino que además debe
existir un respeto al sufragio libre y secreto, para garantizar que los procesos electorales no estén
viciados de ilegitimidad y sólo exista una legalidad legitimidad aparentes.

De acuerdo al análisis crítico dialéctico acerca del voto y su contenido moral, no cabe duda de que
éste representa uno de los actos morales más importantes en toda sociedad organizada. Sin
embargo, en países subdesarrollados como el nuestro, el voto no cumple las características básicas
del acto moral, no por lo menos desde la percepción del estado de naturaleza kantiano, en virtud
de que para su cumplimiento requiere de un proceso reflexivo exento de miedo, motivos u otros
alienantes de la libertad de la voluntad. Y en el que adicionalmente existe una desmoralización más
arraigada caracterizada por frecuentes actos de corrupción, sobornos, violencia, extorsión y otros,
por lo que requiere de protección legal. - Existe carencia de especialistas en el ámbito de la
legitimidad, que lleven estudios epistemológicos al nivel de demostración empírica y le otorguen
una connotación más práctica a los problemas y resoluciones de problemas en cuanto a legitimidad
se refiere. Por lo que en general yo como futura votante, espero no tomar malas decisiones en
futuras elecciones en mi país y que en estas sean legítimas y que se aplique la fórmula “Voto es
igual a Acto Moral” o “Voto no es igual a Acto Moral”, para poder medir cuantitativamente los
niveles de legitimidad en los Estados de Derecho.

HOLLYANIS JIMENEZ

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