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Hoy en la Javeriana

La cátedra de Chespirito
Carlos Julio Cuartas Chacón*

El homenaje tributado en Ciudad de dades para acercarse al público; en una


México a Roberto Gómez Bolaños, y el justa proporción de diversión y ternura;
cubrimiento noticioso en muchos paí- en fin, en un conjunto de valores que explicación, -no sé qué puede ser más
ses, de su muerte y despedida, llamaron brillan por su ausencia en tanto dra- difícil-, en caso de una escena fuerte de
la atención sobre el talento y la obra de matizado que requiere grandes sumas sangre, de sexo o de maldad extrema.
este hombre extraordinario que “sin que- de dinero para su producción, y en los ¡No! Con Chespirito en la televisión, el
rer queriendo” se metió a través de ‘la cuales, a veces, se destaca y hasta se sano entretenimiento estaba asegurado,
pantalla chica’ en millones de hogares, elogia, el itinerario vital de reconocidos acompañado de una que otra sonrisa.
especialmente del mundo hispano, y más criminales; todo en busca de niveles La invitación del Chapulín Colorado,
aún, se hizo a un lugar perdurable en la muy altos de audiencia. “síganme los buenos”, –un genial impe-
mente y el corazón Pero tal vez lo rativo–, cobró especial connotación al
de multitud de per- El humor blanco, como se más importante ver ese grupo numeroso de niños ves-
sonas, sin distinción ha repetido en los últimos en las historias de tidos de rojo y amarillo, como su héroe,
de edades, clases días, tuvo en Don Roberto Chespirito, ‘el su- con sus ‘antenitas de vinil’, que levan-
sociales o nivel edu- el mejor de sus exponen- percomediante’, es taban sus brazos y saltaban jubilosos
cativo. En efecto, ha tes. Sus programas per- su clara referencia celebrando con gratitud la vida de ese
sido impresionante
fectamente se podían a hombres y muje- hombre entrañable, que en un ataúd
transmitir en horario fa- era llevado en hombros. Sí, a ese héroe
constatar cómo en res del común, que
miliar, sin necesidad de ‘la sin superpoderes, que les decía “que
la memoria de mu- sobreviven en medio
compañía de un adulto’…
chas generaciones, de grandes limita- no panda el cúnico”, que los hizo reír
incluso de niños de hoy, quedaron regis- ciones, sin lujos ni comodidades, entre y soñar, seguían los niños, que son em-
trados los personajes que Chespirito,–el complicidades y disgustos que reflejan blema de la inocencia y la bondad, de
sobrenombre que nació de una ingeniosa algo de nuestra propia vida, de los retos la simplicidad. Resulta sorprendente ver
castellanización de ‘Pequeño Shakespea- que nos ofrece la convivencia en la coti- que son los mismos niños que han sido
re’–, creó y en muchos casos encarnó él dianidad: los amores del Profesor Jirafa- amenazados por la tecnología y la so-
mismo, en series como ‘El Chavo del 8’ y les y Doña Florinda; la obsesión de Doña ciedad de consumo, que los convierte en
‘El Chapulín Colorado’. Cleotilde, ‘la bruja del 71’, por Don Ra- objetivo comercial, y de tantas formas
Sin embargo, no fue el tono pegajoso món; el arriendo que infructuosamente los inducen a la malicia y la violencia.
de algunas de sus célebres expresiones cobra el Señor Barriga; las pataletas de Qué grato el paso de Don Roberto por
lo que hizo posible este fenómeno de Kiko o de la Chilindrina. Quién no ha el mundo. ¡Qué hermosa su huella! Nos
masas, lo que ocurre con algunas can- querido decir en algún momento, a su ha demostrado, y de qué manera, cómo 31
ciones que repiten palabras o frases, pareja, a un hijo, al jefe o al profesor, ‘todo educa’, cómo la televisión, que fue
opin ión

y pueden estar muy de moda por un “Cállate que me desesperas”, o “No con- su medio de comunicación privilegiado,
tiempo, y luego desaparecen sin dejar taban con mi astucia”. En verdad se tra- tiene un poder inmenso sobre los pue-
huella alguna. La razón está en la sim- taba de una maravillosa vecindad. blos y afecta significativamente su cul-
plicidad de las historias y la ausencia de El humor blanco, como se ha repetido tura y sus valores. Y algo más, porque
violencia física, pues terminaban siendo en los últimos días, tuvo en Don Roberto alrededor de su obra, pudimos olvidar-
graciosos e inofensivos los golpes propi- el mejor de sus exponentes. Sus progra- nos de las diferencias, crear un recuerdo
nados con ‘el chipote chillón’ o el atraco mas perfectamente se podían transmi- común que hoy sirve de lazo para unir a
cometido por el Chómpiras; la explica- tir en horario familiar, sin necesidad de millones de hombres y mujeres en dis-
ción también está en la decencia de un ‘la compañía de un adulto’ que pudiera tintos rincones del planeta
lenguaje que no apelaba a las vulgari- tranquilizar al menor o ayudarle con una *Asesor del Secretario General.

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