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PRENDIZAJE -ALCULO Capiruto 2 Un primer proceso de aprendizaje: de la accién de contar-numerar a la accién de enumerar La accién de contar-numerar y la accién de enumerar Contar es establecer_una correspondencia uno a uno entre los objetos de una coleccién y la lista de las palabras- niimero, respetando el orden convencional. Esta definicién es insuficiente porque s6lo se refiere a los abjetos de una coleccién como entidades que se pueden contat. Pero también se pueden contar grupos de objetos (3 pares de zapatos) y no sélo objetos aislados, acontecimientos sucesivos (5 campanadas del reloj), conceptos (los 7 pecados capitales)... De modo mas general, para contar es necesario que Ia primera entidad contads, asi como las siguientes, pueda emparejarse con la palabra-mimero [uno]: de este modo se puede contar todo lo que los sentidos y la razén nos permiten considerar de manera unificada, es decir, que sea «uno». Cuando se trata de la accién de contar infantil, la definicidn que acabamos de ofrecer es insuficiente por otra razén mas fundamental: puede hacer creer que la actividad mental de un niffo pequefio que cuenta es idéntica a la de un adulto que tiene la misma conducta. Ahora bien, no siempre es asi, y hay que distinguir dos tipos de acciones de contar segin el significado que el nifio atribuya a las palabras- niimero que pronuncia: la accién de contar-numerar y la dé enumerar!, " Todos los autores franceses distinguen dos tipos de accién de comtar: — JP. Fischer y C, Meljac (1987) hablan de «contar en sentido fuerte» y «contar en sentido débile; = M.-P. Chichignoud (1985), de cuenta y enumeracién El vocabulario que hemos adopado permite que la palabra «contare conserve su sentido genérico (enumerer aparece como tn «contar» particular) y la expresién «contar-numerare da una idea de en que consiste esta forma de contar. 35 36 La accién de contar-numerar Los maestros de la primera y segunda etapa de la escuela infantil han podido observar que antes de los cuatro aiios y medio, aproximadamente, cuando a un nifio se le pregunta cudntos objetos hay en una coleccién de 4 4 5 objetos, suele proceder a contarlos, pero no siempre sabe que hay que | tomar como respuesta la ultima palabra-nmero pronunciada: : Cuéntos objetos hay? NiNo (cuenta): [uno], [dos], [tres], [cuatro]. MatsRo: Si, pero cudntos hay? NINo (vuelve a contar): [uno], [dos], [tres}, [cuatro]. Maestro: Si, de acuerdo... Pero, zcudntos objetos hay? NiNo (vuelve a contar): [uno], [dos], [tres), [cuatro]. Parece como si la respuesta a Ia pregunta «cudntos objetos hay?» fuera el procedimiento de contar en su conjunto: cuando el adulto le hace la pregunta el nifio cuenta... pero no da la respuesta esperada. ;Parece un condicionamiento perfecto! Para algunos nifios no es més que eso (a veces se habla de una «accién de contar automiticas), pero para otros, esta forma de contar es una herramienta eficaz que les permite resolver pequeiios problemas. Por ejemplo, si hay que com- parar dos cantidades de 4 y 5 objetos, algunos nifios proceden del siguiente modo: «Ah{ hay [uno], [dos], [tres], [cuatro], y ahi [uno}, [dos], [tres], [cuatro}, [cinco]. Ahi hay mds porque aqui hay [uno], [dos], [tres], [cuatro}»?, Para este nifio, la accién de contar funciona como una atribucién de dorsales a corredores; en el primer caso, distribuye «el uno», «el dos», «el tres» y «el cuatro», y en el otro «el uno», «el dos», «el tres», «el cuatro» y «el cinco», Sabe que avanzar en la distribucién de dorsales ‘significa que hay més objetos. Pero ninguna de las palabras-mimero pro- nunciadas representa una cantidad por si misma. La ultima palabra-ntimero pronunciada no «vale» més que las otras, es también un niimero que se refiere al objeto indicado. Esta forma de contar la denominaremos contar-numerar: cada palabra-mimero pronunciada, incluida la dltima, es un nimero que se refiere tinicamente al objeto sefialado. Algunos nifios no saben qué hacer con su accién de contar-numerar, salvo demostrar al adulto que saben contar. Para otros es un instrumento util que les permite, en cierto modo, representar cantidades, pero no hay que engafarse sobre la naturaleza de dicha representacién: es la totalidad de * Encontramos ejemplos en R. Droz y J. Paschoud, 1981 PRED a a EL aPrenpizaje La accin de enumeray) Decimos que un Uw painter la serie «{uno}, [dos}, {tres}, [cuatro}s la que Tepresenta una Parana DE cantidad de cuatro. objecel no la Ultima palabra-nimere APRENDIZAJE [cuatro]. No se nifio sabe enumerar una coleccién cuando la tltima palabracné ximero que pronun piimero, sino que representa la certain La accién de contar del | adulto es una accidn d cuando el adulto ha c: ‘ontado [uno], [dos], ica no es ‘un simple de todos los objetos, le enumerar: [tes], [euatro), sabe que hay cuatro objetos En la enumeracién, la dltima Ro es la tinica susce -ptible d [eres] Por otra parte, insistentemente el cabe la posibilidad simples niimeros, sin. su accién de contar, que todavia tiene qui los spedagogos antiguos recomendsban {mpleo de este procedimiento: ne ac de que las palabras-ni al separar los objetos ie contar. De la accién de contar-numerar a la de enumerar; una transicién dificil 37 38 } | | del nifio en su comunidad cultural: se suele decir que un nifio que sabe contar hasta un nimero elevado es «mayor, Por eso, el aspecto ritual: desla accién de contar supera con frecuencia a sus usos pricticos, y la acci6n de contar-numerar se suele ensefiar por s{ misma, sin preocuparse de relacionar este aprendizaje con contextos que permitan al nifio. ser consciente de su interés practico Por qué la transicién de la accién de contar-numerar 4 la de enumerar es tan dificil Para acceder a la enumeracién propiamente dicha, a partir de Ia accién de contar-numerar, el niiio debe atribu doble significado a la tiltima palabra-nimero pronunciada: cuando Ta pronuncia por primera vez, al contar, la dltima palabra-niimero tiene la misma categorfa que las restantes, se trata de un niémero que distingue un objeto («el siete», por ejemplo). EI nifio debe cambiar el significado de esta palabra- riimero para que represente la cantidad de todos los objetos': se pasa de «el sicte» a «los siete». 1 vr) Ont Opes Ong O2 AO seluno» el dos» cel tres» sel cuatro sel cinco» sel sess sl/sietee Para apreciar Ia dificultad de este cambio de significado, hay que teneren cuenta lo especifico de esta prictica lingiistica: al designar los objetos de forma cualitativa pro- nunciando, como al contar, palabras diferentes: «goma, estu- che, boligrafo, cuaderno», la iltima palabra pronunciada, scuaderno», se refiere al objeto asi denominado y en moda alguno al conjunto de objetos. Sélo el empleo de las palabras- niimero conduce-a esta manipulacién de las palabras. Se trata de un obsticulo lingifstico muy importante que no hay que subestimar. La regla de la tltima palabra pronunciada . EL APRENDIZAJE DEL CALCUL Bes EL aprenpizaje BSS DEL CALCULO eG rhe oh PET oF oa 5 se : su GE SRE SE SRS Un priwer pequeiias, no es total, al jugar con el domind o los dados, el PROCESO DE _niffo tiene la posibilidad de darse cuenta de que una misma APRENDIZAJE _palabra-mimero puede significar un numero y una constelacién al mismo tiempo. Ahora bien, la constelacién, como la cantidad, es una caracteristica del conjunto: en el dominé, cuando se habla de «un seis», a palabra-nimero [seis] se refiere al conjunto de los puntos, no sdlo a uno de ellos. Se trata de un uso de las palabras-ndimero susceptible de desestabilizar el significado extrafdo de la accién de contar- numerar, en la que la palabra-nimero s6lo sirve como un niimero que va unido a uno de los elementos del conjunto. Contar y usar constelaciones se complementan Antes de 1970, habla dos concepciones pedagdgicas opues- tas sobre el primer aprendizaje numéricot: — la de los «pedagogos contadores», que preconizaban la practica intensiva de la accién de contar. Por ejemplo, en un libro del maestro de 1934, Lacour recomendaba » para la eleccién del niimero 5»: «Para ensefiar la serie natural de los ntimeros, debemos contar cuanto sea necesario, mostrando colecciones ¢ insistiendo con mayor frecuencia en la serie «cuatro cinco», Hay que hacer entender que la posicidn de los objetos no influye en absoluto en el mimero; los cinco objetos pueden estar alineados, luego desordenados, podemos comenzar a contar por un extremo, después por el otro, etc.»; — la de los «pedagogos visuales», que defendia el uso de constelaciones, Brachet, por ejemplo, en 1955, trata con mucho desdén a los pedagogos partidarios de contar, cuando escriber «En nuestra opinién, no es cambiando de sitio, una tras otra, las cuatro fichas de una coleccién como el nifio forma la nocién de cuatro y la de su descompo- sicién, En lugar de esto, ereemos que, al contemplar, a la distancia adecuada, y con una visién de conjunto y_ simulténea, la constelacién de cuatro objetos, el nifto seré iluminado por el niimero 4, que es 2 +2 y Bi Laake La descripcién que hemos realizado sobre el modo en que el nitio accede a la enumeracién es un elemento esencial que © J.-P. Fischer, 1982. 41 hay que incluir en la historia de la disputa entre «pedagogos contadores» y «pedagogos visuales», un elemento capaz de superar los antagonismos de antafto. ~ En efecto, en las pequefias cantidades, el nifio progresa confrontando dos modos de trétar la informacién: — Ia percepcién visual global, que es una forma de tratamiento muy ripida simulednea; — Ia accién de contar, que es una forma de tratamiento secuencial (que tiene lugar en el tiempo). Estas dos formas de tratar la informacién presentan caracteriticas distintas: una de ellas es apropiada para dar cuenta de la cantidad en su conjunto, y la otra, para hacerlo unidad a unidad. El hecho de que sean complementarias es la causa de que, gracias a su confrontacién, el nifio pueda acceder a la representacién numérica de las cantidades. Si los «pedagogos contadores» y los «pedagogos visuales» defendian el empleo de una de las dos formas de tratar la informacién, excluyendo la otra, en la actualidad se cree que el progreso depende de su confrontacién’. Pero dicha confrontacién sélo puede provenir de la utilizacién conjunto de la accién de contar y las constelaciones. Ensefiar a contar Aun no nos hemos referido al aprendizaje de la accién de contar: gcémo aprende el nifio a establecer la correspondencia uno a uno entre los objetos de una coleccién y las palabras- niimero de la cancioneilla de los ntimeros? ¢Hay que ayudarle en este aprendizaje? A qué edad? Se comprenders que haya- ‘mos insistido, al principio, en los riesgos de un aprendizaje precoz, porque conduce a una accién de contar-numerar, y en el hecho de que la transicién a la enumeracién sea dificil. En el capitulo siguiente, propondremos que se ensefie a contar a los cuatro afios aproximadamente y explicaremos por qué esta edad nos parece razonable. Pero para el maestro que desee introducir a sus alumnos en la préctica de contar de modo més precoz, éstas son algunas sugerencias. Un nifio sabe contar cuando sabe establecer la correspon- dencia uno a uno entre los objetos de una coleccién y las palabras-mimero de la cancioncilla de los mimeros (aunque su aceién sea una de contar-numerar o una enumeracién). En las colecciones pequefias, la capacidad de contar es precoz.y, LP. Stefie, E. von Glasersfeld, 1985. EL APRENDIZAJE DEL CALCULO. PROCESODE aaEOZAE o an ne Oe 6. aoe a Uneriwer en la mayoria de los casos, el nifio se sirve del indice para GE Ee amenorzse | pgoctso DE sefalar. Asi, R. Gelman observa a los cuatro atfos de edad arxenpizaje mis de un 80% de aciertos en una coleccién de 5 objetos (jsiempre que consideremos la accién de contar-numerar como un acierto!). En cambio, cuando el tamaiio de la coleccién aumenta, es om diffcil para el nifio establecer la correspondencia uno a uno de modo correcto. A mitad del curso preparatorio, y con colecciones de treinta objetos, suele ser una tarea mal 4 4 eno resueltat: los nifios olvidan un objeto o cuentan dos veces el mismo objeto. can dr Ds ci 10s tipos de errores al contar clo pee eee ss la En efecto, hay que distinguir dos tipos de errores al establecer la correspondencia uno a uno entre las palabras- los niimero y los objetos: dian son. — los que acabamos de mencionar, que seguimos encon- reso trando en nifios relativamente mayores, y que derivan slo | mis de una falta de método que de un defecto de _— conocimientos. Para contar objetos dispuestos en cir- | culo, por ejemplo, hay que recordarel punto de partida, para no detenerse demasiado pronto o iniciar tuna segunda vuelta. Cuando los objetos que hay que contar no estin alineados, se hace necesario poner en prictica una estrategia de contar adecuada, E] maestro a de puede ayudar con gran facilidad al nifio en este _ campo. Si, por ejemplo, los objetos que hay que a contar se pueden desplazar, hemos visto que una = estrategia correcta consiste en desplazar cada objeto, de modo que se separen los objetos ya contados de — los que todavia hay que contar. Cuando se trata de objetos dibujados, el nifio puede adoptar una estrategia | cil | de marcar, haciendo, por ejemplo, una cruz en cada =? objeto contado; - | — los errores que se dan en los nifios mas pequefios, en = | los que sefialar los objetos y recitar la cancioncilla de =i j Jos niimeros se producen de forma descoordinada | cuando hay mas de 3 6 4 objetos. Este es el caso del 7 nifio que pronuncia una palabra-nimero entre dos objetos: por ejemplo, dice [cuatro] sefalando un objeto a con el dedo y después dirige el dedo hacia otro a | objeto, pero como pronuncia [cinco] en el recorrido, e | se produce un desfase de una unidad. ©. Comitti, A. Bessot, C” Parsee, 1980. 8B 44 Este segundo tipo de errores es mis grave, ya que en ausencia de la correspondencia uno a uno, es imposible toda representacién de cantidades. Como esta conducta parece demostrar que el nifio no comprende el significado de lo que hace, se podria optar por retrasar las actividades de contar en beneficio de las actividades que se describen en el capitulo siguiente. Pero hay que matizar la afirmacién anterior: en algunos nifios, estos errores pueden ser simples errores de ejecticién. Por ejemplo, hay niflos que recitan la cancioncilla de los niimeros muy deprisa (probablemente creen que asi es como hay que hacerlo) y el gesto no consigue ir a la par. A veces es suficiente decir al nifio que se lo tome con calma para que Jo haga de modo correcto. Otros, por el contrario, tienen tantas dificultades para recordar la serie de las palabras- niimero que se dedican por completo a esta tarea y controlan de forma insuficiente la accién de seialar con el dedo. En ambos casos, las dificultades parecen provenir de centrar de forma excesiva la atencién en el aspecto ritual de la recitacién, ya sea porque el nifio sabe tan bien la cancioncilla de los miimeros que desee demostrarlo a toda costa 0, por el contrario, porque la recitacién le resulte laboriosa y una cierta dramatizacién de esta dificultad le leve a no pensar mas que en ella. Cuando nos encontramos con este tipo de error, puede ser interesante proponer actividades de contar en las que sea el adulto quien recite la lista numérica, librando al nifio de la recitacién para que pueda dedicar toda su atencién a establecer la correspondencia uno a uno, Si se trata de contar los alumnos que comen en el comedor, por ejemplo, se designa a un «alumno sefialador» que tendré que adaptar su forma de sefialar con el dedo al enunciado de las palabras-niimero del adulto. El maestro debe ocuparse asimismo de variar el ritmo de enunciacién (més rapido, més lento), ya que, ademas de que la tarea deviene més hidica, el nifio se ve obligado a ‘mantener una atencién sostenida ante las palabras del adulto, para poder coordinarlas con la accién de seialar. Los dems nifios, mientras tanto, deben controlar que el nifio «sefialador» no se equivoque. Esta actividad da primacta a la tarea de establecer Ia correspondencia uno a uno mis que a la apropiacién del orden de las palabras-nuimero. Conclusién Para ayudar al nifio 2 acceder a Ia enumeracién, hemos presentado las siguientes propuestas: EL APRENDIZAJE DEL CALCULO Ses EL APRENDIZAJE Ses DEL CALCULO pce Gerre & 4 en as ee SoRORRE RHEE Roos Ba UN PRIMER, PROCESO DE APRENDIZAJE | — realizar actividades en las que el adulto recite la lista de los mimeros en tanto que la tarea del nifio consiste en sefialar los objetos correspondientes; — realizar juegos de dados o de dominé’e intervenir en el juego del nifio para ayudarle a darse cuenta del | doble significado de las palabras-niimero que designan las constelaciones. Estas propuestas deben completarse. Hemos visto que algunos nifios usan de modo eficaz la accién de contar- numerar para comparar cantidades. En general, el hecho de ensefiar a un nifio a emplear la accién de contar-numerar para resolver problemas es sin duda un factor de progreso. En el capitulo 4, dedicado a los primeros usos de las cifras, se presentarin ejemplos de actividades. Pero el interrogante fundamental de saber si hay que ensefiar a contar de modo precoz sigue en pie. En la mayor parte de los casos suele conducir a que las palabras-mimero adquieran el significado de una etiqueta numérica, y algunos nifios tienen muchas més dificultades posteriormente para emplearlas que para designar cantidades.

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