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Economía neoclásica

(Redirigido desde Escuela neoclásica (economía))

El término economía neoclásica o escuela neoclásica es un concepto impreciso utilizado


en economía; ciencia política, etc, para referirse en general a un enfoque económico basado
en el análisis marginalista que incluye la percepción del Homo œconomicus.

Generalmente se emplea en dos acepciones: para referirse a los desarrollos en el


pensamiento económico entre 1870 y 1920 y -más o menos críticamente- a lo que se
considera el pensamiento económico ortodoxo o dominante (mainstream) en la actualidad.

El economista neoclásico por excelencia es Alfred Marshall, quien es considerado el


fundador de la escuela. Entre los neoclásicos modernos puede distinguirse, entre otros, a los
nuevos clásicos (muchos de los cuales son partidarios del monetarismo) y los seguidores de
la síntesis neoclásica

Contenido
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 1 Introducción
 2 Sinopsis
o 2.1 Escuela marginalista
o 2.2 Síntesis neoclásica
o 2.3 La reacción monetarista
 3 Historia
o 3.1 Origen y evolución del término
o 3.2 Características del neoclasicismo temprano
o 3.3 Críticas al neoclasicismo temprano
o 3.4 Desarrollos posteriores
o 3.5 Neoclasicismo posterior a 1950
o 3.6 Críticas al neoclasicismo contemporáneo
o 3.7 Reacción neoclásica: el nuevo clasicismo
 4 Referencia
o 4.1 Bibliografía

Introducción
Entre los supuestos de que parte el enfoque neoclásico se encuentra que el comportamiento
económico surge del comportamiento agregado de los individuos (u otro tipo de agentes
económicos) que son racionales y tratan de maximizar su utilidad o beneficio mediante
elecciones basadas en la información disponible.

Hoy en día, el enfoque de la escuela neoclásica predomina entre los economistas. Aunque
existen muchas críticas a varios de los supuestos de la escuela neoclásica, frecuentemente
algunos de estas críticas han sido incorporadas en nuevas versiones de la teoría neoclásica
(por ejemplo, la escuela neokeynesiana está basada tanto en principios neoclásicos como
keynesianos).

La economía neoclásica es el producto de varias escuelas de pensamiento en economía. No


todos están de acuerdo acerca de qué se denomina economía neoclásica, y el resultado de
esto es una amplia gama de aproximaciones neoclásicas a varias áreas problemáticas y
dominios; arrancando de las teorías del trabajo a teorías de los cambios demográficos.

E. Roy Weintraub expresa que la economía neoclásica se basa en tres cuestiones, sin
embargo algunas ramas de la teoría neoclásica pueden tener distintas aproximaciones:

1. Las personas tienen preferencias racionales hacia los resultados que pueden ser
identificados y asociados con un valor.
2. Los individuos maximizan la utilidad y las marcas maximizan la ganancia.
3. Las personas actúan independientemente en función de información completa y
relevante.

Sinopsis
Los iniciadores de la escuela neoclásica fueron los marginalistas que insistieron en un
análisis económico libre de historicismo y cuyo modelo matemático se asemejara más a las
ciencias físicas. Esto en parte fue una demanda de rigor científico y en parte fue una
reacción contra el historicismo del marxismo. Tanto el marxismo como las ideas
económicas dominantes previas a la consolidación del marginalismo fue el enfoque clásico
basado en las ideas de Adam Smith y de David Ricardo.

Escuela marginalista

Los iniciadores de la escuela marginalista fueron Carl Menger, León Walras, William
Stanley Jevons, Alfred Marshall y Knut Wicksell. Sus formulaciones giran en torno al
principio de utilidad marginal decreciente. A diferencia de la escuela clásica, consideran
que el Valor económico o precio de los bienes está determinado por el deseo y la necesidad,
y no por el costo o la cuantía de trabajo que se haya empleado en producirlos.

Síntesis neoclásica

El marginalismo fue el enfoque dominante hasta la crítica keynesiana basada sobre todo en
consideraciones de tipo macroeconómico. Aunque la crítica keynesiana sobre cuestiones
macroeconómicas se consideró valiosa, el enfoque marginalista siguió siendo visto como
un enfoque riguroso especialmente para explicar el comportamiento microeconómico de
ciertos aspectos. Es por eso que algunos autores como John Hicks trataron de construir un
enfoque más amplio que sintetizara las ideas más valiosas de ambos enfoques, el resultado
se conoció como "síntesis neoclásica" o "neokeynesianismo", siendo ambos nombres
equivalentes aunque preferidos por unos autores o por otros en gran medida dependiendo
de sus simpatías políticas[cita  requerida].

La reacción monetarista

La introducción de ciertos aspectos keynesianos en la teoría, que condujo a un tipo de


política económica intervencionista entre 1950 y 1973 fue criticada ampliamente por un
sector de los economistas neoclásicos, como George Stigler, Milton Friedman o Robert
Lucas, precisamente en el período de mayor expansión económica conocido en la historia
de la humanidad. La nueva situación que se produjo a partir de 1973 con la Crisis del
petróleo de 1973 y la estanflación subsiguiente en Estados Unidos, favorecieron la crítica a
las políticas neokeynesianas vigentes en el período anterior. Esto ayudó al surgimiento de
una corriente de la economía neoclásica conocida como monetarismo que empezó a ser
influyente en algunas de las políticas económicas internacionales (macroeconómicas)
especialmente a partir de 1980.

Historia
Origen y evolución del término

La escuela neoclásica se originó a partir de los marginalistas quienes, buscando introducir


rigurosidad y una metodología que se asemejara más a las ciencias físicas, hicieron una
crítica -a veces implícita- a los conceptos y métodos utilizados por la economía clásica (o
economía política) incluyendo las ideas de Adam Smith; David Ricardo; John Stuart Mill y
Karl Marx.

Mucha de esta crítica se centró en el reemplazo de los conceptos de la teoría del valor-
trabajo por la de teoría del valor subjetivo y la explicación centrada en clases o grupos de
personas por el individualismo metodológico.

El término “neoclásico” mismo se originó en una crítica global de Thorstein Veblen -


fundador de la escuela institucionalista (norte)americana- quien lo utilizó para referirse a
quienes el consideraba compartían las percepciones no científicas de la escuela clásica,
especialmente la utilización de la teoría del valor, incluyendo la tentativa marginalista de
reemplazarla con la teoría del valor subjetivo y la percepción que “más es necesariamente
mejor”. Esto incluye a quienes son generalmente considerados marginalistas.

El término se generalizó para referirse a los seguidores de la "economía marshalliana". El


proyecto de Marshall puede ser visto como una tentativa de sistematización y formalización
de la “economía clásica”, lo que lo sitúa en el centro específico de la crítica de Veblen. La
visión de Marshall y sus seguidores -llamados inicialmente marginalistas ingleses o
marshalianos- es lo suficientemente distinta de otros marginalistas como para constituir una
percepción distintiva, a pesar de las raíces comunes en el marginalismo.
Además otros marginalistas -por ejemplo, Knut Wicksell y Carl Menger- se consideran
fundadores de escuelas (escuela sueca o de Estocolmo y escuela austríaca
respectivamente). Léon Walras es generalmente estudiado entre los matematizadores de la
economía. Y seria conducente a error sugerir que solo Marshall y sus seguidores son
marginalistas.

Características del neoclasicismo temprano

Lo anterior ha dado origen a una situación más bien confusa. La mayoría de los
especialistas hacen una diferencia entre los marginalistas y los neoclásicos, pero diferentes
autoridades incluyen entre los neoclásicos a diferentes autores. Los autores considerados
neoclásicos de importancia generalmente incluyen Marshall, Arthur Pigou, Wilfredo
Pareto, Francis Edgeworth y Irving Fisher (a pesar que este último es a veces mencionado
junto a Wicksell como antecedentes o fundadores del monetarismo). Walras es a veces
mencionado como neoclásico, pero a veces incluido con Pareto como representando la
Escuela de Lausanne

Esto ha llevado a algunos a distinguir varios “tipos” de neoclasicismo. Por ejemplo,


Fernández Díaz, Parejo Gámir y Rodríguez Sáiz. sugieren que pueden diferenciarse tres
corrientes:

1. la de Marshall y Edgeworth, que propugna la separación de lo científico-positivo


frente a lo ético-normativo.-
2. la de Walras, que defiende la no existencia de tal separación.
3. las tesis de la Economía del bienestar, que pretenden objetivar tanto lo positivo
como lo normativo.

Por otra parte, Christian Arnsperger y Yanis Varoufakis alegan hay solo un neoclasicismo,
en la medida que los neoclásicos (y solo los neoclásicos) comparten tres "metaaxiomas":

1. Individualismo metodológico: los fenómenos a ser estudiados lo son centrandose


en los individuos,
2. Instrumenstalismo metodológico: por lo que entienden que todo comportamiento
es guiado por preferencias, es decir, es instrumental,
3. Equilibrio metodológico: (por lo que quieren decir que los neoclásicos asumen que
el comportamiento agregado oscila alrededor de o tiende a un punto de equilibrio-
ver Equilibrio económico).

De acuerdo a Colander las características del pensamiento neoclásico son:

1. Se centra en la asignación de recursos en un momento determinado, es decir, se


refiere a la elección y disposición de recursos escasos entre posible alternativas.
2. Acepta alguna variedad del utilitarismo como jugando un papel central para
comprender la economía.
3. Se centra en alternativas marginales. EL neoclasicismo se interesa en los
alternativas y cambios "marginales" que son el objeto del cálculo.
4. Asume una racionalidad de largo plazo.
5. Acepta el individualismo metodológico.
6. Esta estructurada alrededor de un concepto de equilibrio general en la economía.

Esta es, obviamente, un área compleja. Simplificando mucho se podría postular -a nivel
practico- tres tipos de neoclasicismo:

a) la aproximación de Walras que dio origen a una visión de la economía que es percibida
por algunos como dominante en el presente. Por ejemplo, Murray Rothbard escribe: “Desde
la Segunda Guerra Mundial, la economía principal (mainstream) ha seguido el paradigma
del equilibrio general del economista suizo Léon Walras”

b) la de Marshall o “síntesis marshalliana” que algunos consideran representa el origen del


pensamiento ortodoxo en la economía actual.

Se ha sugerido que Marshall fue principalmente el gran sistematizador de los desarrollos a


partir de David Ricardo. Sin embargo -y a diferencia del resto de los marginalistas-
Marshall asumió que la utilidad es aditiva (es decir, que la relación “ingreso-utilidad” de un
individuo es la suma de funciones de utilidad independientes). Adicionalmente introdujo
concepto de promedio (a veces como “empresa representativa”) y agregados. Esto significa
-en la practica de la teoría económica- que la curvas de indiferencia adquieren gran
importancia y el concepto de utilidad marginal pierde algo del papel central que juega en el
trabajo de los primeros marginalistas.

Además Marshall introdujo el concepto de equilibrio parcial, que permite simplificar el


análisis del proceso económico general. “El equilibrio parcial se concentra en el equilibrio
en un solo mercado, usando el análisis de la oferta y la demanda como el punto de partida
para analizar el funcionamiento y eficiencia del mercado. Se entiende por equilibrio la
situación en la cual los planes de los productores y los consumidores son equiparables o los
mismos en términos monetarios. Un concepto importante en esa simplificación es el
concepto de Cæteris paribus (manteniendose otras cosas sin cambio)

c) la de la Pigou, Edgeworth y Pareto, que dio origen a la economía del bienestar.

Críticas al neoclasicismo temprano

Se mencionaran dos críticas globales al neoclasicismo. La de Veblen en 1900 y la que Piero


Sraffa comenzó a implementar a partir de 1930. (para otras, ver marginalismo)

Para Veblen el concepto de equilibrio es normativo, implicando -sin prueba- que el


equilibrio es de beneficio para la sociedad y los individuos. Veblen considera que la
economía ortodoxa es teleológica y pre-darwiniana. Teleológica porque asume que el
proceso económico progresa o tiende a una situación estable (el equilibrio a largo plazo)
que ni se observa en realidad ni se deriva de algún análisis sino que se asume como un dado
con anterioridad a cualquier análisis u observación. Y es predarwinica porque, en la opinión
de Veblen, el proceso económico es un proceso darwiniano de evolución, desarrollandose a
través del tiempo como respuesta a diferentes y cambiantes circunstancias pero careciendo
de propósito o diseño.

Las críticas de Sraffa culminaron en su Producción de mercancías por medio de


mercancías. En ella se encuentra la génesis de varios de los argumentos desarrollados
posteriormente por otros autores. Sraffa fue un pensador profundo, cuya crítica forzó a
Ludwig Wittgenstein a modificar sus posiciones originales. El centro de la crítica de Sraffa
es que la teoría neoclásica del valor esta basada una visión contradictoria y lógicamente
defectiva. Esta visión dio eventualmente origen al famoso Debate de las dos Cambridge y
la posición de Sraffa se puede resumir así: una teoría del valor que sea lógicamente
consistente tiene que volver a la teoría clásica, considerando que es el caso que lo que
interesa en la producción es que, al final del proceso, haya un excedente o plusvalía. Sraffa
avanzó a construir un tal modelo, lógicamente consistente, y que puede ser usado para
explicar no solo el precio relativo de los bienes sino la distribución de los
ingresos/ganancias. Una implicación clave del modelo de Sraffa es que la determinación de
la relación en la distribución de los ingresos entre salarios y ganancias es debida a factores
no económicos. Por ejemplo, esa relación se origina en como se fijan ya sea los salarios de
subsistencia o la tasa de ganancia.

Desarrollos posteriores

A partir de la crítica de Sraffa las posiciones marshallianas empezaron a decaer, proceso


que se aceleró con la crítica de Keynes especialmente a nivel macroeconómico; sin
embargo el enfoque marshalliano seguía siendo visto como riguroso, especialmente para
explicar el comportamiento microeconómico, lo que a su vez llevó a tentativas por parte de
algunos autores -como John Hicks- de conciliar ambas perspectivas, originandose así la
llamada síntesis clásico-keynesiana.

En la otra mano, las posiciones derivada de Pigou, Pareto y Edgeworth - que dio origen a la
economía del bienestar - no solo mantuvieron sino que -junto a las posiciones de Walras -
aumentaron su importancia.

Como ya se ha mencionado, las propuestas de Wicksell y Fisher -junto a aspectos del


trabajo de otros neoclásicos - se consideran fundacionales para el monetarismo.

Todo lo anterior ha dejado un legado, posiblemente central, a las concepciones económicas


a partir de la segunda guerra mundial. Este legado se puede percibir en general tanto en los
textos de introducción a la disciplina como los cursos más avanzados, donde se da por
sentado que el método económico se basa en la matemática. En las palabras de E. Roy
Weintraub: "Todos somos neoclásicos ahora, incluso los keynesianos, porque lo que se
enseña a los estudiantes, lo que es la economía principal (mainstream), es economía
neoclásica"

Aparte de esa fundación general a nivel de estudiantes se pueden encontrar aspectos más
específicos - de importante para especialistas. Por ejemplo en el campo de “Economía
Industrial”, derivada directamente de la visión marshalliana en relación a problemas de
desarrollo y crecimiento de empresas. Marshall introdujo el concepto de “áreas
industriales” que dio origen a la propuesta del parque industrial a fin de promover el
crecimiento económico de ciudades o regiones a través de facilitar la difusión de practicas,
técnicas y conocimientos, etc, que faciliten la instalación y expansión de empresas
privadas.

Neoclasicismo posterior a 1950

Como se ha sugerido, el neoclasicismo ha ejercido una gran influencia en el pensamiento


económico a partir de la segunda guerra mundial. Sin embargo, esa influencia no quiere
decir que exista una escuela o movimiento con principios formalmente establecidos a los
cuales todos adhieren explícitamente. E. Roy Weintraub sugiere que el neoclasicismo es
una metateoría, es decir, un conjunto de reglas implícitas o un acuerdo no especificado
acerca de como construir explicaciones o teorías económicas aceptables. (para una
explicación formal de que es una metateoria, ver Imre Lakatos: "La metodología de los
Programas de investigación científica". Alianza. Madrid. 1993.).

Weintraub posita tres principios de esa metatoria neoclásica:

1. los individuos tienen preferencias racionales


2. los individuos maximizan utilidad y las empresas ganancia.
3. los individuos actúan independientemente sobre las bases de información completa
y relevante.

Críticas al neoclasicismo contemporáneo

Colander sugiere que el término mismo no debería ser usado. Los economistas modernos
son -en su opinión- eclécticos. "El uso del término neoclásico para describir la economía
que se practica estos días no solo no es útil, sino que actualmente dificulta la comprensión
por los estudiantes y el publico general de lo que es la economía contemporánea. El término
puede todavía tener alguna función en comparaciones intertemporales, pero, si se va a usar
en ese sentido, es aún más importante terminar la era neoclásica en algún momento. La
economía ha cambiado enormemente desde los 1870 hasta el presente, y esta cambiando
continuamente. Para servir a un propósito intertemporal el término "economía neoclásica"
debe morir " y "Mi argumento contra el uso del término neoclásico para describir la
economía moderna es que esa economía moderna no requiere adherencia a esos seis
atributos (ver más arriba). Es mucho más ecléctica. El movimiento de alejamiento de la
economía neoclásica puede ser trazado a los 1930, cuando un gran sector de la economía
neoclásica estaban siendo abandonados por teoristas de avanzada que trataban de forjar una
nueva economía".

Notando que el uso del término se da principalmente entre pedagogos, algunos han ido tan
lejos como a cuestionar si su uso es moral.

En adición hay una variedad de críticas globales al neoclasicismo contemporáneo. Así, por
ejemplo, Bernard Guerrien, fundador de la economía crítica sugiere que "La teoría
neoclásica se parece mucho a las especulaciones de los escolásticos – las matemáticas
reemplazando al latín. En su caso, la especulación es sobre el comportamiento de
individuos (o “agentes”) puramente imaginarios, ya que los parámetros que los caracterizan
no se deducen de la observación ni de los datos disponibles, que toman decisiones en
“mercados” todavía más imaginarios."

K. Hunt sugiere que el criticismo de Veblen es aplicable al neoclasicismo actual: "el


criticismo de Veblen a la economía neoclásica es que tenía una visión totalmente ahistórica
y simplista de la naturaleza humana y las instituciones sociales. Tratando de explicarlo todo
en términos de una conducta racional, egoísta, maximadora, la economía neoclásica no
explica nada".

MN Rothbard sugiere que la economía neoclásica se ha perdido en lo que Schumpeter


llamo "circulación circular": "Dado que la economía del equilibrio es por definición un
círculo de conductas robóticas sin cambio y sin fin, cada uno en el mercado tiene
conocimiento perfecto del presente y del futuro, y la incertidumbre pervasiva del mundo
real desaparece de la escena. Dado que no hay más incertidumbre, las ganancias y las
perdidas desaparecen, y cada empresa encuentra que sus precios son exactamente iguales a
sus costos de producción" y "Seguramente no es accidente que la elevación a la
prominencia de la economía walrasiana coincidió con la virtual matematizacion de las
ciencias sociales. La matemática goza del prestigio de ser "verdaderamente científica", pero
es difícil matematizar las complejas y enredadas incertidumbres y errores inevitables de la
acción humana del mundo real. Sin embargo, una vez que se elimina tales acciones e
incertidumbres es fácil emplear álgebra y la tangentes de la geometría para analizar este no
realistico pero fácilmente matematizable equilibrio".

Lee Boldeman sugiere que la aproximación neoclásica es dogmática y fundamentalista,


basada en simplificaciones groseras y reglas "sagradas" tales como la de la racionalidad de
los actores económicos.

Reacción neoclásica: el nuevo clasicismo

Muchas de las críticas anteriores se centran en la supuesta falta de realismo de la


racionalidad de la acción humana propuesta por los neoclásicos. John Muth -generalmente
considerado fundador de la Teoría de las expectativas racionales- respondió de la siguiente
manera:

Se argumenta a veces que la asunción de racionalidad en economía lleva a teorías inconsistente con
o inadecuadas para explicar los fenómenos observados, especialmente cambios a través del tiempo.
Nuestra hipótesis se basa exactamente en el punto de vista opuesto: que los modelos dinámicos no
asumen la necesaria racionalidad.

Con esa asunción de "racionalidad dinámica" Muth altero la situación anterior. De la misma
manera que los neoclásicos utilizaban racionalidad para conseguir equilibrio estático -es
decir, la mantención de los "gastos" en una "tangente" a la línea de restricción
presupuestaria y a la curva de indiferencia- Muth utiliza esa misma racionalidad para llegar
a un equilibrio dinámico u optimalidad a través del tiempo. Mientras sea el caso que los
actores individuales ajusten sus comportamientos de acuerdo a la información que vayan
recibiendo o adquiriendo -y no hay razón aparente para pensar que ese no sea el caso-
estarán en una línea óptima que permite tomar en cuenta y acomodar cambios tanto en lo
que puede gastar como en lo que se desea gastarlo. En otras palabras -y a diferencia de la
criticada asunción original- el sistema no demanda racionalidad o conocimiento perfecto
del futuro o del sistema mismo por los actores. Ni requiere o demanda previsión a un futuro
indeterminado o infinito. Solo demanda flexibilidad en la parte de los integrantes para
ajustarse a cambios en las circunstancias y/o información que se tiene o adquiere.

A pesar que Muth escribió su artículo en 1961, esta propuesta no adquirió mayor relevancia
hasta que fue incorporada por Robert Lucas en su trabajo acerca de las fundaciones de la
microeconomía. - Lucas argumenta que un modelo macroeconómico debe ser construido a
partir de la agregación de modelos microeconómicos

Lo anterior coincidió con una crítica al tipo de política económica intervencionista


practicado entre 1950 y 1973 (intervencionismo derivado de la propuesta keyenesiana y que
llevó al período de mayor expansión económica conocido en la historia de la humanidad. )
por parte de economistas "neoclásicos", tales como George Stigler, Milton Friedman y el
mencionado Robert Lucas, en un momento que se produjo a partir de 1973 con la Crisis del
petróleo de 1973 y la estanflación subsiguiente en Estados Unidos, favorecieron la crítica a
las políticas neokeynesianas vigentes en el período anterior. Esto ayudó al auge del
monetarismo que empezó a ser influyente en algunas de las políticas macroeconómicas
internacionales (ver Nueva economía clásica).

Esto, a su vez, llevó al desarrollo de la Nueva economía keynesiana (no confundir con el
neokeynesianismo), representada por personajes tales como Jordi Galí, Paul Krugman,
Nouriel Roubini, Joseph Stiglitz, etc.

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