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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Aldea Bolivariana Antonio José de Sucre
Maracay, Edo- Aragua.

Triunfadora: Dionali García


19.246.995
PNF Turismo.
En 2018, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(ACNUDH) documentó que "la información recopilada indica que la crisis socioeconómica
se había estado desarrollando durante varios años antes de la imposición de estas
sanciones". Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la OACDH, actualizó la situación en
un informe oral de marzo de 2019 luego de la visita de una delegación de enviada a
Venezuela, declarando que el gobierno no había reconocido ni abordado el dramático
deterioro de las condiciones, y estaba preocupada por la "crisis económica y social
generalizada y devastadora que comenzó antes de la imposición de las primeras sanciones
económicas".

En respuesta a las sanciones de Estados Unidos, el Ministro de Industrias y Producción


Nacional Tareck El Aissami anunció en octubre de 2018 que todas las subastas
gubernamentales de divisas ya no se cotizarán en dólares estadounidenses y utilizarán
euros, yuanes chinos y otras monedas en su lugar. El Aissami dijo que el gobierno abriría
cuentas bancarias en Europa y Asia como posible solución a las sanciones económicas.
Además, el sector bancario de Venezuela ahora podrá participar en subastas de divisas tres
veces por semana, y agregó que el gobierno vendería unos 2.000 millones de euros en
medio de un repunte de los precios del petróleo. En una conferencia de prensa de las
Naciones Unidas en febrero de 2019 rodeado por diplomáticos de otros 16 países, incluidos
Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Cuba, el canciller venezolano Jorge Arreaza dijo que
las sanciones económicas han "bloqueado" la economía venezolana, con un costo de 30 mil
millones de dólares.

David Smolansky, comisionado de la Organización de Estados Americanos para Migrantes


y Refugiados Venezolanos, en Public Radio International dijo que las sanciones antes de
2019 estaban dirigidas a las "élites" de Maduro y el chavismo, con poco impacto en el
promedio de los venezolanos. El Washington Post declaró en 2019 que "la crisis es
comenzó mucho antes de las sanciones impuestas recientemente por Estados Unidos".

En abril de 2019, Human Rights Watch y la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la


Universidad Johns Hopkins publicaron conjuntamente un informe titulado "La emergencia
humanitaria de Venezuela: se necesita una respuesta a gran escala de la ONU para abordar
las crisis de salud y alimentaria", señaló que la mayoría de las sanciones iníciales fueron
"limitadas a cancelar visas y congelar activos de funcionarios clave implicados en abusos y
corrupción. De ninguna manera apuntaron a la economía venezolana". El informe también
señaló que la prohibición de 2017 de negociar con acciones y bonos del gobierno
venezolano permite excepciones para alimentos y medicinas, y que las sanciones de
PDVSA del 28 de enero de 2019 podrían empeorar la situación, pero "la crisis la precede".

Tras la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos a la compañía petrolera


nacional de Venezuela en enero de 2019, Sachs y el relator especial de la ONU Idriss
Jazairy expresaron su preocupación por el uso de sanciones para "buscar un cambio de
gobierno". Jazairy instó a todos los países a "evitar aplicar sanciones a menos que lo
apruebe el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como lo exige la Carta de la
ONU". En mayo de 2019, después de que EE. UU. Prohibiera al banco central de
Venezuela realizar transacciones en dólares estadounidenses e indicara que cortaría el
acceso a las remesas personales y tarjetas de crédito de EE. UU. Para marzo de 2020,
Jazairy emitió una declaración adicional en la que expresaba su preocupación por las
sanciones de EE. UU., Cuestionando cómo las medidas "pueden tener como objetivo
'ayudar al pueblo venezolano' como afirma el Tesoro de Estados Unidos", argumentando
que dañan la economía venezolana e impiden que los venezolanos envíen dinero a casa. En
el comunicado de prensa que anuncia las sanciones, el secretario del Tesoro de Estados
Unidos, Steven Mnuchin, dijo que "si bien esta designación inhibirá la mayoría de las
actividades del Banco Central emprendidas por el régimen ilegítimo de Maduro, Estados
Unidos ha tomado medidas para garantizar que las transacciones regulares con tarjetas de
débito y crédito puedan seguir adelante y las remesas personales y la asistencia humanitaria
continúan sin cesar".

En una entrevista a fines de mayo de 2019, Guaidó dijo que las sanciones habían debilitado
una red de espías cubanos que operaba en Venezuela.

Los investigadores Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs del Center for Economic and Policy
Research (CEPR), en su investigación "Sanciones económicas como castigo colectivo: El
caso de Venezuela" afirman que las sanciones han agudizando la crisis económica y esta
tuvo un impacto desproporcionado en los venezolanos más pobres y más vulnerables,
reduciendo la ingesta calórica de la población, aumentando las enfermedades y la
mortalidad (tanto en adultos como en menores), estimando unas 40000 muertes entre 2017
y 2018. En cuanto al aspecto legal, afirman que estas sanciones encajarían en la definición
de «castigo colectivo de la población civil», tal como se describe en los Convenios de
Ginebra y la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto
Armado, de las cuales Estados Unidos es signatario. Estas sanciones -sostienen- también
son ilegales según el derecho internacional y los tratados que ha firmado EEUU, y
parecería ser que también violan la legislación estadounidense.

El economista Ricardo Haussman y compañero de investigación Frank Muci publicó


refutación del reporte del CEPR en Americas Quarterly, señalando que para probar su
hipótesis, Weisbrot y Sachs toman a Colombia como contra factual para Venezuela, y
sosteniendo que Colombia no es un buen contra factual. En su refutación, Haussman y
Muci explican que las tendencias de producción petrolera entre ambos países fueron muy
diferentes en la década antes de las sanciones y que ambos países eran radicalmente
diferentes en otras dimensiones. La respuesta también incluye que tan solo un mes después
de las sanciones financieras a finales de 2017, Nicolás Maduro despidió a tanto los
relativamente tecnócratas presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA) como el ministro
de petróleo y los reemplazó con un solo militar general sin experiencia en el petróleo, quien
a su vez procedió a despedir y a encarcelar a más de 60 altos funcionarios de la compañía
petrolera, incluyendo a su ex presidente, bajo cargos de corrupción, mientras que nada
remotamente similar había ocurrido en Colombia, confundiendo así los efectos de las
sanciones con aquellos de los despidos. Ricardo Haussman afirma que el análisis es
defectuoso al hacer suposiciones incorrectas de Venezuela basadas en un país diferente,
Colombia, declarando que "tomando lo que ocurrió en Colombia desde 2017 como contra
factual para lo que pudo haber pasado en Venezuela si no hubieran sanciones financieras no
tiene sentido." Los autores también declaran que el análisis fracasó en descartar otras
aplicaciones, definiéndolo como un razonamiento descuidado, y que falló en contabilizar
correctamente las finanzas de PDVSA.

El sitio de verificación de hechos Verificado determinó que la afirmación era falsa,


señalando que hasta el mismo reporte admite que "nunca conoceremos cual la información
contra factual habría sido" (qué habría ocurrido sin las sanciones), y que el reporte
minimiza la responsabilidad del gobierno de Nicolás Maduro en las muertes. Un portavoz
del Departamento de Estado de los Estados Unidos comentó que "como los mismos autores
conceden, el reporte está basado en especulación y conjetura", agregando que "la situación
económica en Venezuela se ha estado deteriorando por décadas, como los mismos
venezolanos confirmaría, debido a la ineptitud y la mala gestión económica de Maduro."

Rafael Cusano, presidente de Fedecámaras, aseguró en febrero de 2020 que las sanciones
«están mal explicadas y han generado daños colaterales a la economía venezolana», por lo
que «hay empresas venezolanas quienes no han sido sancionadas y han enfrentado
dificultades para seguir operando». Sin embargo, Cusano aseguró estar de acuerdo con las
sanciones individuales contra funcionarios gubernamentales. En un reporte publicado en
febrero de 2021, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos
(GAO por sus siglas en inglés) afirmó que «las sanciones, particularmente a la compañía
petrolera estatal en 2019, probablemente contribuyeron a una caída más pronunciada de la
economía venezolana, principalmente al limitar los ingresos de la producción de petróleo».
Sin embargo, el reporte enfatiza que «la mala gestión de la compañía petrolera estatal de
Venezuela (PDVSA), así como a la caída de los precios del petróleo como otros factores
que han influido en el desempeño económico del país».

La relatora de las Naciones Unidas bielorrusa Alena Douhan visitó Venezuela entre el 31
de enero de 2020 y el 13 de febrero de 2021. Douhan declaró en su informe preliminar el
12 de febrero que las sanciones en contra Venezuela ha tenido un impacto en tanto la
economía y la población. Mientras 66 ONGs venezolanas, [¿cuál?] le pidieron a Douhan en
una carta abierta que considerara el impacto negativo de las sanciones en el contexto de
años de represión, corrupción y mal manejo económico que preceden las sanciones antes de
su aplicación.

Douhan fue duramente criticada por la sociedad civil venezolana, y diversas organizaciones
no gubernamentales, que se pronunciaron en redes sociales con la etiqueta
#LaCrisisFuePrimero. El Centro de Justicia y Paz (CEPAZ) expresó “preocupación” por
lo que calificó de lenguaje “poco contundente” utilizado por la relatora, y aunque
consideran que las sanciones afectan a la población, también consideran necesario que en
un próximo informe se aborde la situación desde “el verdadero origen” de la emergencia
humanitaria compleja, pues subraya que es consecuencia de “políticas de desmantelamiento
institucional y del Estado de Derecho” al igual que índices de corrupción "únicos en el
mundo". Katherine Martínez, directora de la ONG "Prepara Familia", una organización que
brinda apoyo a madres cuidadoras y niños con enfermedades crónicas, declaró que aunque
la relatora especifica la "grave situación" que vive el país, su informe no establece las
causas reales y considera que "falta mucho por decir", manifestando que es importante que
se evidencie “claramente la situación preexistente” de la emergencia humanitaria compleja
que ha colapsado el sistema de salud.

Mariela Ramírez, vocera del Foro Cívico Nacional y coordinadora del "Movimiento
Ciudadano Dale Letra", cuestionó que Douhan no se haya referido a las causas de las
sanciones al término de su visita en Venezuela, declarando que desconoció violaciones a
los derechos humanos y desmantelamiento del Estado. Molly De La Sotta, representante de
la ONG "Familiares de Presos Políticos Militares en Venezuela" y hermana del capitán de
navío Luis Humberto De La Sotta Quiroga, quien permanece en detenido en la Dirección
General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) desde mayo de 2018, señaló que la ONG
solicitó con anticipación una reunión con la relatora Dourhan, sin obtener respuesta alguna,
y que la organización tenía la intención de presentarle la lista de militares que tienen
procedimientos especiales de Grupos de Trabajo de las Naciones Unidas donde se solicita
su liberación, aquellos que han cumplido la condena y continúan presos detenidos y
torturados, y el hecho de que para febrero de 2021 los militares en SEBIN, Ramo Verde y
La Pica tienen once meses sin visita familiar ni de abogados. Miguel Pizarro, comisionado
ante las Naciones Unidas designado por Juan Guaidó, sostuvo que la relatora siguió la
narrativa de Nicolás Maduro de las sanciones.

De acuerdo con el economista venezolano Manuel Sutherland, a pesar de que alimentos,


medicinas y otros insumos calificados como ayuda humanitaria están exentos de sanciones
directas, su importación termina siendo afectada indirectamente. Sin embargo, Sutherland
asegura que las sanciones individuales no tuvieron ningún impacto en la economía
venezolana, pero sí las pertinentes a sanciones financieras —en específico contra el Banco
Central de Venezuela y el bloqueo de cuentas en el extranjero— que iniciaron en 2017, y
las económicas y petroleras de mayor énfasis en 2018 y 2019. Asimismo, aunque
Sutherland insiste en afirmar que las sanciones generales han afectado «terriblemente» la
economía venezolana, él defiende que «ellas agravan una crisis previa», pero no son la
causa de la misma. Sin embargo la relatora especial de la ONU sobre medidas coercitivas
unilaterales y derechos humanos, Alena Dourhan le responde que las sanciones fueron
aplicadas unos meses antes de declararse en Default a Venezuela y que existe una economía
subterránea fuerte y más grande que la economía formal, la relatora afirma que ha crecido
la corrupción en la venta de petróleo triangulado y hay mucha dificultad para obtener
información real y de primera mano de lo que se vende de petróleo.

A fines de 2020, Transparencia Venezuela publicó un informe en el que analiza el impacto


de las sanciones internacionales sobre Venezuela, describe el contexto económico y político
antes de su aplicación, las razones proporcionadas y ofrece diferentes interpretaciones de
sus efectos políticos, sociales y económicos, y por ende la calidad de vida venezolana.
También el informe concluye que un análisis documental dejó claro que las sanciones
económicas habían afectado las finanzas públicas en Venezuela, limitando las fuentes de
ingresos y el gasto público, así como restringiendo Petróleos de Venezuela, todo lo cual a
su vez ha causado daños en la actividad económica del país. Sin embargo, el informe
continúa concluyendo que esto no significó que dichas sanciones fueran responsables de la
"crisis institucional, política, económica, social y ambiental que ha caracterizado a
Venezuela por más de una década"; por el contrario, señala que la evolución de los
indicadores en estos campos antes de las sanciones reveló el desarrollo de una crisis
provocada por la administración venezolana "cleptocrática, ineficiente y autoritaria".

La consultora ANOVA Policy Research publicó el 20 de enero de 2021 un informe sobre el


impacto de las sanciones internacionales contra Venezuela. El informe concluyó que las
sanciones estuvieron vinculadas a una disminución en la producción mensual de petróleo,
un aumento en la importación mensual de alimentos y un aumento en la importación
mensual de medicamentos, detallando que a pesar de una responsabilidad parcial de la
disminución de la producción de petróleo, no hubo evidencia de efectos negativos. Sobre la
importación de alimentos y medicinas.

“El bloqueo económico, financiero y comercial que se ejecuta contra nuestro país desde el
año 2015 es la materialización en el campo de la economía de un política de guerra. Su
objetivo es asediar, ahogar, asfixiar la economía venezolana hasta implosionarla, y generar
una crisis interna que justifique una intervención externa y un cambio de régimen en
Venezuela”, denunció el presidente Nicolás Maduro Moros, al aseverar que el país ha
perdido aproximadamente 30 mil millones de dólares al año solo por la imposibilidad de
vender petróleo, por culpa de la persecución financiera del imperio estadounidense a
PDVSA.

Desde el Palacio Federal Legislativo, donde encabezó el acto de entrega formal del
proyecto de Ley Constitucional Especial Antibloqueo ante la Asamblea Nacional
Constituyente (ANC), el Mandatario Nacional llamó a la unidad de todos los venezolanos
para apoyar las iniciativas que continúen la protección del pueblo de estas agresiones
económicas, financieras y geopolíticas que perpetra el régimen imperial que gobierna
EE.UU.
Tras su llegada al Palacio Legislativo, en Caracas, acompañado de la Primera Combatiente,
Cilia Flores y de otros funcionarios del gabinete ministerial, tras los actos de honor militar
por su alta investidura, el Jefe de Estado tomó la palabra para actualizar las cifras del daño
económico ocasionado a la República, a consecuencia de las fases de agresión ilegal sin
precedentes cometida contra el país.

PRIMERA FASE: Asfixia. En cinco años el bloqueo cortó el financiamiento al país,


impidiendo que el Estado disponga de las divisas, del oxígeno que requiere para adquirir
alimentos, medicinas, insumos, repuestos y materias primas esenciales para la actividad
económica.

Entre 2014 y 2019, Venezuela experimentó la más brusca caída de ingresos externos de su
historia. En seis años, perdió 99% del volumen de ingresos en divisas. De cada 100 dólares
o euros que el país obtenía por la venta de petróleo en 2014, hoy obtiene menos de 1.

La causa inicial fue la guerra declarada contra los precios del petróleo, diseñada por el
imperialismo y las transnacionales de la energía para atacar a países productores. Ocasionó
un terremoto en los cimientos mismos de las economías. Tras la recuperación del mercado
mundial del crudo gracias a la OPEP y OPEP+, el imperio ejecutó la fase dos: el colapso y
bloqueo total a la economía.

A partir del 2015 se acelera la caída de ingresos externos de Venezuela, cuando comienza
la persecución financiera contra PDVSA, que culmina en 2019 con el robo de CITGO, la
operación de despojo más grande que se haya cometido en la historia reciente contra alguna
nación el mundo.

Desde 2015 en adelante, el ritmo de caída de los ingresos externos de Venezuela se eleva a
30 mil millones de dólares al año, una cantidad inaudita que ninguna nación desarrollada
hubiera soportado durante 5 años como lo soporta Venezuela pese a las consecuencias.

La abrupta caída de los ingresos externos deterioró profundamente los equilibrios


macroeconómicos, afectando severamente todos sus indicadores: las reservas del país, la
balanza comercial, el producto interno, el índice de precios, la liquidez monetaria, las tasa
de interés.

Se desató un implacable ataque al signo monetario; se indujo una crisis en el


funcionamiento normal de los circuitos de producción, distribución y consumo de la
economía productiva, creando de facto un proceso de informalización económica caótico y
especulativo. Causó graves consecuencias para la economía real: la industria, el comercio,
la producción agrícola.

“Este es el bloqueo, ejecutado través de la llamada política de sanciones, que el clínico


discurso de la Derecha venezolana niega, no se trata de una simple lista de personas a las
que se le retira la visa, como hipócritamente dicen los medios de desinformación del
imperialismo. La guerra es total, y se extiende sobre nuestra forma de vida, sobre nuestra
forma de trabajar, de producir, de consumir. El bloqueo es, como diría Von Clausewitz, la
continuación de la guerra por otros medios, en este caso a través de medios económicos”,
expresó el presidente Maduro.

Para minar la economía y arrodillar a Venezuela, el imperialismo golpeó a PDVSA. Una


declaración del Departamento de Estado de Estado Unidos en enero de 2018 lo confirma:

“La campaña de presión contra Venezuela está funcionando. Las sanciones financieras que
hemos impuesto han obligado al Gobierno a comenzar a caer en default, tanto en la deuda
soberana como en la deuda de PDVSA, su compañía petrolera. Y lo que estamos viendo
(…) es un colapso económico total en Venezuela. Entonces, nuestra política funciona,
nuestra estrategia funciona y la mantendremos”.

“Esta es la confesión de un delito internacional, de un acto de salvajismo económico con la


única intención de hacerle daño a un país y a su pueblo. Esta es la confesión de un crimen
de lesa humanidad”, denunció el Presidente Maduro.

ATAQUE A PDVSA

SEGUNDA FASE: Colapso y bloqueo total a la economía.

Desde el año 2015, la criminal persecución contra PDVSA ha seguido las siguientes
acciones:

Primero: Persecución financiera para asfixiarla económicamente.

Segundo: Operaciones jurídico-políticas en tribunales extranjeros para despojarla de sus


activos en terceros países.

Tercero: el embargo al comercio internacional del petróleo venezolano.

Cuarto: Sabotaje interno para producir la caída de la producción.

La confiscación de los recursos y activos de PDVSA, incluyendo varias refinerías y la


empresa CITGO, cuyos activos superan los 40 mil millones de dólares, pasarán a la historia
como el más canalla acto de infamia entre una nación poderosa, sus tribunales y una banda
mafiosa y criminal.

Las órdenes ejecutivas de Donald Trump impidieron que PDVSA lograse financiarse en los
mercados financieros; ello mermó su capacidad de inversión y de producción, en una
industria como el petróleo, cuya característica principal es el uso intensivo de capital.
Entre 2014 y 2019, la producción petrolera de Venezuela cayó 66,5%. Para el año 2019
Venezuela sólo generó un tercio del petróleo que producía en 2014.

Entre 2015 y 2019, Venezuela dejó de producir en total cerca de mil 195 millones barriles
de petróleo, es decir: 1,19 millardos de barriles.

Estudios independientes estiman que las sanciones fueron responsables de


aproximadamente 58% de la caída total de la producción de PDVSA desde 2015.

Esas mismas investigaciones calculan que el ingreso no percibido por la República debido a
la caída de la producción petrolera entre 2015 y 2019 se ubica en el orden de los 65 mil
millones de dólares.

El último de estos actos de filibusterismo económico, lo constituye el asalto de buques y


despachos que traen a Venezuela los productos que nos permitirán reactivar las refinerías,
producir gasolina y surtir el mercado interno de combustibles, alertó el presidente.

El embargo de facto a las ventas de crudo de Venezuela hacia el mundo, la descarada


presión contra empresas de varios países para que cesen sus operaciones en Venezuela, el
chantaje sobre los proveedores de la industria para que nieguen repuestos y servicios, todo,
absolutamente todo, está escrito en las órdenes ejecutivas de Donald Trump contra la
industria petrolera nacional.

“¿Cuánto más de lo que hemos hecho, cuánto más podríamos haber realizado con esos
recursos, cuántas viviendas habríamos construido, cuántas vidas hubiésemos salvado,
cuánto alimento y medicinas habríamos podido comprar o producir, si Estados Unidos y sus
peones internos no se hubiesen ensañado contra PDVSA?”, se preguntó el Jefe de Estado.

VENEZUELA ENFRENTA CON VALENTÍA Y CREATIVIDAD EL BLOQUEO

El bloqueo es una política de Estado y debe ser respondida con acciones y herramientas de
Estado que estén a la altura la gravedad del problema, adelantó el Presidente Maduro, y la
Ley Antibloqueo es una de ellas.

Refirió el presidente Maduro que Venezuela acudió a la Corte Penal Internacional (CPI)
para denunciar a quienes desde Estados Unidos han cometido estos atroces crímenes de
lesa humanidad, pero mientras la justicia internacional determina el daño gigantesco que el
gobierno imperial ha provocado, es necesario actuar en otros escenarios.

El Dignatario venezolano pidió el concurso de todos sus ciudadanos de bien, de todos y


todas las patriotas, de sus sectores productivos, intelectuales y científicos, Fuerzas Armadas
y Poder Popular, responder al bloqueo y las sanciones con una estrategia al mismo nivel.

Aunque el daño causado por el imperialismo y sus lacayos a Venezuela es inconmensurable


y en buena parte, irremediable, dijo que la respuesta con una acción estratégica flexible, de
defensa y contraataque, que permita enfrentar el bloqueo, y evitar que siga produciendo
más dolor y daño a nuestra Patria.

“A esta política excepcional de Estados Unidos, debemos responder con audacia y


creatividad, adaptando y flexibilizando nuestro marco jurídico y administrativo, y
adaptándonos a las amenazas sancionatorias y a complejas, y cambiantes circunstancias.

“No podemos seguir permitiendo que nuestros recursos y activos sean congelados,
bloqueados o confiscados. Es obligante, es un deber patriótico defender el patrimonio de
los venezolanos. Proteger nuestros recursos para producir más distribuir mejor. Es tiempo
de inventar sin errar”.

SANCIONES

ESTADOS UNIDOS

2015

El 2 de febrero de 2015, el Departamento de Estado de los Estados Unidos impuso


restricciones de visado a varios funcionarios venezolanos que fueron vinculados a
violaciones de los derechos humanos y corrupción política. Las restricciones de visados
también incluyen a los familiares de las personas involucradas en los alegatos, con el
Departamento de Estado diciendo: "Estamos enviando un mensaje claro de que los
violadores de derechos humanos, quienes se benefician de la corrupción pública y sus
familias no son bienvenidos en los Estados Unidos".

El 9 de marzo de 2015, el presidente Barack Obama ordenó al Departamento del Tesoro de


Estados Unidos congelar los bienes y activos de siete funcionarios: Roberta S. Jacobson,
subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, comentó que las sanciones
«no eran para dañar a los venezolanos o al Gobierno venezolano en su conjunto». Los
alegatos para las sanciones contra funcionarios venezolanos, según el Departamento de
Estado de los Estados Unidos recogen: «erosión de las garantías de derechos humanos,
persecución de opositores políticos, restricciones a la libertad de prensa, violencia y abusos
a los derechos humanos para responder a protestas antigubernamentales, arrestos arbitrarios
y detención de manifestantes antigubernamentales y corrupción pública significativa» y se
aclaró que las sanciones no van dirigidas al país o población en general, sino «de forma
específica contra "individuos" de ese país que están atentando gravemente contra los
derechos humanos y las libertades de la población». Gustavo González López, director
general del Servicio de Inteligencia Bolivariana Nacional (SEBIN), fue uno de los siete
funcionarios que recibieron sanciones específicas; tras el anuncio de sanciones, González
López fue promovido Ministro del Poder Popular para el Interior, Justicia y Paz por el
presidente Nicolás Maduro, quien declaró: "He decidido nombrar al Mayor General
González López Ministro de Interior, Justicia y Paz para ir con su premio del imperio
americano para asegurar la paz en el país, la seguridad ciudadana y nacional".
Posteriormente regresó a su cargo como director general del SEBIN.

2016

Se instala la nueva Asamblea Nacional con la juramentación de 112 parlamentarios


opositores, cinco días después el TSJ desactiva la Asamblea nacional declarándola en
desacato, el TSJ aprueba el Decreto de Estado de Emergencia para que Nicolás Maduro
gobierne el país y el presidente de la Sala Constitucional del TSJ Juan José Mendoza leyó
el documento donde se declara que la AN "no tiene junta directiva válida" y por lo tanto el
TSJ declara «actos "nulos de toda nulidad" durante todo el periodo 2016-2017

2017

En marzo en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela


mediante sentencia 156 decide asumir las facultades constitucionales de la Asamblea
Nacional "mientras esta institución se mantenga en desacato". La Fiscal General de la
República, Luisa Ortega Díaz, se pronunció en el acto de presentación del informe anual de
gestión del Ministerio Público criticó las sentencias 156 SC-TSJ emitidas, expresando que
las mismas comprometían el Estado de derecho en el país y que rompían el orden
constitucional, al quitarle todas las competencias de la Asamblea Nacional. El 19 de mayo
de 2017, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a Maikel Moreno junto a
los siete miembros de la Sala Constitucional por considerar que habían usurpado las
funciones de la Asamblea Nacional y que permitieron al presidente Nicolás Maduro
gobernar a través de un decreto de emergencia. Entre las sanciones estuvieron la
congelación de todos los bienes que los sancionados podían tener en Estados Unidos, la
prohibición para ciudadanos e instituciones estadounidenses de realizar cualquier tipo de
transacción con ellos y la prohibición de entrada al país.

Para el 31 de julio de 2017, un día después las elecciones de la Asamblea Nacional


Constituyente, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, penalizó a Nicolás
Maduro congelando todos los activos sujetos a la jurisdicción de los Estados Unidos. El 9
de agosto el Departamento del Tesoro de Estados Unidos inmovilizó los bienes de ocho
funcionarios relacionados con la Asamblea Nacional Constituyente, incluyendo a Adán
Chávez, Francisco Ameliach, Érika Farías, Hernán Escarrá, Darío Vivas, Carmen
Meléndez, al coronel Bladimir Lugo y a la rectora del Consejo Nacional Electoral Tania D’
Amelio.

2018

El 19 de marzo de 2018, el presidente estadounidense Donald Trump firmó una orden que
impide a los ciudadanos norteamericanos y a las personas dentro del territorio de los
Estados Unidos, a realizar transacciones con cualquier tipo de moneda digital emitida por,
para o en nombre del gobierno de Venezuela. La Orden Ejecutiva de Trump hace referencia
al "Petro" y prohíbe todas las transacciones relacionadas con la misma a partir del 9 de
enero de 2018.

El 18 de mayo el Departamento del Tesoro de Estados Unidos actualizó su Lista de


Nacionales Especialmente Designados y Personas Bloqueadas (en inglés Specially
Designated Nationals And Blocked Persons List), agregando a Diosdado Cabello, el
segundo personaje más importante dentro del chavismo y actual integrante de la Asamblea
Nacional Constituyente promovida por Nicolás Maduro; José David Cabello hermano de
Diosdado Cabello y presidente del Servicio Nacional Integrado de Administración
Aduanera y Tributaria (SENIAT); Marlenys Contreras de Cabello, esposa de Diosdado
Cabello y Ministra de Turismo; y Rafael Sarría un empresario con propiedades dentro de
los Estados Unidos y supuesto testaferro de Diosdado Cabello.

El gobierno de Estados Unidos impuso el 25 de septiembre de 2018 una nueva ronda de


sanciones personales en contra de funcionarios venezolanos, el Departamento del Tesoro, a
través de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés),
anunció que las medidas que afectan a la primera dama, Cilia Flores; ministro de Defensa,
Vladimir Padrino López; vicepresidente de la República, Delcy Rodríguez; ministro de
Comunicaciones, Jorge Rodríguez; José Omar Paredes y Edgar Sarria.

2019

John Bolton y Steven Mnuchin anunciando las sanciones contra PDVSA.

El 8 de enero de 2019, el Departamento del Tesoro emitió nuevas sanciones contra siete
figuras relacionadas con el gobierno venezolano: Claudia Díaz y su esposo Adrián
Velásquez, exenfermera y exguardaespaldas de Chávez respectivamente; Leonardo
González, expresidente del Banco Industrial de Venezuela; Raúl Gorrín, presidente del
canal de televisión Globovisión; Gustavo Perdomo, director ejecutivo de Globovisión y su
familia, su esposa Mayela Tarascio de Perdomo y María Perdomo. Además, la Oficina de
Control de Activos Extranjeros (OFAC) sancionó a otros cinco individuos y a 23 entidades,
incluyendo al canal de televisión Globovisión, con el fin de impedir a empresas o
ciudadanos estadounidenses tengan vínculos con esas instituciones.

El 28 de enero el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro cancelan las


órdenes de compra a PDVSA y ceden el control de su filial CITGO y de cuentas bancarias
del estado venezolano en su territorio al Gobierno de Transición de Guaidó.

El 5 de abril EE. UU. Anunció sanciones contra 34 embarcaciones que PDVSA utiliza para
transportar petróleo venezolano a Cuba.
El 5 de agosto El Presidente de EE. UU. Firmó una orden ejecutiva autorizando sanciones a
cualquiera que brinde apoyo a Maduro, decreta bloqueo económico total salvo excepciones.
La orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, consiste en que todos los
bienes e intereses en bienes del gobierno en disputa de Venezuela que se encuentran en
Estados Unidos están bloqueados y no pueden transferirse, pagarse, exportarse, retirarse ni
negociarse de otra manera .

El 24 de septiembre EE.UU. sanciona a cuatro empresas navieras por llevar crudo


venezolano a Cuba. Al igual suspende el ingreso a todos los funcionarios de la ANC
viceministros y cargos superiores44

El 4 de diciembre nuevas sanciones a seis petroleros venezolanos la OFAC identifica a los


barcos como Ícaro, Luisa Cáceres de Arismendi, Manuela Sáenz, Paramaconi, Terepaima y
Yare todas propiedades de PDVSA

2020

El 13 de enero el gobierno de EE.UU. sancionó a siete diputados que se juramentaron en la


directiva de una nueva Asamblea nacional se trata de Luis Parra, sus dos vicepresidente, los
diputados Franklin Duarte, José Gregorio Noriega y los diputados José Brito, Conrado
Antonio Pérez Linares, Adolfo Superlano, y Negal Morales Llovera.

El 26 de marzo William Barr, fiscal general de los Estados Unidos, anunció cargos de
narcoterrorismo y corrupción contra Nicolás Maduro y otros miembros del gobierno
venezolano, ofreciendo recompensa de 15 millones de dólares por información para su
captura. Los otros miembros son: Diosdado Cabello y Tarek El Aissami se ofrece 10
millones, el general Hugo Carbajal y el general Clíver Alcalá Cordones se ofrece
recompensa de 10 millones otros personajes, incluyen a Maikel Moreno, presidente del
Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el general Vladimir Padrino López, ministro de
Defensa y jefe del Ejército, el general Néstor Reverol, al frente del Ministerio del Interior;
el general Luis Motta Domínguez, exministro de Electricidad Nervis Gerardo Villalobos
Cárdenas, el superintendente de Criptoactivos, Joselit Ramírez; el antiguo subdirector de la
Oficina Nacional Antidrogas (ONA) y actual agregado militar en Alemania, Edylberto José
Molina; así como Rafael Antonio Villasana Fernández y Vassyly Kotosky Villarroel,
ambos ex miembros de la Guardia Nacional Bolivariana. EE. UU. Calcula que las Farc y el
'Cártel de los Soles' consiguieron ingresar en territorio estadounidense unas 250 toneladas
de cocaína de manera anual desde 2004.

El 18 de junio el Departamento del Tesoro de EE.UU sancionó una red dirigida por Alex
Saab y el ministro Tarek El Aissami Maddah bajo la modalidad de un programa "petróleo
por alimentos" la empresa involucradas son Libre Abordo SA. Que tiene su sede en Ciudad
de México y Schlager Business Group y las siguientes personas Joaquín Leal Jiménez, Olga
María Zepeda Esparza, de nacionalidad mexicana, y su madre, Verónica Esparza García.
El 18 de diciembre el gobierno de Estados Unidos sanciona a EX-CLE Soluciones
Biométricas, empresa encargada de prestar servicio al CNE en las elecciones
parlamentarias del 6 de diciembre, calificadas como fraudulentas.

2021

El 19 de enero el Departamento de Tesoro de EE.UU. sancionó a tres personas relacionados


con la venta de petróleo de PDVSA a México, ellos son: Alessandro Bazzoni, Francisco
Javier D’Agostino Casado y Philipp Paul Vartan Apikian. Además a 14 entidades y seis
embarcaciones consideradas dentro de una red más amplia involucrada en la venta de
petróleo venezolano con sede en México dirigidas por Libre Abordo, S.A. sancionado en
junio de 2020.

UNIÓN EUROPEA

El 18 de enero de 2018 la Unión Europea, junto a sus países asociados en semanas


posteriores, sancionaron a siete funcionarios del Estado venezolano por ser señalados como
autores del deterioro de la democracia en el país: Diosdado Cabello, Néstor Reverol,
Gustavo González, Antonio Benavides, Tibisay Lucena, Maikel Moreno, y Tarek William
Saab, prohibiéndoles hacer transacciones con personas o entidades, así como también la
entrada a las naciones de dicha comunidad.

Adicionalmente, en 2017 la Unión Europea aprobó un embargo de armas y de material


susceptible de ser utilizado para la represión contra Venezuela, con la excepción de ya
firmados a menos que se trate de material que pueda utilizarse para la represión. Para 2018,
la Unión Europea prolongó las sanciones contra Venezuela por el deterioro de la situación
en el país.

El 22 de febrero de 2021 la UE sancionó 19 funcionarios del régimen de Maduro, van ya 55


personas sancionadas por el consejo de la Unión Europea

El 18 de marzo de 2021 en un documento publicado se detalla que 8 países se unieron a las


sanciones de la UE, estos son los países candidatos Macedonia del Norte, Montenegro y
Albania, los países de la Asociación Europea de Libre Cambio Islandia y Liechtenstein, así
como Ucrania, Moldavia y Georgia se unieron a esa decisión.

OTROS

El 27 de marzo de 2018, el gobierno de Panamá aplicó una serie de sanciones a 55


funcionarios públicos venezolanos y personas de la alta esfera política oficialista,
añadiendo también sanciones a 16 empresas que operan en Panamá, propiedad de la familia
Malpica Flores, parientes de la primera dama Cilia Flores.5960
El 28 de marzo el Consejo Federal de Suiza implementó sanciones contra Venezuela,
congelando los fondos de siete ministros y altos funcionarios «a causa de las violaciones a
los derechos humanos y al deterioro del Estado de derecho y de las instituciones
democráticas», prohibiéndole la entrada al país y siguiendo las medidas impuestas por la
Unión Europea.61

El 20 de abril el Senado Mexicano aprobó un Punto de Acuerdo en la que se puntualiza,


entre otras cosas, rechazar las elecciones presidenciales programadas para el 20 de mayo, la
congelación de bienes de funcionarios del gobierno de Maduro y la prohibición de entrada
al país de éstos. Los altos cargos del Estado venezolano que fueron sancionados son:
Antonio Benavides Torres, excomandante de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB),
Delcy Rodríguez, presidenta de la ANC, Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo
de Justicia (TSJ), Néstor Reverol, ministro de Interior, Justicia y Paz, Tarek William Saab,
fiscal de la República, y Tibisay Lucena, presidenta del CNE.62

En 2020, después de haberse separado de la Unión Europea, el ministro de exteriores de


Reino Unido, Dominic Raab, anunció que el gobierno británico a través de la Oficina de
Implementación de Sanciones Financieras del Her Majesty’s Treasury (HM Treasury)
adoptaría las mismas sanciones que la UE dictó en junio de ese año contra once dirigentes
chavistas, y que elevarían a 36 el total de sancionados. En 2021 el país sanciona a tres
militares más.

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