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Gerardo G.

Sdncbez Ruiz

Profesor e invesrigador en la Un iversidad Aur ónoma Metropolit ana-Azcapoczalco. Es, además,


ingeniero-arqu itecto y maestro en Planificación por la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura
delIPN, y doctor en Urbanismo por la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Tiene en su haber
seis libros individuales y nueve colectivos con temas de urb anismo. Su última publicación fue
Planeaci án moderna de ciudades (Trillas-uAM-A, 2008). Ha publicado 120 artículos en revistas y
periódicos, el último de ellos fue "Grandes proyectos de la planeación moderna de ciudades y de
regi one s", Qllivera, Universidad Autónoma de! Estado de México, vol. 9, núm . 2, 2007. Miembro
del Sistema N acional de Investigadores, nive!u.

Resumen

En e! trabajo se hace una revisión de la ciudad ción, ensanchamiento de calles, embellecimien-


de México en su camino hacia e! prim er cente- to, etc., con los que pretendi eron disminuir las
nario, destacándose los esfuerzos de un grupo enfermedades y epidem ias qu e azotaban a este
de profesionales, en especial médicos e ingenie- espacio. Si bien con sus límites, por los disfru-
ros, qui enes en un cont exto exterior de cons- tes desiguales en el conjunto de habitantes, esos
truc ción de! urbani smo desde finales del siglo proye ctos fueron la base de una mod ernidad
XIX y en una dinámica de reflexionar y prop o- con la que la capital inició e! siglo xx, colocán-
ner, impulsaron una serie de proyectos para la dose esos profesionales como precursores de!
ciudad como drenaje, ag ua potable , ~rboriza- urban ismo en México.

Palabras clave:
Epidemias, higiene , saneamiento, médicos, ingenieros , urbanismo, ciudad, centenario.

Fecha de recepción: Fecha de aceptación:


mayo de 2009 agosto de 2009
Epidemics, Sanitation Works and the
Forerunners ofTown Planning. Mexico City
on the Way to the First Centenary
Gerardo G. Sánchez Ruiz

P rofessor-R esearcher at th e Universidad A ut ónom a Met ropoli tana-A zcaporzalco. O brained a BSc
in Ar ch irectu ral Engi neeri ng and an MA in Pl anni ng ar the IPN School of Engi neering and
Architect ure and a Ph. D . in Town Planning from che UNAM Arch itecrur e Faculty. H e has six
individ ua l books and nin e colleerive books on rown planning, th e rnost recenr of which was
Planeacián moderna de cindades (Tri llas-uxsr-A, 2008). 120 artic les in journals and newspapers, rhe
most recenr of which was: "Grandes proyecros de la planeación m oderna de ciudade s y de regiones",
QllÍvera, Universidad Autónoma del Estado de México, vol. 9, no. 2, 2007. Leve! II Mem ber of the
N acional Systern of Resea rche rs.

Abstraet

This ar ticl e reviews M éxico Cit y on irs path stree rs, throu gh whic h th ey soug hr ro reduce
rowards rhe firsr Cenrenary, highlig hting the th e series of illnesses and epidem ics rhar were
efforts of a group of professionals, parricularly affecti ng th is space . D espite their lirn irari ons,
doc rors and eng ineers, wh o, from th e late 19th since th ey were nor enjoyed equally by rhe ciry's
ce nr ury onwa rds, in a contex t outside tow n inhabirants, th ese pro jects constiruted th e basis
plan ning, as part of a dynam ic of reflect ion and of rhe m oderniry with which th e capi ta l beg an
p roposals, proposed a series of project s for th e th e 20th century, making th ese p rofessionals
city such as d rain ag e, potable water, land scape th e forerunners of town planning in Mexico.
garde ni ng, and w id ening and em be llis hi ng

Keywords:
Epidemics , hyg iene, sanirario n, doc tors, engineers, rown pla nni ng , ciry, cenrenary.

Final sub missio n: Acceptance:


May 2009 August 2009
Epidemias, obras de saneamiento
y precursores del urbanismo. La ciudad
de México rumbo al primer centenario*
Gerardo G. Sánchez Ruiz

C
omo conclusión de las g uerras ini- de la ciudad, procedentes de médicos co-
ciadas con la independencia, y mo Domingo Orvañanos, Manuel Uribe ,
cuyas manifestaciones fueron los Eduardo Liceaga, Ricardo Marín, Anselmo
enfrentamientos entre grupos regiona- Camacho, y de ingenieros como Roberto
les de poder, la pérdida de más de la mitad Gayol y Miguel Ángel de Quevedo, quie-
del territorio a instancias de los primeros nes ante un exterior por demás influyente,
impulsos imperialistas de Estados Unidos, se apropiaron de una serie de ideas con-
la liquidación del segundo imperio y la virtiéndolas en los sustentos teóricos y
restauración de la república por los libera- prácticos con las que no sólo se modifica-
les encabezados por Benito J uárez, el país ron espacios insalubres disipando focos
en la segunda parte del siglo XIX se enca- infecciosos, sino también se contribuyó
minó hacia una época de paz y de una con la construcción de una nueva moder-
cierta bonanza. Había que reconstruir ins- nidad en la ciudad .
tituciones y la economía, y atender las De ahí el interés de este escrito por
deficiencias observadas a todo lo largo y destacar condiciones, idea s y acciones
ancho del país, incluyéndose la ciudad de con las que la ciudad llegó al primer cen-
México, la que al representar el espacio tenario - aun en condiciones desigu ales
más importante del país fue sujeta de in- de disfrute. Para lograrlo, se ha parti-
tervenciones en la idea de disminuir efec- do de cuestiones generales de contexto y
tos de las inundaciones, insalubridad y, a en su caso de influenc ias extern as y con-
la vez, colocada en una nueva condición de di ciones internas, para arr ibar a cues-
modernidad. tiones puntuales donde se objetivó lo
En ese horizonte, surgió una serie de pretendido; todo , intentado en lo posible
reflexiones y propuestas para la mejora la consulta de archivos y materiales rela-
cionados con o de la época, como serían
* Est e t rab ajo es pa rte de un a investigación los casos de periódicos, bolet ines, revis-
denomi nada "Planificación y urb anismo de la revo- tas, informes, memorias de congresos ,
lu ción m exicana", y con un a d erivación que de libros , etcéte ra.
momento se denom ina "Precursores del urbani smo
en México. l a capital de la repú blica rumb o al pri-
mer centenario".

Secuencia [123] núm. 78, septiembre-diciembre 2010


U N EXTERIOR INFLUYENTE: LAS IDEAS Twist (183 8), de Charles D ickens, donde
DEL URBAN ISMO 1 se pueden encont rar líneas como las si-
guientes:
Como ha sucedido a lo largo de la histo-
ria del país y de la ciudad, las formas del A orillas del Tá mesis, no lejos de la iglesia
habitar al igual qu e el manejo y la tran s- de Rocherhite, allí donde se alzan sobre el
form ación de espacios se han forj ado a río los edificios más sucios y ruinosos, y los
partir de aspiraciones y de carencias pro- barcos son más negros como consecuencia
pias, aunque también, como resultado de del polvo de la hull a y del hum o q ue esca-
vivencias o de lo im aginado a part ir de pa de los casero nes emplazad os al borde
noticias respecto al exterior. Y en efecto, mismo de las ag uas, existía, y existe en la
las ideas de modernidad ' o del hab it ar act ualidad , la más inmu nda, la más sing u-
en la ciudad extendidas en el país a fina- lar, la más extraord inaria de las localidades
les del siglo XIX se prefiguraron a partir de que encierra en su seno la ciudad de Londres,
carencias y visualizar sarisfactores, pero se y qu e desconocen, hasra de nom bre, la in-
matizaron con referentes del exterior y, pa- mensa mayoría de sus habitantes. Para llegar
ra estos años, del denominado Movimien- a este sitio [...] preciso es atravesar una enma-
to de la Planeación Moderna de Ciudades, rañada red de callejas estrechas, tort uosas y
cuyos trabajos ambic ionaban dar respuesta cubiertas de lodo [...].3
a los efectos de la ind ustrializaci ón,
y en efecto, en particular en Europa, se Otro texto más acucioso y acusador es
hacían esfuerzos por entender la dinámica La situación de la clase obrera en Inglaterra
de las ciudades y ejercer transformacio- (1845), de Federico Engels, quien hizo un
nes. Un texto que desde su condición de balance de las formas de vida de los obreros
novela describe la situación que privaba en Londres, Dublín, Man chester, Norin-
en las partes deprimidas del Londres de gham , Liverpool y otras ciudad es, en una
la primera mitad del siglo XIX -y para el situación donde talleres y fábricas invadían
cual se tr abajaban propuestas- es Oliver sus distintos espacios e incubaban el haci-
namiento de familias, cuartos y sótanos de
vivienda estrechos, oscuros y mal ventila-
I En la época, equivalencias al urb anismo o pla- dos, dren ado de líquidos a flor de tierra,
neación moderna de ciudades, se urilizaban ind isrin- amontonamientos de casas, ere." Ante situa-
tam en te: Sr ádteba« , bnilding plan, city building , city ciones como esas y con la idea de mejorar las
bealffillll, city deuelopmeut, civicart, civic improuement, condiciones de vida, los médicos e ingenie-
improiement 01 toums and cities, siteplanning, urbanisme, ros asumieron un papel muy relevante.
urbanistica, city planning, toum det~/opment, toum planning, Tanto Alemania como España desta-
country plalllling y planificación. Véase Sánchez, Pla- caron en esa búsqueda. Respecto a la pri-
nificación,2 008, p. l 1.
m era, d e acuerdo con Brian Ladd en
2 Oc cavia Paz, en un texto de 1965, decía: "La
modern idad es sinónimo de crítica y se identifi ca con
Urban Planning and CivicOrderin Germany,
el cambio; no es la afirmación de un principio atem-
po ral, sino el despliegue de la razón crítica que sin
cesar se incerroga, se exam ina y se destru ye para rena- 3 D ickens, Oliver, 1998, p. 267.
cer de nuevo". Paz, "H ijos", 1995, p. 354. ·1 Engels, Sitnacidn, 1984, p. 80.

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1860-1 914 ,5 las cuestiones de insalubri- nistradores, los alcaldes, porqu e ellos tienen
dad junto al brote de epidemias en ciu- la mayor experiencia respecro a las dificul -
dades alemanas, atrajeron la atención de rades con los cuales nosotro s tenemos que
médicos, ingenieros y gobiernos, en tanto contender."
que con ello creció la posib ilidad de que
se ampliara la rurbulencia política que aso- En el caso de España, destacan las ór-
ló a territorios germanos a mediados del denes reales de mediados del siglo XIX
siglo XIX; como respuesta a ello surgieron registradas por J osé Gracia Cantalapiedra
la Asociación para Políti cas de Salud del en el Manual completodepolicía urbana y de
Bajo Rin en 1869 y la Asociación Ale- construcciones civiles (1863), donde son
mana para Políticas de Salud en Frankfurt patentes las preocupaciones por mejorar
en 1873, y una serie de investigaciones las condiciones de sus ciudades ante su
como las de Max van Pattenkofer, quien expansión, y el continuo azote de epide-
resaltó la importancia de la salud pública m ias. Lo anterior se muestra en la real
ante la contaminación del med io ambien- orden del 25 de julio de 1846, donde "S.
te y la recurrencia de enfermedades, como M. la reina", exhortaba a evitar conflictos
el cólera. al construirse nuevos edificios y reedifi-
En esa vía, el mismo Leed registra ar- carse antiguos, alentando a los ayunta-
gumentos como los del doctor Varrentrapp mientos a que levantaran "el plano geo-
-uno de los edi tores de Deucbe Viertel- métrico de la población, sus arrabales y
[ab rscrift f ;tr offen tli che G esundbeits- paseos", en su estado acrual, y "para la ali-
pflege- , quien dibujando requerimientos neación futura" de calles, plazas, etcétera?
de la nueva disciplina señalaba que en Por supuesto, las órdenes reales tam-
materias de mantenimiento, soleamiento, bién se ocuparon de acciones y previsiones
pureza de aire, drena je y la regulación de para evitar enfermedades, por lo que a tra-
f:'Íbricas, no sólo se requería de la actividad vés de las "medidas de policía ur bana
de méd icos sino también de expertos en y de precaución higiénica" en particular
construcción, administradores y alcaldes la derivada de la Instrucción del Consejo
por su experiencia en la organización y de Sanidad del Reino en 1849 y con mo-
producción de obras sanitarias. Al visua- tivo de la "invasión del cólera morbo", se
lizar los problemas y solucio nes desde conm inaba a gobiernos a poner especial
perspectivas más amplias e interdiscipli- atención a siruacionesmuy específicas para
narias, decía: "remover las causas generales de insalu-
bridad ", tales como la separ ación, lim -
El mantenimient o de aire y suelos limpios, pieza y canalización de aguas sucias de
del drenaje, los reglamentos para fábricas o pozos, sum ideros, letrinas, alcantari llas,
edificios, no es sólo de los médicos, sino de arroyos, corrales, patios y albañales;el aseo
exper ros en ed ificaciones, ingenieros, y de de fuentes, calles, plazas y mercados; la
qui enes asumen el rol de responsables direc- desaparición de estancos de materias ani-
ros. No menos indispensable son los adrni-

(,Citado en ibid., p. 39.


5 Ladd , Urban, 1990. 7 Gracia, !'y/ml/lal , 1863, p. 58.

EP IDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 125


males y vegetales en putrefacción; la extin- celebrado en 1987 en la ciudad de Viena,
ción de efluvios, pantanos y productos de obtenidos del Informepresentadoal gobierno
las fábricas insalubres; el sacrificio de ani - de la rep¡íblica Argentina del Sexto Congreso
males enfermos y entierro de muert os, y la Internacional de Higieney Demografía (1888)
insp ección de alim entos y bebidas expen- por el doct or Pedro A ntonio Pardo.
d idas al p úblico ." D e acuerdo con el informe, las gran-
Como com pleme nto de esas recomen- des temáti cas fuero n : ag ua potable y la
dacion es ig ualmente se exhortab a a: 1) propagación de enfermedades infecciosas,
m ejorar y m anten er en buen estado las sistem as de cloacas, alum brado por gas,
condiciones de todos los esta blecimientos alco ho lismo, razas hum an as y m at eri as
públicos y particulares donde se reunie- infecciosas, luz y calor en edificios, ense-
ran m uchas personas o q ue por la falta de ñanza de la hig iene, hig iene y leg islación
vent ilación pudiera viciarse el aire; 2) cui - en fáb ricas, cons trucción de hosp it ales,
dar las condiciones higiénicas en cemen- procedimientos para la desinfección, co-
terios, m ataderos, carnicerías, lavad eros mercio y p rop ag ación de enfermedades
públicos, tenerías, pollerías, cebadores infecciosas, experiencias sobre las epide-
de puercos y, en general, los depósitos de mias, reglamentos internacionales de epi-
animales que p udieran vic iar el aire; demias, etcé tera.
3) ejercer "una severa policía sanitaria" en De lo reseñado por Pardo y por lo que
p uertos y embarcaderos, y 4) impedir el ap unta este trabajo, podrían subrayarse:
hacinam ient o de familias pobres, mozos 1) las condiciones que privaban en las
de cuerda , ag uadores, jornaleros, etc étera." fábricas, 2) la enseñanza de la higiene en
Evidentem ente en países como Fran- las escuelas, aunado a la inspección sani-
cia, Ing laterra, Italia y Estados Unidos las taria de estas, y 3) la manera en q ue se
preocupaciones eran si mi lares ; de ahí destacan las propiedades de la ilumina-
la ap aric ión de informes, regl am entos y ción solar en las habitaciones . Respecto al
leyes so bre sanidad; trabajos de sanea- primer punto y derivado de la ponencia
miento; especializaciones en el tratami ento "H ig iene y legi slación de fábricas", de los
de ciudades, y la celebración de congre- d octores Frid ol i n Sch u ler d e M ollis y
sos donde se compartían conocimientos y Federico H ayes W hy mper de Londres
experiencias. lO Para el caso conviene rese- -donde se enfatiza ba la necesidad de que
ñar algunos aspectos del Sext o Congreso al establecer las fábr icas los p lanos fuera n
Intern acional de Higi ene y D em og rafía, elaborados desde la perspectiva técn ica y
de la higiene, se consideran elementos para
permitir iluminación, soleamiento y ven-
" ¡bid., p. 168. ti lación , y se ob ligará a los propietarios a
9 lbid., pp.1 68- 169.
declarar y permitir exámenes oficiales de
10 La celebración de cong resos fue important e en
heridas y enfermedades en los obreros- se
el desarrollo de la disciplina debido a la participación
de profesionales y gobiernos preocupados por los estra- resaltaba lo sig uiente:
gos causados por la insalubridad y los intercambios de
idea s y solu ciones, tal como ocur rió con el Town Las enojosas consecuencias de la indus tria
Pl ann ing Con ference ( 19 10) organizado po r The de fábtica se manifiestan en los niños, ya
Royal Insrirut e of Brit ish Archit ecrs, en Londres. por deformaciones características o debili-

126 GERARDO G . S ÁNCHEZ R UlZ


ramiento de cierros órganos, ya por la lent i- un llamado a inge nieros y arq uitectos , la
tud de desenvolvimiento corporal y una perspectiva se ampliaba al ur banism o, al
morbide z más g rande que en otras profesio- señalarse: "La altura de las casas debe estar
nes. Si es imp osible excluir del roda a los en razón con el ancho de las calles y siem -
niñ os de las fábricas hast a tanto qu e no pre de manera q ue permita un alumbra-
hayan alcanzado su compl ero desarrollo, es mi ento directo del piso bajo."13
menester [...], prohibir el trabajo de noche a Por supuest o, estos y otros pla ntea-
rodas los qu e no hayan llegado a su creci- mi entos con mayores elementos de análi-
m iento, y reducir el de día a un número de sis, de método e instrum entos técnicos ten-
horas limirado [oo.]. La limiración de las horas derían a la maduración solidificando áreas
de trabajo de los obreros y ante roda, la como la medicina y la ingeniería, pero al
interdicción del trabajo de noche debe ser concentrarse en cuestiones de ciudades y
exigida, tant o bajo el puntO de visra de la reg iones, a través de concebir manuales,
higiene como de la moral. I I reglamentos, leyes y propuestas específi-
cas de interve nción en espacios, solidifica-
Resp ecto a la enseña nza de la hig iene, ron a la planeación moderna de ciudades
derivado de las intervenciones de los doc- como un a d iscipl in a aboca da a generar
to res Max Perren kofer, de M unich; J osé espacios higié nicos, funcionales y estéticos.
Fodor, de Budapest , y otros , se decía que
la enseñanza de la hig iene en las escuelas
debía ser tema de los programas, en tant o HIGIENISTAS. .. MÉDICOS , IN GENIEROS.. .
se consideraba que en estas se formaba y se URBANISTAS
concentraba n en ellas amplios volume n
poblacionales. De esta manera se afirmaba: En esa construcción de ideas para ente n-
"El objeto de la enseñanza de la higiene es, der y act uar sobre las ciudades, conviene
por una parte, hacer al hom bre capaz de registrar trabajos de cuatro perso najes -de
proteger su salud, aun en circunstancias los muchos-!" que contribuyeron a la cons-
desfavora bles, y por otra , educar al pue- trucción de la discipl ina; un primer caso es
blo en la verdadera humanidad ."12 J. B. Fonssagrives, quien en Higiene y sa-
Finalme nte, en el tercer punto, se con- neamiento de laspoblaciones (1873) 15 plasmó
minaba a disponer las casas de manera que sus preocupacion es respecto a la hig iene
permitieran la pe netrac ión directa del sol en las ciudades en los capítulos: 1. El cam-
y el aire, cuida ndo la forma de distribuir po y las po blaciones. 2. Condic iones ori-
"las habitaciones" y considerando anchos ginales de las ciudades . 3. La calle y el
de calles, altura de casas y la relación del
espacio des tinado para soleamiento con
u lbid., pp. 54-57.
las dimensiones de las habitaciones. Si esta
' ·1 A los señalad os d eb en a nexarse: Il d efonso
convocatoria a proyecta r casas bajo con - Cerda , J oseph St übb en, Cami lla Sirte , Arturo Sara y
dic iones de soleamie nto y ventilación era Mara, Eb en ezer Howard, Eugene H enard , Rud olf
Ebersradr, T. C. H orsfall , Raym ond Unwin , Parri ck
G edd es,). S. N errl efold, Dani el Burnharn , H . Iñi g o
11 Pard o, [nfol1ne, 1888, pp . 75-77. Trigg s, J ohn N olen , N elson P. Lewis, y orros,
12 [bid., p . 65. 15 Fonssag rives, Higiene, 1885.

EP IDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 127


barrio. 4. Conservación de la vía pú blica. nes se dirigen nu estras advertenci as, ni de
5. Paseos y plantaciones. 6. Circulación y la fortuna ni el poder público, si no gana-
alumbrado. 7. La población subterránea. mos por la convicción estos dos elementos de
8. Aguas públicas. 9. La atmósfera urbana. tod a acción útil? He hab lado hasra aq uí a
10. Populosidad de las pob laciones. 1l. las fam ilias, y les he excirado en nombre de
Insalubridad y mortalidad comparativas, sus más queridos intereses, que se confund en
y 12. Instituciones e higiene municipal. con los intereses generales del país, a la rea-
Este autodenomi nado higienista argu- lizació n de las prácticas de hi gi en e, for-
menta ba que todas las poblaciones, gra n- mando así hom bres robusto s y m ujeres sanas
des o peq ueñas, ricas o pobres, estaban y fecundas, Yo me dirijo ahora a los qu e ad-
enfermas, resaltando "la atmosfera urba- ministran la fortuna comunal, con el objeto
na", los niveles de mortalidad y las insti- de acrecentar en ellos el sent im iento de su
tucio nes públicas como elementos a con- responsab ilidad bajo el punt o de vista de la
siderarse para entender y actuar sobre los salud públ ica. 17
problemas, en partic ular por las "visitas
de las epidemias". Señalaba, por ejemp lo, El segundo personaje es el ingeniero
que una calle podía estar bien orientada, Donato Spataro, quie n en el Manllal de
ser espaciosa y tener un excelente revesti- saneamiento depoblaciones, traducida del ita-
miento, pero que "no gozaría más que a liano en 1906, ofrece una suerte de refle-
med ias de esas ventajas esté ticas o de xiones que visualizaban los efectos de la
estruc tura" si no se ayudaba de "un buen insalubridad y las posibilidades de aten-
funcionamiento de servicios destinados a derlos desde la ingeniería. En esa obra, sus
mantener su limpieza" . 16 Y es que, como preocupaciones se registraban así: 1. Natu-
apuntaba, la introducción de esos servi- raleza de las materias que se evacúan. II.
cios iba más allá de la simple dotación, Limpieza de calles. Policía de las casas. 111 .
en tanto que mejorar deficiencias impli- Sistema estático de evacuación . Sistema
caba reorganizar y proveer a las ciudades de alcantarillado. IV. Alcantarillado de cir-
de un adecuado nivel de infraestructura, culación continua, de sistema mixto o ro-
equipamiento y viv ienda. Emprender mano. Trazado de la red. v. Investigación
accio nes en ese sentido implicaba una de la canti dad de materias a evacuar. VI.
cierta comprensión de lo que sign ificaba Cálculo de las secciones del alcantarillado.
interpretar problemas y proponer alterna- VII: Aliviaderos. Estudio de los colectores.
tivas, pero, además, el entendimiento de VlII. Estudio de los colectores. Estudio alti-
los diversos sectores de la población y métrico del alcantari llado. IX . Lavado de
de las distintas instancias de gobierno para alcantarillas . x. Vent ilación de alcantari-
realizar las obras. De ahí la siguiente abs- llas. XI. Construcción de alcantarillas. Con-
tracción de Fonssagrives: servación y limpieza. XII. Alcantarillas pri-
vadas. Defensa de las habitaciones ante el
¿Q ué podremos hacer los higi enisras, no dis- alcantari llado. XIII . Destino de las aguas
poniendo de la volunrad de las gentes a quie- fecales. XIV. Alcantarillado de canalización

16 lbid., pp . 153-154. 17 lbid., pp . 8-9.

128 GERA RDO G. S ÁNCHEZ R UIZ


separada . xv. Comparac ión ent re sistemas Stácltebalt, toum plamzing (construcción de
de alcantarillado. Comparación entre cana- ciudades o planeación moderna de ciuda-
lizaciones de circulación continua, mi xta des), al agrupar en una estructura aspec-
y separada . i s Por supuesto, la preocupa- tos que permi tirán -desde su punto de
ción era respecto al destino de los residuos vista- reorganizar, controlar y cond ucir el
sólidos, de ahí la observación donde re- crecimiento de las ciudades, de ahí su con-
saltaba los riesgos d e la materia fecal, cepto de zonificación y, en particular, sus
aseverando aportaciones en cuestiones de inge niería
sanitaria.
EN EL HO MBRE ES INNATA LA REPU GN AN CIA Si bien en los escritos de Baumeis ter
AL MAL O LO R QUE PRO D U CE LA MATER IA predominan lo técnico, también reflexionó
FECAL, Yen todas épocas ha tratado de ale- y justificó teóricament e algunos de sus
jarla. Este alejamiento debe hacerse de un planteamientos; por ejemp lo, al referirse a
modo económico y con el máxim o efecto la necesidad de contar con espacios abier-
útil posible. [. . .]. Por consiguiente , un buen tos en la ciudad, señalaba que uno de los
sistema de evacuación debe construir las con- deberes de esta era promover la salud de
d iciones siguientes : 1". Los gérme nes infec- sus habitantes, pero no sólo u na salud
ciosos deben alejarse por comp leto y qu edar física sino también espiritual, condición
inofensivos, para qu e no haya ning una d ifu- que podía ser proporcionada por espacios
sión ni por las materias qu e se hallen en las abiertos con árboles y vegetaci ón en volú-
casas, pues su proximidad, ni por la super- menes adecuados. De acuerdo con lo ante-
ficie de! suelo, y por e! agu a de los pozos rior, clamaba la "comunión de hum ani-
corridos. 2". Los gases mefíticos de la putre- dad con la nat uraleza" apuntando que "la
facc i ón deben alejarse de las habitaciones. poesía del bosque, el goce de caminar,
3". El agua del subsuelo y la de los ríos no la observación de naturaleza y la obra ino-
debe contaminarse de modo que sea inservi- cente de niños con los animales eran evi-
ble. 4". El terreno no debe conta minarse de dencias" de ese espíritu.i''
modo qu e produzca mal olor. 5". El sistema y enfatizaba que en la ciudad del futu-
qu e se le debe satisfacer a condiciones esté- ra "la vegetación era particularmente desea-
ticas. 6". El sistema qu e satisfaga a las con- ble para sosegar los nervios de la influen-
d iciones la. y 4a. D ebe ser el más econó- cia perturbadora del ruido y del bullir, y
mico posible [. . .].19 para reavivar los espíritus desp ués de una
labor agotadora" , 2 1 y recalcaba:
El tercero de esto s precursores del
urbanismo es el inge niero de origen ale- En una gran ciudad , la sup erficie de la tie-
mán Reinhard Baumeister, quien en Stad- rra no deb e qu edar des nuda en ninguna
terueiternngen en Technischer, Baupolizeilicber parte, siempre debe trata rse en un espírit u
und Wirtschaftlicher Beziehung (1876), sentó naturalista. Por medio de los árboles, los jar-
las bases de lo que se constituiría como el dines decorativos y la traza del césped, las

1M Spataro, " /m/lla/, 1906, pp. 565-57 !. 20 Citado en Koester, Modem, 1914, p. 48.
19 tu«, pp. 12-/ 3. 21 l bid., p. 49.

EPIDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 129


vistas de los edificios pueden mejorarse gran- resumen del contenido, en tanto que
demente y pueden em bellecerse . Pueden registran su perspectiva de ciudad y los
emplearse tales elementos más eficazmen- aspectos para la atención de esta, a saber:
te cuando rodean a los grupos arquitectóni- 1. Calles y vías férreas. A. Crecimiento
cos con los límites, fondos y vistas de los de la población. La vivienda. Ideas para la
. ?'
espacIOs.-- ampliación de la ciudad . B. Bosquejo del
plan de urbanización . Trazo de calles .
Como ya se anotó, respecto a la manera Redes de carreteras. Plazas. Iluminación
en que debían organizarse las ciudades y y aire. Características de las edificaciones
como una situación relevante, Baumeister C. Ejecución del plan de urbanización.
generó el concepto de zonificaciónal reco- Normas jurídicas. Exprop iación y regu-
mendar que las ciudades se dividieran en laciones. Finanzas. D. Renovación de las
un centro receptor de negocios, un dis- calles. Pavimentos de piedras naturales, ar-
trito industrial y de comercio y un distri- tificiales y madera. Asfalto. Arborización.
to residencial, y que estos se relacionaran E. Vías férreas urbanas. Trazo. Entablilla-
adecuadamente con buenas vialidades. La dos de madera y de hierro . Construcción
idea de separar funciones provenía de flexible . Ramificación de vías . Carros ,
observar la interferencia funcional entre caballos y locomotoras . Autobuses de
act ividades y los efectos de unas sobre vapor. 11. Limpieza y drenaje de la ciudad.
otras, lo cual en una condición de conjun- A. La necesidad de la higiene . Uso de ca-
to, por un lado, entorpecía el ciclo de la nales. B. Basura. Cantidades y estado.
circulación de mercancías y, por otro, afec- Limpieza de calles. Eliminación de basura.
taba las formas de vida de todos los ha- Sanciones . C. Excrementos. Cantidad y
bitantes y en particular su salud. estado de los excrementos. Transporte.
Ampliando el panorama respecto a su Tratamiento . Separación. Desinfección. D.
trabajo como ingeniero, y preocupado por Canalización. Agua utilizada y de lluvia.
la insalubridad en las ciudades en St¿idtiches Drenaje. Lavado. Ventilación. Inundacio-
Strassenuesen nnd St¿idtereinigll1zg (1890), a nes. E. Limpieza de los conductos de agua.
la par de seguir reflexionando respecto al Contaminación de ríos. Purificación quí-
carácter de las ciudades, desarrolló ele- mica. Depósitos . Filtración. Riego ."
mentos de ingeniería sanitaria, comple - Finalmente, en un ámbito más cercano
tando el ciclo que todo estudioso debía a México se sitúa el último de estos per-
tener respecto a la ciudad : caracterizar pro- sonajes, Charles Mulford Robinson, de
blemas pero a la vez crear propuestas de soln- origen estadunidense, quien en lvIodern
ción;23 en ese sentido, cabe retrotraer un Civic Art (1903) de forma vehemente
resaltó algunas de las virtudes de la "mo-
derna ciencia de construir ciudades" a la
22 lbid.
cual en su momento denominaba como
2., N o se pu ede hacer de lado la afirmación de
Carlos Marx, connacional y contemporáneo de Bau-
Arte Cívico. Y es que en el capítulo 1:
meisrer, qu ien decía: "Los filósofos no han hecho más "U n nuevo día para las ciudad es", refle-
que interpretar de d iversos modos el mundo, pero de
lo qu e se trat a es de rransforrnarlo". Marx, "Tesis",
1973, p. 10. 2,1 Baum eisrer, St¿fdti"bes, 1890 , pp. 1-1 11 .

130 GERARDO G. S ÁNCHEZ RUIZ


xionando respecto a los tiempos vividos fico circule con facilidad , y aún se ha dejado
por las ciudades decía que había "una pro- espacio para césped, árboles y, en algunos
mesa en el cielo de un nuevo día", que en casos, para flores.P
las ciudades la oscuridad se desvanecía,
que los edi fici os que habían est ado en Entonces, la ide a de progreso y de
som bras se mantenían de pie por el bri- habitar estaba ínt imament e ligado con el
llo de sus fachadas y ventanas, qu e cual- bien vivir tanto en espaciospúblicos como
quier cosa que era oscura, tosca, y fea, o en privados, a partir de disfrutar espacios
se transforma o se esfumaba, exclamando: soleados y ventilados tanto en el trabajo
"H ay un nuevo sueño y un a nu eva es- como al buscar esparcimiento o habitar
peranza. Dentro de estos el impulso del una vivienda; la comodid ad de expulsar
arte cívico." desechos humanos y de otro t ipo a t ra-
y explicaba: "hay nuevas normas de vés de tuberías y, de conta r con flujos de
belleza y dignidad para los pueblos. La agua dire ctos a los edificios, elevando los
ciencia de la construcción moderna de ciu- niveles de hig iene; el ag rado de transi tar
dad es está ext endi éndo se", visualizando por calles donde el polvo , a part ir de dis-
de ese mod o el hecho de qu e tarde o tem- minuir encharcamientos y baches, a la vez
prano esas ideas y prácticas se asumi rían de hacer más fluida la circulación; animar-
en otras ciud ades, lo cual se tradu ciría en se en ambientes generados por la d ispo-
estas cumplir sueños y esperanzas y "el sición de áreas verdes; y solazarse con bue-
progr eso hacia un día m ejor", de ahí que nas perspectivas de la ciudad a partir de
enfatizara: embellecer o crear nuevas arquitecturas .
Evidentemente esas nuevas condicio-
Obsérvese cuán ende udada está la ciudad nes en las ciudades fueron observadas por
moderna no de bido a la comodi dad, sino Federico Engels 49 años después de publi-
debido a la dign idad y belleza del descub rí- cado su Sitllación de la clase obrera en Ingla-
miento y la invención actua les. Las calles terra, al apuntar:
oscuras qu e anteriormente eran por las no-
ches un camino incierto para el peatón, con Las repe ti das ep ide mias de cólera, ti fus,
su linterna indi vidual, hoy brillan a media viruela y otras enfermedades most raron al
noche tanto como a medio día. El rechazo, burgu és británico la urgent e necesidad de
que antes fluía desde las venta nas superiores proce der al saneamiento de sus ciudades ,
hacia las calles, en las capitales más orgu llo- para no ser, él y su familia, vícti mas de esas
sas, fluye ahora en corrientes sub terrá neas, epide mias. Por eso, los defectos más escan-
desconocidas. El pavime nto, que, con ante- dalosos que se señalan en este libro, o bien
rioridad y a lo mucho, era un to rme ntoso han desapa recido ya o no salta n tanto a la
camino ado quinado, es ahora du ro y liso. vista. Se han hecho obras de canalización o
Las calles, ant es tan saturadas por mu rallas se han mejorado las ya existentes. Y anchas
que confinaban y restri ngían las capitales de avenidas cruzan ahora muchos de los barrios
los imperios, las brechas sin árboles entre más sórdidos; ha desaparecido la Pequ eña
los edificios, ahora - al ig ual que en las más
humildes y conglo meradas comunidades-
se han ensanchado para permitir qu e el t r á- 2S Robinson, Modem, 1903, p. 5.

E PIDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 131


Irlanda y ahora le coca el t urno a Seven repro ducción de una serie de anomalías
Dials.I" en el país y, por extensión, en su enclave
urbano más grande . Y es que a lo largo
Pese a la naturaleza de las acciones en del siglo XIX hub o que reconstruir la eco-
el sent ido com o las maneja Engels, po r nom ía, dis persar a poderes reg ionales,
esa necesidad de atenuar fuentes de infec- lograr acuerdos entre grupos sociales y, en
ción, hubo efectos colaterales ent re grupos esa vía, plantearse proyectos más de con-
po bres de las ciudades a qui enes obj eti- junto, lo que ocur rió con los liberales y
vamente les significaron mejoras par ticu- en específico en los gobiernos de Porfirio
larmente en cues tión de vivie nda; asi- D íaz.27 Los pro blemas se reprodu cían en
m ismo , aun con lim iranres, la disciplina las principales ciudades en función de
se había desarrollado, generando espacios sus características económicas, sociales,
mayormente significativas como París, territoriales y demográficas . Respecto a lo
Berlín, Munich, Colonia, Bournville, Port últim o, para 1895 y 1910,28 el país con-
Sunlight, Frankfurt, Chicago, Melbourne, taba con 12632 427 y 15 160 329 habi-
N ueva D elhi, etcétera . tantes respectivamente; de estos en la ciu-
At ender los problemas no era sencillo; dad de México se concentraron 329 774
m ás allá de los discursos y las disquisicio- y 4 7 1 0 6 6 para los m ism os años; en
nes teóricas o abstracciones tan presentes y Puebl a, 9 19 17 y 96 12 1; en G uada la-
exte nd ida s entre los p rofesionales de lo jara, 83 870 y 119468; en San Luis Po-
urbano en estos años del sigl o XXI, a la tosí , 69050 y 68022, Y en Monterr ey
int erpretación de los problemas por par te 56855 y 78528.29
de estos profesionales les seguían las con- En Pueb la se desarrollaba una inci -
secuentes propuestas. Por fort u na para piente ind us tria de h ilados y tejidos;
estos autodenominados hig ienistas, verda- Pachuca, San Luis Potosí y Guanajuato
deros precursores del urb anismo, habían continuaban con una próspera ind ustria
asido el razonamiento y la racionalización mi nera; Monterrey se proyectaba como
imp uestos por la época; de ahí la magnitud un d inámico centro industrial; Mé rida,
de su reflexionar y de sus propos iciones y, m anten ía un estable d esarroll o por la
por sup uesto, los resultados tan benéficos explotación del henequén, etc. Por supues-
para millones de habitant es, aunque estos
se hayan disfrut ado de manera desigu al.
27 Aquí se rem irir ía a trabajos qu e desde di srin -
ras perspectivas sobre la época tienen Malina, Grandes,
LA CIUDAD DE MÉXICO EN SU PASO 1909; Cosía , Historia, 1957, y Vargas, Historia, 1998.
2M Don Mat ías Rom ero, refiriéndose al censo de
DEL SIGLO XIX AL xx
1895 de l cual considera ba q ue expresaba números
por debajo de los reales, señalaba qu e era di fícil la apli-
Salir de una condición de coloniaje y rede- cación de los censos en México porqu e no había los
finiciones sociales para dar cuerpo a una instrumento s adecuados y qu e, en especial, entre g ru-
nueva nación, habían sido factores para la pos indígenas había la resistencia para dar datos pre-
cisos por el temor a la aplicación de impuestos o ser lle-
vados al servicio m ilitar, Romero, Coffie, 1898, p. 89.
26 Engels, Sitnachin, 1984, pp . 12-13. 29 Estadtsticas, 1994, pp . 31-39.

132 G ERARDO G . S ÁNCHEZ R UIZ


to, las activ idades empezaban a generar escaparate más importante de la nueva
problemas como los señalados por Domin- nación, cobró amplia relevancia. En México
go Orvañanos en Ensayodegeografía médica a través de los informes presidenciales (1976)
y climatología de la reptlblica mexicana se pudo observar el nivel y carácter de las
(188 9), al decir: preo cupaciones respecto a la ciudad de
México de finales del siglo XIX y princi-
La polución de las ag uas p or los d esech os de pios del xx, en tanto se pu ede encontrar
f.-1br icas o indusrrias se suele observar en muy que temas recurrentes eran: la cuestión de
co rra escala e n alg u nas p oblacio nes d e la la insalubridad en calles, las recurren cia
repúb lica, p ues nuest ra industria rnanufac- de infecciones y epidemias, los focos de
turera se halla rod av ía al estado naciente. Lo infección representad os por lugares don-
que sí es común en va rios d istri tos m ine- de se mataba animales, la inseguridad en
ros es la impurificación de las aguas por calles y rededores, etc. Manuel Gon zález,
alg u nas susrancias m inerales y en particu- presidente del país ent re 1880 y 1884 ,
lar por diversos compuescos fer rugi nosos. resumió la g ravedad de esas condiciones
Es ta nto m ás punibl e este descuido cuanto del sigui ent e modo:
que por la adición a las ag uas d e otras sus-
tan cias q u ími cas se p ueden p rec ipi ta r todos D esd e hace a lg u nos a ños, una constan te
los meta les, dejando a di ch as aguas co m - expe rienci a ha venido demostrando que las
p le tame nte p uras. N o so la mente los r íos co ndicio nes h ig iéni cas d e esra capita l em -
si no t ambién los mana nt ia les se convier- peoran de d ía en día; y aun cuando no so n
t en a veces e n verdaderos caños de aguas poco conocidas las causas d e este grave m al ,
sucias por el imperdonab le des cuido d e las es de codo punto im p os ib le acud ir a ellas
poblaciones.é" co n el conve nie nte remed io por los escas os
fondos de que actualmente p uede di sponer
En ese contexto, la variable territorial, el m un icip io , los q ue apenas son bastantes ,
y en específico la condic iones en que se au n empleados con la mayor economía, para
desenvolvía la capital de la república, el a te nder a u rg entísimas neces id ad es c uya
satisfacción no p ue d e atrasar se.f '
30 Orvañanos, Ensayo, 1889. En el Th ird Int erna-
tional Sanitary Conference of che American Republics Por supuesto, esos informes, de igual
de 1907, los representa ntes de México, ent re los que manera, mostraban aspectos donde se con-
se encontra ba el docto r Eduardo Liceaga, señalaran centraban medidas de corrección como
que en esos años enfermedade s como la fiebre amari- acciones de higiene y desinfección en calles
lla se había expresado en Tamaulipas, San Luis Potosí, y viviendas, el incremento de la instruc-
Nuevo León, Coahuila, Veracru z y Mérida ; la peste ción pública, la extensión de la beneficen-
bub ónica -como epidemia- en California y Sinaloa cia pública, las obras hidráulicas y de desa-
ent re 1902 y 1903; la malaria en Mérid a, Tampico,
güe, la cuestión del em bellecimiento de
Veracruz y Salina Cruz. Por supuesto, tambi én apun-
tara n q ue para cont rarrestar efecros y desterrarlas, se
calles y avenidas, los apoyos a la incipiente
habían aplicado trabajos de desinfección y trabajos industria, el impulso a los transportes, la
de saneam iento en calles como asfaltar o proponer
sistemas de drenaje. International, Transactions, 1909,
pp. 18-32. 31 México, 1976, t. 11 , p. 154.

EPIDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 133


organización o reorgan ización admi nis- las atarjeas, y no encontrando fácil salida,
trativa de la ciud ad , la cuest ión de la go- fluía con los gases desalojados a su paso por
bernabilidad y la proyección hacia el exte- rodas las coladeras de las calles inund ando
rior.32 Pero, ¿qué condiciones guardaba de un líquido sucio y pestilent e las aceras.
una ciudad q ue para 1895 y 1910, alo- Las materias fecales sobrenadaban mu chas
jaba a 329774 y 471 066 habi tantes, res- veces en la superficie, y siendo el escurri-
pec tivamente? miento de estas ag uas por extremo difícil,
En "N oticia sobre la geografía médica desecaban lentamente al sol dando origen a
del Valle de México", del doctor Domingo miasmas que sin duda influían grandemente
Orvañanos, aparte de tratar temas geográ- en la producción de nuestro huésped habi-
ficos este ofreció alg unas de las condicio- tual el tifa.3·1
nes que privaban en el Valle de México y
en especial en la capital. Ah í, pese a seña- Resp ecto al eq uipamiento el mi smo
lar que hab ía vivie ndas con cua rtos y doctor Orvañanos señalaba que era pel i-
pa tios espaciosos do nde los habitantes no groso, insalubre e incómodo, pues mu chos
se aglomeraban; refería que en muchas de cementerios estaban colocados en los atrios
las llamadas vecindades y en casi todas las de las iglesias con tumbas localizadas a poca
chozas de indios de las peq ueñas pobla- profund idad; que los basureros eran escasos
ciones solían vivir "diez o más pe rsonas", p or lo qu e la basura se arrojaba en casas,
en espacios reducidos y condiciones higié- p lazas, etc.; que en la ciudad sólo había
nicas muy malas.P cinco mercados de construcción moderna
Respecto a las aguas destacaba el hecho y que el resto eran puestos ambulantes colo-
de que en muchas poblaciones, con fre- cados al aire libre; que los cuarteles ocupa-
cuencia, el agua ut ilizada tuviera mal olor; ban antiguos conventos y que carecían de
tal vez - seg ún argumentaba-, por la p u- condicio nes higiénicas y que el ún ico es-
trefacción de la misma en los pozos o alji- pacioso y bueno estaba en la Ribera de San
bes, porque alg unas fábricas vertían sus Cosme; que existían casas de prostitución
desechos en las aguas de consumo, o por- con escasa vigilancia sani taria, etcétera.
q ue el sis tema de acueductos era poco Por lo q ue había que imaginarse las
h ig iénico o incompleto. Ampliando las form as de vida, las carencias y las exigen-
situac iones descritas por O rvañanos, con- cias en esta regió n, donde el ma tiz eran
vie ne agregar lo reseñad o po r el doct or las condiciones de deterioro afrontados por
Manuel Uribe, quien refiriéndose a las con- ríos como el de la Piedad , del Consulado
diciones del dre naje de la ciudad, decía: o el Canal Nacional por las descargas de
desechos tornándose en focos de infección;
N o hace muchos años aún, antes de la ins- calles sin pavimento y con drenaje a flor de
ralaci ón de las bombas de S. Lázaro, el agua tierra cont ribuyendo a las frecuentes pol-
de las grandes lluvias llenando de un golpe varedas y malos olores; el uso de agua de
fuentes o de ríos contaminados con efec-
32 Se recomienda la lectura de trabajos muy espe-
tos gas trointestinales en los usuar ios, y
cíficos en relación con la ciudad: Rodríguez, Experien- amplias zonas con carencias como eran los
cia, 1996, y Agostoni , i'v/oclemiclacl, 200 l.
33 Orvañanos, "Noticia", 189 8, p. 829. 3'1 Uribe, "Proyecto", 1894, pp. 187-188.

134 GERARDO G. S ÁNCHEZ RUIZ


casos de las colonias Peralvill o, Cand e- 1896, calculando la población en 330 698
laria, Maza, Bolsa, Mart ín Carrera y otras, -sin incluir 1275 abortos-, el número de
en su mayoría promovi das sin esquemas muertes había sido de 15 567 , y de igual
de planeación y vend idas sin un m ínim o modo señalaba que las principales causas
de servicios, ge nerando así nu evos proble- de los decesos habían sido causados prin-
m as a la ciudad. P cipalmente por enfermedades gastrointes-
Como consecuen cia de esas condicio- tinales, de las vías resp iratorias, el tifus,
nes, el doctor Orvañanos derivaba qu e en la fieb re tifoidea y viruela . Tratando de
el valle po dían encontrarse un conju nto explicar las causas de los decesos Rom ero
de m ales do nde dest acab an t ifo, palu - los derivaba de dos cond icio nes: la pri-
dismo, reumatismo, viruela, sarampión, mera, al dre naje y basura q ue afectaban a
escarla tina, tos ferina, p ulmonía, enfer- la ciudad; la segun da , "a la antihigiénica
medades de los ojos, enfermedades del manera de vivir de las clases pobres" en
estómago y sífilis; territorializando la re- las cuales se presentaban los mayores índi -
producción de esas enfermedades, seña- ces de mortalidad .P
laba que la mortalidad anual por cada D e ahí los esfuerzos de los dis tintos
1000 habitantes era de 5 a 30 en Pachuca, niveles de gobierno por tratar y prevenir
Tezontepec, Teotihuacan , Chicoloapan y la aparición de esos ma les a partir de orga-
Tenango; de 31 a 40 en Texcoco, Chalco, nismos como el Consejo Superior de Salu-
Cuajimalpa, Xochimilco, Mixquic, Ameca bridad (1841), reglamentaciones como el
y Milpa Alta; de 4 1 a 50 en Teoloyucan, Códig o Sani tario de los Est ados Unidos
Tepoztlán, Naucalpan, Ch imalhuacán, Mexicanos (1891) y la aplicación de vacu-
Azcapotzalco, México y T lalpan; de 51 a nas, t ratam iento de las enfermedades y
60 en Zumpango, Cuautitlán, Iztapaluca, acciones de desinfección sobre todo en
Iztacalco, Iztapalapa, Coyoacán y San viviendas; pero tam bién a partir de impul-
Angel; de 61 a 70 en Tizayuca y G uadalu- sar infraestructura y equipamiento moder-
pe Hidalgo; de 71 a 80 en Tacubaya; y de no, que se tra du jo en la m ejora de líneas
81 a 82 en Tacu ba y Mi xcoac.r'' de ag ua potable y drenaje, y en la cons-
y en par ticular para la ciudad de Mé- trucció n de un nuevo rastro y el H ospital
xico, don Mat ías Romero señalaba q ue en General, p or ejem pl o.

.,5 J orge H . Jiménez Muñ oz a la vez de señalar esa L AS IDEAS DE LOS PROFESIONALES
y orras prácrica ent re promotores de fraccionamient os MEXICANOS RESPECTO A LA ATENCIÓN
de la época, da cuenta de las colonias formadas'desde DE CIUDADES
mediados de los años 1800 hasra 1910 , a saber: De los
Arquitect os, Santa María la Ribera, San Mi guel Sin lugar a dudas, el contacto con las ideas
Chapulrepec, Escandón o del Cuarrel iro, Gu errero,
y las acciones llevadas a cabo en metró-
La Teja, Violanre o de Tepiro, Morelos, Limant ou r,
El Rasrro, Ind ian illa, El Carm en, San Rafael, D íaz
polis como París, Berlín, Londres o Nueva
de León , Car rera Lard izáb al , Toriello Gu erra, D el York y la sensibilidad de alg unos secro-
Paseo, N ueva Del Paseo, Valle G óm ez y Tl axpana.
Jiménez, Traza, 1993.
.% O rvañanos, "Noticia", 1898, pp. 823-832. .,7Romero, Coffee, 1898, pp. 111-114.

EP IDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 135


res del porfiri ato, impulsaron las ciencias encontrar la muerte, por cuando trabajan en
y las acciones relacionadas para la mejora las entra ñas de la tierra hora cuando mane-
de la salud pública, la higienización y de jan sustancias explosivas. Parece imposible
las ciudades ; en ese sentido, es importante de remediar tanto elemento de deterioro que
resaltar las opiniones que fluyeron en los amaga a los obreros -quienes forman siem-
cong resos, en especial en los celeb rados pre en las ciudades e! mayor núm ero- y sin
en la ciudad de México, donde se anali- embargo ahí está la higiene.: "
zaban problemas y se planteaban propues-
tas. Y es que en estos, aparte de tratar con Es necesario imaginarse la época para
profundidad e interés los casos de enfer- entender las reflexiones y las perspectivas
medades y epidem ias, se mostraba clari- respecto a la vida en las urb es, y prestar
dad respecto los orígenes de estas; de ahí atención a que -en este caso- eran los
que los análisis hechos por la mancuerna médicos quienes señalaban las pautas para
conformada especialmente de médicos e el quehacer de ingenieros y arquitectos.
ingenieros se encarrilaran hacia procesos En el Segundo Congreso Médico Paname-
de análisis, reflexiones y construcción de ricano, el doctor Ricardo Marín , rememo-
propuestas que finalmente se materializa- rando una máxima que decía "d ime qu é
ron en obras de saneamiento. atmósferas respiras y te diré cómo está su
Es por esta relevancia que participa- salud ", en su participación (denom inada
ciones como las del doctor Eduardo Licea- "Influencia de las medidas profil ácticas,
ga en la vigésima reunión de la Asociación en la no propagación de las enfermedades
Americana de la Salubridad Pública de infecto-contagiosas") enfat izaba:
1892, muestra el grado de comprensión
de lo significado por las ciudades, las con- Comenzamos por habitar estos hormig ue-
tradicciones gestadas en ellas, y los efectos ros ll am ad os ci uda des, y ac um u la mos
que generaban en los trabajadores, al decir: inconscientemente todas las causas de insa-
lubri dad. Viciamos e! aire con nuest ras in-
Las fábricas y las indust rias qu e proveen a d ustrias, con nuest ro aliento, con nuestras
nuestr as necesid ades y qu e con su movi- cocinas, y amontonamos en nuestras vivien-
miento y actividad mantienen e! comercio y das los despojos de lo que consumimos para
cont ribuyen a la riqu eza pú blica, arrojan a nu estras necesidades. Im purificamo s las
los ríos, a los conductos desaguadores y a la aguas de! subsuelo con nuestros sumideros,
at mósfera susta ncias nocivas a la salud o infiltramos nuestro suelo con mil detritus, y
incómodas a nuestros sentidos. Los hombres respiramos, bebemos y caminamos entre esos
pu eden menoscabar tambi én su salud con medios letales sin darnos cuenta de ello.
las ema naciones de los prod uctos que ela- Nuest ras habitaciones se suelen construir
boran, e! contacto de las sustancias que ma- sin atender a ningun a condición: sacrifica-
nejan, con la insuficiencia del aire que res- mos en ellas lo út il por lo que creemos esté-
pi ran , con una larga duración de! trabaj o tico, sin comprender que la verdadera belleza
qu e ejecuten: este pued e ser desproporcio- debe unirse siempre a lo higi én icamente
nado a las fuerzas de una muj er de estorbar
e! desar roll o o de un ado lescente. En las
fábricas y las industtias los obreros pu eden 38 Liceaga, "D iscurso", 1894, p. 19.

136 GERARDO G. SÁNCHEZ RUIZ


bue no. Levantamos nuestros edificios sobre tes estaban desap areciendo completa-
terrenos húmedos e infectos, sin atend er a mente."
la ubicación, ni a las cond iciones de luz y Ese ente ndi mie nto de lo significado
de aire, y procuram os adosamos a nuestros por la ciudad y sus problemas por parte
vecinos, como si el mundo fuera peq ueño de los médicos también estaba presente
para conrcnernos.é? con sus comp lementos discip linarios en
gente que tenía o se había hecho de los
Yen la conti nuidad de su discurso ati- conocimientos para proponer transforma-
naba a decir que esas condiciones coadyu- ciones en las ciudades, tales fueron los
vaban "a crear unas generaciones raquíti- casos de los ingenieros Roberto Gayol y
cas y enfermizas", por lo qu e conminaba Miguel Ángel de Quevedo, quienes al tra-
a los gobiernos de todos los niveles a orga- bajar di rectamente con aquellos genera-
nizar asistencias públicas, centros sani - ban sus propias reflexiones y alternativas.
tarios o consejos de salubridad, donde se Así, el ingeniero Gayol, en un trabajo
realizaran estudios y se p ropiciara la denominado Estudio crítico delasunto Orozco
resolución de problemas como los subra- (1894), dio cuenta de su amplia perspec-
yados.r'? H abía consecuencia en los dis- tiva de ciudad, al señalar:
cursos - y en las acciones- ; si los médicos
interpretaban los modos de vida de las Las g randes agrupaciones que los homb res
ciudades y los efectos resentidos por la forman para vivir en sociedad, traen consigo
población, también construían alternati- las inm ensas ventajas q ue proporciona la
vas para atenuar o desaparecer las causas y aplicación de cierras pr incip ios económicos
efectos; los principios eran básicos, o si se generales, q ue com o e! del trabajo com-
quiere, de senti do común, tales como el binado y e! de la división de! trabaj o, sus
de sobreponer ambientes preventivos sobre deralles de la especialidad en las profesiones
acciones curativas. y repartició n de las labores y otra mu ltitud
D e manera que objetiva ndo, o si se de circunstancias, hacen que sea más seg u-
qui ere "territorializando" esos argumen- ra, más cómoda y barata la vida en las ciu-
tos, puede considerarse la opinión del doc- dades ; pero mie ntras más gra nde es la
tor Dom ingo Orvañanos qu ien concluía agrupación, se exacerban cierros males q ue
que, como consecuencia de las "prácticas son inherentes a ella, y es sin d uda uno de
sanitarias", la mort alidad hab ía dism i- los peores ma les el de q ue, en ge neral, la
nuido de manera notable en muchas ciu- aglomeración es una causa determi nante de
dades, y que aquellas enfermedades que insalubridad.P
antes eran su azote -como el caso de "la
viruela, la difteria, la fiebre tifoidea, el tifo y si hubi era duda de la perspectiva ar-
exantemático y otras"> habían venido dis- quitectónica y urbanística entre estos mé-
minuyendo sus estragos por las acciones dicos e ingenieros, habría que revisar otras
de la higienización y que en algunas par- participaciones donde aparecen propuestas

39 Marín, "Influencia", 1898, pp. 735-736. .JI O rvañanos, "No ticia", 1898, p. 7 16.
.to lbid., p. 736. ·12 Gayo l, Estudio, 1894, p. 3.

E PIDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 137


respecto a la forma en que se debían pro- diseño, reflexionando en el sentid o de que
yectar y construir infraestructura, equipa- las ciudad es para desenv olverse me jor
mient o y viviendas, en la perspectiva de necesitaban vías interiores de comunica-
que las crecientes actividades de la capital ción y centros de reun ión como jardin es,
no causaran grandes estragos en sus habi- plazas y mercados; y es sob resaliente su
tantes. Como algunos casos están las in- apreciación de la maner a en qu e debían
quietudes vert idas por el doctor Manuel ser las calles, al decir:
Uribe en la reunión de 1892, quien pen-
sando respecto a la ciudad de México, decía: Las calles deb en ser rect ilín eas. Sabi d o es
q ue e l ca na l, para q ue la ve loc ida d d el
Resuelta como está en la acrualidad, la enes- líq u ido sea constante, ha de ser tamb ién
ti ón de la preeminencia del sistema de cana- consta nte la d irección del eje, así como uni-
lización sobre los depósitos fijos o m óviles, formes la pe nd iente y la sección. Una calle
y reconocid a la supe rioridad de la construc- ais lada rep resenta si n d uda un ca na l po r
ción d e atarjeas sani tarias, es dec ir, aquéllas do nde el aire corre, arras tran do los mias mas
a las que se atrojan junto con las materias q ue p udiera haber, y en su curso esta corrien-
fecales las aguas q ue han servido para uso te no debe halla r obs ráculos que la modifi-
doméstico, y las de lluvia, sob re los siste- quen desvi rtuando así su acción eficaz. Por
mas divisor y nemudtico los cuales serían entre otra parte, la dirección rectilínea facilita la
nosotros inaplicables a causa de su gran costo distribución de las cañerías y de las atarjeas;
y difíci l conservación, lo m ism o q ue por cir- es m ás segura que en las calles curvas o tor-
cu nstancias de roda loca les; n uestro más ruosas la vigi lancia de la policía y esta puede
vehemente deseo sería ver realizado el pro- pres tar a los vecinos más oportuno auxi lio
yecto del desagüe y saneamiento de la ciu- [...J. Como las calles limi tan las casas y estas
dad po r el sistema de canalizació n sanitaria deben recibir el calor y la lu z sola res [.. .J.
como prefe rible en gran m anera a todos los Las habitaciones deben estar exp ues tas el
de más. 4 3 mayo r tiem po posible a la acción del calor y
de la luz solares; pero de m odo que las tran-
Lo anterior se refería a la cuestión del siciones del calor al frío sean graduales [. . .J.
drenaje y pensando en las posibilida- Ya se com prende rá po r qué las calles que
des de mejora de la ciudad de México, en van de est e a oeste deben tener de anchura
el momento en que se daba cau ce al m ínim a más de la altura q ue lleven los edi -
proyecto de desagüe. No obstante, las pro- ficios. Tal exceso de anchura, recibiendo el
pu estas también eran en cuanto al trazo so l, se convie rte en un foco calorífico que
de las calles, diseño de viviendas y áreas m itiga el frío de la zona de sorn bra. ?"
verdes. En esa vía, otro caso destacado fue
el de Anselm o Camacho , un médico ave- Siguiendo estas disertaciones es ilus-
cindado en Tolu ca, Estado de México, trativa "la teoría" o el nivel de conocimien-
quien observando las formas de habitar tos aprop iados por el ingeniero Miguel
en "las poblaciones" propuso aspectos de Ángel de Quevedo, mismos que lo llevan

'1., Uribe , "Proyecto", 1894, p . 187. .j .j Carnacho, "Calles", 1894, pp. 240- 241.

138 GERARDO G . SÁNCHE Z RUIZ


a participar en acciones de planeación para sito de abundante de veg etación, esto es,
la ciudad desde la perspectiva del sanea- bosques que desempeñan el expresado papel
miento , y efectivamente en Espacios libres de purificadores del aire propia expre sada
y reservas forestales de las ciudades (1911) el acción fisiológica."
ingeniero muestra el entendimiento alcan-
zado en relación con la planeación moder- Recuérdese que en esos años la ciudad
na de ciudades de la época y de man era de México en tiemp o de secas y exceso de
especial en la cuestión de las áreas verdes. vientos era afectada por fuertes tolvaneras
Lo ant erior es patente cuando en el texto formadas en el ex lago de Texcoco, de ahí
enfatizó la merma en las condiciones de que el inge niero acent uara aspectos que
salud de los citad inos como result ado del desde su punto de vista, junto a la intro-
incremento "de las aglomeraciones", ati- d ucción de infraestructura, los conside -
nando a señalar: "Los espacios libres en las raba esenciales para elevar los niveles de
ciudades son, por consig uiente, medid a vida y confort en las ciudades, a saber:
indispe nsable de salud e higiene para sus espacios libres, avenidas depaseo y arterias "de
habitantes. ,,45 expansión y penetración", y reservasforestales,
En esa vía, al ver ese de terioro y al aspectos que en su escrito desarrolló.
igual que H oward en Tomorrtno: a Peaceflll En cuanto a espacios libres consideraba
Path to Social Reform (1898), resaltó lo como condiciones indispensables observar
benéfico de vivir en el campo, en tant o ciertas reglas para el diseño de viviendas,
subrayaba el hecho de que al agruparse en calles, avenidas y áreas abiertas . Respecto
las ciudades "personas, animales, cocinas a viviendas, señalaba que su construcción
e industrias mú ltip les" consrnnir oxígeno debía garantizar la adecuada renovación
y viciarse el aire con "emanaciones mal del aire a parti r de asegurar una venti la-
sanas ", se minaba la salud de aq uella ción directa hacia los espacios abiertos
gente, y no sólo la física sino tamb ién la señalando:
menta l; en esa vía ligando esos ámbitos y
segurame nte dibujando una situación re- N ingún cuarto de habitación colectiva deb e
currente en la ciudad de México señalaba: tener capacida d menor de 20 metro s cúbi-
cos por persona y es conveniente que no sea
La falta de vegetació n en los campos es, ade- me nor de 35 met ros cúbicos en la habi ta-
más, causa de que el aire al soplar sobre ellos ción individ ual, con sus corre spondientes
para penetrar a la ciudad se encargue de pol- ventanas, p uertas u otro medio de venti-
vos nocivos para la salud del hom br e; de lación , y que debe haber espacios libres,
aquí q ue sea necesario también, para ga ran- ya sean patios corredores o jardi nes ent re
ti zar la bu ena provi sión de aire puro a las los diferente s cuar tos de la habitación , para
ciudades, el que esta se aseg uren en sus con- asegurar la convenient e reserva o provisión
tornos las reservas forestales, de propiedad de aire."?
del estado o del municipio, si los campos de
prop iedad particular no garantizan tal requi- 46 tu«, p. 7.
47 Esa cond ición respecro a los espacios abier tos
fue destacada por el inge niero particularme nte desde
4S Qu evedo, Espacios, 191 1, p . 6. la experiencia alemana al afirmar : "De entre los regla-

EPIDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 139


De las calles y avenidas apuntaba que a las ciudades, sino también para garanti-
sus anchos y la altura de los edificios zar la regularidad de su clima impidiendo
debían guardar una proporción que per- cambios bruscos de temperatura; inducir
mitiera el libre fluido de aire, pues, como una cierta provisión de agua pu ra a partir
lo señalaba, mientras mayor fuera la altura de los filtramientos , y para controlar el
de los edificios mayor interceptación ha- movimiento de polvo sobre aquellas."? De
bía de aire y, por consiguiente, mayor di- ahí su insistencia en impulsar la preser-
ficultad para la ventilación de fincas y vación de áreas en las orillas de la ciudad
edificios. De ahí que el ingeniero desta- por considerarlas esenciales para la oxige-
cara las medidas impuestas en el Regla- nación de la urbe.
mento de Colonias o Nuevas Extensiones Sin lugar a dudas, estas ideas, si bien
de la Ciudad respecto a los anchos de las parte del bagaje disciplinar de médicos e
calles, donde, por ejemplo, se establecía ingenieros en ese momento, era un hecho
que esas calles no debían tener menos de de que al irse conjuntando con perspecti-
20 metros, y que las nuevas colonias o vas de otros profesionales, se estaban per-
zonasde ensanche debían dejar una reserva filando el desarrollo y la aplicación de la
para espacios libres, equivalente a 10% nueva disciplina que se construía en el
de las nuevas áreas. mundo: la planeación moderna de ciuda-
Respecto a "las avenidas de paseo y des, la cual tendría sus mayores resulta-
arterias de expansión y penetración", seña- dos en México, sobre todo en la segunda,
laba que no sólo bastaban los parques dis- tercera y cuarta décadas del siglo xx, con
tribuidos en los suburbios o contornos trabajos más amplios y estructurados
de las ciudades, sino que era conveniente como los de los arquitectos Carlos
construir avenidas de paseo (park ways) Contreras Elizondo y José Luis Cuevas
- generalizadas más tarde por el arquitecto Pietrasantra, entre otros.
Carlos Contreras como parques vía-, de
tal manera que unieran a esosparques para
formar "una cintura de gran vía pública DE LAS IDEAS, A LOS PROYECTOS
con árboles y amplias banquetas para los Y A LAS ACCIONES
peatones" donde destacaran bancas para
el disfrute de esas avenidas, colocando co- Atender las carencias en la ciudad para
mo ejemplo el Paseo de la Reforma ." obtener un nuevo estado de cosas signifi-
Finalmente, en referencia a las reservas caba modificar prácticas, actitudes y espa-
forestales, señalaba que estas eran necesa- cios. Si bien como lo muestran las reflexio-
rias no sólo para asegurar una provisión nes, los discursos y los proyectos había
abundante de aire puro y bien oxigenado que atender a la ciudad, en particular por
las condiciones de insalubridad que domi-
naban; era un hecho que también se bus-
ment as exped idos por algunos países a este respecto ,
debo citar los de la ciudad de Berl ín, qu e prescriben
caba generar ambientes que permitieran
que toda casa habitación tenga una tercera part e, por un mejor desarrollo de las actividades y
lo menos, de la sup erficie sin edificar del total ele la
finca". lbid., p. 10.
·1"tu«; p. 33 . ·19 iu«. pp. 36-40.

140 GERARDO G . SÁNCHEZ RUIZ


mejores condiciones para sus habitantes. estaban intrínsecas perspectivas de organi-
Es por ello que al igual que sus colegas zación y políticas de mejora de la ciudad
en otros países o gobiernos , y en especial impulsadas por el Ayuntamiento con la
médicos e ingenieros, se dieran a la tarea colaboración del gobierno federal; e, inob-
de construir un andamiaje - si se quiere jetablernente, con el sustento de las ideas
endeble- para sensib ilizar a los poderes sobre higiene y saneamiento que era lo
políticos y económ icos y a la sociedad en dominante en el urbanismo de ese mo-
su conjunto, de modo que de la acum ula- mento. De modo que entre otras obras,
ción de conocimientos técnicos surgieran por la intencionalidad y por lo que se pre-
ideas y así se estructuran, sustentaran y tende destacar de estos p recursores del
ejecutaran proyectos. urbanismo, habría que destacar los pro -
De este modo, como acciones alternas yectos del Hospi tal General de la Ciudad
de aquellos congresos, de los viajes de de México de Eduardo Liceaga y Roberto
estudios y de la preparación de especialis- Gayol, el desagüe del Valle de México ,
tas, entre otras situaciones, la inteligen- del mismo Gayol, y los proyectos respecto
cia porfirista se dio a la tarea de generar a la reorganización de la ciudad aten-
leyes, reglame ntos y organ ismos con los diendo a la cuestión de áreas verdes de
que de una o de otra forma se podía ac- Mig uel Ángel de Q uevedo.
tuar; algunos de estos fueron: el decreto La din ámi ca de la ciudad exigía una
que autorizaba al Ayuntamiento para ha- reprod ucción para atender las crecientes
cer la expropiación de ag uas potables actividades, y carencias de la época que se
(1882), la integración de la Junta Direc- vivía y, como ya se apuntaba, si bien en
t iva del D esag üe del Valle de México la fijación de las aspiraciones - sobre todo
(1886), el Acuerdo que aprobó el Regla- de sectores medios y altos-, estaba muy
mento de Desinfección para la Ciudad de presente lo sucedido en el exterior, las
México (1895), el Reglamento de la junta carencias matizaban los sarisfacrores; y
D irectiva del Saneamiento de la Ciudad si la ocurrencia de males crecía, se esta-
de México (1896), el Reglamento del Ra- blecían condiciones para evitarlas y aten-
mo de Obras Públicas de la Municipa- derlas. De ahí los programas de higieniza-
lidad de México (1897), la ya señalada ción y, en este caso, la construcción de un
emisión del Código Sanitario de los Es- edificio para prevenir enfermedades, aten-
tados Unidos Mexicanos (1891), el Regla- der pacientes, pero, además, para enseñar
mento de Colonias o N uevas Extensiones y aprender.
de la Ciudad (1903), el Reglamento para En el Proyecto del Hospital Genera l
Expendio de Carnes en el Distrito Federal de la Ciudad de México (1894), después
(1904), el Reglamento del Rastro Público de haber justificado cada una de las áreas
de la Ciudad de México (1905), etcétera.50 propuestas a partir de considerar la inci-
Por supuesto, en la construcción de dencia de males o enfermedades, las carac-
aquellos organismos, leyes y reglamentos, terísticas de estas y el diseño de espacios
así como en la estruc turación de acciones, respondiendo a funciones, aireación e ilu-
minación, señalaban que este se compon -
dría, por un lado de edificios de admi nis-
50 México, 1976, pp. 167-544. tración, servicios generales y habit aciones

EP IDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 141


para empleados; por otro, de anfiteatros sólo del hospi tal sino del conjunto de la
para operaciones con espacios para estu - ciudad, en tanto continuaban las frecuen-
diantes y un anfiteatro para "las lecciones tes inundaciones por lluvias junto a los
de clínica médica"; finalmente, de la habi- problemas por la acumulación de residuos
tación para el conserje y salas para recibir líquidos generados por los habitantes. Para
a las visitas de los empleados. esa inconveniencia tanto el gob ierno fe-
H aciendo una descripción de las carac- deral, el del Distrito Federal y el Ayunta-
terísticas que individualmente poseerían mi ent o ya ejecutaban trabajos los cuales
los espacios, se decía que habría pabellones se resumía n en: 1) construcción de diques
para enfermos en observación, enfermos y carreteras para ma ntener las aguas de
de med icina interna y cirugía, especiales los lagos; 2) obras para disminuir las inun-
para tuberculosos, mujeres sifilíticas, ma- daciones, control ando la entrada de los
ternidad, niños - con una escuela y un principales flujos, 3) el canal del desagüe,
gimnasio medicinal- y enfermos infeccio- y 4) la renovación del sistema de drenaje
sos - p roponiéndolo con una separación para la ciudad .
significativa de los otros. En una zona reti- La cuestión del drenaje para la ciudad
rada y en el centro se establecería el anfi- y su cond ucción hacia afuera había sido
teatro para hacer autops ias junto con un abordada recient ement e en partic ular por
espacio destinado a estu diantes, y como los efectos de las lluvias en la ciudad en
anexos se confinaría el depósito de cadáve- 1865, lo cual puso nuevamente en el papel
res y el edificio de la estufa de desinfec- de las urgencias la cuestión, dándose los
ción "con todos sus accesorios". También dis tintos niveles de go bierno a la tarea
en una zona alejada se alojaría el edificio de convocar a la realización de proyectos,
de la lavandería junto a la instalación para celebración de contratos y ejecución de
la luz eléctrica y el depósito de combusti- obras. No obstante, por la falta de recur-
ble. Finalmente, se señalaba la disposición sos o inviabilidad no se concretaban . Fue
de las bodegas , las caballerizas, cocheras hasta la creación de la Junta D irectiva del
y cobertizos para el mate rial rodante del Desagüe del Valle de México en 1886 y
servicio inte rior.5 1 de la Junta Directiva del Saneamiento de
El H ospital General fue inaug urado la Ci udad de México en 1896, q ue la
por Porfirio D íaz en 1905, luego de gene- materialización de esa urgencia tuvo bue-
rarse una serie de apoyos estructura les en nos frutos .
cuanto a vialidades, abas tecimiento de U na primera situac ión era conjuntar
agua y desagüe; y es que era una realidad las aguas de lluvia y los residuos sólidos de
que edificios de la envergadura como el la ciudad, de manera que cuando Roberto
que se proyectaba, imp licaba recursoseco- Gayol era el encargado de la Oficina de
nómicos y humanos con de terminadas O bras de la Ciudad de México, planteó
especialidades, pero además, con un con- en 1891 un proyecto para tal efecto, mis-
veniente nivel de infraestructura. mo que fue aprobado en 1896. De acuer-
1'; en efecto, uno de esos apoyos era la do con la Memoria administrativa JI econó-
conducción de los residuos líqui dos, y no mica qlte la J unta Directiva del Desagiie JI
Saneamiento dela Ciudad de México, presenta
5 1 Liceaga y Gayo!, "Proyecto", 1898, pp. 936-857. a la Secretaría de Gobernación 1896-1893 ,

142 GERARDO G . S ÁNCHEZ RU IZ


(190 3), la propuesta del equipo encabe- una bóvedade medio punto con cinco me-
zado por el ingeniero Gayol se dividía en tros de radio, y 3) el tajo de Tequisqui ac
dos partes : un estudio comparativo de calculado en 2 500 metros de longitud,
todos los sistemas de saneamiento en las de donde se conducían las agu as hasta el
principales ciudades del mundo, y los río del mismo nombre, utilizándose para
detalles del sistema de atarjeas que se pro- generar fuerza motriz, irrigar cercanías, y
ponía construir. 52 finamente conducir los residuos por el
No sin problemas -por las extensas Pánuco hasra el Golfo de M éxico.P:'
revisiones y modificaciones realizadas por En este repaso de algunas de las accio-
una comisión, adem ás de los obstáculos nes en pro de la mejora de la ciudad , de
por las formas de propi edad de las tierras igu al manera sobresale el impulso a las
afectadas, por las cuestiones económicas, áreas verdes por parte del ingen iero Mi-
las tecnológicas y de ejecución- el pro- guel Angel de Quevedo, quien como pre-
yecto fue aprobado definitivamente por sidente de la Comisión de Embelle ci-
el presidente Porfirio Díaz en 1896 y con- miento y Mejorasde la Ciudad entre 1902
cluido en 1903 . Finalmente, el proyecto y 1903, pero participando activamente en
colocó a la ciudad con nuevas condiciones, posteriores años en la mejora de la ciu-
pues no sólo se canalizaban los residuos dad , impulsó con otros regido res del
sólidos hacia el exterior, sino también se Ayuntamiento tres situaciones:
actuaba higienizando y, en cierta medida, U na primera, la promoción de regla-
"em belleciendo" algunas de sus part es. m entaciones con el fin de controlar el
La at ta situación era conducir las aguas desenvol vimiento de la ciuda d, com o
referidas hacia el exterior; para el caso, en el Reglamento de Colonias con Nuevas
una sinopsis qu e la Junta puso a consi- Extensiones de la Ciudad , emitido en
deración de la Sociery of American Civil 190 3, donde se establecía que ninguna
Engineers en 1907 , se refería que los tra- calle debía "tener menos de 20 metros y
bajos del desagü e se habían dividido en
tres partes: 1) un canal que se ini ciaba 53 Junta, DraiJlage, 1907, pp. 20-25. Debe dirnen-
en San Lázaro al este de la ciudad de Méxi- sionarse la importancia otorgada a ese proyecto en
co, corría entre la sierra de Guadalupe, el ese ent onces -yen el presenre- , en tant o el doctor
lago de Texcoco, los lagos de San Cristó- Eduardo Liceaga, en su discurso de bienvenida a la
bal y Xaltocan para llegar a un túnel en XX Reun ión Anual de la Asociación Am ericana de
Zumpango. Este canal, con una longitud Salubridad Públ ica de 1892, decía: "Ya en vuestra
de 47 527 metros de longitud y profundi - úlrim a reun ión uno de nuesrros ingenieros sanirarios
dad de 2.25 metros en su inicio y 6.63 al os hizo conocer el proyecto de canalización de la ciu-
final, a la vez requirió la construcción de dad de México, que es actualmente muy imp erfecra.
Ahora vais a ver las obras provisionales emp rend idas
acueductos , puentes de hierro y una presa
para mejorar la corriente de las aguas de la ciudad ,
para sortear vías de tren, carreteras y ríos; mientras aquel proyecto se lleva a cabo. Os daremos
2) un túnel hasta el tajo de Tequisquiac, a conocer ram bién, porque os interesa como higi e-
con 10 021 metros y 80 cent ímet ros, con- nisras, una de las obras más giga ntescas que se han
sistiendo la boca de entrada de las aguas emp rendido para el saneamient o de una población,
que se conoce con el nom bre de El Desagüe del Valle
52 J unta, Mellloria, 1903, pp. 7-8 . de México. Liceaga, "Discurso", 1894, p. 27.

EPIDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 143


que cada colonia o zona de ensanche debía miento de la ciudad estaban generando
dejar como reserva de espacios libres, ade- nuevas condiciones a esta, no obstante se
más de las calles, un diez por ciento de la visua lizaban nu evos problemas. El rela-
superficie total de la colonia",54 en tanto tivo auge había permitido la renovación
que con esa medida, se garantizaría para la tam bién de los grupos sociales con sus
capital un ensanche en condiciones con- consecuentes nuevas áreas de residencia,
venientes de espacios libres. Situación que espacios para sus desplazamientos, la gene-
en colonias creadas en posteriores años no ralización de nuevos medios para despla-
se cumpliría , y de la cual el mismo Q ue- zarse como el automóvil, etc., y si bien
vedo se lament aría señalando: "nosotros con sus límites y sin señalar los faltantes
somos muy hábiles para formar reglamen- en la ciudad , a pocos días de que se ini-
tos que son un modelo y somos muy defi- ciaran las batallas en el país -y con ello
cientes para llevarlos a ejecución con la revolucionando aspiraciones y realizacio-
debida perseverancia y vigilancia eficaz".55 nes- don Pabl o Macedo, presi dente del
U na segunda: el estudio de ensanche Congreso, refería lo siguiente ante el pe-
de vías públicas antiguas, el proyecto de núltimo informe de Porfirio Díaz:
nuevas avenidas y, como una situación des-
tacada dentro de ello, la solución al ensan- La colum na que la grat itud nacion al ha
che que se pre tendía para las colonias Ro- levant ado en esta ciudad a los héroes y cau-
ma y Condesa en esos años, para lo cual di llos de la indep endencia; el mon um ento
el ingen iero resaltó la realización de un a nuestro indio g lorioso de Guelatao, q ue
estudio muy detenido de los trazos para pro ntO se descubrirá a nuestras mi radas; la
sus calles y espacios libres, a partir del inaug uració n del mani comio ge nera l; el
análisis de cinco proyectos don de la solu- haberse pu esto en servicio el nuevo consul-
ción la calificó de la más correcta. torio púb lico; la apertura del parque popu-
y una tercera, por demás importante: lar de Balbuena; los progr esos realizados en
el plantado de árbol es en las diversas pla- las obras de provisión de agu as pot ables y
zuelas de la ciudad; la creación de los vive- en los pavimentos y alcantari llados de esta
ros de Coyoacán, Santa Fe y Balbuena y capita l; la inaug u ración de numerosos e
el planteamiento de reservas verdes las importantes ed ificios escolares; y la inicia-
cuales se convertirían -a partir de decre- ción y progreso de otr as mejoras del mismo
tos pr esidenciales- en parq ues nacionales; o seme jante carácter a qu e os habéis refe-
a saber, Fuentes Brotantes (1936), Cum- rido, no deben ser considerados bajo su sim -
bres del Ajusco (1938), el Tepeyac en la ple aspecto mater ial y como una vanidosa
Sierra de Guadalupe (1937), Lomas de Pa- ostentación de riqueza o de fuerza, Los már-
dierna (1938) y Cerro de la Estrella (1938) moles y bron ces de estos monumentos de
en el D istri to Fed eral , así como Los arte exaltan y manti enen vivo el sentimiento
Remedios (1938) en el Estado de México. de la nacion alid ad, el hierro y el g ranito
Sin lugar a dudas, los trabajos realiza- empleados en levant ar escuelas y hospi tales
dos en cuanto a infraestructura y equipa- y en sum inistrar aguas sanas y elementos de
higiene a los habitante s de la capital son elo-
5'1 Quevedo, Espacios, 1911 , p. 13. cue nte test imonio de la unión que existe
55 tu«:p. 13. entre los mexicanos y los cond uce a aliviar

144 GER ARDO G. S ÁNCHEZ RUIZ


las desgracias y sufrim ientos de las clases los sectores pobres . De ahí la considera-
desheredad as y hacerlas partícipes de los ade- ción de que las enfermedades tien en su
lantos y conq uistas de las arres san irarias.P? cuota social.
Así, entre urgencias y aspiraciones, una
Por supuesto, la perspectiva de otros nueva modernidad se asomaba en la ciu-
grupos sociales no era la misma, y es que dad, y, en ese proceso, la inteligencia de la
ante las contradicciones que se estaban ciudad analizaba, teorizaba y elaboraba
generando al interior del régimen porfi- propuestas atendiendo cuestiones de sa-
rista y pese a los estruendos por el primer neamiento de calles y ríos, conducción de
centenario de la independencia, la revo- agua potable, pavimentación y ensancha-
lución de ideas y acciones entre la gente miento de calles, organización del tráfico,
pensante y preocupada por los nuevos pro- control del suelo , delimitación de áreas
blemas en el país estaba a pocos meses de ent re actividades, impulso a zonas verdes,
dar cabida a otro periodo de revolución: manejo estético , part icipación de las co-
las batallas , mismas que permitirían otro munidades en los procesos y ejecución de
estado de cosas y la posibilidad de otra proyectos y, por supuesto, tamb ién difun-
etapa revolucionaria en ideas, manifesta- dían ideas y resultados .
ciones culturales y donde el urb anismo o En esa din ámica fueron importa ntes
la planeación mod erna de ciudades ten- las reflexiones de gente como los doctores
dría mayores niveles de prog reso. Edu ardo Liceaga, Domingo O rvañanos,
Manuel Uribe, así como los ingenieros
Roberto Gayol y Miguel Ángel de Que-
CONCLUSION ES vedo, entre otros , qui enes se dieron a la
tarea de analizar, reflexionar y, sobre todo,
Las ciudades vistas como entes de con- proponer soluciones. Sin lugar a dudas la
junto y como producto de sus determi- perspectiva de algunos de ellos era gobier-
nantes sociales y económ icas permiten nista y justamente empresarial; pese a ello,
entender y explicar las condiciones de vida a estos denominados "higienistas" se les
entre los diversos grupos sociales que las debe otorgar el carácter de precursores del
habitan; también permiten explicar los urbanismo en México, pero también conside-
grados de beneficio o perjuicio en estos rarlos los pioneros que colocaron los sus-
como consecuencia de las condiciones de tentos de una nueva modernidad en la
aquellas, pero a la vez ofrecen posibilida- capital y otras ciudades del país, la cual,
des para ente nder el carácter y la narura- pese a extenderse en condiciones desigua-
leza de las medidas est ru ctur adas para les, benefició a amplios sectores de la
ellas. En sociedades divididas en extrac- población.
tos, una g ran determinante son las perte- Entonces siguen siendo necesariaspos-
nencias sociales; entonces, para el caso, las turas agudas en la revisión de la historia y,
enfermed ades o ep idemias afect aban a para el caso, de análisis de documentos
todos los sectores pero se ensañaban con generados por los actores sociales en cada
momento histórico, en razón de que, pese
al matiz del presente, ofrecen mayores
56 "'léxico, 1976, p. 517. luces de lo ocurrido durante aquellos años,

EPIDEMIAS, OBRAS DE SANEAMIENTO Y PRECURSORES DEL URBANISMO 145


ya que permiten otras reflexiones y, en -Fonssagrives, ]. B., Higiene )' saneamiento de
cierta manera, actúan sobre prejuicios. De laspoblaciones, El Cosmos Edirorial, Madrid, 1885.
ninguna manera se le puede quitar a Por- -Gracia Cantalapied ra, J osé, Manllal completo
firio Díaz la nota de dictador si se consi- depolicía IIrbana)' de constrnaiones civiles, Im prenta
deran los casi 30 años que estuvo en el de D . Ram ón Campuzano, Mad rid , 1863.
poder; sin embargo, esa nom inación no -Gayol, Rob erto, Estudio crítico del asttnto
ha permitido rescatar en su real dimen- Orozco, Impr. y Lit. de Díaz de León Sucs. S. A.,
sión situaciones como las ge stadas por México, 1894.
médicos e ingenieros de la época en pro -Inrernati onal Bureau of th e Am erican Re-
de la ciudad y de sus habitant es. En esa publics, Transactions 01 the Tb ird lnternational
vía sigue siendo necesario escudriñar en SanitCllY Conjerence oftheAmerimn Repllblics, Byron
el pasado para aprender, para entender el S. Adams, Wash ington, 1909.
presente y para proyectar el futuro . -Jiménez, J orge H ., La traza del pode: His-
toria de la política )' los negocios nrbanos enel Distrito
Federal, CODEX Ed itores, México, 1993.
B IBLIOGRAFÍA -j unra D irectiva del Desagü e y Saneamiento
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