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Covid-19 y el desabasto, ¿de papel de baño?

Germán Osorio Novela

La lamentable enfermedad del Covid 19 ha traído desafíos enormes, los cuales pueden
intensificarse localmente, en función del grado de fortaleza y madurez que muestren los sistemas
institucionales, en donde se involucran dinamismos públicos, privados y sociales.
Ahora, a semanas de estar viviendo y sufriendo esta pandemia, es posible observar fallas
estructurales en diferentes sectores, resaltando, por supuesto, el de salud, trayendo tremendas
escenas de personas enfermas esperando atención médica a las afueras de hospitales. Pero
también ha traído consigo evidencia de otras fallas. El paradigma en el ámbito social,
psicológico, conductual, político, empresarial, comercial, laboral y un no corto etcétera, están
siendo sometidos a una agresiva prueba, cuya evaluación y grado de impacto aún sigue
desarrollándose.
Entre los diferentes elementos que la mayoría recordará, como parte de los impactos de esta
pandemia, hay uno que fue de los primeros y, paradójicamente no se localiza en el círculo de la
salud, sino en el ámbito comercial, pues fue el desabasto de productos de la llamada canasta
básica. Al inició resultó particularmente sorpresivo que este desabasto se focalizara en un
producto en específico, en el papel higiénico. Esta condición observada en la mayoría de los
ciudadanos, de diferentes latitudes y culturas, generaron muchas dudas por explicar la causa y
relación que existía entre el Covid-19 y el papel de baño, sin embargo, en lo que se buscaba una
respuesta, al mismo tiempo se compraban decenas de paquetes de este producto.
La relación entre el Covid-19 y el papel higiénico es, sin duda, una opinión que se ubica en el
terreno subjetivo de cada persona, es decir, cada uno puede tener su propia interpretación para
relacionar ambos elementos. Pero la conducta repetida de compras masivas de este producto es
un comportamiento totalmente sistemático, cuya respuesta debe encontrarse a partir de análisis
objetivos, en donde se discuta, inclusive, el tema de racionalidad.
Una explicación de comportamientos repetidos en, quizá, millones de personas alrededor del
mundo, puede encontrarse en modelos conductuales ya publicados. En la ciencia económica,
estos modelos se desarrollan a través de herramientas disciplinarias de la teoría de juegos. Un
tipo de éstos es el llamado modelo de pánico, los cuales pueden representar puntualmente la
conducta reflejada en estos escenarios.
Los modelos de pánico han dado respuesta y fundamento causal a crisis sociales y económicas,
de segunda o tercera generación, ya sufridas en diferentes ciudades y economías, en donde la
especulación y la incertidumbre, son los factores protagónicos. Lo interesante de analizar
comportamientos masivos, es que basta con experimentar la conducta de dos personas, o de dos
pequeños grupos de personas, para tener un marco interpretativo que brinde puntual explicación
a todo el universo de estudio.
Las personas suelen dirigir sus conductas sociales y productivas a partir del análisis, intuitivo o
calculado, de las utilidades o pagos que tendrán por sus diferentes opciones y decisiones
tomadas. En términos simples, cuando se participa en el mercado como consumidor, siempre se
tienen dos opciones: comprar (C) o no comprar (NC) el producto, en este caso, papel de baño.
Cada acción genera una utilidad o pago individual, sin embargo, este pago también está
condicionado al comportamiento que tengan otras personas, pues siempre entra en juego la
percepción social. Estas personas toman sus decisiones secuencialmente, y frecuentemente las
acciones tomadas se condicionan al comportamiento pasado, individual o colectivo, así como al
comportamiento que se cree sucederá en el futuro.
En este sentido, el diagrama de árbol (ver diagrama 1) supone dos personas y dos periodos, uno
de elección inmediata (periodo 1) y otro de elección futura (periodo 2), en donde la persona 1 y 2
deben decidir su acción en función a sus pagos, expresados al final de cada combinación de
decisiones.
Diagrama 1. Modelo Dinámico de comportamiento
Persona 1 Periodo 1

C NC

Persona 2 Persona 2
C NC C NC

S S I
S I S Persona 1
Periodo 2
C NC

Persona 2 Persona 2
C NC C NC

SS SS II D
SS II SS D

Fuente. Elaboración propia.


La forma racional de comportamiento dicta que siempre se debe planear las decisiones, y tomar
aquellas que generen mayor utilidad. Para ello se debe analizar el comportamiento propio en
distintos periodos, y la conducta de las demás personas que participan y afectan las condiciones
donde se debe tomar la decisión. Por ejemplo, si se está en un mercado y se compra (C) un
producto, éste brinda, como utilidad o pago, la seguridad (S) y la certeza de poder satisfacer la
necesidad que se abastece. Sin embargo, si una persona compra el producto y la otra persona no,
quien no lo compra puede tener como pago una cierta inseguridad o incertidumbre (I) por no
disponer del producto en el primer momento, y tener la duda si se encontrará con la
disponibilidad de éste en un periodo posterior. Por otra parte, si las dos personas deciden no
comprar el producto, entonces están apostando a que no habrá ningún problema en adquirirlo en
un segundo periodo, destinando el recurso monetario en el periodo presente a otros bienes o
servicios. Esto es justo como se puede explicar la primera parte del diagrama, en su periodo 1.
Ahora bien, en el periodo 2, al cual se llega cuando las personas deciden no adquirir el producto
en el periodo 1, se tiene exactamente las mismas opciones, sin embargo, la utilidad o pago suele
duplicarse. Esto es, cuando ambas personas compran el producto genera mayor seguridad (SS) y
certidumbre por haber encontrado el producto en un periodo posterior, habiendo aprovechado la
opción de disponer del recurso monetario para otros fines en el periodo 1. Por otro lado, si una
persona compra el producto y la otra persona no, la que no compra en el segundo periodo, sin
haberlo adquirido tampoco en el primero, le genera una mayor inseguridad o incertidumbre (II)
posponer su compra a un tentativo tercer periodo. De hecho, si ninguna de las dos personas
compra el producto en el segundo periodo, puede ocasionar desabasto (D), no en el mercado,
sino individual, logrando un pago también negativo.
Esta estructura se puede representar en cuadro-matriz (ver cuadro 1 y 2), de tal forma que, si se
identifican las decisiones racionales, se llega a dos posibles equilibrios de nash.

Cuadro 1. Matriz de utilidades del periodo 2


persona1/persona No Comprar
Comprar (C)
2 (NC)
Comprar (C) SS,SS SS,II
No comprar (NC) II,SS D,D
(´´) Decisiones racionales
Fuente. Elaboración propia.

Cuadro 2. Matriz de utilidades del periodo 1


persona1/persona No Comprar
Comprar (C)
2 (NC)
Comprar (C) S,S S,I
No comprar (NC) I,S SS, SS
(´´) Decisiones racionales
Fuente. Elaboración propia.

Al estudiar las decisiones racionales (ver diagrama 2), la persona 2 en el periodo 2, al comparar
sus pagos en comprar, o no, papel de baño, definitivamente que siempre es mejor comprar. De
esta forma, la persona 1, al considerar su propia utilidad, y el comportamiento de la persona 2,
también siempre le convendrá comprar, de tal forma que la conducta racional de ambas personas,
de llegar al periodo 2, es la compra del producto. Al analizar el comportamiento racional del
periodo 1, lo óptimo, en condiciones normales, es no comprar papel de baño, pues la utilidad de
hacerlo en el periodo 2 supera todas las utilidades del periodo 1.
Diagrama 2. Trayectoria racional de comportamiento
Persona 1 Periodo 1

C NC

Persona 2 Persona 2
C NC C NC

S S I
S I S Persona 1
Periodo 2
C NC

Persona 2 Persona 2
C NC C NC

SS SS II D
SS II SS D

Fuente. Elaboración propia.


Sin embargo, si una persona cree u observa que la otra persona comprará papel de baño en el
periodo inmediato, su decisión racional es también comprar su producto en el mismo periodo,
por ello el equilibrio de nash expresado en el cuadro 2, en la combinación (Comprar, Comprar).
Es justo en esta condición en donde surge el desabasto del mercado, porque ésta es una conducta
individual que se repite en decenas de consumidores. La pandemia del Covid-19 generó
precisamente esta condición en el papel de baño debido a decisiones apresuradas de los
individuos en el periodo inmediato.
Al observar que personas estaban comprando cantidades considerables, lo óptimo es que el resto
de personas también lo compren, para no tener la incertidumbre o inseguridad de conseguir el
producto en los periodos siguientes. Así se brinda un efecto de bola de nieve, pues la compra de
una persona incentiva la compra de otras, logrando repeticiones incontables. Lo difícil de detener
estas conductas, una vez iniciadas, es que se generan en equilibrio en el sentido de Nash (ver
cuadro 2).
Pero sin duda, este tipo de desabastos son acciones autogeneradas, pues en este escenario existe
otro equilibrio de Nash, la trayectoria racional y óptima que conjuga ambos periodos, que es
comprar el producto en el periodo 2, consiguiendo mayor utilidad, sin generar desabasto. Sin
embargo, para que esto suceda, se debe contar con la certeza de que se encontrará el producto en
el mercado en periodos futuros. Cuando esto no es así, se regresa al equilibrio de compras
inmediatas y masivas.
Es de esta forma como se explica el comportamiento de millones de personas alrededor del
mundo por realizar compras masivas de papel de baño. En algún momento se inició, quizá en un
pequeño grupo, la adquisición de este producto que, bajo un comportamiento racional, orilló a
otras personas a realizar lo mismo, logrando el pánico masivo por comprar papel de baño en el
periodo inmediato, en momentos de incertidumbre por el inicio de la pandemia. Ante esta
situación, la realidad es que las compras masivas pudieron haberse generado sobre cualquier otro
producto considerado de primera necesidad. Este modelo refleja la conducta humana que se
puede llevar a cabo en todos los productos o servicios existentes en el mercado. Y es quizá estos
comportamientos masivos la principal fortaleza, o debilidad, de una sociedad interconectada
totalmente a nivel internacional.

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