Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Responsabilidad Social de La Ciencia - Una Propuesta Desde La Responsabilidad Epistémica
Responsabilidad Social de La Ciencia - Una Propuesta Desde La Responsabilidad Epistémica
epistémica
Janet Kourany (2010) menciona diferentes casos en los que la ciencia, a lo largo de
su historia, ha perpetuado problemas de igualdad a los que las mujeres se enfrentan. Esto se
sostiene en creencias de que las mujeres son inferiores a los hombres y que se derivan en
que ellas reciben menos ingresos, acceden a trabajos de rangos inferiores y reciben un trato
inferior tanto en casa como afuera de ella. La autora cita casos de la biología, psicología,
arqueología, economía y medicina que sustentan cómo la misma ciencia por sus prácticas
ha sostenido y multiplicado dichas desigualdades. Acá se va a estudiar el caso de las
enfermedades coronarias en las mujeres. Kourany menciona diferentes estudios realizados
entre 1989 y 1992 que dan cuenta de la poca participación de mujeres como sujetos de
observación (menos del 20%) lo que resultó en consecuencias terribles para la salud de las
mujeres porque durante muchos años no se supo que los síntomas, patrones, reacciones a
los tratamientos y el desarrollo de las enfermedades eran diferentes en mujeres y hombres.
Algunos medicamentos que funcionaban bien en hombres, podrían resultar en problemas
para las mujeres, e.g. algunos podrían disolver coágulos en los hombres y causar
hemorragias en las mujeres, otros podían reducir la tasa de muerte en hombres y aumentarla
en mujeres, o las dosis para los hombres no se ajustaban a las mujeres. Este caso permite
ilustrar cómo en las prácticas que constituyeron el cuerpo de conocimiento sobre las
enfermedades coronarias hubo todo un conocimiento ignorado, el de cómo los cuerpos de
las mujeres eran afectados por las enfermedades y los efectos que sufrirían con los
medicamentos o procedimientos. Volviendo a Tuana, al analizar las prácticas de estos
médicos se puede entrever las ignorancias epistémicas que sostienen y que perpetúan la
desigualdad entre hombres y mujeres, que causan desventajas para ellas. Kourany cita a la
médico Bernadine Healy para señalar la creencia de que las enfermedades coronarias eran
acerca de las mujeres cuidando los corazones de sus esposos y en las mujeres estos
problemas eran trivializados o ignorados. La ignorancia epistémica se fundamenta, si se
toma el testimonio de la médico, en las creencias que se tienen sobre la enfermedad y que
ignoraban las necesidades de las mujeres.
Kourany se vale de las palabras de la bióloga feminista Ruth Hubbard quien afirma
que los científicos aprenden a examinar de qué forma sus métodos de experimentación
pueden sesgar sus respuestas, pero no se les enseña a ser igualmente de cuidadosos con sus
sesgos introducidos por sus creencias implícitas sobre la naturaleza de la realidad. También
afirma que hacerse consiente de estos últimos sesgos es lo más difícil que cualquier otra
cosa de la que los científicos hacen y concluye que los científicos deben intentar hacerlos si
quieren que su imagen de la realidad sea algo más que un reflejo de varios aspectos de sí
mismos y de sus posiciones sociales. Por lo tanto, el problema se puede ubicar en los
científicos como individuos, quienes tienen unas creencias que se pueden trasladar a sus
prácticas en su trabajo como investigadores.
Hace falta ir más allá de la deliberación ideal de Kitcher, José Medina (2013), en su
texto The Epistemology of Resistance, plantea que el problema de la desigualdad no se basa
únicamente en no conocer el punto de vista de otros, sino en una falta de sensibilidad hacia
sus experiencias, problemas, aspiraciones y ser incapaz de conectar con ellas. La
insensibilidad se refiere a una falta de una conciencia crítica de qué sabemos y qué no
sabemos sobre las experiencias de los otros que son significativamente diferentes de
nosotros, esta insensibilidad involucra estar entumecido ante las vidas de los otros. La
propuesta del autor se enfoca en las interacciones sociales que toman lugar en comunidades
complejas y diversas que pueden presentar condiciones de opresión, tal como puede
suceder con situaciones en las que haya desigualdad de género. El autor plantea, entonces,
que es necesario mejorar las sensibilidades de los sujetos de modo que se busque el cuidado
entre unos y otros (además de mantener una conversación en donde haya intercambio de
información como en la deliberación ideal de Kitcher, tener un cambio en la sensibilidad de
unos sujetos hacia otros que propicie un acercamiento entre ellos). Medina plantea que
estas sensibilidades que se necesitan cultivar nos permiten apreciar el valor del disenso, a
estar abiertos a la contestación, a buscar de manera activa diferentes puntos de vista y a
beneficiarnos de comprometernos de manera crítica con ellos. La propuesta de Medina se
puede entender como un paso más delante del intercambio que plantea Kitcher en cuanto a
cómo se daría la interacción entre los deliberadores y expertos que hacen parte de la
comunidad científica que toma decisiones. También me parece interesante esta propuesta
porque humaniza a la comunidad de los científicos al apelar a su sensibilidad con respecto a
los otros y permite identificarlos como individuos que tienen un conocimiento y unas
limitaciones epistémicas específicas.
La difusión del poder puede entenderse como una forma de resistencia a injusticias
epistémica ante un modelo de investigación científica que puede ser opresor (como
Kourany lo demostró con el caso de las enfermedades coronarias en las mujeres). Longino
considera la posibilidad de que otros agentes epistémicos, además de la comunidad
científica, participen en la producción de conocimiento y en la toma de decisiones con
respecto a diversos temas que les atañen personalmente; y no solamente esperar a que la
ciencia tenga en cuenta sus valores para dirigir nuevas líneas de investigación. Por ejemplo,
se defiende el desarrollo de tecnologías disponibles para ser aplicadas localmente y el
empoderamiento de mujeres para que tomen decisiones con respecto a su salud y sus
cuerpos. Sin embargo, la comunidad científica seguiría siendo un centro de concentración
del poder puesto que es ella quien tiene el papel de validadora de uno u otro modelo de
conocimiento, además, no se incluyen delineamientos de cómo estos agentes epistémicos
externos a la comunidad científica podrían tomar decisiones de manera que las
desigualdades no se trasladen a estas comunidades. Seguramente, no está dentro del alcance
de la teoría de Longino preguntarse por cómo sujetos externos de la ciencia pueden
responder a sus responsabilidades epistémicas dentro de una sociedad.
Bibliografía
Kitcher, Philip. 2001. Science, Truth, and Democracy, ch. 4, “The World as We
Make It,” pp. 43-54, and ch. 10, “Well-Ordered Science,” pp. 117-136.
Tuana, Nancy. 2006. “The Speculum of Ignorance: The Women's Health Movement
and Epistemologies of Ignorance.”