Está en la página 1de 2

Tinoco Vargas Julieta. Grupo: 2PM23. Teorías de la Personalidad. Capítulo 8.

Los Estadios Tempranos del Complejo de Edipo.

En la ​posición depresiva​ está implícito que el complejo de Edipo ​comienza a

desarrollarse en esta fase​, cuando el bebe percibe a la madre como objeto total, cambia no

sólo su relación con ella, sino también su percepción del mundo, reconoce a las personas

como seres individuales y separados y con relaciones entre sí, en especial advierte el

importante ​vínculo que existe entre su padre y su madre.​ Esto prepara el terreno para el

complejo de Edipo.

La proyección desfigura todas sus percepciones, y cuando se percata del vínculo

libidinal existente entre sus padres proyecta en ellos sus propios deseos libidinales y

agresivos. Esta situación, en que percibe a sus padres en función de sus propias

proyecciones, ​le origina intensísima frustración, celos y envidia,​ ya que percibe a los padres

dándose sin cesar precisamente aquellas gratificaciones que él desea para sí.

Reacciona a esta situación con más fantasías y sentimientos agresivos. En su

fantasía ataca a sus padres con todos los recursos agresivos de que dispone, y en su

fantasía los percibe destruidos. Como ​la introyección es muy activa en este estadio​ del

desarrollo, introyecta de inmediato esos padres atacados, y destruidos, y siente que forman

parte de su mundo interno. De modo que en la situación depresiva el bebe se encuentra con

la ​pareja parental interna destruida de la situación edípica temprana​.

Debido a la interacción entre la relación con el pecho y los problemas edípicos,la

influencia de los celos y envidia edípicos conducen al incremento de los ataques al pecho y

con esto, a la inhibición de la alimentación y a la intensificación de la depresión.

Las características de un complejo edípico muy temprano son la forma en que se

trata a la pareja parental en una forma típica de la posición depresiva​: la ataca

ambivalentemente, la introyecta en su mundo interno y se identifica parcialmente con ella.

La parálisis de la pareja parental, y la idealización que hace de ella en este estado

paralizado son una defensa maníaca.


Contra la situación de privación, celos, envidia, intensa destructividad, y la depresión

resultante, se despliegan las defensas perteneciente a las posiciones esquizo-paranoide y

depresiva. ​La negación, escisión e idealización pueden tomar diversas formas​. Puede haber

una escisión entre padres buenos, asexuales, y padres malos, sexuales. Puede haber una

escisión entre la madre y el padre, convirtiéndose a uno de ellos en ideal mientras se siente

al otro como perseguidor. Esta última forma de escisión puede parecerse estrechamente a

un a situación edípica genital, salvo por la extrema idealización del progenitor deseado y el

odio y persecución extremas vivenciados en relación con el progenitor rival.

La fantasía de los padres combinados juega un papel importante en el complejo de

Edipo temprano. A medida que va diferenciando más a los padres y sintiendo celos y

envidia por sus relaciones sexuales, el niño puede ​regresar defensivamente a la fantasía de

los padres combinados​. Niega así la relación entre los padres y en su fantasía omnipotente

la convierte en figura parental combinada. Al mismo tiempo proyecta en esta figura la

agresión que le provoca el coito. Los padres en odiado coito se convierten en un monstruo

odioso y amenazador. Esta figura aterradora constituye a menudo el centro de las

pesadillas y delirios de persecución de los niños.

El niño sabe muy tempranamente cómo son los genitales masculinos y femeninos, y

que la fase fálica y la fantasía de la mujer fálica son estructuras defensivas, una de las

versiones de los padres combinados. Este estadio temprano​ se caracteriza por la intensidad

de la ambivalencia, el predominio de tendencias orales y la incierta elección de objeto

sexual​. En el curso del desarrollo variará la elección de progenitor y variarán también los

fines libidinales y los fines agresivos, tanto en la elección de objeto como en la importancia

de la zona libidinal. ​La frustración y ansiedad​ que aparecen en la nueva posición produce

constantes​ fluctuaciones, superposición y conflicto entre distintos deseos,​ hasta que

gradualmente se establece la primacía genital y el niño debe experimentar y elaborar todo el

impacto de los celos genitales.

Referencia. Segal Hanna. (1982). Introducción a la obra de Melanie Klein. España: Paidós.

También podría gustarte