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A los empresarios les motivan los beneficios, no el riesgo

Frank Shostak

https://mises.org/wire/entrepreneurs-are-motivated-profit-not-risk

Teaser: Un capitalista nunca elige aquella inversión en la que, según su comprensión del futuro,
el peligro de perder su aportación es menor. Elige aquella inversión en la que espera obtener los
mayores beneficios posibles.

Según la teoría moderna de la cartera (MPT por sus siglas en inglés), los precios de los activos
financieros reflejan plenamente toda la información disponible y relevante, y cualquier ajuste a la
nueva información es prácticamente instantáneo.

Por ejemplo, si el banco central sube los tipos de interés un 0,5 por ciento, y si los participantes en
el mercado preveían esta acción, los precios de los activos reflejarán este aumento esperado antes
de que el banco central suba los tipos de interés. Obsérvese que, una vez que el banco central
suba los tipos de interés en un 0,5%, este aumento no tendrá ningún efecto sobre los precios de
los activos, puesto que ya está incorporado en los precios de los activos.

Sin embargo, si el banco central sube los tipos de interés un 1%, en lugar del 0,5% esperado por
los participantes en el mercado, los precios de los activos financieros reaccionarán a este aumento
adicional.

Según la MPT, el inversor individual no puede ser más astuto que el mercado negociando sobre la
base de la información disponible, puesto que la información disponible ya está contenida en los
precios de los activos. Los cambios en los precios de los activos se producen debido a las noticias,
que no pueden predecirse de forma sistemática.

Esto significa que los métodos que intentan extraer información de los datos históricos, como el
análisis fundamental o el análisis técnico, son de poca ayuda, ya que todo lo que un analista
descubre en los datos ya es conocido por el mercado y, por tanto, no ayudará a «ganar dinero».

Los defensores de la MPT argumentan que, si los datos del pasado no contienen información para
la predicción de los precios futuros, entonces se deduce que no tiene sentido prestar atención al
análisis fundamental. Según uno de los pioneros de la MPT, Burton G. Malkiel, en su libro Un
paseo aleatorio por Wall Street,

Un mono con los ojos vendados lanzando dardos a las páginas financieras de un periódico
podría seleccionar una cartera que lo hiciera tan bien como una seleccionada
cuidadosamente por el experto.

¿Tiene sentido el marco de la MPT?

¿Es válido argumentar que la información del pasado está completamente integrada en los precios
y, por tanto, no tiene ninguna importancia? Es cuestionable que los participantes en el mercado
puedan descontar la duración y la fuerza de diversos fenómenos.
Por ejemplo, una bajada de los tipos de interés por parte del banco central, anticipada por el
mercado, aunque se considere una noticia antigua, que por lo tanto se supone que no tiene
efectos reales, de hecho, pondrá en marcha el ciclo de auge y quiebre.

Obviamente, estos cambios en los ingresos reales de los individuos conducirán a cambios en los
precios relativos de los activos. Por lo tanto, sugerir que, de alguna manera, el mercado
incorporará rápidamente todos los efectos futuros de diversos acontecimientos presentes sin
decirnos cómo se hace es cuestionable.

Incluso si aceptáramos que la tecnología moderna permite que todos los participantes en el
mercado tengan el mismo acceso a las noticias, sigue existiendo el problema de la interpretación
de las mismas. Hay que tener en cuenta que los mercados están formados por inversores
individuales que necesitan tiempo para comprender las implicaciones de las distintas causas y sus
repercusiones en los precios de los activos financieros.

Incluso si una causa concreta fue anticipada por el mercado, eso no significa que haya sido
comprendida y, por tanto, descontada. Si esto fuera así, significaría que los participantes en el
mercado podrían evaluar inmediatamente las futuras respuestas y contrarespuestas de los
consumidores a una causa determinada. Esto, por supuesto, debe significar que los participantes
en el mercado no sólo deben conocer las preferencias de los consumidores, sino también cómo
van a cambiar estas preferencias. Las preferencias de los consumidores, sin embargo, no pueden
revelarse antes de que éstos hayan actuado.

La MPT implica que la diversificación reduce el riesgo de inversión

La idea básica de la MPT es que la compilación de una cartera de valores volátiles, es decir, de
valores de riesgo, conducirá a una reducción del riesgo global. El principio rector para combinar los
valores de este modo es que cada uno de ellos representa actividades que se ven afectadas por
determinados factores de forma diferente. Una vez combinadas, estas diferencias se anularán
entre sí, reduciendo así el riesgo total.

La teoría indica que el riesgo puede dividirse en dos partes. La primera parte está asociada a la
tendencia de los rendimientos de una acción a moverse en la misma dirección que el mercado
general. La otra parte del riesgo resulta de factores peculiares de una empresa concreta.

La primera parte del riesgo se denomina riesgo sistemático y la segunda, no sistemático. Según la
MPT, mediante la diversificación sólo se elimina el riesgo no sistemático. El riesgo sistemático no
puede eliminarse mediante la diversificación. Se sostiene que la rentabilidad de cualquier acción o
cartera está relacionada positivamente con el riesgo sistemático, es decir, cuanto mayor sea el
riesgo sistemático, mayor será la rentabilidad.

El riesgo sistemático de las acciones capta la reacción de las acciones individuales a los
movimientos generales del mercado. Algunas acciones tienden a ser más sensibles a los
movimientos del mercado, mientras que otras muestran menos sensibilidad.

La sensibilidad relativa a los movimientos del mercado se estima mediante métodos estadísticos y
se conoce como beta. (Beta es la descripción numérica del riesgo sistemático). Si una acción tiene
una beta de 2, significa que por término medio oscila el doble que el mercado. Si el mercado sube
un 10%, la acción tiende a subir un 20%. Sin embargo, si la acción tiene una beta de 0,5, entonces
tiende a ser más estable que el mercado.

¿Los beneficios recompensan la asunción de riesgos?

¿Es cierto que los beneficios son una recompensa por la asunción de riesgos? No. En palabras de
Ludwig von Mises,

Una falacia popular considera que el beneficio empresarial es una recompensa por la
asunción de riesgos. Considera al empresario como un jugador que invierte en la lotería
después de haber sopesado las posibilidades favorables de ganar un premio frente a las
posibilidades desfavorables de perder su apuesta. Esta opinión se manifiesta más
claramente en la descripción de las transacciones bursátiles como una especie de juego. 1

Mises sugiere entonces,

Cada palabra de este razonamiento es falsa. El propietario del capital no elige entre
inversiones más arriesgadas, menos arriesgadas y seguras. Se ve obligado, por el propio
funcionamiento de la economía de mercado, a invertir sus fondos de tal manera que
satisfagan lo mejor posible las necesidades más urgentes de los consumidores. 2

Mises añade a continuación,

Un capitalista nunca elige aquella inversión en la que, según su comprensión del futuro, el
peligro de perder su aportación es menor. Elige aquella inversión en la que espera obtener
los mayores beneficios posibles.3

Un inversor que se preocupa por el riesgo en lugar de identificar las oportunidades de beneficio es
probable que se perjudique a sí mismo. Sobre esto Mises escribió

No existe una inversión segura. Si los capitalistas se comportaran de la manera que


describe la fábula del riesgo y se esforzaran por conseguir lo que consideran la inversión
más segura, su conducta haría que esta línea de inversión fuera insegura y seguramente
perderían su aportación.4

Una vez más, para un empresario el criterio último para invertir su capital es emplearlo en aquellas
actividades que producirán bienes y servicios que están en la lista de prioridades de los
consumidores. Este esfuerzo por satisfacer las necesidades más urgentes de los consumidores es
lo que produce los beneficios. La magnitud del rendimiento de la inversión de un empresario no
viene determinada por el riesgo que asume, sino por el hecho de que cumpla los deseos de los
consumidores.

En un intento de minimizar el riesgo, los practicantes de la MPT tienden a instituir un alto grado de
diversificación. Sin embargo, tener un gran número de valores en una cartera podría dejar poco
tiempo para analizar los valores y comprender sus fundamentos. Esto podría aumentar la
probabilidad de poner demasiado dinero en malas inversiones. Esta forma de hacer negocios no
sería una inversión empresarial, sino más bien un juego de azar.

John Maynard Keynes también tenía dudas sobre la diversificación para reducir el riesgo. El 15 de
agosto de 1934, Keynes escribió a Francis Scott, presidente de Provincial Insurance,
A medida que pasa el tiempo, me convenzo cada vez más de que el método correcto de
inversión es poner sumas bastante grandes en empresas de las que uno cree que sabe
algo y en cuya gestión cree plenamente. Es un error pensar que uno limita su riesgo
repartiendo demasiado entre empresas de las que sabe poco. 5

Conclusión

La teoría moderna de la cartera (MPT) da la impresión de que hay una diferencia entre invertir en
el mercado de valores e invertir en una empresa. El éxito o el fracaso de la inversión en acciones
depende en última instancia de los mismos factores que determinan el éxito o el fracaso de
cualquier empresa. Los defensores de la MPT sostienen que la diversificación es la clave para la
creación de los mejores rendimientos constantes posibles. La clave debería ser la rentabilidad de
las distintas inversiones y no la diversificación como tal. Además, siguiendo la MPT, si uno quiere
asegurarse un mayor beneficio, tiene que asumir un mayor riesgo. De hecho, la magnitud de la
rentabilidad de la inversión de un empresario no viene determinada por la cantidad de riesgo que
asume, sino por el hecho de que cumpla los deseos de los consumidores.

1.Ludwig von Mises, Human Action: A Treatise on Economics, edición académica. (Auburn, AL:
Ludwig von Mises Institute, 1998), p. 805.

2.Mises, Human Action, p. 805.

3.Mises, Human Action, p. 806.

4.Mises, Human Action, p. 806.

5.Citado en David Chambers y Elroy Dimson, «Keynes the Stock Market Investor» (manuscrito
inédito, 5 de marzo de 2012), PDF.

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