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Los indicadores de salud en Venezuela desvelan una crisis sin precedentes que ya no solo

afecta a la población más vulnerable, sino que también alcanza a quienes se vieron en la
necesidad de acudir a un hospital público y encontraron el reflejo del desastre.
La crisis económica en Venezuela ha erosionado la infraestructura de salud del país y ha
amenazado a la saludo publica de su pueblo. La escasez de medicamentes, suministros de
salud, interrupciones de los servicios básicos en los centros de salud y la emigración de
trabajadores de la salud ha llevado a una disminución progresiva de la capacidad operativa
de la atención de salud.
La llamada “Encuesta Nacional de Hospitales”, realizada por la organización Médicos por
la Salud con el apoyo de sociedades médicas y expertos en distintas áreas, da cuenta de la
paralización paulatina que presentan los 40 hospitales principales en Venezuela y que ya
llega al punto de impactar negativamente, no solo la atención, sino también el diagnóstico.
Hospitales: Los laboratorios hospitalarios presentan 55% de inoperatividad, con el
agravante que áreas como microbiología o serología están paralizadas al 100%. Además,
destacó que en las salas de rayos X la inoperatividad llega al 58% mientras que cerca del
20% de las unidades de diálisis instaladas en hospitales de Venezuela no funciona. A esto
se le suma que los servicios de tomografía y resonancia magnética prácticamente están
paralizados, con un índice de 85,6 % de inoperatividad.
La crisis de servicios públicos también toca los centros de salud, ya que destaca que el 70%
de los hospitales no tienen agua, sino una o dos veces por semana, un estimado similar a los
que tienen fallas en suministro eléctrico

Pacientes: No hay formas de garantizar diagnóstico y seguimiento en ninguno de los


hospitales. Hay personas que terminan muriéndose en la casa porque no pueden costear
exámenes y tratamientos.
Según el General Carlos Rotondaro, quien por una década presidio el Insituto venezolano
de Seguros sociales (IVSS) afirmó a la periodista Idania Chirinos, que unos 5000 pacientes
de diálisis han muerto en Venezuela entre 2017 y 2019 por falta de insumos y de atención.
Un reporte realizado conjuntamente con expertos y médicos de la Facultad de Salud
Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, documenta un aumento de los niveles
de mortalidad materna e infantil; brotes de enfermedades que podrían prevenirse con
vacunación, como el sarampión y la difteria; e incrementos drásticos en la transmisión de
enfermedades infecciosas, como la malaria y tuberculosis. Los datos disponibles muestran
altos niveles de inseguridad alimentaria y desnutrición infantil, así como una alta
proporción de niños ingresados en hospitales con desnutrición
Enfermedades
La crisis venezolana ha hecho resurgir enfermedades transmitidas por vectores que están
siendo desatendidas actualmente, como: la malaria, el dengue, el mal de Chagas, la
leishmaniosis, el zika y la chikunguña. Incluso estas, se han extendido más allá de nuestras
fronteras.
En el caso del continuo aumento de la malaria en el país, podría volverse incontrolable a
corto plazo. En América latina se había conseguido reducir alrededor del 62% de
contagiados entre los años 2000 y 2015, pero a partir del 2016, uno de cada tres casos se
dio o se dan en Venezuela, en 2017 tuvo un crecimiento a nivel de contagio del 71% al año
anterior, pero para 2018 la cifra (411.586) puede haberse quintuplicado, posicionándolo si
se confirma como el país de mayor incremento de malaria en el mundo.
Mal de chagas: ya antes de la crisis económica en Venezuela había aumentado el riesgo de
que esta enfermedad resurgiera, pero desde que el gobierno nacional abandonara el
programa de supervisión y control del mal de Chagas en 2012, se han evidenciado nuevos
focos de transmisión activos en varios estados del país. Incluso por vía oral, algo que no es
muy poco frecuente. Entre el 2007 y 2018 se registraron 16 brotes de este tipo a nivel
nacional, la mitad de ellos en los alrededores de Caracas.
Dengue: otra de las enfermedades que causan preocupación en Venezuela con una
incidencia que se cuadriplicó en el país entre 1990 y 2016. Esto puede quizás explicarse en
la actualidad por los continuos cortes de luz y agua que ocasionan que personas almacenen
esta ultima, creando las condiciones perfectas para la reproducción de los mosquitos
portadores.
La leishmaniosis: un conjunto de enfermedades que pueden dañar gravemente el hígado y
el bazo, es trasmitida por la picadura de un insecto. En Venezuela esta se daba en áreas
limitadas como la cuencia del rio Yaracuy, los Llanos y la parte selvática de los Andes.
Para este caso, es se requiere de un plan nacional que pueda controlar dichas enfermedades.
Según el reporte de HRW, en Venezuela no hubo ningún caso de difteria entre 2006 y
2015, pero desde julio de 2016 se han reportado más de 2.500 presuntos casos, y más de
1.500 de estos se han confirmado. The Lancet coincide con la fecha, pero agrega que desde
ese momento hasta enero 2019, hubo 2.512 de casos sospechoso (1.559 confirmados) y 270
muertes.
Ahora, este 4 de abril, la ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos, Human
Rights Watch (HRW) hizo público un informe de 73 páginas, titulado La emergencia
humanitaria en Venezuela: se requiere una respuesta a gran escala de la ONU para abordar
la crisis de salud y alimentaria.
Según el reporte de HRW, en Venezuela no hubo ningún caso de difteria entre 2006 y
2015, pero desde julio de 2016 se han reportado más de 2.500 presuntos casos, y más de
1.500 de estos se han confirmado. The Lancet coincide con la fecha, pero agrega que desde
ese momento hasta enero 2019, hubo 2.512 de casos sospechoso (1.559 confirmados) y 270
muertes.
VIH sin tratamiento: Según HRW, en 2018 se estimó que casi nueve de cada diez
venezolanos que viven con VIH y se encontraban registrados ante las autoridades no
estaban recibiendo tratamiento antirretroviral, aunque se desconoce la cantidad total de
personas que necesitan ese tratamiento. The Lancet registra lo mismo. Destaca que entre
2017 y 2018 la mayoría de los pacientes con VIH interrumpieron su tratamiento por falta de
medicamentos.
Mortalidad materna e infantil
Según el informe de HRW, las estadísticas oficiales más recientes del Ministerio de Salud
de Venezuela indican que, en 2016, la mortalidad materna aumentó un 65 % y la
mortalidad infantil creció un 30 % respecto a 2015.

Personal médico: la fuga de cerebros en el campo de la medicina y la investigación es uno


de los motivos por lo que este tipo de males se ha incrementado. También falta de
medicinas básicas como los antibióticos y la reticencia del gobierno a aceptar donaciones
de fármacos del extranjero.
El gobierno dejo de publicar en noviembre de 2014 el Boletín Epidemiológico, que desde
1938 divulgaba cada semana las últimas noticias relacionadas a este campo. En mayo de
2017 el Ministerio de Saludo público por sorpresa en su web los boletines epidemiológicos
semanales del 2016. Esos documentos confirmaron la reaparición de la difteria y un
aumento del 76,4% en los casos de malaria de 2015 a 2016. Del mismo modo en 2018 cerró
el Centro Venezolano de Clasificación de Enfermedades, entidad que se encargaba de
informar a los organismos internacionales de los indicadores de mortalidad y morbilidad

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